Los Vengadores 2.0 {novela colectiva}

A la mañana siguiente ya me sentía mejor y al parecer los efectos secundarios del suero de Stark ya habían pasado casi por completo. Lo único es que al entrar al comedor, no podíamos comer todavía. Mi estómago rugía fuertemente y creo que los mentores se regocijaban con eso. Intenté evitar la mirada examinadora de Louis sobre mí cuando me senté al lado de Avalon. Los mentores llegaron con sus desayunos frente a nosotros. Skye los fulminó con la mirada mientras mi estómago rugía más fuerte. Todos se
lanzaron miradas de complicidad.

-¿Sienten algún dolor? ¿nauseas? ¿han vomitado? –preguntó Stark sacando su tabla con la hoja.

-No. Aunque tengo hambre –respondió Cath viendo el plato de los mentores.

-Si comen de nada servirá el suero –canturreó Stark con una sonrisa.

-¿Esto los divierte? –pregunté sarcástica.

-Como no tienes idea –respondió Steve con una gran sonrisa.

Cuando los mentores terminaron de comer. Ya que no nos dejaron retirarnos antes, Fury nos llamó a todos a un pequeño salón que estaba vacío, a excepción de una gran mesa con algo tapado con una manta blanca. Lo rodeamos mientras Stark y Fury hablaban en susurros.

-Bien. Como lo dije ayer, soy un súper genio –comenzó Stark- y como todo genio las ideas siempre están surgiendo en mí cabeza.

-¿Quieres dejar toda la auto-adulación para otro día e ir al grano? –comentó Skye exasperada.

-Parece que alguien se levantó de mal humor –murmuró Thor reprimiendo una sonrisa.

Skye rodó los ojos y se cruzó se brazos.

-Ya dinos que hay debajo de esa manta –señaló Matt al ver que Stark iba a decir algo.

-Esto, es mi más reciente invento –quitó la manta y nos mostró una máquina mediana de color metálico.

-¿Y qué es eso? –preguntó Louis enarcando una ceja.

-Esto –Stark abrió una pequeña caja y nos mostró unas pulseras- es un transportador.

Nos entregó a cada uno una pulsera y nos las pusimos. Se adaptó a nuestra muñeca a los segundos. Todos las examinamos un poco. Eran de color metálico con nuestros apellidos en ellas.

-¿Y para qué sirve? –preguntó Jonathan.

-Ya que son expertos en meterse en problemas de los cuales no pueden salir después –Fury dirigió la mirada a Jonathan y Skye- mientras usen las pulseras podrán tele transportarse al lugar donde la máquina este desde cualquier lugar.

-Odio admitirlo, pero creo que está genial –dijo Ben sonriendo.

-Lo sé –respondió Stark arrogante.

-¿Y cuándo lo probaremos? –pregunté emocionada.

-Todavía hay que hacerle unas modificaciones –señaló Stark- pero creo que mañana por la tarde podría ser la primera prueba. Hasta entonces, no toquen nada de las pulseras –nos advirtió señalándonos con el dedo.

-Está bien –se encogió de hombros Avalon.

-Mientras tanto… -tomó Fury la palabra- ustedes tienen que ir a entrenar y ver si el suero de Stark en verdad funcionó.

Nos sacaron de la habitación y nos llevaron a otro salón de entrenamientos. No pudimos ponernos los trajes ya que habían sufrido daños durante lo que pasó en los laboratorios y los estaban “reparando”, así que nos pusimos ropa cómoda y comenzamos a entrenar con nuestros mentores.


-Creo que nos están cansando a propósito para que no podamos vengarnos –señaló Louis dejándose caer en el comedor.

-Tienes razón. Pero aun así no lo evitarán –señaló Jonathan dejándose caer a su lado.

Lo único bueno, es que al menos ya podemos comer –comentó Cath dándole una mordida a su pizza.
Seguimos hablando de cosas sin importancia. Los mentores no aparecían por ningún lado y eso nos alegró, ya que lo que menos queríamos era verlos. Estábamos terminando de comer cuando las pulseras comienzan a emitir un pitido constante y agudo.

-¿Qué demonios? –murmuró Skye viendo la suya.

-¿Estarán defectuosas? –preguntó Avalon intentando quitarse la suya, pero sin resultados.

-No creo –le di unos golpes a la mía contra la mesa pero el ruido no paró.

-Entonces debe significar algo –sugirió Matt.

Nos levantamos y comenzamos a buscar a los mentores. Entonces buscamos en la sala donde estaba la máquina, el pitido comenzó a ser más rápido cada vez que nos acercábamos más a la máquina.

-Muy bien… esto es raro –dijo Cath observando la máquina.

Matt se posicionó detrás de la máquina y comenzó a revisarla.

-Esto es extraño. No hay nada mal o fuera de lo común.

Matt no había terminado de decir eso cuando nuestros nombres en las pulseras comenzaron a brillar de un color rojo intenso. Y de un momento a otro todo se volvió negro. Sentí como si halaran mis piernas y las llevaran a toda velocidad por un torbellino. De repente sentí mi estómago pesado y como mis pies tocaban una superficie dura de manera violenta.

Abrí mis ojos con dificultad, pero todo estaba tan oscuro que no distinguía nada. Me levanté y examiné el lugar. Era un callejón lleno de basura y bastante estrecho. Podía distinguir una luz lejana del lado derecho. Sentí una mano en mi hombro, la tomé rápidamente y la doblé.

-¡Tranquila soy yo! –chilló Louis soltando su mano.

-Lo siento ¿tienes alguna idea de dónde estamos? –pregunté observando el lugar.

-No. ¿Y los demás? –preguntó viendo alrededor.

-Parece que no están con nosotros –señalé- Esto es demasiado raro.

-Ya lo creo, pero deberíamos ir hacia allá –señaló la pequeña luz que parecía provenir de un farol.

Comenzamos a caminar siempre estando alerta de todo y buscando a los chicos con la mirada. Cuando salimos del callejón había una calle poco iluminada y completamente vacía. Las paredes estaban totalmente pintadas con grafitis, la calle estaba sucia y los pocos autos que había estaban destrozados.

-Tenemos que averiguar los que está pasando aquí –murmuré.

-Yo te lo puedo explicar –dijo una voz detrás de nosotros.

Nos giramos rápidamente y vimos una figura alargada.

-¿Quién eres? –pregunté en posición de combate.

La figura salió de las sombras y a quién vi me dejó boquiabierta. Era Tony, pero estaba diferente. Más delgado y de un color amarillento enfermizo. Louis tenía la misma expresión y él carraspeó.

-¿Qué demonios pasa aquí? –preguntó Louis viéndolo extrañado- ¿Dónde estamos?

-No es seguro hablar de eso aquí afuera –dijo Tony acercándose aún más. Pasó a nuestro lado y quitó un basurero de la pared dejando
ver una puerta metálica. Puso su mano en ella y esta se abrió automáticamente. Nos señaló el interior.

-¿Por qué deberíamos ir? –pregunté desconfiada.

-Porque yo los traje aquí –respondió antes de desaparecer por la puerta.

Louis y yo intercambiamos una mirada examinando si entrabamos o no. Al final decidimos seguir ‘al otro Tony’ hasta la puerta y nos adentramos.

Estaba oscuro al principio y luego entramos a una habitación mediana donde había una mesa grande en el centro y varias sillas, una pantalla grande apagada y otra puerta en la pared del frente. Tony estaba sentado en una de las sillas para cuando llegamos.

-¿Quieres explicarte? –pregunté confundida él señaló las sillas frente a él y nos sentamos.

-Necesito que estemos todos –se limitó a decir.

Mis ojos se abrieron por completo, lo había olvidado. ¿Cómo estarían los demás? ¿Dónde estarán?

-¿Kris? –se escuchó una voz en mi oído, era Cath.

-¿Cath? ¿Dónde estás? –apreté el aparato.

-No lo sé sinceramente, pero es una especie de escuela abandonada.

-Diles que vayan al callejón de la calle 5 con la intersección de la avenida 12 –dijo Tony.

Le di los datos a Cath y dijo que se los daría a los demás por el comunicador, los cuales no se encontraban con ella tampoco, solo Ben. Seguido, la conexión se perdió.

-¿Estamos en el futuro o algo así? –preguntó Louis rompiendo el silencio.

-No. Es una dimensión paralela –respondió Stark.

-¿Entonces si hay otro Tony… hay otro yo? –pregunté extrañada.

-Algo así –respondió con una mueca.

-¿A qué te refieres? –preguntó Louis.

-La Kristen de esta dimensión está muerta.

La noticia me cayó como un balde de agua fría. ¿Muerta? ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? La cabeza comenzó a darme vueltas.

-¿Muerta? –pregunté con un hilo de voz.

-Al igual que… Matt –bajó la cabeza al decirlo.

Esto empezaba a ponerse raro.

-¿Alguien más? –preguntó Louis.

-Fury –respondió suspirando- Skye, Louis, Avalon, Ben y Clint están en prisión. Cath, Jonathan, Natasha y Hulk sirven al nuevo comandante del lugar.

-¿Comandante? –pregunté.

-Debemos de estar todos –se limitó a responder antes de cerrar los ojos y recostarse en sus manos.

Louis y yo nos vimos extrañados y comenzamos a esperar a que los demás llegaran vivos y sanos.

Chicas, se me ocurrió esta idea mientras jugaba 'injustice' espero que les guste y se les ocurran muchas ideas. Si tienen alguna duda preguntenme, con gusto yo la responderé.
besos y las amodoro.

Skye Herondale

Cuando  desperté sentí un notable alivio en los síntomas de ayer, aunque me sentía mareada por el hambre. Me rugía el estómago y eso me ponía de muy, muy mal humor. Quería pasarme el desayuno y no ver toda la abundancia de comida, pero pronto pasó Thor golpeando mi puerta y gritando que me levantara lo más rápido que pudiese o si no me iba a sacar él mismo. No tenía muchas ganas de lidiar con dioses enojados, así que me cambié la ropa y salí de la habitación peinando un poco el cabello desastroso que llevaba. Cuando salí me encontré con Ben caminando por el pasillo a paso de tortuga.

—Hola Ben —hablé cuando llegué a su lado para caminar con él.

—Skye, hola —me respondió algo dormido—. No te había visto.

—Lo noté. ¿Estás bien?

—Algo… Steve me dio un pequeño discurso para que me despertara y cuando me harté de escucharlo lo hice —hizo una mueca.

—Ya ha aprendido sus métodos. Por fin.

Ambos reímos y seguimos hablando hasta llegar al comedor. Cuando entramos Louis estaba sentado junto a Matt, así que nos sentamos sin pedir nada de desayuno porque no podíamos comer.

—No creo que esto sea legal —pensó en voz alta Louis enojado.

—Espero que el suero lo valga—murmuró Matt. Ben parecía curioso.

— ¿Qué creen que nos hará?

—Bueno, dijeron que nos haría más fuertes y resistentes. Pero no creo que terminemos como Hulk —dije y reímos levemente.

Jonathan entró al comedor totalmente despeinado y bostezando.

—Quiero comida —demandó.

— ¿Qué te ha sucedido en el pelo? —Pregunté consternada— ¿Y por qué todavía no ha llegado ni una sola chica? Me siento rodeada.

Louis me guiñó el ojo e iba a decir algo cuando Thor y Tony entraron discutiendo alguna cosa en voz baja.

— ¡Oh, por favor! ¡No estoy pidiendo mucho! ¡Solo una chica! —Me quejé. El dios me miró pero siguió su camino.

Pasaron un par de minutos hasta que Avalon y Cath llegaron, luego Kris. Comenzamos a hablar entre todos hasta tal punto que teníamos que gritar para escucharnos, lo cual también nos hacía reír. Nos callamos cuando todos los mentores entraron con sus bandejas llenas de comida; los miré como si quisiera asesinarlos. Y comerme su comida más tarde.

Stark nos observó y luego comenzó a hacernos preguntas.

— ¿Sienten algún dolor? ¿Nauseas? —Preguntaba hojeando su tabla— ¿Han vomitado?

—No —le respondió Cath—. Aunque tengo hambre.

—Si comen de nada servirá el suero —dijo divertido.

— ¿Esto los divierte? —preguntó Kris indignada. Steve le respondió.

—Como no tienes idea.

Esperamos a que nos dejaran irnos mientras insultábamos a los mentores en voz baja y hablando cosas sin importancia. Jonathan no dejaba de bostezar lo cual me hacía reír. Fury nos llamó tiempo más tarde a una habitación con una mesa, en el medio de ella una manta cubriendo algo. Nos sentamos alrededor y Stark comenzó a hablar. Se sentaba con el pecho en alto y con los brazos cruzados sobre la mesa, notablemente orgulloso de algo. Rodé los ojos.

—Bien. Como lo dije ayer, soy un súper genio, y como todo genio las ideas siempre están surgiendo en mi cabeza —habló con media sonrisa en el rostro.


— ¿Quieres dejar toda la auto adulación para otro día e ir al grano? —Dije exasperada de que quisiera lucirse de aquella manera todo el tiempo.

—Parece que alguien se levantó de mal humor —murmuró Thor acercándose a mí. Rodé los ojos y me hice hacia atrás en la silla.

—Ya dinos que hay debajo de esa manta —apuró Matt ansioso.

Cuando quitó la manta vimos una máquina plateada, no demasiado grande. No entendíamos muy bien qué era.

—Esto, es mi más reciente invento.

— ¿Y qué es eso? —Se animó a preguntar Lou.

—Esto es un transportador.

De una caja sacó unas pulseras negras con alguna clase de chapa con nuestros apellidos. Nos pasó una a cada uno. Cuando vi la mía, “Herondale” brillaba en el medio de ella. Tuve problemas para ponérmela por la pulsera con los aros y Thor me ayudó a colocarla — a la fuerza y con un poco de dolor, pero con resultados positivos.

— ¿Y para qué sirve? —Preguntó Jonathan.

—Ya que son expertos en meterse en problemas de los cuales no pueden salir después —Fury nos observó a Jonathan y a mí, yo bajé la cabeza— mientras usen las pulseras podrán teletransportarse al lugar donde la máquina este desde cualquier lugar.

—Odio admitirlo, pero creo que está genial —Ben parecía emocionado.

Claro que Stark no dejó la oportunidad para lucirse.

— ¿Y cuándo lo probaremos? —Quiso saber Kris.

—Todavía hay que hacerle unas modificaciones pero creo que mañana por la tarde podría ser la primera prueba. Hasta entonces, no toquen nada de las pulseras.

—Está bien —no le dio importancia Avalon.

—Mientras tanto ustedes tienen que ir a entrenar y ver si el suero de Stark en verdad funcionó —nos mandó Fury.

En la sala de entrenamientos nos hicieron cambiarnos por ropa más cómoda y hacer todo tipo de ejercicios, a lo que quedé agotada. Nos hicieron hacer abdominales, también corrimos y hasta levantamos peso, pero sin duda me sentía más capaz de hacerlos. Eso significaba que el suero había funcionado, o bien nos estaba dando un efecto placebo generalizado. Para cuando terminamos fuimos a ducharnos y cambiarnos para sacarnos el sudor.

Luego corrimos al comedor muertos de hambre. Bueno, no tan literal.

—Creo que nos están cansando a propósito para que no podamos vengarnos —Louis dijo tirándose en la mesa con su bandeja.

—Tienes razón. Pero aun así no lo evitarán —Jonathan se sentó también.

—Lo único bueno es que al menos ya podemos comer —dijo Cath y luego le dio un mordisco a su pizza.

Todos teníamos nuestras bandejas y mientras comíamos nuestros estómagos dejaron de rugir. Estuvimos solos en el comedor por un largo rato sin que nadie nos molestara, ni siquiera los mentores o algún agente que pasara por ahí. Cuando habíamos terminado las pulseras comenzaron a hacer un ruido agudo, que me alertó por haber tenido la muñeca apoyada en mi mejilla. El sonido casi me dejó sorda.

— ¿Qué demonios? —Saqué la mano rápido y miré la pulsera.  Quise quitármela, pero no pude.

— ¿Estarán defectuosas? —Avalon preguntó mientras intentaba lo mismo.

—No creo —Kris golpeó la pulsera contra la mesa.

—Entonces debe significar algo.

Salimos a buscar a los mentores en grupo por todos lados hasta que llegamos a la habitación en donde la máquina estaba. El sonido se hizo más fuerte, y más molesto. Matt comenzó a revisarla y nosotros lo mirábamos de lejos. Yo pensé en tomar un aro y cortar la maldita pulsera, pero preferí esperar.

—Esto es extraño. No hay nada mal o fuera de lo común.

Las pulseras comenzaron a brillar y sentí como cerraba los ojos mientras algo me tiraba hacia abajo, empujándome de un lado a otro en el camino. Quise gritar, pero cuando me sentí capaz de hacerlo caí contra algo duro. Mis ojos se abrieron rápidamente y me levanté de un salto sin importar el dolor punzante de mi cabeza. Comencé a mirar a todos lados hasta que vi una figura levantarse en el suelo a unos pasos. Era Jonathan.

— ¡Jonathan! —Corrí hacia él y lo ayudé a ponerse en pie tendiéndole una mano. Me observó confundido y pasó una mano por mi frente.

—Tienes un pequeño corte —aclaró—. ¿Qué ha pasado?

—No lo sé, yo… No sé ni en dónde estamos…

Parecía ser una clase de pabellón abandonado como el de una fábrica sin las máquinas y cajas, solo goteras y humedad en la pared. Estaba bastante oscuro y me ponía los pelos de punta.

— ¿Crees que puedas dar luz con un rayo o… Algo? —Dije mirando el techo— Ahí parece haber un foco.

—Habrá que intentarlo.

Alejándose un poco, Jonathan lanzó un rayo a los cables de los que colgaba la bombilla y esta titiló por unos segundos, luego explotó. Suspiré.

—No entiendo. ¿Nos han transportado? ¿Por qué?

—No creo que los mentores nos hayan enviado aquí, Skye —me respondió caminando por el pabellón—. Tiene que ser algo más.

— ¿Dónde crees que podrían estar los otros? —Le pregunté preocupada— ¿Estarán a salvo?

—Eso espero —murmuró—. Vamos a buscar una puerta.

Rodeamos el pabellón, una mitad cada uno, hasta que Jonathan encontró una puerta de metal vieja. Corrí por el pabellón hacia su lado y ambos salimos, preparados ante cualquier cosa que se nos presentara.

Salimos a una calle destruida, aparentemente en pleno Manhattan. Los autos estaban prendidos fuego, en ruinas y los edificios apenas se mantenían en pie. Era como un apocalipsis.

—No… No lo entiendo… Manhattan se encontraba perfectamente bien hoy… —Dijo Jonathan acercándose a mí y tomándome la mano— Quedémonos juntos, ¿sí?

—Me parece bien —le sonreí, triste por ver tanta destrucción, pero seguimos caminando.

Hicimos unos pocos pasos más y de pronto vimos algo que se acercaba a nosotros con mucha rapidez. Nos tiramos al suelo, y el objeto volvió a pasar por arriba nuestro volviendo su camino. Creí saber que era, pero no podía creerlo.

— ¿Eso era el escudo de… —Quise preguntarle a Jonathan, pero me cortó.

—Lo era. ¿Quiere herirnos?

—Quizás no nos reconoció, solo pongámonos en pie.

Así lo hicimos, levemente. No me contuve a la necesidad de encontrar a un mentor, alguien que nos guiara, así que antes de que Jonathan pudiese detenerme grité.

— ¡STEVE! —Grité con todas mis fuerzas— ¡Somos nosotros, Jonathan y Skye!

Nos quedamos quietos esperando una respuesta pero no obtuvimos nada. No quisimos movernos; simplemente observamos en la dirección en la que se suponía que él estaba, esperando que se acercase a nosotros. Así lo hizo, lo notamos cuando escuchamos los pasos apresurados. Cuando pude verle, me sorprendí.

Su uniforme estaba destrozado, al igual que su escudo. Les faltaba color a ambas cosas, parecían ser oscuras; no tenían los brillantes colores de la bandera americana. Steve estaba pálido, sus ojos negros y su expresión seria. Había algo diferente en él.

—Podría haberlos matado —dijo acercándose a nosotros señalándonos con el dedo— y no me habría arrepentido, de hecho. Es una lástima que los necesitemos.

Su comentario me dejó más que confundida.

— ¿En dónde estamos, Steve? —Preguntó Jonathan con dureza, claramente herido por lo que había dicho.

—Esto, querido Jonathan, es probablemente el fin del mundo —le respondió señalando el cielo con sus manos en alza.

—Basta de tonterías, Steve —lo detuve tomándolo del brazo con fuerza—. Dime en donde estamos.

No dijo ninguna palabra, y en un segundo movió su escudo contra mí y me tiró lejos contra la columna de un edificio. Mi espalda crujió contra el cemento y grité de dolor; luego caí al suelo de rodillas casi llorando. Oí a Jonathan gritar mi nombre y correr hacia mí, tomándome por debajo de los brazos para alzarme. Mi espalda me dolía horrores y la respiración se me hizo pesada, pero seguía consciente.

— ¡Estás loco! —Le gritó Jonathan ayudándome a caminar. Steve se volvió a acercar a mí.

—Así aprenderás a nunca tocarme de nuevo, insecto.

Definitivamente no era Steve. Lo miré entre asustada y con ganas de pegarle un puñetazo en la barbilla, pero cuando iba a decirle algo se volteó y comenzó a caminar. Lanzando su escudo de un lado a otro por diversión, nos gritó.

— ¡Si quieren salvar el mundo alguna vez, síganme! ¡No creo que vayan a tener más oportunidades! —Su tono era despectivo.

Lo seguimos a duras penas por las calles hasta un callejón. A mitad de camino, Jonathan pudo soltarme y comencé a caminar con normalidad. Nos mirábamos entre nosotros sin animarnos a decir nada por si el extraño Steve nos escuchaba y nos hacía algo. ¿Cómo podíamos temerle a uno de nuestros mentores? Entramos por una puerta metálica a un salón grande, en donde había tres personas sentadas. Reconocí únicamente a dos de ellas.

— ¡Kris! ¡Lou!

Quise caminar hacia ellos pero Steve me detuvo plantando su escudo delante de mí. Me detuve con miedo y lo miré.

—Déjala, Steve. Son sus compañeros.

La voz me pareció conocida y dirigí la mirada hacia la mesa una vez más. Sentado en el medio estaba Tony, demacrado y notablemente arruinado. ¿Acaso estaba enfermo? Fruncí el ceño aún más confundida que antes. ¿Qué estaba pasando? Steve me dejó ir y corrí junto a Kristen y Louis aliviada, Jonathan me siguió.

— ¿Están bien? ¿Qué les ha pasado? ¿Qué es todo esto?

—Skye. Jonathan. Siéntense —habló Tony con las manos bajo la barbilla. Así lo hicimos.

—Según… Tony —comenzó a contarme Kristen—, estamos en una dimensión paralela y él nos ha traído. Parece que han pasado ciertas… Cosas con nosotros —dijo incómoda.

— ¿Cosas como qué?—Preguntó Jonathan.

—Jonathan, tú yo paralelo sirve al comandante —respondió Louis, aunque se veía que no creía demasiado de todo aquello—, Skye está en prisión. Y algunos están muertos, pero…

—Louis —lo frenó Stark—. Esperemos a que todos estén aquí.

Él rodó los ojos y lo miré sin entender. Faltaban Matt, Avalon, Cath y Ben, y estaba esperando a que llegaran rápidamente para asegurarme de que estaban a salvo. Steve me miraba de brazos cruzados y con una ceja alzada, media sonrisa cruzando su rostro. Me daba miedo; su expresión era malvada. En esta dimensión, ¿todos eran lo contrario a lo que en realidad éramos en nuestra dimensión? ¿Y por qué yo estaba presa, Jonathan bajo el mando de otra persona? Quería respuestas, las quería ya. Y me estaba poniendo nerviosa.

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CAMI me encantó el capítulo. Steve es malo, cuando le pegó a Skye con el escudo fue como alskdjhfkdlsjflkfdjhflk. Y Jonathan estaba todo preocupado porque le pegaron a su novia. Tampoco los dejó ir con Louis y Kris cuando se querían abrazar, hasta le impidió el paso con el escudo.
Espero que Lu la siga pronto.
¡besos!

Me ha salido un verso sin esfuerzo...(ignorenme, de verdad, estoy feliz de que sea viernes, es eso.)

Besos.

mier...coles (? OMG ha pasado de todo y me lo he perdido por ir al colegio .-., es que este año es mi último año en el colegio y a inicios del próximo me gradúo, y bueno, todos estamos corriendo de aquí para ya, dando exámenes, tareas, en fin...

Bea  ¡¡¡¡una dimensión desconocida!!!!, unos muertos, otros en prisión y hay traidores   , Tony es el líder de la revolución   , no me esperaba ninguna de esas cosas... tu capítulo me encantó, saber que Kris y Matt están muertos fue demasiado para mi corazón, además ¡tienes que decirme quien es ese Comandante!  

Cami, tu capítulo fue fantástico, los momentos Jonathan-Skye me gustan mucho, me pongo a fangirlear y pienso "¡que se besen! (creo que deben besarse xD), así que el Steve de la dimensión desconocida quiso lastimarlos    , siempre quise ver a los Vengadores como malos (lo sé, es raro .-.) 

Besos.

Ahora subo mi capítulo.