The Last Time [One-Shot] ZM

por **YangArmy** Lun 16 Sep 2013, 4:38 pm

Ficha de la serie

• Titulo: The Last Time
• Autor: Karla a.k.a YangArmy
• Adaptación: No
• Género: Romance
• Advertencias: Alto lenguaje.
• Otras páginas: Wattpad

Código:: http://www.wattpad.com/story/8246348-the-last-time-one-shot

Toda marca dicha no es mia. One Direction no me pertenece (aunque quisiera).

Es la primera "historia" que publico y/o escribo, así que seria un gusto que me dijeran si les gusto o no (((: gracias, lindas xx

Pidanme permiso si quieren adaptarlo, yo con gusto lo aceptare si me dan creditos. Si veo que lo han copiado en otra pagina que no sea mía inmediatamente lo borro

The Last Time

Algunas veces no esperamos la reacción que mostramos. Todos piensan que en cualquier minuto puedes echarte hacia atrás y llorar…pero, tal vez demostramos como nos sentimos mediante acciones o comportamientos o tenemos que hacer algo impulsivo y… tal vez no se den cuenta que necesitamos un respiro y tal vez por eso Emma se despierta a las 6:45 am todos los días con ningún minuto menos y ni uno más…

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Despertó
Como de costumbre tomó su celular para ver la hora que era: 6:45 am. Otra Vez. Desde hace dos meses que se despertaba a la misma hora y lo peor es que no sabía por qué. Volvió a tumbarse en su cama y frotó sus ojos...dos meses....en los que se había recordado todas las mañanas lo estúpida que fue, le seguía doliendo después de todo. Con una de sus manos quito los pequeños mechones de cabello que tenía en su frente y suspiró. Se quedó unos minutos más acostada "Ya no más" pensó.
Salió de la cama y tomo su mochila sacando los pocos libros que tenía. IPod, cepillo de dientes, desodorante, ocho pantaletas, siete blusas, unos shorts de mezclilla, dos pares de zapatos, dos pantalones, cuatro bras, un libro, sus audífonos, su iPhone y 490 libras es lo que necesitaba. Después, se deshizo de su ropa y empezó a cambiarse por unos jeans negros que le llegaban a los tobillos, una sudadera verde de Abercrombie y sus amados tennis beige de Ralph Lauren. Lavó su cara, escondió las pequeñas bolsas abajo de sus ojos con maquillaje, cepillo su cabello castaño y lo enredo en un moño. Bajó las escaleras y se dedicó a escribir una simple nota a sus hermanos diciéndoles que regresaría en unos días y que no se preocuparan, cortó la hoja y la coloco en la puerta del refrigerador porque sabía que era el único lugar donde esos idiotas la verían.
Decidió caminar, eran como 40 minutos de su casa a la estación de trenes pero no le importo, paso por dos hileras de casas, el parque donde Christian siempre la llevaba a correr, la pequeña panadería de la Sra. Collins, la tienda de música del padre de Winona y la librería del Sr. Yang hasta llegar al centro de la ciudad. La gente que pasaba a su lado se le quedaba viendo. Era extraño ver a una chica con una mochila a las 7:40 de la mañana en un sábado caminando rápido, pero bueno, ella tenía sus razones. Al llegar a la estación pagó su boleto al primer viaje a North Yorkshire.
Esperó 30 minutos más hasta que escuchó una voz femenina diciendo que era tiempo de abordar, caminó hacia la puerta B como lo decía en su boleto y subió al tren. Cuatro horas era lo que duraba el viaje así que abrazó su mochila y apoyo su cabeza en la ventana, tal vez, podría tener un poco más de descanso.
Un ligero toque en el hombro la despertó de su descanso en el tren. Había llegado. Era un hecho que estaba en North Yorkshire lejos de todo aunque sea por unos pocos días, porque la rutina de siempre la agobió. <> pensó cuando terminó de bajar el último escalón del tren. Comenzó a buscar el autobús que la dejaría cerca de la casa de su abuela Amelia. Según recordaba tenía al menos, 3 años sin verla. Se hablaban por teléfono, sí, pero no era lo mismo. Nunca volvía a ser lo mismo.
Tocó el timbre que se encontraba al lado de la puerta roja un poco oxidada por el paso de los años. Nadie habría. Siguió tocando hasta que su paciencia se agotó y la tarde empezaba a llegar. Un hotel fue la única idea que le llegó. Comenzó a buscar entre los pequeños hoteles que se encontraban cerca, uno no muy caro, claro está. Pensaba dormir ahí solo esa noche hasta localizar a su abuela.

***

Se despertó por la brisa que entraba por la ventana de la habitación de hotel, se tapó más con la ligera colcha que estaba a su lado; no pudo volver a conciliar el sueño. Daba vueltas en la cama, giraba la almohada que estaba a su lado. Se levantó y ató su cabello para dirigirse a cerrar la ventana. Tomar un buen baño era la mejor opción y después de desayunar iría a buscar a su abuela.
Se estaba secando el cabello cuando escuchó el timbre del teléfono del cuarto, eran 15 minutos antes de las 10:30, hora en la que debía abandonar la habitación a menos que se fuese a hospedar otro día más. Comenzó recoger sus cosas personales de baño; guardó todo en su bolsa de equipaje y se aseguró de llevar todo consigo. <> fue lo que se escuchó al cerrar la puerta de la habitación, siguió caminando por el pasillo que se encontraba silencioso. Dobló a la derecha y bajó las escaleras y se dirigió directo a recepción a entregar la tarjeta que abría la puerta en la que se hospedó.
Después de salir del hotel se encontraba buscando un café para desayunar y después ir en busca de su abuela. Caminó varias cuadras intentado recordar un café al que solía ir con su familia cuando frecuentaban a su abuela. Se perdió y siguió caminando hasta que dio con él. No era nada pretencioso, era lo que debía ser, un pequeño local con ambiente acogedor en el que se servía el mejor café y los más deliciosos platillos para acompañarlo. Se sentó en la barra y comenzó a hojear el periódico esperando que alguien la tendiera.
─ Hola, ¿en qué te puedo ayudar? ─ preguntó sonriente una chica de ojos color avellana, piel blanca y cabello café.
─ Uhm, bowl de frutas y café americano sin leche y 3 cucharadas de azúcar, por favor─ asintió Emma.
─ Claro, en seguida─ dijo la chica anotando en su libreta y dirigiéndose a la cocina. Llegó su orden y engulló las frutas que contenía su desayuno, esperó a que el café enfriara lo suficiente para poder ser bebido y pagó la cuenta.

Salió de la tienda y se encamino a casa de su abuela, le pidió a dios que se encontrara en casa o si no tendría que tomar medidas drásticas para dar con ella. Al llegar otra vez a la sección donde estaba la casa tuvo más precaución en ver los números: 114, 115, 116, 117 y casi al final 118. Tocó el timbre esperando a que alguien abriera la puerta, vaya, aquí era más frio. Se abrió la puerta dando a conocer a una linda y pequeña anciana, esta al ver a una chica con las mejillas rosadas reconociéndola como su nieta, sonrió
─ Hola, mi niña.
─ Hola abue- respondió ella con una sonrisa llorosa. Le dio un enorme abrazo, tres años fueron una eternidad. Necesitaba de la abuela, sus los cálidos y acogedores abrazos y esa sonrisa traviesa que siempre tuvo.

No le gustaba mentir pero esta vez fue necesario, solo le dijo que se quedaría por unos días ya que era hora de visitarla. Como respuesta obtuvo otro abrazo y más de diez cumplidos empezando con "Que bella estas". Al terminar, se sentaron en la pequeña mesa de la cocina a platicar, más bien Emma era la que hablaba: le dijo lo bien que le estaba yendo a Christian en la universidad y como Jason se sentía contento con su trabajo.

Su abuela la mantenía ocupada casi todos los días, la mandaba a comprar las provisiones, pedía que cuidara del pequeño Samuel, un niño rubio de 8 años con una madre trabajadora o la hacía acompañarla a reuniones con sus viejas amigas que se juntaban cada viernes a jugar cartas. Podría escucharse aburrido pero para Emma resultaba la gloria, la mantenía ocupada y fuera de sus problemas, además, la abuela Amelia era una buena compañía.

Durante seis días Emma no había recibido llamadas o mensajes de sus hermanos, tal vez, después de todo pudieron leer entre las líneas la simple nota que les dejó. No les dijo dónde estaba ni cuánto tiempo se iba pero bueno, confiaban en ella así que no debían preocuparse. La única excepción que hizo fue cuando le llego un mensaje hace unos días:
"Hey, ¿dónde estás? H x"
Harry fue el único y sabía que podía quedarse callado.

Como era de costumbre todos los viernes su abuela visitaba a su amiga Susanna para tener una partida de cartas, pero Emma prefería quedarse en casa. La mitad de la tarde se dedicó a limpiar el garaje y jardín de la casa, al terminar se dio un baño de agua caliente y se cambió por unos simples shorts y un suéter azul con su cabello suelto. Bajó las escaleras y preparó una pequeña ensalada como cena.

Desde las ocho de la noche se la pasó viendo Harry Potter, no era su culpa que The Warner Channel fuera fanático de esas películas, cuando termino El Cáliz de Fuego se dio cuenta que había anochecido, desenredo sus piernas y buscó su teléfono "11:30" marcó el reloj digital. Ya era tarde y su abuela no regresaba. Suspiró, bien le daría treinta minutos más y si no llegaba tendría que llamarla o ir a buscarla.

En eso, sonó el timbre, se paró, acomodo su suéter y peino su cabello para luego encaminarse a la puerta. Cuando la abrió, sintió como una fuerza externa la empujaba contra la pared.
─ ¡Maldita sea, Emma!─ Conocía esa voz, la misma de aquel chico de ojos miel y pestañas gruesas, de piel bronceada y altura perfecta.
─ ¿Tu? ─ pregunto Emma estupefacta y quito los brazos que estaban a ambos lados de su cabeza.
─ Tus hermanos llamaron diciendo que no sabían dónde estabas, pensé que regresarías tarde, pero no que te encontraras lejos de casa casi dos jodidas semanas, Em ¿qué te pasa? ─ Su voz aumento de tono hasta estar gritando.
Que llegara a la casa de su ya era algo malo pero que le gritara era peor. ¿Cómo se atrevía? Ella fue la que sufrió las consecuencias...no el...el solo se fue.
─ ¡No encuentro ningún sentido en darte explicaciones. Les deje una nota a mis hermanos, que sean unos completos idiotas distraídos no es mi problema! ─ ahora era ella la que estaba gritando. Lo empujo con toda la fuerza que tenía y fue directo a la cocina. Zayn siguiéndola por atrás.
─ ¡Como no me voy a preocupar, te vas sin dejar rastro Emma!
─ ¿¡Y a ti que mierda te importa!? ¡¿Por qué te preocupas?! Tú eres a la última persona que le importaría...no deberías de estar aquí...
─ Quería asegurarme dónde y cómo estabas.
─ Sí, vale...Ya me viste y estoy bien, gracias por asegurarte Zayn. Te lo agradezco─ El tensó la mandíbula, ambos tenían el mismo temperamento. La miro por última vez
─ Okay…─ Se dirigió a la puerta, cuando la abrió se dio cuenta que estaba lloviendo pero no le importo, su dignidad era muy alta.

Emma se apoyó en el marco de la puerta y lo vio alejarse. Se sentía como una completa idiota porque iría tras él y dejaría que se quedara. Tomo una chaqueta que estaba en el sillón, cogió las llaves de la estantería y se dispuso a seguir al chico, después de todo no creía que estuviera lejos, lo conocía muy bien.
Comenzó a caminar sobre la fría lluvia que comenzaba a tornarse más constante. Consiguió correr un poco.
─ ¡Zayn!─ grito cuando vislumbró al chico una cuadra delante.
─ ¡Zayn!─ volvió a gritar. El volteó y levanto la cabeza; estaba empapado.
─ ¡No seas un imbécil y ve adentro!

***

Se odiaba tanto...no iba a ser una perra desalmada y dejarlo ir en medio de la lluvia pero, en esos momentos se odiaba tanto que estaba segura que lo va a recordar durante los próximos días.
─ El baño está en la primera puerta a la izquierda y deja tu ropa afuera para poderla secar. Después esta mi cuarto, así que no importa mucho si dejas un desastre ─ finalizo la chica mientras subía adelante de él las escaleras. El silencio fue lo único que obtuvo como respuesta.

Lo primero que pudo secar mientras corría el agua caliente fue la prenda de ropa interior, al ver el nombre Calvin Klein escrito en el elástico blanco reprimió una pequeña sonrisa. Subió de nuevo las escaleras y dejó el bóxer a lado de la puerta, después tendió los jeans y la camisa blanca ya que se tardarían toda la noche.

Zayn estaba en su cuarto cuando ella llegó, abrió las puertas del pequeño closet para sacar otra sábana y almohada.
─Puedes dormir aquí, yo me quedare abajo ─ dijo mientras volvía a cerrar las puertas y se giraba para salir, pero la detuvo. Al principio se quedó desconcertaba hasta que sintió unos labios tocar los de ella moviéndose lentamente. Se sentía extraña hacer eso. Besarlo. Después de meses. Todavía pensaba que encajaban perfectamente.
Emma debía detenerlo porque simplemente no estaba bien, no era lo correcto. Pero definitivamente no pudo y no quiso. Sus manos la jalaron más hacia él hasta que puso ambas manos en su cintura y ella tomó su cabello húmedo entre sus manos. Le empezaba a faltar el aire pero no quería despegarse de él; "no esta bien, no lo esta" fue lo que su cerebro se repetía.
Se alejó de él con el aliento jadeante, posó sus ojos fijamente en los de él. Quería saber por qué había hecho eso, trató de que las palabras salieran de su boca…. ¡Al diablo con todo! Volvió a besar a Zayn ahora entrelazando las piernas en su delgada cadera, dejando las sabanas en el suelo.
Emma quería que le hiciera el amor, como antes.

Zayn la alejó, iban demasiado rápido. No así, no esta vez. Iría despacio y besaría cada una de sus pecas y sus lunares incluso si le tomaba toda la noche y si Emma se lo permitía.
─ Duerme conmigo ─ suplicó Zayn con un toque de vergüenza en su voz, las pupilas dilatadas y la respiración entrecortada.
─Yo... no sé si este bien. Quiero decir, no… no somos nada─ respondió con un aire de decepción y tristeza en su voz. Era lo que ella quería. Era lo que él quería. Zayn siguió mirándola esperando un cambio en su respuesta. Emma exhaló el aire de sus pulmones. Sería la despedida que no obtuvo.
─No puedo…
Un fin a lo que un día la hizo tan feliz.

Se quedaron así por unos minutos, escuchando la lluvia caer. Zayn sosteniéndola de los muslos y ella rodeándolo con sus brazos. Sabía que Emma quería esto pero no la iba a forzar, besó su cuello e hizo un pequeño camino hacia sus finos labios.
─Déjate llevar.
Esta vez no se negó y suavemente volvió a besarla hasta que ese ligero suéter azul que contrastaba con su piel tuvo que desaparecer. Quería más…necesitaban más. Recargó a Emma sobre la fría pared sintiendo como su piel se erizaba y haciéndola soltar un débil gemido, siguió recorriendo su cuello, bajando un poco más para dejar pequeños besos en sus clavículas. Ella acaricio y beso cada uno de sus tatuajes favoritos como las letras y calavera del hombro izquierdo y ese pequeño pájaro en la parte trasera de su cuello. Se aferró más a él.
─Hazme el amor─ la escuchó decir y juró que esas palabras lo volvieron loco…

***

Cuando despertó lo primero que sintió fue frio, mucho frio. Quiso levantarse pero algo la forzaba a quedarse ahí, quitó el brazo que la rodeaba completamente por la cintura y se encamino a darse un baño; cuando termino bajó por la ropa ya seca de Zayn y la dejo a un lado de la cama.

Desayunaron en silencio.

Emma se levantó de la mesa para lavar su plato, sin darse cuenta que el se posiciono a su lado para limpiar lo que ella iba dejando. Sus acciones eran monótonas. Ambos en silencio. Al terminar se dio cuenta que Zayn subió, tal vez a recoger sus pertenencias mientras ella guardaba lo que había quedado afuera. Se recargó en la orilla dela barra sosteniéndose con fuerza como si dependiera de ella y su vista posada en ningún punto en específico. Levanto la cabeza cuando escuchó pasos que venían hacia ella.

Zayn colocó sus manos sobre las de ella, ambos quedando uno en frente de otro. Entrelazó sus manos y la guio hasta afuera donde volvió a detenerse para abrazarla, sabía que no era bueno con las palabras sino que reflejaba lo que quería mediante acciones.
─ Gracias ─ susurró. Ella negó con la cabeza.
─ No importa ─ sintió como esas grandes manos acariciaban su cabello. No dijeron nada después de eso, no tenían que...

─Prometí muchas cosas y lamente que no fueran para ti ─ exhaló ─ Cuando me dijeron que no sabían dónde estabas no me importó pero al ver que no aparecías me preocupé y lo primero que pude pensar fue cual era la razón por la que hiciste eso. A veces....a veces no sabes que tanto fue el daño hasta que te das cuenta de la reacción

→Mereces a alguien que si valore lo que eres y te prometa hasta la más estúpida cosa que hayas visto. Vas a encontrar a alguien que cada vez que te vea se le vuelque el corazón y que sonría cuando tu sonrías. Que intente hacerte feliz incluso en tus momentos más depresivos.

→Me importas…¿sí? Demasiado y siempre lo voy a hacer. Mentí al principio porque soy un jodido idiota─ término diciendo el chico. Se despidió trazando pequeños círculos en su espalada y un casto beso en su frente. Emma tenía que regresar dentro y limpiar todo el desastre de anoche. Incluso el que había en su cabeza.

Tres días. Se daría tres días más para quedarse aquí y que se calmen las cosas, proclamó. Cuando termino de limpiar todo, dormiría un rato. Sus ojos empezaron a cerrarse lentamente y cada vez su respiración se hacía más profunda…todo iba a estar bien, todos lo iban a estar, hasta su abuela iba a estar más contenta después de su visita… ¡MIERDA! ¡LA ABUELA!

Subió lo más rápido que pudo las escaleras y le dio un vistazo al cuarto el cual estaba vacío, su carro no estaba afuera y por supuesto que no llegó a la casa. Fue a la cocina a tomar agua y se paró en frente del refrigerador donde se dio cuenta de una pequeña nota pegada en la parte de arriba
“Llegaré hasta mañana en la noche.
Pórtate bien.
Nana Amelia”

Vaya… ahora sabe que el refrigerador no era buen lugar para poner una nota.

***

Emma estaría sola. Otra vez. Se decidió que podía salir a comer a algún restaurante de por ahí; no esperaba gran cosa pero en esos momentos no quería estar en casa de su abuela después de todo. Comenzó caminando por la pequeña plaza y después de preguntar a varios individuos encontró un lugar acogedor de comidas. No era muy extravagante. Era justo lo que buscaba. Un lugar pequeño, pero no demasiado, en el cual pudiera pasar desapercibida y donde pudiera comer tranquila.

Regreso a casa de su abuela. Prendió su celular e instantáneamente su buzón de mensajes se llenó con al menos 30, sin exagerar. La lista de llamadas perdidas es mejor no mencionarla porque incluso era más extensa.
Leyendo los mensajes se encontró uno en especial. “Perdón por decirle”. Emma sabía exactamente de que hablaba su amigo. Harry había sido quien hablo con Zayn y le dijo donde se encontraba Emma lo odió por cinco segundos y lo término amando de cualquier manera. Era Harry, por Dios. Incluso si no se hubiera disculpado con ella, Emma había notado que fue gracias a él, Zayn dio con ella.

Un timbre de espera resonó mientras daba en <> y segundos después se escuchó al otro lado de la línea telefónica una voz grave y un tono de sorpresa.
─ ¡Emma!
─ Ho-hola Harry.
─ Pero… ¿cómo has estado? ¿Ha pasado algo? ¿Estás bien? ¿Por qué no contestabas? ¿Sigues donde mismo? ─ La chica sonrió al escuchar la preocupación de su amigo.
─ Respira, Harry. Tranquilo.
─ Oh, vale… Emma eh estado tan preocupado. Estabas, literalmente, lejos porque ni siquiera respondías mis mensajes y mis llamadas. Te he extrañado demasiado Em─ dijo Harry exhalando el aire de sus pulmones y con un tono más tranquilo.
─ Esa era la idea─ se quedaron en silencio solo escuchando la respiración del otro.
─ Y… ¿Qué te dijo?
─ Que merezco a alguien que sea bueno conmigo y se quede a mi lado…

─ Bueno…─ suspiró ─ yo siempre estaré ahí…

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