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Centro de rehabilitación (NC)
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Página 2 de 6. • 1, 2, 3, 4, 5, 6
Re: Centro de rehabilitación (NC)
Capítulo 3
Grace Dylan
Describir mi vida en una palabra: repugnante.
Describir mi vida antes de que ella llegase: monótona.
Describir mi vida en una frase: “Nada es lo que soy”
- Grace!, Grace despierta! – oía a lo lejos, luego un intenso brillo me hizo despertar.
- ¿Qué?
- Levántate y haz tus maletas – era ella, mi madrastra, Lillian. Estaba parada en el umbral de la puerta con una no muy feliz expresión en su rostro. Bueno ella nunca estaba feliz.
Sin quejas me levante e hice lo ordenado. Al terminar la duda seguía allí.
- ¿Adónde iremos?
- Tú te irás, yo no.
- ¿Por qué?
- ¿Por qué? – repitió de manera sarcástica – Porque estoy harta de ti, vagas por la casa como si estuvieses muerta, apenas hablas y te vistes como…como…
- Ya – la interrumpí antes de que continuase – ya sé cómo me visto y como soy, no hace falta que me lo repitas otra vez.
- Qué bien, me harta tener que hablar contigo.
- Igual a mí – musité con la cabeza abajo.
Me levanté sin rechistar, nunca lo hacía, y entré rápidamente al baño, hice todas mis necesidades, tomé mis cosas y salimos de casa.
Dos horas de viaje después llegamos al supuesto destino.
- ¿Qué es esto? – interrogué; frente a mis ojos se elevaba un inmenso edificio blanco, con detalles en el exterior que parecían sacados de una clásica película de terror.
- Esto es tu nuevo hogar boba – me dijo sonriente, supongo que había de estar feliz al deshacerse de mi – ahora baja.
- Bien.
Bajé del auto y saqué mis maletas, apenas termine ella se largó. Típico, no iba ni a despedirse decentemente.
Di media vuelta, mire detenidamente el lugar unos minutos. Inmenso, escalofriante, desconocido y mi nuevo hogar. Suspiré y caminé hacia la entrada.
Mientras más cerca estaba más murmullos oía, me detuve en la puerta y leí una placa colocada en la misma.
- “Centro de Rehabilitación Juvenil” – leí, ¿rehabilitación?, pero… - Debe ser una broma.
- No, no lo es.
Mi corazón dio un brinco al escuchar esa profunda voz, mi cuerpo se estremeció por la cercanía y mis manos se congelaron por el miedo.
Gire sobre mí y me encontré a un joven; cabello castaño con una delicada caída hacia el frente, ojos color miel que inevitablemente me hicieron sonreír, ¿yo sonreír?, la última vez que lo hice fue cuando el, mi padre, aún estaba conmigo.
- ¿Qu-quien eres? – le pregunté en un murmullo después de volver de la luna, el sonrió dejando ver una perfecta hilera de blancos dientes.
- Tu madrastra me dejo a cargo de ti, no intentes escapar porque no llegaras a ninguna parte Grace – vaya, al menos mostró una señal de interés y preocupación.
- Bien – me remití a contestar, no iniciaría una discusión que se que terminaría perdiendo y además no podía ni tenía ganas de discutir con nadie.
Entré al edificio con el desconocido detrás de mí, el lugar estaba atestado de gente, jóvenes y adultos en todas partes.
Me escondí en una esquina junto al muchacho y esperamos, esperamos y esperamos.
- 1, 2,3, probando – una mujer se colocó entre la multitud y habló – Bienvenidos a nuestra clínica de rehabilitación en la cual ustedes podrán mejorar en lo que respecta a sus problemas. Bien, también me gustaría anunciar unos alumnos de intercambio que vinieron de Manchester hasta Londres para apoyarlas y – apenas oía lo que decía aquella mujer, estaba embobada con él, con el desconocido que estaba conmigo, no sabía su nombre pero si sabía que Lillian lo había dejado a cargo de mi. Genial, no sé ni su nombre y deberé remitirme a sus órdenes.
- Oye, ¿Grace estás ahí? – su mano paso frente a mis ojos y me di cuenta de que aún lo miraba fijamente – Es hora, debo irme. Volveré a visitarte. Al fondo – señalo a mis espaldas – ahí una lista, en esa lista está el nombre de tu psicólogo, debes hablar, ¿bien?, hablar de verdad – asentí – No te metas en problemas, haz lo que te ordenen ¿sí?, solo así te mejoraras y volverás a casa con Lillian.
- Lo que menos quiero es volver – susurré. Usualmente hablaba así, susurraba las cosas o no las decía ¿por qué? No lo sé, no tenía ganas ni de abrir los ojos por la mañana.
- Te oí – murmuró también – estarás bien – musitó, beso mi mejilla y salió de la clínica, dejándome completamente sola.
- Estaré bien – repetí.
Caminé por un largo pasillo inundado de gente y llegué hasta donde, se suponía, estaba la lista de psicólogos.
- Liam Payne – suspiré – nombre de abuelito.
Dejé mis maletas junto a otras que estaban apiladas en una esquina por “seguridad” y seguí a una mujer que me indicaría el consultorio del abuelito que tendría por psicólogo. Al llegar espere unos minutos sentada afuera, luego se me indico que entrase.
- Grace Sophie Dylan, ¿correcto? – miré a ambos lados de la habitación pero no vi a nadie – Hija de Susan Marie Wilson y Robert Arthur Dylan – seguía sin divisar a nadie en el cuarto, me estaba asustando pero no podía salir corriendo.
- ¿Quién es? – susurré.
- Tu psicólogo niña – contesto y de inmediato la silla detrás del escritorio giro y entonces pude ver a aquel hombre.
- Oh – fue lo único que salió de mis labios y apenas fue audible.
- Toma asiento Grace – señalo al frente, me acerqué temerosa y me senté – Ahora hablemos.
- Bien – musité con la mirada perdida en un punto desconocido de la habitación.
Tomó una carpeta y comenzó a nombrar los datos que había en ella.
- Tienes 16, hija única, tus padres…fallecidos – mencionó con cierto toque de arrepentimiento – lo lamento Grace.
Asentí levemente.
- Continuemos. Tu madre falleció cuando tenías 8, tu padre se casó nuevamente 2 años después con…Lillian Wale.
- Si.
- Tu madre, Grace, tu madre falleció por el cáncer, ¿no es así?
- Si - conteste cabizbaja, hablar de la muerte de mis padres era demasiado para mi. No podía con el recuerdo, no podía con el sentimiento de culpa, de melancolía y nostalgia que invadía mi mente y corazón, no podía vivir sin ellos.
- Y tu padre falleció en un accidente automovilístico.
Asentí, las lágrimas se agolparon en mis ojos, cubrí mi rostro con mi cabello y reprimí un sollozo. La herida en mi pecho seguía latente, como si toda la desgracia fuese reciente, apreté mis puños, la impotencia, la rabia, el enojo con el destino también seguía allí; acompañando tristemente al dolor.
Bajé aún más mi rostro, no quería que él me viese llorar, no quería parecer débil frente a los demás. La debilidad no es una virtud en la vida, demuestra cobardía así como las lágrimas.
- Grace, ¿estás bien? - en su voz se denotaba la preocupación, sus manos tomaron delicadamente las mías; levanté mi mirada y me encontré con un par de ojos tiernos de color café.
- Si - respondí.
- ¿Segura?
- Si.
- Estás llorando - murmuró demasiado cerca de mi.
- No...no importa - contesté de la misma manera.
- Grace...eres especial - sonrió y acarició mi mejilla con el dorso de su mano, acción que provocó un extraño efecto en mi estómago. Mariposas.
Luli Bieber
Re: Centro de rehabilitación (NC)
Me encanto *O* akhsksa Morí con lo del nombre de abuelito xDD Gracias por la puntualidad ^^
HeyIt'sKaty^^
Re: Centro de rehabilitación (NC)
Nombre de abuelito, morí con eso.
Pobre, padres fallecidos :(
Mariposas, mariposas everywhere (8
Espero el siguiente
Pobre, padres fallecidos :(
Mariposas, mariposas everywhere (8
Espero el siguiente
raymond.
Re: Centro de rehabilitación (NC)
Me encantó tu capitulo. Nombre de abuelito jejeje.
Ahora sigo yo bueno escribiré el cap. y dentro de un rato lo subo.
Saludos!
Ahora sigo yo bueno escribiré el cap. y dentro de un rato lo subo.
Saludos!
Loveru
Re: Centro de rehabilitación (NC)
EsmeraldaReina escribió:Sube capi :)
Lo estoy terminando en un rattito lo subo, perdón :oops:
Loveru
Re: Centro de rehabilitación (NC)
Capítulo 4
Scarlet Peace
-Hija por favor deja de llorar- decía mi madre angustiada, pero ya nada me importaba -Por favor, te lo suplico, basta- dijo a punto de romper en llanto -De acuerdo, si es lo que quieres ve- dijo en un susurro.
-Madre- dije con la voz rota -Lo siento, se que a ti te parece mal, pero papá tiene razón, lo mejor es que valla allí, no puedo seguir soportando toda mi vida este dolor, me siento una idiota, una basura, un error de nacimiento- agregué, intentando dejar de llorar.
-Hija, sabes que no eres un error, te voy a extrañar demasiado, soy una pésima madre, porque nunca me di cuenta de que tú sufrías- dijo dolida y me abrazó fuertemente.
-Cuídate mucho, cualquier cosa me avisas, si te quieres ir te vengo a buscar, si sientes que esto no te ayuda y prefieres volver a casa, solo dímelo, vendré a visitarte siempre que pueda, hija por favor cuídate- dijo mi madre y me abrazó fuertemente.
-Lo haré, gracias por cuidarme y preocuparte- dije en un susurro.
Me quedé observando como mi madre se alejaba en su auto. Me sentía realmente una mierda, ella y mi mejor amiga eran las únicas que se preocupaban por mi, y yo como una idiota las hice angustiar de por demás, cuando ambas descubrieron que era bulímica casi se infartaron, mi madre sufrió demasiado cuando los médicos le advirtieron que si no comenzaba rehabilitación, podría morir pronto, Nessa mi mejor amiga, casi se suicida cuando me vio internada en el hospital, en cambio mi hermano, me insultó y me dijo que era un error de nacimiento, mi tía por parte padre, me dijo que hubiera sido mejor que me hubiese muerto y no que viva y siga dando problemas, y mi padre, él fue el peor de todos, me insultó, me dijo que estaba loca y me golpeó obviamente nunca se lo dije a mi madre, si no lo más probables es que se hubiese divorciado, y yo no quería seguir dando problemas.
Mi hermano quiso mandarme a un loquero, el lugar donde debería estar, en cambio mi padre, por primera vez en su vida razonó un poco las cosas y decidió mandarme al centro de rehabilitación, por supuesto lo dijo como si me estuviese dando la opción de quedarme en casa y superarlo o de venir aquí, pero en el fondo sabía que quiera o no, me hubiese mandado a este lugar, así que para que discutir y seguir arruinando la vida de mi madre y de mi mejor amiga, mejor venir por voluntad y no que me obliguen.
Sacudí la cabeza y limpié una pequeña lágrima que se deslizaba por mi mejilla, luego tomé mi maleta y entré al loquero, digo centro de rehabilitación.
Al entrar vi a varias personas, chicas como de mi edad que sufrían al igual que yo, no tenía ni idea si ellas estaban por su cuenta o las habían obligado a venir aquí, supongo que para la mayoría es la segunda opción, nadie en su sano juicio quisiera estar aquí, pero claro hay excepciones.
-1, 2, 3, probando- se escuchó a alguien hablar en medio de la gente -Bien… bienvenidos a nuestra clínica de rehabilitación en la cual todos ustedes podrán mejorar en lo que respecta a sus problemas. Bien, también me gustaría anunciar unos alumnos de intercambio que vinieron de Manchester hasta Londres para apoyarlos y ver como progresan ellos también- dijo señalando con su dedo índice en una dirección -Bien, la lista de psicólogos según su problema está en el tablón al fondo, al lado estará la sala en la que se encuentra cada psicólogo e irán a conocerlos. Deben dejar las maletas aquí ya que tenemos que inspeccionar que no lleven cosas afiladas, pastillas, vidrios o algo que se pudiese romper fácilmente- terminó su discurso.
¿Dejar mi maleta para que la revisen? ¿Acaso está de broma? No quiero dejar mis objetos personales a mano de no se quien, para que los revisen, en mi maleta tengo cosas muy íntimas, como mi diario íntimo, el cual ahora que recuerdo no tiene candado, también tengo fotos de mi familia y mi amiga, y mi ropa interior. Me ruborizo ante la idea de que alguien vea todas esas cosas.
Afortunadamente mi diminuta carterita está bien tapada por mi abrigo, en ella tengo laxantes y algunas pastillas anti estrés, sin contar que también tengo una especie de lima, la cual utilizo para vomitar, no puedo entregar esos objetos, se que estoy aquí para que me ayuden, y poder superar mi trastorno alimenticio, pero aún no, no estoy lista para entregar todo eso, se que algún día dejaré de tomar todas esas cosas, ya que será inevitable, se acabarán alguna vez, ya que no poseo la cajita interminable de medicación, así que solo lo dejaré cuando no tenga más.
Rápidamente dejo mi maleta y saco mi diario íntimo, nadie más que yo tiene derecho a leerlo, después de todo es íntimo. Íntimo, esa palabra me recuerda a mi ropa interior, me la llevaría su pudiese, pero dudo que entre toda en mi pequeña carterita, ya ocupada. Nuevamente me ruborizo ante la idea de que alguien vea mi ropa interior rosa y con dibujitos. Se que soy un poco infantil, no lo niego, pero sinceramente la ropa interior con gatitos y conejitos es mi favorita.
Me dirijo hacia la lista, hecho un vistazo rápido y encuentro mi nombre. Mi psicólogo es Alex Pettyfer y se encuentra en la sala 3. ¿Alex? ¿Acaso no es nombre de mujer? Oh, que tonta soy, quizás es mi psicóloga, quizás tenga suerte y sea una mujer. ¿Pero acaso no habían dicho que eran psicólogos? Oh claro, hombres y mujeres, hay de los dos, obviamente no podrían haber dicho psicólogas, si no los hombres se sentirían afeminados. Suspiré con alivio al saber que mi psicólogo era una mujer y no un hombre. Supongo que me hubiese sentido intimidada si mi psicólogo hubiese sido hombre.
Me dirijo hasta la sala 3, abrazada a mi diario, MI diario, el cual no se lo pienso dar a nadie, si lo quieren leer ¡Será sobre mi cadáver!
Al llegar a la sala, golpeo tímidamente.
-Adelante- dice una voz bastante masculina y grave.
¿Acaso mi psicólogo no era mujer? Seguramente estoy delirando. Tímidamente entro y observo a un apuesto chico, sentado en un cómodo sillón de cuero negro. Cierro la puerta y lo observo mejor, alto, al parecer un tanto musculoso rubio dorado, ojos color gris con un tono de celestito, labios rosados y moldeados, y con una linda cara.
-Lo siento- digo apenada -¿Acaso me he equivocado de sala?- preguntó tímidamente.
-¿Eres Scarlet Peace?- pregunta con su dulce voz, yo solo asiento -Entonces no, no te has equivocado de sala- responde sonriente.
-Oh- digo sonrojada -Es que creí que mi psicóloga estaría aquí- digo insegura y él joven desconocido me mira con diversión.
-Estás en lo correcto, y si, tu psicólogo está aquí- dice divertido.
-¿Dónde?- pregunto mirando para todos lados.
-Enfrente tuyo- susurra él -Yo soy Alex- dice con una gran sonrisa.
-Creí que serías mujer- digo seria, a lo que él ríe -Perdón- digo como una niña de cinco años -Es que la hermana de mi mejor amiga se llama Alex, así que supuse que serías mujer- digo mirando el suelo.
-Alex, Robin, Charlie, entre otros nombres, son unisex, es decir que se utilizan para hombres y mujeres- explica él, mientras intenta contener una risita de diversión.
-Lo siento, yo... no se me había ocurrido- digo roja como un tomate.
-No hay problema, toma asiento por favor- sugiere amablemente -¿Y bien?- pregunta una vez que estoy sentada frente a él.
-¿Qué?- susurro sin poder mirarlo a la cara, estoy realmente avergonzada de haber creído que él sería mujer.
-Cuéntame sobre ti- sugiere.
-Cuéntame sobre ti- digo alzando mi mirada y viéndolo a esos hermosos ojos.
-Bueno, me llamo Alex Pettyfer, en mi opinión mi nombre es bastante masculino, pero bueno hay gente que cree que soy mujer- dice con diversión mientras yo me encojo de hombros, creo que nunca lo superaré -Tengo 19 años, la semana que viene cumplo 20- sigue contándome su vida -Nací en Venecia, Italia, pero a los 10 años nos mudamos con mi familia a Inglaterra, estoy terminando de estudiar psicología, dentro de poco recibiré mi título- prosigue, mientras yo lo escucho atentamente -Y sobre todo, estoy felizmente casado desde los 17 años, ya tengo una niña de 1 años, mi amada mujer está esperando mellizos, ella tenía 23 años cuando nos casamos y ahora está por cumplir sus 26 años, está recibida de abogada, vivimos felices en una gran mansión, tenemos dos gatos y tres perros- finaliza con un destello de humor y diversión en sus ojos.
Trago fuertemente, ¿Acaba de decir que está casado desde los 17 años? ¿Ya tiene una hija? ¿Su esposa está esperando mellizos? ¿Está felizmente casado? Y lo peor de todo ¿Ella tiene 26 años? ¿Acaso es una pedófila? Mi cabeza no deja de formular preguntas, toda esa información, acaba de provocar un cortocircuito en mis neuronas.
-Oh- es lo único que puedo decir -¿Có... có... cómo se... llama?- preguntó nerviosamente.
-Se llama Engañada y se apellida Porsu Psicólogo- dice seriamente.
-¿Engañada Porsu Psicólogo?- pregunto, que nombre tan raro. Espera, un momento ¿Acaba de decir, engañada por su psicólogo? Se está riendo de mi, me acaba de mentir cruelmente y yo que acusaba de pedófila a la inexistente esposa -Oye- me quejo -¿Te estás burlando de mi?- pregunto levantando una ceja. Por alguna razón desconocida, me siento aliviada de que él no esté casado.
-No- dice serio, pero al instante no lo aguanta más y comienza a reír, esa risa contagiosa, por lo que momentos después comienzo a reír con él -Lo siento, no me pude resistir, es que te veías tan tierna y atenta, cuando me escuchabas, que no me resistí, pero lo anterior no era mentira, solo te engañe con lo de mi esposa- dice feliz y me saca la lengua. No puedo explicar el por qué, pero este chico me llena de confianza.
-¿y tienes novia?- pregunto interesada.
-Si- dice dejando de reír.
-Oh- digo, mientras siento una fuerte puntada en mi pecho.
-¿Celosa?- pregunta con una ceja levantada.
-Te acabo de conocer- digo en un susurro, pero si, él tiene razón estoy celosa, de que tenga novia.
-Si te hace sentir mejor, rompí con ella hace casi un mes- dice repentinamente.
-Oh- susurro, y si eso me hace sentir mejor -¿Por qué rompieron?- digo intrigada e instantáneamente su sonrisa se desvanece.
-¿Acaso hemos cambiado de roles?- dice luego de un silencio incómodo -Creí que el psicólogo aquí era yo- agrega, y noto como la diversión a vuelto a sus ojos.
-Y lo eres, yo lo siento, soy curiosa- digo apenada.
-Ella y yo nos íbamos a casar, estábamos comprometidos, pero ella me fue infiel, así que la dejé, unos días después vino arrepentida y quiso volver, le dije que no, ella me amenazó con suicidarse, pero yo no le creí, realmente la amaba, pero no podía perdonarla, al día siguiente fue encontrada muerta de sobredosis, y junto a su cadáver una carta para mi- dijo dolido -Pero ahora creo que ya hemos hablado de más sobre mi, quiero que me cuentes ahora sobre tu vida- agregó con una mirada profesional -¿Estás aquí porque te han obligado?- preguntó.
-No, he venido por mi propia cuenta, creo- digo en un susurro, agito mi cabeza y continuo -Me llamo Scarlet Hilary Peace, tengo 17 años recién cumplidos, mi madre y mi mejor amiga, son las únicas a quien quiero, y quienes me comprenden, odio con todo mi ser a mi hermano y a mi padre, tampoco soporto a mi tía, la hermana de mi padre, ellos tres me han criticado desde siempre y creen que estoy loca, desde los 9 años que soy gorda, y a los 11 años comenzaron a molestarme por eso, intenté soportarlo pero no lo logré, a los 14 años entré en la bulimia, hasta que cumplí 16 años no lo descubrieron, es más lo descubrieron dos meses antes de que cumpliese 17 años, intentaron ayudarme pero fue en vano, tres días luego de cumplir 17 años, me internan de urgencia en el hospital, estuve internada casi un mes entero, una semana después de que saliera del hospital, mi madre y yo acordamos en venir aquí- digo intentando contener mis lágrimas.
-Eso es grave- dice seriamente -Muy grave- agrega, y mis lágrimas comienzan a salir -Extremadamente grave- reitera.
-¡Lo se, pero no puedo hacer nada, soy una maldita bulimica y estoy completamente loca, se que en este momento estoy debajo de mi peso, pero sigo viéndome de triple ancho frente al espejo!- grito con todo mi ser.
-Ah, tu estabas hablando de eso- dice como si nada y el brillo de diversión vuelve a sus ojos.
-¿De qué hablabas tú?- digo un poco ofendida.
-Es que es muy grave, mi pensamiento es muy grave, digo, yo estaba convencido de que tú tenías 13 años, 14 años como mucho, y ahora me entero de que tienes 17 años, estoy muy grave, debería tratarme con un psicólogo, quizás eso me podría ayudar- dice con fingida desesperación, y comienza a reír, por lo que yo también lo hago.
-Tú eres psicólogo- digo divertida.
-Lo se, quizás me ponga frente a un espejo y me auto-atienda- dice sin dejar de reír, por lo que vuelvo a reír yo también.
-Eres un idiota- digo con fingido enojo. No puedo creer la capacidad que tiene, para disolver la tensión del ambiente, se que no parezco la edad que tengo, ya que poseo una cara aniñada, pero no creí que me dieran 13 años.
-Pero idiota así y todo, te agrado- dice con una dulce sonrisa.
-Si- digo yo devolviéndole el gesto.
Unos golpes en la puerta nos interrumpen, sin esperar respuesta una enfermera, de no más de 24 años, entra.
-Debemos revisar y hacer los análisis a la señorita Peace- dice con una voz suave que inunda confianza.
-¿Revisarme?- pregunto con temor -¿Eso significa que verán mi cuerpo?- digo nerviosa.
-Si señorita, debemos revisar su salud, hacerle un par de análisis y deberemos ver su cuerpo, pero tranquilícese, estará en ropa interior, y me aseguraré de que la revise la doctora Wells- dijo la enfermera dulcemente.
Definitivamente hacía bien su trabajo, era dulce y confianzuda además de tranquilizadora, no como otras enfermeras, definitivamente estaba agradecida de que sea ella mi enfermera y no otra, pero de todos modos, no permitiría que vean mi cuerpo, de eso nada.
-Lo siento pero paso- digo en un susurro -Estoy dispuesta a que me pinchen con agujas, a que me saquen la sangre necesaria, que me metan en las máquinas, pero que vean mi cuerpo no- digo mirando al suelo.
-Bulimia- dice Alex.
-Oh, comprendo- dice ella -Pero es necesario hacerlo- agrega profesionalmente -Mi nombre es Sahara Wells, soy la hermana de la doctora Wells, dime Saha, por favor- dice con una sonrisa radiante. ¿Acaso ella era un ángel?
-Me llamo Scarlet, pero dígame Scar- digo tímida.
-Bueno Scar, comprendo tu situación, de pequeña yo pase por algo parecido, fui anorexica durante casi 5 años, me costó mucho recuperarme, pero este centro de rehabilitación me ayudo mucho, es por eso que luego de ser atendida aquí, quise ser enfermera y trabajar para esta institución, así que por favor Scar, confía en mi- dice Sahara, con una voz dulce, suave y comprensiva. ¿Pasó una situación parecida a la mía? Wow, el mundo es un pañuelo.
-Señorita Wells ¿Podría hablar un segundo con usted?- pregunta Alex, ella asiente y ambos salen del cuarto.
No se cuanto tiempo pasa, supongo que unos 20 minutos ya han pasado, hasta que al fin ambos entran, ella parece estar más comprensiva, pero el gesto de su cara, parece el de alguien al quien acaban de retar.
-Scarlet- me llama Alex -¿Confías en mi?- pregunta suavemente y yo asiento -Bien entonces vamos- agrega.
Los tres salimos de la sala, y él me toma de la mano, comenzamos a caminar, y no tengo ni idea de hacia dónde vamos, lo que si se son tres cosas seguras.
*La primera, nunca he dejado de sostener mi diario íntimo, es más lo tengo en mi mano libre.
*La segunda, es que ambos, Alex y Sahara, me inspiran una gran tranquilidad.
*La tercera, creo que he hecho bien al venir a este centro de rehabilitación.
-Madre- dije con la voz rota -Lo siento, se que a ti te parece mal, pero papá tiene razón, lo mejor es que valla allí, no puedo seguir soportando toda mi vida este dolor, me siento una idiota, una basura, un error de nacimiento- agregué, intentando dejar de llorar.
-Hija, sabes que no eres un error, te voy a extrañar demasiado, soy una pésima madre, porque nunca me di cuenta de que tú sufrías- dijo dolida y me abrazó fuertemente.
Una semana después.
-Cuídate mucho, cualquier cosa me avisas, si te quieres ir te vengo a buscar, si sientes que esto no te ayuda y prefieres volver a casa, solo dímelo, vendré a visitarte siempre que pueda, hija por favor cuídate- dijo mi madre y me abrazó fuertemente.
-Lo haré, gracias por cuidarme y preocuparte- dije en un susurro.
Me quedé observando como mi madre se alejaba en su auto. Me sentía realmente una mierda, ella y mi mejor amiga eran las únicas que se preocupaban por mi, y yo como una idiota las hice angustiar de por demás, cuando ambas descubrieron que era bulímica casi se infartaron, mi madre sufrió demasiado cuando los médicos le advirtieron que si no comenzaba rehabilitación, podría morir pronto, Nessa mi mejor amiga, casi se suicida cuando me vio internada en el hospital, en cambio mi hermano, me insultó y me dijo que era un error de nacimiento, mi tía por parte padre, me dijo que hubiera sido mejor que me hubiese muerto y no que viva y siga dando problemas, y mi padre, él fue el peor de todos, me insultó, me dijo que estaba loca y me golpeó obviamente nunca se lo dije a mi madre, si no lo más probables es que se hubiese divorciado, y yo no quería seguir dando problemas.
Mi hermano quiso mandarme a un loquero, el lugar donde debería estar, en cambio mi padre, por primera vez en su vida razonó un poco las cosas y decidió mandarme al centro de rehabilitación, por supuesto lo dijo como si me estuviese dando la opción de quedarme en casa y superarlo o de venir aquí, pero en el fondo sabía que quiera o no, me hubiese mandado a este lugar, así que para que discutir y seguir arruinando la vida de mi madre y de mi mejor amiga, mejor venir por voluntad y no que me obliguen.
Sacudí la cabeza y limpié una pequeña lágrima que se deslizaba por mi mejilla, luego tomé mi maleta y entré al loquero, digo centro de rehabilitación.
Al entrar vi a varias personas, chicas como de mi edad que sufrían al igual que yo, no tenía ni idea si ellas estaban por su cuenta o las habían obligado a venir aquí, supongo que para la mayoría es la segunda opción, nadie en su sano juicio quisiera estar aquí, pero claro hay excepciones.
-1, 2, 3, probando- se escuchó a alguien hablar en medio de la gente -Bien… bienvenidos a nuestra clínica de rehabilitación en la cual todos ustedes podrán mejorar en lo que respecta a sus problemas. Bien, también me gustaría anunciar unos alumnos de intercambio que vinieron de Manchester hasta Londres para apoyarlos y ver como progresan ellos también- dijo señalando con su dedo índice en una dirección -Bien, la lista de psicólogos según su problema está en el tablón al fondo, al lado estará la sala en la que se encuentra cada psicólogo e irán a conocerlos. Deben dejar las maletas aquí ya que tenemos que inspeccionar que no lleven cosas afiladas, pastillas, vidrios o algo que se pudiese romper fácilmente- terminó su discurso.
¿Dejar mi maleta para que la revisen? ¿Acaso está de broma? No quiero dejar mis objetos personales a mano de no se quien, para que los revisen, en mi maleta tengo cosas muy íntimas, como mi diario íntimo, el cual ahora que recuerdo no tiene candado, también tengo fotos de mi familia y mi amiga, y mi ropa interior. Me ruborizo ante la idea de que alguien vea todas esas cosas.
Afortunadamente mi diminuta carterita está bien tapada por mi abrigo, en ella tengo laxantes y algunas pastillas anti estrés, sin contar que también tengo una especie de lima, la cual utilizo para vomitar, no puedo entregar esos objetos, se que estoy aquí para que me ayuden, y poder superar mi trastorno alimenticio, pero aún no, no estoy lista para entregar todo eso, se que algún día dejaré de tomar todas esas cosas, ya que será inevitable, se acabarán alguna vez, ya que no poseo la cajita interminable de medicación, así que solo lo dejaré cuando no tenga más.
Rápidamente dejo mi maleta y saco mi diario íntimo, nadie más que yo tiene derecho a leerlo, después de todo es íntimo. Íntimo, esa palabra me recuerda a mi ropa interior, me la llevaría su pudiese, pero dudo que entre toda en mi pequeña carterita, ya ocupada. Nuevamente me ruborizo ante la idea de que alguien vea mi ropa interior rosa y con dibujitos. Se que soy un poco infantil, no lo niego, pero sinceramente la ropa interior con gatitos y conejitos es mi favorita.
Me dirijo hacia la lista, hecho un vistazo rápido y encuentro mi nombre. Mi psicólogo es Alex Pettyfer y se encuentra en la sala 3. ¿Alex? ¿Acaso no es nombre de mujer? Oh, que tonta soy, quizás es mi psicóloga, quizás tenga suerte y sea una mujer. ¿Pero acaso no habían dicho que eran psicólogos? Oh claro, hombres y mujeres, hay de los dos, obviamente no podrían haber dicho psicólogas, si no los hombres se sentirían afeminados. Suspiré con alivio al saber que mi psicólogo era una mujer y no un hombre. Supongo que me hubiese sentido intimidada si mi psicólogo hubiese sido hombre.
Me dirijo hasta la sala 3, abrazada a mi diario, MI diario, el cual no se lo pienso dar a nadie, si lo quieren leer ¡Será sobre mi cadáver!
Al llegar a la sala, golpeo tímidamente.
-Adelante- dice una voz bastante masculina y grave.
¿Acaso mi psicólogo no era mujer? Seguramente estoy delirando. Tímidamente entro y observo a un apuesto chico, sentado en un cómodo sillón de cuero negro. Cierro la puerta y lo observo mejor, alto, al parecer un tanto musculoso rubio dorado, ojos color gris con un tono de celestito, labios rosados y moldeados, y con una linda cara.
-Lo siento- digo apenada -¿Acaso me he equivocado de sala?- preguntó tímidamente.
-¿Eres Scarlet Peace?- pregunta con su dulce voz, yo solo asiento -Entonces no, no te has equivocado de sala- responde sonriente.
-Oh- digo sonrojada -Es que creí que mi psicóloga estaría aquí- digo insegura y él joven desconocido me mira con diversión.
-Estás en lo correcto, y si, tu psicólogo está aquí- dice divertido.
-¿Dónde?- pregunto mirando para todos lados.
-Enfrente tuyo- susurra él -Yo soy Alex- dice con una gran sonrisa.
-Creí que serías mujer- digo seria, a lo que él ríe -Perdón- digo como una niña de cinco años -Es que la hermana de mi mejor amiga se llama Alex, así que supuse que serías mujer- digo mirando el suelo.
-Alex, Robin, Charlie, entre otros nombres, son unisex, es decir que se utilizan para hombres y mujeres- explica él, mientras intenta contener una risita de diversión.
-Lo siento, yo... no se me había ocurrido- digo roja como un tomate.
-No hay problema, toma asiento por favor- sugiere amablemente -¿Y bien?- pregunta una vez que estoy sentada frente a él.
-¿Qué?- susurro sin poder mirarlo a la cara, estoy realmente avergonzada de haber creído que él sería mujer.
-Cuéntame sobre ti- sugiere.
-Cuéntame sobre ti- digo alzando mi mirada y viéndolo a esos hermosos ojos.
-Bueno, me llamo Alex Pettyfer, en mi opinión mi nombre es bastante masculino, pero bueno hay gente que cree que soy mujer- dice con diversión mientras yo me encojo de hombros, creo que nunca lo superaré -Tengo 19 años, la semana que viene cumplo 20- sigue contándome su vida -Nací en Venecia, Italia, pero a los 10 años nos mudamos con mi familia a Inglaterra, estoy terminando de estudiar psicología, dentro de poco recibiré mi título- prosigue, mientras yo lo escucho atentamente -Y sobre todo, estoy felizmente casado desde los 17 años, ya tengo una niña de 1 años, mi amada mujer está esperando mellizos, ella tenía 23 años cuando nos casamos y ahora está por cumplir sus 26 años, está recibida de abogada, vivimos felices en una gran mansión, tenemos dos gatos y tres perros- finaliza con un destello de humor y diversión en sus ojos.
Trago fuertemente, ¿Acaba de decir que está casado desde los 17 años? ¿Ya tiene una hija? ¿Su esposa está esperando mellizos? ¿Está felizmente casado? Y lo peor de todo ¿Ella tiene 26 años? ¿Acaso es una pedófila? Mi cabeza no deja de formular preguntas, toda esa información, acaba de provocar un cortocircuito en mis neuronas.
-Oh- es lo único que puedo decir -¿Có... có... cómo se... llama?- preguntó nerviosamente.
-Se llama Engañada y se apellida Porsu Psicólogo- dice seriamente.
-¿Engañada Porsu Psicólogo?- pregunto, que nombre tan raro. Espera, un momento ¿Acaba de decir, engañada por su psicólogo? Se está riendo de mi, me acaba de mentir cruelmente y yo que acusaba de pedófila a la inexistente esposa -Oye- me quejo -¿Te estás burlando de mi?- pregunto levantando una ceja. Por alguna razón desconocida, me siento aliviada de que él no esté casado.
-No- dice serio, pero al instante no lo aguanta más y comienza a reír, esa risa contagiosa, por lo que momentos después comienzo a reír con él -Lo siento, no me pude resistir, es que te veías tan tierna y atenta, cuando me escuchabas, que no me resistí, pero lo anterior no era mentira, solo te engañe con lo de mi esposa- dice feliz y me saca la lengua. No puedo explicar el por qué, pero este chico me llena de confianza.
-¿y tienes novia?- pregunto interesada.
-Si- dice dejando de reír.
-Oh- digo, mientras siento una fuerte puntada en mi pecho.
-¿Celosa?- pregunta con una ceja levantada.
-Te acabo de conocer- digo en un susurro, pero si, él tiene razón estoy celosa, de que tenga novia.
-Si te hace sentir mejor, rompí con ella hace casi un mes- dice repentinamente.
-Oh- susurro, y si eso me hace sentir mejor -¿Por qué rompieron?- digo intrigada e instantáneamente su sonrisa se desvanece.
-¿Acaso hemos cambiado de roles?- dice luego de un silencio incómodo -Creí que el psicólogo aquí era yo- agrega, y noto como la diversión a vuelto a sus ojos.
-Y lo eres, yo lo siento, soy curiosa- digo apenada.
-Ella y yo nos íbamos a casar, estábamos comprometidos, pero ella me fue infiel, así que la dejé, unos días después vino arrepentida y quiso volver, le dije que no, ella me amenazó con suicidarse, pero yo no le creí, realmente la amaba, pero no podía perdonarla, al día siguiente fue encontrada muerta de sobredosis, y junto a su cadáver una carta para mi- dijo dolido -Pero ahora creo que ya hemos hablado de más sobre mi, quiero que me cuentes ahora sobre tu vida- agregó con una mirada profesional -¿Estás aquí porque te han obligado?- preguntó.
-No, he venido por mi propia cuenta, creo- digo en un susurro, agito mi cabeza y continuo -Me llamo Scarlet Hilary Peace, tengo 17 años recién cumplidos, mi madre y mi mejor amiga, son las únicas a quien quiero, y quienes me comprenden, odio con todo mi ser a mi hermano y a mi padre, tampoco soporto a mi tía, la hermana de mi padre, ellos tres me han criticado desde siempre y creen que estoy loca, desde los 9 años que soy gorda, y a los 11 años comenzaron a molestarme por eso, intenté soportarlo pero no lo logré, a los 14 años entré en la bulimia, hasta que cumplí 16 años no lo descubrieron, es más lo descubrieron dos meses antes de que cumpliese 17 años, intentaron ayudarme pero fue en vano, tres días luego de cumplir 17 años, me internan de urgencia en el hospital, estuve internada casi un mes entero, una semana después de que saliera del hospital, mi madre y yo acordamos en venir aquí- digo intentando contener mis lágrimas.
-Eso es grave- dice seriamente -Muy grave- agrega, y mis lágrimas comienzan a salir -Extremadamente grave- reitera.
-¡Lo se, pero no puedo hacer nada, soy una maldita bulimica y estoy completamente loca, se que en este momento estoy debajo de mi peso, pero sigo viéndome de triple ancho frente al espejo!- grito con todo mi ser.
-Ah, tu estabas hablando de eso- dice como si nada y el brillo de diversión vuelve a sus ojos.
-¿De qué hablabas tú?- digo un poco ofendida.
-Es que es muy grave, mi pensamiento es muy grave, digo, yo estaba convencido de que tú tenías 13 años, 14 años como mucho, y ahora me entero de que tienes 17 años, estoy muy grave, debería tratarme con un psicólogo, quizás eso me podría ayudar- dice con fingida desesperación, y comienza a reír, por lo que yo también lo hago.
-Tú eres psicólogo- digo divertida.
-Lo se, quizás me ponga frente a un espejo y me auto-atienda- dice sin dejar de reír, por lo que vuelvo a reír yo también.
-Eres un idiota- digo con fingido enojo. No puedo creer la capacidad que tiene, para disolver la tensión del ambiente, se que no parezco la edad que tengo, ya que poseo una cara aniñada, pero no creí que me dieran 13 años.
-Pero idiota así y todo, te agrado- dice con una dulce sonrisa.
-Si- digo yo devolviéndole el gesto.
Unos golpes en la puerta nos interrumpen, sin esperar respuesta una enfermera, de no más de 24 años, entra.
-Debemos revisar y hacer los análisis a la señorita Peace- dice con una voz suave que inunda confianza.
-¿Revisarme?- pregunto con temor -¿Eso significa que verán mi cuerpo?- digo nerviosa.
-Si señorita, debemos revisar su salud, hacerle un par de análisis y deberemos ver su cuerpo, pero tranquilícese, estará en ropa interior, y me aseguraré de que la revise la doctora Wells- dijo la enfermera dulcemente.
Definitivamente hacía bien su trabajo, era dulce y confianzuda además de tranquilizadora, no como otras enfermeras, definitivamente estaba agradecida de que sea ella mi enfermera y no otra, pero de todos modos, no permitiría que vean mi cuerpo, de eso nada.
-Lo siento pero paso- digo en un susurro -Estoy dispuesta a que me pinchen con agujas, a que me saquen la sangre necesaria, que me metan en las máquinas, pero que vean mi cuerpo no- digo mirando al suelo.
-Bulimia- dice Alex.
-Oh, comprendo- dice ella -Pero es necesario hacerlo- agrega profesionalmente -Mi nombre es Sahara Wells, soy la hermana de la doctora Wells, dime Saha, por favor- dice con una sonrisa radiante. ¿Acaso ella era un ángel?
-Me llamo Scarlet, pero dígame Scar- digo tímida.
-Bueno Scar, comprendo tu situación, de pequeña yo pase por algo parecido, fui anorexica durante casi 5 años, me costó mucho recuperarme, pero este centro de rehabilitación me ayudo mucho, es por eso que luego de ser atendida aquí, quise ser enfermera y trabajar para esta institución, así que por favor Scar, confía en mi- dice Sahara, con una voz dulce, suave y comprensiva. ¿Pasó una situación parecida a la mía? Wow, el mundo es un pañuelo.
-Señorita Wells ¿Podría hablar un segundo con usted?- pregunta Alex, ella asiente y ambos salen del cuarto.
No se cuanto tiempo pasa, supongo que unos 20 minutos ya han pasado, hasta que al fin ambos entran, ella parece estar más comprensiva, pero el gesto de su cara, parece el de alguien al quien acaban de retar.
-Scarlet- me llama Alex -¿Confías en mi?- pregunta suavemente y yo asiento -Bien entonces vamos- agrega.
Los tres salimos de la sala, y él me toma de la mano, comenzamos a caminar, y no tengo ni idea de hacia dónde vamos, lo que si se son tres cosas seguras.
*La primera, nunca he dejado de sostener mi diario íntimo, es más lo tengo en mi mano libre.
*La segunda, es que ambos, Alex y Sahara, me inspiran una gran tranquilidad.
*La tercera, creo que he hecho bien al venir a este centro de rehabilitación.
Última edición por Krissell el Vie 26 Jul 2013, 9:18 pm, editado 3 veces
Loveru
Re: Centro de rehabilitación (NC)
Hola, bueno antes que nada, perdón por la tardanza.
Bueno ya he subido mi cap. así que ahora que siga la siguiente :P
Saludos!
:bye:
Bueno ya he subido mi cap. así que ahora que siga la siguiente :P
Saludos!
:bye:
Loveru
Re: Centro de rehabilitación (NC)
Me encanto el cap en serio *O* Y como se comporta Alex con Scar xD Que divertido ^^ No te preocupes por la tardanza :)
HeyIt'sKaty^^
Re: Centro de rehabilitación (NC)
Me encanto el cap!
Que gracioso se comporta Alex.
Espero el siguiente
Que gracioso se comporta Alex.
Espero el siguiente
raymond.
Re: Centro de rehabilitación (NC)
Hola! que lindo te quedo el cap! como me rei con Alex, jajaaja, me encanto, sigel pronto.
ValenCrazyLook
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