Stay Strong Elizabeth {Liam Payne}

por **Harold** Jue 14 Nov 2013, 2:54 pm

Nombre: "Stay Strong".

Autor: Yo, Clary.

Adaptación: Nop.

Genero: Drama-Romance.

Advertencias: Ninguna.

Otras paginas: No

Stay Strong, Elizabeth.

Llega en momento en que todo lo que llevas callando toda tu vida explota, todas eso que siempre te lastimo se convierte en rabia reprimida, y todos sabemos que no se puede vivir mucho tiempo con rabia corriendo por tu cuerpo.

La muchacha morena observa con horror todo lo que acaba de hacer, mira al cuerpo tirado frente a sus pies y sabe que su vida se acaba de arruinar, si antes vivía en un caos total pronto va a descubrir que se siente estar en el infierno.

Elizabeth siente como su cuerpo comienza a temblar y perder el calor, pero sacando fuerzas de donde no se imagina se agacha junto a la cabeza del hombre que le arruino cada uno de sus días, con sus dedos le toca el pulso de su cuello. Nada, todo indica que él está oficialmente muerto.

Beth se pregunta ¿Por qué esto no se siente como me lo imagine? ¿Por qué no se siente bien al saber que él hombre dueño de la cara de sus pesadillas esta muerto? Él merecía morir, lo merecía por todo el daño que le hizo ¿no?

Pasa el tiempo y ella sigue ahí, junto al cuerpo muerto. En su bolsillo su celular suena pero Beth no se mueve, se queda así con la vista clavada en su padre.

Media hora después golpes en la puerta llaman la atención de la castaña, como si se tratase de un sonámbulo Beth se levanta y camina hasta la puerta, cuando esta se abre los ojos marrones de su mejor amigo Liam se posan en los de ella, evaluándola, sospechando que algo no va bien. Cuánta razón Liam, nada va bien para Beth.

-¡Elizabeth! Por el amor de Dios, hace todo el día que trato de ponerme en contacto contigo. – Liam, ¿Qué haría ella sin su amado Liam? Siempre preocupándose por ella, cuidándola como si valiese todo para él.

-Yolomaté- Las palabras salen sin permiso de la boca de Beth, tan rápido como una ráfaga, indescifrables como un acertijo.

-¿Qué dices?- Liam nunca vio a su Elizabeth de esta forma, ella que normalmente brilla como una estrella se encuentra tan ida, como si estuviese allí pero a la vez no.

Beth levanta su mano izquierda y se la enseña a Liam quien al ver la sangre se acerca de golpe a ella.

-¿Qué paso? ¿Te lastimaste?- El castaño toma en sus grandes manos la pequeña mano de Elizabeth, la revisa buscando algún corte del cuál haya salido la sangre pero no lo encuentra.

-Yo no Liam, mi padre.- Ante la atenta mirada de Liam quien se encuentra confundido, Beth levanta su otra mano, la derecha, en la cual tiene el cuchillo con el que acaba de matar a su padre.

Liam se humedece los labios, pensando y tratado de armar un rompecabezas con todo lo que su amiga le acaba de decir, su padre está herido y Elizabeth debe de haberlo ayudado.

-¿Tu padre fue al hospital?- Pregunta suavemente, la muchacha niega con la cabeza. “No se merecía ir a un hospital” Piensa para sí misma.

Liam recuerda de pronto todo aquello que alguna vez escucho y vio de la relación de Elizabeth con el señor Monroe.

Él recuerda como Beth se ponía nerviosa, casi como que actuaba demente cuando su padre entraba a algún lugar que ellos se encontrasen, o como una vez ella lo llamo llorando diciéndole que ya no lo soportaba más, que no podía seguir viviendo en su casa.

Estaba claro para el castaño que la relación de Elizabeth con su padre no era muy buena, bueno en realidad es bastante mala teniendo en cuenta como ella actúa con él pero ¿Qué chico a la edad de 19 años no tiene problemas con sus padres? Muy pocos.

-Necesito que me expliques porque no estoy llegando a ninguna conclusión por mi parte- Liam fue hacia atrás con sus pies hasta quedar completamente en el pórtico de la casa roja, apoyo su pared contra una de las columnas que daban al frente de la vivienda.

Beth sabía que cuando le dijese la verdad Liam enloquecería, pero ¿Qué importa? ¿A caso ella misma no se estaba volviendo loca? Ninguna persona en su sano juicio mataría a otra, ni siquiera a alguien que me merecía morir. Después de todo ella no podía actuar como Dios y decidir si su padre debería morir o no, lástima que no haya pensado todo esto hace unas horas.

Cerrando la puerta tras de sí camino hasta estar frente a su mejor amigo, lo miro a los ojos y para ella ya era momento de confesar su delito.

Con su cuerpo entero temblando estiro sus dos manos, tirando el cuchillo en el proceso tomo las manos de Liam y volvió su mirada a la unión de estás. Si alguien iba a extrañar ese era Liam.

-Yo lo maté Liam- Dijo las palabras con pesar, culpa y debilidad.

-Tú, ¿tu lo mataste?- Él sabía que había escuchado bien, pero no lo entendía. Quiero decir, ¿su amiga? ¿La cuál parece un ángel incapaz de hacer mal a nadie había matado a una persona?

-Lo hice Liam, lo mate, justo como él me mato en vida todos estos años.- Puede que eso suene bastante mal pero no hay otra forma de decir lo que el hombre que debía cuidarla le hizo pasar.

Desde siempre su padre era alguien violento, pero con los años, todo empeoró. Cuando su madre los abandono, Edgar se puso más y más violento, para Elizabeth estar en su casa era como estar en un infierno. Los golpes físicos nunca le dolieron tanto como los psicológicos.

A una persona que se le vive diciendo que nunca va a ser buena, está se lo comienza a creer después de escucharlo muchas veces. Si alguien te dice que no vales nada millones de veces, va a llegar ese momento en que sientas que es cierto, no vales nada.

Como si todo esto no fuese suficiente hace dos años cuando Elizabeth solo tenía 17 años su padre se metió en su habitación en la noche, cuando le susurro que se mantenga callada su aliento olía a Whisky. Esa noche, fue la noche en que Beth dejo de ser la niña inocente y pura que era, esa noche lo cambio todo, ella se sentía muerta en vida.

Las lágrimas comenzaron a caer por el rostro blanco como porcelana de Elizabeth, los recuerdos de todos esos años la terminaron por romper.

-Él era el diablo en persona, me golpeaba, me insultaba, me hacía sentir como… si fuese insignificante. Pero, yo podía vivir con toda esta mierda Liam, pero cuando él me tocó solo, solo no le vi sentido a estar viva.

Liam quería abrazarla, claro que quería hacerlo pero no podía moverse enterarse de tantas cosas juntas era como un shock. Él amaba a Elizabeth pero no podía hacer nada para salvarla, ya era muy tarde para poder salvarla.

-Necesito pensar- Fueron las últimas dos palabras que Beth escucho de su mejor amigo, pero no lo culpaba Liam tenía razón en querer alejarse de ella.

Cuando Liam se fue, Elizabeth entro a la casa tomó un papel y lapicera y le escribió una carta a la única persona que siempre estuvo a su lado.

“Querido Liam: Necesito que sepas que para mi eres la persona más importante, te estaré agradecida toda una eternidad por tu amistad, tu amor y tu cariño.

Sabes que cometí miles errores entre ellos nunca haberme animado a corresponderte cuando me confesaste tu amor, debes saber que siempre te amé, no hubo un momento en mi vida que no lo haya hecho pero tú mereces algo mucho mejor que yo, estoy rota, incluso creo que me eh vuelto loca y diablos, desearía ser mejor, más completa, perfecta para vos. Pero nunca voy a ser suficiente.

Solo quiero pedirte una cosa: Recuérdame en nuestros mejores momentos, necesito que cuando alguien me nombre o cuando mi imagen cruce por tu mente sonrías, pensando en todas nuestras risas, y momentos inolvidables juntos. No me llores, no lo merezco.

Hay muchísimas cosas que desearía decirte pero no hay tiempo, mi hora aquí termino cuando manche mis manos de sangre. Debo morir, merezco morir.

Me despido de vos, mi gran amor, mi incondicional amigo. Siempre te cuidaré desde donde este.

Por siempre tuya, Elizabeth”

Beth tomo su carta y salió al pórtico, cogió el cuchillo que minutos antes había tirado y volvió a meterse a la casa.

Pasando junto al cuerpo ensangrentado de su padre, le dedico una última mirada, y por primera vez en años no vio el rostro que le daba miedo, vio al hombre que de niña la llevaba por helados. Le sonrió a la cara pálida de Edgar y subió las escaleras, encerrándose en el baño lleno la bañera y cuando esta estuvo lo suficiente llena se saco sus ropas machadas de sangre y se metió en ropa interior a la bañera.

-Lo siento Liam- No se le ocurría otra persona a la cuál debería pedirle perdón por lo que estaba a punto de hacer.

Elizabeth tomo la carta y la puso en el suelo junto a su ropa. Luego clavo lentamente el cuchillo sobre su muñeca, y lo fue subiendo lentamente observando cómo su propia sangre cubría su brazo. Casi ni siquiera sentía el dolor, su mente estaba tan decidida a hacer esto que no le permitía sentir dolor. Poco a poco el agua transparente se fue mezclando con su sangre, Beth cerró los ojos buscando la paz que tanto anhelaba, para ella todo había acabó no quedaba ningún mal contra el cual luchar.

Su lucha estaba acabada, ella había vencido al monstruo, pero en el proceso se había convertido en uno.

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