A prueba de balas |Zayn Malik|

Cuando ____ se levantó, el dolor de cabeza se intensificó, miró su reloj despertador y este marcaba la 1:54 p.m. Se levantó a rastras, con su cabello hecho una maraña y su pijama remangada en su pecho. Fue al baño y se lavó la cara, tenía un par de ojeras que no se iban a ocultar fácilmente. Bajó a la primera planta para buscar algo de comida. De repente una gran idea se le ocurrió, subió corriendo a su habitación, buscó ropa para salir y se metió al baño. Salió después de diez minutos bajo el agua, se vistió, y dejó que su cabello se secara en su espalda. Buscó en su mesa de noche unos lentes de sol, para cubrir las ojeras. Tomó las llaves de su auto y subió a él. Condujo por unos cuantos minutos hasta que el gran lugar se mostró impetuoso por la calle. El centro comercial. ____ sonrió al verlo. Estacionó en auto en un lugar y se adentró en los pasillos. Muchas tiendas llamaban su atención, podía ver como los maniquíes le hablaban y hacían señas, era éso real o ya tenía hambre. Una linda chaqueta en una boutique hizo que ____ entrara a ella, cuando estuvo completamente dentro, se dio cuenta que era una tienda de lencería. Iba a salir lentamente del lugar, pero una de las asistentes se acercó a ella.
—Hola, mi nombre es Kim, ¿te puedo ayudar? -dijo una chica de cabello claro, y unos ojos muy grandes.
—No, en realidad... -ella la interrumpió.
—El día de hoy te ofrecemos el 75% de descuento en ésta sección. -le tomó la mano y la guió hasta un pasillo que estaba lleno de ropa interior que ____ estaba segura que nunca usaría en su vida.
—Buscaré algo para mi. -dijo en una sonrisa para convencer a la chica. Ella asintió y se fue por donde había venido. La castaña se fijó en un conjunto rojo, lo tomó para verlo e inmediatamente lo volvió a dejar donde estaba. Siguió caminando por el pasillo que la chica le había indicado pero nada parecía llamar su interés, lo que sí lo consiguió fue una chica rubia que se acercó donde ella estaba, tenía una canasta de metal sobre el brazo con varios conjuntos dentro. Cuando miró su rostro, tuvo una ligera impresión de haberla visto antes. Entonces, recordó aquella vez a las afueras de la ciudad, ella junto a Berkley. La miró de nuevo, ¿no se suponía que una criminal tan buscada como ella, debería andar encubierta? se preguntó la chica. Cada vez que veía a Zayn en el día, él llevaba lentes, gorras deportivas o sombreros, pero ella no. La rubia la miró de arriba a abajo, ella giró el rostro rápidamente y agradeció llevar lentes oscuros. La chica junto a ella tomó el conjunto rojo que ella había observado minutos antes y lo puso en la canasta, se alejó del pasillo para introducirse en otro. ____ se preguntó a sí misma, ¿quién sería el hombre que disfrutaría de la ropa que la chica iba a comprar? Tal vez ¿Berkley? No, no, muy viejo -se dijo- ¿Tyler? Tampoco, y llegó un nombre que era el que se ajustaba más a la situación, Zayn. 
Sacudió su cabeza para alejar aquellos pensamientos, y con cuidado de que Kim, no la viera salió de la boutique. Siguió caminando hasta encontrar su tienda favorita. El letrero "Zara", a blanco y negro era llamativo. Se paseó una hora por los pasillos y compró seis chalecos nuevos para agregar a su colección, cuatro chaquetas de diferentes colores y gran variedad de pantalones y t-shirts. Todas de un material distinto. Salió con cuatro grandes bolsas en la mano y se dirigió hasta un lugar de comida rápida, su estómago suplicaba piedad.
Cuando logró calmar su fatiga, se dirigió hasta el estacionamiento, un cuerpo chocó con ella provocando que dos de las bolsas cayeran al suelo.
—Hey, ¿donde tienes los ojos? -preguntó molesta, inclinándose para recoger lo que había caído.
—¿____? -cuando escuchó su nombre levantó la mirada, un chico de cabello café, y ojos oscuros la miraba expectante- ¿Eres tú? -ella no se fiaba- Soy Josh, Josh Peters. ¿Me recuerdas? -ella sonrió.
—¡Hola! Cuánto tiempo sin verte. -agregó levantándose del suelo y depositando un beso en la mejilla del chico a modo de saludo.
—Si, mucho tiempo, pero... mírate, estás muy cambiada. Apenas te reconocí. -ella arrugó su frente.
—¿Te parece? Sigo siendo la misma de hace un par de años. -afirmó.
—¿La misma que fue sola al baile, cuando un montón de chicos, incluyéndome, te invitaron? -ella lo recordó como si hubiera sido ayer. Sonrió de nuevo.
—La misma. Pero, dime, ¿qué hay de ti? ¿Qué pasó con Yale?
—Genial, soy abogado hace un par de meses. Mi carrera en el fútbol no dio muchos frutos. -____ soltó una sonora carcajada.
—Eras pésimo como quarterback. -él sonrió mirando hacia otro lado. ____ se dio cuenta que el comentario sobraba.
—Lo sé, lo supe cuando el cazatalentos no me reclutó para la universidad. -Miller se sintió culpable-  Pero dime tú, ¿qué fue de tu vida? 
—No mucho, fui a la universidad, me gradué, y ahora soy agente de la interpol. -dijo levantando los hombros, restandole importancia al asunto. En estas circunstancias no quería saber nada de su empleo. A pesar de su modestia la boca del chico formaba una gran «O».
—Es asombroso. -dijo dedicándole una gran sonrisa, el chico titubeó- ¿Quieres ir a cenar? -ella torció la boca.
—No creo que sea posible, yo... -él la interrumpió.
—No te he dicho cuando. -era insistente. Un punto para él; reconoció ____.
—Esta bien, tú ganas. ¿Mañana? -preguntó.
—Si, ¿donde vives? ¿paso a recogerte? -ella negó.
—No, puedo llegar.
—De acuerdo. Te espero en el Roast, a las ocho, ¿te parece? 
—Si, te veo allí. -musitó mientras le regalaba una última sonrisa. Ella dejó al chico atrás mientras abría las puertas de su auto y arrojaba las bolsas en los asientos traseros. Encendió el auto y condujo a casa. Al llegar subió a su cuarto, tiró las bolsas a un sofá que reposaba en una esquina de su habitación y bajó para comer algo. Preparó algo rápido y se ubicó frente al televisor, tal vez había algo interesante que ver.