One Thing ~ Larry Stylinson~

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Había tenido un día pesado en la universidad. Un montón de trabajos tenían que ser entregados y Louis tuvo que desvelarse para acabarlos, luego madrugar para llegar a su escuela, por lo que sus horas de sueño habían sido menos de tres. Había estado bostezando sin parar y dándole pequeños sorbos a su café para mantenerse despierto. Por suerte, era la última clase del miércoles y luego podría ya irse a su casa. Liam y Zayn parloteaban atrás suyo, hablando de ir a comer o a vaguear por el centro y comprar chucherías.

—¿Seguro que no quieres ir, Louis?— Preguntó como por quinta vez el moreno. Louis rodó los ojos al escucharle con esa vocecita que empleaba para convencerle. —Anda, no seas aburrido.

—Que no, Zayn. —Se giró a verlos—. Aparte, no quisiera interrumpir su romántica cita. — Rió con burla y les sacó la lengua. Liam soltó una carcajada y Zayn le sacó el dedo medio mientras sonreía con ironía.

—Muy gracioso Tomlinson, si hablamos de Citas deberíamos hablar de ti y como andas acosando a un menor. — El castaño le miro con incredulidad y las mejillas se le cambiaron a un color rojizo claro al tiempo que fruncía el ceño y les daba de nuevo la espalda.

—No sé de qué diablos hablas Zayn. —Gruñó e hizo como si le pusiera atención al parloteo del profesor.

—Oh sí, claro que lo sabes. ¿Crees que no me he dado cuenta? — Continúo con sorna. Nada disfrutaba más, como el hecho de poner nervioso al castaño. — Prácticamente estuviste toda la noche del concierto mirándolo. — Louis giró a encararlo con ojos centellantes y con el ceño aún fruncido. No había estado mirándolo todo el concierto, también había hablado con Liam y con el rubio gracioso, pero es que tampoco había podido dejar de escuchar aquella vocecilla profunda que seguía sonando infantil mientras hablaba con el moreno.

—Bueno, no creo que te sacrificaras mucho llevándote al rubio.

—Niall. — Corrigió el moreno.

—A Niall —Remarcó y continuó—. Pareciste muy, como se dice, feliz de que fuera.

Cualquier rastro de sonrisa del rostro de Zayn había desaparecido, se había puesto ligeramente rígido. — Es mi amigo, claro que iba a estar feliz de verlo. No es como a ti que te veo cada día y no siempre me agrada verte, idiota.

—Sí bueno, a tu amigo también parece ponerlo feliz el verte. —Sonrió con complicidad. Liam que se había mantenido al margen -por seguridad de no verse como el siguiente punto de enfrentamiento- sonrió ante lo dicho y termino dándole una palmada en el hombro del moreno.

—Chicos, me encanta, de verdad que me encanta escuchar de su vida amorosa. — Ambos le miraron con reproche. Rodó los ojos y siguió. — Pero el profesor lleva como cinco minutos mirándonos, así que… —Se encogió de hombros esperando que entendieran. Louis volteo con desgane a donde el maestro dando finalizada la plática y Zayn se entretuvo con un dibujo que había estado haciendo días anteriores.

La clase se había extendido más de la cuenta, parecía algo así como venganza por parte del profesor Thompson al ser ignorado casi toda la hora. El ojiazul no tenía prisa por irse, el clima fresco no le gustaba, le hacía perezoso, quería estar todo el día envuelto en mantas con una taza de té entre sus manos.

Suspiró con desgano mirando por la ventana. Observó las nubes llenas y poniéndose cada vez más grises. Mierda, va a llover. No había nada peor que frío con lluvia. Terminaron saliendo del salón casi diez minutos después. Todo era normal; Zayn sacaba un cigarro como todos los días y lo prendía, Liam refunfuñaba por el mar olor pero terminaba aceptando una que otra calada al cigarro mientras se despedían del castaño que abrazaba su cuerpo y se quejaba por el fresco.

—¿Por qué no puede hacer más calor?— Refunfuñó en dirección al autobús. Todos los días trataba de no pensar en aquel momento. Era como si su mente bloqueara lo que podría pasar al subir a aquel vehículo durante todo el día y en ese momento en que esperaba a que llegara, su cabeza se lo traía de golpe haciéndole latir el corazón de ansiedad ¿A caso lo vería ese día?

Louis no era ningún idiota, era algo despistado, si, pero solo al inicio. Había notado como un chiquillo de cabellos rizados le miraba día tras día, no había querido tomarle importancia, después de todo solo era un chico menor que él y tampoco es como si a él le diera curiosidad el chico. Agito la cabeza sacándose todos esos pensamientos de su cabeza, era imposible que estuviera, era más tarde de lo normal, seguro ya se había ido, Basta Louis. Aún así, camino por el pasillo esperando ver esa melena revoloteando, pero nada. No estaba como los tres días anteriores donde tampoco lo había visto. Soltó un suspiro y se sentó aún más atrás, el autobús estaba casi lleno. Miró por la ventana sin mucho entusiasmo, se puso la mochila en el pecho, la abrazo y cerró los ojos, bueno, al menos podría dormir en el regreso a casa.

Louis pocas veces se quedaba dormido de verdad cuando iba en el autobús. Por lo general cabeceaba y se perdía un poco, pero nunca de forma profunda. Sintió un peso acomodarse en el asiento contrario pero no le interesó saber quién era. El calor era reconfortante y estaba extrañamente cómodo que tampoco trato de mantenerse al tanto. Dejó que el sueño le invadiera y se perdió.

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Se levanto con el repiqueteo constante de las gotas contra la ventana. Golpeaba con fuerza y el viento se escuchaba aún dentro del vehículo. Parpadeó perdido y adormilado antes de darse cuenta que en realidad tenía la cabeza recargada en el hombro de un extraño y que este extraño también estaba suavemente recargado en él. ¡Qué demonios! Se hubiera quitado con brusquedad, si no hubiera visto los rizados cabellos castaños del extraño que le hicieron dudar. En cualquier lugar reconocería ese adorable cabello. Se quedo sin habla ¿Cómo demonios se había quedado dormido a su lado? Aun peor ¿Cuándo se había subido? No se suponía que lo encontraría. Se suponía que él chico siempre se iba a una hora exacta, no antes, no después.

—¿Hey?— Se separó despacio y probó si estaba consciente. El chico ni siquiera reaccionó. Bien, estaba bien, si hubiera reaccionado se hubiera muerto de vergüenza. Soltó un pesado suspiro y miró la ventana maldiciendo su suerte. Llovía como los mil demonios y no traía nada con que cubrirse. Miro de nuevo dentro del vehículo, estaba casi solo y su parada tampoco estaba muy lejos y Harry seguía dormido con esa respiración tan profunda y mantenía su mochila abrazada como si temiese perderla. Adorable. Pensó de mala gana.

Pero estaba poniéndose nervioso, la parada estaba cerca, muy cerca y no quería despertar al menor y la lluvia azotaba y maldita sea no se suponía que tenía que topárselo, no de esa manera en la que no estaba esperándolo, no después de tenerlo tan cercas en el concierto el sábado. No estaba preparado.

Gruñó en su interior al ver que tenían que bajarse ya. Apretó un tanto el hombro del chico, agitándolo. — Harry, levántate, tenemos que bajarnos. —Lo movió un poco más y el chico parpadeo varias veces antes de fijar sus ojos en él y desbordarse en sorpresa y podría jurar que tenia las mejillas rosadas.

No le dio tiempo de decir algo cuando lo sacó del asiento y lo llevó prácticamente hacia la puerta. Le escucho maldecir también sobre la fuerte lluvia, haciéndole sonreír con torpeza. Aprovechó que el chico estaba tan perdido y sorprendido con la lluvia que al bajarse lo tomó del brazo y lo estiró en su dirección. —Mi casa está cerca. —Dijo y lo estiró de nuevo.

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—Ponte esto. — Tiró una camisa al chico y se metió de nuevo a su cuarto para cambiarse de ropa. Salió con ropa seca y metió la suya mojada junto a la camisa de Harry a secar mientras el chico esperaba en la sala. Al salir lo vio sentado en uno de los sofás de forma torpe mirando al suelo y ese simple gesto le hizo sonreír—. Prepararé un poco de Té. —Murmuró con rapidez y se fue directo a la cocina. Tenía que estar solo, al menos un minuto.

Todavía no se hacía con la idea de que tenía al chico ahí. Había sido un impulso de su parte el llevarlo ahí en primer lugar. Tal vez porque al final de verdad quería hablar con él sin todo el ruido de la música o los asientos que los separaban y que nunca se habían atrevido a acortar. Tal vez porque el chico le daba de verdad curiosidad o por que este le miraba de esa forma tan extraña como si su persona fuera atrayente. Louis no se consideraba atrayente en ningún aspecto aun cuando Zayn le había confesado que era atractivo, él se lo había tomado como una tonta broma. Pero entonces ¿Por qué Harry le miraba tanto?

Colocó monótonamente el agua a hervir y los sobres de Té y luego las tazas y tuvo que preguntar en voz alta si Harry lo quería con azúcar y, sí, sí lo quería con azúcar y se sintió estúpidamente bien de conocer algo de él. Luego esperó un momento más antes de tenerlos listos y salir de la cocina con ambas tazas en una bandeja y anunciarse con un simple "ya está tu té" porque sentía esa necesidad de que Harry supiera que iba a entrar y empezaba a molestarse consigo mismo porque no se supone que es lo que hace un chico de veinte años frente a un chico que seguro no superaba los diecisiete aún.

El tiempo pasó más rápido de lo que hubiera querido o tal vez es que estaba tan ansioso de querer hablar con él que no había tenido tiempo de mirar el reloj. Le había escuchado hablar con su madre que estaba preocupada y lo había visto beber su té de forma lenta para no quemarse. Y mientras lo miraba seguía formulándose esa pregunta en su mente ¿Por qué le miraba tanto? No entendía el por qué ese chico le buscaba con la mirada y menos el por qué él había empezado a corresponder la mirada o él hecho de bajarse aún después de su parada solo para tener medio minuto más a su vista. Patético. Descubrió donde vivía -O por donde vivía mejor dicho- Había preguntado por el chico rubio solo para tener más tema de conversación y mientras hablaba de él y Zayn sentía como el ambiente se relajaba un poco y luego se volvió de nuevo tenso y ligero. — ¿Tú también dibujas, no? Algo así dijis…—Preguntó sin pensarlo y se arrepintió al instante. No se suponía que fuera tan estúpidamente obvio. —Algo así mencionó Zayn.— Corrigió de inmediato esperando que el chico no lo hubiera notado. Pero a juzgar por sus cejas fruncidas, supo que no lo logró. Mierda.

Comieron un poco, luego jugaron videojuegos y ese fue el punto donde Louis se relajó por completo. Se perdió entre los disparos, la acción, la adrenalina y en que Harry estaba jugando con él que no se molesto en no invadir un poco su espacio y tomarle del brazo y gritar cuando tenían que correr o cuando debía cubrirlo o cuando solo quería llamar su atención o cuando sentía que estaba distraído. Pero Louis nunca pensó que cuando Harry dejo el mando a un lado y se aproximo con sus delgadas manos a su rostro y le quitaría los lentes, aquello pasaría. Definitivamente no estaba preparado para sentir su peso sobre él o esa mirada tan verde o en el cosquilleo extraño en la boca del estomago o que sus labios suaves sabían a queso.

Se quedó con los ojos tan abiertos como platos y con las extremidades rígidas como hielo y la respiración pausada. Quería decir algo. Preguntarle que carajos había sido eso. Pero aún estaba en shock cuando Harry se levantó con las mejillas encendidas tan rojas como manzanas y con la voz quebrada y los ojos tan abiertos y angustiados y sus manos temblorosas diciendo una y otra vez "Lo siento. Lo siento. Soy un idiota" Alejándose del mayor con rapidez, yendo a donde había dejado su mochila y dirigiéndose a la puerta.

—¡Harry!— Reaccionó por fin, pero tarde. Él chico se había salido aún bajo la lluvia y cuando se asomó por la puerta ya no se veía rastro de él. ¡Maldita sea! Cerró la puerta de un portazo y se dejó caer de nuevo en el sofá. Demasiado aturdido para hacer cualquier cosa o pensar en cualquier cosa. Enserio ¿Que había sido todo eso? Se recostó llevándose ambas manos a su rostro y trato de tranquilizarse. Bien, solo había sido un beso. Un beso de pico, nada de importancia. Nada que le hiciera sentir incomodo. Aún así lo sentía.

Se sentía culpable de no haber pensado en que algo así pudiera haber pasado y que pasó y que ahora todo se pudo haber ido a la mierda antes de siquiera empezar. Soltó un cansado suspiro mirando a la televisión. Observando las grandes letras del juego y sintiéndose molesto de verlas. Apagó la televisión y se fue a su alcoba aún antes de que sus padres llegaran. Se tiró a la cama y puso su reproductor de música para despejarse. Tal vez debí ir tras de él. Resopló después de pensarlo. Que tontería holliwoodense seria esa. Solo esperaba que no se enfermara por la lluvia.

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No había podido dormir mucho aquella noche. Tal vez porque sus hermanas habían llegado quejándose de que sus zapatos nuevos se habían mojado y llenado de lodo o que su ropa había tenido la misma suerte o simplemente porque no podía dejar de pensar en lo que horas atrás había pasado. Se había acorrucado ensimismo, rodado, levantado, había jugado con su móvil y nada. Todos sus pensamientos regresaban al mismo punto de partida y mientas veía al profesor explicar una vez más sobre los trabajos que harían, seguía pensando en que tal vez si se enfermó el chico de rulos no lo vería hoy.

No es como si esperara verlo, bueno, sí. Pero solo para preguntarle si estaba bien, si no se había enfermado o si no le habían regañado en su casa o tal vez disculparse porque tal vez su rostro lo había asustado a todo eso… ¿Qué tan malditamente mal había estado su expresión para hacer correr al chico? Espera, yo no tendría que disculparme. Él me besó. Se auto contesto con mal humor.

Giro a ver a Zayn que estaba entretenido con un dibujo mientras Liam solo estaba reposando la barbilla entre sus brazos contra el escritorio. Este último alzó las cejas al toparse con la mirada del ojiazul que solo suspiro —. ¿Que tal les fue ayer? ¿Se divirtieron? —Liam sonrió como si hubiera dicho algo gracioso y rió un poco mirando a donde Zayn.— En realidad nos agarró la lluvia y tuvimos que irnos temprano. —No pareció querer decir más y Louis tampoco quería decirles que a el también le había agarrado la lluvia y menos que había sido con el chico de rulos.

Trataba de no pensar en el. Al final de clases, al salir se toparon con el rubio, venía solo y un poco más callado de lo que recordaba Louis, pero al ver a Zayn su mirada se ilumino de forma graciosa y el moreno sonrió con cariño. Algo pasaba entre ellos, lo sabia Louis, pero tampoco tenía ganas de preguntar—. ¿Y tu amigo? — Escuchó a Zayn preguntarle y se encontró mas interesado de lo que quería—. Se ha ido a la mitad del receso, al parecer se enfermó. —Contestó con pena. Louis no creyó que dijeran mas por lo que se fue. El autobús se sentía extrañamente más solo y más frío, pero esa debía ser su imaginación.

Esa rutina parecía no querer marcharse y es que Niall como -Zayn le recordaba cada vez que le decía “rubio”- estaba yendo todos los días a la salida. Louis nunca se quedaba demasiado con ellos pero algunas veces le escuchaba quejarse de sentirse solo en su ultima hora o sentirse preocupado y Louis sabía a qué se refería. Una vez Niall había llegado incluso antes de que terminara la hora y Zayn se había salido, no supo nada de ellos hasta que por casualidad paso por una aula que siempre estaba vacía y escucho risillas y quejidos, también unos cuantos suspiros. Salió de ahí tan pronto como sus pies respondieron. Louis nunca le preguntaba nada a Zayn, pero este solía mencionar algunas cosas, su tema favorito ese día era el chico de rulos. Al parecer Niall le hablaba mucho de él y Louis no sabía si se alegraba o se molestaba por ello.

—¿No lo has visto en una semanas?— Habían llegado a la azotea de la universidad y el moreno se negaba a dejar el tema de lado.

— No Zayn, además ¿Por qué tendría que verlo? No es cosa mía. — Dijo con exasperación. Rompía un papel añejado que había encontrado. No quería mirarlo ni hablar con él, pero el contrario se negaba a irse y dejarlo solo ¿Cuanto más podía presionarlo? ¿Creía que sabía algo del chico y por decisión propia se había negado a verlo? No, el chico era el que se había esfumado y le había dejado un rubio al que soportar todas las salidas.

No hubiera mirado a Zayn si este no se hubiera quedado callado, suspiro con resignación y le miró con desdén —Niall dice…— Le escucho. Zayn se acercó a la barda en donde Louis estaba recargado y poso sus brazos cruzados sobre la misma. — Que no se comporta como el mismo — Luego miro al castaño de una forma casi como si esperara explicaciones. Cuando abrió de nuevo la boca, Louis se le adelanto.

—Mira Zayn, no sé qué demonios te ha dicho el rubio. — Casi escucho el -Niall- salir de la boca de Zayn pero este lo dejo pasar. Extraño — Pero no sé por qué vienen a decírmelo a mí, yo no… — En eso escucharon pasos subiendo y segundos después una cabellera rubia se asomó por la puerta. Miro al morenó luego al castaño y luego de nuevo a Zayn.

—¿Nos vamos?— Murmuró quedo. Louis no pudo evitar rodar los ojos al presenciarlo. Bien, no le encantaba la idea de tener a ese chico cada día ahí y menos que prácticamente le ignorara. Él no era el culpable de nada ¿De acuerdo? Por su parte Zayn le asintió con media sonrisa y la cabecilla desapareció del marco.

—Piénsalo, Lou. — Insistió antes de palmearle el hombro y caminar a la puerta—. No tengo nada que pensar. —Gruñó enseguida, pero Zayn ya no giró a verlo, solo escucho un “Idiota” Que sentía merecer. O tal vez no lo merecía, después de todo ¿Que había hecho él? Había sido amable y atento y le había devuelto su estúpido libro que no era nada estúpido pero ese no era el punto. El punto es que el quería también una explicación pero no se sentía como si ÉL debería pedirla. Harry le había besado y Harry se había ido y Harry era el que debería estarse carcomiéndose la cabeza con pensar que había hecho algo malo, porque su rostro no pudo haberlo asustado ¿o sí?

Daba igual, porque aún cuando se saliera algo temprano o más tarde de sus clases, no lo vería. Se estaba empezando a sentir como un idiota y no sabía ciertamente si era porque lo estaba esperando o porque no se dignaba a preguntarle nada a Niall. Él tampoco le hablaba, apenas y le dirigía la mirada y era extraño ya que se habían llevado bien en el concierto. Al único que le agradecía por su poca insistencia era Liam, él solo estaba ahí cuando quería charlar o solo jugar videojuegos o solo estar, no le miraba con reproche y mantenía a veces ocupado el rubio cuando necesitaba hablar con Zayn.

Un día, dos días, tres días, cuatro días… ¿O ya era una semana? No empezaba a pensar mucho y últimamente se quedaba más veces dormido en el autobús, era como si cuando sabía que el chico no subiría su subconsciente lo dejaba prácticamente inconsciente contra el cristal y no despertaba hasta la última bajada. Todo era una mierda y lo peor de todo es que no podía hacer que cambiara eso.

Pasaron unos cuantos días más en los que decidió que no valía la pena, nada valía la pena, ni las miradas de reproche de Niall hacia él cuando le veía llegar a su universidad, ni las constantes palabras de Zayn o el mismo silencio de Liam; Podían irse los tres a la mierda y llevarse al rulos de una vez también. O al menos eso había pensado hasta que su madre le había llevado la ropa limpia a su cuarto perfectamente doblada y entre las camisas había aparecido la de Harry. ¡Hey, linda sorpresa! Había gritado tan sarcásticamente su mente que se odio a sí mismo. Era lo que le faltaba ¿Podía irse también su mente a la mierda y regresar cuando Harry fue menos estresante en sus pensamientos?

Bien, tal vez estaba exagerando un poco, o tal vez un mucho ¿Que importaba? Tomó la camisa entre sus manos extendiéndola y mirándola con una ceja levantada. Eso quería decir, que el chico tenía una suya así como el tenia esa entre sus dedos—. No importa de todas maneras. —Gruñó y la tiró en la cama. Tenía trabajo que hacer después de todo.

Tenía que entregar una pintura en tres días y apenas había empezado a delinear los trazos en el lienzo. Se puso los auriculares y se perdió en una pequeña fracción del mundo mientras las canciones iban y venían, una que otra vez se detuvo a sí mismo para poner de nuevo una canción, ni siquiera tomó en cuenta que la pantalla estaba manchada ya de azul. Pasaron las canciones y los minutos tras ella y los trazos se iban haciendo más y más notorios. Empezaron a aparecer plumas en un tono grisáceo que se extendía a un azul un tanto opaco. Más gris, azul y ahora un tanto de negro y unos cuantos coros cantados sin pensarlos como aquel, donde la melodía era un tanto lenta pero con ritmo constante y las palabras podrían parecer de aquellas con las que bailabas lentamente con tu pareja.

You’re so fucking special, cantó, más por inercia que por otra cosa. Esa canción la había escuchado antes, aquel tono era inolvidable. Y cuando se dio cuenta de donde la había escuchado, soltó los pinceles con frustración y se quito a su vez los auriculares. ¿Cómo diablos es que todo se ponía en su contra últimamente? Tenía que acabar con eso, por su salud mental al menos. ¿Pero cómo?

Trató como una de las otras veces en salir temprano de clases e ir a la escuela del chico. Zayn no dijo nada y Liam solo le dedico un gesto curioso cuando le vieron marcharse. Y estaba ahí, dirigiéndose hacia su escuela, esperando topárselo por fin y preguntarle qué diablos le pasaba o si en verdad no le pasaba nada y solo era un chiquillo raro que iba por ahí observando personas en los autobuses y metiéndose extrañamente en su cabeza y frustrando sus pensamientos y maldita sea. Tenía mucho que explicar.

Dio vuelta en una de las esquinas, buscándolo con la mirada entre los montones de adolescentes que estaban en la entrada. No veía ninguna cabecilla de rulos castaños. Gruñó. Era mal momento de reprocharse no pedirle el numero a Niall, el debía estar con el chico.
Esperó unos minutos más, impacientándose y sintiéndose más y más estúpido y no por tener los dedos llenos de pintura seca que no se había querido quitar después de su ducha mañanera. Un timbre sonó con fuerza haciéndole levantar la vista y el montón de adolescentes de antes se triplicó con rapidez. Ya era la hora de la salida. —Bien. —Murmuró acercándose un poco. Tenía que encontrarlo y ya, no mañana ni al día siguiente era ahora.

Pero era más fácil decirlo que hacerlo. En segundos se había vuelto un mar de gente, yendo y viniendo sin parar. Caminó entre la multitud buscándole con la mirada hasta que vio unos rizos castaños a unos cuantos metros. Frunció el ceño con molestia, mezclando en ese momento todos los sentimientos que tenía en el interior y caminó con paso decidido a donde estaba el chico de espaldas. Cuando estuvo suficientemente cerca, tomó al chico de los hombros y lo giró con brusquedad alzando la voz en un: "¡Tu!!" Que sonó seco y sorprendió al menor que había sido girado. Louis deseó que se lo tragara la tierra o al menos que el chico no lo golpeara. No eres Harry pensó— ¡Y-yo, lo siento!— Dijo rápido—.Te confundí. Lo lamento. —Y sin esperar nada más le soltó y se alejó con rapidez.

¿Donde mierdas estaba ese chico?

Al final, no encontró a Harry pero si a Niall al cual no dejó escapar. Le tomó del brazo y lo llevó a un lugar donde no estuviera infestado de críos de preparatoria y lo encaró.

—¿Qué diablos te pasa? — Gruñó el rubio frunciendo el ceño.

—¿A mí? A mí no me pasa nada, del que deberías preguntar es a tú amigo ¿Qué diablos le pasa a él? —No estaba en ese momento para ir suave ni mucho menos contemplar que el menor estaba incomodo con su presencia. El ya tenía suficiente de estar así, de pensar que había hecho algo malo y que todos hablaran a sus espaldas.

—A Harry… no le pasa nada…— Dijo después de unos segundos mirándole de forma recelosa y a la defensiva. Louis quiso decirle que dejara de actuar así, que él no era el culpable del estado del castaño.

—¿Entonces?

Niall le miró de nuevo, frunciendo los labios y soltando un bufido de mala gana—. Mira. —Dijo sacudiéndose para soltarse—. Él muy apenas y me habla al respecto. Ha estado todo extraño desde…hace rato y lo único que sé es que tiene algo que ver contigo. —Le volvió a mirar de esa forma recelosa y continuó—. Así que estamos en las mismas. ¿Podrías decirme qué diablos le hiciste?

Yo solo le mire raro mientras me besaba pensó furtivamente. Abrió y cerró la boca un par de veces sin saber que contestarle exactamente. El chico le seguía esperando y es que bueno, vale, el no esperaba ser el que tuviera que responder algo en verdad ¿Que planeaba ese chiquillo al ocultarlo también de su mejor amigo?

—El… —Apretó los labios. Un beso no tenía importancia. Un beso era algo que podría darse cualquiera incluso desconocidos como ellos sin que realmente afectara en algo por que no es como si se conocieran o como si estuvieran enamorados o …

Oh…

Tal vez era su imaginación o de verdad había sonado un click en su cabeza. Parpadeó desorientado un par de veces. Eso era estúpido e ilógico. No tenía sentido que Harry estuviera… Nah aunque….por algo fue entonces el beso… ¿no?… luego la voz confundida de Zayn lo sacó de sus pensamientos.

—¿Qué rayos hacen ustedes dos aquí?— preguntó el moreno acercándose a donde estaba Niall. El chico se alejó del ojiazul y se pegó practicamente a Zayn.

—¿Eh?

—Nada. Me lo topé yendo a la Universidad… —Murmuró con una media sonrisa y mirando de soslayo a Louis que solo asintió. Zayn los miró a ambos con el ceño fruncido y sin entender del todo. Tampoco es como si le importara mucho, si ellos empezaban a llevarse bien, para el mejor. Ya no tendría que soportar la mirada del castaño con molestia ni la insistencia de Niall de no quedarse en la universidad con los chicos porque no quería estar con Louis. Unos segundos pasaron y terminó por poner su brazo sobre el hombro del menor y pegarlo a él.

—Ya bien… —Miro a Louis sin estar muy seguro y sonrió un tanto forzado.

—Ya…Vale. — Rodó los ojos, acomodó la mochila y se alejó del par. No iba a ser el mar tercio más de lo necesario.

Realmente no tiene sentido. Gruñó aquella vocecita exasperada en su cabeza. Iba mirando por la ventanilla del autobús casi como si todo aquello no existiera y su cuerpo se sintiera pesado. Miró sin mirar todo el recorrido y cuando menos se percató ya había llegado, de nuevo, se levanto con los músculos adormecidos y bajo las pequeñas escaleras que le separaban del pavimento y ahí se quedo de pie mientas el vehículo se marchaba. El viento era fresco y corría con la suficiente fuerza para menear sus cabellos.

Zayn no le dijo mucho aquella noche cuando hablaron y no tenía pensado preguntar por más- Decidió, por fin, que no iría más a la preparatoria y haría como si el rubio no existiera y que cuando aquella canción sonara la quitaría de inmediato -ya que por una extraña razón no podía borrarla- y que en sus días se dedicaría a la escuela y a sus hermanas que le distraían con sus juegos infantiles. No tenía sentido obsesionarse con aquella idea extraña de que el chico le evitaba -aun que lo hacía-

Pasaron quizás dos día más o tal vez tres, el punto era que era sábado y no tenía nada que hacer. No había hecho planes con los chicos y no tenía ganas de ir solo al centro, así que, no le quedo más que aceptar salir con su familia y no era como si no le gustara, pero prefería no ser el contra tres pequeñas e hiperactivas chicas.

Habían ido a comer a un Mcdonald aunque se la habían pasado más en los juegos que comiendo la hamburguesa. Luego, para la tarde se habían ido a ver una película. Su madre charlaba con su padre mientras él llevaba a las pequeñas tomadas de la mano y escuchando sus infantiles y emocionadas ganas de ver la nueva película en cartelera. No se la estaba pasando nada mal en realidad.

Sus padres compraban las entradas para el cine y él se encaminó a comprar las palomitas junto a las dos mayores que ya peleaban por que comprar. Les paso a ambas dos botes de palomitas medianos y se las ingenio para cargar los refrescos y los chocolates que había introducido en el bolsillo de la sudadera. Se alejaron del mostrador, sus hermanas casi corrieron a donde su madre esperaba y él se limito a gruñirles que tuvieran cuidado de no caerse, luego, sintió como el paquete de su bolsillo se caía. Diablos

Antes de que pudiera si quiera hacer una maniobra para agacharse sin derramar los refrescos, una cabellera rubia se agacho frente a él, tomo el paquete y se levantó con elegancia de nueva cuenta.

—Aquí tienes. — Louis observo el chocolate en los dedos de la chica por un momento antes de mirar su rostro, el cabello rubio que bajaba como cascada por sus hombros, la piel lechosa y hoyuelos en sus mejillas mientras sonreía. Parpadeó confundido, su rostro se le hacía conocido, era como si lo hubiera visto antes.

—Gracias. —Murmuró extendiendo apenas la mano para tomarlo y le miro aun más, tratando de sacar de donde la había visto. La chica se encogió de hombros y dio media vuelta para seguir su camino y en eso escucho esa vocecilla gruesa para un chico de preparatoria llamando a la desconocida.

—¡Gemma, anda, ya empezó la función!

Se congeló.

O tal vez estaba congelado desde antes.

Giró el rostro de manera rápida y atontada mirando a donde la chica se iba y le vio. Era ese maldito niño idiota que le evitaba y se veía tan fresco caminando. Tan ajeno, tan…libre

Apretó el chocolate entre sus dedos y los labios se fruncieron.

—¡Harry!—Gritó. No supo si era lo correcto, en realidad no supo que lo hizo hasta que los ojos verdosos le observaron confundidos y luego aterrados. Pudo observar también que el chico perdía el aire y sus pasos se entorpecían hasta detenerse por completo.

Le vio mover los labios sin soltar sonido alguno y al mismo tiempo, la chica, Gemma, se giraba y le miraba con ambas cejas alzadas y luego volteaba a donde el castaño. Eran hermanos, por eso su rostro se parecían tanto.

El chico negó y parpadeo como si estuviera teniendo algún ataque de pánico y luego se giró y continuó caminando, su hermana se quedo un momento más, luego, le siguió.

Louis se había quedado estático a pesar de que había empezado la escena. No podía moverse ni hablar y el chocolate se partió entre sus dedos. Temía que gritaría si soltaba la golosina. No tardó en sentir las manitas de sus hermanas jalando de su brazo, tomó un respiro profundo y trató de tranquilizarse regresando con su familia.

Louis no fue capaz de concentrarse en la película.

Tampoco fue capaz de conciliar el sueño en toda la noche y a la universidad llegó tarde y de mal humor. Zayn no le habló mucho y Liam le compartió un par de cigarrillos para tranquilizarlo. Tenía sueño y varias veces se quedó dormido contra sus brazos en un pupitre.

A la salida se fumó otro cigarro y se bebió una coca-cola para tener algo de azúcar en el cuerpo, esperó el autobús, subió y se sentó hasta la parte trasera del lado de la ventana. Dejó descansar su cabeza contra el cristal y cerró los ojos esperando dormirse, apenas y puso atención al ronroneo del motor del vehículo.

No quería abrir los ojos, aún cuando sintió la nueva parada y un peso extra en el asiento continuó, aún así, no los abrió.

—Hey… —Escuchó. Abrió lentamente los ojos.

—Hey… —Respondió y casi sintió que había extrañado ese peso a lado.

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