Our Little Secret <<LP>>

por **Coonie :)** Miér 10 Jul 2013, 12:58 pm

Nombre: Our little secret.
Autor: Coonie.
Adaptación: No.
Género: Drama, romance.
Advertencias: A mi loca cabeza hace que la historia transcurra entre los siglos XVIII y XIX.
Otras páginas: No.

AVISO: SIN CREATIVIDAD PARA UN PRÓLOGO/SINOPSIS.

I

Londres, Inglaterra.

La mañana es sumamente hermosa. El amanecer se establece y las aves con sus cantos lo vuelven todo más hermoso. Ver esto me hace pensar ¿vale la pena el no poder disfrutar tu vida tal y como quieres? Quiero ser libre, enamorarme de quien quiera y no de quien me asignen, pero eso sólo ocurre en cuentos de hadas, esto es la vida real.

La puerta se abre y los tacos en el piso resuenan, la tortura que se aproxima.

–Buenos días, Srta. Roberts –saluda siempre profesionalmente mi ama de llaves, Meredith.

–Buenos días, Meredith. ¿Cómo has amanecido hoy?

–Muy bien, gracias. Ahora.. –inicia el tema de la tortura–. Su madre me ha pedido algo formal por lo que…

–¿Qué más formal para lo que me pongo todos los días? –interrumpo.

–Su madre ha solicitado el vestido champagne. Iré por él –camina a la puerta y sale de la habitación.

Así que el vestido champagne ¿eh? Asistiremos a algo importante, supongo. Pero, ¿qué podrá ser? Me asomo por el ventanal y encuentro al Sr. Clark alistando el carruaje. Me distraigo un poco viendo cómo labora y no me doy cuenta de que Meredith está a mis espaldas hasta que me vuelvo.

–Aquí está Srta. Roberts. Ahora, si pudiese despojarse de esa ropa..

–Un segundo –camino atrás del vestidor y me saco el vestido de seda blanca.

–¿Le pasó el corsé?

–Por favor.

Recibo parte de mi vestuario y salgo, aún faltan cosas que colocar pero necesito ayuda.

–Déjeme ayudarla –me ata un cinto que realza mi cintura, siempre con cuidado de no lastimarme.

La puerta vuelve a abrirse, esta vez es mi madre, quien entra con su elegante vestido color mora. Se acerca a mí y aparta a Meredith educadamente.

–Falta ajustarlo. Debes atraer a hombres ricos, de tu clase. No a un zapatero ni nada por el estilo –toma el cinto y lo aprieta demasiado. Cierro los ojos por el dolor y los abro al alertarme que ya terminó.

Finalizo de vestirme y me han arreglado el cabello. Lo han atado en una cola de caballo con una cinta del mismo color, realzando mis pómulos.

Camino al comedor está mi padre en el pasillo, quien me sonríe de oreja a oreja. Devuelvo con una sonrisa que más falsa no puede ser y sigo mi camino.

Tomamos el desayuno tranquilamente. Todos en silencio hasta que mi padre rompe la barrera de hielo.

–¿Emocionada, cariño?

–¿Sí? –respondo tímida.

–Lo harás bien, tranquila –interviene mi madre. Me limito a sonreír ya que no sé de qué están hablando.

***

El desayuno finaliza y es hora de marcharse. Frente al carruaje, el Sr. Clark abre la puerta, nos ayuda a subir y nos guía en un tranquilo camino hasta el pueblo.

–¿Vamos a…? –pregunto.

–Iremos un momento al negocio y luego a buscar prospectos para la familia. Hay que comenzar a buscar un esposo para ti.

–Soy muy joven para casarme –digo para mí misma.

–Pamplinas, Elissa, yo me casé mucho más joven que tú.

–Pero me refiero..¿para qué casarme?

–Algún día tendrías que hacerlo –mi padre intenta aligerar el ambiente.

–Sí, pero con alguien que conozca, a quien ame.

–Cariño, tendrás la oportunidad de conocerlo, de amarlo.. –mi madre acaricia mi mano.

–No es así como espero.

–Así debe ser, Elissa –riñe mi padre.

–¿En tan corto tiempo?

–Hay que asegurarnos. Tu padre y yo no estaremos eternamente…

–Y necesitamos que alguien se encargue de la empresa, la producción está bajando.

–Yo puedo hacerlo sola.

–Tonterías. Las mujeres no pueden hacer eso. Necesitamos a un hombre valiente y capaz al mando de nuestra empresa. Aparte, eres muy joven.

–¿Soy joven para manejar una empresa pero si puedo casarme?

–Fin de la discusión.

Paso el resto del amino mirando mis dedos entrelazados, jugando entre sí. Piensan que una mujer no puede hacer nada más que estar en casa. Sin trabajar, sin hacer nada. A mi parecer están equivocados.

El trayecto finaliza, la puerta del carruaje se abre y es momento de bajar. Papá ya está abajo y mamá y yo nos quedamos un momento a solas.

–Sonríe siempre –acomoda unos cabellos rebeldes sueltos de mi coleta.

–Lo haré.

Bajamos y lo primero que escucho es:

–Espalda derecha, por favor, Elissa.

Posición erguida. Ok, ya, lo entendí. Observando detenidamente cada detalle me doy cuenta de que no es como lo esperaba. Estamos en unas de las partes más pobres de la ciudad. Los niños sucios jugando con tierra y varas, las madres en sus negocios de madera tejiendo, hombres llevando carretas de aquí a allá. Mucho movimiento. No sé por qué me trajeron aquí con este atuendo. Inmediatamente me doy cuenta del porqué

“Los días que visitarás el pueblo, has de usar lo más caro. Tiene que quedarle claro a esa gente de cuarta que jamás estarán a tu alcance”

Y he aquí la cosa que más sabe hacer mi mamá: insultar a la gente que no le ha hecho anda. Su miedo a que alguien fije la mirada en mí que no sea de mi clase. Algo estúpido, así se fijen en mí, mi padre no me lo permitiría.

Caminamos y llegamos a una especie de granja, donde los arduos muchachos trabajan, hacen fuerza y se ensucian. Es admirable. Río sola y mamá me fulmina con la mirada.

–Compórtate –riñe.

–Es que.. –río.

–¿Qué?

–Se me ha venido a la mente una imagen de ustedes haciendo todo lo que ellos hacen aquí. No han de durar siquiera una hora –río aún más.

–Suficiente.

–¿Qué no tienes sentido del humor? –me mira mal–. ¿No? Bueno, ya.

Un hombre de cabellera gris brillante se acerca a nosotros y saluda con amabilidad a mi padre. Ellos se saludan con las manos. Se inclina a mi madre y le hace un gesto con la mano, una reverencia y mamá, bueno, ella lo mira con disimulado asco. En cuanto a mí, hace lo mismo que a ella.

–¿Ésta es su hija? Muy hermosa.

–Muchas gracias –respondo con una sonrisa radiante.

–Centrémonos ahora a lo que hemos venido –ofrece mi progenitor.

–Por supuesto, Sr. Roberts.

Se establecen en una conversación a mi parecer nada interesante. Algo de cultivos y ganados. Tal vez no serviría mucho para el negocio como ellos dicen. Mejor se lo dejo a ellos.

Miro a mi alrededor y realmente todo me parece interesante, es genial presenciar el arduo trabajo. Nosotros simplemente devoramos lo que ellos hacen.

Miro fijamente un espacio. Hay musgo y es asqueroso, pero tentador. Quiero arrastrarme ahí y hacer que mi pretenciosa madre ponga el grito al cielo. ¡Ajá! Excusa perfecta.

Hay una pequeña ave –para especificar un pollito– que se ha salido de su corral, creo. Dejo a mis padres sin que se den cuenta, es obvio que están sumidos en la conversación, lo que es mejor.

Mis botas se han ensuciado en el trayecto. El pequeño ante mi presencia se aleja pero lo cojo. Ya en mis manos puedo sentir sus plumas y la forma en que tiembla. Me resulta sumamente adorable. Sé que está asustado. ¿Quién no se asustaría cuando te rapta un extraño? Me adentro en un cobertizo, un gran cobertizo, en realidad, no sé qué nombre darle y hay muchos de éste y gallinas revoloteando sus grandes plumas.

Localizo un lugar en dónde dejarlo, es un poco alejado de mi punto geográfico. Deambulo con cuidado de no pisar excremento de gallina y casi al llegar, algo velozmente pasa por mis pies, asustándome. Fue tan rápido que no vi qué cosa pasó y por el susto, me tambaleo y caigo sentada. Suelto el pollito porque lo estoy apretando fuertemente y el corre. Hay una risa detrás de mí.

–No estás acostumbrada a que te pasen gallinas por los pies ¿cierto?

–Me he asustado y caí. No es nada –respondo orgullosa.

–Casi nada –dice sardónico–. Déjame ayudarte, chica rica –extiende una mano y la tomo, con fuerza. De pie, lo evalúo: alto, delgado, músculos por el trabajo, supongo; cabello negro azabache y ojos negros…Y luego, me evalúo: torpe, sonrojada y con excremento de gallina en el trasero. Miro la falda asqueada.

–Es obvio que no es lo tuyo –dice para sí y sale.

¿Y no me piensa ayudar? Grosero. Lo único que ha hecho es burlarse de mí. Aunque, ¿quién no se reiría de una chica de 16 años con un vestido exagerado lleno de excremento? Sé que he dicho que quería arrastrarme, pero no era literal.

Otra figura aparece. Está con el torso descubierto –al instante me parece un idiota engreído– y carga un pesado saco. Lo tira al piso y las aves se sobresaltan. Revoloteando de aquí para allá. No nota mi presencia sino hasta cuando está en la entrada.

–Hola. No te había visto.

–Es obvio que no –respondo sarcástica. Antes de que intente pisotearme como el otro chico hizo lo haré yo.

–¿Te puedo ayudar en algo? –pregunta suavemente. Tal vez, él no sea como el primero.

–Ok. No te burles pero, entré aquí a dejar un pollito que se escapó y luego según tu amigo me pasó una gallina por los pies, me asusté, me caí y ahora tengo estiércol en mi vestido. ¿Tienes algo con qué limpiarlo?

–¿Estiércol en…?

–Mi trasero. No me hice popo sino que…

–No creo que lo hayas hecho, tranquila, te entendí. Déjame buscar algo con qué limpiarte.

Sale y me deja rodeada de plumas y cocoreos. Ha sido muy amable, no como el primer chico. Eso es bueno. Llega y trae en sus manos un harapo húmedo.

–Ten. No pretendo tocarte.

–¿Por qué no? –pregunto inocente.

–Dos razones. Uno: eres una dama y no podría tocarte el trasero, siquiera para ayudarte. Dos: eres hija del Sr. Roberts, no debo tocarte. Independientemente que quién seas hijas, con sólo verte vestida sé que no eres de mi clase y el tocarte significa meternos en problemas.

–Oh…

Cojo la tela y estiro la parte sucia del vestido. Esto no puede ser más humillante. La mancha se ha aclarado pero esparcido.

–Te falta ahí –señala.

–¿Dónde?

–Tu brazo. Ahí –limpio rápidamente. Le devuelvo su cosa y me acomodo el vestido.

–Lamento hacerte perder tiempo debido a mi torpeza –me disculpo.

–Tranquila, Srta. Roberts –besa mi mano y me sonrojo de pies a cabeza.

–Dijiste que no debías tocarme.

–No debo tocarte el trasero ni ninguna otra zona. Aparte, este es un gesto de despedida.

–Adiós, entonces –salgo con la poca dignidad que me queda. Mamá está ahí mirándome como sólo ella sabe hacer.

–¿Qué hacías ahí?

–Estaba devolviendo un pollito –respondo como niña.

–¿Y te ensuciaste tanto? Mira Freddie, el desastre que ha hecho tu hija con su vestido.

–¿Qué te pasó? –pregunta atónito.

–Me caí.

Miro el cobertizo y salé él. Cargando esos enormes sacos.

–¿Casualmente cuándo estaba el ahí? –pregunta mi madre alzando el tono–. Fuiste ahí por él ¿no?

–Mamá, entré mucho antes que él.

–¿Qué?

–Él no tiene la culpa, él llevaba sus sacos y.. –digo desesperada. He metido la pata. ¿Lo he metido en problemas? Espero que no.

–¡Liam! –llama mi padre.

–Señor. Señora –dice al estar aquí.

–¿Qué hacías ahí cuando estaba mi hija?

–Fui a llevar los sacos de comida para las gallinas.

–¿Ven? Sólo fue ahí de casualidad. Ni siquiera sabía que yo estaba ahí. Entró y me vio sucia.

–Y la ayudé. Ella es una fina chica que debe estar siempre hermosa –me sonríe y automáticamente yo sonrío.

–Retírate –ordena mi padre.

–Permiso. Que tengan un buen día.

–Gracias –respondo con cierta euforia.

–¿Pero ves lo que pasa cuándo te muestras vulnerable? Creen que pueden llegar a ti y hablarte como si nada. Yo me voy. Vámonos. Ahora no podremos ir a buscarte un esposo porque estás hecha un desastre –pelea mi madre sola en el trayecto hasta el carruaje.

Soy la última en subir a él y antes de cerrar miro atrás y lo veo. Sonrío como estúpida y cierro la puerta.

por **Coonie :)** Sáb 13 Jul 2013, 1:31 pm

¡Soy un asco escribiendo! ¿Verdad?

por **~Alejandra~** Sáb 13 Jul 2013, 1:51 pm

Como pedes decir eso? Fue HERMOSO el capítulo
No eres ningún asco! De hecho me pareció divertido y atrevido.
Me encanta como riñe a sus padres y lo que le sucedió de caer el excremento Hahaha. Pero Liam es todo un caballero en educación.
Me ha gustado muchísimo la idea de hacer la novela siglos atrás. Amo este tipo de novelas así que me tendrás por aquí muy seguido.
Soy Ale y me ha parecido fascinante el primer capítulo. Síguela pronto
xx(:

por **Coonie :)** Sáb 13 Jul 2013, 2:02 pm

~Alejandra~ escribió:

Como pedes decir eso? Fue HERMOSO el capítulo
No eres ningún asco! De hecho me pareció divertido y atrevido.
Me encanta como riñe a sus padres y lo que le sucedió de caer el excremento Hahaha. Pero Liam es todo un caballero en educación.
Me ha gustado muchísimo la idea de hacer la novela siglos atrás. Amo este tipo de novelas así que me tendrás por aquí muy seguido.
Soy Ale y me ha parecido fascinante el primer capítulo. Síguela pronto
xx(:

¿En serio?
Ow, muchas gracias :)
Quise hacerla así, ya que no he visto muchas de este tipo (en realidad creo que ninguna) pero al parecer a nadie le gusta y eso me desanima un poco :/

por **~Alejandra~** Sáb 13 Jul 2013, 2:12 pm

Coonie :) escribió:
~Alejandra~ escribió:

Como pedes decir eso? Fue HERMOSO el capítulo
No eres ningún asco! De hecho me pareció divertido y atrevido.
Me encanta como riñe a sus padres y lo que le sucedió de caer el excremento Hahaha. Pero Liam es todo un caballero en educación.
Me ha gustado muchísimo la idea de hacer la novela siglos atrás. Amo este tipo de novelas así que me tendrás por aquí muy seguido.
Soy Ale y me ha parecido fascinante el primer capítulo. Síguela pronto
xx(:

¿En serio?
Ow, muchas gracias :)
Quise hacerla así, ya que no he visto muchas de este tipo (en realidad creo que ninguna) pero al parecer a nadie le gusta y eso me desanima un poco :/

Yo la vi & dije asgsjkdkdf tengo que leerla, lei una también de siglos pasados y la verdad esque me encanto!! Supongo que esta también me encantara (:
No te desanimes. Head Up Smile On! Al principio a veces faltan lectoras y si eres nueva pues un poco mas. Aún así, ponle patrocinio a la novela, ponla en tu firma o debajo de tu avatar, vas a ver que pronto llegarán chicas
xx(:

por **Coonie :)** Sáb 13 Jul 2013, 2:15 pm

~Alejandra~ escribió:
Coonie :) escribió:
~Alejandra~ escribió:

Como pedes decir eso? Fue HERMOSO el capítulo
No eres ningún asco! De hecho me pareció divertido y atrevido.
Me encanta como riñe a sus padres y lo que le sucedió de caer el excremento Hahaha. Pero Liam es todo un caballero en educación.
Me ha gustado muchísimo la idea de hacer la novela siglos atrás. Amo este tipo de novelas así que me tendrás por aquí muy seguido.
Soy Ale y me ha parecido fascinante el primer capítulo. Síguela pronto
xx(:

¿En serio?
Ow, muchas gracias :)
Quise hacerla así, ya que no he visto muchas de este tipo (en realidad creo que ninguna) pero al parecer a nadie le gusta y eso me desanima un poco :/

Yo la vi & dije asgsjkdkdf tengo que leerla, lei una también de siglos pasados y la verdad esque me encanto!! Supongo que esta también me encantara (:
No te desanimes. Head Up Smile On! Al principio a veces faltan lectoras y si eres nueva pues un poco mas. Aún así, ponle patrocinio a la novela, ponla en tu firma o debajo de tu avatar, vas a ver que pronto llegarán chicas
xx(:

¡Eso haré!
¡Gracias! :)

por **Neiitaw Lovato** Dom 14 Jul 2013, 2:48 pm

Nueva lectora!
Siguela!

por **Coonie :)** Mar 16 Jul 2013, 2:41 pm

II

Tres días han pasado desde el incidente con las gallinas. Mamá se ha calmado desde entonces y no ha insistido con respecto a los prospectos a los futuros esposos de su descarriada hija.

En lo que sí ha insistido el día de hoy es en vestirme con sumo cuidado y elegancia. Tendremos visitas de una ciudad algo lejana. No puedo dejar de pensar en el chico que me ayudó en mi peor/mejor día. Su nombre era... No lo recuerdo. Sin embargo, estoy totalmente preocupada. Papá parecía molesto ese día y tengo miedo a que al día siguiente le hiciera algo malo a ese pobre chico inocente; o tal vez –y espero que así sea– actuó así porque estaba mi madre presente.

El nudo ajustandose a mi cintura esfuma los pensamientos antes convertidos en una nube de preocupación. Un gemido de dolor escapa sin previo aviso de mi boca. El cinto ya no me aprieta, ha caído al piso.

–Oh, disculpe, Srta. Roberts.

–No te preocupes, Meredith, no es nada –respondo a la ligera.

–Por favor, no me delate con su madre...

–¿Por qué habría de delatarte?

–Usted ha gemido por el dolor, a su madre no le gustaría eso.

–Tranquila, nunca lo haría. Ella es la que me lo aprieta demasiado. ¿Sabes, Meredith? A veces deseo ser como tú.

–¿Disculpe?

–Tal vez para ti sea una locura, cosa que es muy probable, pero tienes cierta libertad que yo no podré tener jamás…

–¿Y cuál es? No la conozco.

–Tú puedes enamorarte de quien tú quieras, sin obligaciones de matrimonio, ni empresas, ni nada.. O simplemente, no te enamoras si no quieres.

–Pero soy una esclava, vuestra esclava.

–De ninguna manera te considero mi esclava. Sé que estar siempre aquí sirviéndonos no ha de ser agradable, sin embargo, tienes esa libertad. Aquella cosa que envidio.

–Usted cambia tanto de opinión –dice y yo quedo atónita a su cuestión–. Lo siento, no debí decir eso.

–No hay nada que disculpar, supongo. Duda existencial. ¿Por qué lo crees?

–Hay tantas mujeres que desearían estar en su lugar.. Algo tiene que hacerla pensar lo contrario a sus padres ¿no?

–No es por llevarle la contraria, sólo que ¿cómo casarme con alguien a quien no conozco? No le encuentro sentido alguno.

–Meredith, ¿qué tanto te tardas? Apresúrate, están por llegar –la voz de mi madre resuena en las afueras de la habitación.

–Ya casi termino, señora.

–Que sea hoy –sus pasos se pierden a lo largo que avanza en el pasillo.

–Meredith, ¿alguna idea de quiénes son nuestros visitantes?

–No, Srta. Pongamos la última capa de su vestido y arreglemos su cabello. No quiero a su madre furiosa.

–A cada minuto ella lo está –ella sólo sonríe.

***

Los zapatos más incómodos del mundo, vestido exagerado con su estúpido armazón de hierro de color rosa pálido y cabello suelto con ondas. Meredith quería atármelo en un exagerado peinado pero yo insistí en que lo dejase suelto. Espero estar lo bastante presentable para los “x”. Me miro al espejo por última vez, acomodo la parte baja del vestido y me dispongo a salir. Al abrir la puerta está papá.

–Justo te iba a buscar, cielo.

–Ya yo iba a.. –río.

–Vamos o tu madre no estará muy feliz.

Andamos en los alargados pasillos de la casa en silencio. Sólo nuestros pasos retumbando y las agujas del enorme reloj moviéndose.

–Papá, ¿cómo va todo en la granja? –pregunto.

–Bien –arquea una ceja hacia mí.

–¿Qué? –indago debido a su extraña mirada.

–Me resulta extraño que preguntes eso.

–¿Por qué? Es el negocio familiar ¿no? Debe importarme.

–Elissa sabes que mi respuesta seguirá siendo no ¿cierto?

–¿Respuesta a qué? –interrogo inocente.

–Sé que lo haces porque no te quieres casar.

–Es que…

–Elissa, no empieces, por favor.

–Yo…

–Están en el jardín. Tu madre dice que sonrías y te comportes.

–Como si no lo me hubiese repetido miles de veces ayer.

–Es tu madre, entiéndela.

–Como sea –ruedo los ojos. Abro la enorme puerta que da al jardín interior. Pongo la más grande sonrisa que puedo, pero pienso que me veo sumamente ridícula, así que, sólo curvo mis labios.

Llego a la mesa donde están charlando y digo:

–Muy buenas tardes.

–Elissa, al fin llegas –dice mi madre riendo.

–Estás muy linda, Eli. ¡Cuánto has crecido! –dice la mujer mostrando sus hermosas perlas blancas.

–Gracias –respondo tímida. ¿Quién será esa mujer?

–Elissa, ella es Anne, Anne Cox. ¿No la recuerdas? –niego.

–Es obvio que no, no la he visto desde que tenía 6 años.

–Y ellos son sus hijos: Gemma y Harry.

–Un placer, preciosa –dice el chico de cabello castaño. Toma mi mano y la besa.

–El placer es mío, Harry. Gemma –ladeo la cabeza hacia ella y me corresponde.

–¿Por qué no conversan?

–Pienso que es na buena idea que lo hagan, Julianna –dice la dama.

–Yo no la recuerdo –dice la chica.

–¿No te acuerdas de mí, linda? –pregunta el chico de botas hasta la rodilla.

–Coincido con tu hermana, Harry. No los recuerdo, a ninguno.

–Entonces, hay que hacerles caso ¿no crees? –sonríe.

–Tal vez… -respondo en un susurro.

Hay algo en este chico que me dice que no es bueno. Tal vez es su libertad al coquetear, porque eso es lo que está haciendo conmigo. No es como el chico del cobertizo.

Otra vez no, por favor. Ese chico no ha salido de mi cabeza. El enorme grado de vergüenza que me hace sentir así.

–Meredith –llama mi madre con elegancia.

Ella llega casi al instante. Pidiendo permiso para entrar en nuestra mesa a depositar en ella la bandeja de plata con la tetera y las tazas de porcelana para el té.

***

Aproximadamente dos horas han pasado. No sé cómo mamá y Anne no se cansan de tomar té. A mi parecer, es repugnante tanta cantidad.

–¿Apetecen más de té? –ofrece mi señora. Gemma niega inmediatamente y yo la miro divertida. Espero que haya entendido mi mirada de ”Me harta tanto té”

–Por supuesto, querida –responde Anne-. ¿Harry?

–Yo no, gracias, mamá.

–Elissa, cariño, ¿le servirías té a Anne?

–¿Por qué no? –me encojo de hombros. Mamá me mira ceñuda. Creo que no le ha gustado mi forma de responder.

Tomo la tetera y algo temblorosa, sirvo el té en la taza de la Sra. Anne.

–¿Seguro que no quiere, joven? –pregunto muy formal, esta vez.

–Ahora que lo pienso –inicia–. Creo que me apetece un poco, gracias.

Cojo la tetera y él estira su brazo con la taza de porcelana esperando su ración.

Me observa de reojo y eso me hace sentir incómoda. Debido a la incomodidad, no me concentro en mi trabajo y, de torpe, dejo caer la tetera en su regazo. ¡El té caliente que ha traído Meredith ha caído en su regazo!

–Oh, qué torpe he sido, lo siento.

–Meredith..

–¿Sí, mi señora?

–Trae algo con qué asear al Sr. Styles –ordena.

–De inmediato.

–Tranquila, no es nada –dice él.

–Pero por supuesto que lo es. ¡¿No te das cuenta de que una tetera de té hirviendo te ha caído en el regazo?!

–Claro que sí, linda. Es caliente, muy caliente… –dice mirándome raro.

–Meredith está algo lenta. Elissa, lleva a Harry a la cocina y ayúdalo a limpiarse –pide mi madre.

–Vamos –digo mirando bajo.

Camino con la mirada baja todo el tiempo, en todo el trayecto. ¿Es que la vergüenza se ha enamorado de mí y no quiere soltarme? Llegamos y Meredith tiene un harapo en mano. Se lo extiende.

–Gracias, linda –dice él.

–Lo que necesite, joven –da unos pasos a la puerta y yo la miro suplicando que no me deje sola con él. Sale, dejándome con el hombre al que le he arrojado té.

–Creo que ya está. ¿Tú qué crees? –da una vuelta lenta para examinarlo.

–Todo bien –respondo tímida.

–Hey, ¿qué pasa?

–Nada.

–No te avergüences. ¿Sabes? Me ha gustado que lo hicieras. Un pretexto para estar contigo –coge mi mano y la besa.

–Yo no he planeado nada. Soy torpe y fue un accidente.

–¿Por qué será que no te creo? Admítelo, lo hiciste para llamar mi atención –se inclina hacia mí por lo que retrocedo y me inclino en una mesa de madera.

–¿Qué bicho te picó, Styles?

–¿Disculpa? ¿Me hablas así? No es lenguaje para una chica.

–Pues, vete al infierno. No sé qué estás haciendo pero, sea lo que sea, ¡lo odio!

–Mis encantos también influyen en ti ¿eh?

–¿También?

–No eres la única que se ha rendido a mis pies.

–Yo estoy aquí frente a ti de pie, no rendida.

–Es un decir.

–Lo sé. Ese “también” significa que eres un mujeriego.

–Tal vez eso se acabe si me besas.

–No gracias –lo empujo hecha una furia dirigiéndome fuera de la cocina, dirección contraria por la que entramos–. Ahora, ve donde Anne y mi madre.

–Te olvidaste de Gemma.

–Me entendiste ¿cierto?

–Mientras tu boca dice que me largue, tu cuerpo pide a gritos un beso.

–Eso es lo que tú crees, idiota.

Sin más lo dejo ahí, con palabras en boca. Me voy en el pasillo y me adentro en el estudio de mi padre.

–¿No estabas con tu madre? –dice mi padre tomando un maletín.

–Me aburrí de tomar té –bufo.

–Tu madre ama esa cosa.

–Ya lo creo. ¿A dónde vas?

–Al pueblo.

–¡Genial! ¿ Puedo acompañarte?

–Debes estar aquí con tu madre.

–Pero..

–Pórtate bien y tendrás a tu madre feliz –besa mi frente y se va.

Ruedo mis ojos. Tengo que ver a Idiota Styles y no quiero.

Alcanzo llegar al patio interior en dónde estábamos tomando el té y se han levantado. Han entrado en el salón familiar, donde nos sentábamos a hablar y pasar tiempo de calidad en la fogata las noches de frío. O eso era lo que hacíamos antes.

El cielo se nubla, las nubes se tornan de un gris oscuro y un trueno hace posesión de todo lo que puedo oír, asustándome.

Cruzo el patio y llego a la puerta de madera finamente tallada. Pongo mi mano en el picaporte pero antes de abrir, escucho su voz ronca.

–Si me permite decirle, Sra. Roberts, me ha interesado su hija. Quiero convertirla en mi esposa..

Mis ojos se abren exageradamente, el corazón se me dispara, acelerado. Mi mano cae y me recuesto a la puerta, pegando mi oreja para escuchar el resto de la conversación. Esto es malo, muy malo. Mi madre no está tan desesperada para decirle que sí ¿cierto? Dios quiera que no.

–Harry –riñe su madre–. Todavía no era el momento.

–Yo pienso que sí, madre –responde altanero.

–¿Hablas en serio, muchacho? –interroga mi madre ¡No!

–Muy en serio. Su hija me ha parecido excelente. Es decidida, valiente y de una belleza exótica. Extraordinaria. Y si bien me equivoco, usted está buscando un prospecto, o eso es lo que se dice en el pueblo y…

–Harry –riñe su madre nuevamente.

–Anne, déjame hablar –dice–. Y yo pensé que sería bueno si su hija se casa con un conocido.

–Eso no estaría mal –responde mi madre. ¿Por qué le responde eso? ¿Por qué lo hace? No quiero casarme, y mucho menos con él.

–Podríamos hablarlo. Yo la cuidaría.

–De eso estoy muy segura. Sé que Freddie estará de acuerdo.

¡No! ¿Por qué? No, no y no. Esto es tan ¡Agh! Prefiero a un completo desconocido.

“Él para ti es un desconocido. No sabes nada de él, excepto que es un patán” dice mi conciencia.

Me voy de ahí corriendo. Papá va al pueblo. Debo ir con él, distraer la mente..

Los relámpagos iluminan el cielo gris y lo único que logro hacer es correr. Mi padre ya está andando en el carruaje a varios metros de mí.

Corro detrás de ellos y grito que se detengan, pero, al parecer, no me escuchan.

–¡Papá, Sr. Clark! ¡Espérenme! –grito a la vez que subo mi vestido y corro. El viento va en dirección contraria a la mía, su velocidad me golpea el rostro, aparte, el viento azota los árboles por la tormenta que se avecina. No me importa, debo huir. No quiero volver a casa. No voy a casarme con él. Ya es demasiado tarde, el carruaje se ha alejado de mi vista. Paso las manos por mi cabello para quitarlo de mi cara. Miro atrás y ni siquiera mi hogar está a la vista. ¿Cuánto he corrido? No lo sé. Tengo dos opciones: huir de casa, siquiera por un rato o ir a mi realidad, la triste realidad de Elissa Roberts.

Decido escaparme. Sigo caminado hacia adelante, sin mirar atrás. A mi madre no le gustará esto, pero ¿qué más da?

Mi caminata se ha alargado y no sé en dónde estoy parada. Estoy en el mismo camino que tomé. No creí que el pueblo fuese tan lejos de casa. Parece corto el viaje cuando vas a caballo.

Ruidos extraños se empiezan a escuchar detrás de mí. ¿Qué podrá ser? Asustada, sigo andando. Se calman las cosas por unos minutos. Lo único que escucho es el viento . Mas tarde –unos diez minutos después– vuelvo a escuchar los mismos ruidos. “Tal vez sea el viento” digo para mí misma. Tal vez esa teoría sea cierta. El viendo hace ruidos extraños ¿no?

Mi teoría de que sólo es el viento se descarta cuando veo una figura negra pasando de un lado del sendero al otro ocultándose en el bosque. El miedo se apodera de mi cuerpo. Otra vez siento el extraño sonido. Miro atrás y la figura está a unos pocos metros de mí. Es un hombre, muy sucio y con muchas cicatrices.

–¿Quién eres? –pregunto desconfiada.

–Srta. Roberts –dice él, medio perdido.

–¿Quién eres?

–Eso no importa. Creo que me he ganado un trofeo encontrándome con usted..Sola.

–¿Qué quiere?

–Muchas cosas –avanza y yo retrocedo.

–No puedo. Adiós –digo y salgo disparada corriendo como loca.

–¡Venga! –grita y corre también.

Malditos zapatos, no me dejan correr. Me adentro a la espesura del bosque tan pronto como puedo y las ramas de las plantas me golpean fuertemente al rostro, dejan heridas que me arden.

Corro y en una desnivelada parte del piso, piso parte del hierro del esqueleto de mi vestido, ya que no estoy acostumbrada a correr –y mucho menos en estas condiciones de vestimenta– y caigo rodando colina abajo, golpeándome repetidas veces, muy fuertemente. Ruedo más de un minuto cuando al fin me detengo. Caigo fuertemente sobre mi espalda. El viento azota todo y mis párpados empiezan a caer.

–Srta. Roberts –dice una figura distorsionada que no distingo. Mis párpados caen y lo último que veo son esos hermosos ojos cafés.

por **~Alejandra~** Mar 16 Jul 2013, 2:57 pm

Harry egocéntrico
Hahaha She's a bradford bad girl! YEAH se escapó
Y alguien la seguía ¿Quien era?
Meredith es un amor!
Bueno al menos le tiró el café a Harry no?
Su mama me estresa es demasiado mala! Es como una bruja de cuentos de hadas.
Síguela pronto me ha encantado :D
xx(:

por **Coonie :)** Miér 17 Jul 2013, 12:02 pm

~Alejandra~ escribió:
Harry egocéntrico
Hahaha She's a bradford bad girl! YEAH se escapó
Y alguien la seguía ¿Quien era?
Meredith es un amor!
Bueno al menos le tiró el café a Harry no?
Su mama me estresa es demasiado mala! Es como una bruja de cuentos de hadas.
Síguela pronto me ha encantado :D
xx(:

¡Sí! xd
Pronto saldrá a la luz la identidad de ese hombre.
Meredith es ajcsjsdbhfjsxhf
Fue un accidente, aunque en retrospectiva, me pareció genial que lo hiciera :D
No le digas así a Julianna. Ella quiere algo bueno para su hija, el problema es que la sofoca u.u
Intentaré seguirla u.u

por **Coonie :)** Miér 17 Jul 2013, 12:08 pm

¡CHICAS, POR FAVOR!
Lectoras, dejen de ser fantasmas.
Es importante para mí que comenten
Se siente feo que me mate escribiendo para que nadie me diga si está bien o no :c y mis capítulos no son precisamente tan cortos.
Esperaré un tiempo a ver si llegan lectoras o cancelo.
Creo que mi idea de hacerla siglos atrás es una *beep*

GRACIAS, LAS QUIERO

por **~Alejandra~** Jue 18 Jul 2013, 11:25 am

A mi me encanta la idea!
Intenta no cancelar
Porfa (:
❤

por **Coonie :)** Jue 18 Jul 2013, 6:01 pm

~Alejandra~ escribió:
A mi me encanta la idea!
Intenta no cancelar
Porfa (:
❤

Si las cosas siguen como está tendré que hacerlo :C

por **Coonie :)** Vie 26 Jul 2013, 6:13 pm

¡Hola!
A las lectoras que son fantasmas (casi todas) les vine a avisar que pedí eliminar éste tema, lo pasé a otro: Two worlds collide para que sigan leyendo, si quieren.
Gracias

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