Le Palais des poissons

por **iignorance** Dom 24 Mar 2013, 10:56 am

Sinopsis

• Titulo: Le Palais des poissons [El Palacio de los peces]
• Autor: iignorance ®
• Género: Fantasía
• Contenido: [-]escenas lésbicas. Algunos de los hechos, es realidad transformada en fantasía para este cuento.
• Advertencias: Ya hablado sobre su contenido, quién sea homofóbico que no lo lea o puede atreverse sin comentarios ofensivos. Cierta demora para subir los capítulos.

’’En un orfanato de Francia, se informaba de desapariciones de grupos de niños mientras jugaban y que las señoritas que trabajaban ahí eran raptadas y después al otro día aparecían con una personalidad distinta y eran malas con los niños, porque, por una razón ellas decían que los niños les daba miedo a las cosas que jugaban... Juliette es la única del orfanato y se va imaginando cosas para no estar sola. Vive hasta sus 20 años, pero no recuerda como llegó a ese lugar. Un mundo se va creando y es la única forma de que ella logre recuperar sus recuerdos, pero ¿Es realidad?

por **Marina Scholl.** Lun 25 Mar 2013, 2:02 pm

Tiene pinta de historia rara.... me gusta.
Homofobica?? Homophobia is gay, amiga jjajaajaja
Empiezalo ya, por favor

por **iignorance** Miér 11 Sep 2013, 9:12 pm

EL CONEJO SOMBRERO DE COPA

PRIMER TREBOL

Diario Site Communauté: "El Orfanato del Trébol"

La señorita D. Rousso, ex profesora del Orfanato del Trébol, dejó su trabajo por los extraños comportamientos de algunas de las profesoras del lugar, también de las desapariciones de profesoras y niños. A las señoritas no se las veía en un día, pero al siguiente llegaban sin ninguna novedad y se comportaban distinto a cómo eran antes, se volvían muy exigentes con los niños y le gritaban [...] Los niños desaparecían y no volvían. Algunos se contaban rumores sobre un conejo que los invitaba a comer dulces, pero realmente se los llevaba a un palacio de un pez gigante que vestia formalmente pasándose por una persona y se los comía. Pero tan solo era un cuento que las profesoras les leian después de dormir [...] Ahora ciertas teorías y rumores se hablan de las desapariciones del orfanato por todo el pais. No se sabe realmente quien es el sospechoso que rapta niños. Se sospechan de que hayan sido las mismas profesoras [...] Hace años que esto va sucediendo, pero se detuvo desde que cerraron el orfanato el año anterior, no se ha sabido nada de él y tampoco de los que seguían dentro.

D. Rousso hablaba de unas once personas, siete eran niños y cuatro eran los maestros y maestras que quedaron. Algo que también se ha dicho, es sobre el ex director del Orfanato del Trébol, fundado hace muchos años atrás en Francia [...] Personas que iban a investigar estos sucesos, como científicos, investigadores de lo paranormal y otros, salen del lugar el mismo día a las 7 pm, pero dicen haber estado cinco días dentro [...]
Talvés el cuento del pez tenga algo que ver con los sucesos.

Primera parte

Sentada en el gran comedor de la sala, estaba la chica rubia, teniendo al frente un pastel rosado que se había comprado para ella misma, la torta, los regalos y las velas. Vestia como una de sus maestras del orfanato, un vestido largo, antigüo como de la época y con el pelo tomado como tomate.
Todo el lugar era un silencio y estaba bastante oscuro, las salas eran opacas y las paredes rasgadas, sucias. Se escuchaba un canto y un resplandor se veía de lejos por los pasillos, por las velas que Juliette había ya prendido:
-Juliette~ puedes pedir tu deseo- se lo dice para ella con un todo de melodía. Cierra los ojos y piensa en su deseo, ya hecho sopla las velas:
-¡Bien! ¿Por qué no vas a abrir tus regalos, Juliette? y para hacerlo más divertido, tienes que encontrarlos-
Juliette se levantó de su asiento y empezaba a tararear una canción que las maestras les cantaban a los niños cuando jugaban. Entró a la cocina y abrió el horno, de él sacó un paquete y se lo llevó al comedor:
-Ábrelo, Juliette, no nos dejes en duda ¿Qué será? vamos, ábrelo-
Abre una esquina del paquete y ve asomarse la esquina de la portada de algún libro o lo que fuera y con mucha curiosidad lo siguió abriendo y en el paquete se encontraba un cuaderno de tapa negra. La mujer al verlo se le dibuja una sonrisa tierna en su rostro y corre al pasillo, sube las escaleras y entra a su habitación, una de las primeras cuatro.
Dejó el cuaderno sobre el escritorio lleno de libros encima ordenados alfabéticamente mientras ella busca y trae las cosas necesarias para escribir en su nuevo cuaderno. Se sienta cómodamente en su silla de madera y mueve el lápiz con sus dedos de arriba a abajo.
-¿Alguna idea? mis cuentos no son como los anteriores, pero...-
Mete su mano dentro del bolsillo de su vestido y saca unas llaves. Con una de ellas abre el cajón del medio de su escritorio. Varios pequeños libros estaban ahí dentro. Toma uno con tapa rojo opaco, lo abre y en el otro lado de la tapa principal se encontraba un nombre escrito "Peter".
"oh... este conejo. De pequeña le he tenido miedo, pensaba que Peter iba a aparecen en cualquier momento para llevarnos a la trampa del pez" Pensó al recordar su pasado al ver esa imagen.

Un ruido extraño se escuchó muy cerca de su habitación, algo se encontraba detrás de la puerta.
Juliette se acerca con cuidado, camina lentamente en puntillas hasta la puerta. La abre y no ve a nadie, pero más abajo estaba un conejo muy blanco y ojos rojos saltones. Lo toma con cuidado para no asustarlo:
-¿De donde saliste?-
Camina hasta su cama y se sienta con el conejo en brazos:
-Eres lindo, pero no creas que confío en ti. ¿Crees que soy tonta? Sé que eres Peter- Lo toma con las dos manos y lo levanta hasta la altura de su rostro, se queda mirándole los ojos del conejo pensativa, mientras que este mueve su nariz al olfatearla:
-Pero... eres muy diferente, ¿sabes?- Hace una mueca y le sonríe: -Sí, eres lindo, no das miedo-
El conejo si era muy lindo, de ojos celestes y pelaje bastante suave, pero por sorpresa alguna él saca con sus patitas dentro de su panza un sombrero de copa negro y se lo pone sobre su cabeza.
-Claro que soy diferente- a Juliette se le paran los pelos de punta y queda paralizada sin quitarle de vista: -porque yo no soy ese tal Peter, como tú dices- Sorprendida, no piensa dos veces y tira con fuerza al conejo como si fuera una pelota de beísbol, golpeándolo contra la pared. Él cae al suelo. La joven rubia, aterrorizada coge una almohada y se esconde detrás de esa, abrazándola.
-¡Dios! ¡¿Cómo es que puedes hablar?!-
El pobre conejo, sacude su cabeza, se levanta y de nuevo de su panza saca algo más: una chaqueta negra y corbata rojiza. Se viste y sacude con sus patitas limpiando su cuerpo, así sacado el polvo que tenía. Mira a la chica de manera seria.
-Yo que paso escuchándote hablar sola. Eso es raro-
-Son problemas que yo tengo- Se le ruborizan las mejillas.
-¿Qué haces en este Orfanato? No hay nadie y hace mucho que lo cerraron- Camina hasta donde está la chica con tranquilidad y extiende su patita con un dulce: -¿Quieres?
-No sabia y ¿a dónde más tendria que ir?- Lo mira con el dulce: -No te me acerques, tú debes ser ese conejo que lleva a los niños hasta ese pescado, no lo niegues-
-¿Y después se los come? No lo creo- Ladea la cabeza y guarda el dulce en su bolsillo: -¿Querías un café?-
-¿Café?- pestañea sin comprender: -No cambies de tema... ¡Ah! ¿Cómo no? Ese pescado si se come a los niños, es malo-
-¿Sabes la verdad? puedes verlo por ti misma- Se da la media vuelta, se pone en cuatro patas y empieza a saltar hasta salir de la habitación.
Juliette deja la almohada en donde estaba y camina hasta fuera de su habitación para ver a donde ha ido ese conejo extraño. Lo vio bajar las escaleras, entonces va corriendo a ellas, mira desde la baranda a donde iba él y ella también empieza a bajar tratando de perseguirlo, pero los escalones estaban viejos y quebraron al pisarlos. La chica cae tropezándose por otras escalas hasta el suelo. Lo último que pudo ver, fue al conejo salir por la puerta principal, sin darse cuenta el conejo de lo que le había pasado a ella [...]

por **iignorance** Jue 12 Sep 2013, 5:26 pm

Re: Le Palais des poissons

por iignorance Jue 12 Sep 2013, 5:26 pm

Segunda Parte

Volaba una mosca y después bajaba el vuelo posandose sobre la mejilla del cuerpo acostado en el suelo. La mosca salió volando al sentir que donde estaba parada se había movido.
Abriendo lentamente los ojos, una luz brillante le impedía ver. Todo su contorno estaba en blanco y tratando de pestañear para poder enfocar mejor su vista sus ojos que anteriormente eran azules se volvieron blancos producto del resplandor, pero ya viendo mejor todo el lugar, su color de ojos volvio al original.
Se levantó del suelo con dolor, su cuerpo había sido tan golpeado en la caida por las escalas que le quedaron pequeños moretones en los brazos y piernas. Por un momento se detuvo. El suelo estaba lleno de trampas para ratón, trampas de lobos o animales grandes y también un asqueroso olor a carne podrida que atraía las moscas al lugar.
La pobre rubia se devolvió para subir las escaleras, pero estas estaban envueltas de moscas al rededor, esto provocó un asco terrible. Pensó que no tenía salida, la escalera estaba bloqueada, ni siquiera iba pensar en subirla y tocar la asquerosidad y ese zumbido de las moscas le daba terror. No había ninguna puerta cercana, pero si una que se encontraba pasando las trampas para animales. Sabía que no le quedaba otra opcion que pasar por las trampas, pero se le iba hacer imposible, era muy probable que iba a caer en una de ellas y no había nadie quien le ayudase, solo quedarse ahí hasta desangrarse. O irse a llorar, sentada en el suelo sin remedio y fue lo que hizo.

"Ha de ser aquí tu muerte más estúpida causada por ti misma" se escuchó un pequeño susurro de un niño. El lugar parecía ser una fantasia, un sueño que por estar tan cansada se quedó dormida en su cama abrazando el cuaderno en el que estaba pensado escribir uno de sus cuentos.
"No, no... tú ya estas empezando a escribir el cuento, es mejor que lo sigas..." Dice riendo al final. Dos objetos eran lanzados desde el techo hasta los pies de Juliette, era el cuaderno de tapa roja y la pluma con el cual iba a escribir. Al tomar los objetos, abre su cuaderno y en tenia escrito algo que la impactó:
"La solitaria sala llena de trampas que habían sido puestas por los empleados para terminar con la peste de roedores que entraban para comerse los restos de carne que se botaba cuando los invitados no deseaban comercelas. Esa muchacha que había sido empujado y encerrada en esta sala se había convertido en una peste para los demás. Tal vez era tan desafortunada que iba a morir facilmente ahí y este cuento así terminaría"
No le entraba en la cabeza que ella hubo podido escribir aquello como su cuento, un cuento sobre ella. Rabiosa toma fuerte el cuaderno queriendo partirlo en la mitad, pero la detuvo la misma voz.
"No, no... al romperlo morirás, vamos juega bien el juego. Tienes todo, sabes que hacer" Le hizo caso, tomó la pluma y empezó a escribir en una de las hojas en blanco.
-Esto es un infierno...- Escribió todo lo que se ocurria para salvarse y salir.
"...este cuento así terminaría. Pero no fue así, un amigo que no hace mucho que lo veía, quién la iba ayudar en cualquier momento cuando estaba en peligro, llegó, arrazó con las trampas dejandole el paso a la chica. Ella logro entrar a la puerta saliendo de la asquerosa sala" De repente la pared detrás de ella se rompe y se protege con los brazos para que los escombros grandes no le golpearan -por lo menos ninguno le cae- y se escucha algo que cae en una de las trampas, ella alza la mirada, viendo un bastón en una de las trampas de animal, miró más arriba y ese bastón tenía un bulto con un sombrero, brazos largos. Se trataba de un espantapajaros que vestia como el mismo conejo.
Su bastón hacía presión en la trampa y logró romperla. Saltaba golpeando fuertemente sobre cada trampa sin que estas lograsen alcanzarlo, creando un camino para Juliette hasta la puerta.

Ella rápidamente corre a la puerta y finalmente sale del lugar, fuera del orfanato con un parque al frente. Agitada por el miedo cae de rodillas al suelo y se vuelve a escuchar la voz del niño "¡La estupidez te sigue, nada lo puedes hacer sola... jajaja morirás!" Su voz se escuchaba sobre el techo del Orfanato, arriba de la puerta de donde había salido, ella miró y un balde lleno de agua caía. Quedó mojada por el agua y el balde sobre su cabeza.

FINAL DEL TREBOL

EL CONEJO DE SOMBRERO DE COPA

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