Cómo me enamoré de ti - Liam-Harry-tú

Nombre: Nort Wind (Cómo me enamoré de ti)
Autor: Alice Elizabeth Rumsfeld
Adaptación: (No)
Género: (Drama, Romance)
Advertencias: Ninguna, Enjoy it! ;)
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I

- María... es tu turno.

Ya les había dicho a las chicas que no quería cantar. No esta noche. Me encantaba estar ahí con ellas, disfrutando. Al fin y al cabo era nuestra última noche de esa forma.

- ¡No lo haré!
- No seas tonta _______. Si lo harás. Todas lo hemos hecho, es tu turno - me dijo Carolina - Solo tienes que pararte allá y...
- ¿Hacer el ridículo? - la interrumpí
- Oye María, hay varias personas que quieren hacer esto... No me hagas perder el tiempo ¿Vas a subir o no? - me dijo la dueña del bar.
- Sí. Si va a subir ¿Cierto María? - me mandó una de esas miradas retadoras a las que ya yo estaba acostumbrada mientras iba empujándome por las escaleras - No te pasará nada, estaremos ahí - dijo apuntando hacia la mesa 3 - Suerte.

Escuché como Clarissa me presentaba en la tarima como "María". Algo que a mis amigas y a mí nos hacía gracia. Nos encantaba cambiarnos los nombres, pretender que teníamos vidas interesantes, que éramos diferentes. Hoy me había tocado ser María.

- Sal, sal ¡ya!

Sonó el intro de la canción. Los segundos más largos de mi vida. Miraba al suelo, luego a un punto fijo y después a mis amigas, de las que luego me iba a vengar. El lugar era oscuro, la luz del reflector me dejaba casi ciega y podía escuchar como varios tosían. Tenía miedo, luego recordé que jamás volvería a ver a esas personas, ni ellos me verían a mí, y no le vi el problema. Micrófono en mano empecé a cantar.

- When I was younger I saw my daddy cry...- todo se hizo un silencio infinito y sólo se escuchaba el sonido de mi voz y la guitarra del chico castaño que me acompañaba.

II

Siempre terminábamos de la misma forma: Zayn con una chica, Niall insistiendo con que nos vayamos y Louis buscando otro lugar donde seguir la fiesta.

- Aquí, entremos aquí
- Louis...
- Ya, ya, está bien. ¿Y allá?
- Chicos, Cris quiere ir al baño - dijo Zayn con la rubia que traía en el auto agarrada por la cintura y que ya había perdido su encanto hace dos horas - ¡Para aquí Harry o te quedara un bonito regalo en el auto! Creo que está mareada.

Estacioné el auto en el único parqueo libre en toda la calle. Me quedé ahí para no tener que pagar parking mientras veía por el retrovisor como se alejaban los chicos casi cargando a la rubia.

Miré mi reloj, me estaba impacientando. No iba a esperar un segundo más. Se estaba haciendo tarde y me aburría como ostra. Salí del auto y empecé a caminar como loco tratando de adivinar donde podían estar. Entré en muchos bares y discotecas buscándolos pero todos estaban tan llenos que no los encontré. Tanto ruido me tenía fastidiado, no había sido la mejor noche de mi vida y aunque me había auto escogido como conductor porque no quería probar ni una gota de alcohol, ya estaba a punto de pecar. Todos esos bares bulliciosos que visité me aturdieron y quise buscar un lugar más silencioso. Alejándome cada vez más del auto, me encontré con un letrero en el que apenas se podía leer “Nort Wind”; era noche de karaoke, y la música era suave. No pude ver desde afuera, pero me llamó la atención el lugar. Había un tipo bien alto y abrigado pidiéndome mi identificación, se la di y por fin me dejó entrar.

Apenas abrí la puerta, la escuché.

No sé si fue por el lugar, el silencio que había, la oscuridad; o porque simplemente ella era hermosa. Me quedé concentrado sin poder dar un paso más. Escuché cada palabra como si a quien le estuviese cantando “You are the only exception” una y otra vez, era a mí, a pesar de que jamás la había visto. Sólo escucharla me hacía sentir algo… diferente a todo lo que había sentido esa noche, o incluso en toda mi vida. Estuve ahí parado viéndola otro rato más hasta que nuestras miradas se cruzaron. Mantuve mis ojos en los de ella, y le sonreí, pero ella no hizo lo mismo, entonces miró hacia el chico que tocaba la guitarra a su lado.

Si hay algo que recuerdo con claridad y que definitivamente nunca olvidaré será su voz, su sonrisa, y sus hermosos ojos. Me inspiró ternura, me impactó en realidad. Era hermosa y sé que siempre lo será. Tanto que no pude dejar de observarla, y notar que cuando se impacienta mueve sus labios de forma graciosa pero sutil. En ese instante perdí el control del tiempo y el espacio. Olvidé hablar, no recuerdo por cuánto tiempo permanecí así.

Gracias Lulu :) me encanta, que te guste. Cualquier sugerencia que tengas, dale me dices.
Y claro ¿quieres aparecer? ;)

Nueva Lectora!
Me encanto la sipnosis, el capi!
En fin, me encanto tu nove!
Siguela pronto^^

El reflector seguía apuntando hacia mí así que en medio de la oscuridad no lograba ver nada, cantaba como lo hacía en la ducha o cuando estaba en mi habitación sola y gritaba, saltaba, me emocionaba. Casi lo mismo que hacía en este momento, a excepción de lo de saltar y gritar. Pero sí que me había emocionado. Mientras canté recordaba lo mucho que quería enamorarme de un chico, no tener una relación. Una relación la tiene cualquiera. Yo quería enamorarme de verdad, aunque no fuese correspondida, sólo por experimentar que se sentía esperar con ansias a una persona, mirarlo a los ojos y sentir… eso que sientes cuando amas.

-Oh and I’m on my way to believe it… - cuando sonó ese último acorde se hizo un silencio y de repente se escucharon las voces y aplausos de la mesa 3, a los que se unieron los demás – Gracias – logré pronunciar nerviosa y con ganas de correr segura a un lugar fuera de ahí.


-¡Amiga! – Me vieron y de inmediato corrieron hacia mí – ¿Ves que no era tan grave?
-Te salió hermoso, yo me lo creí
-Y te veías como toda una estrella
-Ya, ya déjenla en paz – dijo Josefina - Dejen que se siente y respire. Toma un poco de agua amiga, debes estar muerta del miedo.
-La verdad sí… me divertí, pero estoy echa una gelatina
-Bueno, ya estás bien ¿no?
-Sí, sí ¿porque?
- ¿Ya cuéntanos que te dijo?
-¿Qué me dijo quién?
- ¡No te hagas! – Todas nos echamos a reír, Jose tiene un tono de voz que da risa aunque esté diciendo algo súper serio – El chico que fue tras de ti, el de la guitarra. Todas lo vimos y ¡no lo puedes negar!
-Son todas unas chismosas. No me dijo nada.
-Sí claro y yo soy Madona.
-Pues lo eres, porque es cierto – Nos volvimos a reír esta vez más fuerte - ¿Saben? Las voy a extrañar.
-¿Perdón? Las vamos a extrañar –dijo Caro, que también se iba de la ciudad – Porque yo también lo voy a hacer chicas. Siendo sincera a ti no tanto Jose.
-No mientas, sabes que me extrañaras más que a todas
-Caro, ______. Quiero decirles que… ¡son unas completas aguafiestas! Nos estábamos divirtiendo– dijo Patricia y todas nos juntamos en un abrazo – Voy a pagar esto y nos vamos. Esta noche invito yo.

Las luces se encendieron otra vez, pero entre tanta gente yo no pude ver hacia donde se había ido ella. Intenté meterme entre los que cantaban a todo pulmón la canción que la Dj había puesto, pasé junto a un grupo de chicas esperando encontrarla, pero no lo logré. ¿Qué le iba a decir cuando la encontrara? Al fin y al cabo no soy como Zayn, y ella no es como esa chica rubia que tan fácilmente él logró conquistar. Yo tenía de galán, lo que una papa tenía de astronauta.
Me rendí, finalmente me di cuenta que para ir a hablar con una chica se necesitan más que sólo las ganas. Miré mi celular, y había un mensaje de Niall “Harry ¿dónde estás? Olvidamos donde parqueaste el auto. Llámame”

Los chicos hacían muchas estupideces, salían con muchas chicas e incluso alguna vez estrellaron mi auto, pero de todo eso definitivamente le agradecía a la rubia por tomar demasiado, a Zayn por encontrarla en ese bar, a Louis por irme a buscar a casa y a Niall por no enviar ese mensaje antes de haber entrado a Nort Wind. De no ser así, jamás la hubiese conocido.


Cuando llegué al auto Zayn y la rubia aún estaban juntos, él le acariciaba el cabello, y ella le besaba el cuello. Louis trataba de abrir el carro y Niall estaba sentado en el suelo con mala cara. Entramos al auto sin decir más, y no podía sacar de mi cabeza a aquella chica. Conduje despacio, las calles estaban solas y sólo iluminadas por los pocos faros encendidos y los avisos de los bares cercanos.

-¿Te pasa algo?
-¿Ah?
-Sí Harry. Estás distraído ¿a dónde fuiste?
-No estoy distraído. Es sólo que… - miré hacia el frente y a un lado de la acera la vi – es ella…
-¿Quién?
-Louis maneja yo los alcanzo después – me iba quitando el cinturón de seguridad y deteniéndome en medio de la vía.
-Harry, Harry, no puedes hacer eso. Espera ¿Qué?… no, no Harry ¡ven!

Bajé corriendo del auto, estaba hablando con dos chicas más: una morena y la otra rubia. Eso no me podía detener otra vez.

-Disculpa, ¿me darías la hora? – le dije y enseguida dejó de hablar con las otras dos chicas y buscó en su muñeca un reloj con la cara del famoso ratón Mickey.
-1:30 a.m - me dedicó una sonrisa, parecía muy feliz
-Gracias
-No hay porqué – siguió caminando con sus amigas
-Oye… -le grité mientras intentaba alcanzarla - ¿estás segura? – sonrió otra vez y asintió.
-Creo…que sí. Estoy segura… ¿quieres ver? –aproveché para tomar su mano y mirar
-Bonito reloj- bonita tú y tu cabello, y si mi permites también quiero decir que ese vestido te marca tu cintura a la perfección… me encanta tu sonrisa, pensé.
-Gracias…- me quedé mirándola unos segundos
- Oye, si le vas a robar no tienes que ser tan cortés… ¿vale?- dijo la rubia impaciente
-¡Harry!... Harry ven aquí, sabes que no puedo conducir – ignoré por completo a Louis - ¡Harry!
-¡Ya voy Louis! – le grité desesperado
-¿Harry? creo que te necesitan –me dijo
-No es nada…
-Yo creería que sí…
-No es importante- le hablaba mientras a lo lejos Louis comenzaba a fastidiarme con el sonido del pito del auto- ¿Puedo pedirte un favor?
-¿Sí me vas a robar? – ambos reímos
-No, no por ahora. Pero... me encantaría volver a verte – se quedó callada, me miró unos segundos y me pareció que yo no le importaba para nada. En ese momento me sentí como un estúpido. No sé que tenía ella, pero me hacía temblar; sus ojos lo decían todo de sí. Y cuando la conocí, cuando la conocí definitivamente noté que no me había equivocado en lo absoluto.