You're an idiot |LT| {Learning To Live; OS}

You're are an idiot.

But, damn...I love you.

Caitlin dio un empujoncito a su mejor amiga, Sky, quien se rehusaba a comprar un par de Converse nuevas. Aunque probablemente, Cait hubiera puesto la misma resistencia al respecto. Si a ese par de chicas se les conocía por algo, era básicamente por tener unas zapatillas completamente desgastadas.
—Tienes diecinueve—Habló de pronto Sky—. Y me alegro mucho de pensar en eso—Caitlin le lanzó una mirada repleta de emoción; pensar que hace un par de meses estuvo a punto de morir por su estúpido corazón que no funcionaba bien, y luego llegó Louis tratando de dar la vida por ella, y que finalmente, un nuevo ángel le regaló literalmente su corazón a Cait, para poder seguir disfrutando de la vida junto a Lou…bueno, pensar en eso era divino.
— Tienes razón. ¿Qué me regalarás entonces? Es momento de celebrar mi cumpleaños—Caitlin hizo una pequeña danza, que logró  que unas cuantas miradas de los transeúntes se posaran sobre ella. No le importó, ya se había acostumbrado. Al fin y al cabo, cada estupidez que cometía Louis y ella juntos en las calles de Doncaster, superaban cualquier cosa.
—Debes ser paciente—Sky dijo en tono de advertencia—. Recuerda que Harry y Niall organizarán tu fiesta sorpresa. Que hubiera sido sorpresa si no te hubieras puesto a escuchar al otro lado de la puerta— Caitlin soltó una carcajada, y le dio un nuevo empujoncito a Sky. Era bueno que aún quedaran chicas como ella en el planeta—. De todas maneras, mi Zayn y tu primo Liam van sí o sí.
—Te quiero, Sky—Masculló la rubia.
— ¡Ow! Yo también te quiero. Pero es mejor que subas a tu departamento, porque hoy las cosas cambiarán mucho para ti. Y mándale saludos al idiota de tu novio de mi parte.
Luego de un agradable momento junto con su mejor amiga, Caitlin ya estaba preparándose para aquélla fiesta. Se situó frente al espejo del baño, y contempló la cicatriz vertical que cruzaba su pecho. No era que le gustara mucho…Pero sería una buena historia, “para las futuras generaciones” de las que Louis tanto alardeaba.
Caitlin se mudó al departamento de Lou un tiempo después del percance de la operación…No había sido un error en lo absoluto.
Finalmente, Caitlin se encajó una playera blanca con cruces que le obsequió su padre. Conforme, salió del baño y se encontró con Louis entrando al departamento, con una cara de pocos amigos.
— Oh, oh. ¿The Tommo Tomlinson tuvo un mal día?—Indagó ella con un tono divertido.
—Por favor, Caitlin, no estoy de humor ahora—Espetó él pasando de largo, entrando abruptamente a la habitación.
Estupefacta, Cait sintió como si su nuevo corazón empezaba a quebrarse—. ¿Irás a la fiesta hoy?
—Iré por obligación—Respondió él, sacando algo que apenas Cait pudo reconocer, y guardándolo en el bolsillo de su chaqueta—. Por cierto, feliz cumpleaños.
— ¿Podrías explicarme qué diablos pasa contigo?—La voz de Caitlin sonó quejumbrosa. No solía ser tan sentimental, pero estaba acostumbrada que al incluso despertar con un aspecto de zombie por la mañana, Louis le dijera “te ves hermosa”.
Louis clavó una mirada fría en ella, y con un resoplido salió al balcón, recostando todo el peso con sus brazos en las barandas. Ella no comprendía que sucedía con él; el día anterior estaba actuando muy misteriosamente, pero Caitlin creyó que era normal, ahora se estaba asustando.
—Es sólo que…—Murmuró y volvió a resoplar—. Ya no puedo seguir con esto. Las cosas han cambiado…
— ¿No estás rompiendo conmigo, verdad?—Cait estaba a punto de lanzarse por el balcón si es que Louis respondía afirmativamente a esa pregunta. Él la miró, y Caitlin comprendió. Sus puños se apretaron, al igual que su mandíbula—. ¿Por qué ahora?—Sollozó ella. Detestaba verse tan débil.
Louis, sin embargo, no respondió. Caitlin ahogó un grito y creyó, que su corazón se paralizaría en cualquier segundo. “Pero es mejor que subas a tu departamento, porque hoy las cosas cambiarán mucho para ti” Sky dijo eso… ¿las cosas cambiarían? ¿Por qué?, se preguntó Caitlin. ¿Acaso Sky sabía que Louis rompería con ella?
— ¡Eres un maldito…estúpido!—Gritó la rubia. Decirle “idiota” hubiera sonado extraño, ya que solía usar la palabra en oraciones como… “Te amo, idiota”.
—Ese adjetivo es nuevo—Dijo Louis. ¿Se estaba burlando de ella?
— ¡¿Qué demonios hice mal?!—Exasperó frustrada.
—No has hecho nada mal—El tono tranquilo de Louis le exasperaba más aún los nervios.
— ¿Entonces por qué haces esto?—Susurró, con otra lágrima más corriendo por su mejilla izquierda.
—Es sólo que no quiero que seas mi novia…No más—Él se acercó a ella, y, demonios, Caitlin añoraba poder alejarse, pero no lo consiguió.
— ¿Y por qué?—Sollozó Cait. Louis la miró por un segundo, y limpió la lágrima con su dedo pulgar.
—Porque quiero que seas mía. No quiero despertar y pensar que algún día esto podría terminar. Porque…Demonios, Cait. Te amo demasiado—Esta vez su forma de hablar, fue inquieta, sin embargo, Caitlin parecía a punto de desmayarse allí mismo. Louis barrió nuevamente otra lágrima que caía por una de las mejillas de Cait, y luego sacó algo de su bolsillo, al parecer, una cajita pequeña, obviando claramente su apariencia—. Cásate conmigo, Caitlin.
Entonces todo lo anterior había sido una actuación; en algún momento anterior Caitlin hubiera pateado a Louis hasta dejarlo estéril. Pero en aquél momento creyó que todo era perfecto. ¿Las cosas cambiarían? Claro, ahora Caitlin lo entendía todo.
Sin pensarlo, sus brazos rodearon el cuello de Louis, y poniendo los pies en punta, lo besó de una manera que, pensó que no podría volver a ser posible. Probablemente ella estaba demasiado joven para pensar en el matrimonio, ella recién cumplía los diecinueve años, mientras que Louis ya tenía veintitrés. No le importaba, después de todo… ¿Qué hay con el dicho de “vive rápido”? Si había una cosa que Caitlin tenía más claro que nada en el mundo, era que no se le dio una segunda oportunidad de vivir para desperdiciarla… y con Louis podría aprovechar esa oportunidad al máximo.
—Sí, sí, sí, quiero casarme contigo—Habló aún con sus labios juntos a los de Louis— ¡Eres un idiota!—Siseó sobre los labios del muchacho con voz jadeante. Él sonrió ampliamente y soltó una pequeña carcajada.
—Sí, quizás soy un idiota—Dijo con tono presumido, y luego contorneó la boca de la muchacha con uno de sus dedos—. Pero pronto tú serás mi esposa.
—Te amo, idiota—Dijo Caitlin.
—También te amo, Caitlin Tomlinson.
Todo el tiempo que Cait había pasado junto a Lou había sido épico. Despiertos toda la noche riendo de cualquier estupidez, o a veces despiertos para otro tipo de asuntos. Discusiones inmaduras acerca de “¿Quién se comió el último trozo de pastel?”; y Caitlin estaba dispuesta a seguir viviendo cada una de esas cosas junto a Louis. Él era un idiota…pero su idiota favorito.