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Cartas a un seductor enamorado (Ziam-Ziall) OS
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Cartas a un seductor enamorado (Ziam-Ziall) OS
Nombre: Cartas a un seductor enamorado (Ziam-Ziall) OS
Autores: FERNANDOPCJ ósea YO/Colaboración de: Melissa CM (Edición y escena Hot)
Adaptación: No, es mi idea original.
Género: DRAMA/ROMANCE- AU -OS
Advertencias: Contenido homosexual, escenas algo hot, si te disgustan este tipo de temas abstente de leer, pueda que hiera susceptibilidades.
Otras páginas: No, por el momento.
Te puedes enamorar perdidamente a través de esas, las letras que el mundo ha ido olvidando, fascinándote por la simpleza de un poco de tinta y la sobriedad de un trozo de papel...
Autores: FERNANDOPCJ ósea YO/Colaboración de: Melissa CM (Edición y escena Hot)
Adaptación: No, es mi idea original.
Género: DRAMA/ROMANCE- AU -OS
Advertencias: Contenido homosexual, escenas algo hot, si te disgustan este tipo de temas abstente de leer, pueda que hiera susceptibilidades.
Otras páginas: No, por el momento.
Cartas a un seductor enamorado
Te puedes enamorar perdidamente a través de esas, las letras que el mundo ha ido olvidando, fascinándote por la simpleza de un poco de tinta y la sobriedad de un trozo de papel...
Fer.
Re: Cartas a un seductor enamorado (Ziam-Ziall) OS
Primera carta
«Querido Zayn:
Vas a pensar que estoy loco, pero no se me ocurre otra forma de decirte algo muy importante que tengo en la cabeza. Soy muy tímido; demasiado tímido para acercarme a ti y hacer amistad contigo. Lo único que busco es ser tu amigo, pero mis sentimientos son más profundos.
Doy por hecho que jamás voy a tenerte a mi lado, pero quiero que sepas que… no puedo dejar de mirarte, que cuando sé que estás lejos no soy yo. Eres para mí mucho más de lo que puedas pensar, de hecho me importas mucho más de lo que yo mismo pueda llegar a imaginar.
No quiero agobiarte, sólo necesitaba decirte lo que siento por ti. No busco nada más… Pues sé que solo puedo aspirar a tu desprecio. Aun así el masoquismo le gana a mi mente y tengo que decirte que Te amo.»
Primera reacción
¿Qué era aquello que estaba leyendo? ¡Alguien se había enamorado de mí lo suficiente como para enviarme una carta! Ese alguien tenía que estar cerca de mí, así que, con toda seguridad, o era compañero de mi curso o de universidad; pero… ¿cómo iba a averiguar quién era?
Me recosté por sobre la cama y leí aquellas palabras docenas de veces. Sin importar cuantas veces pasara mi vista por el papel, seguía emocionándome como la primera vez que lo ojee al tenerlo en manos. Me hacía sentirme importante, pero impotente. Seguramente ese chico no estaba seguro de que a mí también me gustaban los hombres y le aterrorizaba pensar que yo lo mandase al diablo. No había ningún dato suyo: ni remite ni nombre ni nada que me diese una pista.
Cuando fui a soltar la carta en la mesita de noche, observé su escritura con atención. Volví a releerla y descubrí cierto tipo de detalles. Los trazos largos de las letras como la «d» o la «g» eran más largos de lo normal y bastante curvados. Incluso los trazos finales de la «n» y de la «m» eran más largos hacia abajo y curvados hacia la izquierda ¡Era una letra bonita! Como manuscrita.
¡Bueno! ¿Y qué? ¿Cuánta gente podía haber en clase que escribiese así? ¿Cómo iba a descubrirlo si ya todos escribían sus apuntes en el iPad, en la notebook o en cualquier otro artilugio?
Volví a dejar la carta en la mesita y me puse a hacer un repaso mental de mis compañeros. A algunos de ellos podía eliminarlos con toda seguridad por sus posturas de machos homofóbicos las cuales demarcaban día a día, pero pensé en los posibles seductores tímidos que podían haberme enviado aquella misiva. El que la había escrito, sin duda, era muy tímido, lo suficiente como para no pensar en abordarme ni siquiera para ser mi amigo. No podía hacerme una idea de quién sería, pero deseaba con toda mi alma saber quién era. No me importaría tomarlo en mis brazos y decirle que lo aceptaba, que su carta me había seducido más que una mirada sensual o alguna palabra obscena. Lo necesitaba aunque no supiera porque o quién era.
El siguiente día de clase fue una tortura. Estuve todo el tiempo intentando localizar una mirada perdida, veía letras alargadas por todos lados pero ninguna se asemejaba, la sola comparación de aquella dulce letra con los mamarrachos que mis compañeros hacían era risible. No; seguramente no estaba en mi clase.
Pasaron más de dos semanas y ni siquiera podía concentrarme ni en las clases ni en mis estudios en casa. Me limitaba a releer aquellas palabras una y otra vez, rompiéndome la cabeza en concentración. Al final solo llegaba a la misma simple y extenuante conclusión ¿Quién eres y como hiciste para escrutar tanto en mi vida como para afectarme directamente, sacándome de orbita?
Segunda carta
«Amado Zayn:
No pensaba volver a escribirte, pero te he observado con atención. Sé que no consigues averiguar quién soy y, por tus gestos, me ha parecido verte preocupado; pero no sé si querrías conocerme para decirme que no te vuelva a escribir, que te gustan las chicas o sencillamente, para ser amigos.
Por alguna razón, el escribirte me libera. De alguna forma con cada palabra me siento más cerca de ti, más tuyo…
Perdona mi atrevimiento. Te prometo que no volveré a escribirte. Este problema es mío y no te agobiare. Gracias de todas formas.
Y aunque tal vez te moleste el leerlo, debo decirte que Te amo.»
Segunda reacción
¡No, no, no, no! ¡Querido desconocido! ¿Cómo puedes hacerme esto ahora? Tenía que seguir buscando. De cualquier forma. Me daba igual si tenía que registrar uno por uno los casilleros para encontrar una carta escrita con esa letra, pero mi amante, ya mí amado desconocido, iba a aparecer, fuera como fuera.
Cometí un grave error que me costó un buen castigo porque… aprovechando que un profesor dejó la llave puesta en un archivo, esperé a que no hubiese nadie en el aula, abrí el archivo y miré con rapidez cuantos expedientes pude. El profesor que olvidó la llave me descubrió escudriñando cual ladrón y sin haber dado con un examen que tuviese aquel tipo de letra.
Me quedé sentado un buen rato en la entrada pensando, comparando mi situación con una burda comedia romántica. Tenía que descubrir otra forma de averiguar quién era mi enamorado secreto ¡Empezaba a necesitarlo y a desesperarme!
Sin más que hacer me acerqué al tablero de anuncios y estuve mirando por encima toda aquella cantidad de papelitos que no pretendían sino venderte un simple gato como el más fiero león, pero, entre ellos, casi tapado por los otros, vi una letra que me llamó la atención ¡Era su letra!
Aquel papel llevaba allí mucho tiempo y los demás ya lo estaban tapando, así que lo quité de allí y lo leí con atención como la cosa más preciada en este mundo, o al menos para mí lo era:
«Busco departamento para compartir durante el semestre. Liam»
Debajo había un número de teléfono.
¡Liam! ¿Quién se llamaba en mi curso Liam? Volví a sentarme, sin apartar mis ojos de esas delicadas palabras y acariciando el papel como un niño acaricia su regalo de navidad, decidí no asistir al resto de las clases. Cuando ya todos se fueron, marqué aquel número de teléfono.
- ¿Liam? – pregunté –
Hubo un poco de silencio y una voz tímida y baja aunque algo gruesa contestó.
- ¡Sí! – Dijo - ¿Quién habla?
- ¡Verás, Liam! –Trate de sonar lo más amablemente posible- quizá sea un poco tarde para llamarte, pero he encontrado una nota donde dice que buscas compartir departamento ¿Eres tú?
- Sí – respondió con timidez - yo puse la nota hace tiempo pero ya hablé con unos chicos y estoy con ellos. Gracias por tu oferta.
- ¡No, no, espera! –Pude sentir que colgaba - tengo un departamento grande y muy lujoso. Es de mis padres y pagarías mucho menos. Pensaba que…
- ¿Qué has pensado? – Me quedé mudo y se intrigó - ¿Sigues ahí?
- ¡Sí, sí, Liam! –Exclame eufórico- ¡Discúlpame! Se me callo la billetera.
- ¿Qué pensabas? – repitió -.
En un instante medite lo que iba a decirle y me arriesgué.
- Pues he pensado que tal vez prefieras vivir en un piso de lujo y muy barato con un solo chico. Supongo que… ¡sólo supongo!, que quizá preferirías compartir el piso con un chico ¡Me harías un favor!
- ¡Oye! – Habló aún más bajo, casi cayendo en los susurros - ¿Te importa llamarme dentro de media hora? ¡Ahora no puedo entretenerme, estoy realmente ocupado!
- ¡De acuerdo!
Me pareció que no oyó mi respuesta y me dio la sensación de que había colgado por otro motivo, pero estaba decidido a llamarlo cuando pasara media hora, por fin lo encontré, no huira de mi con tanta facilidad.
Esa fue media hora más larga que haya vivido, los segundos pasaban eternos, como si el tiempo se congelara en una cámara súper lenta, todo duro un siglo. Me senté a leer y no me enteraba de lo que leía por la desconcentración. Miraba el reloj y no avanzaba; pero afortunadamente el tiempo, más rápida o más lentamente, pasa al final siempre termina pasando. Llegó la hora.
- ¿Liam?
- ¡Sí, soy yo! – Contestó más naturalmente, con una voz que denotaba tranquilidad y paz - ¡Perdona que no te atendiera antes, pero estaba en el piso con los otros dos compañeros!
- ¡Ah, te entiendo! – me exprese con alegría, no pude evitar mi reacción - ¿Estás cómodo en ese piso?
- ¡No! – Dijo extrañado - ¡Bueno, no del todo! ¿Pasa algo? ¿Quién eres?
No tenía más remedio que mentirle; sabía mi nombre.
- Soy… soy Ethan– le dije - es que creo que a los dos nos interesaría compartir mi piso… ¡solos!
- Pues… - pensó un poco - ¡No me gusta demasiado uno de los compañeros! ¡Es muy ruidoso y siempre lleva muchas amigas! Me gustaría no encontrarme en un piso lleno de chicas gritando y riendo como desquiciadas casi a todas horas ¡Rayos! ¡Pensarás que soy un egoísta! ¿Verdad? Pero si eso no te molesta ¿Dónde podemos vernos?
- ¿Dónde estás ahora?
- Cerca de la universidad– dijo más tranquilo -; en un restaurant que se llama “Moments”.
- ¿Estás comiendo?
- ¡Sí! – Oí su risa encantadora retumbar por el altavoz de mi teléfono - pero no te preocupes. Podemos vernos dentro de media hora aquí y tomar café ¡No te aseguro que vaya a cambiar de departamento!
- ¡No importa! – Le dije - ¡Estoy muy cerca! ¡Hablemos un poco! Sé que te lograre convencer
Colgué sin ni siquiera despedirme y crucé tres calles hasta el restaurant Moments, que preparaba la comida más exquisita que el paladar de cualquiera pudiese probar. Pensé unas cuantas cosas. Cuando entrara en el restaurant y me viese era obvio que él iba a asustarse y huiría aprovechándose de que lo desconozco por completo, así que me preparé para entrar con el teléfono listo para marcar su número. El chico que buscaba debería estar allí y sonaría su teléfono.
Tercera reacción
Me paré en la puerta principal, preparé el teléfono y entré. No había demasiada gente porque el comedor era pequeño, así que pulsé la tecla que resplandecía con una tenue luz verdosa y me dispuse a llamarlo. En un rincón del comedor, sentado a una mesa solo, estaba el chico a quien le sonó el teléfono. Lo conocía de las clases, claro, pero al verlo me quede gélido, un escalofrió me recorrió desde los pies hasta la última hebra de mi cabeza, tensándome al instante. Era sumamente sensual y de hecho lo había estado mirando muchas veces, intrigado por su timidez, por su aspecto de solitario y por una extraña sensación de vulnerabilidad que emanaba de su ser, provocándome zozobra.
Al verme se revolcó asustado en su silla y corté la llamada, para acercarme a él despacio.
- ¡Hola, Liam! – Me senté frente a él más nervioso que cualquier otra cosa-; colgué porque no había necesidad de hablar por teléfono, o al menos ahora no.
- ¿Tú eres el que quieres compartir el piso? – Me miró asustado - ¡Tendría que verlo antes, Ethan!
Enarque una ceja, me extrañó que me llamara por mi nombre falso. Agachó la vista y terminó de comer rápidamente y sin hablar, atragantándose torpemente.
- ¡Sí, Liam! –Hable serenamente - cuando termines de comer te vas a venir a mi casa. Diles a esos chicos que… ¡no sé! ¡Inventa una excusa!
- ¡Estás muy seguro de que voy a aceptar vivir contigo! ¿Verdad?
- ¡Sí! – Bajé la voz - porque sé que te gustaría vivir conmigo y yo quiero vivir contigo… me gustaría mucho el hacerlo.
- ¿Cómo? –Esbozo asustado, aún más de lo que ya estaba- ¡Tengo que pensar eso!
- ¡No, Liam! – Lo miré sonriente - ¡Yo solo quiero que vengas a mi casa! ¡No me hagas esto!
No sabía qué decir. Se limpió los labios y dejó la servilleta en la mesa sin decir nada. En ese momento puse su nota sobre la mesa y, poco a poco, sin dejar de mirarlo ni de sonreírle, saqué de mi bolsillo sus dos cartas, las cuales me acompañaban siempre a cualquier sitio, fuese a donde fuese. No dije nada. Saqué la primera que recibí, la abrí y la coloqué junto a su nota. Las miró con atención y releyó su carta; a medida que sus ojos avanzaban por las letras se le descompuso el rostro, mostrando un horror que lo dejo pálido, como una endeble hoja de papel.
Se puso tan nervioso que pensé que iba a ponerse enfermo, me preocupe y alargué mi mano para tomar la suya temblorosa.
- ¡Lo siento! – Farfulló en un susurro apenas audible - ¡Perdona! ¡No quería molestarte!
- ¿Tengo cara de estar molesto acaso?
Regreso su vista hacia mí, sumido en su mundo. Meditando y asustado, su rostro descompuesto fue cambiándose hasta volverse rojizo y sonriente, adorable desde cualquier lado que se le viera.
- ¿Vamos a casa? –sujete su mano con mas fuerza
No habló. Asintió, fue a pagar y se acercó a mí incrédulo, pero sonriendo asustado.
- ¡Vamos!
Cuarta reacción
No hablamos casi nada en el camino, pero de lo poco que dijo deduje que estaba muy contento. Fue un silencio bastante cómodo. De vez en cuando, me rozaba tímidamente la pierna con la mano y yo, disimuladamente, le sonreía y se la acariciaba, incluso, con la pena rigiéndome el cuerpo, me atreví a entrelazar nuestros dedos, sintiendo un choque eléctrico recorrerme en totalidad.
Al entrar en casa y cerrar la puerta iba delante de mí, se paró y se volvió con la vista agachada y sonriente.
- ¿Qué pasa, Liam? – Susurré - ¿Ahora que ya estamos solos no te atreves a besarme?
Me precipite a su rostro, tomándolo entre mis manos a lo cual el me miró sin saber qué decir, así que acerqué mi boca a la suya lentamente, para así, poner mis labios sobre los suyos. Lo noté nervioso primero, luego me abrazó al notar mis brazos en su cintura, apretándolo a mí, presionándolo a mi cuerpo desesperadamente, se abrió su boca y así estuvimos, de pie un buen rato. Al poco tiempo, colocó una de sus manos sobre mi entrepierna y la apretó al ver que estaba dura. No lo pensé dos veces. Lo tomé de la mano y me lo llevé directamente al dormitorio.
Nos quedamos uno frente al otro mirándonos sin saber qué hacer y comencé a desabrocharme la camisa, la saqué del pantalón luego y la eché sobre la cama, hacía ya mucho estorbo para la ocasión. Seguía inmóvil mirándome boquiabierto sin inmutarse si quiera un poco, así que decidí sacarle la camiseta a cuadros del pantalón, tiré de ella hacia arriba hasta quitársela completamente y la eché a un lado. Puse mis manos sobre su pecho y, ya más tranquilizado, volvió a besarme y a acariciarme la espalda. Me pellizcaba. Retiraba su rostro del mío, sonreía como si no creyese lo que le estaba pasando y volvía a abrazarme, rozando levemente nuestros labios para después devorarlos con voracidad.
En cierto momento, me retiré de él despacio y comencé a aflojarme el cinturón. No dijo nada tampoco, pero comenzó a quitarse el suyo. Nos sentamos en la cama para quitarnos las zapatillas y los pantalones, pero parábamos de vez en cuando para besarnos. No había palabras.
Cuando nos quedamos en boxers, fue él el que se echó en la cama y me tomó la mano. Mi reacción fue bastante predecible. Me deje caer a su lado para poder pegarme a él. No pudo contener un suspiro entrecortado de placer. Seguimos besándonos y acariciándonos aún más hasta que puse mi mano sobre su templo de placer. Me miró sonriente y bajó su mano lentamente por mi pecho hasta tocar el mío y apretarlo.
Me incorporé sin pensarlo demasiado y tiré de sus boxers color durazno mientras levantaba un poco las piernas hasta que se los quité. Luego me bajé los míos ante su mirada de asombro; feliz mientras él mismo se acariciaba mirando mi cuerpo. Me agaché sobre él, tomando su entrepierna entre mis manos y tiré despacio de su prepucio hasta abajo. Estaba húmedo. Lo llevé inmediatamente a mi boca y le oí gemir de placer mientras saboreé el perfume de su cuerpo. Aguantó muy, poco acariciándome los cabellos y tirando de mi cabeza, de adelante hacia atrás.
- ¡Espera!
Me di cuenta de que no quería terminar tan pronto y me recosté a su lado. Volvió a echarse a mi lado y me puse sobre él. Me encantaba su cuerpo, de piel blanca y suave; se le notaba la señal del bañador. Pero necesitaba más. Sus piernas se levantaron tímidamente, fui buscando con timidez su entrada. Él mismo me ayudó a colocar todo en su sitio y puso sus piernas sobre mí hasta que lo fui penetrando y besando agachándome. El movimiento se fue haciendo cada vez más rápido hasta que me corrí entre gemidos, pellizcos, suspiros y besos mientras lo masturbaba. Habíamos hecho el amor por primera vez casi sin conocernos nada más que por unas cartas que crearon un sentimiento puro, que diferenciaba lo que nos ocurría de una simple noche de sexo.
Hablamos luego bastante, reposando en la cama, y fui conociendo entonces a alguien educado, tímido en extremo, cariñoso, detallista. No tenía que decirme que me amaba; lo leía en su mirada, en esos ojos miel que irradiaban un brillo puro y cándido.
***
- Tengo que ir al otro departamento por mis cosas – dijo - está cerca. Espérame aquí. Me vestiré y volveré rápidamente. Tienes que decirme cuánto tengo que pagarte al mes.
- ¡Si quieres voy a acompañarte! –Exclame- ¡Eso del alquiler no es estricto! El departamento es de mis padres; puedes decirle a los tuyos que te mudas a un departamento mejor por el mismo precio; por lo que estés pagando ahora. Te quedarás con ese dinero para ti, no tengo problema alguno con eso.
- ¡De acuerdo! – Me sonrió abiertamente - pero vas a esperarme aquí; y esos 230 dólares que pago los gastaremos en lo que queramos los dos- me tomo la mano.
- Como quieras – contesté - ¡No tardes! ¡Todavía tenemos tiempo de estar juntos hasta la hora de dormir!
Así fue aquella tarde; y la siguiente; y todas las otras. A veces me sentí extraño en la universidad porque muchos de sus sentimientos no podía reprimirlos, demostrándome cuanto me amaba sin importarle que o quien estuviese observándonos, pero nadie decía nada. Lo cierto es que yo tampoco podía reprimir los míos. Estaba enamorado.
Ni siquiera pasó la segunda semana cuando despertó tosiendo y estornudando. Estaba muy enfermo.
- ¡Te lo dije, Liam! No debemos poner el aire acondicionado tan fuerte; con el sudor nos vamos a resfriar ¡Quédate en la cama, amor! ¡Voy a traerte algo de desayuno y te quedas hoy aquí descansando! Ok
Lo dejé allí solo aquella mañana, aunque hubiese preferido el faltar a las clases. Ese día fue horrible, me sentí muy solo en el salón; como si no hubiese nadie, aburriéndome con la monotonía del estudio.
Cuando volví a casa, miré instintivamente en el buzón y se me erizó la piel sintiendo un escalofrió que gélido atravesó mi espalda sin piedad ¡había otra carta como las dos que había recibido anteriormente! Me dio pánico el solo verla, es de esperar el horror que me provocaba abrirla, pero de un primer vistazo comprobé que era su letra.
Última carta
«Amado Zayn:
Sé que no siempre ocurren las cosas como uno las plantea, pero hace una semana que he dejado la universidad para siempre. Ahora necesito olvidarte definitivamente.
Sé que estás con Liam. Yo mismo le escribí la nota del tablón porque tiene una letra muy fea; ilegible de hecho. La nota se quedó allí, sin embargo Liam se vino a compartir el departamento con nosotros. Lo que no esperaba es que viniese a casa por sus cosas para irse a vivir contigo.
No sé si voy a poder olvidarte, pero me voy de Londres a buscar otra vida.
Ama a Liam como si fuera yo. Es una bellísima persona. Te hará muy feliz y te dará incluso lo que no tenga, es muy sensible, se entrega en cuerpo y alma. Definitivamente no podrías estar en mejores manos. Quizá, algún día, recibas más noticias mías, pero eso será cuando me haya olvidado de que no puedo estar sin ti y de que te necesito aunque parezca ridículo, como el aire que respiro.
Te Amo.
Att: Niall»
Hola, bueno mi nombre es… díganme Fer, y este es un OS que cree parcialmente hace unos días, de ante mano he de decir que en este Fanfic en especial no puedo tener todo el crédito, ya que mi maravillosa prima Melissa me ayudo a editarlo (Ella simplemente tiene magia para escribir, lo vio y me ayudo). Bueno volviendo al tema, si son mis lectores ya habrán visto el mensaje que deje en todas mis novelas, si no, pues este es un regalo para ustedes lectores porque como ya sabrán, me fracture mi mano izquierda y por el momento no puedo escribir. Espero les haya gustado COMENTEN si fue así, espero que me tengan paciencia y no abandonen mis fics.
BYE.
«Querido Zayn:
Vas a pensar que estoy loco, pero no se me ocurre otra forma de decirte algo muy importante que tengo en la cabeza. Soy muy tímido; demasiado tímido para acercarme a ti y hacer amistad contigo. Lo único que busco es ser tu amigo, pero mis sentimientos son más profundos.
Doy por hecho que jamás voy a tenerte a mi lado, pero quiero que sepas que… no puedo dejar de mirarte, que cuando sé que estás lejos no soy yo. Eres para mí mucho más de lo que puedas pensar, de hecho me importas mucho más de lo que yo mismo pueda llegar a imaginar.
No quiero agobiarte, sólo necesitaba decirte lo que siento por ti. No busco nada más… Pues sé que solo puedo aspirar a tu desprecio. Aun así el masoquismo le gana a mi mente y tengo que decirte que Te amo.»
Primera reacción
¿Qué era aquello que estaba leyendo? ¡Alguien se había enamorado de mí lo suficiente como para enviarme una carta! Ese alguien tenía que estar cerca de mí, así que, con toda seguridad, o era compañero de mi curso o de universidad; pero… ¿cómo iba a averiguar quién era?
Me recosté por sobre la cama y leí aquellas palabras docenas de veces. Sin importar cuantas veces pasara mi vista por el papel, seguía emocionándome como la primera vez que lo ojee al tenerlo en manos. Me hacía sentirme importante, pero impotente. Seguramente ese chico no estaba seguro de que a mí también me gustaban los hombres y le aterrorizaba pensar que yo lo mandase al diablo. No había ningún dato suyo: ni remite ni nombre ni nada que me diese una pista.
Cuando fui a soltar la carta en la mesita de noche, observé su escritura con atención. Volví a releerla y descubrí cierto tipo de detalles. Los trazos largos de las letras como la «d» o la «g» eran más largos de lo normal y bastante curvados. Incluso los trazos finales de la «n» y de la «m» eran más largos hacia abajo y curvados hacia la izquierda ¡Era una letra bonita! Como manuscrita.
¡Bueno! ¿Y qué? ¿Cuánta gente podía haber en clase que escribiese así? ¿Cómo iba a descubrirlo si ya todos escribían sus apuntes en el iPad, en la notebook o en cualquier otro artilugio?
Volví a dejar la carta en la mesita y me puse a hacer un repaso mental de mis compañeros. A algunos de ellos podía eliminarlos con toda seguridad por sus posturas de machos homofóbicos las cuales demarcaban día a día, pero pensé en los posibles seductores tímidos que podían haberme enviado aquella misiva. El que la había escrito, sin duda, era muy tímido, lo suficiente como para no pensar en abordarme ni siquiera para ser mi amigo. No podía hacerme una idea de quién sería, pero deseaba con toda mi alma saber quién era. No me importaría tomarlo en mis brazos y decirle que lo aceptaba, que su carta me había seducido más que una mirada sensual o alguna palabra obscena. Lo necesitaba aunque no supiera porque o quién era.
El siguiente día de clase fue una tortura. Estuve todo el tiempo intentando localizar una mirada perdida, veía letras alargadas por todos lados pero ninguna se asemejaba, la sola comparación de aquella dulce letra con los mamarrachos que mis compañeros hacían era risible. No; seguramente no estaba en mi clase.
Pasaron más de dos semanas y ni siquiera podía concentrarme ni en las clases ni en mis estudios en casa. Me limitaba a releer aquellas palabras una y otra vez, rompiéndome la cabeza en concentración. Al final solo llegaba a la misma simple y extenuante conclusión ¿Quién eres y como hiciste para escrutar tanto en mi vida como para afectarme directamente, sacándome de orbita?
Segunda carta
«Amado Zayn:
No pensaba volver a escribirte, pero te he observado con atención. Sé que no consigues averiguar quién soy y, por tus gestos, me ha parecido verte preocupado; pero no sé si querrías conocerme para decirme que no te vuelva a escribir, que te gustan las chicas o sencillamente, para ser amigos.
Por alguna razón, el escribirte me libera. De alguna forma con cada palabra me siento más cerca de ti, más tuyo…
Perdona mi atrevimiento. Te prometo que no volveré a escribirte. Este problema es mío y no te agobiare. Gracias de todas formas.
Y aunque tal vez te moleste el leerlo, debo decirte que Te amo.»
Segunda reacción
¡No, no, no, no! ¡Querido desconocido! ¿Cómo puedes hacerme esto ahora? Tenía que seguir buscando. De cualquier forma. Me daba igual si tenía que registrar uno por uno los casilleros para encontrar una carta escrita con esa letra, pero mi amante, ya mí amado desconocido, iba a aparecer, fuera como fuera.
Cometí un grave error que me costó un buen castigo porque… aprovechando que un profesor dejó la llave puesta en un archivo, esperé a que no hubiese nadie en el aula, abrí el archivo y miré con rapidez cuantos expedientes pude. El profesor que olvidó la llave me descubrió escudriñando cual ladrón y sin haber dado con un examen que tuviese aquel tipo de letra.
Me quedé sentado un buen rato en la entrada pensando, comparando mi situación con una burda comedia romántica. Tenía que descubrir otra forma de averiguar quién era mi enamorado secreto ¡Empezaba a necesitarlo y a desesperarme!
Sin más que hacer me acerqué al tablero de anuncios y estuve mirando por encima toda aquella cantidad de papelitos que no pretendían sino venderte un simple gato como el más fiero león, pero, entre ellos, casi tapado por los otros, vi una letra que me llamó la atención ¡Era su letra!
Aquel papel llevaba allí mucho tiempo y los demás ya lo estaban tapando, así que lo quité de allí y lo leí con atención como la cosa más preciada en este mundo, o al menos para mí lo era:
«Busco departamento para compartir durante el semestre. Liam»
Debajo había un número de teléfono.
¡Liam! ¿Quién se llamaba en mi curso Liam? Volví a sentarme, sin apartar mis ojos de esas delicadas palabras y acariciando el papel como un niño acaricia su regalo de navidad, decidí no asistir al resto de las clases. Cuando ya todos se fueron, marqué aquel número de teléfono.
- ¿Liam? – pregunté –
Hubo un poco de silencio y una voz tímida y baja aunque algo gruesa contestó.
- ¡Sí! – Dijo - ¿Quién habla?
- ¡Verás, Liam! –Trate de sonar lo más amablemente posible- quizá sea un poco tarde para llamarte, pero he encontrado una nota donde dice que buscas compartir departamento ¿Eres tú?
- Sí – respondió con timidez - yo puse la nota hace tiempo pero ya hablé con unos chicos y estoy con ellos. Gracias por tu oferta.
- ¡No, no, espera! –Pude sentir que colgaba - tengo un departamento grande y muy lujoso. Es de mis padres y pagarías mucho menos. Pensaba que…
- ¿Qué has pensado? – Me quedé mudo y se intrigó - ¿Sigues ahí?
- ¡Sí, sí, Liam! –Exclame eufórico- ¡Discúlpame! Se me callo la billetera.
- ¿Qué pensabas? – repitió -.
En un instante medite lo que iba a decirle y me arriesgué.
- Pues he pensado que tal vez prefieras vivir en un piso de lujo y muy barato con un solo chico. Supongo que… ¡sólo supongo!, que quizá preferirías compartir el piso con un chico ¡Me harías un favor!
- ¡Oye! – Habló aún más bajo, casi cayendo en los susurros - ¿Te importa llamarme dentro de media hora? ¡Ahora no puedo entretenerme, estoy realmente ocupado!
- ¡De acuerdo!
Me pareció que no oyó mi respuesta y me dio la sensación de que había colgado por otro motivo, pero estaba decidido a llamarlo cuando pasara media hora, por fin lo encontré, no huira de mi con tanta facilidad.
Esa fue media hora más larga que haya vivido, los segundos pasaban eternos, como si el tiempo se congelara en una cámara súper lenta, todo duro un siglo. Me senté a leer y no me enteraba de lo que leía por la desconcentración. Miraba el reloj y no avanzaba; pero afortunadamente el tiempo, más rápida o más lentamente, pasa al final siempre termina pasando. Llegó la hora.
- ¿Liam?
- ¡Sí, soy yo! – Contestó más naturalmente, con una voz que denotaba tranquilidad y paz - ¡Perdona que no te atendiera antes, pero estaba en el piso con los otros dos compañeros!
- ¡Ah, te entiendo! – me exprese con alegría, no pude evitar mi reacción - ¿Estás cómodo en ese piso?
- ¡No! – Dijo extrañado - ¡Bueno, no del todo! ¿Pasa algo? ¿Quién eres?
No tenía más remedio que mentirle; sabía mi nombre.
- Soy… soy Ethan– le dije - es que creo que a los dos nos interesaría compartir mi piso… ¡solos!
- Pues… - pensó un poco - ¡No me gusta demasiado uno de los compañeros! ¡Es muy ruidoso y siempre lleva muchas amigas! Me gustaría no encontrarme en un piso lleno de chicas gritando y riendo como desquiciadas casi a todas horas ¡Rayos! ¡Pensarás que soy un egoísta! ¿Verdad? Pero si eso no te molesta ¿Dónde podemos vernos?
- ¿Dónde estás ahora?
- Cerca de la universidad– dijo más tranquilo -; en un restaurant que se llama “Moments”.
- ¿Estás comiendo?
- ¡Sí! – Oí su risa encantadora retumbar por el altavoz de mi teléfono - pero no te preocupes. Podemos vernos dentro de media hora aquí y tomar café ¡No te aseguro que vaya a cambiar de departamento!
- ¡No importa! – Le dije - ¡Estoy muy cerca! ¡Hablemos un poco! Sé que te lograre convencer
Colgué sin ni siquiera despedirme y crucé tres calles hasta el restaurant Moments, que preparaba la comida más exquisita que el paladar de cualquiera pudiese probar. Pensé unas cuantas cosas. Cuando entrara en el restaurant y me viese era obvio que él iba a asustarse y huiría aprovechándose de que lo desconozco por completo, así que me preparé para entrar con el teléfono listo para marcar su número. El chico que buscaba debería estar allí y sonaría su teléfono.
Tercera reacción
Me paré en la puerta principal, preparé el teléfono y entré. No había demasiada gente porque el comedor era pequeño, así que pulsé la tecla que resplandecía con una tenue luz verdosa y me dispuse a llamarlo. En un rincón del comedor, sentado a una mesa solo, estaba el chico a quien le sonó el teléfono. Lo conocía de las clases, claro, pero al verlo me quede gélido, un escalofrió me recorrió desde los pies hasta la última hebra de mi cabeza, tensándome al instante. Era sumamente sensual y de hecho lo había estado mirando muchas veces, intrigado por su timidez, por su aspecto de solitario y por una extraña sensación de vulnerabilidad que emanaba de su ser, provocándome zozobra.
Al verme se revolcó asustado en su silla y corté la llamada, para acercarme a él despacio.
- ¡Hola, Liam! – Me senté frente a él más nervioso que cualquier otra cosa-; colgué porque no había necesidad de hablar por teléfono, o al menos ahora no.
- ¿Tú eres el que quieres compartir el piso? – Me miró asustado - ¡Tendría que verlo antes, Ethan!
Enarque una ceja, me extrañó que me llamara por mi nombre falso. Agachó la vista y terminó de comer rápidamente y sin hablar, atragantándose torpemente.
- ¡Sí, Liam! –Hable serenamente - cuando termines de comer te vas a venir a mi casa. Diles a esos chicos que… ¡no sé! ¡Inventa una excusa!
- ¡Estás muy seguro de que voy a aceptar vivir contigo! ¿Verdad?
- ¡Sí! – Bajé la voz - porque sé que te gustaría vivir conmigo y yo quiero vivir contigo… me gustaría mucho el hacerlo.
- ¿Cómo? –Esbozo asustado, aún más de lo que ya estaba- ¡Tengo que pensar eso!
- ¡No, Liam! – Lo miré sonriente - ¡Yo solo quiero que vengas a mi casa! ¡No me hagas esto!
No sabía qué decir. Se limpió los labios y dejó la servilleta en la mesa sin decir nada. En ese momento puse su nota sobre la mesa y, poco a poco, sin dejar de mirarlo ni de sonreírle, saqué de mi bolsillo sus dos cartas, las cuales me acompañaban siempre a cualquier sitio, fuese a donde fuese. No dije nada. Saqué la primera que recibí, la abrí y la coloqué junto a su nota. Las miró con atención y releyó su carta; a medida que sus ojos avanzaban por las letras se le descompuso el rostro, mostrando un horror que lo dejo pálido, como una endeble hoja de papel.
Se puso tan nervioso que pensé que iba a ponerse enfermo, me preocupe y alargué mi mano para tomar la suya temblorosa.
- ¡Lo siento! – Farfulló en un susurro apenas audible - ¡Perdona! ¡No quería molestarte!
- ¿Tengo cara de estar molesto acaso?
Regreso su vista hacia mí, sumido en su mundo. Meditando y asustado, su rostro descompuesto fue cambiándose hasta volverse rojizo y sonriente, adorable desde cualquier lado que se le viera.
- ¿Vamos a casa? –sujete su mano con mas fuerza
No habló. Asintió, fue a pagar y se acercó a mí incrédulo, pero sonriendo asustado.
- ¡Vamos!
Cuarta reacción
No hablamos casi nada en el camino, pero de lo poco que dijo deduje que estaba muy contento. Fue un silencio bastante cómodo. De vez en cuando, me rozaba tímidamente la pierna con la mano y yo, disimuladamente, le sonreía y se la acariciaba, incluso, con la pena rigiéndome el cuerpo, me atreví a entrelazar nuestros dedos, sintiendo un choque eléctrico recorrerme en totalidad.
Al entrar en casa y cerrar la puerta iba delante de mí, se paró y se volvió con la vista agachada y sonriente.
- ¿Qué pasa, Liam? – Susurré - ¿Ahora que ya estamos solos no te atreves a besarme?
Me precipite a su rostro, tomándolo entre mis manos a lo cual el me miró sin saber qué decir, así que acerqué mi boca a la suya lentamente, para así, poner mis labios sobre los suyos. Lo noté nervioso primero, luego me abrazó al notar mis brazos en su cintura, apretándolo a mí, presionándolo a mi cuerpo desesperadamente, se abrió su boca y así estuvimos, de pie un buen rato. Al poco tiempo, colocó una de sus manos sobre mi entrepierna y la apretó al ver que estaba dura. No lo pensé dos veces. Lo tomé de la mano y me lo llevé directamente al dormitorio.
Nos quedamos uno frente al otro mirándonos sin saber qué hacer y comencé a desabrocharme la camisa, la saqué del pantalón luego y la eché sobre la cama, hacía ya mucho estorbo para la ocasión. Seguía inmóvil mirándome boquiabierto sin inmutarse si quiera un poco, así que decidí sacarle la camiseta a cuadros del pantalón, tiré de ella hacia arriba hasta quitársela completamente y la eché a un lado. Puse mis manos sobre su pecho y, ya más tranquilizado, volvió a besarme y a acariciarme la espalda. Me pellizcaba. Retiraba su rostro del mío, sonreía como si no creyese lo que le estaba pasando y volvía a abrazarme, rozando levemente nuestros labios para después devorarlos con voracidad.
En cierto momento, me retiré de él despacio y comencé a aflojarme el cinturón. No dijo nada tampoco, pero comenzó a quitarse el suyo. Nos sentamos en la cama para quitarnos las zapatillas y los pantalones, pero parábamos de vez en cuando para besarnos. No había palabras.
Cuando nos quedamos en boxers, fue él el que se echó en la cama y me tomó la mano. Mi reacción fue bastante predecible. Me deje caer a su lado para poder pegarme a él. No pudo contener un suspiro entrecortado de placer. Seguimos besándonos y acariciándonos aún más hasta que puse mi mano sobre su templo de placer. Me miró sonriente y bajó su mano lentamente por mi pecho hasta tocar el mío y apretarlo.
Me incorporé sin pensarlo demasiado y tiré de sus boxers color durazno mientras levantaba un poco las piernas hasta que se los quité. Luego me bajé los míos ante su mirada de asombro; feliz mientras él mismo se acariciaba mirando mi cuerpo. Me agaché sobre él, tomando su entrepierna entre mis manos y tiré despacio de su prepucio hasta abajo. Estaba húmedo. Lo llevé inmediatamente a mi boca y le oí gemir de placer mientras saboreé el perfume de su cuerpo. Aguantó muy, poco acariciándome los cabellos y tirando de mi cabeza, de adelante hacia atrás.
- ¡Espera!
Me di cuenta de que no quería terminar tan pronto y me recosté a su lado. Volvió a echarse a mi lado y me puse sobre él. Me encantaba su cuerpo, de piel blanca y suave; se le notaba la señal del bañador. Pero necesitaba más. Sus piernas se levantaron tímidamente, fui buscando con timidez su entrada. Él mismo me ayudó a colocar todo en su sitio y puso sus piernas sobre mí hasta que lo fui penetrando y besando agachándome. El movimiento se fue haciendo cada vez más rápido hasta que me corrí entre gemidos, pellizcos, suspiros y besos mientras lo masturbaba. Habíamos hecho el amor por primera vez casi sin conocernos nada más que por unas cartas que crearon un sentimiento puro, que diferenciaba lo que nos ocurría de una simple noche de sexo.
Hablamos luego bastante, reposando en la cama, y fui conociendo entonces a alguien educado, tímido en extremo, cariñoso, detallista. No tenía que decirme que me amaba; lo leía en su mirada, en esos ojos miel que irradiaban un brillo puro y cándido.
***
- Tengo que ir al otro departamento por mis cosas – dijo - está cerca. Espérame aquí. Me vestiré y volveré rápidamente. Tienes que decirme cuánto tengo que pagarte al mes.
- ¡Si quieres voy a acompañarte! –Exclame- ¡Eso del alquiler no es estricto! El departamento es de mis padres; puedes decirle a los tuyos que te mudas a un departamento mejor por el mismo precio; por lo que estés pagando ahora. Te quedarás con ese dinero para ti, no tengo problema alguno con eso.
- ¡De acuerdo! – Me sonrió abiertamente - pero vas a esperarme aquí; y esos 230 dólares que pago los gastaremos en lo que queramos los dos- me tomo la mano.
- Como quieras – contesté - ¡No tardes! ¡Todavía tenemos tiempo de estar juntos hasta la hora de dormir!
Así fue aquella tarde; y la siguiente; y todas las otras. A veces me sentí extraño en la universidad porque muchos de sus sentimientos no podía reprimirlos, demostrándome cuanto me amaba sin importarle que o quien estuviese observándonos, pero nadie decía nada. Lo cierto es que yo tampoco podía reprimir los míos. Estaba enamorado.
Ni siquiera pasó la segunda semana cuando despertó tosiendo y estornudando. Estaba muy enfermo.
- ¡Te lo dije, Liam! No debemos poner el aire acondicionado tan fuerte; con el sudor nos vamos a resfriar ¡Quédate en la cama, amor! ¡Voy a traerte algo de desayuno y te quedas hoy aquí descansando! Ok
Lo dejé allí solo aquella mañana, aunque hubiese preferido el faltar a las clases. Ese día fue horrible, me sentí muy solo en el salón; como si no hubiese nadie, aburriéndome con la monotonía del estudio.
Cuando volví a casa, miré instintivamente en el buzón y se me erizó la piel sintiendo un escalofrió que gélido atravesó mi espalda sin piedad ¡había otra carta como las dos que había recibido anteriormente! Me dio pánico el solo verla, es de esperar el horror que me provocaba abrirla, pero de un primer vistazo comprobé que era su letra.
Última carta
«Amado Zayn:
Sé que no siempre ocurren las cosas como uno las plantea, pero hace una semana que he dejado la universidad para siempre. Ahora necesito olvidarte definitivamente.
Sé que estás con Liam. Yo mismo le escribí la nota del tablón porque tiene una letra muy fea; ilegible de hecho. La nota se quedó allí, sin embargo Liam se vino a compartir el departamento con nosotros. Lo que no esperaba es que viniese a casa por sus cosas para irse a vivir contigo.
No sé si voy a poder olvidarte, pero me voy de Londres a buscar otra vida.
Ama a Liam como si fuera yo. Es una bellísima persona. Te hará muy feliz y te dará incluso lo que no tenga, es muy sensible, se entrega en cuerpo y alma. Definitivamente no podrías estar en mejores manos. Quizá, algún día, recibas más noticias mías, pero eso será cuando me haya olvidado de que no puedo estar sin ti y de que te necesito aunque parezca ridículo, como el aire que respiro.
Te Amo.
Att: Niall»
Hola, bueno mi nombre es… díganme Fer, y este es un OS que cree parcialmente hace unos días, de ante mano he de decir que en este Fanfic en especial no puedo tener todo el crédito, ya que mi maravillosa prima Melissa me ayudo a editarlo (Ella simplemente tiene magia para escribir, lo vio y me ayudo). Bueno volviendo al tema, si son mis lectores ya habrán visto el mensaje que deje en todas mis novelas, si no, pues este es un regalo para ustedes lectores porque como ya sabrán, me fracture mi mano izquierda y por el momento no puedo escribir. Espero les haya gustado COMENTEN si fue así, espero que me tengan paciencia y no abandonen mis fics.
BYE.
Fer.
Re: Cartas a un seductor enamorado (Ziam-Ziall) OS
QUE MIERDA ESTOY LLORANDO,LHKSDJLASSDGASJ NO PUEDO CREERLO,NIALL :lloro: ,MELISSA TE AMO 6.6 GRACIAS POR AYUDARLE,FER TE JURO QUE TE AMO Y TODO,ERES MI PRIMER LECTOR :3,PEROOOOO MIERDA QUIERO....NO!!!,EXIJO UNA SEGUNDA PARTE PORFAVOR,TE JURO QUE NO TE VUELVO A PEDIR NADA EN MI JODIDA VIDA,PERO PORFAVOR HAZ UNA SEGUNDA PARTE :wut: PORFAVORRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR FER.
SEGUNDA PARTE :'(
SEGUNDA PARTE :'(
Última edición por lizbeth_NH el Sáb 27 Jul 2013, 7:11 pm, editado 1 vez
lizbeth_NH
Re: Cartas a un seductor enamorado (Ziam-Ziall) OS
Fer esto es para ti :fuckya: :fuckya: :fuckya: :fuckya:
como fuiste capas de hacer eso!!? quiero Llorar!!
bueno aunque no me quejo ya que amo Ziam y Ziall pues es adorable y tierno y muy tierno (ya repeti eso) y picaron pero Ziam supera las fronteras pero algo que si no puedo aguantar es ver a mi Duende Llorar sufrir por algo.. es tan desgarador ahora quede traumada :misery: ya no aceptare cartas de amor ('? hahaha me da vergüenza decir esto pero nunca e resivido una carata de amor .____.
Demonios Fer... te amo!! cada ves me engatusas más (sexy ) jdfhjfh jhjfjhefjkd no en cerio dales las gracias tambien a tu amiga ... ella tiene un don :canto: ahora ámame por ser tu acosadora ('? e.e VOMITO ARCO IRIRS..
mariipiupiu1DLP_<3
Re: Cartas a un seductor enamorado (Ziam-Ziall) OS
Tan precioso!
Tenes que escribir mas, amo los os,
Son tan asjaskjakjhskjaskja, Intrigantes (?)
Me encaaanto. Ziam :3
Ziall vivira por siempre en el corazón de Zayn, lose.
Tenes que escribir mas, amo los os,
Son tan asjaskjakjhskjaskja, Intrigantes (?)
Me encaaanto. Ziam :3
Ziall vivira por siempre en el corazón de Zayn, lose.
Ninaa.forever.young
Re: Cartas a un seductor enamorado (Ziam-Ziall) OS
FER TE ODIO
NO ME PUEDES HACER ESTO
JUGAR CON MIS FEELS NO ES BUENO
sigh
ya, ya estoy mejor................................mentira :c
enamorada de tus letras por completo<3
esto fue tan...omg sin palabras.
aplausos a tu prima.
pero...
dime que habrá mas partes, por favor : ((
esto no puede quedar así(?)
omg muero de feels.
ya adiós.
omg. ily no es cierto lo del inicio(?? es que,...OMG.
Recuperate pronto bby.
te estaremos esperando :3
besos!<3
te quiere
kim
Kim.jonastylinson
Re: Cartas a un seductor enamorado (Ziam-Ziall) OS
Hellooo Fer!! :3 tanto tiempo :( te acuerdas de mi? Bueno, soy Ashlie, la escritora de: Las Reglas Para Decir: Te Amo. Y wano me encantó tu OS con tu prima claro, escriben hermoso los dos besos!!
Xx
Ash
Xx
Ash
Miracle.
Re: Cartas a un seductor enamorado (Ziam-Ziall) OS
Fer, quedamos que te diría así, pero la situación lo amerita, FERNANDO TE ODIO >.< you can't play with me like that >.<
Te prometo que pensé, pensaba, tuve la esperanza de que Liam le halla escrito las cartas, pero que en algún momento de todo eso, aparecería Niall y algo cambiaría todo... Nunca llego ese momento, es más me hiciste sufrir porque Niall se fue a Londres por el amor que sentía a Zayn y más aún cuando espere se queda con un amigo de él >.<
Me mataste, así de simple, pero no puedo decir que te odio, fue sólo algo momentáneo xd, la verdad es que los amo (tu y Melisa) por el OS increíble que escribieron
Saludos,
Frank
Te prometo que pensé, pensaba, tuve la esperanza de que Liam le halla escrito las cartas, pero que en algún momento de todo eso, aparecería Niall y algo cambiaría todo... Nunca llego ese momento, es más me hiciste sufrir porque Niall se fue a Londres por el amor que sentía a Zayn y más aún cuando espere se queda con un amigo de él >.<
Me mataste, así de simple, pero no puedo decir que te odio, fue sólo algo momentáneo xd, la verdad es que los amo (tu y Melisa) por el OS increíble que escribieron
Saludos,
Frank
Franckomunoz
Re: Cartas a un seductor enamorado (Ziam-Ziall) OS
Fer amé tu OS! :B Escribes tan bien :'3 pobre Niall le salio todo al revés. :c
Me gusta muy poco el Ziall o Niam!
Amo el Ziam :3 :3 :3
Eeem que mas puedo decirte? Nosé o.O no estoy muy inspirado, perdón :c :c
En fin, amé este OS y espero que te mejores pronto! :D
Me gusta muy poco el Ziall o Niam!
Amo el Ziam :3 :3 :3
Eeem que mas puedo decirte? Nosé o.O no estoy muy inspirado, perdón :c :c
En fin, amé este OS y espero que te mejores pronto! :D
-MM-MS-
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