Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Ella Tiene Bolas (Larry Stylinson) Terminada
O W N :: Fanfiction :: Fanfiction :: One Shot's
Página 1 de 1. • Comparte
Ella Tiene Bolas (Larry Stylinson) Terminada
Ficha de la serie
• Titulo: Ella Tiene Bolas
• Autor: Mia Watts
• Adaptación: Si, de un Libro.
• Género: Romance,Homoerotico, Policial
• Contenido: Alto lenguaje, escenas homoeróticas, etc.
• Advertencias: Escenas Homoeroticas.
• Otras páginas: No.
Sumario
¿Que harías con una "esposa" que es mas de lo que puedes manejar?
Cuando el FBI y la policía local unen esfuerzos para beneficiarse mutuamente en una sociedad para detener el crimen,el agente novato Louis Tomlinson y el detective Harry Styles son el equipo prototipo de la nueva alianza. Que mejor para infiltrarse en una red de amas de casa narcotraficantes que ir encubiertos ¿como una pareja casada?
Aun cuando Louis no esta deseoso de ponerse en contacto con su lado femenino, rápidamente encuentra maneras de hacer retorcer a su sexy compañero. Y Harry esta definitivamente retorciéndose, pero él se escapara de su tentadora "esposa" o correrá directo a "sus" brazos.
Una cosa es segura: mientras la investigación se calienta, "la cooperación entre agencias" tomara todo un nuevo significado...
Este libro solo cuanta con 6 cap espero y les guste, Comenten!
Última edición por monieli_ls el Mar 29 Jul 2014, 11:32 pm, editado 1 vez
monieli_ls
Re: Ella Tiene Bolas (Larry Stylinson) Terminada
Capitulo Uno
―No olvides acomodarlo, dulce corazón.— El Agente Jennings palmeó el hombro de Louis Tomlinson.—Dios, amo la carne fresca de los novatos.
Louis trató de sonreír muy maduramente, pero realmente quería asaltar el sector de la oficina y quebrar cosas.
—¿De qué te quejas? Tu primer operativo y ya conseguiste ir de encubierto en una farsa con la policía local,— Mathis gritó detrás de Louis, sin siquiera tratar de cubrir su floreciente risa.
—Mueve tus caderas, Tomlinson. Saca tu pecho,— Jennings instruyó.
Voy a jodidamente aniquilar este caso, Louis pensó. No había manera de que él pudiera ser humillado en su primera gran misión al vestirse de mujer. El detective asignado con él debería de tomar ese honor. Sonrió con fuerte determinación.
Tomando el expediente tan fuerte que sus nudillos estaban blancos, salió de la oficina hacia el área pública para dirigirse al salón de conferencias donde su nueva pareja lo esperaba. Caminaba dándole a cada uno desafiantes miradas mortales.
—Eres el chico grande ahora, ¿no es así, Tomlinson?— uno de ellos se burló mientras él pasaba. —¿O eres una chica grande? —
No vayas a dejar tus pantimedias en una rama,— otro de los compañeros de trabajo de Louis dijo sarcásticamente. —Esas grandes pantimedias de chica pueden ligarte.
Para cuando llegó a la sala de conferencias, sentía sus hombros tensos. Dios, qué pesadilla. Louis se enderezó con una profunda respiración y apartó un mechón de su castaño cabello que cubría su ojo.
Él casi bufa. Aún no conocía al detective Harold Styles, pero él iba a tomar su turno. El detective Styles sería quien usara el vestido durante el operativo, y Louis le haría creer que era un honor hacerlo. Con su nuevo plan firmemente decidido, entró al salón de conferencias para decirle a Styles cómo serían las cosas.
—Aw, ¡mierda!— Planes destruidos, incendiándose en una oleada de combustión instantánea. ¿Eso? ¿Eso era el detective Harold Styles? ¿Un hombre cuyo nombre inspiraba visiones de enorme manzana de Adán, rodillas huesudas y trajes de marinero? —¡Maldición! Eres un jodido toro.
Anchos hombros, cabello rizado castaño y un apretado trasero que giró lentamente con una actitud de ser molestado. Ojos verdes se centraron en Louis con la intensidad de un láser levantando sus oscuras cejas con arrogancia. Llenos y cincelados labios se movían hacia arriba en un lado. En conjunto, él lo veía esperando pacientemente el examen de Louis, tomando su inicial declaración de golpe.
No hay manera en la verde tierra de los dioses que un hombre con esos hombros y el ancho de la circunferencia de los brazos de Harold Styles pudiera usar vestido. Su ancho pecho se estrechaba en unas delgadas caderas y largas piernas, con cien o ciento diez kilos del físico de un jugador de fútbol americano, se tragaba el metro ochenta de Louis fácil por quince centímetros.
—¿Cómo diablos vas a hacer para descubrir algo sin ser visto? — Louis preguntó en voz alta. Rodeó al detective, sacudiendo la cabeza. —Vas a ser una mujer muy fea.
Styles cruzó sus brazos por su pecho, viéndose inmutable mientras su sonrisa desaparecía. La diversión seguía brillando en sus ojos verdes, y la piel oliva de herencia totalmente italiana, se completaba con unos altos pómulos, una mandíbula cuadrada y lo que parecía ser una permanente sombra de barba de las cinco de la tarde. Una pálida cicatriz a un lado de su labio inferior bajaba hacia el mentón y se detenía justo en el apenas notable hoyuelo. Louis debería de ser un idiota para obligarlo a usar vestido.
—¿Esto está arreglado?— Louis sorpresivamente se rió, al darse cuenta por qué los chicos de la sección se habían burlado de él. — Esto está jodidamente arreglado. Mierda, por un minuto pensé que eras mi pareja en el operativo. Quiero decir, mierda, En qué estaban pensando, ¿no es así? Puedo verte balanceándote sobre tacones rojos y hablando sobre las últimas recetas de cacerolas.
Lágrimas bajaban por la esquina de los ojos de Louis. Palmeó su cadera y soltó más carcajadas.
—Oh, Dios, ¡esto es asombroso!— Louis se secó los ojos y sacudió la cabeza mostrándose apropiadamente impactado. —Eres asombroso. Quiero decir, Dios, mírate. Un gigantesco guardaespaldas es justo lo que necesito en una jodida esposa. Maldición, seguro como el infierno que no te va un jodido vestido, Harold.
La respiración salió de su cuerpo. Los pies de Louis se separaron del suelo cuando dos fuertes puños lo levantaron de la camisa y empujaban sus hombros y cabeza contra la pared. —¿Qué jodidos?— él jadeó.
La cara de Styles era de piedra, a centímetros de la nariz de Louis bufó. —Eres un grosero imbécil que habla demasiado. Eres negligente y estúpido y nunca jamás, nunca me vuelvas a llamar Harold de nuevo.
Los ojos de Louis se abrieron más. —Seguro, está bien,— jadeó.
—Mi nombre es Harry, ¿está claro, novato?
—Claro.— La voz de Louis salió en un tenso murmullo. — ¿Puedes bajarme ahora?
—¿Terminaron chicos?— La voz del jefe de Louis gruñó desde algún lado más allá de ellos.
—Si, terminamos,— Louis contestó.
Harry sonrió cínica-mente y bajó a Louis, y alborotó su cabello. Louis jadeó tratando de tomar aire. Ambos hombres se giraron hacia donde el jefe de la sección estaba hombro con hombro con el jefe de policía. Ninguno se veía complacido, aunque Louis sospechaba por el brillo en los ojos de su jefe que apenas y podían contener la diversión.
—Este es un asunto serio, no tenemos tiempo para sacar una cinta métrica y medir sus penes.— El jefe de la policía lanzó una carpeta manila a la mesa a unos centímetros de ellos.
Louis la alcanzó primero. El cuarto se sentía cada vez más como una mala película sobre operativos encubiertos incluso con los jefes de departamento en un lado de la mesa y un par de nada combinados investigadores del otro.
—¿Por qué federales?— Harry le preguntó a su jefe.
Hojeando el expediente, Louis pretendió que no le interesaba la respuesta. No quería reconocer que era una buena pregunta. Especialmente dado que para los parámetros del caso ellos irían encubiertos como un matrimonio. Otra excelente pregunta “La carne” podría preguntar “¿Por qué no una agente mujer?”
—Relaciones Interdepartamentales. La DEA1 está demasiado involucrada, no estará en el operativo. A nosotros se nos pidió ayuda para una nueva aproximación a crímenes que involucran múltiples departamentos de una manera más cordial que en casos en el pasado.— El jefe de la sección explicó .— No más discusiones por jurisdicción, solo compartir recursos y compartir descubrimientos.
Louis bufó. —Si, eso trabajara.— Sintió la mirada de los otros, pero siguió revisando el expediente hasta que sus ojos captaron las fotografías de vigilancia de mamas en el soccer y mujeres jugando con los niños o cuidando los jardines. ¿Cómo esperaban que él se ajustara a esa comunidad vestido de mujer?
—Verás, genio,— Louis dijo, dirigiéndose a Harry. —Mi pregunta habría sido, ¿Por qué jodidos tienen que ser dos hombres encubiertos como un matrimonio? No tienen mujeres que se ven mejor en vestido para este trabajo.
—¿Rechazas tu primera misión?— su jefe de sección le preguntó.
—No señor. Estoy rechazando al robusto albañil como mi llamada pareja. Denme una Jenny y tomaré el caso en un momento. Harry aquí solo joderá mis estadísticas. Este es un caso flojo.
—Este es un operativo en prueba para ver cómo trabajamos juntos,— el jefe de sección corrigió.
Harry envolvió en su musculoso brazo los hombros de Louis. — Aw mira. Nuestra primer riña familiar.
—Jódete, refrigerador.
Harry retiró su brazo, después de darle un apretón de advertencia.
—Porque,— el jefe dijo, levantando su voz para ser escuchado, —Tomlinson será una esposa que usó esteroides en su adolescencia para encabezar las competencias atléticas. Eso será viable y explica por qué está involucrado en drogas ahora. Harry guiará su cubierta haciendo el trabajo de respaldo. Pero toda la operación depende de que Tomlinson se infiltre. Él será el chico del frente. Chica.
—Los detalles están en el expediente. Léanlo cuidadosamente. Memoricen la historia de la cubierta sobre ustedes y los principales jugadores. Lo más probable es que ellos los probarán. No hay lugar para errores,— el jefe del sector advirtió.
—¿Una red de narcotrafico de amas de casa?— Louis preguntó, lanzando el expediente a la mesa, pero enojado con su jefe por lo que no parecía un plan genial para un éxito instantáneo.
—Si. Sesenta por ciento de todas las transacciones de drogas y usuarios se encuentran en ciudades densa-mente pobladas,— el jefe dijo.
—¿Entonces por qué no vamos ahí?— Louis preguntó.
Los labios de Harry se curvaron en una cínica sonrisa. —¿Dónde está el otro cuarenta por ciento? ¿En las granjas lecheras?
—Los suburbios,— el jefe le contestó a Louis, aunque él no lo preguntó.
—Este caso se trata de importantes drogas de distintas variedades y su distribución. Eso es por lo que creemos que usar esteroides puede funcionar para tu cubierta. La prueba visual puede ayudar a la credibilidad.— El jefe de la sección se dirigió de nuevo a él. —Y no te verás demasiado mal en vestido; pasable-mente masculino.
Louis sintió que sus labios bajaban infeliz. —¿Y el pastel de carne? ¿Por qué él?
—Él tiene un cuerpo fuerte con un impecable récord en sus casos. No solo es genial en su trabajo, sino que emparejarte con uno de constitución deslada parecería poco convincente. Harry es lo suficiente grande para no sentirse amenazado por una mujer masculina,— dijo el jefe.
—Me alegra ver que los chicos de azul no dejan los estereotipos, — Louis murmuró.
—¿El pequeño chico se callará?— Harry le preguntó al jefe.
—No soy un jodido pequeño, Gigantón. Tú solo eres jodidamente enorme.
—¿Ya estás listo para mi?— Una chillona voz femenina preguntó desde el marco.
Louis vio a la pelirroja —¿Qué jodidos serás tú? ¿Mi hija?
—Ella es tu especialista en imagen y depilación.— El jefe de la sección se rió divertido viendo a Louis y a la chica.
—¿Mí qué?— Louis preguntó.
—Ella te aplicará cera y la arrancará, retrasado.— Harry vio a la chica y le dio un gran guiño. —Dale un brasileño2. El caso es critico.
—¿Un qué?— Louis repitió débilmente.
—Si, señor,— ella dijo, sonriendo aunque impresionante-mente ruborizada.
—Debemos irnos, Harry. Tomlinson tiene trabajo que hacer antes de que los mudemos mañana.— El jefe rodeó la mesa y se giró hacia Harry.
—Deberías de usar rosa. Te verás genial con ese color,— Harry golpeó su hombro mientras salía del cuarto.
Louis lo vio salir contoneándose, los hombros se movían en armonía con el poderoso cuerpo de Harry. Agentes y personal de la oficina se apartaban de su camino, inconscientes de darle un respetuoso espacio.
—Si,— el jefe de la sección le dijo, llegando al lado de Louis. — Clásico, Tomlinson. Menos de diez minutos con tu nueva pareja y lo dejaste que te tuviera contra la pared. Ahora intercambiando sugerencias. Diré que perdiste la batalla.
—Jódete,— Louis bufó.
La amistosa tomada de pelo estuvo muy cerca de raspar la verdad. Nunca había descubierto su orientación sexual; no era asunto de la agencia, pero estar contra la pared con Harry no parecía ser mala idea. La adrenalina aun bombeaba después del estruendoso intercambio.
Él se rió, palmeando la espalda de Louis compartiendo mutuamente la broma. —Asegúrate de que ella te mueva. Tres semanas sin sexo alocado y un sujeto como ese puede comenzar a buscar bajo tu falda.
Louis le dio una malvada mirada. —Tres semanas sin sexo y golpearé a una de las amas de casa drogadas por sexo. Harry puede arreglárselas solo,— dijo con una cínica sonrisa, jugando como se esperaba desde dentro del closet.
—Solo recuerda quién es el detective. Si te pones a pelear él puede colocarte las esposas.
—Maldición, jefe, este es un operativo, no es una prisión. ¿Las esposas no salen a algún lado?
La sonrisa de Jennings se perdió. —¿Ya dicete eso? Mierda. Sal de mi vista y deja que ella te diga lo que tienes que hacer,— le dijo, inclinando la cabeza hacia la mujer que había comenzado a colocar tubos y lociones en la mesa de la sala de conferencias.
—Si, si,— Louis murmuró.
La mujer rodeó a Louis y cerró la puerta. Ella le dio un pequeño vestido de algodón. —Ten,— ella le dijo, tratando de no sonreír. — Ellos me dijeron que el resto de tu guardarropa estará en su lugar cuando llegues. Pero antes tienes que aprender cómo funciona.
Él vió el vestido verde y dorado inspirado en los sesenta con unas enormes margaritas, vio a la mujer que trataba de suprimir la diversión. —¿Me estás diciendo que usas esa cosa?— preguntó.
—Ni aunque me paguen una semana en un crucero,— ella dijo dulcemente. Se movió hacia sus pociones y tubos, buscando en su bolsa y sacando brochas y más contenedores de maquillajes, tubos de brillantes colores y cremas y extendiéndolas frente a él.
Louis pensó de nuevo en Harry, esta vez llevando maquillaje y botas militares debajo de su largo vestido. La imagen no era calculada y solo hizo que la realidad golpeara a Louis con su rol más claramente —Joder.
—No sabes como maquillarte, ¿no es así?— suave compasión en su voz. —¿Primer disfraz?
—No tengo ni idea,— Louis dijo. Deslizándosele un frío en la punta de su estómago. La base de su cabeza empezó a palpitar ante el metro de químicos frente a él. Dios, él no quería hacer eso.
—Vamos, te mostraré. Pero primero desnúdate y ponte eso, y entonces haremos algo con esas cejas.— Ella se giró de espaldas dándole privacidad y Dios ayúdame, Louis dio un paso hacia el calabozo de fragancias y el infierno de colores coordinados.
1DEA Drug Enforcement Administration. La unidad para la lucha contra las drogas (EEUU)
2Depilación brasileña, depilación total del área genital
―No olvides acomodarlo, dulce corazón.— El Agente Jennings palmeó el hombro de Louis Tomlinson.—Dios, amo la carne fresca de los novatos.
Louis trató de sonreír muy maduramente, pero realmente quería asaltar el sector de la oficina y quebrar cosas.
—¿De qué te quejas? Tu primer operativo y ya conseguiste ir de encubierto en una farsa con la policía local,— Mathis gritó detrás de Louis, sin siquiera tratar de cubrir su floreciente risa.
—Mueve tus caderas, Tomlinson. Saca tu pecho,— Jennings instruyó.
Voy a jodidamente aniquilar este caso, Louis pensó. No había manera de que él pudiera ser humillado en su primera gran misión al vestirse de mujer. El detective asignado con él debería de tomar ese honor. Sonrió con fuerte determinación.
Tomando el expediente tan fuerte que sus nudillos estaban blancos, salió de la oficina hacia el área pública para dirigirse al salón de conferencias donde su nueva pareja lo esperaba. Caminaba dándole a cada uno desafiantes miradas mortales.
—Eres el chico grande ahora, ¿no es así, Tomlinson?— uno de ellos se burló mientras él pasaba. —¿O eres una chica grande? —
No vayas a dejar tus pantimedias en una rama,— otro de los compañeros de trabajo de Louis dijo sarcásticamente. —Esas grandes pantimedias de chica pueden ligarte.
Para cuando llegó a la sala de conferencias, sentía sus hombros tensos. Dios, qué pesadilla. Louis se enderezó con una profunda respiración y apartó un mechón de su castaño cabello que cubría su ojo.
Él casi bufa. Aún no conocía al detective Harold Styles, pero él iba a tomar su turno. El detective Styles sería quien usara el vestido durante el operativo, y Louis le haría creer que era un honor hacerlo. Con su nuevo plan firmemente decidido, entró al salón de conferencias para decirle a Styles cómo serían las cosas.
—Aw, ¡mierda!— Planes destruidos, incendiándose en una oleada de combustión instantánea. ¿Eso? ¿Eso era el detective Harold Styles? ¿Un hombre cuyo nombre inspiraba visiones de enorme manzana de Adán, rodillas huesudas y trajes de marinero? —¡Maldición! Eres un jodido toro.
Anchos hombros, cabello rizado castaño y un apretado trasero que giró lentamente con una actitud de ser molestado. Ojos verdes se centraron en Louis con la intensidad de un láser levantando sus oscuras cejas con arrogancia. Llenos y cincelados labios se movían hacia arriba en un lado. En conjunto, él lo veía esperando pacientemente el examen de Louis, tomando su inicial declaración de golpe.
No hay manera en la verde tierra de los dioses que un hombre con esos hombros y el ancho de la circunferencia de los brazos de Harold Styles pudiera usar vestido. Su ancho pecho se estrechaba en unas delgadas caderas y largas piernas, con cien o ciento diez kilos del físico de un jugador de fútbol americano, se tragaba el metro ochenta de Louis fácil por quince centímetros.
—¿Cómo diablos vas a hacer para descubrir algo sin ser visto? — Louis preguntó en voz alta. Rodeó al detective, sacudiendo la cabeza. —Vas a ser una mujer muy fea.
Styles cruzó sus brazos por su pecho, viéndose inmutable mientras su sonrisa desaparecía. La diversión seguía brillando en sus ojos verdes, y la piel oliva de herencia totalmente italiana, se completaba con unos altos pómulos, una mandíbula cuadrada y lo que parecía ser una permanente sombra de barba de las cinco de la tarde. Una pálida cicatriz a un lado de su labio inferior bajaba hacia el mentón y se detenía justo en el apenas notable hoyuelo. Louis debería de ser un idiota para obligarlo a usar vestido.
—¿Esto está arreglado?— Louis sorpresivamente se rió, al darse cuenta por qué los chicos de la sección se habían burlado de él. — Esto está jodidamente arreglado. Mierda, por un minuto pensé que eras mi pareja en el operativo. Quiero decir, mierda, En qué estaban pensando, ¿no es así? Puedo verte balanceándote sobre tacones rojos y hablando sobre las últimas recetas de cacerolas.
Lágrimas bajaban por la esquina de los ojos de Louis. Palmeó su cadera y soltó más carcajadas.
—Oh, Dios, ¡esto es asombroso!— Louis se secó los ojos y sacudió la cabeza mostrándose apropiadamente impactado. —Eres asombroso. Quiero decir, Dios, mírate. Un gigantesco guardaespaldas es justo lo que necesito en una jodida esposa. Maldición, seguro como el infierno que no te va un jodido vestido, Harold.
La respiración salió de su cuerpo. Los pies de Louis se separaron del suelo cuando dos fuertes puños lo levantaron de la camisa y empujaban sus hombros y cabeza contra la pared. —¿Qué jodidos?— él jadeó.
La cara de Styles era de piedra, a centímetros de la nariz de Louis bufó. —Eres un grosero imbécil que habla demasiado. Eres negligente y estúpido y nunca jamás, nunca me vuelvas a llamar Harold de nuevo.
Los ojos de Louis se abrieron más. —Seguro, está bien,— jadeó.
—Mi nombre es Harry, ¿está claro, novato?
—Claro.— La voz de Louis salió en un tenso murmullo. — ¿Puedes bajarme ahora?
—¿Terminaron chicos?— La voz del jefe de Louis gruñó desde algún lado más allá de ellos.
—Si, terminamos,— Louis contestó.
Harry sonrió cínica-mente y bajó a Louis, y alborotó su cabello. Louis jadeó tratando de tomar aire. Ambos hombres se giraron hacia donde el jefe de la sección estaba hombro con hombro con el jefe de policía. Ninguno se veía complacido, aunque Louis sospechaba por el brillo en los ojos de su jefe que apenas y podían contener la diversión.
—Este es un asunto serio, no tenemos tiempo para sacar una cinta métrica y medir sus penes.— El jefe de la policía lanzó una carpeta manila a la mesa a unos centímetros de ellos.
Louis la alcanzó primero. El cuarto se sentía cada vez más como una mala película sobre operativos encubiertos incluso con los jefes de departamento en un lado de la mesa y un par de nada combinados investigadores del otro.
—¿Por qué federales?— Harry le preguntó a su jefe.
Hojeando el expediente, Louis pretendió que no le interesaba la respuesta. No quería reconocer que era una buena pregunta. Especialmente dado que para los parámetros del caso ellos irían encubiertos como un matrimonio. Otra excelente pregunta “La carne” podría preguntar “¿Por qué no una agente mujer?”
—Relaciones Interdepartamentales. La DEA1 está demasiado involucrada, no estará en el operativo. A nosotros se nos pidió ayuda para una nueva aproximación a crímenes que involucran múltiples departamentos de una manera más cordial que en casos en el pasado.— El jefe de la sección explicó .— No más discusiones por jurisdicción, solo compartir recursos y compartir descubrimientos.
Louis bufó. —Si, eso trabajara.— Sintió la mirada de los otros, pero siguió revisando el expediente hasta que sus ojos captaron las fotografías de vigilancia de mamas en el soccer y mujeres jugando con los niños o cuidando los jardines. ¿Cómo esperaban que él se ajustara a esa comunidad vestido de mujer?
—Verás, genio,— Louis dijo, dirigiéndose a Harry. —Mi pregunta habría sido, ¿Por qué jodidos tienen que ser dos hombres encubiertos como un matrimonio? No tienen mujeres que se ven mejor en vestido para este trabajo.
—¿Rechazas tu primera misión?— su jefe de sección le preguntó.
—No señor. Estoy rechazando al robusto albañil como mi llamada pareja. Denme una Jenny y tomaré el caso en un momento. Harry aquí solo joderá mis estadísticas. Este es un caso flojo.
—Este es un operativo en prueba para ver cómo trabajamos juntos,— el jefe de sección corrigió.
Harry envolvió en su musculoso brazo los hombros de Louis. — Aw mira. Nuestra primer riña familiar.
—Jódete, refrigerador.
Harry retiró su brazo, después de darle un apretón de advertencia.
—Porque,— el jefe dijo, levantando su voz para ser escuchado, —Tomlinson será una esposa que usó esteroides en su adolescencia para encabezar las competencias atléticas. Eso será viable y explica por qué está involucrado en drogas ahora. Harry guiará su cubierta haciendo el trabajo de respaldo. Pero toda la operación depende de que Tomlinson se infiltre. Él será el chico del frente. Chica.
—Los detalles están en el expediente. Léanlo cuidadosamente. Memoricen la historia de la cubierta sobre ustedes y los principales jugadores. Lo más probable es que ellos los probarán. No hay lugar para errores,— el jefe del sector advirtió.
—¿Una red de narcotrafico de amas de casa?— Louis preguntó, lanzando el expediente a la mesa, pero enojado con su jefe por lo que no parecía un plan genial para un éxito instantáneo.
—Si. Sesenta por ciento de todas las transacciones de drogas y usuarios se encuentran en ciudades densa-mente pobladas,— el jefe dijo.
—¿Entonces por qué no vamos ahí?— Louis preguntó.
Los labios de Harry se curvaron en una cínica sonrisa. —¿Dónde está el otro cuarenta por ciento? ¿En las granjas lecheras?
—Los suburbios,— el jefe le contestó a Louis, aunque él no lo preguntó.
—Este caso se trata de importantes drogas de distintas variedades y su distribución. Eso es por lo que creemos que usar esteroides puede funcionar para tu cubierta. La prueba visual puede ayudar a la credibilidad.— El jefe de la sección se dirigió de nuevo a él. —Y no te verás demasiado mal en vestido; pasable-mente masculino.
Louis sintió que sus labios bajaban infeliz. —¿Y el pastel de carne? ¿Por qué él?
—Él tiene un cuerpo fuerte con un impecable récord en sus casos. No solo es genial en su trabajo, sino que emparejarte con uno de constitución deslada parecería poco convincente. Harry es lo suficiente grande para no sentirse amenazado por una mujer masculina,— dijo el jefe.
—Me alegra ver que los chicos de azul no dejan los estereotipos, — Louis murmuró.
—¿El pequeño chico se callará?— Harry le preguntó al jefe.
—No soy un jodido pequeño, Gigantón. Tú solo eres jodidamente enorme.
—¿Ya estás listo para mi?— Una chillona voz femenina preguntó desde el marco.
Louis vio a la pelirroja —¿Qué jodidos serás tú? ¿Mi hija?
—Ella es tu especialista en imagen y depilación.— El jefe de la sección se rió divertido viendo a Louis y a la chica.
—¿Mí qué?— Louis preguntó.
—Ella te aplicará cera y la arrancará, retrasado.— Harry vio a la chica y le dio un gran guiño. —Dale un brasileño2. El caso es critico.
—¿Un qué?— Louis repitió débilmente.
—Si, señor,— ella dijo, sonriendo aunque impresionante-mente ruborizada.
—Debemos irnos, Harry. Tomlinson tiene trabajo que hacer antes de que los mudemos mañana.— El jefe rodeó la mesa y se giró hacia Harry.
—Deberías de usar rosa. Te verás genial con ese color,— Harry golpeó su hombro mientras salía del cuarto.
Louis lo vio salir contoneándose, los hombros se movían en armonía con el poderoso cuerpo de Harry. Agentes y personal de la oficina se apartaban de su camino, inconscientes de darle un respetuoso espacio.
—Si,— el jefe de la sección le dijo, llegando al lado de Louis. — Clásico, Tomlinson. Menos de diez minutos con tu nueva pareja y lo dejaste que te tuviera contra la pared. Ahora intercambiando sugerencias. Diré que perdiste la batalla.
—Jódete,— Louis bufó.
La amistosa tomada de pelo estuvo muy cerca de raspar la verdad. Nunca había descubierto su orientación sexual; no era asunto de la agencia, pero estar contra la pared con Harry no parecía ser mala idea. La adrenalina aun bombeaba después del estruendoso intercambio.
Él se rió, palmeando la espalda de Louis compartiendo mutuamente la broma. —Asegúrate de que ella te mueva. Tres semanas sin sexo alocado y un sujeto como ese puede comenzar a buscar bajo tu falda.
Louis le dio una malvada mirada. —Tres semanas sin sexo y golpearé a una de las amas de casa drogadas por sexo. Harry puede arreglárselas solo,— dijo con una cínica sonrisa, jugando como se esperaba desde dentro del closet.
—Solo recuerda quién es el detective. Si te pones a pelear él puede colocarte las esposas.
—Maldición, jefe, este es un operativo, no es una prisión. ¿Las esposas no salen a algún lado?
La sonrisa de Jennings se perdió. —¿Ya dicete eso? Mierda. Sal de mi vista y deja que ella te diga lo que tienes que hacer,— le dijo, inclinando la cabeza hacia la mujer que había comenzado a colocar tubos y lociones en la mesa de la sala de conferencias.
—Si, si,— Louis murmuró.
La mujer rodeó a Louis y cerró la puerta. Ella le dio un pequeño vestido de algodón. —Ten,— ella le dijo, tratando de no sonreír. — Ellos me dijeron que el resto de tu guardarropa estará en su lugar cuando llegues. Pero antes tienes que aprender cómo funciona.
Él vió el vestido verde y dorado inspirado en los sesenta con unas enormes margaritas, vio a la mujer que trataba de suprimir la diversión. —¿Me estás diciendo que usas esa cosa?— preguntó.
—Ni aunque me paguen una semana en un crucero,— ella dijo dulcemente. Se movió hacia sus pociones y tubos, buscando en su bolsa y sacando brochas y más contenedores de maquillajes, tubos de brillantes colores y cremas y extendiéndolas frente a él.
Louis pensó de nuevo en Harry, esta vez llevando maquillaje y botas militares debajo de su largo vestido. La imagen no era calculada y solo hizo que la realidad golpeara a Louis con su rol más claramente —Joder.
—No sabes como maquillarte, ¿no es así?— suave compasión en su voz. —¿Primer disfraz?
—No tengo ni idea,— Louis dijo. Deslizándosele un frío en la punta de su estómago. La base de su cabeza empezó a palpitar ante el metro de químicos frente a él. Dios, él no quería hacer eso.
—Vamos, te mostraré. Pero primero desnúdate y ponte eso, y entonces haremos algo con esas cejas.— Ella se giró de espaldas dándole privacidad y Dios ayúdame, Louis dio un paso hacia el calabozo de fragancias y el infierno de colores coordinados.
1DEA Drug Enforcement Administration. La unidad para la lucha contra las drogas (EEUU)
2Depilación brasileña, depilación total del área genital
monieli_ls
Re: Ella Tiene Bolas (Larry Stylinson) Terminada
Capitulo Dos
Jodidas pantimedias le estaban cortando la circulación, malditas cosas. O será la ropa interior que se encajaba en su culo, y quien fuera el sádico jodido inventor del bra, iba a tener una lenta y dolorosa muerte justo después de que Louis tuviera oportunidad de remojar sus pies.
Un par de trabajadores de la mudanza gruñeron al mover los últimos muebles. Louis trató de no alcanzar su trasero y jalar la ofensiva tela. Ser una dama apestaba. Su culo estaría irritado antes de que terminara el día, y cualquier prospecto de sexo debía ser evitado por el riesgo de aumentar la irritación. Que le ardiera el culo no era un prospecto placentero.
Con lo que recordó: Debido a Harry y su jodida depilación del área de bikini brasileña, causó que aun tuviera que aplicarse compresas de hielo en cada oportunidad que tenía de sentarse. Esa mierda es lo que necesitaba.
—Te dije que te verías genial de rosa,— Harry le dijo.
Louis lo vio. —¿En serio? ¿Vas a empezar ahora?
—Levanta el tono, cariño, te oyes grave.
—Está bien, entonces comencemos,— Louis bufó. Él vio alrededor para ver quién vería su pequeña hazaña y cómo iba a proyectar su voz.
Harry entrecerró los ojos.
Moviendo su barato bolso imitación Gucci, golpeó en el pecho a Harry, Louis gritó con voz femenina. —¿Cómo te atreves? Ni siquiera nos hemos mudado y ya está llamándote tu novia ¡a mí celular! Eres despreciable, Harry. ¿Cómo esperas que tengamos un nuevo comienzo si no puedes dejar tu vieja vida atrás?
Louis golpeó una y otra vez hasta que finalmente la lata de orégano que llevaba se le cayó y llegó a la banqueta.
Harry gruñó por lo bajo.
—Dices que soy especial. Dices que soy la única para ti. Pero piensas que soy ¡gooooorda!— Louis dejó caer los brazos fláccida-mente y comenzó a gemir dramáticamente.
—Oh, mierda,— Harry dijo, sus ojos enormes como platos. — ¡Shh! Hey, deja eso.
—Dices que te gusta mi cuerpo pero, pero, pero, pero mientes. — Louis volvió a golpear el pecho de Harry, la cabeza, los brazos cualquier lugar que alcanzara con el ridículo bolso. Desde el rabillo de los ojos, él notó al mover la bolsa a dos mujeres cuchicheando desde la barda cercana.
Harry lo veía salvajemente, alternando entre tratar de evadir los golpes y calmarlo. Louis seguía hablando fuerte.
—¿Por qué ya no me quieres? ¿No te he dado todo? ¿No he hecho todo lo que quieres? Incluso cuando me pediste esas sucias, sucias cosas, ¿no las hicimos?
—¡Shh! Si, bebé. Has hecho todo eso.— Harry sostuvo sus manos calmándolo.
Los caídos hombros del hombre más grande y su expresión de pánico solo avivaron el drama en Louis.
—Y esa vez que me rogaste que me pusiera pañal y máscara de payaso, dijiste que nadie nunca había hecho eso por ti antes.— Louis se giró ahogando la risa con lágrimas en los ojos. Gimió agudamente. —¡Harry! ¡Ellos se quedaron con mi orégano! Harry, ¡tenemos que regresar! No puedo hacer lasaña sin el orégano.
—Está bien, bebé, yo lo traeré. Lo juro.— Harry se giró y vió al cargador que había levantado la lata con el orégano. —Mi esposa quiere su orégano. ¡Ahora!— gritó.
El desventurado hombre lanzó la lata al aire. Harry la atrapó y se la mostró a Louis.
Buena atrapada, pensó Louis.
—Ahora, Louise bebé, dime que no te irás por una pequeña llamada.
Louis parpadeó, tomando la lata y levantándola. Sollozó. —Oh mira, mi máscara se corrió.
—Está bien. Te vez genial. Creo que te ves sexy cuando te pones celosa.— Harry dijo, con una traviesa sonrisa en sus labios.
—¿Crees que estoy gorda?— Louis rogó.
—No, bebé. Eres sexy como el infierno.
—¿En serio?
—Oh, si, bebé.— Harry suavemente acunó las caderas de Louis y lo acercó. Lo suficientemente cerca para que
Louis pudiera ver la manera en que Harry veía alrededor en lugar de a él. —No me gustan esas chicas flacas y flácidas. Me gustan las que están bien formadas como tú.
Interesante. ¿Cuánto podría empujar a Harry?
—Oh, Harry,— Louis suspiró. Entonces con una traviesa sonrisa, Louis lanzó sus brazos alrededor. —Bésame.
Las alas de la nariz de Harry se movieron y le dio una fría e insegura mirada a Louis. Louis tensó su sonrisa y abanicó sus pestañas en desafío. Él supo el momento en que Harry se entregó por la fuerte determinación en su cristalina mirada y la media sonrisa en sus labios cuando aceptó.
Se inclinó y tomó los labios de Louis en un fuerte asalto. Firme y lleno, ellos chocaban uno contra el otro. Las puntas del bigote del final del día rozaban los labios de Louis. Un mechón de cabello de la peluca se salió, el brillo labial de Louis era una distracción pero no creó ninguna resistencia. Los pulmones de Louis se expandían, el aire estaba saturado de menta y roble. Solo lo suficiente para que deseara respirar más profundamente. Su estómago se hundió o se elevó, o ambos, y un profundo hormigueo engullia insospechados nervios en su pelvis.
Silbidos y gritos de los de la mudanza le llegaron a través del rujido de la sangre en sus orejas.
Cuando la lengua de Harry entró en su boca, Louis sintió sus rodillas débiles. Culpó a sus tacones. Oh santo infierno, su pene estaba en ¡llamas!
Sin tomar en cuenta el dolor, los dedos de Harry apretaban las caderas de Louis, jalándolo hacia delante. En defensa, Louis empujó el pecho de Harry.
—Detente,— Louis jadeó para que solo él lo oyera. Su ingle ardía, tomó el frente de la camisa de Harry para estabilizarse. El dolor seguía una prueba no demasiado sutil de que esa restrictiva basura no se tomaba la estimulación muy bien.
—Tú desafiaste,— Harry le recordó.
—Mis reglas,— Louis terminó, aun con dolor. Maldito hombre. Él podía jodidamente besar.
—Te ves pálido.— Harry dijo, sosteniéndolo e inclinando la cabeza para ver a Louis.
Los espectadores solo verían un abrazo de amantes. Louis levantó la cabeza. Él vería al infierno enfriarse antes de dejar que el tipo viera lo mucho que lo había afectado y lo que quería que el beso continuara. Pero quizás la siguiente vez sin restricciones que impidieran que la sangre fluyera a esas partes vitales de su anatomía. Mierda, ¡eso duele!
—¿Estás bien?— Harry preguntó. Revisando el vecindario. — Deberíamos entrar.
Louis no deseaba moverse justo en ese segundo. Quizás en un momento o dos cuando las cosas estuvieran completamente muertas en la región de su ingle. —¿Por qué? Parecemos una pareja feliz que se reconcilia después de una pelea.
—Parece que vas a vomitar.
—¿Quieres decir que logras esa reacción todo el tiempo? Estoy impactado.— Louis dijo.
—Estúpido.
—Mutante.
Se atrevió a ver a Harry. Claramente, el gigante leñador nunca había amarrado su erección antes o no habría tanta confusión en su hermosa cara. Admitiéndolo, Louis tampoco, era nuevo usando pantimedias y no disfrutaba la experiencia. Bien, él difícilmente podría explicarle a Harry que ese improvisado beso había causado que Louis tuviera una erección. Harry nunca dejaría de molestar con esa información.
El dolor disminuyó y Louis soltó la camisa de Harry. Louis se acomodó su bolsa al hombro y suavemente caminó con el mentón en alto. Necesitaba privacidad para arreglarse. Bien, para dejar salir algo… De las pantimedias.
—Por cierto,— Louis dijo mientras Harry lo seguía al interior de la casa. —La recámara principal es mía. Tú ocuparás el cuarto de huéspedes.
Él vio hacia atrás.
Harry frunció el ceño preparándose para objetar.
Louis levantó su dedo deteniéndolo. —Ese tiene un tocador en el cuarto de baño. Cuando tengas maquillaje y grupos de pelucas, podremos cambia lugares. Hasta entonces, puedes estirar tu más de uno noventa en una de las camas gemelas cruzando el pasillo.
-
Louis veía los rayos de luz en una de las paredes cuando el amanecer llegaba. Él se había estirado para escuchar detrás de la puerta del cuarto de Harry. Un hombre tan grande debería de roncar. Debería de hablar dormido o algo. Louis no oyó nada.
Desde anoche él no había oído más que gruñidos del otro hombre. Después de cerrar la puerta, ellos habían comido sándwiches de mortadela y papas fritas en lados opuestos del sofá. Escasos, aunque caros muebles ya habían sido colocados en sus lugares. La cocina ya estaba acomodada y los armarios llenos de ropa y blancos.
Todo mientras ninguno de ellos hablaba.
No creía que fuera difícil para Harry. Pero para Louis que quería saber lo que Harry pensaba del beso, eso era una tortura.
¿Puede un hombre hetero besar a un hombre de tal forma que lo necesite más que el aire? ¿Puede Harry actuar tan bien? El Jefe dijo que él tenía un expediente sin mancha trabajando de encubierto. Eso no indicaba que Harry bateara en el mismo equipo de Louis.
Pero ese beso.
Eso aun hacía que se quedara sin aliento y que sintiera mariposas en su estómago. Aun hacía que su pene se llenara. De la manera que estaba lleno ahora. Louis llevó su mano entre las sábanas, frotándose firmemente.
Empezó a jadear y aumentó el ritmo, la cabeza de su pene se humedeció, cuando Harry tocó a la puerta.
—¿Qué?— gritó molesto por la interrupción.
—Levántate.
—Estoy levantado.— La declaración del año.
—Vístete.
—Estoy ocupado,— Louis bufó, circulando su pulgar sobre la humedad en la ranura antes de deslizarla arriba y abajo de su pene. Veía las sombras de los pies por la ranura debajo de la puerta. Finalmente, se alejaron.
Louis dejó de acariciarse. Suspiró y maldijo, entonces salió de la cama. Buscando unos jeans, entonces giró los ojos al ver que no había ninguno. —Operativos encubiertos apestan.
Ninguna evidencia que probara que él no era quien decía que era. Ni siquiera un jodido pantalón de algodón. Suspiró de nuevo y tomó una horrible bata de margaritas. —Jodidamente lo mataré si se ríe,— Louis murmuró.
Él se amarró el cinturón alrededor de su cintura. Se dirigió a la cocina con su pene cubierto por las margaritas señalando el camino. —¡Ya voy!— gritó.
Harry estaba en el arco entre la cocina y la sala con una taza de café que se llevaba a los labios. Sus cejas se arquearon y le dio una fría y deliberada mirada a Louis, recorriéndolo, deteniéndose en su pene. Aun bebiendo, se acercó a la pared. Harry tomó un paraguas y lo abrió hacia Louis. —Dispara cuando estés listo.
—Jódete.
—Muy seguro que ese es tu departamento en este momento,— Harry bromeó. Cerró y bajó el paraguas, dándole a Louis una total excusa para que viera su ancho, musculoso y desnudo pecho.
—No lo sería si no me hubieras interrumpido al amanecer. ¿Qué infiernos es tan importante para que tengas que levantarme al amanecer?
Harry tomó otro trago de café lentamente. —Oh, no es a causa de ese palo.— Se giró hacia la cocina, hablando mientras caminaba. — ¿Cómo te gusta tu café?
—Crema sin azúcar,— Louis dijo, siguiéndolo.
El rico aroma del café permanecía en el aire. Louis se encontró a si mismo viendo los dedos de Harry girando mientras abría la crema, sus tendones se flexionaban sobre el dorso de su mano cuando levantó el bote y cuidadosamente sirvió. Oyó el ruido de la cuchara que Harry sostenía.
—¿Qué es eso?— Louis preguntó, sus ojos viendo una bolsa naranja brillante.
—Regalos en broma de tu personal. Esposas de peluche, lubricante, condones.
—Imbéciles.
—¿Quiénes?— Harry preguntó calmadamente.
Louis decidió ignorar la provocación.
Harry se giró y le ofreció la bebida con crema a Louis, incluso cuando le daba un trago a su propia bebida. Louis la tomó. Se pasó la mano distraídamente por su cabello, sin importarle si su castaño cabello estaba de punta.
—Dios, esto huele bien,— Louis murmuró. Saboreándolo también le daba una maldita excusa para bajar la mirada de Harry.
—Mm,— Harry reconoció.
—Eres un gran charlador, ¿no es así?
—Mm-hm.
—Eso creo. Escucha, no estoy seguro acerca de ti, pero no creo que las amas de casa estén listas para hacer visitas tan temprano en la mañana. ¿Crees que podrías dejarme dormir un poco más la siguiente vez?— Louis preguntó.
—¿Te estás pegando a la historia?— Harry levantó el mentón en dirección a la ingle de Louis. —Tengo que admirar tu compromiso a la causa.
—Ha sido un buen niño, encadenado por horas. Así que pensé en dejarlo salir a pasear y palmear su cabeza. ¿Qué jodidos te importa?
Chispas de diversión aparecieron en los ojos de Harry. Se encogió de hombros y siguió bebiendo su café.
—Jodida taza sin fondo es la que sostienes. Tragas, tragas, tragas. Creo que te escondes en esa mierda. Difícil confiar en un hombre que no habla y se esconde detrás de una taza. Suéltalo ya. Puedo ver las ruedas girar.
—¿Tu interruptor siempre está encendido en enojado?— Harry preguntó.
Louis tensó las mandíbulas.
Harry rellenó su taza. Levantó la jarra hacia Louis ofreciéndole más.
Café negro y fuerte. Lo imaginaba. —No, gracias.
Harry tomó una botella que Louis no había notado y vertió una buena cantidad de jarabe de chocolate en la taza, agitándolo con la cuchara y volviendo a beber.
Louis se rió, derramando algo. Caliente, fuerte y mortal- ¿Con un diente dulce? Esto era como ver a un perro maullando.
Harry lo estudiaba sobre el borde de la taza, inmóvil pero inclinó la taza.
Él también veía a Harry. Uno de sus gruesos brazos cruzando su pecho servía de apoyo para el codo del otro.
Incluso en relativo reposo, la musculatura de Harry parecía flexionarse y tensarse bajo su firme piel. La desnudez salpicada por diminutos rizos negros espolvoreados entre sus pezones bajaban en un delgado rastro hasta el borde de sus jeans.
Sólidamente construido sin un gramo de grasa, unos anchos hombros, gruesas muñecas que harían que una Valkiria3 estuviera orgullosa, Harry podría matar a un hombre en un letal y fluido movimiento. Aunque él nunca se había sentido pequeño comparado con otros hombres, no tendría posibilidad en un combate contra Harry.
Harry apoyó su culo contra la línea de gabinetes y cruzó los tobillos casualmente. —Tienes que prepararte,— dijo, finalmente quebrando el silencio.
—¿Acerca?
—Tienes la máscara corrida.— La divertida chispa regresó a los ojos de Harry.
—Ah.
—Te ves como una mierda.
—Tuve una noche difícil,—dijo Louis.
—Parece que algunas mujeres saltaron sobre ti, te jodieron toda la noche y dejaron todo su maquillaje sobre tu cara.
Una débil sonrisa se formó en los labios de Louis. —Mis compañeras de cama generalmente no usan maquillaje. No es una cualidad que encuentre atractiva.
Harry se encogió de nuevo. —Yo si. Creo que se ve lindo.
Louis se tensó. ¿Él quiere decir que las mujeres embarradas de maquillaje se ven lindas, o que Louis embarrado de maquillaje se ve lindo? Mentalmente repitió las palabras buscando el significado de lo que Harry dijo pero no encontró nada.
—Bueno, hablemos de la pelea de ayer,— Harry dijo.
—Me pareció buena idea en ese momento. Y dejar que todos conocieran sobre el orégano. Solo espero que la pelea no asustara a los vecinos.
—No lo hizo.
—¿Cómo estás tan seguro? La mayoría de la gente evita las peleas domésticas y nosotros la subimos al tejado,— Louis dijo.
—Las dos mujeres hablando no me lo parecieron. Simpatizaron contigo incluso después del beso.
Louis sintió sus mejillas calientes. Él no pensó que pudiera sostener la tensión más tiempo, así que se ocupó en encontrar los tazones que ellos habían desempacado ayer. Abriendo la caja de cereal trataba de convencerse que quería desayunar más de lo que quería ver a Harry.
Harry bajó su taza y se alejó. —Las típicas amas de casa no esperan visitas tan temprano, pero tú requieres más mantenimiento que la típica ama de casa. Estás usando maquillaje viejo, pero aun así te ves como un chico. En cualquier momento ellas tocarán la puerta,— dijo, aludiendo a su anterior conversación.
Louis sonrió en privado. Fue forzado a usar vestido, maquillaje y a enclaustrar sus partes. El saber que Harry pensaba que a pesar de eso se veía como un chico le complacía.
—Tomlinson,— Harry gritó desde algún lugar del pasillo.
—¿Si?
—Linda bata.
Louis vio hacia las enormes flores pintadas sobre verde vomito. En algun punto su pene se deslizó a través del frente de sus boxers y asomaba la cabeza en el pliegue del centro de una de las doradas margaritas.
Su anterior rubor se drenó. ¿Habría visto Harry eso? Louis cerró los ojos y gruñó. Algo le decía que dejara de preguntarse. —¡Maldición! Eso no parecía jodidamente desesperado para nada.
3Las valquirias según la mitología nórdica eran diosas femeninas menores que servían a Odín bajo las ordenes de Freyja, su propósito era elegir a los más heroicos de aquellos caídos en batalla y llevarlos al Valhalla (palacio de Odín)donde se convertían en einherjar (espíritus guerreros) Esto era necesario ya que Odín precisaba guerreros para que luchasen a su lado en la batalla del fin del mundo.
Jodidas pantimedias le estaban cortando la circulación, malditas cosas. O será la ropa interior que se encajaba en su culo, y quien fuera el sádico jodido inventor del bra, iba a tener una lenta y dolorosa muerte justo después de que Louis tuviera oportunidad de remojar sus pies.
Un par de trabajadores de la mudanza gruñeron al mover los últimos muebles. Louis trató de no alcanzar su trasero y jalar la ofensiva tela. Ser una dama apestaba. Su culo estaría irritado antes de que terminara el día, y cualquier prospecto de sexo debía ser evitado por el riesgo de aumentar la irritación. Que le ardiera el culo no era un prospecto placentero.
Con lo que recordó: Debido a Harry y su jodida depilación del área de bikini brasileña, causó que aun tuviera que aplicarse compresas de hielo en cada oportunidad que tenía de sentarse. Esa mierda es lo que necesitaba.
—Te dije que te verías genial de rosa,— Harry le dijo.
Louis lo vio. —¿En serio? ¿Vas a empezar ahora?
—Levanta el tono, cariño, te oyes grave.
—Está bien, entonces comencemos,— Louis bufó. Él vio alrededor para ver quién vería su pequeña hazaña y cómo iba a proyectar su voz.
Harry entrecerró los ojos.
Moviendo su barato bolso imitación Gucci, golpeó en el pecho a Harry, Louis gritó con voz femenina. —¿Cómo te atreves? Ni siquiera nos hemos mudado y ya está llamándote tu novia ¡a mí celular! Eres despreciable, Harry. ¿Cómo esperas que tengamos un nuevo comienzo si no puedes dejar tu vieja vida atrás?
Louis golpeó una y otra vez hasta que finalmente la lata de orégano que llevaba se le cayó y llegó a la banqueta.
Harry gruñó por lo bajo.
—Dices que soy especial. Dices que soy la única para ti. Pero piensas que soy ¡gooooorda!— Louis dejó caer los brazos fláccida-mente y comenzó a gemir dramáticamente.
—Oh, mierda,— Harry dijo, sus ojos enormes como platos. — ¡Shh! Hey, deja eso.
—Dices que te gusta mi cuerpo pero, pero, pero, pero mientes. — Louis volvió a golpear el pecho de Harry, la cabeza, los brazos cualquier lugar que alcanzara con el ridículo bolso. Desde el rabillo de los ojos, él notó al mover la bolsa a dos mujeres cuchicheando desde la barda cercana.
Harry lo veía salvajemente, alternando entre tratar de evadir los golpes y calmarlo. Louis seguía hablando fuerte.
—¿Por qué ya no me quieres? ¿No te he dado todo? ¿No he hecho todo lo que quieres? Incluso cuando me pediste esas sucias, sucias cosas, ¿no las hicimos?
—¡Shh! Si, bebé. Has hecho todo eso.— Harry sostuvo sus manos calmándolo.
Los caídos hombros del hombre más grande y su expresión de pánico solo avivaron el drama en Louis.
—Y esa vez que me rogaste que me pusiera pañal y máscara de payaso, dijiste que nadie nunca había hecho eso por ti antes.— Louis se giró ahogando la risa con lágrimas en los ojos. Gimió agudamente. —¡Harry! ¡Ellos se quedaron con mi orégano! Harry, ¡tenemos que regresar! No puedo hacer lasaña sin el orégano.
—Está bien, bebé, yo lo traeré. Lo juro.— Harry se giró y vió al cargador que había levantado la lata con el orégano. —Mi esposa quiere su orégano. ¡Ahora!— gritó.
El desventurado hombre lanzó la lata al aire. Harry la atrapó y se la mostró a Louis.
Buena atrapada, pensó Louis.
—Ahora, Louise bebé, dime que no te irás por una pequeña llamada.
Louis parpadeó, tomando la lata y levantándola. Sollozó. —Oh mira, mi máscara se corrió.
—Está bien. Te vez genial. Creo que te ves sexy cuando te pones celosa.— Harry dijo, con una traviesa sonrisa en sus labios.
—¿Crees que estoy gorda?— Louis rogó.
—No, bebé. Eres sexy como el infierno.
—¿En serio?
—Oh, si, bebé.— Harry suavemente acunó las caderas de Louis y lo acercó. Lo suficientemente cerca para que
Louis pudiera ver la manera en que Harry veía alrededor en lugar de a él. —No me gustan esas chicas flacas y flácidas. Me gustan las que están bien formadas como tú.
Interesante. ¿Cuánto podría empujar a Harry?
—Oh, Harry,— Louis suspiró. Entonces con una traviesa sonrisa, Louis lanzó sus brazos alrededor. —Bésame.
Las alas de la nariz de Harry se movieron y le dio una fría e insegura mirada a Louis. Louis tensó su sonrisa y abanicó sus pestañas en desafío. Él supo el momento en que Harry se entregó por la fuerte determinación en su cristalina mirada y la media sonrisa en sus labios cuando aceptó.
Se inclinó y tomó los labios de Louis en un fuerte asalto. Firme y lleno, ellos chocaban uno contra el otro. Las puntas del bigote del final del día rozaban los labios de Louis. Un mechón de cabello de la peluca se salió, el brillo labial de Louis era una distracción pero no creó ninguna resistencia. Los pulmones de Louis se expandían, el aire estaba saturado de menta y roble. Solo lo suficiente para que deseara respirar más profundamente. Su estómago se hundió o se elevó, o ambos, y un profundo hormigueo engullia insospechados nervios en su pelvis.
Silbidos y gritos de los de la mudanza le llegaron a través del rujido de la sangre en sus orejas.
Cuando la lengua de Harry entró en su boca, Louis sintió sus rodillas débiles. Culpó a sus tacones. Oh santo infierno, su pene estaba en ¡llamas!
Sin tomar en cuenta el dolor, los dedos de Harry apretaban las caderas de Louis, jalándolo hacia delante. En defensa, Louis empujó el pecho de Harry.
—Detente,— Louis jadeó para que solo él lo oyera. Su ingle ardía, tomó el frente de la camisa de Harry para estabilizarse. El dolor seguía una prueba no demasiado sutil de que esa restrictiva basura no se tomaba la estimulación muy bien.
—Tú desafiaste,— Harry le recordó.
—Mis reglas,— Louis terminó, aun con dolor. Maldito hombre. Él podía jodidamente besar.
—Te ves pálido.— Harry dijo, sosteniéndolo e inclinando la cabeza para ver a Louis.
Los espectadores solo verían un abrazo de amantes. Louis levantó la cabeza. Él vería al infierno enfriarse antes de dejar que el tipo viera lo mucho que lo había afectado y lo que quería que el beso continuara. Pero quizás la siguiente vez sin restricciones que impidieran que la sangre fluyera a esas partes vitales de su anatomía. Mierda, ¡eso duele!
—¿Estás bien?— Harry preguntó. Revisando el vecindario. — Deberíamos entrar.
Louis no deseaba moverse justo en ese segundo. Quizás en un momento o dos cuando las cosas estuvieran completamente muertas en la región de su ingle. —¿Por qué? Parecemos una pareja feliz que se reconcilia después de una pelea.
—Parece que vas a vomitar.
—¿Quieres decir que logras esa reacción todo el tiempo? Estoy impactado.— Louis dijo.
—Estúpido.
—Mutante.
Se atrevió a ver a Harry. Claramente, el gigante leñador nunca había amarrado su erección antes o no habría tanta confusión en su hermosa cara. Admitiéndolo, Louis tampoco, era nuevo usando pantimedias y no disfrutaba la experiencia. Bien, él difícilmente podría explicarle a Harry que ese improvisado beso había causado que Louis tuviera una erección. Harry nunca dejaría de molestar con esa información.
El dolor disminuyó y Louis soltó la camisa de Harry. Louis se acomodó su bolsa al hombro y suavemente caminó con el mentón en alto. Necesitaba privacidad para arreglarse. Bien, para dejar salir algo… De las pantimedias.
—Por cierto,— Louis dijo mientras Harry lo seguía al interior de la casa. —La recámara principal es mía. Tú ocuparás el cuarto de huéspedes.
Él vio hacia atrás.
Harry frunció el ceño preparándose para objetar.
Louis levantó su dedo deteniéndolo. —Ese tiene un tocador en el cuarto de baño. Cuando tengas maquillaje y grupos de pelucas, podremos cambia lugares. Hasta entonces, puedes estirar tu más de uno noventa en una de las camas gemelas cruzando el pasillo.
-
Louis veía los rayos de luz en una de las paredes cuando el amanecer llegaba. Él se había estirado para escuchar detrás de la puerta del cuarto de Harry. Un hombre tan grande debería de roncar. Debería de hablar dormido o algo. Louis no oyó nada.
Desde anoche él no había oído más que gruñidos del otro hombre. Después de cerrar la puerta, ellos habían comido sándwiches de mortadela y papas fritas en lados opuestos del sofá. Escasos, aunque caros muebles ya habían sido colocados en sus lugares. La cocina ya estaba acomodada y los armarios llenos de ropa y blancos.
Todo mientras ninguno de ellos hablaba.
No creía que fuera difícil para Harry. Pero para Louis que quería saber lo que Harry pensaba del beso, eso era una tortura.
¿Puede un hombre hetero besar a un hombre de tal forma que lo necesite más que el aire? ¿Puede Harry actuar tan bien? El Jefe dijo que él tenía un expediente sin mancha trabajando de encubierto. Eso no indicaba que Harry bateara en el mismo equipo de Louis.
Pero ese beso.
Eso aun hacía que se quedara sin aliento y que sintiera mariposas en su estómago. Aun hacía que su pene se llenara. De la manera que estaba lleno ahora. Louis llevó su mano entre las sábanas, frotándose firmemente.
Empezó a jadear y aumentó el ritmo, la cabeza de su pene se humedeció, cuando Harry tocó a la puerta.
—¿Qué?— gritó molesto por la interrupción.
—Levántate.
—Estoy levantado.— La declaración del año.
—Vístete.
—Estoy ocupado,— Louis bufó, circulando su pulgar sobre la humedad en la ranura antes de deslizarla arriba y abajo de su pene. Veía las sombras de los pies por la ranura debajo de la puerta. Finalmente, se alejaron.
Louis dejó de acariciarse. Suspiró y maldijo, entonces salió de la cama. Buscando unos jeans, entonces giró los ojos al ver que no había ninguno. —Operativos encubiertos apestan.
Ninguna evidencia que probara que él no era quien decía que era. Ni siquiera un jodido pantalón de algodón. Suspiró de nuevo y tomó una horrible bata de margaritas. —Jodidamente lo mataré si se ríe,— Louis murmuró.
Él se amarró el cinturón alrededor de su cintura. Se dirigió a la cocina con su pene cubierto por las margaritas señalando el camino. —¡Ya voy!— gritó.
Harry estaba en el arco entre la cocina y la sala con una taza de café que se llevaba a los labios. Sus cejas se arquearon y le dio una fría y deliberada mirada a Louis, recorriéndolo, deteniéndose en su pene. Aun bebiendo, se acercó a la pared. Harry tomó un paraguas y lo abrió hacia Louis. —Dispara cuando estés listo.
—Jódete.
—Muy seguro que ese es tu departamento en este momento,— Harry bromeó. Cerró y bajó el paraguas, dándole a Louis una total excusa para que viera su ancho, musculoso y desnudo pecho.
—No lo sería si no me hubieras interrumpido al amanecer. ¿Qué infiernos es tan importante para que tengas que levantarme al amanecer?
Harry tomó otro trago de café lentamente. —Oh, no es a causa de ese palo.— Se giró hacia la cocina, hablando mientras caminaba. — ¿Cómo te gusta tu café?
—Crema sin azúcar,— Louis dijo, siguiéndolo.
El rico aroma del café permanecía en el aire. Louis se encontró a si mismo viendo los dedos de Harry girando mientras abría la crema, sus tendones se flexionaban sobre el dorso de su mano cuando levantó el bote y cuidadosamente sirvió. Oyó el ruido de la cuchara que Harry sostenía.
—¿Qué es eso?— Louis preguntó, sus ojos viendo una bolsa naranja brillante.
—Regalos en broma de tu personal. Esposas de peluche, lubricante, condones.
—Imbéciles.
—¿Quiénes?— Harry preguntó calmadamente.
Louis decidió ignorar la provocación.
Harry se giró y le ofreció la bebida con crema a Louis, incluso cuando le daba un trago a su propia bebida. Louis la tomó. Se pasó la mano distraídamente por su cabello, sin importarle si su castaño cabello estaba de punta.
—Dios, esto huele bien,— Louis murmuró. Saboreándolo también le daba una maldita excusa para bajar la mirada de Harry.
—Mm,— Harry reconoció.
—Eres un gran charlador, ¿no es así?
—Mm-hm.
—Eso creo. Escucha, no estoy seguro acerca de ti, pero no creo que las amas de casa estén listas para hacer visitas tan temprano en la mañana. ¿Crees que podrías dejarme dormir un poco más la siguiente vez?— Louis preguntó.
—¿Te estás pegando a la historia?— Harry levantó el mentón en dirección a la ingle de Louis. —Tengo que admirar tu compromiso a la causa.
—Ha sido un buen niño, encadenado por horas. Así que pensé en dejarlo salir a pasear y palmear su cabeza. ¿Qué jodidos te importa?
Chispas de diversión aparecieron en los ojos de Harry. Se encogió de hombros y siguió bebiendo su café.
—Jodida taza sin fondo es la que sostienes. Tragas, tragas, tragas. Creo que te escondes en esa mierda. Difícil confiar en un hombre que no habla y se esconde detrás de una taza. Suéltalo ya. Puedo ver las ruedas girar.
—¿Tu interruptor siempre está encendido en enojado?— Harry preguntó.
Louis tensó las mandíbulas.
Harry rellenó su taza. Levantó la jarra hacia Louis ofreciéndole más.
Café negro y fuerte. Lo imaginaba. —No, gracias.
Harry tomó una botella que Louis no había notado y vertió una buena cantidad de jarabe de chocolate en la taza, agitándolo con la cuchara y volviendo a beber.
Louis se rió, derramando algo. Caliente, fuerte y mortal- ¿Con un diente dulce? Esto era como ver a un perro maullando.
Harry lo estudiaba sobre el borde de la taza, inmóvil pero inclinó la taza.
Él también veía a Harry. Uno de sus gruesos brazos cruzando su pecho servía de apoyo para el codo del otro.
Incluso en relativo reposo, la musculatura de Harry parecía flexionarse y tensarse bajo su firme piel. La desnudez salpicada por diminutos rizos negros espolvoreados entre sus pezones bajaban en un delgado rastro hasta el borde de sus jeans.
Sólidamente construido sin un gramo de grasa, unos anchos hombros, gruesas muñecas que harían que una Valkiria3 estuviera orgullosa, Harry podría matar a un hombre en un letal y fluido movimiento. Aunque él nunca se había sentido pequeño comparado con otros hombres, no tendría posibilidad en un combate contra Harry.
Harry apoyó su culo contra la línea de gabinetes y cruzó los tobillos casualmente. —Tienes que prepararte,— dijo, finalmente quebrando el silencio.
—¿Acerca?
—Tienes la máscara corrida.— La divertida chispa regresó a los ojos de Harry.
—Ah.
—Te ves como una mierda.
—Tuve una noche difícil,—dijo Louis.
—Parece que algunas mujeres saltaron sobre ti, te jodieron toda la noche y dejaron todo su maquillaje sobre tu cara.
Una débil sonrisa se formó en los labios de Louis. —Mis compañeras de cama generalmente no usan maquillaje. No es una cualidad que encuentre atractiva.
Harry se encogió de nuevo. —Yo si. Creo que se ve lindo.
Louis se tensó. ¿Él quiere decir que las mujeres embarradas de maquillaje se ven lindas, o que Louis embarrado de maquillaje se ve lindo? Mentalmente repitió las palabras buscando el significado de lo que Harry dijo pero no encontró nada.
—Bueno, hablemos de la pelea de ayer,— Harry dijo.
—Me pareció buena idea en ese momento. Y dejar que todos conocieran sobre el orégano. Solo espero que la pelea no asustara a los vecinos.
—No lo hizo.
—¿Cómo estás tan seguro? La mayoría de la gente evita las peleas domésticas y nosotros la subimos al tejado,— Louis dijo.
—Las dos mujeres hablando no me lo parecieron. Simpatizaron contigo incluso después del beso.
Louis sintió sus mejillas calientes. Él no pensó que pudiera sostener la tensión más tiempo, así que se ocupó en encontrar los tazones que ellos habían desempacado ayer. Abriendo la caja de cereal trataba de convencerse que quería desayunar más de lo que quería ver a Harry.
Harry bajó su taza y se alejó. —Las típicas amas de casa no esperan visitas tan temprano, pero tú requieres más mantenimiento que la típica ama de casa. Estás usando maquillaje viejo, pero aun así te ves como un chico. En cualquier momento ellas tocarán la puerta,— dijo, aludiendo a su anterior conversación.
Louis sonrió en privado. Fue forzado a usar vestido, maquillaje y a enclaustrar sus partes. El saber que Harry pensaba que a pesar de eso se veía como un chico le complacía.
—Tomlinson,— Harry gritó desde algún lugar del pasillo.
—¿Si?
—Linda bata.
Louis vio hacia las enormes flores pintadas sobre verde vomito. En algun punto su pene se deslizó a través del frente de sus boxers y asomaba la cabeza en el pliegue del centro de una de las doradas margaritas.
Su anterior rubor se drenó. ¿Habría visto Harry eso? Louis cerró los ojos y gruñó. Algo le decía que dejara de preguntarse. —¡Maldición! Eso no parecía jodidamente desesperado para nada.
3Las valquirias según la mitología nórdica eran diosas femeninas menores que servían a Odín bajo las ordenes de Freyja, su propósito era elegir a los más heroicos de aquellos caídos en batalla y llevarlos al Valhalla (palacio de Odín)donde se convertían en einherjar (espíritus guerreros) Esto era necesario ya que Odín precisaba guerreros para que luchasen a su lado en la batalla del fin del mundo.
monieli_ls
Re: Ella Tiene Bolas (Larry Stylinson) Terminada
Capitulo Tres
Harry tenia razón. Louis apenas había terminado de ponerse el brillo labial y acomodarse la falda cuando tocaron el timbre de la puerta. Y en el proceso, hizo otro descubrimiento. Harry se veía ridículo con traje y corbata.
Llegaron a la puerta al mismo tiempo.
—Quítate el saco,— Louis le dijo.
—Los chicos de oficina usan trajes,— Harry argumentó. Su cara tomó una testaruda expresión.
—Te ves estúpido y falso. Quítate eso antes de que abra la puerta,— Louis ordenó en un murmullo.
Harry se quitó el saco y lo colgó en el brazo que sostenía su maletín. Louis lo tomó, desarrugó su espalda y hombros antes de doblar las solapas.
—Los chicos de oficina cuidan sus mierdas y saben cómo colgar los sacos de sus trajes. Pensé que eras bueno en estas cosas.
Harry abrió la puerta antes de que Louis pudiera decir algo más. La orgullosa mirada no desapareció cuando ellos se enfrentaron a las dos damas del día anterior y otra más frente a ellos.
—¡Hola! Bienvenidos al vecindario. Soy Doreen.— La alta rubia le sonrió ampliamente a Louis.
—Bienvenidos. Soy Carla. Vimos que se mudaron ayer y vinimos amigablemente a traerles cosas. ¿Es un buen momento? Trajimos un pastel. Y orégano.— La segunda mujer dijo brillantemente .— Parecía que ibas a necesitar mucho de eso. Yo cultivo el mío.— Su cabello era rojo, brillaba a la luz del sol con sombras de un color no natural en humanos.
—Voy a trabajar,— Harry murmuró.
—Está bien. De cualquier manera esto es conversación de chicas. Solo la vamos a poner al corriente con los rumores.— Doreen tenia una tensa sonrisa y una fría mirada que decía que Harry no era bienvenido. La sonrisa de las otras también era inexpresiva.
Louis se mordió la lengua para evitar reírse. —Supongo que será mejor que te vayas, Harry.
Harry inclinó la cabeza y se dirigía hacia la puerta.
—¿No le darás un beso de despedida a tu esposa?— Doreen preguntó.
Misericordiosamente para el pene de Louis, Harry se inclinó y le dio un apresurado beso en la mejilla. Louis se hizo a un lado y lo dejó pasar. —Disculpen el lío de la mudanza y a mi esposo. Él no habla mucho.
—¿Excepto con su novia?— Carla apretó suavemente el brazo de Louis, sus ojos aguados con el entendimiento.
—Oímos todo, cariño. Lo siento tanto.
—Tienes que perdonar a Carla. Ella no detiene nada,— Doreen dijo, cariñosamente.
Louis le ofreció la mano a la tercera mujer que aun no decía nada. —Gracias, todas son bienvenidas. Soy Louise.
—Nina,— dijo, sonriendo ampliamente.
Louis se movió hacia la sala y llenó otra jarra de café. Eso fue casi demasiado fácil. ¿Las vendedoras de drogas llegaban a él? ¿Cuál era el truco? El expediente decía que Louise haría referencia a otro agente, pero eso era demasiado simple. ¿Qué es lo que ellas le dirían? Y Harry no dijo nada acerca de desaparecer todo el día en una oficina de ficción mientras Louis se infiltraba solo en el circulo.
Sí, él quería la gloria, pero con ese hombre al frente, sentía que estaba trabajando solo. Vestidos, presión y ahora ¿el vecindario?. Jodidamente fantástico. Ahora tenía que pensar de qué hablaban las mujeres mientras solo Dios sabe cuánto tiempo Harry había decidido pasar en un bar o algo así hasta que regresara a casa.
¿Y qué iba a hacer Louis? ¿Queahaceres domesticos? ¡Que se joda eso! ¿Lavandería? Infiernos no. Y tampoco iba a tender la cama de Harry. Podría oler su almohada; pero definitivamente no iba a tender la jodida cama.
De cualquier manera ¿De qué jodidos hablan las mujeres? ¿Por qué no les había prestado más atención a sus hermanas?
Louis tomó la jarra de café y varias tazas. En cada viaje a la sala era saludado con silencio y grandes sonrisas de comercial. Ellas se veían como anuncio de pasta de dientes en el horario diurno de la programación. Tus dientes pueden brillar con DentaGreat. Si fuera la sonrisa de Harry eso sería distinto, de alta calidad.
Doreen tomó los platos tenedores y un cuchillo. Eso era muy fiesta de té. Él trató duro de mantener el dedo chiquito levantado igual que Nina y comer la esquina del pastel igual que Carla antes de sentarse.
La charla giró en torno a bebés y quiénes engañaban a sus esposas: una no demasiado sutil manera de llevar la conversación hacia la pelea entre Harry y Louise.
—¿Estás bien? ¿Nunca te ha golpeado?— Carla preguntó. Luchó contra la urgencia de defender a Harry. ¿Eso haria una diferencia? ¿Podría eso asegurarle más simpatía o terminaría con la comunicación saliendose de las drogas por parecer débil?
—Te golpeó,— Nina dijo, interpretando el silencio de Louis.
—Harry se emociona un poco algunas veces. No me golpea, exactamente.
—Está bien, cariño, no tienes que decirnos. Somos extrañas, pero puedes confiar en nosotras. Si él pone una mano en ti, nosotras nos encargaremos de eso,— Doreen dijo.
Louis tenía la clara sensación de que estaba siendo descartado. Eso no podía suceder. —Oh, no te preocupes por mí. Harry es un gatito la mayor parte del tiempo. Él me deja hacer todo lo que quiero.
Un especulativo brillo se formó en la mirada de Doreen. Carla seguía en silencio.
—Lo siento. Les debo una disculpa.— Louis se dejó guiar por sus instintos y siguió hablando. —A Harry le gustan las cosas rudas, pero él odia que me trastorne, lo que es muy conveniente cuando quiero algo.
Esperaba haberles dado a las mujeres una traviesa sonrisa. Nunca había visto sus labios con brillo en ellos así que no podía decir si funcionaba o no hasta que el interés causó que Carla se inclinara hacia adelante.
—Como una nueva casa con jardín en un nuevo vecindario.— Continúo con una sonrisa. Louis suspiró dramáticamente. —Él me engañó una vez y eso me dio la perfecta ventaja.
Carla dio un grito de alegría. Nina sonrió y Louis vio a Doreen asintiendo impresionada, aceptando su conclusión.
—Louise, mi esposo y yo tenemos nuestra fiesta anual de primavera mañana en la noche. ¿Les gustaría a ti y a Harry unirse a nosotros?— Doreen preguntó.
La invitación fue hecha con cautela aunque su respuesta parecía ser más problema de lo que Dareen revelaba. Él no tenía idea de qué, solo en ese momento la creación de redes era crítico para que ellos entraran.
Louis se inclinó y le dio una gran y genuina sonrisas. —Nos encantaría. ¿Debemos llevar algo?— Dios, por favor no a menos que quieras queso con macarrones y trozos de atún.
—Solo ustedes.— Doreen se puso de pie. Las otras la siguieron. Entonces Louis también se puso de pie. —Chicas, estoy segura de que Louise tiene muchas cosas que hacer hoy. Es un placer conocerte. Nos vemos mañana en la noche.
—Gracias por la bienvenida,— Louis contestó.
—Te presentaremos a los otros en la fiesta,— Nina le dijo.
Otros. Excelente. Harry podría comerse el impresionante culo de Louis sobre sus habilidades como encubierto porque esta invitación se sentía jodidamente importante. —No puedo esperar.
—Quédate con el plato hasta que el pastel se acabe,— Doreen dijo mientras salía.
Carla se rió, —Si, no es como que no supiéramos dónde vives.
La piel de sus brazos se erizó en piel de gallina. Las tres mujeres se fueron riéndose. Louis se rió también, tratando de compartir la broma. Trató de sacudirse la corazonada.
¿Dónde jodidos está Harry?
-
—¿Dónde jodidos está Harry?— Louis recorría el vestíbulo horas después.
El reloj del microondas marcaba las diez y media. Louis había bajado todas las cortinas, y se había cambiado su atuendo después de ir a la tienda de abarrotes y encontrar la manera de acercarse a la comunidad. Él también se había quitado todo el maquillaje de su cara y decidió darse una necesaria ducha para desintoxicar su cuerpo del olor a mujer.
Había revisado el cuarto de Harry, teniendo cuidado de dejar las cosas como las había encontrado. Harry usaba un rastrillo de triple hoja en lugar de una rasuradora eléctrica y usaba bóxers. Su almohada olía al champú de coco que usaba y Harry prefería el desodorante con escencia deportiva.
Sabía exactamente que usaba unos muy usados pantalones de algodón grises que se sentían como la piel de Harry, porque Louis los estaba usando. No quería correr el riesgo de que accidentalmente lo viera por segunda vez. Si él no tenía sus propios pantalones, usaría los de Harry.
Louis había cocinado, maldito Harry, y él estaba tarde para la cena de macarrones con queso, sopa de pollo con fideos y cóctel de frutas.
Finalmente oyó la cerradura del frente. Louis se escondió detrás del sofá y vio hacia la puerta. No quería arriesgarse a que alguien lo viera en un estado no-femenino. Cuando la puerta se cerró, Louis se puso de pie.
—¿Dónde jodidos has estado?— Louis colocó sus manos en sus caderas.
Harry sonrió lentamente, tediosamente. —Oh bueno, algo nuevo. Estás enojado.
—¿No pudiste haber llamado o algo así? ¿No pudiste haberme dicho en la mañana a dónde irías mientras yo trabajaba en el caso y charlaba en el vecindario? Tu cena está en la cocina. Fría.
—Hola, cariño, estoy en casa,— Harry murmuró. Dejando su maletín en la mesa, lo abrió y sacó una carpeta.
Louis pasó su mano por su cabello. —Como sea. ¿Dónde has estado todo el día?— preguntó, mordiéndose su malestar. Rodeó el sofá y se dirigió a la cocina. Metió la sopa y los macarrones en el microondas y recalentó la comida y se enfrentó a Harry.
—Estuve revisando expedientes. Cruzando referencias. Fuentes de identificación. Papeleo. Los satélites no muestran ningún crecimiento-de-puntos-calientes-en-las-casas. Ninguna construcción tiene el tipo de calor que señala que estén cultivando marihuana bajo cubierta,— contestó, lanzando los expedientes arriba del mostrador.
Harry se quitó el nudo de su corbata y desabrochó su camisa, quitándose ambos y dejándolos sobre el mostrador. Su blanca camiseta se estiraba en su pecho, tentando a Louis con sus casi, transparentados planos y oscuros pezones.
Su boca se secó. Seguía seca cuando Harry se quitó la banda que mantenía su cabello fijo hacia atrás. El microondas timbró y Louis feliz fue por la comida. Su propio pecho desnudo hacía que las horas que Louis había pasado entrenando en el gimnasio se vieran ineficaces.
Él vería las fotografías de satélite después. Cuando no hubiera lindas cosas como los oscuros pezones y el atractivo hombre que ver. ¿Por qué Harry no le había dicho que iría a investigar? ¿Deberían de haberlo discutido?
—¿No crees que debería saber lo que planeabas esta mañana?— Louis preguntó.
—Tenías compañía.
—Con el café hubiera funcionado.
—No lo pensé en ese momento,— dijo Harry. Señaló a los pantalones de Louis. —¿Mis pantalones?
—Todo lo que tengo es de chicas. Imaginé que podías compartir.
—La apariencia de chico te queda bien.
Louis le dio una sucia mirada.
—Es por los pantalones.
Louis le dio el plato con la pasta caliente y un tazón con la fruta de lata. Harry vio de la comida a Louis. Así que él no podía evitarlo si Harry se reía, Louis podría arrancarle el cuero cabelludo. Cómo, no lo sabía, pero lo haría.
Harry sabiamente se guardó el comentario, tomó su comida y se dirigió al comedor. Louis tomó un par de cervezas y se unió a él, dejándose caer en la silla de al lado.
—¿Le hiciste algo a tu cabello?— Harry bromeó. Él debió de leer algo en la expresión de Louis, porque lo dejó pasar en un consciente silencio.
—¿Encontraste algo?— Louis preguntó. Harry negó.
—Gracias por la cena. Ambos veían al plato. La mirada de Harry se encontró con la suya y ambos empezaron a reírse.
—Si, lo siento. No cocino mucho. Hay pastel. Por cierto Doreen, Carla, y Nina son las mujeres de esta mañana. Nos invitaron a la casa de Doreen para una fiesta de primavera mañana en la noche.
Aparentemente ellos la hacen cada año y quieren presentarnos a más gente.
—Ah.
—Confía en mí. Es algo bueno. Tengo la sensación de que pasé algún tipo de examen social de las mujeres y me dejaron ingresar al club,— Louis explicó.
—Uh-huh.
—Tú también estás invitado. Pero solo tienes que saber, que les dije que tú engañaste a Louise en una ocasión y que has tratado de compensarme desde entonces. Louise usa la culpa para lograr lo que ella quiere, yada, yada, yada, y tú realmente eres del tipo de sensible oso de peluche.
Harry asintió llenándose la boca con otra cucharada de queso con macarrones.
¿Qué es lo que tengo que hacer para que el hombre hable? Louis trató una tactica diferente. —Creo que deberíamos ir casual pero no jeans, porque no creo que esa gente use jeans. Es como si vivieran en una comunidad cerrada sin señales en los postes de cómo debes de comportarte y cómo debes vestir. Creo que necesito manicura. Todas ellas tenían uñas perfectas y manos suaves. ¿Crees que ellas notaron mis manos cuando las saludé?
—Probablemente.
—Mierda. No tengo nada que ponerme mañana en la noche. ¿Crees que debo llevar el vestido azul de cintura alta?
La expresión de Harry se volvió blanca.
—¿Quizás el blanco con encaje en los hombros? Ese tiene botones hasta mi cuello pero se abre y muestra un poco la hendidura,— Louis aguijoneó.
—Uh…— Harry levantó su cerveza y le dio varios tragos.
Louis esperó a que terminara con una paciente sonrisa pegada en su cara y grandes e inocentes ojos.
—Seguro,— Harry finalmente dijo, encogiéndose de hombros mientras contestaba.
Distraídamente, Louis rascó su brazo y lo apoyó en la mesa. El tipo no hablaba para nada. Eso lo enloquecía, quería gritarle, insultarlo, hacerlo sentir incomodo. Algo tenía que hacer para quebrar a Harry.
—¿Cuál es el plan para mañana?— Louis preguntó.
—Tomé el día libre para ayudar a desempacar.
—Qué hombre.
Harry frunció el ceño. Colocó el tenedor en el plato y lo empujó. Se había comido cada pedazo.
El calor se extendió bajo el esternón de Louis. Orgullo y placer. —¿Quieres más?
—No. Estoy bien. —¿Pastel?
—Guárdalo para el café de mañana,— Harry sugirió. Se inclinó en la mesa. —¿Sigues enojado conmigo?
—No. Estoy bien,— Louis contestó.
—¿Lo estás?— Las esquinas de los ojos de Harry se arrugaron.
Ah, Dije algo que divirtió al gigante. —¿Qué quieres decir?
—No puedo decir si es bueno o no, novato.— Harry se recargó en su silla .— ¿Puedes actuar en la fiesta como una pareja?
—Puedo hacer mi parte.
—No lo sé. Te acobardaste en la escena de la pelea en el jardín del frente,— Harry lo dijo, con duda en sus palabras.
—¡No lo hice! No te agarré de los cabellos con todo el vecindario de público.
—Te besé y enloqueciste. Se supone que somos un matrimonio. ¿Qué sucederá si coloco mi brazo alrededor de ti o pellizco tu trasero en la fiesta?— Harry preguntó.
El trasero de Louis hormigueó ante la sugerencia. —Uno, no puedes pellizcar mi trasero en la fiesta. Es vulgar. Y dos…— Dios él no quería explicarle a Harry que ese beso le había causado una erección. —Detenerlo fue todo parte de la actuación.
—Seguro que lo fue.
—Eso fue parte de la actuación como fue parte la actuación lo de esta mañana,— Louis se defendió.
—Pero te estabas ahogando en ese momento.
No admitas que tenías una erección. Maldita incomodidad tener tu pene atrapado.
—Lo sé. Te ahogabas,— Harry declaró .
— ¿Que harás cuando te manosee en la fiesta?
—¿Quieres manosearme en la fiesta? —Dices que hay que hacer todo lo necesario para conseguir lo que queremos. Solo un estúpido enamorado puede estar alrededor conteniéndose.
Louis bufó. —Bien. Manoséame y veremos qué sucede.
—¿Ahora?
Bueno, eso no es exactamente lo que quiso decir, pero ver que el cuerpo de Harry estaba en alerta encendió a Louis. —La capacidad de actuar como tu pareja apesta y planeas hacer un manoseo real durante la fiesta, ¿no es así? Si yo soy muy malo, ¿no quieres asegurarte de que no eche a perder el operativo?
Harry se retorció.
Genial. Tienes a un caliente homofóbico como pareja. —Solo pretende, estaré bien. ¿Todo está bien? No soy escrupuloso. Pretende que soy tu chica o algo así. Lo que sea que mueva tu bote.
—Debería de lavarme los dientes primero,— Harry murmuró.
Ahora vamos a algún lado. —Bien. Voy a lavarme los dientes y nos vemos en la sala. Esto va a funcionar, Paúl Bunyon4, no enloquezcas.
Mientras él se cepillaba los dientes, la misma pregunta giraba por su mente. ¿Siquiera quieres que un homofóbico te bese y cuidarte de que no te dispare? Genial jodida pregunta.
Esa es una genial jodida pregunta, se lavó los dientes, se enjuagó y aun así la genial jodida pregunta seguía en su mente cuando llegó a la sala junto al Neandertal caliente que se veía tan nervioso como el infierno. ¿El Neandertal estaba nervioso?
—Podemos decirle a la gente que no somos expresivos.— Louis dijo primero, ofreciéndole una salida si quisiera.
—Demasiado tarde para eso.
—Si, supongo el día de la mudanza lancé eso al agua.
La calma descendió en Harry. Deslizó las manos dentro de los bolsillos, arqueó una ceja. Esa era la misma mirada que tenía cuando Louis había atacado la primera vez en la sala de conferencias.
Qué es lo que espera, ¿una invitación?
—¿Listo?— Harry preguntó.
Infiernos no.
—Si.— Louis se encogió de hombros.
Harry recorrió los cuatro pasos entre ellos antes de que los hombros de Louis terminaran de bajar. Acunó la cara de Louis entre sus manos, Harry se inclinó. Su boca cubrió la de Louis rudamente, posesivamente en lugar de aceptar el permiso de estar ahí. Los labios de Harry sabían a menta y la barrida de placer de su lengua derrumbó las defensas de Louis.
De nuevo Louis sintió sus rodillas débiles. Pero esta vez, el dolor no lo forzó a alejarse. Louis se aferró a las costillas de Harry, sosteniéndose tanto como se atrevía mientras Harry saboreaba y recorría cada parte de su boca.
Harry cambió de ángulo, haciendo que sus narices chocaran. A Louis no le importó. Jalándolo incluso más de lo que había logrado manejar dado la inexistente distancia.
Sus labios se sentían hinchados, con moretones y raspados y aun así Harry coaccionaba a Louis para que respondiera con una habilidad de experimentado seductor. Resistió incapaz de hacer algo más. No quería que se detuviera, nunca.
La lengua de Harry lamía, frotaba y se empujaba. Sus dientes se cerraban raspando suavemente la lengua de Louis cuando él trataba de alejarse, entonces lo chupaba, lo liberaba solo para perseguirlo.
La cabeza de Louis estaba girando. Harry movió una mano al cabello de Louis, recorriendo su cabeza suavemente mientras su boca lo reclamaba. Louis no pudo evitar gemir, su alma estaba siendo arrancada por un experto.
Y entonces todo eso repentinamente terminó. Louis se tambaleó abruptamente lejos de Harry. Aparte del rubor en su piel oliva y los labios por la rudeza del beso, Louis no vio ninguna otra señal de devastación en el otro hombre. Harry había causado profundos estragos en Louis con ese beso.
Deprivado, helado y en shock, Louis se quedó en silencio.
—Eso funcionara,— Harry murmuró.
Louis obligó a sus labios a moverse, a hablar, no logrando encontrar las palabras en su cabeza, asintió.
—Aw, maldición. No levanté los platos. Dado que tú preparaste la cena, yo limpio, ¿bien?
—Uh-huh.— ¿Dónde por Dios estaba su voz? La lengua de Harry se la había robado, eso era.
Él debería alejarse. Ir a la cama. Debería hacer algo además de quedarse ahí viéndose como un idiota.
Abrió el grifo del agua de la cocina. Los platos golpeaban juntos. Cerró el agua. —¿Tomlinson?
—Si,— contestó, agradecido de que su voz regresara, no le molestó la ronquera. —Los pantalones se te ven mejor que la maldita bata. Quédatelos.
—Voy a…— Louis señaló hacia el pasillo buscando la palabra que necesitaba. Aparentemente, no todas las palabras encontraban su camino a casa. No es que Harry pudiera ver qué señalaba. — Dormir,— él dijo. —Voy a dormir.
—Buenas noches.
Perplejo, él vio hacia la cocina. —Buenas noches,— respondió.
Louis sacudió la cabeza maravillado y confundido. Estaba acostado en la cama cuando Harry apagó las luces y cerró las puertas.
Siguió así por un par de horas, preguntándose qué jodidos iba a hacer ahora que Harry se había marcado permanentemente en cada pensamiento de Louis.
—Joder,— maldijo. —Estoy jodido. Debo decirle a Harry que lo quiero y terminar con esto.
Harry probablemente crea que el enamoramiento de Louis sea divertido. O espantoso. Louis nunca se había avergonzado de su orientación aunque la guardaba, y él no iba a empezar ahora. Se quitó los cobertores bajo los pies tirándolos al suelo y se dirigió a la habitación de Harry antes de perder el valor. Harry tenía derecho a saber que su pareja era gay y quería un pedazo de su culo. A él le había importado poco besar a Louis, pero eso podría separarlos cuando el caso terminara. Louis tocó a la puerta.
—Harry, ¿estás despierto?
Louis entró al cuarto sin hacer ruido. Harry estaba extendido sobre su abdomen en una de las camas gemelas, desnudo. Una luz de la farola de la calle atravesaba las persianas tocando el cuerpo con amorosa admiración, rozando con su plateada luz las elevaciones, él dormía con su cara entre sus brazos, permitiendo que su negro cabello se extendiera por su pecho, mandíbula y hombros, alcanzando solo la parte superior de su espalda donde se retorcía un patrón de brillante piel.
El pecho de Louis se oprimió con anhelo. La parte superior de la espalda de Harry descendía antes de repentinamente elevarse en un redondo y esculpido trasero. La mirada de Louis siguió la perfecta simetría de la columna de Harry a la clandestina y oscura grieta que Louis quería tocar con su ahora propio e insistente pene.
Gruesas y redondas piernas, hoyuelos en la parte de atrás de sus rodillas, anchas y cuadradas pantorrillas, fuertes tobillos y pálidas plantas de los pies brillaban en el hermoso hombre sobre las sábanas.
Mientras él veía, Harry dobló una rodilla y las sombras tentadoramente se alejaron de la parte superior de los muslos. Louis trató en vano, ajustando sus ojos lo humanamente posible para ver el saco acunado ahí.
—¿Harry?— dijo.
Harry suspiró en sueños. Louis veía el juego de luces en sus costillas que se expandían y contraían con cada respiración.
—Mierda. Para un gran detective, duermes como si estuvieras muerto,— murmuró.
Se acercó a la cama, como un niño incapaz de detenerse ante una jarra de dulces. Louis pasó la punta de sus dedos por los omóplatos y cadera de Harry. Dudó, quería tocar más, abajo, pero no se atrevió a tocar la sensible piel de las nalgas de Harry y ser atrapado haciéndolo.
Cerró los ojos, bloqueó la imagen de Harry desnudo, logró apartar su mano. —Dios, eres jodidamente magnifico.
Lo dejó antes de cambiar de parecer y regresó a su propia cama. Jalando los cobertores hasta el mentón le dio la espalda a la puerta para dejar de pensar en regresar con Harry y acariciarlo íntimamente. Entonces comenzó a contar ovejas para distraerse.
Solo que la cerca era el cuerpo desnudo de Harry y los repetidos saltos de las ovejas llevaban a Louis al trasero de Harry.
Definitivamente no lograría dormir.
4Paúl Bunyon Mitológico gigante leñador documentado por primera vez en 1910, y en 1916 fue utilizado para promocionar una industria maderera, dando nacimiento a la moderna leyenda de Paul Bunyon.
Harry tenia razón. Louis apenas había terminado de ponerse el brillo labial y acomodarse la falda cuando tocaron el timbre de la puerta. Y en el proceso, hizo otro descubrimiento. Harry se veía ridículo con traje y corbata.
Llegaron a la puerta al mismo tiempo.
—Quítate el saco,— Louis le dijo.
—Los chicos de oficina usan trajes,— Harry argumentó. Su cara tomó una testaruda expresión.
—Te ves estúpido y falso. Quítate eso antes de que abra la puerta,— Louis ordenó en un murmullo.
Harry se quitó el saco y lo colgó en el brazo que sostenía su maletín. Louis lo tomó, desarrugó su espalda y hombros antes de doblar las solapas.
—Los chicos de oficina cuidan sus mierdas y saben cómo colgar los sacos de sus trajes. Pensé que eras bueno en estas cosas.
Harry abrió la puerta antes de que Louis pudiera decir algo más. La orgullosa mirada no desapareció cuando ellos se enfrentaron a las dos damas del día anterior y otra más frente a ellos.
—¡Hola! Bienvenidos al vecindario. Soy Doreen.— La alta rubia le sonrió ampliamente a Louis.
—Bienvenidos. Soy Carla. Vimos que se mudaron ayer y vinimos amigablemente a traerles cosas. ¿Es un buen momento? Trajimos un pastel. Y orégano.— La segunda mujer dijo brillantemente .— Parecía que ibas a necesitar mucho de eso. Yo cultivo el mío.— Su cabello era rojo, brillaba a la luz del sol con sombras de un color no natural en humanos.
—Voy a trabajar,— Harry murmuró.
—Está bien. De cualquier manera esto es conversación de chicas. Solo la vamos a poner al corriente con los rumores.— Doreen tenia una tensa sonrisa y una fría mirada que decía que Harry no era bienvenido. La sonrisa de las otras también era inexpresiva.
Louis se mordió la lengua para evitar reírse. —Supongo que será mejor que te vayas, Harry.
Harry inclinó la cabeza y se dirigía hacia la puerta.
—¿No le darás un beso de despedida a tu esposa?— Doreen preguntó.
Misericordiosamente para el pene de Louis, Harry se inclinó y le dio un apresurado beso en la mejilla. Louis se hizo a un lado y lo dejó pasar. —Disculpen el lío de la mudanza y a mi esposo. Él no habla mucho.
—¿Excepto con su novia?— Carla apretó suavemente el brazo de Louis, sus ojos aguados con el entendimiento.
—Oímos todo, cariño. Lo siento tanto.
—Tienes que perdonar a Carla. Ella no detiene nada,— Doreen dijo, cariñosamente.
Louis le ofreció la mano a la tercera mujer que aun no decía nada. —Gracias, todas son bienvenidas. Soy Louise.
—Nina,— dijo, sonriendo ampliamente.
Louis se movió hacia la sala y llenó otra jarra de café. Eso fue casi demasiado fácil. ¿Las vendedoras de drogas llegaban a él? ¿Cuál era el truco? El expediente decía que Louise haría referencia a otro agente, pero eso era demasiado simple. ¿Qué es lo que ellas le dirían? Y Harry no dijo nada acerca de desaparecer todo el día en una oficina de ficción mientras Louis se infiltraba solo en el circulo.
Sí, él quería la gloria, pero con ese hombre al frente, sentía que estaba trabajando solo. Vestidos, presión y ahora ¿el vecindario?. Jodidamente fantástico. Ahora tenía que pensar de qué hablaban las mujeres mientras solo Dios sabe cuánto tiempo Harry había decidido pasar en un bar o algo así hasta que regresara a casa.
¿Y qué iba a hacer Louis? ¿Queahaceres domesticos? ¡Que se joda eso! ¿Lavandería? Infiernos no. Y tampoco iba a tender la cama de Harry. Podría oler su almohada; pero definitivamente no iba a tender la jodida cama.
De cualquier manera ¿De qué jodidos hablan las mujeres? ¿Por qué no les había prestado más atención a sus hermanas?
Louis tomó la jarra de café y varias tazas. En cada viaje a la sala era saludado con silencio y grandes sonrisas de comercial. Ellas se veían como anuncio de pasta de dientes en el horario diurno de la programación. Tus dientes pueden brillar con DentaGreat. Si fuera la sonrisa de Harry eso sería distinto, de alta calidad.
Doreen tomó los platos tenedores y un cuchillo. Eso era muy fiesta de té. Él trató duro de mantener el dedo chiquito levantado igual que Nina y comer la esquina del pastel igual que Carla antes de sentarse.
La charla giró en torno a bebés y quiénes engañaban a sus esposas: una no demasiado sutil manera de llevar la conversación hacia la pelea entre Harry y Louise.
—¿Estás bien? ¿Nunca te ha golpeado?— Carla preguntó. Luchó contra la urgencia de defender a Harry. ¿Eso haria una diferencia? ¿Podría eso asegurarle más simpatía o terminaría con la comunicación saliendose de las drogas por parecer débil?
—Te golpeó,— Nina dijo, interpretando el silencio de Louis.
—Harry se emociona un poco algunas veces. No me golpea, exactamente.
—Está bien, cariño, no tienes que decirnos. Somos extrañas, pero puedes confiar en nosotras. Si él pone una mano en ti, nosotras nos encargaremos de eso,— Doreen dijo.
Louis tenía la clara sensación de que estaba siendo descartado. Eso no podía suceder. —Oh, no te preocupes por mí. Harry es un gatito la mayor parte del tiempo. Él me deja hacer todo lo que quiero.
Un especulativo brillo se formó en la mirada de Doreen. Carla seguía en silencio.
—Lo siento. Les debo una disculpa.— Louis se dejó guiar por sus instintos y siguió hablando. —A Harry le gustan las cosas rudas, pero él odia que me trastorne, lo que es muy conveniente cuando quiero algo.
Esperaba haberles dado a las mujeres una traviesa sonrisa. Nunca había visto sus labios con brillo en ellos así que no podía decir si funcionaba o no hasta que el interés causó que Carla se inclinara hacia adelante.
—Como una nueva casa con jardín en un nuevo vecindario.— Continúo con una sonrisa. Louis suspiró dramáticamente. —Él me engañó una vez y eso me dio la perfecta ventaja.
Carla dio un grito de alegría. Nina sonrió y Louis vio a Doreen asintiendo impresionada, aceptando su conclusión.
—Louise, mi esposo y yo tenemos nuestra fiesta anual de primavera mañana en la noche. ¿Les gustaría a ti y a Harry unirse a nosotros?— Doreen preguntó.
La invitación fue hecha con cautela aunque su respuesta parecía ser más problema de lo que Dareen revelaba. Él no tenía idea de qué, solo en ese momento la creación de redes era crítico para que ellos entraran.
Louis se inclinó y le dio una gran y genuina sonrisas. —Nos encantaría. ¿Debemos llevar algo?— Dios, por favor no a menos que quieras queso con macarrones y trozos de atún.
—Solo ustedes.— Doreen se puso de pie. Las otras la siguieron. Entonces Louis también se puso de pie. —Chicas, estoy segura de que Louise tiene muchas cosas que hacer hoy. Es un placer conocerte. Nos vemos mañana en la noche.
—Gracias por la bienvenida,— Louis contestó.
—Te presentaremos a los otros en la fiesta,— Nina le dijo.
Otros. Excelente. Harry podría comerse el impresionante culo de Louis sobre sus habilidades como encubierto porque esta invitación se sentía jodidamente importante. —No puedo esperar.
—Quédate con el plato hasta que el pastel se acabe,— Doreen dijo mientras salía.
Carla se rió, —Si, no es como que no supiéramos dónde vives.
La piel de sus brazos se erizó en piel de gallina. Las tres mujeres se fueron riéndose. Louis se rió también, tratando de compartir la broma. Trató de sacudirse la corazonada.
¿Dónde jodidos está Harry?
-
—¿Dónde jodidos está Harry?— Louis recorría el vestíbulo horas después.
El reloj del microondas marcaba las diez y media. Louis había bajado todas las cortinas, y se había cambiado su atuendo después de ir a la tienda de abarrotes y encontrar la manera de acercarse a la comunidad. Él también se había quitado todo el maquillaje de su cara y decidió darse una necesaria ducha para desintoxicar su cuerpo del olor a mujer.
Había revisado el cuarto de Harry, teniendo cuidado de dejar las cosas como las había encontrado. Harry usaba un rastrillo de triple hoja en lugar de una rasuradora eléctrica y usaba bóxers. Su almohada olía al champú de coco que usaba y Harry prefería el desodorante con escencia deportiva.
Sabía exactamente que usaba unos muy usados pantalones de algodón grises que se sentían como la piel de Harry, porque Louis los estaba usando. No quería correr el riesgo de que accidentalmente lo viera por segunda vez. Si él no tenía sus propios pantalones, usaría los de Harry.
Louis había cocinado, maldito Harry, y él estaba tarde para la cena de macarrones con queso, sopa de pollo con fideos y cóctel de frutas.
Finalmente oyó la cerradura del frente. Louis se escondió detrás del sofá y vio hacia la puerta. No quería arriesgarse a que alguien lo viera en un estado no-femenino. Cuando la puerta se cerró, Louis se puso de pie.
—¿Dónde jodidos has estado?— Louis colocó sus manos en sus caderas.
Harry sonrió lentamente, tediosamente. —Oh bueno, algo nuevo. Estás enojado.
—¿No pudiste haber llamado o algo así? ¿No pudiste haberme dicho en la mañana a dónde irías mientras yo trabajaba en el caso y charlaba en el vecindario? Tu cena está en la cocina. Fría.
—Hola, cariño, estoy en casa,— Harry murmuró. Dejando su maletín en la mesa, lo abrió y sacó una carpeta.
Louis pasó su mano por su cabello. —Como sea. ¿Dónde has estado todo el día?— preguntó, mordiéndose su malestar. Rodeó el sofá y se dirigió a la cocina. Metió la sopa y los macarrones en el microondas y recalentó la comida y se enfrentó a Harry.
—Estuve revisando expedientes. Cruzando referencias. Fuentes de identificación. Papeleo. Los satélites no muestran ningún crecimiento-de-puntos-calientes-en-las-casas. Ninguna construcción tiene el tipo de calor que señala que estén cultivando marihuana bajo cubierta,— contestó, lanzando los expedientes arriba del mostrador.
Harry se quitó el nudo de su corbata y desabrochó su camisa, quitándose ambos y dejándolos sobre el mostrador. Su blanca camiseta se estiraba en su pecho, tentando a Louis con sus casi, transparentados planos y oscuros pezones.
Su boca se secó. Seguía seca cuando Harry se quitó la banda que mantenía su cabello fijo hacia atrás. El microondas timbró y Louis feliz fue por la comida. Su propio pecho desnudo hacía que las horas que Louis había pasado entrenando en el gimnasio se vieran ineficaces.
Él vería las fotografías de satélite después. Cuando no hubiera lindas cosas como los oscuros pezones y el atractivo hombre que ver. ¿Por qué Harry no le había dicho que iría a investigar? ¿Deberían de haberlo discutido?
—¿No crees que debería saber lo que planeabas esta mañana?— Louis preguntó.
—Tenías compañía.
—Con el café hubiera funcionado.
—No lo pensé en ese momento,— dijo Harry. Señaló a los pantalones de Louis. —¿Mis pantalones?
—Todo lo que tengo es de chicas. Imaginé que podías compartir.
—La apariencia de chico te queda bien.
Louis le dio una sucia mirada.
—Es por los pantalones.
Louis le dio el plato con la pasta caliente y un tazón con la fruta de lata. Harry vio de la comida a Louis. Así que él no podía evitarlo si Harry se reía, Louis podría arrancarle el cuero cabelludo. Cómo, no lo sabía, pero lo haría.
Harry sabiamente se guardó el comentario, tomó su comida y se dirigió al comedor. Louis tomó un par de cervezas y se unió a él, dejándose caer en la silla de al lado.
—¿Le hiciste algo a tu cabello?— Harry bromeó. Él debió de leer algo en la expresión de Louis, porque lo dejó pasar en un consciente silencio.
—¿Encontraste algo?— Louis preguntó. Harry negó.
—Gracias por la cena. Ambos veían al plato. La mirada de Harry se encontró con la suya y ambos empezaron a reírse.
—Si, lo siento. No cocino mucho. Hay pastel. Por cierto Doreen, Carla, y Nina son las mujeres de esta mañana. Nos invitaron a la casa de Doreen para una fiesta de primavera mañana en la noche.
Aparentemente ellos la hacen cada año y quieren presentarnos a más gente.
—Ah.
—Confía en mí. Es algo bueno. Tengo la sensación de que pasé algún tipo de examen social de las mujeres y me dejaron ingresar al club,— Louis explicó.
—Uh-huh.
—Tú también estás invitado. Pero solo tienes que saber, que les dije que tú engañaste a Louise en una ocasión y que has tratado de compensarme desde entonces. Louise usa la culpa para lograr lo que ella quiere, yada, yada, yada, y tú realmente eres del tipo de sensible oso de peluche.
Harry asintió llenándose la boca con otra cucharada de queso con macarrones.
¿Qué es lo que tengo que hacer para que el hombre hable? Louis trató una tactica diferente. —Creo que deberíamos ir casual pero no jeans, porque no creo que esa gente use jeans. Es como si vivieran en una comunidad cerrada sin señales en los postes de cómo debes de comportarte y cómo debes vestir. Creo que necesito manicura. Todas ellas tenían uñas perfectas y manos suaves. ¿Crees que ellas notaron mis manos cuando las saludé?
—Probablemente.
—Mierda. No tengo nada que ponerme mañana en la noche. ¿Crees que debo llevar el vestido azul de cintura alta?
La expresión de Harry se volvió blanca.
—¿Quizás el blanco con encaje en los hombros? Ese tiene botones hasta mi cuello pero se abre y muestra un poco la hendidura,— Louis aguijoneó.
—Uh…— Harry levantó su cerveza y le dio varios tragos.
Louis esperó a que terminara con una paciente sonrisa pegada en su cara y grandes e inocentes ojos.
—Seguro,— Harry finalmente dijo, encogiéndose de hombros mientras contestaba.
Distraídamente, Louis rascó su brazo y lo apoyó en la mesa. El tipo no hablaba para nada. Eso lo enloquecía, quería gritarle, insultarlo, hacerlo sentir incomodo. Algo tenía que hacer para quebrar a Harry.
—¿Cuál es el plan para mañana?— Louis preguntó.
—Tomé el día libre para ayudar a desempacar.
—Qué hombre.
Harry frunció el ceño. Colocó el tenedor en el plato y lo empujó. Se había comido cada pedazo.
El calor se extendió bajo el esternón de Louis. Orgullo y placer. —¿Quieres más?
—No. Estoy bien. —¿Pastel?
—Guárdalo para el café de mañana,— Harry sugirió. Se inclinó en la mesa. —¿Sigues enojado conmigo?
—No. Estoy bien,— Louis contestó.
—¿Lo estás?— Las esquinas de los ojos de Harry se arrugaron.
Ah, Dije algo que divirtió al gigante. —¿Qué quieres decir?
—No puedo decir si es bueno o no, novato.— Harry se recargó en su silla .— ¿Puedes actuar en la fiesta como una pareja?
—Puedo hacer mi parte.
—No lo sé. Te acobardaste en la escena de la pelea en el jardín del frente,— Harry lo dijo, con duda en sus palabras.
—¡No lo hice! No te agarré de los cabellos con todo el vecindario de público.
—Te besé y enloqueciste. Se supone que somos un matrimonio. ¿Qué sucederá si coloco mi brazo alrededor de ti o pellizco tu trasero en la fiesta?— Harry preguntó.
El trasero de Louis hormigueó ante la sugerencia. —Uno, no puedes pellizcar mi trasero en la fiesta. Es vulgar. Y dos…— Dios él no quería explicarle a Harry que ese beso le había causado una erección. —Detenerlo fue todo parte de la actuación.
—Seguro que lo fue.
—Eso fue parte de la actuación como fue parte la actuación lo de esta mañana,— Louis se defendió.
—Pero te estabas ahogando en ese momento.
No admitas que tenías una erección. Maldita incomodidad tener tu pene atrapado.
—Lo sé. Te ahogabas,— Harry declaró .
— ¿Que harás cuando te manosee en la fiesta?
—¿Quieres manosearme en la fiesta? —Dices que hay que hacer todo lo necesario para conseguir lo que queremos. Solo un estúpido enamorado puede estar alrededor conteniéndose.
Louis bufó. —Bien. Manoséame y veremos qué sucede.
—¿Ahora?
Bueno, eso no es exactamente lo que quiso decir, pero ver que el cuerpo de Harry estaba en alerta encendió a Louis. —La capacidad de actuar como tu pareja apesta y planeas hacer un manoseo real durante la fiesta, ¿no es así? Si yo soy muy malo, ¿no quieres asegurarte de que no eche a perder el operativo?
Harry se retorció.
Genial. Tienes a un caliente homofóbico como pareja. —Solo pretende, estaré bien. ¿Todo está bien? No soy escrupuloso. Pretende que soy tu chica o algo así. Lo que sea que mueva tu bote.
—Debería de lavarme los dientes primero,— Harry murmuró.
Ahora vamos a algún lado. —Bien. Voy a lavarme los dientes y nos vemos en la sala. Esto va a funcionar, Paúl Bunyon4, no enloquezcas.
Mientras él se cepillaba los dientes, la misma pregunta giraba por su mente. ¿Siquiera quieres que un homofóbico te bese y cuidarte de que no te dispare? Genial jodida pregunta.
Esa es una genial jodida pregunta, se lavó los dientes, se enjuagó y aun así la genial jodida pregunta seguía en su mente cuando llegó a la sala junto al Neandertal caliente que se veía tan nervioso como el infierno. ¿El Neandertal estaba nervioso?
—Podemos decirle a la gente que no somos expresivos.— Louis dijo primero, ofreciéndole una salida si quisiera.
—Demasiado tarde para eso.
—Si, supongo el día de la mudanza lancé eso al agua.
La calma descendió en Harry. Deslizó las manos dentro de los bolsillos, arqueó una ceja. Esa era la misma mirada que tenía cuando Louis había atacado la primera vez en la sala de conferencias.
Qué es lo que espera, ¿una invitación?
—¿Listo?— Harry preguntó.
Infiernos no.
—Si.— Louis se encogió de hombros.
Harry recorrió los cuatro pasos entre ellos antes de que los hombros de Louis terminaran de bajar. Acunó la cara de Louis entre sus manos, Harry se inclinó. Su boca cubrió la de Louis rudamente, posesivamente en lugar de aceptar el permiso de estar ahí. Los labios de Harry sabían a menta y la barrida de placer de su lengua derrumbó las defensas de Louis.
De nuevo Louis sintió sus rodillas débiles. Pero esta vez, el dolor no lo forzó a alejarse. Louis se aferró a las costillas de Harry, sosteniéndose tanto como se atrevía mientras Harry saboreaba y recorría cada parte de su boca.
Harry cambió de ángulo, haciendo que sus narices chocaran. A Louis no le importó. Jalándolo incluso más de lo que había logrado manejar dado la inexistente distancia.
Sus labios se sentían hinchados, con moretones y raspados y aun así Harry coaccionaba a Louis para que respondiera con una habilidad de experimentado seductor. Resistió incapaz de hacer algo más. No quería que se detuviera, nunca.
La lengua de Harry lamía, frotaba y se empujaba. Sus dientes se cerraban raspando suavemente la lengua de Louis cuando él trataba de alejarse, entonces lo chupaba, lo liberaba solo para perseguirlo.
La cabeza de Louis estaba girando. Harry movió una mano al cabello de Louis, recorriendo su cabeza suavemente mientras su boca lo reclamaba. Louis no pudo evitar gemir, su alma estaba siendo arrancada por un experto.
Y entonces todo eso repentinamente terminó. Louis se tambaleó abruptamente lejos de Harry. Aparte del rubor en su piel oliva y los labios por la rudeza del beso, Louis no vio ninguna otra señal de devastación en el otro hombre. Harry había causado profundos estragos en Louis con ese beso.
Deprivado, helado y en shock, Louis se quedó en silencio.
—Eso funcionara,— Harry murmuró.
Louis obligó a sus labios a moverse, a hablar, no logrando encontrar las palabras en su cabeza, asintió.
—Aw, maldición. No levanté los platos. Dado que tú preparaste la cena, yo limpio, ¿bien?
—Uh-huh.— ¿Dónde por Dios estaba su voz? La lengua de Harry se la había robado, eso era.
Él debería alejarse. Ir a la cama. Debería hacer algo además de quedarse ahí viéndose como un idiota.
Abrió el grifo del agua de la cocina. Los platos golpeaban juntos. Cerró el agua. —¿Tomlinson?
—Si,— contestó, agradecido de que su voz regresara, no le molestó la ronquera. —Los pantalones se te ven mejor que la maldita bata. Quédatelos.
—Voy a…— Louis señaló hacia el pasillo buscando la palabra que necesitaba. Aparentemente, no todas las palabras encontraban su camino a casa. No es que Harry pudiera ver qué señalaba. — Dormir,— él dijo. —Voy a dormir.
—Buenas noches.
Perplejo, él vio hacia la cocina. —Buenas noches,— respondió.
Louis sacudió la cabeza maravillado y confundido. Estaba acostado en la cama cuando Harry apagó las luces y cerró las puertas.
Siguió así por un par de horas, preguntándose qué jodidos iba a hacer ahora que Harry se había marcado permanentemente en cada pensamiento de Louis.
—Joder,— maldijo. —Estoy jodido. Debo decirle a Harry que lo quiero y terminar con esto.
Harry probablemente crea que el enamoramiento de Louis sea divertido. O espantoso. Louis nunca se había avergonzado de su orientación aunque la guardaba, y él no iba a empezar ahora. Se quitó los cobertores bajo los pies tirándolos al suelo y se dirigió a la habitación de Harry antes de perder el valor. Harry tenía derecho a saber que su pareja era gay y quería un pedazo de su culo. A él le había importado poco besar a Louis, pero eso podría separarlos cuando el caso terminara. Louis tocó a la puerta.
—Harry, ¿estás despierto?
Louis entró al cuarto sin hacer ruido. Harry estaba extendido sobre su abdomen en una de las camas gemelas, desnudo. Una luz de la farola de la calle atravesaba las persianas tocando el cuerpo con amorosa admiración, rozando con su plateada luz las elevaciones, él dormía con su cara entre sus brazos, permitiendo que su negro cabello se extendiera por su pecho, mandíbula y hombros, alcanzando solo la parte superior de su espalda donde se retorcía un patrón de brillante piel.
El pecho de Louis se oprimió con anhelo. La parte superior de la espalda de Harry descendía antes de repentinamente elevarse en un redondo y esculpido trasero. La mirada de Louis siguió la perfecta simetría de la columna de Harry a la clandestina y oscura grieta que Louis quería tocar con su ahora propio e insistente pene.
Gruesas y redondas piernas, hoyuelos en la parte de atrás de sus rodillas, anchas y cuadradas pantorrillas, fuertes tobillos y pálidas plantas de los pies brillaban en el hermoso hombre sobre las sábanas.
Mientras él veía, Harry dobló una rodilla y las sombras tentadoramente se alejaron de la parte superior de los muslos. Louis trató en vano, ajustando sus ojos lo humanamente posible para ver el saco acunado ahí.
—¿Harry?— dijo.
Harry suspiró en sueños. Louis veía el juego de luces en sus costillas que se expandían y contraían con cada respiración.
—Mierda. Para un gran detective, duermes como si estuvieras muerto,— murmuró.
Se acercó a la cama, como un niño incapaz de detenerse ante una jarra de dulces. Louis pasó la punta de sus dedos por los omóplatos y cadera de Harry. Dudó, quería tocar más, abajo, pero no se atrevió a tocar la sensible piel de las nalgas de Harry y ser atrapado haciéndolo.
Cerró los ojos, bloqueó la imagen de Harry desnudo, logró apartar su mano. —Dios, eres jodidamente magnifico.
Lo dejó antes de cambiar de parecer y regresó a su propia cama. Jalando los cobertores hasta el mentón le dio la espalda a la puerta para dejar de pensar en regresar con Harry y acariciarlo íntimamente. Entonces comenzó a contar ovejas para distraerse.
Solo que la cerca era el cuerpo desnudo de Harry y los repetidos saltos de las ovejas llevaban a Louis al trasero de Harry.
Definitivamente no lograría dormir.
4Paúl Bunyon Mitológico gigante leñador documentado por primera vez en 1910, y en 1916 fue utilizado para promocionar una industria maderera, dando nacimiento a la moderna leyenda de Paul Bunyon.
monieli_ls
Re: Ella Tiene Bolas (Larry Stylinson) Terminada
Capitulo Cuatro
Louis suspiró, acomodando su almohada sobre su oreja expuesta. ¿Cuántas semanas duraría esa misión? Louis merecería una jodida medalla cuando terminara por mostrar moderación.
Más besos de Harry, y él sería la primera mujer en la historia con una carpa en sus propios vestidos. Sin mencionar las manchas de semen desde el interior.
Algo peludo tocó sus muñecas. Louis movió sus brazos para deshacerse de cualquier alimaña que pudiera haberse subido a la cama. La almohada se movió de su cabeza y oyó el inequívoco ‘click’ de esposas al cerrarse.
—¿Qué jodidos?— Louis gritó.
Su brazo fue jalado hacia arriba y Louis se giró para ver a Harry tomando la cadena que unía a las esposas de peluche y dándoles varias vueltas. El enorme y caliente pecho llenó la visión de Louis. En un desarticulado punto de lo real e irreal, trató de acomodar las piezas juntas de lo que estaba sucediendo con lo que sabía. Su muñeca libre fue sostenida y en cuestión de segundos estaba al final de la otra esposa y era cerrada.
Harry se apartó para supervisar su trabajo. Louis se jaló instintivamente. El metal raspaba la madera, pero él no podía bajar los brazos.
—¿Qué jodidos?— gritó de nuevo.
—Realmente no duermo como una piedra,— Harry dijo.
Louis abrió más los ojos, su corazón tomó un loco ritmo y sus oídos zumbaban al darse cuenta que Harry había oído todo, y bueno… lo suficientemente bien para hacer algunas observaciones de lo que Louis dijo. —Mierda.
Harry se sentó por donde estaba la oscura silueta de la cadera de Louis.
Dos noches de guardia y la pareja de Louis sintió que tenía que esposar a Louis para evitar un asalto sexual mientras dormía. Eso no auguraba nada bueno. De hecho, eso era un grande y peludo problema.
—¿Y ahora qué? ¿Vas a encadenarme toda la noche para proteger tu pudor?— Louis preguntó.
Harry asintió. —Sí, vas a estar encadenado toda la noche.— Se estiró para algo que no veía Louis y con un ‘clic’ la suave lámpara amarilla iluminó el cuarto.
Louis tomó una profunda respiración. Harry seguía desnudo. Y santo jodido misil, Harry estaba duro.
Harry dejó caer la bolsa naranja en el abdomen cubierto de Louis. Arqueó una ceja y sacó la caja de condones y el lubricante que los chicos de la agencia habían dejado junto al guardarropa de Louis.
Su estómago se hizo un nudo. ¿Harry lo estaba invitando o condenando? —Ya sabes lo que son estas cosas.
Viste los regalos antes que yo.
La expresión de Harry era inescrutable. Él apoyó sus manos ligeramente en sus enormes muslos y parecía esperar una explicación de Louis.
Louis lamió sus labios nerviosamente. Probó las esposas de nuevo. El ruido rompió el silencio entre ellos.
—Fuiste a mi cuarto,— Harry dijo después de un momento.
—No podía dormir.
—¿Por qué entraste a mi cuarto?
—Pensé que estabas despierto y necesitaba hablar contigo acerca del caso. Lo juro,— Louis explicó. El presentimiento bordeaba con la preocupación en su estómago.
Harry cruzó sus brazos sobre su pecho e inclinó el mentón.
—Yo, uh…joder hombre, no de esta manera. Al menos permíteme algo de dignidad mientras hablo contigo.— La molestia le dio a Louis algo de qué sostenerse para pelear con él.
—Estoy esperando. No puedo imaginar nada del caso que te haga tocarme o comentar sobre mi cuerpo.
Louis buscó en su cerebro alguna explicación que pudiera ser creíble para Harry. Su silencio respondió culpándolo.
—Pensé en eso después de que te fuiste. No pude encontrar nada que lo explicara, caso o no caso, eso no parecía sexual. Traté, Tomlinson. Traté de pensar en alguna posible explicación a eso, y no pude hacerlo. Por eso estoy aquí. Tratando de descubrir la verdad. ¿La vas a decir?— Harry preguntó.
Louis bufó. —Probablemente no te va a gustar.
—Estoy consciente. ¿Qué es lo que tienes que decir?
—Podemos hablarlo en la mañana. Con la mente en claro, fresco inicio, todo eso,— Louis se evadió. —Y puedes dormir seguro de que no pondré una mano en ti.
—Ya me despertaste. Déjame oírte.
—Bien.— Giró los ojos y jaló las esposas de nuevo .— ¿En serio? — levantando sus muñecas, atrasando lo inevitable.
Cuando Harry no se movió ni alteró la expresión de ninguna manera, Louis lamió sus secos labios una vez más antes de confesar. —Soy gay. Como mi pareja pensé que deberías saberlo antes de que nosotros juguemos a la pareja feliz y comenzar a besuquearnos de nuevo.
—¿Por qué el ser gay es un problema?— Harry preguntó directamente.
—Wow. No vas ha hacérmela fácil, ¿no es así?
—No.
—Claro que no. Eso no debería de ser un problema, nunca ha sido un problema con ninguno de los agentes con los que he trabajado en casos regulares. Este puede ser mi primer trabajo de encubierto, pero no es la primera vez que trabajo con una pareja. Es un problema ahora, porque me siento demasiado atraído hacia ti y eso me enoja.
—Ignóralo,— Harry dijo. Su expresión se volvió reflexiva.
—Podría jodidamente ignorarlo si tú te mantuvieras lejos de mis amígdalas y no caminaras alrededor como un dios medio- desnudo, causándome la madre de todas las erecciones. ¿Capisce5?
—Capisco. — La pregunta de Harry le dijo que entendía.— ¿Quieres mi culo?
—Es un gran culo,— Louis agregó, débilmente. Y estaba muy seguro de que Harry estaba de acuerdo con él en eso.
—No me parece eso.
—Toma mi palabra en esto.
Harry se inclinó colocando sus manos a cada lado del pecho de Louis. —Lo haré.
—¿Ahora me quitas las esposas?— Louis preguntó.
—No.— Harry se movió y sonrió. Sus fríos ojos azules viendo la cara de Louis reflexivamente .— ¿Por qué me dijiste que me detuviera cuando te besé frente a la casa?
—¿Has incluso tenido tu pene fajado y tener una erección? Eso estaba jodidamente matándome.
—Pensé que me detendrías anoche.
—No estaba fajado,— dijo Louis, su voz atrapada. Su mirada se deslizó a la boca de Harry .— Joder. ¿Vas a dejar de hacerme preguntas pronto? Es media noche por el amor de Dios.
—Las inhibiciones se relajan cuando estás fatigado.
—¿A quién estás tratando de desinhibir? ¿A ti o a mí?
Louis preguntó. Las esposas estaban comenzando a cansarlo, además de la conversación. Harry todo lo que necesitaba era dejarlo ir o decirle qué jodidos quería. ¿No había él ya confesado lo peor?
Como en cámara lenta, Harry bajó la cabeza. Louis sostuvo el aliento. ¿Iría Harry a explorar su sexualidad o estaba confirmando que el hombre era gay? No iba a dejarse fastidiar. De cualquier modo, dejando aparte las esposas de peluche.
El caliente aliento de Harry tentó los labios de Louis y él relajó la boca para lo que fuera que Harry decidiera darle. Dios, Harry era un jodido sueño húmedo. En el fondo de su maldita cabeza, Louis sospechaba.
Harry dulcemente amoldo sus labios juntos.
Louis gimió, perdido en el calor de la incipiente barba y labios abiertos, abrió los labios a un caliente gemido. Sus lenguas se tocaron casi tímidamente antes que acomodaran una boca con la otra. Cuando Harry finalmente quebró el beso y se sentó, Louis se sentía casi mareado como lo había estado la ultima vez, cuando Harry había casi devorado su boca.
—Joder,— Louis murmuró. —Claramente me estás torturando.
—Me gusta eso, ¿a ti?
Él no podía leer a Harry. ¿Qué esperaba lograr con el beso, y por qué jodidos Harry lo estaba atormentando? Si él solo viera la carpa bajo las sábanas, Harry sabría exactamente el efecto que tenía sobre Louis. No era necesaria ninguna pregunta. No es que Louis pudiera rechazar el experimento de Harry.
—No eres un detective observador, ¿no es así?— Louis se burló. Su buen humor fluyó.
Harry arqueó sus cejas. No pareció verlo antes. Como ahora Harry había aceptado el desafío del beso frente a la casa delante del vecindario. Joder. Nota para mi mismo: nunca desafíes a Harry y creas que puedas salvar la cara.
Harry dejó su palma en el pecho de Louis. Retiró la bolsa de regalos y bajó la sábana. Se detuvo en el abdomen. La cabeza del pene de Louis tocaba el dorso de la mano de Harry y dejó una gota de humedad.
Inescrutable, vio fijamente a Louis por un largo momento. Louis estaba en agonía sabiendo lo que él pensaba, o quebrando las jodidas esposas y haciendo que Harry tocara su pulsante pene.
Louis tensó sus mandíbulas. Él no jugaría el juego del gato y el ratón, esperando el tormento físico con el que parecía que Harry iba a continuar. Louis no era de ese tipo. Él hacía que las cosas sucedieran, no esperaba a que sucedieran.
En una prueba de desafío, él pateó las sábanas retirándolas. Ambos sabían cómo reaccionaba su cuerpo a los besos de Harry. Louis levantó sus caderas mostrándose a si mismo sin inhibiciones.
—Esto,— Louis se mofó, —es lo que se llama un pene erecto.
Harry siseó a través de sus labios abiertos.
El pene de Louis goteaba pre-semen. Cada pulsación era visible con la débil iluminación que caía sobre su eje. Descubierto y estirado, Louis quería que Harry lo usara, satisficiera a ambos.
—¿Vas a darle uso a eso o lo memorizarás para la posteridad?— Louis preguntó.
Una enigmática sonrisa se transformó en una sexy sonrisa en Harry. Sus ojos brillaban cuando los entrecerró ante una desconocida diversión. —¿Usar eso?
Su grave voz fue directo hacia las bolas de Louis. Vio con embriagadora anticipación cuando Harry finalmente lo tocó. Su palma frotó el pene de Louis desde la base hacia arriba.
El horror resplandeció junto con el sudor frío. —Oh ¡mierda!— Las bolas de Louis se tensaron, abruptamente. Trató de contenerse pero no pudo. El semen salió de su pene esparciéndose en calientes chorros sobre su pecho y la mano de Harry. Louis balbuceaba y gemía con cada chorro que liberaba.
Harry levantó su mano, Viendo cómo el semen brillaba entre sus dedos. —Eso fue fácil.
—¡Joder! No, espera, eso nunca sucede. Lo juro.
—Ahora regreso,— Harry dijo. Se puso de pie y Louis logró ver el pene de Harry, mientras caminaba.
—¿Qué estás haciendo?— Louis preguntó, estirando las peludas esposas para llegar a la tentadora carne masculina. Dios, él quería saborearlo con tanta urgencia.
—¿Qué acerca de mi?— dijo aunque la idea no se le había ocurrido. —¿Dónde estás?— Louis gritó para que Harry pudiera oírlo desde la recámara. Jodido gigante, lo había dejado en el jodido cuarto aun con las jodidas esposas encadenadas a la jodida cama.
Harry regresó al cuarto, extendió sobre el pecho de Louis una toalla húmeda. Lo limpió, entonces dobló la toalla y la dejó en la mesa junto a la lámpara.
—No puedes dejarme las esposas toda la noche,— dijo Louis.
—¿Estás seguro?
—Harold. No jodas dejándome las esposas toda la noche, hombre.
Harry entrecerró los ojos peligrosamente. —¿Qué fue eso, novato?
—Ya me oíste.— Louis odiaba ese juego. ¿Quién se cree que es; Jolly Green Giant6 actuando en un sádico juego?
Durante un momento Harry se quedó en silencio, pero con un repentino movimiento acomodó sus manos a cada lado de la cabeza de Louis y lo besó. Su caliente y musculoso cuerpo lo rozaba, su lleno pene se presionaba contra el abdomen de Louis mientras subía y bajaba de él en la cama.
Louis atrapó el labio de Harry con sus dientes, jalando a Harry cuando trató de retirarse.
—Ow,— Harry murmuró, se oía enojado.
Besó a Louis duro, castigadoramente, lamiéndolo contra sus dientes hasta que Louis no podía resistirlo. Eso comenzó una danza por la dominación con labios, jadeos, y lenguas como armas. Acostado con Harry deteniéndolo estaba en desventaja, Louis luchó una batalla perdida. El cuarto giraba y sus oídos zumbaban. Su cuerpo respondió con un familiar dolor.
Oh, Dios, lo quiero.
Harry le daba vida. Sus nervios, su piel despertaba en una intensa ráfaga de nueva pasión que Louis no había sentido con ningún otro amante. Louis quería explorarlo, tocarlo, saborear cada centímetro.
Malditas esposas, tenían que irse.
Harry cepilló con sus dedos el cabello de Louis, retirándolo de sus mejillas. Mordisqueó los labios de Louis; duro y juguetonamente, pero no lo suficientemente duro para lastimar, la sangre de Louis estaba ardiendo con desesperación. Harry dejó de atormentar su labio, repentinamente bajó a chupar su cuello, entonces encajó sus dientes en la clavícula de Louis mientras pasaba sus manos hacia arriba por sus brazos.
Entrelazando los dedos, calmó la carne de Louis mientras bajaba más allá rodándose a su despejado pezón. Louis se movía. Su gemido desgarró desde lo profundo de su alma con un grito que despertaría muertos.
—Quiero tocarte,— Louis rogaba entre jadeos.
Harry se rió, un bajo sonido que hizo que el pene de Louis se moviera. —Lo sé.
Él pasó su mano por el estirado torso de Louis, temporalmente volteando sus cosquillosos costados en una zona sensual desconocida.
—Por favor.
—Cállate. Estoy ocupado.— Harry se desvió, no perdía un centímetro del pecho o los hombros de Louis con sus curiosas manos. Algunas veces alteraba presión de la punta de su dedos con suaves caricias, agradables masajes con roces de sus uñas.
Louis se retorcía contra las esposas. Su voz salio en un grito con toda la boca abierta cuando Harry se daba un festín con su pezón, tomándolo y jalándolo entre los dientes. Oh, Dios, el sexo duro nunca se había sentido tan bien.
Harry se aventuró a bajar. Tomó el pene de Louis y lo bombeó rápidamente haciendo que Louis se moviera de necesidad. Sus ojos hacia atrás, él vagamente consciente de las manos, labios, dientes y pene hacia el sublime placer de su liberación, apenas notó cuando el frío gel tocó su culo.
Un dedo y luego dos lo empalaron, jodiéndolo rítmicamente en sincronía con el movimiento sobre el lleno pene de Louis.
—Oh, ¡Dios! Oh mi jodida…Voy a jodidamente correrme.
Harry se rió traviesamente, terminando el tratamiento y por segunda vez, Louis se derramó. Sus caderas se levantaron de la cama, su cuerpo se tensó alrededor de los dedos de Harry y Louis dejó caer la cabeza dentro de un grito de dicha.
Louis se derritió. Harry retiró sus dedos y siguió ordeñando el pene de Louis. Un lejano ruido llegó a sus oídos. Tardó un par de segundos en reconocer la envoltura de un condón al desgarrarse y Harry empujó sus rodillas contra el trasero de Louis.
—Mi turno, novato.
El súbito golpe del pene golpeando su culo y bolas causó que Louis regresara a la vida. Harry se empujaba hacia delante. Él se deslizó casi todo el camino y se salió, mientras el cuerpo de Louis trataba de aferrarse a su premio. La pérdida no duró mucho. Harry se empujó hacia delante y lentamente hacia fuera, golpeando la próstata de Louis con cada bien dirigido empuje.
Louis apenas y podía sostenerse. Bombardeado de sensaciones y lujuria, se aferró a lo que conocía. Harry-sexy, silencioso, maniático- en-la-cama, detective-jodiendo su necesitado cuerpo perfectamente. ¿No hizo nada mal?
El pene de Harry parecía hincharse en su interior. Louis envolvió sus dedos alrededor de la cabecera, sosteniendo su cuerpo firme cuando Harry necesitara tomar en su demandante marcha. Como el de Louis, el cuerpo de Harry brillaba a la luz de la lámpara en su frenética cópula.
—Duro,— Louis gimió.
Harry chocaba dentro de él, sus cuerpos se presionaban en esa área gris entre el placer y el delicioso dolor. Con un violento grito Louis sintió que se tensaba, Harry lanzó la cabeza hacia atrás jodiendolo cuando la ola de su orgasmo lo recorrío como una poderosa tormenta.
Louis lo veía fijamente totalmente deslumbrado. La imagen de su amante, tenso, brillante, sus ojos cerrados y sus labios curvados en el momento del orgasmo se quedaría impreso en su memoria para siempre.
Varios estremecedores empujes después, la cabeza de Harry cayó hacia adelante. Trabajando para respirar, jadeando juntos como místicos amantes drenando al otro por derecho propio.
Sin palabras, Harry se salió. Tomó la toalla y limpió el pecho y abdomen de Louis, entonces cuidadosamente limpió el pene y culo de Louis. Un amoroso gesto de consideración, sin duda.
Louis no sabía si sonreír, reír o cuestionar qué había sucedido, así que no dijo nada cuando Harry fue al cuarto de baño. El agua corría en el cuarto de al lado y enjuagó la toalla varias veces, entonces cerró el grifo. Harry regresó limpio y gloriosamente desnudo. Limpió de nuevo el cuerpo de Louis antes de dejar la toalla en la mesa.
Louis esperó a que Harry dijera algo.
Podría estar abrumado. Esa jodida fue ¡asombrosa!
Quizás Harry también lo creía. Le tomó un tiempo lo que Louis consideró como una sonrisa. Harry buscó en el interior de la bolsa y sacó un pequeño juego de llaves en un anillo. Abrió las esposas. Louis hizo un gesto de dolor mientras sus brazos caían y se frotaba los tensos músculos. Tenía la sensación que estaría adolorido en más lugares que ese mañana… o hoy. Lo que sea.
Él casi había renunciado a la esperanza de una conversación cuando Harry se sentó a la altura de su cadera. Se inclinó como lo había hecho antes, pero esta vez, Louis hundió sus dedos en el cabello de Harry y lo jaló hacia
abajo. Harry se dejó tomar, besando a Louis con una suave y cariñosa succión.
Él tomó las muñecas de Louis y las forzo a regresar a la almohada.
—¿Qué?— Louis frunció el ceño.
Harry selló sus labios con un último beso. —Buenas noches.— Alcanzó la lámpara y apagó la luz.
—¿Qué jodidos?— Louis gritó, buscando a tientas a Harry con sus adoloridos brazos.
—Tal vez no apeste estar atado a un novato después de todo,— Harry dijo, evadiéndolo fácilmente y caminando hacia la puerta.
5Capisce, entiendes en italiano
6El Jolly Green Giant es el emblema de la compañía de alimentos Green Giant de los estados unidos, fue creado en 1938 por Leo Burneo, la primera aparición del ‘gigante’ en anuncios fue en 1928. De hecho solo media 1.85, pero era un gigante porque la estatura promedio en 1928 era de un metro sesenta y cinco centímetros.
Louis suspiró, acomodando su almohada sobre su oreja expuesta. ¿Cuántas semanas duraría esa misión? Louis merecería una jodida medalla cuando terminara por mostrar moderación.
Más besos de Harry, y él sería la primera mujer en la historia con una carpa en sus propios vestidos. Sin mencionar las manchas de semen desde el interior.
Algo peludo tocó sus muñecas. Louis movió sus brazos para deshacerse de cualquier alimaña que pudiera haberse subido a la cama. La almohada se movió de su cabeza y oyó el inequívoco ‘click’ de esposas al cerrarse.
—¿Qué jodidos?— Louis gritó.
Su brazo fue jalado hacia arriba y Louis se giró para ver a Harry tomando la cadena que unía a las esposas de peluche y dándoles varias vueltas. El enorme y caliente pecho llenó la visión de Louis. En un desarticulado punto de lo real e irreal, trató de acomodar las piezas juntas de lo que estaba sucediendo con lo que sabía. Su muñeca libre fue sostenida y en cuestión de segundos estaba al final de la otra esposa y era cerrada.
Harry se apartó para supervisar su trabajo. Louis se jaló instintivamente. El metal raspaba la madera, pero él no podía bajar los brazos.
—¿Qué jodidos?— gritó de nuevo.
—Realmente no duermo como una piedra,— Harry dijo.
Louis abrió más los ojos, su corazón tomó un loco ritmo y sus oídos zumbaban al darse cuenta que Harry había oído todo, y bueno… lo suficientemente bien para hacer algunas observaciones de lo que Louis dijo. —Mierda.
Harry se sentó por donde estaba la oscura silueta de la cadera de Louis.
Dos noches de guardia y la pareja de Louis sintió que tenía que esposar a Louis para evitar un asalto sexual mientras dormía. Eso no auguraba nada bueno. De hecho, eso era un grande y peludo problema.
—¿Y ahora qué? ¿Vas a encadenarme toda la noche para proteger tu pudor?— Louis preguntó.
Harry asintió. —Sí, vas a estar encadenado toda la noche.— Se estiró para algo que no veía Louis y con un ‘clic’ la suave lámpara amarilla iluminó el cuarto.
Louis tomó una profunda respiración. Harry seguía desnudo. Y santo jodido misil, Harry estaba duro.
Harry dejó caer la bolsa naranja en el abdomen cubierto de Louis. Arqueó una ceja y sacó la caja de condones y el lubricante que los chicos de la agencia habían dejado junto al guardarropa de Louis.
Su estómago se hizo un nudo. ¿Harry lo estaba invitando o condenando? —Ya sabes lo que son estas cosas.
Viste los regalos antes que yo.
La expresión de Harry era inescrutable. Él apoyó sus manos ligeramente en sus enormes muslos y parecía esperar una explicación de Louis.
Louis lamió sus labios nerviosamente. Probó las esposas de nuevo. El ruido rompió el silencio entre ellos.
—Fuiste a mi cuarto,— Harry dijo después de un momento.
—No podía dormir.
—¿Por qué entraste a mi cuarto?
—Pensé que estabas despierto y necesitaba hablar contigo acerca del caso. Lo juro,— Louis explicó. El presentimiento bordeaba con la preocupación en su estómago.
Harry cruzó sus brazos sobre su pecho e inclinó el mentón.
—Yo, uh…joder hombre, no de esta manera. Al menos permíteme algo de dignidad mientras hablo contigo.— La molestia le dio a Louis algo de qué sostenerse para pelear con él.
—Estoy esperando. No puedo imaginar nada del caso que te haga tocarme o comentar sobre mi cuerpo.
Louis buscó en su cerebro alguna explicación que pudiera ser creíble para Harry. Su silencio respondió culpándolo.
—Pensé en eso después de que te fuiste. No pude encontrar nada que lo explicara, caso o no caso, eso no parecía sexual. Traté, Tomlinson. Traté de pensar en alguna posible explicación a eso, y no pude hacerlo. Por eso estoy aquí. Tratando de descubrir la verdad. ¿La vas a decir?— Harry preguntó.
Louis bufó. —Probablemente no te va a gustar.
—Estoy consciente. ¿Qué es lo que tienes que decir?
—Podemos hablarlo en la mañana. Con la mente en claro, fresco inicio, todo eso,— Louis se evadió. —Y puedes dormir seguro de que no pondré una mano en ti.
—Ya me despertaste. Déjame oírte.
—Bien.— Giró los ojos y jaló las esposas de nuevo .— ¿En serio? — levantando sus muñecas, atrasando lo inevitable.
Cuando Harry no se movió ni alteró la expresión de ninguna manera, Louis lamió sus secos labios una vez más antes de confesar. —Soy gay. Como mi pareja pensé que deberías saberlo antes de que nosotros juguemos a la pareja feliz y comenzar a besuquearnos de nuevo.
—¿Por qué el ser gay es un problema?— Harry preguntó directamente.
—Wow. No vas ha hacérmela fácil, ¿no es así?
—No.
—Claro que no. Eso no debería de ser un problema, nunca ha sido un problema con ninguno de los agentes con los que he trabajado en casos regulares. Este puede ser mi primer trabajo de encubierto, pero no es la primera vez que trabajo con una pareja. Es un problema ahora, porque me siento demasiado atraído hacia ti y eso me enoja.
—Ignóralo,— Harry dijo. Su expresión se volvió reflexiva.
—Podría jodidamente ignorarlo si tú te mantuvieras lejos de mis amígdalas y no caminaras alrededor como un dios medio- desnudo, causándome la madre de todas las erecciones. ¿Capisce5?
—Capisco. — La pregunta de Harry le dijo que entendía.— ¿Quieres mi culo?
—Es un gran culo,— Louis agregó, débilmente. Y estaba muy seguro de que Harry estaba de acuerdo con él en eso.
—No me parece eso.
—Toma mi palabra en esto.
Harry se inclinó colocando sus manos a cada lado del pecho de Louis. —Lo haré.
—¿Ahora me quitas las esposas?— Louis preguntó.
—No.— Harry se movió y sonrió. Sus fríos ojos azules viendo la cara de Louis reflexivamente .— ¿Por qué me dijiste que me detuviera cuando te besé frente a la casa?
—¿Has incluso tenido tu pene fajado y tener una erección? Eso estaba jodidamente matándome.
—Pensé que me detendrías anoche.
—No estaba fajado,— dijo Louis, su voz atrapada. Su mirada se deslizó a la boca de Harry .— Joder. ¿Vas a dejar de hacerme preguntas pronto? Es media noche por el amor de Dios.
—Las inhibiciones se relajan cuando estás fatigado.
—¿A quién estás tratando de desinhibir? ¿A ti o a mí?
Louis preguntó. Las esposas estaban comenzando a cansarlo, además de la conversación. Harry todo lo que necesitaba era dejarlo ir o decirle qué jodidos quería. ¿No había él ya confesado lo peor?
Como en cámara lenta, Harry bajó la cabeza. Louis sostuvo el aliento. ¿Iría Harry a explorar su sexualidad o estaba confirmando que el hombre era gay? No iba a dejarse fastidiar. De cualquier modo, dejando aparte las esposas de peluche.
El caliente aliento de Harry tentó los labios de Louis y él relajó la boca para lo que fuera que Harry decidiera darle. Dios, Harry era un jodido sueño húmedo. En el fondo de su maldita cabeza, Louis sospechaba.
Harry dulcemente amoldo sus labios juntos.
Louis gimió, perdido en el calor de la incipiente barba y labios abiertos, abrió los labios a un caliente gemido. Sus lenguas se tocaron casi tímidamente antes que acomodaran una boca con la otra. Cuando Harry finalmente quebró el beso y se sentó, Louis se sentía casi mareado como lo había estado la ultima vez, cuando Harry había casi devorado su boca.
—Joder,— Louis murmuró. —Claramente me estás torturando.
—Me gusta eso, ¿a ti?
Él no podía leer a Harry. ¿Qué esperaba lograr con el beso, y por qué jodidos Harry lo estaba atormentando? Si él solo viera la carpa bajo las sábanas, Harry sabría exactamente el efecto que tenía sobre Louis. No era necesaria ninguna pregunta. No es que Louis pudiera rechazar el experimento de Harry.
—No eres un detective observador, ¿no es así?— Louis se burló. Su buen humor fluyó.
Harry arqueó sus cejas. No pareció verlo antes. Como ahora Harry había aceptado el desafío del beso frente a la casa delante del vecindario. Joder. Nota para mi mismo: nunca desafíes a Harry y creas que puedas salvar la cara.
Harry dejó su palma en el pecho de Louis. Retiró la bolsa de regalos y bajó la sábana. Se detuvo en el abdomen. La cabeza del pene de Louis tocaba el dorso de la mano de Harry y dejó una gota de humedad.
Inescrutable, vio fijamente a Louis por un largo momento. Louis estaba en agonía sabiendo lo que él pensaba, o quebrando las jodidas esposas y haciendo que Harry tocara su pulsante pene.
Louis tensó sus mandíbulas. Él no jugaría el juego del gato y el ratón, esperando el tormento físico con el que parecía que Harry iba a continuar. Louis no era de ese tipo. Él hacía que las cosas sucedieran, no esperaba a que sucedieran.
En una prueba de desafío, él pateó las sábanas retirándolas. Ambos sabían cómo reaccionaba su cuerpo a los besos de Harry. Louis levantó sus caderas mostrándose a si mismo sin inhibiciones.
—Esto,— Louis se mofó, —es lo que se llama un pene erecto.
Harry siseó a través de sus labios abiertos.
El pene de Louis goteaba pre-semen. Cada pulsación era visible con la débil iluminación que caía sobre su eje. Descubierto y estirado, Louis quería que Harry lo usara, satisficiera a ambos.
—¿Vas a darle uso a eso o lo memorizarás para la posteridad?— Louis preguntó.
Una enigmática sonrisa se transformó en una sexy sonrisa en Harry. Sus ojos brillaban cuando los entrecerró ante una desconocida diversión. —¿Usar eso?
Su grave voz fue directo hacia las bolas de Louis. Vio con embriagadora anticipación cuando Harry finalmente lo tocó. Su palma frotó el pene de Louis desde la base hacia arriba.
El horror resplandeció junto con el sudor frío. —Oh ¡mierda!— Las bolas de Louis se tensaron, abruptamente. Trató de contenerse pero no pudo. El semen salió de su pene esparciéndose en calientes chorros sobre su pecho y la mano de Harry. Louis balbuceaba y gemía con cada chorro que liberaba.
Harry levantó su mano, Viendo cómo el semen brillaba entre sus dedos. —Eso fue fácil.
—¡Joder! No, espera, eso nunca sucede. Lo juro.
—Ahora regreso,— Harry dijo. Se puso de pie y Louis logró ver el pene de Harry, mientras caminaba.
—¿Qué estás haciendo?— Louis preguntó, estirando las peludas esposas para llegar a la tentadora carne masculina. Dios, él quería saborearlo con tanta urgencia.
—¿Qué acerca de mi?— dijo aunque la idea no se le había ocurrido. —¿Dónde estás?— Louis gritó para que Harry pudiera oírlo desde la recámara. Jodido gigante, lo había dejado en el jodido cuarto aun con las jodidas esposas encadenadas a la jodida cama.
Harry regresó al cuarto, extendió sobre el pecho de Louis una toalla húmeda. Lo limpió, entonces dobló la toalla y la dejó en la mesa junto a la lámpara.
—No puedes dejarme las esposas toda la noche,— dijo Louis.
—¿Estás seguro?
—Harold. No jodas dejándome las esposas toda la noche, hombre.
Harry entrecerró los ojos peligrosamente. —¿Qué fue eso, novato?
—Ya me oíste.— Louis odiaba ese juego. ¿Quién se cree que es; Jolly Green Giant6 actuando en un sádico juego?
Durante un momento Harry se quedó en silencio, pero con un repentino movimiento acomodó sus manos a cada lado de la cabeza de Louis y lo besó. Su caliente y musculoso cuerpo lo rozaba, su lleno pene se presionaba contra el abdomen de Louis mientras subía y bajaba de él en la cama.
Louis atrapó el labio de Harry con sus dientes, jalando a Harry cuando trató de retirarse.
—Ow,— Harry murmuró, se oía enojado.
Besó a Louis duro, castigadoramente, lamiéndolo contra sus dientes hasta que Louis no podía resistirlo. Eso comenzó una danza por la dominación con labios, jadeos, y lenguas como armas. Acostado con Harry deteniéndolo estaba en desventaja, Louis luchó una batalla perdida. El cuarto giraba y sus oídos zumbaban. Su cuerpo respondió con un familiar dolor.
Oh, Dios, lo quiero.
Harry le daba vida. Sus nervios, su piel despertaba en una intensa ráfaga de nueva pasión que Louis no había sentido con ningún otro amante. Louis quería explorarlo, tocarlo, saborear cada centímetro.
Malditas esposas, tenían que irse.
Harry cepilló con sus dedos el cabello de Louis, retirándolo de sus mejillas. Mordisqueó los labios de Louis; duro y juguetonamente, pero no lo suficientemente duro para lastimar, la sangre de Louis estaba ardiendo con desesperación. Harry dejó de atormentar su labio, repentinamente bajó a chupar su cuello, entonces encajó sus dientes en la clavícula de Louis mientras pasaba sus manos hacia arriba por sus brazos.
Entrelazando los dedos, calmó la carne de Louis mientras bajaba más allá rodándose a su despejado pezón. Louis se movía. Su gemido desgarró desde lo profundo de su alma con un grito que despertaría muertos.
—Quiero tocarte,— Louis rogaba entre jadeos.
Harry se rió, un bajo sonido que hizo que el pene de Louis se moviera. —Lo sé.
Él pasó su mano por el estirado torso de Louis, temporalmente volteando sus cosquillosos costados en una zona sensual desconocida.
—Por favor.
—Cállate. Estoy ocupado.— Harry se desvió, no perdía un centímetro del pecho o los hombros de Louis con sus curiosas manos. Algunas veces alteraba presión de la punta de su dedos con suaves caricias, agradables masajes con roces de sus uñas.
Louis se retorcía contra las esposas. Su voz salio en un grito con toda la boca abierta cuando Harry se daba un festín con su pezón, tomándolo y jalándolo entre los dientes. Oh, Dios, el sexo duro nunca se había sentido tan bien.
Harry se aventuró a bajar. Tomó el pene de Louis y lo bombeó rápidamente haciendo que Louis se moviera de necesidad. Sus ojos hacia atrás, él vagamente consciente de las manos, labios, dientes y pene hacia el sublime placer de su liberación, apenas notó cuando el frío gel tocó su culo.
Un dedo y luego dos lo empalaron, jodiéndolo rítmicamente en sincronía con el movimiento sobre el lleno pene de Louis.
—Oh, ¡Dios! Oh mi jodida…Voy a jodidamente correrme.
Harry se rió traviesamente, terminando el tratamiento y por segunda vez, Louis se derramó. Sus caderas se levantaron de la cama, su cuerpo se tensó alrededor de los dedos de Harry y Louis dejó caer la cabeza dentro de un grito de dicha.
Louis se derritió. Harry retiró sus dedos y siguió ordeñando el pene de Louis. Un lejano ruido llegó a sus oídos. Tardó un par de segundos en reconocer la envoltura de un condón al desgarrarse y Harry empujó sus rodillas contra el trasero de Louis.
—Mi turno, novato.
El súbito golpe del pene golpeando su culo y bolas causó que Louis regresara a la vida. Harry se empujaba hacia delante. Él se deslizó casi todo el camino y se salió, mientras el cuerpo de Louis trataba de aferrarse a su premio. La pérdida no duró mucho. Harry se empujó hacia delante y lentamente hacia fuera, golpeando la próstata de Louis con cada bien dirigido empuje.
Louis apenas y podía sostenerse. Bombardeado de sensaciones y lujuria, se aferró a lo que conocía. Harry-sexy, silencioso, maniático- en-la-cama, detective-jodiendo su necesitado cuerpo perfectamente. ¿No hizo nada mal?
El pene de Harry parecía hincharse en su interior. Louis envolvió sus dedos alrededor de la cabecera, sosteniendo su cuerpo firme cuando Harry necesitara tomar en su demandante marcha. Como el de Louis, el cuerpo de Harry brillaba a la luz de la lámpara en su frenética cópula.
—Duro,— Louis gimió.
Harry chocaba dentro de él, sus cuerpos se presionaban en esa área gris entre el placer y el delicioso dolor. Con un violento grito Louis sintió que se tensaba, Harry lanzó la cabeza hacia atrás jodiendolo cuando la ola de su orgasmo lo recorrío como una poderosa tormenta.
Louis lo veía fijamente totalmente deslumbrado. La imagen de su amante, tenso, brillante, sus ojos cerrados y sus labios curvados en el momento del orgasmo se quedaría impreso en su memoria para siempre.
Varios estremecedores empujes después, la cabeza de Harry cayó hacia adelante. Trabajando para respirar, jadeando juntos como místicos amantes drenando al otro por derecho propio.
Sin palabras, Harry se salió. Tomó la toalla y limpió el pecho y abdomen de Louis, entonces cuidadosamente limpió el pene y culo de Louis. Un amoroso gesto de consideración, sin duda.
Louis no sabía si sonreír, reír o cuestionar qué había sucedido, así que no dijo nada cuando Harry fue al cuarto de baño. El agua corría en el cuarto de al lado y enjuagó la toalla varias veces, entonces cerró el grifo. Harry regresó limpio y gloriosamente desnudo. Limpió de nuevo el cuerpo de Louis antes de dejar la toalla en la mesa.
Louis esperó a que Harry dijera algo.
Podría estar abrumado. Esa jodida fue ¡asombrosa!
Quizás Harry también lo creía. Le tomó un tiempo lo que Louis consideró como una sonrisa. Harry buscó en el interior de la bolsa y sacó un pequeño juego de llaves en un anillo. Abrió las esposas. Louis hizo un gesto de dolor mientras sus brazos caían y se frotaba los tensos músculos. Tenía la sensación que estaría adolorido en más lugares que ese mañana… o hoy. Lo que sea.
Él casi había renunciado a la esperanza de una conversación cuando Harry se sentó a la altura de su cadera. Se inclinó como lo había hecho antes, pero esta vez, Louis hundió sus dedos en el cabello de Harry y lo jaló hacia
abajo. Harry se dejó tomar, besando a Louis con una suave y cariñosa succión.
Él tomó las muñecas de Louis y las forzo a regresar a la almohada.
—¿Qué?— Louis frunció el ceño.
Harry selló sus labios con un último beso. —Buenas noches.— Alcanzó la lámpara y apagó la luz.
—¿Qué jodidos?— Louis gritó, buscando a tientas a Harry con sus adoloridos brazos.
—Tal vez no apeste estar atado a un novato después de todo,— Harry dijo, evadiéndolo fácilmente y caminando hacia la puerta.
5Capisce, entiendes en italiano
6El Jolly Green Giant es el emblema de la compañía de alimentos Green Giant de los estados unidos, fue creado en 1938 por Leo Burneo, la primera aparición del ‘gigante’ en anuncios fue en 1928. De hecho solo media 1.85, pero era un gigante porque la estatura promedio en 1928 era de un metro sesenta y cinco centímetros.
monieli_ls
Re: Ella Tiene Bolas (Larry Stylinson) Terminada
Capitulo Cinco
Louis despertó con el olor a salchichas. Se frotó el sueño de los ojos y se preguntó que dirección podria llevar después del cortante buenas noches de Harry. El rojo verdugón en sus muñecas, quemadura-de-tela; quemadura-de-peluche. Recordarlo engrosó claramente su pene.
—Jodido, Frankenstein,— murmuró adormilado.
Saliendo de la cama, se duchó y se puso los pantalones de Harry. El rico olor del desayuno de salchichas,
mantequilla y café, derrumbó su obstinada resistencia y malhumoradamente Louis se dirigió a la cocina.
—Buenos días,— Harry dijo ofreciéndole una taza de café.
Louis iba a tomarla, pero Harry tomó su antebrazo de repente y frunció el ceño. Mierda, ¿mañana de arrepentimientos?
—¿A causa de las esposas?— Harry giró el brazo de Louis estudiando la quemadura.
—Combinan en par,— Louis dijo levantando la otra mano para que Harry la viera.
—Maldición. Lo siento.— Él depositó un tierno beso en ambas muñecas.
—Usaré manga larga hoy,— Louis dijo pasando la tensión en su garganta. Un beso a la mañana siguiente significaba algo, ¿verdad?
Louis tomó un trago de su bebida. Crema, sin azúcar. Lo recordó.
Harry volteó el último de los pancake y lo sacó del sartén dejándolo en el plato, al lado de la miel. El espíritu de Louis se levantó cuando vio a la mesa y descubrió una impresionante variedad de comida para desayunar. Pancakes y miel, claro, pero también salchichas, huevos revueltos con cebolla, tomate y pimientos verdes, mantequilla, croquetas de papa, bisquetes y sausage gravy, rebanadas de melón y fresas frescas.
—Me dejé llevar,— Harry dijo, encogiéndose de hombros. Tomó asiento y señaló para que Louis se le uniera.
—¿Tú cocinas?— Louis preguntó, incrédulo.
—Mi papá era chef.
Louis se dejó caer en su asiento. El rubor calentó sus mejillas. — ¿Puedes cocinar y te comiste ramen recalentado, macarrones con queso y fruta de lata?
La diversión brillaba en los ojos de Harry.
—¿Por qué jodidos no dijiste nada?— ¿y por qué jodidos se devoró hasta el último pedazo y le agradeció a Louis como si lo apreciara?
—Estaba bueno.
—No, no lo estaba,— dijo Louis.
Harry le pasó una croqueta de papa. Una sonrisa suavizo sus labios. —Lo hiciste para mí.
Lo dijo como si la respuesta debería de ser obvia. Louis podría renunciar a la mesa por besar esos labios si las cosas hubieran terminado diferente anoche. En lugar de eso siguió sentado sintiéndose confundido, humillado e impactado como el infierno.
—Come,— Harry amonestó.
Louis tomó su plato. Se las arregló para servirse y comer. Tomó el primer bocado saboreándolo lentamente apreciando su sabor. — Oh mi Dios,— dijo con la boca llena de comida. —Esto es increíble.
—Tus amigas vinieron de visita.
—¿Cuándo?— Louis tragó, su boca ya se hacía agua por el siguiente bocado.
—A las nueve.
Louis debería de haber estado vestido para entonces. —Joder, ¿por qué no me despertaste?
Harry masticaba en silencio y le dio una mirada de incredulidad.
—Estamos trabajando. Debería de estar despierto a las siete.
—Ellas regresarán en una hora, para ayudar a desempacar. Tenemos tiempo.— La mirada de Harry echaba humo, la conocía .— Además, estuviste despierto hasta tarde.— Encajó sus dientes en una fresa, cerrando la boca ante el bocado, viéndolo mientras masticaba.
Louis quería besarlo, barrer la fresa de la boca de su amante profundamente. O pedirle a Harry que encajara esos dientes en su cuerpo de nuevo. Su pene pareció pensar que la idea tenía su mérito.
—¿Quieres algo?— Harry preguntó, su voz oscura y baja.
Tú. —Gracias por el desayuno,— logró decir.
—De nada.
La mirada de Harry fue de la boca de Louis a su pecho.
—Yo me encargo de los platos, tú ve a vestirte. —Yo puedo…
—Yo lo haré.— Harry señaló con la cabeza el vestíbulo. —No tenemos mucho tiempo.
—Correcto.— Louis se puso de pie. Tardíamente se dio cuenta que su erección levantaba los pantalones de algodón. —Realmente me gustó el desayuno,— dijo dirigiéndose al vestíbulo.
Harry se ahogó con su café, apenas logró tragar cuando soltó una carcajada.
-
—¿Estás seguro que no quieres cederlo?— Carla murmuró tres horas después. —Él realmente es algo excepcional.
La admiración de la mujer crispaba los nervios de Louis. Vio a Harry sonreír y coquetear casualmente con ellas durante las pasadas horas. Había visto la forma en que ellas se movían para ver su trasero. A Harry parecía no molestarle.
Jódelo.
Oh, Dios, él lo había hecho. Su cuerpo se estremeció sabiendo exactamente qué es lo que más quería.
—Claro que no. Me gustan mis juguetes,— dijo, dándole lo que esperaba fuera una sincera sonrisa.
—¿Nunca has hecho tríos?— Doreen preguntó.
—¿Qué murmuran damas?— Harry preguntó. Dándoles una sexy sonrisa y Nina se ruborizó.
—¿Harry?— dijo Louis.
—¿Si, bebé ?
—¿No puedes desempacar las cosas de la oficina o algo así?— Louis preguntó dulcemente.
—¿Y dejarte? ¿Con ellas?— Cálido y provocador, su sonrisa encantó a las mujeres y envió el control de Louis al borde.
—Si.
Harry lo atrapó rodeando su cintura y jaló a Louis contra su duro y dulce cuerpo. —Si, señora.— La mirada de Harry se volvió seria. — Lo que sea que quieras, dulzura, solo pídelo.
Carla inspiró asombrada.
¿Él quiso decir eso? Se veía…real. Louis quería muchas cosas y todas ellas incluían a Harry desnudo en alguna forma.
Harry se inclinó, su mirada recorrió los labios de Louis. El momento se detuvo. Mariposas golpeaban el estómago de Louis.
Recuerdos de anoche regresaron cuando Harry lo había visto tan íntimamente trayendo otros recuerdos de estremecimientos de éxtasis y su culo siendo golpeado por el placer. Pensó en la expresión en la cara de Harry durante su orgasmo tomándolo tan duro que gritó con todas sus fuerzas, rechinando sus dientes y flexionándose dentro disparando la prueba de su satisfacción.
Un agudo dolor inundó la ingle de Louis. Gimió, se tambaleó con el ataque doble de dolor y remordimientos.
La preocupación nubló la mirada de Harry. —Hey,— él murmuró .— ¿Todo bien?
—¿Louise? ¿Estás bien?— Doreen preguntó.
Como si fuera posible, la tierna preocupación de Harry hizo que la situación fuera peor y Louis llevó una mano a su pecho para alejarlo.
—Bien. Cólicos,— logró decir, suficientemente alto para que todo el mundo oyera.
Vio confusión y decepción en la mirada de Harry.
—No,— bufó, esperando que Harry tomara la pista.
—Si, seguro.— Bajó sus brazos y se giró para alejarse .— Nos vemos en la noche damas.
Louis no vio a quién le sonreía, estaba enojado con ellas. No se sentía bien perder a Harry por un grupo de mujeres. Malditas pantimedias.
Un beso. ¡Solo un beso! ¿Por favor?
Alguien allá arriba lo odiaba.
—Aw, pobre chico.— Doreen siguió los movimientos de Harry hasta que desapareció.
Ahora o nunca, pensó Louis, tomando una respiración. — ¿Sabes dónde puedo encontrar plantas?— Louis pretendió pulir la estatua que había sacado de una caja. —¿Sabes, de um…orégano?
Las damas intercambiaron miradas.
Louis bajó la cabeza y tomó otro adorno para desenvolver. — Harry…come mucha comida italiana. Antes de mudarnos, yo tenía mi propio lugar. De hierbas.
Carla resopló.
Nina le dio un codazo y Doreen suavemente caminó entre ellas. —¿Tenias tu propio jardín de hierbas? Qué lindo,— Doreen agregó.
—Algunas cosas especiales,— Louis sopesaba los riesgos, viéndolas significativamente.
—¿Oh?— la sonrisa de Doreen era conocedora.
Louis se atrevió a ver hacia la oficina. Tiempo de decir las palabras claves para cubrir mi historia. —Mi amiga, en Emerson, dijo que ella había oído que alguien en este vecindario podría ayudarme a iniciar mi jardín. Dijo que ella lo recomendaba.
—Podríamos conocer a alguien,— Doreen dijo.
—Deja esa mierda, Doreen. Sabemos a lo que ella viene,— Carla dijo. Giró los ojos hacia la rubia con obvia irritación .— Tú eres el cultivador…
—Jardinero,— Doreen corrigió agudamente. —Jardinero, que estábamos esperando. Escuchamos que podrias establecerte en una de las otras tres regiones,— Carla estaba entusiasmada .— Dios, ¡nos alegra que te establecieras aquí!
Nina asintió. —La Reina-verde.
—¡Shh!— Doreen vio a sus cómplices.
—Oh, por favor, Doreen. Necesitamos ayuda en los negocios. Le preguntaremos al jefe y el jefe decidirá.
Louis sonrió, mostrando su alivio. —Oh, gracias a Dios. Pensé que me había equivocado de contactos. Me preocuparon por un minuto.
Carla se rió abiertamente. —¿Qué te hizo elegirnos? Con tus referencias, puedes ir a cualquier lado.
Maldición, está funcionando.
—Necesitaba un cambio,— Louis contestó. Con algo de suerte la ficticia Louise se habia movido dentro de ese cambio.
—Pero ¿por qué representar tres jardines en lugar de una docena en Morrison o Pendleton?— Doreen preguntó.
Esos no estaban en la lista de los otros territorios en el archivo del caso. Louis frunció los labios estudiando a Doreen. —¿Hinkner y Washal?— corrigió.
La sonrisa de Doreen se iluminó diez veces. —Exactamente.— Ella envolvió a Louis en un gran abrazo.
Pasé el examen. —Menos competencia. Gran área de expansión, — Louis contestó la pregunta anterior .
—Bien, cualquiera que sea la razón nos alegra que estés aquí.— dijo Carla .— Nosotras haremos algo especial para ti esta noche.
—Muy especial,— dijo Nina.
—No puedo esperar.— Louis oyó el distintivo ruido del agua correr y se atrevió a ver hacia la oficina .— ¿Asi que el sembradío?— preguntó.
—Después de esta noche,— Doreen prometió .— Pero ahora debes arreglarte. Yo tengo cocineros trabajando en mi casa, pero sabes como son ellos…constantemente se pierden sin dirección. Vamos, chicas. Tenemos mucho que celebrar esta noche.
—Amén a eso,— Carla gritó con alegría.
El pensamiento del increíble cuerpo de Harry lubricado con el agua caliente lo distrajo. Aunque, parte de su cerebro seguía trabajando, Louis daba gritos de patética alegría. Justo ahora, la luz del cuarto de baño haría brillar esos músculos. Harry podría estar enjabonando su pene duro como roca. El dolor se disparó a la ingle de Louis. —¡Ow! ¡Joder!
—Aw, cariño, toma algo de Midol7 y acuéstate unos minutos. Eso te calmará.
Louis no supo cuál de las mujeres hablaba. Tampoco le importaba. Su cerebro y su pene tenían una cosa en mente… dos cosas en mente. Quitarse las malditas pantimedias y encontrar la manera de joder a Harry.
Apenas y cerró la puerta y ya estaba levantando su falda y llegando al frente de sus pantimedias. Louis buscó dentro del interior de la malla su –atrapada-a-muerte-virilidad y liberó su basura. —Bien, niños, vamos a ver lo que el Chef Harold cocina en la ducha.
Pateando sus zapatillas, se dirigió hacia el cuarto de baño. Tiempo de arreglarle cuentas a Harry.
Louis fácilmente vio el interior del cuarto de baño a través del vapor. Pudo ver claramente a Harry a través de la puerta de vidrio de la ducha. Con sus manos apoyadas en la pared, sosteniéndose, Harry colgaba la cabeza y dejaba que el agua golpeara entre sus omóplatos.
Arroyuelos formaban translúcidas serpientes que bajaban por su espalda hacia su perfecto y redondo trasero. Harry gimió, se giró apoyando la parte de atrás de su cabeza en la pared, los ojos cerrados, dejando que el chorro de agua tocara cada parte de su parte delantera.
El pene de Harry estaba hacia arriba, tomando las insignificantes caricias del agua en su rígido eje y brillando con el mismo reflejo de luz que su propietario. Un no invitado voyeur, Louis no podía apartar su mirada de las hermosas formas de Harry, la combinación de ese hombre con ese seco humor y duro cuerpo le robaba el aliento a Louis y le quitaba todos sus pensamientos.
¿Qué habrá significado para Harry lo que ocurrió anoche? ¿Habría usado a Louis para satisfacer su libido sabiendo que estaría dispuesto o abriría la puerta para algo más? Harry había coqueteado con las tres cultivadoras más de lo que había hecho con Louis.
Viendo a Harry expuesto y vulnerable en la ducha apoyado en el frió azulejo, Louis sentía su necesidad fuera de lugar, fuera de lugar y desechable.
Louis estaba dispuesto a decir algo para que Harry supiera que tenía compañía. Deseaba unírsele en la ducha, incluso totalmente vestido y tomar el pene de Harry en su boca perder su miedo. Voluntad y deseo luchaban, manteniendo su voz en silencio y parando sus pies.
Inevitablemente, Harry tomó su lleno pene en su mano, frotando de arriba abajo su eje. Apenas estrangulo la punta y dejó salir un gemido llevando su pulgar a la ranura. Los ojos aun cerrados, llevó la mano entre sus piernas y acarició la piel de su escroto, la subió y giró la palma una y otra vez contra la base de su eje.
El pecho de Louis dolía y se dio cuenta que estaba sosteniendo la respiración. Casi podía sentir cada nervio hormiguear y empezar a doler. Su propio cuerpo se sentía igual. Louis llevó sus manos entre las restrictivas pantimedias y siguió el ritmo de Harry.
Harry importunaba con feroces caricias en un lado del engrosado pene, igual lo hacía Louis. Desde lo más oscuro y profundo de sus entrañas un gemido salió de los labios de Louis. No le importó que Harry lo oyera, Harry ya sabía que él lo quería.
Levantó la mirada. Harry mojado y brillante tenía la mirada en él. Veía que Louis lo veía.
Unos suaves y temblorosos jadeos escaparon de Harry. Pronto. Harry se correría pronto.
Él devoró cada sutileza de la excitación de Harry mientras se construía, desde su cuello acordonado y cuerpo flexiónado, para el bombeó y giró del puño de Harry alrededor del hermoso pene, su excitación aumento cuando Harry tomó la base de la corona, jalándola rápidamente.
Louis gruñó sin palabras, abriendo los labios, dándole a Harry una imagen visual mientras discretamente bombeaba su pene. Harry pareció tomar la invitación, viendo fijamente la boca abierta de Louis. Su expresión ardiente con excitación.
—Córrete para mi, maldición. Pierde el control,— Louis rogó, sintiendo su propio orgasmo llegar.
Harry empujaba sus caderas hacia su puño, gruñendo mientras jalaba duro y rápido.
—Más, Harry,— Louis ordenó. —Porque te joderé más duro que eso.
Harry gritó cuando disparó chorros de semen contra la pared.
Louis se dejó ir, cuando su orgasmo estalló de su pene en respuesta.
Lentamente, renuentemente, Harry se alejó de la pared, vio a Louis antes de girar su cara y cuerpo dentro del chorro de agua. Se sacudió enviando gotas de agua a todos lados, entonces giró el grifo hasta que el chorro cesó. Harry sacudió su cabello. Abrió la puerta de vidrio y se acercó a Louis.
Tocó la mejilla de Louis, descendió cuidadosamente a su boca. Gotas golpearon la cara de Louis. A Louis no le importó. Ellas venían del cuerpo de Harry como pequeños y húmedos besos.
Harry lamió sus labios suave y cálidamente antes de retirarse.
—Antes en la sala, ¿eso eran las pantimedias?— Harry preguntó.
El casi beso. ¿Había estado pensando en eso en la ducha? Dios, Louis esperaba eso. Necesitaba animarse. Necesitaba saber que había mutua atracción, no solo necesidades libidinosas por deseo mutuo.
—Si,— Louis dijo, esperando que Harry entendiera la total implicación de la confesión.
Harry trazó el labio inferior de Louis con su pulgar. Estaba cerca de revelar una escondida sonrisa que no podía ignorar, y Louis se preguntaba cuántas veces su sexy pareja había enmascarado sus reales sentimientos; sentimientos que podrían sacar a Louis de su miseria o crear más.
—Te enciendo,— Harry dijo, su voz gruesa al limite. —Antes incluso de besarte, te excitaste, sabía que podía.
Si, Harry entendia las totales implicaciones de esa confesión.
—¿Me encendiste? ¿Encendiste? Para un detective, puedes ser realmente denso,— Louis gritó. Dime eso de vuelta, Harry.
Dime que yo también te enciendo. Dime que no es algo de un solo lado y que te excito como tú me excitas.
—Bueno.— Harry se alejó, tomando una toalla.
—Correcto. Bueno,— Louis repitió, sacudiendo la cabeza. Joder eso duele. Podría bien decir gracias por el dueto de jalones, déjame encontrar algunas pollitas.
—Nunca había visto a una mujer masturbarse.— Harry bromeó. —Pero creo que tus pantimedias están disparadas hacia el infierno.
Louis no necesitó verse. Podía sentir el frío y pegajoso semen escurrir de su pene a las pantimedias. Apretó sus labios juntos.
Él le contestaría algo sucio a Harry. Aunque no sabía qué decirle.
Pero el brillo de labios quería decir que Louis no se había quitado el disfraz. La peluca le irritaba en la línea de su cabello y el jodido bra le pellizcaba. Debió de haber sido toda una imagen con la parte del frente de la falda levantada y los falsos rellenos del bra mientras él jodía su puño y babeaba. Era un maldito milagro que Harry haya sido capaz de correrse una vez que vio a Louis a los ojos.
—Voy a estar listo.— Louis no creía que tuviera que esperar más una admisión que no vendría. Se detuvo afuera.— Voy a estar con las damas. Ellas aceptaron la cubierta. Parece que tienen planeado algo especial para Louise esta noche, así que voy a colocar el radio y llamar.
—Está bien.
Louis bufó, haciendo un guiño de dolor. —Si esta todo bien, ¿no es así? Lo entendí tarde,— dijo, no importaba si Harry oía su decepción.
7Medicamento para el cólico menstrual.
Louis despertó con el olor a salchichas. Se frotó el sueño de los ojos y se preguntó que dirección podria llevar después del cortante buenas noches de Harry. El rojo verdugón en sus muñecas, quemadura-de-tela; quemadura-de-peluche. Recordarlo engrosó claramente su pene.
—Jodido, Frankenstein,— murmuró adormilado.
Saliendo de la cama, se duchó y se puso los pantalones de Harry. El rico olor del desayuno de salchichas,
mantequilla y café, derrumbó su obstinada resistencia y malhumoradamente Louis se dirigió a la cocina.
—Buenos días,— Harry dijo ofreciéndole una taza de café.
Louis iba a tomarla, pero Harry tomó su antebrazo de repente y frunció el ceño. Mierda, ¿mañana de arrepentimientos?
—¿A causa de las esposas?— Harry giró el brazo de Louis estudiando la quemadura.
—Combinan en par,— Louis dijo levantando la otra mano para que Harry la viera.
—Maldición. Lo siento.— Él depositó un tierno beso en ambas muñecas.
—Usaré manga larga hoy,— Louis dijo pasando la tensión en su garganta. Un beso a la mañana siguiente significaba algo, ¿verdad?
Louis tomó un trago de su bebida. Crema, sin azúcar. Lo recordó.
Harry volteó el último de los pancake y lo sacó del sartén dejándolo en el plato, al lado de la miel. El espíritu de Louis se levantó cuando vio a la mesa y descubrió una impresionante variedad de comida para desayunar. Pancakes y miel, claro, pero también salchichas, huevos revueltos con cebolla, tomate y pimientos verdes, mantequilla, croquetas de papa, bisquetes y sausage gravy, rebanadas de melón y fresas frescas.
—Me dejé llevar,— Harry dijo, encogiéndose de hombros. Tomó asiento y señaló para que Louis se le uniera.
—¿Tú cocinas?— Louis preguntó, incrédulo.
—Mi papá era chef.
Louis se dejó caer en su asiento. El rubor calentó sus mejillas. — ¿Puedes cocinar y te comiste ramen recalentado, macarrones con queso y fruta de lata?
La diversión brillaba en los ojos de Harry.
—¿Por qué jodidos no dijiste nada?— ¿y por qué jodidos se devoró hasta el último pedazo y le agradeció a Louis como si lo apreciara?
—Estaba bueno.
—No, no lo estaba,— dijo Louis.
Harry le pasó una croqueta de papa. Una sonrisa suavizo sus labios. —Lo hiciste para mí.
Lo dijo como si la respuesta debería de ser obvia. Louis podría renunciar a la mesa por besar esos labios si las cosas hubieran terminado diferente anoche. En lugar de eso siguió sentado sintiéndose confundido, humillado e impactado como el infierno.
—Come,— Harry amonestó.
Louis tomó su plato. Se las arregló para servirse y comer. Tomó el primer bocado saboreándolo lentamente apreciando su sabor. — Oh mi Dios,— dijo con la boca llena de comida. —Esto es increíble.
—Tus amigas vinieron de visita.
—¿Cuándo?— Louis tragó, su boca ya se hacía agua por el siguiente bocado.
—A las nueve.
Louis debería de haber estado vestido para entonces. —Joder, ¿por qué no me despertaste?
Harry masticaba en silencio y le dio una mirada de incredulidad.
—Estamos trabajando. Debería de estar despierto a las siete.
—Ellas regresarán en una hora, para ayudar a desempacar. Tenemos tiempo.— La mirada de Harry echaba humo, la conocía .— Además, estuviste despierto hasta tarde.— Encajó sus dientes en una fresa, cerrando la boca ante el bocado, viéndolo mientras masticaba.
Louis quería besarlo, barrer la fresa de la boca de su amante profundamente. O pedirle a Harry que encajara esos dientes en su cuerpo de nuevo. Su pene pareció pensar que la idea tenía su mérito.
—¿Quieres algo?— Harry preguntó, su voz oscura y baja.
Tú. —Gracias por el desayuno,— logró decir.
—De nada.
La mirada de Harry fue de la boca de Louis a su pecho.
—Yo me encargo de los platos, tú ve a vestirte. —Yo puedo…
—Yo lo haré.— Harry señaló con la cabeza el vestíbulo. —No tenemos mucho tiempo.
—Correcto.— Louis se puso de pie. Tardíamente se dio cuenta que su erección levantaba los pantalones de algodón. —Realmente me gustó el desayuno,— dijo dirigiéndose al vestíbulo.
Harry se ahogó con su café, apenas logró tragar cuando soltó una carcajada.
-
—¿Estás seguro que no quieres cederlo?— Carla murmuró tres horas después. —Él realmente es algo excepcional.
La admiración de la mujer crispaba los nervios de Louis. Vio a Harry sonreír y coquetear casualmente con ellas durante las pasadas horas. Había visto la forma en que ellas se movían para ver su trasero. A Harry parecía no molestarle.
Jódelo.
Oh, Dios, él lo había hecho. Su cuerpo se estremeció sabiendo exactamente qué es lo que más quería.
—Claro que no. Me gustan mis juguetes,— dijo, dándole lo que esperaba fuera una sincera sonrisa.
—¿Nunca has hecho tríos?— Doreen preguntó.
—¿Qué murmuran damas?— Harry preguntó. Dándoles una sexy sonrisa y Nina se ruborizó.
—¿Harry?— dijo Louis.
—¿Si, bebé ?
—¿No puedes desempacar las cosas de la oficina o algo así?— Louis preguntó dulcemente.
—¿Y dejarte? ¿Con ellas?— Cálido y provocador, su sonrisa encantó a las mujeres y envió el control de Louis al borde.
—Si.
Harry lo atrapó rodeando su cintura y jaló a Louis contra su duro y dulce cuerpo. —Si, señora.— La mirada de Harry se volvió seria. — Lo que sea que quieras, dulzura, solo pídelo.
Carla inspiró asombrada.
¿Él quiso decir eso? Se veía…real. Louis quería muchas cosas y todas ellas incluían a Harry desnudo en alguna forma.
Harry se inclinó, su mirada recorrió los labios de Louis. El momento se detuvo. Mariposas golpeaban el estómago de Louis.
Recuerdos de anoche regresaron cuando Harry lo había visto tan íntimamente trayendo otros recuerdos de estremecimientos de éxtasis y su culo siendo golpeado por el placer. Pensó en la expresión en la cara de Harry durante su orgasmo tomándolo tan duro que gritó con todas sus fuerzas, rechinando sus dientes y flexionándose dentro disparando la prueba de su satisfacción.
Un agudo dolor inundó la ingle de Louis. Gimió, se tambaleó con el ataque doble de dolor y remordimientos.
La preocupación nubló la mirada de Harry. —Hey,— él murmuró .— ¿Todo bien?
—¿Louise? ¿Estás bien?— Doreen preguntó.
Como si fuera posible, la tierna preocupación de Harry hizo que la situación fuera peor y Louis llevó una mano a su pecho para alejarlo.
—Bien. Cólicos,— logró decir, suficientemente alto para que todo el mundo oyera.
Vio confusión y decepción en la mirada de Harry.
—No,— bufó, esperando que Harry tomara la pista.
—Si, seguro.— Bajó sus brazos y se giró para alejarse .— Nos vemos en la noche damas.
Louis no vio a quién le sonreía, estaba enojado con ellas. No se sentía bien perder a Harry por un grupo de mujeres. Malditas pantimedias.
Un beso. ¡Solo un beso! ¿Por favor?
Alguien allá arriba lo odiaba.
—Aw, pobre chico.— Doreen siguió los movimientos de Harry hasta que desapareció.
Ahora o nunca, pensó Louis, tomando una respiración. — ¿Sabes dónde puedo encontrar plantas?— Louis pretendió pulir la estatua que había sacado de una caja. —¿Sabes, de um…orégano?
Las damas intercambiaron miradas.
Louis bajó la cabeza y tomó otro adorno para desenvolver. — Harry…come mucha comida italiana. Antes de mudarnos, yo tenía mi propio lugar. De hierbas.
Carla resopló.
Nina le dio un codazo y Doreen suavemente caminó entre ellas. —¿Tenias tu propio jardín de hierbas? Qué lindo,— Doreen agregó.
—Algunas cosas especiales,— Louis sopesaba los riesgos, viéndolas significativamente.
—¿Oh?— la sonrisa de Doreen era conocedora.
Louis se atrevió a ver hacia la oficina. Tiempo de decir las palabras claves para cubrir mi historia. —Mi amiga, en Emerson, dijo que ella había oído que alguien en este vecindario podría ayudarme a iniciar mi jardín. Dijo que ella lo recomendaba.
—Podríamos conocer a alguien,— Doreen dijo.
—Deja esa mierda, Doreen. Sabemos a lo que ella viene,— Carla dijo. Giró los ojos hacia la rubia con obvia irritación .— Tú eres el cultivador…
—Jardinero,— Doreen corrigió agudamente. —Jardinero, que estábamos esperando. Escuchamos que podrias establecerte en una de las otras tres regiones,— Carla estaba entusiasmada .— Dios, ¡nos alegra que te establecieras aquí!
Nina asintió. —La Reina-verde.
—¡Shh!— Doreen vio a sus cómplices.
—Oh, por favor, Doreen. Necesitamos ayuda en los negocios. Le preguntaremos al jefe y el jefe decidirá.
Louis sonrió, mostrando su alivio. —Oh, gracias a Dios. Pensé que me había equivocado de contactos. Me preocuparon por un minuto.
Carla se rió abiertamente. —¿Qué te hizo elegirnos? Con tus referencias, puedes ir a cualquier lado.
Maldición, está funcionando.
—Necesitaba un cambio,— Louis contestó. Con algo de suerte la ficticia Louise se habia movido dentro de ese cambio.
—Pero ¿por qué representar tres jardines en lugar de una docena en Morrison o Pendleton?— Doreen preguntó.
Esos no estaban en la lista de los otros territorios en el archivo del caso. Louis frunció los labios estudiando a Doreen. —¿Hinkner y Washal?— corrigió.
La sonrisa de Doreen se iluminó diez veces. —Exactamente.— Ella envolvió a Louis en un gran abrazo.
Pasé el examen. —Menos competencia. Gran área de expansión, — Louis contestó la pregunta anterior .
—Bien, cualquiera que sea la razón nos alegra que estés aquí.— dijo Carla .— Nosotras haremos algo especial para ti esta noche.
—Muy especial,— dijo Nina.
—No puedo esperar.— Louis oyó el distintivo ruido del agua correr y se atrevió a ver hacia la oficina .— ¿Asi que el sembradío?— preguntó.
—Después de esta noche,— Doreen prometió .— Pero ahora debes arreglarte. Yo tengo cocineros trabajando en mi casa, pero sabes como son ellos…constantemente se pierden sin dirección. Vamos, chicas. Tenemos mucho que celebrar esta noche.
—Amén a eso,— Carla gritó con alegría.
El pensamiento del increíble cuerpo de Harry lubricado con el agua caliente lo distrajo. Aunque, parte de su cerebro seguía trabajando, Louis daba gritos de patética alegría. Justo ahora, la luz del cuarto de baño haría brillar esos músculos. Harry podría estar enjabonando su pene duro como roca. El dolor se disparó a la ingle de Louis. —¡Ow! ¡Joder!
—Aw, cariño, toma algo de Midol7 y acuéstate unos minutos. Eso te calmará.
Louis no supo cuál de las mujeres hablaba. Tampoco le importaba. Su cerebro y su pene tenían una cosa en mente… dos cosas en mente. Quitarse las malditas pantimedias y encontrar la manera de joder a Harry.
Apenas y cerró la puerta y ya estaba levantando su falda y llegando al frente de sus pantimedias. Louis buscó dentro del interior de la malla su –atrapada-a-muerte-virilidad y liberó su basura. —Bien, niños, vamos a ver lo que el Chef Harold cocina en la ducha.
Pateando sus zapatillas, se dirigió hacia el cuarto de baño. Tiempo de arreglarle cuentas a Harry.
Louis fácilmente vio el interior del cuarto de baño a través del vapor. Pudo ver claramente a Harry a través de la puerta de vidrio de la ducha. Con sus manos apoyadas en la pared, sosteniéndose, Harry colgaba la cabeza y dejaba que el agua golpeara entre sus omóplatos.
Arroyuelos formaban translúcidas serpientes que bajaban por su espalda hacia su perfecto y redondo trasero. Harry gimió, se giró apoyando la parte de atrás de su cabeza en la pared, los ojos cerrados, dejando que el chorro de agua tocara cada parte de su parte delantera.
El pene de Harry estaba hacia arriba, tomando las insignificantes caricias del agua en su rígido eje y brillando con el mismo reflejo de luz que su propietario. Un no invitado voyeur, Louis no podía apartar su mirada de las hermosas formas de Harry, la combinación de ese hombre con ese seco humor y duro cuerpo le robaba el aliento a Louis y le quitaba todos sus pensamientos.
¿Qué habrá significado para Harry lo que ocurrió anoche? ¿Habría usado a Louis para satisfacer su libido sabiendo que estaría dispuesto o abriría la puerta para algo más? Harry había coqueteado con las tres cultivadoras más de lo que había hecho con Louis.
Viendo a Harry expuesto y vulnerable en la ducha apoyado en el frió azulejo, Louis sentía su necesidad fuera de lugar, fuera de lugar y desechable.
Louis estaba dispuesto a decir algo para que Harry supiera que tenía compañía. Deseaba unírsele en la ducha, incluso totalmente vestido y tomar el pene de Harry en su boca perder su miedo. Voluntad y deseo luchaban, manteniendo su voz en silencio y parando sus pies.
Inevitablemente, Harry tomó su lleno pene en su mano, frotando de arriba abajo su eje. Apenas estrangulo la punta y dejó salir un gemido llevando su pulgar a la ranura. Los ojos aun cerrados, llevó la mano entre sus piernas y acarició la piel de su escroto, la subió y giró la palma una y otra vez contra la base de su eje.
El pecho de Louis dolía y se dio cuenta que estaba sosteniendo la respiración. Casi podía sentir cada nervio hormiguear y empezar a doler. Su propio cuerpo se sentía igual. Louis llevó sus manos entre las restrictivas pantimedias y siguió el ritmo de Harry.
Harry importunaba con feroces caricias en un lado del engrosado pene, igual lo hacía Louis. Desde lo más oscuro y profundo de sus entrañas un gemido salió de los labios de Louis. No le importó que Harry lo oyera, Harry ya sabía que él lo quería.
Levantó la mirada. Harry mojado y brillante tenía la mirada en él. Veía que Louis lo veía.
Unos suaves y temblorosos jadeos escaparon de Harry. Pronto. Harry se correría pronto.
Él devoró cada sutileza de la excitación de Harry mientras se construía, desde su cuello acordonado y cuerpo flexiónado, para el bombeó y giró del puño de Harry alrededor del hermoso pene, su excitación aumento cuando Harry tomó la base de la corona, jalándola rápidamente.
Louis gruñó sin palabras, abriendo los labios, dándole a Harry una imagen visual mientras discretamente bombeaba su pene. Harry pareció tomar la invitación, viendo fijamente la boca abierta de Louis. Su expresión ardiente con excitación.
—Córrete para mi, maldición. Pierde el control,— Louis rogó, sintiendo su propio orgasmo llegar.
Harry empujaba sus caderas hacia su puño, gruñendo mientras jalaba duro y rápido.
—Más, Harry,— Louis ordenó. —Porque te joderé más duro que eso.
Harry gritó cuando disparó chorros de semen contra la pared.
Louis se dejó ir, cuando su orgasmo estalló de su pene en respuesta.
Lentamente, renuentemente, Harry se alejó de la pared, vio a Louis antes de girar su cara y cuerpo dentro del chorro de agua. Se sacudió enviando gotas de agua a todos lados, entonces giró el grifo hasta que el chorro cesó. Harry sacudió su cabello. Abrió la puerta de vidrio y se acercó a Louis.
Tocó la mejilla de Louis, descendió cuidadosamente a su boca. Gotas golpearon la cara de Louis. A Louis no le importó. Ellas venían del cuerpo de Harry como pequeños y húmedos besos.
Harry lamió sus labios suave y cálidamente antes de retirarse.
—Antes en la sala, ¿eso eran las pantimedias?— Harry preguntó.
El casi beso. ¿Había estado pensando en eso en la ducha? Dios, Louis esperaba eso. Necesitaba animarse. Necesitaba saber que había mutua atracción, no solo necesidades libidinosas por deseo mutuo.
—Si,— Louis dijo, esperando que Harry entendiera la total implicación de la confesión.
Harry trazó el labio inferior de Louis con su pulgar. Estaba cerca de revelar una escondida sonrisa que no podía ignorar, y Louis se preguntaba cuántas veces su sexy pareja había enmascarado sus reales sentimientos; sentimientos que podrían sacar a Louis de su miseria o crear más.
—Te enciendo,— Harry dijo, su voz gruesa al limite. —Antes incluso de besarte, te excitaste, sabía que podía.
Si, Harry entendia las totales implicaciones de esa confesión.
—¿Me encendiste? ¿Encendiste? Para un detective, puedes ser realmente denso,— Louis gritó. Dime eso de vuelta, Harry.
Dime que yo también te enciendo. Dime que no es algo de un solo lado y que te excito como tú me excitas.
—Bueno.— Harry se alejó, tomando una toalla.
—Correcto. Bueno,— Louis repitió, sacudiendo la cabeza. Joder eso duele. Podría bien decir gracias por el dueto de jalones, déjame encontrar algunas pollitas.
—Nunca había visto a una mujer masturbarse.— Harry bromeó. —Pero creo que tus pantimedias están disparadas hacia el infierno.
Louis no necesitó verse. Podía sentir el frío y pegajoso semen escurrir de su pene a las pantimedias. Apretó sus labios juntos.
Él le contestaría algo sucio a Harry. Aunque no sabía qué decirle.
Pero el brillo de labios quería decir que Louis no se había quitado el disfraz. La peluca le irritaba en la línea de su cabello y el jodido bra le pellizcaba. Debió de haber sido toda una imagen con la parte del frente de la falda levantada y los falsos rellenos del bra mientras él jodía su puño y babeaba. Era un maldito milagro que Harry haya sido capaz de correrse una vez que vio a Louis a los ojos.
—Voy a estar listo.— Louis no creía que tuviera que esperar más una admisión que no vendría. Se detuvo afuera.— Voy a estar con las damas. Ellas aceptaron la cubierta. Parece que tienen planeado algo especial para Louise esta noche, así que voy a colocar el radio y llamar.
—Está bien.
Louis bufó, haciendo un guiño de dolor. —Si esta todo bien, ¿no es así? Lo entendí tarde,— dijo, no importaba si Harry oía su decepción.
7Medicamento para el cólico menstrual.
monieli_ls
Re: Ella Tiene Bolas (Larry Stylinson) Terminada
Capitulo Seis
—No, realmente, no bailo,— Louis le dijo al libidinoso viejo por segunda vez.
—Vamos será divertido. Les daremos algo de qué hablar. Mantendré mis manos en mi mismo,— Vincent prometió con palabras saturadas de alcohol. Sus ojos nunca dejaron los falsos senos de Louis. Y si la saliva en la esquina de la boca de Vincent significaba algo, Louis podía estar seguro de que él quería atraparlo.
Alto y distinguido, Vincent tenía su atractivo. Una cabeza llena de abundante cabello blanco. Louis revisó distraídamente el cuarto buscando a Harry. Casi sonríe cuando lo descubrió conversando con una pareja, su mirada fija en Louis.
—En ese caso, si,— Louis dijo, dándole a Vincent una forzada sonrisa.
Él tomó el vaso de Louis y lo dejó en la mesa. Vincent se acercó. —¿Sabes?, bailar es como el sexo con ropa.
Genial.
—Louise,— Doreen habló, haciéndole señas.
—Hola, Doreen. Oh, lo siento tanto. Continuaremos esto después, Vincent.— Louis se separó del control de Vincent.
—Estaré esperando,— Vincent prometió. Amenazador.
Louis se dirigió hacia Doreen en la dirección opuesta. —Gracias por interrumpir eso. Te debo una.
—Afortunadamente, hay una oportunidad justo ahora.— Ella se rió ante su propia críptica broma .— No te preocupes por Vincent. Es igual con todas las mujeres, especialmente las grandes.
¿Debería Louis estar ofendido? —Grande, ¿huh?
—No quise decir eso, cariño. Él solo… no aprecia a las escuálidas chicas en talla dos.
—¿Y lo dejas tantear? ¿Qué con su esposa?— Louis preguntó.
—Cada esposa es la esposa de Vincent, le oí decir eso. Silencio, ahora, no digas nada más.
Doreen redirigió el camino alejando a Louis de la fiesta. Carla esperaba por ellas y las condujo a otro cuarto.
Nina sonrió cuando ellas llegaron juntas. Ella les dio una copa de champagne a cada una. Una quinta estaba burbujeando serenamente en la mesa de café. ¿De quién?
—Bienvenida al vecindario, Louise.— Nina levantó su copa.
—Bienvenida al vecindario.— Las otras dos murmuraron.
La quinta persona no se materializó, Louis mantuvo la pregunta para si mismo. Él las siguió y levantó la copa y aceptó el brindis. El aire se sentía pesado y con razón.
¿Lo habría visto Harry salir?
Louis siguió bebiendo, preguntándose qué seguiría y esperando como el infierno que el microfono funcionara.Ellos no habían tenido confirmación de la oficina del sector después de haber marcado la secuencia y notificado la posible actividad esa noche. Podía solo asumir que los chicos técnicos estaban escuchando en algún lugar y saldrían si era necesario.
—Esto es lo que parece. Todas mis mujeres en un mismo lugar.
La voz de Vincent se deslizó como aceite frió por la columna de Louis. Él llegó al lado de Louis y deslizó su brazo sobre el hombro de Louis.
Nina se rió cuando Louis giró los ojos. Ella le dio a Vincent la quinta copa.
Doreen le dio un guiño a Louis.
Me estás engañando.
Vincent bajó su brazo y palmeó el trasero de Louis.
Louis mantuvo su irritación bajo control. Esta vez. Si la mierda trataba de nuevo, le quebraría la jodida muñeca. Su culo tenía un jodido letrero de reservado, incluso aunque Harry no aceptara la invitación.
—El Club de Jardinería tiene un nuevo miembro,— Vincent dijo sarcásticamente .— Nosotros somos un grupo dedicado con conexiones, Louise. Nuestra clientela crece fuerte todos los días.— Resopló ebrio .— Crece. ¿Lo captas? La clientela crece, como la hierba.
—Vincent,— Doreen amonestó.
—Silencio mujer. Nosotros, todos somos socios aquí. Todos somos amigos. ¿No es verdad, Louise?— Se tambaleó contra Louis, y le plantó un húmedo beso en la cara.
—Nos reunimos los miércoles en la biblioteca infantil,— Carla dijo .— Segundo cuarto de conferencias. Genial cubierta, ¿no te parece?
—Brillante,— Louis aceptó. ¿Quién sospecharía de una reunión de traficantes de drogas en la biblioteca infantil de un acaudalado barrio suburbano?
Vincent se inclinó pesadamente contra los hombros de Louis, exhalando su inflamable aliento en su cuello.
—¿Y el necesario sembradío? Se requieren tres diferentes variedades del mejor grupo de híbridos si vamos a aumentar la producción,— dijo Louis.
—Esa es la belleza de esto.— Dijo Doreen. —Todo está aquí. Realmente, entre nosotros. Usamos energía solar, nuestra energía está fuera de esto, así evitamos el consumo excesivo, y solo somos simples familias usando la energía promedio.
—Pero no lo somos. La cantidad de energía que obtenemos y acumulamos y la que compramos a la compañía eléctrica se encarga del cultivo de la casa.— Carla agregó, emocionada.
—¿Está aquí? ¿En el sótano?— Louis preguntó.
Nina se rió. —Todos nuestros sótanos y pronto tuyos.
—Hileras e hileras de hermosa hierba verde,— Carla agregó. Sus ojos brillaban.
Louis pensó en las imágenes infrarrojas del satélite que Harry le había mostrado. Ninguna de esas casas mostraban puntos de calor. —¿Cómo pueden esconder las señales del calor?
—Eso lo hace Vincent. Él no es solo nuestro proveedor, es también la mente brillante detrás de la alta tecnología, colocó paneles aislantes,— Doreen explicó.
Carla tomó lo último de su champagne. —Eso realmente absorbe la energía que utilizamos para lograr que las plantas crezcan, entonces las aísla y enfría las celdas del resto de nuestros paneles solares.
—Esa es una enorme inversión,— Louis dijo. La idea se veía increíblemente ingenua y creativa. ¿Pero cómo la convierten? ¿Cómo hacia “Vincent el borracho” para saber de eso?
—Mi dinero. Mi compañía. Mis recursos. Mi olla libre.— Vincent pasó su mano arriba y debajo de la espalda de Louis, más interesado en inhalar que en escuchar la conversación.— No puedes hacer dinero sin gastar dinero.
Las implicaciones eran enormes. Que las ventas se fueran al cielo era cuestión de tiempo. Con mínima dirección, poca acción y pocos cultivadores; a menor número, mayores ganancias que podrían aumentar, doblándose o triplicarse con el nuevo sistema para cada cultivador. Vincent y sus damas podian arrinconar el mercado.
Ellos controlarían el flujo de drogas y los precios. Con productos de calidad Premium y bajos costos, ellos acabarían con los otros cultivadores hasta que ellos tuvieran la mayoría. De ahí las posibilidades eran ilimitadas. Manteniendo la calidad Premium hasta que los consumidores compraran desesperados.
Y había consumidores por todos lados. Cada escuela, cada oficina, cada departamento del gobierno.
Sin obstáculos, ellos tendrían el poder. No era extraño que quisieran lo que creían que Louise ofrecía. Organización, creación de redes, investigación de recursos en varias comunidades… Infiernos, sí. Ellos querían a Louise. Ella les daría una vía rápida a la cima.
—Vincent es un genio,— Nina murmuró.
—Y si Vincent quiere algo. Vincent lo tiene,— Doreen dijo.
—Damas, ¿por qué no salen y nos dejan a Louise y a mi conocernos un poco más?— Vincent sugirió. Su brazo clavado en la cintura de Louis.
—Joder, no.— Louis dijo retirando el brazo.
La expresión de Doreen se desencajó, su sonrisa cambió a la clásica señal de una reprimenda en formación. Todos ellos fueron interrumpidos cuando la puerta se abrió y los agentes de la DEA entraron armados.
—Ya era jodido tiempo,— Louis dijo.
Se quitó la peluca y abrió los botones de su vestido, mostrando su enorme y práctico bra blanco. Jalando el cable negro, ya había oído todo lo que necesitaba saber del club de Jardinería.
—Ella es un niño,— Vincent exclamó, cayéndose de culo en su esfuerzo por alejarse. —Ella es un ¡él!
—Atrapado, por así decirlo.— Louis dijo con una traviesa sonrisa.
-
Louis se levantó el vestido y sacó la maleta. —Ve y empaca tus cosas, Tomlinson. El equipo limpiará y se encargará del resto,— le gritaron .— Buen trabajo, Tomlinson. Lindas tetas,—alguien más dijo .— ¿Vas a celebrar? ¿Vas a joder?
Todas las cosas para asegurarse de irritar sus nervios. Se bañó, arrancando a Louise al olvido y se vistió con los pantalones de Harry. Entonces por qué estaba enojado, fue al cuarto de Harry y tomó también una de sus camisas. Estaba jodidamente nadando en esa cosa.
Él tomó el frente de la camisa de suave algodón y la metió dentro de los pantalones, acomodando el borde.
—¿Me estás evitando, Harry? ¿Temes que quiera una jodida de despedida y no te sientes caritativo?— dijo bufando las palabras.
Dios, su corazón dolía.
Louis tomó un par de estúpidos calcetines. —Maldición.— Cerró los ojos por el reciente dolor. Luchó contra la verdad, excepto que ahora sabía que había luchado. Él estaba enamorado de Harry.
—Soy tímido,— Harry dijo, tranquilamente.
Louis vio alrededor, sorprendido. Bueno, Harry estaba de regreso. ¿Pero qué tenía que ver que fuera tímido con el caso?
—Soy tímido,— Harry empezó de nuevo, entonces se detuvo .— Alrededor de ti. Tú haces más difícil para mi pensar bien.
Louis se enfrentó a él, dándole su completa atención a Harry. Esperando oír lo que él creía oír.
—No puedo ir despacio. Te toco y no quiero dejar de tocarte.— Harry alejó la mirada un momento, sus ojos atormentados. Cuando levantó la vista de nuevo, caminó hacia Louis. Su blanca camisa abierta hasta la cintura con una blanca camiseta de delgado algodón escondiendo la vista a su hermoso pecho.
—Pensé que querías mujeres,— dijo Louis, pensando en las tres mujeres con las que Harry estuvo coqueteando esa tarde.
—La mujer que quiero…ella tiene bolas,— Harry dijo sonriendo . — Y la mayoría de las veces, él no usa vestidos. Si de mi dependiera, él no usaría nada.
Una jadeante risa escapó de Louis. ¿Podría ser posible? ¿Harry lo quería?
—¿Sabes lo peligroso que eres para mi?— Harry preguntó. Acarició un lado de la cara de Louis, trazando su mandíbula antes de deslizar su mano por su cabello .— No en mi trabajo. Eso puede ser complicado, pero sobreviviré a eso. A ti, no estoy seguro que pueda sobrevivir.
El pecho de Louis dolía. Más, quería oír que Harry dijera más. — ¿Vas a besarme? Porque como yo lo veo vas a besarme. Puedes llamarlo ilusión si quieres. Tú puedes borrar la memoria de un hombre con uno de tus pucheros.
—Cállate,— Harry murmuró contra los labios de Louis.
—Callado.
Harry cubrió la boca de Louis con la suya. La sostuvo en una dulce presión por un momento antes de liberarla y permitir algo de espacio entre ellos de nuevo.
Harry había hablado más esa noche que lo que había hecho en toda la misión completa. Y Louis no quería que se detuviera. Las palabras tenían mucho peso para el futuro de Louis. El futuro de ambos, esperanzadoramente.
—Puedo fácilmente enamorarme de ti. Dices lo que piensas y te importa una maldita cosa quien oiga. Eres un imbécil. Un divertido imbécil, e incluso usando una ridícula bata de flores con tu pene asomándose, tú me enciendes sin intentarlo. Que no cocines me importa un bledo. Perdí la cabeza con lujuria hasta que tuve problemas para hablar. Así que no hablo a riesgo de decir que te quiero y que espero que te sientas de la misma manera. No temes ir detrás de lo que quieres. Tú me besaste y sentí como si estuviera en el único lugar en el que quería estar, pero aun así no podía acercarme lo suficiente. Me dejabas suponiendo, queriendo, deseando.
—Harry,— Louis gimió, sin habla, excitado mas allá de la razón.
Harry lo silenció sacudiendo la cabeza. —Nunca iría tras de ti. Eres peligroso para mi porque en solo dos días que pasé contigo ya sabía que cualquier chico que conociera lo mediría con lo que siento por ti ahora.— Harry se apartó .— Necesito alejarme, Louis, porque no puedo decirte no y no soy lo suficientemente objetivo para pensar que esto es solo estrictamente físico.
—¿Alejarte? ¿Te parece que no estoy interesado?— Louis preguntó, incrédulo. ¿Cuántas veces tenía que correrse por el hombre, eyacular por el hombre antes de que Harry supiera que también era diferente para Louis?
—Para un rollo, seguro. Lo que yo quiero es mucho más duradero que toda una noche jodiendo tu apretado culo. No creo que estés listo para eso.
—Entonces, ¿qué es lo que crees que quiero? Muero porque ilumines el tema,— Louis retó.
—Hablas mucho acerca de mí, pero a ti parece gustarte lo visual.
—¿La carne?— Louis preguntó, perplejo. —¿Todo lo que quiero es un cuerpo caliente para hundir mi pene en él? Supongo que tienes que aprender algunas cosas acerca de mí. Yo sé cosas de ti sin que me las hayas dicho.
Harry cruzó sus brazos sobre su pecho. Una clásica postura de desafío de Harry. ¿Ves? Louis sabía eso, ¿no es así?
—Estoy enamorado de ti, retrasado, incluso si tu mamá hizo que crecieras con hormonas de crecimiento,— Louis dijo, sonriendo . — Confesando que podrías estar enamorado de mi con demasiado detalle para no ser nada, a menos que ya estes enamorado de mi. Dices mucho para un tipo que no dice mucho. Tu lenguaje corporal marca bien los puntos. Llena los espacios que tu discurso deja en blanco. Incluso un medio-imbécil detective puede ver eso. Estabas contando con que el novato se perdiera los detalles. No hay posibilidad.
La expresión de Harry se suavizó. —¿Cómo?
—¿Me dejarás continuar con el mismo tono?— Louis preguntó.
—Estoy escuchando.
—Eres lo suficientemente duro para lanzarme contra la pared sin esfuerzo, muy sorprendente que prefieras agregarle jarabe de chocolate al café, y bastante gentil para provocarme con besos. Te importó cuando creíste que me habías lastimado,— dijo Louis levantando sus muñecas .— Infiernos, incluso trataste de besarme mejor. Tienes grandes habilidades de chef, las aprendiste de tu papá, pero no eres un snob que ve por debajo de su nariz a los otros que no pueden hacer eso. Tu investigación fue impecable y mantuviste cada cosa guardada en tu pecho. Algunas veces demasiada guardada. Eres un amante apasionado y demandante. Generoso y compasivo y sé que caíste enamorado a mis pies.
—No dije amor,— Harry gruñó.
—No tienes que decirlo.
Nada se quedó en el tintero. Harry estaba excitado como el infierno con amor mezclado con miedo y esperanza en el caldero de la lujuria. Las cosas que podrían marcar el alma de Louis de por vida.
Harry sacudió la cabeza. —Tu culpa,— dijo a través de una temblorosa respiración .— Eres una jodida tentación.
—No la suficiente tentación para hacer que lo digas,— Louis dijo.
—¿Decir qué?— Harry soltó el aliento, claramente complacido con la deducción de Louis. Una lenta sexy sonrisa se formó en sus labios .— Eres inteligente, atrevido, sexy y caliente como el infierno. Incluso tu incesante charla me enciende.
—¿Y?
Harry lo interrumpió capturando el labio inferior de Louis entre los suyos. —También te amo. ¿Vas a callarte para que pueda besarte?
—Callado.
Fin.
—No, realmente, no bailo,— Louis le dijo al libidinoso viejo por segunda vez.
—Vamos será divertido. Les daremos algo de qué hablar. Mantendré mis manos en mi mismo,— Vincent prometió con palabras saturadas de alcohol. Sus ojos nunca dejaron los falsos senos de Louis. Y si la saliva en la esquina de la boca de Vincent significaba algo, Louis podía estar seguro de que él quería atraparlo.
Alto y distinguido, Vincent tenía su atractivo. Una cabeza llena de abundante cabello blanco. Louis revisó distraídamente el cuarto buscando a Harry. Casi sonríe cuando lo descubrió conversando con una pareja, su mirada fija en Louis.
—En ese caso, si,— Louis dijo, dándole a Vincent una forzada sonrisa.
Él tomó el vaso de Louis y lo dejó en la mesa. Vincent se acercó. —¿Sabes?, bailar es como el sexo con ropa.
Genial.
—Louise,— Doreen habló, haciéndole señas.
—Hola, Doreen. Oh, lo siento tanto. Continuaremos esto después, Vincent.— Louis se separó del control de Vincent.
—Estaré esperando,— Vincent prometió. Amenazador.
Louis se dirigió hacia Doreen en la dirección opuesta. —Gracias por interrumpir eso. Te debo una.
—Afortunadamente, hay una oportunidad justo ahora.— Ella se rió ante su propia críptica broma .— No te preocupes por Vincent. Es igual con todas las mujeres, especialmente las grandes.
¿Debería Louis estar ofendido? —Grande, ¿huh?
—No quise decir eso, cariño. Él solo… no aprecia a las escuálidas chicas en talla dos.
—¿Y lo dejas tantear? ¿Qué con su esposa?— Louis preguntó.
—Cada esposa es la esposa de Vincent, le oí decir eso. Silencio, ahora, no digas nada más.
Doreen redirigió el camino alejando a Louis de la fiesta. Carla esperaba por ellas y las condujo a otro cuarto.
Nina sonrió cuando ellas llegaron juntas. Ella les dio una copa de champagne a cada una. Una quinta estaba burbujeando serenamente en la mesa de café. ¿De quién?
—Bienvenida al vecindario, Louise.— Nina levantó su copa.
—Bienvenida al vecindario.— Las otras dos murmuraron.
La quinta persona no se materializó, Louis mantuvo la pregunta para si mismo. Él las siguió y levantó la copa y aceptó el brindis. El aire se sentía pesado y con razón.
¿Lo habría visto Harry salir?
Louis siguió bebiendo, preguntándose qué seguiría y esperando como el infierno que el microfono funcionara.Ellos no habían tenido confirmación de la oficina del sector después de haber marcado la secuencia y notificado la posible actividad esa noche. Podía solo asumir que los chicos técnicos estaban escuchando en algún lugar y saldrían si era necesario.
—Esto es lo que parece. Todas mis mujeres en un mismo lugar.
La voz de Vincent se deslizó como aceite frió por la columna de Louis. Él llegó al lado de Louis y deslizó su brazo sobre el hombro de Louis.
Nina se rió cuando Louis giró los ojos. Ella le dio a Vincent la quinta copa.
Doreen le dio un guiño a Louis.
Me estás engañando.
Vincent bajó su brazo y palmeó el trasero de Louis.
Louis mantuvo su irritación bajo control. Esta vez. Si la mierda trataba de nuevo, le quebraría la jodida muñeca. Su culo tenía un jodido letrero de reservado, incluso aunque Harry no aceptara la invitación.
—El Club de Jardinería tiene un nuevo miembro,— Vincent dijo sarcásticamente .— Nosotros somos un grupo dedicado con conexiones, Louise. Nuestra clientela crece fuerte todos los días.— Resopló ebrio .— Crece. ¿Lo captas? La clientela crece, como la hierba.
—Vincent,— Doreen amonestó.
—Silencio mujer. Nosotros, todos somos socios aquí. Todos somos amigos. ¿No es verdad, Louise?— Se tambaleó contra Louis, y le plantó un húmedo beso en la cara.
—Nos reunimos los miércoles en la biblioteca infantil,— Carla dijo .— Segundo cuarto de conferencias. Genial cubierta, ¿no te parece?
—Brillante,— Louis aceptó. ¿Quién sospecharía de una reunión de traficantes de drogas en la biblioteca infantil de un acaudalado barrio suburbano?
Vincent se inclinó pesadamente contra los hombros de Louis, exhalando su inflamable aliento en su cuello.
—¿Y el necesario sembradío? Se requieren tres diferentes variedades del mejor grupo de híbridos si vamos a aumentar la producción,— dijo Louis.
—Esa es la belleza de esto.— Dijo Doreen. —Todo está aquí. Realmente, entre nosotros. Usamos energía solar, nuestra energía está fuera de esto, así evitamos el consumo excesivo, y solo somos simples familias usando la energía promedio.
—Pero no lo somos. La cantidad de energía que obtenemos y acumulamos y la que compramos a la compañía eléctrica se encarga del cultivo de la casa.— Carla agregó, emocionada.
—¿Está aquí? ¿En el sótano?— Louis preguntó.
Nina se rió. —Todos nuestros sótanos y pronto tuyos.
—Hileras e hileras de hermosa hierba verde,— Carla agregó. Sus ojos brillaban.
Louis pensó en las imágenes infrarrojas del satélite que Harry le había mostrado. Ninguna de esas casas mostraban puntos de calor. —¿Cómo pueden esconder las señales del calor?
—Eso lo hace Vincent. Él no es solo nuestro proveedor, es también la mente brillante detrás de la alta tecnología, colocó paneles aislantes,— Doreen explicó.
Carla tomó lo último de su champagne. —Eso realmente absorbe la energía que utilizamos para lograr que las plantas crezcan, entonces las aísla y enfría las celdas del resto de nuestros paneles solares.
—Esa es una enorme inversión,— Louis dijo. La idea se veía increíblemente ingenua y creativa. ¿Pero cómo la convierten? ¿Cómo hacia “Vincent el borracho” para saber de eso?
—Mi dinero. Mi compañía. Mis recursos. Mi olla libre.— Vincent pasó su mano arriba y debajo de la espalda de Louis, más interesado en inhalar que en escuchar la conversación.— No puedes hacer dinero sin gastar dinero.
Las implicaciones eran enormes. Que las ventas se fueran al cielo era cuestión de tiempo. Con mínima dirección, poca acción y pocos cultivadores; a menor número, mayores ganancias que podrían aumentar, doblándose o triplicarse con el nuevo sistema para cada cultivador. Vincent y sus damas podian arrinconar el mercado.
Ellos controlarían el flujo de drogas y los precios. Con productos de calidad Premium y bajos costos, ellos acabarían con los otros cultivadores hasta que ellos tuvieran la mayoría. De ahí las posibilidades eran ilimitadas. Manteniendo la calidad Premium hasta que los consumidores compraran desesperados.
Y había consumidores por todos lados. Cada escuela, cada oficina, cada departamento del gobierno.
Sin obstáculos, ellos tendrían el poder. No era extraño que quisieran lo que creían que Louise ofrecía. Organización, creación de redes, investigación de recursos en varias comunidades… Infiernos, sí. Ellos querían a Louise. Ella les daría una vía rápida a la cima.
—Vincent es un genio,— Nina murmuró.
—Y si Vincent quiere algo. Vincent lo tiene,— Doreen dijo.
—Damas, ¿por qué no salen y nos dejan a Louise y a mi conocernos un poco más?— Vincent sugirió. Su brazo clavado en la cintura de Louis.
—Joder, no.— Louis dijo retirando el brazo.
La expresión de Doreen se desencajó, su sonrisa cambió a la clásica señal de una reprimenda en formación. Todos ellos fueron interrumpidos cuando la puerta se abrió y los agentes de la DEA entraron armados.
—Ya era jodido tiempo,— Louis dijo.
Se quitó la peluca y abrió los botones de su vestido, mostrando su enorme y práctico bra blanco. Jalando el cable negro, ya había oído todo lo que necesitaba saber del club de Jardinería.
—Ella es un niño,— Vincent exclamó, cayéndose de culo en su esfuerzo por alejarse. —Ella es un ¡él!
—Atrapado, por así decirlo.— Louis dijo con una traviesa sonrisa.
-
Louis se levantó el vestido y sacó la maleta. —Ve y empaca tus cosas, Tomlinson. El equipo limpiará y se encargará del resto,— le gritaron .— Buen trabajo, Tomlinson. Lindas tetas,—alguien más dijo .— ¿Vas a celebrar? ¿Vas a joder?
Todas las cosas para asegurarse de irritar sus nervios. Se bañó, arrancando a Louise al olvido y se vistió con los pantalones de Harry. Entonces por qué estaba enojado, fue al cuarto de Harry y tomó también una de sus camisas. Estaba jodidamente nadando en esa cosa.
Él tomó el frente de la camisa de suave algodón y la metió dentro de los pantalones, acomodando el borde.
—¿Me estás evitando, Harry? ¿Temes que quiera una jodida de despedida y no te sientes caritativo?— dijo bufando las palabras.
Dios, su corazón dolía.
Louis tomó un par de estúpidos calcetines. —Maldición.— Cerró los ojos por el reciente dolor. Luchó contra la verdad, excepto que ahora sabía que había luchado. Él estaba enamorado de Harry.
—Soy tímido,— Harry dijo, tranquilamente.
Louis vio alrededor, sorprendido. Bueno, Harry estaba de regreso. ¿Pero qué tenía que ver que fuera tímido con el caso?
—Soy tímido,— Harry empezó de nuevo, entonces se detuvo .— Alrededor de ti. Tú haces más difícil para mi pensar bien.
Louis se enfrentó a él, dándole su completa atención a Harry. Esperando oír lo que él creía oír.
—No puedo ir despacio. Te toco y no quiero dejar de tocarte.— Harry alejó la mirada un momento, sus ojos atormentados. Cuando levantó la vista de nuevo, caminó hacia Louis. Su blanca camisa abierta hasta la cintura con una blanca camiseta de delgado algodón escondiendo la vista a su hermoso pecho.
—Pensé que querías mujeres,— dijo Louis, pensando en las tres mujeres con las que Harry estuvo coqueteando esa tarde.
—La mujer que quiero…ella tiene bolas,— Harry dijo sonriendo . — Y la mayoría de las veces, él no usa vestidos. Si de mi dependiera, él no usaría nada.
Una jadeante risa escapó de Louis. ¿Podría ser posible? ¿Harry lo quería?
—¿Sabes lo peligroso que eres para mi?— Harry preguntó. Acarició un lado de la cara de Louis, trazando su mandíbula antes de deslizar su mano por su cabello .— No en mi trabajo. Eso puede ser complicado, pero sobreviviré a eso. A ti, no estoy seguro que pueda sobrevivir.
El pecho de Louis dolía. Más, quería oír que Harry dijera más. — ¿Vas a besarme? Porque como yo lo veo vas a besarme. Puedes llamarlo ilusión si quieres. Tú puedes borrar la memoria de un hombre con uno de tus pucheros.
—Cállate,— Harry murmuró contra los labios de Louis.
—Callado.
Harry cubrió la boca de Louis con la suya. La sostuvo en una dulce presión por un momento antes de liberarla y permitir algo de espacio entre ellos de nuevo.
Harry había hablado más esa noche que lo que había hecho en toda la misión completa. Y Louis no quería que se detuviera. Las palabras tenían mucho peso para el futuro de Louis. El futuro de ambos, esperanzadoramente.
—Puedo fácilmente enamorarme de ti. Dices lo que piensas y te importa una maldita cosa quien oiga. Eres un imbécil. Un divertido imbécil, e incluso usando una ridícula bata de flores con tu pene asomándose, tú me enciendes sin intentarlo. Que no cocines me importa un bledo. Perdí la cabeza con lujuria hasta que tuve problemas para hablar. Así que no hablo a riesgo de decir que te quiero y que espero que te sientas de la misma manera. No temes ir detrás de lo que quieres. Tú me besaste y sentí como si estuviera en el único lugar en el que quería estar, pero aun así no podía acercarme lo suficiente. Me dejabas suponiendo, queriendo, deseando.
—Harry,— Louis gimió, sin habla, excitado mas allá de la razón.
Harry lo silenció sacudiendo la cabeza. —Nunca iría tras de ti. Eres peligroso para mi porque en solo dos días que pasé contigo ya sabía que cualquier chico que conociera lo mediría con lo que siento por ti ahora.— Harry se apartó .— Necesito alejarme, Louis, porque no puedo decirte no y no soy lo suficientemente objetivo para pensar que esto es solo estrictamente físico.
—¿Alejarte? ¿Te parece que no estoy interesado?— Louis preguntó, incrédulo. ¿Cuántas veces tenía que correrse por el hombre, eyacular por el hombre antes de que Harry supiera que también era diferente para Louis?
—Para un rollo, seguro. Lo que yo quiero es mucho más duradero que toda una noche jodiendo tu apretado culo. No creo que estés listo para eso.
—Entonces, ¿qué es lo que crees que quiero? Muero porque ilumines el tema,— Louis retó.
—Hablas mucho acerca de mí, pero a ti parece gustarte lo visual.
—¿La carne?— Louis preguntó, perplejo. —¿Todo lo que quiero es un cuerpo caliente para hundir mi pene en él? Supongo que tienes que aprender algunas cosas acerca de mí. Yo sé cosas de ti sin que me las hayas dicho.
Harry cruzó sus brazos sobre su pecho. Una clásica postura de desafío de Harry. ¿Ves? Louis sabía eso, ¿no es así?
—Estoy enamorado de ti, retrasado, incluso si tu mamá hizo que crecieras con hormonas de crecimiento,— Louis dijo, sonriendo . — Confesando que podrías estar enamorado de mi con demasiado detalle para no ser nada, a menos que ya estes enamorado de mi. Dices mucho para un tipo que no dice mucho. Tu lenguaje corporal marca bien los puntos. Llena los espacios que tu discurso deja en blanco. Incluso un medio-imbécil detective puede ver eso. Estabas contando con que el novato se perdiera los detalles. No hay posibilidad.
La expresión de Harry se suavizó. —¿Cómo?
—¿Me dejarás continuar con el mismo tono?— Louis preguntó.
—Estoy escuchando.
—Eres lo suficientemente duro para lanzarme contra la pared sin esfuerzo, muy sorprendente que prefieras agregarle jarabe de chocolate al café, y bastante gentil para provocarme con besos. Te importó cuando creíste que me habías lastimado,— dijo Louis levantando sus muñecas .— Infiernos, incluso trataste de besarme mejor. Tienes grandes habilidades de chef, las aprendiste de tu papá, pero no eres un snob que ve por debajo de su nariz a los otros que no pueden hacer eso. Tu investigación fue impecable y mantuviste cada cosa guardada en tu pecho. Algunas veces demasiada guardada. Eres un amante apasionado y demandante. Generoso y compasivo y sé que caíste enamorado a mis pies.
—No dije amor,— Harry gruñó.
—No tienes que decirlo.
Nada se quedó en el tintero. Harry estaba excitado como el infierno con amor mezclado con miedo y esperanza en el caldero de la lujuria. Las cosas que podrían marcar el alma de Louis de por vida.
Harry sacudió la cabeza. —Tu culpa,— dijo a través de una temblorosa respiración .— Eres una jodida tentación.
—No la suficiente tentación para hacer que lo digas,— Louis dijo.
—¿Decir qué?— Harry soltó el aliento, claramente complacido con la deducción de Louis. Una lenta sexy sonrisa se formó en sus labios .— Eres inteligente, atrevido, sexy y caliente como el infierno. Incluso tu incesante charla me enciende.
—¿Y?
Harry lo interrumpió capturando el labio inferior de Louis entre los suyos. —También te amo. ¿Vas a callarte para que pueda besarte?
—Callado.
Fin.
monieli_ls
Temas similares
» El amor no tiene precio |Larry Stylinson|
» + how about a full promise?
» My bad boy/ Larry Stylinson/ TERMINADA
» You will be my everything (Larry Stylinson)- Terminada-.
» Look After You -Larry Stylinson|TERMINADA|
» + how about a full promise?
» My bad boy/ Larry Stylinson/ TERMINADA
» You will be my everything (Larry Stylinson)- Terminada-.
» Look After You -Larry Stylinson|TERMINADA|
O W N :: Fanfiction :: Fanfiction :: One Shot's
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.