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Besos de Murciélago [Niall Horan & Tu] [Adaptada]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Besos de Murciélago [Niall Horan & Tu] [Adaptada]
Capitulo 28 [La Hermandad Marihuanera]
—Tío... pedazo submarino —comentó Charles mientras entraba en la tienda y procuraba divisar entre la humareda los rostros de los otros dos—. Se 189 sale, chaval.
—Ya te digo. —Marcus le dio otra calada al porro—. ¿Quieres? James negó con la cabeza.
—Estoy ocupado ahora mismo... intentando no ahogarme.
—Ja, ja, ¡es la hostia este inglés! —exclamó Charles, antes de que Marcus le pasase el canuto—. Joder, qué calor, dejadme espacio que voy a quitarme la chupa.
—¿La chupa? —preguntó James. —Sí, brother, la chaqueta.
—Ah, entiendo.
El humo era denso. El olor a marihuana impregnaba sus fosas nasales, dejándole exhausto. Se sentía mareado. A pesar de no haberle dado ni una sola calada al porro, le empezó a entrar la risa tonta. Louis ya se estaba liando el segundo.
—Me encantan estas excusiones —comentó—. Todos aquí, con la naturaleza...
—... con la naturaleza en los pulmones. —Charles soltó una brusca carcajada.
—Suena todo muy... místico —opinó Niall.
—Ya ves, tío. —Charles se acomodó más, cruzando las piernas al estilo indio—. Esto es espiritual.
Niall no estaba seguro de si hacer un submarino de marihuana en una tienda de campaña era una hazaña espiritual, pero tampoco le importaba demasiado. Louis le había perdonado. Era un primer paso importante. Observó cómo el Mendigo se encendía el segundo canuto.
—¿Sabes lo que ha pasado, colega? Que el idiota de Matt quiere quitarle la novia a mi cuñao.
—Sí, va, ¿qué me cuentas, tío?, ¿en serio?
Niall escuchó con atención la conversación de los otros dos.
—Sí, solo porque se han peleado ya le ha dicho a ______ que duerma con él.
—¡Será mamón! —Charles alzó un puño—. Eh, brother, si quieres yo le pego dos hostias.
Niall consideró la oferta. No estaba seguro de que enviar a un matón fuese su mejor opción si quería que ______ le perdonase. Así que negó con la cabeza repetidamente.
—¿No? —Charles le miró decepcionado—. Joder, ¡con las ganas que le tengo a esa nenaza!
Su brother parecía triste por no haber obtenido permiso de Niall para descargar su furia sobre otra persona. Se mostró pensativo unos instantes y luego se echó a reír.
—Esta noche podríamos darle un buen susto a Cloe, que seguro que se muere de miedo —apuntó—. Y a Nixie...
—Oye, a Nixie no me la toques —le interrumpió Louis.
Un silencio incómodo invadió la tienda. Se oía a lo lejos la brutal voz de Golpes y Sangre; era aterrador aun a distancia. Entonces Niall, en medio de la confusión que generaba aquel submarino, reparó en algo. Se giró hacia Louis.
—¿Te gusta Nixie?
—Un poquitín. —Rió como un chiquillo.
Charles le dio una palmada en la espalda como buen camarada que era y, emocionado, le dijo:
—Joder, brother, nos hacemos mayores... Qué bonito es todo esto.
Niall sonrió abiertamente. Ya sabía cómo agradecerle a Louis su innata solidaridad. Hablaría con Nixie en cuanto tuviese la mínima oportunidad. Sintió un pequeño escalofrío al imaginarse a los dos juntos, pero no le costó demasiado pensar en otra cosa y olvidar la imagen que había trazado en su cabeza. Era complicado fantasear con la idea de que Louis tenía novia.
—Eh, entonces, ¿qué coño hacemos al final con la nenaza? —insistió Charles, que al parecer tenía unas ganas incontrolables de hacer el mal contra Matt.
—Alejarle de ______ —musitó Niall, y casi le sorprendió su propia determinación.
—Vale. Yo me pegaré a mi hermana como una lapa. —Louis rió de nuevo—. Y tú, Charles, intenta molestar un poco a Matt.
—Tranquilo. —Sonrió malévolo; a Niall casi le daba miedo—. Esa es... mi especialidad.
Cuando salieron de la tienda, Niall se tambaleó y estuvo a punto de tropezar con dos piquetas. El aire puro le pilló de improviso; se sentía como si llevase varias semanas viviendo bajo tierra. Se frotó la cara con desgana y luego buscó a ______ con la mirada. Le agradó descubrir que se encontraba junto a Amy, hablando tranquilamente.
—¿Y dónde está la nena? —preguntó Charles, refiriéndose a Matt.
Niall observó cómo su brother acariciaba sobre la tela la navaja que guardaba en el bolsillo. Tragó saliva despacio. Se convenció de que no era posible que estuviera tan sumamente loco.
Gorth se acercó hasta ellos mientras devoraba con calma una chocolatina. Les sonrió. Siempre parecía extremadamente tranquilo, y eso a Niall le gustaba.
—¿Cómo va eso, chicos?
—Aquí estamos —Charles se encogió de hombros—, vamos a hundir a Matt, ¿te unes a nuestra hermandad?
—¿Qué? —Gorth les miró sin comprender. Fue una pena que se despistase, porque, justo en ese instante de profunda ignorancia, Louis le quitó un buen trozo de la chocolatina y se marchó corriendo con el botín hasta donde se encontraba su hermana, se sentó a su lado y se pegó a ella cual mejillón, tal como había prometido.
—¡Será...! ¡Louis, esta te la guardo! —le gritó, girándose. Pero era tarde, no había nada que hacer. Louis se había metido todo el chocolate en la boca de una sola vez. Niall temió que terminara atragantándose y asfixiándose—. Bueno, ¿qué narices decíais sobre la hermandad de no sé qué?
—¡Es verdad, colega, aún no nos hemos puesto nombre! —Charles alzó una mano, consternado—. Vale, ya lo tengo, seremos la Hermandad Marihuanera, en honor al momento de la creación del grupo.
Niall le miró fijamente. ¿Lo decía en serio? Él, Nialll Horan, uno de los líderes fundadores de... la Hermandad Marihuanera. Intentó no reír. Su brother parecía emocionado con la idea del nombre.
ilsee
Re: Besos de Murciélago [Niall Horan & Tu] [Adaptada]
Capitulo 29 [Cosas Inexplicables]
Dicen que en la vida ocurren cosas inexplicables. El hecho de que él se hubiese enamorado de ______ formaba parte de la lista. No había modo alguno de entender cómo había terminado inmerso en una situación tan descabellada. Cuando llegó a Estados Unidos jamás lo habría imaginado.
Y ahora la necesitaba. Los seres humanos se aferran con fuerza y facilidad a otras personas. Cuesta mucho más olvidarlas que quererlas. James tenía una idea clara que palpitaba en su mente: no deseaba olvidar a ______. Por mucho que todo le indicase que era lo que debía hacer. Él se marcharía en unos días y estarían separados, no podrían verse durante largas temporadas, y hasta la fecha ______ le odiaba. Había descubierto que él no era un príncipe azul, a diferencia de Niall, que acababa de descubrir que ella sí era su princesa.
La observó desde lejos. Estaba sentada sobre la fina hierba del claro del bosque, apoyada sobre el tronco de un árbol. Reía. Cuando reía estaba hermosa, porque sus facciones se suavizaban. Niall siempre sentía ganas de acariciar sus rosadas mejillas...
Se sobresaltó cuando Charles le dio una brusca palmada en la espalda.
—No te desanimes, brother. El plan sigue en pie —le dijo, sonriéndole.
Niall le devolvió la sonrisa, agradecido. Empezaba a entender que existían ciertas personas que a veces hacían favores sin esperar recibir nada a cambio. Le extrañaba esa actitud, pero con el paso del tiempo había ido asimilándola.
Las horas se le antojaban lentas y misteriosamente densas, como si el tiempo se hubiese materializado en un enorme pastel de chocolate tan empalagoso que era imposible de comer. ______ no parecía reparar en su actitud y danzaba alegremente de un lado a otro, seguida de cerca por su hermano (y guardaespaldas temporal).
—¿Por qué demonios me persigues, Louis? ¡Largo! —le gritó.
Empezaba a molestarse.
Louis se encogió de hombros.
—Eres mi hermana... Me gusta estar... contigo.
—¡Vamos!, pero ¿qué te ocurre? Estás muy raro, en serio. —Se cruzó de brazos y le inspeccionó de los pies a la cabeza como si con ello fuese a descubrir el secreto que guardaba—. Desaparece, no pienso repetírtelo.192
Louis ignoró todas sus súplicas y continuó pegado a ella como un buen mejillón. Estaba cumpliendo una misión. Niall quiso aplaudirle, pero hubiese sido algo poco discreto. Matt parecía contento tras saber que ellos estaban peleados y pasaba el rato contándole su aburrida vida a una paciente ______.
—Tómatelo con calma —le aconsejó Gorth, cuando pasó por su lado y advirtió que Niall comenzaba a desesperarse.
El inglés asintió, no muy convencido. Matt tenía complejo de pulpo y arrastraba sus tentáculos hasta terminar tocando siempre a ______. A Niall le importaba poco que Matt solo le rozase el hombro o la agarrase de la cintura, sencillamente no quería que tocase ni un solo pelo de su cabeza. Respiró hondo. Quizá el submarino de marihuana que habían montado en la tienda horas atrás le había dejado tonto de por vida. Esperaba que las secuelas fuesen reparables.
Finalmente, decidió acercarse hasta donde _______se encontraba. Y se quedó allí, muy quieto, escuchando a Matt y mirando a Louis de reojo.
—... Lo que intento decir es que está demostrado que un niño que crece con falta de afecto siempre tendrá problemas. Ningún psicólogo puede reparar el pasado de las personas; las vivencias dejan huellas que no pueden ser borradas. Sería fantástico que la ciencia avanzara lo suficiente como para hacer que los humanos olvidasen partes desagradables de sus vidas, todos seríamos mucho más felices.
Niall parpadeó confundido y miró fijamente a Matt. Este permanecía serio y sereno. El inglés estalló en una sonora carcajada y le señaló con el dedo índice.
—¿Esta conversación es real? —Niall miró a su alrededor, casi esperando encontrar una cámara oculta en el recoveco de algún árbol. Estaba seguro de que se trataba de una broma televisiva o algo por el estilo. Matt no podía estar martirizando a la pobre ______ con sus traumas infantiles en plena acampada. Aquello era demasiado.
Louis rió con gesto lelo.
—No sé, yo hace media hora que he dejado de escucharle... —opinó, distraído.
—No me extraña. Yo también voy a fingir que me he quedado sordo, es el único modo de sobrevivir mientras él esté cerca —explicó, señalando a un enfadado Matt.
______ intentó no reír. Odiaba que las palabras de Niall le hiciesen gracia, pero no podía dejar de admitir que las conversaciones de su amigo conseguían adormirla de una forma extraña. Se propuso gritarle a Niall que tuviese un poco más de respeto, pero cuando abrió la boca no pudo evitar que una brusca carcajada reemplazase sus palabras. De modo que Matt se marchó de allí enfurecido y se internó entre los frondosos árboles que bordeaban el claro. Niall le señaló divertido.
—¡Eso, corre, a ver si encuentras un oso y haces nuevos amigos!
______ agradeció que Matt ya estuviese lo suficientemente lejos como para no escucharle. Le propinó un manotazo a Niall.
—¡No seas tan cruel!
—¡Pero si tú también te has reído! —le recordó.
—Yo... necesito otro porrito... —confesó Louis, antes de desaparecer y dejarles a solas.
Se miraron fijamente durante unos instantes eternos. ______ no sabía si debía reír o llorar, tenía serias dudas al respecto. Esperó pacientemente hasta que Niall se dignó decir algo.
—¿Ahora ya podemos hablar? —preguntó inseguro.
______ no contestó con palabras, pero asintió despacio con la cabeza. Niall alargó la mano, casi temblando, hasta que encontró sus dedos pequeños y los enroscó lentamente entre los suyos. ______ tenía la piel muy fría, y sonrió tímidamente. Él se armó de valor para dar un paso tras otro, tirando suavemente de ______, hasta llegar a la tienda de Louis. Descorrió la cremallera y le indicó que entrase.
Se acomodaron sobre las esterillas y algunas mantas arrugadas. A pesar de que cada uno se había sentado en un extremo, gracias al espacio reducido de la tienda estaban muy juntos. Niall suspiró. ¿Qué tenía qué decir? Lo había olvidado. En realidad se había pasado la noche anterior memorizando un discurso bonito y extremadamente sensiblero, pero ninguna de las palabras que había planeado acudían ahora a su mente. Se había quedado en blanco.
—¿Y bien? —______, cruzada de brazos y sentada al estilo indio, parecía impaciente por escuchar su discurso.
Niall respiró hondo.
—Esto... Yo creo que... —balbució—. Bueno, es que yo... claro, ya sabes... ¿me entiendes, verdad? Era lo que quería decir...
—¿Qué? —Ella le observó divertida. Obviamente no había entendido nada.
—¡Pues eso, ______! ¿Qué más quieres que te diga? Si no puedes comprenderme... Era eso... y tal... —Se miró las manos, confuso. Estaba sudando a pesar del horrible frío que hacía.
—Niall... ¿cómo quieres que te entienda si aún no has dicho nada coherente?
Él alzó la vista y se perdió en el mar azul de sus ojos. Había vida en ellos.
Había transparencia. Todo estaba en su sitio, todo tenía su lugar. ¿No había dicho nada coherente? Quizá ______ tenía razón, porque no recordaba las palabras que acaba de pronunciar, se sentía demasiado intranquilo. Se asustó: podía oír incluso los latidos de su corazón. Empezaba a molestarle el tenso silencio. Cogió mucho aire de golpe.
—______, ¿entiendes que... te quiero?
Más y más silencio. Ambos en un mundo paralelo, lejos de todos los demás. ______ tragó saliva despacio y advirtió que estaba a punto de llorar.
—Sí. 195
—Entonces lo entiendes todo —concluyó Niall.
Sonrieron. Él se acercó despacio hacia ella. Alzó un dedo en lo alto y, extrañado por sus propios actos, acarició con lentitud las lágrimas que se escurrían por su rostro. Incluso llorando era hermosa, ¿era eso posible? Probablemente influía lo que sentía por ella.
—No llores —le susurró—. Llorar... está mal.
—¿Quién te ha dicho algo así? —______ encontró sus ojos azules e intentó que no le temblase el labio inferior al hablar.
—Mi padre —contestó, hablando muy bajito—. No hay que llorar, ¿por qué lo haces?
______ respiró hondo. Tenía mocos y agradeció que Niall se sacase un pañuelo limpio del bolsillo y le limpiase con delicadeza.
—¿No te da asco? —preguntó ella.
—Un poquito. —Él le sonrió—. Pero después de mis propios mocos, los tuyos son los que menos asco me dan del mundo.
—Oh, ¡qué bonito, Niall!
______ le abrazó entre risas. Comenzó a llorar con más intensidad. Él procuró no caer hacia atrás, dado que ______ se había tirado sobre él con todas sus fuerzas, y ahora su piernas rodeaban la cintura de Niall y ya no había espacio entre los dos siquiera para respirar. Cerró los ojos, con el rostro escondido entre sus cabellos, y durante unos segundos creyó encontrarse en medio del océano, al vaivén de las olas relajantes. Despertó de aquel trance al escuchar de nuevo los sollozos de ______.
—Pero ¿por qué lloras?
—Porque tengo miedo.
—¿De qué tienes miedo? —preguntó, y besó con ternura su cuello. —De ti.
Niall sintió un pequeño escalofrío recorrer todo su cuerpo.
—Yo... no te haré daño.
—Eso dicen todos.
______ se separó un poco de él, rompiendo aquel abrazo, para poder mirarle fijamente.
—Si engañaste a esa otra chica, ¿por qué no harías lo mismo conmigo?
—Porque no eres ella.
—¿Eso es todo?
—El todo lo eres tú, ______.
Cerró los ojos y se calmó cuando los labios de ella rozaron despacio los suyos. Aguantó las ganas de sonreír para poder sentir plenamente el contacto de aquel beso. ______ besó después la punta de su nariz, sus mejillas, la frente y bajó por la barbilla hasta saborear delicadamente uno de sus hombros. Niall se estremeció y la abrazó más fuerte. Temía hacerle daño, temía presionar demasiado su cintura. Se concentró en escuchar la acelerada respiración de ______. Empezaba a sentir que no podría quedarse quieto como una roca durante mucho más tiempo, así que acogió el rostro de ______ entre las manos y la obligó a mirarle.
—Esta noche dormiré contigo —le dijo ella, sonriéndole.
—¿Esta noche? —Niall torció el gesto—. ¿Por qué no ahora?
—Son las dos del mediodía. —______ojeó confusa su reloj.
—Podemos dormir... la siesta.
No le dio tiempo a responder. Niall la tumbó sobre las mantas y cogió una de ellas, tapándoles a los dos. La abrazó y apoyó la cabeza en su pecho. Tiritó.
—______, tengo frío.
—Eres como un bebé.
______ rió y le frotó con una mano la espalda, infundiéndole calor. Niall sonrió agradecido ante sus mimos. Advirtió el resultado de la charla y su corazón palpitó alegre. Estaba perdonado.
ilsee
Re: Besos de Murciélago [Niall Horan & Tu] [Adaptada]
Capitulo 30 [______ y Niall]
Escuchaba la voz de ______ lejana, como si ella se encontrara en un mundo paralelo. Sonrió tontamente. 197
—¿No me has oído? ¡Son las seis de la tarde!
Se hizo un ovillo bajo las mantas y, cuando la encontró junto a él, se abrazó a su cuerpo como si la vida le fuese en ello. ______le dio un manotazo en el hombro y le sacudió con fuerza.
—¿Piensas levantarte algún día o tengo que llamar a la grúa?
Niall parpadeó repetidamente antes de conseguir abrir los ojos. Bostezó. Se incorporó despacio y ojeó el interior de la tienda de campaña. Ya había anochecido, la oscuridad lo invadía todo. Le dirigió a ______ una mirada afilada.
—Gracias por romper el supuesto despertar romántico.
—¡Vamos, Niall! Llevo diez minutos rogándote que despiertes de una vez por todas.
—¡Pero podría haber sido diferente! —Alzó las manos, consternado—. En vez de pegarme, que me hubieses traído la merienda en una bandeja quizá habría sido una buena idea.
—¿Me has confundido con una de tus sirvientas o qué?
Niall chasqueó la lengua, molesto. Se miró a sí mismo, tendido sobre las mantas, con los codos ligeramente apoyados en el suelo y el torso erguido. Movió un poco los pies, de lado a lado.
—______, no quiero alarmarte... pero lo mejor será que dejemos la discusión para otro momento.
—¿Qué te pasa ahora? —bufó.
—Se me han dormido las piernas. —La miró apenado, dedicándole un gracioso puchero.
______ rió con ganas.
—Puede que sea porque me he dormido encima de ti. —Sacudió una mano frente a su rostro, quitándole importancia al asunto—. Se te pasará en unos minutos.
Niall frunció el ceño y se estremeció cuando empezó a notar un leve cosquilleo ascendiendo por las piernas.
—¿Es que no había sitio en la tienda y tenías que dormir sobre mi cuerpo?
—Tenía frío. —______ se encogió de hombros.
—Yo también tenía frío, pero no por ello he intentado aplastarte.
Ella sonrió tímidamente mientras el rostro de Niall se contorsionaba en extrañas muecas a cual más ridícula a causa del electrizante cosquilleo que se adueñaba de sus extremidades inferiores. Le apartó sin excesiva delicadeza algunos mechones que le caían alborotados por la frente y le dio un beso en la nariz.
—Eres tonto.
—Qué halagador, cariño.
______ abrió mucho la boca y le señaló con el dedo índice. Niall dobló las rodillas, ya casi no tenía las piernas dormidas.
—¡Me has llamado cariño! —explotó la joven.
—¿Qué? —Niall la miró sin comprender—. No, claro que no. —¡Acabas de decirlo!
—Lo habrás soñado.
______ se hizo a un lado, escaló por el cuerpo de él y se sentó sin reparos sobre sus piernas. Le pellizcó las mejillas mientras una pícara sonrisa curvaba sus labios.
—¿Te da vergüenza? No tiene nada de malo.
Niall se señaló las piernas, sobre las que ella continuaba acomodada.
—No has tenido suficiente con echarte la siesta encima de mí, ¿verdad?
—Ahora no cambies de tema. —Acogió el rostro de Niall entre sus pequeñas manos—. ¡Me has llamado cariño! —repitió, emocionada.
Niall tragó saliva despacio. Sí, era cierto. Lo había dicho sin pensar, pero jamás lo reconocería en voz alta. Al menos no delante de ella. Negó con la cabeza, sin dar su brazo a torcer. Intentó encontrar algún asunto importante que le hiciese olvidar el percance.
—¿Y qué haremos con... lo nuestro? —preguntó, casi en susurros—. Yo me iré en apenas dos días.
—Podremos vernos durante las vacaciones —meditó ______—. Y quizá algún fin de semana si encontramos vuelos baratos de última hora.
Niall volvió a tragar saliva despacio. La abrazó. Rodeó con sus grandes manos la cintura de ______ y se pegó a ella todo lo que pudo. Intentó imaginar cómo serían sus días sin oler su cabello, sin verla reír, sin observar cómo fruncía el ceño cuando se enfadaba, sin gritarle ni insultarle...
—¿Me llamarás todos los días? —preguntó, y le dirigió una mirada suplicante. A ella comenzó a temblarle el labio inferior, y Niall advirtió que se avecinaba otra cascada de lágrimas—. No llores otra vez, por favor.
—¡No estoy llorando! —gimoteó _______, mientras algunas lágrimas ya se derramaban por sus mejillas.
Él aguantó las ganas de reírse.
—Vamos a estar juntos —le susurró al oído. ______ se calmó poco a poco, con el rostro escondido en su pecho—. No importa la distancia; así, cuando nos veamos, tendremos más ganas de intentar matarnos el uno al otro —Sonrió al oír que ella empezaba a reír—, seguro que todo saldrá bien.
______ no quería pensar durante mucho tiempo en esa fatídica despedida. Decidieron pasar el resto de la tarde con el grupo de amigos, olvidando así sus próximos problemas. Cuando la humedad aumentó y el frío se tornó más punzante, encendieron una hoguera y se acomodaron alrededor. Y conforme las horas fueron pasando, ambos se quedaron a solas con Nixie y Cloe. Los demás ya estaban durmiendo; desgraciadamente ellos habían dormido una siesta demasiado larga como para volver a conciliar el sueño.
—Chicos, creo que nosotras nos vamos ya a descansar —comentó Cloe. Se levantó y Nixie también la imitó, mientras bostezaba.
—Dulces sueños —murmuró ______.
Niall se acercó sigiloso a ______ para susurrarle al oído.
—Dudo que la palabra «dulce» forme parte del vocabulario de Cloe. Es probable que no te haya entendido.
Ella le apartó dándole un pequeño empujón. Cloe le dirigió una mirada asesina a Niall antes de echar a andar hacia su tienda de campaña. Entonces él recordó algo y llamó a Nixie. Esta se acercó de nuevo a la hoguera.
—¿Qué pasa?
—Louis está solo... en su tienda... —le informó Niall. Sus ojos azules brillaban malévolos bajo la fantasmagórica luz de las llamas.
—¿Qué importa...? No tengo ninguna oportunidad —replicó Nixie con fastidio.
—¡Claro que sí! Le gustas, me lo ha dicho hoy... un pajarito —dijo Niall, y tanto ______ como Nixie sonrieron emocionadas.
—¿En serio?
—Totalmente. —Niall se llevó una mano al pecho, como si al señalarse el corazón sellase una especie de juramento.
Nixie se encaminó a paso rápido hacia la tienda de Louis, nerviosa y tambaleándose de vez en cuando. ______ y Niall se quedaron a solas.
—¿Cómo es posible que mi hermano te lo dijese a ti antes que a mí?
—Louis me adora, ______. Acéptalo.
Se ganó un segundo empujón. Tras un inofensivo forcejeo acompañado de algunas risas, ______ se levantó y le tendió una mano, instándole a que él también lo hiciese.
—Quiero enseñarte algo.
—¿Ahora? —Niall frunció el ceño.
—Sí. —Sonrió—. Seguro que te gusta. Sígueme.
______ se internó entre los frondosos árboles, y Niall, sin saber muy bien qué hacer, accedió a seguir sus pasos. Le asustaba que pudiesen perderse o, peor aún, que se topasen con algún animal peligroso. Ella apenas se giraba y se movía con agilidad sorteando los arbustos y las rocas que entorpecían el camino. A Niall le costaba algo más coger el ritmo, no estaba familiarizado con los espacios naturales abiertos.
Tenía ganas de estar con ______ alrededor de la hoguera que habían dejado atrás. Era un fastidio que las chicas siempre terminasen arruinando sutilmente todos los momentos que el género masculino calificaba de «románticos». Para Niall, caminar por el bosque a media noche no era nada «romántico», tropezar con piedras una vez tras otra no era «romántico» y mancharse sus zapatos italianos de barro tampoco era algo «romántico».
Se sentía cansado, y se disponía a abrir la boca para empezar a protestar cuando ______ se giró hacia él con una enorme sonrisa en medio de la noche y le indicó que acababan de llegar. Apartó con una de sus pequeñas manos los arbustos que se extendían frente a ellos, mostrándole así el hermoso paisaje que se dibujaba ante sus ojos.
Las estrellas brillaban intensamente como si un millar de faros iluminasen las rutas del cielo. La montaña donde ellos se encontraban parecía haber sido cortada por la mitad, de un modo limpio, dando pie a un vertiginoso acantilado que se recortaba entre la vegetación del lugar. Niall sonrió tontamente.
—¿Esto no será una trampa para matarme y quedarte con mi seguro de vida, verdad? Recuerda que aún no estamos casados.
—Va, tonto, siéntate conmigo —pidió ella, que se acomodó en el suelo y extendió los brazos. Niall se dejó caer delante de _____ y ella le abrazó por detrás con suavidad—. ¿Ves? Te dije que te gustaría.
—No me gusta. —Arrugó la nariz.
—Mientes.
—Vale, solo me gusta un poquitín. —Niall se relajó y consiguió sonreír. Si alzaba la cabeza, ______ apoyaba la barbilla entre su pelo, y él podía contar las estrellas perfectamente desde esa posición.
Recordó la primera vez que la besó de verdad, en medio de aquella horrible discoteca repleta de luces y ruido. También aquel día había contado las estrellas, en el parking, cuando no sabía qué más hacer o decir. Y le había sobrado cualquier palabra; se sentía bien así, en silencio, a su lado. Se marcharía a otro continente dos días después; aun así no tenía nada que decir. Suponía que en su relación con ______ siempre habían sobrado las palabras; solo las usaban para humillarse e insultarse, y en los buenos momentos dejaban paso al silencio, como si les abrigase y les meciese en un vals tranquilo.
—Me gusta este sitio —admitió Niall
—Y a mí también. —_______ respiró hondo y su aliento le hizo cosquillas a Niall en la nuca—. Esta es la segunda vez que vengo a este lugar. La primera vez fue hace dos años, durante una de las acampadas que hacemos cada Navidad. También era de noche y no conseguía dormirme, así que salí de mi tienda y comencé a caminar hasta llegar a este acantilado.
Niall se giró sorprendido.
—Tú no temes morir, ¿verdad?
—Chist, déjame terminar —pidió ella—. La cuestión es que ese día me sentía triste y sola, y me preguntaba si algún día lograría encontrar a mi alma gemela. Me prometí a mí misma que si lo lograba le traería a este sitio.
—Oooh. —Niall la miró con ternura, pero no pudo evitar reír. ______frunció el ceño y él le dio un beso en la frente—. No te enfades, es la historia más bonita que jamás he vivido: la nuestra.
______ sonrió y le pidió a Niall que se pusiera de pie.
—Pero aún hay más —le dijo—. Quiero enseñarte otra cosa.
______ se encaminó hacia el árbol más cercano e inspeccionó su corteza. Niall la observó preguntándose qué estaría buscando.
—¡Aquí está! —gritó ella, y frotó con la manga de su chaqueta una zona del tronco—. Acércate, Niall.
Niall distinguió unas letras talladas en el árbol, que decían: «______ y».
—Cuando lo escribí no había nadie que me complementase, no encontré ningún nombre que pudiese acompañar al mío. —Sonrió—. Pero ahora sí.
______ le dio a Niall una piedra y él comenzó a rasgar la corteza de madera con la punta, en silencio. Ella contempló satisfecha cómo el nombre de Niall se iba dibujando lentamente bajo el suyo. Cuando él terminó, se giró y la besó.
—Me ha gustado mucho... venir aquí contigo —le susurró al oído. —Lo sé.
Y cogidos de la mano caminaron por el bosque y regresaron a la zona de acampada. Durmieron juntos, con la certeza de que solo les quedaban dos noches más por delante y a sabiendas de que el tiempo no se detiene nunca.
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ilsee
Re: Besos de Murciélago [Niall Horan & Tu] [Adaptada]
y se supone que la dejaste ahi por que....?
Lilo Payne Tomlinson
Re: Besos de Murciélago [Niall Horan & Tu] [Adaptada]
AAAAAWWW Holii nueva lectora here aaww me encanto el cap de hecho ayer no dormi por leer la novela la encontre justo as las 9pm y ahi me tienes XD BIEN BIEN me llamo Victoria sabes esto de odio y amor es muy romántico y aun que al principio queria matar a Niall fuuuf ya paso XD
bien siguela por que definitivo no quiero que se separen aaww en serio bien bien XD
Besooos
bien siguela por que definitivo no quiero que se separen aaww en serio bien bien XD
Besooos
Vikilita
Re: Besos de Murciélago [Niall Horan & Tu] [Adaptada]
Capitulo 31 [baile de hielo]
A la mañana siguiente, cuando todos despertaron, recogieron las tiendas y las demás pertenencias y comenzaron a caminar siguiendo la ruta que les llevaría hacia el conocido destino. Todos estaban más tranquilos, y apenas surgieron percances entre bostezos y caras de sueño.
Niall estaba molesto. Subir y bajar montañas en pleno invierno y a primera hora de la mañana no era una de sus aficiones. Estaba a punto de quejarse cuando, tras salir de las inmediaciones del bosque, de pronto descubrió el nuevo reto al que debería enfrentarse.
Un enorme lago congelado se extendía entre las altas montañas que lo rodeaban. El aire gélido silbaba con fuerza, escurriéndose después entre los árboles que dejaban atrás. Los chicos aplaudieron animados y gritaron manifestando su alegría, a excepción de Niall.
—Todos vamos a morir —presagió.
______ le cogió del brazo para darle fuerzas y lo sacudió, feliz, quitándole importancia a sus palabras.
—No te preocupes, tonto. Seguro que lo pasamos genial.
—No vuelvas a llamarme tonto. —Niall alzó un dedo en alto a modo de advertencia.
—Vale, intentaré no hacerlo a menos que me sirvas la oportunidad en bandeja. —______ rió.
Se habían quedado algo rezagados del resto del grupo, que ahora corría hacia la inmensa superficie de hielo. Una lámina de plata, a lo lejos. Niall admitió en silencio que al menos era un paisaje bonito; el vacío y la sencillez a veces eran suficiente. El hielo brillaba bajo la luz del sol casi imperceptible. Al él le gustaban las cosas que relucían, como el oro o los diamantes; era un símbolo de fortuna y prestigio.
—¡Venga, vamos con los demás!
—Bien, pero solo porque quiero ver el lago un poco más de cerca —puntualizó él.
Comenzaron a caminar hacia allí. Parecía que todo se deshacía a su alrededor, como si los colores se deslizaran al reflejarse en la superficie helada.
Niall analizó rápidamente a los presentes: Louis y Charles saltaban con todas sus fuerzas sobre el hielo como si se hubieran propuesto romper la superficie, caer al agua y morir lentamente congelados.
—¿Qué intentan hacer? —le preguntó a Kelsey, temeroso.
—¿Sinceramente? No tengo ni idea, pero prefiero no averiguarlo.
Otros jugaban a deslizarse por el hielo, y los demás se lanzaban bolas de la nieve blanda que quedaba alrededor. Hacía muchísimo frío, pero Niall se esforzó por encontrar la parte positiva de todo aquello: el frío era bueno para la piel.
—Vamos, Niall.
Él negó con la cabeza.
—No quiero saltar sobre el hielo, ni que me tiren bolas de nieve a la cabeza... ni nada de eso —añadió, señalando a Esko, que acababa de tumbarse sobre la superficie helada como si aquello fuese lo más normal. Ni siquiera llevaban el equipo térmico adecuado.
—Vale, lo entiendo. —_____ le sonrió con dulzura y luego le tendió la mano a Niall con la esperanza de que aceptase su ofrecimiento—. Pero... ¿qué te parece si me concedes un baile sobre el hielo? Siempre he querido hacerlo.
Niall se debatió entonces entre seguir su instinto de supervivencia y huir de allí o lograr que una ilusión de ______ se cumpliese. Lentamente, casi con miedo, acercó su mano hacia la de ella, rozó sus dedos, notó el tacto frío y finalmente supo que a esas alturas poco o nada podría negarle a ______. Porque era lo más diferente a él y al mismo tiempo lo más cercano y bonito que jamás había tenido.
Dieron unos pasos hasta que sus pies tocaron el hielo. No estaba tan mal, no era tan horrible; a menos que recordase que bajo aquella superficie había un montón de agua helada que ansiaba ahogarle. Sacudió la cabeza y se propuso no pensar más en ello y dejar atrás sus miedos.
Una vez se alejaron de la orilla, ______ apoyó la cabeza en su hombro y le rodeó el cuello con un brazo.
—¿Bailamos? —le preguntó en un susurro—. Tú imagina que la música de un piano suena de fondo, una melodía lenta.
Niall asintió y comenzó a moverse despacio, balanceándose a un lado y otro. Recordó una canción de George Winston que le gustaba, «Invierno», y se dejó llevar por las imaginarias notas del piano. Sus pies se deslizaban por el hielo cada vez con más valentía, se alegró de estar allí y haberse atrevido a concederle aquel extraño baile, y como toda respuesta la abrazó con fuerza.
______ seguía sus movimientos en silencio. En realidad nunca había sabido bailar ni tenía intención de aprender a hacerlo. Pero tiempo atrás había leído un libro que relataba una bonita historia de amor imposible y se dijo que algún día ella también viviría esa experiencia y bailaría sobre un lago congelado como hacían los protagonistas de aquella novela.
Pero ahora ______ temía que el final de su propia historia no fuera tan feliz e idílico como solía ser el de los libros de amor. Recordó que les quedaban apenas unos días que compartir y se contuvo para no llorar. Pensó en el tiempo que habían malgastado discutiendo y odiándose, y luego admitió que quizá gracias a todo aquello ahora estaban juntos. Todo había sido muy intenso desde el día que Niall llegó al aeropuerto, tanto los buenos como los malos momentos.
—Te vas a ir —le dijo.
Niall se apartó un poco de ella para poder ver su rostro. No lloraba, pero tenía los ojos acuosos. A él también le dolía marcharse, aunque no lo demostrara del mismo modo que ______.
—Ya lo sé, nos queda poco tiempo —contestó—. Pero anoche estuve pensando... en algo que quizá podríamos hacer.
—¿A qué te refieres?
—Una lista. —Niall siguió moviéndose de un lado a otro, despacio, mientras hablaba—. Cada uno podría escribir en un papel todas las cosas que le gustaría que hiciésemos juntos y durante los días que nos quedan intentar cumplir la mayoría de esos deseos, ¿qué te parece?
—Es una idea perfecta, Niall.
Se puso de puntillas y le besó.
—¡Pero apenas nos queda tiempo! —se quejó—. Aunque podríamos irnos ya, nosotros dos solos. —Miró a su alrededor—. Seguramente los demás querrán pasar aquí el resto del día, como todos los años.
Niall la sujetó por los hombros y la miró fijamente.
—Marcharnos ya de aquí sería mi mejor regalo de Navidad y algo que te agradecería el resto de vida.
______ se esforzó por no reír, aunque debía de haber supuesto que para Niall la idea de irse sería un regalo caído del cielo. Le cogió de la mano y fueron a despedirse de los demás.
ilsee
Re: Besos de Murciélago [Niall Horan & Tu] [Adaptada]
Capitulo 32 [Lista de deseos]
Cuando llegaron a casa, Niall estaba a punto de sufrir un infarto. Solo habían hecho dos descansos durante todo el trayecto, tenía un hambre voraz, puesto que habían olvidado coger los bocadillos que Louis llevaba en su mochila, y el esfuerzo de las horas de caminata había sido mortal para él, que no estaba acostumbrado a caminar a ese ritmo.
Mientras ______ abría la puerta, Niall se llevó una mano al cuello para tomarse las pulsaciones.
—Francamente, no sé si me quedan fuerzas siquiera para escribir mi lista.
Tras entrar, encontraron a la señora Tomilson en la cocina preparando la comida.
—Pensé que llegarían por la noche o mañana. —Le sacudió el pelo a Niall con cariño—. Qué alegría teneros aquí de vuelta; a propósito, ¿dónde está Louis?
—Él se ha quedado con los demás en el lago, nosotros hemos decidido volver antes.
—Ah, ¿les ha pasado algo?, ¿volvieron a discutir?
—Mamá, será mejor que no hagas más preguntas. —______ sonrió y le dio un beso en la mejilla.
—¿Les preparo algo de comer entonces?
—Sí.
—No —le contradijo Niall—, tenemos planes, comeremos fuera. Niall cogió a ______ del brazo y la guió hasta el piso de arriba. —¿Qué pasa?
—Nada. Nos vamos a comer a un buen restaurante, es mi primer deseo de la lista —dijo—, cámbiate de ropa y coge papel y lápiz. Tienes cinco minutos —añadió antes de entrar en su habitación y cerrar la puerta.
______ se sentó sobre la cama y después se dejó caer hacia atrás. Iban a ser dos días intensos. Había muchísimas cosas que quería hacer con Niall, y su mente comenzaba a divagar pensando en los futuros deseos que escribiría en su lista.
______ cerró la puerta de su habitación con cuidado, abrió el armario y comenzó a pensar en qué ropa ponerse; al fondo, bajo una sudadera, vio el regalo de Niall y recordó que tras la discusión ocurrida durante el día de Navidad no habían llegado a intercambiar sus regalos.
Comenzó a dar pequeños saltitos por la habitación intentando subirse los vaqueros, que parecían haber encogido después del último lavado. Cuando estuvo completamente lista respiró hondo intentando no pensar demasiado en los rápidos acontecimientos de aquellos días, que habían dado un giro inesperado a su vida rutinaria.
Finalmente salió de la habitación; Niall estaba esperándola apoyado en la barandilla de la escalera con una pose elegante que le caracterizaba a la perfección.
—¿Dónde quieres ir a comer?
—Ya lo verás. —Sonrió—. He llamado a un taxi, nos está esperando en la puerta.
Media hora más tarde, cuando bajaron del taxi, _____ reconoció la fachada del lugar; era un carísimo restaurante japonés, el más famoso de la zona. Niall la cogió de la mano con firmeza y entró en el establecimiento. Tras el mostrador de recepción había dos mujeres que vestían elegantes túnicas de seda con dibujos florales de estilo tradicional. Sin pensárselo ni un segundo Niall dejó caer su chaqueta sobre las manos de una de las mujeres, y esta le sonrió como si estuviera agradecida por el hecho de poder servirles.
—______, vamos, dale tu abrigo.
—Ah, sí, sí, claro...
Sintiéndose sumamente extraña logró quitarse el abrigo y entregárselo a la señora sonriente, después esta se inclinó ligeramente a modo de reverencia y se dirigió hacia el guardarropa. La otra mujer abandonó el mostrador y les condujo lentamente por el restaurante hasta una de las mesas e incluso apartó ella misma las sillas donde debían sentarse, por si Niall estaba demasiado cansado para realizar una hazaña de tal calibre.
Sonaba una melodía suave de fondo y se oía agua caer, como si en algún rincón del restaurante hubiese una fuente. ______ se sentía fuera de lugar, contrariamente a Niall, que se mostraba entusiasmado mientras observaba la curiosa decoración del establecimiento y poco después hojeaba la carta.
—¿Conocías este lugar? —preguntó ella.
—No, lo busqué por internet con el móvil. —Cruzó las manos sobre la mesa con elegancia—. ¿Has cogido papel y lápiz?
______asintió y buscó en su bolso mientras Niall le explicaba lo que harían a continuación.
—Cada uno hará una lista de cinco cosas —dijo—, pero ninguno mirará la lista del otro; así, cuando se decida el siguiente plan, será una sorpresa.
—Me parece bien.
La camarera les interrumpió preguntándoles si ya habían decidido qué querían pedir. Ambos estuvieron de acuerdo en escoger un menú variado para dos. Cuando la mujer les retiró las cartas y se alejó de la mesa, ______ le dio a Niall uno de los papeles que había llevado y ambos se centraron en redactar sus respectivas listas.
______ quería que Niall probase cosas nuevas (y rutinarias para el resto de los mortales), que abriese su mente ante el mundo real y dejase de cerrarse puertas. Estaba segura de que disfrutaría todos esos momentos simples que habitualmente despreciaba sin siquiera molestarse en saber cómo eran. Por el contrario, Niall deseaba que ______ escapase de su monótono mundo y descubriese detalles del suyo.
Ella fue la primera en terminar la lista, a pesar de que Niall tenía menos que escribir, puesto que ya había gastado uno de sus deseos al llevarla a ese lujoso restaurante.
—Esto va a ser interesante... —comentó él tras acabar y comenzar a doblar el papel por la mitad.
—¡Ya lo creo! —______ le miró traviesa.
Los ojos de Niall se convirtieron en dos pequeñas rendijas.
—No eres de fiar —sentenció—, eres consciente de que ya no nos odiamos, ¿verdad? Espero que hayas tenido en cuenta ese detalle mientras escribías la lista.
—Lo mismo digo —concluyó ella.
Poco después les sirvieron el menú para dos y ambos comieron en silencio, retándose con la mirada. Niall sabía que ______ no se lo pondría nada fácil.
—¿Y cuál será tu primer deseo?
—Hum... va a ser muy refrescante —contestó ______ esbozando una leve sonrisa.
______ le había pedido que esperara apoyado en uno de los árboles que se encontraban tras la casa de los Tomilson, en el jardín. Llevaba más de diez minutos en silencio, solo, ansioso por descubrir el primer deseo de ______. Eran las cuatro de la tarde, y Niall no cesaba de mirar su reloj y advertir lo rápido que pasaba el tiempo.
Estaba concentrado en los perfectos movimientos de las agujas del reloj cuando de pronto algo voló a lo lejos, terminó chocando contra el tronco del árbol donde estaba apoyado y una lluvia suave pareció caer sobre su cabeza, mojándole el pelo. Acababan de atacarle lanzándole un globo de agua.
Niall se contuvo para no gritar. ______ apareció portando en la mano un cubo repleto de globos que se balanceaban de un lado a otro al compás de sus pasos. Aquello sí era una venganza, y una prueba en toda regla para Niall.
—¿Qué haces?
—¡Una guerra de agua!
—No, no puedes hacer eso. —Niall intentó esconderse tras un árbol—. Eso no es un deseo, es un plan maquiavélico y despiadado. Muy propio de ti, por cierto.
—Vamos, Niall, ¡no pasa nada, solo es agua! Me apetecía hacer algo divertido contigo.
—¿Intentas decirme que habitualmente soy aburrido? —preguntó él.
—No es eso. —______ rió—. Solo quiero que te olvides de que te vas a mojar tu preciosa ropa y te vas a despeinar... y disfrutes el momento.
Aprovechó el silencio de Niall para lanzarle otro globo, aunque falló el tiro.
—Está bien. —Él suspiró y salió de su escondite a campo abierto—Pero si esto es la guerra, que sea en igualdad de condiciones. Dame globos —exigió tendiéndole una mano.
Niall nunca había participado en una guerra de agua, pero tras superar el susto inicial, cuando los primeros globos chocaron contra él, admitió que realmente era una actividad divertida. Dejó de importarle el frío, el hecho de estar completamente empapado... y se dedicó a correr tras ella entre risas. Cuando gastaron todos los globos que ______ había llevado, ella se tumbó en el suelo y James la miró.
—Ha sido una buena idea lo de los globos de agua. —Le dirigió una mirada traviesa—. Se te transparenta la camiseta, y eso me gusta.
—¡Niall! —gritó ______ con fingida indignación; no obstante, dejó caer los brazos cruzados sobre el pecho.
Él se tumbó a su lado, sobre el césped del jardín de la familia Tomilson y lentamente le cogió de la mano, entrelazando sus dedos con los de ______. Se quedaron en silencio, con la vista fija en un cielo azul completamente despejado.
—Últimamente he estado pensando y he llegado a una conclusión —dijo Niall.
—¿A qué te refieres?
—Tras analizar estos últimos días aquí me he dado cuenta de que no solo me gustas tú, sino que tu familia tampoco está tan mal. —Suspiró, como si pronunciar aquellas palabras fuese sumamente complicado—. Tus padres siempre están en casa, con ustedes, y Louiss... Bueno, Louis es simplemente Louis.
—¿Acaso tus padres no están nunca en casa?
—No demasiado, tienen cosas que hacer a todas horas —meditó—; y además viajan mucho, puesto que son importantes, no como los tuyos —puntualizó, con lo que arruinaba todo lo anteriormente dicho.
—¡Mis padres también son importantes! Lo son para mí, que es lo que finalmente cuenta.
—Lo que tú digas.
Niall bufó y se giró hacia ______, sonriente y dando por acabada la conversación. Le tocó la punta de la nariz con el dedo índice y después fue descendiendo, dibujando el perfil de su rostro hasta acariciar sus labios.
—¿No crees que es hora de cumplir mi siguiente deseo?
______ asintió en silencio; ambos se levantaron y fueron a cambiarse de ropa, pues la que llevaban no solo estaba empapada, sino también sucia de tierra y hierba.
Niall tenía muy claro que debía acostumbrarse a ciertas actividades habituales de las que ______ disfrutaba, pero esperaba a cambio que ella también intentara valorar su modo de vida. Así pues, el siguiente deseo de Niall consistía en acudir al centro comercial y hacerle sombra a la película Pretty Woman con ______ de protagonista principal.
—Niall, de verdad, no necesito comprarme ropa.
—Te aseguro que lo que acabas de decir es una mentira como una catedral. —La miró de arriba abajo descaradamente—. ¡Algún día tendrás que venir a Londres y visitar mi hogar!
—¿Y...?
—Pues que no podrás ir vestida como una liberal cualquiera. —Suspiró—. No te estoy pidiendo que cambies tu forma de vestir, te pido que amplíes tu armario y no te cierres ante nuevos horizontes —matizó, haciendo un gran esfuerzo por contenerse y no gritarle de golpe que sencillamente cuando fuese a Londres debería seguir un protocolo y tirar todos los trapos que solía llevar.
A ______ le costó ceder, pero lo hizo. Al fin y al cabo, era el deseo de Niall y, si él había soportado acabar empapado de los pies a la cabeza tras la guerra de globos, ella soportaría probarse tres o cuatro vestidos.
La tienda que Niall eligió para llevar a cabo su plan no era cualquier tienda, más bien era como un pequeño palacio repleto de prendas sofisticadas y elegantes dependientas. Cuando entraron, él se dirigió hacia el mostrador para hablar con una de las encargadas y ______ aprovechó el momento para ver la etiqueta de un pañuelo naranja que podría haber comprado en un mercadillo cualquiera y descubrir que su precio rondaba los doscientos dólares; alarmada, soltó el pequeño trozo de tela temiendo haberlo ensuciado o haber causado algún desperfecto.
—¿______? —Niall dio una vuelta sobre sí mismo buscándola y cuando la encontró al otro lado de la tienda, tras una columna trenzada, se dirigió hacia ella—. Les he pedido que llamen a la jefa de la tienda y que la cierren al público durante una hora, así podrás comprar tranquila.
—¿Que has hecho qué?
—Soy Niall Horan —le recordó encogiéndose de hombros y mostrándole una sonrisa de orgullo.
______ se sentía incómoda; le molestaba que Niall fuese a pagar todo aquello y todavía más que se tomasen tantas molestias por su presencia. Así que permaneció anclada en mitad del lugar mientras él y las dos dependientas iban seleccionando vestidos y otras prendas y colocándolos sobre los cómodos sofás donde habitualmente esperaban los acompañantes de los clientes.
—¿A qué esperas? —Niall dejó caer un montón de ropa en sus manos y la empujó hasta el probador más cercano.
______ respiró hondo. Lo único bueno de todo aquello era que normalmente solía agobiarle el reducido espacio de los probadores, pero aquel era aproximadamente del tamaño de su comedor, así que no tendría problemas en ese aspecto.
Cogió un vestido de color rosa pálido e intentó averiguar cómo colocar la cantidad de tirantes que cruzaban la espalda del modelito. Poco a poco, consiguió enfundarse aquella prenda y, cuando lo hizo, se sorprendió ante la imagen que encontró en el enorme espejo. La chica de su reflejo no se parecía demasiado a ella, pero estaba guapa y sonreía.
—¿Te falta mucho? —preguntó Niall tras golpear la puerta del probador con los nudillos.
______ no contestó y abrió como toda respuesta. Niall se quedó de piedra; estaba preciosa a pesar de que llevaba el pelo sin peinar, pero ese detalle le daba un toque natural y personal. Niall la cogió de la mano y le dio una vuelta. Las dependientas sonreían tras ellos, y ______ tuvo que contener la risa.
—¡Deja ya de mirarme! —explotó ella finalmente—. Voy a seguir probándome cosas —añadió guiñándole un ojo.
La tarde transcurrió entre suspiros de emoción por parte de Niall, aplausos de las dependientas de la tienda y carcajadas de ______. Ella no iba a cambiar su forma de vestir, aunque le gustaron algunas prendas y decidió comprarlas; sentirse como una pequeña princesa durante una hora había sido divertido.
Cuando salieron de la tienda dieron un pequeño paseo por las calles del centro antes de irse a casa, cediendo ante la insistencia de Niall en no subir al autobús.
—¿Quieres que sea como una de esas señoritas?
—Claro que sí. —Niall sonrió tontamente.
—Vale. —______ le dirigió una mirada malévola—. Entonces, ya sabes, te toca llevar las bolsas, es lo que siempre ocurre en las películas.
A Niall no le entusiasmó la idea de cargar con las compras de ______, pero decidió no discutir y aprovechar el poco tiempo que les quedaba. Le tocaba a ______ elegir el siguiente deseo y debía prepararse para enfrentarse a lo desconocido.
ilsee
Re: Besos de Murciélago [Niall Horan & Tu] [Adaptada]
Capitulo 33 [Si, si quiero.]
La noche había caído.
______ montó en el coche de su padre, y Niall se acomodó en el asiento del copiloto y se abrochó a toda prisa el cinturón.
—¿Por qué nunca me has dicho que tenías el carné de conducir?
Ella se encogió de hombros como toda respuesta mientras ajustaba el espejo del retrovisor. Se pusieron en marcha poco después.
—¿Tú no tienes todavía el carné?
—No, acabo de cumplir los dieciocho —le recordó—. En Inglaterra somos civilizados, por eso no permitimos que niños de dieciséis años circulen por las calles a su antojo.
Niall no confiaba demasiado en el modo de conducir de ______, era similar al de Louis; al parecer la falta de calma frente al volante era un problema familiar.
—¿Sabes...?, estaría bien que parases cuando hay una señal de stop o un semáforo en rojo.
—Ya, pero por aquí no pasa nadie, créeme —replicó ella.
Encendió la radio del coche y comenzó a cantar entusiasmada. Niall se esforzó por no gritar y bajar del vehículo a toda prisa como último recurso para salvar su vida.
—¡Relájate! —le pidió ella.
—¿Falta mucho para llegar?
—No. Y deja de aferrarte al asiento, me pone nerviosa.
—¡Mis nervios están a punto de estallar en mil pedazos, así que no me hables de los tuyos!
—¡Niall, si sigues gritándome acabaremos teniendo un accidente de tráfico!
—¡No me extrañaría! ¿Crees que han puesto aquí estos semáforos para decorar las calles con lucecitas de colores porque es Navidad?
______ ignoró sus comentarios durante el resto del trayecto. Niall se tranquilizó cuando ella disminuyó la velocidad y se aproximaron hacia un cartel gigante protagonizado por una hamburguesa.
—¿Adónde me llevas?
______ frenó cuando llegaron al carril adecuado, donde había una enorme fila de coches.
—¡Bienvenido a McDonald’s!
—¡Santo Dios! —Niall se llevó una mano a la cabeza—. ¿Te has vuelto loca? Ante esto no pienso ceder, y me da igual que sea el deseo de tu vida.
______ dejó de contestar la infinidad de improperios que Niall le dedicó y avanzó por el carril del McAuto, hasta que llegaron a la ventanilla principal. Pidió dos menús y apenas unos minutos después le entregaron la comida con un «gracias por su visita, vuelva pronto».
—Nunca volveremos —le dijo Niall a la joven empleada, serio y sin apenas pestañear.
______ pisó el acelerador a toda prisa, evitando así que Niall originase más problemas. Estacionó el coche en una calle cualquiera y sacó las hamburguesas de la bolsa de cartón.
—Veamos... esta es para ti —comentó al tiempo que se la tendía a Niall. Él la miró con asco y la apartó a un lado—. Y aquí están las patatas y la bebida.
—______, en serio, todavía no has entendido que soy vegetariano y que odio la comida grasienta.
—Tú no has entendido esta tarde que visto de otra manera y que no me ha gustado la tienda a la que me has llevado.
—Pues estabas muy guapa.
—Tú también estarías muy guapo comiendo hamburguesas.
—No me hagas esto, por favor.
A ______ le dio pena que Niall terminase dejando atrás todo su orgullo y suplicando de mala manera.
—Está bien —suspiró—, pero solo un pequeño bocado para probarla. Y las patatas te las comes sí o sí.
—No.
—Sí, vamos, abre la boca —le pidió ella dirigiendo la hamburguesa hacia sus labios—. Venga, no te resistas.
Finalmente, Niall tuvo que ceder. Le dio un bocado ridículo a la hamburguesa y masticó mientras miraba a ______como si estuviese planeando asesinarla de un momento otro.
—¿Y bien...?
—No me gusta.
______ puso los ojos en blanco, le dio las patatas y se propuso disfrutar de su propia cena. Niall se comió las patatas en silencio, meditando sobre la cantidad de calorías que estaba ingiriendo. En realidad, dejando a un lado lo poco saludable que era aquella comida, el bocado de hamburguesa no había estado nada mal, aunque nunca lo reconocería delante de ______. Pero lo que sin duda le maravilló fueron las patatas fritas —algo nada habitual en su dieta—, estaban deliciosas.
Tras terminar de cenar en el coche se dirigieron hacia el cine más cercano. ______ quería ver una película titulada Gran Torino y Niall aguantó el tipo como pudo. Tras acomodarse en la sala, respiró hondo e intentó imaginar que todas las personas que le rodeaban no estaban realmente allí quitándole el oxígeno. ______ le cogió la mano en silencio y apoyó la cabeza en el hombro de Niall. Probablemente era la primera vez que ante los ojos de los demás parecían una pareja de lo más normal.
Cuando la película acabó montaron de nuevo en el coche y reanudaron el camino a casa. Mientras esperaban que uno de los semáforos se pusiera en verde para avanzar, ambos se miraron, y ______sonrió.
—Creo que esta misma noche voy a gastar mi último deseo.
—¡No! Pensaba pedir ahora un deseo mío. —Niall frunció el entrecejo—. No seas egoísta, ______.
—El hecho de que tú, justamente tú, me llames egoísta me da escalofríos, ¿es que no tienes vergüenza? —Aceleró cuando el semáforo finalmente se puso en verde.
—¿Cuál es tu deseo? Quizá podamos cumplirlos a la vez o algo así.
Tras la reflexión de Niall formulada en voz alta, _______le miró sorprendida. Jamás hubiese creído que tales palabras fueran a salir de su boca.
—Me parece perfecto.
—Bien. —Niall sonrió—. Pues mi deseo es... ¡que me des mi regalo de Navidad de una vez por todas!
—Niall... —______le miró de reojo—, recuerdas que cuando nos compramos los regalos tú y yo no nos llevábamos demasiado bien, ¿verdad?
—Sí, lo recuerdo perfectamente. —Se cruzó de brazos—. ¿Qué estás insinuando?
—No insinúo nada, solo quiero que no te hagas muchas ilusiones. —Demasiado tarde: ¡llevo días ilusionado pensando en mi regalo!
______ suspiró. Se sentía agobiada; lo que le había comprado a Niall era solo un pequeño detalle, y temía decepcionarle.
—¿Qué más te da? ¡Tu familia vive encima de una gran montaña de dinero, seguro que te compran cientos de regalos constantemente! Lo mío es algo... anecdótico, simplemente.
—No es lo mismo, puesto que tu regalo no sé lo que es. Los regalos de mis padres siempre son cosas de la lista.
—¿La lista...? —preguntó ______.
—Sí, tengo una lista en casa donde apunto todo lo que quiero que compren, así de simple —explicó—. Es un método muy práctico tanto para ellos como para mí.
______ abrió la boca dispuesta a replicar por el frío método que su familia utilizaba para hacer regalos, pero se contuvo a tiempo, cogiendo con fuerza el volante del coche. ¿Cómo no iba a ser Niall tan rarito con unos padres así? Respiró hondo.
—Será mejor que nos centremos en lo que estábamos hablando —dijo—. Me parece bien que nos demos los regalos y luego cumpliremos mi deseo.
—¿Puede saberse entonces cuál es tu próximo deseo? ______ sonrió.
—Dormir contigo.
Cuando llegaron a casa vieron que los padres de ______ ya se habían acostado. Niall fue a su habitación, se puso su elegante pijama y cogió el regalo de ______, que había escondido bajo la cama. No fue demasiado difícil llegar hasta el dormitorio de _____]; a lo lejos se oían los ronquidos del matrimonio Tomilson, y Niall supo que no había peligro de que le pillasen.
Encontró a ______ sentada en la cama con las piernas cruzadas y el regalo sobre ellas, esperando a ser abierto por fin. Sonrió, se quitó las zapatillas y se acomodó a su lado.
—Toma, ábrelo tú primero. —Niall le dio a ______su regalo.
La chica cogió el paquete y lo examinó un instante; al parecer contenía una caja cuadrada y dura. Lentamente comenzó a rasgar el papel hasta desenvolverlo. Efectivamente era una caja bastante grande de color azul marino, donde, escrito en letras doradas, se leía Dior.
—¡Vamos, abre la caja de una vez por todas! —exclamó Niall, que empezaba a desesperarse.
______ lo hizo y descubrió su interior. Había una colonia, aceite perfumado, crema hidratante...
—Y mira, el estuche tiene dos pisos —puntualizó él.
Niall sacó el primer estante de la caja dejando al descubierto el segundo, donde había diversas sombras de ojos, pintalabios, rímel... y muchos potingues más.
—¡Te has gastado un dineral! —se quejó ella—. Además, quiero pensar que este regalo no es una indirecta por tu parte.
—En realidad sí lo es. —Sonrió triunfal—. Yo me conformaría con que lo usaras algún día especial, a pesar de que el resto de las mujeres del mundo usen un estuche así día sí día también. Pero tú eres tú, así que no pienso insistir demasiado en el tema —dijo—. Por cierto, ¿te importaría darme mi regalo de una maldita vez? Estoy de los nervios.
______ sostuvo el regalo de Niall, no quería dárselo, no al menos después de descubrir que él le había comprado un regalo de lo más normal y bastante caro. Desesperado, Niall intentó arrebatárselo de las manos y ambos forcejearon durante unos instantes, hasta que finalmente ______ se dio por vencida y él logró coger el paquete.
Comenzó a desenvolverlo quitando con sumo cuidado las tiras de celo y desdoblando las esquinas con delicadeza, como si el verdadero regalo fuese el papel de dibujos navideños.
—¿Ni siquiera puedes abrirlo como una persona normal? —______ se cruzó de brazos, más enfadada consigo misma por lo que le había comprado que con Niall por su inexplicable comportamiento.
—Paciencia, ______, paciencia...
Finalmente, Niall consiguió desenvolverlo sin dañar ni un solo centímetro del papel navideño. Se inclinó sobre la caja de cartón que había quedado al descubierto y leyó las letras escritas en ella.
—Purificador de aire... —pronunció despacio, luego continuó con las especificaciones del producto—: Elimina los elementos contaminantes, tóxicos, humos, partículas... presentes o suspendidos en el aire.
—¡Dios mío, Niall, lo siento tanto! —______ le frotó la espalda con la mano, intentando reconfortarle—. ¡Ojalá hubiese podido acercarme hoy al centro comercial y comprarte otra cosa!
—Pero ¿qué estás diciendo? ¡Me encanta, ______! —Le sonrió, y ella supo que estaba siendo sincero—. ¡Es perfecto!
Sorprendentemente, ______ había acertado con el regalo. Niall se mostró sumamente emocionado cuando abrió la caja y comenzó a leer el manual de instrucciones. Diez minutos después, dejaron a un lado los regalos, ______ apagó la luz y se tumbaron en la cama. Ella apoyó la cabeza en su hombro y él le rodeó la espalda con el brazo.
—No me quiero dormir —dijo ______—. Si me duermo todo habrá terminado, ¿entiendes? Me despertaré mañana y te irás.
—Nada habrá terminado, lo nuestro acaba de empezar. —La abrazó—.Duerme .
—¿Por qué quieres que me duerma? —______ le miró en la oscuridad.
—Porque son casi las tres de la madrugada y mañana nos espera un día duro, así que lo mejor será descansar un poco.
En realidad ______ apenas podía mantener los ojos abiertos, pero intentó no dormirse. Quería disfrutar de aquel momento y recordarlo para siempre; procuró memorizar el aroma de Niall, la sensación de que su mano le rodease la cintura y tocase ligeramente su piel bajo el pijama, el sonido de su respiración, lenta y acompasada... Le picaban los ojos a causa del cansancio, los cerró durante unos instantes y se dijo que en unos minutos volvería a abrirlos, pero cuando lo hizo fue por el sonido del despertador. Había amanecido.
Lo primero en que pensó fue en él. Se giró sobresaltada y lo encontró desperezándose a su lado, con todas las mantas arremolinadas sobre su cuerpo. Niall se sentó en la cama y le sonrió.
—Me has dejado sin mantas durante toda la noche. —______ se miró a sí misma, apenas cubierta por una fina sábana.
—Te levantas con ganas de discutir, reconócelo.
Niall rió y le dio un pequeño beso en los labios, de esos que apenas son un roce y te hacen empezar el día de buen humor.
—Me quedé dormida —susurró ______.
—No pasa nada.
Niall estaba a punto de levantarse, pero ______ le retuvo estrechándole en un fuerte abrazo. Permanecieron unos minutos en silencio, entrelazados.
—Es hora de que empieces a vestirte —dijo él—. Ah, y si no te importa me gustaría que estrenases algo de lo que te compré ayer —puntualizó—. Nos vemos en mi habitación dentro de diez minutos, quiero enseñarte algo.
Niall desapareció de la habitación a toda prisa con la esperanza de que los padres de ______ no le descubriesen en plena fuga. Cuando se marchó, ______ ojeó las bolsas repletas de ropa que había dejado en el suelo la tarde anterior. En ellas había todo tipo de prendas, desde sofisticados vestidos y zapatos de tacón, hasta vaqueros y jerséis de diversos colores; escogió las prendas más sencillas. Mientras se cambiaba, ______ se dijo que debía ser fuerte, que seguramente con el tiempo se acostumbraría a la ausencia de Niall y llevarían una relación a distancia como hacían muchas otras parejas.
Al salir de la habitación se topó con su madre. Abigail llevaba un pañuelo en la mano y tenía los ojos enrojecidos.
—¿Qué te pasa, mamá?
—Nuestro Niall... —sollozó—. Acabo de despedirme de él —prorrumpió de nuevo en otro sollozo—. ¡Me da tanta pena que se marche! Este mes se me ha pasado rapidísimo...
______ no podía decir lo mismo respecto a su último comentario; tenía la sensación de que Niall llevaba mucho tiempo viviendo bajo el mismo techo
que ella, probablemente porque, a diferencia de la señora Tomilson, había pasado junto a él cada minuto de aquellos treinta días. 219
—No te preocupes, mamá, seguro que volverá pronto.
—Eso espero... —Se sonó los mocos en el maltrecho pañuelo de papel—. ¡Nadie hacía la compra de la semana como él, nadie! —exclamó—. Voy a echarle de menos.
Su padre apareció poco después y la abrazó consolándola; ______ aprovechó el momento para dirigirse a la habitación de Niall.
Cuando entró, le encontró sentado en la cama, frente al ordenador, hablando solo.
—¿Qué haces? —preguntó ella.
—Todavía me quedaban deseos, así que... ven, siéntate aquí a mi lado —le indicó palmeando la colcha de la cama—. Te presento a mis padres.
_____ se sentó en la cama junto a Niall y observó la pantalla del ordenador. Una pareja de mediana edad le sonreía a tiempo real.
—¡Encantada de conocerte, ______! —saludó la madre de Niall.
—Igualmente.
______ solo deseaba que en el suelo se abriese una grieta por donde poder escapar, aunque aquello supusiese morir en aquel instante. Se ruborizó rápidamente mientras Niall hablaba con sus padres y la madre le agradecía lo bien que la familia Tomilson había tratado a su «calabacita». Intentó combatir sus miedos y escuchar la conversación que mantenían; el padre de Niall había comenzado a hablar, se mostraba serio, como si estuviese dando una de sus tantas entrevistas para la televisión. Tener a dos celebridades hablándole por una web-cam le ponía nerviosa, por mucho que fuesen los padres de Niall.
—El decano de la universidad de Princeton se reunirá mañana con tu padre para jugar al golf. Podría decirse que las plazas están aseguradas —comentó la señora Horan.
—Perfecto —contestó Niall.
______ pestañeó confundida y miró a Niall sin comprender.
—Un momento... ¿Plazas en la universidad de Princeton?
—¿No se lo has comentado, Niall? —preguntó su padre—. Si no estás seguro, no me hagas perder el tiempo con el decano.
—¡Sí que estoy seguro! —Respiró hondo—. Papá, mamá, luego les llamo —concluyó James antes de cerrar la tapa del portátil y mirar a ______.
—¿Qué está pasando? —Ella le miró confundida, casi podía escuchar el sonido de su respiración entrecortada.
—Lo único que ocurre es que me queda un último deseo y pensé que debía aprovecharlo bien —explicó—. ______, mi último deseo es ir a la mejor universidad de Estados Unidos durante el próximo año, contigo.
—¿Lo dices en serio?
El corazón de ______ comenzó a latir a mil por hora, como una bomba de relojería. Sentía que aquello no era real, que seguía durmiendo y el despertador no había sonado todavía.
Niall, medio riendo ante el asombro de ______, se arrodilló en el suelo de la habitación y le cogió la mano como si fuese a pedirle matrimonio. Por un momento ______ se temió lo peor y tragó saliva despacio.
—______ Tomilson, ¿quieres... venir a la universidad conmigo?
________ sonrió. Acercó sus labios a los de James y antes de besarle dijo:
—Sí, quiero.
FIN.
ilsee
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