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Out With A Fang - [Liam&Tu]
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Out With A Fang - [Liam&Tu]
Okeys Chicuelas, creo que lamento informar que después de este maratón nos encontramos a solo dos capítulos del final :(( así que... el fin de semana les subiré el penúltimo capitulo y veremos :c Comenten mucho<3
Feer :)x.
Re: Out With A Fang - [Liam&Tu]
Ohhh my gosshh!!
ame los capisss
pero me da rabia con Liam que no quiere reconocer que todavia ama a la rayis
y la rayis es muy tonta por no expresar sus sentimientos
siguelaaa aunque no quiero que se acabe
ame los capisss
pero me da rabia con Liam que no quiere reconocer que todavia ama a la rayis
y la rayis es muy tonta por no expresar sus sentimientos
siguelaaa aunque no quiero que se acabe
NaTnAt
Re: Out With A Fang - [Liam&Tu]
[b style="font-weight: bold; text-align: center;"] Capitulo 7 (Parte 2) [/b]
Liam cayó al pavimento, su chaqueta volando detrás de él mientras rodaba al suelo. Seguí corriendo hacia él, mis piernas rápidas a pesar de que mis pasos eran cortos. Podía alcanzarlo a tiempo. Podía.
Escuché el ruido de la ballesta al liberarse, y algo me impactó en la espalda, golpeándome hacia delante sobre mi estómago. Jadeé, quedándome sin respiración por un momento.
—¡No! —gritó Liam, el sonido ronco y áspero con indignación. Corrió hacia el hombre en los arbustos, y escuché su puño golpear en la boca del hombre. Los escuché pelear, sin embargo no podía concentrarme y ver lo que estaba pasando. ¿Estaba Liam cazando al sujeto? Escuché un grito desgarrador de un jaguar cercano, y el viento olía como a mi hermana…
Y sangre.
Al parecer no podía despegarme del suelo. Empujé, pero mis manos no estaban respondiendo correctamente. Algo clavado en mi espalda, y se sentía como un atizador caliente. Caliente, húmedo líquido corría hacia abajo por mi columna, y me di cuenta que yo había sido disparada por la ballesta.
—Bueno, mierda.
—¿________? —Liam estaba a mi lado. Intenté levantarme de nuevo, pero yo era como un insecto clavado en un tablero. Ridículo que yo fuera tan fuerte y fuera derribada por algo tan pequeño. Las manos de Liam tenían magullones en los nudillos cuando se acercó a mí, y fueron suaves mientras me ayudaba a sentarme. Me acunó en su regazo.
—No, ________, no. Cariño, ¿por qué viniste detrás de mí? —Noté sangre manchando su camisa, mi sangre. Sus ojos brillaban con furia sin embargo apartó el cabello de mi rostro con ternura—. Te dejé para que estuvieras a salvo.
—Estabas en peligro —dije con suavidad.
—¿Viniste tras de mí porque estaba en peligro?
Se estaba volviendo difícil respirar, mi pecho pesado. Quería toser pero no tenía fuerza en mí para hacerlo.
—Quería decirte —dije con debilidad—. No quiero que seas mi amigo.
En la distancia, escuché el gruñido y el crujido de los dientes de Jayde al hundirse en el vampiro, asegurándose que no nos molestara jamás otra vez.
Liam acarició mi cara, sus dedos temblando.
—Te amo —dije suavemente. Estaba tan cansada, y parecía importante decirlo ahora, mientras podía—. Siempre te amé. No te engañé… en ese entonces.
—Lo sé —dijo con brusquedad, luego me besó—. Siempre lo he sabido. Todo lo de la cita a ciegas fue una trampa. Sólo quería verte de nuevo. Todo lo que hice, la venda, el estúpido cambio de mi voz, todo eso fue para conseguir que te quedaras unos minutos más.
—¿Cómo…? —pregunté, pero las cosas se estaban volviendo oscuras, y estaba repentinamente irritada por los fallos de mi cuerpo. Quería escuchar su historia. ¿Cómo lo había sabido siempre?
—_________, te amo. Nunca dejé de amarte.
Sonreí débilmente hacia él, a su rostro haciéndose cada vez más difuso-
—Tu momento de la oportunidad es una mierda.
Me acunó más cerca y presionó un beso en mi boca.
—No quiero perderte. Por favor, ________, no dejes que te pierda. —Sus ojos ardían negros por la emoción—. ¿Te quieres quedar conmigo? ¿Confías en mí? Porque no estoy listo para dejarte ir.
—Tampoco yo —dije suavemente, pero supe que no importaba. Pronto no importaría.
—Entonces no te enojes conmigo por hacer esto —dijo, y hundió sus colmillos en mi garganta.
Me puse rígida por el destello de dolor; no me había lamido para aliviar la mordida. Pero sólo un poco de dolor. La quemazón rojo ardiente entre mis costillas se había encendido abarcándolo todo, y estaba lejos de sentirse mejor. El mundo se estaba haciendo cada vez más oscuro y borroso.
Sentí los colmillos de Liam deslizarse fuera de mi cuello, lo sentí presionar un beso rápido allí.
—Hazlo. —Escuché sisear débilmente a mi hermana—. ¡Maldición, sólo hazlo!
—¿Y si ella nunca me perdona? —dijo Liam, su tono angustiado.
Eso es ridículo , pensé débilmente, el mundo volviéndose negro. Siempre perdonaría a Liam lo que fuera.
Después una muñeca fue empujada entre mis dientes, sangrando y goteando. El rostro de Liam se cernía sobre mí.
—¡Bebe, ________! Bebe.
*****
Cuando desperté, me sentía… diferente. No físicamente diferente sino en mi conciencia. Como si una puerta hubiera sido abierta. Como si algo de repente se hubiera encendido como un interruptor. Como si fuera seguro salir y jugar. Por qué me sentía así, no tenía idea.
El mundo estaba mortalmente tranquilo a mi alrededor. Demasiado callado. Mis ojos se abrieron, y miré alrededor. Una mano me acariciaba la mejilla.
—Estás despierta.
La voz de Liam. Automáticamente me volví hacia él. Me estaba sonriendo, su expresión increíblemente tierna mientras sus dedos acariciaban mi mejilla.
—¿Por qué está todo tan callado? —murmuré, mis palabras sonando como yunques en la calma.
—No te preocupes por eso. Todo está bien. ¿Cómo te sientes?
—Diferente —dije lentamente—. No malo, sólo diferente. ¿Algo… algo pasó?
—¿No recuerdas?
Recordaba fragmentos y pedazos, pero había una niebla mental que no podía sacudir.
—Recuerdo a Jayde… y a ti yéndote… —Pensé con fuerza por un momento y luego jadeé cuando la ráfaga de recuerdos brotó de una represa—. ¡El cazador de recompensas! Él… me disparó, ¿no? —Mi mano se levantó y deslizó sobre mi pecho, sintiendo un agujero de la flecha. Ya no sentía el atizador caliente y punzante de dolor. ¿Alguien había sacado la flecha?—. y luego todo se volvió oscuro, y tú… —Recordaba vagamente a Liam empujando su muñeca entre mis labios y el sabor de la sangre inundando mi boca.
Mis dientes hormiguearon, y algo salió de mi boca, la punta de ese algo clavándose en mi labio inferior.
—¡Ow! —Puse una mano en mi labio, sorprendida. Mis dos incisivos se habían distendido ante el pensamiento de sangre. Sentí el largo de un diente y me di cuenta que era largo y levemente curvado. Como un colmillo. Como los de Liam.
Lo miré. Había olido picante y único como vampiro antes, pero ahora su aroma era… intoxicante. Delicioso. Hizo a mi boca babear sólo por acercarse a él. Él había cambiado. Y yo tenía colmillos.
Lo miré sorprendida.
—¿Tú fuiste quien me convirtió?
Liam me miró, sus ojos intensos.
—Si quieres retraer los colmillos, concéntrate mentalmente en meterlos hacia adentro. Es como aprender a usar un nuevo músculo. Lo resolverás con el tiempo, al igual que resolviste cómo hablar alrededor de ellos.
—Pero…
—Colmillos primero —dijo suavemente—. Luego hablaremos.
Miles de preguntar quemaron mi mente, pero no iba a ser capaz de mantener una conversación sin sonar como Elmer Fudd. Así que cerré los ojos y me concentré en pensar en dientes normales, y mis colmillos se retrajeron. Los sentí deslizarse bajo mis encías. Bien, eso fue raro. Mis ojos se abrieron, y le di a Liam una mirada significativa.
—¿Respuestas ahora?
—Estabas muriendo —dijo, su voz baja con angustia. Su mano acarició mi pelo, luego enredó sus dedos en él, sosteniéndome sujeta contra él—. Tomaste una flecha en mi lugar, una flecha que me habría estacado en el corazón. En cambio, cuando él te escuchó llegar, te disparó.
—No podía dejarlo matarte —dije, pasando mi mano sobre su pecho, buscando heridas. Raro, pero su piel se sentía caliente ahora por mí. ¿La temperatura de mi cuerpo era mucho más baja? Sólo pasar mis dedos sobre él se sentía delicioso, como si su maravilloso olor se estuviera rozando sobre mi piel.
Liam gruñó ante mis dedos exploradores, y su mano capturó la mía, manteniéndola presionada contra su pecho.
—________, tú… te pregunté si podía salvarte. Seguramente sabes…
En realidad, no se me había ocurrido.
—No estaba pensando claramente. Algunas estrellas se dispararon en mi pecho, ¿recuerdas? —Lucía… delicioso. Tanto sexualmente como físicamente. El hambre tenía un borde completamente diferente cuando uno era un vampiro—. Realmente no sabía con lo que estaba de acuerdo.
—Lo siento, ________. No podía dejarte morir, así que lo ofrecí. —Cerró sus ojos y agachó la cabeza, como si le doliera el pensamiento de convertirme en contra de mi voluntad—. Tengo una pequeña fortuna que me dejó mi benefactor vampiro. La cortesía vampírica expone que debo pasarte el favor y darte la mitad.
Alcé la mirada hacia él, a su bella, firme boca. Me pregunté si sabría diferente cuando me besara ahora. Mis colmillos empujaron de nuevo, y deseé deslizarlos de vuelta al interior. Sólo había escuchado la mitad de lo que él dijo.
—¿La mitad? ¿Mitad de qué?
—Mi fortuna. Diez millones.
Eso registró mi mente.
—¿Tu fortuna es de veinte millones de dólares?
—En realidad, mi fortuna es de veinte millones. La mitad es tuya. Es lo menos que puedo hacer por convertirte en contra de tu voluntad. —Su mirada buscó mi rostro, desesperado—. No lamento que estés viva, sin embargo.
No, tampoco yo, en realidad. Pensé un momento.
—¿Esa extraña sensación de alivio cuando me desperté?
—El sol está bajo —murmuró él—. Lo sentirás cada día. Es el instinto diciéndote que te mantengas alejada hasta que se vaya.
Instintos inteligentes. Lamí mis labios y lo miré, notando lo decadente que estaba su piel pálida. Toda esta cosa de vampiro era… erótica. Froté mi pulgar contra su pecho desnudo, ahora notando que mis piernas estaban entrelazadas con las suyas. Ambos estábamos abrazados bajo las sábanas en una cama grande. Yo estaba en mi sostén y bragas prestadas, y Liam no usaba nada. Era tan injusto. Clavé mis dedos en su pecho, arañándole la piel e inhalando bruscamente el delicioso aroma de él.
—Yo… creo que tengo hambre.
Como si fuera una señal, mis dientes volvieron a deslizarse, aunque esta vez, no apuñalaron mi labio. Mientras miraba a Liam, noté sus dientes deslizarse hacia afuera, también descendiendo, y su erección creció con fuerza contra mi pierna.
—Entonces debes beber de mi —dijo Liam suavemente. Se recostó en la cama junto a mí y desnudó su garganta—. Pero ve lento, y no tomes mucho tu primera vez.
Mi boca se hizo agua ante la vista de su pálido cuello. Dios, olía bien.
—¿Me ayudarás? ¿A atravesarlo?
Su mano se movió hacia mi hombro, y asintió, acercándome. No necesitaba mucho más estímulo. Me incliné sobre él, mi cabello derramándose sobre mi hombro. Lo apartó hacia un lado, y me estremecí ante el roce de sus dedos en mi sensible piel.
—Encuentra la carótida —dijo, su voz baja, fuerte, y retumbante a través de mí—. No hay pulso en un vampiro, pero puedes oler la concentración de sangre allí.
Me incliné y olí su cuello y casi me desmayé por el embriagador aroma de él.
—Pero todo tú huele demasiado bien —dije, incapaz de resistir rozar mis pechos contra su pecho.
Gruñó.
—Entonces escoge un lugar. Recuerda lamer la piel primero.
Mi lengua se lanzó entre mis dientes, y acaricié el costado de su cuello, golpeando su piel con mi lengua. Mis bragas empezaron instantáneamente a mojarse. Dios Santo, esto era un incendio sexual.
—Lame… de nuevo —dijo Liam, su voz sonando tensa.
—¿No lo conseguí lo suficiente? —murmuré entre dientes.
—Sólo lame de nuevo —gruñó, y su mano fue a la parte posterior de mi cabeza, presionándome contra su cuello—. Se siente increíble.
Un intenso relámpago de placer se disparó a través de mí, y lo lamí lentamente, disfrutando su gemido. Era caliente.
—Ahora —dijo, respirando con fuerza—. Muerde. Suavemente. Cuando tus dientes estén dentro, sabrás que hacer.
Lamí su garganta otra vez y entonces suavemente presioné las puntas de mis colmillos contra su piel. Atravesaron, afilados, y sentí mi boca llenarse de sangre, espesa, rica y decadente. Escuché el gemido de placer de Liam mientras tragaba mi primer probada de sangre… y trataba de beber más. Era mejor que nada que haya probado alguna vez, la dulce e intoxicante esencia de Liam hecha pura y destilada ambrosía. Succioné con fuerza, mi lengua lamiendo contra su piel mientras bebía, sin querer perder una gota.
—No mucho —advirtió, incluso mientras su boca acariciaba mi cuello. Lo sentí empujar mi cabello a un lado y lamer mi garganta—. Dios, ________, quiero beber de ti, también. ¿Puedo…?
Empujé su cabeza contra mi cuello como respuesta, todavía bebiendo.
Sentí su lengua lamer rápidamente mi garganta una vez, luego sus colmillos hundirse, y un intenso placer me atravesó. Mi cuerpo se tensó en un orgasmo mientras continuaba bebiendo, los dos con los cuellos entrelazados, los dientes hundidos en el otro.
Escuché el ruido de la ballesta al liberarse, y algo me impactó en la espalda, golpeándome hacia delante sobre mi estómago. Jadeé, quedándome sin respiración por un momento.
—¡No! —gritó Liam, el sonido ronco y áspero con indignación. Corrió hacia el hombre en los arbustos, y escuché su puño golpear en la boca del hombre. Los escuché pelear, sin embargo no podía concentrarme y ver lo que estaba pasando. ¿Estaba Liam cazando al sujeto? Escuché un grito desgarrador de un jaguar cercano, y el viento olía como a mi hermana…
Y sangre.
Al parecer no podía despegarme del suelo. Empujé, pero mis manos no estaban respondiendo correctamente. Algo clavado en mi espalda, y se sentía como un atizador caliente. Caliente, húmedo líquido corría hacia abajo por mi columna, y me di cuenta que yo había sido disparada por la ballesta.
—Bueno, mierda.
—¿________? —Liam estaba a mi lado. Intenté levantarme de nuevo, pero yo era como un insecto clavado en un tablero. Ridículo que yo fuera tan fuerte y fuera derribada por algo tan pequeño. Las manos de Liam tenían magullones en los nudillos cuando se acercó a mí, y fueron suaves mientras me ayudaba a sentarme. Me acunó en su regazo.
—No, ________, no. Cariño, ¿por qué viniste detrás de mí? —Noté sangre manchando su camisa, mi sangre. Sus ojos brillaban con furia sin embargo apartó el cabello de mi rostro con ternura—. Te dejé para que estuvieras a salvo.
—Estabas en peligro —dije con suavidad.
—¿Viniste tras de mí porque estaba en peligro?
Se estaba volviendo difícil respirar, mi pecho pesado. Quería toser pero no tenía fuerza en mí para hacerlo.
—Quería decirte —dije con debilidad—. No quiero que seas mi amigo.
En la distancia, escuché el gruñido y el crujido de los dientes de Jayde al hundirse en el vampiro, asegurándose que no nos molestara jamás otra vez.
Liam acarició mi cara, sus dedos temblando.
—Te amo —dije suavemente. Estaba tan cansada, y parecía importante decirlo ahora, mientras podía—. Siempre te amé. No te engañé… en ese entonces.
—Lo sé —dijo con brusquedad, luego me besó—. Siempre lo he sabido. Todo lo de la cita a ciegas fue una trampa. Sólo quería verte de nuevo. Todo lo que hice, la venda, el estúpido cambio de mi voz, todo eso fue para conseguir que te quedaras unos minutos más.
—¿Cómo…? —pregunté, pero las cosas se estaban volviendo oscuras, y estaba repentinamente irritada por los fallos de mi cuerpo. Quería escuchar su historia. ¿Cómo lo había sabido siempre?
—_________, te amo. Nunca dejé de amarte.
Sonreí débilmente hacia él, a su rostro haciéndose cada vez más difuso-
—Tu momento de la oportunidad es una mierda.
Me acunó más cerca y presionó un beso en mi boca.
—No quiero perderte. Por favor, ________, no dejes que te pierda. —Sus ojos ardían negros por la emoción—. ¿Te quieres quedar conmigo? ¿Confías en mí? Porque no estoy listo para dejarte ir.
—Tampoco yo —dije suavemente, pero supe que no importaba. Pronto no importaría.
—Entonces no te enojes conmigo por hacer esto —dijo, y hundió sus colmillos en mi garganta.
Me puse rígida por el destello de dolor; no me había lamido para aliviar la mordida. Pero sólo un poco de dolor. La quemazón rojo ardiente entre mis costillas se había encendido abarcándolo todo, y estaba lejos de sentirse mejor. El mundo se estaba haciendo cada vez más oscuro y borroso.
Sentí los colmillos de Liam deslizarse fuera de mi cuello, lo sentí presionar un beso rápido allí.
—Hazlo. —Escuché sisear débilmente a mi hermana—. ¡Maldición, sólo hazlo!
—¿Y si ella nunca me perdona? —dijo Liam, su tono angustiado.
Eso es ridículo , pensé débilmente, el mundo volviéndose negro. Siempre perdonaría a Liam lo que fuera.
Después una muñeca fue empujada entre mis dientes, sangrando y goteando. El rostro de Liam se cernía sobre mí.
—¡Bebe, ________! Bebe.
*****
Cuando desperté, me sentía… diferente. No físicamente diferente sino en mi conciencia. Como si una puerta hubiera sido abierta. Como si algo de repente se hubiera encendido como un interruptor. Como si fuera seguro salir y jugar. Por qué me sentía así, no tenía idea.
El mundo estaba mortalmente tranquilo a mi alrededor. Demasiado callado. Mis ojos se abrieron, y miré alrededor. Una mano me acariciaba la mejilla.
—Estás despierta.
La voz de Liam. Automáticamente me volví hacia él. Me estaba sonriendo, su expresión increíblemente tierna mientras sus dedos acariciaban mi mejilla.
—¿Por qué está todo tan callado? —murmuré, mis palabras sonando como yunques en la calma.
—No te preocupes por eso. Todo está bien. ¿Cómo te sientes?
—Diferente —dije lentamente—. No malo, sólo diferente. ¿Algo… algo pasó?
—¿No recuerdas?
Recordaba fragmentos y pedazos, pero había una niebla mental que no podía sacudir.
—Recuerdo a Jayde… y a ti yéndote… —Pensé con fuerza por un momento y luego jadeé cuando la ráfaga de recuerdos brotó de una represa—. ¡El cazador de recompensas! Él… me disparó, ¿no? —Mi mano se levantó y deslizó sobre mi pecho, sintiendo un agujero de la flecha. Ya no sentía el atizador caliente y punzante de dolor. ¿Alguien había sacado la flecha?—. y luego todo se volvió oscuro, y tú… —Recordaba vagamente a Liam empujando su muñeca entre mis labios y el sabor de la sangre inundando mi boca.
Mis dientes hormiguearon, y algo salió de mi boca, la punta de ese algo clavándose en mi labio inferior.
—¡Ow! —Puse una mano en mi labio, sorprendida. Mis dos incisivos se habían distendido ante el pensamiento de sangre. Sentí el largo de un diente y me di cuenta que era largo y levemente curvado. Como un colmillo. Como los de Liam.
Lo miré. Había olido picante y único como vampiro antes, pero ahora su aroma era… intoxicante. Delicioso. Hizo a mi boca babear sólo por acercarse a él. Él había cambiado. Y yo tenía colmillos.
Lo miré sorprendida.
—¿Tú fuiste quien me convirtió?
Liam me miró, sus ojos intensos.
—Si quieres retraer los colmillos, concéntrate mentalmente en meterlos hacia adentro. Es como aprender a usar un nuevo músculo. Lo resolverás con el tiempo, al igual que resolviste cómo hablar alrededor de ellos.
—Pero…
—Colmillos primero —dijo suavemente—. Luego hablaremos.
Miles de preguntar quemaron mi mente, pero no iba a ser capaz de mantener una conversación sin sonar como Elmer Fudd. Así que cerré los ojos y me concentré en pensar en dientes normales, y mis colmillos se retrajeron. Los sentí deslizarse bajo mis encías. Bien, eso fue raro. Mis ojos se abrieron, y le di a Liam una mirada significativa.
—¿Respuestas ahora?
—Estabas muriendo —dijo, su voz baja con angustia. Su mano acarició mi pelo, luego enredó sus dedos en él, sosteniéndome sujeta contra él—. Tomaste una flecha en mi lugar, una flecha que me habría estacado en el corazón. En cambio, cuando él te escuchó llegar, te disparó.
—No podía dejarlo matarte —dije, pasando mi mano sobre su pecho, buscando heridas. Raro, pero su piel se sentía caliente ahora por mí. ¿La temperatura de mi cuerpo era mucho más baja? Sólo pasar mis dedos sobre él se sentía delicioso, como si su maravilloso olor se estuviera rozando sobre mi piel.
Liam gruñó ante mis dedos exploradores, y su mano capturó la mía, manteniéndola presionada contra su pecho.
—________, tú… te pregunté si podía salvarte. Seguramente sabes…
En realidad, no se me había ocurrido.
—No estaba pensando claramente. Algunas estrellas se dispararon en mi pecho, ¿recuerdas? —Lucía… delicioso. Tanto sexualmente como físicamente. El hambre tenía un borde completamente diferente cuando uno era un vampiro—. Realmente no sabía con lo que estaba de acuerdo.
—Lo siento, ________. No podía dejarte morir, así que lo ofrecí. —Cerró sus ojos y agachó la cabeza, como si le doliera el pensamiento de convertirme en contra de mi voluntad—. Tengo una pequeña fortuna que me dejó mi benefactor vampiro. La cortesía vampírica expone que debo pasarte el favor y darte la mitad.
Alcé la mirada hacia él, a su bella, firme boca. Me pregunté si sabría diferente cuando me besara ahora. Mis colmillos empujaron de nuevo, y deseé deslizarlos de vuelta al interior. Sólo había escuchado la mitad de lo que él dijo.
—¿La mitad? ¿Mitad de qué?
—Mi fortuna. Diez millones.
Eso registró mi mente.
—¿Tu fortuna es de veinte millones de dólares?
—En realidad, mi fortuna es de veinte millones. La mitad es tuya. Es lo menos que puedo hacer por convertirte en contra de tu voluntad. —Su mirada buscó mi rostro, desesperado—. No lamento que estés viva, sin embargo.
No, tampoco yo, en realidad. Pensé un momento.
—¿Esa extraña sensación de alivio cuando me desperté?
—El sol está bajo —murmuró él—. Lo sentirás cada día. Es el instinto diciéndote que te mantengas alejada hasta que se vaya.
Instintos inteligentes. Lamí mis labios y lo miré, notando lo decadente que estaba su piel pálida. Toda esta cosa de vampiro era… erótica. Froté mi pulgar contra su pecho desnudo, ahora notando que mis piernas estaban entrelazadas con las suyas. Ambos estábamos abrazados bajo las sábanas en una cama grande. Yo estaba en mi sostén y bragas prestadas, y Liam no usaba nada. Era tan injusto. Clavé mis dedos en su pecho, arañándole la piel e inhalando bruscamente el delicioso aroma de él.
—Yo… creo que tengo hambre.
Como si fuera una señal, mis dientes volvieron a deslizarse, aunque esta vez, no apuñalaron mi labio. Mientras miraba a Liam, noté sus dientes deslizarse hacia afuera, también descendiendo, y su erección creció con fuerza contra mi pierna.
—Entonces debes beber de mi —dijo Liam suavemente. Se recostó en la cama junto a mí y desnudó su garganta—. Pero ve lento, y no tomes mucho tu primera vez.
Mi boca se hizo agua ante la vista de su pálido cuello. Dios, olía bien.
—¿Me ayudarás? ¿A atravesarlo?
Su mano se movió hacia mi hombro, y asintió, acercándome. No necesitaba mucho más estímulo. Me incliné sobre él, mi cabello derramándose sobre mi hombro. Lo apartó hacia un lado, y me estremecí ante el roce de sus dedos en mi sensible piel.
—Encuentra la carótida —dijo, su voz baja, fuerte, y retumbante a través de mí—. No hay pulso en un vampiro, pero puedes oler la concentración de sangre allí.
Me incliné y olí su cuello y casi me desmayé por el embriagador aroma de él.
—Pero todo tú huele demasiado bien —dije, incapaz de resistir rozar mis pechos contra su pecho.
Gruñó.
—Entonces escoge un lugar. Recuerda lamer la piel primero.
Mi lengua se lanzó entre mis dientes, y acaricié el costado de su cuello, golpeando su piel con mi lengua. Mis bragas empezaron instantáneamente a mojarse. Dios Santo, esto era un incendio sexual.
—Lame… de nuevo —dijo Liam, su voz sonando tensa.
—¿No lo conseguí lo suficiente? —murmuré entre dientes.
—Sólo lame de nuevo —gruñó, y su mano fue a la parte posterior de mi cabeza, presionándome contra su cuello—. Se siente increíble.
Un intenso relámpago de placer se disparó a través de mí, y lo lamí lentamente, disfrutando su gemido. Era caliente.
—Ahora —dijo, respirando con fuerza—. Muerde. Suavemente. Cuando tus dientes estén dentro, sabrás que hacer.
Lamí su garganta otra vez y entonces suavemente presioné las puntas de mis colmillos contra su piel. Atravesaron, afilados, y sentí mi boca llenarse de sangre, espesa, rica y decadente. Escuché el gemido de placer de Liam mientras tragaba mi primer probada de sangre… y trataba de beber más. Era mejor que nada que haya probado alguna vez, la dulce e intoxicante esencia de Liam hecha pura y destilada ambrosía. Succioné con fuerza, mi lengua lamiendo contra su piel mientras bebía, sin querer perder una gota.
—No mucho —advirtió, incluso mientras su boca acariciaba mi cuello. Lo sentí empujar mi cabello a un lado y lamer mi garganta—. Dios, ________, quiero beber de ti, también. ¿Puedo…?
Empujé su cabeza contra mi cuello como respuesta, todavía bebiendo.
Sentí su lengua lamer rápidamente mi garganta una vez, luego sus colmillos hundirse, y un intenso placer me atravesó. Mi cuerpo se tensó en un orgasmo mientras continuaba bebiendo, los dos con los cuellos entrelazados, los dientes hundidos en el otro.
Feer :)x.
Re: Out With A Fang - [Liam&Tu]
ok asi no puede terminara si que siguela y hi casi se me olvida soy tu nueva lectora y por favor siguela que es tan shgauhdsj
tortugitastyles
Re: Out With A Fang - [Liam&Tu]
wow eso fue erotico
muy cochinones ellos
pero al fin van a estar juntos
siguelaa
muy cochinones ellos
pero al fin van a estar juntos
siguelaa
NaTnAt
Re: Out With A Fang - [Liam&Tu]
Le hacemos el trato? 1313 sdfghñ podrian llegar a la 25 y les subo el uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuultimo capitulo ... :( por que si, ya esta acabando :c
Que dicen?
Feer :)x.
Página 19 de 25. • 1 ... 11 ... 18, 19, 20 ... 25
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