Re: Crush- NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!

por **HeyItsLupitaNJ** Miér 17 Jul 2013, 11:49 am

• CAPiTULO 7 (Parte 2) •

Cuando Nicholas llegó mí, me agarro y dio vueltas. Me aferré para el paseo, preguntándome como otra persona podía hacer que me sintiera completa de nuevo. Cuando Nicholas finalmente me puso de vuelta, deje que mi bolso y equipaje cayeran al suelo. Doblándome de nuevo en sus brazos, me apretó contra sí con tanta fuerza como dos personas pueden encajar. Dios, se sentía tan bien.

─ Maldición ─, susurró en mi pelo. ─ No puedo irme por tanto tiempo otra vez ─. Sus manos acariciaron la base de mi cuello y su otro brazo presionó en la parte baja de mi espalda.

Mis propios brazos estaban ceñidos en una retención de muerte alrededor de su cintura ─ Yo tampoco.

Mientras que las personas tomaban su equipaje o esperaban en una fila por una taza de café, Nicholas y yo nos quedamos ahí, paralizados en el tiempo. Cinco minutos, diez minutos, ¿sin minutos? No lo sabía. Y no me importaba.

Él olía a lo mismo, todo jabón y hombre, y su piel se había oscurecido otro tono en el sol de California.

─ Prométeme ahora mismo que nunca vamos a estar tanto tiempo sin vernos ─, dijo, acariciando mi cuello.

Su aliento sobre mi piel hacía que la carne se me pusiera de gallina.

─ Promételo ─, repitió, mirando fijamente a mis ojos.

─ Solo te haré promesas que puedo garantizar cumplir ─, dije, recordando por que la honestidad era un arma de doble filo cuando su rostro se ensombreció un poco.

Su pulgar acarició debajo del cuello de mi camisa. ─ Prométeme que te casaras conmigo.

Yo exhalé. Esa era una fácil. ─ Lo prometo.

Su rostro pasó de oscuro a claro en el lapso de dos palabras. ─ Prométeme que te casarás conmigo en los próximos seis meses.

De vuelta en la zona de peligro.

Le respondí solo alzando mi ceja.

Él se río entre dientes. ─ Si, si. Eres tan difícil, ___(tn) ─, él dijo, manteniéndome bajo su brazo mientras se volvía al carrusel de equipaje. Solo quedaba una maleta girando alrededor de el.

Agarrando mi bolso, Nicholas pretendió que estaba abrumado por su tamaño. O peso. O las dos.

─ Dios, ___(tn) ─, dijo, mirando de mí a la bolsa. ─ Si no supiera mejor, pensaría que estabas planeando en quedarte un tiempo.

El continuo dramatismo de Nicholas con mi bolsa llama la atención de algunas personas que esperan el próximo carrusel de maletas. Un pequeño niño en particular.

─ Dos noches es un tiempo para una chica ─, dije, sin poder quitar mis ojos del niño que estaba boquiabierto mirando a Nicholas. No importaba a dónde íbamos, Nicholas siempre tenía muchos boquiabiertos. Los pequeños niños que miraban eran divertidos; solo he aguantado a las mujeres con sus pestañas batientes porque no podía sacar a toda la población femenina del mundo sin ayuda. ─ Además, tengo un regalo para ti que ocupo al menos la mitad del espacio.

─ ¿Un regalo? ─ Sus ojos brillaron ─ ¿Un regalo “solo porque si”?

─ ¿No son esos el mejor tipo? ─ Dije, tomando su mano y arrastrándolo a las tienda del aeropuerto. Tuve una idea.

─ Yo también te tengo un regalo.

─ ¿Un regalo “solo porque si”? ─ pregunté al momento que encontré lo que estaba buscando. Tirando de su mano, fui en línea recta por ello.

─ ¿No son esos el mejor tipo? ─ Él dijo.

─ Si, lo son ─, dije, agarrando el balón de fútbol turquesa y amarillo antes de ir a la caja.

─ ___(tn), te puedo conseguir uno de esos gratis ─, él dijo, sonando confundido. ─ Uno oficial con los autógrafos del equipo si tú quieres.

La cajera me llamó, y antes de que pudiera entregarle el dinero, Nicholas deslizo una brillante tarjeta de color negro en la mano de ella. ─ Lo tengo ─ él dijo.

Está bien. No es gran problema, me tuve que decir a mi misma. Solo está pagando por un balón de fútbol.

Le di las gracias a la cajera, luego busqué a través de mi bolso hasta que conseguí una pluma. Dándole la pluma a él, sostuve el balón de fútbol en su lugar. ─ Solo quiero un autógrafo.

Hizo esa media sonrisa, media burla de él, que era, con mucho, la expresión más sexy de todo el maldito mundo, antes de firmar su nombre justo a la derecha de los cordones del balón.

─ Siento que mi fan número uno debe conseguir algo mejor que un balón comprado en el aeropuerto ─, dijo, siguiéndome mientras me dirigía de nuevo a la cinta de equipaje.

─ Oh, créeme ─, le respondí, ─ Tu fan número uno estará exigiendo que le des algo mejor esta noche.

Él se río entre dientes, con ese tono bajo de él. ─ Vivo para servir.

Empujando a un lado los pensamientos que estaban haciendo que todo mi cuerpo cosquilleara, caminé hacia el pequeño niño que aún estaba sorprendido ante la presencia de Nicholas. Ni siquiera parpadeaba.

Me arrodillé junto a él, sosteniendo el balón hacia él. ─ Luces como un fan de Nicholas Jonas ─, dije, sonriendo mientras los ojos del niño se abrieron un poco más al ver la firma.

─ Su fan más grande ─, dijo el niño, su voz alta y emocionada.

─ Tu y yo, chico ─, dije, señalando hacia el balón cuando él se quedó congelado.

Cuando finalmente agarró el balón, su rostro se iluminó como solo la de un niño podía. Era increíble como la firma del chico que yo amaba podría hacerle el día a una persona. Era material pesado, y algo de lo que no estaba seguro que estaba lista para procesar aun. Nicholas había sido algo grande de vuelta en Syracuse, por supuesto, pero ahora jugando para la NFL significaría algún nuevo nivel de fama.

Le guiñé un ojo al chico antes de levantarme.

─ Gracias ─, gritó mientras yo me dirigía de vuelta a donde Nicholas estaba con mis bolsos.

Saludé al chico mientras el salía corriendo hacia sus padres y les restregaba la pelota en el rostro.

─ Sé que no quieres que se haga público, pero eres posiblemente la persona más dulce que hay ─, dijo Nicholas, su voz y ojos suavizados.

Hice una mueca exagerada sobre la palabra dulce.

─ Creo que le hiciste el año a ese pequeño chico ─, dijo, poniendo mi bolsa en un brazo y sosteniendo mi mano con el otro. ─ Una hermosa desconocida la escoge entre la multitud. Eso es lo que le va a estar diciendo a sus amigos dentro de diez años.

─ Ese niño tenía ojos para nada excepto para ti y ese balón ─, bromeé mientras nos dirigíamos al estacionamiento.

─ Hubiera ido a saludar, pero el pequeño chico lucía como que estaba cerca de hiperventilar así como estaban las cosas.

─ Si, creo que es una buena cosa que te hayas quedado atrás ─. Me reí. ─ Estoy segura de que su corazón no lo hubiese soportado si tu hubieses dicho algo a él.

Sacando las llaves de su bolsillo, Nicholas se detuvo bruscamente en frente de un camión negro levantado. ─ Y estoy seguro de que mi corazón no lo soportará si no te beso ─, dijo, una mano descansando en mi cadera. ─ Aquí. Ahora ─. Se acercó a mí, hasta que pude sentir su cuerpo contra el mío. ─ ¿Y, ___(tn)? Quiero que me beses hasta que mis rodillas se debiliten.

Esa sensación de derretimiento que conseguía cuando él me miraba de esa manera en la que me miraba ahora estaba comenzando a difundirse en mi estómago. Junte mis dedos detrás de su cuello, y me puse de puntillas. ─ Vivo para servir ─, susurré, citando lo que él había dicho más temprano, antes de presionar mis labios contra los suyos.

Esto no era un beso suave. Tampoco era un dulce o tímido beso. Este era el tipo de besos que dabas cuando sabias que tu muerte estaba cerca. Era el tipo de beso que podías sentir en cada parte de ti, y el tipo de beso que estaba peligrosamente de hacerme combustionar aquí mismo en el estacionamiento del aeropuerto. Totalmente vestida y todo.

Mis manos se movieron de su cuello hasta el borde inferior de su camisa. Metiendo mis dedos dentro, jugué con el camino de piel encima de sus vaqueros. Nuestras lenguas se enredaron mientras mis pulgares seguían su camino hacia abajo. Gimiendo en mi boca, Nicholas hundió las manos en mi espalda, empujándose a sí mismo contra mí.

Bueno, sí. Si se seguía presionado y moviéndose así contra mí yo estaba a dos segundos de arrancar nuestras ropas.

Cuando me levantó, envolví mis piernas alrededor de él. Presionando mi espalda contra el camión, inclinó mi cuello hacia el capó para darle mejor acceso a él. Su boca se movió de la mía a mi cuello, besando y chupando la sensible piel hasta que ya no pude respirar.

En algún lugar en el fondo de mi mente loca por el sexo, me di cuenta que probablemente el dueño del camión no estaría de acuerdo con lo que Nicholas y yo estábamos haciendo aquí, teniendo sexo con ropa en el capó, pero yo estaba lejos de las palabras… y de que me importara.

Así que cuando los sonidos y clics de las cámaras comenzaron a hacerse más ruidosos, no les presté ninguna atención. Todo lo que sentía era la boca de Nicholas moviéndose en mí. Era obvio que era todo lo que a él le importaba, también, porque no fui sino hasta que la gente y las cámaras estaban solo a unos coches de distancia que alguno de nosotros se dio cuenta.

─ ¡Nicholas! ¡Nicholas! ─ Gritaban. ─ ¡___(tn)! ¡___(tn)! ─ Más como gritando y disparando, así que como mucho nos sacó de la bruma de nuestro beso.

Los músculos de Nicholas se tensaron sobre mí, y, cuando su rostro se alzó sobre el mío, vi una expresión familiar que no había visto en mucho tiempo. Dr. Jekyll conozca al Sr. Hyde.

─ Nicholas ─, rogué. ─ Relájate ─, le engatusé mientras él me bajaba.

Los fotógrafos continuaron gritándonos cosas. Algunos comentarios eran muy vulgares como para repetirlos. Sus cámaras nunca pararon de disparar.

Poniéndose a sí mismo delante de mí, Nicholas se puso más rígido.

Mierda. Esto no resultaría bien para todas las partes involucradas si no podía hablarle a King Kong para que se bajara del Empire State.

─ Nicholas ─, dije, agarrando su brazo y tratando de hacer que se volteara. Él no se movió. ─ Está bien. Son solo fotos.

Dios, los músculos de su brazo se sentía como que iban a salirse a través de su camisa.

─ Son fotos de ti y de mí, ___(tn) ─, respondió, hirviendo mientras las cámaras seguían disparando. ─ Fotos de ti y de mí haciendo algo que no quiero que todo el mundo vea.

¿Por qué él estaba ahí, dejando que consiguieran más fotos de él a punto de estallar?

─ Esta no es la primera vez que estamos bajo el escrutinio público ─, dije. ─ Y no será la última. Y estoy segura como el infierno de que no te y a detener de que me beses así cuando y donde te apetezca, así que mejor nos vamos a acostumbrando a esto ahora ─. No sé de donde yo estaba sacando el sentido para ser razonable.

─ ¿Cómo es ella en la cama, Nicholas? ─ Uno de los fotógrafos, que no tenia sentido de lo que era la auto conservación, gritó.

─ ¿Qué acabas de decir, imbécil? ─ Nicholas dio unos pasos hacia delante. No lo dejé ir, así que me arrastró con él.

─ Nicholas, para. ¡Piensa! ─ Grité, dándome cuenta de que él solo se había vuelto más fuerte en las semanas de entrenamiento de verano. ─ ¡Párate y piensa!

Mi cuerpo no podía detenerlo, pero mis palabras sí. Parándose abruptamente, Nicholas me miró. Fue la más corta de las miradas, pero toda su cara cambió en un intercambio silencioso. Cerró sus ojos y tomó un par de respiraciones antes de mirar de nuevo hacia los fotógrafos.

Dando una sacudida a sus hombros desactivando la ira, él deslizó su teléfono de su bolsillo. Sosteniéndolo en alto, Nicholas tomó una foto. ─ Ahí. Tengo todos sus rostros en mi cámara ahora ─, dijo, su voz controlada. Apenas. ─ Si veo o escucho algo de esas fotos siendo impresas, iré detrás de cada uno de ustedes ─. Nicholas señaló con el dedo al fotógrafos que había sido lo suficientemente estúpido como para preguntar sobre mis habilidades en la cama. ─ Comenzando contigo.

Después de haber recogido sus mandíbulas del piso, los fotógrafos comenzaron a dispersarse. Uno trató de tomar otra foto, pero lo pensó de nuevo cuando el asesinato pasó sobre los ojos de Nicholas. Solo cuando el ultimo estuvo fuera de la vista los hombros de Nicholas se relajaron. Dándose la vuelta, tuvo la decencia de al menos mirarme tímidamente.

─ ¿Lo siento? ─ dijo, frotándose la parte de atrás de su cuello.

Le di un codazo, orgullosa de su moderación. ─ Si tuviera un cuarto de dólar por cada vez que dicho… no… que he gritado “Nicholas” y, “¡Para!” en el mismo respiro, sería una mujer millonaria.

Tomando de vuelta mis bolsos del piso, colgó un brazo por encima de mí. ─ Ya eres una mujer millonaria ─, dijo, haciendo que mi estómago se hundiera. No era una mujer millonaria. Él lo era.

─ Y si tuviera un cuarto de dólar por cada vez que realmente te he escuchado cuando has gritado las palabras “¡Nicholas!” y “¡Para!” en el mismo respiro… ─ Él sonrió hacia mí. ─ Sería clase media.

─ ¿Qué pensarías que el dueño diría si él supiera lo que acabamos de hacer en el capó de su nuevo camión? ─ Dije mientras Nicholas me conducía por el lado del mismo.

─ Probablemente pediría una repetición.

Me reí. ─ Probablemente. Solamente pervertidos cachondos manejan camiones como este.

Agarrando el asa, Nicholas abrió la puerta. ─ Estoy contigo en la parte de cachondo, pero ¿Podríamos dejar la parte de pervertido? Realmente no quiero que mi prometida piense que soy un pervertido.

Mi boca se abrió mientras Nicholas ponía mis maletas en el asiento trasero. ─ ¿Esto es tuyo? ¿Cuándo lo conseguiste? ¿Dónde está tu viejo camión? ─ No podía parar el fluido de preguntas.

Extendiendo su mano hacia mí, me ayudo a entrar al camión. Tuve que saltar para poder hacerlo.

─ Este es mío. Lo conseguí un par de días atrás. Y mi viejo camión va a ser desechado tan pronto como sea posible ─. Dijo cerrando la puerta detrás de mí, trotó alrededor del frente y se metió en el asiento de conductor. Hasta Nicholas y su tamaño gigante tenían que saltar para entrar.

Cuando dio vuelta a llave, el motor cobró vida. Era tan ruidoso que la cabina vibró. ─ Ahora, esto es un camión que podemos acostumbrarnos de ahora en adelante ─, dijo, mirando el asiento de la segunda fila, donde había que espacio para “acostumbrarse”

─ No teníamos ningún problema con tu antiguo camión ─, murmuré, poniendo mi cinturón de seguridad en su lugar.

Nicholas se detuvo en medio del reverso hacia atrás, mirando el asiento vacío en el medio, luego mirado a donde yo estaba sentada al final del asiento. ─ Tu odiabas ese viejo cubo de óxido ─, dijo, visiblemente herido de que no estaba sentada junto a él como hacía normalmente.

Soltando mi cinturón, me deslicé otra vez hasta que me apreté contra él. El cuerpo de Nicholas corriendo a lo largo del mío era la única cosa familiar en este camión. ─ Era más una relación de amor-odio ─, dije defensivamente. ─ Había más amor que odio.

Claramente apaciguado, colgó su brazo sobre mis hombros y continúo saliendo del puesto de estacionamiento. ─ Bueno, aún tengo el viejo camión, asi que puede darle tus despedidas antes de que vaya al cielo de los camiones.

─ No estoy lista para que él vaya al cielo de los camiones ─. Hice un puchero, preguntándome porque estaba tan molesta. Nicholas había tenido razón: Yo no era la fan más grande de su antiguo camión. Pero ahora, viendo como había sido reemplazad con algo brillante y nuevo me ponía ansiosa por razones que ni siquiera quería admitir a mí misma.

─ Te traje un pequeño regalo ─, dijo Nicholas. ─ Está en la guantera.

Una vez que estaba fuera del garaje, aceleró. Habrías pensado que su camión tenía el motor de un carro Indy por la forma en que lo hizo.

─ ¿Es mi regalo “porque si”?

─ Solo porque te amo ─, dijo, claramente ansioso de que lo abriera.

Estaba nerviosa, y aún más después de ver el nuevo camión, el costo del cual no quería siquiera imaginar.

Cuando abrí la guantera, una caja en forma de huevo azul con un lazo blanco sobresalió. Lo recogí, ya cerca de la hiperventilación. Nunca había recibido un regalo en la caja azul y blanca, pero era icónica. Toda chica sabia de que tienda provenía y que había adentro. Era un rito de paso a la feminidad el identificar esta particular caja azul. (Tiffany & Co)

La puse en mi regazo y la miré.

─ Ábrelo ─, me animó. ─ He estado muriendo por dártelo desde que lo recogí la semana pasada.

Sonreí. Era imposible no hacerlo con la mirada de niño en su rostro. ─ Esta se trata de una bonita caja de lujo, Mr. Jonas ─, dije, deshaciendo el lazo.

─ Walmart tiene un bonito papel de regalo, ¿No?

Le di un codazo. ─ Buen intento ─. Dudé que alguna vez recibiera un regalo de Walmart de nuevo. La idea me puso triste.

─ Ábrelo ─, dijo. ─ Nada es lo suficientemente bueno para mi chica. Es bueno que finalmente pueda costearme las cosas que tú te mereces.

─ Nicholas…

Antes de que pudiera decir cualquier cosa que estaba planeando decir a continuación, su boca estaba en la mía, rápida y dura. Con la misma rapidez, ya no estaba. Habría pensado que lo había creado todo en mi cabeza si no puede saborearlo aun en mis labios.

─ Ábrelo ─, dijo, su cara presumida.

Sabía exactamente lo que estaba haciendo y lo uso a su favor. Él podría haber pedido que saltara de un acantilado, y mi cerebro estaba tan brumoso que yo lo habría hecho.

Tomé aire y deslicé la tapa.

Ubicada en el interior había un brazalete de plata. Simple y elegante. Algwo que yo habría escogido por mí misma, si hubiera podido permitirme escoger algo tan bonito.

─ Wow ─, suspiré, tirando de él. Era pesado y frío al tacto.

─ ¿Te gusta? ─ Miraba entre la carretera y yo.

─ Ahora, eso es un brazalete ─, dije, no teniendo que fingir mi emoción para él.

─ Dale la vuelta ─, me instruyó. ─ Hay algo más.

Dándole una mirada curiosa, roté el brazalete. Había un grabado en el interior, y las palabras me hicieron débil en todas las partes en la que un chic podría ponerse débil.

“Para mi ___(tn),” se leía. ___(tn) tenía dos piedras brillando alrededor.

Mi papá le encantaría la referencia de ___(tn) in the Sky with Diamonds

“Quien tiene todas mis primeras veces que importan.”

─ Wow ─ repetí. Las palabras me fallaban.

─ ¿Qué piensas? ─ preguntó, mirando orgullosamente hacia el brazalete.

─ Nicholas ─, comencé. ─ Es… es… ─ No tenía más nada que balbuceos de una sola sílaba. Deslizando el brazalete en mi muñeca izquierda, busqué las palabras correctas que expresarían mi agradecimiento.

Nada.

OMJ! OMJ!

El bipolar ataca de nuevo!

& esperen a ver que más hay de King Kong! xDD

Bueno disfruten del capi!

Porque se vienen los problemas! u.u

:wut: :wut: :wut:

Nos Estamos Leyendo! *.*

\^.^/

PD: YA ViERON FiRST TiME?? AMEEEEEEEEE EL ViDEO, ES TAAAN ADSHAFSJSF LO JURO

ME ENCANTO! *.*

Lu wH!;*

X

:bye:

por **Aria de Jonas** Miér 17 Jul 2013, 5:50 pm

QUIERO VER AL KING KONG TODO SALVAJEEEEEEEEEE GRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR :calor:

por **Puchy_ve** Miér 17 Jul 2013, 6:35 pm

Es cierto, todo esto es un montaña rusa de emociones, sera asi; nos abrocharemos los cinturones.

Siguela pronto.

por **aranzhitha** Miér 17 Jul 2013, 8:56 pm

awww Nicho.as eres taaaaan lindo!!!
En serio cada dia enamoras mas!!
Como que problemas?!
Tan rapido?! Es que no los dejan ser felices!!
Siguela!!

por **HeyItsLupitaNJ** Jue 18 Jul 2013, 11:47 am

Aria de Jonas escribió:QUIERO VER AL KING KONG TODO SALVAJEEEEEEEEEE GRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR :calor:

JAJAJAJAJ

Pronto lo verás! xDD

Ya La Sigo! ;)

Nos Estamos Leyendo! *.*

\^.^/

X

:bye:

por **HeyItsLupitaNJ** Jue 18 Jul 2013, 11:48 am

Puchy_ve escribió:

Es cierto, todo esto es un montaña rusa de emociones, sera asi; nos abrocharemos los cinturones.

Siguela pronto.

Oh no tienes idea de la montoña de emociones

que se vienen!

Asegúrate de que tu cinturón este ben ajustado! xDD

Ya La Sigo! ;)

Nos Estamos Leyendo! *.*

\^.^/

X

:bye:

por **HeyItsLupitaNJ** Jue 18 Jul 2013, 11:49 am

aranzhitha escribió:awww Nicho.as eres taaaaan lindo!!!
En serio cada dia enamoras mas!!
Como que problemas?!
Tan rapido?! Es que no los dejan ser felices!!
Siguela!!

aaww lo se, el es tan dulce verdad!

Bueno ahora será una vida muy diferente!

Ya verás!

Ya La Sigo! ;)

Nos Estamos Leyendo! *.*

\^.^/

X

:bye:

por **HeyItsLupitaNJ** Jue 18 Jul 2013, 12:06 pm

• CAPiTULO 7 (Parte 3) •

Totalmente muda. Yo era una bailarina, no una escritora; mi cuerpo expresaba cómo me sentía cien veces mejor de lo que mis palabras podrían.

Y entonces se me ocurrió.

Inclinándome más cerca, besé su cicatriz. Una, dos veces y luego una tercer antes de moverme a su boca. Lo tomé por sorpresa. Era evidente por la forma en que sus músculos se tensaron. Tomar a Nicholas Jonas por sorpresa era raro, e iba a disfrutarlo. Dejando gentiles besos sobre toda su boca, saboreé el momento. Nuestros otros besos fueron tan apasionados e implacables que sentí que estaba siendo consumida por ellos, pero me aferré a este. Disfruté del aroma a sal en su piel. Del modo en que la totalidad de su labio inferior se sentía sobre mi boca. Del sabor de su lengua contra la mía.

Presioné un último beso en el centro de su boca. —Gracias —dije. —Me encanta mi brazalete. —Está bien, un último, último beso. —Y te amo.

—Demonios, mujer —dijo él, silbando entre sus dientes. —Ten piedad. Si ese es el agradecimiento que recibo, voy a darte joyas todos los días.

Mientras inclinaba mi cabeza en su hombro, admiré el brazalete. Él tenía un dedo, y ahora una muñeca. Y tenía mi corazón. Nicholas Jonas estaba lentamente apoderándose de mí, una parte del cuerpo por vez.

—Y, por nada.

Nos sentamos en silencio unos minutos. Deslicé mis dedos hacia arriba y abajo por los suyos mientras él se contentaba con dibujar círculos en mi brazo. Era pacífico, y a pesar de estos momentos de tranquilidad fueron incrementándose durante nuestro tiempo juntos, la paz no era algo regular en nuestra relación. Esperaba que un día eso cambiara.

—Oye, necesito que te pongas algo —dijo él, sacando algo de su bolsillo.

Mis ojos se estrecharon cuando vi la cosa colgando de su dedo índice.

—¿Una venda? —dije. —¿Una negra venda de satén? ¿Qué estaba diciendo sobre tú siendo un pervertido cachondo?

Él sacudió la cabeza. —Esto no tiene nada que ver con chachondo… fetichismo... perversión —dijo él, sonando cada vez más incómodo con cada palabra.

Aguanté mi risa. —Demonios —bromeé. —Hay una manera de arruinar el día de una chica.

—Tan difícil —dijo en voz baja. —Sólo póntela. Tengo otra sorpresa para ti.

Tomando la venda, la deslicé sobre mis ojos. —¿La sorpresa tiene algo que ver con alguna cachonda, fetichista, pervertida diversión?

—No. —rió.

—Doble demonios.

Más risas. —___(tn), estás rompiendo mis pelotas a lo grande hoy.

—Eso es porque estoy en esa clase de cosas. ¿Lo sabías? La clase de cosas cachondas, fetichistas, pervertidas. —Si iba a estar con los ojos vendados así él podía llevarme a otra sorpresa, iba a dejar a mi lado sarcástico correr libremente.

*********************

No pasó mucho tiempo antes de que el camión se detuviera.

—Estamos aquí —dijo él, su voz toda masculina y emocionada de nuevo.

—¿Estamos dónde?

Tomando mis manos, me ayudó a salir de la cabina. Por suerte, me levantó del camión, porque no quería hacer un salto con los ojos vendados sin saber en qué demonios aterrizaría.

—Aquí —respondió, guiándome por los hombros. Nos estábamos moviendo por una superficie dura. ¿Concreto? ¿Asfalto? ¿Piedra, tal vez? Además del sonido de agua corriendo, fuentes probablemente, estaba tranquilo. Él no podría haberme llevado a una tienda; no estábamos en la playa… ¿dónde demonios estábamos?

De repente, él me tomó en sus brazos y corrió por lo que supuse eran escaleras, antes de que oyera una puerta abrirse. Volviéndose a los lados, Nicholas caminó dentro antes de bajarme. Mi corazón ya estaba en mi garganta antes de que él me quitara la venda.

Lo primero que vi fueron sus ojos. Quería seguir mirándolos, nunca dejar de hacerlo, porque ya sabía lo que iba a ver cuando lo hiciera. Tenía miedo de mirar hacia otro lado.

—No pude encontrar un lazo lo suficientemente grande para ponerle alrededor —dijo, dándome la vuelta. —Espero que no te importe.

Afortunadamente Nicholas había envuelto sus brazos a mi alrededor, así que cuando vacilé en mi lugar, me mantuvo en posición vertical. Estábamos parados en una habitación cavernosa, un espacio que podría albergar un hogar de tamaño decente, y estábamos justo en el vestíbulo. Una habitación por la que una persona caminaba para llegar a otras que eran del tamaño de la cabaña de mis padres. Había dos escaleras que subían al segundo piso. ¿Una para subir? ¿Una para bajar? No tenía idea, pero no era lo único extravagante de este lugar. El candelabro colgando en el centro de la habitación era del tamaño de un Volkswagen, los muebles estaban tan ornamentados que pasaban el punto de ofensivo, y los pisos de mármol eran tan brillantes que casi parecía una pista de patinaje.

—¿Qué es esto? —susurré, esperando que la respuesta a la que había llegado fuera incorrecta.

—La futura residencia del señor y la señora Jonas —respondió, metiendo su barbilla en mi hombro. Estaba sonriendo como un hombre loco, pero eso cambió cuando vio mi rostro.

—¿___(tn)? —dijo, la emoción se había ido de su voz. —¿Qué está mal?

Cerré mis ojos. No podía seguir mirando alrededor. Cada cosa nueva que miraba me llevaba más cerca de un ataque de pánico en toda regla. —¿Qué es esto, Nicholas?

—Nuestro hogar —dijo lentamente.

—No. Nuestro hogar está en Nueva York.

Su frente se arrugó. —No, ese lugar es un condenado apartamento que rentamos. Ese lugar es un... —dijo, sonando a la defensiva. —Estas parada en nuestro hogar. El lugar que será nuestro completamente en el plazo de un año.

—Me gusta nuestro apartamento —susurré, deshaciéndome de su abrazo. Las cosas estaban cambiando demasiado rápido. La NFL, la mudanza a la otra punta del país, el dinero, la casa… todo se estaba moviendo a una velocidad vertiginosa y ni siquiera podía comenzar a seguirle el ritmo. El último mes habíamos estado sacando el cambio metido entre los cojines del sofá para poder pagar la cuenta de la luz, y este mes estábamos de pie dentro del vestíbulo de una casa que era del tamaño de un pequeño campo.

—Tú odias ese lugar. —Su voz estaba volviéndose cada vez más fuerte, y estaba mirándome de esa forma otra vez. Como si no me reconociera.

Odiaba esa mirada.

—Es una relación amor-odio, es más…

—¿Qué demonios, ___(tn)? —interrumpió. —¿Qué nueva clase de locura has atrapado?

Ese temperamento mío fácilmente desencadenante, como el suyo, salió a la superficie. De todos modos, como Nicholas, había estado aprendiendo a controlar el mío. Entendí que en la mente de Nicholas, él escogió este lugar pensando que me encantaría. Sabía que en el centro de cada decisión de Nicholas, mi felicidad era su prioridad, y amaba eso de él. Sabía que su corazón estaba en el lugar correcto cuando había decidido convertirnos en los Joneses (Alguien que tiene mucho dinero), pero me enfadaba la manera en que lo había hecho. ¿Cómo pudo tomar esta enorme decisión por sí solo sin siquiera consultarme primero? Éramos un equipo. Deberíamos estar tomando las decisiones como uno.

Mordiendo mi lengua, inhalé lentamente antes de atreverme a responder. —Lo mismo te pregunto a ti: ¿Qué clase de locura atrapaste tú? —dije, nada antagónico en mi voz, porque no era así como había querido que sonara. Realmente me estaba preguntando qué nueva clase de locura había atrapado Nicholas para salir y conseguir un lugar como este.

Haciendo crujir su cuello de lado a lado, Nicholas se tomó su tiempo para responder. Ambos estábamos trabajando para mantener nuestros monos furiosos en sus jaulas. —Estoy rentando el lugar ahora mismo hasta que obtenga mi primer gran cheque, y luego el propietario acordó vendérmelo completamente amueblado. —Se detuvo y tomó otra profunda respiración. —Deberías ver la laguna y la cancha de tenis en la parte trasera. Este lugar tiene de todo.

—¿Laguna? ¿Cancha de tenis? —Mi estómago se sentía cada vez más enfermo. Me recordé una vez más que Nicholas hizo esto porque me amaba. No porque quisiera molestarme como el infierno. Me tragué lo quería decir. —Nicholas, tenemos veintiún años.

—Somos unos millonarios de veintiún años —dijo él con un encogimiento de hombros. —Y ahora que tengo los medios para darte cualquier cosa y todo, voy a hacerlo. Quiero hacerte feliz, ___(tn). Eso es todo lo que me importa —dijo, señalándome. —Tú. Feliz. Por. Siempre.

—¿Feliz? —repetí, cruzando mis brazos. —¿Crees que esto es lo que va a hacerme feliz? ¿Qué hiciste? ¿Fuiste a la biblioteca local y consultaste la Guía para Tontos sobre Cómo Hacer Feliz a una Esposa Trofeo y Cazafortunas?

Intenté morder mi lengua nuevamente. Hombre, lo intenté, pero aparentemente alcancé mi cuota de morder lenguas hoy.

—Porque si fuera una cazafortunas me imagino que esto me haría muy feliz —dije, moviendo mis brazos alrededor de la habitación. —Pero no lo soy. A pesar de que quieras que sea esta chica que quiere tu dinero, ¡no lo soy!

¿Qué estaba diciendo? ¿Por qué estaba tan enojada?

El rostro de Nicholas pasó de estar en shock, a triste, a enojado en dos segundos. —No, no eres esa chica, ___(tn). Parece que no puedo hacer nada para hacerte feliz estos días. Tal vez sólo no quieres ser feliz.

Esas palabras fueron como una bofetada en el rostro. Me recordé nuevamente que esta cada era la forma de Nicholas de demostrarme su amor, pero mi temperamento había despegado y no podía traerlo de regreso. —Aquí hay un consejo. Si quieres hacer feliz a alguien, tal vez deberías pensar en qué es lo que quieren, no en lo que tú quieres que quieran.

Envolviendo sus manos detrás de su cuello, Nicholas se apartó de mí. —Y aquí hay un consejo para ti. Tienes que estar dispuesta a dejar entrar la felicidad cuando se cruza en tu camino.

Sus palabras me hicieron estremecer.

—¿Cómo comprar una casa en California del Sur sin consultarme primero es equivalente a felicidad? Vivo en Nueva York, Nicholas. Nueva. York.

—Vivirás en Nueva York por otro año —dijo, mirando la pared más cercana como si quisiera golpear su cabeza contra ella. —Una vez que termines la escuela puedes irte y mudarte conmigo.

Esto no era una bofetada. Era un golpe. Un puñetazo en el estómago. —¿Puedo dejar Nueva York y mudarme aquí contigo? ¿A California? ¿A un lugar del tamaño de la mansión Playboy? —¿Cómo pudo haber tal falta de conexión entre nosotros? ¿De dónde sacó la idea de que podía organizar mi vida por mí sin consultarlo conmigo primero? —¿Quién dijo que quería juntar mis cosas y mudarme al otro lado del país para vivir contigo aquí, en la tierra de las tetas y sonrisas falsas?

Por la expresión de su rostro, podrías pensar que acababa de golpearlo en el estómago. —Cuando aceptaste casarte conmigo. Cuando me permitiste poner ese anillo en tu dedo. —Sus palabras eran lentas y controladas. Tanto es así, que daban miedo.

—¿Así que lo que oíste cuando acepté casarme contigo es que yo voluntariamente—no, gustosamente—renunciaría a mis sueños, planes futuros, etcétera, etcétera, así podrías vivir los tuyos? —Grité. —Porque parece que me perdí la letra pequeña.

Nicholas cerró sus ojos. —¿Qué quieres, ___(tn)? —Me encogí internamente. Él sólo me llamaba ___(tn) si estaba realmente enojado o herido. —Porque aparentemente no tengo una maldita idea. Así que dime. ¿Qué. Demonios. Quieres?

—Quiero terminar la escuela. Voy a la escuela para bailar, sé que puede sonar loco, pero realmente me gustaría bailar luego de graduarme. —Apenas podía mirarlo ahora mismo. No por lo que estaba diciendo, si no por lo que yo estaba diciéndole a él. No quería herirlo; de hecho, quería lo opuesto. Así que cuando lo lastimaba, me odiaba a mí misma.

Está bien, quieres bailar. —Extendió sus brazos a los costados. —Buenas noticias, ___(tn). Puedes bailar aquí en San Diego. Problema resuelto.

Resoplé. —Problema no resuelto. Si quisiera bailar en algún miserable teatro una interpretación del Lago de los Cisnes una vez al año, puedo bailar aquí. No trabajé mi trasero bailando los pasados quince años de mi vida para realizar bailes a medias frente a personas mayores que roncan y pagan diez dólares por boleto.

Su frente se arrugó. Bueno, se arrugó más profundamente. —¿Así que qué estás diciendo? ¿Quieres quedarte en Nueva York cuando termines la escuela?

¿Cómo es que no hablamos de esto antes? Tal vez porque estuvimos tan ocupados viviendo en el momento, o tropezando con nuestros pasados, que olvidamos mirar adelante. Nos perdimos la parte del futuro de nuestra relación

—Nueva York. París. Londres —dije, encogiéndome de hombros. —Esas son las ciudades a donde los bailarines que quieren bailar van.

Podía ver la batalla interna de Nicholas. La misma batalla del tipo QD (Que demonios) que yo estaba experimentando. ¿Por qué nos tomó tanto tiempo averiguar que lo que yo quería podría no estar alineado con lo que él quería? —Bueno, mierda, ___(tn). No fui seleccionado por los Jets. O los Giants. O alguna liga europea —dijo, agitando su cabeza. —Fui seleccionado por los Chargers. Voy a estar en San Diego por un tiempo.

Asentí. —Lo sé.

—¿Sabes qué?

—Sé que estás en San Diego. Sé que yo estoy en Nueva York.

Yo quería—necesitaba—un descanso de esta conversación. Unas horas para averiguar qué estaba pasando, qué se había dicho, y a dónde íbamos a ir desde aquí. Conocía mis prioridades, y Nicholas estaba un escalón por encima de la danza, pero, ¿acaso Nicholas me puso un escalón por debajo del fútbol en su mente?

No lo creía. Me demostró que yo estaba primero una y otra vez, pero esto—la casa, el camión, las expectativas, las suposiciones—todo esto comenzaba a preocuparme. Necesitaba ordenar alguna seria mierda, y no podía hacerlo con él mirándome de la manera en que lo estaba haciendo ahora. Y ciertamente no podía hacerlo dentro de esta mansión-con-esteroides.

—¿Dónde nos deja esto entonces, ___(tn)? —dijo él, si voz tranquila y su rostro cansado. Se veía como si necesitara tiempo para organizar las cosas, tanto como yo lo hacía.

¿Dónde nos dejaba eso? ¿San Diego? ¿Nueva York? ¿En algún lugar justo en el medio?

—En una encrucijada —dije, con un encogimiento de hombros.

—¿Una encrucijada? —repitió, acercándose a mí. —Después de todo lo que pasamos, ¿me estás diciendo que estamos en una encrucijada cuando tengo un anillo en tu dedo y todos nuestros sueños finalmente se están haciendo realidad?

Tomé una profunda respiración antes de responder. —No. Todos tus sueños se están haciendo realidad. Todavía estoy trabajando en los míos, así que sí, estamos en una encrucijada.

Las venas en su cuello estaban saliendo a la superficie. Estaba enojada, y yo sólo estaba empeorándolo. —No estamos en una encrucijada —siseó a través de sus dientes.

—Oh, sí, ¡como el infierno que lo estamos! —grité de vuelta.

Su rostro se puso un poco rojo. —No. Lo. Estamos.

—¡Sí. Lo. Estamos! —Dios, ¿realmente estábamos haciendo esto? Peleando, repitiendo las palabras del otro, ¿como una pareja de niños pequeños?

—¡Maldita sea, ___(tn) Larson! —gritó. —¡No, no lo estamos! Y eso es todo, así que deja de hablar sobre encrucijadas. De hecho, deja de hablar, ¡porque todo lo que sale de tu boca son locuras!

Sentí lágrimas pinchando la superficie y no iba a permitirles caer aquí. —Eres un verdadero idiota a veces, ¿sabías eso? —dije, antes de correr a través del gigantesco vestíbulo, dirigiéndome de vuelta a la casa. Necesitaba alejarme de Nicholas, tomar un poco de aire fresco, y conseguir que mi mente esté recta de nuevo. Estaba hecha un desastre y sólo iba a volverse peor si me quedaba en la misma habitación con él por otro minuto.

Oí a Nicholas maldecir a todo pulmón antes de que sus pisadas sonaras detrás de mí. —Espera, ___(tn) —dijo, pero yo no podía. No esta vez.

Corriendo por un pasillo, y rodeando una esquina llegué a otra gigantesca habitación. Apresurándome a través de ella, me dirigí hacia las puertas dobles, que asumí llevaban afuera.

Aire fresco. Un minuto para pensar.

Empujando a través de la puerta, me encontré, presumiblemente, en el patio trasero. Pero este era un patio trasero como ningún otro. Como la casa, era espacioso y elaborado. La “laguna” sobre la que taaaanto había oído, estaba frente a mí. Había una distintiva roca natural saliendo del centro de ella, con toboganes entrando a la piscina. Me recordó a la piscina del hotel en el que nos quedamos en las Bahamas cuando tenía diez. Mi hermano y yo no pudimos ser separados de esa cosa en toda la semana.

Detrás de la piscina había otra construcción, esta era más del tamaño de una casa regular. Supuse que era la casa de la piscina. Oí los pasos de Nicholas acercándose, pero no estaba lista para él. Le gustaba hablar de las cosas primero, pensarlas después. Yo era exactamente lo opuesto, y sabía, dado lo acalorado del tema, que si seguíamos desde donde lo habíamos dejado antes de que yo tuviera un par de horas para enfriarme, comenzaría otra pelea de gritos.

Podría no haber madurado lo suficiente para no gritar, pero era lo suficientemente sabia para tratar de evitarlo cuando pudiera.

Caminando a través del patio trasero, esperaba que cualquier parte que estuviera detrás de la próxima curva pudiera proporcionar refugio temporal o escondite. En el instante en que giré, supe que paz y tranquilidad no iban a estar en la agenda esta noche.

Esparcidos por la extensión del patio había unas docenas de cuerpos. Bebidas en mano, hablando el uno con el otro, no me notaron al principio.

Luego Nicholas apareció corriendo alrededor de la esquina, todavía gritando mi nombre.

Entonces me notaron.

—¿Qué…?

—¿Demon…? —Lo que empecé, Nicholas terminó.

Demonios!

Nunca un capitulo aburrido con estos dos huh!?

Bueno quien creen que son esas personas!?

Les digo que no les va a gustar!

Especialmente un par de brujas! ¬¬

Disfruten del capi!

Nos Estamos Leyendo! *.*

\^.^/

Lu wH!;*

X

:bye:

por **aranzhitha** Jue 18 Jul 2013, 3:05 pm

ah Nicholas es que eres un bruto!
a veces si la riegas de mas! Crush- NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA! - Página 9 2039594227

porque no hablaron desde un principio sobre sus planes a futuros?!
y quienes son esos tipos?
Nicholas te estas dejando cambiar por el dinero Crush- NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA! - Página 9 1926951358

Crush- NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA! - Página 9 1926951358

siguela!!

por **chelis** Jue 18 Jul 2013, 6:04 pm

guaaaauuuu!!!.... Esto se esta poniendo bueno!!!!.... Jejejejee.... Creo que no le favoresera a Nicholas !!!!!!!...... Aaaaaahhh sigue porfiiisss

por **Pamm Jonas** Vie 19 Jul 2013, 6:13 am

Esto se está poniendo bastante difícil .
Debo decirle que lo quiero por lo que es y no por lo que tenga. Una relación no se puede basar en lo material.
Segurito son sus amigos con unas amiguitas!! Ya ni la casa respetan y eso que apenas entró al equipo. Son unos abusivos!
Siguelaaaa :)

por **HeyItsLupitaNJ** Vie 19 Jul 2013, 11:51 am

aranzhitha escribió:ah Nicholas es que eres un bruto!
a veces si la riegas de mas!
porque no hablaron desde un principio sobre sus planes a futuros?!
y quienes son esos tipos?
Nicholas te estas dejando cambiar por el dinero
siguela!!

Oh a veces es más que un bruto!

& lo vas a odiar!

Pero bueno!

Sabemos que son una montaña rusa de sentimientos!

Ya verás quien son esos!

Oh lo se, lo que más temíamos parece que esta ocurriendo!

Ya La Sigo! ;)

Nos Estamos Leyendo! *.*

\^.^/

X

:bye:

por **HeyItsLupitaNJ** Vie 19 Jul 2013, 11:56 am

chelis escribió:guaaaauuuu!!!.... Esto se esta poniendo bueno!!!!.... Jejejejee.... Creo que no le favoresera a Nicholas !!!!!!!...... Aaaaaahhh sigue porfiiisss

Oh lo se!

& todo se pondrá mejor!

Ya La Sigo! ;)

Nos Estamos Leyendo! *.*

\^.^/

X

:bye:

por **HeyItsLupitaNJ** Vie 19 Jul 2013, 11:57 am

Pamm Jonas escribió:Esto se está poniendo bastante difícil .
Debo decirle que lo quiero por lo que es y no por lo que tenga. Una relación no se puede basar en lo material.
Segurito son sus amigos con unas amiguitas!! Ya ni la casa respetan y eso que apenas entró al equipo. Son unos abusivos!
Siguelaaaa :)

Lo se, en algunos momentos todo se va a poner

Colo de hormiga!

Pero bueno es el precio de la fama (?

xDD

Ya La Sigo! ;)

Nos Estamos Leyendo! *.*

\^.^/

X

:bye:

por **HeyItsLupitaNJ** Vie 19 Jul 2013, 12:02 pm

• CAPiTULO 8 (Parte 1) •

-Wow. Nosotros pensemos en hacer una fiesta sorpresa.- Un hombre que se parecía a lo que pudo ser un banco de un camión se acerco con un par de copas de champán en la mano.

Todavía estaba tratando de determinar si yo había aterrizado en Oz cuando el gigante, cuyos hombros y pavoneo le hacía parecer el linebacker, me dio un vaso. Lo tomé automáticamente, tratando de ignorar a todo el mundo que me miraba como si yo fuera un experimento que salió mal.

-Podríamos haber arruinado la parte de la sorpresa, pero sin duda no arruinaremos la parte de la fiesta.- El gigante le dio el otro vaso a Nicholas, y luego deslizó un frasco del bolsillo de su chaqueta. Desenrosco el tapón y lo levantó. -Por el nuevo dueño y dueña de este castillo de California. Que las fiestas sean salvajes y el sexo aun más salvaje. -Guiño hacia nosotros, gritó: -¡Salud!

Un coro de -¡Salud!- explotó, pero yo estaba más allá de las palabras. Incluso las de una sílaba. Yo no estaba segura de lo zona de penumbra en la que me encontraba, pero yo quería salir.

Ahora.

-Terrell-, dijo Nicholas, que venía detrás de mí. Podía sentir el calor de su cuerpo, estaba tan cerca, y yo quería tener esos brazos sosteniéndome en este momento tan mal. . . así que tomé un par de pasos de distancia. Yo estaba y no estaba preparada para sus brazos alrededor de mí. -¿Qué demonios es esto?- Nicholas no sonaba enojado, pero no estaba feliz.

-Un intento de fiesta sorpresa-, respondió Terrell. -El equipo quería bautizar tu nueva casa por consiguiente. ¿Y qué dices del bautizo con más de treinta compañeros de equipo alborotados, sus esposas calientes, novias, amantes, acompañantes, y todo lo demás en el medio?- movió las cejas con sugerencia.- y alcohol.

Detrás de mí, Nicholas suspiró. Parecía tan cansado como yo me sentía.

-Además, queríamos conocer a la famosa ___(tn),- continuó Terrell, sonriéndome. -Yo soy el tipo que mantiene a tu hombre de conseguir su culo saqueado, ___(tn)-, dijo, extendiendo su mano. Era tan grande, que cubrió toda la mina. -Nuestro QB aquí asume que esta es su fantasía, y no la mía, que lo mantendrá de descender, pero voy a dejarte saber un pequeño secreto.- Terrell se inclino -Está equivocado.

Una ronda de risas recorrió la multitud.

-Nicholas hace muchas suposiciones-, le dije, dándole una mirada mordaz.

Terrell se quedó entre yo y Nicholas antes de agarrar el vaso de la mano de Nicholas y dirigirse hacia una mesa con más botellas de alcohol en la que había gente que había asistido. -Se necesita algo más fuerte que eso, supongo.- Nicholas me miro, pero se quedó con Terrell. El Nicholas que yo conocía no hubiese dejado que nadie lo alejara de mí. Especialmente cuando estaba molesta e incómoda.

-¡Señoritas!- Grito Terrell. –Hagamos a ___(tn) una más del grupo.

Me quedé allí durante un rato más, sintiéndome como si fuera la última persona en ser elegida para patear la pelota, cuando una de las chicas dio un paso lejos del jugador con el que estaba y se acercó a mí. Ella no estaba vestida como las demás, que se adhirieron a la política de más corto-es-mejor cuando se trata de vestir. Ella lucía un vestido de abrigo aireado y unas sandalias de oro, y, a diferencia del resto de los rostros femeninos que me miraban como si yo fuera la goma en la parte inferior de un zapato, tenía una sonrisa en su rostro. Una sonrisa genuina.

-Así que tú eres la ___(tn) de la cual Nicholas no puede dejar de hablar-, dijo, y en vez de darme la mano, me dio un abrazo. Al igual que su sonrisa, su abrazo era real.

-Es un placer conocer a la chica de la que un chico no puede dejar de hablar. Me recuerda a la forma en que mi marido solía ser antes de que tuviéramos cuatro hijos y nos convirtiéramos en los románticos más perezosos. -Ella hizo un gesto hacia el grupo de chicos, en el que Nicholas estaba acompañado. Un hombre de la misma altura y peso que Nicholas inclinó su cerveza en nuestra dirección.

-Soy Sybill, y ese es mi marido, Deon, ese de allá.

-¡Hola, ___(tn)!- Deon inclinó su cerveza a nosotras otra vez. -Yo soy el que gana su sueldo. Estos otros pretenciosos solo les gusta cobrar.

Deon recibió una serie de empujones de los chicos a su alrededor.

-¡Bien dicho, bebe!- Dijo Sybill, antes de volver su atención a mí. -Así que. ¿Cómo lo estas llevando?

Como política, no suelo derramar mis asuntos con extraños, pero la sonrisa cálida de Sybill corta todas mis reglas y mis restricciones se derraman. -Es mucho para asimilar,- comencé.-Semanas atrás Nicholas era un estudiante de la universidad, y ahora que va a estar jugando en millones de televisores en un par de meses.

-Lo mas normal es que sea mucho para asimilar,- dijo ella. -Cuando Deon fue reclutado, éramos seniors en la universidad. Empaqué y me mudé al otro lado del país y, no es broma, descubrí que estaba embarazada una semana antes de su primer partido. -Ella se echó a reír, mirando a su marido de una manera que yo estaba familiarizada. Era la forma en que veía a Nicholas.-Estaba tan asustada de que me dejara que yo no se lo dije hasta que el juego había terminado. Nos casamos un mes más tarde y decidimos que uno era muy divertido, y que podría ser que tuviéramos tres más.

-Eso suena como un infierno de cosas para asimilar a la vez-, le dije, cogí una botella de agua de una mesa. -Pero mírense ustedes ahora.- Hice señas entre ellos, porque las palabras son inútiles a la hora de describir su relación evidente.

-Una pareja que tiene que programar echar un polvo para asegurarnos de que seguimos teniendo tiempo para ello.- Ella hizo un guiño hacia mí. -Pero es una buena vida. Y tengo un buen hombre que me dio cuatro hijos a los cuales amo tanto que me hacen sentir un poco loca a veces.

Vale. Yo me apropiaría de Sybill en esos eventos y no la dejaría ir. Nunca. Podríamos llevar nuestros jeans y camisetas mientras que el resto de las chicas de alrededor llevan volantes de satén y lentejuelas.

-Hablando de mis cuatro chiquillos. . . -Hurgando en su bolso, Sybill sacó un teléfono y contestó. -¿Qué pasa, Jess?

Frunciendo el ceño, ella hizo un gesto a su marido. -Está bien, dale a Riley un poco de Sprite y una galleta salada. Estaremos en casa en media hora.

-¿El chiquillo está enfermo?- Supuse.

-Vómitos de spaghetti y albóndigas de chiquillo-, dijo. -¡Hey, Deon! Riley está enfermo. ¿Quieres agarrar el coche y nos encontraremos en el frente?

Deon le hizo un gesto y corrió dentro.

-Siento que tu pequeño hombre este enfermo-, le dije. -Espero que se sienta mejor pronto.

-Conociendo a Riley, estará en pie y jugando Wii en el momento en que lleguemos a casa.- Saludó a algunos de los invitados antes de acariciar mi antebrazo. -No dejes que las otras chicas te intimiden, ___(tn)-, dijo en voz baja. -No tienen mucho de aquí-, ella golpeó su cabeza -o aquí - su mano se movió a su corazón, -pero son fáciles de controlar. Son tan poco profundas, todo lo que tienes que hacer es decirles que te gusta su nuevo bolso o vestido, o cirugía de senos, y serás una de la pandilla. Muéstrales que saber codearte y tu eras dentro.

Miré de nuevo a donde el resto de la fiesta estaba, luego a Sybill, que se dirigía a la casa. -No creo que quiera eso.

Ella me lanzó una sonrisa. -Sí, yo tampoco. Obviamente, yo nunca he sido ni seré una de esas chicas-, dijo con un encogimiento de hombros. -Me gustas, ___(tn) Larson. Vamos a ser amigas.

Lo dijo como si estuviéramos en el jardín de infancias, pero fue tan honesto. Una cosa buena había pasado ese día, yo tenía un nuevo amigo. -Yo también te quiero. Amiga.

Ella hizo un gesto antes de mirar de nuevo a Nicholas. -¡Preciosa casa, QB! Lo siento por comer e irme, pero recibí una llamada.

Nicholas miró entre Sybill y yo, no haciendo un trabajo tan bueno como yo de fingir que hace unos minutos habíamos tenido una discusión a gritos. -Gracias, Sybill,- contestó. -Me alegro de que finalmente conocieras a ___(tn).

Cuando Sybill se fue, y Nicholas empezó a hacer su camino hacia mí, ese grupo de chicas a mi derecha era una distracción bienvenida. Hice caso omiso del hecho de que sus vestidos eran tan brillantes que juntos crearon una bola de discoteca. También hice caso de que iba a ser la chica con las tetas mas pequeñas del pelotón. Más pequeñas como un deslizamiento de tierra.

Todo lo que sabía era que no estaba dispuesta a hablar con Nicholas por el momento, no estaba dispuesta a dejar atrás las cosas desagradables que nos habíamos dicho el uno al otro, y ciertamente no quería una repetición de esa explosión. Me gustaría superarlo. Siempre lo hacía, pero no aún.

Cuando Nicholas se acercó, me acerco a las chicas. Debería de haberme recordado a mí misma que "hacerme destacar" no era exactamente una manera casual de entrar en un grupo. Todas, las cabezas rubio platino se giraron hacia mí. ¿Cuántas veces tengo que estar en el lugar de mis veinte y un años? ¿En serio?

Sin embargo, mi movimiento no tan sigiloso había funcionado. Nicholas no se acerco más. Hombre inteligente.

Fuera de la sartén, en el fuego.

Di algo, ___(tn), me ordene a mí misma como todo el mundo esperaba, mirándome como si yo no perteneciera. Entonces me acordé de las sabias palabras de Sybill. Me aferré a la primera cosa que me llamó la atención.

-Me encanta tu anillo,- dije, asintiendo con la cabeza a la chica junto a mí, con la mano enroscada alrededor de una copa de champan.

Hubo otro momento de silencio antes de que un coro de "awww" saliera del grupo.

-Eso es muy amable de tu parte decir-, dijo la chica del anillo, poniendo su otra mano en el pecho. Wow. Yo había visto tetas grandes, pero esas cosas. Podrían haber tenido su propio código postal. -Chad me lo compró para nuestro aniversario.

Más "aww". El sonido era como uñas en una pizarra. Yo no hice "awww".

-¿Cuántos años llevan casados?-, Le pregunté, sintiendo que tenía que mantener la pequeña charla.

-No es nuestro aniversario de boda, tonta,- dijo ella, riendo como si fuera demasiado lindo. -No estamos casados, apenas saliendo.

-Oh-, dije. -¿Cuántos años hace que están juntos?

-Dos meses actuales-, dijo con orgullo.

-¿Tú has estado saliendo con él durante dos meses, y el te ha dado eso?- Quienquiera que fuera Chad, él era un idiota demente. O quien fuera la chica del anillo, ella era bastante talentosa en lo que hacía.

-No, ella consiguió eso porque ella se la ha estado chupando durante dos meses-, la chica a mi izquierda, dijo en voz baja antes de soltar risitas. -Ella es obviamente muy buena con la boca.

Todas las chicas se unieron con ella riéndose, incluso la chica que daba las mejores BJS en el bloque, al parecer.

-Wow-, le dije. -Bien por ti.- No tenía otra respuesta. Sybill tenía razón: no había nada allí arriba.

-¿Qué hay de ti?- Una chica de cabello oscuro frente a mí intervino. -Vamos a ver el anillo.

Extendiendo la mano, no pude evitar la sonrisa que se formó. Siempre cuando miraba a mi anillo de compromiso. Tenía una manera especial de recordarme a Nicholas y a mi pasado, así como la promesa de nuestro futuro. Había algo muy poderoso en el anillo.

-¿Qué tan grande es eso?- Preguntó.

Mientras seguía admirándolo, le dije: -Una tercera parte de un quilate.

Unas risitas agudas, seguidas por un silencio. Cuando levanté la vista, me encontré con la chica de pelo oscuro luchando por una sonrisa. –Oh-, dijo, mostrando su anillo que era diez, o veinte veces más grande que el mío. -No sabía que hacían pequeños diamantes.

Otra ronda de risitas. Y ahora yo estaba molesta de nuevo. Por lo menos no estaba Nicholas. Había trabajado duro para ahorrar el dinero suficiente para comprar mi anillo de compromiso, ¿y estas perras santurronas que probablemente nunca habían trabajado un día en su vida se iban a reír de su duro trabajo?

Sí, no en mi cara.

-Ellos vienen en todas formas y tamaños-, le dije, encontrando su mirada con mi mirada. -Algo así como cerebros.- Arqueando una ceja, Giré sobre mis talones y me fui. No podía escapar lo suficientemente rápido.

Parecía que iba a tener una amiga en este grupo este año. Una amiga de verdad valía más que cincuenta falsas amigas que se reían de mí anillo de compromiso. Perras.

Odienlas!

Bueno no a todas Sybill!

Ella es genial!

Disfruten del capi!

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Lu wH!;*

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