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"Vecina Perfecta" Zayn Malik Y Tú (Adaptada)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: "Vecina Perfecta" Zayn Malik Y Tú (Adaptada)
SIGUELAAAAAAAAAAA NUEVA LECTORA LA AMOO!!
AndreDirection
Re: "Vecina Perfecta" Zayn Malik Y Tú (Adaptada)
Me encanto porfavorr siguela prontooo :hug:
zaynmultiverse
Re: "Vecina Perfecta" Zayn Malik Y Tú (Adaptada)
Me han tenido muchisima paciencia!! y eso se agradece:) Como recompensa a todos los dias que no subi cap. les hare un maraton de 3 caps! :D las amo! Gracias por leer...
Maratón 1/3
Capitulo 13
—¿Por qué lo hiciste?
—Porque pensé que así te mantendría alejada. Porque me resultabas demasiado atrayente para mí y porque a una parte de mí le resultó divertido que quisieras ayudarme a encontrar trabajo —vio cómo ella levantó los hombros con tensión y reaccionó de inmediato—. Compréndelo, (TN). ¿Cómo no iba a divertirme que me ofrecieras cien dólares por salir contigo? Cien dólares para no herir los sentimientos de una mujer y para llevar a cenar a un músico en paro. Era... encantador. Eso no es algo que diga muy a menudo.
—Es humillante —murmuró ella al tiempo que comenzaba a sacar las cosas de la segunda bolsa.
—No digas eso —Zayn se arriesgó a acercarse a ella—. Es todo culpa mía; si te hubiera dicho mi nombre durante la cena, los dos nos habríamos reído de ello, pero en lugar de eso te hice llorar y lo siento muchísimo.
(TN) se quedó de espaldas a él, con la mirada perdida en la bolsa de la compra. No había esperado que se mostrara tan arrepentido, que pareciera preocuparle tanto haberle hecho daño. Pero así era y (TN) no podía fingir que no le importaba.
Así pues, respiró hondo y trató de recuperar el tono distendido y amistoso de antes.
—¿Quieres una cerveza?
La tensión que Zayn había sentido en los hombros desapareció de golpe.
—Sí.
—Me lo imaginaba. Nunca te había oído hablar tanto —se volvió a darle el vaso y la botella de cerveza con una sonrisa en los labios—. Debes de tener mucha sed.
—Gracias.
Allí estaba el hoyito de la mejilla.
—Pero no tengo galletas.
—Siempre puedes hacer más.
—Puede ser —siguió colocando las cosas.
Zayn, por su parte, volvió a pensar que era demasiado atrayente. Daba igual que llevase una camiseta enorme y unas zapatillas de deporte. Había estado comprando comida, así que el perfume que llevaba sin duda se lo había puesto para sí misma y no para gustar a nadie. No comprendía por qué llevaba dos aritos de oro en una oreja y un solo pendiente con un pequeño brillante en la otra.
El caso era que el conjunto resultaba sencillamente fascinante.
Cuando se giró a sacar otra cosa de la bolsa, Zayn le agarró la muñeca.
—¿Estamos como al principio?
—Eso parece.
—Entonces debo decirte algo más —dejó la cerveza sobre la encimera—. Sueño contigo.
Ahora era ella la que tenía la boca seca.
—¿Qué?
—Que sueño contigo —repitió al tiempo que se acercaba hasta que la dejó con la espalda pegada al refrigerador. Esa vez era ella la que no podía huir—. Sueño que estoy contigo, que te acaricio —sin apartar la mirada de sus ojos, le pasó la mano por el pecho—. Y me despierto con tu sabor en los labios.
—Dios mío.
—Dijiste que habías sentido algo al besarme y que creías que yo también lo había hecho —fue bajando las manos hasta sus caderas sin apartar los ojos de los suyos—. Tenías razón.
(TN) tragó saliva y se dio cuenta de que le temblaban las rodillas.
—¿Sí?
—Sí. Y quiero volver a sentirlo.
Al ver que se inclinaba hacia ella, (TN) puso la espalda muy recta.
—¡Espera!
Su boca había quedado a sólo unos milímetros de la de ella.
—¿Por qué?
La mente se le había quedado en blanco.
—No lo sé.
En sus labios apareció una de esas inusuales sonrisas.
—Detenme cuando lo sepas —dijo antes de posar su boca sobre la de ella.
Y todo volvió a ser igual. (TN)estaba segura de que no sería así, era imposible volver a sentir las mismas increíbles sensaciones de la otra vez y sin embargo eso fue lo que ocurrió. Jody tenía razón, después de aquello, ningún otro beso volvería a satisfacerla.
Aquella mujer era cálida, dulce, hermosa, eso y mucho más. Todo lo que había llegado a pensar que no necesitaba estaba ahora en sus brazos. Todo lo que deseaba con una fuerza que jamás habría imaginado.
Pasó de la boca al cuello, un cuello que recorrió con sus besos.
—No —aquello era lo último que (TN) esperaba oír de sus propios labios cuando lo cierto era que las manos y los labios de Zayn sólo estaban haciendo que deseara más y más. Y sin embargo volvió a decirlo de nuevo—. No. Espera.
Zayn levantó la mirada.
—¿Por qué?
—Porque yo... —de su boca escapó un gemido de placer cuando él siguió acariciándola, despertando cada poro de su piel.
—Te deseo —siguió acariciándole los pechos suavemente—. Y tú me deseas a mí.
—Sí, pero —(TN) abrió las manos y lo agarró por los hombros para luchar contra ese deseo que él había adivinado bien—, hay ciertas cosas que no me permito hacer por impulso y siento mucho decirte que ésta es una de ellas.
Abrió los ojos y se encontró con él observándola desde muy cerca.
—Esto no es un juego, Zayn.
Él enarcó una ceja al ver que había adivinado sus pensamientos.
—¿No? No —decidió de inmediato porque creía lo que ella decía—. No se te daría bien ese juego, ¿verdad?
—No lo sé, nunca lo he jugado.
Zayn dio un paso atrás y se encogió de hombros, parecía haber recuperado el control por completo, mientras que ella seguía inmersa en un absoluto torbellino de sensaciones.
Inconscientemente, (TN) se llevó los dedos al cuello con lentitud, donde él acababa de besarla.
—Necesito tiempo antes de entregarme de ese modo. Hacer el amor con alguien es un regalo que no debería hacerse sin pensar.
Aquellas palabras le llegaron muy hondo y, por motivos que ella no podría comprender, hicieron que se sintiera más tranquilo.
—Hay mucha gente que lo hace todo el tiempo sin pensar.
—Yo no —dijo ella, negando con la cabeza.
Sintió el impulso de acariciarle la cara, por eso prefirió meterse las manos en los bolsillos. Sería mejor que no la tocara, al menos por el momento.
—¿Y se supone que con eso me retiraré satisfecho?
—Sólo pretendo que comprendas por qué te he dicho no cuando quería decir sí. Cuando los dos sabemos que podrías hacerme decir sí.
—Esa sinceridad tuya es muy peligrosa —admitió él con los ojos ardiendo de deseo.
—Necesitas saber la verdad —de hecho, (TN) tuvo la sensación de no haber conocido a nadie antes que lo necesitara más que él—. Además, no suelo mentir a los hombres con los que tengo la intención de intimar.
Volvió a dar un paso hacia ella y vio cómo le temblaban los labios. Podría hacerle decir sí... saberse poseedor de tal poder resultaba muy seductor. Pero sabía que si utilizaba dicho poder, estaría poniendo en peligro algo que ni siquiera sabía si existía.
—Necesitas tiempo —concluyó—. ¿Tienes idea de cuánto?
El deseo hizo que le temblara la voz al responder a tan difícil pregunta.
—No lo sé, pero te aseguro que serás el primero en saberlo.
—Quizá podríamos quitar un par de días a ese tiempo —murmuró al tiempo que se permitía caer en la tentación de besarle los labios suavemente.
(TN) mantuvo los ojos abiertos con la esperanza de que eso la ayudara a no dejarse llevar, pero la visión se le hizo borrosa.
—Mm, sí, seguro que podemos quitar unos días.
—Mejor una semana —dijo mientras el beso se iba haciendo más y más intenso—. ¿Qué tal quince días?
Lo último que esperaba hacer en un momento en el que se veía completamente dominado por el deseo, era reírse.
—Será mejor que dejemos esto para más adelante —dijo.
(TN) se concentró en respirar con normalidad mientras él se volvía a agarrar su cerveza.
—Tengo toda esta... —señaló a su alrededor.
—¿Comida? —añadió él, encantado con su desconcierto.
—Sí. Tengo toda esta comida, así que supongo que podría preparar...
Zayn esperó unos segundos mientras ella se apretaba las sienes y fruncía el ceño.
—¿La cena?
—Eso es. La cena. Es curioso cómo a veces nos quedamos sin palabras. Voy a preparar la cena —respiró hondo—. ¿Te apetece quedarte a cenar?
El dio un trago de cerveza y se apoyó en la encimera.
—¿Puedo verte cocinar?
—Claro. Puedes sentarte ahí y cortar la verdura.
—Muy bien —la idea le resultó sorprendentemente atractiva, así que se sentó en un taburete—. ¿Cocinas mucho?
—Sí, bastante. Me gusta mucho cocinar. Es una especie de aventura; con todos los ingredientes, el calor, el tiempo, la mezcla de olores, texturas y sabores.
—Y... ¿alguna vez cocinas desnuda?
(TN) se detuvo en seco cuando se disponía a lavar un pimiento. Se dio media vuelta riéndose.
—Malik, acabas de hacer una broma —dejó el pimiento y le puso la mano sobre la de él—. Estoy muy orgullosa de ti.
—No era ninguna broma. Te lo preguntaba completamente en serio.
Cuando ella se echó a reír, se inclinó y le agarró el rostro entre las manos para después darle un sonoro beso en la boca, Zayn sonrió de tal modo que ni él mismo se habría reconocido.
—Bueno, ¿lo haces o no?
—Nunca si estoy friendo pollo, que es lo que voy a hacer ahora mismo.
—No importa. Tengo mucha imaginación.
(TN) se echó a reír de nuevo.
—Me apetece un poco de vino —dijo mirándolo a los ojos—. ¿Te apetece una copa?
—Claro.
Sacó una botella de vino blanco del frigorífico y después se volvió hacia él, que seguía observándola con ese brillo malévolo en los ojos.
—Tienes que dejar de hacer eso.
—¿El qué?
—Deja de imaginarme desnuda. Mejor ve a poner música —le ordenó señalándole el salón—. Abre una ventana porque tengo mucho calor y dame un par de minutos para que busque otra cosa de la que hablar que no tenga nada que ver con el sexo.
—A ti nunca te cuesta encontrar algo de lo que hablar.
—Supongo que eso para ti es un insulto. Para mí no. Soy una buena conversadora.
—¿Así es como se dice ahora ser una charlatana?
—Vaya, parece que esta noche rebosas ingenio y sentido del humor —y nada podría haberle gustado más a ella.
—Debe de ser por la compañía —murmuró Zayn antes de ponerse a mirar los discos—.Tienes bastante buen gusto en cuestión de música.
—¿Acaso esperabas que no fuera así?
—Desde luego no esperaba encontrar a Aretha Franklin y B.B. King. Claro que también tienes otras cosas más animadas.
—¿Qué tienes en contra de la música animada?
Por toda respuesta, Zayn levantó un disco de David Cassidy.
—Perdona, pero ese disco fue un regalo y resulta que es un clásico.
—¿Un clásico de qué?
—Es evidente que no aprecias el valor de la sutil crítica social que hace en I think I love you, o la desesperada motivación sexual de Doesn't somebody want to be wanted, pero estoy dispuesta a analizarlas contigo si quieres.
—No me digas que te sabes las letras.
—Por supuesto —dijo tratando de no echarse a reír—. De hecho, durante un periodo de mi vida, formé parte de un grupo de música.
—Ya —dijo mientras ponía un compacto de B.B. King.
—Era vocalista y guitarra rítmica.
—Tocas la guitarra.
—Sí, bueno, la tocaba. Estoy segura de que mi vieja Fender seguirá en casa de mis padres junto con los dibujos que hacía cuando quería ser diseñadora de moda y los libros de animales que estuve coleccionando hasta que me di cuenta de que si me hacía veterinaria, tendría que sacrificar a los animales además de jugar con ellos. Siempre estaba buscando.
Fascinante, pensó Zayn. Esa mujer era absolutamente fascinante.
—¿Buscando?
—No conseguía decidir qué quería ser. Todo lo que probaba me resultaba muy divertido al principio, pero después era sólo trabajo. ¿Sabes cortar un pimiento?
—No. ¿Y lo que haces ahora no te parece trabajo, en cierto modo?
(TN) suspiró con resignación y comenzó a cortar el pimiento.
—Claro que lo es y no en cierto modo. Es mucho trabajo, pero sigue pareciéndome divertido. ¿Tú disfrutas escribiendo?
—Rara vez.
Eso hizo que levantara la mirada hacia él.
—¿Entonces por qué lo haces?
—No puedo hacer otra cosa. Es mi única búsqueda.
(TN) asintió.
—A mi madre le ocurre lo mismo. Nunca quiso hacer otra cosa que no fuera pintar. A veces cuando la observo mientras trabajo, me doy cuenta de lo doloroso que es para ella trasladar al lienzo lo que ve en su cabeza, lo que quiere comunicar. Pero cuando termina y está satisfecha con el trabajo, resplandece de alegría y parece que incluso se sorprendiera de lo que es capaz de hacer. Supongo que debe de pasarte algo parecido, ¿no? —Al volver a mirarlo lo encontró observándola con evidente curiosidad—. No comprendo por qué te extraña tanto que entienda cosas que están más allá de lo que se ve a simple vista.
Zayn la agarró de la mano.
—Si es así, es porque soy yo el que no te comprende a ti. Es probable que siga ofendiéndote hasta que lo consiga.
—Yo soy tremendamente fácil de comprender.
—No, eso era lo que yo creía, pero estaba equivocado. (TN), tú eres un verdadero laberinto, con infinitos recovecos y ángulos inesperados.
Al oír aquello, ella sonrió de un modo que iluminó la habitación.
—Eso es lo más bonito que me has dicho nunca.
—No soy un hombre muy amable. Lo más inteligente sería que me dieras una patada en el trasero y me echaras de tu casa.
—Como soy muy inteligente, ya me había dado cuenta de que no eres muy amable. Sin embargo... —le puso la mano en la mejilla tiernamente—. Me parece que te has convertido en mi nueva búsqueda.
—¿Hasta que deje de ser divertido y se convierta en sólo trabajo?
La miró de un modo tan serio, que (TN) se dio cuenta de que siempre se apresuraba a pensar lo peor.
—Malik, ya eres trabajo y sin embargo sigues sentado en mi cocina —(TN) volvió a son-reír—. ¿Sabes cortar la zanahoria en bastones?
—No tengo la menor idea.
—Entonces mira y aprende porque la próxima vez te tocará a ti —comenzó a cortar y entonces volvió a sentir sus ojos clavados en ella—. ¿Sigo desnuda?
—¿Quieres estarlo?
Se echó a reír y optó por tomar un trago de vino.
Se tardaba mucho en cocinar hasta lo más sencillo con la distracción de la conversación, las miradas seductoras y las caricias.
Se tardaba mucho en comer una sencilla cena cuando una se estaba enamorando poco a poco del vecino de enfrente.
(TN) reconocía perfectamente los síntomas... el latido irregular del corazón, el hormigueo en el estómago. Todo eso unido a sonrisas y suspiros de adolescente eran señal inequívoca de que el amor estaba a la vuelta de la esquina.
Se preguntaba qué pasaría cuando llegara allí.
Se tardaba mucho en despedirse de alguien entre interminables besos en el descansillo de la escalera.
Y más aún en quedarse dormida cuando a una le dolía el cuerpo de deseo y tenía la mente llena de fantasías.
Cuando oyó la suave melodía de su voz, (TN) sonrió y dejó que la música la trasportara suavemente hacia el sueño.
Maratón 1/3
Capitulo 13
—¿Por qué lo hiciste?
—Porque pensé que así te mantendría alejada. Porque me resultabas demasiado atrayente para mí y porque a una parte de mí le resultó divertido que quisieras ayudarme a encontrar trabajo —vio cómo ella levantó los hombros con tensión y reaccionó de inmediato—. Compréndelo, (TN). ¿Cómo no iba a divertirme que me ofrecieras cien dólares por salir contigo? Cien dólares para no herir los sentimientos de una mujer y para llevar a cenar a un músico en paro. Era... encantador. Eso no es algo que diga muy a menudo.
—Es humillante —murmuró ella al tiempo que comenzaba a sacar las cosas de la segunda bolsa.
—No digas eso —Zayn se arriesgó a acercarse a ella—. Es todo culpa mía; si te hubiera dicho mi nombre durante la cena, los dos nos habríamos reído de ello, pero en lugar de eso te hice llorar y lo siento muchísimo.
(TN) se quedó de espaldas a él, con la mirada perdida en la bolsa de la compra. No había esperado que se mostrara tan arrepentido, que pareciera preocuparle tanto haberle hecho daño. Pero así era y (TN) no podía fingir que no le importaba.
Así pues, respiró hondo y trató de recuperar el tono distendido y amistoso de antes.
—¿Quieres una cerveza?
La tensión que Zayn había sentido en los hombros desapareció de golpe.
—Sí.
—Me lo imaginaba. Nunca te había oído hablar tanto —se volvió a darle el vaso y la botella de cerveza con una sonrisa en los labios—. Debes de tener mucha sed.
—Gracias.
Allí estaba el hoyito de la mejilla.
—Pero no tengo galletas.
—Siempre puedes hacer más.
—Puede ser —siguió colocando las cosas.
Zayn, por su parte, volvió a pensar que era demasiado atrayente. Daba igual que llevase una camiseta enorme y unas zapatillas de deporte. Había estado comprando comida, así que el perfume que llevaba sin duda se lo había puesto para sí misma y no para gustar a nadie. No comprendía por qué llevaba dos aritos de oro en una oreja y un solo pendiente con un pequeño brillante en la otra.
El caso era que el conjunto resultaba sencillamente fascinante.
Cuando se giró a sacar otra cosa de la bolsa, Zayn le agarró la muñeca.
—¿Estamos como al principio?
—Eso parece.
—Entonces debo decirte algo más —dejó la cerveza sobre la encimera—. Sueño contigo.
Ahora era ella la que tenía la boca seca.
—¿Qué?
—Que sueño contigo —repitió al tiempo que se acercaba hasta que la dejó con la espalda pegada al refrigerador. Esa vez era ella la que no podía huir—. Sueño que estoy contigo, que te acaricio —sin apartar la mirada de sus ojos, le pasó la mano por el pecho—. Y me despierto con tu sabor en los labios.
—Dios mío.
—Dijiste que habías sentido algo al besarme y que creías que yo también lo había hecho —fue bajando las manos hasta sus caderas sin apartar los ojos de los suyos—. Tenías razón.
(TN) tragó saliva y se dio cuenta de que le temblaban las rodillas.
—¿Sí?
—Sí. Y quiero volver a sentirlo.
Al ver que se inclinaba hacia ella, (TN) puso la espalda muy recta.
—¡Espera!
Su boca había quedado a sólo unos milímetros de la de ella.
—¿Por qué?
La mente se le había quedado en blanco.
—No lo sé.
En sus labios apareció una de esas inusuales sonrisas.
—Detenme cuando lo sepas —dijo antes de posar su boca sobre la de ella.
Y todo volvió a ser igual. (TN)estaba segura de que no sería así, era imposible volver a sentir las mismas increíbles sensaciones de la otra vez y sin embargo eso fue lo que ocurrió. Jody tenía razón, después de aquello, ningún otro beso volvería a satisfacerla.
Aquella mujer era cálida, dulce, hermosa, eso y mucho más. Todo lo que había llegado a pensar que no necesitaba estaba ahora en sus brazos. Todo lo que deseaba con una fuerza que jamás habría imaginado.
Pasó de la boca al cuello, un cuello que recorrió con sus besos.
—No —aquello era lo último que (TN) esperaba oír de sus propios labios cuando lo cierto era que las manos y los labios de Zayn sólo estaban haciendo que deseara más y más. Y sin embargo volvió a decirlo de nuevo—. No. Espera.
Zayn levantó la mirada.
—¿Por qué?
—Porque yo... —de su boca escapó un gemido de placer cuando él siguió acariciándola, despertando cada poro de su piel.
—Te deseo —siguió acariciándole los pechos suavemente—. Y tú me deseas a mí.
—Sí, pero —(TN) abrió las manos y lo agarró por los hombros para luchar contra ese deseo que él había adivinado bien—, hay ciertas cosas que no me permito hacer por impulso y siento mucho decirte que ésta es una de ellas.
Abrió los ojos y se encontró con él observándola desde muy cerca.
—Esto no es un juego, Zayn.
Él enarcó una ceja al ver que había adivinado sus pensamientos.
—¿No? No —decidió de inmediato porque creía lo que ella decía—. No se te daría bien ese juego, ¿verdad?
—No lo sé, nunca lo he jugado.
Zayn dio un paso atrás y se encogió de hombros, parecía haber recuperado el control por completo, mientras que ella seguía inmersa en un absoluto torbellino de sensaciones.
Inconscientemente, (TN) se llevó los dedos al cuello con lentitud, donde él acababa de besarla.
—Necesito tiempo antes de entregarme de ese modo. Hacer el amor con alguien es un regalo que no debería hacerse sin pensar.
Aquellas palabras le llegaron muy hondo y, por motivos que ella no podría comprender, hicieron que se sintiera más tranquilo.
—Hay mucha gente que lo hace todo el tiempo sin pensar.
—Yo no —dijo ella, negando con la cabeza.
Sintió el impulso de acariciarle la cara, por eso prefirió meterse las manos en los bolsillos. Sería mejor que no la tocara, al menos por el momento.
—¿Y se supone que con eso me retiraré satisfecho?
—Sólo pretendo que comprendas por qué te he dicho no cuando quería decir sí. Cuando los dos sabemos que podrías hacerme decir sí.
—Esa sinceridad tuya es muy peligrosa —admitió él con los ojos ardiendo de deseo.
—Necesitas saber la verdad —de hecho, (TN) tuvo la sensación de no haber conocido a nadie antes que lo necesitara más que él—. Además, no suelo mentir a los hombres con los que tengo la intención de intimar.
Volvió a dar un paso hacia ella y vio cómo le temblaban los labios. Podría hacerle decir sí... saberse poseedor de tal poder resultaba muy seductor. Pero sabía que si utilizaba dicho poder, estaría poniendo en peligro algo que ni siquiera sabía si existía.
—Necesitas tiempo —concluyó—. ¿Tienes idea de cuánto?
El deseo hizo que le temblara la voz al responder a tan difícil pregunta.
—No lo sé, pero te aseguro que serás el primero en saberlo.
—Quizá podríamos quitar un par de días a ese tiempo —murmuró al tiempo que se permitía caer en la tentación de besarle los labios suavemente.
(TN) mantuvo los ojos abiertos con la esperanza de que eso la ayudara a no dejarse llevar, pero la visión se le hizo borrosa.
—Mm, sí, seguro que podemos quitar unos días.
—Mejor una semana —dijo mientras el beso se iba haciendo más y más intenso—. ¿Qué tal quince días?
Lo último que esperaba hacer en un momento en el que se veía completamente dominado por el deseo, era reírse.
—Será mejor que dejemos esto para más adelante —dijo.
(TN) se concentró en respirar con normalidad mientras él se volvía a agarrar su cerveza.
—Tengo toda esta... —señaló a su alrededor.
—¿Comida? —añadió él, encantado con su desconcierto.
—Sí. Tengo toda esta comida, así que supongo que podría preparar...
Zayn esperó unos segundos mientras ella se apretaba las sienes y fruncía el ceño.
—¿La cena?
—Eso es. La cena. Es curioso cómo a veces nos quedamos sin palabras. Voy a preparar la cena —respiró hondo—. ¿Te apetece quedarte a cenar?
El dio un trago de cerveza y se apoyó en la encimera.
—¿Puedo verte cocinar?
—Claro. Puedes sentarte ahí y cortar la verdura.
—Muy bien —la idea le resultó sorprendentemente atractiva, así que se sentó en un taburete—. ¿Cocinas mucho?
—Sí, bastante. Me gusta mucho cocinar. Es una especie de aventura; con todos los ingredientes, el calor, el tiempo, la mezcla de olores, texturas y sabores.
—Y... ¿alguna vez cocinas desnuda?
(TN) se detuvo en seco cuando se disponía a lavar un pimiento. Se dio media vuelta riéndose.
—Malik, acabas de hacer una broma —dejó el pimiento y le puso la mano sobre la de él—. Estoy muy orgullosa de ti.
—No era ninguna broma. Te lo preguntaba completamente en serio.
Cuando ella se echó a reír, se inclinó y le agarró el rostro entre las manos para después darle un sonoro beso en la boca, Zayn sonrió de tal modo que ni él mismo se habría reconocido.
—Bueno, ¿lo haces o no?
—Nunca si estoy friendo pollo, que es lo que voy a hacer ahora mismo.
—No importa. Tengo mucha imaginación.
(TN) se echó a reír de nuevo.
—Me apetece un poco de vino —dijo mirándolo a los ojos—. ¿Te apetece una copa?
—Claro.
Sacó una botella de vino blanco del frigorífico y después se volvió hacia él, que seguía observándola con ese brillo malévolo en los ojos.
—Tienes que dejar de hacer eso.
—¿El qué?
—Deja de imaginarme desnuda. Mejor ve a poner música —le ordenó señalándole el salón—. Abre una ventana porque tengo mucho calor y dame un par de minutos para que busque otra cosa de la que hablar que no tenga nada que ver con el sexo.
—A ti nunca te cuesta encontrar algo de lo que hablar.
—Supongo que eso para ti es un insulto. Para mí no. Soy una buena conversadora.
—¿Así es como se dice ahora ser una charlatana?
—Vaya, parece que esta noche rebosas ingenio y sentido del humor —y nada podría haberle gustado más a ella.
—Debe de ser por la compañía —murmuró Zayn antes de ponerse a mirar los discos—.Tienes bastante buen gusto en cuestión de música.
—¿Acaso esperabas que no fuera así?
—Desde luego no esperaba encontrar a Aretha Franklin y B.B. King. Claro que también tienes otras cosas más animadas.
—¿Qué tienes en contra de la música animada?
Por toda respuesta, Zayn levantó un disco de David Cassidy.
—Perdona, pero ese disco fue un regalo y resulta que es un clásico.
—¿Un clásico de qué?
—Es evidente que no aprecias el valor de la sutil crítica social que hace en I think I love you, o la desesperada motivación sexual de Doesn't somebody want to be wanted, pero estoy dispuesta a analizarlas contigo si quieres.
—No me digas que te sabes las letras.
—Por supuesto —dijo tratando de no echarse a reír—. De hecho, durante un periodo de mi vida, formé parte de un grupo de música.
—Ya —dijo mientras ponía un compacto de B.B. King.
—Era vocalista y guitarra rítmica.
—Tocas la guitarra.
—Sí, bueno, la tocaba. Estoy segura de que mi vieja Fender seguirá en casa de mis padres junto con los dibujos que hacía cuando quería ser diseñadora de moda y los libros de animales que estuve coleccionando hasta que me di cuenta de que si me hacía veterinaria, tendría que sacrificar a los animales además de jugar con ellos. Siempre estaba buscando.
Fascinante, pensó Zayn. Esa mujer era absolutamente fascinante.
—¿Buscando?
—No conseguía decidir qué quería ser. Todo lo que probaba me resultaba muy divertido al principio, pero después era sólo trabajo. ¿Sabes cortar un pimiento?
—No. ¿Y lo que haces ahora no te parece trabajo, en cierto modo?
(TN) suspiró con resignación y comenzó a cortar el pimiento.
—Claro que lo es y no en cierto modo. Es mucho trabajo, pero sigue pareciéndome divertido. ¿Tú disfrutas escribiendo?
—Rara vez.
Eso hizo que levantara la mirada hacia él.
—¿Entonces por qué lo haces?
—No puedo hacer otra cosa. Es mi única búsqueda.
(TN) asintió.
—A mi madre le ocurre lo mismo. Nunca quiso hacer otra cosa que no fuera pintar. A veces cuando la observo mientras trabajo, me doy cuenta de lo doloroso que es para ella trasladar al lienzo lo que ve en su cabeza, lo que quiere comunicar. Pero cuando termina y está satisfecha con el trabajo, resplandece de alegría y parece que incluso se sorprendiera de lo que es capaz de hacer. Supongo que debe de pasarte algo parecido, ¿no? —Al volver a mirarlo lo encontró observándola con evidente curiosidad—. No comprendo por qué te extraña tanto que entienda cosas que están más allá de lo que se ve a simple vista.
Zayn la agarró de la mano.
—Si es así, es porque soy yo el que no te comprende a ti. Es probable que siga ofendiéndote hasta que lo consiga.
—Yo soy tremendamente fácil de comprender.
—No, eso era lo que yo creía, pero estaba equivocado. (TN), tú eres un verdadero laberinto, con infinitos recovecos y ángulos inesperados.
Al oír aquello, ella sonrió de un modo que iluminó la habitación.
—Eso es lo más bonito que me has dicho nunca.
—No soy un hombre muy amable. Lo más inteligente sería que me dieras una patada en el trasero y me echaras de tu casa.
—Como soy muy inteligente, ya me había dado cuenta de que no eres muy amable. Sin embargo... —le puso la mano en la mejilla tiernamente—. Me parece que te has convertido en mi nueva búsqueda.
—¿Hasta que deje de ser divertido y se convierta en sólo trabajo?
La miró de un modo tan serio, que (TN) se dio cuenta de que siempre se apresuraba a pensar lo peor.
—Malik, ya eres trabajo y sin embargo sigues sentado en mi cocina —(TN) volvió a son-reír—. ¿Sabes cortar la zanahoria en bastones?
—No tengo la menor idea.
—Entonces mira y aprende porque la próxima vez te tocará a ti —comenzó a cortar y entonces volvió a sentir sus ojos clavados en ella—. ¿Sigo desnuda?
—¿Quieres estarlo?
Se echó a reír y optó por tomar un trago de vino.
Se tardaba mucho en cocinar hasta lo más sencillo con la distracción de la conversación, las miradas seductoras y las caricias.
Se tardaba mucho en comer una sencilla cena cuando una se estaba enamorando poco a poco del vecino de enfrente.
(TN) reconocía perfectamente los síntomas... el latido irregular del corazón, el hormigueo en el estómago. Todo eso unido a sonrisas y suspiros de adolescente eran señal inequívoca de que el amor estaba a la vuelta de la esquina.
Se preguntaba qué pasaría cuando llegara allí.
Se tardaba mucho en despedirse de alguien entre interminables besos en el descansillo de la escalera.
Y más aún en quedarse dormida cuando a una le dolía el cuerpo de deseo y tenía la mente llena de fantasías.
Cuando oyó la suave melodía de su voz, (TN) sonrió y dejó que la música la trasportara suavemente hacia el sueño.
Wandoo:33
Re: "Vecina Perfecta" Zayn Malik Y Tú (Adaptada)
Maratón 2/3
Capítulo 14
Con el pelo aún mojado después de la ducha, Zayn se sentó en la cocina en uno de los taburetes que (TN) había insistido en dejarle. Echó un vistazo al periódico mientras degustaba unos cereales con leche que también le había dado (TN) después de ver el estado de abandono de los armarios de su cocina. Según le había dicho, hasta un completo torpe de la cocina podía servir unos cereales y un poco de leche fría en un plato y cortar un plátano como acompañamiento.
Zayn había decidido no ofenderse, aunque no se consideraba tan torpe como (TN) creía. Después de todo había preparado una ensalada él solo, ¿no? Mientras, ella había hecho algo delicioso con unas simples chuletas de cerdo. Era una cocinera increíble que en pocos días había conseguido que a Zayn dejaran de apetecerle los sándwiches de los que a menudo se alimentaba.
A (TN) no parecía molestarle que no hubieran salido a cenar desde aquella primera cita, pero Zaynn imaginaba que no tardaría en hartarse de cocinar y querría ir a algún restaurante.
Normalmente la gente empezaba a necesitar cambios cuando la novedad se convertía en rutina y Zayn suponía que ellos dos tenían ya una especie de rutina. Durante el día cada uno estaba en su respectivo lugar, excepto las veces que (TN) había pasado a verlo y a convencerlo de que saliera un poco, al mercado, a comprar una lámpara o simplemente a dar un paseo.
Echó un vistazo a la rana de bronce que sostenía la tulipa triangular de la lámpara del salón. Aún no comprendía cómo se había dejado convencer para comprar aquella cosa, o para pagar a la señora Wolinsky por una butaca de la que quería deshacerse. Cosa comprensible porque, ¿quién querría tener en su salón una butaca reclinable amarilla y verde?
Pues parecía que él y, a pesar de su terrible estética, era sorprendentemente cómoda.
Y, por supuesto, si tenía una butaca y una lámpara, necesitaba una mesa. La que él tenía ahora era una sólida pieza de madera que necesitaba urgentemente una mano de pintura y que, según (TN), había sido una verdadera ganga. Cómo no, (TN) tenía un amigo que se dedicaba a restaurar muebles y con el que no había dudado en ponerlo en contacto.
También tenía una amiga florista, lo que explicaba que en la cocina de Zayn hubiera ahora un jarrón con margaritas amarillas.
Otra amiga pintaba escenas de Nueva York y las vendía en la calle, unos cuadros que, según (TN) animarían un poco las paredes del apartamento. Zayn le había dicho una y mil veces que no quería animar nada, pero lo cierto era que ahora tenía dos acuarelas originales bastante buenas.
Ya estaba empezando a hablar de alfombras.
Zaynn no comprendía cómo lo hacía. Hablaba y hablaba hasta que de pronto él se descubría sacando la cartera.
También le había hecho ver que si iba a vivir en un lugar, al menos debía estar limpio. Así había sido como había acabado dedicando a limpiar toda una tarde lluviosa de domingo en la que debería haber estado escribiendo.
Aquel día había estado a punto de llevársela a la cama, pero se había quedado sin habla al ver el estado de su dormitorio y el deseo había dejado paso a un discurso. Según le había dicho, debía tener más respeto por el lugar en el que dormía y trabajaba. No entendía por qué tenía las cortinas cerradas, ¿acaso le gustaban las cuevas? También le había preguntado si tenía algún tipo de convicción religiosa que le impedía lavar la ropa.
Zayn la había agarrado desprevenida y la había hecho callar de la mejor de las maneras. Si no hubieran tropezado con una montaña de ropa sucia de camino a la cama, seguramente no habrían acabado la tarde en la lavandería.
Tenía que reconocer que todo aquello tenía sus ventajas. Le gustaba estar en un lugar limpio, a pesar de que normalmente no se fijaba en si estaba desordenado. Le gustaba acostarse en sábanas recién lavadas, aunque habría preferido que (TN) hubiera estado también allí.
Hasta la frustración sexual estaba resultándole provechosa porque no paraba de escribir. Quizá la obra hubiera experimentado un giro, pues de algún modo había acabado centrándose más en el personaje femenino, una mujer ingenua y entusiasta, llena de vida y optimismo que se dejaría seducir y acabaría sufriendo por un hombre que no tenía ninguna de esas cualidades. Un hombre que no podría evitar arrebatarle todo eso para después dejarla destrozada.
Los paralelismos entre lo que escribía y la realidad eran más que evidentes, pero Zayn se negaba a preocuparse por ello.
Tomó una cucharada más de cereales y fue a la página de la tira cómica a ver qué había inventado (TN) esa vez. La miró, frunció el ceño y volvió a la primera viñeta para volver a leerla detenidamente.
(TN) estaba ya inmersa en el trabajo, con la ventana abierta para que entrara la cálida brisa primaveral junto con el caos de la calle.
Observó el primer recuadro de la tira, todavía en blanco. Sólo tenía que comenzar a dibujar porque ya tenía la historia que arrancaría una sonrisa a los lectores mientras desayunaban.
El huidizo don Misterioso, conocido ya como Malik, estaba encerrado en su cueva escribiendo La gran novela americana. El sexy y malhumorado autor no sospechaba que, agazapada en la escalera de incendios, Emily trataba de leer su trabajo a través de la pequeña rendija de las cortinas, siempre cerradas, y con la ayuda de unos prismáticos.
(TN) sabía que ella misma estaba haciendo algo parecido, aunque más civilizado, con continuas preguntas con las que pretendía averiguar cómo iba la obra de Zayn. Como no había conseguido demasiado, se conformó con seguir retratando en sus dibujos a su vecino de enfrente.
Por supuesto en las tiras exageraba despiadadamente tanto sus cualidades positivas como las negativas.
Su cuerpo alto y fuerte, los rasgos marcados de su rostro, los ojos fríos. Su grosería, su mal humor y la constante perplejidad que despertaba en él el mundo de Emily.
«Pobrecito», pensó (TN), «no sabe qué hacer con ella».
Al oír el timbre de la puerta, se puso el lápiz detrás de la oreja y fue a abrir pensando que Jody habría olvidado la llave porque era su hora de bajar a tomar café con ella.
Pero tras la puerta encontró algo que la hizo derretir. Tenía el pelo mojado y no llevaba camiseta. La visión de aquellos pectorales hizo que (TN) se humedeciera los labios con la lengua de manera inconsciente.
Llevaba unos vaqueros gastados, el pecho descubierto y en la cara un gesto maravillosamente serio.
—Hola —consiguió decir mientras se imaginaba a sí misma mordiéndolo suavemente—. ¿Te has quedado sin jabón en la ducha?
—¿Qué? No, no —había olvidado que ni siquiera había terminado de vestirse—. Quería hacerte un par de preguntas sobre esto —dijo levantando el periódico.
—Muy bien, pasa —afortunadamente, Jody no tardaría en llegar para impedir que (TN) se lanzara a sus brazos—. ¿Por qué no te sirves un café y subes al estudio? Estoy trabajando.
—No pretendo distraerte, pero...
—No te preocupes, nada me distrae —aseguró con tono alegre, mientras comenzaba a subir las escaleras—. Hay bollos de canela si quieres uno.
—No —«maldita sea», pensó Zayn, y acabó sirviéndose un café con un bollo.
Nunca antes había subido a su estudio porque no iba a verla cuando sabía que estaba trabajando.
Cometió el error de mirar al dormitorio y ver la enorme cama cubierta de cojines de colores. La imaginó agarrándose al cabecero de hierro blanco mientras él hacía por fin todo lo que deseaba hacer con ella.
En el aire había un seductor aroma de vainilla.
Tuvo que hacer un verdadero esfuerzo para apartarse de aquellas fantasías y recordar por qué estaba allí.
—Escucha, (TN)—dijo entrando al estudio—. Dios, ¿cómo puedes trabajar con tanto ruido?
Ella apenas lo miró.
—¿Qué ruido? Ah, eso —siguió dibujando con otro lápiz, como si hubiera olvidado el que llevaba detrás de la oreja—. Es como música de fondo. La mayor parte del tiempo ni siquiera lo oigo.
El estudio tenía un agradable aire de profesionalidad, algo que no se podía decir de (TN). Estaba sentada sobre una pierna y recostada en el tablero, los pies descalzos con las uñas pintadas de rosa, un lápiz detrás de una oreja y un arito dorado en la otra. No, más que profesional, tenía un aspecto terriblemente sexy.
Se acercó a ella y miró por encima de su hombro con curiosidad. Enseguida se dio cuenta de que si alguien se hubiera atrevido a hacer algo así con él mientras trabajaba, le habría costado la vida, sin embargo a (TN) no parecía molestarle.
—¿Qué son esas líneas azules?
—Es para la perspectiva. Hay bastante trabajo previo antes de comenzar a dibujar los personajes y a escribir el texto —le explicó con satisfacción—. Después hago una especie de boceto, para ver cómo queda, supongo que tú lo llamarías el borrador.
Zayn frunció el ceño al ver la primera viñeta.
—¿Se supone que ése soy yo?
—Sí. ¿Por qué no acercas un taburete? Me estás tapando la luz.
—¿Qué hace Emily ahí? —Siguió preguntando, haciendo caso omiso a su sugerencia—. Me está espiando. ¿Me estás espiando, (TN)?
—No digas tonterías. La ventana de tu despacho no da a ninguna escalera de incendios —se miró al espejo, hizo algunas caras que Zayn observó atónito y siguió dibujando la tercera viñeta.
—¿Y qué me dices de esto? —le dio unos golpecitos en el hombro con el periódico.
—¿Qué pasa con eso? Dios, qué bien hueles — se volvió a olerlo con deleite—. ¿Qué jabón utilizas?
—¿Vas a hacer que tu personaje se dé una ducha en la cuarta viñeta? —Al ver que (TN) se paraba a considerar la idea, Zayn negó con la cabeza—. No, tiene que haber algún tipo de línea argumental. Al principio me hizo gracia que me metieras en la historia, pero...
Se calló al oír la puerta.
Wandoo:33
Re: "Vecina Perfecta" Zayn Malik Y Tú (Adaptada)
Maratón 3/3
Capitulo 15
—¿Quién es?
—Deben de ser Jody y Charlie. ¿Entonces te gusta mi nuevo personaje? —Dejó de dibujar y lo miró con una sonrisa—. La verdad es que no lo sabía, como no habías hecho ni el más mínimo comentario. Hay gente que ni siquiera se reconoce, pero estaba seguro de que tú sí lo harías en cuanto te vieras. Hola, Jody. Hola, Charlie.
—Hola —no era fácil, ni siquiera para una mujer felizmente casada, no quedarse boquiabierta al ver de repente a un hombre como aquél con el pecho descubierto—. Ah, hola. ¿Interrumpimos?
—No, Zayn sólo quería hacerme algunas preguntas sobre la tira.
—Me encanta el personaje nuevo. Está volviendo loca a Emily. Estoy deseando ver qué va a pasar —dijo riéndose al tiempo que Charlie le tendía los brazos a Zayn.
—Pa-pá.
—Llama papá a todos los hombres —explicó Jody—. A Chuck no le hace mucha gracia, pero qué le vamos a hacer.
Con gesto ausente, Zayn le pasó la mano por la cabeza al pequeño.
—Sólo quiero saber cómo funciona esto —dijo dirigiéndose a (TN).
—¡Pa-pá! —volvió a decir Charlie con una enorme sonrisa.
—¿Cómo son de reales tus historias? —siguió preguntando Zayn, al tiempo que tomaba en brazos al pequeño de manera automática.
(TN) sintió que se le derretía el corazón.
—Te gustan los niños.
—No, normalmente los tiro por la ventana — respondió con cierta impaciencia y después negó con la cabeza al ver la cara de susto de Jody—. Relájate, es una broma. Lo que quiero es que me expliques esto de aquí —dijo señalando la tira que había aparecido en el periódico esa mañana.
—Ah, el beso que se sale de cualquier escala. En realidad es sólo la primera parte. Mañana aparecerá la segunda. Creo que funcionará bastante bien.
—Chuck y yo casi nos morimos de la risa cuando lo hemos leído esta mañana —intervino Jody, relajada al ver cómo Zayn acunaba al pequeño Charlie en sus brazos.
—Estas dos mujeres de aquí...
—Emily y Cari.
—Ahora ya sé quiénes son —murmuró Zayn mirándolas a ambas—. Están poniendo nota al beso que Malik le dio a Emily, por el amor de Dios.
—Así es. ¿Chuck se rió con esto? —Le preguntó a su amiga—. Tenía dudas de si los hombres lo entenderían o sólo les haría gracia a las mujeres.
—No, no, le ha hecho mucha gracia.
—Perdonen que las interrumpa —dijo Zayn con lo que él creía era todo un ejemplo de autocontrol—. Me gustaría saber si suelen sentarse a discutir nuestros encuentros sexuales antes de publicarlos con todo lujo de detalles para que el público se eche unas risas mientras desayuna.
(TN) lo miró con los ojos muy abiertos y llenos de inocencia.
—De verdad, Zayn, te lo estás tomando demasiado en serio. Esto no es más que una tira cómica.
—¿Entonces eso del beso que se sale de cualquier escala es sólo una viñeta?
—Claro.
Zayn la observó detenidamente antes de volver a hablar.
—No me gusta la idea de que, cuando por fin consiga llevarte a la cama, voy a tener que leer el análisis de mi actuación en las cinco viñetas del día siguiente.
—Bueno, me parece que será mejor que me lleve a Charlie a acostar —dijo Jody quitándole el pequeño a Zayn para desaparecer de allí lo más rápido posible.
— Zayn —le dijo (TN) una vez estuvieron a solas—, tengo la sensación de que cuando eso ocurra, merecerá aparecer en la tira doble de los domingos.
—¿Es una amenaza o una broma?
Al ver que ella respondía con una carcajada, Zaynn se acercó a ella e hizo que dejara de reír con un apasionado beso que la dejó sin respiración.
—Dile a tu amiga que se vaya y podrás averiguarlo.
—No, prefiero que se quede. Si no llega a ser porque sabía que iba a venir, me habría lanzado a tu cuello nada más verte.
—¿Es que pretendes volverme loco?
—No, pero es un atractivo añadido —sentía el corazón golpeándole el pecho como si quisiera escapar—. Tienes que marcharte. Creo que acabo de encontrar algo que me distrae del trabajo... tú.
Como no quería ser el único que se volviera loco, Zayn la levantó del taburete y volvió a besarla como si le fuera la vida en ello.
—Cuando hables de esto, y no tengo la menor duda de que lo harás, procura ser fiel a la realidad —le dijo mientras le mordisqueaba el labio inferior.
Fue hacia la puerta del estudio, pero antes de marcharse, se volvió a mirarla.
—Así que mis besos se salen de cualquier escala, ¿no? —de pronto se dio cuenta de que no sólo le parecía divertido, sino también muy gratificante.
Bajó la escalera con una enorme sonrisa en los labios y (TN) se quedó allí, completamente incapaz de seguir trabajando.
—¿Puedo entrar? —preguntó Jody.
—Dios mío, Jody, ¿qué voy a hacer? Pensé que lo tenía todo controlado; estaba segura de que no había nada de malo en tener un romance con un tipo increíblemente guapo e interesante.
—A ver, déjame pensar —Jody se sentó junto a ella y la miró—. No, no hay absolutamente nada de malo. Todo lo contrario.
—Y si estoy un poco enamorada de él, será aún mejor, ¿verdad?
—Claro. Sin amor también es divertido, pero es como comerse toda una tableta de chocolate de una sola vez; se disfruta en el momento, pero luego no te sientes del todo bien.
—Pero, ¿y si en lugar de estar un poco enamorada, estoy muy, muy enamorada?
—¿Es eso lo que ha pasado? —le preguntó dejando a un lado el café que se había servido.
—Sí.
—Ay, cariño —Jody abrazó a su amiga con toda la comprensión del mundo—. No te preocupes. Tenía que ocurrir tarde o temprano.
—Lo sé, pero yo esperaba que fuera más tarde que temprano.
—Eso nos pasa a todos.
—Pero él no querrá que me enamore de él, no le va a gustar nada —apoyó el rostro en el hombro de Jody y respiró hondo—. A mí tampoco me hace mucha gracia, pero me acostumbraré.
—Claro que sí. Pobre Frank —murmuró acariciándole la cabeza—. Nunca tuvo mucho que hacer contigo, ¿verdad?
—Lo siento.
—Qué le vamos a hacer.
—Supongo que no puedo esconderme de él, ¿no?
—Eso es para cobardes.
—¿Y si finjo que tengo que salir de viaje?
—Eso es de tontos.
(TN) respiró hondo de nuevo.
—¿Y qué hay de salir de compras?
—Ahora sí estás hablando con sensatez —enseguida se puso en pie y fue hacia la puerta—. Voy a ver si la señora Wolinsky puede quedarse un rato con Charlie.
--------
(TN) se compró un sugerente vestido negro, tan ceñido, que hizo que Jody cerrara los ojos y afirmara:
—Ese pobre hombre está perdido.
También se compró unos zapatos de tacón de aguja y lencería de la que se ponen las mujeres cuando esperan que algún hombre la vea y acabe quitándosela apasionadamente.
Además de la ropa, se hizo con todo un arsenal de velas, flores y vino para acompañar a la cena con la que pretendía despertar los sentidos y el apetito más primitivo de Zayn.
Cuando llegó a casa estaba tranquila y decidida a crear el ambiente perfecto, así que le pasó una nota a Zayn por debajo de la puerta y se encerró en su apartamento a prepararlo todo.
Repartió las velas y las flores por la casa y comenzó a preparar la cena para que sólo quedara darle el toque final después de darse un buen baño. Sacó dos copas y puso el vino a enfriar, eligió la música perfecta y finalmente subió a su habitación y observó el vestido y la ropa interior de encaje. ¿Cómo se sentiría con aquel provocador conjunto de encaje negro?
Poderosa, se respondió enseguida con un escalofrío.
Se preparó la bañera y, mientras encendía un par de velas y tomaba un sorbo de vino, pensaba que pronto comenzaría a escuchar su canto, el acompañamiento perfecto para el baño. Sumergida en el agua, se imaginó que eran las manos de Zayn y no la espuma lo que la acariciaba.
Casi una hora después el apartamento de Zayn seguía en silencio, pero (TN) siguió con los preparativos. Se cubrió el cuerpo de crema para asegurarse de que sus hábiles manos encontraran una piel suave y ligeramente perfumada. Sólo quedaba esperar a que Zayn leyera la nota y acudiera.
Malik, tengo planes. Nos vemos más tarde. (TN).
¿Planes? ¿Había hecho planes después de tenerlo hecho un manojo de nervios durante todo el día? Zayn leyó la nota una y otra vez, cada vez más furioso con ella y consigo mismo por no haber podido dejar de pensar en la velada que iban a pasar juntos.
Por el amor de Dios, hasta había salido a comprarle flores, algo que no había hecho por ninguna mujer desde...
Estrujó la nota con una mano y se maldijo a sí mismo. ¿Qué otra cosa podía esperar? Las mujeres sólo se preocupaban por sus propios planes, era algo que sabía desde hacía mucho tiempo, pero que había cometido el error de olvidar desde que conocía a (TN). Él era el único culpable.
¿Qué quería decir eso de que lo vería más tarde? Estaba claro que quería jugar, pero él no estaba dispuesto a participar.
Así pues se fue a Delta's a deshacerse de la rabia y la frustración.
---------------
A las siete y media en punto, (TN) sacó los champiñones rellenos del horno y observó de nuevo la mesa. Todo estaba perfecto. Después de la ensalada de aguacate y tomate y de los champiñones, tenía intención de volverlo loco con unos deliciosos creps de marisco.
Si todo salía según lo previsto, terminarían la cena con una botella de champán bien frío... En la cama.
Por fin se quitó el delantal y se miró al espejo.
—Muy bien, (TN), vamos a buscarlo.
Salió a la escalera y apretó el timbre de su casa. Esperó con el corazón en un puño. Nada. Volvió a llamar.
—¿Cómo es posible que no estés en casa? —Se preguntó en voz alta—. ¿Es que no has visto la nota? Tienes que haberla visto. Decía claramente que te vería más tarde.
Volvió a llamar, esa vez con impaciencia.
—Decía que tenía planes... Ay, Dios mío, no lo has comprendido, pobre tonto. Los planes que tengo son contigo. Maldita sea.
Volvió a su apartamento a buscar la llave que se había metido en el sujetador para no perder tiempo en buscar el bolso y, unos segundos después, estaba bajando las escaleras tan rápido como le permitían los tacones.
—¿Problemas con las mujeres, labios de azúcar?
Zayn levantó la mirada hacia Delta y negó con la cabeza mientras se tomaba un descanso para humedecerse la garganta.
—Vamos, que soy yo. Todos los días de la última semana has venido muy tarde y has tocado pensando en alguna mujer, pero con calma. De repente hoy llegas temprano y tocas como si tuvieras un serio problema. ¿Es que te has peleado con esa preciosidad?
—No. Es que los dos teníamos cosas que hacer.
—Sigue manteniéndote a raya, ¿verdad? —dijo riéndose—. Algunas mujeres preparan el romance con más ahínco que otras.
—No es ningún romance.
—Quizá sea ése tu problema. ¿Alguna vez le compras flores o le dices que tiene los ojos muy bonitos?
—No —le había comprado flores y ella no había estado ahí para recibirlas—. Es sólo sexo, no un romance.
—Ay, cariño. Con una mujer como ésa, no tendrás lo uno sin lo otro.
—Por eso es mejor que me aleje de una mujer como ésa. Quiero algo más sencillo —se llevó el micrófono a los labios—. ¿Ahora vas a dejarme cantar o quieres seguir opinando de mi vida amorosa?
Delta se dio media vuelta, pero antes de alejarse le dijo:
—Querido, cuando tengas vida amorosa, te daré todos los consejos que necesites.
Zayn comenzó a cantar, pero ni siquiera la música consiguió apartar su mente de ella. Aun así siguió arrancando notas de dolor y de frustración...
Hasta que la vio aparecer por la puerta.
Sus ojos llenos de secretos se clavaron en él a través del humo del local y la sonrisa que le dedicó mientras se sentaba hizo que a Zayn comenzaran a sudarle las manos. La vio humedecerse los labios y acariciarse el borde del escote con un dedo. Se cruzó de piernas muy lentamente.
Zayn no podía dejar de mirarla. Estaba claro que lo estaba haciendo deliberadamente; aquellos movimientos sin duda pretendían volverlo loco.
Y lo estaban consiguiendo.
Escuchó la canción atentamente y, cuando las últimas notas empezaban a desvanecerse en el aire, se levantó, se pasó la mano por la cadera y se dio media vuelta sobre esos tacones imposiblemente altos. Antes de llegar a la puerta, se volvió a mirarlo y lo invitó a seguirlo con una sonrisa.
Al apartarse el micrófono de los labios, Zayn lanzó una maldición.
—¿Vas a ir o no?
Miró a su amigo.
—¿Te parece que soy tonto, André?
—No —respondió el pianista con una carcajada y siguió tocando—. Desde luego que no.
Bueno... eso es todo por hoy! ;) Estoy pensando en hacer una novela propia con alguno de los chicos, acepto sugerencias! Chaauuu
Wandoo:33
Re: "Vecina Perfecta" Zayn Malik Y Tú (Adaptada)
HO DIOS!!! Como ame la maraton, ya estaba extrañando la nove :'( Que bueno que suviste ;) ;) Porfiss sube pronto un beso!!!
zaynmultiverse
Re: "Vecina Perfecta" Zayn Malik Y Tú (Adaptada)
btgyvcegrtvbkcbgkre siguela pliss!!!! :sersi: :sersi:
'''alexandra'''
Re: "Vecina Perfecta" Zayn Malik Y Tú (Adaptada)
ola
soy nueva lectora no la puedes dejar ahi plis
siguela
soy nueva lectora no la puedes dejar ahi plis
siguela
yeka04
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