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7 noches de pecado(Joe&Tu) -Super Hot!- (T E R M I N A D A)!
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: 7 noches de pecado(Joe&Tu) -Super Hot!- (T E R M I N A D A)!
Aunqe no pasaron de paginaaaa
les subire cap
porqe si no a mi ori le dara un infarto xD
las qiero nenaaas♥
les subire cap
porqe si no a mi ori le dara un infarto xD
las qiero nenaaas♥
Ell Payne'
Re: 7 noches de pecado(Joe&Tu) -Super Hot!- (T E R M I N A D A)!
CAPÍTULO 06
Quizás había empezado a formarse alguna imagen de lo que ocurría allí, una fiesta hedonista, que seguramente incluía sexo hedonista. Pero no podía haberse imaginado el elaborado ambiente que la aguardaba cuando se abrió la puerta del palacio. Joe otra vez colocó la mano en su región lumbar para dirigirla hacia la expansiva sala.
Había muchos murales que enmarcaban cada pared, y le hacían parecer como si estuvieran en realidad dentro de un enorme palacio, en un vestíbulo alineando con grandes ventanas que revelaban unos jardines romanos perfectamente arreglados con fuentes y un carro de caballos que paseaba por allí. Entre las ventanas se levantaban enormes mesas repletas de uvas, queso y jarras de vino.
Pero los cuadros y la comida no eran —hasta ese momento— la principal atracción. En medio de aquel espacio, había unas grandes columnas que creaban un enorme círculo. Entre cada una de ellas descansaba una cama blanca cubierta por almohadas de dorado metálico que se esparcían por la superficie, y la mayoría estaban ocupadas por gente que iba vestida como Joe y como ella. En el círculo de dentro había dos pequeñas piscinas rectangulares rociadas con lirios de agua, y varias personas, algunas sumergidas con las togas, otras nadando desnudas. Entre los dos baños se levantaba un gran dosel en el que una mujer rubia y atractiva hacía turnos para besarse con dos hombres; los tres estaban desnudos excepto por la corona de laureles que llevaban en la cabeza y parecían preparados para hacer algo más que simplemente besarse.
(___) quería detenerse, intentar absorberlo todo desde la distancia antes de acercarse demasiado, pero otra mujer vestida con toga los dirigió hacia una de las camas vacías.
Echó un vistazo a su alrededor, y se dio cuenta de que la mayoría de los visitantes de las camas observaban a la gente que había en la plataforma, aunque algunos estaban entregados ya a sus propios placeres. Una pareja se besaba, con las manos en las piernas del otro, bajo sus togas y ella fue testigo de cómo una chica sentada detrás de otra se inclinaba para cubrirle los pechos a la segunda mientras un hombre se arrodillaba entre las piernas de la misma chica, y se inclinaba para comerla. En otra cama, había dos hombres musculosos y guapos que se estaban dando el lote.
—Relájate y permítete disfrutar de todo esto —le susurró Joe mientras se acomodaban juntos en la cama. No estaba muy segura de lo que tenía que hacer, así que se sentó con las rodillas dobladas ligeramente ante ella, incapaz de negar cómo de bueno —incluso cómodo—la hacía sentir que Joe le rodeara la cintura con sus brazos desde detrás.
Y durante los primeros segundos, no pudo creer que estuviera observando abiertamente a tanta gente que mantenía relaciones sexuales en una habitación iluminada con luces brillantes, y un desconcierto puro que rodaba la vergüenza la corroyó.
Entonces, algo ocurrió.
Ella se dio cuenta de que nadie más se sentía avergonzado. Simplemente estaban disfrutando de la fantasía, de la bacanal, ya que el club estaba diseñado para que así lo hicieran.
Y se dio cuenta de que era imposible no empezar a sentirse más excitada con cada segundo que pasaba. A cualquier punto en el que recaían sus ojos, algo sensual estaba teniendo lugar.
En la piscina ubicada cerca de ellos, había una mujer desnuda con un ánfora bajo la espalda mientras un hombre le lamía entre las piernas. Una mujer bien proporcionada con una toga emergió de los escalones de la piscina, con el agua extendiéndose por su vestido y dejando sus enormes pechos casi al descubierto, y también su trasero, a través de aquella tela fina. Se tumbó sobre una cama vacía, y después le hizo gestos a un hombre con toga que había cerca y que llevaba una bandeja de uvas en la mano. Fue hacia ella, dejó colgando un racimo de uvas de color púrpura justo por encima de su boca, y permitió que mordiera una de ellas.
En el centro de la habitación, la encantadora rubia estaba ahora colocada sobre sus manos y rodillas en un lujoso diván, y la verga de uno de los hombres le entraba por detrás, mientras el otro le follaba la boca. (____) nunca había visto algo parecido.
Y aunque podía escucharse la música romanesca —haciéndola imaginar unos cuantos sujetos de Calígula's tocando las liras y los laúdes en alguna esquina distante de la habitación— la melodía estaba interrumpida por los sonidos del sexo: gemidos, suspiros, respiración dificultosa.
Poco a poco, (____) estaba empezando a sentirse más fascinada que asombrada.
Se inclinó para preguntarle a Joe.
—¿Cómo funciona esto? ¿Cuáles son las reglas?
Se dio la vuelta y vio una sonrisa algo recriminatoria.
—Supongo que no has leído lo que has firmado.
Bueno, no muy detenidamente. Había visto la parte de confidencialidad y había firmado con la pluma, estaba demasiado intranquila como para pensar con claridad.
—Quizás no. Así que cuéntamelo.
—Puedes limitarte a mirar si así lo deseas, o follar con quien quieras que se presente. Pero la gente que trabaja aquí hará todo lo que desees tú, darte de comer fruta, tontear contigo o follar si se lo pides.
—Vaya —dijo ella en un suspiro de sorpresa ante la «fiesta» de elecciones que se le presentaban allí. Luego, volvió a mirar a Joe. —¿Y cómo distingues a la gente que trabaja aquí de la gente que no trabaja?
—Por los brazaletes —señaló hacia el chico que todavía dejaba caer las uvas en la boca de la mujer que parecía como si estuviera compitiendo en un concurso de togas mojadas. Una banda de metal dorado rodeaba su antebrazo y, al estudiar atentamente la habitación, (___) se dio cuenta de que había mucha gente que los llevaba. Las mujeres cuyas vulvas estaban siendo comidas en la piscina, por ejemplo. Y los tres amantes que había en la tarima.
Cuando Joe vio que (____) estaba mirando en aquella dirección, le dijo:
—Solo los empleados folian en el escenario central. Tiene turnos durante toda la noche para mantener entretenida a la gente.
Dios, pensó ella, sexo sin parar. Durante toda la noche. ¿Cómo sería trabajar en aquel lugar? ¿Follar en ese diván durante toda la vida? Hasta aquel momento, se imaginaba cada aspecto del comercio sexual como algo sucio, degradante e indeseable, pero durante una décima de segundo, observar a aquella mujer recibiendo un placer tan completo por dos guapos romanos con sus cuerpos musculosos y sus vergas grandes y duras, (____) pensó que quizás aquello no fuera tan malo.
—¿Qué hay de... las enfermedades? —no pudo evitar preguntar.
—Hay preservativos debajo de cada cama —le informó Joe. —Y también juguetes sexuales completamente nuevos —cuando ella abrió los ojos de par en par, él añadió: —es como una especie de mini-bar en un hotel, cualquier cosa que cojas de allí será cargado a tu cuenta.
Incapaz de resistir a la tentación, (____) se inclinó sobre el borde de la cama y echó hacia atrás la manta blanca. En realidad, aparte de un bol poco hondo lleno de preservativos había una increíble variedad de vibradores y otros instrumentos con forma de pene, ¡y algunas cosas que ni siquiera pudo reconocer!
—¿Te gusta lo que ves? —preguntó él cuando ella se levantó, probablemente con una expresión estupefacta en la cara.
Ella se mordió el labio y contestó con sinceridad.
—Me gusta mucho más lo que veo aquí arriba.
—Ven aquí —le dijo él, después le dio un beso. Alrededor de ellos, notas sensuales de la lira todavía flotaban en el ambiente de la habitación y más gemidos y gruñidos resonaban, creando toda una sinfonía erótica, pero en aquel momento, todo en lo que ella podía fijarse era en Joe. Y cuando levantó la mano hacia su pecho, y lo acarició mientras sus besos descendían hacia su cuello, ni siquiera le importó que pudieran verla los demás.
Con aquella rapidez, de alguna manera se aclimató.
—¿Es tan horrible como habías imaginado? —le susurró al oído, y ella sintió la calidez de su aliento en el cuello.
Se dio cuenta de que su mirada estaba rezagada de nuevo en el trío que había en el centro de la habitación. La rubia ahora se turnaba para chupar las vergas de los hombres y la que no tenía en la boca la trabajaba con la mano.
—Es horrible y es... llamativo —dijo ella con suavidad, intentado analizar sus emociones. —¿Cómo es posible que me sienta a la vez horrorizada y... completamente cautivada?
—¿Quizás porque piensas demasiado? —le sugirió él entre unos besos que ahora le atravesaban el pecho.
Ella le lanzó una mirada sensual como respuesta.
—Debe ser genial ser un hombre, sin tener que sentir demasiado ni pensar demasiado.
—Pues se te ha dado muy bien esta semana, nena, y deberías volver a hacerlo ahora mismo.
Desde luego, él tenía razón. Se las había arreglado para descubrir un mundo sexual completamente nuevo con su guía y su habilidad por hacerla deshacerse de la vieja (____) durante aquella semana. Pero estar inmersa en algo tan enteramente escandaloso había amenazado con llevarla de vuelta allí.
Hasta ese momento.
Porque no estaba dispuesta a permitirlo.
En lugar de eso, iba a cerrar los ojos. Beber de la sensación que le provocaba los besos de Joe sobre su pecho, su pulgar acariciando su endurecido pezón. Embriagarse con los sonidos de placer que la rodeaban. Y... comerse una uva. Eso era lo que quería hacer. Dejar que un hombre la alimentara con una uva mientras Joe la besaba. Quería ser así de atrevida. Quería dar ese paso.
Y justo entonces, levantó la mano para hacerle señales a un guapo moreno que llevaba un brazalete dorado y sujetaba una bandeja de uvas, mientras que Joe deslizaba la mano por la tela blanca diáfana que le cubría los senos, desnudándolos, pero ella no lo detuvo.
No podía hacerlo.
Tenía que seguir adelante.
Mantuvo contacto visual con el chico guapo incluso cuando la boca de Joe se cerró sobre su pezón, y a su vulva le dio un espasmo.
Oh, Dios, estaba haciendo aquello, lo estaba haciendo realmente. De alguna manera, la hacía sentir infinitamente más desenfrenada que en cualquier cosa que se había permitido aquella semana.
El portador de uvas —que incluso parecía italiano— se acercó, y ella se lamió el labio superior, y señaló hacia una pila de uvas verdes. El chico levantó un pequeño racimo, lo sujetó por encima de sus labios abiertos y permitió que ella cogiera una entre los dientes y la lengua.
Cuando la uva se deshizo en su boca y el dulce jugo se liberó, Joe succionó con más fuerza y sintió cómo la vulva casi le explota de la oleada de placer que la invadió, haciéndola gemir.
—¿Más? —le preguntó el atractivo romano.
Aquello hizo que Joe levantara la cabeza y se diera cuenta de lo que estaba haciendo ella. Sus ojos se volvieron vidriosos de lujuria y ella se sintió hermosa y emocionantemente expuesta con sus pechos brillantes y desnudos entre los dos hombres. Estar exhibida de aquella manera la hizo sentirse más húmeda aún, la hizo sentirse caliente y dilatada bajo su diminuta toga.
Estuvo a punto de decir sí —a más uvas, y quizás a más de todo —cuando Joe miró al chico una vez más y esta vez dijo:
—¿Nick?
Oh, Dios.
El romano bajó la barbilla, pareció confuso al principio, pero entonces sonrió.
—Joe, joder.
—Hace un siglo que no te veo, tío.
—Probablemente cuando lo del whisky a gogó en el 2002, porque llevo en Las Vegas desde entonces.
(___) se irguió un poco y volvió a tirar de la tela hasta cubrirse los pechos. El corazón todavía le latía entre las piernas, pero su sentido de abandono pasional se había extinguido casi por completo sintiéndose un poco extraña.
—Mierda, lo siento, nena —dijo Joe entonces. —Este es un viejo amigo mío. Solía trabajar en un par de discotecas en Sunset y me aconsejaba cuando oía hablar de grupos nuevos —miró a Nick y dijo: —Esta es (___).
—Mmm, hola —dijo ella, agradecida bajo las extrañas circunstancias, porque Joe no había mencionado que era la nueva representante de A&R de Blue Night, incluso si aquello era todo confidencial.
Nick bajó la mirada hacia sus senos y le sonrió cálidamente.
—No hace falta que te tapes por mí, guapa. Cuando trabajas aquí, te acostumbras a ver montones de tetas.
Habló con tanta sinceridad que el comentario pareció tranquilizarla de alguna manera.
—Puedo imaginarlo.
—Entonces —dijo Joe— trabajando en el club de sexo más célebre de Las Vegas, ¿eh?
Nick se encogió de hombros bajo su toga.
—¿Qué puedo decir? Empecé aquí hace unos pocos meses, un par de noches a la semana. El dinero es bueno y el trabajo es divertido.
—Apuesto a que sí —le dijo Joe.
Nick volvió a mirar a (___).
—Los dejaré que vuelvan a hacer lo que estaban haciendo. Pero si necesitan cualquier cosa, háganmelo saber y me encargaré bien de ustedes.
Ella entendió que aquello significaba comida y bebida, pero sabiendo lo que hacía en aquel lugar, no pudo evitar tomarse la oferta de una manera diferente y aquella promesa la hizo humedecerse entre los muslos.
—Lo siento —le dijo Joe cuando se fue Nick, después se acostó sobre las almohadas doradas que adornaban la cama, dejando que los ojos se le cerraran de deseo. —Ahora, ¿dónde estábamos?
Ella impulsó el pecho hacia delante, hacia él y descubrió, agradecida, que podía que la conversación con Nick no hubiera apagado tanto su excitación como había pensado.
—Estábamos aquí.
En un movimiento veloz, Joe volvió a retirarle otra vez la tela del pecho y cerró la palma sobre la dolorida piel.
—Me ha encantado que lo llamaras —le murmuró entre más besos en el cuello.
Aquellos besos la habían puesto tan excitada que apenas se vio capaz de responder.
—Era solo... por las uvas.
Una sexy sonrisa se le desplegó en la cara.
—Aun así... me has puesto más cachondo de lo que ya estaba —su mano se movió hacia su rodilla doblada, y se deslizó hacia arriba por su muslo mientras se inclinaba para pasar la lengua sobre su pezón. Y en el centro de la habitación, la rubia gritaba de placer, y (___) levantó la mirada para ver cómo uno de los hombres la penetraba desde detrás, y el otro desde debajo, y ella comprendió en aquel momento, ¡que uno de los dos le estaba penetrando por el ano! En ese momento Joe deslizó la mano entre sus piernas.
—Oooh... —gimió ella, en aquel instante necesitaba más que nada su caricia allí.
—Dios mío —murmuró él, después retiró la mano para levantarle la falda.
Fue entonces, cuando ella se acordó de que se había afeitado para él y que Joe acababa de darse cuenta de ello. En un lugar mucho más diferente de lo que ella había imaginado.
Miró hacia abajo y vio su suave y clara piel, la pequeña y rosada protuberancia de su clítoris sobresaliendo de su desnuda abertura.
—Oh, nena —dijo él, y sonó completamente loco de deseo por ella. —Mira tu dulce vulva. Mira lo que has hecho por mí.
—¿Te gusta? —incluso extendió un poco más las piernas para que él pudiera mirarlo y, justo como había pasado cuando él le había desnudado el pecho, se dio cuenta de que ya no se preocupaba de que hubiera otras personas en la habitación.
El dejó escapar un leve gemido en respuesta, después gruñó:
—Tengo que lamerte. Ahora.
—Oh... —dijo ella, de repente sin respiración... y preparada. Encontró su mirada y no dudó ni un momento en abrir un poco más las piernas.
Después de otra mirada voraz a sus ojos, Joe concentró de nuevo su atención en la vulva y se inclinó sobre ella.
Ella se hizo hacia atrás sobre las almohadas y abrió las piernas incluso aún más, todo lo que pudo, para darle la bienvenida a su lengua hambrienta y húmeda. Ella observó cada uno de sus largos lametones, con un nuevo placer que explotaba en su interior con cada una de las caricias. Y observó el trío que todavía estaba follando en la tarima, también. Y fue consciente de que algunos ojos en la habitación estaban incluso mirándola a ella. La observaban mientras le comían el cono.
Aquello debería haberla horrorizado, todo ello, pero no fue así. Solo aumentó más su excitación, y la volvió loca de lujuria, mientras ascendía hacia una altura sexual que casi le parecía irreal.
Siguió sus necesidades, liberó el otro pecho de debajo de la tela blanca y empezó a masajearse los dos con las manos. Joe la lamió incluso con más intensidad cuando la vio hacer aquello, y justo por encima de su cabeza, en la tarima, pudo ver que la escena había cambiado: otro hombre se había unido al trío.
La rubia se montó a horcajadas sobre uno de ellos como si fuera una vaquera, mientras otro le follaba el ano por detrás. Y de pie al lado de la cabeza reclinada del otro hombre estaba... ¡Nick, metiéndose la verga en su ansiosa boca!
(____) nunca había visto, ni siquiera imaginado, una escena como aquella. Y tampoco podía haberse imaginado deseando aquello —tantos hombres, dentro de la rubia, de una vez— pero la mujer parecía embriagada de placer.
(____) seguía observándolos mientras los lametones de Joe llegaban a su interior, y ella se levantaba para recibir su boca.
—Sí, cariño. Sí—le susurró. Todavía se masajeaba los pechos con las palmas de las manos y sintiendo los ojos de la habitación puestos en ella y —santo cielo— le gustó.
Al mismo tiempo, dejó que sus ojos vagaran un poco más, hacia las parejas, los tríos y los cuartetos que había alrededor de la habitación. El lugar resonaba con sollozos y gemidos y la hacía sumergirse incluso más completamente en aquella sensación de abandono. Anhelaba deshacerse de sus inhibiciones como nunca antes lo había hecho, y se folló la boca de Joe con más intensidad aún, gimió más alto, y volvió a concentrar su atención en la escena que tenía lugar en la plataforma.
¿Qué sensación sentiría con tantas vergas grandes y sólidas dentro de ella, embistiéndola? ¿Cómo podía recibir un cuerpo tanta sensación? ¿Cómo sería ser el centro de una orgía romana total?
Su placer se multiplicó, y supo que pronto alcanzaría el orgasmo.
—Oh, nene, lámeme —le rogó a Joe, deleitándose con la vista de sus maravillosos ojos negros entre sus piernas. —Lámeme el cono.
Joe respondió cerrando la boca alrededor de su dilatado clítoris, haciéndola gritar y estrujar sus pechos con más fuerza. Succionó, tiró de la caliente bolita más y más fuerte y justo cuando la mujer de la tarima soltaba el pene de Nick para gritar su orgasmo, a (___) también le golpeó el suyo.
Escuchó sus propios sollozos, sin importarle que fuera a atraer la atención de los demás, solo respondiendo a las intensas palpitaciones de placer que la invadían, una y otra vez. Y sobre la tarima, los dos hombres que habían entrado dentro de la rubia, empujaban y gemían, los tres se movían ahora juntos en ondulaciones, mientras el clímax de (___) se desvanecía lentamente.
Excepto por Nick, que no se había corrido aún. Su verga estaba larga y dura todavía, casi bonita de la manera en la que un falo puede serlo. Y al principio, (____) se preguntó por qué razón no habría terminado, pero entonces se le ocurrió la idea de que la mayoría de los chicos solo podían aguantar pocas erecciones en una misma noche y que quizás tuviera que reservarse por el bien de su trabajo.
—¿Cómo estás? —le preguntó Joe, que se arrastró hacia ella en la cama.
Ella se sentía realmente maravillosa, incluso con todos los otros actos sexuales todavía teniendo lugar alrededor de ella.
—Mmm, muy bien, gracias por tu experta lengua.
Juguetonamente, él se inclinó para pasarla por uno de sus pezones.
—A mi lengua también le gustas tú.
Justo entonces, una chica vestida con toga se detuvo a los pies de su cama, con unas copas de vino en la mano.
—Para apagar vuestra sed —les dijo.
Aceptaron el vino, le dieron las gracias y (___) se dio cuenta de que si los empleados tenían la delicadeza de ofrecerles una bebida después de un orgasmo, debían estar vigilando lo que hacía la gente. El vino tenía un sabor dulce y punzante y cuando (___) besó a Joe pudo saborear a la vez el Chardonnay y sus propios jugos en la mezcla.
—Quiero tu verga —le dijo atrevidamente, sin duda alguna.
—Está justo aquí —dijo él, justo como lo había dicho la noche pasada. —Todo lo que tienes que hacer es cogerla.
Miró hacia abajo y vio que su erección hacía una gran carpa en su toga. Y se dio cuenta de que extrañamente, escandalosamente. .. necesitaba algo más que solo su verga.
Algo mucho más extremo.
—Quiero que me folies ahí —señaló hacia la tarima que había al centro de todas las camas, y que ahora estaba ocupada por dos chicas y un chico. Ambas mujeres estaban en topless, y llevaban solo pequeñas faldas blancas y unos tacones dorados romanescos como los que llevaba ella. Una estaba de pie besando al chico, mientras la otra estaba arrodillada a los pies de él, hurgando bajo su toga, claramente preparándose para hacerle una mamada.
—¿En serio? —le preguntó Joe, con una expresión que probablemente fuera la más sorprendida que había visto nunca en él. Parecía que ni siquiera se daba cuenta de lo que estaba sucediendo en el centro de la habitación.
Ella asintió, sin pararse a reflexionar acerca de ello.
—No sé por qué quiero hacerlo, y no puedo creer que realmente lo quiera, pero así es. Quiero que me folies delante de todas esas personas. Quiero que vean cómo me das, quiero que me vean recibiéndolo, quiero que vean nuestro placer.
La respiración de Joe se volvió superficial, claramente estaba en una posición media entre la conmoción y el deseo.
—Me encantaría follarte ahí mismo, nena, pero, como te he dicho antes, solo la gente que trabaja aquí puede hacer eso. El sexo está orquestado, como en una película porno.
Se había dejado llevar tanto por la lascivia que se olvidó de las reglas. Y de repente, al oír que no podía hacerlo, (___) se desesperó por hacer realidad aquella fantasía nueva e inesperada. Si no lo hacía, sería... como si le quedara algo más que hacer en aquel viaje salvaje, como si no hubiera alcanzado todo su potencial erótico, el potencial que Joe había descubierto.
Estudió la habitación, divisó a Nick, que acababa de ponerse de nuevo la toga.
—Pregúntaselo a tu amigo. Quizás puedan hacer una excepción.
Joe se limitó a parpadear.
—Realmente quieres hacer esto, ¿verdad?
Ella asintió, sintiéndose escandalosa, fiera y preparada, y también decidida.
— Quiero demostrarte lo sucia que puedo llegar a ser, Joe. Quiero ser... la pareja sexual de tus sueños.
Él levantó la mano hacia su cara.
—Ya lo eres, (____).
Sintió cómo le daba un vuelco el corazón.
—¿Lo soy?
—Me he follado a un montón de chicas, nena, pero...
Ella se mordió el labio.
—¿Pero qué?
—La mayoría de ellas eran... chicas malas desde el principio. Y como tú me has dejado... sacar a la chica mala que hay en ti... bueno, eso me hace sentir más excitado, de una manera que nunca antes había experimentado.
(____) apenas había empezado a procesar sus palabras, a dejar que le atravesaran la piel, cuando Nick se acercó a ellos y Joe levantó la mano para detenerlo.
—Oye —dijo Joe, con un tono de voz bajo y conspiratorio. —¿Hay alguna manera de que pueda llevar a mi chica ahí arriba? —señaló hacia la tarima, donde había ahora una mujer sentada en el regazo de un chico, deslizándose arriba y abajo por su verga con las piernas completamente abiertas, permitiendo que la otra chica la lamiera.
Nick miró de un lado a otro entre ellos, sin ningún gesto en su expresión que revelara lo que pensaba.
—A veces —empezó él—, dejan que los invitados se suban ahí arriba, pero solo con alguien que trabaja aquí. Saben que nosotros mantendremos el sexo en la dirección correcta, les asegura que siga siendo visualmente excitante, ¿entendéis?
Joe asintió y entonces, con cautela, miró a (____).
Ella sabía que debería decir «Gracias de todas maneras, lo siento». Pero en lugar de eso, dijo:
—Quizás podamos hacerlo.
Joe parpadeó, y ella supo que si lo había dejado sorprendido con la petición original, aquello no podía compararse con la expresión de asombro que había provocado esa sugerencia.
—¿Podemos?
Ella bajó la barbilla ligeramente, ahora se sintió algo tímida.
—Sí... si quieres hacerlo.
—¿Yo? Oh, sí, nena, me parece bien. Es solo que no esperaba que tú quisieras.
—Yo tampoco, pero... —levantó la mirada hacia Nick. —Pareces un buen chico.
Él se encogió de hombros y le sonrió.
—Lo intento.
Miró de un lado a otro entre los dos hombres, y finalmente su mirada se rezagó en Joe.
—Así que... quizás podamos... hacerlo... con Nick.
Quizás había empezado a formarse alguna imagen de lo que ocurría allí, una fiesta hedonista, que seguramente incluía sexo hedonista. Pero no podía haberse imaginado el elaborado ambiente que la aguardaba cuando se abrió la puerta del palacio. Joe otra vez colocó la mano en su región lumbar para dirigirla hacia la expansiva sala.
Había muchos murales que enmarcaban cada pared, y le hacían parecer como si estuvieran en realidad dentro de un enorme palacio, en un vestíbulo alineando con grandes ventanas que revelaban unos jardines romanos perfectamente arreglados con fuentes y un carro de caballos que paseaba por allí. Entre las ventanas se levantaban enormes mesas repletas de uvas, queso y jarras de vino.
Pero los cuadros y la comida no eran —hasta ese momento— la principal atracción. En medio de aquel espacio, había unas grandes columnas que creaban un enorme círculo. Entre cada una de ellas descansaba una cama blanca cubierta por almohadas de dorado metálico que se esparcían por la superficie, y la mayoría estaban ocupadas por gente que iba vestida como Joe y como ella. En el círculo de dentro había dos pequeñas piscinas rectangulares rociadas con lirios de agua, y varias personas, algunas sumergidas con las togas, otras nadando desnudas. Entre los dos baños se levantaba un gran dosel en el que una mujer rubia y atractiva hacía turnos para besarse con dos hombres; los tres estaban desnudos excepto por la corona de laureles que llevaban en la cabeza y parecían preparados para hacer algo más que simplemente besarse.
(___) quería detenerse, intentar absorberlo todo desde la distancia antes de acercarse demasiado, pero otra mujer vestida con toga los dirigió hacia una de las camas vacías.
Echó un vistazo a su alrededor, y se dio cuenta de que la mayoría de los visitantes de las camas observaban a la gente que había en la plataforma, aunque algunos estaban entregados ya a sus propios placeres. Una pareja se besaba, con las manos en las piernas del otro, bajo sus togas y ella fue testigo de cómo una chica sentada detrás de otra se inclinaba para cubrirle los pechos a la segunda mientras un hombre se arrodillaba entre las piernas de la misma chica, y se inclinaba para comerla. En otra cama, había dos hombres musculosos y guapos que se estaban dando el lote.
—Relájate y permítete disfrutar de todo esto —le susurró Joe mientras se acomodaban juntos en la cama. No estaba muy segura de lo que tenía que hacer, así que se sentó con las rodillas dobladas ligeramente ante ella, incapaz de negar cómo de bueno —incluso cómodo—la hacía sentir que Joe le rodeara la cintura con sus brazos desde detrás.
Y durante los primeros segundos, no pudo creer que estuviera observando abiertamente a tanta gente que mantenía relaciones sexuales en una habitación iluminada con luces brillantes, y un desconcierto puro que rodaba la vergüenza la corroyó.
Entonces, algo ocurrió.
Ella se dio cuenta de que nadie más se sentía avergonzado. Simplemente estaban disfrutando de la fantasía, de la bacanal, ya que el club estaba diseñado para que así lo hicieran.
Y se dio cuenta de que era imposible no empezar a sentirse más excitada con cada segundo que pasaba. A cualquier punto en el que recaían sus ojos, algo sensual estaba teniendo lugar.
En la piscina ubicada cerca de ellos, había una mujer desnuda con un ánfora bajo la espalda mientras un hombre le lamía entre las piernas. Una mujer bien proporcionada con una toga emergió de los escalones de la piscina, con el agua extendiéndose por su vestido y dejando sus enormes pechos casi al descubierto, y también su trasero, a través de aquella tela fina. Se tumbó sobre una cama vacía, y después le hizo gestos a un hombre con toga que había cerca y que llevaba una bandeja de uvas en la mano. Fue hacia ella, dejó colgando un racimo de uvas de color púrpura justo por encima de su boca, y permitió que mordiera una de ellas.
En el centro de la habitación, la encantadora rubia estaba ahora colocada sobre sus manos y rodillas en un lujoso diván, y la verga de uno de los hombres le entraba por detrás, mientras el otro le follaba la boca. (____) nunca había visto algo parecido.
Y aunque podía escucharse la música romanesca —haciéndola imaginar unos cuantos sujetos de Calígula's tocando las liras y los laúdes en alguna esquina distante de la habitación— la melodía estaba interrumpida por los sonidos del sexo: gemidos, suspiros, respiración dificultosa.
Poco a poco, (____) estaba empezando a sentirse más fascinada que asombrada.
Se inclinó para preguntarle a Joe.
—¿Cómo funciona esto? ¿Cuáles son las reglas?
Se dio la vuelta y vio una sonrisa algo recriminatoria.
—Supongo que no has leído lo que has firmado.
Bueno, no muy detenidamente. Había visto la parte de confidencialidad y había firmado con la pluma, estaba demasiado intranquila como para pensar con claridad.
—Quizás no. Así que cuéntamelo.
—Puedes limitarte a mirar si así lo deseas, o follar con quien quieras que se presente. Pero la gente que trabaja aquí hará todo lo que desees tú, darte de comer fruta, tontear contigo o follar si se lo pides.
—Vaya —dijo ella en un suspiro de sorpresa ante la «fiesta» de elecciones que se le presentaban allí. Luego, volvió a mirar a Joe. —¿Y cómo distingues a la gente que trabaja aquí de la gente que no trabaja?
—Por los brazaletes —señaló hacia el chico que todavía dejaba caer las uvas en la boca de la mujer que parecía como si estuviera compitiendo en un concurso de togas mojadas. Una banda de metal dorado rodeaba su antebrazo y, al estudiar atentamente la habitación, (___) se dio cuenta de que había mucha gente que los llevaba. Las mujeres cuyas vulvas estaban siendo comidas en la piscina, por ejemplo. Y los tres amantes que había en la tarima.
Cuando Joe vio que (____) estaba mirando en aquella dirección, le dijo:
—Solo los empleados folian en el escenario central. Tiene turnos durante toda la noche para mantener entretenida a la gente.
Dios, pensó ella, sexo sin parar. Durante toda la noche. ¿Cómo sería trabajar en aquel lugar? ¿Follar en ese diván durante toda la vida? Hasta aquel momento, se imaginaba cada aspecto del comercio sexual como algo sucio, degradante e indeseable, pero durante una décima de segundo, observar a aquella mujer recibiendo un placer tan completo por dos guapos romanos con sus cuerpos musculosos y sus vergas grandes y duras, (____) pensó que quizás aquello no fuera tan malo.
—¿Qué hay de... las enfermedades? —no pudo evitar preguntar.
—Hay preservativos debajo de cada cama —le informó Joe. —Y también juguetes sexuales completamente nuevos —cuando ella abrió los ojos de par en par, él añadió: —es como una especie de mini-bar en un hotel, cualquier cosa que cojas de allí será cargado a tu cuenta.
Incapaz de resistir a la tentación, (____) se inclinó sobre el borde de la cama y echó hacia atrás la manta blanca. En realidad, aparte de un bol poco hondo lleno de preservativos había una increíble variedad de vibradores y otros instrumentos con forma de pene, ¡y algunas cosas que ni siquiera pudo reconocer!
—¿Te gusta lo que ves? —preguntó él cuando ella se levantó, probablemente con una expresión estupefacta en la cara.
Ella se mordió el labio y contestó con sinceridad.
—Me gusta mucho más lo que veo aquí arriba.
—Ven aquí —le dijo él, después le dio un beso. Alrededor de ellos, notas sensuales de la lira todavía flotaban en el ambiente de la habitación y más gemidos y gruñidos resonaban, creando toda una sinfonía erótica, pero en aquel momento, todo en lo que ella podía fijarse era en Joe. Y cuando levantó la mano hacia su pecho, y lo acarició mientras sus besos descendían hacia su cuello, ni siquiera le importó que pudieran verla los demás.
Con aquella rapidez, de alguna manera se aclimató.
—¿Es tan horrible como habías imaginado? —le susurró al oído, y ella sintió la calidez de su aliento en el cuello.
Se dio cuenta de que su mirada estaba rezagada de nuevo en el trío que había en el centro de la habitación. La rubia ahora se turnaba para chupar las vergas de los hombres y la que no tenía en la boca la trabajaba con la mano.
—Es horrible y es... llamativo —dijo ella con suavidad, intentado analizar sus emociones. —¿Cómo es posible que me sienta a la vez horrorizada y... completamente cautivada?
—¿Quizás porque piensas demasiado? —le sugirió él entre unos besos que ahora le atravesaban el pecho.
Ella le lanzó una mirada sensual como respuesta.
—Debe ser genial ser un hombre, sin tener que sentir demasiado ni pensar demasiado.
—Pues se te ha dado muy bien esta semana, nena, y deberías volver a hacerlo ahora mismo.
Desde luego, él tenía razón. Se las había arreglado para descubrir un mundo sexual completamente nuevo con su guía y su habilidad por hacerla deshacerse de la vieja (____) durante aquella semana. Pero estar inmersa en algo tan enteramente escandaloso había amenazado con llevarla de vuelta allí.
Hasta ese momento.
Porque no estaba dispuesta a permitirlo.
En lugar de eso, iba a cerrar los ojos. Beber de la sensación que le provocaba los besos de Joe sobre su pecho, su pulgar acariciando su endurecido pezón. Embriagarse con los sonidos de placer que la rodeaban. Y... comerse una uva. Eso era lo que quería hacer. Dejar que un hombre la alimentara con una uva mientras Joe la besaba. Quería ser así de atrevida. Quería dar ese paso.
Y justo entonces, levantó la mano para hacerle señales a un guapo moreno que llevaba un brazalete dorado y sujetaba una bandeja de uvas, mientras que Joe deslizaba la mano por la tela blanca diáfana que le cubría los senos, desnudándolos, pero ella no lo detuvo.
No podía hacerlo.
Tenía que seguir adelante.
Mantuvo contacto visual con el chico guapo incluso cuando la boca de Joe se cerró sobre su pezón, y a su vulva le dio un espasmo.
Oh, Dios, estaba haciendo aquello, lo estaba haciendo realmente. De alguna manera, la hacía sentir infinitamente más desenfrenada que en cualquier cosa que se había permitido aquella semana.
El portador de uvas —que incluso parecía italiano— se acercó, y ella se lamió el labio superior, y señaló hacia una pila de uvas verdes. El chico levantó un pequeño racimo, lo sujetó por encima de sus labios abiertos y permitió que ella cogiera una entre los dientes y la lengua.
Cuando la uva se deshizo en su boca y el dulce jugo se liberó, Joe succionó con más fuerza y sintió cómo la vulva casi le explota de la oleada de placer que la invadió, haciéndola gemir.
—¿Más? —le preguntó el atractivo romano.
Aquello hizo que Joe levantara la cabeza y se diera cuenta de lo que estaba haciendo ella. Sus ojos se volvieron vidriosos de lujuria y ella se sintió hermosa y emocionantemente expuesta con sus pechos brillantes y desnudos entre los dos hombres. Estar exhibida de aquella manera la hizo sentirse más húmeda aún, la hizo sentirse caliente y dilatada bajo su diminuta toga.
Estuvo a punto de decir sí —a más uvas, y quizás a más de todo —cuando Joe miró al chico una vez más y esta vez dijo:
—¿Nick?
Oh, Dios.
El romano bajó la barbilla, pareció confuso al principio, pero entonces sonrió.
—Joe, joder.
—Hace un siglo que no te veo, tío.
—Probablemente cuando lo del whisky a gogó en el 2002, porque llevo en Las Vegas desde entonces.
(___) se irguió un poco y volvió a tirar de la tela hasta cubrirse los pechos. El corazón todavía le latía entre las piernas, pero su sentido de abandono pasional se había extinguido casi por completo sintiéndose un poco extraña.
—Mierda, lo siento, nena —dijo Joe entonces. —Este es un viejo amigo mío. Solía trabajar en un par de discotecas en Sunset y me aconsejaba cuando oía hablar de grupos nuevos —miró a Nick y dijo: —Esta es (___).
—Mmm, hola —dijo ella, agradecida bajo las extrañas circunstancias, porque Joe no había mencionado que era la nueva representante de A&R de Blue Night, incluso si aquello era todo confidencial.
Nick bajó la mirada hacia sus senos y le sonrió cálidamente.
—No hace falta que te tapes por mí, guapa. Cuando trabajas aquí, te acostumbras a ver montones de tetas.
Habló con tanta sinceridad que el comentario pareció tranquilizarla de alguna manera.
—Puedo imaginarlo.
—Entonces —dijo Joe— trabajando en el club de sexo más célebre de Las Vegas, ¿eh?
Nick se encogió de hombros bajo su toga.
—¿Qué puedo decir? Empecé aquí hace unos pocos meses, un par de noches a la semana. El dinero es bueno y el trabajo es divertido.
—Apuesto a que sí —le dijo Joe.
Nick volvió a mirar a (___).
—Los dejaré que vuelvan a hacer lo que estaban haciendo. Pero si necesitan cualquier cosa, háganmelo saber y me encargaré bien de ustedes.
Ella entendió que aquello significaba comida y bebida, pero sabiendo lo que hacía en aquel lugar, no pudo evitar tomarse la oferta de una manera diferente y aquella promesa la hizo humedecerse entre los muslos.
—Lo siento —le dijo Joe cuando se fue Nick, después se acostó sobre las almohadas doradas que adornaban la cama, dejando que los ojos se le cerraran de deseo. —Ahora, ¿dónde estábamos?
Ella impulsó el pecho hacia delante, hacia él y descubrió, agradecida, que podía que la conversación con Nick no hubiera apagado tanto su excitación como había pensado.
—Estábamos aquí.
En un movimiento veloz, Joe volvió a retirarle otra vez la tela del pecho y cerró la palma sobre la dolorida piel.
—Me ha encantado que lo llamaras —le murmuró entre más besos en el cuello.
Aquellos besos la habían puesto tan excitada que apenas se vio capaz de responder.
—Era solo... por las uvas.
Una sexy sonrisa se le desplegó en la cara.
—Aun así... me has puesto más cachondo de lo que ya estaba —su mano se movió hacia su rodilla doblada, y se deslizó hacia arriba por su muslo mientras se inclinaba para pasar la lengua sobre su pezón. Y en el centro de la habitación, la rubia gritaba de placer, y (___) levantó la mirada para ver cómo uno de los hombres la penetraba desde detrás, y el otro desde debajo, y ella comprendió en aquel momento, ¡que uno de los dos le estaba penetrando por el ano! En ese momento Joe deslizó la mano entre sus piernas.
—Oooh... —gimió ella, en aquel instante necesitaba más que nada su caricia allí.
—Dios mío —murmuró él, después retiró la mano para levantarle la falda.
Fue entonces, cuando ella se acordó de que se había afeitado para él y que Joe acababa de darse cuenta de ello. En un lugar mucho más diferente de lo que ella había imaginado.
Miró hacia abajo y vio su suave y clara piel, la pequeña y rosada protuberancia de su clítoris sobresaliendo de su desnuda abertura.
—Oh, nena —dijo él, y sonó completamente loco de deseo por ella. —Mira tu dulce vulva. Mira lo que has hecho por mí.
—¿Te gusta? —incluso extendió un poco más las piernas para que él pudiera mirarlo y, justo como había pasado cuando él le había desnudado el pecho, se dio cuenta de que ya no se preocupaba de que hubiera otras personas en la habitación.
El dejó escapar un leve gemido en respuesta, después gruñó:
—Tengo que lamerte. Ahora.
—Oh... —dijo ella, de repente sin respiración... y preparada. Encontró su mirada y no dudó ni un momento en abrir un poco más las piernas.
Después de otra mirada voraz a sus ojos, Joe concentró de nuevo su atención en la vulva y se inclinó sobre ella.
Ella se hizo hacia atrás sobre las almohadas y abrió las piernas incluso aún más, todo lo que pudo, para darle la bienvenida a su lengua hambrienta y húmeda. Ella observó cada uno de sus largos lametones, con un nuevo placer que explotaba en su interior con cada una de las caricias. Y observó el trío que todavía estaba follando en la tarima, también. Y fue consciente de que algunos ojos en la habitación estaban incluso mirándola a ella. La observaban mientras le comían el cono.
Aquello debería haberla horrorizado, todo ello, pero no fue así. Solo aumentó más su excitación, y la volvió loca de lujuria, mientras ascendía hacia una altura sexual que casi le parecía irreal.
Siguió sus necesidades, liberó el otro pecho de debajo de la tela blanca y empezó a masajearse los dos con las manos. Joe la lamió incluso con más intensidad cuando la vio hacer aquello, y justo por encima de su cabeza, en la tarima, pudo ver que la escena había cambiado: otro hombre se había unido al trío.
La rubia se montó a horcajadas sobre uno de ellos como si fuera una vaquera, mientras otro le follaba el ano por detrás. Y de pie al lado de la cabeza reclinada del otro hombre estaba... ¡Nick, metiéndose la verga en su ansiosa boca!
(____) nunca había visto, ni siquiera imaginado, una escena como aquella. Y tampoco podía haberse imaginado deseando aquello —tantos hombres, dentro de la rubia, de una vez— pero la mujer parecía embriagada de placer.
(____) seguía observándolos mientras los lametones de Joe llegaban a su interior, y ella se levantaba para recibir su boca.
—Sí, cariño. Sí—le susurró. Todavía se masajeaba los pechos con las palmas de las manos y sintiendo los ojos de la habitación puestos en ella y —santo cielo— le gustó.
Al mismo tiempo, dejó que sus ojos vagaran un poco más, hacia las parejas, los tríos y los cuartetos que había alrededor de la habitación. El lugar resonaba con sollozos y gemidos y la hacía sumergirse incluso más completamente en aquella sensación de abandono. Anhelaba deshacerse de sus inhibiciones como nunca antes lo había hecho, y se folló la boca de Joe con más intensidad aún, gimió más alto, y volvió a concentrar su atención en la escena que tenía lugar en la plataforma.
¿Qué sensación sentiría con tantas vergas grandes y sólidas dentro de ella, embistiéndola? ¿Cómo podía recibir un cuerpo tanta sensación? ¿Cómo sería ser el centro de una orgía romana total?
Su placer se multiplicó, y supo que pronto alcanzaría el orgasmo.
—Oh, nene, lámeme —le rogó a Joe, deleitándose con la vista de sus maravillosos ojos negros entre sus piernas. —Lámeme el cono.
Joe respondió cerrando la boca alrededor de su dilatado clítoris, haciéndola gritar y estrujar sus pechos con más fuerza. Succionó, tiró de la caliente bolita más y más fuerte y justo cuando la mujer de la tarima soltaba el pene de Nick para gritar su orgasmo, a (___) también le golpeó el suyo.
Escuchó sus propios sollozos, sin importarle que fuera a atraer la atención de los demás, solo respondiendo a las intensas palpitaciones de placer que la invadían, una y otra vez. Y sobre la tarima, los dos hombres que habían entrado dentro de la rubia, empujaban y gemían, los tres se movían ahora juntos en ondulaciones, mientras el clímax de (___) se desvanecía lentamente.
Excepto por Nick, que no se había corrido aún. Su verga estaba larga y dura todavía, casi bonita de la manera en la que un falo puede serlo. Y al principio, (____) se preguntó por qué razón no habría terminado, pero entonces se le ocurrió la idea de que la mayoría de los chicos solo podían aguantar pocas erecciones en una misma noche y que quizás tuviera que reservarse por el bien de su trabajo.
—¿Cómo estás? —le preguntó Joe, que se arrastró hacia ella en la cama.
Ella se sentía realmente maravillosa, incluso con todos los otros actos sexuales todavía teniendo lugar alrededor de ella.
—Mmm, muy bien, gracias por tu experta lengua.
Juguetonamente, él se inclinó para pasarla por uno de sus pezones.
—A mi lengua también le gustas tú.
Justo entonces, una chica vestida con toga se detuvo a los pies de su cama, con unas copas de vino en la mano.
—Para apagar vuestra sed —les dijo.
Aceptaron el vino, le dieron las gracias y (___) se dio cuenta de que si los empleados tenían la delicadeza de ofrecerles una bebida después de un orgasmo, debían estar vigilando lo que hacía la gente. El vino tenía un sabor dulce y punzante y cuando (___) besó a Joe pudo saborear a la vez el Chardonnay y sus propios jugos en la mezcla.
—Quiero tu verga —le dijo atrevidamente, sin duda alguna.
—Está justo aquí —dijo él, justo como lo había dicho la noche pasada. —Todo lo que tienes que hacer es cogerla.
Miró hacia abajo y vio que su erección hacía una gran carpa en su toga. Y se dio cuenta de que extrañamente, escandalosamente. .. necesitaba algo más que solo su verga.
Algo mucho más extremo.
—Quiero que me folies ahí —señaló hacia la tarima que había al centro de todas las camas, y que ahora estaba ocupada por dos chicas y un chico. Ambas mujeres estaban en topless, y llevaban solo pequeñas faldas blancas y unos tacones dorados romanescos como los que llevaba ella. Una estaba de pie besando al chico, mientras la otra estaba arrodillada a los pies de él, hurgando bajo su toga, claramente preparándose para hacerle una mamada.
—¿En serio? —le preguntó Joe, con una expresión que probablemente fuera la más sorprendida que había visto nunca en él. Parecía que ni siquiera se daba cuenta de lo que estaba sucediendo en el centro de la habitación.
Ella asintió, sin pararse a reflexionar acerca de ello.
—No sé por qué quiero hacerlo, y no puedo creer que realmente lo quiera, pero así es. Quiero que me folies delante de todas esas personas. Quiero que vean cómo me das, quiero que me vean recibiéndolo, quiero que vean nuestro placer.
La respiración de Joe se volvió superficial, claramente estaba en una posición media entre la conmoción y el deseo.
—Me encantaría follarte ahí mismo, nena, pero, como te he dicho antes, solo la gente que trabaja aquí puede hacer eso. El sexo está orquestado, como en una película porno.
Se había dejado llevar tanto por la lascivia que se olvidó de las reglas. Y de repente, al oír que no podía hacerlo, (___) se desesperó por hacer realidad aquella fantasía nueva e inesperada. Si no lo hacía, sería... como si le quedara algo más que hacer en aquel viaje salvaje, como si no hubiera alcanzado todo su potencial erótico, el potencial que Joe había descubierto.
Estudió la habitación, divisó a Nick, que acababa de ponerse de nuevo la toga.
—Pregúntaselo a tu amigo. Quizás puedan hacer una excepción.
Joe se limitó a parpadear.
—Realmente quieres hacer esto, ¿verdad?
Ella asintió, sintiéndose escandalosa, fiera y preparada, y también decidida.
— Quiero demostrarte lo sucia que puedo llegar a ser, Joe. Quiero ser... la pareja sexual de tus sueños.
Él levantó la mano hacia su cara.
—Ya lo eres, (____).
Sintió cómo le daba un vuelco el corazón.
—¿Lo soy?
—Me he follado a un montón de chicas, nena, pero...
Ella se mordió el labio.
—¿Pero qué?
—La mayoría de ellas eran... chicas malas desde el principio. Y como tú me has dejado... sacar a la chica mala que hay en ti... bueno, eso me hace sentir más excitado, de una manera que nunca antes había experimentado.
(____) apenas había empezado a procesar sus palabras, a dejar que le atravesaran la piel, cuando Nick se acercó a ellos y Joe levantó la mano para detenerlo.
—Oye —dijo Joe, con un tono de voz bajo y conspiratorio. —¿Hay alguna manera de que pueda llevar a mi chica ahí arriba? —señaló hacia la tarima, donde había ahora una mujer sentada en el regazo de un chico, deslizándose arriba y abajo por su verga con las piernas completamente abiertas, permitiendo que la otra chica la lamiera.
Nick miró de un lado a otro entre ellos, sin ningún gesto en su expresión que revelara lo que pensaba.
—A veces —empezó él—, dejan que los invitados se suban ahí arriba, pero solo con alguien que trabaja aquí. Saben que nosotros mantendremos el sexo en la dirección correcta, les asegura que siga siendo visualmente excitante, ¿entendéis?
Joe asintió y entonces, con cautela, miró a (____).
Ella sabía que debería decir «Gracias de todas maneras, lo siento». Pero en lugar de eso, dijo:
—Quizás podamos hacerlo.
Joe parpadeó, y ella supo que si lo había dejado sorprendido con la petición original, aquello no podía compararse con la expresión de asombro que había provocado esa sugerencia.
—¿Podemos?
Ella bajó la barbilla ligeramente, ahora se sintió algo tímida.
—Sí... si quieres hacerlo.
—¿Yo? Oh, sí, nena, me parece bien. Es solo que no esperaba que tú quisieras.
—Yo tampoco, pero... —levantó la mirada hacia Nick. —Pareces un buen chico.
Él se encogió de hombros y le sonrió.
—Lo intento.
Miró de un lado a otro entre los dos hombres, y finalmente su mirada se rezagó en Joe.
—Así que... quizás podamos... hacerlo... con Nick.
Ell Payne'
Re: 7 noches de pecado(Joe&Tu) -Super Hot!- (T E R M I N A D A)!
Awwww ¿Lo ven? $:
Soy la mejor del mundisimo (8 Okno ajajaj xD
Wiiii Esperandiin capizin *-*
Soy la mejor del mundisimo (8 Okno ajajaj xD
Wiiii Esperandiin capizin *-*
#Just_InLove[Ori]
Re: 7 noches de pecado(Joe&Tu) -Super Hot!- (T E R M I N A D A)!
A M E N M E 8)
y para qe no digas nada Ori 7,7
el caaaap esta mega largooooooooooo :twisted:
espero les gusteee
mañana subo el siguiente cap
las qieroooo
y para qe no digas nada Ori 7,7
el caaaap esta mega largooooooooooo :twisted:
espero les gusteee
mañana subo el siguiente cap
las qieroooo
Última edición por ElviiThaJonas el Miér 04 Mayo 2011, 10:01 pm, editado 1 vez
Ell Payne'
Re: 7 noches de pecado(Joe&Tu) -Super Hot!- (T E R M I N A D A)!
Que cap tan hot! Me encantaaaa!! :) Siguela quiero mas mas mas mas no me cansó de esta novela la AMO
claudia12
Re: 7 noches de pecado(Joe&Tu) -Super Hot!- (T E R M I N A D A)!
ElviiThaJonas escribió:A M E N M E 8)
y para qe no digas nada Ori 7,7
el caaaap esta mega largooooooooooo :twisted:
espero les gusteee
mañana subo el siguiente cap
las qieroooo
Ayy sisisi te amo *-* OMG que capitulo $:
Y esta bien, esta bien... no dire nadaa... pero siguela mañanaa *-*
Y esta bien, esta bien... no dire nadaa... pero siguela mañanaa *-*
#Just_InLove[Ori]
Re: 7 noches de pecado(Joe&Tu) -Super Hot!- (T E R M I N A D A)!
Siguela, Siguela, Siguela!!!!!!!! :D
NiinnyJonas
Re: 7 noches de pecado(Joe&Tu) -Super Hot!- (T E R M I N A D A)!
coomoo laa deejaas asii!!!!!!,, SIGUELA!!!!!,, mee eencaantaa tuu noovee eenseeriioo :D
mii noovee
https://onlywn.activoforo.com/t5502-nuestro-destino-es-estar-juntos-skandar-y-tu
mii noovee
https://onlywn.activoforo.com/t5502-nuestro-destino-es-estar-juntos-skandar-y-tu
__#Kari♥Henderson♥Hart...
Re: 7 noches de pecado(Joe&Tu) -Super Hot!- (T E R M I N A D A)!
Miss nenaaaas
qe bueno qe les haya gustado el capi
ahora viene lo bueeeeno :twisted:
viene un trioooooooo
con N I C K :twisted:
Disfrutenloooo
y comenteeeeeeen:3
qe bueno qe les haya gustado el capi
ahora viene lo bueeeeno :twisted:
viene un trioooooooo
con N I C K :twisted:
Disfrutenloooo
y comenteeeeeeen:3
Ell Payne'
Re: 7 noches de pecado(Joe&Tu) -Super Hot!- (T E R M I N A D A)!
CAPÍTULO 07
Lo que más sorprendió a (____) fue lo fácil que le resultaba todo aquello.
Lo fácil que fue dejarse guiar por Nick y Joe hasta la tarima cuando el trío anterior acabó su escena. Lo fácil que era concentrarse simplemente en Joe y en su deseo por él —más que eso, en su amor por él— mientras le pasaba los brazos alrededor del cuello y lo besaba delante de la multitud.
Por supuesto, la razón por la que aquello le resultaba fácil era en parte porque, incluso aunque fueran el centro de atención, había mucho que estaba teniendo lugar a la vez. Algunas personas se fueron y llegaron otras nuevas. Algunas de las camas de los alrededores estaban llenas de gente follando y chicas desnudas iban y venían de las piscinas cuando querían, solo para pasearse por la sala, húmedas y con un aspecto impresionante.
Pero la otra razón por lo que aquello le parecía fácil fue porque Joe había hecho que así fuera. Había logrado que el pecado fuera tan... bueno. Aquel tipo de pecado. Se negó a pensar en otros pecados que podía haber cometido aquella semana, y se concentró solo en los pecados de la carne, lo cual, compartidos con Joe, ya no le parecían pecados en absoluto.
Las suaves notas de la música de los laúdes y las liras llenaban el ambiente mientras Joe la miraba en la tarima, y Nick se levantaba detrás de ella. Y (___) se alegró, porque incluso si se los follaba a los dos, todo aquello era por darle placer a Joe, excitar a Joe, por ser su última y liberada chica sucia.
La mirada de Joe cayó hacia sus pechos. La tela de la toga la cubría ahora otra vez y, levantando las manos, moldeó sus pechos, haciéndola suspirar y arquearse hacia él.
Detrás de ella, las fuertes manos de Nick se cerraron sobre sus caderas, después descendieron lentamente para masajearle el trasero.
Oh, Dios, ella nunca había sido tocada por dos hombres a la vez. Y era parecido a lo que había experimentado la noche anterior, cuando había recibido placer por Joe y Miley, solo que aquello era mejor aún. Porque sus dos amantes eran hombres, hombres duros y varoniles. Y porque le daba la sensación de que todo el mundo los estaba mirando, la observaba deshacerse de cada una de sus inhibiciones, por su amante.
Las palmas de Nick la tocaban con destreza desde atrás, y subían por su cintura hasta llegar a sus pechos y acariciarlos con suavidad, amasándolos después. Ella echó hacia atrás la cabeza mientras sufría el placer extraño y embriagador de dejarse tocar por alguien que no conocía mientras Joe la observaba.
Cuando Nick curvó los dedos en las franjas de tela que le cubrían el pecho y tiró hacia abajo, desnudándola, Joe se inclinó para besarla, y succionar sus pezones. Y mientras el placer la inundaba, las manos de Nick viajaron más abajo: una le levantó la falda y la otra le acarició con descaro entre sus piernas. Ella se movió involuntariamente contra sus dedos, el hecho de ser el centro de atención de la bacanal todavía alimentaba su excitación.
Y cuando Nick desató el cordón de oro que había alrededor de su cintura y Joe deslizó los pulgares bajo las cuerdas de su hombro para hacer que su vestido cayera en un remolino hacia sus tobillos, ella ni siquiera se sobresaltó por su desnudez. Es más, gozó de ella. Sus pezones se arrugaron y se tensaron más, su vulva se inundó de calor.
Con la guía de las manos de Nick, ella se puso sobre la tarima, sobre las manos y las rodillas, adoptando la misma postura que había tomado la rubia que estaba de rodillas a su llegada, la rubia que al principio empezó a inspirar su deseo por un sexo tan temerario.
Como la rubia antes que ella, lanzó atrevidamente el trasero al aire, arqueó la espalda y levantó la cabeza para mirar a Joe cuando este se deshizo de su propia toga, que cayó de un golpe al suelo. Sus ojos, entonces, se desviaron a su tremenda verga, que estaba completamente erguida, y parecía tan dura y preparada que ella no podía esperar a darse el banquete.
—Ponla en mi boca —le dijo ella, mirándolo a sus ojos negros otra vez. Vio también que Nick estaba poniéndose un preservativo detrás de ella.
Debería haberse sentido aterrorizada. Alucinada. Pero simplemente no lo estaba. Las cosas que había visto en aquel lugar y aquella noche la habían liberado de tal manera que solo por aquella noche, sus deseos no conocían límite alguno.
Cuando Joe le colocó la verga en los labios, ella los abrió y dejó que él se deslizara dentro. Llenó el hueco de su boca, lento, profundo y ella se deleitó con todos los ojos que la observaban en un estado tan obsceno.
Y cuando él empezó a moverse dentro y fuera, mientras ella se adaptaba a su ritmo, las manos de Nick se cerraron en su trasero y su mango empujó contra su húmeda abertura.
Una vez más, parte de ella deseaba sentir repulsión, sentirse utilizada y abusada, sentir que estaba cometiendo un terrible error. Pero lo cierto era que no sentía ninguna de esas cosas. Se sentía preparada. Preparada para que dos enormes y duras vergas se la follaran. Preparada para enseñarle al mundo entero —o al menos a las demás personas que habían ido a aquel lugar esa noche— lo hambrienta que estaba, lo traviesa y sucia que era.
Cuando Nick la penetró, gimió alrededor de la verga de Joe. Oh, cielos, nunca antes se había sentido tan llena. Y de repente, comprendió el regocijo que había visto en los ojos de la rubia antes. Mientras Nick la embestía desde atrás, Joe le daba su verga desde delante, ambos hombres la hacían sentir más completamente follada de lo que ella hubiera imaginado posible.
Se movieron de aquella manera juntos, su lujuria crecía por momentos, el calor se hacía más intenso, incluso aunque la sensación de tener dos grandes mangos dentro de ella amenazara con abrumarla. Respondió empujando hacia atrás con más fuerza, y succionando a Joe con más energía. Dio todo lo que tenía, quería perderse en cada matiz de aquel momento, deseaba sentir todo lo que había que sentir.
Nick la embistió con más poder, hasta que ella se vio forzada a soltar la verga de Joe para gritar de placer mientras las embestidas la aporreaban desde detrás. Pero miró a los ojos de Joe todo el tiempo, en cada duro golpe que recibía del hombre que tenía detrás y —oh, vaya— era como si Joe estuviera al mismo tiempo delante y detrás de ella, porque le daba la sensación de que era él quien se la estaba follando y no otra persona.
—Muy bien, nena —le susurró. —Lo estás haciendo tan jodidamente bien —y ella adoraba que él estuviera tan metido en aquello como ella lo estaba, observando a otro hombre hacérselo mientras ella lo miraba a los ojos.
Pero entonces, Nick, se relajó y aún sin salir de ella utilizó las manos para cambiarla de posición, lo que le recordó a (___) que aquello era un espectáculo para el disfrute de otros clientes y ella estuvo de acuerdo en seguir su guía incluso aunque él hubiera prometido que las cosas serían sencillas.
Detrás de ella, Nick se echó un poco hacia atrás, se abrazó a (___) y con su verga todavía dentro de ella, descansó las rodillas en la tarima, lo que los situó a los dos en una postura erguida. Oh, sentía que de aquella manera la penetraba con más profundidad, ya que descansaba el peso de su cuerpo sobre él. Tenía las piernas separadas, tan abiertas que sus pantorrillas se extendían por encima de ambos lados de Nick y él tendió la mano hasta sus muslos y utilizó las yemas de los dedos para acariciar también la parte de delante de su vulva.
Los ojos de Joe cayeron brevemente a su piel recién afeitada, después los levantó hacia ella. Se había quedado de pie a un lado de la elaborada tarima, pero ahora se subía a ella y se colocaba sobre el banco tapizado de rodillas, se acercó más y más, hasta que su endurecida verga presionó directamente entre sus pechos.
Ella aguantó la respiración cuando sintió las manos de Nick subir más arriba y presionar los dos montes de piel suave alrededor de la longitud dura como la roca de Joe. Suspiró con el placer que aquello le produjo, un placer que nunca antes había contemplado. Y el placer se volvió incluso más intenso cuando Joe empezó a deslizar su erección arriba y abajo entre sus tetas, follándoselas. Oh, Dios, la hacía sentirse tan bien. Tan bien recibir unos golpes tan poderosos aporreando sus pechos mientras Nick continuaba follándose su vulva desde abajo.
Una vez más, se movió con ellos, los tres encontraron un ritmo en común, y después trabajaron en él. Alrededor de ellos, se escuchaban los gemidos de placer que invadían el ambiente, algunos de ellos venían de ella y los dos hombres que estaban dándole placer. Y estar en aquella tarima seguía inspirándola, haciéndola más enérgica, deseando demostrarle a todos los que allí había lo que era ser una chica mala perfecta.
Cuando la verga de Joe empujó hacia arriba, ella sacó la lengua y recibió la punta en cada una de las embestidas. Él dejaba escapar un caliente gemido tras otro con cada lametón que ella le daba, y finalmente, se inclinó hacia delante, formando una O con la boca, dejándolo que guiara la cabeza de su verga entre sus labios cada vez.
Al hacer que su verga se humedeciera de nuevo, permitió que se deslizara con más facilidad a través del valle de sus senos, volviéndole la piel pegajosa, haciendo que ambos pechos se golpearan el uno con el otro con más fuerza. Ahora eran las palmas de las manos de Joe las que presionaban sus tetas alrededor de su verga, Nick utilizaba ahora una mano para equilibrar su cintura mientras se la follaba y la otra para frotar su clítoris con cálidos y pequeños círculos.
Se movieron al unísono, el placer se hacía más profundo, más intenso, hasta que (___) pensó que se moriría al recibir tanto a la vez. El remolino rítmico de los dedos de Nick demostraban su experiencia sexual, llevándola cada vez más cerca del orgasmo con cada una de sus caricias circulares. Ella empujaba el clítoris contra su mano incluso mientras recibía su verga desde abajo. Y sintió los pechos dilatados de los golpes que recibía de la verga de Joe, que de alguna manera, le pareció más grande que nunca.
Escuchó cómo su propia respiración se volvía más difícil, más ruidosa, y supo que estaba muy cerca de alcanzar el clímax, y sobre ella escuchó que Joe también respiraba con dificultad. Levantó la cabeza y se encontró con su mirada cuando la punta de su mango entraba en su boca, después lo escuchó murmurar:
—Oh, joder, me estoy corriendo —justo cuando un cálido y húmedo semen salió disparado de la hendidura de su verga, arqueándose a lo largo de sus senos en uno, dos y tres vigorosos disparos.
Ella se quedó sin respiración y alcanzó el orgasmo, las cálidas palpitaciones de un placer que explotó en su vulva y se extendió hacia fuera mientras Joe frotaba sensualmente su blanca y caliente semilla por sus pechos, dejándolos pegajosos y brillantes, en un masaje obsceno que hacía que su clímax se alargara más y más, más tiempo de lo que nunca había durado.
Cuando finalmente el placer empezaba a desvanecerse, sintió que Nick empujaba su verga dentro de ella —con más y más dureza— gimiendo con cada golpe, mientras sus manos se agarraban a sus caderas con fuerza y entonces, supo que él también acababa de correrse.
Y mientras todos se quedaban quietos, la multitud que los rodeaba pareció quedarse en silencio también —haciéndola pensar a ella que quizás había un montón de gente que se había corrido con ellos— y Joe hizo algo que nadie en la tarima había hecho aquella noche después del espectáculo. Le tomó la cara entre las manos y la besó.
Lo que más sorprendió a (____) fue lo fácil que le resultaba todo aquello.
Lo fácil que fue dejarse guiar por Nick y Joe hasta la tarima cuando el trío anterior acabó su escena. Lo fácil que era concentrarse simplemente en Joe y en su deseo por él —más que eso, en su amor por él— mientras le pasaba los brazos alrededor del cuello y lo besaba delante de la multitud.
Por supuesto, la razón por la que aquello le resultaba fácil era en parte porque, incluso aunque fueran el centro de atención, había mucho que estaba teniendo lugar a la vez. Algunas personas se fueron y llegaron otras nuevas. Algunas de las camas de los alrededores estaban llenas de gente follando y chicas desnudas iban y venían de las piscinas cuando querían, solo para pasearse por la sala, húmedas y con un aspecto impresionante.
Pero la otra razón por lo que aquello le parecía fácil fue porque Joe había hecho que así fuera. Había logrado que el pecado fuera tan... bueno. Aquel tipo de pecado. Se negó a pensar en otros pecados que podía haber cometido aquella semana, y se concentró solo en los pecados de la carne, lo cual, compartidos con Joe, ya no le parecían pecados en absoluto.
Las suaves notas de la música de los laúdes y las liras llenaban el ambiente mientras Joe la miraba en la tarima, y Nick se levantaba detrás de ella. Y (___) se alegró, porque incluso si se los follaba a los dos, todo aquello era por darle placer a Joe, excitar a Joe, por ser su última y liberada chica sucia.
La mirada de Joe cayó hacia sus pechos. La tela de la toga la cubría ahora otra vez y, levantando las manos, moldeó sus pechos, haciéndola suspirar y arquearse hacia él.
Detrás de ella, las fuertes manos de Nick se cerraron sobre sus caderas, después descendieron lentamente para masajearle el trasero.
Oh, Dios, ella nunca había sido tocada por dos hombres a la vez. Y era parecido a lo que había experimentado la noche anterior, cuando había recibido placer por Joe y Miley, solo que aquello era mejor aún. Porque sus dos amantes eran hombres, hombres duros y varoniles. Y porque le daba la sensación de que todo el mundo los estaba mirando, la observaba deshacerse de cada una de sus inhibiciones, por su amante.
Las palmas de Nick la tocaban con destreza desde atrás, y subían por su cintura hasta llegar a sus pechos y acariciarlos con suavidad, amasándolos después. Ella echó hacia atrás la cabeza mientras sufría el placer extraño y embriagador de dejarse tocar por alguien que no conocía mientras Joe la observaba.
Cuando Nick curvó los dedos en las franjas de tela que le cubrían el pecho y tiró hacia abajo, desnudándola, Joe se inclinó para besarla, y succionar sus pezones. Y mientras el placer la inundaba, las manos de Nick viajaron más abajo: una le levantó la falda y la otra le acarició con descaro entre sus piernas. Ella se movió involuntariamente contra sus dedos, el hecho de ser el centro de atención de la bacanal todavía alimentaba su excitación.
Y cuando Nick desató el cordón de oro que había alrededor de su cintura y Joe deslizó los pulgares bajo las cuerdas de su hombro para hacer que su vestido cayera en un remolino hacia sus tobillos, ella ni siquiera se sobresaltó por su desnudez. Es más, gozó de ella. Sus pezones se arrugaron y se tensaron más, su vulva se inundó de calor.
Con la guía de las manos de Nick, ella se puso sobre la tarima, sobre las manos y las rodillas, adoptando la misma postura que había tomado la rubia que estaba de rodillas a su llegada, la rubia que al principio empezó a inspirar su deseo por un sexo tan temerario.
Como la rubia antes que ella, lanzó atrevidamente el trasero al aire, arqueó la espalda y levantó la cabeza para mirar a Joe cuando este se deshizo de su propia toga, que cayó de un golpe al suelo. Sus ojos, entonces, se desviaron a su tremenda verga, que estaba completamente erguida, y parecía tan dura y preparada que ella no podía esperar a darse el banquete.
—Ponla en mi boca —le dijo ella, mirándolo a sus ojos negros otra vez. Vio también que Nick estaba poniéndose un preservativo detrás de ella.
Debería haberse sentido aterrorizada. Alucinada. Pero simplemente no lo estaba. Las cosas que había visto en aquel lugar y aquella noche la habían liberado de tal manera que solo por aquella noche, sus deseos no conocían límite alguno.
Cuando Joe le colocó la verga en los labios, ella los abrió y dejó que él se deslizara dentro. Llenó el hueco de su boca, lento, profundo y ella se deleitó con todos los ojos que la observaban en un estado tan obsceno.
Y cuando él empezó a moverse dentro y fuera, mientras ella se adaptaba a su ritmo, las manos de Nick se cerraron en su trasero y su mango empujó contra su húmeda abertura.
Una vez más, parte de ella deseaba sentir repulsión, sentirse utilizada y abusada, sentir que estaba cometiendo un terrible error. Pero lo cierto era que no sentía ninguna de esas cosas. Se sentía preparada. Preparada para que dos enormes y duras vergas se la follaran. Preparada para enseñarle al mundo entero —o al menos a las demás personas que habían ido a aquel lugar esa noche— lo hambrienta que estaba, lo traviesa y sucia que era.
Cuando Nick la penetró, gimió alrededor de la verga de Joe. Oh, cielos, nunca antes se había sentido tan llena. Y de repente, comprendió el regocijo que había visto en los ojos de la rubia antes. Mientras Nick la embestía desde atrás, Joe le daba su verga desde delante, ambos hombres la hacían sentir más completamente follada de lo que ella hubiera imaginado posible.
Se movieron de aquella manera juntos, su lujuria crecía por momentos, el calor se hacía más intenso, incluso aunque la sensación de tener dos grandes mangos dentro de ella amenazara con abrumarla. Respondió empujando hacia atrás con más fuerza, y succionando a Joe con más energía. Dio todo lo que tenía, quería perderse en cada matiz de aquel momento, deseaba sentir todo lo que había que sentir.
Nick la embistió con más poder, hasta que ella se vio forzada a soltar la verga de Joe para gritar de placer mientras las embestidas la aporreaban desde detrás. Pero miró a los ojos de Joe todo el tiempo, en cada duro golpe que recibía del hombre que tenía detrás y —oh, vaya— era como si Joe estuviera al mismo tiempo delante y detrás de ella, porque le daba la sensación de que era él quien se la estaba follando y no otra persona.
—Muy bien, nena —le susurró. —Lo estás haciendo tan jodidamente bien —y ella adoraba que él estuviera tan metido en aquello como ella lo estaba, observando a otro hombre hacérselo mientras ella lo miraba a los ojos.
Pero entonces, Nick, se relajó y aún sin salir de ella utilizó las manos para cambiarla de posición, lo que le recordó a (___) que aquello era un espectáculo para el disfrute de otros clientes y ella estuvo de acuerdo en seguir su guía incluso aunque él hubiera prometido que las cosas serían sencillas.
Detrás de ella, Nick se echó un poco hacia atrás, se abrazó a (___) y con su verga todavía dentro de ella, descansó las rodillas en la tarima, lo que los situó a los dos en una postura erguida. Oh, sentía que de aquella manera la penetraba con más profundidad, ya que descansaba el peso de su cuerpo sobre él. Tenía las piernas separadas, tan abiertas que sus pantorrillas se extendían por encima de ambos lados de Nick y él tendió la mano hasta sus muslos y utilizó las yemas de los dedos para acariciar también la parte de delante de su vulva.
Los ojos de Joe cayeron brevemente a su piel recién afeitada, después los levantó hacia ella. Se había quedado de pie a un lado de la elaborada tarima, pero ahora se subía a ella y se colocaba sobre el banco tapizado de rodillas, se acercó más y más, hasta que su endurecida verga presionó directamente entre sus pechos.
Ella aguantó la respiración cuando sintió las manos de Nick subir más arriba y presionar los dos montes de piel suave alrededor de la longitud dura como la roca de Joe. Suspiró con el placer que aquello le produjo, un placer que nunca antes había contemplado. Y el placer se volvió incluso más intenso cuando Joe empezó a deslizar su erección arriba y abajo entre sus tetas, follándoselas. Oh, Dios, la hacía sentirse tan bien. Tan bien recibir unos golpes tan poderosos aporreando sus pechos mientras Nick continuaba follándose su vulva desde abajo.
Una vez más, se movió con ellos, los tres encontraron un ritmo en común, y después trabajaron en él. Alrededor de ellos, se escuchaban los gemidos de placer que invadían el ambiente, algunos de ellos venían de ella y los dos hombres que estaban dándole placer. Y estar en aquella tarima seguía inspirándola, haciéndola más enérgica, deseando demostrarle a todos los que allí había lo que era ser una chica mala perfecta.
Cuando la verga de Joe empujó hacia arriba, ella sacó la lengua y recibió la punta en cada una de las embestidas. Él dejaba escapar un caliente gemido tras otro con cada lametón que ella le daba, y finalmente, se inclinó hacia delante, formando una O con la boca, dejándolo que guiara la cabeza de su verga entre sus labios cada vez.
Al hacer que su verga se humedeciera de nuevo, permitió que se deslizara con más facilidad a través del valle de sus senos, volviéndole la piel pegajosa, haciendo que ambos pechos se golpearan el uno con el otro con más fuerza. Ahora eran las palmas de las manos de Joe las que presionaban sus tetas alrededor de su verga, Nick utilizaba ahora una mano para equilibrar su cintura mientras se la follaba y la otra para frotar su clítoris con cálidos y pequeños círculos.
Se movieron al unísono, el placer se hacía más profundo, más intenso, hasta que (___) pensó que se moriría al recibir tanto a la vez. El remolino rítmico de los dedos de Nick demostraban su experiencia sexual, llevándola cada vez más cerca del orgasmo con cada una de sus caricias circulares. Ella empujaba el clítoris contra su mano incluso mientras recibía su verga desde abajo. Y sintió los pechos dilatados de los golpes que recibía de la verga de Joe, que de alguna manera, le pareció más grande que nunca.
Escuchó cómo su propia respiración se volvía más difícil, más ruidosa, y supo que estaba muy cerca de alcanzar el clímax, y sobre ella escuchó que Joe también respiraba con dificultad. Levantó la cabeza y se encontró con su mirada cuando la punta de su mango entraba en su boca, después lo escuchó murmurar:
—Oh, joder, me estoy corriendo —justo cuando un cálido y húmedo semen salió disparado de la hendidura de su verga, arqueándose a lo largo de sus senos en uno, dos y tres vigorosos disparos.
Ella se quedó sin respiración y alcanzó el orgasmo, las cálidas palpitaciones de un placer que explotó en su vulva y se extendió hacia fuera mientras Joe frotaba sensualmente su blanca y caliente semilla por sus pechos, dejándolos pegajosos y brillantes, en un masaje obsceno que hacía que su clímax se alargara más y más, más tiempo de lo que nunca había durado.
Cuando finalmente el placer empezaba a desvanecerse, sintió que Nick empujaba su verga dentro de ella —con más y más dureza— gimiendo con cada golpe, mientras sus manos se agarraban a sus caderas con fuerza y entonces, supo que él también acababa de correrse.
Y mientras todos se quedaban quietos, la multitud que los rodeaba pareció quedarse en silencio también —haciéndola pensar a ella que quizás había un montón de gente que se había corrido con ellos— y Joe hizo algo que nadie en la tarima había hecho aquella noche después del espectáculo. Le tomó la cara entre las manos y la besó.
Ell Payne'
Re: 7 noches de pecado(Joe&Tu) -Super Hot!- (T E R M I N A D A)!
AMO LA NOVELA SIGUELAAAAAAAAAAAAAAAA
claudia12
Re: 7 noches de pecado(Joe&Tu) -Super Hot!- (T E R M I N A D A)!
OMG...
MEGASUPERINCREIBLEMETE
SIGUELA
MEGASUPERINCREIBLEMETE
SIGUELA
#Ale
Re: 7 noches de pecado(Joe&Tu) -Super Hot!- (T E R M I N A D A)!
:O!!!!! OMG!!!!!!,, caadaa veez mee guustaa maas tuu noovee,, SIGUELA SIGUELA!!!!!!!!,, toodaa peervee hahahaha xD,, SIGUELA :face:
mii noovee
https://onlywn.activoforo.com/t5502-nuestro-destino-es-estar-juntos-skandar-y-tu
mii noovee
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__#Kari♥Henderson♥Hart...
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