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Rompiendo las reglas |Zayn Malik|
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Rompiendo las reglas |Zayn Malik|
Ficha:
Nombre: Rompiendo las reglas.
Autor: Katie McGarry.
Adaptación: Si de un Libro.
Género: Romance.
Advertencias: Lenguaje un poco vulgar, escenas explicitas. Comenten por favor.
Otras páginas: No.
Rompiendo las reglas.
Me dicen que sea buena chica, que saque buenas notas, que sea popular… No saben nada sobre mí. No recuerdo la noche que cambió mi vida. La noche en que pasé de ser popular a ser un bicho raro y marginado. Y mi familia está decidida a que siga así. Decían que la terapia me ayudaría. No se esperaban a Zayn..
Zayn es el tipo de chico sobre el que me advertían mis padres. Pero es el único que me escucha. El único dispuesto a ayudarme a averiguar la verdad. Sé que cada beso, cada promesa y cada caricia son algo prohibido. Pero, ¿y si encontrar tu destino significa romper todas las normas?
Hola :scratch: Algunas me conoceran y otras no. Me llamo Rachel, me pueden decir como quieran. Tengo 13 años y soy una amante de leer libros. Amo leer. Y estaba en mi Ebook descargando libros. Y por casualidades me encontre con este. De mi autora favorita, y heme aqui, quiero que sepan como es. Es hermoso el libro. Por favor depende de los comentarios subo o no capitulos. Besos a todas
Invitado
Invitado
Re: Rompiendo las reglas |Zayn Malik|
Nueva y fiel lectora!! Soy Charlotte, la amo la amo la amo la amo!!! Siguela!! Besossss
Charlotte2910
Re: Rompiendo las reglas |Zayn Malik|
Ola Charls! ¡Amo tu nombre! ¡Que bueno que te gusto, ahora subo una parte del capitulo!
Charlotte2910 escribió:Nueva y fiel lectora!! Soy Charlotte, la amo la amo la amo la amo!!! Siguela!! Besossss
Invitado
Invitado
Re: Rompiendo las reglas |Zayn Malik|
HELLO!!!!! nueva lectoraaaaaaa me encantó sube capi porfaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa esta muy interesante
muchos besos y cuidate
Annabel xx
muchos besos y cuidate
Annabel xx
Annaxx
Re: Rompiendo las reglas |Zayn Malik|
Jajaja Gracias!! Escribo aquí porque estoy desde el celu y hay varias cosas que no puedo hacer!! :) amo la nove!!
Charlotte2910
Re: Rompiendo las reglas |Zayn Malik|
Capitulo 1 parte 1
Echo
—Mi padre es un maniático del control, odio a mi madrastra, mi
hermano está muerto y mi madre... bueno... tiene problemas. ¿Cómo crees
que me siento?
Así es como me habría gustado responder a la pregunta de la señorita
Collins, pero mi padre le ha dado siempre demasiada importancia a las
apariencias como para responder con sinceridad. En su lugar parpadeé tres
veces y dije:
—Bien.
La señorita Collins, la nueva trabajadora social clínica del instituto
Eastwick, actuó como si yo no hubiera hablado. Empujó una pila de
expedientes hacia un lado de su escritorio, ya de por sí abarrotado, y
examinó diversos papeles. Mi nueva terapeuta tarareó cuando encontró mi
expediente, de seis centímetros de grosor, y se recompensó a sí misma con
un trago de café, que dejó una marca de pintalabios rojo en el borde de la
taza. El aire apestaba a café barato y a lápices recién afilados.
Sentado a mi derecha, mi padre miró el reloj, y a mi izquierda la
Malvada Bruja del Oeste comenzó a impacientarse. Yo había faltado a
clase de Cálculo, mi padre había faltado a una reunión muy importante, ¿y
mi madrastra de Oz? Estoy segura de que a ella le faltaba algo de cerebro.
—¿No te encanta el mes de enero? —preguntó la señora Collins
mientras abría mi expediente—. El año nuevo, un nuevo mes, una hoja en
blanco para empezar de cero —siguió hablando sin esperar una respuesta
—. ¿Te gustan las cortinas? Las he hecho yo.
Con un movimiento sincronizado, mi padre, mi madrastra y yo nos
volvimos hacia las cortinas rosas de lunares que colgaban en las ventanas
que daban al aparcamiento de estudiantes. Para mi gusto, parecían sacadas
d e La casa de la pradera, con una combinación de colores imposible.
Ninguno de los tres respondimos a la pregunta, y nuestro silencio creó una
atmósfera incómoda.
La BlackBerry de mi padre vibró en ese momento. Con un esfuerzo
exagerado, la sacó del bolsillo y miró la pantalla. Ashley tamborileó con
los dedos sobre su tripa hinchada y yo me dediqué a leer los diversos
carteles pintados a mano que colgaban de la pared con tal de poder
concentrarme en algo que no fuera ella.
El fracaso es tu único enemigo. La única manera de ascender es no
mirar nunca hacia abajo. Triunfamos porque creemos en ello. El cielo está
enladrillado, ¿quién lo desenladrillará?
De acuerdo, lo último no aparecía en la pared, pero me habría parecido
divertido.
La señorita Collins me recordaba a un perro Labrador crecido, con su
pelo rubio y su actitud demasiado amable.
—Las notas de Echo en los exámenes de acceso a la universidad son
fabulosas. Deberían estar orgullosos de su hija —me dedicó una sonrisa
sincera que dejó ver todos sus dientes.
El cronómetro se puso en marcha. Mi sesión de terapia había comenzado
oficialmente. Hacía casi dos años, después del incidente, los Servicios de
Protección al Menor habían «recomendado encarecidamente» una terapia;
y mi padre enseguida había descubierto que era mejor decir que sí a algo
«recomendado encarecidamente». Yo solía ir a terapia como la gente
normal, en un despacho independiente de la escuela. Pero, gracias a un
exceso de fondos del Estado de Kentucky y a una trabajadora social muy
entusiasta, había pasado a formar parte de este programa piloto. El único
trabajo de la señorita Collins era tratar con unos pocos chicos de mi
instituto. Qué suerte la mía.
Mi padre se incorporó en su asiento.
—Su nota en Matemáticas fue baja. Quiero que vuelva a hacer los
exámenes.
—¿Hay algún baño cerca? —intervino Ashley—. Al bebé le encanta
sentarse en mi vejiga.
En realidad, a Ashley le encantaba ser el centro de atención. La señorita
Collins le dedicó una sonrisa forzada y señaló hacia la puerta.
—Salga al pasillo principal y ahí gire a la derecha.
A juzgar por cómo se levantó de la silla, Ashley actuaba como si llevara
una pelota de quinientos kilos de plomo en vez de un bebé. Yo negué
asqueada con la cabeza y fui recompensada con una de las miradas de hielo
de mi padre.
—Señor Emerson —continuó la señorita Collins cuando Ashley
abandonó la habitación—, las notas de Echo están muy por encima de la
media nacional y, según su expediente, ya ha solicitado plaza en las
universidades que ella ha elegido.
—Hay algunas escuelas de empresariales que aún admiten solicitudes y
me gustaría que lo intentara. Además, esta familia no acepta las cosas «por
encima de la media». Mi hija destacará —mi padre hablaba como si fuera
un dios. Solo le faltó añadir la frase «que así quede escrito, que así se
haga». Yo apoyé el codo en el reposabrazos y me tapé la cara con las
manos.
—Veo que esto le preocupa mucho, señor Emerson —dijo la señorita
Collins con un tono neutral muy molesto—, pero las notas de Echo en
inglés son casi perfectas...
Y ahí fue cuando desconecté. Mi padre y la anterior orientadora habían
tenido aquella discusión en mi segundo año de instituto, cuando realicé el
examen de aptitud. Y volvieron a tenerla el año pasado, cuando hice los
exámenes de acceso a la universidad por primera vez. Al final la
orientadora se dio cuenta de que mi padre siempre ganaba, y comenzó a
rendirse tras el primer asalto.
Las notas de mis exámenes eran la última de mis preocupaciones.
Encontrar dinero para arreglar el coche de Aires era lo que más me
preocupaba. Desde la muerte de Aires, mi padre se había mostrado
inflexible con el asunto, e insistía en que debíamos venderlo.
—Echo, ¿tú estás satisfecha con tus notas? —preguntó la señorita
Collins.
Yo la miré a través de los mechones de pelo rojo y rizado que colgaban
frente a mi cara. La última terapeuta comprendía la jerarquía de nuestra
familia y se dirigía a mi padre, no a mí.
—¿Perdón?
—¿Estás satisfecha con las notas de los exámenes de acceso a la
universidad? ¿Quieres volver a realizar las pruebas? —entrelazó las manos
y las colocó sobre mi expediente—. ¿Quieres solicitar plaza en más
escuelas?
Yo miré a mi padre a los ojos, grises y cansados. «Veamos», pensé.
Volver a hacer los exámenes significaría tener a mi padre acosándome todo
el tiempo para que estudiara, lo que conllevaría levantarme temprano un
sábado y pasar la mañana friéndome el cerebro para después pasar semanas
preocupada por las notas.
—En realidad, no.
Las arrugas siempre presentes en torno a los ojos y la boca de mi padre
se acentuaron con su expresión de de-saprobación. Así que cambié de
opinión.
—Mi padre tiene razón. Debería volver a hacer los exámenes.
La señorita Collins garabateó algo en mi expediente con un bolígrafo.
Mi última terapeuta estaba al corriente de mis problemas con la autoridad.
No hacía falta reescribir lo que ya estaba allí.
Ashley volvió a entrar en la habitación y se dejó caer en la silla junto a
mí.—
¿Qué me he perdido? —sinceramente, yo me había olvidado de su
existencia. Si tan solo mi padre pudiera olvidarse también...
—Nada —contestó mi padre.
La señorita Collins al fin levantó el bolígrafo del papel.
—Antes de volver a clase, pregúntale a la señorita Marcos cuáles son las
próximas fechas de examen. Y dado que mi papel es el de orientadora de
estudios, me gustaría hablar de tu horario para la próxima evaluación. Has
llenado tus optativas con diversas asignaturas empresariales. Me
preguntaba por qué.
La verdadera respuesta, que mi padre me lo había dicho, probablemente
molestaría a varias personas de la habitación, así que improvisé.
—Me ayudarán a prepararme para la universidad —vaya. Había
pronunciado aquellas palabras con el entusiasmo de una niña de seis años
esperando la vacuna de la gripe. Mala elección por mi parte. Mi padre
cambió de postura en su silla y suspiró. Pensé en dar una respuesta
diferente, pero imaginé que también sonaría falsa.
La señorita Collins se quedó estudiando mi expediente.
—Has demostrado tener un talento increíble en las artes, sobre todo en
pintura. No sugiero que dejes todas tus clases de empresariales, pero
podrías dejar una y matricularte en una clase de arte.
—No —ladró mi padre. Se inclinó hacia delante y juntó las yemas de los
dedos—. Echo no dará clases de arte, ¿queda claro? —mi padre era una
extraña combinación de instructor militar y del conejo de Alicia en el país
de las maravillas: siempre tenía algún lugar importante al que ir y
disfrutaba dando órdenes a todo el mundo.
Tuve que quitarme el sombrero ante la señorita Collins; ni siquiera se
estremeció antes de ceder.
—Cristalino.
—Bien, ahora que hemos aclarado eso... —Ashley y su tripa se
arrimaron al borde de la silla para ponerse en pie—. Sobrecargué sin darme
cuenta la agenda de hoy y tengo una cita con el ginecólogo. Puede que
sepamos el sexo del bebé.
—Señora Emerson, las notas de Echo no son la razón de esta reunión,
pero entiendo que tenga que marcharse —sacó una carta oficial del cajón
superior de su escritorio mientras Ashley, ruborizada, volvía a sentarse en
su silla. Yo había visto el membrete de la carta varias veces a lo largo de
los dos últimos años. A los Servicios de Protección al Menor les encantaba
deforestar el planeta.
La señorita Collins leyó la carta para sí misma mientras yo deseaba
entrar en combustión espontánea. Tanto mi padre como yo nos encorvamos
en el asiento. Qué alegría la terapia de grupo.
Mientras esperaba a que terminase de leer, advertí una rana verde de
peluche junto a su ordenador, una foto de ella con algún tipo, posiblemente
su marido, y en la esquina de la mesa vi una gran cinta azul, de esas con
adornos que la gente recibe cuando gana una competición. Algo se agitó
dentro de mí. Qué extraño.
La señorita Collins perforó la carta y después la colocó en mi
expediente.
—Ya estoy. Soy oficialmente tu terapeuta.
Al no decir nada más, yo aparté la mirada de la cinta azul y la miré a
ella. Estaba mirándome a mí.
—Bonita cinta, ¿verdad, Echo?
Mi padre se aclaró la garganta y le dirigió a la señorita Collins una
mirada letal. De acuerdo, fue una reacción extraña, claro que le molestaba
solo el hecho de estar allí. Yo volví a mirar la cinta. ¿Por qué me resultaba
familiar?
—Supongo.
Desvió entonces la mirada hacia las placas de identificación con las que
yo estaba jugueteando sin darme cuenta alrededor de mi cuello.
—Siento mucho la pérdida de vuestra familia. ¿En qué especialidad de
las fuerzas armadas?
Genial. A mi padre iba a darle un maldito infarto. Me había dejado claro
unas setenta y cinco veces que tenía que guardar las placas de
identificación de Aires en una caja debajo de mi cama, pero aquel día las
necesitaba; nueva terapeuta, el segundo aniversario de la muerte de Aires
aún reciente y el primer día de mi último semestre de instituto. No podía
dejar de sentir las náuseas en los intestinos. Ignoré el ceño fruncido de mi
padre y me dediqué a buscarme puntas abiertas en el pelo.
Buueno ahi esta el primer capitulo, la primera parte. Cada capitulo sera narrado por cada personaje es decir, uno Echo, otro Zayn, uno Echo...y asi. Espero que les guste
Invitado
Invitado
Re: Rompiendo las reglas |Zayn Malik|
Holaa me encanto el capitulo siguelaa necesitas chica para hazza
I'm not Angel
Re: Rompiendo las reglas |Zayn Malik|
No me gusta... Me encanta!! Siiguela!! Y si necesitas chicas yo me pongo!! Besos Rachel, ¿puedo decirte Rach?
Charlotte2910
Re: Rompiendo las reglas |Zayn Malik|
Ola, gracias por comentar y bienvenida! ¡Que bueno que te guste! ¡Ya subi capitulo, espero que te guste y sea de tu agrado! Besos Ana
annabel1D escribió:HELLO!!!!! nueva lectoraaaaaaa me encantó sube capi porfaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa esta muy interesante
muchos besos y cuidate
Annabel xx
Invitado
Invitado
Re: Rompiendo las reglas |Zayn Malik|
Hola, bienvenida! ¡Que bueno que te gusto! ¡La sigo mañana! ¡No necesito, ya que es adaptada!
mayumalik escribió:Holaa me encanto el capitulo siguelaa necesitas chica para hazza
Invitado
Invitado
Re: Rompiendo las reglas |Zayn Malik|
Charls, que susto. En cuanto lei el no me gusta, ya me puse triste. Pero cuando segui leyendo me emocione! ¡Me encanta que te encante! ¡No necesito, es adaptada! ¡Asi que no! ¡Besos y claro que me puedes llamar asi!
Charlotte2910 escribió:No me gusta... Me encanta!! Siiguela!! Y si necesitas chicas yo me pongo!! Besos Rachel, ¿puedo decirte Rach?
Invitado
Invitado
Re: Rompiendo las reglas |Zayn Malik|
Jaja a mi me encanta que te encante que me encante(? Jaja Besos Rach!!!
Charlotte2910
Re: Rompiendo las reglas |Zayn Malik|
Capitulo 1 parte 2
—Marine —respondió mi padre secamente—. Mire, tengo una reunión
esta mañana con posibles clientes, le prometí a Ashley que iría al médico
con ella y Echo está faltando a clase. ¿Cuándo vamos a terminar con esto?
—Cuando yo lo diga. Si va a hacer que estas sesiones sean difíciles,
señor Emerson, estaré encantada de llamar a la trabajadora social de Echo.
Yo intenté no sonreír. La señorita Collins jugaba bien sus cartas. Mi
padre se achantó, pero mi madrastra, en cambio...
—No lo entiendo. Echo cumplirá dieciocho dentro de poco. ¿Por qué el
Estado sigue teniendo autoridad sobre ella?
—Porque es lo que el Estado, su trabajadora social y yo misma
pensamos que es lo mejor para ella —contestó la señorita Collins cerrando
mi expediente—. Echo continuará su terapia conmigo hasta que se gradúe
en primavera. Entonces el Estado de Kentucky la dejará libre; y a ustedes
también.
Esperó a que Ashley aceptara la situación con un asentimiento silencioso
de cabeza antes de continuar.
—¿Cómo estás, Echo?
Espléndida. Fantástica. Nunca he estado peor.
—Bien.
—¿De verdad? —se llevó un dedo a la barbilla—. Porque yo pensaba
que el aniversario de la muerte de tu hermano podría provocarte emociones
dolorosas.
La señorita Collins me miró y yo me quedé mirándola en blanco. Mi
padre y Ashley contemplaron aquel enfrentamiento incómodo. La culpa me
devoraba por dentro. Técnicamente no me había hecho ninguna pregunta,
así que, en teoría, no le debía una respuesta, pero la necesidad de
complacerla me inundó como una ola gigante. ¿Pero por qué? Era otra
terapeuta más de las que iban y venían. Todas hacían las mismas preguntas
y prometían ayudar, pero todas me dejaban en el mismo estado en que me
habían encontrado: rota.
—Llora —la voz aguda de Ashley rompió el silencio como si estuviera
contando un cotilleo muy jugoso en el club de campo—. Todo el tiempo.
Echa mucho de menos a Aires.
Tanto mi padre como yo giramos la cabeza para mirar a la rubia tonta.
Yo quería que siguiese hablando, y estoy segura de que mi padre deseaba
que se callara. Por una vez, Dios me escuchó y Ashley siguió hablando.
—Todos lo echamos de menos. Es una pena que el bebé nunca vaya a
conocerlo.
Y una vez más, bienvenidos al show de Ashley, patrocinado por Ashley
y por el dinero de mi padre. La señorita Collins garabateó algo,
incorporando sin duda todas y cada una de las palabras de Ashley a mi
expediente mientras mi padre gruñía.
—Echo, ¿querrías hablar de Aires durante la sesión de hoy? —preguntó
la señorita Collins.
—No —probablemente fuera la respuesta más sincera que había dado en
toda la mañana.
—Está bien —dijo ella—. Lo dejaremos para otro día. ¿Qué me dices de
tu madre? ¿Has tenido algún contacto con ella?
Ashley y mi padre respondieron simultáneamente.
—No.
Al tiempo que yo murmuraba:
—Más o menos.
Me sentí como si fuera el jamón en un bocadillo a juzgar por cómo
ambos se inclinaron hacia mí. No sé qué fue lo que me llevó a decir la
verdad.
—Intenté llamarla durante las vacaciones —al no responder, yo me
había pasado días pegada al teléfono, rezando con la esperanza de que a mi
madre le importara que dos años antes, mi hermano, su hijo, había muerto.
Mi padre se pasó una mano por la cara.
—Sabes que no se te permite contactar con tu madre —la rabia en su voz
dejaba claro que no podía creerse que le hubiera contado a la terapeuta
aquel chismorreo tan jugoso. Podía imaginarme a las trabajadoras sociales
bailando en su cabeza—. Existe una orden de alejamiento. Dime, Echo,
¿fue por el móvil o por el fijo?
—Por el fijo —contesté yo casi sin voz—. Pero no llegamos a hablar. Lo
juro.
Mi padre pulsó un botón de la BlackBerry y el número de su abogado
apareció en pantalla. Yo agarré las placas de identificación con el nombre
y el número de serie de Aires.
—Por favor, papá, no —susurré.
Vaciló un instante y el corazón me dio un vuelco. Y entonces, gracias a
Dios, dejó caer el teléfono sobre su regazo.
—Vamos a tener que cambiar el número.
Yo asentí. Era una pena que mi madre nunca pudiera llamar a mi casa,
pero asumiría las consecuencias... por ella. De todas las cosas que mi
madre necesitaba, la cárcel no era una de ellas.
—¿Has vuelto a tener contacto con tu madre desde entonces? —preguntó
la señorita Collins sin su amabilidad habitual.
—No —cerré los ojos y tomé aliento. Sentía un terrible dolor en mi
interior. No podía seguir fingiendo que estaba bien. Aquel interrogatorio
estaba reabriéndome las heridas.
—Para que quede claro que estamos hablando de lo mismo, comprendes
que el contacto entre tu madre y tú cuando hay una orden de alejamiento,
aunque inicies tú ese contacto, está prohibido.
—Sí —tomé aire otra vez. El nudo que tenía en la garganta me impedía
respirar con normalidad. Echaba de menos a Aires, y a mi madre, y Ashley
iba a tener un bebé, y mi padre me atosigaba constantemente y... necesitaba
algo. Cualquier cosa.
Así que, sin pensármelo dos veces, dejé escapar las palabras de mi boca.
—Quiero arreglar el coche de Aires —dije. Tal vez, solo tal vez,
restaurando algo que le perteneciera podría librarme del dolor.
—Oh, no. Otra vez esto no —murmuró mi padre.
—Espere. ¿Otra vez qué? Echo, ¿de qué estás hablando? —preguntó la
señorita Collins.
Yo me quedé mirándome los guantes.
—Aires encontró un Corvette del 65 en un desguace. Pasaba su tiempo
libre arreglándolo, y casi había terminado cuando se fue a Afganistán.
Quiero restaurarlo. Por Aires —por mí. Cuando se fue, mi hermano no dejó
nada detrás, salvo aquel coche.
—A mí me parece una buena manera de pasar la pena. ¿Qué le parece a
usted, señor Emerson? —la señorita Collins le miró con ojos de cordero
degollado; una técnica que yo aún no dominaba.
Mi padre volvió a mirar la pantalla de su BlackBerry. Su cuerpo estaba
allí, pero ya tenía la cabeza en el trabajo.
—Cuesta dinero y no le veo sentido a reparar un coche destartalado
cuando ella ya tiene uno que funciona.
—Entonces déjame buscar un trabajo —dije yo—. Y podremos vender
mi coche cuando repare el de Aires.
Todos tenían los ojos puestos en él, y él tenía los suyos puestos en mí.
Sin ser esa mi intención, le había acorralado. Quería decir que no, pero eso
desataría la ira de la nueva terapeuta. Al fin y al cabo, en terapia teníamos
que ser perfectos. Sería impensable aprovecharnos de las sesiones y
abordar ciertos temas.
—De acuerdo, pero tendrá que pagarlo ella, y Echo ya conoce mis
normas con respecto al trabajo. Deberá encontrar un empleo flexible que
no interfiera con sus estudios ni con sus notas. ¿Hemos terminado ya?
La señorita Collins miró el reloj.
—Aún no. Echo, tu trabajadora social alargó la terapia hasta tu
graduación debido a las evaluaciones de tu profesor. Desde el comienzo de
tu primer año, todos y cada uno de tus profesores han advertido que tu
participación en clase ha disminuido, al igual que la interacción social con
tus compañeros —se quedó mirándome fijamente—. Todos quieren que
seas feliz, Echo, y a mí me gustaría que me dieras la oportunidad de
ayudarte.
Yo arqueé una ceja. Como si tuviera elección con el tema de la terapia.
Y en cuanto a mi felicidad... buena suerte.
—Claro —respondí.
La voz animada de Ashley me sobresaltó.
—Tiene una cita para el baile de San Valentín.
Entonces fuimos mi padre y yo los que hablamos simultáneamente.
—¿Ah, sí?
Ashley nos miró nerviosamente a los dos.
—Sí, ¿no te acuerdas, Echo? Anoche hablamos sobre el nuevo chico que
te gusta y te dije que no debías dejar tiradas a tus amigas por obsesionarte
con un chico.
Yo me pregunté cuál era la parte que más me molestaba: el novio
imaginario o que Ashley dijera que había mantenido una conversación real
conmigo. Mientras me decidía, mi padre se levantó y se puso el abrigo.
—Mire, señorita Collins, Echo está bien. Solo un poco enamorada. Por
mucho que yo disfrute con estas sesiones, Ashley tiene cita en veinte
minutos y no quiero que Echo se pierda otra clase.
—Echo, ¿sigues interesada en ganar dinero para arreglar el coche de tu
hermano? —preguntó la señorita Collins mientras se levantaba para
acompañar a mi padre y a mi madrastra a la puerta.
Yo tiré de los guantes que llevaba puestos para cubrirme la piel.
—Más de lo que pueda imaginar.
La terapeuta me dedicó una sonrisa antes de salir por la puerta.
—Entonces, tengo un trabajo para ti. Espera aquí y hablaremos de los
detalles.
Los tres se arremolinaron al otro extremo del despacho principal y
empezaron a susurrar. Mi padre le pasó un brazo a Ashley por la cintura y
ella se inclinó hacia él mientras asentían a las palabras de la señorita
Collins. Yo sentí aquella mezcla tan familiar de rabia y celos. ¿Cómo
podía mi padre amarla cuando había destruido tantas cosas?
He aqui la segunda parte del capitulo, comenten hermosas. Espero que les guste, el siguiente lo narra Zayn. Y estara un poco mejor que este. Besos
Invitado
Invitado
Re: Rompiendo las reglas |Zayn Malik|
Me encanta!!! Siguela!! Si quieres puedes pasarte por mi novela a ver si te gusta!! https://onlywn.activoforo.com/t56780-_______-niall-y-tu
Charlotte2910
Re: Rompiendo las reglas |Zayn Malik|
me encantoooooooooooooooooo siguela hermosa!!!!!
me gusta mucho tu nove escribes muy bien
muchos besos :)
Annabel xx
me gusta mucho tu nove escribes muy bien
muchos besos :)
Annabel xx
Annaxx
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