Angel eyes [Larry]

por **Blue sky** Jue 19 Sep 2013, 7:47 pm

Nombre: Angel eyes
Autor:Yo con ayuda de Maki 1D
Adaptación: NO
Genero: Romance
Advertencias: Contenido homosexual
Otras paginas: No

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Harry= 16

Harry caminaba con la cabeza gacha, arrastrando sus pies por la acera desgastada. ¿Desde cuándo se encontraba viviendo de aquella manera?, realmente odiaba cómo la gente que pasaba a su lado, se alejara y lo miraba con asco. Él jamás quiso esto, pero claro, no siempre pasan las cosas que queremos… Observaba sus sucios y viejos zapatos, dándose lástima a sí mismo, ¿cómo había podido caer tan bajo?

La risa de unos niños hizo que volteara a verlos; una familia cruzaba alegremente la calle, todos tomados de las manos, hablando cosas que él ignoraba. Su corazón se estrujó un poco, cómo le hubiera gustado tener algo así.

Flashback

Harry: 14

-Psss Harry despierta -le susurró George en el oído. Eran cerca de las cuatro de la mañana y George ya estaba listo, sólo quería que su amigo lo acompañara, no quería estar otro minuto en ese horrible orfanato, pero tampoco quería salir al mundo sin alguien a su lado- Harry… -volvió a susurrar, moviéndolo un poco

-Mmm… -Poco a poco los ojos del chico se fueron abriendo.

-Es hora de irnos -Por unos momentos parecía que no sabía de qué le hablaba su amigo, pero después de pensarlo un poco se levantó cuidadosamente y tomó las pocas prendas de ropa que tenía y las guardó en una mochila.

-Estoy listo.

Fin flashback

harry meneó un poco la cabeza, acercándose a la calle. Qué estúpido había sido al escaparse, lo más probable es que jamás hubiera tenido que pasar por aquello y tal vez ya hubiera encontrado a una persona que no solo lo quisiera por su “trabajo”.

Flashback

H: 15

Caminaba muy lento por el pasillo. Anoche aquel chico había sido demasiado duro con él, quería seguir estudiando y aun con la beca tenía que pagar, por no decir que necesitaba un lugar dónde dormir. Ya la mayoría sabía que era lo que hacía: brindaba su servicio a quien lo necesitara, ya fuera hombre o mujer

-¡Eh! ¡Harry! -escuchó a sus espaldas. Se le hacía conocida la voz, pero no lograba ubicarla. Se dio la vuelta, encontrándose con el moreno con el que había pasado la noche anterior, era dos años mayor que él.

-¿Sí? –preguntó, con la duda palpitándole en el cuello.

-Oh, bueno, quería saber si esta noche estás libre… -respondió, rascándose la nuca, Harry se sorprendió un poco: por lo general nadie quería dos días seguidos.

-Sí, lo estoy.

-Bien, te veo en la misma casa de ayer.

-Está bien, pero ¿cómo te llamas?

-Zayn

-Bien,, ahí nos veremos. -Sin más, el moreno se alejó y Harry retomó su camino. No le gustaba tener que acostarse con tantas personas, pero tenía quince años; en ningún lugar iba a conseguir algún trabajo… Al término de las clases, Harry permaneció en la escuela, esperando a que se hiciera de noche para ir con Zayn.

Tocó el timbre y en unos segundos ambos ya se encontraban adentro. el mayor sin esperar lo tomó por la cintura, acercándolo a él. Besó sus labios con fuerza y desesperación; introdujo su lengua en la cavidad de Niall. Sus manos fuertes lo tomaron al rubio por el trasero y lo alzó, haciendo que quedara a horcajadas sobre él. Se despegó un poco y fue dejando caricias húmedas sobre su cuello, Harry empezó a desabrochar la camisa del moreno, dejando besos pequeños sobre su pecho. Este caminó con él en brazos, sin despegar ni un momento sus labios de la piel pálida del menor. Con una mano quitó todo lo que había en la mesa y lo sentó en ella.

En un abrir y cerrar de ojos, Harry estaba sin ropa.

Zayn con rapidez se alejó de él y se desabrochó su pantalón y bajó sus bóxers, liberando la presión en su zona G. Lo recostó en la mesa y se le subió encima. el rizado jadeó, estaba siendo demasiado agresivo con su temblorosa anatomía. Sin esperar más, el moreno le separó las piernas y lo penetró. Un gemido de dolor se escapó de los labios del mas pequeño mientras era embestido con fuerza. Lo último que recordaba eran sus lágrimas mezclándose con su propio sudor…

***

Ambos se encontraban acostados en la cama de Zayn, después de hacerlo por segunda vez… Sus pechos subían y bajaban a un ritmo exagerado.

-Harry.

-¿Sí?

-Te tengo una propuesta: te quedas a vivir aquí y te pago tu escuela, si, te me entregas cuando quiera…

-¿Y cómo se supone que me vas a mantener?

-Mis padres me dan dinero de sobra…

se mordió el labio, en un dilema enorme. Entregar su cuerpo una y otra vez no le parecía algo sano, pero él sabía que no tendría otra oportunidad así…

-Acepto.

5 meses fue lo que duró este acuerdo y para el rubio eran los mejores de su vida, aunque Zayn lo tratara como un juguete.

***

-… pero, Zayn , por favor, yo te amo y no tengo donde quedarme… -lloriqueaba Harry, de rodillas, tomando su mano.

-¿Y eso a qué me afecta?

-Pensé que me querías –susurró con la voz rota.

-Vamos, ambos sabíamos que esto no era nada serio o al menos para mí no lo era… Sí, das buenas mamadas pero yo ahora estoy con Liam

-Pero…

-No, en serio Harry, vete.

Fin flashback

¡BIP! ¡BIP!

Apenas levantó un poco la cabeza, sintió un dolor desgarrador en sus costillas. El aire abandonó sus pulmones, su cuerpo no aguanto más y sus piernas cedieron, perdió el equilibrio, cayó de espalda, su cabeza chocó contra el pavimento duro y frío. No hubo tiempo de hacer o decir algo antes de que se desmayara y empezara a salir un líquido rojo de su cabeza.

El hombre que conducía la moto salió despedido hacia un costado, raspándose las palmas de sus manos y golpeándose la frente contra el cordón de la calle. Se sentó y se rascó la cabeza, sintiendo una hinchazón bastante grande. Luego, observó a la víctima despatarrada bajo su motocicleta, con la sangre esparcida en su cara como un sendero de pétalos de ceibos.

-Oh, mierda…

Se acercó al herido y le levantó la cabeza para ponerla sobre su regazo. Le tocó la mejilla, sintiéndola fría y húmeda. Mordió sus labios. No era muy buena señal…

Le rodeó la cintura con su brazo, alzándolo con cuidado. Se subió nuevamente a su moto y de una patada arrancó, dirigiéndose al hospital más cercano.

Dos días después…

Harry sintió por primera vez en mucho tiempo algo. Un molesto dolor en sus costillas. Se llevó las manos a los brazos, aún con los ojos cerrados, sintiendo los cables conectados a sus venas. Se las llevó al torso, tenía una delgada tela de algodón suave cubriéndolo. Se tocó la piel, machucada y rasposa.

Abrió los ojos, esperando encontrarse en un consultorio. Sin embargo, lo único que veía era un manto negro, sin ningún rayo de luz infiltrado. Volvió a cerrarlos, confundido. Parpadeó varias veces, y sin embargo, la oscuridad aún reinaba en él.

-No veo… No veo… -comenzó a desesperarse.

-¿Harry?

-No veo… -repitió, comenzando a llorar.

-¿Cómo que no ves? –Esa voz… ¿A quién le pertenecía y cómo sabía su nombre?

-¡Sólo veo negro! ¡Qué tan difícil es entender eso! –gritó, con el corazón salvaje queriendo salir de su pecho.

Escuchó que el desconocido llamaba al doctor. Sintió pasos y luego una presencia muy cerca de su rostro.

-Harry…

-M-mi vista… ¿Qué le pasó? –las lágrimas brotaban por sus ojos abiertos, perdidos en un punto en la pared.

-Parece que el golpe que te has dado en la cabeza ha afectado tu visión.

-¿E-estoy ciego?

-No estoy seguro si será algo permanente, pero hasta entonces, me temo que sí…

-No… No… ¡No!

Su vida no podía empeorar. Primero, perdía a toda su familia en ese maldito incendio, segundo, vendía su cuerpo y cuando finalmente conseguía un lugar donde vivir, lo botaban. Y tercero y para rematar, se había quedado ciego, sin hogar y sin dinero.

-¿Dónde viviré? ¡¿Qué haré con mi vida?! –sollozaba, histérico, arrancándose mechones de cabello.

-Te quedarás conmigo –le respondió con tono acongojado esa voz desconocida.

-¿Quién eres tú?

-Me llamo Louis Tomlinson … Yo-yo conducía la moto con la que…

-Me atropellaste… -acabó, sintiendo que la furia invadía su cuerpo, haciéndolo temblar de pies a cabeza- ¡TÚ ME CAUSASTE ESTO, MALDITO! ¡ME ARREBATASTE LA VISTA! ¡ME ARRUINASTE MI VIDA QUE DE POR SÍ YA ERA UNA MIERDA!

-L-lo siento mucho… -su voz le sonaba tan falsa, cuando en realidad, el pobre muchacho estaba totalmente avergonzado y angustiado- Para pagarte esto, o aunque sea una parte, te ofrezco hospedaje en mi casa…

-¡Yo ni pienso…! –Harry se tragó sus propias palabras, pensando y meditando su situación. No tenía ni un centavo ni un departamento barato en donde vivir… no le convenía rechazar esa oferta- No tengo dinero –le avisó, un poco más calmado.

-No te preocupes por eso, yo te mantendré…

-¿Cómo sabes mi nombre?

-Tenías un cupón de descuento en comida china en tu bolsillo… Estaba escrito tu nombre, tu apellido y tu edad…

-¿Cuántos años tienes?

-Veintidós.

Un silencio bastante incómodo recayó en ambos. Harry se tocó su nuez de Adán, bajando hasta su clavícula descubierta, rozando partes dolorosas.

-Auch.

Louis lo miró con mucha tristeza.

-Lo siento.

***

Era lo peor ser guiado por una persona que apenas conocía en una casa que nunca había estado. Sentía su mano cálida sobre sus caderas. Eso le incomodaba bastante, pero si Louis no lo sostenía, el pobre chico se chocaba con los muebles del departamento. El joven guía lo sentó en un sillón bastante cómodo y al poco rato a Harry le llegó un olor bastante rico… como a sopa de pollo. Eso hizo que comenzara a hacerle agua la boca. Su estómago rugió, exigente.

-¿Tienes hambre? –Por el tono que usó, el rizado casi podía jurar que sonrió.

-Mucha –respondió, tomando la cuchara y acercándola temblorosa hacia el cuenco. Por desgracia, golpeó contra la mesa, y eso hizo que un par de lágrimas saltaran de sus ojos verdes.

Louis se llevó una mano a la boca, aguantando el llanto. Lo destruía ver esa escena tan… impotente…

-A ver, deja que te ayudo…

Se sentó a su lado y posicionó su mano encima de la de Harry. Lentamente, la llevó hasta el tazón y recogió un poco de caldo. el menor sollozaba en silencio, siendo incapaz siquiera de alimentarse. Abrió la boca como un bebé y recibió la calidez de la comida.

-G-gracias… -susurró, luego de tragar.

-No te preocupes, Harryl. Yo te ayudaré y te protegeré de todo…

A pesar de que sólo llevaban unas horas de conocerse, el rubio lo abrazó, escondiendo su cabeza en su hombro. Olió su colonia a caramelo, embriagándose de a poco.

-No me dejes… Eres lo único que me queda…

***

Tres días después

En pocos días la relación entre ambos chicos había mejorado mucho, ambos se contaban cosas de sus vidas, ambos se conocieron y desarrollaron sentimientos al uno por el otro.

Desde que Louis había ayudado a bajar las escaleras a Harry para que comiera no le había soltado de la mano; solamente no quería dejar de sentir su calor tan agradable. Ese chico se había ganado un lugar muy grande en su corazón.

-Algún día me tendré que ir, ¿no? –susurro de pronto harry.

Louis en seguida volteó a verlo. Negó un poco con la cabeza para sí mismo, tratando de hallar una respuesta rápida.

-Yo… No, claro que no. Tú te vas a quedar aquí mientras recuperas la vista

-¿Y si eso no pasa?

-Vas a volver a ver –insistió el mayor, pero más como una pregunta

-Ni tú te la crees, algún día vas a encontrar a alguna chica, de la cual te enamorarás y casarás, y yo solo voy a ser un estorbo… -se entristeció.

-Eso no va a pasar.

-Claro que sí. ¡Mierda, Louis, no soy capaz de hacer nada, ni siquiera puedo ir al baño solo! -De los ojos de Harryl empezaron a salir pequeñas lágrimas- Nadie jamás me va a querer…

A Louis se le nubló la vista. Se sentía como un completo imbécil, él era el culpable de esas lágrimas resbalando por su rostro; era el culpable de que Harry se sintiera así de mal, pero estaba seguro de que él jamás se fijaría en una mujer. Acogió al menor en sus brazos, sentía la respiración agitada y las lágrimas en su cuello, ardía como si estas fueran fuego, acarició su pelo tratando de reconfortarlo mientras que el joven apretaba con fuerza la cintura de Louis como si de un salvavidas se tratara.

-Eso no va a pasar, no me gustan las mujeres y sé que jamás me voy a fijar en alguien que no seas tú. -Fue bueno soltarlo, no era una declaración formal pero por lo menos ya no sentía ese peso.

Harry se relajo un poco.

-Te quiero, Lou.

***

-Necesito ir al trabajo, Hazza … -Para desgracia de el menor hoy era lunes y como siempre Louis se tenía que ir al trabajo. No solo odiaba que no podía hacer nada por sí mismo, si no que en verdad quería que en todo momento Louis estuviera a su lado.

-Pero me voy a quedar solo…

-Te voy a llamar a cada hora lo prometo, el teléfono esta aquí -dijo tomando la mano del rizado y situándola arriba del aparato que estaba sobre el taburete a lado de la cama-. Te quiero, bebé -Antes de que dejara que le contestara, le dio un pequeño beso en los labios, salió del cuarto apurado y cerró la puerta tras de sí.

Harry suspiro. Se recostó más en la cama, escuchando el tic-tac del paso de los segundos en el reloj. Parpadeó repetidas veces, esperando que en alguna de estas, volviera a ver. No quería seguir así, por más que el mayor dijera que jamás lo dejaría, es obvio que en algún momento él se cansaría. Se agarró la cabeza con las manos y trató de sacarse los pensamientos negativos.

Canturreó algunas melodías, recordando estas últimas semanas. Los mimos que le hacía Louis todos los días fueron haciendo que Harry se enamorara por primera vez de verdad, cada vez que escuchaba su voz sentía como si no pudiera haber tan armonioso sonido, cada vez que lo tocaba sentía como si perdiera sus fuerzas y solo quisiera pasar el día en los brazos del moreno sin despegarse ni un segundo de su cálido cuerpo, que muchas veces ya lo había consolado.

La llamada llegó en seguida. Harry con entusiasmo contestó, pero la llamada no duró más de unos cuantos minutos.

Sin saber qué hacer, empezó a rodar en la cama una, dos, tres, veces y así siguió de manera incesante. Paró un momento y se mordió el labio al sentir que quería ir al baño. Se sentó en la cama y lentamente fue sacando las piernas por un lado de esta, se paró y con las manos trató de ubicar la pared. Por fin la tocó y siguió el sendero que le marcaba, (se sentía extraño no sentir la mano de Louis en su cintura guiándolo), con pasos pequeños y después de haberse dado un buen golpe en el dedo del pie por culpa de un mueble, encontró el baño. Una vez que terminó de hacer sus necesidades sintió una ansiedad en su interior: la necesidad de hacer algo por sí solo. Con bastante precaución fue quitándose la ropa. Casi por milagro, pensó Harry, ya estaba adentro de la regadera, listo para darse una ducha. Giró la llave del agua y en seguida esta salió fría y a chorros. Al entrar en contacto con su piel, este saltó para atrás, resbalándose. Su cabeza se golpeó con el muro frío y cayó de sentón. Llevó su mano a su cabeza y se la frotó un poco en el golpe. Había sido estúpido al creer que podía hacer algo por su cuenta, estaba seguro que si salía de la ducha terminaría resbalándose de nuevo y para ser sinceros no quería otro golpe. Optó por quedarse ahí sentado en el piso de la ducha, siendo rociado de agua fría la cual le provocaba temblores de vez en cuando. En algún momento tenía que llegar Louis …

***

Louis, por su parte, estaba muy ocupado. Ser consultor de empresas era algo tedioso a veces, aunque ganaba bastante bien. En estos momentos estaba saliendo de una junta, tenía que ayudar a resolver una crisis económica de una de las compañías más importantes.

Miró su reloj preocupado, aquella reunión había durado más de lo esperado y se había retrasado por lo menos 30 minutos en la llamada que tenía que hacerle a Harry. En seguida, marcó el número de la casa. Timbraba y timbraba, pero no le respondía. “Tal vez se quedó dormido”, pensó, con un cierto nudo en la garganta. Caminó un poco, pero algo le decía que no era eso, sentía como si el rubio necesitara de él. Lo meditó unos segundos y al final decidió regresar a su casa; el trabajo podía esperar un poco.

En el camino seguía marcando pero la respuesta nunca llegaba. Cuando diviso la casa, bajó de la moto corriendo y entró rápido a la casa.

-¡Harryl! –gritó.

Seguía sin respuesta.

Subió de dos en dos las escaleras, entró al cuarto y no había nadie. Volteó a todos lados pero no estaba. Empezaba a desesperarse, ¿dónde diablos estaba su rulozo?

Escuchó un leve sonido como de agua, salió del cuarto y a medida que se acercaba al baño el sonido se hacía más intenso. Era la ducha por supuesto. Entró sin ninguna contemplación y su mirada cayó sobre el cuerpo pálido que estaba allí, bajo la lluvia de agua helada.

-Harry…

Este en seguida levantó la cabeza, dejando ver que sus ojos estaban enrojecidos, estaba llorando.

-¿Louis?

-Oh, bebe -susurró el mayor. Tomó una toalla seca y cerró la llave del agua. Levantó a Harry con cuidado y al tocarlo se dio cuenta de que estaba frío y tiritando. Lo cubrió como a un bebé y en seguida lo cargó en sus brazos. La cabeza del menor se escondió en cuello de Louis, respirando un poco más tranquilo.

-¿Qué paso, bebé? -preguntó preocupado.

-Yo… tenía ganas de ir al baño y bueno fui, pero… quería hacer algo solo y quise darme una ducha, pero me resbalé por el agua fría. -Louis puso a Harry en la cama y lo arropó-. Y terminé en el piso y golpeándome la cabeza.

-¿Estás bien? -Tomó su cabeza, tratando de ver alguna herida o algo grave, haciendo que Harry soltara una risita.

-Sólo fue un golpe.

-Harry, no hagas nada así mientras yo no esté, ¿de acuerdo? Imagínate que te hubiera pasado algo peor, imagina como me hubiera sentido yo…

-¿Aliviado?

-¿Qué? ¡No! ¿Por qué tendría que estar aliviado?

-Soy una carga para ti… -susurró con un matiz de tristeza en su dulce voz. Estaba tan acostumbrado a que lo botaran y que sólo sea algo “momentáneo” que no le sorprendería ver a Louis esperándolo en la puerta, con su mochila en mano, listo para echarlo.

-Harry , escucha. No me importa si lo crees o no pero tengo que decírtelo… Eres la persona más especial que ha estado en mi vida…

-Especial porque no puedo ver… -interrumpió el menor.

-¡¡Bastal!! ¡¡Basta!! -gritó frustrado Louis. El menor se encogió más en la cama, apabullado- ¿No te das cuenta de que te amo? Sí, te conozco hace tan solo un mes, pero en cuanto te vi, me dejaste sin aliento, y ahora que sé cómo eres jamás y repito, jamás voy a hartarme de ti, te lo juro. Ansío poder pasar el resto mis días contigo..

Silencio. Lo único que se escuchaban eran sus respiraciones. La del menor, suave y lenta, la del mayor, agitada y rápida.

-¿Y por qué no me lo dijiste antes? –dijo con un tono muy bajo el joven arropado en las mantas.

-Siento que me odias, que me odias por haberte hecho esto.

-No te odio –replicó con sinceridad.

-¿Entonces?

-¿Sólo lo haces por lástima, verdad?

-¿Qué cosa?

-Decir que me amas.

Louis se acostó a lado de Harry y lo apretó contra él, encerrándolo en sus brazos tibios como una tarde de primavera.

-No sé cómo hacerte entender que en verdad te amo. Me duele el que no me creas, Harry, sería la persona más afortunada si te tuviera.

-Es que, nadie jamás me quiso realmente.. Eres el único que se ha preocupado por mí. Te amo, pero… -El mayor sintió como si algo dentro de él estallara, no podía esperar más…

-Pero nada, Harry Styles sé que no es la mejor manera pero, ¿quieres ser mi novio?

Una sonrisa se extendió por el rostro del menor, la más hermosa que alguien pudiera imaginar, la más hermosa que Louis hubiera visto.

-Sí, me encantaría.

Louis juntó su frente con la del menor, apenas rozando sus labios.

-No sabes lo feliz que me has hecho… -Se acercó un poco más y juntó sus labios con los del menor, algo suave y lento, como si el mismo beso fuera un premio, se separó un poco para ver a Harry, pero este con manos temblorosas lo atrajo de nuevo hacia sí, algo inseguro. Sus respiraciones se agitaron un poco, las cosas se estaban subiendo de tono. La mano de Louis acarició con cariño el brazo de Harry, despegó sus labios de los del ruloso y dio un suave pico en su nariz. Poco a poco fue dejando pequeños besos sobre su cuello y con la otra mano tocó el extremo de la toalla, jalándola un poco.

Sintió una pequeña presión en sus hombros: eran las manos de Harry tratando de separarlo. En seguida el mayor lo hizo, lo que menos quería era forzarlo a hacer algo que no quisiera.

-Lo… Lo siento -susurró Harry, lleno de vergüenza.

Louis sonrió tiernamente. Acarició su mejilla con el pulgar.

-No te sientas presionado a hacer algo que no quieres, yo esperare a que estés listo.

Harry por su parte no sabía a dónde voltear. Era frustrante no poder ver nada en este instante. Decidió tan solo mirar hacia abajo.

-Es que… Yo… No es eso... -Sus manos se abrían y cerraban ansiosamente. El mayor lo notó y las tomó en las suyas.

-¿Qué sucede, bebé?

-No veo Louis, ese es el problema. -El corazón del antes mencionado se ablandó aun más, si es que eso era posible.

-¿Entonces sí quieres?

-Sí… Pero no veo y…

-No se necesitan los ojos para amar, cariño -Se acercó más y juntó de nuevo los labios de Harry con los de él. Sus manos se deslizaron lentamente por su piel tan tersa y delicada, erizando su vello. Retiró casi como pidiendo permiso la toalla anudada a su cadera. La dejó caer a un costado y, sin dejar de besarlo, se posicionó a horcajadas de él. Las manos pálidas de Harry fueron a parar al final de la columna de Louis. Temblaban, causándole cosquillas. A pasar de qué lo había hecho con muchísimas personas, podía presentir que esa noche sería distinta. Se sentía inseguro, y no sólo por su discapacidad.

El mayor se desabrochó los botones de su camisa azul marino, la cual terminó hecha un bollo en un rincón de la habitación. La temperatura había aumentado y el calor se concentraba justo encima de ellos, siendo controlado por la suave brisa que causaban las paletas del ventilador. Louis tenía razón, no necesitaba su vista para sentir el amor, o hacerlo. Todo se basaba en seguir los instintos, en conocer a la otra persona.

Se acostaron con suavidad sobre el colchón, que estaba algo mojado del sudor pegado a sus cuerpos. Harry apoyó su cabeza sobre el hombro de Louis, haciendo círculos con sus dedos.

-¿Sabes qué es lo que más extraño de poder ver?

-¿Qué cosa, amor?

Algo se removió en su interior. Amor… nadie lo había llamado así…

Se giró hacia donde suponía que estaba su Lou.

-Poder observar los ojos de las personas.

-¿Los ojos? –preguntó, algo extrañado.

-Para mí, siempre fue lo que más atrae de una persona, además de su personalidad.

-Oh…

-Y lo que más deseo es… ver los tuyos, Lou.

-Ya vas a ver, descuida –le susurró este, con una mueca. No podía estar asegurar eso que acababa de decir. Ni él sabía si podría volver a ver.

-Ojalá –suspiró harry, besándolo de nuevo, acariciándole la barbilla, sintiéndolo suyo…

La noche paso rápido y a la vez lento, ambos amándose, entregándose el uno al otro porque se amaban, un amor puro que pocas veces se ve… Esa noche fue para ambos la más hermosa y significativa.

***

La luz de la mañana entraba escasamente por las cortinas cerradas, pero un pequeño rayo daba directo en los párpados del rubio. Este incómodo se trató de mover un poco, pero un brazo en su cintura se lo impidió. Sonrió al saber de quién era y al recordar su maravillosa noche. Trató de restarle importancia al molesto rayo, pero después de cinco minutos se fastidió, suspiró y abrió los ojos, pensando que encontraría con la conocida oscuridad… Pero no, esta vez no fue así. Pestañó repetidas veces para ver si era real.

Al percatarse que sí, lo era, se llevó sus dos manos a su boca, tratando de evitar que los sollozos de alegría se escaparan de sus labios. Sus ojos se llenaron de lágrimas.

-Oh mi Dios -susurraba una y otra vez, sentado en la cama.

-¿Bebé? -habló Louis detrás de su espalda.

En seguida Harry volteó la cabeza.

Era indescriptible lo que sintió en ese momento, en que vio a Louis por primera vez, jamás se hubiera imaginado encontrar a alguien tan…

-Eres hermoso… -se le escapó, encandilado por su mentón delgado, por su Nariz fina, por su cabello despeinado y castaño, por sus orbes color azul, brillosas y refulgentes.

En ese momento, la expresión de Harry cambió al ver como los ojos de Harry por primera vez lo miraban directo a la cara, a sus ojos. No podía creerlo, tenía que comprobarlo.

-Pu... ¿Puedes ver?

El menor sólo asintió con la cabeza y con una gran sonrisa en su rostro, se echó a los brazos de su novio y lo apretó con toda su fuerza, el cual le fue correspondido.

-Te amo tanto…

-También te amo cariño.

Se quedaron quietos, inseparables, con sus cuerpos pegados y sus respiraciones armoniosas. Las gemas verdes de Harry recorrían toda la habitación, incrédulo de que estaba mirando el escenario donde demostró su amor. Flashes nuevos invadieron su mente. Ahora, podía imaginarse cada roce, cada beso, cada mirada enamorada…

Sonrió, pensando en él.

-¿Lou?

-¿Sí?

-Tienes los ojos más hermosos que haya visto en mi vida… Tienes los ojos de un ángel.

FIN

[justify][color=#bfbfbf]Hola algunas sabrán quien soy otros no, en fin este os era Ziall (mio con ayuda de una gran amiga) por que se lo dedique a una amiga que ama Ziall pero yo, tube la idea pensado en Larry y sentía la imperiosa necesidad de subirlo Larry [/b:9b7

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