songs about elisabeth|| Harry Styles

por **Alazz** Lun 12 Ago 2013, 8:38 am

Ficha de la serie

• Titulo: songs about elisabeth.
• Autor: Alazz.
• Adaptación: No.
• Género: Romance general.
• Contenido: Historia sobre las vidas pasadas y el destino.
• Advertencias: Rated T.
• Otras páginas: No.

songs about elisabeth|| Harry Styles Large

El destino es —o fatúm— es un poder sobrenatural. Es inevitable e ineludible, no tiene dos caras. Guía tu vida desde el momento en que naces hasta tu último suspiro. El destino existe. Nada existe —ni ocurre— por azar. Hay cosas pactadas desde mucho antes de tu nacimiento.. Desde tu otra vida.

Harry Styles no creía en el destino, ni en las vidas pasadas. El vivía bajo sus propias normas. Un artista nato, un compositor que gozaba de tener su propia musa desde que tenía memoria.. Aunque no la conocía. No la había visto en persona nunca, sólo en sus sueños. Era una chica rubia que en sueños reía mientras él la besaba y acariciaba, y que, eventualmente le decía “Ven a por mi, Harry.” haciendo que él despertase frustrado por no saber nada de ella.

Había escrito canciones sobre sus ojos, la textura de sus labios, la suavidad de su piel, su melodiosa risa.. Él no creía que fuera a conocerla, hasta que un día la encontró tomando café mientras miraba una cámara. Un segundo le bastó para saber que era ella y que tenía que descubrir porque adornaba sus sueños casi todas las noches.

..Pero ella no parecía demasiado dispuesta a colaborar.

por Invitado Lun 12 Ago 2013, 8:55 am

Hellou, estas leyendo a tu primera y sersi lectora, me ah encantado lo que eh leído, y quiero que subas pronto el primer capitulo porque se ve que va a estar muy interesante.
-Besos cielo:aah:

por Invitado Lun 12 Ago 2013, 9:03 am

Hola se reporta tu lectora. La sinopsis me ha matado mucho ahora vwo porque eres una beta, escrobes muy bien.Espero el primer capitulo con ansias. Besos me llamo Rachel , me puedes decir como quieras

por **Alazz** Lun 12 Ago 2013, 9:47 am

Capítulo uno.

—¿Prometes estar siempre conmigo?— Ella envolvió sus brazos en su cuello, mientras él la abrazaba con fuerza hasta pegarla a su persona. Aspiró su aroma con tranquilidad antes de contestar.

—Hoy, mañana y siempre. Incluso cuando muera, mi corazón será tuyo, princesa.—La chica le besó, con suavidad, mientras él disfrutaba del contacto con el cuerpo de ella. La amaba. Vaya, si la amaba. La amaba tanto que le asustaba perderla, le asustaba despertar y darse cuenta de que ella ya no era suya. Porque eso eran: él era de ella, y ella, de él.

La miró con devoción al separarse. Su pelo rubio, sus ojos claros, sus labios rosados.. Todo eso, era suyo. Acarició su mejilla, mientras ella reía.

—Te quiero demasiado, pequeña mía.—Ella rió más y él se sintió vivo. Siempre que estaba ella, él, se sentía vivo.

—Harold, a veces pienso que eres como esos poetas obsesionados con alguien.

—No mi amor, lo que pasa es que eres tan perfecta que quiero que lo sepas todo el tiempo para que no te vayas con otro.

—¿Irme con otro? Amor, eres todo cuanto quiero. Eres más de lo que merezco.

Harry despertó con sudores fríos, como cada vez que soñaba con aquella extraña chica. Miró el despertador de su mesilla y suspiró. No iba a conseguir dormirse de nuevo y apenas eran las cuatro y media de la madrugada. Maldijo en voz baja, mientras se ponía en pie. Caminó descalzo hasta la cocina y abrió la nevera. Estaba vacía.

“Maldito Louis, se suponía que tenía que ir él a comprar.”

Se giró y vio la televisión encendida, y a su compañero de piso -y mejor amigo, aunque a veces lo quisiera matar-, Louis Tomlinson, dormido en el sofá con el mando en la mano. Se acercó a él e intentó quitárselo, mientras él refunfuñaba en sueños. Con fuerza estiró del control remoto hasta arrebatárselo.

Estaba dispuesto a apagar cuando vio lo que daban a esas horas en la televisión: El tarot. Apagó sin miramientos. Él no creía en esas cosas, ¿Cómo unas cartas iban a poder dictaminar su vida? Eso iba contra el libre albedrío, y por lo tanto, en contra de su filosofía.

Caminó de nuevo a su habitación y encendió la luz, para después sentarse frente al piano eléctrico y colocar los cascos, para no molestar. Cinco minutos después se sumió en la música.

Harry Styles era un estudiante de música prodigioso en su campo. Compositor y pianista nato. Rizos castaños que adornaban sin orden su cabeza, ojos verdes y pestañas oscuras. Alto -aproximadamente 1'88m- y delgado, además de bien formado y adornado con diversos tatuajes por todo el cuerpo.

Elisabeth se quitó los auriculares mientras una de las azafatas daba instrucciones para atarse el cinturón. En pocos minutos aterrizaría en Inglaterra. Había abandonado su país de origen para hacer un viaje interrail, y en el último momento.. Había perdido el último tren. Si hubiera sido cualquier otro día, Elisabeth habría disfrutado de dormir en la estación de tren sin ningún remordimiento, pero su hermana mayor, Ebba, iba a casarse doce horas después de su llegada, por lo cual, no podía permitirse dormir en la estación de París.. Otra vez.

Esperó a que la mitad del avión se hubiera vaciado para ponerse en pie y sacar su enorme maleta del compartimento de arriba y poder salir de ahí. El aeropuerto de Londres era enorme y movido. Precisamente, lo que le gustaba a Elisabeth, que siempre disfrutaba viajando.

Una hora y media de trayecto hasta la vieja casa de campo de sus padres, donde se celebraría la ceremonia, acabó con la batería de su teléfono y con las últimas páginas de El Perfume, de Patrik Süskind. Había leído ese libro tres veces durante su viaje: La primera, de Londres a París, la segunda de París a Amsterdam y la tercera, aquella noche.

Entró en la vieja finca de sus padres y encontró a su hermana sentada en el porche, mirando a la nada.

—¿Algo interesante en la verja?—Esperó a que su hermana contestara, pero no lo hizo.—¿Ebb? ¿Estás bien?

Ebba y Elisabeth eran clavadas. Dos gotas de agua. Bajitas, rubias, con ojos claros y piel ligeramente morena, aunque su parecido no era únicamente físico. Ambas amaban leer, la música y viajar. Aunque las diferencias entre ellas también eran muchas: Elisabeth no leía libros románticos, no creía en el amor y no pensaba casarse. Ebba planeaba su casamiento desde la primera boda a la que fue, a sus siete años.

—Me ha dejado.—Dijo simplemente la hermana mayor de nuestra viajera.
—¿Quién te ha dejado?—Preguntó sin entender la otra.
—Me ha dejado el día de nuestra boda.

Elisabeth maldijo por lo bajo varios insultos no aptos para todos los públicos y se sentó junto a su hermana, para abrazarla.

—Me ha dejado por una carta.. El día de nuestra boda.—Ebba no paraba de repetir, una y otra vez, la misma afirmación, mientras su hermana pequeña intentaba consolarla sin éxito.

por **Alazz** Lun 12 Ago 2013, 9:50 am

Diamond<3: Haaaaaaaaaai:33 Me alegro mucho jopé, ¡Y ya está el primer capítulo publicado! TATATATACHÁAAAAAAAN.

Atenea: Haaaaaai:3 Ay, muchas gracias:33 Espero que te siga gustando<3.

por Invitado Lun 12 Ago 2013, 10:54 am

¡Hola! ¡Dios mio! ¡El capitulo estubo tremendo! ¡Hazza soño con Eli! ¡Woha! ¡Maldito hijo de puta, el chico ese que la dejo a Ebba! ¡Agh! ¡Al principio me gusto, y me gusta, pero lo del final me dejo amarga! ¡Vamos Eli te toca consolar a Ebba! ¡Ni modo, chica! ¡Siguel cuando puedas, me encanto mucho el cap! ¡Besos! ¿Por cierto como te llamas?

por **Alazz** Lun 12 Ago 2013, 11:00 am

atenea directioner escribió:¡Hola! ¡Dios mio! ¡El capitulo estubo tremendo! ¡Hazza soño con Eli! ¡Woha! ¡Maldito hijo de puta, el chico ese que la dejo a Ebba! ¡Agh! ¡Al principio me gusto, y me gusta, pero lo del final me dejo amarga! ¡Vamos Eli te toca consolar a Ebba! ¡Ni modo, chica! ¡Siguel cuando puedas, me encanto mucho el cap! ¡Besos! ¿Por cierto como te llamas?

Harry se va a pasar mucho soñando con Elisabeth JAJAJA. Y sí, menudo hdp, pero después llegan más JAJAJA. Mi nombre es Alaz JAJAJ, bueno, Alazne, pero nadie me llama así xd.

por Invitado Lun 12 Ago 2013, 11:36 am

Hahaha tu nombre me gusta, amo los nombres raros asi como el tuyo, casi nunca se ven

Alazz escribió:
atenea directioner escribió:¡Hola! ¡Dios mio! ¡El capitulo estubo tremendo! ¡Hazza soño con Eli! ¡Woha! ¡Maldito hijo de puta, el chico ese que la dejo a Ebba! ¡Agh! ¡Al principio me gusto, y me gusta, pero lo del final me dejo amarga! ¡Vamos Eli te toca consolar a Ebba! ¡Ni modo, chica! ¡Siguel cuando puedas, me encanto mucho el cap! ¡Besos! ¿Por cierto como te llamas?
Harry se va a pasar mucho soñando con Elisabeth JAJAJA. Y sí, menudo hdp, pero después llegan más JAJAJA. Mi nombre es Alaz JAJAJ, bueno, Alazne, pero nadie me llama así xd.

por **Mani.** Lun 12 Ago 2013, 11:43 am

Yo solo quiero comentar para dormir con tranquilodad, mañana leo el cápitulo, esposa ¿va?

por **Alazz** Lun 12 Ago 2013, 11:45 am

Capítulo dos

Hay muchas cosas que Harry no comprendía, como por ejemplo, ese día no tenía ni idea de porque su hermana Gemma le había llamado chillando “¡Tenías razón! ¡Maldito cabrón!” para después colgar sin darle una mísera explicación.

Precisamente aquella llamada tan.. extraña, le había alertado y en cuestión de unos minutos se había montado en su motocicleta negra acelerando al máximo para llegar a la casa de su hermana. Tocó al timbre varias veces. Quince, para ser exactos, pero su hermana no respondía al telefonillo, alertándolo cada vez más.

Uno de los vecinos de su hermana salió del portal, por lo que Harry aprovechó y se coló, subiendo hasta la tercera planta, donde vivía Gemma. Nuevamente, aporreó el timbre, pues sólo escuchaba sollozos y, no podía permitir que su hermana llorase.

—Gemm, soy yo. Abre.—Habló con la máxima tranquilidad posible, aunque la preocupación no le abandonaba. —Gemma..
—Voy.—Escuchó que decía su hermana, bastante bajo.

Poco después la puerta se abrió, y observó como Gemma Styles tenía los ojos más rojos que había visto en su vida. Incluso más rojos que los suyos cuando en su adolescencia llegaba ciego a casa.

—Martin... Él.. Me engañaba.—Gemma rompió a llorar de nuevo, para después abrazar a su hermano pequeño -ya no tan pequeño- escondiendo la cara en su cuello.

Harry cerró la puerta del apartamento con cuidado, para después guiar a Gemma hasta el sofá.

El chico de rizos adoraba a su hermana. Ella y su madre eran las únicas mujeres por las que daría la vida y aunque no era celoso, odiaba a Martin desde que le conocía. Había estado saliendo tres años con su hermana, y desde el primer momento había sabido que no era trigo limpio. Lo había dicho muchas veces, pero Gemma siempre había defendido que era el «amor de su vida», cosa en la que Harry no creía.

Efectivamente, Harry Styles era un escéptico. No creía en nada que no se demostrara antes, cosa que siempre había molestado a su madre, fiel creyente cristiana.

—Vente a casa unos días.—Le sugirió a su hermana, pero esta negó con la cabeza, escondiéndose bajo las mantas, tal y como estaba antes de la visita del castaño.

Elisabeth adoraba a Ebba, realmente lo hacía, pero la quería arrancar la cabeza de cuajo la mayor parte del tiempo. Dos semanas atrás, Ebba había perdido al «amor de su vida» el mismo día en que iban a casarse. Desde ese momento, Ebba había pasado diferentes fases.

Los primeros días había llorado diciendo que lo amaba. Después había gritado que le odiaba y había roto la mitad de la vajilla, más tarde había defendido que solo era una fase y que pronto él volvería arrastrándose. Finalmente, había vuelto a llorar.

Jack y Ebba llevaban juntos desde el instituto. A sus veinticuatro años, Ebba no se imaginaba la vida sin él, cosa que por encima de todo, enfermaba a Elisabeth y resultaba precioso a los ojos de las cursis con las que se juntaba su hermana.

—Él me decía que me amaba..—Dijo, por sexta vez en media hora, Ebba. Elisabeth contó hasta diez, intentando calmarse.

Elisabeth y Jack se habían llevado bien siempre. No era para menos, pues los diez últimos años de su vida le habían tenido de testigo. Jack y su hermana habían sido novios desde los catorce años, por lo que desde que Elisabeth tenía diez años había estado en su vida. Se había acostumbrado a él y, aunque siempre le había parecido que tenían una relación excesivamente seria desde el primer momento, nunca había pensado ni por un segundo que las cosas iban a terminar por una carta que ponía “Ebba, lo siento, no siento lo mismo por ti.”

Elisabeth había especulado que quizá, Jack fuera gay. O tuviera una amante. O miedo al compromiso.. Aunque si se trataba de eso último, mejor habría sido que lo hubiera comentado antes de organizar una boda con 558 invitados. Sí, quinientos cincuenta y ocho: Familiares, amigos, compañeros de trabajo, jefes, viejos compañeros de clase, profesores de la universidad y del instituto y parejas de todos ellos habían conseguido reunir esa cifra de invitados.

—..Pobrecito mío, debe estar asustado y confundido..—Habló de nuevo Ebba.

Precisamente para ayudar a su hermana, sus padres habían sugerido que se fuera a vivir con ella, ¿Por qué no con ellos? Fácil y sencillo: Ebba necesitaba compañía de su edad.

Como podéis sospechar si os habéis fijado en las edades, Elisabeth tenía veinte años. Había nacido a las afueras de Londres y había vivido ahí hasta sus dieciocho años. Había combatido con muchas cosas en el transcurso de su vida, especialmente en su adolescencia. Se había implicado en problemas, había sufrido con la muerte de un amigo y había caído desde la cima de bruces. Lo que nunca había vivido había sido el amor.

No vamos a mentir diciendo que Elisabeth no había tenido novios. Sí que los había tenido. Pocos y de relaciones cortas poco importantes, pero que estaban en su historial. La realidad es que la rubia había tenido más amantes que novios: Había sido la otra, había estado con un hombre mayor que ella que estaba casado, había estado con punkies, hippies, niños de papá y mamá, músicos.. Incluso había estado con uno de sus profesores, pero nadie había conseguido quedarse en su corazón por más de una semana y media.

Para sus padres -conservadores a más no poder-, Elisabeth era una oveja descarriada. Lo habían intentado todo, pero su hija menor siempre había demostrado ser diferente. Finalmente lo habían aceptado cuando cumplió la mayoría de edad, y después de salir de fiesta (durante 17 horas seguidas) había aparecido en casa completamente consciente y diciendo que se iba de interrail.

Elisabeth prendió la radio al máximo con un CD de los Rolling Stone y levantó a Ebba del sillón en el cual llevaba dos días tirada, incitándola a bailar, pero esta, simplemente se sentó de nuevo al mensaje de “deberías de comprender que me han roto el corazón y...”

por **Alazz** Lun 12 Ago 2013, 11:46 am

Atenea, ¿Cómo te llamas?<3
Mani, esposita mía, duerme bieeeeen,<3

por Invitado Lun 12 Ago 2013, 11:53 am

Haha yo me llamo Rachel y soy de California pero vivo en Madrid, respecto al capitulo. Estubo genial. Pobre Ebba una debe sentirse mal al ver que su futuro marido la deja plantada. Que mal. Eli consuelala. Y tambien pobre Gemma ahora Harry la consuela a ella. Que monos. Me encanta tu novela y amo la forma en las que redactas las cosas ¿De donde eres tu?

por **Alazz** Lun 12 Ago 2013, 11:56 am

atenea directioner escribió:Haha yo me llamo Rachel y soy de California pero vivo en Madrid, respecto al capitulo. Estubo genial. Pobre Ebba una debe sentirse mal al ver que su futuro marido la deja plantada. Que mal. Eli consuelala. Y tambien pobre Gemma ahora Harry la consuela a ella. Que monos. Me encanta tu novela y amo la forma en las que redactas las cosas ¿De donde eres tu?

CALIFORNIA ES AMORRRRRR. Amo ese sitio, y tu nombre me recuerda a la Rachel de Friends:33. Soy de Mallorca:33
Pues sí, pobre Ebba, pobre Gemma.. Y pobres nuestros niños que van a tener que aguantar a esas dos.

por Invitado Lun 12 Ago 2013, 12:16 pm

Esto lo veo para largo... A saber que haran

Alazz escribió:
atenea directioner escribió:Haha yo me llamo Rachel y soy de California pero vivo en Madrid, respecto al capitulo. Estubo genial. Pobre Ebba una debe sentirse mal al ver que su futuro marido la deja plantada. Que mal. Eli consuelala. Y tambien pobre Gemma ahora Harry la consuela a ella. Que monos. Me encanta tu novela y amo la forma en las que redactas las cosas ¿De donde eres tu?
CALIFORNIA ES AMORRRRRR. Amo ese sitio, y tu nombre me recuerda a la Rachel de Friends:33. Soy de Mallorca:33
Pues sí, pobre Ebba, pobre Gemma.. Y pobres nuestros niños que van a tener que aguantar a esas dos.

por **Alazz** Lun 12 Ago 2013, 1:15 pm

Capítulo tres.

Abrió los ojos y la vio, acostada a su lado. Ella no tardó en abrirlos también, y sonreír. Notó un vuelco en el estómago por culpa de esa sonrisa traviesa que tenía ya de por si.

—Tengo que irme, Harold.—Susurró contra sus labios.

—Te lo prohíbo. Quédate aquí conmigo para siempre.

—No puedo, he de irme ya.—La rubia le besó lentamente para después levantarse del prado en el que estaban tirados. Se limpió el vestido rosado que llevaba y le tiró un beso, antes de girarse y empezar a caminar. Él la observó marchar con los brazos tras la cabeza, aún acostado en la hierba.

Ella era tan fantástica.

Él la necesitaba tanto..

Harry despertó en el sofá. Louis y Gemma estaban en la cocina, hablando. Louis le contaba a la chica sobre su último trabajo. El chico de rizos suspiró, compadeciendo a su hermana: Cuando Louis empezaba a hablar, no paraba... Y no paraba.. Y no paraba. Podía pasarse horas comentándote una película sin explicarte nada de lo que ocurría, podía hablarte de la biografía de Madonna hasta que supieras hasta el número de la tarjeta sanitaria de la cantante y podía también ser el tío más aburrido del mundo al hablarte de su pasión: Las matemáticas.

Louis era profesor de matemáticas y Harry no tenía idea de como había pasado eso. Cuando esos dos elementos se conocieron, Louis se pasaba el día fumando sustancias ilegales acompañado de Harry y de Zayn Malik. En aquella época Harry tenía dieciséis años y Louis tenía dieciocho. Ahora, Harry tenía veintiuno y Louis veinticuatro. Ambos habían abandonado todo aquél mundo.

Harry no salía con nadie desde el instituto y Louis, tenía una novia por correspondencia, cosa que Harry sabía porque había encontrado e-mails excesivamente cariñosos, puesto que aunque Louis nunca se callaba, jamás hablaba de sus novias.

—¡Es muy interesante eso que dices!—Exclamó Gemma, y Harry no pudo evitar pensar en que su hermana necesitaba un psicólogo urgente.

El rizoso se levantó del sofá y caminó a la cocina, donde Louis preparaba bebidas y su hermana decoraba una tarta.

—¿Qué coño hacéis?—Preguntó Harry mientras se andaba en los rulos.

—Una tarta y batidos, ¿Eres ciego o simplemente imbécil?—Louis habló, con su tono característico. Aquellos dos podían llamarse de todo entre ellos y aún así, ser mejores amigos, puesto que no se ocultaban nada por mucho que se insultaran.

—Lo veo, pero me pregunto el porque hacéis esto..

—Louis es un encanto y le comenté que quería un pastel...

—Calzonazos.—Bromeó Harry, por lo que Louis le tiró trocitos de galleta a la cabeza. El rizoso rió más.—¿De qué vais a tapizar el pastel?

—¿Tapizar? ¡Dios mío Harry eres peor que Mart..—Y nuevamente, Gemma echó a llorar. El rizoso la abrazó con fuerza, mientras el chico de pelo liso llamado Louis, empezaba a contar chistes.. cada vez peores.

—¡O te callas o lloraré yo también!—Dijo Harry, y Gemma lloró más.

—¡Qué poco tacto, Styles!—Louis quitó a Harry de en medio y abrazó a la rubia, quien lloró en su hombro durante varios minutos.

Harry abandonó la casa poco después para ir a trabajar. Cuatro días a la semana era entrenador de un equipo de fútbol infantil. Seguía su propia rutina: Salía de casa e iba en moto hasta el barrio donde entrenaba a los niños, una vez ahí, iba al Starbucks y pedía un café bien cargado, para después sentarse en la tercera mesa a la derecha. Una vez acababa su café, iba al campo de fútbol y esperaba a que sus alumnos aparecieran.

—Un café bien cargado, por favor.—Demandó con las manos en los bolsillos. La dependienta asintió para después servirle. Harry caminó hasta su mesa y miró el móvil. Tenía una notificación en facebook. De su madre y sus imágenes compartidas de “Dios te ama” dio me gusta mientras rodaba los ojos y dejó el móvil en la mesa.

Un sorbo a su café y se dejó llevar. A Harry le gustaba el buen café y poder pensar mientras bebía de estos. Su primer pensamiento fue sobre la chica de sus sueños. Aquella chica que nunca había visto, con la que nunca había hablado y de la cual no sabía nada.

Soñaba con ella desde hacía tanto tiempo que no sabía en que momento había empezado a aparecer en sus sueños, tampoco era algo que le molestara ni le quitaba el sueño, pero si era cierto que le intrigaba saber quien era ella, como se llamaba y mas importante aún: porque aparecía en sus sueños.

Siempre aparecía con ropa de otra época, y en la gran mayoría de ocasiones lo llamaba Harold, las otras solía calificarle como “amor” o “pequeño” o incluso como “mi vida”, cosa que a él le parecía estúpida, pero explicaba el porque él jamás pronunciaba su nombre siempre la llamaba princesa, o pequeña mía.

Sentía el tic tac del reloj en sus oídos, la cafetera y una suave conversación entre dos empleados. Estaba completamente relajado, cuando recordó que tenía que ir a entrenar a los niños.

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