Déjame amarte, eres mi princesa (Niall Horan)

–¡¡¡No vuelvas a hacer eso!!! –Gritaba el alma negra que yacía en la nada–

Ahora mismo, yo...en una habitación blanca, es casi como la nada. Estoy sentada en una silla con la mirada baja, mientras que Lord me retaba que no debía pecar en el paraíso. Hace unos instantes estaba atacada por la ira de no volver a ver a mi hermano. La vista hacia la tierra la cerraron porque un ángel había bajado, recién lo capturaron y lo condenaron hacia el infierno, pobre ángel, no se lo merecía. Escuché como la alma suspiraba profundamente y entendió lo que me pasaba.

–Extrañas a tu hermano...¿Verdad? –Asentí un poco dolida, mi vista ya se nublaba– No llores, por favor. En serio...Lo siento. –Asentí otra vez. El alma negra se trastornaba blanca y se formaba un ser con alas. Ése Lord conocí yo cuando llegué a este lugar. Era un señor de edad de 62 años. No se veía tan viejo, yo le daba 40– Ven aquí, pequeña.

Fui corriendo tras sus brazos que se extendían para recibirme con un abrazo.

–Pequeña ____(tn)...–Daba suaves caricias en mi espalda–...sabes...yo también extraño a alguien. Mi esposa, pero sé que ella está bien, porque todos los días voy a sus sueños para desearle felices noches. Ella ya tiene a alguien con quien compartir la vida, ése tipo la ama y la respeta...al igual que yo. –Besó mi nuca– Y tu hermano mayor...él protege a tu madre de todo, de la depresión por tu ida. Él ha sido demasiado fuerte, como tú. –Dio un leve toque a la punta de mi nariz y solté una risita– Así que...¿Dónde está esa sonrisita? ¿Donde está? –Empezó a hacerme cosquillas y no paraba de reír.

–¿Podemos ir a caminar? –Pregunté al acabar de esa guerra de cosquillas– Necesito hablar con usted.

–Claro mi niñita. –Tomó mi mano– Ven.



[...]



–De hecho...yo también iba a hablar con tigo.–Dijo Lord. Caminábamos en el jardín del paraíso mientras le tomaba la mano, me hacía tan feliz– Quitaré tus alas. –Lo miré confundida...¿Mis alas? ¿Porqué?– Hace unas semanas atrás todos los Lords de las zonas fuimos a una junta. ____(tn), me duele el alma decir esto pero...si sigues con tu actitud, me temo que irás al infierno. –Detuve mi paso, me asusté– Pero ideé una idea para que no suceda eso, tranquila.

–¿Qu...Qué tipo de idea? –Tartamudeé–

–Volverás a la tierra a ayudar a un chico que no debe morir, su destino no es ése. Lo ayudarás con sus problemas, si se corta, deténlo. Si él se hace alguna cosa mala en su cuerpo lamentablemente morirá. Debes detener eso, ____(tn). –Me asusté demasiado, ¿Yo? ¿Volver a la tierra? ¿Qué?– Cálmate, estarás con migo en tus sueños. Conservarás tus poderes...excepto las alas. Sólo tienes un plazo de 1 año ____(tn). En unos minutos más te irás hacia donde el chico se iba a suicidar. En lugares numerosos se suicidará...pero, tú los detendrás, pequeña. Sólo Niall te puede ver. –Repentinamente mis álas desaparecieron, y lentamente el piso se volvía agua– Ya es hora...¡¡Suerte!! ¡¡El nombre es Niall Horan!!

–¡¡No, espera!!

Fué demaciado tarde, ya que mi vista no pudo más. ¿Me dormí?



[...]



Abrí los ojos de golpe, oxígeno, vida...¿Agua? Recapitulé la vista y encontré algo verde, estaba segura que era pasto. Miré hacia arriba, gotas caían sobre mi rostro. Suspiré casi al borde de lágrimas...''La tierra'' Aquí...es donde se encontraba mi hermano, pero recordé las frases del viejo sabio me dijo antes de salir. ''Sólo Niall te puede ver'' Así que...Niall, eh. Me paré de el suelo, moví mis dedos de mis manos y de los pies. ¡Qué divertido! Traía un vestido blanco, andaba descalza. No había frío alguno. Algo incomodaba mis pies, quizá pisé algo. Saqué mi pie de el suelo y recogí ese 'Algo' que me molestaba.
Un anillo...bastante bonito, se veía caro. 'Si puedes ver...Niall está al frente tuyo' Reconocí de inmediato esa voz...¡Era Lord! 'Basta de pensamientos ridículos ____(tn), el tiempo es oro' Era cierto, cada segundo que pasaba aquí importaba.
Me acerqué lentamente a él, se levantó y dirigió su miraba a mí. Tenía el cabello rubio y unos ojos azules profundos, sabía que hace poco había llorado.

–Se te cayó esto, Niall. –Le extendí dulcemente el anillo que me había encontrado, seguramente era suyo. No respondió, sólo tomó el anillo y me miró raro. ¿Qué? ¿Tan mala cara traía?

–¿Quien...eres? –Respondió al fin. Su voz ronca daño mis oídos, dejándome saber que había llorado demasiado–

–Soy tu angel guardián, vengo desde el paraíso para cuidarte. –Sonreí. El chico se puso pálido–


'¿¡Qué acabas de hacer?!'