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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Soldier
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Soldier
Si hay algo uera de regla comentenmelo plz, soy nuevo n_nu
Título: Soldier
Autor: Vondecraft
Adaptación: No, es original
Género: Acción, Ficción, Apocalíptico.
Contenido: Accíon, reflexiones psícologicas.
Advertencias: Me cuesta ser constante, así que me disculpo de antemano si tardo tiempo en publicar cada capítulo. Puede llegar a contener violencia gráfica y explícita y lenguaje soez y vulgar.
Otras páginas: No
Primer capítulo, próximamente.
Sinopsis:
Año 2068, día 30 de agosto. Hoy, han pasado 20 años desde el holocausto, en ese entonces solo era un mocoso de diez años que no entendía nada sobre el mundo, pero la guerra me abrió los ojos. Tras ver los horrores que aquellos cacharros de acero, algunos oxidados, realizaban a las personas que eran importantes para mi, decidí que no volvería a depender de nadie, que sería fuerte, y que destruiría de una vez por todas a esas máquinas que antaño nos hacían la vida tan cómoda. El mundo está acabado, puede que la raza humana esté al borde de la extinción, mientras esos robots han aprendido a repararse y crear más de los suyos. Pero yo no me daré por vencido, soy un miembro de élite de la última resistencia contra los robots, la humanidad por primera vez unida bajo un solo idioma y bandera. Yo soy Soldier y pienso acabar con toda esta locura.
Título: Soldier
Autor: Vondecraft
Adaptación: No, es original
Género: Acción, Ficción, Apocalíptico.
Contenido: Accíon, reflexiones psícologicas.
Advertencias: Me cuesta ser constante, así que me disculpo de antemano si tardo tiempo en publicar cada capítulo. Puede llegar a contener violencia gráfica y explícita y lenguaje soez y vulgar.
Otras páginas: No
Primer capítulo, próximamente.
Sinopsis:
Año 2068, día 30 de agosto. Hoy, han pasado 20 años desde el holocausto, en ese entonces solo era un mocoso de diez años que no entendía nada sobre el mundo, pero la guerra me abrió los ojos. Tras ver los horrores que aquellos cacharros de acero, algunos oxidados, realizaban a las personas que eran importantes para mi, decidí que no volvería a depender de nadie, que sería fuerte, y que destruiría de una vez por todas a esas máquinas que antaño nos hacían la vida tan cómoda. El mundo está acabado, puede que la raza humana esté al borde de la extinción, mientras esos robots han aprendido a repararse y crear más de los suyos. Pero yo no me daré por vencido, soy un miembro de élite de la última resistencia contra los robots, la humanidad por primera vez unida bajo un solo idioma y bandera. Yo soy Soldier y pienso acabar con toda esta locura.
Vondecraft
Re: Soldier
tío, escribes de la puta, literaaaaaaal.
bueno, mi nombre es loana but si me dices lula sería mejor(?) y amé la sinopsis, espero que la sigas, eso. adiós<3
bueno, mi nombre es loana but si me dices lula sería mejor(?) y amé la sinopsis, espero que la sigas, eso. adiós<3
Clifford.
Re: Soldier
me alegra que te gustase lula, intentare tenerlo para este fin de semana, pero no prometo nada, ando repleto de examenes XD espero que responda a tus expectativas jeje ^^
Vondecraft
Soldier: Capítulo 1
Una habitación con las paredes de metal, medio oxidado, en un rincón un camastro cochambroso y, sobre él, un tipo durmiendo con los brazos cruzados sobre su nuca. Desde la entrada asoma un chico joven con el pelo cortado al estilo militar, los lados y la parte trasera pulidos al máximo mientras que en la parte superior se asomaba hasta una cierta altura. El joven llevaba un uniforme verde adornado con una brillante medalla en la que se dibujaba una garza, y un pañuelo rojo colgando del cuello. Bajo él se alcanzaba a vislumbrar una tímida camisa negra, posiblemente sin mangas y de cuello bajo. Llevaba unos pantalones de campaña militar abiertos en los extremos que hacía recordar a un pantalón marine. Bajo el brazo llevaba un sombrero romboide verde con una pequeña bola colgando.
— Sargento despierte, se nos ha encargado una misión. -le gritaba al tipo que estaba durmiendo de forma respetuosa-.
El sargento se limitó a echarse a un lado mientras ignoraba su llamado.
— ¡Sargento Jhon Carpet, responda! -levantaba el tono momentáneamente en un atisbo de enfado-.
La persona en cuestión responde y se levanta de forma torpe, frotando uno de sus ojos como si fuese un niño mientras levanta un gran bostezo.
— ¿Que ocurre soldado?
— Se le ha encargado una misión sargento, me han asignado junto a usted. -Recompone su tono respetuoso-.
— ¿Una misión? ¿Ahora? ¿Qué se supone que es esta vez?
El sargento se levanta, dejando ver su figura por completo, su altura superaba por varios centímetros a la del soldado y su cabello caía desaliñadamente sobre sus hombros, una camisa sin mangas dejaba ver su cuerpo musculado y unos pantalones de campaña iguales a los de su compañero.
— Una misión de reconocimiento, nos piden reconocer el desierto de gobi sobrevolándolo con su nave.
— ¿El desierto de gobi? Eso es imposible, hace tan solo quince días desde la batalla allí, ¿por qué nos piden ir ahora a reconocer el terreno? No debería haber nada nuevo allí.
— La misión viene de arriba, por favor vístase sargento. -El chico sale de aquella habitación con la misma postura firme con la que entró-.
Tras un gran suspiro el sargento Jhon susurra para sí mismo: — ¿Por qué demonios dejan a los soldados dar órdenes a sus superiores?
— Normalmente no los dejan -se oye tras la entrada de la habitación-. Pero tratándose de ti se le permitió hacerlo.
La voz se transforma en la silueta de una chica que cruza la entrada. La joven tiene los ojos verdes, cabello oscuro recogido en una corta cola de caballo y lleva el mismo uniforme que el soldado pero con multitud de medallas, excepto la que el soldado tenía y sustituyendo el pantalón por una discreta falta verde poco por encima de las rodillas.
— Vaya, si lo hubiese sabido hubiese seguido durmiendo esperando que me despertase con un beso. -Comenta con un tono burlesco-.
— Cierto, y entonces quizás te hubiese pasado una cápsula de cianuro de paso -Sonríe de forma cínica-.
— Había olvidado el miedo que das teniente Sodia.
— Más te vale no volver a hacerlo entonces.
— ¿Por qué al desierto?
— Eso es información clasificada. -Contesta al acto.-
— Vamos, nos conocemos desde que empezamos en esto, sabes mejor que esos gordos de arriba que debo conocer a lo que me enfrento.
La teniente lanza un suspiro y asiente con la cabeza, acto seguido muestra un fichero bajo el brazo y lo ojea.
— Al parecer, hay rumores que indican que no acabamos con toda la armada robótica del lugar, algo parece indicar que uno de sus laboratorios está allí, necesitamos que compruebes eso, ¿no debería ser gran problema para tu máquina no?
— Deberías dejar de molestarme para misiones de ese tipo.
— Es mi trabajo después de todo, deberías vestirte de una vez, o acabaré viniendo a llevarte tal y como estás ahora, sales en veinte minutos, más te vale estar preparado. -Dice mientras sale del lugar.-
— Si fuera menos estricta podría llegar a ser realmente encantadora.
— Lo he oído -Se oye en la distancia-.
En los siguientes diez minutos, el sargento se ocupa de ponerse su uniforme y de cargar sus provisiones: Una petaca llena con alcohol, un paquete de cigarrillos y un cinturón negro. Tras ello el sargento sale de su habitación a un pasillo, tras seguir el largo trayecto y llegar al final del pasillo entra en una puerta de chapa metálica hacia el hangar donde las naves se encontraban estacionadas. El hangar tenía una vasta extensión y un techo alto, las naves, muy diversas y de gran tamaño la mayoría ocupaban hasta donde alcanzaba la vista de la habitación. Para evitar perderse, el lugar estaba plagado de columnas numeradas alrededor de las naves. Sin dilación, Jhon se encontraba dirigiéndose a la columna número siete. En aquel lugar se encontraba esperando el soldado.
— ¿Está listo señor?
— ¿Es obvio no?
Toma el asa de una de las puertas de la nave y, haciendo fuerza hacia arriba la abre. Le hace una señal al soldado para que entre. El soldado sin decir palabra alguna entra y se sienta en el asiento del copiloto. La nave era pequeña en comparación con las otras del hangar, solo dos asientos y un espacio reducido. Por fuera, la nave poseía dos hélices horizontales arriba, una a la izquierda y otra a la derecha, ambas rodeadas por el chasis, en la cola, una tercera hélice vertical ayudaba con el equilibrio de la máquina. El morro se pronunciaba hacia adelante junto con la cristalera, ofreciendo una visión de casi ciento ochenta grados desde dentro. Sin embargo, pese al aspecto antiguo que tenía la nave, por dentro contaba con sofisticada tecnología.
— ¿Y este cacharro sabe volar?
— ¿Cacharro? ¿Has oído eso Sofía?
— ¿Sofía?
— Es su nombre, y ella es la nave más rápida de este hangar. Es la mejor en lo que a misiones de reconocimiento concierne.
Jhon pulsa varias palancas sobre él y las hélices comienzan a girar.
— Prepárate para un viaje movido soldado.
El motor se enciende, la nave se eleva levemente del suelo y sale disparada del hangar.
— ¿Por qué demonios tiene motor si lleva hélices?
— Sin las hélices a esta velocidad Sofía perdería casi toda su estabilidad y no sería capaz de mantenerla en vuelo.
— ¿0,5 mach? ¡Es una locura!.
— No vayas a vomitar, llegaremos en unos minutos.
— Sargento despierte, se nos ha encargado una misión. -le gritaba al tipo que estaba durmiendo de forma respetuosa-.
El sargento se limitó a echarse a un lado mientras ignoraba su llamado.
— ¡Sargento Jhon Carpet, responda! -levantaba el tono momentáneamente en un atisbo de enfado-.
La persona en cuestión responde y se levanta de forma torpe, frotando uno de sus ojos como si fuese un niño mientras levanta un gran bostezo.
— ¿Que ocurre soldado?
— Se le ha encargado una misión sargento, me han asignado junto a usted. -Recompone su tono respetuoso-.
— ¿Una misión? ¿Ahora? ¿Qué se supone que es esta vez?
El sargento se levanta, dejando ver su figura por completo, su altura superaba por varios centímetros a la del soldado y su cabello caía desaliñadamente sobre sus hombros, una camisa sin mangas dejaba ver su cuerpo musculado y unos pantalones de campaña iguales a los de su compañero.
— Una misión de reconocimiento, nos piden reconocer el desierto de gobi sobrevolándolo con su nave.
— ¿El desierto de gobi? Eso es imposible, hace tan solo quince días desde la batalla allí, ¿por qué nos piden ir ahora a reconocer el terreno? No debería haber nada nuevo allí.
— La misión viene de arriba, por favor vístase sargento. -El chico sale de aquella habitación con la misma postura firme con la que entró-.
Tras un gran suspiro el sargento Jhon susurra para sí mismo: — ¿Por qué demonios dejan a los soldados dar órdenes a sus superiores?
— Normalmente no los dejan -se oye tras la entrada de la habitación-. Pero tratándose de ti se le permitió hacerlo.
La voz se transforma en la silueta de una chica que cruza la entrada. La joven tiene los ojos verdes, cabello oscuro recogido en una corta cola de caballo y lleva el mismo uniforme que el soldado pero con multitud de medallas, excepto la que el soldado tenía y sustituyendo el pantalón por una discreta falta verde poco por encima de las rodillas.
— Vaya, si lo hubiese sabido hubiese seguido durmiendo esperando que me despertase con un beso. -Comenta con un tono burlesco-.
— Cierto, y entonces quizás te hubiese pasado una cápsula de cianuro de paso -Sonríe de forma cínica-.
— Había olvidado el miedo que das teniente Sodia.
— Más te vale no volver a hacerlo entonces.
— ¿Por qué al desierto?
— Eso es información clasificada. -Contesta al acto.-
— Vamos, nos conocemos desde que empezamos en esto, sabes mejor que esos gordos de arriba que debo conocer a lo que me enfrento.
La teniente lanza un suspiro y asiente con la cabeza, acto seguido muestra un fichero bajo el brazo y lo ojea.
— Al parecer, hay rumores que indican que no acabamos con toda la armada robótica del lugar, algo parece indicar que uno de sus laboratorios está allí, necesitamos que compruebes eso, ¿no debería ser gran problema para tu máquina no?
— Deberías dejar de molestarme para misiones de ese tipo.
— Es mi trabajo después de todo, deberías vestirte de una vez, o acabaré viniendo a llevarte tal y como estás ahora, sales en veinte minutos, más te vale estar preparado. -Dice mientras sale del lugar.-
— Si fuera menos estricta podría llegar a ser realmente encantadora.
— Lo he oído -Se oye en la distancia-.
En los siguientes diez minutos, el sargento se ocupa de ponerse su uniforme y de cargar sus provisiones: Una petaca llena con alcohol, un paquete de cigarrillos y un cinturón negro. Tras ello el sargento sale de su habitación a un pasillo, tras seguir el largo trayecto y llegar al final del pasillo entra en una puerta de chapa metálica hacia el hangar donde las naves se encontraban estacionadas. El hangar tenía una vasta extensión y un techo alto, las naves, muy diversas y de gran tamaño la mayoría ocupaban hasta donde alcanzaba la vista de la habitación. Para evitar perderse, el lugar estaba plagado de columnas numeradas alrededor de las naves. Sin dilación, Jhon se encontraba dirigiéndose a la columna número siete. En aquel lugar se encontraba esperando el soldado.
— ¿Está listo señor?
— ¿Es obvio no?
Toma el asa de una de las puertas de la nave y, haciendo fuerza hacia arriba la abre. Le hace una señal al soldado para que entre. El soldado sin decir palabra alguna entra y se sienta en el asiento del copiloto. La nave era pequeña en comparación con las otras del hangar, solo dos asientos y un espacio reducido. Por fuera, la nave poseía dos hélices horizontales arriba, una a la izquierda y otra a la derecha, ambas rodeadas por el chasis, en la cola, una tercera hélice vertical ayudaba con el equilibrio de la máquina. El morro se pronunciaba hacia adelante junto con la cristalera, ofreciendo una visión de casi ciento ochenta grados desde dentro. Sin embargo, pese al aspecto antiguo que tenía la nave, por dentro contaba con sofisticada tecnología.
— ¿Y este cacharro sabe volar?
— ¿Cacharro? ¿Has oído eso Sofía?
— ¿Sofía?
— Es su nombre, y ella es la nave más rápida de este hangar. Es la mejor en lo que a misiones de reconocimiento concierne.
Jhon pulsa varias palancas sobre él y las hélices comienzan a girar.
— Prepárate para un viaje movido soldado.
El motor se enciende, la nave se eleva levemente del suelo y sale disparada del hangar.
— ¿Por qué demonios tiene motor si lleva hélices?
— Sin las hélices a esta velocidad Sofía perdería casi toda su estabilidad y no sería capaz de mantenerla en vuelo.
— ¿0,5 mach? ¡Es una locura!.
— No vayas a vomitar, llegaremos en unos minutos.
Vondecraft
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