Camp Half Blood || novela colectiva.

Todos los campistas hacían diferentes actividades. Unos entrenaban, otros simplemente se divertían y algunos ni siquiera se habían despertado. Beezus caminaba tranquilamente hacía su cabaña para poder darse una ducha antes de desayunar.

—Que bueno que viniste —interrumpió de la nada Quirón caminando junto a ella.

—Ni lo menciones —espeto la morena sin siquiera mirarlo.

—Es bueno tenerte aquí de vuelta —y ahí fue cuando Beezus paro en seco.

—Alguna vez estuve aquí, ¿verdad? —por una extraña razón éste lugar lo recordaba. Sólo fragmentos, pero lo recordaba.

—No lo recuerdas bien, pero sí, estuviste aquí —respondió con una media sonrisa —. En tus sueños.

La mirada y oídos de Bee se pusieron alerta, dispuestos a saber todo lo que Quirón dijera o hiciera.

—¿Acaso recuerdas a ese sátiro qué te regalo ese arco? —señalo con los dedos a la arma de Beezus y ésta asintió —. Él era tu protector, él te guió hasta aquí muchas veces.

—¿Y por qué sólo se presentaba en sueños? —pregunto con el ceño fruncido.

—Por qua a él… Bueno, él murió —dijo algo incomodo, y podía notarse su mirada de lamento.

—¿Murió o lo mataron? —espeto prácticamente enfadada.

—Era tu protector, Beezus. Eso es lo que hacen, mueren para salvarte —quiso ser lo más comprensivo posible, pero Bee no estaba dispuesta a escuchar más.

—Estoy harta de que las personas mueran por mí —finalizó para cerrar la puerta de su cabaña detrás de ella. Dio un pequeño salto al encontrarse con una castaña con el aura somnolienta sentada en su litera. La castaña se veía confundida, y no tenía por que estar allí —. ¿Qué haces aquí?

—No lo sé —murmuró confundida. Se tomó la cabeza con las más y frotó su cabello castaño —. Beezus, ¿verdad?

—Sí, pero aún no entiendo que haces en mi cabaña —dijo algo extrañada. Podía oler algo, y no le gustaba para nada.

—Tan sólo desperté aquí, ni siquiera sé cómo llegue —respondió. La morena cruzo sus brazos en su pecho y se puso a pensar.

—Yo también desperté en el bosque, y se supone que dormí aquí —se encogió de hombros.

—¿Qué está pasando? —inquirió más que confundida, pero ésta vez había miedo en sus palabras.

—Cuando lo sepa te lo diré —afirmó con seguridad, a lo que aquella desconocida rió.

—Quizá no me conoces, soy Nicole Lowet —extendió su mano y Beezus caminó hacia ella para estrecharla —. Tienes… Tienes césped en tus pantalones —rió otra vez con timidez. Beezus sacudió sus piernas y se ayudó con las manos para quitar la suciedad de su trasero.

—¿Qué tal si dejamos toda ésta confusión de lado y desayunamos? —le propuso. Nicole la miro algo extrañada.

—No pareces de las personas que te invitan a desayunar, más bien pareces de esas las que te echan a patas de su cabaña si te encuentran allí —sonrió mientras trataba de analizar a la morena. Ésta se volvió a encoger.

—Lo sé, y si vuelves a analizarme o ese será tu destino, querida Lowet—trató de sonar seria, pero Nicole soltó una carcajada.

—Trataré de no volver a hacerlo —extendió sus brazos hacia arriba en forma de inocencia. Por primera vez en el día Beezus sonrió.

Caminaron medio campamento para llegar al gran comedor, que se trataba de un conjunto de mesas, sillas y bancos bajo una especie de techo o al aire libre. Ellas prefirieron sentarse afuera. Nicole hablaba animadamente con ella, pero Bea se limitaba a decir: sí, no, ya lo creo, eso estúpido, y aunque fuera algo cortante, las dos estaban cómodas con eso.

—Hola —masculló un castaño de cabellos revueltos sentándose al lado de Nicki e interrumpiendo su conversación. La castaña rodó los ojos y Beezus levantó una ceja.

—Él es Edward Starkson, engreído, vanidoso y mujeriego chico que nunca deja de molestarme —habló Nicole a su nueva compañera.

—Que buena impresión tienes de mí, Nicki —dijo divertido.

—No me llames Nicki.

—¿Y por qué no, Nicki? —ya comenzaba a ser exasperante.

—Ya cállate, Starkson, o esas serán tus últimas palabras —hizo contacto visual y Edward tragó saliva. A veces podía ser muy intimidante.

—Bien —masculló con un enfado de niño pequeño.

Nicole abrió la boca para hablar, pero una nueva persona se unió a la conversación, a lo que Beezus comenzaba a fastidiarle que haya tantas personas a su alrededor.

—Chicos, ¿vieron a Niall? —indagó una morena con la respiración agitada. Los castaños negaron con la cabeza.

—¿No se supone qué es tu hermano? —la voz fría de Beezus hizo que Edward temblara.

—Hermanastro —contesto cortante Michelle —. Desde ayer que no lo veo y debe terminar de limpiar su cabaña.

—¿Eres la encargada de las cabañas de Hera? —le habló Nicki con una sonrisa. La morena asintió.

—Yo soy el encargado de las cabañas de Afrodita —comentó Starkson queriendo impresionar a las chicas, pero en realidad sólo quería impresionar a una y Beezus lo había descubierto. Muchas personas pensaran que con su carácter bruto no tiene tiempo para analizar a las personas, pero es la mejor en aquello.

—Y no sólo es Niall, no saben nada de Vivian, Denisse, Louis, Daphne, Javadd y Percy —contó con una pizca de preocupación, pero apenas notable. Michelle y Beezus se parecían.

—Es una larga lista de niños perdidos —se burló Donovan. Nicole quiso hablar, pero la volvieron a interrumpir. Eso de interrumpirla se estaba haciendo costumbre.

—Chicos, tenemos un problema —ésta vez al agitado era Liam —. Quirón quiere vernos. Ahora.



—O sea, que están perdidos y, ¿quieres que nosotros los busquemos? —Beezus enarcó una ceja. Sí que comprendía el plan de Quirón, lo que no comprendía era porqué tenían que ser ellos exactamente.

—Exacto.

—¿Y por qué nosotros? —habló Michelle cómo si le sacara las palabras de la boca a Donovan.

—Porqué están destinados a algo que aún no puedo comentarles —espeto con seriedad —. Lo único que puedo decirles es que si alguien tiene que ir son ustedes, de otra forma, sé que los otros campistas no volverán.

—Bien —aceptó Edward —. ¿Dónde están?

—En una fiesta privada, llena de lotófagos.



—¿Y por qué en un monstruosidad? —inquirió Edward, a lo que Absolem gruñó e hizo a Beezus sonreír con malicia.

—Él sabe exactamente donde están, ¿verdad, amigo? —le habló animadamente Liam a la criatura, ésta asintió con la cabeza. La sonrisa de Beezus se tornó más suave, volviéndose calida mientras observaba el ánimo del castaño. Cayó en la cuenta de que estaba sonriendo y frunció el ceño.

—¿No le temes? —le preguntó. Liam hizo una mueca y negó.

Todos se subieron al duro y caliente lomo de Absolem y éste despego sin ser muy cuidadoso. No son cómo nosotros, Absolem, no les gusta lo arriesgado, le contó mentalmente. Ya me dí cuenta, contesto el dragón.

Pasaron varios minutos y llegaron a una gran casa al lado de un lago. Las luces que provenían de ese lugar se hacían notar más en la fría noche. La música retumbaba en los oídos de todos. Absolem bajo a un costado de la mansión que se suponía que estaban sus compañeros y sacaron sus armas.

—¿Listos? —Liam los observó a todos y éstos asintieron; menos Beezus.

—Que empiece el juego —habló la morena con su sonrisa más espantosa que puedan hacer sus rojos labios, cómo si fuera una pesadilla en persona.

Edward y Liam tiraron las puertas de una patada para que pudieran entrar, pero Beezus se escabulló por una ventana con arco y flecha en mano.

Todo el mundo parecía no notar la presencia de las armas, ya que seguían con sus bailes, besos y tragos cómo si sus mentes no estuvieran allí ese momento, sólo sus cuerpos. Todos tenían una flor de loto en sus manos. Estaban drogados.

Había varias personas vestidas de verde que se sorprendieron al ver a los campistas allí.

—Los de verde, son ellos —señaló Nicole.

Los lotófagos corrieron al encuentro de una pelea contra ellos y varios fueron fusilados, otro seguían peleando. Beezus dejó a sus compañeros atrás, decidida a buscar a los otros escabulléndose entre la multitud.

Vio a sus compañeros perdidos bailando al otro extremo de la pista, muy lejos de ella. Sintió una mano en su espalda y automáticamente se giró y tiro una patada en el aire para que un lotófago cayera al suelo con la nariz sangrante.

—No me hagas daño, te lo suplico —repetía sus lamentos.

—Oh, ya cállate. Eso es lo que todos dicen —apuntó con su arco y de un momento a otro le dio justo en el medio del cráneo.

em, bueno, hola (?) acá está mi cap, quería dejarlo antes de irme de vacaciones -otra vez- y bueno, espero que les haya gustado. no puse varios personajes bc estaban en la fiesta y esop, pero creo que a danish se le va a ocurrir algo ingenioso para el próximo capítulo. y, síp, mi bee es todo una malota (?) miren el gif, o sea, plz. ahque. idk, bai, las amo .l.

Miaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Me encanto el cap, mujer, en serio <3 Amo que aunque Bee y Nicole sean opuestas, congenian muy my bien Jo, Starkson siente algo por la Nicky   que no lo niegue, es verdad   
Esa cosa del por que solo ellos pueden ir a buscar a los traviesos que quedaron atrapados con lotófagos me tiene muuuuuy intrigada   tienes que decirme

Supongo que sigue Dani, no? la espero<3
Que te vaya genial