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A LA SOMBRA DE LA LUNA - NIALL Y MELISSA
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: A LA SOMBRA DE LA LUNA - NIALL Y MELISSA
Solo a la 10, repite, repite, solo a la 10.
Falta poco, repite, repite, falta muy poco.
Falta poco, repite, repite, falta muy poco.
Feer :)x.
Re: A LA SOMBRA DE LA LUNA - NIALL Y MELISSA
Yay! Llegue a la 10 *-* Por lo que hay maratón de consuelo :') sdfghñ Porfa siguela pronto <3
Feer :)x.
Re: A LA SOMBRA DE LA LUNA - NIALL Y MELISSA
Ya la sigo
Última edición por issadanger el Dom 04 Ago 2013, 12:15 pm, editado 1 vez
issadanger
Re: A LA SOMBRA DE LA LUNA - NIALL Y MELISSA
Maratón 1/6
Capítulo 2 Parte 3
—¡Suéltalo!— Gritó Dare, mientras trataba de liberar su mano fuera de la de Niall.
Niall se rehusó a dejar la mano de Dare. Si lo hacía, el bastardo le dispararía con lo que sea que uso con los leones.
Melissa envolvió su mano sobre su garganta, ahogándolo.
—Déjalo ir, Niall.
Antes que pudiera contestar, los tres fueron lanzados a un lado. Niall trató de levantarse, pero alguien los tenía sujetos con un campo de fuerza del infierno. Gruñendo, golpeó de vuelta con sus poderes con ira. Esto en vez de romper el encierro, lo convirtió en lobo.
Le ladró a Mama Peltier, quien se colocó de pie entre ellos. Pero él sabía por experiencia que no eran de ella los poderes que sintió. El problema era que no sabía a quién le pertenecían.
—Nadie viene a mi casa y hace esto—espetó ella. —Los tres tenéis prohibido entrar aquí y si alguna vez os atrapo dentro del Santuario otra vez, no viviréis lo suficiente para lamentarlo.
—Él nos atacó— dijo Dare. —¿Por qué deberíamos ser expulsados?
Dev lo izó del piso.
—Cualquiera que participe en una pelea es expulsado. Esas son las leyes. Colt fue más gentil al levantar a Melissa.
—No hubo derramamiento de sangre —discutió Melissa.
Mama torció los labios.
—No tiene importancia. Casi nos exponeis a los humanos. Afortunadamente para vosotros, los evacuamos rápidamente. Ahora, fuera.
Niall trató de volverse humano de nuevo para decirles lo que estaba sucediendo, pero sus poderes no estaban cooperando. Ni siquiera sus poderes mentales estaban trabajando. Esto muy probablemente tenía que ver con el hecho que los poderes de alguien más lo estaban dominando.
¡Maldita sea!
Dare lo miró fijamente e hizo un gesto que le hizo saber que eso no había terminado. Entonces, él y Melissa se fueron.
—Eso significa que tú también, Lobo— gruñó Dev. —Max, déjalo ir.
El campo de fuerza cayó.
Finalmente fue capaz de volverse humano. Aunque no pudo hacerlo sin la pública desnudez. A diferencia de otros Were-Hunters, no podía manifestar ropas al mismo tiempo que cambiaba.
Realmente odio mis poderes...
Mientras se acercaba a recoger su ropa, éstas fueron puestas sobre su cuerpo.
Confundido, miró alrededor y capturó la mirada de Aimee. Ella inclinó su cabeza para dejarle saber que había sido ella quien lo había ayudado. Sin duda Fang debía haberle contado sobre su debilidad.
Dev dio un paso hacia delante.
—Ya me voy —dijo Niall. —Pero antes de hacerlo, déjenme felicitarlos a todos ustedes por su estupidez. Esos dos imbéciles que se acaban de ir fueron los que jodieron a los leones de arriba. Estaba tratando de obtener información de ellos.
Dev maldijo.
—¿Por qué no nos dijiste?
—Lo estaba intentando. La próxima vez que le pongais un campo de fuerza a alguien, deberías no desear asfixiar su habilidad para hablar también.
El dragón, Max, sacudió su cabeza.
—Pensé que estarías listo para insultarme por sostenerte en el piso. Es lo que normalmente haces en cualquier momento que te diriges a mí.
—Probablemente lo haga porque no tengo nada más importante qué decirte. Dev aclaró su garganta para atraer su atención.
—¿Ellos son de este período de tiempo?
—No.
Mama asintió.
—Entonces deben estar en alguna parte de la ciudad. No hay luna llena para que ellos usen el salto en el tiempo.
Niall lo deseaba, pero había otra verdad acerca de su vieja amiga.
—La mujer era una Aristos. No está atada a la luna. Podrían estar en cualquier lado, en cualquier tiempo.
Dev suspiró.
—Bueno, al menos sacamos a los humanos antes que vieran que sucedía algo antinatural.
—Que bien. —Niall cerró su chaqueta—. Ahora si me disculpan...
—Tú sigues expulsado de aquí.
—Como si me importara—. Había sido expulsado de mejores lugares que éste, y al menos ahí hubo al menos un par de personas que en realidad se preocuparon por él... al menos por algunos años.
Sin mirar hacia atrás, los dejó y se encaminó hacia Ursulinas. La calle estaba extrañamente silenciosa, especialmente, dado el número de humanos que habían salido gritando en la noche hacía unos minutos. La amenaza de violencia debe haberse metido debajo de sus pieles.
Pero eso no cambiaba el hecho que tenía aún un lobo que rastrear. Dos, para ser preciso. El sentido común le dijo que regresara a su manada y le dijera a Kevin lo que estaba sucediendo.
Niall se mofó.
—Viví toda mi vida sin ningún sentido. ¿Por qué debería empezar a tener uno ahora?
Mientras se acercaba a su motocicleta, una extraña fisura de poder le recorrió la columna. Se volvió esperando pelea, pero antes que pudiera siquiera moverse, fue golpeado por un choque feroz. Maldiciendo, cayó al piso con fuerza. El dolor explotó a través de él mientras cambiaba a su forma de lobo, luego en humano y en lobo otra vez.
Estuvo completamente inmovilizado mientras su cuerpo luchaba por quedarse de alguna forma pero fue incapaz de ello.
Dare se encaminó hacia él lentamente, luego lo pateó con fuerza en las costillas.
—Deberías haber muerto, Niall. Ahora desearás haberlo hecho.
Niall cargó hacia él, pero sus músculos no cooperaban. Si pudiera poner una mano o pata en el bastardo, le destrozaría la garganta.
Dirigió la mirada hacia Melissa para ver simpatía en su rostro un instante antes que Dare le disparara. Un dolor indescriptible lo atravesó mientras luchaba por estar consciente.
Fue una batalla perdida. En un segundo, todo se volvió negro.
—¿Qué estás haciendo? —preguntó Melissa a Dare.
—Necesitamos saber qué sabe él sobre nuestro experimento. Llegado al punto, necesitamos saber con quién ha estado hablando. No podemos permitir que nuestro secreto se descubra.
Ella se acobardó mientras observaba el cuerpo de Niall continuaba cambiando de forma humana al blanco lobo y viceversa. Al menos hasta que Dare le colocó el collar en su garganta que lo mantuvo como humano. Dado que la fuerza natural de Niall era el lobo, al mantenerlo como humano, especialmente a la luz del día, lo debilitarían.
Y sería doloroso.
Ella sacudió su cabeza ante sus acciones.
—Sabes que no nos va a decir nada.
—No estaría tan seguro de eso.
El Niall que ella recordaba nunca contaría secretos. Moriría antes de hacerlo y él podía aguantar mucho dolor. Aún de niño, había sido más fuerte que cualquier otro.
—¿Cómo puedes ser tan certero?
—Porque lo voy a convertir en nuestro Chacal.
Melissa tragó con el aliento entrecortado ante la amenaza. Oscar era un chacal cuyo corazón era tan negro, que era más animal que hombre.
—Es tu hermano, Dare.
—Yo no tengo hermano. Tú sabes lo que los Katagaria le hicieron a mi familia. A
nuestra patria.
Era verdad. Había estado allí la noche en que el padre Katagari de Dare había liderado el ataque en el campo Arcadiano. Sólo era una niña, ella había sido escondida mientas los ataques comenzaban. Su madre la había embarrado con tierra para enmascarar su olor antes de meterla en el sótano.
Aún ahora, podía ver a los lobos cuando atacaban a su madre y la asesinaban mientras ella observaba con horror a través de las placas del suelo.
Dare tenía razón. Ellos debían proteger a su pueblo. Los animales debían ser despojados de sus poderes y eliminados como las violentas criaturas que eran.
Incluso Niall.
—¿Estás conmigo? —preguntó él.
Ella asintió. —No quiero ver a ningún niño sufrir mi destino. Tenemos que protegernos nosotros mismos. Cueste lo que cueste.
Capítulo 2 Parte 3
—¡Suéltalo!— Gritó Dare, mientras trataba de liberar su mano fuera de la de Niall.
Niall se rehusó a dejar la mano de Dare. Si lo hacía, el bastardo le dispararía con lo que sea que uso con los leones.
Melissa envolvió su mano sobre su garganta, ahogándolo.
—Déjalo ir, Niall.
Antes que pudiera contestar, los tres fueron lanzados a un lado. Niall trató de levantarse, pero alguien los tenía sujetos con un campo de fuerza del infierno. Gruñendo, golpeó de vuelta con sus poderes con ira. Esto en vez de romper el encierro, lo convirtió en lobo.
Le ladró a Mama Peltier, quien se colocó de pie entre ellos. Pero él sabía por experiencia que no eran de ella los poderes que sintió. El problema era que no sabía a quién le pertenecían.
—Nadie viene a mi casa y hace esto—espetó ella. —Los tres tenéis prohibido entrar aquí y si alguna vez os atrapo dentro del Santuario otra vez, no viviréis lo suficiente para lamentarlo.
—Él nos atacó— dijo Dare. —¿Por qué deberíamos ser expulsados?
Dev lo izó del piso.
—Cualquiera que participe en una pelea es expulsado. Esas son las leyes. Colt fue más gentil al levantar a Melissa.
—No hubo derramamiento de sangre —discutió Melissa.
Mama torció los labios.
—No tiene importancia. Casi nos exponeis a los humanos. Afortunadamente para vosotros, los evacuamos rápidamente. Ahora, fuera.
Niall trató de volverse humano de nuevo para decirles lo que estaba sucediendo, pero sus poderes no estaban cooperando. Ni siquiera sus poderes mentales estaban trabajando. Esto muy probablemente tenía que ver con el hecho que los poderes de alguien más lo estaban dominando.
¡Maldita sea!
Dare lo miró fijamente e hizo un gesto que le hizo saber que eso no había terminado. Entonces, él y Melissa se fueron.
—Eso significa que tú también, Lobo— gruñó Dev. —Max, déjalo ir.
El campo de fuerza cayó.
Finalmente fue capaz de volverse humano. Aunque no pudo hacerlo sin la pública desnudez. A diferencia de otros Were-Hunters, no podía manifestar ropas al mismo tiempo que cambiaba.
Realmente odio mis poderes...
Mientras se acercaba a recoger su ropa, éstas fueron puestas sobre su cuerpo.
Confundido, miró alrededor y capturó la mirada de Aimee. Ella inclinó su cabeza para dejarle saber que había sido ella quien lo había ayudado. Sin duda Fang debía haberle contado sobre su debilidad.
Dev dio un paso hacia delante.
—Ya me voy —dijo Niall. —Pero antes de hacerlo, déjenme felicitarlos a todos ustedes por su estupidez. Esos dos imbéciles que se acaban de ir fueron los que jodieron a los leones de arriba. Estaba tratando de obtener información de ellos.
Dev maldijo.
—¿Por qué no nos dijiste?
—Lo estaba intentando. La próxima vez que le pongais un campo de fuerza a alguien, deberías no desear asfixiar su habilidad para hablar también.
El dragón, Max, sacudió su cabeza.
—Pensé que estarías listo para insultarme por sostenerte en el piso. Es lo que normalmente haces en cualquier momento que te diriges a mí.
—Probablemente lo haga porque no tengo nada más importante qué decirte. Dev aclaró su garganta para atraer su atención.
—¿Ellos son de este período de tiempo?
—No.
Mama asintió.
—Entonces deben estar en alguna parte de la ciudad. No hay luna llena para que ellos usen el salto en el tiempo.
Niall lo deseaba, pero había otra verdad acerca de su vieja amiga.
—La mujer era una Aristos. No está atada a la luna. Podrían estar en cualquier lado, en cualquier tiempo.
Dev suspiró.
—Bueno, al menos sacamos a los humanos antes que vieran que sucedía algo antinatural.
—Que bien. —Niall cerró su chaqueta—. Ahora si me disculpan...
—Tú sigues expulsado de aquí.
—Como si me importara—. Había sido expulsado de mejores lugares que éste, y al menos ahí hubo al menos un par de personas que en realidad se preocuparon por él... al menos por algunos años.
Sin mirar hacia atrás, los dejó y se encaminó hacia Ursulinas. La calle estaba extrañamente silenciosa, especialmente, dado el número de humanos que habían salido gritando en la noche hacía unos minutos. La amenaza de violencia debe haberse metido debajo de sus pieles.
Pero eso no cambiaba el hecho que tenía aún un lobo que rastrear. Dos, para ser preciso. El sentido común le dijo que regresara a su manada y le dijera a Kevin lo que estaba sucediendo.
Niall se mofó.
—Viví toda mi vida sin ningún sentido. ¿Por qué debería empezar a tener uno ahora?
Mientras se acercaba a su motocicleta, una extraña fisura de poder le recorrió la columna. Se volvió esperando pelea, pero antes que pudiera siquiera moverse, fue golpeado por un choque feroz. Maldiciendo, cayó al piso con fuerza. El dolor explotó a través de él mientras cambiaba a su forma de lobo, luego en humano y en lobo otra vez.
Estuvo completamente inmovilizado mientras su cuerpo luchaba por quedarse de alguna forma pero fue incapaz de ello.
Dare se encaminó hacia él lentamente, luego lo pateó con fuerza en las costillas.
—Deberías haber muerto, Niall. Ahora desearás haberlo hecho.
Niall cargó hacia él, pero sus músculos no cooperaban. Si pudiera poner una mano o pata en el bastardo, le destrozaría la garganta.
Dirigió la mirada hacia Melissa para ver simpatía en su rostro un instante antes que Dare le disparara. Un dolor indescriptible lo atravesó mientras luchaba por estar consciente.
Fue una batalla perdida. En un segundo, todo se volvió negro.
—¿Qué estás haciendo? —preguntó Melissa a Dare.
—Necesitamos saber qué sabe él sobre nuestro experimento. Llegado al punto, necesitamos saber con quién ha estado hablando. No podemos permitir que nuestro secreto se descubra.
Ella se acobardó mientras observaba el cuerpo de Niall continuaba cambiando de forma humana al blanco lobo y viceversa. Al menos hasta que Dare le colocó el collar en su garganta que lo mantuvo como humano. Dado que la fuerza natural de Niall era el lobo, al mantenerlo como humano, especialmente a la luz del día, lo debilitarían.
Y sería doloroso.
Ella sacudió su cabeza ante sus acciones.
—Sabes que no nos va a decir nada.
—No estaría tan seguro de eso.
El Niall que ella recordaba nunca contaría secretos. Moriría antes de hacerlo y él podía aguantar mucho dolor. Aún de niño, había sido más fuerte que cualquier otro.
—¿Cómo puedes ser tan certero?
—Porque lo voy a convertir en nuestro Chacal.
Melissa tragó con el aliento entrecortado ante la amenaza. Oscar era un chacal cuyo corazón era tan negro, que era más animal que hombre.
—Es tu hermano, Dare.
—Yo no tengo hermano. Tú sabes lo que los Katagaria le hicieron a mi familia. A
nuestra patria.
Era verdad. Había estado allí la noche en que el padre Katagari de Dare había liderado el ataque en el campo Arcadiano. Sólo era una niña, ella había sido escondida mientas los ataques comenzaban. Su madre la había embarrado con tierra para enmascarar su olor antes de meterla en el sótano.
Aún ahora, podía ver a los lobos cuando atacaban a su madre y la asesinaban mientras ella observaba con horror a través de las placas del suelo.
Dare tenía razón. Ellos debían proteger a su pueblo. Los animales debían ser despojados de sus poderes y eliminados como las violentas criaturas que eran.
Incluso Niall.
—¿Estás conmigo? —preguntó él.
Ella asintió. —No quiero ver a ningún niño sufrir mi destino. Tenemos que protegernos nosotros mismos. Cueste lo que cueste.
issadanger
Re: A LA SOMBRA DE LA LUNA - NIALL Y MELISSA
Maratón 2/6
Capítulo 3
Melissa recorrió el pequeño campo que habían construido mientras escuchaba a Niall insultar a Oscar cuando él y Dare lo torturaban para sacarle información. Honestamente, no tenía estómago para eso. Nunca lo tuvo.
Tal vez Dare estaba en lo correcto. Tal vez ella no debería estar en una tessera después de todo.
Sin embargo, era una guerrera de habilidades sin precedentes. En batalla, ella no vacilaba en matar o herir. Era sólo la idea de golpear a alguien que no podía defenderse la que la enfermaba.
Él es un animal.
Sin duda la mataría en un segundo. Lo sabía con cada parte de su ser y aún así...
Se amilanó cuando Niall aulló de dolor. Un instante después, Oscar se encaminó hacia ella y el fuego que habían hecho. Sin una palabra, pasó junto a ella y manifestó una barra de hierro.
Frunciendo el ceño, vio cómo la ponía en el fuego.
—¿Qué estás haciendo?
—Pensé que una pequeña variante podrían aflojarle la lengua.
Una ola de náusea la recorrió.
Dare salió de la tienda con la misma cara de disgusto.
—Yo digo que deberías machacar su trasero hasta que hable.
Oscar rió.
Horrorizada, ella no se movió hasta que ellos empezaron a regresar con la barra en mano.
—¡No! —dijo ella severamente.
Oscar la inclinó hacia ella.
—Apártate.
—No— repitió ella. —Esto está mal. Estamos actuando como ellos. La mirada de Dare era estricta y cruel.
—Estamos protegiendo a nuestra gente.
Pero esto no era protección. Esto era una absoluta crueldad. Incapaz de soportarlo, intentó otra táctica.
—Déjadme interrogarlo.
Dare frunció el ceño.
—¿Por qué? Como has dicho él no dirá nada.
Ella señaló hacia la tienda mientras tratada de mantener su ira bajo control.
—Lo habéis estado golpeando durante horas y no hemos llegado a ninguna parte. Déjadme intentar otro acercamiento. ¿Cuál podría ser el daño?
Oscar puso la barra de nuevo en el fuego.
—Necesito comer, de todas maneras. Tienes hasta que termine, entonces lo haré a mi manera de nuevo.
Sintiendo repulsión por ambos, Melissa giró en redondo y se dirigió a la tienda.
La visión de Niall en el suelo la paró en seco. Continuaba en su forma humana, desnudo con ambas manos atadas en un ángulo extraño detrás de su espalda. Otra soga mantenía sus piernas atadas. Estaba cubierto de moretones y cortes al punto que apenas podía reconocerlo.
El hecho que estuviera herido y en su forma humana debía ser agonizante para él. cada vez que lo lastimaban, ellos revertían su forma natural. Para ella era la humana, para Niall...
Él era un lobo.
Tratando de mantener eso en mente, se arrodilló a su lado.
Él gruñó amenazadoramente hasta que levantó la mirada para encontrar la de ella. El dolor y el tormento en aquellos ojos turquesa la hicieron estremecer. Y mientras ella bajaba la mirada, vio la cicatriz en su pecho. La herida donde lo había apuñalado.
La culpa la rasgó por algo que nunca debió haber hecho.
—¿Por qué no simplemente terminas el trabajo?—dijo él, su tono hostil y mortal.
—No queremos hacerte daño.
Él rió amargamente.
—Mis heridas y la diversión que veo en sus ojos cuando me las hacen me cuentan una historia diferente.
Ella apartó el cabello de su frente para ver el vicioso corte a lo largo de su ceja. La sangre manaba de su nariz y labios. —Lo siento.
—Todos lo sentimos por algo. ¿Por qué no eres por una vez un animal y simplemente me matas? —La miró fijamente. —Deberías poder también. No voy a decirte una mierda.
—Necesitamos saber que sucedió con el león. —Vete al infierno.
—Niall...
—No te atrevas a usar mi nombre. No soy sino un animal para todos vosotros. Créeme, me lo dejaron más que claro hace cuatrocientos años cuando me golpearon hasta la muerte y luego me arrojaron para morir.
—Niall...
Él le ladró como un lobo.
—¿Podrías detenerte?—. Él continuó haciendo sonidos de lobo. Ella suspiró, sacudiendo su cabeza. —Con razón no dejan de golpearte.
Desnudando sus dientes en una verdadera forma canina, él gruñó, luego ladró. No había nada humano en el sonido o en su comportamiento.
Melissa retrocedió.
En un momento estuvo alejada de él. Niall cayó en el piso y dejó de hacer sonido alguno. Yacía completamente quieto.
¿Estaba muerto?
No, su pecho aún se movía. También podía oír su desmayada respiración. Mientras lo observaba, sus pensamientos se volvieron hacia el pasado. Al joven de quien una vez había sido amiga. Aún cuando él era cuatro años más joven que ella, había algo en él que la había conmovido.
Donde Dare había sido siempre arrogante y mandón, Niall había mostrado una vulnerabilidad que la había hecho ser protectora con él. Más que eso, nunca la había tratado como a una inferior. Él había sido su compañero y confidente.
Yo seré tu familia, Lissa. Esas palabras la perseguían. Ese había sido el voto de Niall cuando se enteró que su familia había sido asesinada por los Katagaria, por su propio padre de manada. Nunca dejaré que los lobos te lastimen. Te lo juro.
Y así había estado toda la mañana mientras lo torturaban despiadadamente.
Es nada comparado con lo que le hiciste la última vez que lo viste.
Era verdad. Ella no había estado para él, entonces tampoco. Y ellos lo habían golpeado mucho peor que esto.
—Niall—trató de nuevo. —Dime lo que necesitamos saber y te prometo que esto se detendrá.
Él levantó la cabeza para clavarle una furiosa mirada.
—Yo no traiciono a mis amigos.
—No te atrevas a decirme eso. Estaba protegiendo a mi gente cuando te ataqué.
Él dejó escapar un resoplo de incredulidad.
—Por lo más grande, ellos eran mi gente, también.
Ella negó con su cabeza.
—Tú no tienes gente. Eres un animal.
Él torció sus labios en una mueca cruel.
—Bebé, desátame, y te mostraré cuánto de animal hay en el hombre que realmente soy. Créeme. Él es mucho más cruel de lo que lo es el lobo.
—Te lo dije— exclamó Oscar mientras se les unía en la tienda. Él inclinó la roja y ardiente punta de la barra hacia el dosel.
—Deberías irte. El desagradable olor de la carne quemada podría ser demasiado para tu nariz.
Ella vio el pánico en los ojos de Niall mientras trataba de alejarse con rapidez de ellos.
Oscar lo agarró del cabello y lo trajo de regreso. Niall lo pateó, pero no era mucho lo que podía hacer dado lo atado que estaba. Aún así peleó con un coraje que era admirable.
—Fuera— dijo Dare mientras entraba a la tienda.
Mientas se encaminaba hacia el dosel, Niall dejó escapar un aullido tan feroz y lleno de dolor que le hizo pedazos el alma. Girando, vio a Oscar que dejaba caer la barra a través de la cadera izquierda que se quemaba con un olor nauseabundo.
Correcto o equivocado, ella no podía dejar que siguieran haciéndole eso.
Empujó a Dare de su camino, luego pateó a Oscar en la espalda alejándolo de Niall. Antes que pudieran recuperarse, se arrodilló junto a Niall y posó su mano en su hombro. Usando sus poderes, los llevó fuera de la tienda, moviéndolos lejos, dentro del pantano donde habían acampado. Dado que no conocía bien el área, fue el lugar más seguro a donde pudo llevarlo.
Capítulo 3
Melissa recorrió el pequeño campo que habían construido mientras escuchaba a Niall insultar a Oscar cuando él y Dare lo torturaban para sacarle información. Honestamente, no tenía estómago para eso. Nunca lo tuvo.
Tal vez Dare estaba en lo correcto. Tal vez ella no debería estar en una tessera después de todo.
Sin embargo, era una guerrera de habilidades sin precedentes. En batalla, ella no vacilaba en matar o herir. Era sólo la idea de golpear a alguien que no podía defenderse la que la enfermaba.
Él es un animal.
Sin duda la mataría en un segundo. Lo sabía con cada parte de su ser y aún así...
Se amilanó cuando Niall aulló de dolor. Un instante después, Oscar se encaminó hacia ella y el fuego que habían hecho. Sin una palabra, pasó junto a ella y manifestó una barra de hierro.
Frunciendo el ceño, vio cómo la ponía en el fuego.
—¿Qué estás haciendo?
—Pensé que una pequeña variante podrían aflojarle la lengua.
Una ola de náusea la recorrió.
Dare salió de la tienda con la misma cara de disgusto.
—Yo digo que deberías machacar su trasero hasta que hable.
Oscar rió.
Horrorizada, ella no se movió hasta que ellos empezaron a regresar con la barra en mano.
—¡No! —dijo ella severamente.
Oscar la inclinó hacia ella.
—Apártate.
—No— repitió ella. —Esto está mal. Estamos actuando como ellos. La mirada de Dare era estricta y cruel.
—Estamos protegiendo a nuestra gente.
Pero esto no era protección. Esto era una absoluta crueldad. Incapaz de soportarlo, intentó otra táctica.
—Déjadme interrogarlo.
Dare frunció el ceño.
—¿Por qué? Como has dicho él no dirá nada.
Ella señaló hacia la tienda mientras tratada de mantener su ira bajo control.
—Lo habéis estado golpeando durante horas y no hemos llegado a ninguna parte. Déjadme intentar otro acercamiento. ¿Cuál podría ser el daño?
Oscar puso la barra de nuevo en el fuego.
—Necesito comer, de todas maneras. Tienes hasta que termine, entonces lo haré a mi manera de nuevo.
Sintiendo repulsión por ambos, Melissa giró en redondo y se dirigió a la tienda.
La visión de Niall en el suelo la paró en seco. Continuaba en su forma humana, desnudo con ambas manos atadas en un ángulo extraño detrás de su espalda. Otra soga mantenía sus piernas atadas. Estaba cubierto de moretones y cortes al punto que apenas podía reconocerlo.
El hecho que estuviera herido y en su forma humana debía ser agonizante para él. cada vez que lo lastimaban, ellos revertían su forma natural. Para ella era la humana, para Niall...
Él era un lobo.
Tratando de mantener eso en mente, se arrodilló a su lado.
Él gruñó amenazadoramente hasta que levantó la mirada para encontrar la de ella. El dolor y el tormento en aquellos ojos turquesa la hicieron estremecer. Y mientras ella bajaba la mirada, vio la cicatriz en su pecho. La herida donde lo había apuñalado.
La culpa la rasgó por algo que nunca debió haber hecho.
—¿Por qué no simplemente terminas el trabajo?—dijo él, su tono hostil y mortal.
—No queremos hacerte daño.
Él rió amargamente.
—Mis heridas y la diversión que veo en sus ojos cuando me las hacen me cuentan una historia diferente.
Ella apartó el cabello de su frente para ver el vicioso corte a lo largo de su ceja. La sangre manaba de su nariz y labios. —Lo siento.
—Todos lo sentimos por algo. ¿Por qué no eres por una vez un animal y simplemente me matas? —La miró fijamente. —Deberías poder también. No voy a decirte una mierda.
—Necesitamos saber que sucedió con el león. —Vete al infierno.
—Niall...
—No te atrevas a usar mi nombre. No soy sino un animal para todos vosotros. Créeme, me lo dejaron más que claro hace cuatrocientos años cuando me golpearon hasta la muerte y luego me arrojaron para morir.
—Niall...
Él le ladró como un lobo.
—¿Podrías detenerte?—. Él continuó haciendo sonidos de lobo. Ella suspiró, sacudiendo su cabeza. —Con razón no dejan de golpearte.
Desnudando sus dientes en una verdadera forma canina, él gruñó, luego ladró. No había nada humano en el sonido o en su comportamiento.
Melissa retrocedió.
En un momento estuvo alejada de él. Niall cayó en el piso y dejó de hacer sonido alguno. Yacía completamente quieto.
¿Estaba muerto?
No, su pecho aún se movía. También podía oír su desmayada respiración. Mientras lo observaba, sus pensamientos se volvieron hacia el pasado. Al joven de quien una vez había sido amiga. Aún cuando él era cuatro años más joven que ella, había algo en él que la había conmovido.
Donde Dare había sido siempre arrogante y mandón, Niall había mostrado una vulnerabilidad que la había hecho ser protectora con él. Más que eso, nunca la había tratado como a una inferior. Él había sido su compañero y confidente.
Yo seré tu familia, Lissa. Esas palabras la perseguían. Ese había sido el voto de Niall cuando se enteró que su familia había sido asesinada por los Katagaria, por su propio padre de manada. Nunca dejaré que los lobos te lastimen. Te lo juro.
Y así había estado toda la mañana mientras lo torturaban despiadadamente.
Es nada comparado con lo que le hiciste la última vez que lo viste.
Era verdad. Ella no había estado para él, entonces tampoco. Y ellos lo habían golpeado mucho peor que esto.
—Niall—trató de nuevo. —Dime lo que necesitamos saber y te prometo que esto se detendrá.
Él levantó la cabeza para clavarle una furiosa mirada.
—Yo no traiciono a mis amigos.
—No te atrevas a decirme eso. Estaba protegiendo a mi gente cuando te ataqué.
Él dejó escapar un resoplo de incredulidad.
—Por lo más grande, ellos eran mi gente, también.
Ella negó con su cabeza.
—Tú no tienes gente. Eres un animal.
Él torció sus labios en una mueca cruel.
—Bebé, desátame, y te mostraré cuánto de animal hay en el hombre que realmente soy. Créeme. Él es mucho más cruel de lo que lo es el lobo.
—Te lo dije— exclamó Oscar mientras se les unía en la tienda. Él inclinó la roja y ardiente punta de la barra hacia el dosel.
—Deberías irte. El desagradable olor de la carne quemada podría ser demasiado para tu nariz.
Ella vio el pánico en los ojos de Niall mientras trataba de alejarse con rapidez de ellos.
Oscar lo agarró del cabello y lo trajo de regreso. Niall lo pateó, pero no era mucho lo que podía hacer dado lo atado que estaba. Aún así peleó con un coraje que era admirable.
—Fuera— dijo Dare mientras entraba a la tienda.
Mientas se encaminaba hacia el dosel, Niall dejó escapar un aullido tan feroz y lleno de dolor que le hizo pedazos el alma. Girando, vio a Oscar que dejaba caer la barra a través de la cadera izquierda que se quemaba con un olor nauseabundo.
Correcto o equivocado, ella no podía dejar que siguieran haciéndole eso.
Empujó a Dare de su camino, luego pateó a Oscar en la espalda alejándolo de Niall. Antes que pudieran recuperarse, se arrodilló junto a Niall y posó su mano en su hombro. Usando sus poderes, los llevó fuera de la tienda, moviéndolos lejos, dentro del pantano donde habían acampado. Dado que no conocía bien el área, fue el lugar más seguro a donde pudo llevarlo.
issadanger
Re: A LA SOMBRA DE LA LUNA - NIALL Y MELISSA
Maratón 3/6
Capítulo 3 Parte 2
Cuando su mirada encontró la de ella, no había gratitud ahí. Sólo ira y una aguda amenaza que la pinchaba —¿Y ahora qué vas a hacer? ¿Dejarme aquí para que los cocodrilos me coman?
—Debería—. En vez de eso, manifestó un cuchillo con el que cortó las sogas que ataban sus manos.
Niall estaba aturdido por sus acciones.
—¿Por qué me estás ayudando?
—No lo sé. Aparentemente estoy teniendo un momento de extrema estupidez.
Él limpió la sangre de su cara al tiempo que ella cortaba las sogas de sus pies.
—Desearía que tu estupidez te hubiera pateado antes.
Ella se detuvo ante la visión de la cruda quemadura en su cadera, donde el chacal había apoyado la barra. Tenía que estarlo matando.
—Lo siento.
Niall se abalanzó hacia el collar en su garganta y lo haló para liberarse.
Melissa jadeó ante la acción. Nadie debería ser capaz de remover su collar. Nadie.
—¿Cómo lo hiciste?
Él curvó su labio ante ella.
—Puedo hacer muchas cosas cuando no estoy en shock.
Ella empezó a moverse, pero antes que pudiera, él cerró el collar alrededor de su garganta. Sacudiéndose, ella trató de usar sus poderes ya sea para atacarlo o removerlo.
Fue inútil.
—¡Te salvé!
—Jódete —le espetó él. —Yo no debería haber estado ahí si ustedes dos no me hubieran asaltado anoche. Tienes suerte que no te devuelva el favor por lo que me hiciste.
Un crudo pánico la recorrió cuando se dio cuenta que él podría hacer lo que quisiera con ella y no tendría el poder de detenerlo.
—¿Qué es lo que vas a hacer?
No había piedad en su expresión. Ningún perdón.
—Debería arrancarte la garganta. Pero afortunadamente para ti, soy sólo un tonto animal y matar por venganza no está en mi naturaleza—. Ajustó el agarre de su brazo. — Matar por protegerme y a los de mi manada es otra historia. Harías bien en recordar eso.
Mientras abría su boca para responder, Niall los transportó fuera del pantano hasta dentro de la gran casa Victoriana de su hermano Kevin.
La compañera de Kevin se encontraba en la sala, de pie junto al sofá donde su hijo tomaba la siesta. Alta y curvilínea, con cabello corto y cobrizo oscuro, Bride era una de las pocas personas en las que Niall realmente confiaba. Ella dejó escapar un casi aullido de lobo, antes de girar y darles la espalda.
—Por todos los santos, Niall, adviérteme si vas a saltar aquí desnudo.
—Lo siento, Bride— dijo él tratando de mantener su enfoque. Pero se estaba haciendo difícil debido a sus heridas.
—¿Qué te ha pasado a ti?
Miró sobre su hombro para ver a Kevin de pie en la puerta. Él quería contestar pero la pérdida de sus poderes combinada con las heridas, era más de lo que podía soportar. Sus oídos zumbaban. Lo siguiente que supo fue que era lobo de nuevo y el cansancio lo estaba sobrepasando.
No la dejes escapar y no le saques el collar, se proyectó a Kevin antes que la oscuridad lo asolara otra vez.
Melissa se alejó de un salto de Niall en su forma de lobo. Dándose cuenta que estaba inconsciente, empezó a caminar hacia la puerta sólo para encontrar a un hombre que mostraba una atemorizante semblanza con Dare. Este tipo, sin embargo, era más intimidante y más guapo.
—Necesito irme.
Miró sobre ella a la mujer junto al sofá.
—Bride, toma al bebé y ve para arriba. Aunque su tono era de orden, era también gentil y protector.
Ella escuchó a la mujer irse sin ningún cuestionamiento.
Tan pronto como se fue, él entrecerró esos peculiares ojos avellana sobre ella, que eran más de lobo que de humano.
—¿Qué estás haciendo aquí y qué le sucedió a mi hermano?
Ella agachó la cabeza ante su pregunta. Su olor... era inequívoco.
—Eres Arcadiano. Un Centinela como yo—. Pero a diferencia de ella, él escogió esconder las marcas en su cara que los designaban como uno de su rara y sagrada clase.
Él torció sus labios.
—No soy nada como tú. Mi lealtad es para los Katagaria y para con mi hermano. Él me dijo que te mantuviera aquí y eso es lo que haré.
La ira la recorrió. Ella no tenía intenciones de permanecer ahí.
—Debo volver a mi patria.
Él negó con la cabeza, su cara mostraba su determinación.
—Tú eres parte de la patria de mi madre, lo cual te hace mi enemiga mortal. No te irás hasta que Niall lo permita—. Él pasó junto a ella hasta donde Niall yacía en el suelo.
Ella estaba aturdida ante sus acciones.
—¿Me estás secuestrando?
Sin esfuerzo, él alzó a Niall del piso. Tarea nada pequeña considerando el tamaño del lobo.
—Mi madre secuestró a mi compañera y se la llevó a la Inglaterra medieval donde los miembros masculinos de tu patria trataron de violarla. Sé agradecida que no te devuelva el favor.
Esas palabras particularmente similares a las de Niall, le hicieron correr escalofríos en su piel.
—Sólo quiero ir a casa.
—Aquí estás segura. Nadie va a lastimarte... a menos que trates de escapar—. Él giró y subió las mismas escaleras que la mujer había tomado unos minutos antes.
Melissa lo observó hasta que estuvo fuera de su vista. Entonces corrió hacia la puerta principal. Sólo había recorrido tres pasos antes que cuatro lobos se aparecieron frente a ella. Desnudando sus dientes e impulsándose, le bloquearon el camino.
Katagaria.
Lo podía adivinar por su olor. Ese aroma de lobo mezclado con humano y magia. Era de día, lo que significaba que era difícil para ellos aparecer humanos. No imposible, pero dificultoso, especialmente si eran jóvenes o inexperimentados.
Trató de seguir adelante, pero los lobos lo previnieron.
—Haz lo que Kevin te dijo.
Ella giró y se congeló por la conmoción. En su forma humana, este hombre lobo se veía lo bastante parecido a Dare como para ser su gemelo.
—¿Quién eres tú?
—Fang Kattalakis, y más vale que le reces a cualquier dios que adores para que a Niall no le suceda nada. Mi hermano muere y yo tendré tu garganta—. Él miró a los lobos a su alrededor. —Manténgala vigilada—. Luego regresó a su forma de lobo y corrió por las escaleras.
Melissa retrocedió lentamente hacia la sala. Encontrando con la mirada otra puerta de salida, se encaminó hacia ella sólo para encontrar más lobos frente a ella.
El miedo se deslizó por ella al tiempo que recordaba ser una niña indefensa mientras los lobos destruían a su madre. Una y otra vez escuchaba los gritos y revivía la pesadilla de ellos desgarrando a sus padres en pedazos. Trató de hacer explotar a los lobos delante de ella, pero el collar volvía todos sus poderes inútiles.
Estaba ante su merced.
—Retroceded— exclamó ella, lanzando una lámpara a uno de ellos. Los otros aullaron y ladraron, cercándola. Ella no podía respirar, el pánico la inundó ¡La iban a matar!
Kevin quiso sangre cuando vio las profundas heridas en el cuerpo de Niall. —¿Qué sucedió?
Se volvió para encontrar a Fang de pie en la puerta
—Al parecer los Arcadianos lo agarraron y se divirtieron con él.
Las fosas nasales de Fang se dilataron.
—Vi a una de sus perras abajo. ¿Quieres que la mate?
No.
Kevin frunció el ceño al escuchar la voz de Niall en su cabeza. Niall abrió sus ojos y lo miró.
¿Dónde está ella?
—Abajo. Dejé a la manada vigilándola—. Niall se volvió humano inmediatamente. — No puedes hacer eso.
Capítulo 3 Parte 2
Cuando su mirada encontró la de ella, no había gratitud ahí. Sólo ira y una aguda amenaza que la pinchaba —¿Y ahora qué vas a hacer? ¿Dejarme aquí para que los cocodrilos me coman?
—Debería—. En vez de eso, manifestó un cuchillo con el que cortó las sogas que ataban sus manos.
Niall estaba aturdido por sus acciones.
—¿Por qué me estás ayudando?
—No lo sé. Aparentemente estoy teniendo un momento de extrema estupidez.
Él limpió la sangre de su cara al tiempo que ella cortaba las sogas de sus pies.
—Desearía que tu estupidez te hubiera pateado antes.
Ella se detuvo ante la visión de la cruda quemadura en su cadera, donde el chacal había apoyado la barra. Tenía que estarlo matando.
—Lo siento.
Niall se abalanzó hacia el collar en su garganta y lo haló para liberarse.
Melissa jadeó ante la acción. Nadie debería ser capaz de remover su collar. Nadie.
—¿Cómo lo hiciste?
Él curvó su labio ante ella.
—Puedo hacer muchas cosas cuando no estoy en shock.
Ella empezó a moverse, pero antes que pudiera, él cerró el collar alrededor de su garganta. Sacudiéndose, ella trató de usar sus poderes ya sea para atacarlo o removerlo.
Fue inútil.
—¡Te salvé!
—Jódete —le espetó él. —Yo no debería haber estado ahí si ustedes dos no me hubieran asaltado anoche. Tienes suerte que no te devuelva el favor por lo que me hiciste.
Un crudo pánico la recorrió cuando se dio cuenta que él podría hacer lo que quisiera con ella y no tendría el poder de detenerlo.
—¿Qué es lo que vas a hacer?
No había piedad en su expresión. Ningún perdón.
—Debería arrancarte la garganta. Pero afortunadamente para ti, soy sólo un tonto animal y matar por venganza no está en mi naturaleza—. Ajustó el agarre de su brazo. — Matar por protegerme y a los de mi manada es otra historia. Harías bien en recordar eso.
Mientras abría su boca para responder, Niall los transportó fuera del pantano hasta dentro de la gran casa Victoriana de su hermano Kevin.
La compañera de Kevin se encontraba en la sala, de pie junto al sofá donde su hijo tomaba la siesta. Alta y curvilínea, con cabello corto y cobrizo oscuro, Bride era una de las pocas personas en las que Niall realmente confiaba. Ella dejó escapar un casi aullido de lobo, antes de girar y darles la espalda.
—Por todos los santos, Niall, adviérteme si vas a saltar aquí desnudo.
—Lo siento, Bride— dijo él tratando de mantener su enfoque. Pero se estaba haciendo difícil debido a sus heridas.
—¿Qué te ha pasado a ti?
Miró sobre su hombro para ver a Kevin de pie en la puerta. Él quería contestar pero la pérdida de sus poderes combinada con las heridas, era más de lo que podía soportar. Sus oídos zumbaban. Lo siguiente que supo fue que era lobo de nuevo y el cansancio lo estaba sobrepasando.
No la dejes escapar y no le saques el collar, se proyectó a Kevin antes que la oscuridad lo asolara otra vez.
Melissa se alejó de un salto de Niall en su forma de lobo. Dándose cuenta que estaba inconsciente, empezó a caminar hacia la puerta sólo para encontrar a un hombre que mostraba una atemorizante semblanza con Dare. Este tipo, sin embargo, era más intimidante y más guapo.
—Necesito irme.
Miró sobre ella a la mujer junto al sofá.
—Bride, toma al bebé y ve para arriba. Aunque su tono era de orden, era también gentil y protector.
Ella escuchó a la mujer irse sin ningún cuestionamiento.
Tan pronto como se fue, él entrecerró esos peculiares ojos avellana sobre ella, que eran más de lobo que de humano.
—¿Qué estás haciendo aquí y qué le sucedió a mi hermano?
Ella agachó la cabeza ante su pregunta. Su olor... era inequívoco.
—Eres Arcadiano. Un Centinela como yo—. Pero a diferencia de ella, él escogió esconder las marcas en su cara que los designaban como uno de su rara y sagrada clase.
Él torció sus labios.
—No soy nada como tú. Mi lealtad es para los Katagaria y para con mi hermano. Él me dijo que te mantuviera aquí y eso es lo que haré.
La ira la recorrió. Ella no tenía intenciones de permanecer ahí.
—Debo volver a mi patria.
Él negó con la cabeza, su cara mostraba su determinación.
—Tú eres parte de la patria de mi madre, lo cual te hace mi enemiga mortal. No te irás hasta que Niall lo permita—. Él pasó junto a ella hasta donde Niall yacía en el suelo.
Ella estaba aturdida ante sus acciones.
—¿Me estás secuestrando?
Sin esfuerzo, él alzó a Niall del piso. Tarea nada pequeña considerando el tamaño del lobo.
—Mi madre secuestró a mi compañera y se la llevó a la Inglaterra medieval donde los miembros masculinos de tu patria trataron de violarla. Sé agradecida que no te devuelva el favor.
Esas palabras particularmente similares a las de Niall, le hicieron correr escalofríos en su piel.
—Sólo quiero ir a casa.
—Aquí estás segura. Nadie va a lastimarte... a menos que trates de escapar—. Él giró y subió las mismas escaleras que la mujer había tomado unos minutos antes.
Melissa lo observó hasta que estuvo fuera de su vista. Entonces corrió hacia la puerta principal. Sólo había recorrido tres pasos antes que cuatro lobos se aparecieron frente a ella. Desnudando sus dientes e impulsándose, le bloquearon el camino.
Katagaria.
Lo podía adivinar por su olor. Ese aroma de lobo mezclado con humano y magia. Era de día, lo que significaba que era difícil para ellos aparecer humanos. No imposible, pero dificultoso, especialmente si eran jóvenes o inexperimentados.
Trató de seguir adelante, pero los lobos lo previnieron.
—Haz lo que Kevin te dijo.
Ella giró y se congeló por la conmoción. En su forma humana, este hombre lobo se veía lo bastante parecido a Dare como para ser su gemelo.
—¿Quién eres tú?
—Fang Kattalakis, y más vale que le reces a cualquier dios que adores para que a Niall no le suceda nada. Mi hermano muere y yo tendré tu garganta—. Él miró a los lobos a su alrededor. —Manténgala vigilada—. Luego regresó a su forma de lobo y corrió por las escaleras.
Melissa retrocedió lentamente hacia la sala. Encontrando con la mirada otra puerta de salida, se encaminó hacia ella sólo para encontrar más lobos frente a ella.
El miedo se deslizó por ella al tiempo que recordaba ser una niña indefensa mientras los lobos destruían a su madre. Una y otra vez escuchaba los gritos y revivía la pesadilla de ellos desgarrando a sus padres en pedazos. Trató de hacer explotar a los lobos delante de ella, pero el collar volvía todos sus poderes inútiles.
Estaba ante su merced.
—Retroceded— exclamó ella, lanzando una lámpara a uno de ellos. Los otros aullaron y ladraron, cercándola. Ella no podía respirar, el pánico la inundó ¡La iban a matar!
Kevin quiso sangre cuando vio las profundas heridas en el cuerpo de Niall. —¿Qué sucedió?
Se volvió para encontrar a Fang de pie en la puerta
—Al parecer los Arcadianos lo agarraron y se divirtieron con él.
Las fosas nasales de Fang se dilataron.
—Vi a una de sus perras abajo. ¿Quieres que la mate?
No.
Kevin frunció el ceño al escuchar la voz de Niall en su cabeza. Niall abrió sus ojos y lo miró.
¿Dónde está ella?
—Abajo. Dejé a la manada vigilándola—. Niall se volvió humano inmediatamente. — No puedes hacer eso.
issadanger
Re: A LA SOMBRA DE LA LUNA - NIALL Y MELISSA
Maratón 4/6
Capítulo 3 Parte 3
—¿Por qué?
—Sus padres fueron asesinados por nuestra manada. Destrozados frente a ella cuando sólo tenía tres años. Debe estar aterrorizada.
Antes que Kevin pudiera responder, Niall se desvaneció.
Melissa continuó balanceando la lámpara rota ante los lobos a medida que se iban acercando. Aterrada, quiso gritar, pero el sonido estaba bloqueado en su garganta. Todo lo que podía ver era sangre, y sentir el mismo horror que había sentido la noche en que sus padres gritaban haciendo eco en su cabeza. No podía respirar o pensar.
La siguiente cosa que supo fue que alguien la había agarrado desde atrás. Giró, tratando de golpear a su nuevo atacante, entonces se congeló cuando vio que era Niall en su forma humana.
Con su toque gentil, tomó la lámpara de su mano y la dejó en el suelo. Su expresión estoica, sus ojos tan blancos. —No dejaré que te lastimen— dijo él con un tono calmante. —No he olvidado mi promesa.
Un sollozo salió muy profundo de su interior mientras la estrechaba contra él.
Niall maldijo por la manera en que temblaba entre sus brazos. Nunca había visto a alguien que se estremeciera tanto y eso lo enojaba.
—Alejaos— les ladró a los otros. —Estais actuando como jodidos humanos—. Enojado ante su crueldad, la dirigió hacia las escaleras.
—No necesitaba tu ayuda— le soltó ella.
Pero él notó que no se alejaba.
—Créeme, estoy bastante familiarizado con tu buena disposición para apuñalar y matar a sangre fría.
Melissa trastabilló ante esas frías palabras que fueron sugeridas con una bien merecida hostilidad. Era cierto. Él había estado desarmado cuando ella lo atacó y lo dejó con su familia y su brutalidad.
Vergüenza y horror la llenaron
—¿Por qué me salvaste ahora?
—Soy un perro, ¿recuerdas? Somos leales incluso cuando es estúpido.
Ella sacudió su cabeza con contradicción.
—Eres un lobo.
—Lo mismo piensa el resto de la gente—. Se detuvo ante una puerta y golpeó. Una voz amable dijo que entraran.
Niall abrió la puerta y la empujó dentro.
—Soy yo, Bride. Aún estoy desnudo así que me quedaré afuera. Esta el Melissa. Ella no les tiene mucho cariño a los lobos así que pensé que querría quedarse contigo... ¿si está bien para ti?
Bride se levantó de la mecedora mientras acunaba a un dormido infante en sus brazos.
—¿Estás bien, Niall?
Melissa vio la fatiga en su rostro y sólo podía imaginar lo mucho que debía estar sufriendo. Aún así, él había ido por ella...
Era sorprendente.
—Sip— dijo en un tono tenso— pero en realidad necesito acostarme y descansar por un rato.
—Ve a dormir, querido.
Niall se detuvo y miró a Melissa con una feroz hostilidad, tan potente, que los escalofríos le llegaron al alma.
—Tú la lastimas, le lanzas siquiera una mala mirada que hiera sus sentimientos y que me agarren, que te masacraré como carne de ayer y ningún poder, ni tuyo ni de otros, podrán salvarte. ¿Me has entendido?
Ella asintió.
—No estoy bromeando— le advirtió de nuevo.
—Sé que no.
Él inclinó su cabeza hacia ella antes de cerrar la puerta.
Melissa giró para encontrar a Bride cerrando la distancia entre ellas. Sin una palabra y aún sosteniendo al infante, Bride pasó junto a ella y abrió la puerta. Niall estaba de vuelta en su forma de lobo, yaciendo en el pasillo donde debió haber colapsado tan pronto cerró la puerta.
Con preocupada expresión, Bride se arrodilló en el piso y enterró una mano en la blanca piel. —¿Kevin?
Él se apareció en el pasillo junto a ella.
—¿Qué diablos hace él aquí? Lo estaba buscando abajo.
—Quería que vigilara a Melissa.
Kevin miró hacia ella y le dirigió una arisca mirada.
—¿Por qué?
—Él dijo que estaba asustada y que quería que se quedara conmigo. ¿Qué está pasando?
La cara de Kevin se suavizó mientras observaba a su compañera. El amor que él sentía por ella era tan obvio que conmovió el corazón de Melissa. Ningún hombre la había mirado alguna vez con esa clase de ternura.
Él apartó un mechón de cabello de su rostro antes de posar la mano en el cabello negro del infante dormido. —No estoy seguro, bebé. Niall siempre habla más contigo que conmigo.
Él regresó la mirada a Melissa.y la volvió letal y fría.
—Te lo advierto. Si algo les pasa a mi compañera o a mi hijo, te cazaremos y destrozaremos en tantas piezas que nunca te encontrarán toda.
Melissa se puso rígida.
—No soy un animal. No hago presa de la familia de las personas para vengarme. Kevin se mofó.
—Ah, chica, créeme. Los animales no asesinan o atacan por venganza. Eso es puramente humano. Así que en este caso, actúa como un animal y protégela a ella con tu vida. Porque eso es lo que voy a tomar si ella resulta con un corte de papel en tu presencia.
Melissa le devolvió la mirada con una de las suyas. Si él pensaba atacarla, se iba a enterar que ella no era ninguna debilucha. Era una guerrera entrenada y no bajaría la guardia sin una lucha brutal.
—Sabes, realmente me estoy cansando de ser amenazada por todo el mundo.
—No son amenazas. Sólo un hecho declarado.
Melissa lo miró fijamente, deseando ir por su garganta. Si sólo no estuviera usando el collar.
—Ya está bien, gente— dijo Bride. —Suficiente. Tú— le dijo a Kevin— lleva a Niall a la cama y cuídalo—. Se puso de pie y se dirigió a Melissa. —Tú, sígueme y te prometo que no te amenazaré a menos que hagas algo que lo amerite.
Kevin rió bajo en su garganta.
—Y ten en cuenta que aunque ella es humana, persiguió a mi madre y la enjauló. No dejes que su humanidad te engañe. Ella puede ser tan maliciosa como la que más.
Bride le lanzó un beso al aire mientras acunaba la cabeza de su hijo con la otra.
—Sólo cuando estoy protegiéndote a ti y a Bebé Boo, querido. Ahora mete a Fuzzhead en la cama. Nosotras estaremos bien.
Melissa dio un paso atrás para permitir a Bride dirigir el camino de vuelta al cuarto de niños. Las paredes eran de un pálido azul celeste, decoradas con ositos de peluche y estrellas. Puso al infante en la cuna que combinaba en blanco y azul antes de cambiarlo de lado.
Sintiéndose incómoda, Melissa cruzó los brazos sobre su pecho.
—¿Qué edad tiene tu hijo?
—Dos años. Ya sé que debería sacarlo de la cuna, pero es un dormilón kinético y no estoy lista para que se caiga de la cama aún. Tonto, ¿eh?
Ella dibujó una sonrisa por la preocupación de Bride.
—Proteger a tu familia nunca es tonto.
—No, no lo es—. Bride suspiró mientras rozaba el oscuro cabello del bebé con una mano. Volviéndose, enfrentó a Melissa. —Así que, ¿quieres decirme que está pasando?
Melissa se debatió en las razones de eso. Decirle que había ayudado a secuestrar a Niall y que luego se había quedado sin hacer nada mientras dos de su tessera lo torturaban despiadadamente, no parecía un acto de inteligencia que ganara el premio mayor.
Más parecía un suicidio dada la naturaleza de esa “gente”.
—No estoy segura de cómo contestar eso.
Bride entrecerró la mirada.
—Entonces tú debes ser una de esos que lo lastimaron.
—No— dijo ella indignadamente. —Yo no lo torturé. Nunca le haría eso a nadie. Bride amartilló su cabeza suspicazmente.
Capítulo 3 Parte 3
—¿Por qué?
—Sus padres fueron asesinados por nuestra manada. Destrozados frente a ella cuando sólo tenía tres años. Debe estar aterrorizada.
Antes que Kevin pudiera responder, Niall se desvaneció.
Melissa continuó balanceando la lámpara rota ante los lobos a medida que se iban acercando. Aterrada, quiso gritar, pero el sonido estaba bloqueado en su garganta. Todo lo que podía ver era sangre, y sentir el mismo horror que había sentido la noche en que sus padres gritaban haciendo eco en su cabeza. No podía respirar o pensar.
La siguiente cosa que supo fue que alguien la había agarrado desde atrás. Giró, tratando de golpear a su nuevo atacante, entonces se congeló cuando vio que era Niall en su forma humana.
Con su toque gentil, tomó la lámpara de su mano y la dejó en el suelo. Su expresión estoica, sus ojos tan blancos. —No dejaré que te lastimen— dijo él con un tono calmante. —No he olvidado mi promesa.
Un sollozo salió muy profundo de su interior mientras la estrechaba contra él.
Niall maldijo por la manera en que temblaba entre sus brazos. Nunca había visto a alguien que se estremeciera tanto y eso lo enojaba.
—Alejaos— les ladró a los otros. —Estais actuando como jodidos humanos—. Enojado ante su crueldad, la dirigió hacia las escaleras.
—No necesitaba tu ayuda— le soltó ella.
Pero él notó que no se alejaba.
—Créeme, estoy bastante familiarizado con tu buena disposición para apuñalar y matar a sangre fría.
Melissa trastabilló ante esas frías palabras que fueron sugeridas con una bien merecida hostilidad. Era cierto. Él había estado desarmado cuando ella lo atacó y lo dejó con su familia y su brutalidad.
Vergüenza y horror la llenaron
—¿Por qué me salvaste ahora?
—Soy un perro, ¿recuerdas? Somos leales incluso cuando es estúpido.
Ella sacudió su cabeza con contradicción.
—Eres un lobo.
—Lo mismo piensa el resto de la gente—. Se detuvo ante una puerta y golpeó. Una voz amable dijo que entraran.
Niall abrió la puerta y la empujó dentro.
—Soy yo, Bride. Aún estoy desnudo así que me quedaré afuera. Esta el Melissa. Ella no les tiene mucho cariño a los lobos así que pensé que querría quedarse contigo... ¿si está bien para ti?
Bride se levantó de la mecedora mientras acunaba a un dormido infante en sus brazos.
—¿Estás bien, Niall?
Melissa vio la fatiga en su rostro y sólo podía imaginar lo mucho que debía estar sufriendo. Aún así, él había ido por ella...
Era sorprendente.
—Sip— dijo en un tono tenso— pero en realidad necesito acostarme y descansar por un rato.
—Ve a dormir, querido.
Niall se detuvo y miró a Melissa con una feroz hostilidad, tan potente, que los escalofríos le llegaron al alma.
—Tú la lastimas, le lanzas siquiera una mala mirada que hiera sus sentimientos y que me agarren, que te masacraré como carne de ayer y ningún poder, ni tuyo ni de otros, podrán salvarte. ¿Me has entendido?
Ella asintió.
—No estoy bromeando— le advirtió de nuevo.
—Sé que no.
Él inclinó su cabeza hacia ella antes de cerrar la puerta.
Melissa giró para encontrar a Bride cerrando la distancia entre ellas. Sin una palabra y aún sosteniendo al infante, Bride pasó junto a ella y abrió la puerta. Niall estaba de vuelta en su forma de lobo, yaciendo en el pasillo donde debió haber colapsado tan pronto cerró la puerta.
Con preocupada expresión, Bride se arrodilló en el piso y enterró una mano en la blanca piel. —¿Kevin?
Él se apareció en el pasillo junto a ella.
—¿Qué diablos hace él aquí? Lo estaba buscando abajo.
—Quería que vigilara a Melissa.
Kevin miró hacia ella y le dirigió una arisca mirada.
—¿Por qué?
—Él dijo que estaba asustada y que quería que se quedara conmigo. ¿Qué está pasando?
La cara de Kevin se suavizó mientras observaba a su compañera. El amor que él sentía por ella era tan obvio que conmovió el corazón de Melissa. Ningún hombre la había mirado alguna vez con esa clase de ternura.
Él apartó un mechón de cabello de su rostro antes de posar la mano en el cabello negro del infante dormido. —No estoy seguro, bebé. Niall siempre habla más contigo que conmigo.
Él regresó la mirada a Melissa.y la volvió letal y fría.
—Te lo advierto. Si algo les pasa a mi compañera o a mi hijo, te cazaremos y destrozaremos en tantas piezas que nunca te encontrarán toda.
Melissa se puso rígida.
—No soy un animal. No hago presa de la familia de las personas para vengarme. Kevin se mofó.
—Ah, chica, créeme. Los animales no asesinan o atacan por venganza. Eso es puramente humano. Así que en este caso, actúa como un animal y protégela a ella con tu vida. Porque eso es lo que voy a tomar si ella resulta con un corte de papel en tu presencia.
Melissa le devolvió la mirada con una de las suyas. Si él pensaba atacarla, se iba a enterar que ella no era ninguna debilucha. Era una guerrera entrenada y no bajaría la guardia sin una lucha brutal.
—Sabes, realmente me estoy cansando de ser amenazada por todo el mundo.
—No son amenazas. Sólo un hecho declarado.
Melissa lo miró fijamente, deseando ir por su garganta. Si sólo no estuviera usando el collar.
—Ya está bien, gente— dijo Bride. —Suficiente. Tú— le dijo a Kevin— lleva a Niall a la cama y cuídalo—. Se puso de pie y se dirigió a Melissa. —Tú, sígueme y te prometo que no te amenazaré a menos que hagas algo que lo amerite.
Kevin rió bajo en su garganta.
—Y ten en cuenta que aunque ella es humana, persiguió a mi madre y la enjauló. No dejes que su humanidad te engañe. Ella puede ser tan maliciosa como la que más.
Bride le lanzó un beso al aire mientras acunaba la cabeza de su hijo con la otra.
—Sólo cuando estoy protegiéndote a ti y a Bebé Boo, querido. Ahora mete a Fuzzhead en la cama. Nosotras estaremos bien.
Melissa dio un paso atrás para permitir a Bride dirigir el camino de vuelta al cuarto de niños. Las paredes eran de un pálido azul celeste, decoradas con ositos de peluche y estrellas. Puso al infante en la cuna que combinaba en blanco y azul antes de cambiarlo de lado.
Sintiéndose incómoda, Melissa cruzó los brazos sobre su pecho.
—¿Qué edad tiene tu hijo?
—Dos años. Ya sé que debería sacarlo de la cuna, pero es un dormilón kinético y no estoy lista para que se caiga de la cama aún. Tonto, ¿eh?
Ella dibujó una sonrisa por la preocupación de Bride.
—Proteger a tu familia nunca es tonto.
—No, no lo es—. Bride suspiró mientras rozaba el oscuro cabello del bebé con una mano. Volviéndose, enfrentó a Melissa. —Así que, ¿quieres decirme que está pasando?
Melissa se debatió en las razones de eso. Decirle que había ayudado a secuestrar a Niall y que luego se había quedado sin hacer nada mientras dos de su tessera lo torturaban despiadadamente, no parecía un acto de inteligencia que ganara el premio mayor.
Más parecía un suicidio dada la naturaleza de esa “gente”.
—No estoy segura de cómo contestar eso.
Bride entrecerró la mirada.
—Entonces tú debes ser una de esos que lo lastimaron.
—No— dijo ella indignadamente. —Yo no lo torturé. Nunca le haría eso a nadie. Bride amartilló su cabeza suspicazmente.
issadanger
Re: A LA SOMBRA DE LA LUNA - NIALL Y MELISSA
Maratón 5/6
Capítulo 3 Parte 4
—Pero dejaste que sucediera.
Ella era más lista de lo que Melissa quería. —Yo los detuve.
—¿Después de cuánto? Niall estaba en muy mal estado y yo sé cuánto daño puede aguantar y aún así levantarse y pelear. Para desmayarse así como lo hizo... alguien lo golpeó por mucho rato.
Melissa miró a lo lejos, avergonzada. Esto en realidad le hizo más daño en un nivel más profundo de lo que hubiera pensado posible que si no hubiera intervenido antes. ¿Qué clase de persona se queda sin hacer nada mientras están brutalizando a otra? Sobre todo a una a quien llamó una vez amigo.
Así que, dos veces en su vida había permitido que Niall casi muriera y no había hecho nada para protegerlo.
No era mejor que los animales a los que odiaba y esa era una parte de ella que despreciaba incluso más.
—No estoy orgullosa de ello, está bien. Debí haber hecho algo antes y lo sé. Pero realmente les impedí hacerle algo más.
—Estás racionalizando tu crueldad.
Melissa apretó los dientes.
—No estoy racionalizando nada. Honestamente, sólo quiero irme a casa. No me gusta este período de tiempo y no me gusta estar aquí con mis enemigos.
Bride no le dio ninguna escapatoria.
—Y a mí no me gusta lo que han hecho con Niall, pero hasta que sepa más sobre el asunto, no somos enemigos. La hostilidad en este punto viene sólo de ti. Le dije a Niall que velaría tu compañía y es lo que hago. No hay enemistad aquí.
Melissa cortó una intensa mirada hacia la mujer y su tono condescendiente.
—No tienes idea de lo que se siente.
—Ah, espera...— dijo Bride con una sarcástica risa. —Yo estaba metida en mis propios asuntos cuando Bryani envió un demonio a secuestrarme aquí en mi tiempo y llevarme a una villa en la Inglaterra medieval, esto fue cuando yo ni tenía idea que estas cosas fueran posibles. Una vez allí, todos con quienes entré en contacto me amenazaron cuando yo no había hecho absolutamente a nada a ninguno, nunca. Y eso incluía a Dare Kattalakis. Entonces los machos de su patria intentaron violarme por ninguna otra razón que la de estar emparejada con Kevin... Ah, espera, ¿qué estoy diciendo? Aún no habíamos llegado al ritual del emparejamiento. Ellos estaban dispuestos a atacarme por nada más que llevar su marca. Así que, creo que tengo una pequeña idea de lo que estás sintiendo aquí. Y en nuestra defensa, tú no has sido maltratada.
Melissa puso más distancia entre ellas. Lo que Bride describía había sido hacía cuatro años. Y aunque no había participado en ello, sabía por los otros el mucho daño que habían intentado infligir a la mujer ante ella y eso la enfermaba, también.
—No estaba ahí cuando te hicieron eso. Yo estaba de patrulla. Sólo supe de ello después.
—Bueno, bien por ti. Fue extremadamente traumático para mí. Y a diferencia de tu gente, puedo asegurarte que ningún lobo en esta casa te atacará a menos que lo provoques con algo que tú hagas en su contra.
Melissa se burló ante su arrogancia y falta de refinamiento.
—Tú eres humana. ¿Cómo puedes confiar tu vida a animales? ¿No entiendes lo salvajes que son?
Bride se encogió de hombros.
—Mi padre es veterinario. Fui criada alrededor de todo tipo de animales, salvajes y mansos, emplumados, peludos, pequeños y otros. Y honestamente, los encuentro mucho más predecibles que cualquier humano. No apuñalan por detrás, no mienten o traicionan. En toda mi vida nunca ha habido un animal que lastimara mis sentimientos o me hiciera llorar por algo que hizo.
—Considérate afortunada—dijo Melissa con aire despectivo —Yo vi a mi familia entera mientras eran comidos vivos por la misma manada de animales que tienes abajo en tu casa con tu hijo. La sangre de mis padres fluía de sus cuerpos a través de las losas del piso y me goteó mientras estaba recostada aterrorizada de ser destrozadas por ellos.
Ella miró a la cuna donde el hijo de Bride descansaba en paz, inconsciente del peligro en el que estaba debido a la estupidez de su madre. —Sólo era un año mayor que tu hijo cuando pasó. Mis padre dieron sus vidas por la mía y yo observé mientras la daban. Entonces tendrás que perdonarme si es duro para mí pensar bien de cualquier animal excepto de aquellos que están muertos o enjaulados.
—Realmente te hace pensar que hicieron los animales para ser provocados, ¿no?
Melissa se giró ante el sonido de la baja y profunda voz que sonó como el trueno y mandó escalofríos a su cuerpo. Colocándose cabeza y hombros sobre ella, este hombre tenía una mala actitud, tan feroz que se despedía por cada poro de su piel.
Vestido todo de negro, usaba jeans, botas de motociclista Harley y una camisa de manga corta que mostraba un cuerpo masculino perfecto. Él llevaba un pendiente de plata en forma de espada larga en su lóbulo izquierdo con un mango hecho de un cráneo y huesos cruzados.
Mientras él escaneaba su cuerpo, sus labios estaban torcidos en una mueca sarcástica que lo hacía más ominoso con su pequeña barba de chivo negra. Cabello lacio y negro que alcanzaba sus hombros estaba peinado hacia atrás de un par de brillantes ojos azules.
Su comportamiento rudo y letal, le recordó a un asesino a sangre fría. Y cuando miró hacia ella le dio el presentimiento de que la estaba midiendo para un ataúd.
Su corazón latiendo desenfrenado, lanzó una mirada hacia su mano izquierda. Cada dedo, incluyendo el pulgar, estaba cubierto con una garra de plata articulada y ribeteada con una punta tan afilada que era obviamente su arma de elección. Este hombre le gustaba caer bajo y sucio con sus asesinatos.
Llamarlo psicótico sería un paso adelante para él.
Instintivamente, ella se retiró tres pasos.
Bride rió con un sonido feliz mientras lo veía, a pesar del hecho que él obviamente no estaba bien de la cabeza y que era una amenaza incluso mayor que los lobos de abajo.
— J... ¿Qué demonios estás haciendo aquí?
Él apartó esos fríos ojos lejos de ella y se concentró en Bride.
—Astrid desea que cuide a Sasha. Aparentemente algo malo sucedió en el Santuario la noche pasada y está preocupada por su seguridad.
Los ojos de Bride se abrieron. —¿Entonces, qué sabes?
Él lanzó una mirada suspicaz hacia Melissa que hizo que su sangre corriera fría.
—Algunos Arcadianos han encontrado la forma de atrapar a los Katagaria en sus formas animales y despojarlos de su magia. Sasha dijo que aquellos responsables atacaron a Niall y nadie lo ha visto desde entonces. Por consiguiente mi presencia no anunciada aquí sin los compañeros de juego de Trace. Si Sasha está en peligro, Astrid está triste. Si Astrid esta triste, mataré a cualquiera que la esté entristeciendo hasta que esté feliz de nuevo. ¿Así que, donde está Niall?
De cualquier otro hombre, eso sonaría como una broma, pero Melissa no dudaba por un instante que J tuviera intenciones de llevar a cabo su amenaza.
Especialmente no por la manera en que estaba flexionando esas garras en su mano.
—Wow, James— dijo Bride lentamente, sus ojos brillando con interés.
—Creo que ha sido la mayor cantidad de palabras que me has dicho durante cualquier visita. Tal vez incluso con todas ellas combinadas. Estoy impresionada. Y por Niall, pienso que él no es quien está molestando a Sasha, así que por favor, no lo mates. Lo extrañaré si se va. Él está mal herido y se desmayó en cuanto llegó a casa.
Él soltó una maldición tan desagradable, que Melissa hasta se sonrojó.
James entrecerró la mirada hacia ella.
—¿Qué hay de ella? ¿Ella sabe algo?—. El tono no era de pregunta. Era una innegable intimidación.
Melissa se enderezó y tensó, lista para pelear si fuera necesario. —Soy una Aristos. No creo que quieras meterte conmigo.
Él se mofó ante su audacia.
—Como si me importara una mierda. Soy un dios, bebé, así que en el gran esquema de cosas, si yo quisiera arrancarte la cabeza y usarla como bola de boliche, no habría muchos que pudieran detenerme y la mayoría de aquellos que podrían estarían muy temerosos de siquiera intentarlo.
Ella tuvo la sensación que él no estaba alardeando.
—James— dijo Bride con un tono de reproche. —No creo que torturándola obtendrás la información que deseas.
Una lenta y siniestra sonrisa curvó sus hermosos labios.
—Sip, pero podría ser divertido. Yo digo que intentemos y veamos—. Dio un paso adelante.
Bride se plantó delante de él.
—Yo sé que quieres complacer a tu esposa y puedo seriamente apreciar eso. Pero le dije a Niall que ella estaría segura. Por favor, no me conviertas en una mentirosa, J.
Él gruño por lo bajo y por primera vez Melissa respetó a Bride, quien no retrocedió de su agresivo escrutinio.
—Bien, Bride. Pero quiero saber qué está pasando, y si voy a permanecer aquí por largo tiempo sin mi esposa ni mi hijo... sólo digamos que no será bueno para ninguno de ustedes. ¿Dónde está Kevin?
—Con Niall. La primera puerta a la derecha.
Capítulo 3 Parte 4
—Pero dejaste que sucediera.
Ella era más lista de lo que Melissa quería. —Yo los detuve.
—¿Después de cuánto? Niall estaba en muy mal estado y yo sé cuánto daño puede aguantar y aún así levantarse y pelear. Para desmayarse así como lo hizo... alguien lo golpeó por mucho rato.
Melissa miró a lo lejos, avergonzada. Esto en realidad le hizo más daño en un nivel más profundo de lo que hubiera pensado posible que si no hubiera intervenido antes. ¿Qué clase de persona se queda sin hacer nada mientras están brutalizando a otra? Sobre todo a una a quien llamó una vez amigo.
Así que, dos veces en su vida había permitido que Niall casi muriera y no había hecho nada para protegerlo.
No era mejor que los animales a los que odiaba y esa era una parte de ella que despreciaba incluso más.
—No estoy orgullosa de ello, está bien. Debí haber hecho algo antes y lo sé. Pero realmente les impedí hacerle algo más.
—Estás racionalizando tu crueldad.
Melissa apretó los dientes.
—No estoy racionalizando nada. Honestamente, sólo quiero irme a casa. No me gusta este período de tiempo y no me gusta estar aquí con mis enemigos.
Bride no le dio ninguna escapatoria.
—Y a mí no me gusta lo que han hecho con Niall, pero hasta que sepa más sobre el asunto, no somos enemigos. La hostilidad en este punto viene sólo de ti. Le dije a Niall que velaría tu compañía y es lo que hago. No hay enemistad aquí.
Melissa cortó una intensa mirada hacia la mujer y su tono condescendiente.
—No tienes idea de lo que se siente.
—Ah, espera...— dijo Bride con una sarcástica risa. —Yo estaba metida en mis propios asuntos cuando Bryani envió un demonio a secuestrarme aquí en mi tiempo y llevarme a una villa en la Inglaterra medieval, esto fue cuando yo ni tenía idea que estas cosas fueran posibles. Una vez allí, todos con quienes entré en contacto me amenazaron cuando yo no había hecho absolutamente a nada a ninguno, nunca. Y eso incluía a Dare Kattalakis. Entonces los machos de su patria intentaron violarme por ninguna otra razón que la de estar emparejada con Kevin... Ah, espera, ¿qué estoy diciendo? Aún no habíamos llegado al ritual del emparejamiento. Ellos estaban dispuestos a atacarme por nada más que llevar su marca. Así que, creo que tengo una pequeña idea de lo que estás sintiendo aquí. Y en nuestra defensa, tú no has sido maltratada.
Melissa puso más distancia entre ellas. Lo que Bride describía había sido hacía cuatro años. Y aunque no había participado en ello, sabía por los otros el mucho daño que habían intentado infligir a la mujer ante ella y eso la enfermaba, también.
—No estaba ahí cuando te hicieron eso. Yo estaba de patrulla. Sólo supe de ello después.
—Bueno, bien por ti. Fue extremadamente traumático para mí. Y a diferencia de tu gente, puedo asegurarte que ningún lobo en esta casa te atacará a menos que lo provoques con algo que tú hagas en su contra.
Melissa se burló ante su arrogancia y falta de refinamiento.
—Tú eres humana. ¿Cómo puedes confiar tu vida a animales? ¿No entiendes lo salvajes que son?
Bride se encogió de hombros.
—Mi padre es veterinario. Fui criada alrededor de todo tipo de animales, salvajes y mansos, emplumados, peludos, pequeños y otros. Y honestamente, los encuentro mucho más predecibles que cualquier humano. No apuñalan por detrás, no mienten o traicionan. En toda mi vida nunca ha habido un animal que lastimara mis sentimientos o me hiciera llorar por algo que hizo.
—Considérate afortunada—dijo Melissa con aire despectivo —Yo vi a mi familia entera mientras eran comidos vivos por la misma manada de animales que tienes abajo en tu casa con tu hijo. La sangre de mis padres fluía de sus cuerpos a través de las losas del piso y me goteó mientras estaba recostada aterrorizada de ser destrozadas por ellos.
Ella miró a la cuna donde el hijo de Bride descansaba en paz, inconsciente del peligro en el que estaba debido a la estupidez de su madre. —Sólo era un año mayor que tu hijo cuando pasó. Mis padre dieron sus vidas por la mía y yo observé mientras la daban. Entonces tendrás que perdonarme si es duro para mí pensar bien de cualquier animal excepto de aquellos que están muertos o enjaulados.
—Realmente te hace pensar que hicieron los animales para ser provocados, ¿no?
Melissa se giró ante el sonido de la baja y profunda voz que sonó como el trueno y mandó escalofríos a su cuerpo. Colocándose cabeza y hombros sobre ella, este hombre tenía una mala actitud, tan feroz que se despedía por cada poro de su piel.
Vestido todo de negro, usaba jeans, botas de motociclista Harley y una camisa de manga corta que mostraba un cuerpo masculino perfecto. Él llevaba un pendiente de plata en forma de espada larga en su lóbulo izquierdo con un mango hecho de un cráneo y huesos cruzados.
Mientras él escaneaba su cuerpo, sus labios estaban torcidos en una mueca sarcástica que lo hacía más ominoso con su pequeña barba de chivo negra. Cabello lacio y negro que alcanzaba sus hombros estaba peinado hacia atrás de un par de brillantes ojos azules.
Su comportamiento rudo y letal, le recordó a un asesino a sangre fría. Y cuando miró hacia ella le dio el presentimiento de que la estaba midiendo para un ataúd.
Su corazón latiendo desenfrenado, lanzó una mirada hacia su mano izquierda. Cada dedo, incluyendo el pulgar, estaba cubierto con una garra de plata articulada y ribeteada con una punta tan afilada que era obviamente su arma de elección. Este hombre le gustaba caer bajo y sucio con sus asesinatos.
Llamarlo psicótico sería un paso adelante para él.
Instintivamente, ella se retiró tres pasos.
Bride rió con un sonido feliz mientras lo veía, a pesar del hecho que él obviamente no estaba bien de la cabeza y que era una amenaza incluso mayor que los lobos de abajo.
— J... ¿Qué demonios estás haciendo aquí?
Él apartó esos fríos ojos lejos de ella y se concentró en Bride.
—Astrid desea que cuide a Sasha. Aparentemente algo malo sucedió en el Santuario la noche pasada y está preocupada por su seguridad.
Los ojos de Bride se abrieron. —¿Entonces, qué sabes?
Él lanzó una mirada suspicaz hacia Melissa que hizo que su sangre corriera fría.
—Algunos Arcadianos han encontrado la forma de atrapar a los Katagaria en sus formas animales y despojarlos de su magia. Sasha dijo que aquellos responsables atacaron a Niall y nadie lo ha visto desde entonces. Por consiguiente mi presencia no anunciada aquí sin los compañeros de juego de Trace. Si Sasha está en peligro, Astrid está triste. Si Astrid esta triste, mataré a cualquiera que la esté entristeciendo hasta que esté feliz de nuevo. ¿Así que, donde está Niall?
De cualquier otro hombre, eso sonaría como una broma, pero Melissa no dudaba por un instante que J tuviera intenciones de llevar a cabo su amenaza.
Especialmente no por la manera en que estaba flexionando esas garras en su mano.
—Wow, James— dijo Bride lentamente, sus ojos brillando con interés.
—Creo que ha sido la mayor cantidad de palabras que me has dicho durante cualquier visita. Tal vez incluso con todas ellas combinadas. Estoy impresionada. Y por Niall, pienso que él no es quien está molestando a Sasha, así que por favor, no lo mates. Lo extrañaré si se va. Él está mal herido y se desmayó en cuanto llegó a casa.
Él soltó una maldición tan desagradable, que Melissa hasta se sonrojó.
James entrecerró la mirada hacia ella.
—¿Qué hay de ella? ¿Ella sabe algo?—. El tono no era de pregunta. Era una innegable intimidación.
Melissa se enderezó y tensó, lista para pelear si fuera necesario. —Soy una Aristos. No creo que quieras meterte conmigo.
Él se mofó ante su audacia.
—Como si me importara una mierda. Soy un dios, bebé, así que en el gran esquema de cosas, si yo quisiera arrancarte la cabeza y usarla como bola de boliche, no habría muchos que pudieran detenerme y la mayoría de aquellos que podrían estarían muy temerosos de siquiera intentarlo.
Ella tuvo la sensación que él no estaba alardeando.
—James— dijo Bride con un tono de reproche. —No creo que torturándola obtendrás la información que deseas.
Una lenta y siniestra sonrisa curvó sus hermosos labios.
—Sip, pero podría ser divertido. Yo digo que intentemos y veamos—. Dio un paso adelante.
Bride se plantó delante de él.
—Yo sé que quieres complacer a tu esposa y puedo seriamente apreciar eso. Pero le dije a Niall que ella estaría segura. Por favor, no me conviertas en una mentirosa, J.
Él gruño por lo bajo y por primera vez Melissa respetó a Bride, quien no retrocedió de su agresivo escrutinio.
—Bien, Bride. Pero quiero saber qué está pasando, y si voy a permanecer aquí por largo tiempo sin mi esposa ni mi hijo... sólo digamos que no será bueno para ninguno de ustedes. ¿Dónde está Kevin?
—Con Niall. La primera puerta a la derecha.
issadanger
Re: A LA SOMBRA DE LA LUNA - NIALL Y MELISSA
Maratón 6/6
Capítulo 3 Parte 5
Flexionó las garras antes de volverse y salir. Pensó en dar un portazo pero miró al bebé que dormía y cambió de idea.
Cerró despacio.
—Gracias —dijo Melissa tan pronto como estuvieron solas.
—De nada.
Se pasó las manos por los brazos en un esfuerzo por disipar los escalofríos que su presencia había dejado.
—¿Siempre es así?
Bride cubrió al niño con una mantita azul.
—Lo cierto es que me han dicho que ahora es más dulce de lo que solía ser. Cuando Kevin le conoció realmente era un suicida y un psicótico.
—¿Y crees que ha cambiado... cómo?
Bride sonrió.
—Buen punto, pero lo creas o no, cuando trae a su hijo a jugar con el mío la verdad es que es muy tierno con los dos.
Eso sí que pagaría por verlo. No podía imaginarse a alguien tan loco siendo paternal o tierno.
Sacándose a James de la cabeza, Melissa se acercó a la ventana para mirar la calle. Era tan distinto de su hogar. Pero sabía que Dare y Oscar estarían buscándola. Dare era uno de los mejores rastreadores de su patria. No debería tener ningún problema en localizarla y traer refuerzos.
Que los dioses se apiadaran de esta manada cuando llegaran...
—Bueno... —dijo Bride dejando arrastrar un poco la voz. —¿Te importaría decirme qué arma es esa que habéis inventado?
Melissa no dijo nada. El arma era ingeniosa y matarían por protegerla. Con ella, habían probado que la humanidad estaba en el primer lugar de la cadena alimenticia. Ninguno de los animales Katagarios habría sido capaz de diseñarla.
Era lo que podía proteger a su gente de los Katagarios por siempre.
—De verdad que hace que te preguntes qué fue lo que provocó a los animales, ¿verdad? —las palabras de J la obsesionaban. Lo cierto era que nunca antes lo había pensado. Todo lo que había oído era que el ataque había sido no provocado e inmerecido.
No tenía razón para dudarlo.
Pero, ¿y si no había sido así?
—¿Por qué te atacó Bryani? —le preguntó a Bride.
—Aseguraba que estaba intentando salvarme de emparejarme con el monstruo de su hijo. Personalmente, pienso que estaba un poquito chiflada.
Eso era un hecho indiscutible. Bryani había sido la hija de su líder. Como tal, todo el mundo conocía su historia. Era la historia que todas las madres en su patria usaban para asustar a los niños traviesos.
Dado lo que los Katagarios le habían hecho a la pobre mujer, era asombroso que aún tuviera la poca cordura que tenía.
—La retuvieron en su guarida y la violaron repetidamente. ¿Lo sabías?
La expresión de Bride se tornó triste y comprensiva. Era obvio que la tragedia de todo aquello no le era desconocida.
—Sólo la violó el padre de Kevin, pero sí lo sabía. Kevin me contó todo sobre su familia.
—¿Y alguna vez te dijo por qué nos atacaron aquella noche? Bride frunció el ceño.
—¿No lo sabes?
—Tenemos teorías. Pensamos que los lobos debían haber estado hambrientos y el olor de nuestros alimentos les volvió unos asesinos rabiosos inclinados a beber nuestra sangre. Pero no, nadie sabe por qué nos atacaron.
Bride estaba atónita por sus palabras. La expresión cambió de incredulidad a disgusto. —Ah, sabían exactamente lo que hacían. Sólo que no quieren que nadie más lo sepa. Los muy perros mentirosos...
Ahora era Melissa la que estaba desconcertada.
—¿De qué estás hablando?
Cuando Bride contestó, su tono estaba lleno de rabia y desdén.
—¿Ni un sólo macho de tu manada ha confesado nunca lo que hicieron?
—Fuimos víctimas inocentes.
—Sí, y yo soy el ratoncito Pérez. Créeme. El ataque fue provocado. —Bride meneó la cabeza.
—Mira, sólo te diré que los Katagarios, por lo menos, admiten lo que hicieron. No mienten para encubrirlo.
—Vale, sí sabes tanto, por favor ilumíname sobre lo que pasó.
—Vale. Los Katagarios tenían un grupo de hembras preñadas e incapaces de viajar. —Aquello era corriente entre ambos, Arcadios y Katagarios. Una vez que la hembra quedaba preñada no podía cambiar de forma ni utilizar sus poderes para teletransportarse hasta que los niños o los cachorros hubieran nacido.
Bride cruzó los brazos sobre el pecho.
Puesto que estaban en la Inglaterra medieval en el momento en que las hembras concibieron, los machos llevaron a sus hembras a lo profundo del bosque, alejados de la gente y de los pueblos para hacer segura la guarida. Llevaban allí varias semanas sin haber tenido ningún problema. Y entonces, una noche, los machos salieron a cazar para conseguir comida. Encontraron un ciervo y empezaron a perseguirlo cuando dos de los machos cayeron en una trampa. El padre de Kevin, Markus, cambió a forma humana para ayudar a los dos que estaban atrapados y mientras se ocupaba de ellos se acercó un grupo de machos Arcadios, los mismos que habían puesto las trampas. Markus intentó explicarles que no querían hacerles ningún daño pero, antes de que pudiera hacerlo, los Arcadios ejecutaron a los dos lobos que estaban en la trampa y empezaron a disparar flechas a los demás. Como les superaban en número, la manada volvió a la guarida donde se encontraron que la mayoría de sus mujeres y sus niños habían desparecido.
Angelia tragó con fuerza a sentir que un mal presentimiento la recorría.
—Los lobos siguieron el rastro de su olor hasta el campamento de Bryani donde encontraron los restos de la mayoría de sus mujeres. Habían sido masacradas y sus pieles colgaban ensartadas para que se curtieran. Había un puñado de cachorros todavía vivos, pero enjaulados. Así que los lobos esperaron a que cayera la noche... Al ocaso un grupo de Katagarios atrajeron a los machos Arcadios fuera del campamento para que el resto pudiera entrar y liberar a las mujeres y niños que quedaban. El padre de Bryani y algunos otros les atacaron y fue cuando ocurrió la brutal lucha que recuerdas.
Angelia negó con la cabeza
—¡Mientes! Nos atacaron sin provocación. No había ninguna razón para lo que hicieron. Ninguna.
—Corazón —dijo Bride con tono suave. —Ni tú ni yo sabemos la verdad. Sólo te puedo decir los que la manada de Kevin me contó. La verdad, yo les creo y por diferentes razones. Primera, no tenían hembras de esa edad. Parece que alguien las había matado. Y ahora cada macho de cuatrocientos años de edad de la manada protege como un loco a cualquier hembra embarazada. Llevo cuatro años con los lobos y ni una sola vez los he visto siendo agresivos contra nadie a menos que ello o la manada estuvieran amenazados. Ni tampoco he visto mentir a ninguno de ellos. Por el contrario, son brutalmente sinceros.
Melissa se resistía a creerlo.
—Mi gente no atacaría a mujeres y niños. —Intentaron atacarme a mí.
—Por represalias.
—¿Por qué razón? Kevin no les había hecho ningún daño y por supuesto yo menos. Ni un sólo macho de toda tu patria, incluyendo a tu líder, el abuelo de Kevin, vino en mi defensa. Ni uno. Pero deja que te diga. Si alguien o algo llega a esta casa y me amenaza, no hay ni un sólo lobo ahí abajo que no diera su vida por protegerme. Y eso va también para cualquier hembra de la manada.
El niño se despertó y empezó a llorar para que su madre le atendiera.
Capítulo 3 Parte 5
Flexionó las garras antes de volverse y salir. Pensó en dar un portazo pero miró al bebé que dormía y cambió de idea.
Cerró despacio.
—Gracias —dijo Melissa tan pronto como estuvieron solas.
—De nada.
Se pasó las manos por los brazos en un esfuerzo por disipar los escalofríos que su presencia había dejado.
—¿Siempre es así?
Bride cubrió al niño con una mantita azul.
—Lo cierto es que me han dicho que ahora es más dulce de lo que solía ser. Cuando Kevin le conoció realmente era un suicida y un psicótico.
—¿Y crees que ha cambiado... cómo?
Bride sonrió.
—Buen punto, pero lo creas o no, cuando trae a su hijo a jugar con el mío la verdad es que es muy tierno con los dos.
Eso sí que pagaría por verlo. No podía imaginarse a alguien tan loco siendo paternal o tierno.
Sacándose a James de la cabeza, Melissa se acercó a la ventana para mirar la calle. Era tan distinto de su hogar. Pero sabía que Dare y Oscar estarían buscándola. Dare era uno de los mejores rastreadores de su patria. No debería tener ningún problema en localizarla y traer refuerzos.
Que los dioses se apiadaran de esta manada cuando llegaran...
—Bueno... —dijo Bride dejando arrastrar un poco la voz. —¿Te importaría decirme qué arma es esa que habéis inventado?
Melissa no dijo nada. El arma era ingeniosa y matarían por protegerla. Con ella, habían probado que la humanidad estaba en el primer lugar de la cadena alimenticia. Ninguno de los animales Katagarios habría sido capaz de diseñarla.
Era lo que podía proteger a su gente de los Katagarios por siempre.
—De verdad que hace que te preguntes qué fue lo que provocó a los animales, ¿verdad? —las palabras de J la obsesionaban. Lo cierto era que nunca antes lo había pensado. Todo lo que había oído era que el ataque había sido no provocado e inmerecido.
No tenía razón para dudarlo.
Pero, ¿y si no había sido así?
—¿Por qué te atacó Bryani? —le preguntó a Bride.
—Aseguraba que estaba intentando salvarme de emparejarme con el monstruo de su hijo. Personalmente, pienso que estaba un poquito chiflada.
Eso era un hecho indiscutible. Bryani había sido la hija de su líder. Como tal, todo el mundo conocía su historia. Era la historia que todas las madres en su patria usaban para asustar a los niños traviesos.
Dado lo que los Katagarios le habían hecho a la pobre mujer, era asombroso que aún tuviera la poca cordura que tenía.
—La retuvieron en su guarida y la violaron repetidamente. ¿Lo sabías?
La expresión de Bride se tornó triste y comprensiva. Era obvio que la tragedia de todo aquello no le era desconocida.
—Sólo la violó el padre de Kevin, pero sí lo sabía. Kevin me contó todo sobre su familia.
—¿Y alguna vez te dijo por qué nos atacaron aquella noche? Bride frunció el ceño.
—¿No lo sabes?
—Tenemos teorías. Pensamos que los lobos debían haber estado hambrientos y el olor de nuestros alimentos les volvió unos asesinos rabiosos inclinados a beber nuestra sangre. Pero no, nadie sabe por qué nos atacaron.
Bride estaba atónita por sus palabras. La expresión cambió de incredulidad a disgusto. —Ah, sabían exactamente lo que hacían. Sólo que no quieren que nadie más lo sepa. Los muy perros mentirosos...
Ahora era Melissa la que estaba desconcertada.
—¿De qué estás hablando?
Cuando Bride contestó, su tono estaba lleno de rabia y desdén.
—¿Ni un sólo macho de tu manada ha confesado nunca lo que hicieron?
—Fuimos víctimas inocentes.
—Sí, y yo soy el ratoncito Pérez. Créeme. El ataque fue provocado. —Bride meneó la cabeza.
—Mira, sólo te diré que los Katagarios, por lo menos, admiten lo que hicieron. No mienten para encubrirlo.
—Vale, sí sabes tanto, por favor ilumíname sobre lo que pasó.
—Vale. Los Katagarios tenían un grupo de hembras preñadas e incapaces de viajar. —Aquello era corriente entre ambos, Arcadios y Katagarios. Una vez que la hembra quedaba preñada no podía cambiar de forma ni utilizar sus poderes para teletransportarse hasta que los niños o los cachorros hubieran nacido.
Bride cruzó los brazos sobre el pecho.
Puesto que estaban en la Inglaterra medieval en el momento en que las hembras concibieron, los machos llevaron a sus hembras a lo profundo del bosque, alejados de la gente y de los pueblos para hacer segura la guarida. Llevaban allí varias semanas sin haber tenido ningún problema. Y entonces, una noche, los machos salieron a cazar para conseguir comida. Encontraron un ciervo y empezaron a perseguirlo cuando dos de los machos cayeron en una trampa. El padre de Kevin, Markus, cambió a forma humana para ayudar a los dos que estaban atrapados y mientras se ocupaba de ellos se acercó un grupo de machos Arcadios, los mismos que habían puesto las trampas. Markus intentó explicarles que no querían hacerles ningún daño pero, antes de que pudiera hacerlo, los Arcadios ejecutaron a los dos lobos que estaban en la trampa y empezaron a disparar flechas a los demás. Como les superaban en número, la manada volvió a la guarida donde se encontraron que la mayoría de sus mujeres y sus niños habían desparecido.
Angelia tragó con fuerza a sentir que un mal presentimiento la recorría.
—Los lobos siguieron el rastro de su olor hasta el campamento de Bryani donde encontraron los restos de la mayoría de sus mujeres. Habían sido masacradas y sus pieles colgaban ensartadas para que se curtieran. Había un puñado de cachorros todavía vivos, pero enjaulados. Así que los lobos esperaron a que cayera la noche... Al ocaso un grupo de Katagarios atrajeron a los machos Arcadios fuera del campamento para que el resto pudiera entrar y liberar a las mujeres y niños que quedaban. El padre de Bryani y algunos otros les atacaron y fue cuando ocurrió la brutal lucha que recuerdas.
Angelia negó con la cabeza
—¡Mientes! Nos atacaron sin provocación. No había ninguna razón para lo que hicieron. Ninguna.
—Corazón —dijo Bride con tono suave. —Ni tú ni yo sabemos la verdad. Sólo te puedo decir los que la manada de Kevin me contó. La verdad, yo les creo y por diferentes razones. Primera, no tenían hembras de esa edad. Parece que alguien las había matado. Y ahora cada macho de cuatrocientos años de edad de la manada protege como un loco a cualquier hembra embarazada. Llevo cuatro años con los lobos y ni una sola vez los he visto siendo agresivos contra nadie a menos que ello o la manada estuvieran amenazados. Ni tampoco he visto mentir a ninguno de ellos. Por el contrario, son brutalmente sinceros.
Melissa se resistía a creerlo.
—Mi gente no atacaría a mujeres y niños. —Intentaron atacarme a mí.
—Por represalias.
—¿Por qué razón? Kevin no les había hecho ningún daño y por supuesto yo menos. Ni un sólo macho de toda tu patria, incluyendo a tu líder, el abuelo de Kevin, vino en mi defensa. Ni uno. Pero deja que te diga. Si alguien o algo llega a esta casa y me amenaza, no hay ni un sólo lobo ahí abajo que no diera su vida por protegerme. Y eso va también para cualquier hembra de la manada.
El niño se despertó y empezó a llorar para que su madre le atendiera.
issadanger
Re: A LA SOMBRA DE LA LUNA - NIALL Y MELISSA
Bno mis niñas lindas hay esta su maratón espero q lo disfruten y les gusté Aaa y q comenten muchoooooo las quiero y nos estamos leyendo
issadanger
Re: A LA SOMBRA DE LA LUNA - NIALL Y MELISSA
oooooooooooooooooooooooooooooooooooooh pero pero sdfghñ Niall te amo :c y soy una verguenzaaa :c pero no habrá un extra? :c aaaaaaaaaaaaaaaw :c
Feer :)x.
Re: A LA SOMBRA DE LA LUNA - NIALL Y MELISSA
hasta yo confiaria mas en los katagaria que soy yo :c sdfghjkñ siguelaaa
Feer :)x.
Re: A LA SOMBRA DE LA LUNA - NIALL Y MELISSA
hola
volvi :)
perdon por desaparecer tanto tiempo pero mi abuelita murio y pues me sentia fatal :/
pero ya volvi y ya lei los caps que por cierto estan geniales
siguelaaaa
volvi :)
perdon por desaparecer tanto tiempo pero mi abuelita murio y pues me sentia fatal :/
pero ya volvi y ya lei los caps que por cierto estan geniales
siguelaaaa
NaTnAt
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