Hot For Teacher |Novela Colectiva|

kjdslkadm Te esperamos

—Tengo mucho rendimiento en ciertos ejercicios.—suspiró la rubia, aquel comentario no lo había hecho con alguna mala intención como el anterior, más el castaño comenzó a ponerse aún más nervioso.— pero en otros no, así que bueno, sería cuestión de checar.
—Si, ya lo checaremos.—dijo nerviosamente el profesor, Ellie sonrió victoriosa.—Empezaríamos a partir de mañana, después de clases.

Ame esa parte, no podía parar de reirme lksajaslkjs. Por favor, creo que yo también hubiese necesitado un profesor asi para que me estimulara jajaja.
Me encanto el capitulo linda, ahora, a esperar el siguiente

Capítulo Cuatro.
 
El odioso sonido de un móvil vibrando retumbó por toda la habitación masculina, acción que obligó a abrir los ojos a la rubia. Gruñó acalorada y se quitó de un tirón la fina sábana que cubría su cuerpo desnudo. Pero aquello no consiguió aliviarla, pues no era aquel pedazo de tela lo que le mandaba constantes olas de calor. Giró su cabeza lentamente hacia la izquierda para encontrarse con un muchacho, de unos pocos años mayor, de espaldas a ella y completamente desnudo. Sólo necesitó unos cuantos segundos para darse cuenta de quién era. Darren Looper. Estaba en la cama de Darren Looper, uno de los chicos más guapos y populares del instituto. Pero, ¿Qué se esperaba? Darren era su novio, desde hacia poco más de una semana, o quizá de dos. No se acordaba, perdió la cuenta. Después de quedarse mirándole un rato, sonrió pícara, ya había conseguido lo que quería. Acostarse con Darren era una de las mil apuestas que había hecho con Michelle, amaba competir contra algo que iba a ganar seguro.
Esperó unos minutos antes de levantarse, tampoco intentó hacer menos ruido por si el joven que tenía al lado se despertaba, le daba exactamente igual. Se colocó la ropa, obviamente tuvo que buscarla por toda la habitación, incluso habían prendas debajo de la cama, ¿Habían tenido una noche tan loca? Se acordaría, suponía en silencio. Se acercó a la mesita de noche y cogió la Blackberry que le regaló su madre por navidad, al conseguir los ahorros suficientes para comprarlo.
 
 
Claro que lo había conseguido, como siempre. Se acercó a Darren y lo tapó con lo que quedó de sábana arrugada, depositando un beso en la frente del muchacho. Volvió a tomar su móvil e hizo una fotografía de toda la habitación. Volvió a la conversación que mantenían su amiga y ella y envió la foto, sonriendo maléfica.
 
 
Arregló rápidamente su camiseta azul y salió corriendo por la puerta, no sin antes enviarle un mensaje a Darren por móvil, donde ponía que rompían. ¿Para qué más lo necesitaba? Nunca le habían gustado los deportistas y aquel chico no era la excepción. No estaba mal, era rubio y tenía los ojos azules, pero era un completo engreído estúpido. Pobrecito, pensaba que así conseguiría a alguna chica. Y si la conseguía alguna vez, no sería Oliphe. A ella le iban los mayorcitos. Aunque era todo un secreto, ni siquiera Michelle lo sabía.
Subió a su coche y dejó sus cosas sobre el asiento de copiloto, se miró en el retrovisor y se arregló un poco su pelo rubio, haciéndolo caer en ondas. Perfecta, como siempre. Arrancó el motor y echó un vistazo al reloj de su muñeca, que se había puesto antes de marcharse, aún le daba tiempo a ir a casa y cambiarse. Hoy empezaba el nuevo curso, o quizás no tan nuevo para ella, gracias a su profesor de dibujo, tuvo que repetir. Odioso señor Dankworth.
Aparcó en el garaje que compartían su madre y ella y entró en casa. Suspiró aliviada cuando notó que no había nadie, al menos la riña que recibiría por no haber estado en casa en la noche se prolongaría hasta la tarde. Pero, no todo podía salir bien, pensó en cuanto vio a su madre, bajar por las escaleras. Célianne, una mujer de mediana edad, castaña y de ojos azules como el cielo, era bastante estricta en cuanto a los horarios, pero Oliphe en ninguna ocasión la hizo caso,  y por eso se ganaba tantos castigos.
 
–Veo que al menos te has dignado a pasarte por casa.– Comentó Célianne, que, para no haber tenido educación ninguna hablaba demasiado formal cuando se enfadaba. –Yo me tengo que ir pronto, a una entrevista de trabajo, ya hablaremos después.– Ni siquiera se molestó en darme dos besos, solo salió por la puerta y la cerró después.
–“Ya hablaremos después.”– La imitó, poniendo un tono de voz irritantemente agudo y caminando hacia el segundo piso.
 
Se metió en el baño de su habitación y se desnudó rápidamente, metiéndose en la cálida ducha. Sabía que no podía entretenerse demasiado, pero se estaba tan bien a gusto debajo de aquella agua tan calentita. Estuvo unos largos quince minutos dejando que el agua cayera por su cuerpo y lo limpiara completamente. Salió y se cubrió con una toalla verde, mientras entraba en su habitación. Se vistió con una camiseta corta por abajo blanca y unos vaqueros altos de cintura, junto con unas botas que le hacían más alta. Arregló su rubio cabello y se puso un poco de maquillaje, el suficiente para que se le notara pero sin ser demasiado excesivo. Se sonrió a sí misma en el espejo y marché hacia el instituto, deseando que los profesores no fueran los del año pasado. No volvería a soportarlo otro año.
 
 
–¿Profesores nuevos? Estáis de broma.– Negó con la cabeza mientras entraba al centro, con sus amigas alrededor suyo. –Además, serán los de típicos viejos y serios. Como mi profesor de dibujo. Seguro que a él no lo han sustituido.– Suspiró, entrando con sus amigas a la primera clase.
 
Pasaron dos horas tremendamente aburridas antes de que por fin le tocara dibujo, la materia que odiaba gracias al profesor que le tocó el año pasado. Era bastante normalita en lo que se refería a pintar, no era la reencarnación de Picasso, pero no le costaba nada coger un lápiz y comenzar a trazar líneas por el papel. Pero, eso no era lo mismo que opinó el señor Dankworth, que la obligó a repetir curso.
Entraron en la sala las tres amigas que quedaron del grupo, ya que a las tres restantes los tocaban diferentes asignaturas, y se sentaron en unas mesas bastante alejadas del resto, sobre todo por petición de Oliphe, si algún día le enviaban un mensaje por el móvil podría contestar cuando quisiera, si el profesor resultara ser un viejo aburrido y casi ciego, apenas la vería. Estuvieron un rato sentadas, aburridas aunque Oli se entretuvo mandándoles besitos “cariñosos” a los chicos que la miraban deseosos.
 
–¿Nunca te cansas de hacer eso?– Le susurró Paula al oído, mientras miraba a los chicos.
–Enserio, Oli, es odioso.– Añadió Michelle, que parecía haber estado en su mundo hasta este momento. La rubia fue a contestar, pero una voz lenta y totalmente seductora si se lo proponía, inundó la sala.
–Buenos días, alumnos.– Un hombre, bastante joven en respecto a todos los profesores, caminó hacia el escritorio, delgado pero aun así musculoso, sin exagerar. Pelo negro y con una extraña mecha rubia en el tupé. Aquel maestro, hizo que absolutamente todas las chicas prestaran atención a la clase. –Soy Zayn Malik, su nuevo profesor de dibujo. No me gusta que los alumnos me llamen Zayn, por lo que díganme solo señor Malik o profesor.– La rubia sonrió de lado cuando pasó la vista por toda la clase, pausando la mirada en las tres amigas que anteriormente, fueron las más observadas por la clase. –Señoritas, ¿Me pueden decir por qué están tan alejadas?– Dirigió su mirada hacia Oliphe y al ver que sonreía la chica, sus labios se separaron, intentando formar una sonrisa, pero no llegó nunca. No podía coger confianza con ningún alumno, así se lo habían dejado claro en la reunión.
–¿Y qué tiene de malo ponerse aquí? Para algo están puestas las sillas.– Contestó la rubia, cogiendo un mechón de su cabello y enredándolo en su dedo.
–Será mejor para usted que actúe como si no hubiera oído eso.– Susurró, volviendo sus ojos hacia los papeles que estaban encima de la mesa. –¿Paula Stark?– Paula levantó la mano, sonriendo. –¿Michelle O' Donnel?– Ellie también levantó la mano. –¿Oliphe Speckhart?– La rubia murmuró un leve “aquí” y alzó la mano. El maestro se quedó mirándola, para luego seguir pronunciando sus nombres.
 
Sonó el timbre de cambio de clase, haciendo que los alumnos salieran disparados de su clase, no todos, pues algunas chicas se quedaron mirando al señor Malik, hasta que éste carraspeó la garganta incómodo. Las tres amigas se levantaron de sus asientos, sin embargo, solo dos de las tres chicas fueron las que salieron, mientras que la rubia de ojos azules se quedaba al escuchar su nombre.
 
–Señorita Speckhart, ¿Podría venir un segundo?– La joven muchacha asintió, mientras se acercaba al escritorio donde su profesor estaba sentado, revisando unos papeles. Rayos, se veía tan bien siendo tan serio.
–¿Necesita algo, Zay… Señor Malik?– Se corrigió Oliphe, mordiéndose el labio inferior.
–He revisado su expediente, y… Bueno, sé que ha repetido. ¿Tan mal le va en dibujo?– Zayn alzó la cabeza, desarmando a Oli con su chocolateada mirada.
–Bastante mal.– La rubia se encogió de hombros, apartando la mirada. –Por si le sirve de algo, el profesor Dankworth me ayudaba cuando acabábamos las clases. Si quiere, podríamos hacer lo mismo.– Sonrió pícara cuando se dio cuenta de lo mal que había sonado eso.
–Sí, podríamos quedar a una hora en clase, te ayudaré en dibujo si lo necesitas.– El maestro enarcó una ceja.
–Muchas gracias, Zayn.– Se acercó a él, y le besó la mejilla. No quería perder oportunidades. Zayn ni siquiera se molestó cuando le llamó por su nombre, es más, le encantó y deseó que lo siguiera llamando así.
 
“Cálmate, es tu alumna, además, tienes novia.” Se recordó nervioso, aunque no pudo evitar no bajar la mirada hacia el trasero de la muchacha cuando ésta se marchó, moviendo la cintura extremadamente seductora.

–Muchas gracias, Zayn.– Se acercó a él, y le besó la mejilla. No quería perder oportunidades. Zayn ni siquiera se molestó cuando le llamó por su nombre, es más, le encantó y deseó que lo siguiera llamando así.

Me encanto lkjdlskjdals Zayn enséñame a dibujar por favor, lo necesito... Mejor me calmo.
Ame el capitulo. Sobretodo como Zayn actuaba como el profesor malo y riguroso.
Siguela Cami!