"Love can change us" {Nick Jonas}

El crudo invierno se hace presente esta mañana de Enero. Trato de refugiarme bajo el calor de mi gorro, pero no aliviana ni la cuarta parte. Me cruzo de brazos intentando mantener una posición que no atraiga más frío. 

Giro mi cabeza hacia la derecha y veo a Liam corriendo desde la esquina hasta llegar a mí. 



—Uhm… hola —le sonrío.



—Buenos días, ___ —me saluda luego de besar mi mejilla.

Caminamos juntos al estudio, conversando de cosas sin importancia. Me hace reír.



—Te ves agotada —me comenta al momento de entrar —¿No dormiste bien?



Hago una mueca —Salí con unos amigos. Mala idea.



—Oh, eso. Una de esas personas no tendrá el apellido Jonas, ¿verdad? —me susurra con complicidad.



Río porque no sé qué decir exactamente —Sip, Joe, Blanda y Nicholas.



—Boom —hace un gesto con sus manos —Entonces los rumores eran ciertos.



Frunzo mi ceño —¿Disculpa?



Hace una mueca —¿No lo sabes? Hay algunas fotos circulando en internet.



Saca su teléfono y me las muestra —Mierda —son fotos de nosotros cuatro entrando a la fiesta y dentro de ella. Yo con el chico de manos veloz y Nicholas con la falsa rubia.



—¿Diciendo malas palabras a tan temprana hora, jovencita? —dice Daniel.

Le doy un corto abrazo en modo de saludo —Lo siento.



Mientras entramos al estudio, le envío un mensaje rápido a Blanda.










Los chicos ya se encuentran en sus posiciones y en pocos minutos comenzamos el ensayo. Esto me ayuda para alejar cualquier pensamiento referente a Nick de mi cabeza. Canto fuertemente hasta que comienza a sonar Never Fade. Uso mi mal estar y lo pongo en la canción. Mantengo mis ojos cerrados durante toda la canción, y siento como si los minutos pasaran tan lentamente. Me giro hacia la banda mientras canto, dándole la espalda a la puerta. 

El rostro de James se dirige hasta mis espaldas, y deja de tocar. Me giro al ver que todos se han detenido también. En la puerta, está Nicholas con un ramo de rosas mucho más grande que el anterior.



Vuelvo mi mirada hacia donde se encuentren mis amigos y muerdo el interior de mi mejilla fuertemente antes de hablar —Estamos ocupados, puedes volver después del ensayo, si es que quieres. 



Todos dejan escapar un fuerte y muy audible “Uh” —Está bien —dice Nick —Esperaré lo que sea necesario.



Hago una mueca mientras siento sus pasos abandonando el lugar —Saquen esas caras y volvamos a trabajar.



Nadie dice nada. Supongo que entendieron, y lo agradezco.

Terminamos media hora más tarde. Me mantengo conversando con ellos mientras guardan sus instrumentos, a propósito, tratando de alargar el esperado encuentro con Nick. Pero cuando salgo del estudio junto a los chicos, él está apoyado en una de las paredes con el ramo en sus manos. Se despiden de mí besando mi mejilla y abrazando levemente. La cara de Nicholas se tensa.



—Entonces... —me cruzo de brazos sin mirarlo a los ojos —¿Qué quieres?



Aclara su garganta y estira el ramo —Lo siento mucho. Ayer la jodí a lo grande, lo sé, y me siento horrible por ello.



—Por lo menos lo reconoces —observo por unos segundos el gran ramo y lo tomo, tratando de no rozar mis manos con las de él.



Da un paso acercándose —Entonces… ¿estoy perdonado? —sonríe a medias.



—Diablos, no Nicholas —suspiro pesadamente —¿Cada vez que tengamos una pelea, vendrás con un ramo de flores a pedirme disculpas con esa cara que tienes ahora?, ¿Eso es lo que quieres de mí?



Su cara vuelve a tensarse, pero se queda en silencio —Quiero más… mucho más —aclara su garganta —Pero soy un imbécil la mayor parte del tiempo. Estoy haciendo un gran esfuerzo. Lo siento, en serio.



No sé qué decir. Puedo ver en sus ojos el brillo de la sinceridad —Está bien —murmuro.



Da otro paso, me toma de la cintura y me tira hacía su cuerpo —¿Segura? —asiento y besa mi frente por unos largos segundos.

—¿Qué quieres de mí? —susurro contra su pecho.

Me mira con una notable inseguridad para escoger sus palabras —Te quiero a ti —susurra y toma mis manos —Te quiero a ti de una manera que no creí poder hacer —suspira —No sé qué estás haciendo conmigo, ___.

No conozco alguna palabra o frase correcta que pueda encajar en este momento. Me limito a inclinarme y besar sus labios corta y castamente.

Intento separarme, pero él pone sus manos detrás de mí cuello, dejándome sin escapatoria. Cada beso con Nick es distinto, y jamás me cansaré de ello. Me apoya contra la pared mientras nos besamos por un largo rato. Tal vez… esto podría funcionar.

—Nick —trato de decir cuando ha separado su boca de la mía por unos segundos —Quiero recordarte que estamos en un estudio.

Gruñe cerca de mi oído y luego deposita un corto beso en mi cuello —¿Tienes hambre?

—Un poco —me subo de hombros —Olvidé desayunar.

Besa mi frente —Vamos a mi casa, cocinaré para ti.

Divagué unos segundos, perdiéndome en el color de sus ojos para luego asentir con mi cabeza.

Tomamos un taxi con destino a su hogar. Fue un largo camino, pero nos entretuvimos conversando.

Al entrar, débiles recuerdos llegan a mi cabeza y sonrío de soslayo. Está todo muy ordenado. Dejo mi bolso sobre el sofá y lo sigo hasta la cocina. Rápidamente se agacha para abrir el refrigerador, buscando quien sabe qué, dejándome una tentadora vista de su trasero. Muerdo mi labio y quito mi mirada rápidamente.

Tomo asiento en una de las pocas sillas que se encuentran —¿Qué harás?

—¿Te gustan las frutillas con crema? —me muestra un tarro de ellas y hace una pequeña mueca —Debo ir al supermercado pronto —se echa a reír —También, puedo hacer unas tostadas y tengo un poco de jugo natural.

Nick riendo es una maravilla que pocas veces se ve.

—Suena bien.

×

2 horas de una tediosa película pasan como una eternidad frente a mis ojos. Vuelvo a bostezar colocando mi mano sobre mi boca, y luego me fijo en la hora de mi teléfono. 11 pm. Es hora de volver a casa.

—Nick —digo llamando su atención —Debo irme.

Su mirada se aleja de la televisión y se centra en mí al instante en que hablé —Espera, todavía no te puedes ir.

—Es tarde —murmuro luego de otro pequeño bostezo.

Se aclara su garganta —Tengo algo que decir.

¿A caso está nervioso, o es solo mi idea?

—¿Qué pasa?

—Yo... —frunce su ceño bajando su mirada a sus manos. Luego de unos largos segundos, vuelve a fijar sus ojos en mi dirección —___, te quiero.

Me atraganto con distintas respuestas que puedo dar, pero que ninguna sale de mi boca. Abro mis labios levemente y me quedó así por unos minutos, con las palabras de Nick en mi cabeza una, otra, y otra vez.

Jamás había escuchado que Nick dijera esas dos palabras a nadie. Ni siquiera a su propia familia.

Sus ojos se dilatan y veo como una de sus manos tiembla hasta que la aprieta en un puño. Y aun así, no puedo decir nada. Hago un mohín, sintiéndome incompetente al no responderle nada, pero esto me ha tomado demasiado desprevenida y no es que no le corresponda.

—No digas nada —dice como leyendo mi mente —Sólo quédate esta noche conmigo.