Does anyone care? | pvt.

Parpadeó repetidas veces, haciendo que más gotas saladas resbalaran de sus ojos.
La sonrisa más falsa del mundo se asomó en su boca, seguida por un murmullo.

"Estoy bien."

Intentando en vano mantener esa sonrisa, que poco a poco iba siendo remplazada por una expresión de tristeza inocultable.
Con los ojos vidriosos apoyó su cabeza contra la almohada, provocando que esta se empapara en lágrimas.
Cierra sus ojos y ve un mundo mejor. Un mundo perfecto, donde nadie se burlará de ella por nada. Donde la aceptarán como es, no importa su apariencia física.
Un mundo donde sus padres están con ella las veinticuatro horas del día, no cinco. Un mundo donde su hermana no le grita que la odia. Un mundo donde su mejor amiga no le deje de hablar de repente. Un mundo donde sus abuelos no estén internados. Un mundo donde su tío no la haya acosado sexualmente.
Un mundo perfecto, pero irreal al fin y al cabo...

-¿Segura que estás bien?
-Sí, por supuesto.

Los gritos retumban en la habitación y el resto de la casa.
La pequeña niña intentaba agrandarse al tamaño de la hermana mayor, pero a duras penas le llegaba al pecho.
Aún así, poseía más maldad que una persona del doble de su tamaño.

"Te odio." "Sos la peor hermana." "¿Para que pediste una hermana?" "Me voy a matar, culpa tuya." "Que tarada que sos."

Más, y más de esas palabras salían de la boca de esa endemoniada niña de siete años.
Y, aunque la hermana mayor le contestara a gritos que la respetara y demás, la pequeña no obedecía.
Parecía que la mayor odiara tanto a la pequeña como viceversa, pero en realidad esa pequeña criatura era lo que ella más amaba en el mundo.
Y dolía amar tanto a un ser lleno de tanto odio.