Re: Esclavas|One Direction {NC}

por **rutherford.** Mar 03 Sep 2013, 4:50 pm

Capítulo 16.

Narrador omnisciente | La venganza Parte I/V

Decir que Caitlin únicamente sollozaba era poco; se encontraba en un mar de lágrimas que parecía no tener fin. Gemidos y jadeos de tristeza salían de su boca, sus ojos rojos e hinchados permanecían cerrados fuertemente, como si evitara ver algo o estuviese comprimiendo sus lágrimas. En cualquier caso, intentase lo que intentase, no daba resultado.

―¡Quiero que dejes de llorar, maldita sea! ―Gritó Louis observándola detenidamente. Lo que tenía ante sí era una mujer viva, deliciosa…, exquisita y verla de esa manera hacia que su corazón se estremeciese y el arrepentimiento viajara por sus ideas. Pero, ¿qué más daba? Ya no podía hacer nada, por lo menos no ahora. Lo único que bastaba era terminar con eso pero, ¿podría siquiera acercase a ser una acción simple? La verdad es que para él no. Viéndola detenidamente tenía una cierta expresión de culpabilidad en su rostro. Sin embargo no se podría arriesgar. Es decir, no la dejaría libre. Caitlin nunca dejó libre su pensamiento, y Louis tampoco le permitiría olvidar. Suspiró y prosiguió.―Nena, mírame. ―Con sus dedos en la barbilla de Cat alzó lentamente su cabeza. Ella lo permitió, aunque era obvio que tenía miedo y desconfianza. ―Abre los ojos. ―Dijo en un tono más fuerte y que le dejaba en claro a Caitlin que Louis tendría el control. Lentamente sus pestañas comenzaron a separarse dejando a clara vista las ventanas a su alma. Su mirada demostraba un mar de sentimientos; una chica dulce, dominadora, con ojos soñadores que le conturbaban. ¿Era posible que aquella hermosa criatura existiera en realidad? «Sí ―se dijo a sí mismo. ―, claro que sí. Ahora será mía.» Sonrió con autosuficiencia y dijo―: Caitlin, ¿sabes? No me gusta tu actitud de niña de lloriqueos. Si no haces algo al respecto yo te ayudaré a que dejes de llorar, o hasta, quién sabe, llores por una buena razón. No tengo ningún tipo de miedo o resentimiento al demostrarte como hacer sollozar toda la noche a una chica…, usando únicamente mi mano. ―Finalizó.

Caitlin sintió todo su cuerpo estremecerse. Sus palabras eran tan calientes como el infierno. Todo un vaivén de emociones se reunían en su ser y bajaban lentamente a su vientre. Quería hablar, pero, ¿qué diría? Si decía algo malo podría castigarla, y si decía algo bueno…, si decía algo bueno, ¿qué haría?

―Lou…―Articuló. A Louis, el simple hecho de escuchar su nombre saliendo de la boca de Caitlin le ponía a mil. Pero, ¿y qué iba a decir? Él esperaba de todo; insultos, amenazas de muerte, prisión, cadena perpetua e incluso gritos. Más sin embargo la sorpresa se hizo presente al escuchar una inocente oración―: Estoy incómoda con los brazos hacia arriba, ¿podrías hacer algo al respecto?

«―¿Qué…?―pensó― Parece que la chica no tiene ni idea de qué es un secuestro y además no está en un hotel cinco estrellas o el algún otro tipo de lugar dónde le sirven como ella quiera.»

―Ah…, qué pena, enserio.

―¿No vas a hacer…?―Louis cortó la frase con un gran grito.

―¡¿Dónde crees que estás?! ¡¿Qué crees que te voy a hacer?! Actúas con tanta normalidad que parece que estás acostumbrada a que te traten como una…

―¿Cómo una qué? ―Gritó aún más fuerte Caitlin interrumpiendo como él lo hizo anteriormente. Los pasos que daba Louis eran enormes y en un abrir y cerrar de ojos estaba cara a cara con Cat.

―Como una perra. ―¿Por qué debería tener miedo de decir esa palabra delante de ella, si esa es una descripción detallada de la forma de ser de Caitlin? Bajó la mirada, desconectando su vista de la de Louis. Aquel ataque de valentía no le había servido de nada y probablemente le haría sufrir con algún tipo de castigo. Y aunque sea difícil de creer… ella no quería eso.

Él quería hacerle cualquier tipo de cosas ahí mismo. Quería ser rudo pero igualmente sutil con su cuerpo. Las palabras «hacer el amor» no vendrían al caso, para nada. Sencillamente disfrutaría de Caitlin… y listo.

Comenzó a acariciarla. Pasando sus manos a través de la cintura de Caitlin y sus pechos. Ella negaba con la cabeza. Muchos gemidos salían de su boca. Lágrimas rondaban sus mejillas y caían por su barbilla. Se sentía sucia, asquerosa…, repugnante. Aunque era contradictorio; se podría decir que ella hacía lo mismo todas las noches… o se dejaba hacer. Pero cómo lo había dicho antes; ¡con Louis no! No es porque la mayoría piense que le seguía pareciendo desagradable, al contrario, estaba más bueno que nunca. Sino porque se sentía mal. Odiaba verlo con tanto rencor pero, ¿qué podía hacer si había sido la causante de ello? Nada. Debería esperar, quizás hasta escapar, y aunque no pudiese hacerlo, resistirse. Más sin embargo ¡no era fácil! Todo estaba tan lejos de esa cualidad. La forma de ser de Louis despertaba un sentimiento de odio y ternura en Caitlin. No sabía lo que le sucedía y quería mantener su mente ocupada mientras él se divertía con su cuerpo.

Su mano cada vez bajaba más, llegando a lugares a los que el sol no daba. Arrodillado, frente a ella, la observaba mientras que sus ojos repetidamente se cerraban y trataba de suprimir sus gemidos. «―Oh, mierda, Caitlin.» Pensó una vez más. Sus dedos jugaban repetidamente con el diminuto elástico de la ropa interior de Cat. Acariciando la suave piel que se encontraba cubierta por la tela de seda. Su cabeza se movía de izquierda a derecha mostrando así, su descontento. Más que nunca quería patear, moverse, hasta quizás golpearlo. Y al no poder hacerlo una marea de impotencia la consumía.

―Para… Para. ―Dijo en susurros.

―Tú deberías parar… Parar con tu actitud de niña inocente y empezar a disfrutarlo. ―Respondió mientras, ahora, recorría la mejilla de Caitlin con sus dedos. Limpiaba algunas lágrimas y acariciaba sus labios. Se acercó lentamente a ella y la besó. Tantos días que soñó con hacer eso. Éstos tenían un sabor dulce y amargo a la vez. Caitlin no abría paso a su boca. No correspondía a esa acción y quizás nunca lo haría. Sus negaciones con la cabeza se hicieron más presentes y eso a él le hartaba.

Movió a un lado la parte baja de la ropa interior de Caitlin consiguiendo, así, accesibilidad a esa zona íntima. Acarició una vez más aquella sensible piel, mientras creaba círculos con su pulgar. Ella lanzó un gran gemido, el cual le permitió a Louis intensificar su beso aún más y poder adueñarse de toda la cabida de la boca de Cat. Los movimientos de su mano cada vez se hacían más fuertes y ella lloraba sin piedad. Le gustaba pero lo odiaba al mismo tiempo.

―Para, ¡para de una vez! ―Gritó separándose de Louis al no poder respirar más. ―Oh, Dios santo. Para. ―Dijo repetidamente mientras trataba de ralentizar su respiración. Él no hizo caso. Cuántas veces le había pedido a Caitlin que parara y dejara de ser mala y cruel con su persona. ¿Y lo hizo? ¡No! Entonces, ¿por qué tendría que hacerle caso ahora? «Trata a las personas como quieren que te traten a ti.» Pues bien, eso se aplicaría en ella a partir del instante del secuestro. Caitlin estaba tan… tan… ¡Oh Dios, estaba tan caliente! Se sentía tan bien mantenerla bajo su control e internamente suplicando por más, incluso cuando no lo quería decir de frente.

Ella no podría hacer nada para moverse o alejarse; le sería imposible. Así que tendría que acoger de la mejor manera las órdenes… o cosas que Louis le quería hacer. Metió un dedo en ella, sintiendo como su cuerpo se contraía alrededor. Sus piernas temblaban y si estuviera parada de seguro ahora se encontraría a un paso de derrumbarse al suelo. La miraba directamente, tratando de desvestir su alma, entrar a su corazón, ver qué cosas piensa esa mujer; ver qué es lo que la hace tan peculiar.

Los músculos de Caitlin comenzaron a tensarse, advirtiendo con llegar al punto máximo de placer en un instante. Una capa de sudor la cubría, sus ojos seguían con la tarea de llorar -¿es que acaso no se cansaba de hacerlo?-, su boca despedía múltiples gritos ahogados y una mezcla de jadeos y sollozos. Pero, oh no, claro que no la dejaría culminar.

Fuertes palabras comenzaron a dispersarse por la habitación. Todas de Caitlin. Solo un poco más…

Abrió los ojos como si necesitase pisar el suelo nuevamente y los cerró, demostrando que estaba muy, muy cerca. Louis salió del cuerpo de ella. La cual, en pocas palabras quedó desconcertada y caliente. Su rostro demostraba desentendimiento y una gran duda permanecía en su cabeza formando imaginariamente un signo de interrogación encima de ésta. ¿Qué había pasado?

Louis, al no poder ni siquiera encontrar respuestas a sus propias preguntas, caminó desesperadamente por toda la habitación. «¿Qué he hecho?» Se decía mentalmente. «¿Fue todo eso verdad o simplemente lo imaginé?» Corrió por instinto hacia Caitlin y la desató. Dejándola libre por un instante. En cualquier caso si ella tratara de huir no podría hacerlo porque, de una u otra forma Louis la encontraría. Además la puerta estaba cerrada con seguro. Louis se encerró en el baño, ofuscado, impresionado, atónito.

―No, no, no. No puedo seguir con esto. ―Dijo en un susurro mientras se veía en el espejo. ―No…, simplemente no. ―Las manos tapando su boca demostraban su preocupación respecto a ése tema. ¿En qué se había metido?

Sacó su teléfono móvil y marcó al primer chico que se le ocurriera; ¡Niall! Ya había molestado mucho a Liam antes, a si que no quería enojarlo completamente. Además el rubio era comprensible aunque, dadas las circunstancias probablemente se encontraría ocupado.

―Concreta, ¿qué quieres? ―A los tres pitidos, Niall, en un tono de molestia habló apresuradamente.

―¡Niall! No lo sé… Ni yo mismo sé que quiero. Debes ayudarme.

―Cuéntamelo pero que sea rápido, tengo un asunto aquí. ―Por «asunto» de seguro se refería a Roselyn.

―Bien, entiendo. Lo que pasa es que acabo de… ¡ay no sé! ¿Tratar como un objeto a Caitlin? ―Suspiró pesadamente y prosiguió. ―Niall, no creo poder continuar con esto. Ayúdame.

―Es típico que eso pase… Bueno, no típico en la vida cotidiana –porque no todos son secuestradores-violadores, ―rió. ― pero sí lo es en nuestra posición. Recuerda algo que te haga enfurecer. Algo que te haya hecho Caitlin. Y desquítate, ¿vale?

―Okey, lo haré. ¿Cómo vas con tu asunto? ―Preguntó.

―Iba bastante bien hasta que alguien me llamo y… ¡Roselyn deja de gritar, no te voy a matar! ―Un grito ensordecedor se escuchó desde el otro lado de la línea e hizo eco hasta llegar a la cabaña de Louis. Rose sí que gritaba mucho. ―Cuelgo. Disfruta de Cat, yo lo haré con Rose. No me llames, yo te llamo. ―Niall rió una vez más contagiando a Louis. Colgó y buscó entre sus pensamientos.

Un día, Louis, había preparado un testamento para decirle a Caitlin lo mucho que la amaba. Sí, ella quizás a él no pero, ¿podría perder algo? ¿O moriría en el intento? En cualquier caso ya estaba hecho al dolor, ¿y qué podría ser lo peor que Caitlin llegara a hacerle si, de todas formas, ya había soportado casi todo?

Se había saltado todas las últimas clases para salir más temprano y, en la calle que da justo al frente del colegio, colocar un cartel enorme que decía en letras grandes «Caitlin, ¿serías mi novia?» Planeó eso durante noches y noches. Faltaron aún así muchos días para que la valentía se condensara y él optara por hacerlo de una vez por todas.

La hora de salida se aproximaba cada vez más y el entusiasmo y nerviosismo de Louis crecía conjuntamente con el sudor de sus manos. Ya no podía esperar.

El timbre sonó, los estudiantes salieron como ganado. Algunos paraban para ver con más claridad que tramaba Louis pero, como siempre, nadie le hacía caso. Al final, de todas las personas, salió ella. Con un jean negro tubo, una camiseta amarrada hasta más arriba de su cintura, el cabello enmarañado en un moño y con converse negras simples. Era la primera vez que la veía tan… normal. Y eso le hacía quererla más.

Caitlin vio el enunciado. Buscó con la mirada de quién se trataba y la sonrisa de su rostro se desvaneció al únicamente connotar de que la persona responsable era Louis. ¿Es que no se cansaba de recibir un «no» como respuesta? ¿Era tan malditamente persistente? Ella quería acabar con eso de una vez por todas. Dejarle en claro que nunca se fijaría en un hombre como Louis.

―¿No entiendes que un no, es no? ―Se acercó a él y continuó― ¿Qué tendré que hacer para dejarte en claro que me repugna tu look de nerd y chico que no rompe ni un solo plato? ¡Me tiene hasta la cabeza que sigas con las ilusiones de una posibilidad conmigo! ¿No tienes presente que NUNCA llegaría siquiera a tocarte? E incluso me arriesgo mucho al hablarte. ¡No tienes ni idea de cómo reduce mi popularidad! ¿Harías el favor de irte y de dejar de avergonzarme? ¡Sí! Porque eso es únicamente lo que haces, ¡avergonzarme delante de todos! Yo no debería ni siquiera tener contacto visual contigo.

―Pero yo…―Louis trató de articular. Todas aquellas palabras le habían caído como un balde de agua fría. Aunque era de esperarse.

―Piérdete.

{***}

Días habían pasado y él no podía superarlo aún. Y estaba equivocado; Caitlin podía llegar a herirlo aún más cada vez… el problema era que su amor seguía creciendo. ¿Era masoquista acaso?

Lloraba encerrado en su habitación. Pateaba cosas y gritaba obscenidades a quién sea que le cruzase. Deprimido era solo un pequeño grado del sentimiento que lo consumía. ¿Cómo es que pudo ser tan estúpido?

―No debería llorar por ella. ―Arremetió en un susurro mientras levantaba la cabeza y se deshacía de la posición en ovillo en la que se encontraba. Estirando sus piernas logró encontrar un poco de tranquilidad, pero ésta regresaba en contra, multiplicada por mil. ―No, no lo hagas… No lo hagas. ―Se recordó a sí mismo. ―No por ella.

Louis regresó en sí, viéndose fijamente en el espejo de aquel baño una vez más. Nadie tenía idea de la ira que le agobiaba cada vez que recordaba ése instante que lo dejó marcado de por vida. Nada pudo recompensarlo; pero ahora sí sería el momento.

Con ganas de venganza renovadas y un autoestima, ahora por lo alto, salió y no encontró a Caitlin dónde se suponía debía estar. «―Claro, la desataste imbécil.» Se reprimió. Buscó con la mirada a aquella indefensa chica y la vio forcejeando contra la puerta. «Huir. ―Pensó. ―Trata de huir.» Corrió hacia ella y la estampó contra la pared.

―¿Adónde crees que vas, nena? ―Preguntó muy cerca de sus labios.

―Yo…, yo, vi a Amelia por la ventana, caminando por la arena y pensé que ella…

―¿Querías huir también? ¿Viste a Amelia libre y tú también quisiste serlo? ―Agregó en un tono duro. ―Pues créeme que no lo serás. Pero sólo te puedo dar una explicación de lo que eres. ―Se acercó lentamente al oído de Caitlin y en un susurro dijo―: Mía.

―Ahora, debemos buscar una solución a tu desesperado intento de huida. Un castigo va muy bien. No tienes ni idea de cuánto me apetecería ponerte en mis rodillas y golpear tu fabuloso trasero con mi mano.

―¡No, no lo hagas! No…―Gritó como si se le fuese la vida en ello. Y aquella mínima frase hizo enfurecer a Louis una vez más; la misma frase de su recuerdo, lo mismo que él se dijo para que parase de llorar. Los papeles se habían invertido ahora. Ya vería ella lo que es venganza. Una realmente dura y cruda venganza.

por **rutherford.** Mar 03 Sep 2013, 4:51 pm

El punto es que no sé si les guste. Tiene su parte hot... Tenía miedo de subirlo u-u De todas formas aquí está. No ha sido lo mejor de mi pero... eso (? ¡Sigue Conylusha!

por **Cony'.** Mar 03 Sep 2013, 5:38 pm

OMFG

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¡Geneeeeeeeee como puedes escribir así!, lo haces maravilloso y refleja todos los sentimientos del sexy Lou, me encanta.
No estoy muy acostumbrada a escribir partes hot aunque las eh leído JAJAJA pero haré mi intento, pero el tuyo salió fantástico Esclavas|One Direction {NC} - Página 25 285151902

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Ahora mismo me pongo a escribir para ustedes bellias <3

por **Camila_Directioner** Mar 03 Sep 2013, 6:10 pm

Que malo es Louis :c
siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

por Invitado Mar 03 Sep 2013, 6:27 pm

Oh my Grey, Gene. Quede sin palabras. Es mucho mas de lo que me imaginaba. kjdlksdjlkas me encanto.
Gracias por hacer participar a Niall en tu capitulo, ya tengo un monton de ideas sobre eso... Esclavas|One Direction {NC} - Página 25 285151902

Ahora a esperar a Cony, y despues sigo yo. Esperemos que Deby vuelva pronto. Quiero leer su venganza.

por Invitado Mar 03 Sep 2013, 6:28 pm

Cony, amo tu firma Esclavas|One Direction {NC} - Página 25 2841648573

por **Cony'.** Mar 03 Sep 2013, 6:56 pm

Priscilla.- escribió:Cony, amo tu firma

Li es tan tierno <3

por **DaiLLHZN** Mar 03 Sep 2013, 7:53 pm

suyxfbgcuasdhvbcuayhnrbfvua

por **Vale.Porras95** Mar 03 Sep 2013, 9:51 pm

Esclavas|One Direction {NC} - Página 25 961472736

Siganlaaaa bye besos :) xx

por Invitado Jue 05 Sep 2013, 1:28 pm

por **Cony'.** Jue 05 Sep 2013, 3:31 pm

Mañana a la noche les subo capítulo, aunque llevo escrito un poco quiero agregar más JAJAJA <3

por Invitado Jue 05 Sep 2013, 3:32 pm

ok, te esperamos Cony Esclavas|One Direction {NC} - Página 25 2841648573

por **Meluchee** Jue 05 Sep 2013, 4:16 pm

Geenememe! ¡Dios, tu capitulo fue genial! Louis es tan... no se ¿perfectamente mi candidato para Grey? ¡Si! Pero ya salio el casting de ~~mierda~~ ¡Y no es mi Matt Boomer! ¿entiendes?.

Ahora volvamos con tu capitulo, simplemente fue increible. ¡Esperamos a Cony! Muaks <3

por Invitado Jue 05 Sep 2013, 5:02 pm

mai gurls

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Solo me pasaba para decirte, Gene preciosa que AMODORÉ el capítulo. En serio skjvnsdk Louis fue muy xd ME LO COMO A BESOS(? Todo estuvo perfecto, tranquila :3 Gracias por agregar mi parte c: Estaré escribiendo de a poco mi cap, así no se me acumula mucho(? Ya pospuse muchas cosas para cuando termine mis exámenes, tengo miedo de que ese día me encuentre con tantas cosas, que no me alcance el tiempo para cumplir todo :ccc

Bueno, como dije WOW. Me dejaste :O (?) Louis es tan... malo y sensual y tierno y, y, y todo a la vez xd Pobre, le dio cosa tratarla así :c Pero la dejó con las ganas :meh:
Espero el cap de Cony *-* ¡Besos, hermosas! Las amo<3 ~~Deséenme suerte :c~~

por **Cony'.** Sáb 07 Sep 2013, 1:53 pm

Capítulo 17

Narrador omnisciente | La venganza Parte II/V.

Sus manos sudaban y sentía el sudor recorrer su espina dorsal. Estaba anhelando con todas sus ganas poseerla, hacerla suya, marcar su cuerpo en el de ella para que lo recordara toda la vida. Quería sentir su delgado y delicado cuerpo desnudo bañado en sudor, frotándose contra los músculos de él, explorarlo todo y acordarse de cada detalle, que todo quedara grabado en su frágil mente. Tal vez le hubiera gustado que los recuerdos desde el principio hubieran sido agradables, sin tener que recurrir hasta este punto para disfrutarla y pasársela bien. Pero no le quedaba elección, ella lo decidió así y debió pensar cada una de las palabras que brotaron de su rosada boca dirigidas a él. Ya quería disfrutarla, podría haberlo hace media hora, pero cada cinco minutos lo llamaba Louis para decirle que no podía continuar, que no aguantaba más. Trataba de enviarle palabras de apoyo y mencionarle que lo dejara de llamar y así cortaba el teléfono un poco molesto, pero entendía a su amigo.

Estaba parada al medio de la habitación, se encontraba petrificada y las lágrimas continuaban cayendo por sus ojos. Sus extremidades temblaban levemente, y su mirada se encontraba baja. Aun estaba asombrada de encontrarse con Liam de nuevo, muchas veces pensó en buscarlo y disculparse por sus errores, pero debió haberlo hecho antes de que todo esto pasara. Debió evitar ser una perra en la secundaria y esto no estaría pasando.

- Li-liam…- se atrevió a susurrar- no crees que es mejor que hablemos esto, y sentados.

-No cariño, me encanta como te ves sufriendo y parada en el centro de la habitación- tomo una pausa y volvió a acercarse a ella- solo para mí.
Un sollozo salió de la garganta de la chica, se sentía apenada, culpable y tenía unas irremediables ganas de correr y terminar con esto pronto. Pero nada de lo que deseaba podía cumplirse, ahora el castaño la tenía a su merced, y no podía cambiar. De pronto, una idea surcó la mente del hombre, llevándolo a sus tormentosos recuerdos.

{Flashback}

Una de las pocas cosas que amaba de la escuela era poder cada día aprender nuevas cosas, y verla a ella. No sabía si era coincidencia o cosa del destino, pero compartía muchas clases con el amor de su vida, Emily.

En las clases que la aburrían siempre se dormía, sin importarle lo que el profesor le dijera, y tampoco es que hiciera algo tampoco. Parecía un ángel, era una de las facetas mas lindas que tenia. Aunque estuviera con su ceño fruncido, seguía luciendo perfecta para mí.

Según mis amigos, tenía un talento para la fotografía, pero únicamente lo puse en práctica con ella. Cada ocasión que se me presentaba, le tomaba una foto. Luciendo natural y a gusto se veía radiante, era imposible de describir en una oración como me encantaba observarla.

Tenía varias fotos de ella en mi cuarto, no había posibilidad de que ella o alguien de la escuela aparte de mis amigos las viera, por lo que las tenía pegadas en mi pared, para verla siempre.

{Fin flashback}

Surgió a su mente ese recuerdo, cuanto adoraba verla día a día, cada movimiento, respiración, todo.

-Quiero que te quedes quieta, y en donde te deje. No hay posibilidad que logres escapar de aquí- y así se dirigió a la habitación contigua en busca de su bolso.

{***}

Tiró todas las cosas dentro de su bolso en busca del objeto, la ropa quedó repartida por todo el lugar, al igual que algunos elementos de tortura. Al final de todo, se encontraba lo que andaba buscando. Con una sonrisa en sus labios, camino a pasos apresurados devuelta a donde estaba su chica.

Al llegar, se encontró a esta a un lado de la ventana, empujando con todas sus fuerzas para abrir la ventana. Se veía desesperada, incluso sus uñas comenzaron a sangrar tratando de abrir la ventana bajo llave.

-Que es lo que estás haciendo- habló entre dientes, molesto por la actitud de Emily. No entendía como ella creía que era tan ingenuo para dejársela fácil, sobretodo sabiendo que lo que estaba haciendo era ilegal e inhumano – te ordene que te quedaras para en el centro, ¿no es cierto?

Se acerco a la muchacha y con fuerza innecesaria, la arrastro al centro de la habitación.

-Liam, me estás haciendo daño.

-Esto no es nada comparado con lo que te haré si me vuelves a desobedecer, y desde ahora me llamarás amo o señor, no Liam. ¿Queda claro?- ella solo asintió.

-Dije, ¿queda claro?- habló en un tono más fuerte al no recibir respuesta.

-S-si amo.

-Buena chica – sonrió dejándola parada al centro del cuarto- bueno, ahora tengo una tarea para ti. Quiero que te quites la ropa, lentamente.

-¿¡Qué!? Estás loco.

-Que te dije sobre desobedecerme…

Las lágrimas se volvieron a acumular en sus ojos y sin volver a chistar, comenzó a desvestirse. Se saco la blusa, los zapatos y pantalones hasta quedar en ropa interior. En el proceso, Liam se sentía tenso y su erección comenzaba a crecer sin cuidado. Lo excitaba verla tan vulnerable, desvistiéndose para él. Tomó varias fotos de ella en movimiento y ahora ella se había detenido. Las fotos quedarían para él, nadie podría verlas porque ella era su obra de arte, de nadie más.

-Quiero que continúes, preciosa- su voz sonaba ronca, y llena de deseo.

-Si señor – y continuó con su trabajo. Se desabrochó el sostén y lo dejo caer, al igual que sus bragas de encaje. El castaño tomó la última instantánea y no aguanto más.

Se acerco a ella con grandes pasos y se puso a su espalda. Su piel brillaba y era extremadamente blanca.
Por su espalda tenía repartidas unas pecas y lunares, pero en lo demás era inmaculada. Las manchas naturales la hacían lucir única y preciosa. Con las manos temblorosas las acerco a sus hombros, donde los recorrió suavemente y sin hacer presión hasta su cintura. Los poros de Emily se erizaron ante el suave toque de las manos medianamente rasposas que la tocaban. No le gustaba ser tocada sin su consentimiento, pero una parte de ella deseaba ese toque del masculino hombre que lo brindaba.

Comenzó a repartir besos por toda su espalda y hombros, breves gemidos eran expulsados por la boca de ambos, aunque la castaña trataba de disimularlos agarrando su labio con sus dientes delanteros. La estaba tratando con tanto cariño y suavidad que extrañaba desde hace años, se sentía culpable por sentirse excitada y deseada, pero no podía evitarlo. Liam se acercó un poco mas hasta que ella pudiera sentirlo, sentir como lo ponía verla así. Un gemido se escapo de su boca al no alcanzarlo de reprimirlo cuando él con ambas manos tomó sus pechos. Los acarició suavemente y daba pequeños apretones en los montes ya endurecidos por el momento.

-No guardes tus gemidos, son una hermosa melodía para mis oídos, mi belleza – susurró en su oreja y Emily dejo escapar los tan clamados sonidos, y Liam estaba comenzando a olvidarse de su misión de castigarle y que se arrepintiera de sus acciones, ahora solo quería y pensaba en disfrutarla. Se separó de ella, estremeciéndose ambos, y la dirigió a un sofá que se encontraba en la misma habitación. El lugar no era cualquier tipo de cabaña, Louis se esmeró y eran muy modestas, algo a lo que estaban acostumbrados. La recostó y continúo con su trabajo de satisfacción momentánea.

La mente de la chica se encontraba en una nube de deseo, no recordaba donde estaba, ni con quien. Solo quería más. Los labios del hombre besaron y lamieron sus pechos y continuó un recorrido hasta llegar a la fuente de deseo. Comenzó a repartir besos en el triangulo entre sus piernas para prepararla e introdujo el primer dedo.

La chica se tensó por completo y dejo de respirar un segundo. Liam espero un momento y continuo sacando y encajando el dedo una y otra vez mientras proporcionaba besos y pasaba su lengua en el nervio que le provocaba espasmos. Sentía el clímax aproximarse cada vez más rápido cuando introdujo otro dedo más. Apretó todo en su interior y abrió su boca formando una perfecta “O” lista para dejarse llevar, pero Liam recobró la conciencia antes de que terminara, privándola del orgasmo que veía venir.

-¿Ahora te has olvidado de quien era? Es lamentable ver cómo te has dejado llevar por el deseo, pero te aseguro que pronto solo recordarás mi nombre cuando pienses en deseo - y sin más que decir, se largó al salón de la cabaña dando un portazo.

Casi se había olvidado de su misión, la tortura recién comenzaba y ya se estaba desviando de su objetivo principal. Pero por hora tendría que encargarse solo del problema que tenía en el entre pierna, o tal vez, haría que Emily lo ayudara.

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