Como enamorar a un stripper. | Zayn Malik y _____ |.

Pasaron las horas, más de lo acordado. Pues el vuelo tuvo unas contracciones, además que la aerolínea había perdido nuestras maletas y tuvimos que estar arriba y abajo por todo el aeropuerto de Londres exigiendo las maletas perdidas, hasta que un guapo y atento hombre nos ayudó a resolver nuestro problema, haciendo que en menos de 10 minutos nos entregaran nuestras maletas, mientras que las demás personas con las que tratamos no eran más que unos incompetentes...
Después de todo este contratiempo tomamos un taxi dirigiéndonos al hotel al cual yo hice las reservaciones, y por primera vez en todo el día era la única cosa buena que nos había pasado, en el hotel no hubo ningún error y rápidamente nos entregaron la tarjeta de la suite mientras un botones nos llevaba las maletas a la suite.
-¡Eliza! –Escuche mi nombre por detrás de mis hombros. Esa voz me era reconocida, una voz grave pero con un tono elegante, como olvidar esa voz…
-¡Mamaaaaaa! –Salió de repente de mi boca. Si era ella, era imposible no reconocer su voz. Cerré mis ojos tratando de comprender la situación y tomando valor para darme media vuelta y abrazar a mi madre.
Se me había olvidado comentar que hice la reservación en el mismo hotel donde se hospedaba mi mama y mi hermana. Si ellas dos vivían en Londres, pero a más de 25 kilómetros donde mi hermana quiso hacer su boda, es por eso que se hospedaron en un hotel.
-¡Señora Portman! –Dijo Shanty al notar que yo seguía tomando agallas para voltear y saludar a mi mama.
-Hola querida. –Respondió mi mama, aunque no veía era obvio que se estaban dando un fuerte y caluroso abrazo el cual no duro ni dos segundos, pues a mí mama no le gustan muchos los abrazos, aun así la intención de Shanty por hacer tiempo para mis reflexiones fue un acto lindo.
Una vez que respire unas cuantas veces tratando de calmarme di media vuelta. Haciendo que mi mama abriera sus ojos como dos mismos platos y me mirara de arriba abajo inspeccionándome. Estaba preparada para cualquier insulto que saliera por su boca, o como ella dice, críticas constructivas.
-¿No piensas abrazar a tu madre? –Se limitó a insultarme pidiendo solamente un abrazo.
Abrí un poco mis ojos, más de lo normal mirando a mis costados. Por primera vez en mi vida se limitó a insultarme. Rasque mi nuca y di dos pasos, los que faltaban para acortar la distancia entre mi madre y yo, extendiendo mis brazos dando un poco falso y frio abrazo.
Una vez pasando 4 segundos solté a mi mama y forcé una sonrisa. Mientras ella hacia lo mismo, mi madre no era agradable y aun peor yo tenía su mismo carácter, es por eso no solíamos llevarnos bien. Me despedí aun sin dejar de ser educada y subimos al ascensor piso 9. El mismo piso donde se encontraba nuestra suite.
Desde lejos pude observar como el botones que tomo nuestras maletas hace unos minutos nos estaba esperando justo afuera de la habitación, casi al final del pasillo. Deprisa corrí al notar la cara de fastidio que tenía el muchacho, me sentía culpable pues no es parte de su trabajo esperar a que la gente salude a medio hotel.
Pase la tarjeta blanca la cual me habían entregado hace unos momentos en la recepción por el gran cuadro de metal pegado a la puerta de la habitación. El botones nos permitió el paso primero, y así fue como pude admirar la gran decoración de la suite. Al entrar lo primero que visualizas es una linda y pequeña sala color perla de terciopelo. Muy hermosa, decorada a sus lado con unos muebles tallados de madera y encima de estos unas hermosas lámparas de noche.
El color de las paredes era camel con blanco. Simplemente perfectas.
El botones solo se limitó a bajar nuestras maletas de aquel carrito, se despidió y se fue.
-Tengo algo de sueño, así que iré a dormir. – Resopló Shantall.
-Claro, yo me quedare a acomodar la ropa. -Estaba muy cansada, en realidad, no había dormido en dos días.
Shantall dio media vuelta y continua caminando hacia la habitación que se encontraba al fondo de la suite.
Di un profundo suspiro y me senté por un momento en el sofá terciopelo color perla del cual me había enamorado. Ahora que me pongo a pensar no me caería nada mal una siesta. El miércoles no dormí por terminar el estúpido trabajo de puzles para Mary Rose, si lo terminaba a tiempo esa maldita bruja no me molestaría en mi estancia en Londres. Después el jueves tuve un largo y cansado día de trabajo, mi jefa se aseguró de exprimirme a la perfección sin dejar ni una gota antes de que yo me fuera por un mes. Y ese mismo día salimos del país en horas de la noche, mientras tanto en el avión no podía dormir, me era incomodo pues los asientos de segunda clase eran horribles. Ahora viernes, salimos tarde del aeropuerto por los problemas sucedidos, y eme aquí. Sin dormir.
Tome mi iPhone y presione el botón que hay en la parte superior derecha, haciendo que la pantalla brillara esos números grandes los cuales indicaban 7:35 pm. Si, había sincronizado ya la hora de mi iPhone con la de Londres, mucho antes de viajar a Londres.
Si hoy no duermo ya sería el tercer día sin dormir, dudo mucho que mi cuerpo soporte tanto, en cualquier momento caeré desmayada. Acomode mi brazo derecho en uno de los soportes del sofá y recargue mi cabeza en él. Subí mis piernas al sofá, juntándolas y acercándolas a mi cuerpo, haciendo que mi cuerpo sintiera un poco de calor, el cual me hacía falta pues hacia algo de frio.
 
Los fuertes golpes que acechaban la puerta hicieron levantarme, mierda, me había quedado dormida. Tome mi celular volviendo a presionar el botón de bloqueo del iPhone permitiendo ver la hora, 9:06 pm. Dormí menos de dos horas…
Vire mi cabeza hacia mis costados buscando ver la cabellera de Shanty, pero no la encontré, supongo seguía dormida.
Los fuertes toquidos hicieron levantarme de un brinco del sofá dirigiéndome a la puerta, me levante en puntillas alcanzando el picaporte. ¿Por qué de todas las personas que podían llegar a tocar a mi puerta era ella? Si, aquella rubia de ojos miel, mi hermana.
-¡Liz! –Su voz chillona y gangosa causaban una horrible sensación en mis oídos.
-Hola Michelle. –Salude.
Ella se abrió paso empujándome y abriendo por completo la puerta de la suite y tomando asiento en el sofá en cual hace unos minutos me encontraba dormida.
-Pasa. –Me limite a decir. Tratando de sonar sarcástica.
-¡Uy! –Exclamó. –Veo que aún no acomodas tus cosas. –Apuntaba las maletas de Shanty y mías.
¿Qué le ocurría? Fue un largo viaje, obviamente terminaría cansada. Deje rodar mis ojos, tratando de ignorar lo que había dicho. Di media vuelta y antes de cerrar la puerta de mi habitación aparecieron unos dedos huesudos con unas uñas recién pintadas color rojo tratando de evitar que cerrara la puerta.
Era imposible no saber de quien se trataba, era mi madre quien igual que su querida hija abrió paso una vez más empujándome y dejando por completo la puerta abierta. ‘’ ¡Bien! El dúo dinamita se ha reunido. ’’ –Pensé. Entro como quien dice, Juan en su casa y se sentó a un lado que Michelle, era sorprendente, parecían una misma.