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Heart by heart {Harry Styles}
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Heart by heart {Harry Styles}
Nombre: Heart by heart
Autor: Martina aka yo misma.
Adaptación: No.
Género: Romance y algo de comedia.
Advertencias: Usaré algo de lenguaje obsceno y alguna que otra escena subida de tono, pero nada por lo que alarmarse.
Otras páginas: De momento no.
Autor: Martina aka yo misma.
Adaptación: No.
Género: Romance y algo de comedia.
Advertencias: Usaré algo de lenguaje obsceno y alguna que otra escena subida de tono, pero nada por lo que alarmarse.
Otras páginas: De momento no.
Heart by heart
When you're one with the one you were meant to be find. Everything falls in place, all the stars align.
Sinopsis
"Cuando crees que la vida no puede darte más sorpresas, te das cuenta de que estás afortunadamente equivocado..."
Harry Styles, un chico de 17 años, vivía en los años 90 y no buscaba otra cosa en su vida que no fuera entrar en el equipo de lacrosse y aprobar el curso a pesar de que le costase noches en vela y dolores de espalda.
Hacía tanto tiempo que no tenía una figura materna o femenina a su lado que no sabía exactamente como presentarse a una chica y comenzar a hablarle de él sin terminar siendo molesto, aburrido o ambos adjetivos a la vez.
Pero algo que él nunca supo fue que su corazón se lo había llevado su mejor amiga y no se lo devolvió hasta que volvió a aparecer en su vida.
¡Holita a todos/as! Soy Martina, tal vez conocida para algunos pero para otros no xd Les vengo con una novela que he comenzado a escribir hace unas semanas y que considero una historia muy simple como ven pero creo que mi forma de escribirla le da originalidad, y la hace algo única.
Bueno, con esto y con todo, me gustaría ver algunos comentarios de la gente que esté interesada en que la suba. Nada de lectoras fantasmas, por favor.
!Un saludo a todos/as! xx
harrystyes
Re: Heart by heart {Harry Styles}
Prólogo
Tres años antes
Podía ver caer la nieve a través de las ventanas de mi habitación. Eran copos casi inexistentes pero me hacían sentir más sereno conmigo mismo.
Mientras ojeaba una revista de cómic acostado en la cama, la voz de mi mamá avisándome de que Gabriela estaba aquí me hizo levantarme como un resorte. Dos golpes en mi puerta me avisaron de que ella ya estaba aquí, preparada para marcharse.
Su cabello castaño oscuro fue lo primero que vi y lo que más me gustaba de ella. Era tan largo que le llegaba casi por las caderas. Me encantaba acariciarle el pelo.
Su sonrisa deslumbro toda mi habitación, y el brillo de sus ojos me decían que estaban tristes.
—¿Ya te marchas? —pregunté acercándome lentamente a ella.
Ella hizo algo parecido a una mueca y asintió. Me miró durante un par de segundos y desvió la mirada.
—Yo... vine a despedirme —nuestros ojos se encontraron y sentí como mi pecho se inchaba.
Me acerqué totalmente a ella y puso una mano en un lado de su cabeza.
—Te echaré de menos, pequeña —susurré y ella me miró, con ojos llorosos.
No pude más. La envolví con mis brazos, tan fuerte que creí que la iba a hacer doler, pero me dio igual, necesitaba abrazarla así. No me di cuenta de que estaba llorando hasta que la aparté de mí.
—No, no llores, por favor —le quité las lágrimas con los dedos y le cogí la cara con ambas manos—. Estaremos en contacto, ¿si? No podrás librarte de mí.
Sonrió y asintió con la cabeza.
—Odio tener que irme —su voz estaba impregnada de tristeza y frustración.
—A mí tampoco me gusta que tengas que irte pero es lo que tus padres han querido para tu futuro. Debes estar bien con eso, no puedes elegir de momento.
—Lo sé, pero esto apesta.
Sonreí abiertamente y volví a abrazarla por un costado.
—Vas a estar bien, nada te va pasar —le aseguré, porque así lo creía.
Estuvimos en silencio por unos segundos, ella mirando los pósters de mi habitación, y yo mirándola a ella. No me daba vergüenza mirarla tan abiertamente; no la volvería a ver hasta dentro de tres años.
Gabriela se giró, pillándome mirándola y sonrió. Se sentó en el filo de mi cama y yo me uní a ella.
—Voy a echar de menos todo esto, ¿sabes? Lo de entrar a clases a las ocho y media de la mañana—en Finlandia entran a las siete ugh—, lo de poder ir a los bosques cuando quiera, que en el centro comercial de la ciudad me hagan siempre descuento porque mi mamá y el dueño son amigos —me miró y no pude entender muy bien la intensidad de su mirada—. Echaré de menos California y a la gente que vive en ella. Echaré de menos este pueblo en particular —suspiró y apartó la mirada—. Os echaré de menos a todos.
No dije nada. Simplemente no sabía qué decir. Quería encerrarla en mi habitación y no dejarla salir, así no se iría al otro lado del planeta, no sin mí.
—Mamá me dijo que en esa escuela no permiten teléfonos móviles, ni ordenadores ni nada electrónico, excepto el teléfono fijo que está en dirección y que sólo usa la directora. Tal vez deje llamar una vez por semana o cosa así a las alumnas. Es un asco —apoyó la frente en sus manos abiertas.
Su cabello cayó como una cascada por sus hombros y no pude evitar poner una mano sobre su cabeza, reconfortándola y acariciándole el cabello lentamente.
—Encontraremos una forma para comunicarnos, eso seguro.
—Eso espero. Necesitaré una dosis de tus chistes malos porque si no no sé como sobreviviré en ese lugar de mala muerte.
—Por supuesto —dije sonriendo orgulloso.
Gabriela me sonrió y miró la hora en su reloj de pulsera.
—Oh mierda, me tengo que ir ya o voy a perder el avión —se levantó de mi cama y se acercó a la puerta de mi habitación.
En un instante estaba a su lado, sintiéndome como una mierda y mirando como estaba parada en el pasillo del segundo piso de mi casa.
—Todo irá bien, te lo prometo —dije y la abracé de nuevo, recogiendo fragmentos de su fragancia que era tan natural y a la vez me hacía perderme en ella.
Le comenzó a temblar el labio inferior y me miró, con los ojos llorosos.
—Oh Dios, te echaré de menos Harry, mucho, muchísimo —suspiró y se tiró encima mío, literalmente. Apoyó la cabeza en mi hombro y comenzó a llorar de nuevo. Pasó mis manos por su cabello, calmándola.
Me acerqué a su oído y no dudé al decirle—: Te quiero.
Gabriela se apartó un poco de mí, dejando su cara a centímetros de la mía y cogió aire.
—Yo también te quiero, Harry.
Sonreí y ella se apartó de mí, lista para irse y desaparecer de mi vida por tres años enteros.
No me di cuenta de lo que estaba pasando hasta que oí el sonido de la puerta principal de mi casa cerrándose.
Gabriela se había marchado y una parte de mí se había ido con ella.
Yooo, les traigo el prólogo que lo escribí hace un rato. No pensaba subir prólogo, pensaba subir directamente el primer capítulo, pero me apeteció escribirlo :P
Espero que os guste, a mí en particular me gusta como quedó, algo así.
Saludos x
harrystyes
Re: Heart by heart {Harry Styles}
capítulo uno
Donde todo comienza... o continúa
Ya era oficial. Iba sacrificar a mi hermano a los dioses griegos.
No sé cuantas veces le había rogado que parase de aporrear esa maldita batería. Sí, aporrear, literalmente. Sabía perfectamente lo que estaba haciendo y me estaba provocando. Idiota.
—¡Por todos los dioses Aiden, deja de hacer tanto ruido o te prometo que...! —grité a todo pulmón, enfadado, exasperado, frustrado y sin saber con que amenazarlo a muerte.
—¿O qué? —me gritó de vuelta, retándome.
Oh bien, este niño sabía como frustrar a uno.
—¡O voy a tirar esa maldita caja de sonido por la ventana!
—¡Harry, no amenaces a tu hermano! ¡Aiden, deberías dejar las clases de batería, no te sirven para nada excepto para crearme migraña! —mi padre nos gritó a los dos desde la sala de televisión.
—¡Dile a tu hijo que intento hacer mis tareas y que nadie en este barrio quiere escuchar como llora el gato!
Apoyé ambos codos sobre mi escritorio donde estaban esparcidos varios libros de historia y una enciclopedia que no había abierto para nada. Volví mi atención hacia la pantalla de mi ordenador y seguí tecleando lo que sería mi aprobado en historia y mi dolor continuo de cabeza. Llegó un momento en el que me comenzó a doler el trasero y a las dos de la mañana decidí ir a la cama con dolor de espalda y las extremidades rígidas.
Tenía que hacer este tipo de sacrificios si quería pasar a último curso con todo aprobado, sino mi madre vendría del más allá y me echaría el sermón de mi vida.
***
Lo primero que noté por la mañana es que me levanté preparado para golpear a alguien. Parpadeé dos veces y sentí como algún líquido transparente me caía por el pecho. Escuché una risita y miré a mi hermano con un vaso en la mano.
Me pregunté si prefería una muerte dolorosa o una muerte lenta y dolorosa.
—Papá me dijo que lo hiciera en caso de que te quedaras dormido —se encogió de hombros como explicando el hecho de que me haya empapado de pies a cabeza—. Realmente espero que puedas prepararte en menos de diez minutos. No me apetece nada llegar tarde a clase el primer día por tu culpa.
Me lo quedé mirando con los ojos entrecerrados y con unas ganas tremendas de agarrarlo por la nuca y estamparlo contra la pared. Aiden salió sonriente de mi habitación y al mirar la hora en el reloj supe que no me estaba vacilando.
Tenía nueve minutos para prepararme. Genial.
Me duché en dos y salía de la ducha chorreando agua por todos lados. Pasé una camisa por mi cabeza, que más bien fue un intento de suicidio intentando encajarla por una de las mangas de los brazos. Maldije y una vez vestido salí como un disparo hacia el piso de abajo, donde casi me voy de boca por los zapatos de Aiden que me esperaban abiertamente al final de las escaleras.
En serio, Dios me estaba poniendo a prueba.
—¡Vamos, Harry! —me gritó mi hermano desde la calle.
Corrí hacia la cocina y pillé un plátano antes de salir por la puerta y cerarrla detrás de mí.
(...)
Maldije por segunda vez en menos de diez minutos cuando vi que no había ni un sitio libre en el estacionamiento del instituto.
—¡Lo que faltaba! Ahora sí que llegaré tarde.
— ¿Sólo tú llegarás tarde? ¿Por qué no me levantaste antes? ¡Podríamos habernos ahorrado todo esto! —sinceramente le estaba reprochando algo que él no tenía ninguna responsabilidad pero me sentía lo suficiente molesto como para gritarle.
—Tío, soy tu hermano no tu jodida niñera que te levanta por las mañanas. No es mi culpa que seas un burro en el instituto.
Respira, Harry, respira.
Bien, eso sabía hacerlo.
Di un volantazo hacia la izquierda para salir del aparcamiento y con la esperanza de que encontraría donde aparcar a unas pocas manzanas.
Mi teléfono vibró en mi bolsillo avisándome de que había recibido un mensaje. Puse el freno de mano y vi como mi hermano salía disparado del coche sin decir palabra.
"donde stas? el profe acaba de entrar - Natalia x"
—Joder —susurré agarrando mi mochila del asiento trasero del coche.
Nadie quería llegar tarde el primer día de clase pero ahí estaba yo tocando educadamente a la puerta de clase de literatura.
Desde luego esta era la mejor entrada que había hecho en toda mi vida al ver que la puerta no estaba cerrada y se abrió del todo con la fuerza de mis golpes, dejándome con la mano en el aire y toda la clase mirándome. Puse una de mis mejores sonrisas en mi cara y murmuré una disculpa a la señora James. Varias risitas llegaron a mis oídos cuando me dirigí hacia mi asiento detrás de una sonriente Natalia y al lado de un capullo Niall.
—Como hemos empezado el curso ¿eh? No me gustaría tener ese retraso si quiero pasar de curso... —susurró sonriendo con esa sonrisa que me daba ganas de borrársela de la cara de un golpe.
—Vamos Niall, no seas molesto —le advirtió mi amiga con la mirada de un lobo hambriento, pero curiosamente con un tono de voz dulce y sereno—. ¿Has acabado el trabajo de historia y las tropecientas mil redacciones? —esta vez se dirigió a mí y su mirada era cálida.
Vaya.
Me sorprendió ver que tenía un mechón del pelo teñido de rosa fucsia en su melena castaña oscura. Natalia siempre me había parecido una chica bastante atractiva y simpática pero no era mi tipo. No sé a quién engañaba pero yo de tipos no sabía nada y era bastante exigente.
Hubo una ocasión, hace cosa de dos años, nos enrollamos en la parte trasera del coche de sus padres mientras los esperábamos a que fueran a por pan de molde y mayonesa al Walmart. Por muy poco no nos pillan conmigo tocándole una teta por encima de la camiseta y ella intentando torpemente desabrocharme el botón de los vaqueros. Después de eso nos dirigimos hacia el parque e hicimos un picnic felizmente.
Fue uno de los momentos más incómodos de toda mi vida y creo que también uno de los de ella.
Desde entonces no volvimos a hablar del tema y yo lo tomé como una anécdota más para guardar en el cajón de mi mente. No es que haya estado mal pero teníamos 15 años, vírgenes, con las hormonas revolucionadas y sin ninguna experiencia a parte de las revistas que escondía mi padre en el garaje.
Asentí con un gesto vago y volví al presente, intentando disimular mirando hacia la profesora que no más que parloteaba sobre el año que nos esperaba.
Bien que lo sabíamos todos.
—¿No necesitas que te eche una mano? —el tono de voz que había usado Natalia me hizo preguntarme si no estaría intentando acercarse aún más a mí.
—Dios Natalia, eres como una jodida lapa. Deja a Harry respirar —soltó Niall exasperado y varias miradas curiosas se fijaron en nosotros.
—Hey, tampoco te pases tío. —miré a Natalia la cual miraba asesinamente a Niall y me dio a hablar para intentar cortar la tensión entre ellos—: De veras no me hace falta ayuda. Lo tengo bajo control todo gracias a las respuestas de Yahoo.
Natalia me sonrió dulcemente y en un segundo su rostro dejó de sonreír para formar una mueca y levantarle el dedo medio a mi buen amigo Niall. Realmente no sabía por qué me llevaba con este tío que no más hacía o decía estupideces y a la vez me animaban a dejarlo en silla de ruedas. Supuse que eran los años que nos conocíamos y los X-Men que me había decapitado.
***
—Deberías ver las tías que han elegido como animadoras, son incluso mejores a las del año pasado, uf —me informó Niall mientras nos sentábamos en las mesas de la cafetería.
—Estoy de acuerdo pero sabéis que quiero a Jennifer, ¿verdad? —dijo Zayn apareciendo de la nada y sentándose con nosotros.
—Sí, lo sabemos, y eres un tío —susurró Natalia, quien estaba mirando fijamente su hamburguesa de queso y su zumo de naranja.
—Exacto, debo estar de acuerdo con cosas de ese tipo —mostró una sonrisa y una chica que pasaba justo por ahí se llevó por delante a otra rubia y la comida de ambas salió volando por los aires, aterrizando en la mesa de los profesores.
Todos miramos hacia la mesa de los profesores y soltamos una risita.
—Vaya —dijo Natalia apretando los labios para no reír.
—Sí, vaya —miré a Zayn con una sonrisa divertida.
—Ya veis, así las tengo a todas —se llevó una patata frita a la boca y sonrió masticando.
—Tío, tienes que enseñarme a hacer eso —dijo Niall convencido mirando a Zayn.
—No hay nada que enseñar amigo mío, es todo físico y cómo saber usarlo.
—Pues conmigo nunca pasa...
—Tío he dicho físico y saber usarlo —Zayn soltó una breve carcajada y Niall con una sonrisa falsa puesta en la cara le tiró un trozo de lechuga.
Todos volvimos a reír por la absurda pelea de atractivos.
—Oh Dios, no me digáis que esa es quien creo que es —susurró Natalia con la mirada puesta en dirección a las puertas de cafetería y con la mandíbula desencajada.
Todos como si fuéramos uno nos giramos para ver lo que a Natalia la tenía tan sorprendida.
La mandíbula me llego hasta el subsuelo y más allá.
—Hmm... ¿quién es? —preguntó Niall torciendo la boca en un gesto de confusión.
Dios mío.
—¿Qué demonios...? —susurró Zayn incrédulo casi igual que yo.
—¿Soy el único que no se entera de quién es? —preguntó Niall levantando la voz y haciendo gestos con la cabeza y manos.
No podía quitar la vista de encima de esa chica. Mejor dicho mi compañera de intercambio de galletas en la guardería cuando teníamos cuatro años.
—¡Pero qué le ha pasado! —medio gritó Natalia.
La chica pasó por delante de nuestra mesa y siguió caminando para encontrarse con la mesa de las animadoras y los jugadores de lacrosse.
—Esperen, creo que ya sé quien —dijo Niall con los ojos muy abiertos.
—¡Es Gabriela idiota! —soltó Natalia exasperada sin dejar de mirar a Gabriela.
—¿No se suponía que estaba en Finlandia estudiando en uno de esos colegios de 'solo mujeres'?
—Eso tenía entendido —susurré y vi como la chica se acercaba a uno de los jugadores y comenzaba a charlar.
Gabriela.
Gabriela Reed.
Mi mejor amiga de la infancia que se había ido a estudiar a Finlandia porque sus padres la tenían cogida por el cuello.
—Madre... lo que le haría a esa chi-
—¡Niall! —gritó Natalia y en ese momento dejó de mirar a Gabriela para mirar con asco a mi amigo.
—Voy a estar de acuerdo con mi amigo una vez más —dijo Zayn sonriendo.
Parece que en ese momento todos dejamos de mirar a nuestra vieja amiga y nos centramos en la comida.
Estaba sorprendido. Vale no, estaba algo más que sorprendido.
No sé por qué, pero mientras mordisqueaba mi sandwich de queso me vinieron varios recuerdos de cuando a penas habíamos comenzado el instituto. Me acuerdo de que en una ocasión salía de las duchas de el vestuario de los chicos tras una agotadora clase de gimnasia y encontré parada a Gabriela al lado de mi taquilla.
En el vestuario de los chicos.
Abrí bastante los ojos al verla y la agarré del brazo para meterla en un cuarto de la limpieza que se encontraba cerca.
—¿Estás loca? ¿Qué haces aquí? Como te pille el profesor o los demás chicos... —me acuerdo que dije y Gabriela solo me respondió con una sonrisa traviesa.
—Creo que deberías preocuparte por otras cosas primero —dijo ella aguantándose la risa y señalando la cabeza hacia abajo.
Fruncí el ceño y miré hacia lo que sería yo en pelotas y la toalla en el suelo.Abrí la boca pero sin la intención de decir nada y en un rápido movimiento volví a cubrirme con la toalla.
Gabriela al fin explotó y rió como nunca la había visto reír. Sentí las mejillas arder y esperé de brazos cruzados a que se callara.
—Oh Dios, eso ha sido muy gracioso —dijo ella dejando de reír y mirándome con los ojos llorosos.
Apreté los labios y tuve que contener una sonrisa.
En realidad no estaba enfadado del todo a pesar de que me había visto completamente desnudo. ¿Qué mas daba que me viera mi mejor amiga mis virtudes? Sería mil veces mejor a que me las viera una chica que no conocía, o peor, que me gustara.
—Deja de reírte de mis partes y dime a qué has venido —la miré frustrado y todavía algo avergonzado.
Ella se encogió de hombros sin dejar de sonreír y me extendió un trozo de papel.
—Lana me pidió que te la diera y como sabe que somos amigos...
—¿Lana? ¿Lana Marín?
Ella asintió con la cabeza y pude admitir que me encantó como sus mejillas se sonrojaban un poco.
—Oh vaya, sabía que tenía mis encantos pero tampoco tantos.
—Yo diría que estás muy bien —susurró ella y volvió a estallar en risas.
No me iba a librar de esta.
En ese instante la puerta del cuarto de limpieza se abrió revelando al capitán del equipo de lacrosse, Mike Evans.
—Oh pero qué monos, están disfrutando de su juventud —Mike nos sonrió a los dos con una sonrisa horrible y me miró.
—¿Qué creéis que hacéis aquí metidos?
Yo miré de Gabriela a Mike y de vuelta a Gabriela.
—Esto...
—Yo lo traje aquí, le tenía que entregar una nota de la profesora —soltó Gabriela con una pequeña sonrisa nerviosa.
—Ya veo, dentro del cuarto de limpieza. Sabéis que estoy a cargo del vestuario de chicos hasta que vuelva el entrenador del congreso. No os debo dejar entrar a sitios como este y no sé como se me pasó el que tú entraras aquí.
Gabriela se encogió de hombros y puso su sonrisa de chica inocente.
—Tal vez es porque soy más astuta, pero no te echo nada en cara, tranqui. Lo siento —me miró—, lo sentimos.
Mike me miró con los ojos entrecerrados y se hizo a un lado para que saliéramos. Al pasar por su lado bajé un poco la guardia y Mike me agarró por los hombros y acercó su boca a mi oído.
—Mejor que controles a tu zorrita.
Sentí la furia venir de un lugar que ni siquiera sabía que tenía y se instaló en el centro de mi pecho. Puse los manos en puños y lo encaré.
—¿Perdona? ¿Mi qué?
Gabriela ya había salido del vestuario de chicos y me esperaba en una de las columnas donde colgaban anuncios tipo 'he perdido mi balón de $400, ¿alguien lo ha visto?'.
—Tu zorrita. Para ser tan estúpido las eliges bien cabrón.
No pude aguantarme más y le mandé tal puñetazo que creí que me dolió más a mí que a él.
Vi sangre en el suelo y supe que había dado en mi objetivo.
—Hijo de puta —lo escuché susurrar y supe que era mi fin.
Su puño estaba a diez centímetros de mi ojo y esperaba al golpe final pero nunca llegó.
Gabriela apareció de la nada y le mandó tal patada a sus partes que Mike profirió una maldición y se cayó al suelo sujetándose las pelotas.
—Salgamos de aquí —susurró Gabriela y yo me di cuenta de que todavía estaba en paños menores.
Mi mejor amiga, una chica, me había salvado el peyejo de quedarme ciego de por vida.
Era tanta la vergüenza que sentía por mí mismo que decidí empezar a ir al gimnasio y como sea meterme en el equipo de lacrosse. Lo del gimnasio me ha funcionado pero lo de entrar al equipo de lacrosse... esa ya es otra historia. Cuando uno es malo en algo, es malo. Pero tenía toda las esperanzas puestas en ese deporte y sabía que tarde o temprano iba a entrar, esperaba más temprano que tarde.
—¿Vieron su ropa y su pelo? ¿Quién en los cielos se viste así? Pensé que Gabriela no trabajaba en las esquinas...—Natalia no paraba de hablar y de tragar su comida.
—Y no lo hace —salté yo sintiendo que debía defenderla.
Todos me miraron y levanté una ceja.
—Sigues colado por ella amigo mío —soltó Zayn con tono de voz pensativo y llevándose una mano a la barbilla.
Parpadeé, como si me hubieran dado un puñetazo en plena cara y negé con la cabeza.
—¿Qué dices? No estoy colado por ella y nunca lo he estado. ¿De dónde has sacado eso? —los miré a los tres y me pregunté si realmente habían pensando eso. Era mi mejor amiga, nada más. Vale que me había visto desnudo pero eso no era nada nuevo, a parte, teníamos trece años.
—Ay, qué ricura eráis juntos —dijo Natalia sonriendo y supe que no estaba diciéndolo en serio.
—Tío, siempre hemos sabido que estabas por los huesos de esa chica, no éramos idiotas —dijo Niall levantando una ceja y tomando de su coca cola.
Fruncí el entrecejo y levanté los hombros en un gesto de exasperación.
—Entonces es la primera vez que me entero de ello.
—Oh vamos, somos tus mejores amigos, te lo decimos por lo que vimos.
—Es cierto —susurró Zayn mirando a una chica que pasaba en ese momento—¡Ay! ¿A qué ha venido eso?
Natalia le había propinado un golpe en la cabeza.
—¡Tienes novia, cerdo!
—Ugh.
Decidí ignorarlos pero ellos solo seguían hablando de lo diferente y buena que estaba Gabriela, excepto tal vez Natalia que mencionaba algún que otro defecto que veía.
(...)
Mientras caminaba hacia mi coche encontré de camino a mi hermano, algo hiperactivo.
—¡Hey Harry! ¿Qué tal tu día? ¡El mío ha sido genial!
Nada que tener que soportar a tu hermano de catorce años algo un poco animado.
—Bien, bien, me ha ido genial. Entra al coche —dije exasperado y mi hermano entró en el coche como un soldado.
Justo cuando me giré para dar la vuelta al coche y sentarme en el asiento del conductor, Lana, mi ex-novia entró en mi campo de visión. Ella habrá sentido mi mirada porque se volteó y me vio. Sonrió abiertamente y se acercó.
—Harry, hola —dijo todavía sonriéndome.
—Hey, Lana, ¿cómo va? —fui todo lo educado que uno puede ser y le sonreí de vuelta. Me agradaba esta chica aunque ya no pudiera ni pasar dos minutos con ella sin aburrirme. Esta chica era lo contrario a Gabriela; mientras que Gabriela me pedía que subiera al tejado del instituto y meara desde arriba, Lena me pedía que fuéramos a la biblioteca a estudiar geometría. A ver, ¿qué oferta es más tentadora? Por mi bien, la de estudiar, pero ¿quién se negaría a mearle a todo individuo que pasara por debajo?
—Muy bien, he elegido algebra para mis clases extraescolares. ¿Tú? Déjame adivinar: lacrosse —dijo y sonrió, sabiendo que era exactamente eso.
—Cierto —asentí con la cabeza—. Te ves bien después del verano.
Era cierto, su melena rubia brillaba con el resplandor del sol y lucía un bronceado natural que le daba nitidez a sus ojos verdes. Sin duda era una chica bonita.
Lana sonrió y me miró de pies a cabeza.
—Tú tampoco estás nada mal, el gimnasio te ha ido bien.
—¿Verdad que si? Tendrías que ver mis bíceps...
—¡Harry me voy hacer viejo aquí adentro! ¡Quiero perder la virginidad antes de morir!
Lana miró asombrada hacia el coche y soltó una risita.
—Tu hermano sigue siendo igual que siempre.
—No me lo menciones. Me tiene harto.
—Así son los hermanos pequeños —concordó ella y me sonrió.
—Ha sido bueno verte, pero ahora mismo o me voy o mi hermano soltará otro comentario como el que acabas de escuchar.
Ella se encogió de hombros restándole importancia.
—Sí, es cierto. Nos vemos entonces.
Comenzó a caminar y a mitad de caminó me sonrió. Le devolví el gesto y me metí en mi auto con intención de llegar a casa y encerrarme en mi cuarto para darme contra la almohada.
harrystyes
Re: Heart by heart {Harry Styles}
ikr :ilusion: tú ya te has leído la mitad de la novela por lo menos jajajaTamara_Horan escribió:HOLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA, soy la primera lectora
harrystyes
Re: Heart by heart {Harry Styles}
Nueva lectora.
Me encantó mucho, amo los capítulos laaaaaaaargooos.
Morí de risa en muchas partes, en especial dos. La primera fue cuando Harry se arregló rápido para no llegar tarde pero metió su cabeza en una manga xd.
Y la segunda fue cuando dijo que prefería orinar desde el tejado a cualquier persona que se le cruzara.
Gabriela regreso pero diferente. Mmm... interesante.
Síguela pronto.
Saludos.
Me encantó mucho, amo los capítulos laaaaaaaargooos.
Morí de risa en muchas partes, en especial dos. La primera fue cuando Harry se arregló rápido para no llegar tarde pero metió su cabeza en una manga xd.
Y la segunda fue cuando dijo que prefería orinar desde el tejado a cualquier persona que se le cruzara.
Gabriela regreso pero diferente. Mmm... interesante.
Síguela pronto.
Saludos.
holiscrayolis
Re: Heart by heart {Harry Styles}
¡Hola! Bienvenida :)holiscrayolis escribió:Nueva lectora.
Me encantó mucho, amo los capítulos laaaaaaaargooos.
Morí de risa en muchas partes, en especial dos. La primera fue cuando Harry se arregló rápido para no llegar tarde pero metió su cabeza en una manga xd.
Y la segunda fue cuando dijo que prefería orinar desde el tejado a cualquier persona que se le cruzara.
Gabriela regreso pero diferente. Mmm... interesante.
Síguela pronto.
Saludos.
Eso tenía intención de hacer, que rieran con la novela jajajaja
Pronto la sigo <3
harrystyes
Re: Heart by heart {Harry Styles}
capítulo dos
Después de tanto tiempo
Nada como empezar un domingo por la mañana sudando la gota gorda.
Me había propuesto salir a correr todos los findes y hacer ejercicios básicos. Hasta le rogué a mi padre que instalara un pequeño gimnasio en el sótano pero me mandó a tomar viento tan pronto mencioné la palabra instalar. Estaba claro que si lo tenía que instalar lo tenía que instalar él. Ni de coña pagaría unos dólares extras para que lo instalaran los tíos que lo vendían y tampoco me dejaría tocar esos artilugios tan delicados. En todo caso mi padre no se arriesgaba a que intentara montarlo y acabara destrozándolo todo.
Sinceramente yo tampoco.
Mientras pasaba trotando por delante de las casas de mis vecinos en Carolina y con los oídos ocupados escuchando Pink Floyd, me vino a la cabeza la conversación que habíamos tenido mis colegas y yo en el almuerzo de hace unos días.
¿Cómo es que estaban tan seguros de que estaba colado por Gabriela y yo ni siquiera lo sabía? ¿Podía llegar a ser tan imbécil?
Una vocecita en mi cabeza dijo <<Sí>> pero la ignoré.
Supongo que me habría dado cuenta si una chica me gustaba y estaba 100% —bueno, tal vez 90%—seguro de que no me gustaba Gabriela. Por Dios, si solo éramos unos pre-adolescentes que intentaban hacerse los maduros hablando de las desgracias de los famosos.
Sí, era mi mejor amiga, sí, había visto mis grandes virtudes, sí, era y sigue siendo una chica guapa, pero no, no me gustaba.
Decidí doblar la esquina al final de la calle y casi me voy de boca tropezándome con el perro de la vecina. Siempre se le escapaba y le ladraba a todo el individuo que se le cruzara por delante como si estuviera pidiendo ayuda para que lo sacaran de las garras de la anciana.
El chucho que no pesaría ni cuatro kilos comenzó a ladrarme e incluso sus ladridos agudos como agujas superaban en volumen de la música de mi CD Portable. Aparté los auriculares de mis orejas y eché un vistazo alrededor de la calle pero estaba desierta. No me extrañaba a las ocho de la mañana. Me encogí de hombros y esquivé al perro que al pasar por su costado me mordió la zapatilla deportiva.
A los pocos metros me encontré con un chaval que solía repartir periódicos por el barrio y pasó por mi lado con sus patines. Me giré para ver cómo casi atropella al perro de mi vecina y le tiraba su gorra verde para ahuyentarlo.
Reí por lo bajo y el ruido de varios motores me llamaron la atención. Dos camiones de mudanza, de los gigantes, estaban estacionándose al lado de una de las casas que sabía que hasta hace poco estaba a la venta. Lo último que supe de los propietarios era que se alejaban del barrio porque según ellos habían espíritos malignos y malas vibraciones por el aire.
No me extrañaba que lo pensaran.
Sin siquiera pensarlo, me encontré trotando hacia la casa de mis supuestos nuevos vecinos. Con un poco de suerte tenían una hija de mi edad y... Agité la cabeza y me fruncí el ceño. ¿Quién piensa esas cosas a las 8 de la mañana?
La curiosidad casi me hizo correr. Sólo quería echar un vistazo. No era gran cosa, vecinos nuevos, puf.
Paré al lado de unas cajas de mudanza, jadeando y vi como unos hombres bajitos y pasados en fibra dejaban más cajas en el asfalto de la acera.
—Disculpen, ¿sabéis el nombre de los nuevos propietarios? Lo digo porque mi padre querrá traer una cesta de bienvenida... ya veis, en este barrio somos muy amigables y amables.
¿En serio? ¿Mi padre llevando una cesta de bienvenida a los nuevos vecinos? Tenía mejores cosas que hacer, como preparar las cañas de pescar para mañana.
Estaba claro que no se lo habían tragado porque me miraron por encima de sus pobladas cejas y uno de ellos dijo:
—Son la familia Reed. Dile a tu padre que personalmente me pensaría lo de ser amable con ellos. La mujer está completamente desquiciada.
—Tiene razón —concordó el segundo—. Oye chaval, ¿estás bien?
¿Yo? Sí, genial.
—Oh —dije, tragando saliva duramente—Gracias.
Y salí de ahí sin saber que podía llegar a correr 30 km/h.
***
Sin siquiera darme cuenta, me encontré entrando al cementerio de la ciudad.
De una forma muy repentina un escalofrío me recorrió el cuerpo y maldije por no traer un abrigo. Era primavera pero las mañanas siempre eran frescas.
Ya me sabía el recorrido de memoria hasta su tumba.
Pasé entre varias lápidas de todas las formas, viendo flores frescas que los familiares habían dejado recientemente al lado de éstas y a los pocos metros me paré en una en concreto.
Un pequeño nudo se me formó en la boca del estómago y parpadeé, sintiendo una pequeña sonrisa formarse en mi rostro.
No sé cuántas veces había repasado con la yema de los dedos las palabras grabadas en la lápida, pero sí sabía que lo encontraba reconfortante.
"Helena Styles
(1948 - 1990)
A la edad de 42 años.
Siempre en nuestros corazones."
Lo que sentía en ese momento era una necesidad enorme de volver en el tiempo y haber hecho lo que sea para que mi madre no se hubiera ido.
La necesitaba.
La echaba de menos.
Suspiré levemente y reorganicé mi cabeza. Necesitaba hablar con alguien. La necesitaba en ese momento.
—Mamá —susurré y me sentí un poco idiota por estar hablando con una lápida pero no me importaba—. Sé que te he mencionado varias veces que te hecho de menos, pero es cierto. Te hecho mucho de menos.
Me mordí la mejilla por adentro y continué:
—Siempre has sido la única que me ha apoyado ante mis decisiones, por muy estúpidas que hayan resultado ser y por eso te estoy muy agradecido.
Sonreí levemente y miré a mi alrededor.
Desierto.
—¿Recuerdas a Gabriela? Siempre has dicho que era una chica muy simpática y bien educada. ¿Recuerdas la vez que te conté que se fue del país para ir a estudiar a Finlandia, una de esas escuelas super caras y de alto rango? Bueno, pues ha decidido volver y no sabes lo confuso que estoy —fruncí el ceño—. Natalia, Niall y Zayn están convencidos de que esta chica me gusta y yo estoy convencido de que no. ¿Crees que podría llegar a ser tan idiota como para no saberlo? Vale que era y sigo siendo bastante despistado pero no hasta ese extremo... Estoy echo un lío. Por no meter más leña al fuego, una familia nueva se ha mudado al barrio y creo que es su familia Es genial, ¿no crees?
Tragué saliva y me quedé mirando las flores que hace unos días había traído mi padre.
—No sabes como necesito que me digas: Sí Harry, tus ojos brillaban cuando la veías, su sonrisa estaba reflejada en la tuya o cualquier cursilería como esa. Estoy seguro de que sabes que odiaba cuando decías cosas de ese tipo, me hacían sentir realmente incómodo, pero no me importaría volver a escucharlas si con eso podrías volver a estar a mi lado.
El nudo de mi estómago había aumentado en tamaño y se había instalado en mi garganta.
—Mamá, ojalá pudiera verte una última vez. Ojalá pudiera haber hecho algo en el momento en que me dijeron que habías muerto por una maldita enfermedad que afecta a millones de personas. Ojalá...
Me froté la cara, frustrado al encontrar lágrimas en mis mejillas.
—Lo siento tanto...
Me puse de pie en un movimiento rápido.
—Pronto volveré a visitarte. Seguro que estás intrigada por saber lo que pasará con Gabriela. Yo también lo estoy.
Una sonrisa triste se formó en la comisura de mis labios y me di la vuelta para dirigirme a casa. Con tantos acontecimientos ya eran las 9:30 de la mañana. Papá ya estaría levantando y preguntándose dónde demonios estaría.
No había compartido con él mi afición total por el deporte.
Mientras hacía mi camino de vuelta a la entrada del cementerio, unas pisadas casi insonoras me hicieron levantar la cabeza del césped.
Casi me tropiezo con mis propios pies al ver la chica que estaba a pocos metros de mí y que por suerte mía había girado al lado contrario del que venía.
Gabriela.
Mi corazón comenzó a latir más rápido y sentí mis extremidades algo rígidas.
Recuerdo que su abuela había fallecido hace varios años y que yo y mi familia habíamos sido invitados al funeral.
Había sido un día pésimo.
La perseguí tanto tiempo con la mirada y la boca abierta que me costó volver en mí y seguir caminando.
Cuando supe que ya no le era posible verme, salí del cementerio con miedo de hacer demasiado ruido que me delatara y me dirigí a casa, confirmando que Gabriela era mi nueva vecina y que vivía a dos manzanas de mí.
harrystyes
Re: Heart by heart {Harry Styles}
capítulo tres
La nueva vecina
—No jodas —susurró Niall inclinándose un poco más en mi dirección.
Nos encontrábamos en clase de gimnasia. Los dos como podíamos estirábamos, preparándonos para correr aproximádamente los
20 minutos que nos tenía preparados el entrenador Smith. Tenía el cabello que me caía en la frente recogido con una bandana con el estampado de la bandera de USA y me hacía sentir estúpido pero no había otra manera de sujetar mi melena.
Suspiré y asentí con la cabeza. Le había contado que Gabriela era mi nueva vecina y que la había visto entrar al cementerio.
—¿Vas a hablarle entonces? —preguntó mi amigo levantando una ceja, divertido.
Hice una mueca y no tuve que pensarlo.
—No creo que se acuerde siquiera de nosotros. Ha llegado hace una semana y nos ha visto como tres veces y no se ha acercado ni un momento. ¿Por qué debería ir yo a hablarle? Es obvio que ya no formamos parte de su círculo de amigos.
Niall revoleó los ojos y se encogió de hombros.
—Puede que no se acerque a hablarnos porque sabe que se sentirá incómoda. Es lógico.
—Sí, puede que sí pero no es razón suficiente...
El sonido agudo del silbato del entrenador Smith me sobresaltó.
—¡ESCUCHEN PEDAZO DE VAGOS, HOY PIENSO HACEROS COMER TIERRA Y NO QUIERO OÍR NI UNA PROTESTA!
Volvió a tocar el silbato y todos suspiramos en coro.
—¡NADA DE SUSPIRAR TAMPOCO!
Nos pusimos rígidos y asentimos con la cabeza. Ese tío realmente intimidaba cuando quería.
El entrenador Smith señaló el largo campo de tierra que nos esperaba y con emoción mal fingida todos comenzamos a correr.
—Creo que —Niall cogió aire— voy a patear el trasero —volvió a coger aire— del entrenador por hacerme correr mi vida.
—No seas exagerado, sólo llevamos cinco minutos —me oí decir y estaba casi igual que él.
—Si me encuentras... tirado en el piso... será todo por tu culpa —paró en seco y se agachó, apoyando sus manos en las rodillas.
Cogió una bocanada de aire y en un segundo tenía al entrenador Smith detrás, con cara de pocos amigos.
—¡MUEVE ESE CULO HORAN!
Y volvió a tocar ese maldito silbato.
***
Recogí mi ropa de la taquilla del vestuario de chicos y la metí en mi bolso de deporte. Me giré y observé como Niall se metió en el camino de Mike Evans o Mike Evans se metió en el camino de Niall, quién sabe, pero el caso es que lo empujó contra las taquillas. Me acerqué rápidamente y Niall me advirtió con la mirada que no hiciera nada estúpido.
No pensaba hacerlo tampoco.
—¿Tienes algún problema, Mike? —preguntó mi amigo sereno aunque a mí no me engañaba: estaba cagándose encima.
Mike Evans nos llevaba dos años debido a que había repetido curso el mismo número de veces y para lo único que valía era para ser el capitán de lacrosse. No sé dónde me estaría metiendo en caso de que pasara las pruebas de lacrosse.
—No, ninguno en absoluto, imbécil —y sonrió con una sonrisa que sólo decía: estás jodido.
También tenía esa peculiar afición de intimidar e insultar a la gente sin razón aparente. El tío te hacía pensar si pasar por su lado, mirarle o si quiera estar en su presencia. Mucha gente cuando aparecía se escabullía en el primer lugar que encontraba. Yo por mi parte intentaba no estar mucho tiempo en un mismo lugar.
—Entonces podrías soltarme... —intentó mi amigo pero Mike lo aprisionó aún más contra las taquillas.
—¿Y si no qué? ¿Piensas pegarme?
Sentí que debía hacer algo, no sé, cualquier cosa para que dejara de joder a mi amigo. Yo mismo le hubiese dado una tunda pero era mejor no probar mi fuerza con ese pedazo de mierda.
Junté toda la valentía que pude encontrar en mi sistema y solté:
—Mike, déjalo.
Mike giró la cabeza sorprendido, me miró, me siguió mirando y sonrió.
—Oh, pero si ya vino el amiguito a defenderlo, qué bonito.
Al menos soltó a Niall.
Pero después vino a por mí.
Me sentí como en una de esas películas de terror en la que el asesino se va acercando poco a poco y tú no tienes escapatoria y tienes que arrimarte a la pared. Bueno, ese ere yo, más o menos.
—¿Ahora no eres tan valiente, no?
Mike seguía mirándome como si fuera su presa y en cualquier momento me fuera a destripar. Vale, necesitaba un jodido milagro, ultra fuerza o algo parecido. Ni de coña podía con este tío. Era más músculo que otra cosa.
Estaba jodido.
—Venga Mike —dije intentando sonreír amablemente—, no hace falta que usemos la violencia. Tan solo déjanos ir.
—Hmmm —miró hacia otro lado, imitando que lo pensaba y después volvió a mirarme—. Me parece que no. Esto es entretenido. Me estoy divirtiendo de hecho.
—No buscamos problemas. Sólo queremos irnos.
Mike soltó una carcajada. Enfermo.
—Mike, déjalos.
Casi me desmayé donde estaba al escuchar esa voz.
Mike se giró y levantó ambas cejas.
—Oye nena, sólo me estoy divirtiendo.
Gabriela sonrió y se acercó a nosotros.
Debes seguir respirando es lo que me decían mis pulmones. Yo seguí respirando pero cuando Gabriela cruzó su mirada con la mía volví a dejar de respirar y creí caerme.
—Debo llegar a casa temprano y dijiste que me llevarías. ¿Puedes dejar esto para otro momento?
Gabriela sonó neutral y hace rato que ha dejado de mirarme. Ni si quiera miró a Niall.
Vaya.
—Por ti lo que sea nena.
Mike se olvidó de mí en un segundo y ya estaba desapareciendo con Gabriela, rodeándole los hombros con un brazo.
Fruncí el ceño, incrédulo.
—¿Qué cojones fue eso? —escuché decir a Niall pero realmente no estaba escuchando.
Seguí pensando en como Gabriela me había mirado, sin ningún tipo de emoción; Mike llamándola 'nena' y después rodeándole los hombros con un brazo en un gesto posesivo.
No podía ser. No podía estar saliendo con Mike. No con él.
—Solo es por decir algo, pero Gabriela está loca si realmente está saliendo con ese patán.
No contesté.
Volví hacia mi taquilla y saqué el bolso que dejé olvidado antes de enfrentarme o lo que sea con Mike. Sentí la sangre fluir por mi cuerpo. Estaba cabreado y realmente no sabía por qué. Bueno, tal vez si lo sabía.
Ese gilipollas había estado metiéndose con todo el mundo desde que entramos al instituto, incluyéndonos a nosotros, y resulta que entonces estaban saliendo juntos.
—Tío, ¿estás bien? Te noto algo tenso.
Miré a Niall con cara de pocos amigos porque sinceramente no tenía por qué esconder mis emociones. Que sacara las conclusiones que quisiera.
—¿En serio? —escupí y pasé por su lado, dirigiéndome a la salida— Creo que estoy algo más que tenso.
Niall silbó y me miró con una pizca de diversión contenida.
—No te has tomado nada bien el que Gabriela esté saliendo con Mike Evans.
—Tú tampoco deberías —me ahogué con mi propia saliva—. Ese idiota siempre nos ha echado mierda. No entiendo qué ha hecho para que esté saliendo con él.
—Piensa que Gabriela ya no es la Gabriela que conocíamos —sonaba indiferente y supe que sentía algo de rencor—. Ni siquiera me miró. Ni una miradita que dijera: oh Niall te conozco pero paso de ti como de la mierda.
Sonreí.
—¿Quién es el que está cabreado ahora?
Niall negó con la cabeza y suspiró levemente.
—Está bien. Estoy cabreado, pero no por lo mismo que tú —me miró y levantó ambas cejas—. Creo que estás celoso.
Bufé bien alto.
—¿Celoso? ¿Lo dices en serio? ¿De Mike Evans? Por Dios, si me dices que está saliendo con un tío versión Leonardo Dicaprio 2.0 ahí hablamos pero con Mike Evans... lo único que tiene ese tío es músculo.
—Pero está bueno.
Escupí algo que ni siquiera sabía que tenía en la boca.
—¿Acabas de decir eso? ¿Acabas de decir que Mike Evans está bueno?
Niall estaba blanco como un papel recién salido del paquete y lo siguiente que sé es que estaba más rosa que las mechas del
cabello de Natalia.
—Esto... sí... hay que admitir que el chico se cuida y eso...
Era la primera vez que escuchaba a Niall vacilar al hablar. Me encogí de hombros y no le dí demasiada importancia.
Niall era más hetero que yo.
—Sí, yo también estoy sacando algo así —sonreí orgulloso de mí mismo—. Me siento un poco Hulk en verdad.
Niall soltó una risotada y negó con la cabeza.
—Amigo mío, te queda demasiado para ser parecerte siquiera a Hulk.
Le hice una mueca y seguimos caminando hasta el aparcamiento del instituto.
harrystyes
Re: Heart by heart {Harry Styles}
Me encantaron los capítulos.
En el 2 lloré por lo que Harry le dijo a su mamá
Y en el 3 me sentí tan kajdfajkfn de que haya visto a Gabriela pero mal por Harry, se puso celosito.
Síguela pronto.
Perdón por no haber comentado antes, había perdido el link y se me había olvidado el nombre, pero aquí estoy de nuevo
En el 2 lloré por lo que Harry le dijo a su mamá
Y en el 3 me sentí tan kajdfajkfn de que haya visto a Gabriela pero mal por Harry, se puso celosito.
Síguela pronto.
holiscrayolis
Re: Heart by heart {Harry Styles}
Cierto que si? :(holiscrayolis escribió:Me encantaron los capítulos.
En el 2 lloré por lo que Harry le dijo a su mamá
Y en el 3 me sentí tan kajdfajkfn de que haya visto a Gabriela pero mal por Harry, se puso celosito.
Síguela pronto.Perdón por no haber comentado antes, había perdido el link y se me había olvidado el nombre, pero aquí estoy de nuevo
Jajaja, no es de extrañar que se haya puesto celoso >:)
Enseguida la sigo, y no te preocupes! Has comentado ahora :)
Besos x
harrystyes
Re: Heart by heart {Harry Styles}
capítulo cuatro (primera parte)
La fiesta
Bendito sea el timbre.
Cerré el libro de Historia de un golpe que fue gloria para mis oídos, lo guardé en mi mochila y esperé a mis amigos a que terminaran de discutir sobre en qué fecha se descubrió América.
Puse los ojos en blanco.
—¿Por qué no solo le preguntáis al profesor? Vais a terminar antes.
Los dos me ignoraron.
—Dios, eres más terco, te digo que fue en 1493...
En ese momento, de la nada, apareció Jennifer, la actual novia de Zayn y los miró primero a ellos, levantó una ceja, y se giró hacia mí.
—Sólo vengo a informaros de que estáis invitados a mi fiesta de este viernes.
Los tres nos quedamos mudos y la miramos incrédulos hasta la médula.
Jennifer Williams invitándonos a nosotros. A su fiesta. Necesitaba una grabadora ahora mismo.
—No penséis que os estoy invitando por decisión propia; Zayn me ha pedido que os invitara.
Vale, ahí la cosa tenía más sentido.
Abrí la boca, casi balbuceando:
—Oh. Oh, claro, gracias Jennifer.
Miré a mis amigos que parecía que hacía rato no estaban y los miré como diciendo: Venga, digan algo. Niall se apartó de Natalia y vino hacia nuestra dirección esquivando mesas y sillas de la clase. Natalia lo siguió.
—Por supuesto, gracias. No dudes en que estaremos allí.
—Sí, eso, gracias Williams.
Los tres, Niall, Jennifer y yo nos giramos a ver a Natalia y ella sonrió dulcemente.
—Está bien... —Jennifer rodó los ojos y se apartó el pelo del hombro—Es a las ocho, no hay ningún tema en particular y por favor, no traigáis más gente de la necesaria.
—Claro, lo comprendemos. Nada de desconocidos —dije sintiéndome algo estúpido.
Jennifer me miró con humor.
—No realmente. No quiero que llevéis más raritos de la cuenta a mi fiesta —sonrió sin mostrar su dentadura y se giró con intención de marcharse. Al último momento se volteó y miró a Niall y a Natalia—. Ah y una cosa: ambos estáis equivocados. América se descubrió en 1492. Deberiáis prestar más atención a las clases.
Y desapareció.
***
Me uní a la fila del almuerzo con Niall y Natalia pisándome los pies.
—¿Qué habrá hecho Zayn para que Jennifer nos haya invitado? —soltó Niall—. Tal vez nos subió un poco el ego.
Natalia puso los ojos en blanco.
—Simplemente le ha dicho que nos invite porque somos sus amigos. No es gran cosa.
—¡Claro que es gran cosa! Es a la primera fiesta importante a la que vamos.
Avancé unos pasos en la fila y cogí un plato de espaguetis y una botella de agua del mostrador. Esperé a que la chica de adelante acabara y pagué lo mío.
—Natalia tiene algo de razón —solté y Niall me miró casi ofendido—. No es la gran cosa, pero sí que es emocionante.
Natalia y Niall pagaron su comida y nos sentamos en la primera mesa vacía que encontramos.
—Yo pienso cogerme un pedo de cuidado —dijo Niall sonriendo como un niño pequeño.
Natalia bufó.
—Si después te encuentro tirado en el piso no pienso ayudarte.
—Oh vamos, no seas así —Niall la miró divertido—. Yo te ayudaría si te pasara a ti, lo sabes.
—No seas cabrón, no lo harías —Natalia lo fulminó con la mirada y le pegó un mordisco a su manzana.
—Tienes razón, no lo haría —sonrió de nuevo.
Por un momento me alegré de que las mesas fueran tan anchas y que ambos estuvieran sentados uno frente del otro.
—Siempre me he preguntando por qué sois amigos si os lleváis tan mal —dije y comencé a comer mis espaguetis.
Niall se encogió de hombros.
—Creo que el estar siempre discutiendo le da vida a la relación.
—Yo por mi parte creo que a veces tengo ganas de ahorcarte pero aún así te hablo. Soy genial, realmente.
Solté una risita y en un abrir y cerras de ojos Zayn estaba sentado con nosotros. Arrastró su bandeja de comida hasta que casi se cae por el filo de la mesa.
—¿Vendréis, no? Ayer perdí algo de mi masculinidad pidiéndoselo a Jennifer así que será mejor que me digáis que sí...
Asentí con la cabeza y le palmeé el pecho.
—Sí, claro que vamos. Es la fiesta del año, ¿no es así?
Niall estaba sonriendo tan grande que su perfecta dentadura casi me ciega.
—Gracias, de veras Zayn, eres genial.
Zayn lo miró, divertido.
—De nada hombre. Sois mis colegas y os merecéis ir aunque sea este año. No os prometo nada para la del año que viene.
—¿Por qué lo dices? —preguntó Natalia, hablando por primera vez desde que apareció Zayn.
Zayn suspiró y negó con la cabeza, mirando hacia la dirección de las mesas de las animadoras y jugadores de lacrosse.
—Si os digo que Jennifer es insoportable, ¿me creeríais?
Todos asentimos con la cabeza, sin dudarlo.
—Entonces creedme cuando os digo que a veces tengo ganas de desaparecer del planeta solo para no tener que escucharla más hablar de su manicura y modelitos.
Natalia tenía pinta de estar conteniendo la risa.
—Entonces, ¿te pusiste de rodillas, le rogaste, le prometiste una pulsera de diamentes o algo parecido?
Zayn negó con la cabeza.
—Nada de eso. Le dije que si no os invitaba no iría al baile con ella.
Levanté las cejas mientras bebía de mi agua.
—¿En serio le dijiste eso?
Zayn hizo una mueca lastimera.
—No del todo pero sí que pensaba hacerlo.
Niall soltó una risita.
Mi ojos se fueron hacia la puerta de la cafetería.
Gabriela entraba seguida por Jennifer y una chica de último curso llamada Katy. Creí haberme ahogado con mi propia saliva al encontrar la mirada de Gabriela en nosotros. Jennifer sonrió a Zayn dulcemente y le cambió la expresión facial rápidamente al pararse en nosotros. Realmente nos estaba mirando. Sin ningún preámbulo, sin ninguna expresión, pero nos estaba mirando. Le devolví la mirada tanto como pude y creí ver algo de recelo en su mirada. Se marcharon sin dirigirnos una última mirada.
(...)
Jennifer Williams era de familia de dinero. Sin duda.
Desde la distancia en la que nos encontrábamos—dos manzanas—podía ver el gran tamaño de su casa. Era el triple de la mía. La música retumbaba por toda la avenida y llegaban las vibraciones a mis zapatos.
—¡Esto va a ser la hostia! —gritó Niall ilusionado y comenzó a caminar más rápido.
Varia gente o se dirigía a la fiesta como nosotros o ya estaban tirados por algún lugar cercano a causa de la bebida.
—No puedo entender como puede estar tan ilusionado por ir a algo tan artificial como son este tipo de fiestas. Es todo alcohol, sexo, más alcohol y más sexo. Ugh.
Miré a Natalia sorprendido.
—¿Entonces por qué vienes?
—Porque no tengo nada mejor que hacer y de veras creo a Niall cuando dice que va a tomar hasta que le salga por las orejas.
Entrecerré los ojos y entonces abrí un poco la boca, dándome cuenta de todo.
—A ti te gusta Niall.
Hacía tiempo que sospechaba algo pero ahora estaba bastante seguro. No sólo se gritaban mutuamente; Natalia quería llamar su atención. Con la oscuridad de la noche no podía ver bien su expresión pero sé que estaba colorada hasta la raíz del pelo.
—No seas estúpido. ¿Cómo siquiera lo crees...? —tragó saliva sonoramente. Supe que le estaba costando formar algo coherente—. No lo soporto.
—Lo que tú digas, pero para mí ahora todo tiene sentido.
Natalia intentó decir algo más pero no saló nada por su boca.
Aha.
—Por favor, no le digas nada. Me gusta nuestra relación como es.
Levanté una ceja, incrédulo.
—¿De veras te gusta insultarte con el 24/7? Se te ve realmente molesta cuando discutís.
—Y lo estoy pero... simplemente déjalo como está, ¿si? Por favor.
—Está bien, está bien, no le diré nada.
El ruido de la música entró por mis oídos y supe que estábamos a unos metros de la casa de Jennifer.
***
Un chico de nuestro curso me entregó un vaso rojo con alguna bebida transparente y le pegué un trago. Sentí como si fuego estuviera bajando por mi garganta y los ojos se me pusieron llorosos. Joder.
—Qué chaval, ¿demasiado para ti?
Zayn me sonreía, sosteniendo otro vaso igual que el mío en la mano.
—Esto es asqueroso pero de alguna manera podría beber más.
—Eso es lo que se hace con el alcohol: se bebe pero no se cuestiona.
Volvió a sonreír y se alejó para reunirse con unos chicos de segundo curso que jugaban a pasarse la pelota con lo que sería un jarrón, y bastante caro al parecer. Le di otro trago a mi bebida y busqué con la mirada a mis amigos. Tan solo llevábamos una media hora y Niall ya tenía las mejillas y orejas más rojas que las regalices que compraba mi hermano. Lo encontré rodeado por varias chicas que creí no conocer del instituto. Al verme levantó su vaso y me llamó.
—¡Hey Harry!
—Hola —dije sonriendo a las chicas.
Posiblemente eran más pequeñas que nosotros pero iban vestidas como si buscaran que se metieran en sus bragas. Lo más seguro era que buscaban eso. Las tres rubias me sonrieron y una se me quedó mirando tanto tiempo que tuve que excusarme porque realmente me dio miedo. A los pocos pasos me llevé por delante con Jennifer y le pedí disculpas pero ella solo me gritó que mirara por donde camino. Sin darme cuenta ya me había terminado mi vaso de lo que sea transparente y tenía uno nuevo en la mano. Wow. Natalia apareció en mi campo de visión y levantó ambas cejas.
—Dios Harry, ¿qué mierda estás bebiendo?
Me encogí de hombros, lo bastante sobrio como para saber lo que hacía. Natalia intentó quitarme el vaso de la mano pero me aparté.
—No —sentí arrastrar un poco las palabras y me fruncí el seño a mí mismo—. Vaya.
—Sí, vaya —mi amiga lo intentó de nuevo pero todo lo que consiguió fue que casi me cayera hacia atrás.
—Harry, no estás acostumbrado a beber y menos esto tan fuerte. No seas crío.
—No estoy siendo un crío, sólo pretendo divertirme. Inténtalo tú también —solté enfurruñado porque Natalia no me dejaba en paz y al segundo ya no tenía a Natalia en mi visión.
Tuve que sujetarme al sofá de la sala para estar estable y miré mi vaso con incredulidad. ¿Pero qué coño era esto que me había afectado tan rápido? Me encogí de hombros sin darle importancia: al fin y al cabo para algo vine a esta fiesta. Mi vejiga comenzó a protestar mientras me movía de aquí para allá al ritmo de la música y decidí subir al piso de arriba; con suerte encontraba el lavabo. Me llevé por delante a varía gente al subir las escaleras y me encontré parado en medio de un pasillo interminable de puertas. Balbuceé cosas sin sentido mientras inspeccionaba las puertas, una a una.
—Oh, mierda —solté al abrir la puerta de una habitación en la que estaban bastante ocupados haciendo... realmente no veía bien lo que estaban haciendo pero sonaba como si estuvieran pasándoselo bastante bien.
La cerré de golpe y seguí con la búsqueda. Abrí la siguiente puerta y agradecí a cualquiera a que fuera el baño.
—S-s-iiií... —suspiré mientras vaciaba.
Qué bien se sentía.
Mientras me lavaba las manos escuché unos pasos en el pasillo pero no le di importancia. Seguro era otro tío perdido buscando el baño. Cogí la primera toalla que vi y me sequé las manos. Cuando estaba decidido en salir, el picaporte de la puerta comenzó a girar y me tensé completamente. Me acerqué rápidamente y abrí la puerta. Sentí una cálida respiración con olor a alcohol en mi pecho y lo primero que hice fue apartarme.
—Perdón...
Mis palabras se quedaron estancadas en mi garganta al ver a Gabriela delante mío, borracha y mirándome como si quisiera comerme en ese mismo instante, en el buen sentido.
Última edición por harrystyes el Vie 06 Sep 2013, 8:32 am, editado 1 vez
harrystyes
Re: Heart by heart {Harry Styles}
jafkjafak Amé el capítulo.
Morí de risa cuando Zayn les contó como le rogó a Jennifer que invitara a sus amigos a su fiesta.
Yo sabía que Natalia quería a Niall, porque... LOS QUE SE PELEAN SE QUIEREN.
Harry no debió haber bebido tanto.
Síguela cuando puedas
Saludos.
Morí de risa cuando Zayn les contó como le rogó a Jennifer que invitara a sus amigos a su fiesta.
Yo sabía que Natalia quería a Niall, porque... LOS QUE SE PELEAN SE QUIEREN.
Harry no debió haber bebido tanto.
Síguela cuando puedas
Saludos.
holiscrayolis
Re: Heart by heart {Harry Styles}
Jajaja, pienso los mismo :Pholiscrayolis escribió:jafkjafak Amé el capítulo.
Morí de risa cuando Zayn les contó como le rogó a Jennifer que invitara a sus amigos a su fiesta.
Yo sabía que Natalia quería a Niall, porque... LOS QUE SE PELEAN SE QUIEREN.
Harry no debió haber bebido tanto.
Síguela cuando puedas
Saludos.
Eso dicen... 8-)
¡Pronto la sigo! xx
harrystyes
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