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Vampire academy 1 (Nick y tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Vampire academy 1 (Nick y tu)
Perdon por la demora pero estaba
ocupada =)
Ojala les gusten y si veo mas comentarios
les subo otros :D
ocupada =)
Ojala les gusten y si veo mas comentarios
les subo otros :D
Yani Stephen
Re: Vampire academy 1 (Nick y tu)
me encantaron los caps
ame lo ultimo :love:
sigue pronto :D
ame lo ultimo :love:
sigue pronto :D
Mrs. Nick Jonas
Re: Vampire academy 1 (Nick y tu)
me encantaron los caps!
nick es tan tierno cuando quieree!
sigueee!
nick es tan tierno cuando quieree!
sigueee!
MariiJonas
Re: Vampire academy 1 (Nick y tu)
Me pasé los dos días siguientes vigilando a Demi. Cada acto de espionaje iba acompañado de una suave punzada de culpabilidad, pues le sentaba fatal cada vez que lo hacía por accidente, y ahora cotilleaba a propósito.
Observé cómo se integraba de nuevo con las fuerzas vivas de los linajes reales, uno por uno, pues ella no era capaz de usar la coerción sobre el grupo y los iba atrapando en solitario, lo cual resultó igual de efectivo, aunque más lento. A decir verdad, no fue preciso ordenárselo a un buen número de ellos, dado que empezaron a frecuentar su compañía libremente. Muchos no eran tan superficiales como aparentaban; se acordaban perfectamente de ella, y les gustaba tal cual era. Se congregaron a su alrededor y al cabo de mes y medio de nuestro regreso parecía que jamás se hubiera escapado de la Academia. Y durante ese ascenso al estrellato, abogó a favor mío y cargó contra Miley y Jesse.
Me deslicé en el interior de la mente de Demi una mañana mientras se disponía a tomar el desayuno. Había pa¬sado los últimos veinte minutos secándose y alisándose el pelo, algo que llevaba sin hacer un tiempo. Desde la cama de su dormitorio, donde estaba sentada, Selena observaba el proceso con curiosidad. Habló al fin cuando Demi se fue a por el maquillaje.
-Vamos a ver una peli en el cuarto de Erin después de clase. ¿Te apuntas?
Selena era una pánfila, y yo siempre andaba haciendo bromas con su sosería, pero su amiga Erin tenía la gracia de una pared.
- No puedo. He de ir a echar una mano a Camille para teñir de rubio el pelo de Carly.
- Ahora pasas muchísimo tiempo con ellas.
-Sí, supongo que sí.
Ella dio unos toquecitos para aplicar el rímel a las pestañas, resaltando los ojos: parecían más grandes.
- Pensé que ya no ibas a querer saber nada de ellos.
- He cambiado de opinión.
-Ahora parece que les gustas mucho. Quiero decir, no es que les cayeras mal, pero no les hablabas desde tu regreso y ellos parecían encantados de no dirigirte la palabra, lo cual no me sorprendía, ya que también eran amigos de Miley, pero ¿no es un poco raro lo mucho que les gustas ahora? Mira, les oigo siempre esperar a ver qué quieres tú antes de hacer planes y todo eso, y unos pocos se han puesto a defender a _________, y eso sí es una chifladura. No es que me crea esas atrocidades sobre ella, pero jamás pensé que fuera po¬sible que...
La semilla de la sospecha crecía en los comentarios de Selena y Demi lo pilló al vuelo. Quizá Selena jamás hubie¬ra imaginado nada sobre la coerción, pero Demi no estaba dispuesta a que un puñado de preguntas inocentes se convirtiera en algo más serio.
-¿Sabes qué...? -le interrumpió-, tal vez me deje caer por el cuarto de Erin después de todo. No creo que el pelo de Carly me lleve demasiado tiempo.
La oferta interrumpió el hilo de los pensamientos de Selena.
- ¿De verdad? Vaya, eso sería estupendo. Ella me comentaba lo triste que está ahora que ya no vas tanto, pero yo le dije que...
Aquello se prolongó. Demi continuó usando la coerción y recobró la popularidad perdida. Yo lo observaba todo en silencio y en estado de permanente preocupación, a pesar de que sus esfuerzos estaban empezando a reducir las miradas y cotilleos sobre mí.
- Al final, te va a salir el tiro por la culata -le susurré en la iglesia un día -. Alguien va a sorprenderse y empezará a hacerse preguntas.
- No te pongas tan melodramática. Aquí se usan poderes todos los días.
- Pero no como ése.
-¿No piensas que mi encantadora personalidad podría lograr todo eso por sí sola?
- Por supuesto que sí, pero si Kevin es capaz de pillarte, alguien más acabará por hacerlo...
De pronto, un par de chavales sentados en un banco de delante me interrumpieron con sus risitas socarronas. Al levantar la vista, los vi observándome sin ni siquiera molestarse en ocultar el gesto burlón. Los ignoré con la esperanza de que el sacerdote empezara pronto, pero Demi les devolvió el repaso y puso cara de muy pocos amigos. No despegó los labios, pero las sonrisitas de ese par se empequeñecieron ante el peso de su mirada.
- Disculpaos con ella -les dijo-, y procurad mostraros creíbles.
Al cabo de unos instantes prácticamente se postraron ante mí mientras se excusaban y me pedían perdón. No daba crédito a mis ojos. Usaba la coerción en público, nada menos que en la iglesia, y la ejercía sobre dos personas al mismo tiempo.
Al final se les acabaron las disculpas, pero Demi no había terminado con ellos.
-¿Eso es todo cuanto sabéis hacer? -les espetó.
Ellos se alarmaron y la miraron con ojos como platos, aterrados de haberla ofendido.
- Está bien, Demi -me apresuré a decir al tiempo que le tocaba el brazo-. Yo... eh... Acepto las disculpas.
El semblante de Demi emanaba desaprobación, pero terminó por asentir y los muchachos tragaron saliva con alivio.
¡Hay Dios! Jamás en la vida me había alegrado tanto de que empezara la misa. A través del vínculo sentí una suerte de sombría satisfacción procedente de Demi, lo cual era impropio de ella, y no me gustó ni un pelo.
Necesitaba distraerme de aquel comportamiento suyo tan turbador, así que me puse a estudiar a otras personas, como solía hacer. Con semblante preocupado, Kevin miraba abiertamente a Demi no muy lejos de nosotras. Frunció el ceño y desvió la vista en cuanto se percató de que le observaba.
Nick se sentaba como de costumbre en un banco situado al fondo, y por una vez no escudriñaba cada rinconcito en busca de algún posible peligro. Volcaba en su interior todo el interés. Tenía una expresión casi dolorida. Ignoraba por qué venía a la iglesia, pues siempre parecía estar luchando contra algo.
En el altar, el sacerdote volvía a hablar sobre San Vladimir. - Era un hombre de espíritu fuerte y gozaba de la gra¬cia de Dios, sin duda, pues el toque de San Vladimir basta¬ba para que los lisiados echaran a andar y los ciegos recu¬perasen la vista. Los capullos de las flores se abrían a su paso.
Jopé, los moroi necesitaban conseguir otros santos... Un momento. ¿Curaba a los lisiados y a los ciegos?
Me había olvidado por completo de San Vladimir. David mencionó que Vladimir devolvía a la gente a la vida, y en aquel momento eso me recordó a Demi. Luego, otras cosas me habían distraído. Durante mucho tiempo no había pensado en el santo ni en su guardiana bendecida por la sombra ni en el vínculo existente entre ellos. ¿Cómo podía haber pasado eso por alto? la señora Karp no era la única moroi capaz de realizar curaciones, al igual que Demi. El santo también podía obrar ese prodigio.
-Las masas se congregaban junto a él todo el tiempo, y le amaban, y se mostraban ávidas de seguir sus enseñanzas y le escuchaban cuando predicaba la palabra del Señor...
Giré la cabeza para mirar a Demi, quien me devolvió una mirada de perplejidad.
-¿Qué pasa?
No tuve ocasión de elucubrar nada, ni siquiera de bus¬car las palabras adecuadas, ya que debía irme a mi prisión en cuanto terminara el servicio religioso, y me puse de pie.
Nada más llegar a mi cuarto me conecté a Internet e hice una búsqueda acerca de San Vladimir, pero no saqué nada en claro. Maldita sea. Mason había efectuado un exa¬men preliminar en los libros de la biblioteca y decía que allí había poco de dónde rascar. ¿Con qué me dejaba eso? No había forma de saber más sobre ese santo del año de la catapulta.
¿O sí la había? ¿Qué había dicho Kevin ese primer día cuando estuvo con Demi?
«Tenemos una vieja caja llena de escritos de nuestro venerado y loco San Vladimir».
Los escritos debían de hallarse en el desván situado encima de la capilla. Kevin los había mencionado y yo ne¬cesitaba echarles un vistazo, pero ¿cómo iba a salirme con la mía? No podía pedírselos al sacerdote. ¿Y cómo iba a reac¬cionar si descubría que uno de los alumnos se había subido ahí arriba? Supondría el final de la guarida de Kevin, pero tal vez pudiera ayudarme el mismo Kevin. Sin embargo, era domingo y no iba a verle hasta el lunes por la tarde e incluso entonces tampoco sabía si iba a tener ocasión de ha¬blar con él a solas.
Más tarde, me detuve en la cocina de los cuartos para llevarme una barrita de cereales mientras iba de camino a las prácticas. Al hacerlo, pasé junto a un par de novicios, Miles y Anthony. El primero me silbó al verme.
-¿Qué haces, _________? ¿Estás solita? ¿Quieres algo de compañía? -Anthony se echó a reír-. No puedo morder¬te, pero puedo darte todo lo demás.
Debía cruzar el pasillo mientras esos dos se quedaban ahí fuera. Lancé una mirada fulminante e intenté pasar a to¬da pastilla, pero Miles me atrapó por la cintura y fue desli¬zando las palmas hacia abajo.
-Voy a romperte esa jeta como no me quites las manos del culo -le solté mientras me alejaba de golpe, y al hacer¬lo salí dando tumbos y choqué con Anthony.
-Vamos -dijo Anthony-, creí que no ibas a tener inconveniente en montártelo con dos tíos a la vez.
-Si esos dos tipos no salen por patas ahora mismito, los convertiré en uno solo a la de ya -amenazó una voz.
David. Mi héroe.
- Pues sí que estás salido, David -replicó Miles, el más grandote de los dos acosadores, mientras me soltaba pa¬ra plantarse delante de él.
Anthony se apartó de mí, más interesado en ver si había o no una pelea. La concentración de testosterona saturaba el aire hasta tal punto que tuve la sensación de necesitar una careta antigás.
-También te lo haces con ella, ¿eh? -le preguntó Mi¬les a David-. Y no quieres compartirla, ¿a que sí?
- Otra palabra más sobre ella y te arranco la cabeza.
-¿Por qué...? Sólo es una insignificante prostituta de san...
David le atizó. No le descabezó ni le hirió ni le hizo sangrar, pero el puñetazo debió de dolerle. Abrió los ojos con rabia y arremetió contra él. Todos nos quedamos quietos en cuanto oímos abrirse una puerta. Los novicios se caían con todo el equipo si los pillaban en una pelea.
-Lo más probable es que sea alguno de los guardianes -aventuró David con una ancha sonrisa-. ¿Queréis que se enteren de que estabais pegando a una chica?
Miles y Anthony intercambiaron una mirada, y luego el segundo propuso:
-Venga, vámonos, no tenemos tiempo para esto. Miles le siguió a regañadientes.
-Ya iré a por ti luego.
Observé cómo se integraba de nuevo con las fuerzas vivas de los linajes reales, uno por uno, pues ella no era capaz de usar la coerción sobre el grupo y los iba atrapando en solitario, lo cual resultó igual de efectivo, aunque más lento. A decir verdad, no fue preciso ordenárselo a un buen número de ellos, dado que empezaron a frecuentar su compañía libremente. Muchos no eran tan superficiales como aparentaban; se acordaban perfectamente de ella, y les gustaba tal cual era. Se congregaron a su alrededor y al cabo de mes y medio de nuestro regreso parecía que jamás se hubiera escapado de la Academia. Y durante ese ascenso al estrellato, abogó a favor mío y cargó contra Miley y Jesse.
Me deslicé en el interior de la mente de Demi una mañana mientras se disponía a tomar el desayuno. Había pa¬sado los últimos veinte minutos secándose y alisándose el pelo, algo que llevaba sin hacer un tiempo. Desde la cama de su dormitorio, donde estaba sentada, Selena observaba el proceso con curiosidad. Habló al fin cuando Demi se fue a por el maquillaje.
-Vamos a ver una peli en el cuarto de Erin después de clase. ¿Te apuntas?
Selena era una pánfila, y yo siempre andaba haciendo bromas con su sosería, pero su amiga Erin tenía la gracia de una pared.
- No puedo. He de ir a echar una mano a Camille para teñir de rubio el pelo de Carly.
- Ahora pasas muchísimo tiempo con ellas.
-Sí, supongo que sí.
Ella dio unos toquecitos para aplicar el rímel a las pestañas, resaltando los ojos: parecían más grandes.
- Pensé que ya no ibas a querer saber nada de ellos.
- He cambiado de opinión.
-Ahora parece que les gustas mucho. Quiero decir, no es que les cayeras mal, pero no les hablabas desde tu regreso y ellos parecían encantados de no dirigirte la palabra, lo cual no me sorprendía, ya que también eran amigos de Miley, pero ¿no es un poco raro lo mucho que les gustas ahora? Mira, les oigo siempre esperar a ver qué quieres tú antes de hacer planes y todo eso, y unos pocos se han puesto a defender a _________, y eso sí es una chifladura. No es que me crea esas atrocidades sobre ella, pero jamás pensé que fuera po¬sible que...
La semilla de la sospecha crecía en los comentarios de Selena y Demi lo pilló al vuelo. Quizá Selena jamás hubie¬ra imaginado nada sobre la coerción, pero Demi no estaba dispuesta a que un puñado de preguntas inocentes se convirtiera en algo más serio.
-¿Sabes qué...? -le interrumpió-, tal vez me deje caer por el cuarto de Erin después de todo. No creo que el pelo de Carly me lleve demasiado tiempo.
La oferta interrumpió el hilo de los pensamientos de Selena.
- ¿De verdad? Vaya, eso sería estupendo. Ella me comentaba lo triste que está ahora que ya no vas tanto, pero yo le dije que...
Aquello se prolongó. Demi continuó usando la coerción y recobró la popularidad perdida. Yo lo observaba todo en silencio y en estado de permanente preocupación, a pesar de que sus esfuerzos estaban empezando a reducir las miradas y cotilleos sobre mí.
- Al final, te va a salir el tiro por la culata -le susurré en la iglesia un día -. Alguien va a sorprenderse y empezará a hacerse preguntas.
- No te pongas tan melodramática. Aquí se usan poderes todos los días.
- Pero no como ése.
-¿No piensas que mi encantadora personalidad podría lograr todo eso por sí sola?
- Por supuesto que sí, pero si Kevin es capaz de pillarte, alguien más acabará por hacerlo...
De pronto, un par de chavales sentados en un banco de delante me interrumpieron con sus risitas socarronas. Al levantar la vista, los vi observándome sin ni siquiera molestarse en ocultar el gesto burlón. Los ignoré con la esperanza de que el sacerdote empezara pronto, pero Demi les devolvió el repaso y puso cara de muy pocos amigos. No despegó los labios, pero las sonrisitas de ese par se empequeñecieron ante el peso de su mirada.
- Disculpaos con ella -les dijo-, y procurad mostraros creíbles.
Al cabo de unos instantes prácticamente se postraron ante mí mientras se excusaban y me pedían perdón. No daba crédito a mis ojos. Usaba la coerción en público, nada menos que en la iglesia, y la ejercía sobre dos personas al mismo tiempo.
Al final se les acabaron las disculpas, pero Demi no había terminado con ellos.
-¿Eso es todo cuanto sabéis hacer? -les espetó.
Ellos se alarmaron y la miraron con ojos como platos, aterrados de haberla ofendido.
- Está bien, Demi -me apresuré a decir al tiempo que le tocaba el brazo-. Yo... eh... Acepto las disculpas.
El semblante de Demi emanaba desaprobación, pero terminó por asentir y los muchachos tragaron saliva con alivio.
¡Hay Dios! Jamás en la vida me había alegrado tanto de que empezara la misa. A través del vínculo sentí una suerte de sombría satisfacción procedente de Demi, lo cual era impropio de ella, y no me gustó ni un pelo.
Necesitaba distraerme de aquel comportamiento suyo tan turbador, así que me puse a estudiar a otras personas, como solía hacer. Con semblante preocupado, Kevin miraba abiertamente a Demi no muy lejos de nosotras. Frunció el ceño y desvió la vista en cuanto se percató de que le observaba.
Nick se sentaba como de costumbre en un banco situado al fondo, y por una vez no escudriñaba cada rinconcito en busca de algún posible peligro. Volcaba en su interior todo el interés. Tenía una expresión casi dolorida. Ignoraba por qué venía a la iglesia, pues siempre parecía estar luchando contra algo.
En el altar, el sacerdote volvía a hablar sobre San Vladimir. - Era un hombre de espíritu fuerte y gozaba de la gra¬cia de Dios, sin duda, pues el toque de San Vladimir basta¬ba para que los lisiados echaran a andar y los ciegos recu¬perasen la vista. Los capullos de las flores se abrían a su paso.
Jopé, los moroi necesitaban conseguir otros santos... Un momento. ¿Curaba a los lisiados y a los ciegos?
Me había olvidado por completo de San Vladimir. David mencionó que Vladimir devolvía a la gente a la vida, y en aquel momento eso me recordó a Demi. Luego, otras cosas me habían distraído. Durante mucho tiempo no había pensado en el santo ni en su guardiana bendecida por la sombra ni en el vínculo existente entre ellos. ¿Cómo podía haber pasado eso por alto? la señora Karp no era la única moroi capaz de realizar curaciones, al igual que Demi. El santo también podía obrar ese prodigio.
-Las masas se congregaban junto a él todo el tiempo, y le amaban, y se mostraban ávidas de seguir sus enseñanzas y le escuchaban cuando predicaba la palabra del Señor...
Giré la cabeza para mirar a Demi, quien me devolvió una mirada de perplejidad.
-¿Qué pasa?
No tuve ocasión de elucubrar nada, ni siquiera de bus¬car las palabras adecuadas, ya que debía irme a mi prisión en cuanto terminara el servicio religioso, y me puse de pie.
Nada más llegar a mi cuarto me conecté a Internet e hice una búsqueda acerca de San Vladimir, pero no saqué nada en claro. Maldita sea. Mason había efectuado un exa¬men preliminar en los libros de la biblioteca y decía que allí había poco de dónde rascar. ¿Con qué me dejaba eso? No había forma de saber más sobre ese santo del año de la catapulta.
¿O sí la había? ¿Qué había dicho Kevin ese primer día cuando estuvo con Demi?
«Tenemos una vieja caja llena de escritos de nuestro venerado y loco San Vladimir».
Los escritos debían de hallarse en el desván situado encima de la capilla. Kevin los había mencionado y yo ne¬cesitaba echarles un vistazo, pero ¿cómo iba a salirme con la mía? No podía pedírselos al sacerdote. ¿Y cómo iba a reac¬cionar si descubría que uno de los alumnos se había subido ahí arriba? Supondría el final de la guarida de Kevin, pero tal vez pudiera ayudarme el mismo Kevin. Sin embargo, era domingo y no iba a verle hasta el lunes por la tarde e incluso entonces tampoco sabía si iba a tener ocasión de ha¬blar con él a solas.
Más tarde, me detuve en la cocina de los cuartos para llevarme una barrita de cereales mientras iba de camino a las prácticas. Al hacerlo, pasé junto a un par de novicios, Miles y Anthony. El primero me silbó al verme.
-¿Qué haces, _________? ¿Estás solita? ¿Quieres algo de compañía? -Anthony se echó a reír-. No puedo morder¬te, pero puedo darte todo lo demás.
Debía cruzar el pasillo mientras esos dos se quedaban ahí fuera. Lancé una mirada fulminante e intenté pasar a to¬da pastilla, pero Miles me atrapó por la cintura y fue desli¬zando las palmas hacia abajo.
-Voy a romperte esa jeta como no me quites las manos del culo -le solté mientras me alejaba de golpe, y al hacer¬lo salí dando tumbos y choqué con Anthony.
-Vamos -dijo Anthony-, creí que no ibas a tener inconveniente en montártelo con dos tíos a la vez.
-Si esos dos tipos no salen por patas ahora mismito, los convertiré en uno solo a la de ya -amenazó una voz.
David. Mi héroe.
- Pues sí que estás salido, David -replicó Miles, el más grandote de los dos acosadores, mientras me soltaba pa¬ra plantarse delante de él.
Anthony se apartó de mí, más interesado en ver si había o no una pelea. La concentración de testosterona saturaba el aire hasta tal punto que tuve la sensación de necesitar una careta antigás.
-También te lo haces con ella, ¿eh? -le preguntó Mi¬les a David-. Y no quieres compartirla, ¿a que sí?
- Otra palabra más sobre ella y te arranco la cabeza.
-¿Por qué...? Sólo es una insignificante prostituta de san...
David le atizó. No le descabezó ni le hirió ni le hizo sangrar, pero el puñetazo debió de dolerle. Abrió los ojos con rabia y arremetió contra él. Todos nos quedamos quietos en cuanto oímos abrirse una puerta. Los novicios se caían con todo el equipo si los pillaban en una pelea.
-Lo más probable es que sea alguno de los guardianes -aventuró David con una ancha sonrisa-. ¿Queréis que se enteren de que estabais pegando a una chica?
Miles y Anthony intercambiaron una mirada, y luego el segundo propuso:
-Venga, vámonos, no tenemos tiempo para esto. Miles le siguió a regañadientes.
-Ya iré a por ti luego.
Yani Stephen
Re: Vampire academy 1 (Nick y tu)
me encanto el cap
wow demi es poderosa 8)
sigue pronto :D
wow demi es poderosa 8)
sigue pronto :D
Mrs. Nick Jonas
Re: Vampire academy 1 (Nick y tu)
oooo gracias david eres mi heroe jajaja siguela pronto plis quiero que pase algo entre nick y la rallis
lovely last
Re: Vampire academy 1 (Nick y tu)
me encanto el cap!
demi! ok tengo q confensar q me da un poquito de miedo su poder!
y gracias a dios q david llegoo!
me encantaaa!
amo esta novee!
siguee!
demi! ok tengo q confensar q me da un poquito de miedo su poder!
y gracias a dios q david llegoo!
me encantaaa!
amo esta novee!
siguee!
MariiJonas
Re: Vampire academy 1 (Nick y tu)
Perdon por no subir, pero es que he estado algo
desconectada de internet... asi que prometo
subirles mas cap pronto.
Gracias por comentar
desconectada de internet... asi que prometo
subirles mas cap pronto.
Gracias por comentar
Yani Stephen
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