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El club de las solitarias {Novela colectiva}
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: El club de las solitarias {Novela colectiva}
AJAJJAAJJA, ¡felicidades! hoy subo.francisca campos escribió:OMG, OMG, gracias gracias gracias, hoy me entere que quede y quede como OMG, sube el capitulo porfa
NotesOfLove~
Re: El club de las solitarias {Novela colectiva}
¡Hoy mismo!purplecookie escribió:cuando la seguiras
NotesOfLove~
Re: El club de las solitarias {Novela colectiva}
NotesOfLove~ escribió:¡Hola! Me encanta que te encanten. Sí, elegí hacerla justamente por eso, quién sabe, quizás logre ayudar a alguien con la resolución de esta novela. Sí, si podés pasarme tu apellido y tu desc. física otra vez. Graaaaacias, besos enormes.JacquelineOroMac escribió:Me han encantado cada una de las sinopsis :3 Son muy reales a muchos problemas que tienen varias chicas ._. Lo del tema a otra amiga le paso lo mismo, necesitas que te pase algo? Besos linda.
Jajaja si :3 Te lo paso por MP mejor ¿si? En un momento lo hago c: Besos.
JacquelineOroMac
Re: El club de las solitarias {Novela colectiva}
Today, I'm not feeling ok.
Ángel
—Amor, está la cena —le anuncia su madre, Jamie, entrecerrándole los ojos un poco al verla concentrada en la computadora. —¿Has estudiado hoy?
—Sí —responde castamente, girando sobre la silla— toda la tarde —añada con una simple sonrisa.
—Mhm… —y cierra la puerta tras ella sin convicción alguna. Ángel aprieta la mandíbula con furia.
Cierra la tapa de la computadora portátil con fuerza y, enojadísima con la actitud repentina de incredulidad que le ha demostrado su madre, baja trotando las escaleras. Se acomoda el cabello enmarañado en una coleta, se sacude los joggins y se rasca la barbilla antes de entrar en el comedor, en donde cenan los domingos. Sus padres están ahí, y también ella. Ella es la persona a la que más odia en todo este planeta, Lauren, su hermana.
Está vestida con una falda morada, un top blanco y, aunque hoy no ha salido, lleva maquillaje y unos bucles que parecen recién hechos. Le sonríe con falsedad cuando la descubre observándola y anuncia: —Miren, miren quién llegó.
—Hablando de roma… —murmura Ann, y se acerca a la mesa meneando las caderas.
—Bueno, pues, tengo una noticia que darles… —sonríe a todos aún sin probar bocado. Sus padres levantan la cabeza expectantes. —He ingresado… —pero no puede terminar la frase, porque la voz chillona de Lauren le interrumpe abruptamente.
—¡Madre! ¿te he contado ya que Mariah me ha regalado un bolso Prada?
—¡¿Bromeas?! —suspira frustrada, baja la cabeza y come con furia.
”Debes. Estar. Bromeando”
Alex
—Alex, ¿quieres pasarme el cereal, cariño? —le habla su tía Meredith con toda dulzura, pero la rubia parece no escucharle. Cierra los ojos, los presiona y como inmersa en un profundo sueño, suelta un suspiro desdeñoso. Su tía oprime una pequeña sonrisa, suspira también—. No te preocupes, rubia, que puedo tomarlo yo sola.
Alex abre los ojos rápidamente y le mira extrañada.
—¿Qué? —dice, y ahora Meredith sí ríe.
—Te has quedado dormida en la mesa de nuevo. ¿Te parece sí ya nos vamos? Este día será largo —Alex asiente, suspira y se para con pesadez. Cuando su tía pasa a su lado para ir a recoger su bolso de el salón principal, le para y le sonríe.
—¿Sabes? No creo haberte oído decir que me llevarías al colegio. Oí algo así como que buscabas una caja de cereal… —su tía sonríe.
—Bueno, Alex, verás que cuando uno está dormido, no oye muy bien… —le guiña un ojo y a continuación sale por la puerta.
Pero Alex no. Ella permanece inmóvil en el umbral de la cocina, mirando hacia un punto fijo y oyendo las últimas palabras de su tía retumbar en sus oídos varias veces.
Resulta ser que Alex sabe muy bien a lo que su tía se refiere, pero ella conoce un significado bastante distinto.
Aún el recuerdo de aquel día le pone nostálgica y puede oler el aroma a lluvia cayendo en la acera con fuerza, casi tormentoso.
Ella dormía sobre el sofá, yaciendo con su cabecita recostada en la falda de su padre, tapada casi de la cabeza hasta la punta de los pies, oyéndolo contarle los cuentos más asombrosos.
Y era genial, porque mientras dormía, podía oírle e imaginarse todo lo que él mismo relataba. Se consideraba afortunada cuando le contaba a sus amigas su “poder” y ellas le confesaban, para ellas, oír mientras se duerme era totalmente imposible.
Y recuerda que fue en ese momento cuando una llamada telefónica cortó con su sueño, abrió los ojos de vuelta a la realidad justo para oír a su padre sollozando desconsoladamente y verlo tiritar, acostado en el piso de madera de roble como cuando su gato se echaba.
—¿Papá? —se oye preguntarle, y también oye la respuesta, amarga, insulsa, dolida.
—Se ha ido, Alex. Se ha ido.
Así es como recuerda el día en que su madre murió. Negro, triste y sin sentido. Como su vida, a partir de ese momento. Luego su padre se casó, pareció olvidarse de ella y simplemente se fue, al igual que todas aquellas historias maravillosas que él solía contarle.
”Sí, se han ido.”
—He llegado —anuncia apenas pone un pie en el departamento, cuelga el saco del perchero y cierra la puerta con el pie. Drake, su perro callejero ya la ha recibido, le ha olfateado y se ha alejado sin más. Es extraño no ver a sus hermanos colgados de sus pies, o a los más grandes preguntando por su madre o la cena. Camina con pereza hasta la cocina, saca el dinero de sus bolsillos y lo cuenta. Uno, dos, tres… cuatrocientos. Solo cuatrocientos dólares que tendrán que ser repartidos en dos semanas. Suspira frustrada, aprieta los ojos y justo cuando siente que las lágrimas le queman, la voz chillona de su hermana menor, Mía, la saca de su profundo dolor. Mía es tan risueña que le recuerda a ella, ah, ¡y también es su favorita!
—¡Hola, Fran! —exclama la pequeña rubia. Se le cuelga de los talones y, mientras Francisca ríe, la toma entre sus brazos y la apoya sobre la mesada cubierta de sarro y desechos que no han sido aseados. Ese día le tocaba a Mark, pero supone que se ha olvidado.
—Hola, Mía —le contesta.
—¿Qué comeremos hoy?
—mhm… ¿Qué has estado comiendo por los últimos días?
—Sopa de caldo —frunce su pequeña nariz pecosa.
—Pues hoy cenaremos spaguettis —le sonríe fingidamente y la pequeña festeja.
—¿Has traído dinero hoy?
—Sí…
—¿Y cuánto?
—Cuatrocientos dólares.
—¿Y eso es mucho? —la oye preguntar sonriente. Suspira, aprieta los ojos, siente doler. “Perdóname por esto, pequeña”
—Sí, es muchísimo.
Jacqueline suelta el bolso sobre el mármol del baño, casi exasperada. Se moja la cara más de dos veces, suspira y observa su reflejo. Baja la cabeza, incapaz de sostenerse la mirada así misma.
Ya no lo soporta.
Está avergonzada de lo que está a punto de hacer, pero es que ya no sabe a qué métodos recurrir.
Está espantada.
Toma el bolso con fiereza y se encierra en una de las casillas de baño. Se siente sofocada, aprisionada, como un alma en pena.
Tiene que sacar de su estómago rápidamente el sándwich de pavo que su mejor amiga, Gillia, le obligó a engullir. Jacquie resopla cansada, estresada. Se frota las sienes. Baja el bolso del inodoro, abre la tapa y mete su dedo hasta la garganta.
Se roza la campanilla.
Trata de convencerse de que lo que hace está bien, pero es que ya no está segura de nada. Un sonido sordo y unas voces detienen sus arcadas secamente. “No te muevas” dice una voz femenina, chillona, casi irreconocible.
Pero, lamentablemente, sí sabe quién es.
”Y desearía no saberlo.”
”¡Miren! ¿qué no es esa la tragalibros?” Baja la cabeza, hace oídos sordos y camina rápidamente hasta la cuadra anterior a su casa. No sabe sí seguir, pues esos chicos que estaban gritándole groserías cuadras atrás parecen haberla seguido silenciosamente. Quizás, piensa, son sus voces en su cabeza. No puede sacarlas de ahí, y aunque teme voltear, lo hace sigilosa. Cuando se descubre solitaria en la fría acera de Londres, bajo el reflector dorado del palo de luz, suspira y sigue caminando.
Su sombra le hace estremecer, es delicada, casi de porcelana. Su frío y pálido rostro contrasta perfectamente con la noche. Tirita nerviosa, siente que la siguen y apresura el paso.
”Ay, Luke, hoy sí que te necesito.”
¡les dejo una pequeña introducción! Los capis van a ser más largos, bessssos.
Francisca
—He llegado —anuncia apenas pone un pie en el departamento, cuelga el saco del perchero y cierra la puerta con el pie. Drake, su perro callejero ya la ha recibido, le ha olfateado y se ha alejado sin más. Es extraño no ver a sus hermanos colgados de sus pies, o a los más grandes preguntando por su madre o la cena. Camina con pereza hasta la cocina, saca el dinero de sus bolsillos y lo cuenta. Uno, dos, tres… cuatrocientos. Solo cuatrocientos dólares que tendrán que ser repartidos en dos semanas. Suspira frustrada, aprieta los ojos y justo cuando siente que las lágrimas le queman, la voz chillona de su hermana menor, Mía, la saca de su profundo dolor. Mía es tan risueña que le recuerda a ella, ah, ¡y también es su favorita!
—¡Hola, Fran! —exclama la pequeña rubia. Se le cuelga de los talones y, mientras Francisca ríe, la toma entre sus brazos y la apoya sobre la mesada cubierta de sarro y desechos que no han sido aseados. Ese día le tocaba a Mark, pero supone que se ha olvidado.
—Hola, Mía —le contesta.
—¿Qué comeremos hoy?
—mhm… ¿Qué has estado comiendo por los últimos días?
—Sopa de caldo —frunce su pequeña nariz pecosa.
—Pues hoy cenaremos spaguettis —le sonríe fingidamente y la pequeña festeja.
—¿Has traído dinero hoy?
—Sí…
—¿Y cuánto?
—Cuatrocientos dólares.
—¿Y eso es mucho? —la oye preguntar sonriente. Suspira, aprieta los ojos, siente doler. “Perdóname por esto, pequeña”
—Sí, es muchísimo.
Jacqueline
Jacqueline suelta el bolso sobre el mármol del baño, casi exasperada. Se moja la cara más de dos veces, suspira y observa su reflejo. Baja la cabeza, incapaz de sostenerse la mirada así misma.
Ya no lo soporta.
Está avergonzada de lo que está a punto de hacer, pero es que ya no sabe a qué métodos recurrir.
Está espantada.
Toma el bolso con fiereza y se encierra en una de las casillas de baño. Se siente sofocada, aprisionada, como un alma en pena.
Tiene que sacar de su estómago rápidamente el sándwich de pavo que su mejor amiga, Gillia, le obligó a engullir. Jacquie resopla cansada, estresada. Se frota las sienes. Baja el bolso del inodoro, abre la tapa y mete su dedo hasta la garganta.
Se roza la campanilla.
Trata de convencerse de que lo que hace está bien, pero es que ya no está segura de nada. Un sonido sordo y unas voces detienen sus arcadas secamente. “No te muevas” dice una voz femenina, chillona, casi irreconocible.
Pero, lamentablemente, sí sabe quién es.
”Y desearía no saberlo.”
Charlotte
”¡Miren! ¿qué no es esa la tragalibros?” Baja la cabeza, hace oídos sordos y camina rápidamente hasta la cuadra anterior a su casa. No sabe sí seguir, pues esos chicos que estaban gritándole groserías cuadras atrás parecen haberla seguido silenciosamente. Quizás, piensa, son sus voces en su cabeza. No puede sacarlas de ahí, y aunque teme voltear, lo hace sigilosa. Cuando se descubre solitaria en la fría acera de Londres, bajo el reflector dorado del palo de luz, suspira y sigue caminando.
Su sombra le hace estremecer, es delicada, casi de porcelana. Su frío y pálido rostro contrasta perfectamente con la noche. Tirita nerviosa, siente que la siguen y apresura el paso.
”Ay, Luke, hoy sí que te necesito.”
¡les dejo una pequeña introducción! Los capis van a ser más largos, bessssos.
NotesOfLove~
Re: El club de las solitarias {Novela colectiva}
HOLAA!! por fin cap!!
LOS ame todos.. me encanta como escribes
BTICH LAUREN!! entre asique me importa un pepino tu bolso prada!
LOS ame todos.. me encanta como escribes
BTICH LAUREN!! entre asique me importa un pepino tu bolso prada!
purplecookie
Re: El club de las solitarias {Novela colectiva}
Siguela mujer, porfavor, nececito un capitulo para poder vivir:imdead:
francisca campos
Re: El club de las solitarias {Novela colectiva}
Ya quiero el primer capitulo c: Me encanta la trama de todas las chicas pero la de Francisca :'c
—¿Y cuánto?
—Cuatrocientos dólares.
—¿Y eso es mucho? —la oye preguntar sonriente. Suspira, aprieta los ojos, siente doler. “Perdóname por esto, pequeña”
—Sí, es muchísimo.
Siguela pronto. Besos :bye:
—¿Y cuánto?
—Cuatrocientos dólares.
—¿Y eso es mucho? —la oye preguntar sonriente. Suspira, aprieta los ojos, siente doler. “Perdóname por esto, pequeña”
—Sí, es muchísimo.
Siguela pronto. Besos :bye:
JacquelineOroMac
Re: El club de las solitarias {Novela colectiva}
Hey,lo ame,si baby,lo ame jajajua
Esta genial y quiero que la sigas ahora mismito
¿Los caps seran largos? ¡HURRA! Me encanta jajajaj
Besos rebeldes
Esta genial y quiero que la sigas ahora mismito
¿Los caps seran largos? ¡HURRA! Me encanta jajajaj
Besos rebeldes
carlota malik
Re: El club de las solitarias {Novela colectiva}
>
New start?
Ángel
Nueve y siete, nueve y ocho, nueve y nueve, ¡Riiiing!
Y recién ha llegado de correr, justo en el minuto perfecto para parar la alarma.
Su hermana ha ingresado en el equipo de porristas, así que ¿por qué no ponerse en forma y dar la prueba?
Se sonríe frente al espejo, se da confianza mientras eleva el mentón y asiente apretando los pómulos. “Hoy lo haré” se dice.
Se dedica una última mirada y se mete a duchar. Para cuando baja, resulta ser el momento perfecto para presumirle a Lauren que intentará con todas sus fuerzas ingresar en el equipo, pero lamentablemente su hermana le ha ganado por goleada. Así que apenas baja, la ve subirse a un deportivo rojo descapotable y sabe que su más grande enemiga (y, próximamente, su compañera de equipo) está coqueteándole a su chico.
Y oprime las ganas de gritar.
Y aprieta los ojos y contiene las lágrimas.
Justo en el momento en que su madre le planta un tazón de cereal de maíz frente a sus ojos.
Pero su apetito se ha cerrado.
Jacqueline
Hoy se ha puesto los tacones rosados que su madre le ha traído desde Puerto Rico en su último viaje de negocios. Se los ha enviado como un regalo de disculpas por faltar a su presentación de “el baile de las zapatillas rojas” y, como si fuese poco, ha añadido un moño azulado y una carta de disculpas, que a simple vista pareciesen detalles monísimos. Desafortunadamente, Jacqueline está tan acostumbrada a las decepciones que ya nada parece asombrarle lo suficiente.
Ni siquiera su falta de apetito.
Los pliegues de los tacos están aplastándole los cayos y siente como la sangre se concentra allí mismo. Le duele y quiere detenerse a revisar sí su dedo está inflamándose, pero su conciencia se lo impide. “Te has puesto los tacos para impresionar. No lo arruines”
Alex
Sus primos no se han despedido y sus tíos tienen cosas mucho más importantes que embrollarse con una simple niña de diecisiete. A veces le gustaría un poco más de reconocimiento. Alex piensa que una buena forma de obtenerlo sería que la dejasen participar en las conversaciones de adultos, que van desde el partido del Barcelona hasta política internacional.
Hablando enserio, ella misma sabe que eso nunca pasará.
Sabe, apuesta y está segura que con sus padres no sería así. Bueno, al menos con su madre, porque su padre se ha largado y la ha dejado a la deriva. Le da igual.
Suspira y se sermonea por pensar tan negativamente. Alex es una chica muy positiva, alegre y que suele desprender una energía bastante motivacional. Pero nadie sabe lo que esconde bajo esa sonrisa famosa.
Alex está destruida.
Francisca
Ha salido rápido de casa para no ver a sus hermanos preguntar por el desayuno. Su hermano mayor tiene un secreto horrible que se encarga de guardar muy bien: es jugador compulsivo.
Y sí, toma el dinero que ella gana y se lo gasta en apuestas que luego pierde. Estúpidas apuestas, pero no más que él.
Tiene ganas de encontrarlo y ahorcarlo con sus propias manos, pues ese era el dinero con el que, se supone, comerían toda la semana. ¡Y ahora está malditamente arruinado!
”¿Cómo siempre?” se oye preguntar.
Hoy lo ha visto antes de salir, pero se ha contenido porque los niños estaban a punto de despertarse.
Pero cuando lo ve caminando hacia el campus de la escuela, piensa que no se salvará de esta.
Y que finja no conocerla solo porque es el capitán del equipo de football, no le impedirá nada.
Charlotte
Y allí va de nuevo. Corre y se encierra en un cubículo antes de que todos comiencen a llegar. Sabe que no puede esconderse allí por siempre, pero ¿qué más puede ella hacer?
Se prometió dejar de hacerlo, pero de eso hace ya tres meses.
Aún no lo logra. Y, también, ¿cómo podría sola?
Sí, sola.
Porque todas están solas.
Porque son cinco solitarias.
NotesOfLove~
Re: El club de las solitarias {Novela colectiva}
¡LES PROMETO Y RE JURO QUE MAÑANA ME HAGO UN TIEMPO Y LES SUBO UNO LARGUÍSIMO! YO NO SUELO HACERLOS TAN CORTOS, PERO ESTOY MUY OCUPADA Y ME PARECIÓ QUE SUBIRLES UNO VALÍA TOTALMENTE LA PENA. ¿les va gustando la trama? dsdsu, ya vamos a tener un tiempo largo para conocernos. ¡Besos!
NotesOfLove~
Re: El club de las solitarias {Novela colectiva}
¡Holaaa! fuefgu, me alegro <3 gracias!! LAUREN BITTTTTTTTCH, BÁJATE DEL PONY(?purplecookie escribió:HOLAA!! por fin cap!!
LOS ame todos.. me encanta como escribes
BTICH LAUREN!! entre asique me importa un pepino tu bolso prada!
NotesOfLove~
Re: El club de las solitarias {Novela colectiva}
sdh8dhys, ya la seguí!!!francisca campos escribió:Siguela mujer, porfavor, nececito un capitulo para poder vivir:imdead:
NotesOfLove~
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