Re: Un Amor Inocente (Zayn Malik & Tu)

por **Deni rt** Miér 31 Jul 2013, 1:29 pm

siguela tienes q hacerlo!!!

por **Yesie** Miér 31 Jul 2013, 6:59 pm

¡¡Hello, mis hermosas hermanas directioners!! ¿Como ha estado su dia?...¡Aqui les dejo su merecidoCap! xx

Capítulo 1

Segura en los dominios de Zayn, la pequeña Alexandra, de dos años y medio, dormía en sus brazos mientras él hacía planes de futuro. Alexandra heredaría todos sus bienes. Siempre y cuando arreglara el problema de su ex mujer y su hija, claro. Pensaba contarle a Alexandra cómo su familia había sido recompensada por su valentía y bravura con aquellas propiedades. Le enseñaría la colina en la que sus antepasados habían defendido al pueblo de los piratas sarracenos, allá por el siglo XVI. Y la playa en la que los barcos de los Malik habían celebrado una batalla decisiva, una playa que se había convertido en la maravillosa terraza de su casa. Y luego le diría que esas tierras serían suyas: desde la playa hasta las montañas, todas las fértiles llanuras.
Lexi murmuró algo en sueños y Zayn bajó la vista, acariciando sus rizos rubios y recordando haber acariciado de igual modo los cabellos de *__. Pero la dulce imagen de ella se desvaneció, ante el recuerdo de una *__ de aspecto lamentable, dos años atrás cuando fue a visitarla a la prisión. Aquella imagen lo incomodó. Había estado a punto de ceder, ante el alarmante deterioro físico y la angustia de *__.
No obstante *__ no había mostrado arrepentimiento alguno, y los hechos no podían ser ignorados. El bienestar de Lexi estaba en peligro. Su deber era proteger a la hija de su hermano. Lexi abrió los ojos, de un azul idéntico al de su madre. Zayn sonrió. Nunca había querido tener hijos, pero había aceptado a aquella niña, sin embargo, encantado.
—Mamá —gimoteó Lexi.
—Tranquila, soy yo. Estoy aquí, duérmete —la calmó Zayn abrazándola fuertemente.
No estaba del todo despierta, solo soñaba. Podía dormir aún unos veinte minutos más. A su tierna edad, era imposible que recordara a una madre a la que apenas había conocido. Alexandra se acurrucó y volvió a dormir, pero Zayn se sintió inquieto. Después, cuando comprendió que por fin estaba tranquila, se dirigió a su despacho con ella en brazos, la dejó con cuidado sobre el sofá y la protegió con una barricada de cojines.
La casa estaba en silencio. Marina, que seguía compartiéndola con él, insistía en que todo el mundo se echara la siesta. Y era un descanso. Zayn paseó arriba y abajo, pensando. El momento que más temía en su vida estaba a punto de llegar. Lexi comenzaría pronto a hacer preguntas. Preguntas sobre su madre. Y él aún no sabía qué responder.
La vista se le fue involuntariamente al cajón cerrado de su mesa. Algo, una fuerza interior, lo arrastró allí. Sus dedos lo abrieron impacientes, sacando una cinta de vídeo y metiéndola en el reproductor. Zayn miró de reojo a Lexi, que seguía dormida, y se sentó en el sillón a ver la cinta.
Un suspiro escapó de sus labios. No recordaba que *__ fuera tan bella. En las imágenes, tenía aún veinte años. Era estudiante de económicas, mientras él hacía un curso de postgraduado. Su rostro y su cuerpo iluminaban la pantalla con su asombroso sentido lúdico de la vida, bailando y riendo en una parodia de la danza de los siete velos. Todos los poros de su cuerpo exhalaban erotismo, excitándolo. *__ rió y dio unas cuantas volteretas, arruinando todo el efecto.
— ¡Mamá!
— ¡Lex!
Zayn se volvió bruscamente. Alexandra se había sentado y observaba la televisión con avidez. Era imposible que supiera lo que estaba diciendo. Zayn se maldijo a sí mismo en silencio, por su imprudencia, y apagó el vídeo. Lexi trepó por los cojines y corrió a su lado. Y, antes de que pudiera darse cuenta, alcanzó el mando a distancia y encendió el vídeo de nuevo.
—Mamá —repitió con firmeza, cuando él volvió a apagarlo una segunda vez.
Tenía que ser una coincidencia. Lexi no hacía más que imitar a la hija de Marina, que siempre gritaba llamando a su madre. El día anterior, precisamente, Lexi había llamado mamá a Marina, quien enseguida la había corregido. Pero ella había seguido llamándola así una y otra vez, hasta exasperarla. Zayn sonrió, recordando cuánto se había divertido observando a su querida sobrinita. Lexi era cabezota, tan cabezota y decidida como un Malik. En ese instante mismo, se agarraba a su cuello implorándole que la dejara verlo.
—Lexi quiere ver.
Zayn lo consideró. La ternura de la niña lo derretía. El daño, si es que ver el vídeo era dañino, ya estaba hecho.
—Está bien.
—Muchas gracias —dijo la niña, muy educadamente.
—Picaruela —murmuró Zayn abrazándola. Lexi disfrutó de la película. Como siempre, *__ iba demasiado lejos, se precipitaba, dando una voltereta tras otra riendo, con los ojos encendidos—. Se acabó —anunció Zayn, recordando lo que había ocurrido a continuación.
Él había atraído a *__ a sus brazos y la había besado. Lo recordaba muy bien. Siete años después, aún podía oler su fragancia y sentir la indescriptible suavidad y calor de su respuesta.
Zayn giró a Lexi en sus brazos y sugirió que fueran a nadar. Era una suerte que la niña no hubiera hecho preguntas. Aún tenía que decidir cómo abordar el tema de *__. ¿Le diría alguna vez la verdad sobre su madre encarcelada, o le contaría una versión suavizada?, ¿le contaría algún día quién era la mujer del vídeo? Si lo hacía, Lexi se sentiría cautivada por ella, desearía inmediatamente conocerla. Y él quería mantenerlas separadas. Cuanto más tiempo, mejor.
Zayn sintió un escalofrío. *__ saldría de la cárcel en un par de años. Y entonces Lexi no volvería a estar segura. Zayn la observó tratando de ponerse un bañador. Atento siempre, se acercó a hacerle una coleta. La adoraba. Lexi lo había conquistado desde el primer día, lo era todo para él. La vida sin ella se le hacía insoportable. Zayn rezó una plegaria en silencio. *__ jamás volvería a tener a su hija. No mientras le quedara aliento.
—Y… señora Malik —murmuró el oficial de Aduana—, ¿qué planes tiene, ahora que ha llegado a Zakynthos?
*__ trató de mantener la calma, a pesar del nerviosismo. Tenía dos años de práctica en el ejercicio del autodominio. Entrar en la isla era mucho más importante que muchas de las cosas por las que había rogado en silencio a Dios, durante su estancia en prisión. Por eso sonrió, y contestó:
—Pues muy sencillo, voy a ponerme morena —dijo señalando la crema bronceadora, en la maleta abierta y revuelta.
— Comprendo. ¿Y… dónde va a alojarse? —Preguntó el oficial de Aduana leyendo una hoja de papel que parecía contener una lista de nombres—. ¿En qué hotel?
— ¡Hotel!, ¡qué más quisiera! Buscaré algo barato. Un amigo me ha dicho que es fácil encontrar habitación. ¿Puede usted recomendarme alguna?
—Su apellido es griego —continuó el oficial, sin hacer caso.
Sí, *__ estaba preparada para contestar a esa pregunta. Sonrió, asintió y dijo:
—Mi marido era griego… murió en Inglaterra, hace dos años.
— ¿Tiene familia aquí?
*__ se puso tensa. El abogado le había dicho que había muchos Malik en la isla, que su llegada no despertaría sospechas. Quizá aquel hombre simplemente estuviera aburrido.
—Mi marido trabajaba y vivía en Inglaterra, pero su familia, esté donde esté, se opuso a nuestro matrimonio. No vinieron a la boda. Pero, ¿qué es esto? Todo está en orden, ¿verdad? Lo único que quiero es tomarme unas vacaciones al sol. Acaban de operarme. Necesito descansar, necesito paz.
—Ah, por eso lleva tantas medicinas.
*__ observó al oficial leer con curiosidad las etiquetas de las medicinas. No eran más que unas píldoras homeopáticas para el cansancio. Su sentencia había sido reducida precisamente a raíz de la enfermedad, por pura compasión. Y eso tenía que agradecérselo a su abogado. *__ miró el reloj y se mordió el labio. Debía estar esperándola fuera, preguntándose por qué tardaba tanto…
— ¿La espera alguien?
—No, jamás había estado aquí —parpadeó *__, ante la sagacidad del oficial.
—Pero ha mirado el reloj.
—Sí, necesito comer a intervalos regulares, y tomar mis píldoras. Con la diferencia de horarios, no quería hacerme un lío. Tengo que sentarme —añadió pasándose una mano por la frente. Sin decir nada más ni pedir permiso, *__ se acercó a un banco que había contra la pared y se dejó caer en él—. No comprendo qué ocurre, estoy segura de que no soy la única persona que llega aquí sin tener una habitación de hotel reservada. No llevo drogas, ni apenas ropa. No hay nada ilegal. Simplemente soy una turista, que desea ir a la playa.
—Comprendo. ¿Quiere esperar un momento, por favor? —pidió el oficial, con mucha educación.
*__ esperó pacientemente. Una hora. Dos. Exhausta, se acurrucó sobre el banco y se quedó dormida.
— ¿Señora Malik? —La llamó el oficial de Aduana sacudiéndola por el hombro—. Puede usted marcharse. Que disfrute de sus vacaciones.
— ¡Ya era hora! —contestó *__ despertando aliviada—. ¡Vaya bienvenida!
El oficial la saludó, y *__ recogió su maleta y salió a la calle. No podía creerlo, por fin había llegado a Grecia. Lexi estaba cerca. Pronto abrazaría a su hija. No podía dejar de pensar en el instante en el que Lexi la llamara mamá.

De vuelta en la oficina, el oficial de Aduana marcó un teléfono.
— Ahora mismo se marcha.
Zayn le dio las gracias, se guardó el móvil en el bolsillo y esperó a la sombra de unos pinos frente al aeropuerto. La primera conversación telefónica, unas dos horas antes, lo había pillado por sorpresa. Por un momento había creído que se trataba de un error, pero la descripción del oficial era correcta. Si se trataba de *__, posiblemente aquella llamada impediría el secuestro de Lexi.
Zayn se metió las manos en los bolsillos tratando de controlar el miedo. El bienestar de una niña pequeña dependía de su habilidad para manejar la situación. Apenas había tenido tiempo de pensar qué hacer, pero no podía cometer un solo error. Zayn observó la puerta alerta. Era *__. Igual que una mariposa, respiraba hondo y caminaba con la cabeza alta, absorbiendo la luz y el calor del sol. Todo su cuerpo exhalaba felicidad.
—Te equivocas —murmuró Zayn.
Si creía que era libre de llevarse a su hija estaba muy equivocada. La vigilaría paso a paso. Por astuta y vengativa que fuera, por muchos problemas que quisiera causarle, estaban en su terreno. Zayn contaba con muchas personas dispuestas a ayudarlo. ¿Cómo se le ocurría arrancar a una niña pequeña del único hogar que conocía? Su abogado, Liam Sefton, le había sugerido que ocurriría cualquier día, pero Zayn no podía creer que *__ fuera capaz de ignorar por completo las necesidades e inquietudes de una niña pequeña. *___ caminaba como si supiera perfectamente a dónde iba. Interesante. *__ guardó las distancias. Ella pasó por delante de una parada de taxis. Los taxistas se quedaron mirándola, pero ella no hizo caso.
—Poli oroya —murmuraban, buscando el acuerdo entre ellos.
Sí, *__ era increíblemente atractiva, reconoció Zayn. La cárcel no parecía haberla desmejorado, al final. Sencillamente, *__ había recuperado toda su belleza. Sus atléticas y largas piernas caminaban con seguridad. Zayn no podía dejar de observar el movimiento de sus caderas.
—Olvídalo, guarda tu castidad —musitó entre dientes, sorprendido de su propia excitación.
Pero no podía olvidarlo. *__ había ganado peso, pero seguía más delgada que de joven. Para Zayn, su silueta resultaba más espectacular que nunca pechos generosos, torso delgado, cintura diminuta, seductoras caderas. Llevaba un vestido del mismo tono azul de sus ojos, y sus cabellos rubios caían sobre los hombros espesos y revueltos. Las faldas revoloteaban alrededor de sus muslos, firmes y bien formados.
*__ se detuvo y miró a su alrededor. Evidentemente, esperaba a alguien. Zayn, desgarrado entre el desprecio y el deseo, se permitió fantasear durante un rato. Ojalá no lo hubiera hecho. Su cuerpo y su libido parecían dispuestos a recuperar el tiempo perdido. Enseguida llegó un coche, que se detuvo junto a ella. Y de él salió un hombre. *__ abrió los brazos dándole la bienvenida, su rostro era una pura sonrisa.
Harry Styles, su abogado. Zayn lo conocía bien, tras las largas discusiones mantenidas con él por espacio de dos años a propósito de la custodia de Lexi. Pero aquella no era una forma correcta de saludarse abogado y clienta. Demasiado abrazo, demasiada alegría. Llevado por una repentina ira, Zayn se dirigió hacia ellos nada más ver cómo el abogado alargaba impúdicamente una mano hacia el trasero de *__.
— ¡Vaya, así que ahora dejan entrar a pájaros enjaulados en mi tierra!
— ¡Tú! —exclamó *__.
— Sí, yo. Vivo aquí —contestó Zayn mirándola de arriba abajo—. ¿Qué excusa tienes tú?
*__ se contuvo. ¿Qué excusa iba a tener? Su hija, por supuesto. Sin embargo, ejercitando de nuevo un dominio de sí largamente aprendido, contestó:
— He venido a arreglar el tema de las visitas a mi hija.
La custodia quedaba fuera de discusión. Harry había luchado por ella desde el momento en que la mandaron a prisión, pero había sido inútil. En cambio las visitas estaban permitidas. *__, no obstante, planeaba llevarse a la niña de la isla en cuanto se familiarizara con ella.
—Iba a llamarte, pero primero quería hablar con *__ —se excusó Harry dirigiéndose a Zayn.
— ¿En serio? Dispongo de media hora —contestó Zayn hablando para *__—. Si quieres, lo discutimos. Pero sin tu novio.
—Conoces a Harry de sobra, sabes perfectamente que es mi abogado —contestó *__ irritada.
—Sí, pero espera ser algo más —murmuró Zayn.
— ¡No seas ridículo! —protestó *__ indignada. —Pregúntale a él.
—La relación que mantenemos mi cliente y yo es asunto nuestro —intervino Harry pomposamente.
*__ levantó la vista a la defensiva. De pronto, miró a Harry con otros ojos. ¿Tendría Zayn razón? Por supuesto que no. A Zayn le convenía enemistarlos, causarle problemas.
—Harry lleva mucho tiempo trabajando en mi caso. Es un buen hombre, y vale mil veces más que tú —declaró *__ con firmeza—. Sin él, no sé qué habría hecho. Estaba sola. Él siempre me ha apoyado. Ha estado a mi lado en los peores momentos, animándome cuando estaba desesperada. Y jamás ha dejado de luchar por mí.
— ¡Qué gran dedicación! Pero supongo que le pagarás bien, ¿no? —preguntó Zayn sarcástico, amenazador.
Harry pareció echarse atrás. Eso incomodó a *__. Necesitaba que su abogado tuviera el valor de enfrentarse a Zayn.
—Eso no es asunto tuyo —contestó *__, pensando que vender su casa para pagarle había merecido la pena—. Aquí hace demasiado sol para mí, ¿podemos ir a un sitio a la sombra, o prefieres que vayamos a tu casa?
Zayn la observó unos segundos. *__ se había mostrado directa y segura en un primer momento, pero los ojos de Zayn parecían derretirla lentamente. Una sedosa sensación acariciaba todo su cuerpo, relajando sus músculos y ablandando su cerebro. Era el calor, pensó.
—Hablaré contigo y solo contigo —afirmó Zayn—. O eso, o nada.
— ¡Eso no es correcto, Dulce! —protestó Harry.
— ¿Y qué importa? —Preguntó ella mirando a Harry y sonriendo, consciente de que su relación con él molestaba a Zayn—. Es lo que queremos, no puede causarme ningún daño. Ya nos veremos luego —añadió *__, poniendo una mano sobre el hombro de Harry, que parecía dudar, y besando su mejilla—. Tengo tu número de teléfono. He de hablar con Zayn, si quiero ver a Lexi antes de… antes de volver a Inglaterra —añadió mirando a su abogado con una sonrisa cómplice.
—No me gusta. No tomes ninguna decisión, no debes llegar a ningún acuerdo con él. Recuerda nuestros planes —advirtió Harry.
—Por supuesto, me limitaré a…
— ¿Podemos marcharnos? —la interrumpió Zayn impaciente.
— ¡Qué prisas! —sonrió *__—. Hasta la vista, Harry.
Zayn abrió la puerta del coche de Harry de mal humor. *__ permaneció inmutable. El abogado se marchó, y *__ se quedó pensando en que las cosas estaban saliendo mejor de lo que esperaba. Zayn era tan intransigente que ni siquiera soñaba se dignara hablar con ella. Por eso ella y Harry habían planeado acudir a los Tribunales, resignándose a comenzar una batalla legal. En previsión de ello, Harry había llevado a Grecia unas cuantas maletas con juguetes y ropa para Lexi y para ella, aparte del dinero restante de la venta de la casa de *__. Incapaz de ocultar su alegría por el hecho de que Zayn accediera a hablar con ella,*__ se volvió y dijo:
—Te agradezco mucho que me dediques tu tiempo, Zayn. ¿Qué tal está?
—Muy bien —contestó él seco.
— ¿Feliz?
—Estoy delirante de alegría —se burló Zayn, serio.
—Me pregunto si… si llevas alguna foto de ella —añadió *__ anhelante, deseosa de mostrarle cuánto le preocupaba su hija.
Los Tribunales no podrían impedirle visitarla, por mucho que no le concedieran la custodia, y también verían cuánta era su ansia por verla. *__ contuvo el aliento. Zayn se metió una mano en el bolsillo de la chaqueta. Las manos de *__ temblaban, contemplando una fotografía tras otra. Era la primera vez que la veía en el plazo de dos años. Lexi parecía una niña feliz, reía. Había tantas fotos de ella que *__ incluso se extrañó. Zayn debía adorar a su sobrina pero, ¿y Lexi?, ¿lo quería ella? Zayn sintió un dolor atenazarla. Quizá estuviera a punto de cometer un error. Levantó la vista con los ojos llenos de lágrimas y escuchó a Zayn decir:
—Sí, *__, es una niña feliz. ¿Por qué inquietarla?
*___ no supo qué responder. Sentía un nudo en el estómago. Sus planes, cuidadosamente trazados, comenzaron a tambalearse. Harry siempre había insistido en que Zayn hablaba de su hija como si se tratara de una carga. Jamás con amor. Y en la prisión, así era exactamente como le había hablado a ella. Por eso había creído siempre que el interés de Zayn por su hija era nulo. Por supuesto, su propia hija era la favorita. Lexi no podía sino ocupar un segundo puesto.
Sin embargo en ese instante todo parecía al revés. Zayn llevaba encima casi un álbum completo de su hija, todas las fotos eran de Lexi. *__ se llevó la mano a la herida del pecho. Algo brillaba en los ojos de Zayn… ¿la sensación de triunfo, quizá?
—Vuelve a casa —murmuró él—. Ahórrate el sufrimiento. Y ahórraselo a Lexi. Piensa en sus sentimientos, si apareces de pronto en escena. En el shock…
Zayn hablaba con confianza, parecía plenamente convencido de que ella cedería. Pero Harry no podía haber mentido, siempre había mirado por sus intereses. En cambio Zayn habría estado dispuesto a cualquier cosa con tal de disuadirla. ¿Quién de los dos decía la verdad?, ¿cómo saber qué era lo mejor para su hija? De intuir mínimamente que iba a causarle algún daño a Lexi, *__ habría estado dispuesta a abandonar sus planes de secuestro. Quizá aquel viaje a Grecia hubiera sido inútil.

:happuy: :bye:

por **Deni rt** Miér 31 Jul 2013, 10:01 pm

síguela anda un capi mas síguela!!

por Invitado Jue 01 Ago 2013, 7:11 am

OMG! Yesie debes seguirla yaaaaaaa!!!

la amo ;) <3

Agggh... Zayn es un hdp maldito :/ por que la odia? LO ODIO YO A EL!!! ;( :(

espero que rayis recupera a lexi :3 ella es inocente!!!!!!!!!

Besos y espero capi pronto <3 xoxo

por **maiira1D** Jue 01 Ago 2013, 11:11 am

siguelaaaaaaaaaaaaa
new reader
besos

por **Yesie** Jue 01 Ago 2013, 6:02 pm

Deni rt escribió:síguela anda un capi mas síguela!!

Hola, Deni... :D
...Enseguida la sigo, calma, chica! :omg:

xx
:happuy: :bye:

por **Yesie** Jue 01 Ago 2013, 6:08 pm

Antonella escribió:
OMG! Yesie debes seguirla yaaaaaaa!!!
la amo ;) <3
Agggh... Zayn es un hdp maldito :/ por que la odia? LO ODIO YO A EL!!! ;( :(
espero que rayis recupera a lexi :3 ella es inocente!!!!!!!!!
Besos y espero capi pronto <3 xoxo

¡¡Hola, Antonella!! :D
No te preocupes ahorita la sigo... Bueno, mas adelante veremos si todo se soluciona, si rayis logra recuperar a su baby... :wut: ...& todo eso...
¡¡Enseguida la sigo Antonella!! :corre:

xx
:happuy: :bye:

por **Yesie** Jue 01 Ago 2013, 6:11 pm

maiira1D escribió:siguelaaaaaaaaaaaaa
new reader
besos

¡¡BIENVENIDA!!
Hola, Maiira. :D ¡Es un gustazo tenerte como lectora! :corre: :ilusion:
Enseguida estoy subiiendo capitulo!

xx
:happuy: :bye:

por **Yesie** Jue 01 Ago 2013, 6:14 pm

¡Espero que les guste chicas! xx

Capítulo 2

Tenía que averiguar la verdad. No podía confiar en Zayn. *__ levantó la cabeza y preguntó:
— ¿Tienes alguna otra foto de ella?, ¿podría verla?
— No, ya las has visto todas. Esas son las únicas que llevo encima.
— Todas de Lexi.
— Sí, de mi adorada sobrina —comentó él con sorprendente sinceridad, lleno de afecto.
— ¡Qué extraño! —Exclamó *__ a punto de abofetearlo, viendo confirmada su teoría—. ¡Un padre que lleva encima una docena de fotos de su sobrina, y ninguna de su propia hija! —Sonrió, observando la sorpresa de Zayn—. ¿Por qué será?
— ¿Y por qué va a ser?
— Para engañarme. Creo que sabías que estaría aquí, así que recogiste a propósito unas cuantas fotos de mi hija para enseñármelas…
— ¿Cómo gesto de amabilidad hacia ti? —preguntó Zayn con el ceño fruncido.
— No lo creo, dadas las circunstancias —replicó *__ desafiante—. Acabas de dejar bien claro que no quieres que vea a mi hija, pero entonces, ¿para qué abrirme el apetito con esas fotos?, ¿para hacerme rabiar? No lo creo. No creo que te convenga estimular mis deseos de verla.
— ¿Y qué te parece si lo hubiera hecho por orgullo, para demostrarte lo bien cuidada que está?
— ¡No me engañas, Zayn! John me ha contado lo indiferente que te resulta Lexi.
— John te lo ha contado, ¿eh?
— Sí, y me desgarró el corazón saber que era tan poco querida.
— Ella es…
— Oh, claro, es una Malik, la hija de tu hermano. Pero tú no la quieres. Tengo la impresión de que es una carga para ti. ¡Mi hija! Eso es lo que más me duele. Está contigo por tu odioso orgullo, porque crees que tú eres mejor que yo…
—Eso último, desde luego, es cierto.
— ¡Eso ya lo veremos! Lexi me necesita. He venido a traerle amor a mi hija —afirmó *__.
— Lo único que vas a traerle es confusión.
— No, no es cierto —insistió *__ acaloradamente—. No puedo creer que hayas estado a punto de engañarme. ¿Cómo he podido ser tan estúpida, como para dudar de mi propio instinto? Has recogido esas fotos a propósito, cínicamente, para darme a entender que Lexi es la persona más importante de tu vida…
— ¡Y lo es! —declaró Zayn furioso.
— ¡Cuéntame otra! —Respondió *___ con la cabeza bien alta—. Es de sentido común que tu mujer y tu hija son más importantes para ti que ella. Te he pillado, ¿verdad? Eres despreciable, Zayn. No entiendo cómo puedes tratar de evitar siquiera que Lexi vea a la única persona que la quiere de verdad. Sé que has cuidado de ella porque no te quedaba más remedio, y pienso demostrarlo ante los Tribunales. ¡No puedo creer que hayas montado esta farsa!
— Te equivocas con respecto a mis sentimientos hacia Lexi —afirmó Zayn apasionadamente—. Y te aconsejo que tengas más cuidado cuando escuches a Styles. Él tiene sus propios motivos…
— ¡Sí, le importo!
— ¿Quién le importa, realmente? Piensa con un poco de detenimiento en las cosas que dice.
— Me dijo que eras astuto, y tenía razón —respondió *__—. No ha sido ninguna coincidencia, que nos encontráramos aquí, ¿verdad? Supongo que te llamaron de la oficina de inmigración, por eso tuve que esperar horas, mientras tú buscabas las fotos por casa.
— Niall me llamó por teléfono, es cierto —admitió Zayn—. Somos amigos, salimos juntos a pescar. Sospechó que eras la mujer de Liam, y me avisó. Pero yo siempre llevo estas fotos encima. No esperaba que aparecieras hasta dentro de dos años, al menos —sonrió Zayn—. ¿Es que te has fugado?
—Por supuesto que no, me soltaron hace seis meses.
— ¡Seis meses! —Exclamó Zayn exagerando la sorpresa—. ¡Y estabas tan desesperada por ver a tu hija que corriste a venir aquí!
— He estado enferma, esa es la razón por la que me redujeron la sentencia.
— Pues te has recuperado muy bien —observó Zayn sarcástico.
— ¡Sí, he comido bien, he llevado una vida sana y tengo la conciencia limpia!
— De todo eso, solo creo una cosa.
*__ no podía seguir luchando, estaba exhausta. La ansiedad, la ira, no eran buenas para su salud, tenía que evitarlas. Pero por desgracia Zayn le hacía hervir la sangre. ¿Qué había sido de su autocontrol, después de tanto entrenamiento? Una sola palabra de Zayn bastaba para echarlo a perder.
— Así no vamos a ninguna parte, tenemos que llegar a algún acuerdo —comentó *__ con más calma—. Además, preferiría que nos sentáramos a hablar a la sombra. No me he recuperado del todo, y este sol me sienta mal. Quizá podamos ir a una taberna.
— Mi coche está allí —señaló Zayn—, así que si insistes en perder el tiempo…
— Reunirme con mi hija no es perder el tiempo.
— ¿Vas a quedarte en Grecia mucho tiempo? —preguntó él caminando, mirándola por encima del hombro.
— El que haga falta.
— Entonces será mejor que te busques una casa en la que envejecer.
— ¡Lo olvidaba! —Exclamó *__—. Ya tengo una. Casa, quiero decir.
— ¿Dónde?
— Ese es el problema, que no lo sé. Harry debía haberme dado la dirección antes de marcharse. Me buscó una habitación barata aquí, en la ciudad.
— Él siempre se hospeda en el Hotel Zantos —comentó Zayn seco—. Cinco estrellas, dos piscinas, sauna…
*__ no lo escuchaba. Estaba tan débil y cansada que apenas podía tenerse en pie. No se había recuperado lo suficiente como para hacer ese viaje y presentar esa batalla. Estaba muerta, y ni siquiera tenía a dónde ir.
— Tengo que llamarlo —suspiró, cerrando los ojos—. ¿Tienes un teléfono, por favor, Zayn?
—Crucemos a la sombra de esos árboles —sugirió Zayn escrutando su rostro.
Débil, a punto de desfallecer, *__ permitió que Zayn pusiera una mano en su espalda. Aquel contacto la quemaba. De pronto tropezó, confusa, y él deslizó el brazo con más seguridad para agarrarla por la cintura. *__ se sintió reconfortada instantáneamente. Zayn era su adversario, y sin embargo se derretía con su contacto. Lo cierto era que hacía mucho tiempo que ningún hombre la sostenía tan cerca, hacía años que no se sentía segura en brazos de nadie.
La última vez que había estado con él había sido cuando ambos se despidieron, antes del compromiso de Zayn con Marina. Lo recordaba muy bien. Recordaba sus besos, sus caricias, su amor.*__ hizo una mueca. La seguridad que él le inspiraba era falsa. Zayn la habría arrojado a los leones, de haberlos tenido cerca.
— ¿Te encuentras bien? —preguntó él en voz baja, al llegar al otro lado de la calle, inclinando la cabeza hacia ella.
Los mechones de su pelo revolotearon con el aliento de Zayn. Algo cálido y tenso parecía agarrotarla, despertar sus sentidos. Zayn soltó de pronto la maleta y se volvió hacia ella con sorprendente ternura. *___ cerró los ojos. El aliento de Zayn era cálido, sobre sus labios. Se sentía como una marioneta en sus brazos, demasiado cansada como para resistirse. Aquello la asustaba y la maravillaba al mismo tiempo. Tenía que alejarse. Cuanto antes.
— No… no me encuentro bien —tartamudeó abriendo ligeramente los ojos.
— En ese caso olvídate de la taberna y de la habitación barata, tendrás algo mejor.
— Solo quiero hablar con Harry —contestó ella atemorizada.
— Conmovedor, pero te las arreglarás mejor conmigo —contestó Zayn empujándola suavemente para que subiera al coche—. Relájate. Tienes los músculos agarrotados. ¿Qué es lo que te preocupa? Te aseguro que no voy a secuestrarte.
— Con un secuestro te basta, ¿no?
— Sí, es más que suficiente.
Zayn se inclinó sobre ella para abrocharle el cinturón de seguridad. *__ contuvo el aliento observando sus preciosos rasgos, a solo unos centímetros de distancia. Incapaz de contenerse, inhaló su fragancia. Se sentía demasiado débil como para protestar, demasiado nerviosa y cansada por el viaje, por la excitación emocional, como para decirle que podía abrocharse el cinturón ella sola. Atemorizada, volvió la vista hacia la ventana. Demasiados recuerdos, se dijo. Su mente y su cuerpo le tendían una trampa, recordando la pasión compartida. Zayn estaba casado, debía mantener las distancias.
— ¡Mi maleta! —Exclamó *__ viéndola de pronto abandonada en la acera—. ¡Me la robarán!
— Tu maleta está a salvo. En esta isla la gente es honrada.
*__ hizo una mueca ante la crueldad de sus palabras. Zayn le cerró la puerta. Ella lo observó recoger la maleta. Debía recuperarse por completo. Durante los próximos días, necesitaría todas sus energías. Tal y como se presentaban las cosas, era muy probable que tuviera que recurrir a los Tribunales para tener acceso a su hija. Y después, si lo conseguía, necesitaría todo su entusiasmo para responder a las necesidades de una niña pequeña. *__ suspiró pesadamente. Había pensado alquilar un coche y llevar a su hija a la playa. Podrían hacer castillos de arena, jugar en el agua. Por mucho que le costara, planeaba entablar con ella una relación de amor profunda e intensa. Sabía que podía hacerlo. La larga separación no había borrado su amor por Lexi. Y la enfermedad no había servido sino para que *__ se diera cuenta de que solo una cosa importaba en el mundo: su hija. Tenía que enseñarle lo que significaba ser amada.
*__ se reclinó sobre el asiento. Había mucho que hacer, antes de ver a su hija sana y salva en Inglaterra. El viaje con Harry y Lexi sería agotador: en barco por la cadena de islas, el desembarco después, en secreto, en la costa continental de Grecia, y de ahí, en coche, atravesando toda Europa. Ella se centraría en Lexi, jugaría con ella todo el tiempo para que la travesía le resultara entretenida. Harry y *__ habían trazado la ruta en Inglaterra, y desde allí todo parecía fácil. El había buscado carreteras poco transitadas en el mapa. Pero de pronto, si apenas tenía fuerzas… Zayn se sentó al volante. *__ se pasó una mano por la frente. Sus dudas se multiplicaban.
—Tienes aspecto de cansada, no creo que te siente muy bien una habitación barata —comentó él.
—Sí, preferiría un hotel de lujo, pero está fuera de mi alcance —replicó *__.
—Espera y verás. Si no te gusta el lugar al que te llevo, llamaré a tu abogado y él te llevará a tu habitación mugrienta.
—Acepto la oferta.
—Y ahora descansa, por el amor de Dios. Duérmete. Te despertaré cuando lleguemos.
*__ intentó por todos los medios desobedecer, pero sus párpados se cerraban pesadamente. Ante ella, la imagen de Zayn con su perfil griego clásico y el escote de la camisa sensualmente abierta resultaban peligrosamente atractiva. ¿Por qué se mostraba tan amable y considerado? Seguro que se hubiera reído, viéndola en una habitación mugrienta y barata. *__ se devanó los sesos preguntándose por qué se molestaba en buscarle acomodo. Y solo llegó a una conclusión: le convenía. Por qué razón, no habría sabido decirlo. Por eso debía rechazar su oferta, se dijo adormecida. Lexi estaba muy cerca. Casi al alcance de su mano. *__ suspiró contenta y se llevó un dedo a la cicatriz del pecho.
*__ sacudió la cabeza intentando despejarse. Todo iría bien, mientras recordara que el alma de *__ solo albergaba deseos de venganza. Ella haría cualquier cosa con tal de hacerle daño. Y Lexi era el arma que había elegido para ello. Zayn sabía que no podía mantener separadas a madre e hija por mucho tiempo. Antes o después, los Tribunales considerarían la petición de *__ y le permitirían verla. Su única esperanza era convencerlos de que no era una persona socialmente reformada.
Zayn la miró y volvió la vista furioso a la carretera, tratando de olvidar la imagen de su pecho subiendo y bajando, respirando. Ardía en deseos de poseerla. Pero eso estaba más allá de toda discusión. Tenía que centrarse en el problema. *__ vería a Lexi y, antes o después, trataría de secuestrarla. Solo de pensar en su adorable sobrina, arrastrada por toda Europa con dos extraños, se ponía furioso. Harry era un desgraciado. No confiaba en absoluto en él. Tenía que conseguir alejar a *__ de allí. Y para ello, tenía que asegurarse de que *__ no se acercaba a su hija y de que, si se acercaba, Lexi no sufría ningún daño.

El pulso se le aceleró. Una idea surgía en su mente: un plan con el que mataría dos pájaros de un tiro. Él también tenía un arma: el sexo.

por Invitado Vie 02 Ago 2013, 2:03 am

OMG! Yesie ameee el capítulo!

Pobre rayis que tiene? por que esta enferma? :(

Y zayn ashhh... estúpido solo piensa en él!

debería confiar en la rayis >/

Siguelaaa amore!!!

besos

tu fiel lectora Anto <3 xoxo

por **maiira1D** Vie 02 Ago 2013, 10:26 am

siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
omg!:gasp:

por **Yesie** Vie 02 Ago 2013, 1:05 pm

Antonella escribió:
OMG! Yesie ameee el capítulo!
Pobre rayis que tiene? por que esta enferma? :(
Y zayn ashhh... estúpido solo piensa en él!
debería confiar en la rayis >/
Siguelaaa amore!!!
besos
tu fiel lectora Anto <3 xoxo

¡¡Hoolaa Antonella!!
Que bueno que has amado el cap! :ilusion:
Me acompañas para golpearlo, darle una tunda... para que se le quite lo estupido?
Hhaahahah... XD*.. bromis...
Enseguida la sigo amore... :D

xx
:happuy: :bye:

por **Yesie** Vie 02 Ago 2013, 1:06 pm

maiira1D escribió:siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
omg!:gasp:

¡¡Hola, Maiira!!
Enseguida la sigo!!...:wut:
Hahhahaha xD...

xx
:happuy: :bye:

por **Yesie** Vie 02 Ago 2013, 1:24 pm

Capítulo 3

— Es encantadora —comentó *__ deambulando por la elegante villa, magníficamente amueblada—, pero no puedo quedarme.
— Deja que te haga un té —gritó Zayn desde la cocina—. Te explicaré mi plan.
— ¡Té! —suspiró *__ seducida instantáneamente—. Bien, pero luego llamaré a Harry.
—Creo que por aquí hay guardado un pastel de chocolate —musitó Zayn inclinándose sobre los armarios.
— ¿Qué sitio es este? Dudo que pueda pagarlo —señaló *__ observando la porcelana china que lo decoraba—. ¡Zayn!, no será tu casa, ¿no?
—Es mía, pero no vivo aquí.
¿Qué significaba eso?, se preguntó *__ tomando asiento mientras él dejaba dos platos y un pastel en la mesa, frente a ellos, y se sentaba. Zayn parecía conocer aquella casa muy bien.
— Espero que no sea el apartamento secreto al que traes a tus amantes…
— ¿Mis amantes?
Era una locura, pero *__ tuvo la impresión de que Zayn pensaba en ella precisamente en esos términos. Quizá recordara lo bien que habían estado juntos… Sí, él se estaba acordando, se dijo muerta de pánico, observando alerta la cruda mirada de Zayn.
— ¡Zayn!… No sé por qué me has traído aquí, pero si es para… para…
— ¿Para qué? —sonrió él—. ¿Por qué no te relajas y te dejas llevar? Disfruta.
— ¿De qué…? —parpadeó ella.
— De la tarta. ¿De qué creías que estaba hablando?
*__ se ruborizó. Pero no estaba en un error. Sabía reconocer el deseo sexual, cuando lo veía. Y conociendo la arrogancia de Zayn, que se creía con derecho a disfrutar de cualquier mujer con solo chasquear los dedos… Y sobre todo de ella, a quien en el fondo despreciaba. Probablemente pensara que estaba sedienta de sexo, después de pasar una temporada a la sombra. Ya la había utilizado en una ocasión, por esa razón. *__ se sintió desilusionada. Por un momento había creído que Zayn simplemente quería mostrarse amable con ella, buscándole un lugar en el que alojarse. Pero lo que quería era volver a utilizarla.
— No tengo hambre —respondió seria.
— Pues yo sí.
— Entonces come, mientras tanto yo llamaré a Harry. ¿Dónde está el teléfono?
— Espera un momento —la detuvo él, tomándola del brazo—. No puedes desaprovechar una oportunidad así. Necesitas un sitio en el que alojarte, ¿no?
*__ se echó a temblar. La sensación que le producía aquel contacto era electrizante, las rodillas apenas la sujetaban. Se dejó caer de nuevo sobre la silla y gimió. Aterrada, se soltó de él. Conocía su juego. Y se resistiría.
—No, si es con condiciones. Prefiero una mugrienta habitación llena de ratas que un nidito de amor contigo.
—Este sitio jamás ha sido un nido de amor —contestó él en voz baja y profunda—. Es simplemente una de las villas que he mandado construir para veranear. Diversifico mis inversiones.
— ¿Con tanto lujo? —preguntó *__ suspicaz, poco convencida.
— Por supuesto.
— ¿Y los veraneantes?
— Aún no está terminada, nadie la ha usado —explicó Zayn.
— Excepto alguien a quien le gusta el té y el pastel de chocolate —musitó ella.
— Mi… diseñadora la ha utilizado como centro de operaciones.
— Ah, comprendo. Una mujer, claro. ¿Rubia y guapa, por casualidad?
— Sí, esa descripción encaja con ella —sonrió Zayn—. ¿Te molesta, *__?
— A quien debería molestarle es a tu mujer —señaló *__.
— Ex mujer.
— ¡Oh, no lo sabía…! —exclamó *__ sorprendida, recordando el fracaso de su propio matrimonio, del que solo le quedaban viejas heridas. De pronto *__ observó el dolor reflejado en los ojos de Zayn, y su rostro se dulcificó, compasivo—. Lo siento, Zayn, es…
— No quiero hablar de ello.
— No, claro… —contestó *__ sintiendo deseos de consolarlo, observándolo molesto, por el hecho de mostrar su propio dolor.
— Quédate —urgió Zayn.
Pero *__ no se atrevía. Él era un hombre libre, y peligroso. *__ levantó las manos en un gesto impotente, buscando un pretexto.
— No puedo defraudar a John, se ha tomado muchas molestias para…
— No tantas molestias, créeme —la interrumpió Zayn sarcástico.
— Le dije que lo llamaría…
— Pero este sitio es mucho más conveniente para ti que cualquier habitación de la ciudad, a veinte minutos en coche —razonó Zayn, tentador—. Estamos en mis propiedades, *__. Mi casa está al otro lado de ese campo de olivos.
*__ abrió los ojos enormemente, despertando de nuevo a la esperanza. ¿Qué estaba sugiriendo Zayn? Jamás la habría llevado tan cerca de su casa si no tuviera intención de dejarle ver a Lexi. ¿O se trataba de una broma cruel, para decepcionarla una vez más?
— Suena perfecto. ¿Por qué me has traído aquí, Zayn? —preguntó *__ suspicaz.
— Muy sencillo —sonrió Zayn—. He pensado que, ya que vas a quedarte en la isla, me conviene tenerte cerca para vigilarte.
— ¡Así que piensas espiarme!
— Pero tú no vas a hacer nada que no debas, ¿verdad? —preguntó Zayn esperando su respuesta. *__ calló—. La casa no te costará nada, y estarás cerca de tu hija. ¿Puedes permitirte el lujo de rechazar mi oferta?
— Depende de con quién tenga que compartirla.
— Con nadie. A menos que tú lo invites —contestó Zayn alargando una mano, tocando casi la de ella. *__ bajó la vista tensa, esperando el contacto—. Te gustaría estar cerca de Lexi, ¿verdad?
— Sí, pero…
— Iré por el té mientras lo piensas.
— Ya lo he pensado, no quiero que me espíes —declaró *__ suspicaz, ante tanta amabilidad, obedeciendo a su sentido común.
— Pero *__ —continuó Zayn volviendo con una tetera de porcelana y acercando su silla más a la de ella—, estás muy cansada. No te encuentras bien. No querrás deambular por toda la ciudad, buscando esa habitación que Sefton te ha prometido, ¿verdad?
— Así que vas a hacer de galante caballero, ¿es eso?
— En absoluto. Míralo desde mi punto de vista. Supón que te pones enferma en una habitación cualquiera, en la calle más sucia de Zante. ¿Qué pensaría la gente? Sería un escándalo, si se supiera tu relación conmigo.
— ¡Ah, tu reputación, claro!
— Por supuesto —confirmó Zayn inclinándose hacia ella—. Sería imperdonable que no le ofreciera hospitalidad a la mujer de mi hermano, sea lo que sea lo que piense de ella. Sea lo que sea lo que hiciera en el pasado.
— Eso tiene sentido —concluyó *__ tomando un trocito de pastel de chocolate, reflexiva—. No puedes consentir que los Tribunales piensen que actúas por venganza.
— ¿Los Tribunales? —repitió él, frunciendo el ceño y sonriendo—. Espero que lleguemos a un acuerdo sin necesidad de involucrar a los Tribunales.
— Pero antes solo te preocupaba el bienestar de Lexi, ¿qué te ha hecho cambiar de opinión? —preguntó *__ hirviendo de excitación, ocultando su emoción.
— Tú. He hecho todo cuanto estaba en mi mano para persuadirte, pero es evidente que estás decidida a ver a tu hija como sea. No puedo detenerte. Eres su madre. Si te prohíbo verla pondrás una queja ante los Tribunales, y la gente hablará…
— Tu reputación —repitió *__.
— Mi honor quedaría en tela de juicio, nadie creería que lo hago por el bien de Lexi. Este asunto no me gusta nada, *__, pero si hacemos las cosas con prudencia, con sensatez, no puedo negarme. No estaría bien.
— ¡Oh, Zayn! —exclamó *__ con ojos brillantes de esperanza.
— No creas que te vas a salir con la tuya en todo —afirmó Zayn—. Te concedo que la visites, pero yo diré cómo y cuándo, lo pactaremos juntos. Y sin abogados. Lexi es demasiado importante, no quiero verla inmersa en una tragedia, con los Tribunales. Quiero decidir qué será de ella. Así que lo haremos a mi modo, ¿de acuerdo?
*__ se quedó mirándolo. Apenas podía creer que Zayn reconociera su derecho a ver a su hija. Si podían hacerlo amistosamente, sin Tribunales, ahorraría tiempo y dinero. Podría ver a Lexi, con la bendición de Zayn, y su hija estaría de vuelta en Inglaterra antes de lo que nunca hubiera imaginado.
— Gracias, estoy de acuerdo. Yo tampoco quiero verla inmersa en una tragedia. Simplemente quiero verla, Zayn.
— Entonces te quedarás en esta casa.
— Sí, sí.
*__ reía y lloraba al mismo tiempo. Zayn no sabía qué hacer. Era evidente que ella trataba de dominarse, pero no lo lograba. Y Zayn sentía una extraordinaria compasión por ella. Pero lo más seguro era que simplemente estuviera cansada, se dijo. Y debía aprovechar la oportunidad. Le había concedido más de lo que estaba dispuesto a dar. Pero la tenía en su terreno, bajo su vigilante mirada, sujeta a sus exigencias. Y todo podría haber salido mucho peor, pensó. De haberse dejado guiar por los consejos de Harry, *__ habría acudido a los Tribunales y quizá hubiera ganado. Y entonces, en cuanto viera a Lexi, le habría dicho quién era. Y eso no le gustaba nada.
Zayn se inclinó sobre ella y le enjugó las lágrimas, tratando de hacer caso omiso de la expresión de su rostro, lastimero y expectante. Tuvo que controlarse para no besarla. Era demasiado pronto, aún.
— Bien, y, ahora que estamos de acuerdo, ¿por qué no te tomas el té, y te enseño la casa?
— ¡Oh, Zayn! —Exclamó de nuevo *__ suspirando, arruinando casi su plan, con aquella mirada enternecedora—. ¡Me alegro tanto de que ya no seamos enemigos!
Tenía que apartarse de ella, ocultarle su rostro. Se sentía avergonzado de sí mismo. Detestaba aquella situación, pero no tenía otra alternativa. No le gustaba engañarla, pero tenía que hacerlo, por Lexi. Tenía que protegerla de *__.
— Ven a ver las vistas, te aseguro que merecen la pena —sugirió Zayn.
— ¡Ohhh!
*__ se puso en pie, entusiasmada. La villa tenía una hermosa terraza con piscina y un jardín lleno de flores. En el horizonte, colinas onduladas verdes y un valle cubierto de plateados olivos y viñas. Lejos, el perfil de la ciudad.
— ¿Te gusta?
*__ atravesó el dintel de la puerta casi sin darse cuenta. Aquel paisaje la afectaba de un modo extraño. Le inspiraba paz, no podía evitar responder emocionalmente ante tanta belleza.
— Sí, mucho —murmuró *__ con fervor, con ojos soñadores.
— Puedes bañarte cuando quieras, de día o de noche. La piscina es privada —informó Zayn.
— ¿Le gusta bañarse a Lexi? —preguntó *__, horrorizada de pronto ante la idea de que no sabía absolutamente nada de su hija.
— Nada como un pez en el agua. Le encantará esta piscina —aseguró Zayn—. ¿Mejor que la habitación?
— Estoy segura de que John había escogido una bonita habitación para mí.
— Olvídalo. Ven a ver los alrededores. Por este lado hay un dormitorio, en la planta baja, con terraza privada y baño —informó Zayn guiándola a través del salón.
— No acabo de comprender lo que ha ocurrido. Antes te mostrabas tan hostil conmigo… —musitó *__, incrédula—. Yo era para ti el mismísimo diablo.
Zayn se echó a reír. Su mano se deslizó de forma natural por el brazo de *__, acariciándola. *__ trató de controlarse para no gemir.
— Lo sé pero, ¿vas a culparme? Tengo que proteger a Lexi —sonrió Zayn—, y ahora comprendo que no tengo elección. Debemos comportarnos civilizadamente, por el bien de Lexi.
*__ suspiró y sonrió. Era inmensamente feliz. Pasaría horas allí con Lexi, sin la intervención de Zayn. Excursiones, cuentos. Lo aprendería todo de ella. Apenas podía esperar.
— ¿Cuándo puedo verla, Zayn?
—El baño, la ducha, y todo eso es por ahí. Aquí está el dormitorio… —continuó empujándola para que entrara, haciendo como si no la hubiera oído—. ¿Qué te parece? —*__ calló. No podía creer en su suerte. Zayn descorrió las cortinas para que entrara luz—. Y aquí la terraza.
— Me gustaría ver a Lexi mañana —indicó *__ con firmeza, saliendo.
— Por supuesto. Ven arriba.
— ¡Zayn! ¿Lo dices en serio? —preguntó *__ incrédula, radiante de felicidad, apresurándose a seguirlo.
¿Sería posible que todo fuera tan fácil? Al llegar a lo alto de las escaleras, Zayn se dio la vuelta bruscamente. *__, distraída y embebida en sus propios sueños, tropezó con él.
— ¡Whoa! —exclamó Zayn.
— Zayn…
Zayn la sujetó. Sus ojos se tornaron nublados. *__ sintió el pulso de él latir aceleradamente. Esperó en silencio. La intensidad de su mirada la derretía. Él temblaba. Ella había dicho su nombre en un susurro. La tensión sexual los mantenía cautivos. *__ echó la cabeza atrás, en un gesto de rendición. Y buscó algo que decir, tratando de dominar el deseo. Pero lo único que podía hacer era mirarlo. Su cuerpo estaba preparado, ansioso, esperando.
—Creo… —musitó él bruscamente, apartándose—… que estás demasiado cansada. Voy a dejar esto en el dormitorio de abajo y me voy. Te dejo en paz.
—Sí —contestó ella horrorizada, avergonzada.
Zayn había sabido interpretar su mirada, el lenguaje de su cuerpo. Y sin embargo la había rechazado. *__ se quedó de pie, inmóvil, completamente ruborizada. Era evidente que se había equivocado al juzgarlo. Quizá Zayn hubiera coqueteado un poco o, quizá, simplemente, fuera incapaz de dejar de proyectar sobre ella todo su encanto. Porque tenía que admitirlo, lo encontraba irresistible.
Pero era perfectamente posible que hubiera interpretado erróneamente la mirada de Zayn. Esa era la única explicación, pensó *__. Porque al demostrar ella su deseo, él había quedado horrorizado y la había rechazado. La despreciaba. ¿Era eso? *__ estaba tan cansada que apenas podía pensar con claridad.
Zayn llegó al dormitorio y dejó la maleta. Parecía malhumorado. Quizá estuviera molesto por verse atrapado de ese modo, por una mujer sedienta de deseo. *__ respiró hondo varias veces y trató de calmarse. Había estado a punto de cometer un terrible error.
— Estoy tan cansada que apenas sé lo que hago —se explicó, con voz trémula.
— Eso me ha parecido. Tienes que comer. Te traeré unas cuantas cosas del supermercado.
*__ esperó, con los nervios de punta, a que él saliera del dormitorio. Zayn evitó su mirada. Por fin su mente comenzaba de nuevo a funcionar. Zayn se marchaba. De pronto se dio cuenta de que ni siquiera sabía dónde estaba, y sintió pánico.
— No me habrás traído… a un lugar perdido… ¿no? —Preguntó mientras él se dirigía a la puerta de salida—. ¡Zayn, no me abandones! —añadió, aterrorizada. Zayn se dio la vuelta sin decir nada. No hizo falta. *__ comprendió que exageraba—. Quiero decir…
— Luego —contestó él saliendo.
Luego. Luego, ¿qué? ¿Acaso había dicho «hasta luego»? *__ cerró los ojos y trató de calmarse. E instantáneamente recordó los acelerados latidos de su corazón, la sensación de abandono, el deseo derritiéndola, mientras estaba en sus brazos.
No había terminado con el pasado. Zayn la había abandonado tan bruscamente, que ella no había podido borrarlo de su memoria. En una ocasión Liam la había acusado de ello, al negarse a ceder a sus indeseables atenciones, cuando estaba borracho.
— ¡Es por él! —Había gritado Liam, perdiendo totalmente el control—. Piensas en él cuando hacemos el amor. ¡Incluso dices su nombre en sueños!
*__ había quedado aterrorizada, porque era cierto. Había sido el único modo de soportar la rudeza y violencia de Liam. Pero su silencio lo había enfurecido aún más que, bruscamente, la había poseído allí mismo, de un modo brutal, tapándole la boca. Después, él no había vuelto a tocarla.
*__ se estremeció. Apenas sabía nada de los hombres. Solo había conocido a los dos hermanos. Quizá por eso hubiera malinterpretado la mirada de Zayn. Durante todos aquellos años, y a pesar del odio que sentía por él, *__ había pensado siempre en Zayn como en un fantástico amante. Por fin se veía cara a cara con él, y la estúpida y mítica idea seguía vigente en su mente.
Era una estúpida. Zayn no podía ser el único hombre del mundo que hiciera el amor lentamente, tomándose su tiempo, y buscando generosamente el placer de su compañera. Era simplemente una cuestión de técnica, nada más. Lo cierto era que *__ echaba de menos el sexo, era una verdadera necesidad, pero tenía que distanciarse y concentrarse en Lexi.
Suspiró y comenzó a deshacer la maleta, pero al poco rato comprendió que estaba demasiado fatigada. Se desvistió, se duchó y echó las cortinas del dormitorio. En la oscuridad, se metió en la cama y palpó la cicatriz de su pecho. Había tenido suerte. Habría podido morir, de no haber descubierto el tumor a tiempo. Casi estaba totalmente recuperada. La inflamación se había reducido, y las náuseas habían desaparecido. Solo persistía aquella tediosa e insistente fatiga. Al diagnosticarle el cáncer, el único pensamiento de *__ había sido volver a ver a su hija antes de morir. Ni siquiera había temido por su vida.
Sí, había engañado a la muerte, su esperanza de vida era como la de cualquier otra persona. El futuro se extendía ante ella, y *__ no dejaba de dar las gracias por ello. Pero desde entonces, se había jurado vivir cada segundo plenamente. No malgastaría el precioso don de la vida.
La idea de morir prematuramente había transformado la vida de *__, que había descubierto que solo unas pocas cosas del mundo eran importantes. Las demás, eran triviales. ¿Qué importaba si llovía? Ella estaba ahí para verlo, para olerlo. ¿Qué importaba si un tren se retrasaba? Siempre habría otro.
Pero Lexi… Lexi sí que era importante. Tenía que conseguir recuperar a su hija, por el bien de las dos. A Zayn no le preocupaba más que su reputación. Solo ella, su madre, se preocupaba por la niña. Y le dedicaría toda su vida. Solo ella la amaba de verdad.
Y Zayn acabaría por darse cuenta. Las vería juntas y… quizá incluso renunciara a Lexi de buen grado, y ella no tuviera que secuestrarla. La idea de hacerlo la aterraba, pero no le quedaba otro remedio. Y lo haría. *__ recordó la imagen de su hija en las fotografías. Sus ojos brillaron llenos de lágrimas. Apenas podía esperar.
—Mañana, cariño, mañana —prometió acurrucándose en la cama—. Mañana será el primer día de nuestra vida, juntas.

Jamás había sido tan feliz. Todo lo que deseaba parecía por fin al alcance de su mano. La vida era maravillosa. *__ suspiró y se sumió en un profundo sueño.

por **Deni rt** Vie 02 Ago 2013, 9:32 pm

siguela!!

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