Re: The Bird in the Cage {Larry} Capítulo VII Final [Septiembre 25]

por **Vicious ϟ** Jue 05 Sep 2013, 1:24 pm

Pamelilla: Que bueno que te guste la extraña mezcla de este fanfic hahaha Gracias por comentar *:

Angeles: Sé que sí son muchas cosas para un solo capítulo, pero la historia es corta, así que ): lo siento (?) Me alegra que te haya gustado, gracias <’:

Noeliab: Sí, ellos sí que son polos opuestos, pero Harry está tan enamorado u.u Gracias por comentar <’:

Las veo dentro de tres días (:

Au revoir ~

IV

The Bird

El funeral para él había sido como una especie de extraño sueño surreal. Había mucha gente, parientes que no veía hace años, amigos de su hermano, algunos compañeros de Universidad e incluso amigos suyos de la escuela que él no sabía por qué estaban allí. Sin embargo, él no se sentía parte del momento que todos vivían, en realidad se sentía ajeno a ellos, ajeno al sentimiento de tristeza que se podía sentir en el aire.

La imagen de Louis, apartado de todos, se le antojaba abstracta. Sus ojos azules parecían idos, él parecía estar en otro lugar, no allí con ellos llorando la muerte de Evan. Se veía sereno, impávido observaba desde fuera aquel triste cuadro del cual todos ellos formaban parte.

De alguna forma, creía que él y Louis se sentían de la misma manera. Había algo que lo hacía sentirse correspondido con él, y no sabría explicarlo. Sólo lo sentía, era algo que estaba allí y… era frustrante no poder entenderlo.

Louis le miró y una pequeña sonrisa se asomó en sus labios, para posteriormente voltear y retirarse del lugar. Él tuvo el impulso de seguirlo, pero pensó que tal vez, Louis quería estar solo, aunque eso quizá no era muy bueno, y después de lo que el castaño le había mostrado, probablemente él debería sentir miedo cada segundo que Louis se encontrara solo. Sin embargo, sabía que nada le ocurriría. Y para eso tampoco había explicación, sólo… lo sabía.

Luego de eso, pasaron tres semanas en las que nuevamente no había tenido noticias del mayor. Aquellas semanas habían sido realmente terribles. Recién hace dos semanas había podido llorar la muerte de Evan. Recién hace dos semanas lo había asimilado y…dolía. Incluso él y su padre habían comenzado a ver a una sicóloga, y eso les estaba haciendo bien.

Respecto a Louis, claramente se había marchado a Londres, ya que todos debían volver a clases, pero le perturbaba el hecho de que Louis no contestara ni sus mensajes ni sus llamadas.

Fue un par de veces a casa de Jay y ella le había dicho que hablaba periódicamente con Louis y que se encontraba bien, aún algo conmovido con todo el asunto de la muerte de Evan, y que probablemente aquella era la razón por la cual no se comunicaba con él.

Harry quiso considerar aquella una posibilidad, pero de todas maneras lo extrañaba. Extrañaba su voz, sus ojos, su sonrisa, su cálida piel, su pequeño cuerpo fundiéndose en el suyo en uno de los tantos abrazos de conforte que ambos se habían entregado.

Lo que Harry sentía por Louis, iba más allá de un amor no correspondido. Harry lo amaba tan intensamente que ya ni siquiera dolía, ni siquiera era capaz de sentirlo, porque eso se había apoderado de él con fuerza, haciéndose parte de él mismo.

No lloraba por él, no sentía que el aire se le escapaba al no saber de él ni ese tipo de estupideces cursis. Él más bien, no se preocupaba de sí mismo y los sentimientos que sentía hacia el castaño. No se encerraba a sufrir en su habitación, a llorar sobre su cama porque el chico del cual estaba enamorado se encontraba lejos. En realidad lo que le molestaba y le dolía, era aquel sentimiento de preocupación al no saber qué sucedía con Louis. Él no necesitaba que Louis le correspondiera, eso no le importaba, lo único que quería y necesitaba, era saber que el oji-azul se encontraba bien, y era por eso que se encontraba en la estación de trenes dispuesto a ir en su búsqueda.

El viaje se hizo eterno, como si los segundos, los minutos y las horas pasaran más lentamente de lo normal, y estaba seguro que mirar su móvil a cada momento, no ayudaba demasiado.

Una vez en la ciudad, buscó el departamento del oji-azul, dando con él en pocos minutos gracias a que éste se encontraba en el centro de Londres. Buscó su apellido en los diferentes timbres de la entrada y lo presionó, percatándose de que se encontraba temblando. Era tanta su ansiedad que ni siquiera había notado lo nervioso que se encontraba.

— ¿Sí? –respondió la apagada voz del mayor.

— Hey, Louis, soy yo… -fue lo único que pudo decir. No hubo respuesta, en cambio, oyó el timbre que abría la puerta.

Subió hasta el piso catorce y buscó el apartamento de Louis, quien lo esperaba en la puerta.

Sin embargo, antes de entrar, se quedó observándole un momento: la imagen de Louis que tenía en frente, era la misma imagen con la que se encontró aquel día en que supo que Evan le había dejado. Sólo estaba vestido con una camisa blanca considerablemente más grande que su cuerpo y unos boxers negros. Sus ojos pequeños e hinchados, con tenues sombras bajo ellos. Su cabello estaba desordenado y probablemente sucio también.

Una vez procesada la imagen, ingresó y le abrazó.

— Te extrañé. –susurró sobre su oído, pero no hubo reacción por parte del oji-azul. Harry se separó y notó que el chico llevaba la manga izquierda de la camisa a medio bajar, como si hubiese querido ocultar algo, pero el tiempo no se lo había permitido. – ¿Estás drogado? –preguntó con angustia, tragando saliva fuertemente. Louis suspiró y Harry se alegró de ver alguna señal de vida.

— No. – respondió escondiendo la mirada en el suelo para posteriormente dirigirla a su habitación, cuya puerta se encontraba entreabierta. Harry le siguió mirada. – Llegaste justo cuando iba a hacerlo. –respondió enfrentándole. – Tú… ¿no deberías estar en clases? –preguntó confundido.

— Es sábado, Lou. –contestó él.

— Oh, yo… he estado un poco perdido. –susurró, y Harry creyó que ni siquiera Louis sabía cuán perdido ha estado todo este tiempo.

El oji-verde fijó su vista en el otro brazo del mayor cuya manga también se hallaba un tanto levantada, dejando notar su muñeca adornada por un cardenal de color morado. Quiso preguntar, pero una voz que no conocía les interrumpió.

— ¡Hey, Louis! –llamó un chico saliendo de la habitación. Era alto, quizás un poco más que Harry e iba vestido sólo con unos jeans desgastados. Su torso desnudo dejaba notar un cuerpo tonificado y bien marcado. Su cabello era negro y tenía unos ojos celestes muy brillantes. - ¿Ya está el desayuno, cariño? –preguntó yendo hacia ellos, abrazando a Louis por la espalda, entrelazando sus manos en el bajo vientre del mayor y depositando un beso en su mejilla. - ¿Quién es? –preguntó con una adorable sonrisa. El menor sintió que se iba a desvanecer en ese mismo momento. No se sentía bien.

— Él es… Harry. –Dijo Louis casi con dolor.- Él es Alex, un amigo. –señaló no muy convencido.

— ¿Amigo? ¡Me ofendes, corazón! –Exclamó el muchacho.- Un gusto. –Alex soltó a Louis y le extendió su mano a Harry, quien sin ganas, correspondió el gesto. – Espera, Harry… -repitió el chico.- ¿Él es el hermano de tu ex? –preguntó. El rostro de Louis se tensó y asintió levemente. – Oh, amigo, cuánto lo siento. –lamentó Alex. El oji-verde sólo asintió. – Los dejaré solos, creo que deben conversar. Nos vemos luego, cariño. –El peli-negro besó la sien de Louis y se separó para tomar una polera que se encontraba en el sillón. Se la puso y salió del lugar.

— ¿Quién es él? –preguntó Harry.

— Un amigo. Estamos… saliendo o algo así. Nada serio. –respondió evitando la mirada del menor.

— ¿Él te hizo eso? –inquirió con su vista clavada en la muñeca de Louis, quien le miró con horror para posteriormente cubrir su muñeca con la otra mano. – Contéstame, Louis. –pidió.

— Fue sin querer. –susurró. Harry iba a protestar, pero Louis le detuvo.- Es sólo que a veces no se mide mientras… -suspiró.- mientras tenemos sexo. –dijo con un hilo de voz.

Harry no sabía cómo reaccionar. Sentía tanta ira en su interior, tanta impotencia, tanta pena… ¿Cómo era posible que Louis pudiera seguir soportando aquellos tratos? ¿Por qué lo hacía? ¿Por qué se dañaba a sí mismo de esa manera? ¿Por qué parecía buscar aquel tipo de relaciones?

Por una parte, Harry quería tomarlo entre sus brazos y acariciarlo hasta que sus manos se gastasen. Susurrarle cuán maravilloso era hasta que su voz se apagara debido al cansancio. Cuidar de él hasta cuando el mundo se lo permitiese… Pero por otro lado, quería tomarlo por los hombros y gritarle que estaba mal, que no podía seguir permitiendo que le hicieran eso.

— Déjame verte, Louis. – pidió Harry en un susurro. El oji-azul le miró sin entender. – Quítate la camisa, quiero ver tu cuerpo. –demandó.

— ¿Qué? ¿Para qué? –preguntó con voz errante.

— Por favor, bebé, déjame verte. –pidió nuevamente con mayor suavidad, acercándose a Louis, desabotonando la camisa blanca poco a poco, descubriendo la piel del dorada del mayor. Louis simplemente se dejó mientras tímidas lágrimas comenzaban a escapar de sus orbes.

Una vez la camisa estuvo completamente abierta, Harry se la quitó, dejándola caer sin cuidado alguno al suelo descubriendo por completo el torso del mayor. Sus orbes verdes recorrieron el pequeño cuerpo que ahora se encontraba más delgado, incluso sus costillas se comenzaban a marcar siniestramente. Por todo su torso había señales de golpes y algunos rasguños, mientras que a cada lado de su cadera se dejaban notar un par de moretones más.

Harry acarició cada cicatriz, cada contusión, cada herida con la yema de sus dedos, sintiendo cómo las lágrimas se agolpaban en sus ojos.

— Detente. –pidió Louis alejándose un poco.

— ¿Por qué lo permites, Louis? Necesito que me respondas. –Harry lo tomó por la cintura.- ¿Por qué, bebé? ¿Qué es eso que tanto te atormenta? ¿Qué es lo que no te deja ver cuán perfecto eres? –Las palabras salían solas. La voz del menor se colaba por los oídos de Louis, provocándole querer suspirar. Sus brazos se sentían tan cálidos, tan cómodos… la sola presencia de Harry le traía calma, le hacía sentir bien, le hacía sentir querido.

— No sabes lo que dices. –susurró cerrando sus ojos.

— Respóndeme, Lou. Necesito saber. – El mayor se acurrucó en el pecho del oji-verde y suspiró.

Así estuvieron durante un largo rato, abrazados sin decir una palabra. Harry le daría tiempo a Louis para que pudiera preparase para contarle, para por fin deshacerse de aquello que tanto daño le había hecho. Luego de los sollozos, Louis dijo que iría a darse un baño, a lo que el menor asintió para posteriormente verlo desaparecer.

Harry aprovechó de ordenar un poco el lugar y cocinar algo para ambos. Quería que Louis se sintiera bien, se sintiera cómodo, después de todo, lo que iba a hacer, era algo realmente importante.

El menor sabía que a Louis le gustaba el chop suey de pollo, y por suerte, encontró todos los ingredientes que necesitaba, por lo que cuando el oji-azul hizo aparición en el comedor, Harry lo esperaba con dos platos servidos. Louis sonrió tímidamente y tomó asiento.

— Huele delicioso. –señaló Louis.

— Espero que no sólo huela bien. –dijo Harry haciendo que el oji-azul soltara una pequeña carcajada que él adoró.

Después de un tranquilo almuerzo sumido en un comodo silencio, ambo se quedaron mirando. Louis podía sentir la preocupación en los ojos del oji-verde y se sentía mal por eso. Él no quería causar preocupación en el menor. Si no había respondido ni sus mensajes ni sus llamadas, era porque quería mantenerlo lo más alejado posible de él y de su mierda. No quería contaminar a Harry, no lo quería hacer partícipe de su vida. El menor era demasiado bueno, demasiado puro y perfecto para un chico como él.

— ¿Por qué estás aquí? –preguntó el mayor con gesto cansado.

— Porque me preocupo por ti, porque te quiero. –respondió Harry.

— No tienes que estar aquí. Tienes que estar en casa, preocuparte de tu padre, de tus estudios, de conseguir un chico, no sé… pero tu lugar no es aquí. No debes preocuparte por mí. –dijo Louis.

— Y tú no tienes, no debes, permitir que te dañen, que hagan lo que quieran contigo. Tú tienes que darte cuenta de lo valioso, de lo maravilloso que eres. –contraatacó el oji-verde.

— Merezco cada una de las cosas que me han ocurrido, Harry. –suspiró. – Tú no sabes…

— No, no lo sé, por eso quiero que me cuentes.

— No es tan fácil. –sonrió con tristeza. – Yo… esto viene de hace muchos años. –Partió.- Cuando era un niño, vi a papá maltratar a mamá más veces de las que puedo recordar. Primero fueron gritos, luego insultos, y un día finalmente la golpeó. –La voz de Louis era neutra. – La golpeaba cada vez que discutían. Yo sólo observaba, incapaz de defender a mamá. Incapaz de detener a Mark, guardando la rabia, la impotencia y la frustración en mi interior. ¿Entiendes lo que es para un chico de diez años ver cómo tu padre golpea a tu madre y que no puedas hacer nada para detenerlo? Fui un cobarde de mierda… -rió amargamente. – Si bien todo acabó cuando papá murió en aquel accidente automovilístico, las imágenes siempre estarán presentes en mi cabeza, recordándome lo cobarde que fui, lo inútil que fui. Mi madre sufría, lloraba cada vez que creía que nadie la veía, pero yo siempre lograba captar aquel sufrimiento en su mirada, aquel dolor… y no era capaz de aliviarlo, de defenderla. –Dijo con angustia.- Permití que la maltratara como se le antojara, que abusara de ella en formas que ni siquiera me atrevo a recordar…-El estómago de Harry se contrajo ante aquella revelación.- Y por eso me odio como no te imaginas –su vista perdida se fijó en Harry. - ¿Puedes entender ahora por qué merezco cada uno de los golpes? Merezco todo esto y más. –terminó diciendo.

El menor se levantó de la mesa y lo envolvió en sus brazos, besando su cabello.

— Sólo tenías diez años, no había nada que pudieras hacer. – susurró.

— Hay tanto odio, tanto dolor…

— Debes sacarlo. –señaló el menor. – Debes sacarlo y permitirte ser feliz.

— No, no puedo. No lo merezco. –negó fuertemente.

El corazón de Harry se encontraba contraído. Le dolía ver a Louis así, le dolía saber por todo lo que tuvo que pasar, le dolía que se dañara por sentirse culpable cuando no debería hacerlo…

Le dolía darse cuenta que la jaula nunca fueron otros, sino que el mismo Louis había construido su propia jaula y lo peor era que creía no merecer salir de ella.

por **KarliKryptonite** Jue 05 Sep 2013, 2:25 pm

Ohh Dios, nueva lectora,
algo atrasada perdón):
esta novela es preciosa,
la cosa más hermosa que he leído en mi vida ;_;<33
Siguela por favor, prometo pasar seguido <33

por **LostInTheCityOfAngeles** Jue 05 Sep 2013, 3:51 pm

Aww nueva lectora o algo así... Creo lol
No recuerdo comentar antes y en realidad soy demasiada perezosa como para ver en las páginas anteriores, en fin. Amo tu novela, me da entre pena y rabia por Lou... Cosa pequeña, él merece cosas buenas -como Harry- pero no se lo permite, esta enceguecido por su dolor y culpa, cositaaaa le quiero dar galletitas y leche, y después acostarlo en la camita y leerle un cuento.
Como sea, perdón por no comentar antes, es hermoso y duele.
Espero qe subas pronto (?
Muchos abrazos
Meliiih xx.

por **Angeles** Jue 05 Sep 2013, 5:23 pm

Ay, pobre Lou ):
Pero como dijo Harry, sólo tenía 10 años, era chiquito y no tenía qué hacer, no quiero que se sienta así :'c
Le dijo bebé *-*
Saludos!!!

por **noeliab** Vie 06 Sep 2013, 9:59 am

Para, tres semanas pasaron y Louis ya esta con otro (?
No puedo creer que Harold se fue a verlo y no se como no lo cago a patadas al encontrarse con esa escena...
Deberia irse y dejarlo hasta que Louis recapacite, es casi imposible ayudar a una persona que NO quiere o que NO sienta que la necesita o la merezca.
Harry deberia conocer a alguien (?
Todavia no estoy segura de a Louis le guste Harold (? pensar que alguien es ''demasiado'' bueno para el no significa eso, o si?
Ademas Louis no hace nada por estar mejor tampoco... estudia, trabaja, algo? ugh
Estoy enojada, me fastidio que Louis estuviera con otro.
Besos!!

por **laultimaymevoy** Dom 08 Sep 2013, 11:22 am

LOUIS ES UN IMBESIIIIIIIIIIIIIILLLLL así con todas las letras mayúsculas, en serio es un tonto ¿cómo es posible que se busque otro tipo que también lo maltrate? ya sé que lo explicó y pobre de él por lo de su madre, pero me da rabia que tras del hecho no valore todo lo que Harry hace por él, porque aunque se sienta cómodo y le agraden las acciones del menor sigue por las mismas y ugggggh >,< no se vale porque está haciendo que Harry también sufra y todo por ponerse en posición de victima, de "merezco todo lo malo" es un idiota en verdad, lo que debería hacer Harry es golpearlo hasta el cansancio y ahí si tendrá a Tomlinson a sus pies, es un tonto y me da mal genio que sea así >,< ojala sufra más por idiota pero que sea Harry el que lo haga sufrir y llorar porque eso es lo único que le gusta al tonto de Lou, lo estoy odiando por ser así, Hazza no merece tanto sufrimiento, debería irse con alguien más y dejar de estar limpiándole las lágrimas al pendejo ese, en verdad lo estoy odiando, no me da ni pizca de pesar porque es él quien tiene la solución entre sus manos y no la quiere usar :x
Lo siento por no comentar antes :c

por **Vicious ϟ** Dom 08 Sep 2013, 8:17 pm

Hey, ¿cómo les va? Espero que muy bien. Gracias por sus lindos comentarios y por leer esta cosa (:

KarliKryptonite: ¡Hey-Hey! Bienvenida, me alegra mucho que te guste esta historia <’: Gracias por comentar *:

LostInTheCityOfAngeles: Hey, bienvenida tú también (: No es muy terrible que no hayas comentado antes, pero es genial que lo hagan, así yo puedo saber qué opinan de lo que escribo. Muchas gracias por comentar *:

Angeles: Sí, pobre Lou ): lsdjsa y Harry es tan tierno con él *sigh* ): Gracias por leer *:

Noeliab: Señorita… creo que todo ya se lo dije por mp salkdsjda Muchas gracias por comentar siempre <3

Laultimaymevoy: Eliana <3 Como siempre un placer leer tus comentarios <3 Aunque… no me gusta como ves a Lou, lo sabes u.u poor baby u.u En fin, esperemos deje de ser “tonti” … gracias <3!!
Espero les guste el capítulo y nos vemos dentro de tres días (:

V

The Cage

Harry decidió pasar el fin de semana allí con Louis. Al principio el oji-azul no estaba muy convencido, no sabía qué tan buena era aquella idea; que Harry estuviera allí durante cuarenta y ocho horas, le ponía nervioso. Él no quería que el menor viera la mierda en la cual solía sumergirse a diario, no quería desilusionar aún más al oji-verde.

Sin embargo, la compañía de Harry le hacía tan bien que ni siquiera sentía la necesidad de meter heroína en su sistema. Era como si Harry fuera algún tipo de sedante que mantenía lejos el dolor y todo lo que sentía dentro.

— ¿Por qué eres tan bueno conmigo? –preguntó Louis apoyado en el marco de la puerta de la habitación que ocupaba Harry y en la cual se había colado la noche anterior. El menor se encontraba tendiendo la cama, por lo que la voz de Louis le sobresaltó un poco.

— ¿A qué viene esa pregunta? –inquirió él poniendo las últimas almohadas para dirigirse hasta el mayor y depositar un tierno beso en su frente.

— Es sólo que… no puedo creer que estés aquí cuidando de mí. –susurró con una linda sonrisa en el rostro.

— ¿Estás bien con eso? –Preguntó.- ¿Estás bien con el hecho de que esté aquí para cuidar de ti? –formuló correctamente. Louis parpadeó repetidamente.

— Uhm… aún creo que no deberías estar aquí y eso, pero… me haces sentir bien. Me gusta estar contigo. Me haces bien, Harry. –terminó diciendo.

— Es lindo oír eso, ¿sabes?

Harry no sabía cómo es que había soportado aquella cercanía sin volverse loco. Quizá lo había soportado porque no había estado pensando en él y en sus deseos, sino que en Louis y en sus problemas. Había estado pendiente de él en todo momento, asegurándose de que no metiera mierda en su organismo otra vez, pero sabía que era algo que no serviría de mucho, ya que él se iría aquella tarde, y Louis quedaría solo otra vez allí, y probablemente volvería a dejar que lo maltrataran y…

— ¿Qué sucederá cuando me vaya? –averiguó el oji-verde. El rostro del mayor cambió, se tornó sombrío, como desconcertado.

— No había pensado en ello. –Aceptó.- No había querido pensar en ello. –se corrigió.

— Lou, necesito saber si de verdad deseas dejar todo esto que te atormenta atrás. – Louis le miró sin entender.- Porque… sabes que todo eso que sientes y piensas respecto a ti, está mal, ¿verdad? – El mayor negó.

— No, Harry, no está mal. –Mordió sus labios.- ¡Claro que no!

— Louis, por favor. –Harry lo tomó de las mejillas y le obligó a mirarle.- Me duele todo esto que te haces a ti mismo. Dios, me frustra no poder mostrarte lo que yo veo en ti. –suspiró.

Louis le miró directamente a los ojos, dudando si preguntar o no lo que tenía en mente.

— ¿Podrías…? ¿Podrías decírmelo? –inquirió titubeante con una avergonzada sonrisa. Harry sonrió dulcemente.

— Veo a un chico maravilloso, cariñoso, dulce, cortés, amable, de risa fácil, guapo, inteligente… de hermosos y cautivantes ojos azules, de bella sonrisa y melodiosa voz. Frágil como un pájaro, atrapado en sí mismo, en sus miedos, creando una jaula con ellos. –Los ojos de Louis brillaban expectantes. Quería oír más.- Te mostraré.

Harry recordó que hacía un tiempo, en una feria, había comprado un taumatropo, uno de aquellos juegos de ilusión en los que había un pájaro y una jaula en una misma lámina, pero en distintas caras. Lo sacó de su mochila y se lo mostró a Louis.

— Este eres tú. –señaló al pájaro libre. – Y esto es lo que has hecho con tus miedos, tu dolor y todo eso que está mal dentro de ti. –Explicó señalando la jaula del lado contrario.- Entonces haz provocado la ilusión. –dijo haciendo girar el taumatropo. – En realidad no estás en una jaula, pero sí necesitas despojarte de lo que te atormenta, para que puedas volar libre. – Louis sintió algo removerse en su pecho, como una especie de gozo, de alegría que estaba seguro jamás había sentido. – Necesitas salir de esa jaula y volver a volar, Lou.

— Gracias, Harry. –dijo abrazándole. – Gracias por estar aquí conmigo. –Louis besó el cuello del menor suavemente, haciendo que un escalofrío recorriera el cuerpo de Harry.

Al separarse, la distancia entre ellos era mínima. Ambos podían sentir el aliento del otro sobre sus labios. Para el oji-verde aquella era una tortura, pero se sentía tan bien estar tan cerca de Louis, oler su aroma, sentir su corazón latiendo casi a la par con el suyo, mirando aquellos ojos azules a una distancia poco prudente.

Sin preverlo, la boca de Harry fue capturada por unos finos y torpes labios, cuyo dueño se encontraba más que nervioso. El oji-verde abrió sus ojos hasta donde sus párpados se lo permitieron, encontrando los de Louis que le miraban con un brillo especial, sin embargo, los orbes azules se cerraron en señal de entrega total al contacto entre ellos. Harry también cerró sus ojos, disfrutando de los labios de Louis haciéndose de los suyos, sintiendo su sabor, su textura, descubriendo su boca, cada rincón de aquella dulce boca que desde hacía años soñaba con probar.

Harry tomó la nuca de Louis y acarició su cabello, mientras las manos del mayor le tomaban de las mejillas y acariciaban el sector con una ternura infinita.

Al separarse, ambos se miraron sonrientes, sintiendo como si aquel beso hubiese hecho explotar una bomba de emociones dentro de cada uno. Harry podía notar algo nuevo en los ojos de Louis, había algo especial en ellos… Por otro lado, Louis pareció entender por fin correctamente la mirada del menor.

— ¿Me amas, Harry? –preguntó en un dulce susurro.

— Desde que puedo recordar. –Dijo con soltura. La situación era extraña, pero familiar. Como si supiesen que iban a terminar de esa manera algún día, como si siempre hubiesen estado esperando por eso.

— Ahora lo puedo ver en tus ojos. –Dijo Louis acariciando el rostro del menor.- Por fin puedo entender que no era pena o lástima… siempre has estado ahí, siempre eso que sientes ha estado ahí y yo jamás fui capaz de darme cuenta. –señaló. – Ahora lo sé porque también lo siento. Dios, probablemente también ha estado ahí siempre. –Harry sintió otro estallido de felicidad en su interior.

Volvieron a besarse suavemente, disfrutando de la sensación de conforte que les brindaba aquel íntimo contacto. Era algo tan lindo, tan dulce, tan delicado que ambos se veían como dos niños recién aprendiendo a besar. Para Harry así se sentía, era como si fuera la primera vez que besaba a alguien, mientras que para Louis, aquella acción le transmitía calma, calidez, amor, protección… los labios de Harry se sentían como su hogar, como si siempre hubiese pertenecido a ellos, pero jamás se hubiese dado cuenta.

El día se les pasó rápido, más de lo que hubiesen deseado. El oji-azul no quería que Harry se fuera, pero sabía que no podía pedirle que se quedara allí; el oji-verde tenía que ir a la escuela, y por supuesto, tenía que hacerle compañía a su padre quien probablemente aún se encontraba sumido en la tristeza de haber perdido a uno de sus hijos.

Eran las seis de la tarde y ambos se encontraban en una pequeña cafetería comiendo pastel de frambuesa. Harry sentía que Louis quería decirle algo, pero que no se atrevía. Lo notaba por la manera en que mordía su labio inferior, y por cómo le miraba por el rabillo del ojo para luego suspirar.

— ¿Qué pasa, Lou? –preguntó tomando la mano del castaño por sobre la mesa.

— Nada, es sólo que… no quiero que te vayas. –Harry sonrió tiernamente. – Sé que no puedes y que en realidad no es tu deber quedarte, pero… -suspiró nuevamente.- no quiero estar solo. –Confesó.- No quiero despertar solo nunca más, Harry. Te quiero conmigo y sé que esto es extraño, rápido si lo quieres así, pero… dios, esto es tan extraño. –rió con nerviosismo buscando las palabras correctas para expresarse. - Siento que mi lugar está contigo. Te quiero, te quiero demasiado. Quizá siempre te quise de esa manera, pero nunca me di cuenta. Estaba tan hundido, tan ciego pensando toda esa mierda que jamás dejé que esto saliera. –dijo mirando los cuadros del mantel de la mesa. – No sé si pueda hacer esto solo.

— Ya estuve pensando en eso. –Señaló el oji-verde con dulzura.- Quizá podría terminar la escuela aquí. No lo sé, podríamos vender la casa en Doncaster y venir a vivir aquí. No será algo inmediato, pero nos serviría a todos. Cambiar de aires siempre es bueno. –Terminó guiñándole un ojo a Louis.- Además yo tampoco quiero estar lejos de ti. – Los ojos del mayor se iluminaron y sonrió ampliamente.

— ¿Hablas en serio? Dios, no puedo creer que esto esté pasando. –Louis sonaba emocionado.- Nunca… nunca pensé que alguien podría hacer algo así por mí. –dijo confundido.

— Eres hermoso, Louis. –Harry le besó la mano.

El oji-azul le miró impresionado. Jamás nadie le había hablado en la manera en la que Harry le hablaba. Jamás nadie le había mirado en la manera en la que Harry le hacía, era algo más que amor, era admiración, devoción y eso hacía que sus mejillas se sonrojaran y se sintiera pequeño ante aquellos lindos y expresivos ojos verdes.

Louis se sentía como un adolescente enamorado por primera vez, y lo más seguro es que esto se debiera al hecho de que sus anteriores relaciones no había sido basadas en el amor, si no en violencia y abusos. Ésta era la primera vez que Louis se permitía amar y ser amado sanamente.

Luego de terminar el pastel, se dirigieron a la estación de trenes. En el camino hablaron sobre la vista que Louis debía a hacer a un sicólogo. El mayor le miró con cierto recelo, ya que la idea no le gustaba del todo, pero lo haría por Harry y porque realmente deseaba comenzar a vivir una nueva vida alejado de todo lo que alguna vez fue.

Con la promesa de que el oji-azul conseguiría un sicólogo lo antes posible y llamarse a diario –y varias veces-, se despidieron con un fuerte abrazo y tímido, pero cálido, beso en los labios.

— Avísame cuando llegues a casa, ¿sí? –pidió el castaño, a lo que él asintió.

— Nos vemos pronto. –se despidió Harry para abordar el tren.

Al llegar a casa, Harry encontró a su padre en el sillón durmiendo con la televisión encendida. Sonrió y lo tapó con una frazada. Luego le envió un mensaje de texto a Louis avisándole que ya había llegado a casa, a lo que el menor respondió que se iría a dormir, y que le deseaba dulces sueños. Harry sonrió y le deseó que tuviera una buena noche.

Posteriormente el oji-verde fue hasta la cocina y preparó la cena.

— Huele muy bien, Harry. –el menor sonrió al recordar que eso era lo mismo que Louis le había dicho cuando había cocinado para él. – Te ves contento. ¿Hay algo de lo que me deba enterar? –preguntó su padre poniendo el mantel y los cubiertos sobre la mesa.

— Todo a su tiempo. No seas impaciente. –dijo Harry con una sonrisa.

— Se trata de Louis, ¿verdad? –insistió.

— Robin, no seas impaciente. – le retó el menor a lo que su padre respondió con una risa cansada.

Cuando la cena estuvo lista, ambos se sentaron a la mesa. Robin estaba expectante, curioso por lo que su hijo tuviera que contarle, ya que a juzgar por la enorme sonrisa en el rostro del menor, claramente se trataban de buenas noticias, y eso era algo que le vendría muy bien.

— Vamos, muchacho, quiero saber. –le presionó en tono amable.

— Uhm… -no sabía cómo empezar.- Conoces a Louis hace un tiempo. Sé que le tienes cariño, y sé también que siempre supiste que algo no andaba bien con él. –Robin asintió.- Él ya me dijo todo. –Señaló buscando cómo seguir.- No sé cómo pasó, pero las cosas sólo se dieron y estamos juntos o algo así. –Dijo no muy convencido.- Sabes que este sentimiento siempre estuvo dentro de mí, y al parecer esto también estuvo siempre dentro de él. –Harry sentía que lo que decía no tenía ni coherencia ni cohesión alguna, pero se encontraba nervioso. Habían ocurrido cosas muy importantes ese fin de semana, cosas muy lindas que sentía que no podía expresar con palabras.

— ¿Estás seguro que lo de ustedes está bien? Es decir… él estaba con tu hermano y que de pronto esté contigo, es algo extraño. –señaló su padre.

— Lo sé, pero como te digo, las cosas se dieron y… tendrías que habernos visto. –Dijo estúpidamente.- Él está solo allá y necesita compañía. Tiene problemas y sé que solo nunca logrará superarlos. –Siguió.- Estaba pensando que nos haría bien mudarnos. Londres es muy bonito, es grande. Podríamos vender la casa e irnos. Quizá podrías poner por fin tu propio local de autos… -Robin le miraba atento a la propuesta. – Piénsalo, papá, sería un nuevo comienzo para todos.

Su padre no dijo nada, y eso desalentó un poco a Harry, pero no se daría por vencido aún. No seguiría insistiendo esta vez, dejaría que su padre primero lo pensara y podrían hablar de ello otro día.

~

Desde que había vuelto de Londres, hablaba con Louis tres veces al día: Al despertar, a la hora de almuerzo y cuando ambos ya se encontraban en casa, lo cual ayudaba mucho al mayor a no sentirse tan solo, y distraerse un rato oyendo la voz de Harry era definitivamente una de las cosas que más le gustaba hacer.

Claro que había días en los que Louis se desanimaba y gracias al cielo, no se lo guardaba y se lo contaba a Harry, quien, como por arte de magia, hacía que cualquier mala sensación se esfumara tan sólo siendo sincero y mostrando sus sentimientos.

— Eres hermoso, Louis. Te amo, te amo como te imaginas. –Aquellas palabras eran como la medicina de Louis. Oírlas de los labios del menor, hacía que todo pareciera mejor.- Eres maravilloso, eres perfecto, bebé.

Louis sólo sonría desde el otro lado de la línea deseando algún día poder creer en las palabras de Harry.

Louis había conseguido hora para hablar con un sicólogo el día sábado y eso tenía muy contento a Harry. El oji-azul también le había contado que no se había inyectado porque no había sentido la necesidad de hacerlo, lo cual también era muy bueno.

— Igual no es como si fuera un adicto, ya sabes. Sólo lo hacía de vez en cuando. –se rió un poco.

— Lo sé, cariño, no tienes que decírmelo.

— De todas maneras es complicado sin ti. –señaló Louis. – En la Universidad el día pasa muy rápido, pero cuando llego a casa las horas pasan lentamente. Está frío y el silencio me vuelve loco. –Harry sonrió.

— Tranquilo, estaré allí mañana por la tarde. –La semana para ambos se había hecho muy larga, pero por fin era jueves.

— Lo sé y estoy muy contento por ello. –Dijo el mayor.- Oh, por cierto… adopté un gato. –Mencionó.- Hoy llovió muy fuerte y cuando volvía de la Universidad lo encontré todo mojado a un costado de la calle. Es pequeño y… no lo sé lo traje a casa para cuidar de él, supongo. –Harry quiso suspirar y gritar a los cuatro vientos cuánto amaba a ese chico.

— Eres maravilloso, bebé, hermoso. –dijo con una sonrisa.

— Suena tan lindo salidos de tus labios que ya comienzo a creerlo. –susurró avergonzado. - Creo que has abierto un poco la puerta de la jaula. –por el tono de voz utilizado, Harry supo que el mayor sonreía, y aquellas palabras, le habían hecho sonreír a él también, ya que sabía que abrir la puerta de la jaula, era dejar que por fin Louis volara libre y feliz.

por **laultimaymevoy** Dom 08 Sep 2013, 8:25 pm

ok, se puede decir que ya perdoné a Louis(?) ¿necesitaba mi perdón? claro que sí xD
no en serio, me pareció muy lindo desde el primer párrafo, así que no creas que fue solo por el beso porque fue más por el hecho de saber que no quería decepcionar a Harry porque una cosa es estar sumergido en la mierda y no querer que lo vean o lo salven porque "se lo merece" según él, y otra es que no quiera que lo vean porque teme decepcionar a la gente que le importa, ese fue un gran paso para seguir adelante así que desde ahí ya quise a Louis, y espero que todo le salga bien. Por otro lado también te adoro a ti por no spoilearme en la tarde cuando hablamos de Lou jaja, así que muchas gracias por subir y por hacer que Louis no sea tan tonto :)

por **noeliab** Lun 09 Sep 2013, 3:30 pm

Ay no voy a llorar! Es mas, lloreeee...
La ternura que tiene Harold sobrepasa mis limites akjdksds
Louis va a la universidad!? Eso fue sorpresa! Hacia algo entonces ¬¬
Pero lo mas importante es que esta yendo al psicologo!? Mi bebe se va a poner bien (?
Me encanto el capi, besos!

por **Angeles** Lun 09 Sep 2013, 5:35 pm

Awww que tierno ♥
Fue muy tierno este capítulo *-*
Entonces Lou sintió lo mismo que Harry siempre? Aw :3
JAJAJAJAJA tiene razón el papá, es raro que después de estar con el hermano esté con él. Pero se quieren :'3

por **LarryIsReal <3** Miér 11 Sep 2013, 2:35 pm

Síguela ;)
Lo siento por mi comentario Pobre xD
pero enserio quiero que la sigas.
:bye:

hasta la proxima

por **KarliKryptonite** Jue 12 Sep 2013, 12:47 pm

Dios,
Louis es como un bebé):
enserio, que lindo que ya esten juntos u_ú

por **Vicious ϟ** Jue 12 Sep 2013, 3:56 pm

Siento no haber subido ayer, lo olvidé por completo x.x Pero aquí estoy (((: Gracias a todas por leer, son un sol <3

Laultimaymevoy: Me alegra montones que hayas perdonado a Louis <3 Ahora serán felices por siempre (??) Gracias por leer Eli <3

Noeliab: Espero que no hayas llorado en serio D: Harry es demasiado hermoso para esta vida, lo sé u.u Me alegra mucho que te haya gustado (: Gracias por leer *:

Angeles: Hey, sí, el capítulo fue muy tierno, a mí tbn me gustó mucho escribirlo (: Gracias por leer *:

LarryIsReal: Ya la sigo :3! Gracias por leer *:

KarliKryptonite: Sí, es cierto, Louis es como un bebé <3 Gracias por leer *:

VI

Just love

Después de clases, pasó a su casa a buscar ropa para luego ir a la estación de trenes y emprender su viaje hacia Londres. Sin embargo, no contaba con que su padre estaría esperándolo en casa con una muy buena noticia.

— Estuve pensando en lo que me dijiste el otro día. –Partió su padre.- Y decidí que es una muy buena idea.- el rostro de Harry se iluminó con una linda sonrisa. – Hay un muchacho en el trabajo que está interesado en comprar una casa aquí, ya que acaba de mudarse desde Cheshire. –Señaló.- Así que… no lo sé, este fin de semana ve si puedes encontrar alguna escuela donde terminar el año y… una casa. –Harry abrazó su padre con efusividad.

— Muchas gracias, papá. –dijo sobre el hombro de Robin.

— Busca un lugar grande y muy central. Quiero intentar lo del taller. –Harry asintió sin borrar la enorme sonrisa de su rostro.- Ya vete, Louis debe estar vuelto loco esperándote. –El menor depositó un beso en la mejilla de su padre y se dirigió a la estación.

Durante el trayecto hasta Londres, Louis lo llamó en tres oportunidades sólo para preguntarle cuánto le quedaba de viaje, lo cual hacía que Harry esbozara una tierna sonrisa al oír a un impaciente oji-azul desde el otro lado de la línea.

Cuando al fin llegó, Louis le esperaba en el andén con una enorme sonrisa. Se veía bien, mejor que la última vez que lo había visto. Vestía un suéter color beige, sobre este un abrigo negro, y unos jeans celestes.

— Hey, te extrañé. –susurró sobre los labios de Harry para luego besarle intensamente.

— Y yo a ti. –dijo en medio del beso.

Hacía mucho frío para estar fuera, por lo que decidieron ir rápidamente al apartamento. Louis había planeado ver películas, por lo que había comprado cosas saladas, idea que no le agradó mucho al menor, quien prefería las cosas dulces, por lo que de todas maneras tuvieron que salir a comprar caramelos para Harry.

— No puedo creer que prefieras las cosas dulces. –dijo Louis en tono gracioso mientras caminaban por los pasillos del supermercado.

— Hey, yo no puedo creer que prefieras las cosas saladas. –le respondió el oji-verde haciendo una mueca de asco que desató la risa del mayor. Harry le miró, se acercó y lo abrazó por la espalda.- Eres adorable… -depositó un beso en su mejilla- aunque te gusten las cosas saladas. –acotó.

— Eres un idiota. –le respondió el oji-azul con una sonrisa avergonzada en los labios.

Cuando al fin compraron lo que Harry quería –llámese chocolates, bombones, galletas- volvieron al departamento.

— Hey, mira quién está aquí. –dijo Louis abriendo la puerta para encontrar a un pequeño gatito color gris.

— ¿Ya le pusiste nombre? –preguntó Harry tomando las bolsas que el mayor llevaba en sus manos para que este pudiera tomar al felino en sus brazos.

— Noup. ¿Quieres ayudarme? –preguntó siguiendo al menor hasta la cocina. Harry dejó las bolsas y les miró a ambos.

— ¿Es hembra? –preguntó el oji-verde.

— Ahá. –asintió el mayor.

— Uhm… no lo sé. Soy malo en estas cosas. –rió el oji-verde. - ¿Évy? –preguntó. – Es corto y femenino. Creo que es un buen nombre para un gato. –argumentó escuetamente. Louis rió.

— Sí, me gusta. Évy. –repitió mirando a la felina que se dejaba dócilmente.

Louis le dio comida y leche y luego la dejaron durmiendo en la caja de arena que el oji-azul le había comprado hacía unos días. El menor miró a la gatita y soltó una carcajada. El oji-azul le miró extrañado.
— Es gracioso. ¿Seremos como esos tipos que adoptan mascotas y cuidan de ellas como si fueran sus hijos? –preguntó en tono gracioso. Louis estaba confundido. En realidad no lo había pensado así.
— Ni siquiera había pensado en ello. –Confesó.- Pero es una linda idea. Me gusta. –sonrió besando la mejilla de Harry.

Louis no sabía qué película preferiría Harry, por lo que le dio una lista muy variada donde el oji-verde podía elegir desde comedia romántica hasta terror.

Al final, el oji-verde decidió que la película que verían sería Restless. Había leído de ella en una revista y le causó curiosidad, por lo que pensó que sería una buena opción. Louis estuvo de acuerdo y ambos se acomodaron en el sillón cubriéndose con una manta para disfrutar de la película.

En cuanto comenzó, ambos supieron que no habría un buen final, pero aun así continuaron viéndola.

— Hey, la chica tiene un libro de pájaros. –señaló Louis levantando su cabeza para mirar a Harry. – Oh, Harry, por favor nunca me digas que tienes alguna enfermedad horrible como ella. –pidió el menor.

— No digas tonterías, Lou. –se burló el menor en tono tierno.

Louis volvió a su lugar en el pecho de Harry y continuaron mirando la película. Conforme ésta avanzaba, Louis se iba aferrando más al cuerpo del menor, quien notaba cuán afligido se encontraba. Había dolor y desesperación en su mirada.

— Bebé, tranquilo, es sólo una película. –le susurró cuando el castaño comenzaba a sollozar.

— Pero es triste. No tendrías que haber elegido algo tan triste. –reprochó limpiando sus lágrimas con un extremo de la manta. Harry le besó el cabello.

Ya para el final, los sollozos de Louis acabaron en una linda sonrisa. El final no había estado tan mal e incluso se le había antojado bastante bonito y tierno y dentro de todo.

— Okay, eso fue muy triste. –dijo Harry limpiando dos pequeñas lágrimas que rodaban por sus mejillas. Louis asintió.

— Pero fue lindo después de todo. –Louis se enderezó y vio al menor llevándose un bombón a la boca. - ¿Están buenos? –preguntó con una sonrisa. Sus ojos aún estaban un tanto aguados debido al reciente llanto, pero también se encontraban más claros.

— Ahá. –respondió tragando. Louis se acercó y le besó saboreando su boca, intentando descifrar de qué estaba relleno el bombón que había comido el oji-verde.

— Uhm… ¿cognac? –preguntó separándose sólo un par de centímetros. Harry asintió.

Louis volvió a atacar sus labios, esta vez con un poco más de rudeza, lo cual sorprendió al menor, sintiendo posteriormente una sonrisa en los labios del castaño. Louis se posicionó a horcajadas sobre Harry, lo cual le sobresaltó ya que definitivamente no esperaba eso. Si Louis seguía besándolo y moviéndose sobre él de esa manera, no podría responder por sí mismo…

— Louis, no… -dijo alejándose un poco. Los ojos del mayor mostraban confusión.- No hagas eso. – pidió soltando un suspiro frustrado.

— ¿Por qué? –Preguntó extrañado.- ¿Acaso no…? –Dudó en preguntar.- ¿No te sientes atraído a mí de esa forma? –inquirió sintiendo cómo sus mejillas se teñían de un fuerte color escarlata.

— El problema es que me provocas muchas cosas. –Susurró.- Bebé, te quiero, pero no quiero que hagas esto porque sí. No sé, no es necesario. –dijo acariciado sus mejillas.

— Pero yo sí quiero. Sí quiero estar contigo. –respondió Louis besando el cuello de Harry. –Quiero que me ames, bebé. –murmuró el oji-azul sobre el oído del menor.

Harry reaccionó ante la petición y comenzó a besar tímidamente el cuello del mayor. Harry jamás había estado en esa situación antes, es decir, sí, había estado con chicos, pero nunca había llegado a algo más allá de manoseos.

Louis se separó un poco y masajeó sus hombros mientras le miraba directamente a los ojos. Se besaron otra vez, y Louis aprovechó de colar sus manos bajo el suéter del menor, causándole un escalofrío debido a lo gélidas que éstas se encontraban. El mayor se deshizo rápidamente del suéter y la polera de Harry, dejando su torso desnudo. Harry se levantó y Louis contempló su larga y esbelta figura bien trabajada.

— Eres hermoso… -susurró el mayor con la vista perdida en el torso de Harry mientras acariciaba con la yema de sus manos la piel de éste. – Tan hermoso.

Louis le miró y Harry atacó sus labios con desesperación, para luego tomarle de las caderas. Louis comprendió lo que Harry quería: cargarlo hasta la habitación. Una vez allí, Harry recostó a Louis sobre la cama y se quitó los pantalones para luego comenzar a deshacerse de la ropa del oji-azul en medio de besos y caricias.

Las manos de Harry parecían danzar sobre su cuerpo, quitando cada prenda con agilidad y delicadeza. Una vez que ambos se encontraron en igualdad de condiciones, los ojos verdes del menor se pasearon por todas aquellas marcas que aún conservaba la piel del oji-azul. Aún había unos pequeños moretones que no lograban irse definitivamente. Harry besó cada zona afectada, haciendo que el menor suspirara ante el contacto de los labios de Harry con su piel. Cada beso, cada caricia estaba cargada de un amor tan profundo e infinito, que Louis no cabía dentro de sí mismo. Harry le trataba como si se tratara de un objeto frágil que fuese a quebrarse ante cualquier brusco movimiento, y eso se sentía tan bien… las manos de Harry sobre su cuerpo se sentían tan suaves, tan tiernas, tan familiares.

Harry fue descendiendo por el tronco del mayor hasta llegar a la parte baja de su vientre, deteniéndose más del tiempo que a Louis le hubiese gustado. Harry besó y se atrevió a morder levemente aquella zona, haciendo que el oji-azul se sintiera desfallecer. Eso estaba siendo demasiado para él.

Cuando Harry por fin bajó un poco más, miró a Louis, como pidiendo permiso para deshacerse de sus boxers, a lo que el rostro del mayor gritaba que sí, provocando una risita por parte del rizado. Louis gruñó avergonzado y tapó su rostro con una almohada.

— Bebé, déjame verte, por favor. –pidió Harry levantando una de sus manos para quitar la almohada del rostro del mayor quien no aflojó su agarre. – Lou… por favor, quiero ver tus ojos cuando haga esto. –Louis ahogó un pequeño gemido en la almohada para finalmente soltarla dejando ver su rostro tímido.

Harry le quitó los boxers y los tiró a un lado. De pronto los nervios se hicieron presentes, cayendo en cuenta en la situación en la que se encontraba. Louis notó lo que sucedía y estiró una de sus manos hasta alcanzar la mejilla del menor para acariciarle dulcemente. Se miraron durante unos segundos y Harry sonrió para luego tomar el sexo del mayor entre sus manos y consentirlo.

Louis tiró su cabeza hacia atrás, prácticamente enterrándose en la almohada mientras cerraba sus ojos y mordía su labio inferior. No podía creer que sólo las manos de Harry sobre su miembro le hicieran sentir de esa manera. Y en realidad no era sólo eso, no era solamente un tema físico, Harry le hacía sentir bien por todo lo que transmitía con cada acción.

— Harry… -jadeó al sentir la lengua del menor sobre su entrepierna, probándolo.

Louis apretó las sábanas bajo sus manos y aspiró una gran bocanada de aire. Posteriormente Harry introdujo todo su miembro en su boca y los gemidos ya fueron imposibles de ahogar. Uno a uno salían de su boca sin control alguno, acompañado de jadeos y una que otra maldición.

— Espera… -pidió el oji-azul sintiendo que acabaría más rápido de lo que esperaba si Harry continuaba así. El menor le miró y Louis hizo que subiera hasta su altura para besarlo. - Quiero que… lo hagas. –susurró sobre los labios.

— ¿Estás seguro? Jamás he hecho esto, Louis.- aceptó avergonzando.

— Entonces estoy seguro de que quiero ser el primero. –dijo con una sonrisa para luego besarlo.

Louis hizo que cambiaran de posición, quedando él sobre Harry. Besó su cuerpo, marcándolo con algunas mordidas, provocando los jadeos del menor. Bajó hasta sus boxers y los quitó sin dejar de mirarle, sobreexcitado por la expresión en el rostro del oji-verde. Comenzó a acariciar su miembro aumentando la velocidad de sus manos cada vez que Harry respondía fuertemente a sus estímulos.

— Ya. –le frenó el menor jadeante. Louis soltó una pícara sonrisa. - ¿Tienes preservativos? –inquirió en un susurro. El mayor asintió y se acercó hasta el oído de Harry.

— Pero quiero sentirte, bebé. –Susurró.- Ámame, Harry. –repitió.

Volvieron a cambiar de posición y Harry lo besó con fiereza para luego separarse y entrar en Louis. El mayor sentía ternura al ver el rostro acomplejado del menor al no saber cómo proceder, por lo que fue él quien le guió, soltando un grito una vez que estuvo dentro.

El menor le preguntó si estaba bien y él asintió incitándolo a seguir. No era la primera vez de Louis, por lo que el dolor que sintió era bastante mínimo. Las primeras embestidas fueron lentas, pero conforme ambos se acostumbraron al cuerpo del otro, éstas fueron aumentando en frecuencia y velocidad.

Harry cerró sus ojos entregándose a la sensación de felicidad y satisfacción que le abrigaba. Louis no quería dejar de mirarle, se negaba, Harry se veía tan lindo, sus labios sonrojados entre abiertos y sus músculos tensándose sobre él, definitivamente era una imagen que deseaba guardar por siempre.

Sin embargo, sus ojos se cerraron aunque no quisiera, cuando Harry encontró aquel punto dentro de él enviando oleadas de placer a todo su cuerpo.

— Tócame. –pidió Louis cuando sintió que le faltaba poco. El menor le miró, sonrió y le besó mientras una de sus manos las bajaba hasta el sexo del mayor.

El cuerpo de Louis se tensó, acabando en la mano del oji-verde, quien ante la imagen del rostro de Louis deshaciéndose en sus brazos, se vino dentro de él.

Ambos se recostaron y se besaron, disfrutando de los espasmos que invadieron sus cuerpos.

— Eso fue hermoso. –susurró Louis acariciando el cabello del menor. – Perfecto… como tú. –dijo con una sonrisa.

— Te quiero tanto. –Harry le besó suavemente.- Gracias por esto. Fue hermoso. –repitió.

Harry se durmió prontamente sin importarle lo sucio que se entraba. Pero Louis no pudo dormir, en cambio, se quedó observando el rostro del menor, acariciándolo con sus finos dedos, no pudiendo creer lo lindo que había sido todo. Había sido maravilloso, perfecto, lejos una de las experiencias más lindas de su vida.

Había amado intensamente a Harry aquella noche, y él se sintió amado de la misma manera por el lindo chico de ojos verdes que dormía profundamente a su lado.

por **LittleFlowersLove** Jue 12 Sep 2013, 7:02 pm

HOLA!!!!!!!NUEVA LECTORA!!!!!!LAMENTO TANTO HABER LLEGADO CASI AL TERMINAR TU NOVELA :(
ES REALMENTE INCREÍBLE ME ENCANTA!!!!ENSERIO ES INCREIBLE EL HERMOSO GIRO Q TUVO LA HISTORIA....HARRY ES UN BOMBON!!!!LOU POBRE BABY :(
ENSERIO ME ENCANTA!!!!

por **AdrianaDirectioner:)** Jue 12 Sep 2013, 11:20 pm

PTM ES JODIDAMENTE PERFECTA EN TODA LA PUTA EXTENCION DE LA PALABRAAAAA :')

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