Datos básicos - Capítulo hecho por mí
Nombre completo: Eris Jessaminne Speckhart Donovan. Apodos: Discordia, Jessa, Minne, Speckhart, Zorra. Fecha de Nacimiento: Cinco de diciembre mil novecientos noventa y cinco. Edad: Dieciséis años, a punto de cumplir los diecisiete. Papel: La arrogante y rebelde. Nacionalidad: Alemana. Representante: Kristen Stewart. ¿Por que quieres participar?: Me encantó la idea, andaba buscando una novela donde pudiera inscribir a la setsi Kristen y pues la encontré, no, ahora enserio. Me enamoré de la trama de la novela, tengo muchas ideas para sacar hacia delante mi historia. Soy bastante organizada en eso de subir capítulos y esas cosas. Hobbies: Cada mañana necesita tomarse su café, no puede vivir sin su café matutino. Al despertarse, necesita darse una larga ducha de agua muy caliente, no sabe a qué se debe pero siempre lo hace. No cree en Dios y el Demonio pero sí que lo hace en el Cielo y el Infierno, por esa razón a final de cada mes, va un día a la iglesia y se sienta en un banco a fotografiar mientras pide perdón en silencio por sus pecados. | Intenté olvidarlo todo, en vano. Me molestaba que el idiota de Zayn se hubiera comportado así conmigo, ¿De qué iba? Primero se hacía el amable conmigo, y después, ¡Zas! Te trataba como siempre. Al menos, sólo quedaba una clase, y por suerte no tendría que ver a Zayn, pero tendría que lidiar con los imbéciles de Tomlinson y Styles. Caminé hacia mi aula, con los auriculares puestos a todo volumen, con la canción Wake me Up de Avicii resonando en mis oídos. Realmente, me importaba más bien poco si algún profesor me decía algo, yo seguiría escuchando la canción hasta que terminara. Me paré en la puerta del aula de química, aún no había llegado la profesora por lo que los alumnos nos quedaríamos un rato fuera, sin hacer clase. Bajé un poco el volumen, tampoco quería que mis tímpanos explotasen.
–...Hasta yo quisiera suicidarme si fuera tú, pobre, gorda y fea, con razón tus padres te mandaron a Londres, ¿Tener una hija como tú?, qué vergüenza.– Alcé la mirada al escuchar su voz, ¿Cómo podía tratarme como un trapo y aún así seguir teniendo ese poder en mí? Pero en esos momentos no era Zayn el que me importaba, era Pao, por favor, que no le hicieran nada.
Pero lo hicieron, y vaya sí lo hicieron, ¿Cómo podían? Hacer sentir fea a una chica, llamarla gorda y pobre, cuando no sabían ni la mitad de su pasado. Fue suficiente que Harry volcara el zumo que tenía Niall en la cabeza de Paola para que yo saliera en acción. Además, si se iba, nadie me detendría a liberar mi rabia contra ellos. Guardé mi teléfono con los auriculares en una velocidad de infarto, y caminé hacia los chicos que se atrevían a burlarse de mi amiga.
–¿Pero quién os creéis que sois?– Dije, empujando por la espalda a Harry, que era el que tenía más cerca. Me coloqué en el centro, aunque estuvieran casi rodeándome, no iba a permitir que me intimidaran. –Idiotas, ¿No véis que es una persona, como todos?– Añadí, cruzándome de brazos. –Eh, relájate, nena.– Fue Niall quién habló. –Sólo estábamos jugando.– Se acercaron a mí. –¿Y si empiezo yo a jugar, rubio de bote?– Sonreí pícara cuando se quedó con la boca abierta. Hurgué en mi mochila y saqué un zumo de naranja, perfecto. Apestoso y pegajoso. Casi a la velocidad de la luz, empecé a tirarlo sobre las cabezas de los chicos. –Uy, se me ha escapado.– Me mordí el labio inferior, intentando contener la risa. –¡Niñata asquerosa!– Rugió Zayn, y sentí como mi mundo se desvanecía y mi corazón se hacía pedazos. –¡Mi pelo! ¿Tú sabes lo que cuesta ponerlo como estaba antes?– Me gritó, acercándose mucho más. –Oh, el pelo de mi amiga también cuesta de arreglar, ¿Lo sabías?– Contesté, acercándome de tal manera en que casi nos tocábamos, realmente no sabía de dónde sacaba esa valentía. –Por cierto, si queréis más, volver a molestar a mis amigas.– Sonreí maliciosa y di media vuelta, mirando a todos los alumnos que se habían quedado en el pasillo. –¡Y eso va por todos!– Chillé alzando la botella. La volví a guardar y me encaminé hacia la clase.
Entré y por suerte la profesora no me vio destrozar el pelo de los chicos, sino, menudo castigo me habría puesto. La clase procedió con normalidad, nos separaron por grupos para hacer quién-sabe-qué experimento. Harry, como siempre, se puso con Penélope y Louis con Elizabeth. Genial, va por vosotras chicas. Todo había ocurrido muy rápido, tanto que ya me encontraba en el despacho del director, hablando con él.
–Ástrid, entiéndelo, tengo que llamar a tu familia. Sabías que aquella mezcla de substancias explotarían sí añadías algo más y por eso las pusiste en la mesa de Elizabeth y Penélope. Además, también me he enterado del accidente del zumo de naranja. ¿Cómo pueden ser tus notas tan buenas y tu comportamiento tan malo?– El director suspiró, era mayor y esta charla me la había dado un millón de veces. –Lo siento, le juro que no sabía que explotarían.– Mentí, claro que lo sabía, y en el fondo quería que hubiera sido mayor. –Dejé mi matraz en sus mesas por equivocación y entonces ellas...– Me interrumpió. –Ástrid, sé que fue aposta, sólo pido que sea la última vez. ¿Entendido? Ahora me tocará lidiar con los padres de las chicas.– Sonrió débilmente. –Buena suerte.– Reí levemente. –La necesitaré.– Suspiró y continuamos riendo.
* * *
Entré dentro de casa aburrida. Tiré la mochila por los aires, hoy no me apetecía hacer absolutamente nada. Era mediodía y tenía un hambre feroz, me daba igual si me llamaban gorda, si tenía hambre comería y punto. Noté que había comida ya preparada, y al lado del plato, una notita.
'Ástrid, estoy trabajando. Llegaré mañana por la tarde, supongo que sabrás arreglártelas. Te quiere, mamá.'
Agh, ¿Por qué tenía que ir y venir y yo ni siquiera enterarme de en qué trabaja? Soy su hija, ¿No? Entonces, ¿Por qué nunca me cuenta qué hace? De todas formas, no estaba así que no podía preguntarle. Comí rápidamente y lavé el plato. Subí las escaleras y entré en mi habitación. Encendí la música a todo volumen, cogí una pelota de tenis y me tumbé de un salto en mi cama, comenzando a dar golpes a la pared aburrida.
¡Ding dong!
¿Quién puede ser a estas horas? Son las cinco, seguramente será mi madre, al fin y al cabo era una mala influencia por lo tanto nadie venía a visitarme. Bajé las escaleras dando saltos, llevaba tanto tiempo deslizándome por aquellos escalones que casi me sabía de memoria el lugar en dónde estaban. Abrí la puerta y... Dios mío, ¿Qué hacía él aquí?
–Menos mal que vine con tiempo.– Entró sin ningún permiso. No pude reprimir el deseo de mirarlo de arriba abajo, realmente estaba fantástico. Aunque él siempre estaba genial. –Zayn, ¿Qué haces aquí?– Tartamudeé, aún perpleja por verlo en mi casa, ¿En mi casa? –Qué olvidadiza que eres, piernas de paloma.– Comentó, mirando la decoración de la casa. –¿No te acuerdas de que había quedado contigo justo a esta hora?– Lo olvidé, maldita sea. –¿Después de que me llamaras "niñata asquerosa" creías que querría quedar contigo?– Le pregunté irónica. –Recuerda que tú me tiraste zumo de naranja en mi maravilloso pelo, así que estamos empatados.– Se acercó a mí, tanto que yo quedé aprisionada entre su cuerpo y la pared. –Aunque sí quieres, podemos desempatar en tu habitación...– Susurró, cerca de mi oído, haciendo que una corriente eléctrica recorriera mi columna. Sí, sí. Eso es lo que pedía todo mi cuerpo. Pero, no podía, no podía ser tan fácil. Coloqué mis manos en sus pectorales y lo eché hacia atrás. Le miré y negué con la cabeza. –¿A qué has venido, Zayn?– Pregunté cortante. –Vamos a una fiesta.– Me mordí la lengua para intentar no reír, pero fue inútil, terminé carcajéandome delante de él. –¿Yo? ¿Una fiesta? ¿Contigo?– Murmuré, recuperándome del ataque de risa que había sufrido. –Sí, dúchate rápido.– Abrí los ojos como platos. –No tengo ningún vestido.– No quise decirle que realmente, no tenía nada. –Lo suponía, te he traído yo uno.– Sonrió con suficiencia.
Intenté negarme, ni loca iría yo a una fiesta... Y menos con él, ¡Con él! Seguramente sería algún tipo de venganza sobre mí por lo del zumo, sí, eso era. Me senté en el sofá y me crucé de brazos, ignorándole.
–Venga, ves a ducharte o llegaremos tarde.– Dijo, dando un pasó hacia mí. –Y Zayn Malik no puede aparecer sólo en una fiesta, ¿No? O quizás lo que quiera es burlarse de Ástrid.– Solté, sin cortarme un pelo. –¿En serio crees eso?– Alzó la voz, como sí estuviera molesto. Pero luego, al parecer, se calmó. –Por favor, métete en la ducha.– Me miró. Negué con la cabeza. –Bien, pues te llevaré yo.– Antes de que pudiera reaccionar, me cogió como una princesa y subió las escaleras, mirando en todas las escaleras intentando encontrar el baño. Cuando lo encontró, me dejó en el suelo de pie. Se cruzó de brazos. –Me atrevo a desnudarte.– Añadió, sonriendo. –Como sí no lo hubieras hecho ya.– Comenté, para mí misma. –Lo he hecho, debajo de esa ropa no habrán más que huesos, y quizás alguna que otra cicatriz, ¿Tú también te cortas, como tus amigas nerds, no?– Me preguntó, mientras yo convertía mis manos en puños. –Me ducharé, sal de aquí.– Le ordené, mientras lo observaba salir por la puerta del baño.
Me duché rápidamente, me sequé y cubierta sólo con una toalla, salí del cuarto de baño, estando segura de que Zayn estaría en el salón, o en alguna parte de la casa. Escuché un silbido, me giré rápidamente y por un momento creí que me desmayaría, ¿Cómo no hacerlo teniendo al demasiado sexy de Zayn Malik tirado en tu cama, con la camiseta lo suficientemente arriba como para ver sus abdominales notablemente trabajados? Pero en ese momento, me di cuenta de que yo seguía con la toalla puesta. Me puse roja e intenté disimular, comportándome como si no me importara. –¡Zayn! ¿Qué haces? – Pregunté, caminando hacia él. –¿No lo ves? Observándote. – Se levantó, acercándose a mí de manera seductora. –Déjalo, sal y me cambiaré.– Comenté. –Pero yo no tengo ningún vestido.– Añadí, encogiéndome de hombros. –Lo suponía.– Sonrió orgulloso. –Encima de tu cama tienes todo. Denada.– Dijo, saliendo de la habitación. Caminé hacia la cama y vi toda la ropa. Ni loca me habría imaginado a mí con todo eso, no solo por el dinero sino porque ese no era mi estilo. Me lo puse, con algo de dificultad pues no sabía cómo ponérmelo. Después me puse los tacones e intenté caminar, bien, podía hacerlo sin matarme. Me puse unas pulseras que tenía yo guardadas, así no perdería mi estilo. Me peiné y me dejé el pelo suelto, tampoco me quería hacer muchas tonterías. Bajé las escaleras y noté que Zayn me estaba esperando en la puerta, con una sonrisa de oreja a oreja. –¿No te vas a maquillar ni nada?– Preguntó, haciendo que su sonrisa se desvaneciese poco a poco. –Zayn, no soy ninguna perra con las que tú sales.– Contesté simplemente. Cogiendo las llaves y mi móvil. Se encogió de hombros y me llevó hasta su coche. –¿Un Maybach Exelero? ¿Ese no es muy caro?– Pregunté, con los ojos abiertos como platos. –Nena, realmente nada es muy caro para mí.– Me guiñó un ojo, abriéndome la puerta del copiloto para que entrase. Lo hice y después se sentó él en el asiento del conductor. –¿Preparada para la mejor noche de tu vida?– Dijo, arrancando el motor. |
Perfil psicológico
"No soy un ángel, pero si me ves como tal, no olvides dibujarme las alas negras" Alguien, seguramente conocedor de la maldad que encierran multitud de personas, vaticinó que Eris nunca sería una persona decente. Y no erró. Existen en este mundo, gente cuyo poder se predica en la diferenciación, en lo extravagante, en lo raro. Eris no forma parte de esa lista de personas con dones y virtudes extraordinarias, pero sí de aquella que recoge a los que conviven con una personalidad y una conducta que distan de lo común. Hay mortales con una mala marca, una especie de karma que los predispone desde su nacimiento, seguramente este, damas y caballeros, sea uno de esos típicos casos donde la racionalidad, la ética, sus ideales y la moral fomentan un cambio. Una revolución. Y como un ángel caído, esa criatura con la cual Eris se identifica, cree reunir esas siete características tan poco valoradas por los círculos más reservados. ¿Diecisiete años nada más? Y los que le quedan para explotar su existencia y hacer de esta una vorágine de experiencias y sensaciones inexploradas. ¿Hermosa? Si, lo sabe. Orgullosa hasta la médula, consciente de su valor, raramente se deja achantar por nada ni nadie. No tiene escrúpulos, nunca se rebajará a halagar a cualquiera... Nadie que no sea ella misma, no importa cuanto lo intentes. Vive para ella y para nadie más, el resto, son simples insignificancias incapaces de interferir en su vida. Nunca amó a nadie más que a su reflejo en el espejo y hasta duda que su propio orgullo se lo permita. Vanidosa y narcisista, se cree, si no lo es, perfecta, al menos eso es lo que le repite su cabeza. Nunca la verás sucia, desarreglada o con un cabello fuera de lugar. Siempre perfecta, como para no serlo. No soporta no ser el centro de atención. El amor que se tiene a si misma le ciega. Si ve que alguien más tiene algo mejor que lo que tiene, hará lo posible e imposible para que eso esté en sus corruptas manos. No importa si es valioso para ella o si lastima a la otra persona, simplemente no soporta ver que alguien es mejor, más hermosa o tiene más atención que ella. El objetivo será eliminado rápidamente. Pero, ¿De verdad alguien tan orgulloso como Eris perdería el tiempo en preocuparse por las pertenencias y quehaceres de los demás? Solo si eso interfiere en su camino hacia la perfección, al reconocimiento público y al desarrollo de su más que explotado amor propio. Tal vez su edad te engañe y su aspecto aniñado le haga parecer alguien dulce y candoroso, amable, bondadoso... Diversos adjetivos que solo calificarían una utopía, una ilusión que se derrumba cuando conoces su verdadera cara, aquella con la cual no tiene reparos en sacar sus colmillos y garras. Desde niña tuvo arranques de odio y eso no cambiaría ahora ¿Verdad? A veces ni siquiera sabe por qué se enfada, pero el primero que se cruce con ella tendrá que cargar con la culpa de todo y será atacado, física o psicológicamente. No importa, total, una persona menos, una persona más no cambia el mundo. Al menos, no el suyo, el cual solo gira a su alrededor. ¿Acaso parece alguien que puede ser engañada a la primera de cambio? Já, antes de que intentes siquiera dirigirle la palabra, ya estará maquinando alguna forma de hacerte caer en su trampa, como una presa más en la red de una araña. Y ten por seguro que eso no le cuesta absolutamente nada. Se vale de su inteligencia y su frialdad para conseguir cualquier cosa que se proponga... ¿Quién decía que las chicas no saben ponerse al mando? Ella por lo menos, se permite ser la única en dirigir la situación a su antojo. Así que no la subestimes y te tomes esto como una simple partida de ajedrez. Lo que empieza como un juego, acaba mal. Jaque Mate. Si lo quiere lo obtiene. No le importa cómo. Lo quiere todo, quiere absolutamente todo. Y no exagera si dice que es capaz de matar para obtenerlo, sin que le tiemble la mano y sin cargos de conciencia. Siempre le gustaron las cosas de gran tamaño y no, no me refiero a lo que entra en los pantalones de los hombres, se refiere a grandes sumas de dinero, de poder, de todo. Quizás de ahí deriven sus grandes aspiraciones de popularidad y reconocimiento, por ahí empieza su camino hacia... ¿Qué camino sigue exactamente esta chica? Y no, no hambre precisamente de comida, prefiere el tipo de "hambre" de poder, de sufrimiento ajeno... Esas son las cosas que le fortalecen y sus presas no suelen ser cualquieras. Puede mostrarse dulce y encantadora, para luego demostrarse diabólica. Puede mostrarse sensual y misteriosa, para luego mostrarse sádica y cruel, para causar una herida profunda con su fascinante lengua viperina y sus ataques como puñales envenenados. Para ella, el fin justifica los medios, por eso no te será extraño verla envuelta en líos y escándalos, es su día a día. ¿Qué mejor que un poco de desenfreno antes de añadir otra víctima a la colección? Le fascina jugar con sus presas y que mejor que jugar que de una forma en la que pueda sentir placer. Sabe usar muy bien su cuerpo, la minoría de edad no es más que un plus a su encanto de adolescente, se vale de un leve contoneo de caderas y buen saber estar para lograr arrancar los suspiros de hasta las personas más serias... Nada importa con tal de pasar un buen rato. Lo único que hay que tener claro es que nadie se escapa de las garras de esta hermosa viuda negra.
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Historia
Alemania fue el país elegido para dar a luz a la pequeña Eris, esa hermosa chica que dio sus primeros pasos en ese país y que convivió con su lenguaje y cultura por más de diez años. Era un lugar hermoso, así no tanto lo era el ambiente y barrio donde ella tuvo la desgracia de crecer. Puesto que su padre no mostraba el más mínimo esfuerzo o interés por querer mantener a su familia, la madre de Eris se hacía cargo de todo. Ella trabajaba en lo que podía, ya que no era una mujer de gran cultura sus salidas eran muy pobres: camarera, dependienta en una ferretería, cocinera en un centro social... Pequeñas cosas que sacaban la familia hacia delante con múltiples carencias. El 60% eran para mantener la casa y para comer, el 40% eran para los caprichos privados del cabeza de familia, el padre de Eris, cosas que no pasaban desapercibidas para madre e hija, pero que por el momento, trataban de olvidar. Poco sabían que ignorar los primeros indicios de lo que acabaría siendo un monstruo sería un gran error. La única vía de escape de Eris a aquel oscuro pozo de marginalidad era ir al colegio, cosa que poco a poco resultó siendo otra cárcel para ella. Su ropa no era tan bonita como la de las demás niñas, aunque fuera inteligente, no tenía tanta capacidad de estudio como sus demás compañeros en casa... Con todo esto, se convirtió en el blanco de las burlas de los demás, algo que le marcó de por vida, aquellas lágrimas y desesperación por no querer ir a clase marcaron la vida de Eris, pero su realidad en casa no era mucho mejor… Y la escapatoria era inexistente. Ni en el colegio ni en lo que se suponía era su hogar le dejaban el más mínimo respiro. Lo que le dio fuerzas a Eris para continuar fue el nacimiento de su hermanito, Klauss, que poco sabía ella que se trataba del fruto de un abuso, aunque los maltratos de su padre ya no le eran tan ajenos, pues la víctima no era ya solo su madre, Eris de vez en cuando tenía un moratón adornando su piel, ¿Cómo defenderse de esa bestia? Si bien Eris siempre trataba de plantar cara a esa bestia - valiéndose de alguna que otra paliza por su valía - su madre seguía débil y no se atrevía a cambiar las cosas, era una mujer sin iniciativa y aterrada por las posibles consecuencias. Eso le valió el resentimiento de Eris. Por eso, a medida que la joven iba entrando ya en la adolescencia, empezó a mostrar los primeros signos de rebeldía... Empezando por escaparse unas pocas horas a un destino sin determinar hasta terminar por pasar varias noches en un paradero desconocido por los demás, pues para aguantar a la alcohólica de su madre y a su padre abusador prefería morir de frío en la calle, pero claro, su hermano seguía ahí, y ella no quería eso. A los dieciséis años, Eris encontró al chico "de sus sueños". ¿Cuánto duró la fantasía? Un mes, el mes que este tardó en hacerle probar el alcohol, las drogas y forzarla para así despojarla de su pureza. Fue el mejor mes de su vida, a pesar de descuidar todos sus deberes. Pero poco tardó el chico en desecharla al considerarla demasiado usada. El mismo día del aniversario de su mes, aquel día en el que Eris decidió hacerle una visita a su modesto apartamento y lo encontró tirándose a otra en su mismo sofá. La sucia boca de Eris derrochó en ese momento más veneno que el caldero de una bruja. Aquella situación se le sobresalía de las manos, pero por suerte era una muchacha fuerte, pero eso sí, el optimismo que una vez llegó a caracterizarla había desaparecido por completo y ahora era una extraña deambulando sin rumbo por la vida, su cuerpo había sido mancillado y no existía refugio para ella... Pero teniendo ese ambiente en casa no debía llorar por un problema de amores, era la culpable por confiar en quien no debía confiar, ahora solo necesitaba largarse de allí. El mundo ya no era algo en lo que depositar confianza, si no de lo que huir, o afrontar de la forma más cínica posible. Logró encontrar un trabajo en una tienda de discos de música bastante en las últimas, pero lograba sacarse un dinero, suficiente para no tener que depender más del pobre sueldo de su madre. Así pasaron unos meses más en los que nada cambió, hasta que su padre comenzó a mostrar un comportamiento aún más dominante y violento, donde las amenazas salidas de tono ya comenzaban a poner los pelos de punta a Eris y Célianne, su madre. Llegó su salvación, Jânelle, la tía de Eris, la cual había sido testigo de absolutamente todo a lo que incumbía a la familia Donovan, comprendiendo el miedo de su hermana, fue ella la que llamó a la policía e informó de todo, la que acabó con aquella pesadilla, al menos temporalmente y mandó a su padre a la cárcel. Entonces era hora de cambiar todo, la fría Alemania ya parecía haberse quedado demasiado pequeña para las dos mujeres, que decidieron regresar a sus raíces, aquí. Pero por el bien del pequeño Klauss decidieron dejarlo en Alemania con su tía, sería demasiado difícil mantener 3 bocas de golpe en un país nuevo y al cuidado de Jânelle estaría mejor hasta que en un futuro pudieran reunirse de nuevo. Y así fue... Como en ese nuevo entorno, las dos mujeres debían aprender a compensar los errores del pasado y superarlos. Aunque claro, Eris aún no ha apartado la rebeldía en su vida, y se puede decir con mucha exactitud que a los profesores les trae de cabeza.
❚ Hermano pequeño: Klauss Speckhart || Ocho años || El hermano menor de Eris, ahora mismo de ocho años. Sólo le considera a él de su familia. Nunca se vio afectado por los maltratos de su padre, de hecho, no se enteró de nada hasta que de la noche a la mañana se vio viviendo solo con su tía, la cual no quiso explicarle ningún detalle sobre su actual situación, solo dejando las cosas... En el aire, para no traumatizar la pequeña cabecita de Klauss. Un chico dulce y curioso, ese tipo de chicos que son más felices jugando con niñas de su edad ya que los chicos lo dejan de lado por ser cuanto menos, sensible. Pero él es feliz y ama en demasía a su hermana, sentimiento recíproco ya que para Eris, él es su tesoro, aunque vivan en países distintos, siempre se preocupará por su estado, en llamarlo, en mandarle dinero... |
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.