Capítulo 1.
La luz de una mañana soleada se filtraba a través de las cortinas de la gran habitación. Las palomas comenzaban con el bello cantico que siempre realizan cuando se sienten muy felices, las olas del mar golpeaban suavemente las rocas en la playa de Malibú, en Los Ángeles, de esa manera a Amelia Queen le encantaba despertar. Ella estaba envuelta en dos cosas; la primera era en unas cálidas y reconfortantes mantas, las cuales le proporcionaban calor, la otra cosa era envuelta en los brazos, el torso y las piernas de su querido novio Ian Somerhalder. Él aún estaba durmiendo, la noche anterior habían hecho el amor muy apasionadamente, Ian le decía una y otra vez cuanto la amaba, mientras tiernamente la penetraba. Lentamente comenzó a moverse, estaba un poco adolorida, pero la noche anterior lo valía, le costó un poco desprenderse de Ian, puesto que el literalmente estaba muy adherido a ella, pero finalmente lo consiguió, se levantó de la cama, se rió un poco ante el desorden de la habitación, la ropa de ella y de su novio estaba regada por todos lados, a veces los dos podían ser muy apasionados. Comenzó a caminar por la habitación, hasta que encontró un chaleco de Ian, se lo colocó sin nada más debajo de eso.
Sintió como Ian se movía, así que lo miró, él no se había despertado, pero se había destapado, un poco del rostro de Ian estaba sumido en la almohada, la otra parte se podía ver, Amelia al verlo de esa manera sintió una gran ternura en su corazón, ella amaba con todo su corazón y su ser a aquel hombre. Lentamente fue hasta él, tomó las cobijas y las subió hasta que Ian quedó completamente tapado, le acarició el cabello, le dio un beso en la frente y lo dejó descansar un poco. Lo mejor de ese día es que era sábado, Ian odia ir a la oficina los días sábados por lo que trabaja desde su casa. Amelia comenzó nuevamente a caminar, iba a ver el mar en el barcón, todas las mañanas lo hacía, cuando estaba de camino hacia él, se encontró con su adorable cachorro akita de 3 meses llamado Hachiko, al parecer él se había quedado a dormir en la habitación, por lo que vio todo lo que hicieron ella e Ian, a veces Hachiko es un tanto chismoso. Ella lo tomó en sus brazos, lo abrazó y le cascó las orejas.
- Eres un pequeño espía – Susurró al oído del cachorro.
Hachiko en respuesta le lamió el cuello, por más travieso que el perro fuera, Amelia de todos modos lo quería. Ambos fueron hacia el balcón, la vista era maravillosa, el mar estaba tranquilo y cristalino, el sol de podía reflejar en él, para Amelia esa vista era su segundo paraíso, porque el primero definitivamente eran los ojos azules claros de Ian. Hachiko se acurrucó entre sus manos para buscar un poco de calor, a pesar de que el sol radiaba con todo su poder, hacía un poco de frío.
- ¡Amelia! – Escuchó como la voz de Ian la llamaba, al parecer se había despertado.
- ¡Estoy en breve contigo amor! – Le contestó alegremente.
Ian se impacientaba cuando no encontraba a Amelia a su lado, la primera vez que habían hecho el amor y al amanecer Amelia fue a ver la vista, Ian había pensado que ella se había ido, esa mañana Ian casi destruye su habitación, cuando ella fue a ver lo que ocurría, vio a Ian llorando de la impotencia, cuando él la vio corrió hacia ella, la abrazó, le decía una y otra vez que había pensado que ella se había ido, entonces ella le hizo una promesa, que nunca jamás se iba a ir de su lado, él igualmente hizo lo mismo.
- ¡Amor, mi cama se siente fría sin ti! – Ian le gritó nuevamente, a veces era un tanto exagerado.
Ella contempló el mar por última vez, comenzó a caminar hacia la habitación, tenía mucho frío, por lo que cuando entró a ella, inmediatamente cerró las puertas corredizas y corrió las cortinas, al darse vuelta vio a Ian, el cual la estaba mirando detenidamente con aquellos bellos ojos azulados, cada vez que él la miraba de esa manera, Amelia se sonrojaba un poco, a pesar de varios meses saliendo juntos, ella todavía se sonrojaba ante esa mirada, él le guiñó un ojo y ella se sonrojó aún más. Rápidamente comenzó a caminar y se tiró junto a Ian en la cama, aún tenía a Hachiko en sus brazos.
- ¿Adivina que? – Le dijo sonriendo.
- ¿Qué cosa amor?- Le preguntó él comenzando a acariciar los labios de Amelia.
- Este pequeño – Comentó ella mostrándole a Hachiko – Presenció todo lo que hicimos anoche, absolutamente todo.
Él comenzó a reírse y miró a Hachiko.
- Hachiko – Le dijo en un tono de reprimenda – Eres un pequeño travieso, sabes que tu madre se quema por dentro cuando le estoy haciendo el amor y siempre me pide que le dé más fuerte y más rudo.
- ¡IAN! – Gritó Amelia muerta de vergüenza.
Ian nuevamente comenzó a reírse, tomó a Hachiko y lo dejó en el suelo, este se fue corriendo fuera de la habitación, seguramente iba a ir a molestar a Nila, la cocinera de Ian.
- No puedo creer que hayas dicho eso – Le dijo Amelia a Ian un poco molesta y se dio vuelta dándole la espalda.
Amelia sabe que Ian es un tanto travieso con sus comentarios, pero a veces él decía cosas que a ella le molestaban. Ian al parecer sintió la tensión en el cuerpo de Amelia, se acercó a ella, sin abrazarla.
- Lo siento – Le susurró al oído – Sabes que a veces puedo ser muy travieso.
- Travieso y a veces idiota – Le contestó ella en un tono de reprimenda.
- Es verdad – Dijo el sonriendo – Soy un travieso y a veces un idiota, ¿Puedes perdonar a este idiota?
Ella hizo la que se lo pensó un poco, en realidad no estaba enojada con él.
- Te perdono – Comenzó ella – Pero solo si me abrazas, tengo mucho frío.
Ian se movió, hasta que tocó con su torso, la espalda de su novia, la rodeo con sus brazos fuertemente y se dio cuenta de que ella estaba muy helada, al extremo de congelaba, el odiaba que ella estuviera de esa manera, no quiere que so novia se enferme, porque le puede suceder algo malo si se enferma.
- ¡Estas muy helada! – Le dijo un poco molesto – Sabes que odio cuando estas de esa manera, cuando no te preocupas por tu salud.
Él se incorporó un poco, tomó las piernas de Amelia y las metió debajo de las cobijas, ella se dio la vuelta y lo miró tiernamente, Ian siempre se preocupaba por ella. Él sin decirle ninguna palabra más se subió encima de ella, con sus manos comenzó a hacerle fricción por todo el cuerpo. Lentamente el calor corporal de Amelia comenzó a ascender. Tomó la cabeza de Ian y llevó sus labios hacia los suyos. De inmediato la química fue innata, Ambos a la misma vez comenzaron a acariciarse con pasión y lujuria, con deseo. Ian se acomodó entre las piernas de Amelia, le comenzó a besar el cuello, los besos en el cuello eran la debilidad de ella.
- ¡Ian! – Gimió ella en respuesta ante sus besos.
- Amelia, Te amo – Le contestó él gimiendo de agonía.
- Yo también te amo Ian – Repitió ella del mismo modo mientras le agarraba el cabello con ambas manos.
Ian subió lentamente el chaleco que estaba trayendo Amelia, hasta que se lo sacó por completo por encima de la cabeza, no había ninguna prenda que se interponía entre ellos, puesto que Ian estaba completamente desnudo. La besó nuevamente, al momento de que sus labios se tocaron, una chispa de electricidad comenzó a crecer en el corazón de ambos, con el contacto de sus lenguas esa chispa explotó.
- ¡Ian! – Dijo Amelia en tono de súplica rompiendo el beso – Te quiero dentro de mí, ahora.
Él la recostó en el colchón de la cama, mirándola siempre a los ojos comenzó a darle besos por todo el cuerpo, primero comenzó con su garganta, sintió como Amelia comenzaba a gemir muy despacio, Ian comenzó a descender por el cuerpo de su novia dándole besos por todos lados, comenzó con sus pechos, tomó fuertemente con su boca uno de los pezones de su chica, los cuales estaban muy erectos, cuando los tiró ella gritó en respuesta.
- ¡IAN! – Gritó Amelia producto de la excitación - Te necesito ahora dentro de mí.
- Paciencia – Le susurró al oído - Ten mucha paciencia Amelia, porque cuando esté dentro de ti, me rogaras que nunca me salga.
Cuando Ian le hacía el amor a su chica, a veces decía cosas muy tiernas, que hacían que Amelia se sonrojara, otras veces le decía cosas terriblemente calientes, que hacían que Amelia se estremeciera y le dijera cosas vulgares.
Ian llevó una mano hasta la zona caliente y dulce de su novia, al pasar su mano por su feminidad notó que ella estaba muy dilatada, siempre estaba preparada para él, sin previo aviso metió un dedo en el interior de la chica, comenzó a moverlo rápidamente, hasta que Amelia tuvo un orgasmo. Ian sacó su dedo y nuevamente sin previo aviso, tomó las piernas de su chica, las abrió de par en par y la penetró. Lentamente ambos comenzaron una danza erótica, se complementaban perfectamente, sus gemidos eran como canticos para cada uno de ellos.
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Ian acariciaba el cabello de su novia, la cual estaba encima de su pecho con una sonrisa en el rostro se notaba saciada y muy feliz, ella a su vez acariciaba el perfecto torso de su novio con la punta de sus dedos.
- Me gustan tus buenos días – Le susurró ella dándole un pequeño beso en el pectoral.
- A mi me encanta que por las noches te quedes aquí – Él le contestó dándole un beso en la frente – Es raro que Oliver no viniera para llevarte a casa, con lo celoso que es.
Oliver era el hermano mayor de Amelia, Ian es el mejor amigo de Oliver, cuando este se enteró de la relación que ellos sostenían, al principio no le gustó mucho, sin embargo al enterarse de que Ian era bueno para Amelia, él cedió ante la idea de que fueran novios. Amelia desde que sus padres habían muerto en un terrible accidente cuando ella tenía 12 años, tenía constantemente pesadillas con la muerte de ellos, todas las noches ella despertaba llorando, Oliver tenía que consolarla. Sin embargo cuando comenzó a salir con Ian y a quedarse a dormir en su casa, ella no tenía pesadillas, por lo que Oliver se tragó el orgullo de hermano mayor sobre protector y accedió a que ella se quedara por algunas noches en casa de Ian, ahora prácticamente casi viven juntos.
- Amor, ¿Qué sucede? – Preguntó Ian un poco preocupado.
Amelia por un momento se había encerrado en sus recuerdos por lo que no se dio cuenta de que algunas lágrimas habían salido de sus ojos, para parar al torso de Ian. Ella se llevó el dorso de la mano derecha hasta sus ojos, se quitó las lágrimas que tenía en los ojos, levantó la mirada y vio a Ian muy preocupado.
- Gracias por estar conmigo, Ian – Ella lo miró detenidamente, levantó su mano y comenzó a acariciarle el rostro – Desde que estamos juntos siempre me has estado apoyando en todo, bueno salvo en unas cosas, como por ejemplo tus celos casi obsesivos, pero sé que me amas, Te amo Ian, siempre lo haré.
- Ven aquí amor – Él la atrajo hacia sus brazos – También te amo Amelia, siempre lo haré. Además no soy un hombre celoso – Dijo en broma – Sólo me preocupo por lo que es mío.
Ian, Ian, Ian, lo que no sabes es que tus celos pueden jugar una mala pasada en tu relación con Amelia, ella tomará una decisión importante en cuanto a eso, si no la acatas tal vez puedes perderla.
Capítulo 2 (1/2)
Capítulo 2.
Era de noche, prácticamente Ian y Amelia habían pasado todo el día juntos, se quedaron en la cama hasta un poco pasado el medio día, después salieron a comer a un restorant, ese periodo del día no fue muy bueno que digamos, cuando se sentaron en la mesa, el camarero fue a pedir la orden de que era lo que iban a comer, pero en vez de pedir la orden el chico se le había quedado mirando, literalmente con la boca abierta. La profesión de Amelia es cantante y modelo por lo que las personas siempre se le quedan mirando, ya sea para pedirle un autógrafo o una fotografía, a él no le molestaba mucho, sin embargo siempre se ponía tenso cuando alguien se quedaba mirando a su chica, especialmente los hombres, ella por supuesto odiaba los celos constantes que Ian tenía, al llegar a casa le tenía preparado un gran sermón.
Flash Back
Ian estaba sentado en su despacho revisando algunos de sus negocios en su laptop, estaba un poco enojado, había ido con Amelia a un restorant, todo había comenzado bien hasta que el camarero comenzó a ver a su novia de manera muy lujuriosa. Él era un hombre un poco posesivo, especialmente cuando se trataba de su novia, no podía controlar sus celos.
Estaba mirando su laptop detenidamente, hasta que sintió una tos, al alzar la mirada vio que era su adorada novia, Amelia. La miró a los ojos e inmediatamente entendió que ella quería hablar seriamente con él.
- Tengo que hablar contigo – Dijo ella un tanto enojada – Y más vale que me escuches muy bien, Ian Joseph Somerhalder.
Amelia realmente se veía muy molesta, casi nunca ella lo llamaba con su segundo nombre, a menos de que fuera alguna cosa muy importante. Lo más seguro es que ella le había preparado un gran discurso, Ian le había hecho una escena de celos cuando salieron del restorant, lo bueno, la prensa ni los paparazzi los habían visto, lo malo, el camarero había terminado su turno y había salido justo al mismo tiempo que ellos, al verlo Ian lo golpeó.
- Sé lo que me vas a decir, Amelia – Comenzó a decir Ian irritado– Pero te digo una sola cosa, no me arrepiento de lo que hice, tú eres mía, soy tu dueño, no me gusta que te miren, ni mucho menos que te miren con lujuria.
Ella al escuchar la respuesta de su novio, se cruzó de brazos, muy enojada, pero comenzó a respirar lentamente, para bajar un poco ese enojo.
- Ian – Ella comenzó tranquilamente – Puedo tolerar todo, tus celos, tus locuras, que digas que soy tuya, pero no tolero que digas que eres mi dueño, ni mucho menos que descargues tus malditos y enfermizos celos en alguien inocente.
Amelia actualmente está estudiando derecho, por lo tanto no tolera para nada las injusticias.
- ¡ÉL TE ESTABA MIRANDO COMO SI QUISIERA QUITARTE LA ROPA, JODER! – Gritó exasperado – ¡ODIO CUANDO ALGUIEN TE MIRA DE ESA MANERA!
Ella se exaltó un poco, Ian nunca le había gritado.
- Amor – Le dijo ella calmadamente – Cuando me conociste sabías que yo era una chica independiente, soy modelo por lo que muchas personas se me quedaran mirando, incluso algunos hombres me miraran como si quisieran sacarme la ropa, pero yo solo te amo a ti, no me importa el resto de los demás chicos, Ian, odio esos celos injustificados, porque yo nunca te he dado excusas, ¿O sí?
Él desvió la mirada y se quedó mirando el suelo.
- A veces pienso que sí, que me das excusas – Comenzó Ian susurrando – Todos tus amigos, las fiestas a las que vas, las personas que conoces, además de tus acciones, con todas esas cosas a veces pienso que tú no me amas con la misma intensidad que yo te amo a ti, por eso es que necesito protegerte no quiero que te vayas de mi lado.
Amelia al escuchar estas palabras comenzó a alterarse, sus ojos se llenaron de lágrimas.
- ¿Me estás diciendo que no te demuestro el amor que siento por ti? – Ella lo miró con los ojos llenos de lágrimas - ¿Insinúas que quiero dejarte? ¿Qué no te amo con la intensidad que tú me amas a mí?
Ian la miró, al verla se arrepintió de todo lo que había dicho. Las preguntas que Amelia le había dicho eran como cuchillos para su corazón, las lágrimas que en esos momentos surcaban las mejillas de su novia eran como cuchillos para su alma.
- Amelia yo…
- ¡NO, IAN! – Ella lo interrumpió – NO TOLERO TUS ESPÚPIDOS CELOS, ESTOY HASTA MÁS ARRIBA DE LA CORONILLA CON ELLOS.
A este paso ella estaba llorando, él se levantó de su escritorio, lo rodeó e intentó acercarse a ella, pero ella no lo dejó.
- ¡NO ME TOQUES! – Ella le gritó muy exaltada – SI NO CONTROLAS TUS CELOS, TEN POR SEGURO QUE ÉSTA RELACIÓN LLEGARÁ A SU FIN.
Amelia se dio la vuelta, se fue hasta la habitación de Ian, cuando llegó cerró fuertemente la puerta y la cerró con pestillo porque Ian iba detrás de ella para pedirle perdón, pero ese perdón no iba a llegar tan fácilmente.
- ¡AMELIA! - Dijo Ian azotando la puerta con su mano – No me dejes.
- ¡NECESITO PENSAR, IAN! – Dijo ella llorando, pero después dijo tranquilamente – Necesito pensar las cosas, por favor déjame sola por un momento.
Ian no le dijo nada más, pero se sentía llorar justo afuera de la puerta, él estaba desolado, en la habitación Amelia lloraba y se sentía de la misma manera.
Fin Flash Back
Amelia estaba recostada en la cama de Ian, había llorado mucho, se sentía sola, vacía y muy desdichada, Ian la mayoría del tiempo había tocado la puerta, ella sabía que él igualmente había llorado porque lo había escuchado. Giró la cabeza y miró un reloj digital que estaba en uno de los veladores, eran aproximadamente las 9 de la noche por lo que tenía que salir de la habitación de Ian, tal vez se iría a la casa de su amiga Cassie, la cual vive también con otra amiga llamada Miley, pero sus planes podrían cambiar porque justo en ese momento comenzó a sonar su teléfono móvil, miró la pantalla, vio que era su amiga Mickaela, contestó inmediatamente.
- ¡Micki! – Contestó Amelia vacilante - ¿Cómo estás?
- ¡AMY! – Prácticamente Micki había gritado – Estoy como siempre, es decir sobreviviendo a una sociedad de mierda, pero creo que tú no estás bien, a ver, apuesto que hay una crisis en el paraíso.
Micki siempre molestaba a Amelia en cuanto a la relación que ella tenía con Ian, Amelia siempre estaba feliz cuando se trataba de Ian, por eso su amiga llamaba “paraíso” a la relación.
- Sí – Dijo Amelia a punto de llorar – Hay problemas en el paraíso.
- Amy ¿Qué es lo que te hizo ese idiota? - Comentó Micki disgustada – Te hizo llorar, voy a ir a su casa y a romperle los huevos, eso es lo que voy a hacer ahora mismo.
Cuando se trataba de sus amigos, Micki era muy sobre protectora, en especial cuando se trataba de su amiga Amelia, la cual ama como si fuera una hermana.
- Micki, no tienes que hacer eso – Le contestó Amelia poniendo los ojos en blanco - Sé defenderme por mí misma, para eso practico boxeo.
- Eso es verdad – Rió Micki – Estoy en una fiesta junto a Cassie, Hayley, Josh, Justin y Miley ¿Por qué no vienes? Te servirá para despejar la mente de tu paraíso, además me has tenido muy sola, Hayley y Miley dicen lo mismo, nos tienes muy solas.
Amelia rodo nuevamente los ojos en blanco, aunque era verdad, ella a veces por pasar mucho tiempo con Ian, había olvidado a sus amigas.
- ¿En que lugar están? – Preguntó Amy un tanto convencida.
- Justin nos trajo a un lugar muy bueno – Comentó Micki – El bar se llama “Wild”, es muy salvaje.
- ¿Salvaje? ¿Así se llama el bar? – Preguntó Amelia riendo – Entonces señora salvaje ¿Estas con Harry? Porque inmediatamente te digo que no quiero ser un mal tercio.
Harry es el novio de Micki, un novio bastante peculiar.
- No – Dijo secamente Micki – Esta es una noche de amigos, tampoco Cassie está con su novio Logan, Amelia ven, no es lo mismo sin ti, tú siempre eres el alma de la fiesta.
- A verrrr…- Dijo Amelia pensando – Está bien, dame la dirección del bar.
- Descuida – Rió Micki – Justin está al lado mío y me dijo que si decías que si, él te iba a ir a buscar al paraíso.
Justin Bieber, era un amigo de ellas, al igual que Amelia, Justin es cantante, Amelia lo había conocido cuando tenía 14 años, desde entonces son amigos, salvo por una cosa, Justin siempre le ha estado coqueteando, diciendo que es bella y todas esas cosas que a veces ella le molestan y otras veces que no le molestan para nada, naturalmente Ian no sabe nada de Justin, o si no Justin ya había estado casi muerto. Justin había estado de gira en Europa, ella lo había extrañado mucho, siempre la ha hecho reí y también era uno de los pocos que sabía de las pesadillas que ella tenía.
- Está bien, dile a Justin que venga a recogerme – Le dijo Amelia muy entusiasmada – ¡Tengo deseos de ver a Justin, lo extrañé tanto!
- ¡UUUUUYY! – Micki comenzó a molestarla – No entiendo ¿Por qué nunca han estado ustedes dos juntos? Me gusta más Justin para ti, no al troglodita que ahora tienes de novio.
- Micki – Comenzó Amelia a reprender a su amiga – Te he dicho millones de veces que no llames de ese modo a Ian.
- Está bien, está bien – Dijo Micki lentamente – Justin ya fue a recogerte, así que apúrate.
- Ok - Dijo Amelia colocándose de pie para ir a bañarse – Nos vemos en el bar, adiós hermana.
- Adiós hermanita – Dijo Micki alegremente y después colgó.
Amelia fue hasta el baño, para darse una ducha con agua tibia, eso le venía bien puesto que el agua tibia le bajaba las tensiones. Después de bañarse, enrollo su cuerpo con una toalla que había en el baño salió a la habitación de Ian. Ella tenía algunas prendas de vestir en los armarios de Ian, por lo que los abrió. Del cajón de la ropa interior sacó un conjunto de bragas y sostén los cuales eran un conjunto de color negro, se los colocó. Después fue hasta la ropa, no sabía que ponerse, recordó el nombre del bar, el cual se llamaba “Wild” por lo que se decidió por unas calzas de color negro que tenían pequeños círculos un poco más oscuros, después tomó un vestido de color rojo (el cual era ajustado y sin tirantes), un corsé de ganchos negro metalizado y por último se colocó unos botines negros de media pierna con un tacón de 10 cms, además del tacón también tenía unas cuantas piedras brillantes, se vistió, se miró al espejo y se veía ardiente. Tenía el cabello mojado, producto de la ducha, se lo secó son un secador, después de secárselo se lo alisó con una plancha de alisado. Fue hasta el tocador en donde tenía su maquillaje, las personas siempre habían dicho que ella tenía unos ojos muy bellos, eran de color azules con unas cuantas motitas de color gris, Oliver siempre le había dicho que había sacado los ojos de su madre. Tomó el lápiz delineador de color negro y comenzó a pasárselo por los parpados y después por debajo de los ojos, a ella siempre le gustaba maquilarse de ese modo. Al terminar con los ojos tomó el labial de color rojo, se pintó los labios rápidamente.
De repente escuchó como la puerta principal de la casa de abría, de seguro Justin había llegado. Amelia fue nuevamente hasta el armario, tomó su chaqueta de cuero, la cual le quedaba muy ajustada, se la dejó abierta, tomó su teléfono móvil y las llaves que estaban en una cómoda, nuevamente sintió un golpe esta vez fue en la puerta de la habitación.
- Señorita Amelia – Dijo Charles el mayordomo de Ian – Un joven llamado Justin Bieber la busca.
- Está bien Charles – Ella dijo – Dile a Just que voy inmediatamente.
Se miró al espejo una vez más, estaba un poco pálida por lo que se colocó un poco de colorante en las mejillas, también un poco de rímel en las pestañas y ahora si estaba lista. Se dirigió hasta la puerta, sacó el pestillo salió al pasillo y fue hasta el salón, al entrar se llevó una gran sorpresa, Justin estaba allí.
- ¡Amelia! – Gritó Justin alegremente – ¡Ven acá y dame un gran abrazo!
- ¡Justin! – Le contestó ella alegremente - ¡Te extrañé!
Ella corrió hasta los brazos de uno de sus dos mejores amigos, se lanzó hasta sus brazos y lo abrazó, Justin la tomó de la cintura, la levantó, producto de eso ella envolvió sus piernas en la cintura dl chico, comenzaron a reírse de euforia y Justin comenzó a dar vueltas, no notaron que alguien había llegado hasta que sintieron una toz detrás de ellos, Amelia se bajó del torso de Justin, miró hacia atrás, miró a la persona que había tosido, era Ian, el cual los miraba con cara de pocos amigos, la sonrisa de Amelia comenzó a descender, al parecer estaba en un gran problema.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.