In love with a criminal [Larry Stylinson] Smut

— Ha-Harry, ¡ah! —gimió Louis contra mis labios cuando mi mano descendió por su espalda hasta su culo y mi dedo medio se adentró en su dilatado agujero. Su cuerpo se arqueó y tomé sus piernas para enrollarlas alrededor de mis caderas. Louis comenzó a mover su pelvis desde arriba hacia abajo, con movimientos rápidos y desesperados, frotando nuestras desnudas erecciones fuertemente



Comencé a caminar a ciegas hasta que mis piernas chocaron con la cama, donde me tiré con el cuerpo de Louis. Me apoyé sobre mis dos manos a cada costado de su cabeza y comencé a friccionar con fuerza y rapidez nuestras erecciones. Adelante, atrás, adelante... dos de mis dedos se adentraron nuevamente a su agujero y un gutural grito escapó de sus labios. Disminuyendo los frenéticos movimientos de mi pelvis, deslicé mi cuerpo hacia abajo y observé con notable hambre su hermoso y erguido pene. Quité mis dedos de su interior y lanzó un lloriqueo ante la pérdida.



Abrí y flexioné un poco sus piernas y me acomodé boca abajo entre éstas. Tomé su hombría entre mis manos. Dura como acero, suave como seda, caliente, deliciosa. Comencé a masturbarlo, primero lentamente, escuchando los ruegos de Louis sobre aumentar el ritmo, así que lo hice, mi mano comenzó a moverse desde la base hasta la cabeza rápidamente hasta que en la ranura de cabeza de su pene pude divisar como ya comenzaba a expulsar líquido pre seminal.



Saqué mi lengua y la pasé por toda su cabeza, dejando aquel líquido para el final, metiendo la punta de mi lengua por la ranura de su pene, limpiando todo rastro de pre semen. Metí casi toda su longitud en mi boca y Louis gritó ante la sorpresa. Tragué toda su dura barra hasta el fondo de mi garganta, jugué con sus pelotas, pasé mi lengua a lo largo de su marcada vena y chupé su purpúreo glande como si fuera una rica mamadera.



— P-por fav-or, Harry —suplicó Louis con su ronca voz entrecortada, cargada de excitación

— ¿Qué deseas que te haga, nene? —pregunté quitando su pene de mi boca con un obseno sonido

— Fóllame.

— ¿Quieres ser follado, Louis? ¿Quieres que te la meta por tu lindo culo y te haga gritar bien alto como la maldita perra pervertida que eres? —gruñí

— ¡Si, Dios, si! Por favor, Harry —prácticamente gritó Louis alzando sus caderas, desesperado por sentir de mi tacto sobre su desnuda y bronceada piel

— Dime Louis... ¿alguna vez te han azotado? ¿has podido experimentar el placer que puede llegar a proporcionarte el saber de que alguien azota tu hermoso culo hasta dejarlo completamente rojo y bien adolorido? —le pregunté

— N-no —respondió con un hilo de voz

— Acuéstate boca abajo —ordené, Louis cumplió con mis órdenes y me senté sobre sus piernas. Mis manos masajearon sus muslos y su trasero suavemente, con precisión. Me incliné un poco y lamí aquella zona con descaro, con ganas



Louis jadeó con fuerza y abrí un poco sus piernas. Mi mano derecha se elevó levemente en el aire, y con un impulso, la dejé caer rápidamente sobre aquel hermoso culo, fuertemente, dejándo mi mano marcada sobre aquella zona. Él soltó un grito de dolor y de sorpresa a la vez por el fuerte impacto de mi mano contra su desnuda piel. Masajeé un poco en el lugar azotado y mi mano volvió a elevarse, para que otro azote haya dado en el mismo lugar que el anterior, causando que el cuerpo de Louis se arqueara ante mí. Un gemido de dolor/placer brotó de su dulce boca y una media sonrisa se posó en mis labios.



Él comenzaba a disfrutar del placer que le proporcionaba el dolor de mis azotes.



Otros tres azotes seguidos cayeron en su culo fuertemente, escuchando como los gemidos y gritos de Louis eran cada vez más altos. Mis manos comenzaron a masajear suavemente la zona azotada de su trasero, de un color rojo intenso, tratando de aliviar un poco su dolor. Me incliné hacia adelante y comencé a lamer y besar su lindo culo, tratando de disminuir un poco el dolor y aumentar el placer.



— Dime, Louis... ¿te gusta que te azote? —pregunté marcando nuevamente su trasero que ya se encontraba de un color rojo intenso

— ¡Si, joder! ¡Me encanta!

— Ya vas a aprender. Quiero que sepas que si te portas mal y desobedeces mis órdenes voy azotarte tan fuertemente, y no solo con mi mano, voy a llevarte al límite y te dejaré con las ganas. No vas a poder correrte hasta que yo no te lo ordene, porque juro que voy a dejarte sin sexo en lo que resta del día. ¿Entiendes, Louis? —pregunté autoritariamente, a lo que él solo asintió con la cabeza— Respóndeme, Louis ¿Entendiste?

— S-si, Harry. Si entendí —contestó dificultosamente— Mmh, si. ¡Ah! —gimió escandalosamente



Y así, otros diez azotes intercalados con suaves masajes, lengüetazos, mordidas, besos y caricias en su culo, lo llevé al límite de su orgasmo. Me paré de sobre su cuerpo y me arrodillé frente a él, dejando mi pene en frente de su cara. Louis miró mi hombría con sus ojos oscuros nublados de placer, para luego elevar sus hermosos orbes hasta los míos.



— Chúpamela —ordené. Y él parecía bastante contento ante mi petición, ya que sin decir ni una palabra, tomó la base de mi duro pene y se lo metió entero dentro de su caliente cavidad bucal— Eso es, bebé. Trágala entera, succiónala, mámala, y prometo que si lo haces bien, voy a dejar que ella te de mi caliente y espesa leche. Juega con ella y has que se ponga feliz. Mmh, si. Así, nene —gemí fuertemente y mis manos se dirigieron hacia su cabeza, tomando sus cabellos con fuerza, marcando el ritmo perfecto



Louis continuaba con su trabajo, mamando mi polla, jugando con ella, lamiéndola, mordiéndola, besándola. Increíblemente placentero. Sus manos jugaban con mis bolas y de vez en cuando sus labios descendían y las metía en su boca, chupándolas con cuidado a cada una de ellas. Complaciéndome.



— Mmh si, Louis, así, sigue así... solo un poco más, estoy cerca, puedo sentirlo. ¡Puta madre! —grité



Mis caderas comenzaron a follar la boca de Louis con ganas, cinco envestidas y, cerrando mis ojos fuertemente, mi orgasmo arrasó con todo. La cabeza de mi pene explsando tira tras tira de mi semen dentro de la boca de Louis, quien tragó toda mi semilla con ganas. Dándole una última lamida, él sacó mi hombría de su boca con cuidado.



Unos minutos después, cuando había recuperado un poco mis fuerzas, abrí mis ojos y me encontré con la encendida mirada de mi amante. Lo atraje hacia mí y besé sus labios, degustando mi escencia en ésta. Comencé a masturbar mi hombría con fuerza y rapidez, estimulándola mientras mi lengua jugaba con ganas dentro de la boca de Louis, explorando cada rincón de ésta y sintiendo la palpitante erección de él. Solo uno o dos minutos pasaron para que mi pene se encontrara despierto nuevamente y con ganas de jugar.



— Ponte en cuatro —ordené una vez que el beso fue roto— Ábrete para mí y sostente fuerte del cabezal de la cama —él hizo lo que yo le pedí sin decir una sola palabra, dejando expuesto ante mi visión, su precioso agujero. Gemí— Mierda, Louis. Estás tan dilatado, bebé, que podría jurar que si ahora lo llamo a Zayn para una orgia, vas a poder recibir nuestras dos vergas juntas —y sin más, penetré en su interior fuertemente, con una envestida seca