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Beautiful Bird Of The Summer [Larry Stylinson]
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Beautiful Bird Of The Summer [Larry Stylinson]
(Traducción)
Beautiful Bird Of Th Summer
Prólogo
Harry miraba con positividad su nueva vida. Era imposible no hacerlo, al fin y al cabo, cualquier cosa sería mejor que su vida en su anterior ciudad.
Los ojos verdosos del chico brillaban cuando levantó su barbilla para mirar el cielo encapotado en Inglaterra. Estaba nervioso, a la par de excitado, por comenzar de cero.
Lymington tenía un puerto precioso. Era un puerto primordialmente deportivo, lo cual llamó mucho la atención a nuestro joven protagonista.
Miró a su alrededor, a los pequeños y grandes veleros y barcos, y le llamó la atención ver uno que se llamaba Harry.
Se sonrió a sí mismo.
*
-¡Louis Tomlinson!
Un hombre de mediana edad se acercó a un chico alto, de tez morena y ojos claros como en los mejores días de verano en Lymington. Sonrió de oreja a oreja y dio media vuelta para enfrentarse dicha persona, que resultó ser un viejo conocido.
-¿Cómo está, señor Garner? –Sonrió cortésmente y se peinó el flequillo con los dedos.
-Muy bien, ¡pero no tanto como tú! He oído que este año compites, ¿verdad?
Las mejillas de Louis se sonrosaron. Todo el mundo en el puerto de Lymington le conocía por ser un conocido regatista, a pesar de su corta edad. No es que tuviera fama mundial, pero sí que era una persona que poco a poco estaba haciéndose un lugar en ese deporte tan duro.
-Así es –asintió con la cabeza-. Estoy muy emocionado por competir este año.
-Te toca ganar el oro esta vez, Tomlinson. Estoy convencido de que lo conseguirás.
-No estoy seguro –confesó él-. He estado más preocupado estudiando que entrenando, me he centrado mucho en los estudios.
Aquel hombre sonrió.
-Tomlinson, cuando alguien tiene talento…
No acabó la frase. Continuó con su enigmática sonrisa y enarcó las cejas. Justo después se marchó, despidiéndose de él mediante una especie de saludo militar.
*
-¿Te gusta la casa, Harry?
El chico de rizos se adentró en el lugar. Estaba en una casa cerca del puerto y se sentía bien. Le gustaba el ambiente inglés sureño y le gustaba este sitio.
Asintió lentamente, sin decir ninguna palabra, y caminó por los pasillos hasta encontrar su habitación, cuya ventana daba al puerto deportivo.
-Hay muchos veleros –dijo silenciosamente, aunque su madre le escuchó-. ¿Hacen campeonatos?
-Eso he oído –contestó su madre, abrazando a su hijo por detrás con ternura-. Ya sabes que no soy una experta en ese deporte.
-Me gusta –confesó el chico-. Me gusta mucho, mamá.
*
Louis llegó a casa un poco cansado. A pesar de estar de vacaciones de verano oficialmente, tenía muchas cosas que hacer.
La familia Tomlinson era una familia de tradición marinera y pesquera, y cuando no competía, ni estudiaba, ayudaba a su padre con su barco. Tenía un nombre muy curioso y, de hecho, se lo puso Louis cuando era pequeño y era Harry.El motivo aún es desconocido hasta para Louis, pero así se quedó.
-Ya estoy en casa –dijo Louis, caminando por el pasillo que daba al comedor. Observó a sus hermanas pequeñas jugando en el salón y sonrió al verlas-. ¿Estáis solas?
-Mamá acaba de salir a comparar –dijo una de ellas, con el cabello dorado y liso que le caía por delante de los hombros.
-Y Eleanor acaba de llamar –rió la otra, que era su hermana gemela, y causó una risa contagiosa en ella.
Los ojos de Louis brillaron y corrió a por el teléfono para marcharse a su habitación y tirarse en la cama.
Eleanor era su novia. Era la chica más guapa de Lymington, eso por supuesto. Con una larga cabellera castaña y unos ojos que parecían dos esmeraldas, se solía pasear por el puerto como una más. Estaba enamorada del mar, sin embargo, no era regatista. Sencillamente amaba el océano desde la distancia.
El corazón de Lou siempre latía con fuerza cuando pensaba en esa chica. En como el sol se reflejaba en su piel y sus pecas salían a la luz, en como sus labios dibujaban esa curva que formaba la sonrisa más bonita que había visto en su vida y como sus pestañas tan largas, tan perfectas, apuntaban hacia él cuando Eleanor le miraba.
-Ya has vuelto –su voz era tan dulce como la recordaba y no dejó de sonreír-. ¿Cómo te ha ido el día?
-Cansado –suspiró. Rodó por la cama, colocándose boca arriba. El filo de la camiseta estaba algo subido y se le podía ver parte de la cintura.
-¿Día duro en el puerto?
-Mhm –asintió lentamente y cerró los ojos-. Me gusta, no te lo niego, pero me cansa mucho. Hay que dedicarle mucho tiempo al mar.
-Te imagino tan guapo en el puerto, como si fueses un marinero italiano… -la escuchó suspirar e, incluso, la escuchó sonreír-. Me encanta escuchar la pasión que tienes por todo esto.
-Jamás será igual que la de mi padre.
-Son cosas incomparables, Lou.
Se incorporó y caminó hasta la ventana, que daba a una casa que estaba a escasos metros. Si giraba su cabeza a la izquierda, podía ver el puerto y también podía oler esa esencia salada, propia del mar.
Se fijó en una cabeza rizada que sobresalía de una de las ventanas de la casa que tenía en frente y que miraba justo en dirección al mar. Frunció el ceño.
-¿Louis?
-¡Perdona! –Recordó que estaba al teléfono con su novia-. Me había distraído. Continúa, por favor.
Pero sus oídos desconectaron.
Se dejó llevar por la brisa, por el olor, por todo el ambiente. Estaba enamorado de este lugar tanto como lo estaba de Eleanor, pero aún así siempre sintió que faltaba algo.
¿El qué?
Última edición por Larrydreams el Sáb 20 Jul 2013, 5:25 pm, editado 1 vez
Larrydreams
Re: Beautiful Bird Of The Summer [Larry Stylinson]
Capítulo 1
-Cariño, ¿te vienes a dar una vuelta conmigo por el puerto?
Los padres de Harry estaban separados desde hacía un tiempo. Sin embargo, Harry no mantenía el contacto con él y había oído que él tampoco estaba interesado en mantenerlo con su hijo.
Su madre era la mejor del mundo, según Harry. Le había estado cuidando durante todo este tiempo cuando, con tan sólo dieciocho años, había vivido ya un infierno sin motivo alguno.
Harry asintió.
Quería ver el puerto, empaparse de esas ganas de vivir que sentían en el sur de Inglaterra. Los dos charlaron durante el trayecto, disfrutando de las vistas y recibiendo saludos de algunos pesqueros.
A Harry le hacía sentir bien saber que nadie le conocía, nadie sabía sobre su pasado y nadie podía juzgarle. Tal vez, incluso, con un poco de suerte, nadie le juzgaría a pesar de saber su pasado en un lugar como Lymington.
Escuchó como todo el mundo hablaba de lo mismo: la Royal Lymington Cup. Lymington, de hecho, se hizo más conocida gracias a esa competición, que consistía en regatas. Cuanto más sabía sobre este puerto, más le atraía. Le daba igual estar tan alejado de una ciudad, tal vez era lo mejor, y tal vez le beneficiaría más.
-La Royal Lymington Cup es un evento muy importante, Louis. El año pasado no pudiste ganar, pero, ¿qué te impide ganar este año?
El padre de Louis estaba totalmente convencido de que iba a ganar este año porque ya tocaba. A sus diecinueve años, por cumplir veinte, era ya un joven con talento y con capacidad de ser un gran regatista a nivel internacional y no sólo nacional. Louis sonrió orgulloso, al ver que su padre depositaba tanta fe en él.
-Nada –negó con la cabeza.
-El éxito ya lo tienes, hijo –dijo con una voz muy moderada-. Lo único que necesitas es el triunfo. El éxito no se trata siempre de ganar y ganar y ganar, si no de intentarlo y superarte en cada intento. Como he dicho, eso ya lo tienes. Te falta el triunfo, y lo conseguirás.
-Me alegra que creas tanto en mí, papá.
-Todos creemos en ti. Y Eleanor, sobre todo. Te quiere mucho, ¿lo sabías?
Louis asintió con las mejillas sonrojadas.
-Lo sé, papá. Yo también la quiero mucho a ella.
-Hijo, lo tienes todo. Familia, amigos, novia y eres exitoso en lo que haces, tanto en los estudios como en las regatas. ¿Qué más necesitas?
Harry volvió a ver ese barco con su nombre. ¿Por qué alguien llamaría Harry a su barco? Era algo que no entendía. Ni tan siquiera le gustaba su nombre, era extraño, y todo el mundo decía: ¡Anda! ¡Como Harry Potter! Y perdía toda la gracia.
La madre de Harry hizo unas compras antes de regresar a la casa, repleta de cajas de la mudanza y algunos muebles que quedaban por colocar.
-¿Estás bien, cariño?
Harry asintió y los rizos de su cabeza se sacudieron.
-Estás muy callado.
-Lo siento –se disculpó-. Es que no sé que decir. Me gusta mucho este sitio, sólo quiero disfrutarlo…
-Lo disfrutarás, cielo. Estoy segura. Y creo que vendría bien que estuvieses un año trabajando antes de empezar a estudiar…
-¿Tú crees? –Enarcó una ceja.
-Al menos hasta que todo haya pasado. Y si es necesario, volvemos a mudarnos.
-No –espetó Harry-. No es necesario, mamá. No quiero volver.
Louis y su padre paseaban por el puerto cuando vieron la puerta de una casa abierta y una mujer apareció sacando algunos muebles para limpiarlos fuera. El padre sonrió cuando la vio.
-¿Les puedo echar una mano?
La mujer de cabello oscuro y los ojos azules asintió.
-¡Pues me haría usted un favor! –Sonrió aliviada-. Mi hijo está colocando unas cosas dentro y yo tengo que terminar de quitarle el polvo a esto…
-Quédese tranquila –asintió aquel hombre-. Lou, hijo, ¿por qué no entras dentro y ayudas a su hijo?
Asintió y saludó con una sonrisa a la mujer mientras entraba dentro de la casa. Parecía un lugar acogedor, sólo que lleno de polvo. Miró a su alrededor hasta que se encontró a un chico alto, delgado y colocando el sofá. A lo lejos, podía escuchar a su padre conversando con la madre del mismo chico pero apenas podía adivinar lo que estaban diciendo.
Se quedó quieto, sin decir una palabra.
-¿Vas a seguir mirándome o vas a ayudarme?
Harry levantó la barbilla y enfrentó la mirada de aquel chico. Los dos estaban perplejos y aún no explicaban porqué. Louis se fijó en la cara del muchacho y recordó a aquel que vio desde su ventana, sólo en ese momento se dio cuenta de que estaba cerca de su casa.
-Perdona, perdona –se disculpó Louis-. Por cierto, me llamo Louis Tomlinson –le extendió la mano para apretársela-. ¿Y tú eres?
-Harry. Harry Styles, pero todos me llaman Harry.
Se estrecharon la mano. Harry no se sentía cómodo, sin embargo, así que le retiró la mano en seguida.
-¿Me ayudas a colocar las dos butacas de ahí? –Señaló Harry-. Tienen que ir a los lados del sofá, ligeramente giradas hacia el televisor.
-Claro, claro.
La primera impresión que se llevó Louis de Harry no fue muy buena. Le sentía arisco que parecía que Harry quería mantener distancias kilométricas entre ellos. Sin embargo, no tenía reparo en ayudarle ya que ahora iban a ser vecinos. Por otro lado, Harry, sencillamente no tenía una impresión de él.
-¿Te gusta Lymington? –Inquirió Louis, tratando de mantener una conversación con él mientras movía una butaca-. Es acogedor, ¿verdad?
-Sí, me gusta mucho –asintió con la cabeza-. ¿Llevas viviendo aquí toda la vida?
-Sí, sí. Mi padre tiene un barco y mi familia entera es de tradición pesquera.
-Ya decía yo, que esas pintas… -dijo Harry. No era un comentario ofensivo, si no una broma al ver su camisa a rayas y sus pantalones pirata-. ¿También trabajas de eso?
-No, no. Ayudo a mi padre, eso sí, pero yo hago otras cosas.
Harry arrastró una de las butacas y la dejó al cabo de unos segundos. Le dolía el brazo de estar constantemente moviendo muebles, así que Louis cogió la butaca, alzándola y colocándola en el otro lado del sofá.
-¿Qué cosas haces? ¿Pesas? –Rió Harry, rascándose el brazo ligeramente.
-Regatas –asintió con la cabeza, entre risas-. Estudio, claro que sí, pero ahora que es verano… hago regatas.
-Regatas…. –repitió lentamente con los ojos bien abiertos.
Louis levantó media sonrisa y asintió con la cabeza otra vez.
-¿Y tú qué haces, Harry?
-Pues… -se dejó caer en el sofá y resopló-. He acabado el instituto y todo eso. Pronto me darán las notas de los A-Levels y supongo que iré a la universidad, aunque me ha dicho mi madre que a lo mejor trabajar antes de irme a la universidad puede ser bueno pero yo no quiero eso.
-Así que tienes…, ¿dieciocho años?
-Sí –asintió con la cabeza-. ¿Y tú?
-Diecinueve. Cumplo los veinte en diciembre –Louis se sentó en la butaca, separando las piernas y apoyando los codos sobre sus muslos, juntando las manos e inclinándose ligeramente hacia delante-. ¿Qué quieres estudiar?
-Uh, no lo sé. Siempre he querido ser profesor, ¿sabes? De literatura, o algo así.
-Es genial –contestó Louis, sonriente como siempre-. La universidad de Southampton no está nada mal, es donde estudio yo.
Lymington es el puerto que está situado al oeste del Lymington River, en el canal que separa la Isla de Wight y la península británica, en el New Forest district de Hampshire en Inglaterra.
La universidad de Southampton se encontraba en Hampshire, bastante más lejos de Lymington.
-¿En serio? ¿E ibas desde Lymington hasta Southampton?
-No –el muchacho negó con la cabeza-. Mi familia tiene una casa en la ciudad y me quedaba ahí mientras estudiaba, aunque los fines de semana trataba de venir aquí para entrenar.
-Vaya, parece que lo tienes todo.
-Bueno… -se encogió de hombros-. ¿Y tú? ¿De dónde eres en realidad?
Harry se tensó. No había pensado en ningún momento en su anterior ciudad hasta que Louis le hizo recordar su anterior casa, su anterior vida, su anterior… todo.
Tragó saliva y trató de evadir la pregunta con una respuesta tranquila. Sin embargo, algo le decía que a Louis eso no le bastaría.
-Liverpool –contestó Harry, asintiendo con la cabeza.
-Guau, ¿Liverpool? ¿Y has venido desde Liverpool hasta Lymington? No te preocuparé por los motivos, deben de ser personales, pero bueno, me alegro de que te guste este lugar.
Al cabo de unos minutos Harry se levantó para continuar moviendo algunos muebles. Por supuesto, Louis le siguió para ayudarle. Finalmente, tenía una primera impresión de Harry que le hizo creer en que las cosas por fin iban a salir bien.
-Cariño, ¿te vienes a dar una vuelta conmigo por el puerto?
Los padres de Harry estaban separados desde hacía un tiempo. Sin embargo, Harry no mantenía el contacto con él y había oído que él tampoco estaba interesado en mantenerlo con su hijo.
Su madre era la mejor del mundo, según Harry. Le había estado cuidando durante todo este tiempo cuando, con tan sólo dieciocho años, había vivido ya un infierno sin motivo alguno.
Harry asintió.
Quería ver el puerto, empaparse de esas ganas de vivir que sentían en el sur de Inglaterra. Los dos charlaron durante el trayecto, disfrutando de las vistas y recibiendo saludos de algunos pesqueros.
A Harry le hacía sentir bien saber que nadie le conocía, nadie sabía sobre su pasado y nadie podía juzgarle. Tal vez, incluso, con un poco de suerte, nadie le juzgaría a pesar de saber su pasado en un lugar como Lymington.
Escuchó como todo el mundo hablaba de lo mismo: la Royal Lymington Cup. Lymington, de hecho, se hizo más conocida gracias a esa competición, que consistía en regatas. Cuanto más sabía sobre este puerto, más le atraía. Le daba igual estar tan alejado de una ciudad, tal vez era lo mejor, y tal vez le beneficiaría más.
*
-La Royal Lymington Cup es un evento muy importante, Louis. El año pasado no pudiste ganar, pero, ¿qué te impide ganar este año?
El padre de Louis estaba totalmente convencido de que iba a ganar este año porque ya tocaba. A sus diecinueve años, por cumplir veinte, era ya un joven con talento y con capacidad de ser un gran regatista a nivel internacional y no sólo nacional. Louis sonrió orgulloso, al ver que su padre depositaba tanta fe en él.
-Nada –negó con la cabeza.
-El éxito ya lo tienes, hijo –dijo con una voz muy moderada-. Lo único que necesitas es el triunfo. El éxito no se trata siempre de ganar y ganar y ganar, si no de intentarlo y superarte en cada intento. Como he dicho, eso ya lo tienes. Te falta el triunfo, y lo conseguirás.
-Me alegra que creas tanto en mí, papá.
-Todos creemos en ti. Y Eleanor, sobre todo. Te quiere mucho, ¿lo sabías?
Louis asintió con las mejillas sonrojadas.
-Lo sé, papá. Yo también la quiero mucho a ella.
-Hijo, lo tienes todo. Familia, amigos, novia y eres exitoso en lo que haces, tanto en los estudios como en las regatas. ¿Qué más necesitas?
*
La madre de Harry hizo unas compras antes de regresar a la casa, repleta de cajas de la mudanza y algunos muebles que quedaban por colocar.
-¿Estás bien, cariño?
Harry asintió y los rizos de su cabeza se sacudieron.
-Estás muy callado.
-Lo siento –se disculpó-. Es que no sé que decir. Me gusta mucho este sitio, sólo quiero disfrutarlo…
-Lo disfrutarás, cielo. Estoy segura. Y creo que vendría bien que estuvieses un año trabajando antes de empezar a estudiar…
-¿Tú crees? –Enarcó una ceja.
-Al menos hasta que todo haya pasado. Y si es necesario, volvemos a mudarnos.
-No –espetó Harry-. No es necesario, mamá. No quiero volver.
*
-¿Les puedo echar una mano?
La mujer de cabello oscuro y los ojos azules asintió.
-¡Pues me haría usted un favor! –Sonrió aliviada-. Mi hijo está colocando unas cosas dentro y yo tengo que terminar de quitarle el polvo a esto…
-Quédese tranquila –asintió aquel hombre-. Lou, hijo, ¿por qué no entras dentro y ayudas a su hijo?
Asintió y saludó con una sonrisa a la mujer mientras entraba dentro de la casa. Parecía un lugar acogedor, sólo que lleno de polvo. Miró a su alrededor hasta que se encontró a un chico alto, delgado y colocando el sofá. A lo lejos, podía escuchar a su padre conversando con la madre del mismo chico pero apenas podía adivinar lo que estaban diciendo.
Se quedó quieto, sin decir una palabra.
-¿Vas a seguir mirándome o vas a ayudarme?
Harry levantó la barbilla y enfrentó la mirada de aquel chico. Los dos estaban perplejos y aún no explicaban porqué. Louis se fijó en la cara del muchacho y recordó a aquel que vio desde su ventana, sólo en ese momento se dio cuenta de que estaba cerca de su casa.
-Perdona, perdona –se disculpó Louis-. Por cierto, me llamo Louis Tomlinson –le extendió la mano para apretársela-. ¿Y tú eres?
-Harry. Harry Styles, pero todos me llaman Harry.
Se estrecharon la mano. Harry no se sentía cómodo, sin embargo, así que le retiró la mano en seguida.
-¿Me ayudas a colocar las dos butacas de ahí? –Señaló Harry-. Tienen que ir a los lados del sofá, ligeramente giradas hacia el televisor.
-Claro, claro.
La primera impresión que se llevó Louis de Harry no fue muy buena. Le sentía arisco que parecía que Harry quería mantener distancias kilométricas entre ellos. Sin embargo, no tenía reparo en ayudarle ya que ahora iban a ser vecinos. Por otro lado, Harry, sencillamente no tenía una impresión de él.
-¿Te gusta Lymington? –Inquirió Louis, tratando de mantener una conversación con él mientras movía una butaca-. Es acogedor, ¿verdad?
-Sí, me gusta mucho –asintió con la cabeza-. ¿Llevas viviendo aquí toda la vida?
-Sí, sí. Mi padre tiene un barco y mi familia entera es de tradición pesquera.
-Ya decía yo, que esas pintas… -dijo Harry. No era un comentario ofensivo, si no una broma al ver su camisa a rayas y sus pantalones pirata-. ¿También trabajas de eso?
-No, no. Ayudo a mi padre, eso sí, pero yo hago otras cosas.
Harry arrastró una de las butacas y la dejó al cabo de unos segundos. Le dolía el brazo de estar constantemente moviendo muebles, así que Louis cogió la butaca, alzándola y colocándola en el otro lado del sofá.
-¿Qué cosas haces? ¿Pesas? –Rió Harry, rascándose el brazo ligeramente.
-Regatas –asintió con la cabeza, entre risas-. Estudio, claro que sí, pero ahora que es verano… hago regatas.
-Regatas…. –repitió lentamente con los ojos bien abiertos.
Louis levantó media sonrisa y asintió con la cabeza otra vez.
-¿Y tú qué haces, Harry?
-Pues… -se dejó caer en el sofá y resopló-. He acabado el instituto y todo eso. Pronto me darán las notas de los A-Levels y supongo que iré a la universidad, aunque me ha dicho mi madre que a lo mejor trabajar antes de irme a la universidad puede ser bueno pero yo no quiero eso.
-Así que tienes…, ¿dieciocho años?
-Sí –asintió con la cabeza-. ¿Y tú?
-Diecinueve. Cumplo los veinte en diciembre –Louis se sentó en la butaca, separando las piernas y apoyando los codos sobre sus muslos, juntando las manos e inclinándose ligeramente hacia delante-. ¿Qué quieres estudiar?
-Uh, no lo sé. Siempre he querido ser profesor, ¿sabes? De literatura, o algo así.
-Es genial –contestó Louis, sonriente como siempre-. La universidad de Southampton no está nada mal, es donde estudio yo.
Lymington es el puerto que está situado al oeste del Lymington River, en el canal que separa la Isla de Wight y la península británica, en el New Forest district de Hampshire en Inglaterra.
La universidad de Southampton se encontraba en Hampshire, bastante más lejos de Lymington.
-¿En serio? ¿E ibas desde Lymington hasta Southampton?
-No –el muchacho negó con la cabeza-. Mi familia tiene una casa en la ciudad y me quedaba ahí mientras estudiaba, aunque los fines de semana trataba de venir aquí para entrenar.
-Vaya, parece que lo tienes todo.
-Bueno… -se encogió de hombros-. ¿Y tú? ¿De dónde eres en realidad?
Harry se tensó. No había pensado en ningún momento en su anterior ciudad hasta que Louis le hizo recordar su anterior casa, su anterior vida, su anterior… todo.
Tragó saliva y trató de evadir la pregunta con una respuesta tranquila. Sin embargo, algo le decía que a Louis eso no le bastaría.
-Liverpool –contestó Harry, asintiendo con la cabeza.
-Guau, ¿Liverpool? ¿Y has venido desde Liverpool hasta Lymington? No te preocuparé por los motivos, deben de ser personales, pero bueno, me alegro de que te guste este lugar.
Al cabo de unos minutos Harry se levantó para continuar moviendo algunos muebles. Por supuesto, Louis le siguió para ayudarle. Finalmente, tenía una primera impresión de Harry que le hizo creer en que las cosas por fin iban a salir bien.
Larrydreams
Re: Beautiful Bird Of The Summer [Larry Stylinson]
Capítulo 2
-Gracias por todo, señor Tomlinson –dijo la madre de Harry, sonriente.
-Un placer, señora Styles. Nosotros vivimos en la casa de aquí al lado, así que si necesitáis algo…
Inmediatamente, Harry miró a Louis, quien se encogía de hombros y no decía nada más. Era interesante mirarle, con esa cara de pillo y ver lo simpático y agradable que parecía.
Le observó marcharse por el otro lado, regresando a su casa. Se encogió de hombros una vez cruzó la mirada con su madre y ambos entraron en su hogar.
-Parece un chico majo, ¿no?
-Lo es, mamá. Es regatista, estudiante de medicina…, este chico lo tiene todo.
-Su padre también es un buen hombre. Parece que tendremos buenos vecinos, ¿eh?
Harry estaba contento de todo eso. Rápidamente se vio envuelto en un caluroso abrazo por parte de su madre, quien le estrechaba contra su pecho y besaba su pelo.
-¿Qué tal es el chico?
Los padres de Louis estaban cocinando y Louis estaba apoyado contra la encimera, jugando con una manzana.
-Parecía arisco, pero se ha soltado. Es un poco raro, la verdad –Louis asintió con la cabeza-. Pero tiene aspiraciones, y me gusta.
-¿Le interesan las regatas?
-Parecía fascinado cuando le hablé de eso, pero él no parece ser un regatista. Ha venido aquí desde Liverpool, papá.
-¿Liverpool? –Enarcó una ceja-. ¿Por qué alguien vendría a Lymington desde Liverpool?
-Supongo que motivos personales –se encogió de hombros-. No le he preguntado.
-Parecen buena gente –comentó la madre-. Os he visto desde la ventana y bueno, tal vez han sufrido alguna pérdida… que una mujer y su hijo se vayan desde tan lejos debe de ser horrible.
-Exacto –asintió Louis-. Además, Zayn es de Liverpool y cuando le he dicho de venirse a Lymington y apuntarse al club, siempre me ha dicho que ni de coña haría eso, que en Liverpool se vive bien.
-Cada familia es un mundo –dijo el hombre-. Y nosotros tenemos mucha suerte.
Habían pasado unos días desde que Harry había llegado a Lymington. Se sentía como uno más y pasaba mucho tiempo fuera, caminando, empapándose de la frescura de ese puerto.
Una mañana, su madre entró en la casa con una estruendosa alegría.
-¡Harry! ¡Haaaaaarry! ¡Tengo algo para ti! ¡Corre! ¡Baja!
La escuchó desde la habitación.
Se incorporó –ya que estaba mirando un par de cosas en el ordenador- y bajó rápidamente hasta el vestíbulo, donde se encontró con su madre y un piano de color marrón oscuro.
-¿Qué haces con eso, mamá? –Enarcó una ceja.
-Te lo he comprado, para que te distraigas. Hace mucho tiempo que no tocas el piano, cariño, y lo echo de menos. ¿Por qué no te animas?
Harry lo miró. Paseó la mano por el piano, lo observó con detenimiento y sonrió. Hacía tiempo que no tocaba nada, hacía tiempo que no se sentaba y trataba de desinhibirse. Demasiado tiempo.
-¿Está afinado?
-Creo que no –negó con la cabeza-. Sin embargo, ¿por qué no llamas a los Tomlinson? Que Louis te lo suba arriba y le preguntas si sabe de alguien, ¿vale?
-¿He de ir…?
-No seas vergonzoso, va. Además, Louis es un chico majísimo. Esta semana le invito a cenar a casa junto a su familia, ¿vale?
-¡Harry! –Louis había abierto la puerta. Llevaba una de sus multiple camisas a rayas y su pelo estaba algo despeinado-. ¿Qué tal? ¿Quieres pasar?
-Oh no, no pasa nada. Es sólo un segundo. ¿Estás ocupado?
-Pues… justo acababa de llegar mi novia Eleanor. Ahora nos íbamos a dar una vuelta. Ven, entra, te la voy a presentar.
Era la primera vez que Harry entraba en casa de los Tomlinson. Era parecida a la suya, pero estaba estructurada de manera diferente. Vio a unas gemelas observándole con detenimiento y justo después se encontró a una despampanante chica con el pelo larguísimo, casi kilométrico, y una sonrisa terriblemente enternecedora.
-Soy Harry. Acabo de llegar a Lymington.
-¡Hola! –La chica se acercó a él y le abrazó. Él se sintió algo incómodo pero no retrocedió-. Yo soy Eleanor, la novia de Louis.
Estaban cogidos de la mano y algo dentro de Harry le quería hacer vomitar sobre esa estampa.
-Yo sólo soy el vecino de Louis –se encogió de hombros y rió-. De hecho, venía a pedirle un pequeño favor.
-Claro, Harry –él asintió-. ¿Qué necesitabas?
-Mi madre me ha comprado un piano, no preguntes. Creo que es de segunda mano porque está hecho polvo pero necesito subirlo a mi habitación y me sigue doliendo el brazo.
-¿Ah sí? Bueno, voy a ayudarte pues –se giró a Eleanor-. Ahora vuelvo, ¿vale?
-No te preocupes. ¡Encantada de conocerte, Harry!
-Igualmente, Eleanor.
Louis estaba en su casa otra vez. Tenía unos brazos envidiables –Harry adivinó que todo era debido a su entrenamiento y sus competiciones.
Ambos subieron el piano por las escaleras, poco a poco, hasta llegar a la habitación de Harry. Justo después, Louis suspiró agotado.
-Es una buena pieza. ¿Le ha costado mucho a tu madre?
-Ni idea… ha llegado con él. Es posible que necesite un afinador, ¿sabes de alguno?
-Mi padre sabe afinar pianos.
-¿Qué es lo que no sabe hacer tu familia?
El muchacho rió.
-Me has dicho que te duele el brazo, ¿no es así? –Preguntó. Harry asintió-. Dámelo, voy a palpártelo.
-¿Qué vas a qué?
Louis cogió ambos brazos de Harry.
-¿Cuál es?
-El derecho.
Soltó el izquierdo y comenzó a tocar su brazo suavemente, presionando sus dedos contra la piel de Harry y masajeándolo con cuidado. Poco a poco fue subiendo al bíceps y Harry cerró los ojos. Los dedos de Louis no eran suaves ni mucho menos, pero la sensación era más que agradable.
Los ojos de Harry estaban fijos en las manos de Louis que trataban de aliviarle la molestia. Estaba perplejo y no lograba articular una palabra.
-Se te ha agarrotado un poco el músculo, pero lo tendrás bien pronto. No muevas más cosas, pídemelo a mí si lo necesitas.
-Claro, claro… -musitó-. Gracias, Louis.
-Un placer. Los vecinos estamos para ayudarnos –soltó su brazo, cosa que Harry lamentó, y sonrió agradablemente-. ¿Te importa si miro el piano?
-Todo tuyo.
Louis sonrió agradablemente y se sentó en un pequeño taburete. Abrió la tapa y paseó los dedos sobre las teclas blancas y negras.
-¿Tocas? –Preguntó Harry, curioso.
-Mhm –asintió con la cabeza-. Hace mucho tiempo que no toco. Tengo un piano en mi casa de Southampton, pero no en Lymington.
Presionó sus dedos contra las teclas con suavidad, tratando de averiguar si estaba desafinado o no.
-No está del todo desafinado, pero voy a avisar a mi padre para que suba y te lo mire mejor, ¿vale?
La luz de la ventana iluminaba la cara de Louis, haciendo que sus ojos pareciesen más azules, y Harry se limitó a sonreír.
-Sois muy amables. En Liverpool la gente era más fría, pero claro… no es lo mismo estar en una ciudad que en un pequeño puerto.
-Nunca he estado en Liverpool pero tengo un amigo que vive ahí. Me alegra que te sientas acogido aquí.
-Gracias, de verdad. Por cierto… uh, mi madre quiere hacer una cena, quiere invitaros a ti y a tu familia. Eleanor también puede venir si quieres, sé que pasáis mucho tiempo juntos.
-Qué agradable –bajó la tapa del piano y le miró-. Claro, avisaré a mis padres y también a Eleanor. Gracias.
Parecía que toda la conversación estaba basada en agradecimientos. No eran íntimos, ni tan siquiera se podía decir que fueran amigos, pero Harry admitió que Louis era muy cortés y su familia se había portado muy bien con él.
Hacía tiempo que no se sentía así con nadie. En Liverpool, el ambiente era bastante más hostil, pero todo era por una serie de razones.
-Te acompañaré hasta la puerta, pues –dijo Harry, un tanto nervioso.
-Claro, gracias.
Los dos bajaron las escaleras. No intercambiaron palabras hasta llegar a la puerta, pero eso fue suficiente.
-Tal vez algún día quieras venir a ver como funciona esto de las regatas. ¿Te gustaría?
-Nunca he estado en una –Harry negó con la cabeza-. Pero me gustaría ver si eres tan bueno como pareces.
Louis rió y asintió con la cabeza.
-Por supuesto.
-Gracias por todo, señor Tomlinson –dijo la madre de Harry, sonriente.
-Un placer, señora Styles. Nosotros vivimos en la casa de aquí al lado, así que si necesitáis algo…
Inmediatamente, Harry miró a Louis, quien se encogía de hombros y no decía nada más. Era interesante mirarle, con esa cara de pillo y ver lo simpático y agradable que parecía.
Le observó marcharse por el otro lado, regresando a su casa. Se encogió de hombros una vez cruzó la mirada con su madre y ambos entraron en su hogar.
-Parece un chico majo, ¿no?
-Lo es, mamá. Es regatista, estudiante de medicina…, este chico lo tiene todo.
-Su padre también es un buen hombre. Parece que tendremos buenos vecinos, ¿eh?
Harry estaba contento de todo eso. Rápidamente se vio envuelto en un caluroso abrazo por parte de su madre, quien le estrechaba contra su pecho y besaba su pelo.
*
-¿Qué tal es el chico?
Los padres de Louis estaban cocinando y Louis estaba apoyado contra la encimera, jugando con una manzana.
-Parecía arisco, pero se ha soltado. Es un poco raro, la verdad –Louis asintió con la cabeza-. Pero tiene aspiraciones, y me gusta.
-¿Le interesan las regatas?
-Parecía fascinado cuando le hablé de eso, pero él no parece ser un regatista. Ha venido aquí desde Liverpool, papá.
-¿Liverpool? –Enarcó una ceja-. ¿Por qué alguien vendría a Lymington desde Liverpool?
-Supongo que motivos personales –se encogió de hombros-. No le he preguntado.
-Parecen buena gente –comentó la madre-. Os he visto desde la ventana y bueno, tal vez han sufrido alguna pérdida… que una mujer y su hijo se vayan desde tan lejos debe de ser horrible.
-Exacto –asintió Louis-. Además, Zayn es de Liverpool y cuando le he dicho de venirse a Lymington y apuntarse al club, siempre me ha dicho que ni de coña haría eso, que en Liverpool se vive bien.
-Cada familia es un mundo –dijo el hombre-. Y nosotros tenemos mucha suerte.
*
Habían pasado unos días desde que Harry había llegado a Lymington. Se sentía como uno más y pasaba mucho tiempo fuera, caminando, empapándose de la frescura de ese puerto.
Una mañana, su madre entró en la casa con una estruendosa alegría.
-¡Harry! ¡Haaaaaarry! ¡Tengo algo para ti! ¡Corre! ¡Baja!
La escuchó desde la habitación.
Se incorporó –ya que estaba mirando un par de cosas en el ordenador- y bajó rápidamente hasta el vestíbulo, donde se encontró con su madre y un piano de color marrón oscuro.
-¿Qué haces con eso, mamá? –Enarcó una ceja.
-Te lo he comprado, para que te distraigas. Hace mucho tiempo que no tocas el piano, cariño, y lo echo de menos. ¿Por qué no te animas?
Harry lo miró. Paseó la mano por el piano, lo observó con detenimiento y sonrió. Hacía tiempo que no tocaba nada, hacía tiempo que no se sentaba y trataba de desinhibirse. Demasiado tiempo.
-¿Está afinado?
-Creo que no –negó con la cabeza-. Sin embargo, ¿por qué no llamas a los Tomlinson? Que Louis te lo suba arriba y le preguntas si sabe de alguien, ¿vale?
-¿He de ir…?
-No seas vergonzoso, va. Además, Louis es un chico majísimo. Esta semana le invito a cenar a casa junto a su familia, ¿vale?
*
-¡Harry! –Louis había abierto la puerta. Llevaba una de sus multiple camisas a rayas y su pelo estaba algo despeinado-. ¿Qué tal? ¿Quieres pasar?
-Oh no, no pasa nada. Es sólo un segundo. ¿Estás ocupado?
-Pues… justo acababa de llegar mi novia Eleanor. Ahora nos íbamos a dar una vuelta. Ven, entra, te la voy a presentar.
Era la primera vez que Harry entraba en casa de los Tomlinson. Era parecida a la suya, pero estaba estructurada de manera diferente. Vio a unas gemelas observándole con detenimiento y justo después se encontró a una despampanante chica con el pelo larguísimo, casi kilométrico, y una sonrisa terriblemente enternecedora.
-Soy Harry. Acabo de llegar a Lymington.
-¡Hola! –La chica se acercó a él y le abrazó. Él se sintió algo incómodo pero no retrocedió-. Yo soy Eleanor, la novia de Louis.
Estaban cogidos de la mano y algo dentro de Harry le quería hacer vomitar sobre esa estampa.
-Yo sólo soy el vecino de Louis –se encogió de hombros y rió-. De hecho, venía a pedirle un pequeño favor.
-Claro, Harry –él asintió-. ¿Qué necesitabas?
-Mi madre me ha comprado un piano, no preguntes. Creo que es de segunda mano porque está hecho polvo pero necesito subirlo a mi habitación y me sigue doliendo el brazo.
-¿Ah sí? Bueno, voy a ayudarte pues –se giró a Eleanor-. Ahora vuelvo, ¿vale?
-No te preocupes. ¡Encantada de conocerte, Harry!
-Igualmente, Eleanor.
*
Louis estaba en su casa otra vez. Tenía unos brazos envidiables –Harry adivinó que todo era debido a su entrenamiento y sus competiciones.
Ambos subieron el piano por las escaleras, poco a poco, hasta llegar a la habitación de Harry. Justo después, Louis suspiró agotado.
-Es una buena pieza. ¿Le ha costado mucho a tu madre?
-Ni idea… ha llegado con él. Es posible que necesite un afinador, ¿sabes de alguno?
-Mi padre sabe afinar pianos.
-¿Qué es lo que no sabe hacer tu familia?
El muchacho rió.
-Me has dicho que te duele el brazo, ¿no es así? –Preguntó. Harry asintió-. Dámelo, voy a palpártelo.
-¿Qué vas a qué?
Louis cogió ambos brazos de Harry.
-¿Cuál es?
-El derecho.
Soltó el izquierdo y comenzó a tocar su brazo suavemente, presionando sus dedos contra la piel de Harry y masajeándolo con cuidado. Poco a poco fue subiendo al bíceps y Harry cerró los ojos. Los dedos de Louis no eran suaves ni mucho menos, pero la sensación era más que agradable.
Los ojos de Harry estaban fijos en las manos de Louis que trataban de aliviarle la molestia. Estaba perplejo y no lograba articular una palabra.
-Se te ha agarrotado un poco el músculo, pero lo tendrás bien pronto. No muevas más cosas, pídemelo a mí si lo necesitas.
-Claro, claro… -musitó-. Gracias, Louis.
-Un placer. Los vecinos estamos para ayudarnos –soltó su brazo, cosa que Harry lamentó, y sonrió agradablemente-. ¿Te importa si miro el piano?
-Todo tuyo.
Louis sonrió agradablemente y se sentó en un pequeño taburete. Abrió la tapa y paseó los dedos sobre las teclas blancas y negras.
-¿Tocas? –Preguntó Harry, curioso.
-Mhm –asintió con la cabeza-. Hace mucho tiempo que no toco. Tengo un piano en mi casa de Southampton, pero no en Lymington.
Presionó sus dedos contra las teclas con suavidad, tratando de averiguar si estaba desafinado o no.
-No está del todo desafinado, pero voy a avisar a mi padre para que suba y te lo mire mejor, ¿vale?
La luz de la ventana iluminaba la cara de Louis, haciendo que sus ojos pareciesen más azules, y Harry se limitó a sonreír.
-Sois muy amables. En Liverpool la gente era más fría, pero claro… no es lo mismo estar en una ciudad que en un pequeño puerto.
-Nunca he estado en Liverpool pero tengo un amigo que vive ahí. Me alegra que te sientas acogido aquí.
-Gracias, de verdad. Por cierto… uh, mi madre quiere hacer una cena, quiere invitaros a ti y a tu familia. Eleanor también puede venir si quieres, sé que pasáis mucho tiempo juntos.
-Qué agradable –bajó la tapa del piano y le miró-. Claro, avisaré a mis padres y también a Eleanor. Gracias.
Parecía que toda la conversación estaba basada en agradecimientos. No eran íntimos, ni tan siquiera se podía decir que fueran amigos, pero Harry admitió que Louis era muy cortés y su familia se había portado muy bien con él.
Hacía tiempo que no se sentía así con nadie. En Liverpool, el ambiente era bastante más hostil, pero todo era por una serie de razones.
-Te acompañaré hasta la puerta, pues –dijo Harry, un tanto nervioso.
-Claro, gracias.
Los dos bajaron las escaleras. No intercambiaron palabras hasta llegar a la puerta, pero eso fue suficiente.
-Tal vez algún día quieras venir a ver como funciona esto de las regatas. ¿Te gustaría?
-Nunca he estado en una –Harry negó con la cabeza-. Pero me gustaría ver si eres tan bueno como pareces.
Louis rió y asintió con la cabeza.
-Por supuesto.
Larrydreams
Re: Beautiful Bird Of The Summer [Larry Stylinson]
Capítulo 3
Unos días más tarde, llegó la cena. Louis le dijo a Harry que Eleanor no podría venir, pero estaba contenta de que hubiese sido invitada. A Harry le dio igual pues realmente la invitó por cortesía y no porque realmente quisiera tenerla dentro de su casa.
Se había arreglado. Su pelo seguía igual de revuelto pero llevaba una camisa y encima una americana. Su madre le había estado llenado de besos todo el tiempo, repitiéndole lo guapo que estaba, y él no podía alejar a su madre por mucho que quisiera.
Un poco más tarde, aparecieron los Tomlinson. La madre, Jay, vestía un bonito vestido que hizo sentir a la madre de Harry que no estaba lo suficientemente arreglada. El padre de Louis, llevaba una americana pero los pantalones eran unos normales de tela. Las dos gemelas iban vestidas a juego y Louis no perdía su estilo marinero.
Se saludaron amistosamente entre todos y Harry rió al ver a Louis.
-Comienzo a pensar que no tienes otro tipo de ropa.
-Cállate… -rió y chocaron los cinco, justo después sus hombros colisionaron en un saludo bastante varonil y que Harry no estaba del todo acostumbrado hacer-. Me encanta como tiene usted la casa, señora Styles. La ha decorado muy bien.
-Gracias, Louis –ella sonrió-. Significa mucho para mí que digas eso. Espero que os guste la cena, hacía tiempo que no cocinaba para tanta gente…
-Nosotros hemos traído algo de vino y un pastel –la madre de Louis asintió.
-¡Oh! ¡No deberías haberlo hecho!
Mantenían una conversación agradable mientras Harry y Louis cada vez comenzaban a acercarse más y a hablarse de diferentes cosas.
-¿Qué tal suena el piano?
-De lujo –respondió Harry-. ¿Quieres tocar algo?
-Claro –asintió con la cabeza-. ¿Subimos ahora?
Desaparecieron de aquella estampa familiar y subieron las escaleras en dirección a la habitación de Harry. Estaba ligeramente cambiada desde la última vez que Louis estuvo ahí; tenía posters de grupos musicales y una foto de su madre en la mesita de noche. Louis quiso preguntar por su padre, pero no tuvo el valor.
-Me gusta tu habitación –comentó Louis-. ¿Sabes que la mía está ahí? –Señaló desde la ventana y Harry observó-. Prácticamente puedo verte cuando te asomas y todo eso.
-Al menos eres tú y no un violador –rió.
-Oye, quién sabe –levantó las cejas y rió con él-. Bueno, ¿te importa si toco algo?
-Todo tuyo –Harry retrocedió unos pasos y se sentó en el borde de la cama, que estaba cerca del piano-. Gracias por venir esta noche, por cierto. A mi madre le ha hecho una ilusión tremenda. Tenía miedo de no encajar en el puerto.
Louis se giró en dirección a Harry, con esa sonrisa que casi nunca se le va de a cara.
-¿Tú también tenías miedo de no encajar?
Harry vaciló antes de responder.
-Todo el mundo tiene miedo de no encajar, ¿no?
-Supongo que sí –asintió con la cabeza-. De todos modos, gracias a vosotros por invitarnos. Nos habéis caído muy bien. Y ya sabéis que si necesitáis algo, podéis venir y pedir sin problemas.
-No queremos abusar.
-¡Bobadas!
-Nosotros os ofreceríamos algo pero no sé qué ofreceros exactamente. Lo único que se me da bien es tocar el piano, leer y escribir… poco más –se encogió de hombros. Obvió una última cualidad, pero eso era porque no era demasiado buena.
-Algo podremos hacer con eso, ¿no crees?
Harry sonrió. Notaba como las mejillas se le encendían ligeramente y trató de hacer que se le pasara esa sensación. Louis comenzó a tocar una canción lenta, bastante bonita. La voz de Louis, sin embargo, era mucho más bonita.También canta, pensó Harry, maldita sea, ¿qué no hace este chico?
-Something in the way she moves, attracts me like no other lover –cantó mientras paseaba sus dedos por el piano. Parecía que el piano fuese fácil de tocar cuando escuchaba a Louis-. Something in the way she woos me, I don’t want to leave her now… -tenía los ojos cerrados y sentía la canción-. You know I believe and how… somewhere in her smile, she knows that I don’t need no other lover…
Harry estaba perplejo, disfrutando de la música. Reconoció la canción, por supuesto, ¿quién en Liverpool no conoce a los Beatles? De hecho, ¿quién en el mundo no conoce a los Beatles?
-Something in her style that shows me –Louis miró a Harry, porque dijo ‘style’, y era como su apellido, Styles. Harry rió y continuó escuchando-. I don’t want to leave her now, you know I believe and how.
No decía ninguna palabra. Esta versión de la canción, sencillamente en piano, era preciosa. Tal vez incluso si la acompañase con una guitarra acústica sonaría bien, pero, escucharla así de… cruda, sí, cruda era la palabra, escucharla de una manera tan natural y desnuda, hacía que se enamorase más de esa canción.
-You’re asking me, will my love grow? I don’t know, I don’t know… You stick around now, it may show, I don’t know, I don’t know… -su tono subía en esta parte, y Harry sintió como se estremecía-. Something in the way she knows, and all I have to do is think of her. Something in the things she shows me, I don’t want to leave her now, you know I believe and how.
Terminó la canción y se giró. Harry aplaudió como un niño pequeño y Louis sonrió, ligeramente ruborizado.
-Pensé que te gustaría esta canción. Eres de Liverpool, ¿no? Supongo que te gustan los Beatles…, ¿o es demasiado cliché?
-Tranquilo, me gustan –contestó-. Y esta es una de mis canciones favoritas.
-¡He acertado! Un punto para Tomlinson. ¿Quieres tocar algo ahora para mí? No te he escuchado nunca. O sea, sí, desde mi ventana te escucho, pero ahora quiero hacerlo en directo.
-Comienzas a asustarme, Tomlinson –se levantó Harry-. ¿Me escuchas desde tu ventana?
-Tocas bien. Sorpréndeme.
Harry se sentó en el taburete, tomando el relevo de Louis. Comenzó a tocar unas cuantas notas hasta que se acordó de la canción. Fue en ese momento cuando aclaró su garganta y comenzó a tocar y cantar.
-I know your face, your eyes, your lips, your taste. I love the way you know just what to say –comenzó lento, pero de repente comenzó a presionar las teclas con fuerza, y se movía como si esa canción viviese dentro de él. Los ojos de Louis se abrieron por completo al verle así, pues nunca le había escuchado cantar, si no, sencillamente, tocar el piano-.It was a Saturday, remember it like yesterday, she knew my name, imagine that! I know this road, the way that no one goes… -su voz se calmó en ese momento, y se esuchaban las teclas del piano casi más que su propia voz-. So cold, so cold, baby, you’re so cold, so cold…
Pero si la voz de Harry ya era impresionante, cuando comenzó a cantar el estribillo era incluso aún más asombroso.
-Take it easy baby, we can make it right. Girl, you know my love is always on your side. Rest your eyes tonight, you know that my love… -cogió aire y continuó-, you know that my love is on your side.
Harry dejó de tocar ahí y dio media vuelta, enfrentándose a los ojos azules de Louis.
-No me acuerdo de mucho más, hace tiempo que no toco esta canción pero me has pedido que te sorprenda así que…
-Guau –se limitó a decir-. No sabía que cantases, Harry.
-Ya ves –se levantó y miró a Louis-. Tal vez sea una de esas cosas que se me den bien.
Harry había ganado la confianza de sentirse cómodo al lado de Louis. Él se dio cuenta de eso, y apreciaba que fuese así. Le gustaba ver a un Harry que sabía lo que hacía y sabía mantener una buena conversación, aunque fuera encillamente de música.
El mayor rió y le pellizcó la mejilla amistosamente. Las mejillas de harry volvieron a encenderse al sentir el tacto de Louis y él se separó rápidamente.
-¡Perdona! –Se disculpó-. Es que siempre soy así con mis amigos y gente con la que me llevo muy bien, soy bastante efusivo.
-¡Tranquilo! Está bien, de verdad. Es sólo que no estoy acostumbrado a esta clase de cosas.
A decir verdad, estoy acostumbrado a otro tipo de tacto, confesó Harry dentro de sí mismo. No estaba preparado para recordar algunas cosas.
-Ah, vale, vale. No quería asustarte. Soy inofensivo, sólo… bastante cariñoso con la gente que me rodea.
-Eso es bueno. Eso es muy bueno –recalcó Harry-. Se te nota. Te veo siempre con tus hermanas.
-¿Me ves?
-Desde la ventana de mi cocina, cuando desayuno, veo la calle. Y te veo pasear con ellas.
-¿Quién es el que da mal rollo ahora? –Bromeó Louis-. Tranquilo, bromeo. Sí…, son mis pequeñas princesas. No sé qué haría sin ellas. ¿Tú no tienes hermanos?
-No, no. Soy hijo único. Me habría gustado tener un hermano mayor, o tal vez una hermana pequeña. Me habría gustado sentirme querido de esa manera. No es que no sea querido, pero ya sabes, me habría gustado proteger a alguien o que alguien me protegiese a mí.
-Es un sentimiento agradable, la verdad –dijo Louis-. Lo reconozco.
Harry sonrió y miró hacia sus manos, las cuales estaba moviendo con cierto nerviosismo. Notó la mano de Louis en su espalda y le miró.
-Tal vez sea hora de que vayamos a ayudar a tu madre a poner la mesa, ¿no crees?
Larrydreams
Re: Beautiful Bird Of The Summer [Larry Stylinson]
OOO GOD ESTA NOVELA YO LA AVIA LEIDO HASTA SIERTO LUGAR PORQUE LA ESCRITORA NO LA CONTINUO PORFAVOR SIGUELA TU SII PORFAVOR !!!!!! http://www.google.com.mx/imgres?um=1&hl=en&biw=1366&bih=643&tbm=isch&tbnid=EQf9AswMIq0DpM:&imgrefurl=http://www.tumblr.com/tagged/please%2520gif&docid=w0DUXBfI6cDoFM&imgurl=http://25.media.tumblr.com/tumblr_lxx8zq2hn81r9x0sdo1_500.gif&w=500&h=269&ei=uaHXUbSnBOe40QGztIGACQ&zoom=1&ved=1t:3588,r:0,s:0,i:75&iact=rc&page=1&tbnh=165&tbnw=274&start=0&ndsp=15&tx=112&ty=67 PORFAVOR
BYEE !!!! SIGUELA HASTA EL FINAL YEAH !!!!!
BYEE !!!! SIGUELA HASTA EL FINAL YEAH !!!!!
karla:)
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