Shut up and love me |Niall Horan & Tu| Parte 2. TERMINADA

Este último mes se había pasado volando, es como si todo hubiera ido más rápido que nunca. Pero definitivamente lo único que me alegraba es que todo iba mejor, el dolor había desaparecido desde esa última crisis en la que Niall me refugio en sus brazos. Todo en mi familia estaba bien, yo ya no tenía ese maldito trabajo si no que todo lo contrario, estaba en planes de poner mi propia academia de baile y todo iba muy bien, cuando menos me lo espere estaría todo en pie.

-No puedo creer que la gira este terminando – me dijo algo nostálgica Lou a mi lado

-Último concierto, y Take me home tour termina – le sonreí

-¡QUE PASA TOKIOOOOOO! – gritó emocionado Zayn al micrófono

Me encontraba en Tokio acompañando a Niall y a los chicos en este último concierto del Take me home tour, veía a los chicos con más energía que nunca, saltando de un lado al otro, cantando con todas las ganas que siempre tenían. No podía dejar de mirar al rubio que tocaba la guitarra mientras hacía sus movimientos de caderas haciendo que todas sus fans gritarán eufóricas. Desde que habíamos vuelto todo había ido mejor que nunca, era como si hubiéramos empezado desde cero y la felicidad no se quisiera ir de nuestro lado. Ya no había mentiras, ya no había falsedades, solamente éramos nosotros dos viviendo nuestra relación.

Era raro vivir los conciertos sentada en una cajita o de repente entre el público, veía como las chicas bailaban y me hacía extrañar estar ahí arriba, pero no me arrepentía de mi decisión, había sido lo mejor para mí y mi familia, y también para mi relación con Niall. Cada momento que estábamos lo disfrutábamos mucho más juntos, ya que sabíamos que ya no pasábamos todos los días juntos como antes. Mientras ellos estuvieron haciendo la parte de la gira por Oceanía yo no me había unido a ellos, así que me uní al club de las video llamadas, de los mails, y de los tweets a larga distancia. Y eso me había hecho valorar mucho más al hombre que tenía a mi lado, y de lo importante que era en mi vida. Había pasado casi un mes entero sin vernos, y cuando me uní a ellos en el último concierto por Oceanía el reencuentro simplemente había sido maravilloso.

Con Lou no pudimos dejar de reír de cómo Liam intentaba tirar al suelo a Harry, y al final Niall en forma de defender a este último término en el piso junto con Liam. Hicieron guerra de agua con las botellas que siempre tenían, pero esta la habían iniciado las bailarinas. Charlotte era la que estaba a cargo de todo ahora, y una chica llamada Scar había llegado a mi puesto y rápidamente se había ganado el cariño de todos incluso el mío, era una chica sencilla y genial. Charlotte y Sarita me contaron que un principio había sido bastante tímida pero que poco a poco fue cediendo y ya era definitivamente una loca como las otras dos. Las cosas con Jessica y Christine habían ido bien, simplemente se dedicaban a convivir con ellas.

-¡Harry, bájame! – gritaba Scar que iba colgada del hombro de este cuando entre en el backstage luego de un rato del que el concierto haya terminado.

-Harry no seas malo – me reí haciendo que este girara y me viera divertido

-¡Me hizo una zancadilla durante el baile! – se quejó el ruloso

-¡Tú me molestas todo el día Styles! – se defendió la morena

Otra cosa que me gustaba de Scar, es que era una chica muy alegre y de un enorme corazón. Y lo más importante, hacía feliz a Harry. Este me había contado que desde que vio a la chica un click había hecho dentro de él, y cuando la conoció más profundamente le había encantado. Así que desde hace unas semanas estaban en algo, Harry había luchado por la morena que le había hecho un poco el quite, pero finalmente la conquisto. No eran oficialmente novios, pero si estaban empezando algo y eso me encantaba, amaba ver a mis amigos felices.

-Son un par de tontos – me reí mirándolos

-¡______ cuidado! – me gritó Scar, pero no lo logré entender. Hasta que sentí como unos brazos me tomaban y me colgaban como si fuera un saco de papas

-¡Horan! – grité mientras golpeaba su espalda ¿Qué tenían estos chicos por tomarnos de esta forma? Nadie los entendía.

-¡Sprouse! – me gritó de vuelta Niall haciéndose el chistoso

-¡Bájame ahora duende! – me queje mientras hacía pucherito. Harry y Scar nos miraban y se reían. El castaño por fin había soltado a su “novia”.

-¿Y que ganó yo? – preguntó risueño

-Por el momento, solo un enojo – le intente hablar seria, pero finalmente salí riéndome, era imposible enojarme con este chico, lo quería demasiado.

-¡Vamos Niall bájala! – me intento ayudar Scar acercándose al rubio que tenía por novio

-Mantén a tu novia lejos Harry – le sacó la lengua Niall mientras que la morena se sonrojaba al igual que Harry, si eran como unos niños pequeños.

Minutos después ya me encontraba en el suelo nuevamente y Niall se ganó un pequeño golpe en su brazo de mi parte, que obviamente no le había causado ningún tipo de dolor, el simplemente me atrapó entre sus brazos y me robó un beso, el cual no se merecía.

-¡Qué horror tanta melosidad por aquí! – se quejó Louis mientras caminábamos al Tour bus que nos llevaría al hotel

-¡Nadie se queja cuando tu andas con Eleanor! – le recriminó Harry que iba tomado de la mano con Scar y yo iba montada a lo caballito con Niall.

-¡Pero yo no parezco un niño quinceañero enamorado, si son como dos pastelitos ustedes dos! – le contestó Louis chocando manos con Zayn. Haciendo que todo riéramos y volviendo a sonrojar a la nueva pareja. Desde que lo habían encontrado sentados bastante juntos, como si fueran una pareja, no los habían dejado de molestar se habían vuelto el blanco de todos.

Todo el camino al hotel fue lleno de risas, bromas, en ningún momento nadie dejo de reír. Charlotte, Sarita y Scar se habían colado en el bus de los chicos así que no había estado sola entre toda esta manada de tontos.

-¿Qué haces? – preguntó Niall abrazándome por la espalda y haciendo que me apoyara en su pecho
-Simplemente observo – le sonreí mientras volvía mi mirada a todo lo que me rodeaba

Me encontraba en el balcón de la pieza que teníamos asignada con Niall. Tenía vista a gran parte de Tokio, las pantallas gigantes llenas de publicidades, millones de personas de un lado al otro. Se escuchaban risas, música, autos por las calles. Todo era muy distinto a Londres, que a pesar de ser una ciudad bastante alborotada, Tokio la superaba por millones.

-Jamás pensé que terminaría aquí – interrumpió nuestro silencio Niall – En esta ciudad, cumpliendo mi sueño junto con los chicos, contigo a mi lado…simplemente todo es irreal.

-Te mereces cada una de las cosas que te han pasado – me giré entre sus brazos para quedarnos mirando fijamente esta vez – Eres único Niall, el mundo tenía que conocer tu corazón, por que vale oro.

Me aferró fuerte entre sus brazos y junto nuestras frentes, su nariz rozaba tiernamente la mía mientras una gran sonrisa se formaba en sus labios haciendo que se me contagiara y también formara una en la mía. Este chico realmente era único, nadie más podía causar en mí lo que él causaba, nadie podía hacerme sonreír como él, simplemente nadie me podía hacer feliz como él. Con un solo toque alteraba mi cuerpo y con un tierno beso me calmaba en mis peores momentos.

-Te amo Niall James Horan – susurre contra sus labios, que finalmente terminé uniendo con los míos.

La danza entre nuestros labios era única, al igual que en la forma en cómo nuestros cuerpos se acoplaban el uno al otro. Empezamos a caminar lentamente al interior de la sala entre besos y caricias, para caer finalmente en la cama soltando una pequeña risita. Pase mis dedos por su pelo, delinee sus ojos, sus labios…él era simplemente perfecto, y era mío, y no estaba en mis planes compartirlo con nadie más. Volví a tomar sus labios entre los míos, para dejar finalmente que el amor nos consumiera como solo nosotros sabíamos hacerlo.

-Despierta pequeña dormilona, es hora de irnos – deposito un pequeño beso en mi mejilla Niall mientras yo gruñía un poquito.

-Ya voy, ya voy – fue mi única respuesta mientras empezaba a levantarme con la sabana envuelta a mi alrededor.

Era hora de dejar Tokio para volver a Londres, y que los chicos tuvieran su merecido descanso antes de siquiera pensar en el nuevo Cd y en la nueva gran gira que venía que los llevaría hasta Latino américa, un lugar que los chicos estaban ansioso por conocer.

-Creo que moriré del sueño que tengo ¿Paul no podía programar el vuelo en otro horario? – gruño a mi lado Charlotte

Nos encontrábamos todos tirados uno sobre otros en la sala de espera para subir el avión. Eran las 8 am de la mañana y nadie había dormido lo suficiente, todos parecíamos unos completos zombies ahí sentados.

-Ya perdimos a uno – se rió Liam mirando a Zayn que estaba completamente dormido ocupando por lo menos tres asientos.

-Creo que seré la siguiente – se quejó Scar mientras se apoyaba en el hombro de Harry al igual que yo, mientras este se mantenía con sus lentes oscuros.

-¿Alguien sabe dónde demonios se metió Niall? – pregunté un poco adormilada

- Debe estar descansando de ti, hasta mi pieza se escuchaban los gritos – habló el muy criterioso Tomlinson

-¡LOUIS! – le grite mientras le lanzaba uno de los folletos que nos habían pasado. Haciendo que todos rieran, Harry no pudo evitar reírse ganándose también un golpe de mi parte.

-Todos tenemos sueño por tu culpa _______, acéptalo, eres demasiado gritona – volvió a comentar Louis, yo estaba roja de la vergüenza.

-¡Ay dios mio! – Harry no podía dejar de reír

-¡Eres un idiota Tomlinson! – le di un golpe con mi pie esta vez ya que estaba cerca de mí, mi mejillas podía sentirlas ardiendo.

-Sé que me amas – me guiño un ojo para volver a ponerse sus gafas oscuras.

-Y tu deja de reírte, mal amigo – le di otro golpecito a Harry que seguía con una sonrisa de idiota en el rostro

No sé cuánto rato más paso, hasta que Niall apareció caminando por el pasillo. Yo no me hubiera dado cuenta si es que no escucho a Sarita decir “Rubio a la vista” haciendo que dirigiera mi mirada en la dirección que esta apuntaba.

-Vamos – me estiró una mano para que la tomara

-¿A dónde? – pregunté, mientras me levantaba del lado de Harry que se encontraba profundamente dormido con Scar en su pecho.

-Ya verás – me guiño un ojo.

Lo seguí en silencio entre esos largos pasillos, veía como algunas personas nos miraban como es lo típico, algunas sacaban fotos y otras simplemente cuchicheaban. Seguimos caminando hasta que salimos que me di cuenta que íbamos por un túnel de esos que te llevan a los aviones.

-Niall, ¿dónde demonios vamos? – pregunté algo desconcertada

-Iremos en un avión diferente, quiero ir a Irlanda unos días ¿No te molesta cierto? – me preguntó mirándome tiernamente

-Claro que no babe – le sonreí, y seguí caminado junto a él.

En cuanto me subí al avión caí completamente dormida, en verdad estaba muy cansada. No sé cuántas horas habrán pasado, solo sé que desperté cuando Niall me movió un poco para que me pusiera el cinturón ya que íbamos aterrizar, el también tenía rostro medio adormilado.

-Creo que dormí demasiado – le comente mientras empezábamos a salir por el pasillo, éramos casi los últimos que estábamos sobre el avión.

-Yo también no te preocupes – río Niall, mientras tomaba mi mano.

En cuanto salí de la puerta del avión me quede estática, este no era el aeropuerto de Irlanda, definitivamente no era. Miré a mi alrededor y pude ver un gran cartel que decía “Bienvenidos a Francia” miré a Niall con mis ojos abierto como platos.

-Sorpresa – dijo mientras levantaba sus hombros

-Sí que me engañaste Horan, pero me encanta – dije mientras le robaba un corto beso

Todo era simplemente genial. Había estado en Francia antes junto con los chicos, pero jamás la había disfrutado como lo estaba haciendo ahora con Niall. Habíamos visitado un montón de lugares, museos, galerías de arte. Todo era simplemente genial, le había mandado algunas fotos a mi padre para que viera dónde estaba, él no me decía más que estaba feliz de verme feliz a mí.

-¿No era uno de tus sueños esto? – me preguntó Niall rodeándome mientras estábamos sentados en ese café frente a la Torre Eiffel, admirando lo maravillosa que era.

-Era mío y de Simón – le sonreí mientras lo miraba – Y hoy se está cumpliendo, gracias.

-No tienes nada que agradecer babe, se lo importante que era esto para ti – depositó un beso en mi mejilla, para luego volver a mirar al frente ante la hermosa vista que teníamos.

¿Podía pedir algo mejor? Niall se había esmerado en cada detalle de todas nuestras visitas en Paris, pero lo del café simplemente había sido lo mejor. Jamás pensé que el seguiría recordando lo que dije hace unos meses atrás, esa tarde sentados en el jardín días después de la muerte de Simón. Pero como siempre el me sorprendía, jamás se le escapaba nada.

-Aún no me dices dónde vamos – le hice un puchero mientras caminábamos bajo la noche estrellada que había en Paris

-Es una sorpresa, si te la digo, deja de serlo – soltó una risita

-Estás loco ¿Lo sabías? – reí junto con él

-Eres mi novia, se me tenía que pegar – me sacó la lengua como niño pequeño mientras yo le daba un suave empujoncito.

Seguimos caminado un buen rato, hasta que llegó un momento en que Niall me pidió que me pusiera una venda en los ojos. Todo esto estaba siendo demasiado misterioso, pero me encantaba. Así que me deje vendar y me guié por él. Sentí como puso su chaqueta sobre mis hombros ya que empezaba hacer algo de frío, y yo no tenía idea dónde demonios estaba parada, solo sentí como subía a un estilo ascensor pero nada más era capaz de captar.

-¿Lista? – pregunto susurrando en mi oído

-Lista – conteste segura

En segundos después la venda había desaparecido de mis ojos y yo me había quedado sin habla. Todo era demasiado perfecto, todo lo que veían mis ojos era perfecto. Gran parte de parís estaba frente a mis ojos iluminados por las luces de la noche, yo estaba en lo más alto que se podía de la Torre Eiffel admirando todo esto. Simplemente no lo podía creer.

-¿Qué dices? – preguntó poniéndose a mi lado y entrelazando nuestras manos

-Es hermoso – fue lo único que mis labios lograron decir – Niall…esto es perfecto.

- Y a tu lado más aún – rodeo esta vez mi cintura. Yo seguía anonadada por todo lo que mis ojos veían, todo era simplemente mágico.

-Gracias – rodee con mis brazos su cuello – por ti, otro de mis sueños esta cumplido.

-Esa era la idea de venir aquí, cumplir tus sueños babe – rozo suavemente sus dedos contra mi mejilla – Y quiero que sepas que lo único que quiero es seguir viéndote así de feliz, irradiando esa alegría que solo tú sabes entregar. Y me voy a encargar que cada uno de tus sueños se cumpla, si está en mis manos lograrlo, lo voy hacer. Te amo _______, cometí mil errores, pero gracias a dios te sigo teniendo a mi lado…eres la única que quiero a mi lado, eres la única que me hace sentir especial, eres la única que tan solo con una sonrisa mueve mi mundo…eres única en mi vida _________.

-Niall…- susurré, no sabía que decir todas sus palabras era hermosas. Él era perfecto.

-¡QUIERO QUE TODOS SEPAN QUE TE AMO ______ SPROUSE, SOLO A TI! – gritó fuertemente haciendo que el viento se llevara sus palabras y las esparciera por todos lados de Paris – Y ante esta hermosa vista, quiero hacer la promesa de que siempre estaré a tu lado, pase lo que pase, mi corazón siempre te pertenecerá…porque eres la única que lo hace latir de esa forma especial.

En eso siento como introduce algo lentamente en mi dedo. Era un anillo, un hermoso anillo. Era delgado y sencillo, color plata y calzaba perfecto en mi dedo. Yo simplemente no sabía que decir, todo esto era demasiado.

-Este anillo simboliza mi promesa de que estaré siempre a tu lado – entrelazo mi mano que había dejado libre para poner ell anillo con la suya y pude ver que él tenía el mismo anillo puesto en su mano derecha, el símbolo de nuestra promesa.

-Niall, yo no sé qué decir…- no pude seguir hablando ya que sus labios tomaron los míos. Nuestros labios estaban fundidos en los del otro, no había forma de separarlos, ya que estaban unidos por amor, al igual que nuestros corazones.

-No digas nada – susurró cuando nos separamos unos centímetros – Solo cállate y ámame

Solo pude sonreír al escuchar esa frase, y claro que lo haría. Así que volví a tomar sus labios entre los míos.

-¡Muy bien chicas! – Felicite a mi grupo de mediana a edad – Lo han hecho increíble, pueden ir a sus casa, nos vemos mañana en el ensayo de las 6.

-¡Adiós profesora, cuídese! – se despidieron las últimas chicas para salir finalmente del salón de baile.
Yo simplemente reí, todavía se me hacía raro que me llamaran profesora. Hace ya más de tres años que tenía la academia funcionando y todo había salido perfecto. Tenía distintos grupos de baile, tenía desde niñas pequeñas hasta señoras ya de edad que venían a disfrutar un poco la vida pegándose un buen baile.

-Adiós Gilbert, nos vemos mañana – me despedí del guardia que era el encargado de cerrar la academia.

Me subí a mi auto y fui directo a mi casa, lo único que quería era llegar a ella y descansar un buen rato. En menos de diez minutos me encontraba en ella, me baje rápidamente del auto con algunos bolsos al hombro y entré en mi casa que se mantenía en completo silencio. Era bastante raro, ya que normalmente estaba mi madre a estas horas o mi padre dando un recorrido, pero no sentí a nadie. Tiré unos bolsos en el armario que teníamos destinado a eso y me acerque a la contestadora del teléfono para ver si tenía algún mensaje, solo había uno y era de Charlotte diciendo que la llamara en cuanto pudiera. Entre en la sala de estar y me encontré con una escena bastante común. Niall se encontraba completamente dormido en el sillón de la sala de estar, la mayoría de las tardes llegaba y lo encontraba ahí completamente dormido.

Me apoyé en el marco de la puerta y lo miré. No podía creer que todavía seguíamos juntos, que la promesa seguía en pie tal cual desde el día que la habíamos hecho. Pero eso solo me explicaba una cosa, nuestro amor era más fuerte que todo. Había soportado peleas, distancia cuando Niall estaba de gira, rumores, y muchas cosas más y seguía en pie, fuerte como un roble. Y no creía que nadie lo pudiera echar abajo, todo estaba demasiado consolidado entre nosotros.

-Hey dormilón despierta – deposite un pequeño beso en su mejilla a la vez que me sentaba sobre sus piernas

-Estoy despierto – dijo con su voz adormilada haciéndome reír.

-Si claro – reí - ¿Cuándo será el día que entre por esa puerta y no te encuentre dormido?

-Algún día amor, algún día – dijo ya más despierto y soltando una risita

-¿Qué tal tu día? – le pregunté

-Todo bien, hemos terminado de grabar algunas canciones más para el nuevo disco– comentó ya más despierto y dándome mi beso de bienvenida

-Me alegro babe – iba a seguir hablando cuando un ruido me interrumpió - ¿Qué fue eso?

-Ni idea – me miró Niall

En un segundo nos levantamos y fuimos rápidamente al segundo piso. En cuanto entre en la habitación de dónde provenía el ruido me tuve que morder el labio para no reír. Mire a Niall y este estaba igual que yo.

-Yo no fui – dijo con voz inocente el pequeño niño rubio que tenía frente mío

-¿Y quién fue Simón? – preguntó Niall

-El duende de las maldades, pero juro que yo no fui papi – abrió grandes sus ojos azules iguales a los de su padre. Yo no pude más que reír ante la situación.

Ahí se encontraba mi pequeño rodeado por un millón de juguetes que habían caído desde la caja del closet dónde estaban guardados. Era increíble como un pequeño de casi dos años y medio podía ser tan maldadoso. Niall fue hacia él y lo tomo en brazos mientras le hacía cosquillas y mi pequeño hijo soltaba sus pequeñas risotadas que finalmente me terminaban contagiando.

Cuando menos nos lo esperábamos, Simón había llegado a llenar nuestra vida. No se planeó, ni menos lo esperábamos. Simplemente pasó, y ahora era la razón de mi vida, era el que me alegraba los días con sus ternuras o con sus travesuras. Era ver una copia de Niall pero en pequeño, eran completamente iguales. Si comparábamos las fotos de Niall cuando era pequeño y poníamos a Simón a un lado, eran muy mínimas las diferencias.

-¿Qué tanto piensas? – llegó Niall sentándose a mi lado mientras mirábamos como Simón jugaba con nuestro pequeño perrito.

-En que Simón es igual a ti – reí volviendo a mirar a mi hijo

-Pero la personalidad es toda tuya, yo era un angelito cuando pequeño – le saque la lengua, siempre me decía lo mismo.

-Ha pasado mucho tiempo ¿No? – le pregunte mirándolo a los ojos

-Mucho, pero nos queda mucho más – me sonrío para tomar mis labios delicadamente entre los suyos – Te dije que jamás te dejaría sola, y me has dado lo mejor en mi vida, amor, una familia, una compañera…te amo de una forma que no te imaginas.

-Mm, tendríamos que verlo – dije de forma seductora haciéndolo reír mientras volvía a capturar sus labios entre los míos.

-Iuug, no se besen – nos interrumpió una vocecita mientras se tapaba sus ojitos

-Ven aquí pequeño demonio – se levantó Niall mientras salía detrás de nuestro hijo y yo los miraba sin dejar de reír.

Definitivamente era feliz, después de todo, era completamente feliz.

Muchas veces la vida nos antepone obstáculos, nos pone en situaciones difíciles pero si un amor es verdadero sabrá sobrepasarlo de alguna forma para volver a renacer. Y mi historia no fue la excepción, Niall siempre fue el único capaz de mover mi mundo y a pesar de todo siempre seguimos juntos. Jamás se den por vencidos, es solo cuestión de que sepan superar los obstáculos, y todo irá bien.

Solo callen y amén.

                                                                                       

_________ Sprouse.