Re: Static (Zayn Malik ,Harry Styles y tu, SEMI HOT) (ADAPTADA) ( TERMINADA)

por **funky** Mar 16 Jul 2013, 8:22 pm

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El show continuó sin problemas y nos llevamos el equipo una vez
que había terminado. Zayn y yo arrastramos nuestros traseros de
nuevo a la habitación, a las dos de la mañana. Debería de haber
estado muerta en mis pies, pero estaba demasiado amplificada para ir a
dormir de inmediato. Quería investigar más primero. Mientras que hacia una
búsqueda en Google sobre el símbolo del triskel, Zayn me sirvió un poco de
pizza que sobró y un refresco. Se dejó caer a mi lado, en el sofá y masticó su
propia porción.
—Si sigo comiendo toda esta comida chatarra durante más tiempo,
voy a engordar —comenté mientras me comía el borde con queso.
—Nah. No podemos engordar. Los Cambions disponemos de un horno
como metabolismo. Podemos comer lo que diablos queramos.
—Impresionante saberlo. —Tomé el refresco, y deje salir un menos que
delicado eructo.
—Agradable. —Me dio un codazo en el costado. Me sentí bien al estar
sentada aquí con Zayn haciendo las cosas regulares de adolescentes,
como navegar por Internet, comiendo pizza, y riendo. Tal vez podría tener
una vida normal otra vez. El hecho de que mi genética se había modificado
en algo inhumano no quería decir que había perdido nada de mi
humanidad.
Era todavía era una adolescente con carencias y necesidades. Estaba
sentado al lado de uno y comiendo otro. No tan extraño. Desplacé hacia
abajo la lista de sitios sobre el triskel. Mi mirada se posó en uno que despertó
mi curiosidad; El Trískele y el Mago Merlín.
Hice clic en el enlace y empecé a leer. Entonces, mi corazón comenzó
a latir con fuerza.
—Escucha esto. “Merlín tradicionalmente se presenta como un
Cambion, nacido de una mujer mortal y engendrado por un íncubo, de
quien ha heredado sus poderes sobrenaturales y habilidades.”—Miro a
Zayn—. ¿Sabías esto?
—No, ¿Por qué habría de hacerlo?
—¿Hiciste alguna investigación sobre cambions cuando te enteraste
de que eras uno? Yo lo hice. — Hizo caso omiso a la pregunta.
—¿Qué más dice?
Seguí leyendo. —Se dice que a menudo llevaba una bata con el
símbolo de triskel en ella, como un signo de su posición como sacerdote
druida. —Zayn abrió otro refresco y tomó un trago.
—¿Qué sitio es ese?
—Pertenece a alguna psíquica llamada La Morgana. —
Desplazándome hacia abajo para la parte inferior de la página. —Y ¿Adivina
qué? Está en Seattle. ¿Tal vez deberíamos ir a verla?
—No lo sé. ¿Hay algo más importante en el sitio?
—Sólo algunas cosas sobre el druidismo... oh espera, aquí hay algo.
"Merlín, se dice que ha sido atravesado por una espada encantada y puesto
en el sueño eterno por Nivaine la cazadora, una mujer que él deseó y
persiguió implacablemente, una mujer a la que enseñó toda su magia.”
Merlín se detuvo, así que tal vez Harry y los demás puedan ser detenidos.
—Podría ser todo un montón de mierda. Merlín era un mito. En realidad
no existió.
—Así dice el Cambion real como la mierda, sentado a mí lado. —Me
sonrió. —Tal vez era real, Zayn, y de alguna manera Harry y Devon y los
otros son descendientes suyos. —En el momento en que salió de mi boca,
creía plenamente que era verdad. Esta era la respuesta, estaba segura de
ello. Zayn suspiró, rodando los ojos.
—Está bien. Podemos ir a ver a esa mujer mañana por la mañana.
Espero que sea algo, Sale. Debido a que pasado mañana, estaremos en
movimiento otra vez. Y con el tiempo irán al suelo. Cuando el clima se vuelva
frío, ellos se habrán ido.
Le di un puñetazo en el brazo. —Ay. —Se frota en el lugar—. ¿Por qué
fue eso?
—Por mantener esa información para ti mismo. ¿Hola? Tal vez deberías
haberlo mencionado un poco antes.
—Lo siento. Yo simplemente no quiero que te sientas presionada.
—Bueno, lo estoy sintiendo.
Por la mañana, Zayn y yo fuimos a Cherry Street, cerca del agua, para
encontrarnos con La Morgana. No estaba segura de qué esperar, pero
definitivamente no era la mujer de 200 libras, la cara sonriente de Betty White
que abrió la puerta.

Se parecía a mi abuelita y no a una psíquica celta. Incluso olía a
canela, por lo que pronto me di cuenta, era de las galletas orgánicas que
acababa de hacer. Nos invitó a la sala, nos sentamos en una pequeña mesa
redonda, nos dio a cada uno un vaso de leche y una galleta, y luego se
sentó frente a nosotros y sonrió como una matrona.
—Bueno, ¿Qué puedo hacer por ustedes dos queridos, hoy en día?
Eché un vistazo a Zayn. Estaba ocupado masticando la galleta, así
que me aclaré la garganta y dije: —Nos preguntábamos acerca de la historia
de Merlín el Mago.
—Oh, él no era un mago, querida. Él era un gran sacerdote Druida.
—De acuerdo. Y él era un... ¿Cambion? —Ella asintió con la cabeza.
—Sí. Se dice que su padre fue un íncubo que visitó a su madre en la
noche y la impregnó con su semilla del diablo.
Zayn casi se atragantó con la galleta. Le di unas palmadas en la
espalda.
—Bien, así que lo que realmente queremos saber es ¿Cómo murió? ¿Lo
mataron?
Ella miró de mí a Zayn luego de vuelta otra vez.
—¿Para qué has dicho que querías esta información?
—Un trabajo escolar. De mitología celta. —Tomé un sorbo de leche y le
sonreí por encima del borde.
—Fue puesto en un sueño profundo. —Continuó.
—¿Por una espada mágica? —Asintió con la cabeza.
—Sí. Se quedó encantado por Nivaine, aprendiz de Merlín y el objeto
de su deseo. Él le enseñó todos sus secretos y ella lo traicionó usando su
poder contra él.
—¿Qué pasó con la espada? —preguntó Zayn.
—Nadie lo sabe. En algunas versiones se le dio a La Dama del Lago,
otra dice que la hoja se rompió después de que atravesó el cuerpo de Merlín
y las piezas se dispersaron por todo el mundo.
—¿Crees que aún haya piezas por ahí? —Cogí una galleta y empuje
toda la cosa en mi boca. Morgana se reclinó en su silla mirándonos a nosotros
extrañamente.
—¿Te das cuenta que estas son sólo historias? Mitos. Ellos no son reales
son, básicamente, alegorías sobre el estado de la sociedad en el momento.

Asentí con la cabeza. —Por supuesto. Es sólo que la forma en que
cuentas, parece tan real.
Eso pareció complacerla y volvió a sonreír amablemente.
—¿Alguna otra cosa, queridos? Tengo otra cita pronto.
—Sólo una cosa más. —Deslicé el teléfono de Zayn por la mesa—.
¿Reconoces a alguno de estos símbolos? —Tomó el teléfono y miró el primero
con sigilo, el cuál era el trískele.
—Sí, ese es el símbolo celta de los tres mundos, el triunvirato si te gusta,
o la Santísima Trinidad.
Miro los demás y su ceño se frunció cuando entornó los ojos. Levantó la
vista hacia nosotros.
—¿De dónde sacaste esto?
—¿Reconoce usted algo? —Le dio la vuelta el teléfono para mostrarme
una imagen en la pantalla.
—Esta es una marca muy antigua. Es el único símbolo que se encuentra
cada vez que se apunta a la mínima posibilidad de que Merlín era en
realidad una verdadera persona. Es druida y significa engendro de Satanás.
Merlín engendro de Satanás es uno de los muchos nombres atribuidos a él. —
Zayn y yo compartimos una mirada. Sabía exactamente a lo que dije. Que
Merlín había sido real y que Harry era su descendiente.
—Ahora, ¿Me puedes decir de dónde sacaste esas fotos?
Tomé el teléfono y se lo devolví a Zayn. Los dos nos pusimos de pie.
—Gracias por su tiempo, Sra. Morgana. Nuestro trabajo va a estar
genial. —A medida que pasamos junto a su silla, estiró la mano y me tocó la
mía. El contacto fue breve, pero fue obviamente suficiente para que ella
descubriera alguna mierda. La primera es que estábamos mintiendo, y la
segunda que no éramos cien por ciento humanos perfectos. Retiró la mano y
la acunó como si se hubiera quemado. Sus ojos eran grandes, tal vez un
poco asustados, sin duda sorprendida, entonces se encontró con mi mirada.
—Ten cuidado, Jinete de Sombras. Él puede aún hacerte daño.
—¿Quién? —le exigí—. ¿Quién puede hacerme daño?
Sacudió la cabeza. —No puedo ver su cara, pero está ahí esperándote
en las sombras.
—Oh, bien, gracias. —Sus palabras me lanzaron por un bucle y Zayn
tuvo que conducirme fuera de su casa y de nuevo hacía la calle.
—¿Qué demonios fue eso? —me preguntó a medida que
caminábamos. Negué con la cabeza, todavía un poco sacudida por su
visión.
—Debe de haber detectado que no soy totalmente humana.
—Era un poco como un espectáculo de fenómenos.
Si no hubiera estado demasiado asustada, podría haberme echado a
reír de eso. Zayn le llama un espectáculo de fenómenos, cuando cualquiera
de nosotros encajaría muy bien en un carnaval viajero con mujeres barbudas
y hombres lagartos.
—¿Crees que ella estaba hablando de Harry? ¿Sobre que él me haría
daño? —Zayn me agarró la mano en la suya.
—No lo dejaré hacerte más daño. —Asentí con la cabeza, y seguimos
caminando en silencio unas pocas cuadras para tomar el tranvía de regreso
al hotel. Estaba en silencio, absorbiendo todo lo que Morgana nos había
dicho, más que segura que teníamos la respuesta a nuestro problema. Pero
no la manera de ponerlo todo junto.
—¿Crees que hay un trozo de la espada en esa caja, no? —Lo miré.
—¿Tú no?
—Todavía no sé qué pensar.
—El símbolo de Merlín está en esa caja. No puede ser una
coincidencia. —Asintió con la cabeza—. ¿Cómo podemos llegar hasta la
caja y abrirla?
—Uno de nosotros tiene que colarse en su habitación y tomarla.
Suspiró, frotando el rastrojo de su acribillada barbilla—. Tienen un último
concierto esta noche.
—Bueno, pues mientras que estás en el club, voy a deslizarme a través
de la sombra hacia la habitación de Harry, abriré la caja, tomaré lo que hay
dentro y estaré de vuelta, todo antes de que bajen del escenario.
—¿Y si hay un trozo de la espada en el interior?
—Entonces los apuñalaremos en su sueño. —Se detuvo y me dio vuelta
hacia él.
—No voy a dejarte hacerlo . Yo lo haré. No quiero que tengas
que vivir con algo así.
Le apreté la mano, y luego tiré de él en un abrazo. —Va a funcionar.
Tiene que hacerlo.
Buscó mi boca y me besó. Era suave y gentil, y hacía mis rodillas
débiles. Me dio un beso de nuevo, a continuación, apoyó su frente contra la
mía.
—Tú eres única, .
—Igual que tú. —Empezamos a caminar de nuevo, de la mano. Antes
de que llegáramos a la parada del tranvía, Zayn me hizo detenerme.
—No quiero volver todavía. Vamos a hacer algo divertido.
—¿Cómo qué?
—No lo sé. Vamos a ser turistas por unas pocas horas. —Sonreí.
—Genial. ¿Podemos subir a la aguja?
—Claro.
—¿Podemos viajar en el monoraíl? —Salté hacia arriba y abajo
emocionada. Se echó a reír.
—Podríamos subir dos veces.
—¡Increíble! —Empecé a correr, tirando de él conmigo. Y durante la
mitad del día, jugamos a ser turistas. Jugamos a ser dos adolescentes
normales, buscando un poco de diversión en lugar de dos Cambions
fugitivos, planeando asesinar a cuatro demonios góticos del rock.
Zayn y yo nos dirigimos al centro comunitario en donde el concierto
de todas las edades iba a realizarse. Cuando yo era más joven, me
encantaba que las bandas tocaran en lugares donde pudiera asistir. Y al
igual que esas bandas, Malicia tenía un público joven muy importante.
Una vez, esto me habría satisfecho enormemente, pero ahora sólo
tenía ganas de gritar a la multitud “salgan”, que borren todas las canciones
de Malicia de sus iPods y teléfonos. Padres escondan a sus pequeños
rockeros debido a que los demonios están llegando a la ciudad para chupar
sus almas.
Pasando por los movimientos, ayudamos a armar el escenario y el
equipo de sonido. Até los cables, lleve los altavoces y seguí las instrucciones.
Al mismo tiempo, no podía pensar en otra cosa, que encontrar la pieza
de la espada y clavársela a Harry y los otros para poner fin a esta pesadilla.
En nuestro descanso, fuimos y nos sentamos en las gradas cercanas al
diamante de béisbol. Zayn tenía un par de botellas de agua y dos bolsas de
papas fritas. Durante unos minutos, comimos y bebimos en silencio. No era un
silencio cómodo, estaba lleno de preguntas y respuestas, incómodo de
resolver.
—No me gusta que vayas.
—Lo sé. —Me limpié mis dedos en mis pantalones vaqueros—. Pero tú
fuiste el que empezó esto. Haciéndome practicar e ir por mi cuenta. Y tiene
totalmente sentido que sea yo y no tú.
—Sé todo eso, pero todavía no me gusta.
—¿Te preocupa que no lo consiga y que podría hacerme daño? —
Odiaba el gemido incierto, la desesperación en mi voz, pero estaba ahí, no
obstante. Estaba preocupada de que Zayn sólo se preocupara por el final
del juego, consiguiendo venganza por su hermana, y no por mí. Tenía miedo
de ser un medio para un fin. Yo quería ser el fin. El premio en la línea de meta.
Me miró, y luego llegó a través de las gradas de metal y me agarró la mano.
—Estoy preocupado por ti. Tú eres lo que es importante.
¿Era cursi que mi corazón latiera un poco más duro y una ola de calor
barriera en mi vientre?
—Voy a estar bien. Es solo un pase rápido a través de las sombras hasta
al hotel, luego de vuelta otra vez. ¿Qué podría salir mal?
—No quiero ni saber. —Arrastrando los pies más cerca de mí. Se inclinó
hacia mi cara. Lo encontré a mitad de camino y apreté los labios en los
suyos. El beso fue simple al principio. Labio en labio. Un pequeño suspiro. Un
poco de calor. Zayn a continuación, tomó mi cara con la mano,
inclinándome hacia él. Suspiré de nuevo, y deslizó su lengua dentro. Entonces
todo era caliente y fuego y explosivo. Nosotros nos aplastamos y podía sentir
las gotas de agua en su lengua y el sabor que era todo él. Oscuro. Peligroso.
Delicioso. Cerré mis manos en su camiseta, tirando de él más cerca. Un
hambre que no sabía que existía arañó a través de mí. Quería darme un
festín con él. Sólo él podría satisfacerme. Sólo él podía saciar mi necesidad
destrozante y desgarradora.
La oscuridad se arremolinaba a mí alrededor, nublando mi visión. Me
sentí atraída hacia ella. Me llamaba. Tenía que prestar atención a su
llamada. Zayn era la única cosa que la oscuridad quería, lo que anhelaba.
Y yo se lo iba a dar... Entonces, todo brilló blanco, y yo estaba mirando la
cara de Zayn sonrojado.
Respiraba con dificultad, sus manos apretaban mis hombros. Había sido
que me estaba empujando lejos. Me di cuenta y me sumí a mí misma.
—Lo hice otra vez, ¿No?
Me dio una pequeña sonrisa. —Fui capaz de traerte de vuelta antes de
que tomaras cualquier cosa vital.
—Lo siento —murmuré—. Un día vamos a encontrar la manera de
hacer esto sin que uno de nosotros termine en estado de coma. —Dejé
escapar un profundo suspiro.
—Dios, espero que sí. —Poco a poco, con cuidado, se inclinó hacia
delante y me besó otra vez. Fue rápido y casto, creo tendrá que ser así hasta
que pueda mantenerme en control.
Me encantaría ser capaz de besar a mi novio sin matarlo.
—Vamos a volver. La banda debería estar aquí ahora.
Nos bajamos de las gradas y regresamos al centro para esperar.
Durante la hora siguiente, hice todo lo posible para evitar estar cerca
de Harry, Devon y los otros. Lo que fue difícil, porque no había muchos
lugares para esconderse en el centro de la comunidad. Además, parecía
que Devon se escondía en cada esquina, esperando. Gracias a Dios que no
hizo más que apuñalarme con los ojos y gruñir amenazadoramente.
Cuando finalmente salieron al escenario, estuve a punto de aplaudir
con pompones y todo. Ahora tenía alrededor de cuarenta minutos para
recuperar la caja y regresar. Me imaginé que era un montón de tiempo.
Al segundo que se inició el set y el bajo vibraba a través de los
altavoces, Zayn y yo nos metimos dentro y nos encerramos en el baño del
vestuario. Era pequeño, sucio y olía a moho, pero al menos había un surtido
de sombras a elegir.
—Recuerda que debes permanecer en el camino. —Zayn me dio su
mirada seria.
—Lo sé. Lo sé.
Me abrazó y murmuró cerca a mi oreja: —Si algo sale mal, solo vuelve a
mí. Podemos intentarlo de nuevo.
—Tú sabes que esta es nuestra última oportunidad.
Suspiró. —Lo sé. Sólo estaba tratando de ser optimista. —Me sonrió, le di
un beso en la mejilla, deteniéndome un poco para beber de él.
—Vuelvo en un periquete.
Asintió con la cabeza, a continuación, retrocedió para darme espacio.
Tomé tres respiraciones rápidas, soplé hacia fuera, sacudí las manos, y luego
entré en la más grande y oscura sombra en el suelo. En cuestión de
segundos, me disolví en ella. Como el azúcar en el agua.

por **funky** Mar 16 Jul 2013, 8:47 pm

30
La oscuridad me consumió. A pesar de que todavía tenía una
sensación de espacio sólido bajo los pies y delante de mí. Seguir el
camino ahora era como instintivo. Tuve una imagen de la sala de
Harry en mi mente y era ahí donde me dirigía. Manteniendo la cabeza
recta, centrándome en lo que había en frente de mí, puse un pie delante del
otro. El túnel era estrecho. Era como ser forzado a través de un tubo de pasta
de dientes. Sólo fui con la corriente tratando de no pensar demasiado en
ello. Porque eso sería un gran error y, lo más probable, es que me dejaría
inmóvil. Seguí caminando, segura de que estaba a punto de llegar allí. Algo
tiró de mí. Me obligué a seguir. Era un poco como ser absorbido a través de
una bombilla fría y oscura. La sensación de estiramiento se intensificó. Era
imposible parar ahora, incluso si quisiera. Pero no entré en pánico. Era lo que
se suponía que debía ocurrir. Justo antes de ser aspirada hacia arriba, vi algo
a mi derecha. Destelló y brilló como un faro. Luego se había ido cuando me
materialicé de una sombra a lo largo de una pared de la habitación de hotel
de Harry. Me caí hacia delante, golpeando mi rodilla en la mesa de café. —
Ay. Maldición. —Froté para intentar aliviar el escozor radiando a mi muslo. Lo
hizo de todos modos.
El último lugar donde había visto su bolso verde era cerca de la cama,
así que crucé la habitación. Pero no estaba donde lo había visto la última
vez. Girando alrededor, busqué en la habitación. A primera vista no lo podía
ver en ningún lugar. Abrí la puerta del armario. Estaba vacío salvo por unos
cuantos ganchos de alambre y la bolsa limpia y seca para el servicio de
limpieza. Corrí a la cama, caí al suelo, y miré debajo de ella. Nada, excepto
unos pocos conejitos polvorientos. Mi corazón latía. El pánico empezaba a
echar raíces. Corrí al cuarto de baño. También estaba vacío a excepción de
las toallas sucias en el suelo. No había artículos de higiene personal en el
mostrador. Sin cepillo de dientes. Sin afeitadora. Nada que dijera que esta
habitación aún estaba ocupada. Una sensación de abatimiento me estaba
llenando cuando salía del baño y realmente inspeccioné el resto de la
habitación. La cama estaba deshecha, las almohadas tiradas aquí y allá. Las
latas vacías de cerveza llenaban la mesa. Pero no había evidencia de que
alguien planeara regresar a la habitación. Harry había llevado sus bolsas
con él. Estaban planeando partir justo después del concierto. Tiré de mi pelo
en la frustración.
—No puedo creer esto. Estamos tan jodidos.
Encontré la misma sombra y volví a entrar en ella con una imagen clara
del baño del centro en mi mente. Esta vez corrí por la oscuridad, manos a los
lados. Las yemas de mis dedos rozaban las paredes manteniéndome en la
tierra, por así decirlo. Tenía que asegurarme de que estaba todavía en el
camino.
La sensación de tirantez en el pecho volvió y sabía que estaba cerca
de regresar.
Pero entonces el resplandor vino otra vez. A mi izquierda esta vez. Era
más brillante, como sintiendo mi presencia. Como si me mandara señales de
SOS.
Esta vez, no podía ignorarlo. No quería hacerlo. Así que hice lo
impensable, lo que Zayn seguía diciéndome que no hiciera, y di un paso
fuera del camino. Al segundo que hice que otro camino se formo bajo mis
pies. Me llevó hacia la luz. Me tomó unos diez pasos antes de que el camino
se abriera y entré en una caverna parecida a una habitación. Seguía siendo
oscuro a mi alrededor, pero el resplandor del centro lanzaba una esencia
verde que apenas alcanzaba el borde de la oscuridad. Entré en ese
resplandor verde y lo seguí a su origen. Flotando alrededor de tres pies sobre
la tierra, había una caja rectangular. Era del tamaño y forma de un ataúd de
adulto.
Un ataúd transparente, que parecía como si estuviera hecho de vidrio.
Extendí la mano y lo toqué. Mis dedos se deslizaron a lo largo de su lisa
superficie fresca. Era como hielo pulido. Pasando mi mano por su lado, me
miré dentro de él. Mi corazón se sacudió para arriba en mi garganta casi
ahogándome. Los pequeños pelos en la parte trasera de mi cuello se
agitaron. Era como si una araña se arrastrara para arriba de mi columna
vertebral.
—De ninguna maldita manera.
Espantada, me incliné y quedé casi cara a cara con el mago Merlín. Si
no fuese por la barrera de hielo fino, lo habría tocado. Parecía una figura de
cera en un museo. Completamente congelado en el tiempo. Su piel era
brillante, luminosa, en realidad. El resplandor verde parecía resonar
directamente de él. Era calvo, con un oscuro e intrincado tatuaje en su
cráneo. Tenía los ojos cerrados, su boca floja, como si estuviera en un
profundo sueño tranquilo. Llevaba una túnica de color azul oscuro, cosida
con símbolos por todas partes. Los mismos símbolos que había visto grabados
en la caja de madera. También se veía como si estuviera vestido con una
túnica, del mismo color y con los mismos diseños. Sus manos delgadas
estaban dobladas sobre el pecho y, entrelazada entre ellas, estaba el
mango de una larga ancha espada de plata. La hoja estaba incrustada con
las mismas marcas que había visto antes. Esta era la espada encantada que
había enviado a Merlín a un estado de coma. Esta era la espada que
necesitábamos. Simplemente tenía que ser. Pero, ¿Cómo podía conseguirla?
Retrocediendo un poco, miré al ataúd de hielo. Tal vez había una manera de
abrirlo. Entonces lo vi, por el lado, casi en la parte inferior. Una cerradura.
Obviamente, necesitaba una llave. Ahora sabía sin duda lo que estaba en la
caja de Harry. Y no había manera de que pudiera llegar a ella. Abatida,
golpeé la parte superior del ataúd con mi mano.
—Maldita sea.
La espada estaba a mi alcance y era incapaz de hacer nada al
respecto. Harry y los demás iban a ganar. Iban a conseguir salirse con la
suya en destruir tanto mi vida como la de Zayn. No podía dejar que eso
pasase. No ahora. No siempre. Caí de rodillas para inspeccionar la cerradura.
Tal vez podría abrirla. Metí la mano en el bolsillo de mi sudadera con
capucha, saqué un destornillador pequeño, un sobrante del trabajo con el
equipo de sonido. Zayn me lo había dado para que se lo sostuviera, por si
acaso.
Este era un enorme por si acaso.
Forzar la cerradura era probablemente una lección de paciencia y
delicadeza, pero no poseía ninguna de estas cualidades. Así que golpeando
la punta del destornillador en la cerradura y moviéndola alrededor iba a
tener que funcionar para mí. No tenía tiempo para nada extravagante.
Después de unos minutos de movimiento y agitación inútil, me di cuenta de
que la cerradura no se abriría. Exasperada, me levanté y la fulminé con la
mirada, deseando que se abriera. No dejaría que un mecanismo de cierre de
lujo me superara. Había demasiado en juego. No era sólo sobre mí tampoco.
Zayn contaba conmigo. No lo podía defraudar. No lo haría. Mientras daba
un paso atrás, la ira y la frustración surgieron a través de mí haciendo que mis
manos temblaran. Ira de que Harry iba a salirse con la suya por haberme
hecho daño, por matar a tantas niñas. Frustrada, porque estaba tan cerca
de la venganza, que podía probarla en mi lengua, como azúcar granulada,
dulce. Sin pensarlo, le di una patada a la cerradura. El ataúd ni siquiera se
movió. Por lo tanto, le di una patada otra vez. Y una vez más. Y una vez más.
Hasta que estaba pateándolo una y otra vez alternando los pies izquierdo y
derecho.
Fragmentos de hielo se esparcían en el suelo con cada golpe. El retintín
de las piezas al golpear el suelo sólido se hizo eco por todos lados. Era tan
fuerte en mis oídos que estaba segura de que despertaría a los muertos. O a
Merlín, en este caso. Curiosa, detuve las patadas y me acerqué al ataúd.
Trozos de hielo crujían bajo los tacones de mi bota.
Bajé la mirada hacia el rostro del mago. Todavía estaba relajado.
Ninguna vida se agitaba en sus rasgos de cera pálida. Con un suspiro de
alivio, miré hacia abajo, a la cerradura. El corazón me dio un golpe o dos
cuando me di cuenta de que la hebilla de metal se había torcido y roto. La
había roto. No lo podía creer. Con el estómago apretado, me agaché y abrí
el pestillo. La cerradura estaba abierta. Podía abrir el ataúd si quería.
Tragando saliva, miré a Merlín, durmiendo en el interior. ¿De verdad quería? El
miedo se apoderaba de mí, pero me lo tragué mientras deslizaba mis dedos
en las ranuras a lo largo del ataúd y tiraba hacia arriba. Esperaba que
crujiera ya que era tan viejo, pero no fue así. Había definitivamente un
sonido, pero no fue un crujido. Más bien como una explosión por una
liberación de presión.
Como si abriera la puerta del congelador, por primera vez en cien
años. Tampoco espera la ráfaga de aire frío en mi cara o el olor que se
escapó. Uno de pescado podrido. Después de que la tapa estaba arriba, me
tropecé hacía atrás, enferma por el hedor. Nunca pensé que iba a apestar
tan mal. Eso totalmente me tomó por sorpresa.
Me sequé la nariz, tratando de frotar el olor horrible, antes de inclinarme
para inspeccionar la espada. Era larga, una espada ancha, supongo que le
llamaban. Merlín tenía los dedos congelados envueltos alrededor de la
empuñadura. Tendría que hacerle palanca para retirarla.
Oh Jesús, ¿Qué pasaría si se rompían cuando los tocara? La idea me
hizo marear. Me pasé la mano por el estómago con la esperanza de aliviar el
sufrimiento. Cerré los ojos y conté hasta tres, entonces rápidamente los abrí y
sin perder el control alcancé a tocar a Merlín. Su piel era fría y dura en las
puntas de mis dedos.
Por alguna razón estaba esperando a que fuera aceitosa, pero gracias
a Dios no era así. Sólo lo parecía. Tan cuidadosamente como pude, metí mis
dedos por debajo de uno de los suyos y lo levanté. Hubo un sonido crepitante
a medida que se movía pero no quebró o se salió. Una vez que tuve un dedo
levantado con éxito, me dio la fuerza y la voluntad para levantar los otros.
Pronto, todos los dedos de Merlín se doblaron hacia atrás y arriba, y podía
tocar la empuñadura de la espada. Envolví mi mano a su alrededor y
deslizando la otra mano debajo de la cuchilla, fui capaz de elevar la espada
del ataúd de hielo. Era pesada y me preguntaba cómo iba a empuñarla.
Pero al menos la tenía. Me preocuparía por usarla una vez que la llevase
sana y salva a la parte superior y a Zayn.
Le sonreí a la forma de Merlín.
—Gracias amigo. Acabas de salvar mi vida.
Sus ojos se abrieron de golpe, obligándome a retroceder.
—Nivaine —susurró en un soplo de aire frío.
—¡Mierda! —Hui lejos del ataúd. Arrastrando la espada a mi lado, corrí
de la cueva. Corrí a ciegas por el túnel esperando como el infierno que fuera
por camino correcto. Corrí, por lo que parecieron horas, mis pulmones
ardiendo, hasta que finalmente sentí el tirón de las sombras. Pero justo antes
de salir, se me cayó la espada. Me derrumbé sobre mis manos y rodillas en las
frías baldosas del baño de la planta. A medida que tomaba una bocanada
de aire furiosamente, miré alrededor.
Estaba sola. Luchando con mis pies, abrí la puerta para encontrar a
Zayn. Tenía que volver conmigo para recuperar la espada. En el momento
en que salí del cuarto de baño, sabía que algo estaba bastante mal. Las
luces estaban apagadas y el lugar estaba vacío. Era como si nadie hubiera
estado allí para empezar. Excepto que había visto las pruebas en el suelo que
algo había sucedido antes. Había contenedores de bebida vacíos y entradas
del concierto rotas que cubrían el suelo. Avancé por el pasillo.
—Zayn. —Mi voz sonó un poco alta, casi histérica. No hubo respuesta.
Un escalofrío me recorrió la espina dorsal. Sólo me había ido una media
hora máximo, ¿No? El show debería seguir sucediendo. ¿Dónde diablos
estaba todo el mundo? Corrí a la sala principal y grité:
—¡Zayn!
—¿Dónde has estado, dulce? —La voz de Harry resonó por el pasillo.
Giré alrededor buscando la fuente. No lo podía ver en ninguna esquina, en
ninguna puerta. Se rió y se enroscó a mi alrededor, como una serpiente. El
sonido estaba cerca. Entonces me di cuenta y, poco a poco, mi piel cada
vez más fría y húmeda, levanté la vista. Harry estaba en el techo, mirando
de reojo hacia mí. Se rió de nuevo.
—¿Qué te pasa? Te ves como si hubieras visto un fantasma.
—¿Dónde está Zayn? ¿Qué has hecho con él?
—Nada. Todavía.
—Quiero verlo. —Tan rápido como una mancha, Harry aterrizó a mi
lado. Sorprendida, casi me caí de nuevo en mi culo. Pero me agarró del
brazo antes de que pudiera.
—Déjame ir. —Traté de sacar de un tirón mi brazo, pero no tenía
sentido. Su agarre era tan fuerte que rápidamente estaba perdiendo la
sensación en la mano.
—¿Lo has visto? —Evitando su mirada, miré por encima de su hombro a
la pared.
—No sé de que estás hablando.
—Claro que sí. Si te hubieras quedado en el camino no habrías llegado
demasiado tarde para salvar a tu novio.
—Que te jodan. —Le escupí.
—Eres una mala mentirosa, dulzura.
—No estoy mintiendo. — Se inclinó hacia mí, oliendo a lo largo de mi
cuello. Mantuve los ojos cerrados, mientras la repulsión rodaba a través de mí.
—Eres muy parecida a mí, ya sabes. —Eso me tenía.
—Al igual que el infierno lo soy. Tú eres un monstruo. Yo soy... Yo soy...
Él sonrió.
—Exactamente como yo. Sé que casi mataste a ese muchacho en
Boise. No podías detenerte, ¿Verdad? Se sentía bien ¿No? Como si
finalmente estuvieras realmente viva por primera vez.
Me encogí lejos de él. No quería enfrentarme a su verdad. Debido a
que algo de lo que dijo sonó cierto. Me había gustado la sensación. ¿Casi no
le hago lo mismo a Zayn? Dos veces.
—¿Qué quieres? —Las lágrimas vinieron. Estaba tan asustada que no
las podía detener. Temía que Zayn estuviera muerto y que sólo fuera
cuestión de minutos antes de que enfrentara el mismo destino.
—Oh, vamos, dulzura. Lo estabas haciendo bien allí. Casi podía oler tu
rabia. No comiences con las obras de agua. No te queda bien.
—¿Qué quieres? —le grité en la cara.
—Yo quiero que nos dejen en paz. Quiero que te olvides de lo que has
visto, lo que sabes y te vayas. No nos sigas, no pienses en nosotros. —Inclinó la
cabeza considerándome—. Si haces eso, voy a dejar que tú y tu novio vivan.
Un movimiento en la esquina captó mi interés. Me giré justo cuando
Devon, Quinn y Seth arrastraban a Zayn en la habitación. Lo tiraron, como a
una muñeca de trapo, en el suelo. Gimió y rodó sobre su espalda. Incluso en
la penumbra pude ver que había sido brutalmente golpeado. Su cara estaba
ensangrentada y en carne viva.
—Zayn. —Traté de ir hacia él, pero Harry me tenía en el lugar,
fijándome con su mirada feroz—. ¿Por qué debo creerte?
—Porque, dulzura, me gustas. —Lo miré entonces.
—Estás bromeando ¿No?
—Nop. Ni siquiera Quinn me gusta tanto. Pero tú, hay algo acerca de tí,
que no puede no gustarme. Debe ser el monstruo en ti. —Sonrió, y entonces
dejó ir mi brazo. Corrí al lado de Zayn, tocándolo.
—Zayn. Jesús. —Estaba peor de lo que pensaba. Su rostro era una
masa de hamburguesa. Apenas podía siquiera abrir sus ojos. Los dos estaban
hinchados y morados.
—Deberías estar orgullosa de él —dijo Devon—. No te delató incluso
después de que azoté su rostro una docena de veces.
La fulminé con la mirada. Quería arrancarle los ojos y alimentarla con
ellos.
—No fue hasta que lo amenacé con torturar a tu mejor amiga Chloe y
tu querida mamá, que finalmente nos dijo lo que los dos estaban haciendo.
—Oh, nene —le murmuré. Le aparté el pelo de la frente. No es que
ayudara nada. La mayor parte estaba manchada de sangre y pegada a su
piel. Harry se acercó a nosotros, y me fulminó con la mirada.
—¿Tenemos un acuerdo? —Le toqué la barbilla a Zayn. Él gimió, y
movió un poco la cabeza. Ni siquiera podía decir si estaba consciente. Sí
sabía que estaba allí, con él.
Lágrimas rodaban por mis mejillas y goteaban en la manga de la
camiseta de Zayn. Otro gemido. Pero esta vez, su único ojo se abrió y se fijó
en mí. Me agaché a sus labios, inclinando el oído hacía él. Sus palabras eran
apenas audibles, pero las oí en mi corazón.
—No los dejes ganar.
Miré hacia arriba a Harry, una rabia tan pura que casi me quemó la
garganta mientras hablaba.
—Vas a pagar por lo que has hecho. —Sus ojos se abrieron, estaba ya
sea sorprendido por la vehemencia en mi voz o el hecho de que salté
deslizando los dedos hacia su cara. Me las arreglé para cortarle la mejilla
antes de que me diera un cachetazo en la cara tumbándome hacia los
lados.
—Dulzura quiere jugar —gruñó Harry mientras avanzaba hacia mí.
El miedo y un alto sentido de supervivencia me hizo correr por el suelo y
trepando por la pared antes de que pudiera envolver una mano en mi pelo.
Cuando llegué hasta el techo, no tenía ni idea de qué hacer. No tenía
dominado lo de flotar y pegarse a las cosas todavía. Riendo, Harry miró
hacia mí.
—Eres rápida, te concedo eso.
—Deja de jugar —gruñó Devon—, y mátala ya.

La miré de reojo y vi que había colocado una bota en el pecho de
Zayn para que no se moviera. La furia quemaba como ácido en mi pecho.
Cerré las manos en puños y salté como un saltamontes desde el techo,
apuntando no a Harry, sino a Devon. El odio alimentó mi objetivo y lo hizo
mortal. La agarré por el cuello y la enfrenté al suelo. Gritó cuando le tiré del
pelo y le di una palmada en la cara. Me las arreglé para poner una bota en
su intestino antes de que me quitaran y fuera arrojada a un lado, como una
bolsa de basura.
Caí de cara al piso de madera dura. Mi nariz golpeó contra el suelo. Oí
el chasquido de los huesos y sentí el flujo de sangre.
—No puedes ganar, Dulzura. —Sentí la presencia de Harry cerniéndose
sobre mí—. Deberías dejarlo ir mientras todavía respiras.
Lágrimas calientes y amargas me llenaron los ojos, cegándome. No
podía detenerlas mientras salían rápidamente y goteaban en el suelo debajo
de mí, mezclándose con las gotas de sangre. Harry estaba en lo cierto. No
podía ganar. Eran demasiado fuertes. No había nada que pudiera hacer
para dañarlos.
Iban a salir ilesos con todos los podridos asesinatos que habían
cometido, convertirme en un monstruo, convertirle a Zayn también, y matar
a su hermana. Era demasiado para ser soportado para mí. Apretando los ojos
cerrados, le di una palmada con mis manos en el suelo de la frustración.
Estaba indefensa, incapaz de defenderme, incapaz de salvar a Zayn. Abrí
los ojos, la mirada fija en el suelo, sin poder hacer nada. Fue entonces
cuando me di cuenta de que estaba sentada en una profunda sombra en la
esquina. Entrecerrando los ojos, me fijé en un destello de algo por debajo de
mí. Algo brillante. La espada de Merlín.
—Levántate, dulzura, así que te pueda matar bien. —Tomando una
respiración profunda, llegué a la sombra, dejando a mi brazo para disolverse
en la oscuridad. Mi piel se estremecía mientras empujaba a través de las
sombras. Mi mano buscó a ciegas, mi acto de fe, mi única guía. Hasta que
finalmente, gracias a Dios, mis dedos se envolvieron alrededor de la
empuñadura de cuero. Saqué la espada de la sombra justo cuando Harry
llegaba hasta mí.
Empujé con mi otra mano y torcí el cuerpo, balanceando el arma con
toda la fuerza que pude reunir. Al igual que en las películas, los dos minutos
siguientes se movieron en cámara lenta. Sorprendida, vi como la hoja se
hundía en el cuerpo de Harry. Parecía tan sorprendido cuando se dio
cuenta del acero que sobresalía de su pecho. Sus manos se acercaron a la
herida, acariciando la espada en sus manos. La sangre se derramaba con
rapidez a través de sus dedos apretados. Aturdida, en silencio, vi que la
sangre corría en finos arroyos por sus antebrazos, goteando, por último, como
un grifo, en el suelo. Su mirada parpadeó por encima de mí y podía ver el
asombro en sus ojos. Asombro y algo inesperado. Remordimiento. Pero
¿Remordimiento por quién? Por mí o él mismo. Harry abrió la boca para
hablar. No estaba segura de que lo oyera de todos modos, pero ya era
demasiado tarde, porque cayó de costado, con la boca abierta y sin vida
antes de que pudiera pronunciar una palabra. Hundiéndome de nuevo en mi
trasero, me volví a mirar los otros. Seth y Quinn se quedaron con los ojos como
platos, la boca abierta como un pez fuera del agua. Devon, por otra parte,
parecía que quería arrancarme mi garganta, lo que pensé que se estaba
preparando para hacer.
—¡Voy a masacrarte, perra! —chilló. Estiré la mano y agarré la
empuñadura de la espada con ambas manos. La saqué de Harry.
Al segundo que la había retirado, se puso negro como el carbón, y
luego se dividió y se rompió en pedazos hundiéndose el suelo, disolviéndose
en las sombras hasta que no quedaba de él nada más que una nube fina de
polvo. Me levanté, sopesando la espada frente a mí. Era pesada y mis brazos
se estremecieron, pero me negaba a dejarles ver cómo me asustaban hasta
la muerte. Qué tan mortificada me sentía por haber matado a Harry, a pesar
de que se lo merecía de todo corazón. Seth sacudió la cabeza.
—Me voy de aquí. Esto no vale la pena.
Corrió hacia otra de las grandes sombras en el suelo y desapareció en
su interior. Quinn siguió su ejemplo. Eso me dejó a Zayn y a Devon. Sabía que
ella nunca saldría corriendo. Iba a quedarse y luchar hasta el final. Sólo temía
que fuera mi fin. Con Harry tenía el elemento sorpresa, con Devon no tenía
nada salvo mi falsa valentía.
—No podrás levantar esa cosa antes de te arranque la cabeza. —Pero
antes de que pudiera venir a mí, Zayn surgió detrás de ella y la rodeó con
sus brazos, efectivamente manteniendo sus brazos a los costados. Ella luchó
contra él, pero la sostuvo firmemente.
—¡Suéltame!
Levanté la espada delante de mí y fui hacia ellos. Me dolían los brazos,
las manos. Apenas podía mantener la punta de la hoja para que no raspase
el suelo. Pero seguí acercándome, decidida a terminar esto de una vez por
todas. Para Zayn. Para mí. Para todas las personas que íbamos a salvar.
Quería ir a casa.
—Esto es por mi hermana —gruñó Zayn mientras empujaba a Devon
hacia adelante. Duro. Venía en espiral hacia mí, gritando como un alma en
pena. Levanté la espada justo a tiempo, sus ojos desorbitados mientras la
hoja la empalaba. A diferencia de Harry, no murió en silencio. Con un grito
que casi rompió mis tímpanos, Devon explotó en mil pedazos oscuros. Ébano
como fragmentos de vidrio cayó al suelo y se rompió en polvo. Una brisa
sopló a través del centro, llevando su esencia con ella, mientras barría el
edificio y hacia fuera, a través de la puerta de atrás. Solté la espada y corrí
junto a Zayn justo cuando sus rodillas se doblaban y se desplomaba en el
suelo. Me arrodillé junto a él, sosteniendo su cabeza en mi regazo.
—Lo hicimos —le murmuré. Me sonrió y sabía que le causó mucho dolor
hacerlo.
—Tú lo hiciste . Sabía que lo harías. —Tosió, y sangre burbujeó
entre sus labios. Lo limpió con la manga de mi sudadera con capucha.
—Está bien, nena. —Trató de hablar de nuevo, pero puse mi dedo en
sus labios.
—No lo hagas. Guarda tus fuerzas. —Comprobé el resto de él. No vi
ninguna hemorragia en el pecho o en las piernas. Asumí que el rojo en su
camiseta vino de la cara. Por lo menos esperaba que lo hiciese.
—¿Puedes moverte? Tenemos que salir de aquí.
Él negó con la cabeza.
—Estoy roto. —Nuevas lágrimas rodaron por mis mejillas.
—Voy a solucionarlo, ¿De acuerdo? No te preocupes.
Él trató de protestar, pero se lo impedí presionando mis labios en contra
de los suyos. Trató de apartarse, pero lo tenía sujeto por la barbilla con los
dedos. Cerrando los ojos, pensé en la energía dentro de mi cuerpo,
recogiéndola, y la respiré hacía Zayn. Mi esencia dejó mi cuerpo y se fue al
suyo. Fue una sensación extraña, tal vez como lo que se siente ahogarse. Al
igual que perder oxígeno. Lo vertí en Zayn hasta que mis pulmones
quemaban y mi cabeza nadaba. Sólo me detuve cuando me dio un codazo
a distancia, rompiendo el hechizo.
—Basta ya, . Es suficiente.
Su cara no estaba tan pálida o sudorosa. Sus ojos eran más claros.
Asentí con la cabeza, a continuación puse una mano debajo de su hombro y
la otra se apoderó de su brazo.
—Voy a levantarte, ¿De acuerdo? —No esperé su respuesta. Me tomó
cerca de cinco minutos hacer que se levantara. No podía caminar, tuvo que
apoyarse en mí. Si hubiera sido una persona más débil, no habría habido una
oportunidad en el infierno de que pudiera sacarlo de allí. Pero mis genes
demonio me dieron la fuerza que necesitaba. Vaya uno a saber. A medida
que le ayudaba a cojear, hacia la sombra más cercana, volvió la cabeza y
me miró.
—Llévame a casa, . —Asentí con la cabeza, y le tomé la palabra.

por **funky** Mar 16 Jul 2013, 8:59 pm

prologo
Muchas cosas pueden pasar en una semana. Soy una
verdadera prueba de ello. Dos veces.
La primera vez fui de una adolescente promedio, aunque
ligeramente caótica, a medio demonio, ayudante de sonido para una
banda de rock demoníaca. Esta, vez, pasé de medio demonio ex-ayudante
de sonido, a una adolescente semi-normal de nuevo en casa, tratando de
asimilar otra vez su vida.
Cuando Zayn había dicho casa, lo agarré literalmente, caminé dentro
de la sombra y nos llevé de vuelta a mi habitación en Boise. No hace falta
decir que a mi mamá casi le da un ataque al corazón cuando irrumpió en mi
habitación, para encontrar a Zayn sangrando sobre mi cama y a mí
sentada a su lado tratando de limpiar esa sangre. Ah, y había pasado a
notar la espada tendida en la alfombra.
Le pedí una toalla y algo de agua y lo consiguió para mí sin mucha
discusión. Me imaginé que podía ver la expresión determinada y devastada
en mis ojos, y sabía que no debía insistir en el tema. No fue sino hasta después
de que hubiera limpiado a Zayn y lo dejara dormir, que las
preguntas llegaron rápidas y furiosas.
Había alternado entre gritos y llanto, pero después de unas horas fui
capaz de decir algo que podía creerme. Que Josh me había atacado y
Zayn me había salvado dejando a Josh en coma y que habíamos
escapado, porque no sabíamos qué más hacer. Aunque sospechaba que no
había creído una sola palabra y ahora sólo estaba esperando que soltara la
verdad.
Podría haberle dicho que estaría esperando durante mucho tiempo.
Para nuestra sorpresa, sobre todo para la sospecha de mi mamá, Zayn
se curó rápidamente. Había dormido durante casi seis horas y, cuando se
había despertado, sus ojos no se hincharon por más tiempo y los moretones
en su rostro ya habían comenzado a ponerse verdes. Mi mamá no había
preguntado. Sospechaba que pensaba que había más de lo que Zayn
estaba diciendo. Más de lo que yo también decía. Me miraba curiosamente,
pero no llena de disgusto o shockeada, simplemente con curiosidad e interés.
Mi madre, la roca. Era la personificación del amor incondicional.
Probablemente, podría haber confesado todo, decirle la verdad y
exponernos a Zayn y a mí como cambions y ella lo tomaría, lo digeriría, y
saldría por el otro lado, sólo que más iluminada. Era probable que quisiera
entrar en las sombras y encontrar a los otros dos miembros de Malicia y darles
fin por lo que me hicieron.
Me sentía casi inclinada a dejarla hacerlo. Pero para mí, todo había
terminado. Había conseguido mi venganza. Estaba de acuerdo con la forma
en que todo salió. Sólo quería seguir adelante con mi vida.
Y, por ahora, estábamos disfrutando sólo de ser nosotros. Dos adolescentes
normales tratando de transitar el tumultuoso camino de la vida y, bueno, del
amor.
— . —Mi mamá llamó a mi puerta—. Zayn está aquí. —
Rebotando en la cama, metí los pies en un par de zapatillas deportivas,
agarré la sudadera con capucha del piso, y abrí la puerta. Mi mamá estaba
allí, apoyada contra la pared, esperando por mí. Sonrió y metió un mechón
de cabello azul recién teñido, que se había soltado, detrás de mi oreja. —
Vuelve a casa temprano. Tienes escuela mañana.
—Lo sé. Lo haré. —Le di un beso en la mejilla, deteniéndome unos
segundos para olfatearla. Su aroma nunca dejaba de hacerme sentir
amada.
Zayn me estaba esperando en la puerta. Sonrió cuando llegué a toda
velocidad por el pasillo y lo derribé con un abrazo. Envolvió sus brazos a mí
alrededor firmemente y me besó en los labios.
—Te extrañé —dijo.
—Me viste justo ayer.
—Lo sé. —Acarició mi oído—. Pero echo de menos tu cabello
desordenado en la mañana.
—Oh, ¿Cómo está ahora?
Miró mi pelo y deslizó una mano sobre él. —Sip, perfecto.
—¡Que se diviertan! —dijo mi mamá desde la cocina.
—Nos vemos, Lynn —respondió Zayn.
Asomó la cabeza por la esquina. —Sé bueno. Y cuida de mi niña.
Él echó un brazo sobre mis hombros. —Sabes que lo haré.
—Adiós, mamá. —Abrí la puerta y salimos.
De la mano, bajamos por el camino de entrada hacia la fabulosa POS
que Zayn había comprado con parte del dinero que se había ganado por
ser un ayudante.
Abrió la puerta para mí.
—Así que, estaba pensando, hay una nueva banda tocando...
Negué con mi cabeza. —No. Ninguna banda. Si nunca voy a otro
concierto en mi vida será poco. —Me deslicé en el asiento. Él cerró la puerta,
subió al otro lado y arrancó el coche.
—Es de jazz. ¿Qué podría salir mal en un concierto de jazz?
—No quiero ni saber.
Riendo, Zayn puso el coche en marcha y se alejó de la casa. Se sentía
bien estar fuera, con mi novio. Íbamos a ver una película con sus amigos.
Chloe y su nuevo novio nos encontrarían en el cine. Era agradable y normal.
Justo lo que ambos necesitábamos en estos momentos. Por ahora, era
perfecto. ¿Mañana? Bueno, no lo sabía. ¿Alguien lo hace?
Fin

por **Abby_lover22** Miér 17 Jul 2013, 11:39 pm

JDASPIOHFQEWOFAHOIUFHASDIUOFHAIFSDUHAFSIUDHASIDFUHFSUADH SIGUELA :B, LO SÉ, SE TERMINÓ Y LEO RAPIDISIMO ES UN DON xd PERO ES QUE ES MUY BUENA :ilusion: :enamorado: Static (Zayn Malik ,Harry Styles y tu, SEMI HOT) (ADAPTADA) ( TERMINADA) - Página 3 961472736

Static (Zayn Malik ,Harry Styles y tu, SEMI HOT) (ADAPTADA) ( TERMINADA) - Página 3 961472736

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