Inside Me {Liam Payne}

Titulo: Inside Me
Autor: Stephanie aka Tessa
Adaptación: No
Género: General, aunque tiene drama y romance
Advertencias: Contiene temas delicados
Otras páginas: No solo en Only NO AL PLAGIO

Ese día no había sido de gran diferencia a los que Liam Payne había vivido, todo era exactamente igual. Entre atender las quejas de sus empleados en la empresa hasta cumplir los caprichos de su esposa a vísperas de su divorcio era simplemente rutinario y exhausto.
Sus amigos lo estaban convenciendo cada vez más sobre ir a esos barrios de mala muerte, conseguir unas cuantas copas baratas en un bar y probablemente tener a una mujer de mala vida entre las sabanas al finalizar la noche.
Harry y Zayn estaban tan empeñados a llevarlo a ese lugar que hasta convencieron al casto y santo de Niall y con Louis no necesitaron más que unas simples copas para convencerlo.
Y cuando cayó la noche, esos amigos aparecieron en la entrada de la empresa, listos para la fiesta y con cierta adrenalina corriéndoles por las venas, iba a ser una noche de recuerdos o eso se esperaba que sucediera antes de quedar en un coma etílico.

- No creo que sea buena idea – comento Liam entrando en una calle llena de personas que solo veían el coche como si fuera presa de un atraco de los que podrían sostenerlos por el resto de su vida
- Cállate y conduce amigo – grito Louis desde el asiento trasero – me esperan unos tragos que ansió desde la semana pasada

El castaño guardo silencio a regañadientes y siguió conduciendo vigilando a las personas que se veían más enfermizas o con las peores intenciones.
Al llegar al bar el mal presentimiento de Payne se incremento en medidas que el mismo no podía controlar, algunas personas estaban afuera del lugar vomitando, otras estaban arrastrándose para finalmente quedarse dormidos en la entrada. Estaba claro algo para Liam, que ni en sueños él iba a entrar a ese lugar.

- Digan lo que digan nunca voy a entrar a ese lugar – aviso el castaño con un tono severo
- Ahora estas de miedoso Payne – se burlo Zayn viendo con sarcasmo a su amigo
- No, solo que ese lugar está más sucio que la casa de cualquiera de estas personas – comento mientras señalaba a un ebrio que caminaba dando zigzagueos
- Como quieras, sigue llorando la perdida si gustas – escupió amargamente Harry mientras salía del auto dando un portazo

Louis y Zayn lo siguieron como personas sincronizadas, mientras que Niall salió negando con la cabeza y se despidió amablemente de su amigo, el miedo se le notaba en los ojos azulinos pero al final de cuentas el rubio era más influenciable que cualquiera.
Arranco el carro suavemente y paseo la vista por las calles lamentando la vida que estas personas tenían, él podía poseer una riqueza incalculable, mientras ellos se morían por seguir con vida día a día, era algo que siempre se ponía a pensar aunque nunca le gustaba hondar en el tema.
Paso por una calle en donde había mujeres de una mala vida, muchas de ellas levantaron la vista al ver la llegada de un nuevo “cliente”, esto entristeció más al muchacho.
Una mujer de edad rondando los treinta años se levanto y camino de una manera elegante hacia el carro aunque sus compañeras la siguieron como si fuera la líder del grupo. Algunas se pegaron al carro como si estuvieran compitiendo de quien era la que tenía los mejores atributos.

- Podemos pasarla muy bien – comento una pelirroja que se asomo por la ventana del piloto

Los comentarios que ellas proferían mareaban a Liam y en cierto sentido le llegaron a asquear, entendía que ellas no lo hacían por gusto pero que hicieran el espectáculo que estaban haciendo era horrible.

- Lo siento pero no estoy interesado – alzo la voz y vio como muchas de ellas perdían la esperanza, soltaron un siseo profundo

Cuando se despejó la calle siguió su camino procurando en tener cuidado con cualquiera de aquellas chicas, varias estaban tan enfurecidas que seguramente debían de ser peligrosas.
Al término de la calle Liam se percato de la presencia de una muchacha no mayor de su edad, estaba abrazándose las piernas con los brazos. Su cabello estaba cubriéndole las orejas y su mirada se fijo en el auto de Liam, pero al momento la volvió a bajar al pavimento de la calle. El diminuto vestido apenas si le cubría el cuerpo y el frío le traspasaba hasta los huesos.
Vio de reojo como el carro se detenía justo enfrente de ella. Sus músculos se tensaron en cuanto vio que el muchacho se bajo del carro y caminaba rápidamente a donde ella se encontraba.
Espero las asquerosas propuestas que hombres le decían diariamente para llevarla con ellos, estaba harta de lo que le sucedía día con día pero todo tenía un límite y el de ella estaba sobrepasado, la poca dignidad que tenía se le acababa cada vez que necesitaba dinero al menos para comer.

- Oye – la voz del chico le llego a los oídos y no hizo más que encogerse - ¿Estás bien? – el repentino interés le hizo levantar la cabeza

Se encontró con sus ojos de un color achocolatados, su cabello era corto pero se veía elegante, y su vestimenta no era para hablar demasiado, llevaba puesto un traje negro que  se veía increíble, debía de ser millonario para llevar puesto semejante traje.

- No pienso hacerte daño – las palabras hicieron que los temblores reanudaran y volviera a enterrar la cabeza en sus rodillas – nada de…eso – la cabeza de la chica volvió a levantarse y a fijarse en los ojos del chico

Por un momento se vieron de frente y sin apartar la mirada, le parecía sincero, aunque ya había pasado por miles de errores en ese tipo de ámbito

- Júralo – sentencio ella mientras lo veía severamente
- Lo juro solemnemente – la sonrisa de Liam destello por un momento – Liam Payne – se presento el muchacho sin dejar la sonrisa
- Katherine – correspondió la castaña – Katherine Pedrad – finalizo haciendo una mueca parecida a una sonrisa
- Un gusto – se levanto de un salto y extendió la mano en su dirección, sin saber porque, ella tomo su mano, que le pareció de lo más cálida en aquella noche helada – ¿Tienes algún apodo?
- No me gustan los apodos – hablo Katherine cruzando los brazos intentando entrar en calor, Liam se quito su saco y se lo paso por los hombros, luego la encamino hacia el auto
- ¿Y Kat? – sugirió el castaño viendo como ella hacia una mueca de horror
- Me recuerda a un gato – gruño ella en respuesta – odio los gatos

La sonrisa de Liam fue fugaz pero desapareció en cuanto abrió la puerta del coche. ¿Qué tenía pensado para ella? Estaba claro que ella no hablaba mucho o era tímida por no haberlo conocido.
Cuando pasaron algunas calles la inquietud de Katherine se incremento en volumen ruidoso, ¿Y si la había engañado?
Pasaron por algunos hoteles y Katherine sintió que había sido demasiado estúpida, una mano se poso en su pierna y volteo de inmediato hacia donde estaba Liam, pero solo fue recibida con una mirada de comprensión y tranquilidad.

- Juré no hacer nada – dijo con tranquilidad y una sonrisa para Katherine

Una sonrisa de disculpa y alivio se puso en el rostro de Katherine, una verdadera sonrisa que fue correspondida al momento en que se poso en el rostro de la muchacha.
Liam siguió conduciendo y una mansión de enrome tamaño se vislumbro al final del camino, era como estar en un palacio para Katherine, pero para Liam era como vivir en algo sin vida. Katherine bajo la ventanilla y saco la cabeza maravillada de lo que estaba viendo. El olor a césped y aire frío de la noche era maravilloso, se sentía como en sus días de campo, cuando todo era hermoso. El castaño estaciono el carro en la entrada donde iniciaba con algunos escalones y conducía a una enorme puerta de madera.
Ella abrió la puerta y salió del carro teniendo cuidado de no azotar tan fuerte la parte del carro y provocar enojo a Liam. Cuando su nuevo amigo también estaba fuera del carro le indico que lo siguiera y así lo hizo mirando aún maravillada el asombroso jardín que él tenía. Tenía ganas de correr como lo hizo en la pradera pero reprimió como pudo aquel sentimiento de nostalgia.
Cuando Liam abrió la puerta la mantuvo abierta para ella, con cierta admiración Katherine entro y se maravillo aún más al ver la recepción majestuosa.
La condujo nuevamente hacia la cocina en donde Katherine con un poco de temor se quedo en la entrada, Liam al verlo se echo a reír.

- Pasa – le dijo suavemente mientras ponía agua en una tetera

Paso a paso Katherine se acerco y se sentó en una silla cerca de la mesa, Liam dejo a fuego el agua y salió de la cocina a paso rápido. La chica veía lentamente las cosas que estaban pasando: estaba en la casa de un millonario a punto de tomar el café, tenía puesto su saco que olía a una mezcla maravillosa, ahora él se iba de la cocina a quien sabe que. Esta noche era de locos.
Al poco tiempo Liam volvió con un poco de ropa cómoda en sus manos, era parecido a una pijama, ella se alivio un poco de tener la oportunidad de sacarse ese vestido tan corto.
Liam en parte se veía satisfecho de que ella se sintiera mejor después de eso, la había visto más relajada en cuanto vio que nada de lo que su mente pesimista pensaba.

- ¿Te puedo hacer una pregunta? – dijo Payne al cabo de un momento
- Ya la hiciste – contesto ella con una sonrisa en su rostro
- Seguro – la sonrisa de Liam la correspondió a los segundos
- Está bien – respondió Katherine al ver que todo se quedaba callado
- ¿Cómo terminaste en ese lugar? – la pregunta hizo que el chico bajara la mirada a sus manos entrelazadas
- Tenía una infancia normal – comenzó a responder lentamente - vivía en una especie de rancho, mi madre murió cuando tuvo a mi hermana menor y desde entonces vivía con mi padre, pero tuvo un accidente cuando iba por provisiones a la ciudad y murió en ese accidente. – Hizo una pausa para pensarlo - Después de eso mi hermana y yo nos cuidábamos mutuamente con el dinero que nos había heredado mi padre, pero cuando Crystal cumplió la mayoría de edad, tomo todo el dinero y me acuso de despilfarrarlo, por lo que la pequeña parte que me correspondía me fue retirada y cuando intente contratar un abogado para que me ayudara, no tenía el dinero para contratarlo. Me echo a la calle y… - tomo una bocanada de aire y siguió – tuve que aceptar el único trabajo que había disponible

El silencio que siguió fue el peor de todos, Liam tenía las manos tan apretadas que los nudillos eran blancos del coraje y sintió un odio profundo hacia la hermana de Katherine que tuvo que reprimir las ganas de gritar y patear la silla que estaba enseguida de él.

- ¿Desde cuándo? – su ira contenida era tan palpable que Katherine se preocupo de haber hablado de más

Katherine guardo un silencio por unos minutos viendo la tensión en Liam, era horrible haberlo hecho enojar, pero ¿Realmente ella lo había provocado?

- Tres años – hablo con voz queda sintiéndose humillada

Liam no respondió en cambio siguió petrificado en donde estaba apretando más y más las manos al escuchar y pensar en lo que estaba ocurriendo. Poco a poco, después de un largo momento se comenzó a relajar intentando despejarse la mente, se levanto y sirvió el café, dado que el agua había estado lista desde hace un tiempo.
Katherine agradeció en voz baja el café y se quedo en silencio bebiendo en pequeño sorbos, en cambio Liam solo se sentó en la silla y no tomo ni un sorbo de café.

- Te haré otro juramento – dijo de pronto llamando la atención de Katherine – no permitiré que vuelvas a las calles, de eso tenlo por seguro
- Pero entonces que harás, me llevarás a la cárcel o algo parecido – contesto la muchacha al filo del pánico, ¿De qué iba a comer entonces? - ¿De qué voy a vivir? – cambio la pregunta intentando no sonar tan patética y dependiente de su trabajo del infierno
- Yo personalmente me encargare de ello – su mirada era severa – desde hoy mi casa es tu casa – aseguro diciendo lentamente las palabras viendo la reacción de la muchacha
- No debes de estar hablando en serio – dejo la taza en la mesa – soy malditamente lo que soy – una lagrima silenciosa se deslizo por la mejilla de la chica – tu eres un millonario y tenerme aquí sería enviar tu reputación al carajo – su determinación era mayor pero sintió un vacío dentro de ella
- ¿Y quién te dijo que me importa lo que piensen los demás de mí? – pregunto contestando todo lo dicho
- No puedo quedarme – respondió ella con un suspiro derrotado
- Claro que puedes – Liam se levanto de la silla – es hora de ir a la cama sígueme por favor – la mirada del castaño era sincera, lo más sincera que había visto en su vida

Ella tomo la ropa y lo siguió sin poner objeciones, sabía que su propuesta iba en serio pero no iba a dejar que él arruinara su vida por alguien  como ella.
Subieron los dos las escaleras de la entrada y la condujo hasta la segunda puerta del pasillo.

- Mañana no iré a trabajar para explicarte las cosas de la mansión, y presentarte al personal – comento como si nada, como si ella hubiera aceptado – te pondré en mi segunda habitación aquí estaba mi esposa
- ¿Qué? – pregunto ella incrédula
- ¿Dije algo malo? – se volteo confuso con la mano en la perilla de la puerta
- Tienes esposa – dijo ella con coraje, tomando la ropa lo más fuerte que pudo, si se iba a ir corriendo al menos se llevaría consigo aquella pijama
- Tenía – respondió derrotado, bajando los hombros, por alguna extraña y horrible sensación ella se sintió aliviada de ese pequeño detalle – me estoy divorciando – añadió al cabo de unos segundos – mañana firmo todos los papeles – abrió la puerta sin verla a los ojos y como anteriormente primero dejo que ella pasara
- Lo siento – se disculpo con total sinceridad
- No importa – trato de sonreír, pero por su mirada supo cuanto le pesaba – puedes tomar la ropa que dejo, deben de ser de la misma talla, se ven de la misma complexión – comento Liam viéndola con normalidad – mi puerta es la primera del pasillo, toca si necesitas algo – seguido de esto cerro lentamente la puerta, dejándola a ella parada en medio del cuarto a oscuras

Escucho como pasos caminaban por el pasillo y después un abrir y cerrar de una puerta, soltó un suspiro viendo a su alrededor, había un peinador a un lado y una cama con dos mesitas de noche, una puerta estaba en una esquina y al abrirla se percato de que era un baño. Entro en el cerrando la puerta con seguro, aún no conocía bien a Liam, pero parecía un muy buen tipo. Se vio en el espejo y se dijo que si Liam estaba dispuesto a dejarla quedarse iba a aceptar, no quería volver a la calle por mucho que no quería arruinarlo.
El maquillaje estaba horrible, parecía mujer de calle, algo que en el fondo era cierto pero no nunca quiso serlo. Se quito el vestido y lo lanzo al bote de basura, no quería verlo nunca más.
Se dio una ducha de veinte minutos, quitándose malos recuerdos y maquillaje horrible, se tallo bastante el cuerpo hasta que le quedo irritado, en ese momento creyó que todo lo horrible se había ido, aunque no estuviera segura. Salió de la ducha y se vistió con la ropa que Liam le dio.
Cuando se sintió bien consigo misma, salió del cuarto y al ver que esa noche no iba a poder dormir, camino por el cuarto, dándose cuenta de que lo que creía una enorme ventana en realidad era un balcón, camino despacio hacia la puerta y la abrió con cuidado de que no hiciera el mínimo ruido. Cuando el primer pie piso afuera y sintió el frió se sintió mucho mejor. Se quedo viendo la luna y los enormes jardines, poco a poco se fue quedando dormida, siendo transportada hacia los años buenos de su infancia.
Y en la otra puerta se encontraba un castaño confundido, viendo exactamente lo mismo que ella.


¿Cuánto tiempo ha pasado?
La pregunta rondaba todos los días por la mente de Katherine, quien después de tres semanas de conocer a Liam dejo que este le pusiera el apodo de Kat, ella no solo lo odiaba por los gatos, sino que porque así la llamaba su padre y le provocaba sentimientos encontrados, pero escucharlo de Liam era algo que le agradaba.
Al principio la prensa hizo mucho alboroto al saber la historia “Liam tiene a una callejera en su casa”. Hubo tantos rumores, algunos para bien, otros para mal pero finalmente, se quedaron en el olvido al primer mes. También la anterior esposa de Liam – Roxanna – había armado tal escándalo, llegando incluso a la infidelidad, pero como lo anterior, todo se quedo en el olvido al pasar el tiempo.
Katherine poco a poco fue olvidando lo que fue, impidió a Liam pelear por la herencia de su padre, no la necesitaba, por el momento tenía lo que más había deseado. A fin de cuentas su hermana al darse cuenta de la buena suerte que consiguió, tuvo el descaro de presentarse en la mansión pidiendo dinero. Pero la puerta se mantuvo siempre cerrada.
En contra de la voluntad de Liam, Katherine consiguió un empleo decente en un café cercano, ganándose un poco de dinero por su cuenta, siempre estaba en la fobia de que el castaño se arrepintiera de su decisión y la corriera de la casa. Pero aún así estaba todo tranquilo.
Y por el lado de Liam, todo había sido calmado al primer día, Louis había sido atacado y termino en un hospital aquella noche, pero se recupero y a ninguno de los cuatro les dieron ganas de volver al bar de mala muerte. Pero Liam en cambio estaba dichoso, había encontrado a Katherine que era lo más parecido a un ángel, después de meses con el divorcio de Roxanna se volvía a sentir completo, volver todos los días con ansiedad de ver a Katherine le producía tantos sentimientos extraños que sin duda lo hacían sentirse tan bien. Verla cada día era como oxígeno para que él volviera a respirar. Salían al jardín todos los días en la noche por petición de ella, le encantaba correr por la extensión de su jardín, y él se sentía maravillado como su cabello castaño volaba en el aire.
Liam se opuso firmemente a la idea de Katherine de tener empleo, no por dejarla dependiente de él, al contrario le encantaba que ella tuviera iniciativa propia, solo que le daba terror que al tener un dinero suficiente para vivir, lo dejara, vivía siempre con ese horrible temor, pero al paso del tiempo esa sensación de miedo se sosegó bastante. Katherine había traído mucha alegría a la casa con su inocencia y su alegría infinita, su risa inundaba siempre las habitaciones, algo de lo que Liam disfrutaba día a día. Desde su llegada habían transcurrido siete meses, un tiempo considerable.


Era Navidad, Katherine cumplía oficialmente en un mes el año de estar en la casa. Kat terminaba de poner el árbol de Navidad, solo quedaban dos esferas que iban hasta la punta, había obligado a Liam dejarla comprar las decoraciones de navidad con su dinero y a su gusto. Hubo protestas nuevamente pero con una mano en alto y dinero en cartera salió de la casa y volvió con miles de decoraciones.
Como ella no entendía nada de cocina, dejo que Liam lo hiciera a su gusto, iban a pasar solos la noche de navidad pero eso no les quitaba el ánimo. La familia de ella estaba en el olvido, a excepción de sus padres, y la de Liam lo había desconocido al saber la historia de Katherine, él no se dejo intimidar y prefirió dejarlo a ellos, esto no le hizo gracia a Katherine pero Liam había sido muy firme en eso y decidió no hondar mucho en el tema.
Katherine coloco la última esfera y bajo con mucho cuidado de la repisa en donde acrobáticamente se había subido. Se alejo lentamente del lugar viendo de lejos y con mucho orgullo el hermoso árbol que tenía esa noche. Recogió las cosas que había movido y dejo la sala impecable.
Apenas pasaron dos minutos de haber terminado Liam entro con dos platos de vidrio en mano, dos vasos debajo del brazo derecho y un refresco en el izquierdo.

- Pavo, receta de mi abuela – comento alegre dejando los platos en el comedor de la recepción
- Veremos si eres tan buen cocinero como presumes – la sonrisa de Liam se ensancho como ella lo conocía

Había momentos cuando él llegaba tan tenso del trabajo que Katherine hacía hasta malabares con tal de verlo sonreír de nuevo, le encantaba la forma de su sonrisa que nunca quería que desapareciera, y menos por empresarios ridículos de una compañía.
Y existían aquellos días donde Katherine se sentía tan mal consigo misma, que Liam se convertía en su compañía día y noche si eso lo requería, si eso implicaba faltar al trabajo lo hacía. Ambos se volvieron más unidos él uno al otro que no se dieron cuenta de lo mucho que comenzaron a necesitarse.
Los dos se sentaron en la mesa dispuestos a comer y Katherine ahogo una exclamación en cuanto el trozo de pavo toco su lengua, debía admitir que Liam cocinaba delicioso, el castaño se dio cuenta de ello y se sintió verdaderamente orgulloso y satisfecho de haber hecho una comida deliciosa.
Al terminar de comer, recogieron todo en silencio y dejaron las cosas en la cocina, volvieron a la estancia y se sentaron en el suelo con una manta que los abrigaba hasta el cuello. Liam anteriormente había prendido un fuego pequeño en la chimenea y ahora los abrigaba tanto como lo hacía la manta.

- Sabes – hablo Katherine sin voltear a ver a Liam, pero él si había volteado – en este momento estaría en la calle o con alguien – la mirada fija de ella en el fuego siguieron ese hilo de pensamiento, recordando el infierno que vivió por tres años

Liam pasó un brazo por sus hombros con un poco de ira al recordar todo aquello, se recordaba a si mismo que ella estaba a salvo, fuera de esa mierda, respiro tranquilo en cuanto se repitió lo mismo una y otra vez.

- Yo jure que no volverías a ese lugar y lo haré aunque me cueste todo – aseguro firmemente mientras Katherine recargaba su cabeza en el hombro de Payne
- Nunca te agradecí – comento volteando a verlo
- Y no lo harás – sonrió él de una manera que le trajo de nuevo la tranquilidad

Esa sonrisa de una manera le recordaba mucho cuando por fin lo conoció, cuando le aseguro su primer juramento, esa vez cuando le enseño la casa y ella lo perdió de vista, Liam creyó que se había ido y finalmente la encontró en el jardín, esa sonrisa trajo este y mil recuerdos hermosos, estaba segura desde hace meses que amaba demasiado al castaño. Y él estaba igual de convencido acerca de lo mismo.

- Tendré que hacerlo – sonrió ella de la misma manera que Liam, viéndolo directamente a los ojos
- Nunca – sentenció él sin perder la sonrisa

Poso una mano en la mejilla izquierda de Katherine, en la cual ella se recargo con total confianza, y sin temor alguno coloco su mano libre en la derecha, y sin pensarlo, sin miedos ambos se acercaron y unieron esos sentimientos que tanto había estado guardando, aquellos sentimientos que los hacían sentirse vivos.

- Juntos – dijo Katherine al separarse y junto su frente con la de él
- Siempre – y contesto Liam con un nuevo juramento.