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Bajo la misma estrella || Novela Colectiva ||
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Bajo la misma estrella || Novela Colectiva ||
✞ Nombre: Under the same star.
✞ Autor: Es colectiva, pero la idea es mía.
✞ Adaptación: No
✞Genero: Generales
✞Advertencias: Se irán escribiendo cada capítulo si es necesario.
✞Otras páginas: No
Bajo la misma estrella
||Nos sabíamos infinitos, eternos e inmortales,
sin embargo, no contamos con que todo tiene un final, incluso nosotros...
¿Qué sucedería si tu vida tuviera fecha de expiración?,
es allí cuando te enteras...
NO SOMOS INMORTALES||
sin embargo, no contamos con que todo tiene un final, incluso nosotros...
¿Qué sucedería si tu vida tuviera fecha de expiración?,
es allí cuando te enteras...
NO SOMOS INMORTALES||
Escritoras Sensualas
REGLAS
The rules
(∞)Respeto entre las escritoras, esto incluye los turnos.
(∞)Ser responsables
(∞)Daré un máximo de una semana para subir.
(∞)Si pasa mucho tiempo y una chica no sube, se reemplaza la escritora.
(∞)Cuidar ortografía y la coherencia en el texto.
(∞)Es obligación poner el Link que les daré con su color correspondiente. Aquí deben poner el número de capítulo correspondiente, una imagen o gif y el nombre del personaje.
(∞)Responder los comentarios relacionados con sus capítulos.
(∞)Lo escencial y más importante, reirse, pasarla bien y divertirse c:
Última edición por Melissa el Lun 29 Abr 2013, 9:44 pm, editado 1 vez
Mess.
Re: Bajo la misma estrella || Novela Colectiva ||
Prologo...
Siempre hay un momento en el que la gente joven se siente capaz de todo, se piensan eternos, inmortales, que nada los puede vencer, que la vida no les puede jugar una mala pasada, ven la muerte como algo lejano y poco probable, sin embargo, a veces no todos corremos la suerte de tener buena salud y desgraciadamente nuestro sueños no se logran concretar…
¿Qué sucedería si un día, durante cualquier chequeo médico de rutina, los exámenes resultaran alterados? ¿Qué sucedería si tu vida tuviera fecha de expiración? ¿Qué harías si tus días están contados?
La vida de estas 6 adolescentes da un giro de 360° al enterarse que una de las enfermedades más malignas y que cobra la mayor cantidad de vidas al año, Cáncer, ronda a su alrededor o incluso ellas mismas lo padecen. Sin embargo, sus caminos se entrelazaran en un centro de ayuda psicológica donde por cosas del destino llegan a parar. Compartirán historias, testimonios y sentimientos, incluso, llegarán a formarse lazos de amistad que nunca pensaron que llegarían a formar.
Cada una de ellas tiene diferentes formas de pensar, diferentes tipos de relaciones con el cáncer, diferentes actitudes frente a la enfermedad, unos quieren morir mientras que otras luchan por sobrevivir, unos quieren recibir tratamientos mientras que otros no quieren atentar contra su destino y deciden dejarse llevar por la enfermedad sin intervenciones químicas. Pero hay algo que ellas tienen el común, están consientes que de ahora en adelante su destino es incierto, ninguna sabe lo que va a pasar y por sobre todo, todas tienen un sueño, o una meta por cumplir antes que su vida o la de un ser muy importante acabe en este mundo… unas quieren encontrar el verdadero amor, otras quieren conocer el lugar de sus seños, otras quieren experimentar emociones que pensaban que el futuro les depararía, etc.
Sí, todas quieren cosas diferentes, pero estamos consientes de que todas estamos…
¿Qué sucedería si un día, durante cualquier chequeo médico de rutina, los exámenes resultaran alterados? ¿Qué sucedería si tu vida tuviera fecha de expiración? ¿Qué harías si tus días están contados?
La vida de estas 6 adolescentes da un giro de 360° al enterarse que una de las enfermedades más malignas y que cobra la mayor cantidad de vidas al año, Cáncer, ronda a su alrededor o incluso ellas mismas lo padecen. Sin embargo, sus caminos se entrelazaran en un centro de ayuda psicológica donde por cosas del destino llegan a parar. Compartirán historias, testimonios y sentimientos, incluso, llegarán a formarse lazos de amistad que nunca pensaron que llegarían a formar.
Cada una de ellas tiene diferentes formas de pensar, diferentes tipos de relaciones con el cáncer, diferentes actitudes frente a la enfermedad, unos quieren morir mientras que otras luchan por sobrevivir, unos quieren recibir tratamientos mientras que otros no quieren atentar contra su destino y deciden dejarse llevar por la enfermedad sin intervenciones químicas. Pero hay algo que ellas tienen el común, están consientes que de ahora en adelante su destino es incierto, ninguna sabe lo que va a pasar y por sobre todo, todas tienen un sueño, o una meta por cumplir antes que su vida o la de un ser muy importante acabe en este mundo… unas quieren encontrar el verdadero amor, otras quieren conocer el lugar de sus seños, otras quieren experimentar emociones que pensaban que el futuro les depararía, etc.
Sí, todas quieren cosas diferentes, pero estamos consientes de que todas estamos…
Bajo la misma estrella
.Aquí dejo el prologo, lo antes posible subiré mi primer cap, que viene con Prefacio incluido 1313 haha la que quiere, puede incluir prefacio tambien <3
- Código para Cam :(L):
- Código:
<center><link href="http://fonts.googleapis.com/css?family=Amatic+SC" rel="stylesheet" type="text/css"><div style="line-height: 90%; font-family: Amatic SC; blur ; font-size: 60px; color: #FB01AC; text-shadow: 1px 1px 0px #000;">Capítulo (NUMERO DEL CAP CON NUMERO ROMANO)</div><center><div style="background-image: url('IMAGEN O GIF'); width: 500px; height: 300px; border-radius: 100px 100px 100px 100px; "></div>
[right][size=17][font=Playball][blur][color=white]∞[i]W[/i]illa [i]F[/i]elton. [/color][/blur][/font][/size][/right]
- Código para Steph :(L):
- Código:
<center><link href="http://fonts.googleapis.com/css?family=Amatic+SC" rel="stylesheet" type="text/css"><div style="line-height: 90%; font-family: Amatic SC; blur ; font-size: 60px; color: #9EF193; text-shadow: 1px 1px 0px #000;">Capítulo (NUMERO DEL CAP CON NUMERO ROMANO)</div><center><div style="background-image: url('IMAGEN O GIF'); width: 500px; height: 300px; border-radius: 100px 100px 100px 100px; "></div>
[right][size=17][font=Playball][blur][color=white]∞[i]S[/i]carlett [i]J[/i]enner. [/color][/blur][/font][/size][/right]
- Código para Kande :(L):
- Código:
<center><link href="http://fonts.googleapis.com/css?family=Amatic+SC" rel="stylesheet" type="text/css"><div style="line-height: 90%; font-family: Amatic SC; blur ; font-size: 60px; color: #F1AF93; text-shadow: 1px 1px 0px #000;">Capítulo (NUMERO DEL CAP CON NUMERO ROMANO)</div><center><div style="background-image: url('IMAGEN O GIF'); width: 500px; height: 300px; border-radius: 100px 100px 100px 100px; "></div>
[right][size=17][font=Playball][blur][color=white]∞[i]H/i]olly [i]H[/i]art. [/color][/blur][/font][/size][/right]
- Código para Coraline :(L):
- Código:
<center><link href="http://fonts.googleapis.com/css?family=Amatic+SC" rel="stylesheet" type="text/css"><div style="line-height: 90%; font-family: Amatic SC; blur ; font-size: 60px; color: #EEF384; text-shadow: 1px 1px 0px #000;">Capítulo (NUMERO DEL CAP CON NUMERO ROMANO)</div><center><div style="background-image: url('IMAGEN O GIF'); width: 500px; height: 300px; border-radius: 100px 100px 100px 100px; "></div>
[right][size=17][font=Playball][blur][color=white]∞[i][/i]oraline [i]J[/i]ones. [/color][/blur][/font][/size][/right]
Última edición por Melissa el Miér 08 Mayo 2013, 3:45 pm, editado 2 veces
Mess.
Re: Bajo la misma estrella || Novela Colectiva ||
Me encantó en verdad Melissa! Aunque ya lo había leído xd que bueno que comenzamos la verdad ashgdjahgshj me encanta<3
de hecho esto será como una probada(? porque desde hace mucho quiero hacer una novela relacionada con el cáncer, así que ya me iré entrenando ah(? asgdhgasdgk Espero el prólogo:3
de hecho esto será como una probada(? porque desde hace mucho quiero hacer una novela relacionada con el cáncer, así que ya me iré entrenando ah(? asgdhgasdgk Espero el prólogo:3
peralta.
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Re: Bajo la misma estrella || Novela Colectiva ||
Ay nena *-* me encantó. Vos sabes que este no es un tema que tenga superado, por lo cual espero que esta novela me ayude a hacerlo. Necesito comprender, sentir y ponerle en el lugar de cada personaje para poder dar un paso hacia adelante. Espero el capítulo :3 Loveu♥
Cami
Re: Bajo la misma estrella || Novela Colectiva ||
Cami Tomlinson escribió:Ay nena *-* me encantó. Vos sabes que este no es un tema que tenga superado, por lo cual espero que esta novela me ayude a hacerlo. Necesito comprender, sentir y ponerle en el lugar de cada personaje para poder dar un paso hacia adelante. Espero el capítulo :3 Loveu♥
Camiiii! obvio que sé que no es tema superado aún, pero tal como te decía durante nuestra conversacion, yo experimente algo parecido, no con el cancer, tu sabes con que, y escribir sobre ello fue un tipo de terapia c: en un rato subo el primer cap c:
Mess.
Re: Bajo la misma estrella || Novela Colectiva ||
Melissa! sdncflasd me encanto el prologo n.n estoy emocionada por empezar esta novela c: Subi cuando puedas!
Jaeger.
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Re: Bajo la misma estrella || Novela Colectiva ||
Prefacio...
Mi vida había sido escrita de la forma más injusta. Jamás había deseado el mal a nadie y siempre traté de comportarme de acuerdo a los principios de mi religión. Si bien no era de aquellas chicas devotas, jamás caía de lleno en algún pecado pero… somos humanos ¿no? Estamos constantemente expuestos a caer en las redes del pecado. Siempre me comporté como buena hija, siempre fui una chica respetuosa y tolerable. Por más que busque y busque alguna respuesta al porqué de mi drástico desenlace y del porqué mi vida es tan corta no lo encuentro. Supongo que en estos momentos es cuando tendría que salir un pastor a darme el típico discurso de “solo Dios sabe porque hace las cosas, nadie puede cuestionarlo, él decide por nosotros al ser nuestro padre, creador y salvador…” y bla, bla, bla. Supongo que para ellos que no están en mi situación es muy fácil aferrarse a esa teoría, sin embargo, para mí no es razón suficiente, de ahí mi reciente y creciente rencor hacia el ser divino en el que he creído toda mi vida. Nunca pensé que tendría que hacer de estas frías paredes de hospital, mi hogar. Recuerdo la instancia en la que me encuentro, cierro mis ojos nublados de lágrimas y me pongo a pensar en los vagos recuerdos de mi infancia, aquella vez que aprendí a andar en bicicleta, o cuando salí con premios de honores en la primaria, e incluso, un remoto recuerdo (que casi parecía un sueño debido a su antigüedad) en donde mi madre estaba con los brazos estirados frente a mí sonriéndome mientras yo avanzaba lentamente hacia ella hasta que de pronto caigo, siento el llanto de una niña y luego veo a mi madre correr hacia mí y tomarme en sus brazos para susurrarme “no llores, Becca, mamá siempre estará allí para recogerte cuando caigas…”. Al parecer me confié tanto de mamá que al ver que no me podía curar las heridas de esta gran caída, me sentí débil y desprotegida. Como desearía volver a ser aquella niña pequeña y que mi madre pareciera una heroína a la cual nadie puede vencer, la heroína que espanta las pesadillas y aleja todo mal con su cariño, pero eso es imposible.
-¿lista Rebeca? – pregunta el doctor Lisbon con una sonrisa de medio lado plasmada en su rostro. El nudo en mi garganta se hace más denso, sin embargo, no lloro, soy fuerte, lo sé. Asiento lentamente tragándome las lágrimas y veo como las enfermeras comienzan a mover la camilla hasta el pasillo para conducirme hasta el quirófano en donde me debatiré entre la vida y la muerte. Es allí cuando un montón de momentos, pensamientos y recuerdos, pasan por mi mente, temiendo que esta vez sea la última vez que podré hacerlo. A la entrada del quirófano mi madre se acerca, me toma la mano, la aprieta y me entrega un pequeño rosario color naranja. Las lágrimas vuelven y esta vez no las detengo, tengo miedo, mucho miedo. Me alejan de mi madre y me siento completamente sola. Una vez en el quirófano, la chica de la anestesia se acerca. Toco mi panza con la mano donde tengo el rosario naranja que me acaba de dar mi madre, lo aprieto fuerte, muy en el fondo sigo teniendo fe. La anestesista atraviesa la jeringa mientras me sonríe amablemente, no hay tiempo para dejar que cunda el pánico que comienza a aparecer y acelera mi respiración.
Si no vivo… mi único deseo, es que Logan cumpla el rol que yo debí haber cumplido y les entregue el cariño que yo no podré darles y que dios me dé una oportunidad.
Mis ojo pesan y comienzan a cerrarse, mi cuerpo se relaja y se duerme, mi mente deja de pensar y me duermo… me duermo sin saber si alguna vez volveré a despertar.
-¿lista Rebeca? – pregunta el doctor Lisbon con una sonrisa de medio lado plasmada en su rostro. El nudo en mi garganta se hace más denso, sin embargo, no lloro, soy fuerte, lo sé. Asiento lentamente tragándome las lágrimas y veo como las enfermeras comienzan a mover la camilla hasta el pasillo para conducirme hasta el quirófano en donde me debatiré entre la vida y la muerte. Es allí cuando un montón de momentos, pensamientos y recuerdos, pasan por mi mente, temiendo que esta vez sea la última vez que podré hacerlo. A la entrada del quirófano mi madre se acerca, me toma la mano, la aprieta y me entrega un pequeño rosario color naranja. Las lágrimas vuelven y esta vez no las detengo, tengo miedo, mucho miedo. Me alejan de mi madre y me siento completamente sola. Una vez en el quirófano, la chica de la anestesia se acerca. Toco mi panza con la mano donde tengo el rosario naranja que me acaba de dar mi madre, lo aprieto fuerte, muy en el fondo sigo teniendo fe. La anestesista atraviesa la jeringa mientras me sonríe amablemente, no hay tiempo para dejar que cunda el pánico que comienza a aparecer y acelera mi respiración.
Si no vivo… mi único deseo, es que Logan cumpla el rol que yo debí haber cumplido y les entregue el cariño que yo no podré darles y que dios me dé una oportunidad.
Mis ojo pesan y comienzan a cerrarse, mi cuerpo se relaja y se duerme, mi mente deja de pensar y me duermo… me duermo sin saber si alguna vez volveré a despertar.
Capítulo I
∞Rebecca Foster.
-¿Sucede algo nena?- preguntó mi madre con el entrecejo fruncido mientras acudía a mi lado para tomarme del brazo y evitar que me diera de bruces en el suelo. Probablemente se habia dado cuenta de la expresión que había cruzado por mi rostro.
-Estoy bien mamá- la tranquilicé soltándome de su agarre. Últimamente los mareos me asaltaban cada vez que me levantaba de mi cama, de una silla o de cualquier lugar, pero no era de extrañar ya que hace unos meses atrás me han detectado Anemia. Lo extraño es que el médico con el que me atendía me había dado unas pastillas de hierro que me facilitaban bastante las cosas, sin embargo, últimamente no me estaban resultando muy útiles.
-estas muy pálida amor, podrías aplicarte un poco de rubor, pareces un Zombie – dijo mi madre bromeando- vuelve a la cama amor – agregó besándome la frente.
-no quiero postrarme en una cama mamá – protesté, llevaba tres días en cama y no soportaba estar acostada sin hacer algo productivo. – déjame ir al instituto ¿sí? – supliqué.
-nada de eso, el doctor dijo que nada de agitarse hasta que estuvieran los resultados de los exámenes – negó mi madre rotundamente.
- pero…- comencé a protestar.
-nada de “peros” Rebecca – me interrumpió - no quiero que te suceda nada malo mi amor, te aseguro que no será nada malo, pero sabes que prefiero tomar medidas de precaución – me acarició la mejilla.
-vale – desistí con expresión de seriedad. Comencé a caminar hasta las escaleras derrotada.
-Becca – me llamó mi madre antes de desaparecer y comenzar a subir la otra escalera hacia mi habitación, el ático. Me dí la vuelta y la incité a continuar. – los resultados están listos, si quieres me puedes acompañar, así pedimos una hora para hoy mismo si es que hay, así no tendrás que estar muchos días en cama – dijo mi madre con una sonrisa de medio lado al pie de la escalera.
-vale – acepté – ¿iremos enseguida?- pregunté.
-no, luego del almuerzo – respondió. Asentí y retomé mi camino escaleras arriba.
Puede que les haya sonado extraño el hecho que les haya dicho que mi habitación es el ático, pero no lo és. En realidad mi madre y yo nos encargamos que el ático tuviera aspecto de habitación en cuanto llegamos aquí a Hampshire. En América (específicamente en Boston, lugar donde nací) estaba acostumbrada a la privacidad y cuando llegamos a Inglaterra, me encontré con la sorpresa que mis padres habían comprado una casa con tres habitaciones y que tendría que compartir con mi hermana mayor, Alicia.
Pasé toda la mañana deambulando por mi habitación buscando algo que pudiera hacer, sin embargo, lo único que se me podía ocurrir era hacer los deberes escolares o estudiar, sin embargo, ninguna de las dos opciones me agradaba, por lo que me limité a hacer zapping hasta quela hora de almuerzo llegara y pudiera salir de casa con mamá.
A eso de las dos de la tarde, unos golpecitos en mi puerta me distrajeron e hicieron que apartara mi mirada de la televisión donde pasaban “Plain Jane” en MTV.
-adelante – dije sin inmutarme. Estar toda la mañana sin hacer nada, había hecho que la flojera me venciera. La puerta se abrió para que Alicia pasara.
-¿Cómo estás?- dijo mi hermana mayor caminando hacia mi cama – mamá me dijo que te has mareado de nuevo – dijo frunciendo el ceño al igual que mamá, provocando que el parecido entre ellas fuera aún más evidente.
-eso no es nada, mareos cada dos minutos – me reí.
- no es gracioso, Becca, se trata de tu salud – me regañó.
-oh, vamos, Alicia, sabes perfectamente que soy de Titanio y que a este cuerpo no le entran balas – dije bromeando.
-vale, vale, chica de Titanio, ponme atención que tengo que contarte algo – una sonrisita se dibujo en su rostro.
-¿Qué has hecho chica sucia? – bromeé.
-¿recuerdas a Logan? – Preguntó – ese chico, el hijo de los amigos de la familia- agregó.
-¿cómo no recordarlos, Ali? Vienen a casa todos los fines de semana – puse los ojos en blanco y es que era verdad, el señor y la señora Lerman venían prácticamente todas las semanas a cenar a nuestra casa ya que eran “amigos” de mis padres. En realidad me parece que mi padre intenta ser su amigo, ya que el señor Lerman es su jefe y como todo empleado, mi padre busca caerle en gracia para tener un buen puesto en su empresa. La mayoría de las veces pienso que su mujer viene obligada a nuestra casa, ya que siempre que atraviesa el umbral de la puerta principal, parece un detector de bacterias mirando cada rincón de nuestra casa como si estuviera infectada. No la culpo, quizá para ella es algo humillante que su esposo millonario la lleve a cenar a la casa de uno de sus empleados pudiendo llevarla a cenar a cualquier local de la ciudad, e incluso de Europa. No es que me molesta que vengan a mi casa, ellos no me parecen malas personas, sin embargo su hijo, Logan, es el demonio en persona. Y cuando digo que es el demonio en persona, es porque lo es. El chico tiene una colección de partes policiales y recibos de hospital que adquiere casi todos los días de la semana por desacato a la justicia o por involucrarse en riñas callejeras.
-bueno, la cosa es que su primo, Thomas, el chico que va en mi misma facultad, ¡ya me invitó a salir! – dijo mi hermana emocionada.
-vaya Ali, eso es fantást… -
-¡Becca, tu nariz! – gritó interrumpiendo mi entusiasmo mientras se acercaba rápidamente a mí. Iré hacia el cubre cama y me di cuenta que estaba salpicado con unas cuantas gotitas de sangre.
- mierda – exclamé mientras me llevaba las manos a mi nariz y me levanté de la cama para correr al baño del segundo piso tratando de ignorar el vértigo que me asalto al levantarme de forma tan brusca de la cama.
El agua se tiñó por completo de rojo y lo peor es que no paraba de salir. La sangre me aterraba y verla emanar de mi nariz era una sensación horrorosa. Apreté mi nariz y eche mi cabeza hacia atrás para ver si la hemorragia se detenía.
Luego de un buen rato, la sangre comenzó a coagularse y dejó de salir de mi nariz. Me limpié con un trozo de papel higiénico sin dejar de apretar mis fosas nasales para que la hemorragia no volviera.
-becca… - llamaba mi hermana del otro lado de la puerta- Rebecca ábreme la puerta – dijo con voz temblorosa y dura.
-no, vete, ya estoy bien – mentí. Los mareos apenas me dejaban enfocar la vista en un punto fijo del baño y ello me desesperaba. Me afirmé en el lavabo y cerré mis ojos para intentar que mi cabeza dejara de palpitar y el mundo dejara de dar vueltas a mi alrededor.
-ábreme la puerta, Rebecca, sino, llamaré a mamá – Cansada de la testarudez de mi hermana, quité el pestillo para que Alicia pasara. – Santa mierda, Becca, mira como tienes el lavabo, haz perdido demasiada sangre – la chica abrió los ojos horrorizada.
-oh, vamos, Alicia, no es nada – le quité importancia con una de mis manos mientras que con la otra apretaba mi nariz.
-¡¿Qué no es nada?! – Gritó – puede que esté estudiando ciencias políticas pero eso no significa que sea ignorante en el área de la salud, y créeme que cualquiera que tuviera un mínimo de conocimiento, sabe que esto es peligroso, ¿ya están tus exámenes? – preguntó guiándome hasta el retrete para sentarme intentando calmar mis mareos.
-hoy los iremos a buscar – respondí con los ojos cerrados.
-pues será mejor que te vayas a cambiar ropa- anunció – no creo que quieras que mamá te vea en esa facha de película de terror – bromeó, sin embargo, podía sentir su preocupación.
-vale – me levanté del retrete de forma brusca provocando que mis piernas se doblaran y fuera a caer de rodillas al piso.
-¡REBECCA!- gritó Alicia nuevamente, sin embargo, sentí su voz tan lejana que de seguro por poco me desmayo, sin mencionar que los mareos persistían. – Ven, te llevo a la cama – no opuse resistencia ya que a duras penas logré levantarme.
-No le digas a mamá – le pedí una vez estuve sentada en mi cama.
-olvídalo, mamá debe saberlo- me dijo negando rotundamente.
-no puedes decirle, al menos no le digas hasta que tengamos los resultados y para ello no queda mucho – supliqué. Ali me observó detenidamente con gesto desconfiado.
-vale, no le diré nada por el momento pero sea lo que sea, se enterará de todas formas – dijo Alicia levantándose de la cama para salir de la habitación. – ¿quieres que te traiga el almuerzo a la cama? – preguntó antes de salir.
-por favor- le respondí con una sonrisa de medio lado indicándole que ya me sentía mejor.
….
-¿estás segura que estas bien, nena? Te ves muy pálida, si quieres me puedes esperar en la sala de esperas sentada – me dijo mientras avanzábamos por los pasillos.
-que no, mamá, estoy perfectamente – le sonreí para animarla.
-está bien – asintió no muy convencida. Luego de esa pequeña charla, caminamos en silencio por el largo pasillo hacia la consulta de mi médico quien – gracias a dios- había accedido a revisar mis exámenes para verificar que todo estuviera bien y saber de una vez por todas, si es que mi anemia evolucionaba para bien o para mal. Anunciamos nuestra llegada a la secretaria del médico y luego nos sentamos a esperar que nos llamaran.
-Rebecca Foster… llamó una enfermera detrás del mostrador después de estar un buen rato de espera.
Miré a mi madre asustada, ella tomó mi mano y nos levantamos del asiento. No sé porqué pero esto no me daba buena espina y lo primero que pensaba es que lo que estaba en aquel sobre color blanco y sellado que tenía mi nombre, contenía algo muy poco agradable.
-¡Rebecca! Te hacía en cama, niña – exclamó mi doctor levantándose de su silla, rodeando su escritorio para luego acercarse a mí y saludarme con un abrazo bastante fuerte. Luego de saludar a mi madre, nos pidió que tomáramos asiento.
-bien, veamos e nos traen estos exámenes- dijo el hombre sonriéndome amablemente mientras se ponía los anteojos. – Rebecca Arianne Foster, veremos tus r…-
-¡no!- exclamé al ver que tenía la intención de abrir mis exámenes en primer lugar. – prefiero que me deje para el final- pedí.
-bien, si eso es lo que quieres, comenzaremos con tus hermanos – me volvió a sonreír mientras dejaba mi sobre en la mesa y tomaba los de Ali – Alicia Jennelle Foster – dijo mientras leía l portada del sobre, sacó el papel rápidamente y comenzó a leer – sistema cardio-vascular, todo perfecto, hipertensión negativo… nivel de glóbulos rojos normales, sistema inmunológico intacto, glicemia perfecta …- decía a medida que pasaba las hojas a toda velocidad – déjame decirte que tu hija mayor tiene una excelente salud – dijo el hombre sonriendo a mi madre. Luego continuó con los exámenes de Dylan, los cuales estaban igual o incluso mejor que los de Alicia – ahora si los suyos, señorita Foster – me miró por sobre sus anteojos y luego tomó el sobre, lo abrió rápidamente y comenzó a pasar páginas y páginas.- glicemia perfecta, hipertensión arterial negativa, sistema respiratorio bien, sangre… - mi cuerpo se congelo al ver que su mirada se detenía en aquella página y su entrecejo se arrugaba para luego dar paso a una expresión de sorpresa. Dejó el sobre en el escritorio, se quitó los lentes y me observó. – ¿ha estado tomando las pastillas de hierro estos últimos meses? – preguntó.
-s… sí- asentí nerviosa - ¿por qué?- pregunté.
-tus exámenes de sangre han arrojado un resultado un tanto alterado… tus niveles de glóbulos blancos superan en número considerablemente a tus glóbulos rojos… - observó nuevamente las hojas – la diferencia no es extremadamente alta pero no es normal que los glubulos blancos superen a los rojos… yo… yo no puedo dar un diagnostico apresurado, so… solicitaré un nuevo examen de nivel de glóbulos para cerciorarme de no cometer algún error pero por medidas preventivas, debes seguir tomando las pastillas de hierro, si es posible aumentaremos la dosis pero repito, NO PUEDES DEJAR DE TOMAR EL MEDICAMENTO- piso énfasis en la última frase, hablaba tan rápido que mi mente no lograba asimilar toda la información, sin mencionar que el hecho de que haya mencionado que algo andaba mal con mis glóbulos blancos y rojos me helaba por dentro.
-tengo cáncer… - fue lo único que logre articular. Mi voz sonaba extremadamente débil y mi mirada estaba fija en un punto de la habitación.
-dije que no puedo dar diagnósticos apresurados…- comenzó a justificar.
-no me mienta…- dije tratando de que mi voz sonara firme – no quiero sutilezas – agregué. Sentía como mi madre se tensaba a mi lado sin emitir sonido.
-pues… a la vista de estos resultados… esto significaría – suspiró- un cuadro leucémico y en vista de la anemia que presentas… hay una alta posibilidad de que tu cuadro anémico haya activado las células cancerígenas que presenta tu genotipo…- finalizó. El sollozo desesperado de mi madre no tardo en llegar, mientras que mis ojos no respondían al nudo en mi garganta, no habían lágrimas en mis ojos, no podía llorar. Mi madre se tapaba la boca para calmar sus sollozos desesperados y se aferraba a los costados de la silla como si de ello dependiera su estabilidad.
No podía creerlo, simplemente no. Era imposible, yo… yo no podía. NO!
-¿has presentado hematomas, diarrea, jaquecas, vértigos, hemorragias. Algo…?- preguntó mi doctor mirándome fijamente.
-yo… yo… me mareo mucho y…. y ho… hoy por la mañana sangré de la nariz – respondí. Mi madre comenzó a llorar aún más fuerte.
-te daré nuevos exámenes para verificar si el nivel de glóbulos rojos siguen bajando, así podremos tener un diagnostico con mejor precisión y…-
-…y sabremos cuanto me queda de vida- dije en tono de afirmación.
-no… Rebecca…. – comenzó a decir el doctor Lisbon- no siempre hay que pensar en la muerte cuando existe la palabra “cáncer” existen las quimioterapias y muchos tratamientos…- no quería seguir escuchando sus palabras así es que me levanté de mi asiento y miré a mi madre, tomé su mano y la obligué a ponerse de pie.
-muchas gracias doctor, me realizaré los exámenes lo antes posible y los traeré para que me diga cuanto tiempo de vida me queda- avancé hacia la salida y comencé a avanzar a toda prisa por el pasillo.
-¡Becca!- llamó mi madre desde el inico del pasillo, sin embargo no me detuve, necesitaba salir de aquel horroroso hospital, los mareos comenzaban a aparecer y mi cabeza parecía explotar mientras que mi respiración se aceleraba- ¡hija espera! – gritaba mi madre llorando tras de mí. Me di la vuelta tratando de parecer fuerte -¿estás bien amor? – preguntó con sus ojos vidriosos.
-vamos a casa, mamá – le supliqué. Ella pareció entender y asintió mientras las lágrimas inundaban sus mejillas una vez más.
El camino a casa fue una tortura, sin mencionar que mi mente volaba lejos y aún no asimilaba las palabras del doctor Lisbon, mi madre que lloraba sin parar y casi se estrella dos veces seguidas y la lluvia que comenzaba a caer, vaya simbólico.
Cuando llegamos a casa, ignoré las interrogativas de papá y Dylan, observé a Alicia que estaba en un rincón mirando por la ventana, su mirada se posó en mí y pude ver las lágrimas corriendo por sus mejillas. Alicia lo sabía.
Subí las escaleras a toda velocidad tratando de luchar con los mareos que hicieron que tropezara más de una vez. Sentí lo gritos desgarradores de mamá provenientes del piso de abajo. Era la segunda persona que mamá perdería por el cáncer y eso me hacía sentir culpable. Cerré la puerta con todas mis fuerzas, me apoyé en ella y me deslicé hacia abajo mientras los sollozos salían por mi garganta y las lágrimas contenidas salían sin darme un descanso. No podía respirar… no podía pensar, solo sentía miedo, miedo a morir. Mi vida había comenzaba su cuenta regresiva.
-Estoy bien mamá- la tranquilicé soltándome de su agarre. Últimamente los mareos me asaltaban cada vez que me levantaba de mi cama, de una silla o de cualquier lugar, pero no era de extrañar ya que hace unos meses atrás me han detectado Anemia. Lo extraño es que el médico con el que me atendía me había dado unas pastillas de hierro que me facilitaban bastante las cosas, sin embargo, últimamente no me estaban resultando muy útiles.
-estas muy pálida amor, podrías aplicarte un poco de rubor, pareces un Zombie – dijo mi madre bromeando- vuelve a la cama amor – agregó besándome la frente.
-no quiero postrarme en una cama mamá – protesté, llevaba tres días en cama y no soportaba estar acostada sin hacer algo productivo. – déjame ir al instituto ¿sí? – supliqué.
-nada de eso, el doctor dijo que nada de agitarse hasta que estuvieran los resultados de los exámenes – negó mi madre rotundamente.
- pero…- comencé a protestar.
-nada de “peros” Rebecca – me interrumpió - no quiero que te suceda nada malo mi amor, te aseguro que no será nada malo, pero sabes que prefiero tomar medidas de precaución – me acarició la mejilla.
-vale – desistí con expresión de seriedad. Comencé a caminar hasta las escaleras derrotada.
-Becca – me llamó mi madre antes de desaparecer y comenzar a subir la otra escalera hacia mi habitación, el ático. Me dí la vuelta y la incité a continuar. – los resultados están listos, si quieres me puedes acompañar, así pedimos una hora para hoy mismo si es que hay, así no tendrás que estar muchos días en cama – dijo mi madre con una sonrisa de medio lado al pie de la escalera.
-vale – acepté – ¿iremos enseguida?- pregunté.
-no, luego del almuerzo – respondió. Asentí y retomé mi camino escaleras arriba.
Puede que les haya sonado extraño el hecho que les haya dicho que mi habitación es el ático, pero no lo és. En realidad mi madre y yo nos encargamos que el ático tuviera aspecto de habitación en cuanto llegamos aquí a Hampshire. En América (específicamente en Boston, lugar donde nací) estaba acostumbrada a la privacidad y cuando llegamos a Inglaterra, me encontré con la sorpresa que mis padres habían comprado una casa con tres habitaciones y que tendría que compartir con mi hermana mayor, Alicia.
Pasé toda la mañana deambulando por mi habitación buscando algo que pudiera hacer, sin embargo, lo único que se me podía ocurrir era hacer los deberes escolares o estudiar, sin embargo, ninguna de las dos opciones me agradaba, por lo que me limité a hacer zapping hasta quela hora de almuerzo llegara y pudiera salir de casa con mamá.
A eso de las dos de la tarde, unos golpecitos en mi puerta me distrajeron e hicieron que apartara mi mirada de la televisión donde pasaban “Plain Jane” en MTV.
-adelante – dije sin inmutarme. Estar toda la mañana sin hacer nada, había hecho que la flojera me venciera. La puerta se abrió para que Alicia pasara.
-¿Cómo estás?- dijo mi hermana mayor caminando hacia mi cama – mamá me dijo que te has mareado de nuevo – dijo frunciendo el ceño al igual que mamá, provocando que el parecido entre ellas fuera aún más evidente.
-eso no es nada, mareos cada dos minutos – me reí.
- no es gracioso, Becca, se trata de tu salud – me regañó.
-oh, vamos, Alicia, sabes perfectamente que soy de Titanio y que a este cuerpo no le entran balas – dije bromeando.
-vale, vale, chica de Titanio, ponme atención que tengo que contarte algo – una sonrisita se dibujo en su rostro.
-¿Qué has hecho chica sucia? – bromeé.
-¿recuerdas a Logan? – Preguntó – ese chico, el hijo de los amigos de la familia- agregó.
-¿cómo no recordarlos, Ali? Vienen a casa todos los fines de semana – puse los ojos en blanco y es que era verdad, el señor y la señora Lerman venían prácticamente todas las semanas a cenar a nuestra casa ya que eran “amigos” de mis padres. En realidad me parece que mi padre intenta ser su amigo, ya que el señor Lerman es su jefe y como todo empleado, mi padre busca caerle en gracia para tener un buen puesto en su empresa. La mayoría de las veces pienso que su mujer viene obligada a nuestra casa, ya que siempre que atraviesa el umbral de la puerta principal, parece un detector de bacterias mirando cada rincón de nuestra casa como si estuviera infectada. No la culpo, quizá para ella es algo humillante que su esposo millonario la lleve a cenar a la casa de uno de sus empleados pudiendo llevarla a cenar a cualquier local de la ciudad, e incluso de Europa. No es que me molesta que vengan a mi casa, ellos no me parecen malas personas, sin embargo su hijo, Logan, es el demonio en persona. Y cuando digo que es el demonio en persona, es porque lo es. El chico tiene una colección de partes policiales y recibos de hospital que adquiere casi todos los días de la semana por desacato a la justicia o por involucrarse en riñas callejeras.
-bueno, la cosa es que su primo, Thomas, el chico que va en mi misma facultad, ¡ya me invitó a salir! – dijo mi hermana emocionada.
-vaya Ali, eso es fantást… -
-¡Becca, tu nariz! – gritó interrumpiendo mi entusiasmo mientras se acercaba rápidamente a mí. Iré hacia el cubre cama y me di cuenta que estaba salpicado con unas cuantas gotitas de sangre.
- mierda – exclamé mientras me llevaba las manos a mi nariz y me levanté de la cama para correr al baño del segundo piso tratando de ignorar el vértigo que me asalto al levantarme de forma tan brusca de la cama.
El agua se tiñó por completo de rojo y lo peor es que no paraba de salir. La sangre me aterraba y verla emanar de mi nariz era una sensación horrorosa. Apreté mi nariz y eche mi cabeza hacia atrás para ver si la hemorragia se detenía.
Luego de un buen rato, la sangre comenzó a coagularse y dejó de salir de mi nariz. Me limpié con un trozo de papel higiénico sin dejar de apretar mis fosas nasales para que la hemorragia no volviera.
-becca… - llamaba mi hermana del otro lado de la puerta- Rebecca ábreme la puerta – dijo con voz temblorosa y dura.
-no, vete, ya estoy bien – mentí. Los mareos apenas me dejaban enfocar la vista en un punto fijo del baño y ello me desesperaba. Me afirmé en el lavabo y cerré mis ojos para intentar que mi cabeza dejara de palpitar y el mundo dejara de dar vueltas a mi alrededor.
-ábreme la puerta, Rebecca, sino, llamaré a mamá – Cansada de la testarudez de mi hermana, quité el pestillo para que Alicia pasara. – Santa mierda, Becca, mira como tienes el lavabo, haz perdido demasiada sangre – la chica abrió los ojos horrorizada.
-oh, vamos, Alicia, no es nada – le quité importancia con una de mis manos mientras que con la otra apretaba mi nariz.
-¡¿Qué no es nada?! – Gritó – puede que esté estudiando ciencias políticas pero eso no significa que sea ignorante en el área de la salud, y créeme que cualquiera que tuviera un mínimo de conocimiento, sabe que esto es peligroso, ¿ya están tus exámenes? – preguntó guiándome hasta el retrete para sentarme intentando calmar mis mareos.
-hoy los iremos a buscar – respondí con los ojos cerrados.
-pues será mejor que te vayas a cambiar ropa- anunció – no creo que quieras que mamá te vea en esa facha de película de terror – bromeó, sin embargo, podía sentir su preocupación.
-vale – me levanté del retrete de forma brusca provocando que mis piernas se doblaran y fuera a caer de rodillas al piso.
-¡REBECCA!- gritó Alicia nuevamente, sin embargo, sentí su voz tan lejana que de seguro por poco me desmayo, sin mencionar que los mareos persistían. – Ven, te llevo a la cama – no opuse resistencia ya que a duras penas logré levantarme.
-No le digas a mamá – le pedí una vez estuve sentada en mi cama.
-olvídalo, mamá debe saberlo- me dijo negando rotundamente.
-no puedes decirle, al menos no le digas hasta que tengamos los resultados y para ello no queda mucho – supliqué. Ali me observó detenidamente con gesto desconfiado.
-vale, no le diré nada por el momento pero sea lo que sea, se enterará de todas formas – dijo Alicia levantándose de la cama para salir de la habitación. – ¿quieres que te traiga el almuerzo a la cama? – preguntó antes de salir.
-por favor- le respondí con una sonrisa de medio lado indicándole que ya me sentía mejor.
….
-¿estás segura que estas bien, nena? Te ves muy pálida, si quieres me puedes esperar en la sala de esperas sentada – me dijo mientras avanzábamos por los pasillos.
-que no, mamá, estoy perfectamente – le sonreí para animarla.
-está bien – asintió no muy convencida. Luego de esa pequeña charla, caminamos en silencio por el largo pasillo hacia la consulta de mi médico quien – gracias a dios- había accedido a revisar mis exámenes para verificar que todo estuviera bien y saber de una vez por todas, si es que mi anemia evolucionaba para bien o para mal. Anunciamos nuestra llegada a la secretaria del médico y luego nos sentamos a esperar que nos llamaran.
-Rebecca Foster… llamó una enfermera detrás del mostrador después de estar un buen rato de espera.
Miré a mi madre asustada, ella tomó mi mano y nos levantamos del asiento. No sé porqué pero esto no me daba buena espina y lo primero que pensaba es que lo que estaba en aquel sobre color blanco y sellado que tenía mi nombre, contenía algo muy poco agradable.
-¡Rebecca! Te hacía en cama, niña – exclamó mi doctor levantándose de su silla, rodeando su escritorio para luego acercarse a mí y saludarme con un abrazo bastante fuerte. Luego de saludar a mi madre, nos pidió que tomáramos asiento.
-bien, veamos e nos traen estos exámenes- dijo el hombre sonriéndome amablemente mientras se ponía los anteojos. – Rebecca Arianne Foster, veremos tus r…-
-¡no!- exclamé al ver que tenía la intención de abrir mis exámenes en primer lugar. – prefiero que me deje para el final- pedí.
-bien, si eso es lo que quieres, comenzaremos con tus hermanos – me volvió a sonreír mientras dejaba mi sobre en la mesa y tomaba los de Ali – Alicia Jennelle Foster – dijo mientras leía l portada del sobre, sacó el papel rápidamente y comenzó a leer – sistema cardio-vascular, todo perfecto, hipertensión negativo… nivel de glóbulos rojos normales, sistema inmunológico intacto, glicemia perfecta …- decía a medida que pasaba las hojas a toda velocidad – déjame decirte que tu hija mayor tiene una excelente salud – dijo el hombre sonriendo a mi madre. Luego continuó con los exámenes de Dylan, los cuales estaban igual o incluso mejor que los de Alicia – ahora si los suyos, señorita Foster – me miró por sobre sus anteojos y luego tomó el sobre, lo abrió rápidamente y comenzó a pasar páginas y páginas.- glicemia perfecta, hipertensión arterial negativa, sistema respiratorio bien, sangre… - mi cuerpo se congelo al ver que su mirada se detenía en aquella página y su entrecejo se arrugaba para luego dar paso a una expresión de sorpresa. Dejó el sobre en el escritorio, se quitó los lentes y me observó. – ¿ha estado tomando las pastillas de hierro estos últimos meses? – preguntó.
-s… sí- asentí nerviosa - ¿por qué?- pregunté.
-tus exámenes de sangre han arrojado un resultado un tanto alterado… tus niveles de glóbulos blancos superan en número considerablemente a tus glóbulos rojos… - observó nuevamente las hojas – la diferencia no es extremadamente alta pero no es normal que los glubulos blancos superen a los rojos… yo… yo no puedo dar un diagnostico apresurado, so… solicitaré un nuevo examen de nivel de glóbulos para cerciorarme de no cometer algún error pero por medidas preventivas, debes seguir tomando las pastillas de hierro, si es posible aumentaremos la dosis pero repito, NO PUEDES DEJAR DE TOMAR EL MEDICAMENTO- piso énfasis en la última frase, hablaba tan rápido que mi mente no lograba asimilar toda la información, sin mencionar que el hecho de que haya mencionado que algo andaba mal con mis glóbulos blancos y rojos me helaba por dentro.
-tengo cáncer… - fue lo único que logre articular. Mi voz sonaba extremadamente débil y mi mirada estaba fija en un punto de la habitación.
-dije que no puedo dar diagnósticos apresurados…- comenzó a justificar.
-no me mienta…- dije tratando de que mi voz sonara firme – no quiero sutilezas – agregué. Sentía como mi madre se tensaba a mi lado sin emitir sonido.
-pues… a la vista de estos resultados… esto significaría – suspiró- un cuadro leucémico y en vista de la anemia que presentas… hay una alta posibilidad de que tu cuadro anémico haya activado las células cancerígenas que presenta tu genotipo…- finalizó. El sollozo desesperado de mi madre no tardo en llegar, mientras que mis ojos no respondían al nudo en mi garganta, no habían lágrimas en mis ojos, no podía llorar. Mi madre se tapaba la boca para calmar sus sollozos desesperados y se aferraba a los costados de la silla como si de ello dependiera su estabilidad.
No podía creerlo, simplemente no. Era imposible, yo… yo no podía. NO!
-¿has presentado hematomas, diarrea, jaquecas, vértigos, hemorragias. Algo…?- preguntó mi doctor mirándome fijamente.
-yo… yo… me mareo mucho y…. y ho… hoy por la mañana sangré de la nariz – respondí. Mi madre comenzó a llorar aún más fuerte.
-te daré nuevos exámenes para verificar si el nivel de glóbulos rojos siguen bajando, así podremos tener un diagnostico con mejor precisión y…-
-…y sabremos cuanto me queda de vida- dije en tono de afirmación.
-no… Rebecca…. – comenzó a decir el doctor Lisbon- no siempre hay que pensar en la muerte cuando existe la palabra “cáncer” existen las quimioterapias y muchos tratamientos…- no quería seguir escuchando sus palabras así es que me levanté de mi asiento y miré a mi madre, tomé su mano y la obligué a ponerse de pie.
-muchas gracias doctor, me realizaré los exámenes lo antes posible y los traeré para que me diga cuanto tiempo de vida me queda- avancé hacia la salida y comencé a avanzar a toda prisa por el pasillo.
-¡Becca!- llamó mi madre desde el inico del pasillo, sin embargo no me detuve, necesitaba salir de aquel horroroso hospital, los mareos comenzaban a aparecer y mi cabeza parecía explotar mientras que mi respiración se aceleraba- ¡hija espera! – gritaba mi madre llorando tras de mí. Me di la vuelta tratando de parecer fuerte -¿estás bien amor? – preguntó con sus ojos vidriosos.
-vamos a casa, mamá – le supliqué. Ella pareció entender y asintió mientras las lágrimas inundaban sus mejillas una vez más.
El camino a casa fue una tortura, sin mencionar que mi mente volaba lejos y aún no asimilaba las palabras del doctor Lisbon, mi madre que lloraba sin parar y casi se estrella dos veces seguidas y la lluvia que comenzaba a caer, vaya simbólico.
Cuando llegamos a casa, ignoré las interrogativas de papá y Dylan, observé a Alicia que estaba en un rincón mirando por la ventana, su mirada se posó en mí y pude ver las lágrimas corriendo por sus mejillas. Alicia lo sabía.
Subí las escaleras a toda velocidad tratando de luchar con los mareos que hicieron que tropezara más de una vez. Sentí lo gritos desgarradores de mamá provenientes del piso de abajo. Era la segunda persona que mamá perdería por el cáncer y eso me hacía sentir culpable. Cerré la puerta con todas mis fuerzas, me apoyé en ella y me deslicé hacia abajo mientras los sollozos salían por mi garganta y las lágrimas contenidas salían sin darme un descanso. No podía respirar… no podía pensar, solo sentía miedo, miedo a morir. Mi vida había comenzaba su cuenta regresiva.
∞
PRIMER CAPÍTULO AMORES! no edite así es que no dudo que el primer cap sea una mierda u_U pero tengo taanto sueño que no me da el ánimo de editar.
Les dejé un código para el encabezado de cada una c: ojala lo usen c:
Lo del prefacio es opcional, si quieren hacerlo no hay problema c: pero lo ideal es que el prefacio fuera de alguna escena que pasará en el futuro, en el caso de el prefacio de Becca, es algo que va a pasar más adelante en su historia *O*
CAMI!!! you're next
Última edición por Melissa el Dom 05 Mayo 2013, 8:16 am, editado 1 vez
Mess.
Re: Bajo la misma estrella || Novela Colectiva ||
Melissa, perdóname, no me había dado cuenta de que habías subido capítulo :$ ya lo leo <3
peralta.
---------
Re: Bajo la misma estrella || Novela Colectiva ||
Lo leo, y en unos días subo c: perdoname, ando un poco complicada :_
Y, en cuanto a lo que me pusiste en el mp (te respondo por acá porque es más fácil c:) ¡Todo aceptado!
Y, en cuanto a lo que me pusiste en el mp (te respondo por acá porque es más fácil c:) ¡Todo aceptado!
Cami
Re: Bajo la misma estrella || Novela Colectiva ||
Fue tan triste :_ pero me encantó, obvio. Estuvo genial, en serio. Me da mucha lástima por Rebecca, aunque parece ser una chica fuerte que va a poder manejar sus problemas; tal vez no lo comprenda al principio, pero creo que va a terminar aceptando los hechos.
Veo cuando puedo subir :3
Veo cuando puedo subir :3
Cami
Re: Bajo la misma estrella || Novela Colectiva ||
Prefacio...
La perfección no existe, lo supe desde el primer momento en el que llegué al mundo. Somos lo que nos crean y vivimos lo que nos toca, cada decisión que tomamos forma nuestra personalidad y refuerza nuestros pensamientos. Sin embargo, esto no nos hace mejores y peores, tampoco más o menos cercanos a lo ideal. Lo perfecto es, sin dudas, una ironía. Cada uno forma su proyección de lo que quiere y cree mejor.
¿Alguna vez alguien ha visto su estereotipo hecho realidad? Probablemente, ningún ser humano en la faz de la Tierra podría responderme a esta simple pregunta; el «no» se volvería el monosílabo más difícil de pronunciar, una palabra casi prohibida ante los ojos del contestador.
Creemos que la perfección existe porque ansiamos conseguirla, soñamos con todas nuestras fuerzas llegar a ella, nos esforzamos por tenerla. ¿Qué pasaría si no existiese?, ¿Nuestros esfuerzos serían en vano?
No se puede ser perfecto pero si idear serlo. Y eso es lo que ha hecho mi familia toda su vida: idear, idear y aparentar por temor a no llegar a la cima.
Mi hermana siempre ha sido la rebelde, desobedeciéndoles e intentando romper la apariencia que vendemos hacia la sociedad. Parece que, desde hace unos meses, la naturaleza se ha complotado con ella para ayudarla a lograr su objetivo.
¿Saben por qué? Porque tiene cáncer.
Y, eso, es algo que mis padres no podrán curar con dinero.
¿Alguna vez alguien ha visto su estereotipo hecho realidad? Probablemente, ningún ser humano en la faz de la Tierra podría responderme a esta simple pregunta; el «no» se volvería el monosílabo más difícil de pronunciar, una palabra casi prohibida ante los ojos del contestador.
Creemos que la perfección existe porque ansiamos conseguirla, soñamos con todas nuestras fuerzas llegar a ella, nos esforzamos por tenerla. ¿Qué pasaría si no existiese?, ¿Nuestros esfuerzos serían en vano?
No se puede ser perfecto pero si idear serlo. Y eso es lo que ha hecho mi familia toda su vida: idear, idear y aparentar por temor a no llegar a la cima.
Mi hermana siempre ha sido la rebelde, desobedeciéndoles e intentando romper la apariencia que vendemos hacia la sociedad. Parece que, desde hace unos meses, la naturaleza se ha complotado con ella para ayudarla a lograr su objetivo.
¿Saben por qué? Porque tiene cáncer.
Y, eso, es algo que mis padres no podrán curar con dinero.
Capítulo II
∞Willa Felton.
– Es cáncer, cáncer de colon.
Cerré los ojos y aspiré con fuerza, intentando contener las lágrimas que amenazaban con deslizarse por mis mejillas pálidas. No iba a llorar, necesitaba ser fuerte y afrontar la situación; debía demostrarle que era madura, que me quedaría con ella a pesar de lo duro que se tornaría con el tiempo.
Sangre al ir al baño, vómitos, mareos, cansancio constante, pérdida del apetito. ¿Cómo era que no lo había previsto? Todo se veía tan claro en ese momento, con la noticia recién llegada del horno y una Meghan lloriqueante en el marco de la puerta de mi habitación.
– Lo siento tanto – y me derrumbé, los sollozos no tardaron en llegar y tuvo que rodearme con sus brazos para que la calidez pusiera final a mi estúpido acto sentimental.
Odiaba ponerme así frente a ella. Se suponía que, al ser la mayor, conllevaba ciertas responsabilidades tales como ser la que le ponía fin al asunto, la conciliadora, etcétera. ¿Desde cuándo aquella chiquilla llevaba el control en nuestra relación?
– No te dejaré Meg, nunca lo haré.
Y eran palabras con sentido, con significado, bien verdaderas. Yo lo sabía, ella lo sabía, cualquiera que las hubiese escuchado lo habría sentido.
– Te pegaría si lo hicieras, querida.
Quise reír, llorar y abrazarla al mismo tiempo. Obviamente, lo hice.
Tenerla en mis brazos era la sensación más placentera que lograba recordar. Desde chicas siempre había sido mi debilidad, la hermosa rubia dos años más joven que yo tenía toda mi atención y la de las mucamas, incluso también un poco la de mis padres.
Las cosas se complicaron cuando se volvió más grande, cuando intentó romper la simetría de la unidad familiar. En aquel momento se quedó sola, dejaron de apoyarla y su único refugio fueron los malos hábitos.
Pero yo siempre me quedé, siempre le fui fiel. No iba a cambiar. En las malas y en las buenas, siempre juntas.
Me concentré en los resúmenes que debía terminar para la semana próxima, antes del examen que definiría una de las partes más importantes de mi carrera. Haber llevado todos aquellos papeles era un ahorro de tiempo, puesto que el doctor que había elegido mi madre era uno de los más prestigiados y, por lo tanto, también de los más solicitados. Hacía una hora y media que nos encontrábamos allí, ¿Cuándo más nos haría esperar?
Justo en el momento en el que pensé eso, una rubia vestida con un ambo blanco nos avisó que el doctor Payne ya estaba listo para recibirnos en el consultorio número sesenta y nueve. Al escuchar la risa pervertida de mi hermana, supe que ese estúpido número tenía algún significado sumamente pervertido, como todo lo que le hacía reír. No pude evitar alegrarme al notar que, al menos, aún conservaba su humor tan particular.
Mientras cruzábamos los pasillos del hospital a ritmo calmado, miré los rostros de mis dos progenitores intentando encontrar alguna marca o rastro de dolor. No me sorprendí al encontrar lo mismo de siempre: un gesto neutral, una máscara tan dura como una roca.
Llegamos al número dado, la puerta se encontraba entreabierta y de ella desprendían unas cuantas luces amarillas. Al entrar, un muchacho de aspecto joven y profesional nos atendió; llevaba, al igual que su secretaria, un ambo color blanco que le favorecía. Sus cabellos castaños fueron lo primero que atrajo mi atención, los llevaba hasta por el oído y tenían el mismo color que sus hermosos ojos avellana. Lo supuse, cada paciente o empleada del hospital debía de estar muerta por él, ¿Quién no lo estaría?
– Señor, señora y señoritas Felton – vi por el rabillo del ojo como mi madre se ruborizaba falsamente, como siempre lo hacía cuando intentaba tener un aspecto más jovial –, es un gusto conocerlos.
Papá le estrechó la mano cordialmente y Meghan entró al consultorio. Los siguientes veinte minutos esperando comprobaron que era una persona muy paciente, puesto a que nadie podría haber aguantado a mis padres en este estado. Cuando la puerta se abrió, el suspiro que di fue tan largo como épico a la vez.
– No es como si me podría haber muerto aquí adentro, Willa – susurró la rubia en mi oído luego de que todos entráramos en el pequeño gabinete.
Nos encontrábamos sentados en unas sillas de cuero y el señor – o más bien joven – Payne estaba del otro lado, con una pequeña mesa de por medio separándonos. Reír podía haberme llevado al infierno así que no lo hice, no quería poner a prueba los delicados nervios de mamá. Me dediqué a mirarla por el rabillo del ojo, incitándola a callar antes de que alguien más lo hiciera; obviamente, y como era de esperar, eso tan solo provocó que quisiera abrir la boca aún más.
– Pensé lo mismo al verlo, completamente sexy – habló un poco más alto, provocando que el castaño llegara a escuchar su cantarina voz.
Lo único que pude hacer fue enrojecer. Ally, mi mejor amiga, siempre decía que era demasiado buena e inocente como para este mundo de pervertidos y embaucadores; en aquel momento comprendí lo que quería decir: era ese tipo de personas que no sabía cómo defenderse ante situaciones incómodas provocadas por otros para el entretenimiento propio y la incomodidad ajena.
– Entonces, ¿Cuándo podremos comenzar con el tratamiento?
Miré a papá extrañada, preguntándome cuando era que habían decidido tratarla. ¡Ni siquiera habían hablado más de medio minuto!
– Bueno, primero que nada debo decirle que el cáncer de su hija está muy avanzado por lo cual las opciones son bastante escasas – el silencio de mis padres habló casi por si solo –. Ahora bien, podríamos intentar con la radioterapia o la quimioterapia, y si aquello no funciona tendremos que girar nuestros planes hacia la colostomía. Normalmente no la recomiendo hasta casos extremos y muchas personas prefieren dejar de insistir al llegar a esa altura, es muy difícil vivir con una apertura haciendo tus heces en una bolsa.
– Haremos todo por nuestra hija, señor Payne.
– ¡No viviré con una bolsa en mi cintura!
– Calla, Meghan.
– ¡Mamá! – se levantó de su silla, lanzándola por el piso – Bajo ningún concepto viviré como una esclava de mí misma.
– ¡Meghan!
– ¡Pero papá...!
– Meghan, basta.
La discusión siguió así, los dos batallando contra la testarudez de mi hermana, quien no parecía querer darse por vencida. Algo me decía que la idea de luchar no le gustaba, que prefería morirse antes de vivir una vida llena de limitaciones. El cáncer había cortado con cada vicio placentero que le traía la vida, me preguntaba hasta cuándo podría aguantar sin todas esas mierdas que ingería.
Pasados los diez minutos, el doctor me lanzó una mirada de compasión al verme sentada intentando ocultar mi pena e interrumpió la pelea. Supuse que debería tener bastantes casos así, de adolescentes rebeldes y padres sumamente estrictos que se negaban a dejar a sus hijas tomar sus propias decisiones en cuanto a la salud se trataba.
– Señores, yo me preocuparía menos por un futuro improbable y un poco más por el ahora – volvió a sentarse. Su rostro volvió a adquirir su seriedad habitual y la profesionalidad se apropió de su voz nuevamente –. Meghan debe seguir una dieta balanceada, tomar las pastillas que le recetaré para suplementar algunas proteínas necesarias, realizar ejercicio regular y dejar de consumir alcohol y tabaco. Además, me gustaría que la semana que viene viniese a realizar algunos estudios en los cuales necesitaré de su presencia permanente por unos cuantos días.
¿Dejar el alcohol y el tabaco?, ¿Realizar ejercicio? Por la mirada que me condujo, supe que le estaban pegando en su punto débil. Ella vivía de eso, su vida dependía de la cantidad de porquerías que ingería diariamente y las muchas horas sentadas en frente del televisor. El único ejercicio que se permitía hacer, era follar con más de dos chicos al mismo tiempo.
– Será sencillo, nos encargaremos de que todo salga más que bien. Meghan se encontrará a primera hora de la mañana del lunes siguiente en este consultorio.
Algo me decía que no sería así pero, como siempre, me callé. Ser paciente y esperar era en lo que mejor se me daba, las siguientes semanas serían una prueba de lo que podría llegar a soportar.
Cerré los ojos y aspiré con fuerza, intentando contener las lágrimas que amenazaban con deslizarse por mis mejillas pálidas. No iba a llorar, necesitaba ser fuerte y afrontar la situación; debía demostrarle que era madura, que me quedaría con ella a pesar de lo duro que se tornaría con el tiempo.
Sangre al ir al baño, vómitos, mareos, cansancio constante, pérdida del apetito. ¿Cómo era que no lo había previsto? Todo se veía tan claro en ese momento, con la noticia recién llegada del horno y una Meghan lloriqueante en el marco de la puerta de mi habitación.
– Lo siento tanto – y me derrumbé, los sollozos no tardaron en llegar y tuvo que rodearme con sus brazos para que la calidez pusiera final a mi estúpido acto sentimental.
Odiaba ponerme así frente a ella. Se suponía que, al ser la mayor, conllevaba ciertas responsabilidades tales como ser la que le ponía fin al asunto, la conciliadora, etcétera. ¿Desde cuándo aquella chiquilla llevaba el control en nuestra relación?
– No te dejaré Meg, nunca lo haré.
Y eran palabras con sentido, con significado, bien verdaderas. Yo lo sabía, ella lo sabía, cualquiera que las hubiese escuchado lo habría sentido.
– Te pegaría si lo hicieras, querida.
Quise reír, llorar y abrazarla al mismo tiempo. Obviamente, lo hice.
Tenerla en mis brazos era la sensación más placentera que lograba recordar. Desde chicas siempre había sido mi debilidad, la hermosa rubia dos años más joven que yo tenía toda mi atención y la de las mucamas, incluso también un poco la de mis padres.
Las cosas se complicaron cuando se volvió más grande, cuando intentó romper la simetría de la unidad familiar. En aquel momento se quedó sola, dejaron de apoyarla y su único refugio fueron los malos hábitos.
Pero yo siempre me quedé, siempre le fui fiel. No iba a cambiar. En las malas y en las buenas, siempre juntas.
***
Mamá sonrió, papá contó uno de sus chistes malos y Meghan se enchufó en su propia música intentando apartarse de la realidad. Sí, nuestra primera cita en el médico como familia no estaba empezando de la mejor forma. Desde el principio lo supe, ir todos juntos no iba a ser una muy buena idea. Me concentré en los resúmenes que debía terminar para la semana próxima, antes del examen que definiría una de las partes más importantes de mi carrera. Haber llevado todos aquellos papeles era un ahorro de tiempo, puesto que el doctor que había elegido mi madre era uno de los más prestigiados y, por lo tanto, también de los más solicitados. Hacía una hora y media que nos encontrábamos allí, ¿Cuándo más nos haría esperar?
Justo en el momento en el que pensé eso, una rubia vestida con un ambo blanco nos avisó que el doctor Payne ya estaba listo para recibirnos en el consultorio número sesenta y nueve. Al escuchar la risa pervertida de mi hermana, supe que ese estúpido número tenía algún significado sumamente pervertido, como todo lo que le hacía reír. No pude evitar alegrarme al notar que, al menos, aún conservaba su humor tan particular.
Mientras cruzábamos los pasillos del hospital a ritmo calmado, miré los rostros de mis dos progenitores intentando encontrar alguna marca o rastro de dolor. No me sorprendí al encontrar lo mismo de siempre: un gesto neutral, una máscara tan dura como una roca.
Llegamos al número dado, la puerta se encontraba entreabierta y de ella desprendían unas cuantas luces amarillas. Al entrar, un muchacho de aspecto joven y profesional nos atendió; llevaba, al igual que su secretaria, un ambo color blanco que le favorecía. Sus cabellos castaños fueron lo primero que atrajo mi atención, los llevaba hasta por el oído y tenían el mismo color que sus hermosos ojos avellana. Lo supuse, cada paciente o empleada del hospital debía de estar muerta por él, ¿Quién no lo estaría?
– Señor, señora y señoritas Felton – vi por el rabillo del ojo como mi madre se ruborizaba falsamente, como siempre lo hacía cuando intentaba tener un aspecto más jovial –, es un gusto conocerlos.
Papá le estrechó la mano cordialmente y Meghan entró al consultorio. Los siguientes veinte minutos esperando comprobaron que era una persona muy paciente, puesto a que nadie podría haber aguantado a mis padres en este estado. Cuando la puerta se abrió, el suspiro que di fue tan largo como épico a la vez.
– No es como si me podría haber muerto aquí adentro, Willa – susurró la rubia en mi oído luego de que todos entráramos en el pequeño gabinete.
Nos encontrábamos sentados en unas sillas de cuero y el señor – o más bien joven – Payne estaba del otro lado, con una pequeña mesa de por medio separándonos. Reír podía haberme llevado al infierno así que no lo hice, no quería poner a prueba los delicados nervios de mamá. Me dediqué a mirarla por el rabillo del ojo, incitándola a callar antes de que alguien más lo hiciera; obviamente, y como era de esperar, eso tan solo provocó que quisiera abrir la boca aún más.
– Pensé lo mismo al verlo, completamente sexy – habló un poco más alto, provocando que el castaño llegara a escuchar su cantarina voz.
Lo único que pude hacer fue enrojecer. Ally, mi mejor amiga, siempre decía que era demasiado buena e inocente como para este mundo de pervertidos y embaucadores; en aquel momento comprendí lo que quería decir: era ese tipo de personas que no sabía cómo defenderse ante situaciones incómodas provocadas por otros para el entretenimiento propio y la incomodidad ajena.
– Entonces, ¿Cuándo podremos comenzar con el tratamiento?
Miré a papá extrañada, preguntándome cuando era que habían decidido tratarla. ¡Ni siquiera habían hablado más de medio minuto!
– Bueno, primero que nada debo decirle que el cáncer de su hija está muy avanzado por lo cual las opciones son bastante escasas – el silencio de mis padres habló casi por si solo –. Ahora bien, podríamos intentar con la radioterapia o la quimioterapia, y si aquello no funciona tendremos que girar nuestros planes hacia la colostomía. Normalmente no la recomiendo hasta casos extremos y muchas personas prefieren dejar de insistir al llegar a esa altura, es muy difícil vivir con una apertura haciendo tus heces en una bolsa.
– Haremos todo por nuestra hija, señor Payne.
– ¡No viviré con una bolsa en mi cintura!
– Calla, Meghan.
– ¡Mamá! – se levantó de su silla, lanzándola por el piso – Bajo ningún concepto viviré como una esclava de mí misma.
– ¡Meghan!
– ¡Pero papá...!
– Meghan, basta.
La discusión siguió así, los dos batallando contra la testarudez de mi hermana, quien no parecía querer darse por vencida. Algo me decía que la idea de luchar no le gustaba, que prefería morirse antes de vivir una vida llena de limitaciones. El cáncer había cortado con cada vicio placentero que le traía la vida, me preguntaba hasta cuándo podría aguantar sin todas esas mierdas que ingería.
Pasados los diez minutos, el doctor me lanzó una mirada de compasión al verme sentada intentando ocultar mi pena e interrumpió la pelea. Supuse que debería tener bastantes casos así, de adolescentes rebeldes y padres sumamente estrictos que se negaban a dejar a sus hijas tomar sus propias decisiones en cuanto a la salud se trataba.
– Señores, yo me preocuparía menos por un futuro improbable y un poco más por el ahora – volvió a sentarse. Su rostro volvió a adquirir su seriedad habitual y la profesionalidad se apropió de su voz nuevamente –. Meghan debe seguir una dieta balanceada, tomar las pastillas que le recetaré para suplementar algunas proteínas necesarias, realizar ejercicio regular y dejar de consumir alcohol y tabaco. Además, me gustaría que la semana que viene viniese a realizar algunos estudios en los cuales necesitaré de su presencia permanente por unos cuantos días.
¿Dejar el alcohol y el tabaco?, ¿Realizar ejercicio? Por la mirada que me condujo, supe que le estaban pegando en su punto débil. Ella vivía de eso, su vida dependía de la cantidad de porquerías que ingería diariamente y las muchas horas sentadas en frente del televisor. El único ejercicio que se permitía hacer, era follar con más de dos chicos al mismo tiempo.
– Será sencillo, nos encargaremos de que todo salga más que bien. Meghan se encontrará a primera hora de la mañana del lunes siguiente en este consultorio.
Algo me decía que no sería así pero, como siempre, me callé. Ser paciente y esperar era en lo que mejor se me daba, las siguientes semanas serían una prueba de lo que podría llegar a soportar.
- Hola c::
- Bueno, empecé a escribir y lo terminé así que lo subo. Espero que les guste, ando medio oxidada porque hace mucho que no escribo :_
Cami
Re: Bajo la misma estrella || Novela Colectiva ||
HFIJHDSKLJDKSLJSDLKJDL
Juro que mañana me pongo a leer los dos caps y a comentarlos *w*
Juro que mañana me pongo a leer los dos caps y a comentarlos *w*
Bart Simpson
Re: Bajo la misma estrella || Novela Colectiva ||
Acabo de leer los dos capítulos *-* y debo de decir que me encantaron cada uno de ellos, la actitud de Becca es genial, ya quiero seguir leyendo más de ella, y yo sé que habrá algo con Logan :3 eso espero xd
Ow pobre Meghan, de seguro la noticia le cayó como balde fría(? y renunciar a todas aquellas cosas debió de ser feo, ow el doctor Liam, me lo imaginé todo hermoso(? y Willa es un amoooor<3 quiero leer el capítulo de Cande
Ow pobre Meghan, de seguro la noticia le cayó como balde fría(? y renunciar a todas aquellas cosas debió de ser feo, ow el doctor Liam, me lo imaginé todo hermoso(? y Willa es un amoooor<3 quiero leer el capítulo de Cande
peralta.
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Re: Bajo la misma estrella || Novela Colectiva ||
Melissa, tu capitulo fue muy ayayay triste :c me asuste mucho cuando leia que le salia muchisima sangre de la nariz a la pobre de Becca :c senti pena por la pobre de su madre que estaba muy mal, por toda su familia en realidad.
Asi que, ¿se llevaba tan mal con Logan? asdnasdk no puedo dejar de pensar en ello <3 Ame tu capitulo, triste pero lo ame :')
Asi que, ¿se llevaba tan mal con Logan? asdnasdk no puedo dejar de pensar en ello <3 Ame tu capitulo, triste pero lo ame :')
Jaeger.
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