Your guardian angel {Larry Stylinson}

27 de julio de 2013

Señor;

Probablemente, en estos momentos, no desees tener nada que ver conmigo, quiero decir, estuve ignorando mis deberes por veintiún años… y sinceramente no tengo alguna excusa válida que presentar, solamente mis más sinceras disculpas, a pesar de que no me las merezca.

Sin embargo, estuve un tiempo buscando a ese tal chico que me tocaba resguardar durante la vida entera y jamás pude encontrarlo. Tal vez estaba demasiado ciego como para verlo. Lo siento, de verdad que sí, ya que te dejé el trabajo pesado de cuidarlo cuando realmente el que debía cumplir la tarea sería yo, yo, yo, yo y solamente yo. Una de mis hermanas me había dado una mano para encontrarlo, es decir, Gemma, ella bajó a La Tierra sin dejar que nadie la observase, indicándome en donde se encuentra el chico.

Suelen decirme los demás que tienen un protegido que es de maravilla, algunos dicen que el suyo es una actriz o un actor; cosa que no sé que es y cada vez que pregunto, no responden y solo se ríen de que soy totalmente un novato en esto; hay otros también que dicen que los suyos son cantantes, cosa que tampoco entiendo ya que eso significaría que tendrían nuestras mismas especialidades para cantar, aunque no creo que sea de una manera celestial como lo hacemos todos nosotros.

Lo que quiero decir, es que el punto es que realmente necesito otra oportunidad. Quiero sentirme vivo, y sé que la única manera de hacerlo es siendo el ángel guardián que tengo que ser. De todas formas, nunca debí haberte fallado si tú jamás lo hiciste.

Por otra parte, con todo respeto, saldré mañana temprano y no esperaré ninguna respuesta, pues no planeo seguir retrasándome en esto, que para serte sincero, me emociona bastante.

Por cierto, Gemma me ha hablado del tal chico. Tiene veintiuno -vaya, tiene sentido- y va a ir a una prestigiosa Universidad ubicada en Inglaterra, luego de un año soviético en el cual se fue de intercambio a París. Es increíble. Creo que realmente será ese chico interesante, y espero que lo sea más de lo que creo. Igualmente, me ha especificado que es un chico de un muy lindo parecer y de buen gusto.

Espero caerle bien cuando lo vea.

Bien, creo que es tiempo de decir: Nos vemos. No diré adios, porque apenas este es el comienzo. Y espero a que te acostumbres a ello, pues jamás me oirás decirlo.

— Harry.

29 de julio de 2013

Señor;

He llegado a La Tierra y tengo diecinueve años con cinco meses y veintiocho días. Nunca me imaginé que sería así de joven y atractivo en este lugar, pero supongo que siempre había sido así, porque claramente me juré a mí mismo que no usaría mis dones de posesión porque quería ser yo ante los ojos de todos los que me mirasen en la calle. No quería tener la reputación de un chico malo, o de un muchacho sobresaliente y estudioso, o de aquel que sale de noche a escondidas de sus padres. Quería ser yo y nada más, algo así como si estuviese empezando de cero. Por suerte, ya puedo dominar el arte de la invisibilidad con mis alas; solo la gente que yo seleccione puede observar mis alas. ¿Excelentemente extraordinario, no es así? Aun no quisiera que él las contemplase, ya que no quiero que se espante sin siquiera conocerlo.

He conseguido un lugar llamado "Biblioteca", que supuse yo que venía de Biblia y por eso me había llamado mucho la atención y allí conseguí muchos libros acerca de las leyes y de las cosas que tengo hacer como niño de diecinueve años. Pude percatarme de que los muchachos de esa edad van a la universidad, o si son demasiado brillantes, justo ahora están trabajando. Él vive en Oxford, un lindo y gigantesco lugar que tiene una universidad que posee el mismo nombre. Es un internado. Actualmente, busqué en uno de los libros que tenía todas las palabras que solían ser extrañas para mis oídos y aprendí que un internado es un instituto en el cual, los estudiantes, en lugar de ir todos los días a la academia, dormían allí en unas respectivas habitaciones divididas en género.

Me dirigí a ese lugar con tan solo cerrar los ojos; en pocas palabras, me he teletransportado… y afortunadamente, nadie se sorprendió al verme aparecer repentinamente. ¿Qué acaso es algo común que los mortales aparezcan y desaparezcan de la nada? Vaya, otra cosa que investigar.

Mientras caminaba, nadie me quitaba los ojos de encima, y me pregunté miles de veces qué sucedía. ¿Estaba brillando? ¿Mis ojos eran demasiado resplandecientes? ¿O es que tenía las alas extraordinariamente visibles? A la última pregunta, abrí mis ojos de manera que parecía un búho y traté de observarlas; aún las tenía… pero también me indagaba si yo era el único capaz de verla. No podía llegar así nomás con unas alas enormes y resplandecientes del color de las perlas del mar.

"Bonito disfraz" decían unos, otros me recordaban mil veces que no eran carnavales. Hasta llegaron a preguntarme si estaba loco… así que las hice desaparecer, y todos me miraron con confusión en el rostro. Mi expresión facial era probablemente indiferente; como si no me importase nada más que llegar a mi objetivo y así era, para serte sincero.

Cuando mis alas se esfumaron, los chicos me miraban con rabia a la vez que las muchachas me miraban con sonrisas que iluminaban todo el mundo. Entonces recordé a la luna cuando estaba menguante. Parecía una sonrisa, pero no me daba la misma sensación. Junto a ella, habían otras damas de lindas curvas por su cuerpo, y todas utilizaban pantalones que eran muy pequeños, es decir, terminaban mucho antes de la rodilla, por lo que podía ver sus piernas pálidas y al parecer, suaves. Todas reían ligeramente, susurrándose una a otra a la vez que se mordían los labios que tenían un tono rosa y que parecían corazones. Sacudí la cabeza y suspiré, para a continuación guardar mis manos en unos mínimos orificios ubicados en mi pantalón.

Aún me veían y podía sentir como un ejército de féminas se formaba detrás de mí.

Traté de no voltear y lo logré. Pero no todas las miradas eran ambiciosas y sonrientes, ya que la de los muchachos me demostraban odio y desprecio sin que yo les hiciera daño o algo parecido. Por lo que podía entender de sus pensamientos, "me estaba robando a sus chicas" y yo no entendía ese término porque no me las llevaba sin permiso; realmente, ellas me seguían a voluntad.

Escuché risas que no reflejaban burlas nuevamente. Así que me detuve y me torné, observando los rostros de las muchachas llenas de lujuria y pasión. Como Niall me diría: están enamoradas… y ahora que menciono su nombre, estoy seguro de que él lo había hecho a propósito solo para tener un buen rato, y verdaderamente así era porque de manera repentina, un gato apareció a mi lado y me observó con sus ojos tan azules como el cielo; y nadie más tenía tan brillante tono de ojos como nosotros, esas son una de las cosas que nos hacen especiales.

Inmediatamente, supe que era Niall.

—Te lo mereces—mencionó a través de sus ojos, logrando que me confundiese. Las mujeres detrás de mí solo podían gemir de ternura y eso me comenzaba a molestar, mas lo ignoré.

—¿Acaso hice algo malo?—le dije sin articular palabras.

—Todos estamos enojados, a excepción de Él.

Sonreí. Sabía que valdría la pena cuando escuché tu nombre, ¡porque no estabas molesto! Eso me había hecho el día.

—¿Celoso, Niall?—bromeé, riendo.

Un grito ahogado salió de las bocas de las señoritas y reprimí mi risita, recibiendo una del gato blanco a mi lado.

—Me las pagarás, Harry, lo harás.

—¿No crees que ya es suficiente con todo esto? Quiero decir, lo último que quiero es que me estorben unas jóvenes enloquecidas.

—No solamente eso: ahora seré tu mascota, ¿qué tal?

Me detuve en seco y mis ojos se ampliaron increíblemente. No quería que él estuviese conmigo todo el tiempo, pues yo soy el que se encargará de proteger… aunque entendí que jamás había tenido una libertad de expresión coherente en nuestro reino. Él es el ángel que menos sabe manejar al amor en La Tierra y debo admitir que los demás siempre lo excluyen solo por el hecho de que es muy amable y sus ideas van en torno al cariño, a pesar de que no funcionen ni un poco, sin embargo, debo aclarar que también hace unos aportes bastante ridículos.

—No, no lo serás—espeté, serio.

—Claro que sí.

—No si yo no te lo permito.

—¿Y quién te dijo que tú tienes que permitírmelo? Además, debo enseñarte cosas que aún no sabes acerca de la vida humana—sugirió. Ellas solo suspiraban enamoradas y supe desde un principio el por qué: estaba hablando con un gato sin mover los labios o expresar algún sonido. Sólo lo observaba y él a mí, eso es todo—Igualmente, no creo que tengas tiempo para visitar diariamente la biblioteca para leer una y otra vez un libro.

Lo pensé muy bien antes de responderle… y la verdad era que tenía razón. Suspiré, un poco molesto y frustrado.

—Bien—mascullé, logrando que tal animal se acercase a mis piernas y se acurrucara con ellas, yendo de lado a lado casi dejando el símbolo del infinito marcado en el suelo al rededor de mis piernas.

Rieron, gimiendo de ternura nuevamente. Resoplé.

—Eres de lo peor.

—Repítelo nuevamente y haré que se amontonen todas a tu alrededor mientras que acarician partes que aún no conoces de tu cuerpo humano.

No quería saber acerca de ellas. No me parecía muy importante, pero solo el hecho de que ellas se acercasen y me tocasen todo mi ser, me asqueaba totalmente, así que decidí callarme.

Ratos después, me guió a la administración de Oxford e hizo que la secretaria se volviese loca por mi físico (tomando en cuenta que al menos, en mi forma humana, me lleva veinte años). Al final de todo, terminé inscrito después de llenar unos papeles y la mujer me había mencionado que no tenía que hacer la prueba de admisión porque "parecía muy inteligente". Niall sugirió que debería estudiar para la carrera de Periodismo, pero me negué porque eso implicaría salir en televisión y la idea era pasar desapercibido, así que nomás decidí estudiar la misma carrera que mi protegido había seleccionado, para cuidarlo lo más posible: Arquitectura. Niall me dijo que no estaba nada mal, y que tal muchacho era muy creativo y que estaba ansioso porque yo lo conociera. De igual manera, hablé seriamente con él acerca de sus poderes de hacer que la gente se salga de control al ver mi físico, además de que también especulé que prefería que Cupido se encargase de eso ya que me parece que es más sabio y muchísimo mejor que él. Se enojó a medias, pero me dijo que lo haría si yo no lo echaba por ahí. Le sonreí porque jamás tenía la intención de hacerlo: él era el mejor hermano de todos.

Alquilé un apartamento el mismo día, sabes, de esos en los que la cocina está en el mismo espacio que la recámara y que todo está en un mismo lugar, es decir, solo de una habitación, ya que no necesitaba una majestuosa mansión en la cual solo viviría en vacaciones de verano. Sé que no es el más lujoso de los lugares, pero será acogedor para cuando lo necesite.

Ahora solo sé que debo esperar una semana exacta para comenzar a tomar clases, ya que Niall se encargó de aparecer los útiles universitarios. Estoy muy emocionado por ello.

Si te preguntas si es que he llegado a encontrarlo, te diré con sinceridad que aún no quiero buscarlo. Quiero conocerlo en la universidad, y espero que no sea demasiado tiempo de espera. He tenido pensado en adelantar el tiempo, pero no quiero causar confusión o un caos mundial. Oh, de igual forma tengo que mencionarte que las damas aún están detrás de mí porque Niall no tiene el poder de hacer que se desenamoren, y esa es una de las razones por la cual quiero que Cupido se encargue. Él es mejor.

— Harry.