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One and Only {Harry&tú} -Cami. TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: One and Only {Harry&tú} -Cami. TERMINADA
ya la segui mi niña buena jejejeje me encanta que a ti te encantaran los capitulos voy a subir mas capitulos en la noche bye adios beshooooooooooooooooooooooooosmari2900 escribió:siguela dios me an encantado los capitulos estaban bufffffffffffffffffffffffffff me e kedado :imdead:jejeejejej pleaseeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee siguela pronto jejjejej la niña buena
besosssssssssssssssssssss mari
michu
Re: One and Only {Harry&tú} -Cami. TERMINADA
mari2900 escribió:ooooooooooo k bueno jejejej les a despertado el bailecito de las chicas kejejejej me a encantado siguela lo mas pronto posible pleaseeeeeeeeeeeee jejej tu niña buena
besossssssssssss mari
jejeeje bueno como ya lo habia dicho la sigo en la noche bye
michu
Re: One and Only {Harry&tú} -Cami. TERMINADA
jejejeje si "despertado" me alegro que te guste la novela la sigo en la noche byeLenaBD9 escribió:
jajajaja "despertado" lol me encanta tu novela:3 siguela y ojala no cierren el lugar de los niños jopee:(
Lena xx.
michu
Re: One and Only {Harry&tú} -Cami. TERMINADA
direction escribió:siguela me encanto !!!
la sigo en la noche bye me alegro que te encantara
PD: amo tu firma me encanta esa foto de louis
michu
Re: One and Only {Harry&tú} -Cami. TERMINADA
Capítulo 63
Arqueé una ceja hacia Marcie quién me miró divertida para que luego una expresión petulante se grabara en su rostro.
-¿Disfrutan el espectáculo muchachos?- preguntó mi amiga descaradamente y soltó una risita seductora.
Los tres hombres se quedaron sin habla. Fruncí el ceño y comencé a sentirme incómoda. ¿Qué haces cuando tienes a tres tipos calientes y uno de ellos es tu novio? Y ni sugieran la opción pervertida.
Harry pareció salir de su shock y se acercó hacia mí, arrastrándome a sus brazos.
-¿Podemos irnos ya?- preguntó en voz baja y entredientes. Sonreí y jugué con sus dedos.
-Por supuesto.
El intentó evitar su expresión de emoción y alivio, pero no lo logró.
Cuando di media vuelta para despedirme de mi amiga, me encontré a una ferviente pareja rubia, casi devorándose a los besos bruscos y apasionados.
Zayn seguía en su mismo sitio, arqueando una ceja.
-Hmmm… sólo encárguense de cerrar el estudio más tarde- dije intentando no entrometerme en el asuntillo de Marcie y Niall.
Mi amiga balbuceó algo parecido a un “ajá”.
Harry me miró intentando contener la risa y luego entrelazó nuestros dedos. Zayn se rascó la barbilla.
-¿Vienes Zayn?
-Iré en mi coche- respondió automáticamente y luego nos observó: -Gracias de todos modos.
Me encogí de hombros y me despedí de todos alzando la mano, aunque estaba bastante segura de que Marcie y Niall ya ni siquiera recordaban nuestra presencia allí.
(…)
-He estado carcomiéndome la cabeza pensando en qué hacer, Harry- confesé luego de darme por vencida tras el tercer intento de mi novio de que le dijera que me tenía preocupada.
El acarició mi vientre por encima de la tela y pese a todo, yo entrelacé mis dedos con los de él, justo allí.
-Puedes empezar diciéndome qué es lo que se supone que tienes que hacer- dijo el tranquilamente mientras con su pulgar acariciaba el hueso de mi cadera. Me estremecí.
Estábamos en un parque dónde frecuentaban las parejas adolescentes y desde lejos podía sentirse toda el aura de romanticismo en aquel sitio. Sin embargo, me sentía como dentro de una burbuja.
Como si el resto no existiera. No era consciente de nada que no fuera Harry y la calidez y suavidad de sus manos, su fuerte abdomen contra mi espalda, y su barbilla a la altura de mi sien.
Él se encontraba recostado contra un viejo roble, y yo en su regazo, de espalda a él.
-Es… un hogar. Un sitio al que voy hace casi un año.
-Un hogar- repitió él y luego dudó: -¿En el que alojan niños huérfanos?
Asentí y él esperó en silencio a que continuara.
-Todo ha ido tan bien siempre. Pero ahora su economía está por los suelos- expliqué mirando las nubles que de a poco iban desapareciendo. –He intentado ayudarles pero ahora ya no dispongo del efectivo. Y las pocas personas que contribuían ya no son tan frecuentes.
-¿Y por qué no dispones del dinero, cielo?- preguntó él distraídamente y yo me tensé. Entonces me miró entre sorprendido y apenado.
-¿El dinero de Anacks?
Mi silencio fue su respuesta. Cerró los ojos con fuerza y gruñó en voz baja.
-¿Por qué no me lo has dicho antes, _________?- cuestionó en un murmullo y desvío la mirada cuando di media vuelta.
-¿El qué?
Sus labios formaron una línea recta.
-Que aquel dinero ayudaba a un hogar. Jamás te hubiera pedido que lo abandones si hubiera sabido que iba destinado a una causa tan noble. Me siento como un condenado egoísta… soy un condenado egoísta- rectificó apesumbrado y con el brazo se cubrió los ojos.
-Hey, tú no eres egoísta- le dije en voz baja intentando quitarle la obstrucción de esas bellas gemas verdes. El se resistió y no pude mover ni un centímetro su brazo de aquel lugar. –Harry, no entré a Anacks específicamente para ayudar al hogar- admití algo avergonzada por el falso buen concepto que se había hecho de mí en tan sólo unos segundos. –Cuando conocí a los niños del lugar hace unos meses, decidí contribuir e ir a visitarlos de vez en cuando, pero no fue hasta que gané grandes sumas de dinero, que empecé con las donaciones.
El se quitó el brazo de los ojos y me observó.
-¿Y cómo los ayudaremos ahora? ¿Volverás a Anacks?
Su voz sonaba mortificada, sabiendo que a él no le agradaría en absoluto que yo volviera a aquel antro de mala muerte. No obstante, me agradó el ‘ayudaremos’.
-No volveré a Anacks, Harry- dije con firmeza y alivio destelló en sus ojos pese a que no dijo nada. –Ya se me ocurrirá algo- añadí intentando convencerme más a mi misma que a él.
El rizado se quedó pensativo, con sus brazos alrededor de mi cadera, y su barbilla sobre mi cabeza.
-¿Y si le sacas provecho a ese estudio?
-¿Cómo?
El se aclaró la garganta.
-Podrías enseñarles ballet o cualquier otra danza a las niñas del hogar, y luego hacer obras con el objetivo de recaudar fondos para caridad. Sería algo bonito de ver y el dinero les serviría al menos hasta que se nos ocurra algo más.
Sonreí animada. Era una magnífica idea.
-A veces me pregunto qué he hecho para tener a alguien tan bueno como tú- dije negando con la cabeza y atrayéndolo hacia mí. El soltó una risita.
-Debes haber sido un ángel en otra vida- bromeó adecuándose a mi cambio de humor. Se acercó a mis labios y lo detuve.
-¿En otra vida? ¿Y en ésta no?- pregunté divertida dándole un beso a la punta de su nariz.
El soltó una risa sofocada y negó con la cabeza.
-No me hagas responder a esa pregunta- contestó y tomó mi rostro entre sus grandes manos. –“__________ diablilla Liejett”- rió antes de besarme.
Arqueé una ceja hacia Marcie quién me miró divertida para que luego una expresión petulante se grabara en su rostro.
-¿Disfrutan el espectáculo muchachos?- preguntó mi amiga descaradamente y soltó una risita seductora.
Los tres hombres se quedaron sin habla. Fruncí el ceño y comencé a sentirme incómoda. ¿Qué haces cuando tienes a tres tipos calientes y uno de ellos es tu novio? Y ni sugieran la opción pervertida.
Harry pareció salir de su shock y se acercó hacia mí, arrastrándome a sus brazos.
-¿Podemos irnos ya?- preguntó en voz baja y entredientes. Sonreí y jugué con sus dedos.
-Por supuesto.
El intentó evitar su expresión de emoción y alivio, pero no lo logró.
Cuando di media vuelta para despedirme de mi amiga, me encontré a una ferviente pareja rubia, casi devorándose a los besos bruscos y apasionados.
Zayn seguía en su mismo sitio, arqueando una ceja.
-Hmmm… sólo encárguense de cerrar el estudio más tarde- dije intentando no entrometerme en el asuntillo de Marcie y Niall.
Mi amiga balbuceó algo parecido a un “ajá”.
Harry me miró intentando contener la risa y luego entrelazó nuestros dedos. Zayn se rascó la barbilla.
-¿Vienes Zayn?
-Iré en mi coche- respondió automáticamente y luego nos observó: -Gracias de todos modos.
Me encogí de hombros y me despedí de todos alzando la mano, aunque estaba bastante segura de que Marcie y Niall ya ni siquiera recordaban nuestra presencia allí.
(…)
-He estado carcomiéndome la cabeza pensando en qué hacer, Harry- confesé luego de darme por vencida tras el tercer intento de mi novio de que le dijera que me tenía preocupada.
El acarició mi vientre por encima de la tela y pese a todo, yo entrelacé mis dedos con los de él, justo allí.
-Puedes empezar diciéndome qué es lo que se supone que tienes que hacer- dijo el tranquilamente mientras con su pulgar acariciaba el hueso de mi cadera. Me estremecí.
Estábamos en un parque dónde frecuentaban las parejas adolescentes y desde lejos podía sentirse toda el aura de romanticismo en aquel sitio. Sin embargo, me sentía como dentro de una burbuja.
Como si el resto no existiera. No era consciente de nada que no fuera Harry y la calidez y suavidad de sus manos, su fuerte abdomen contra mi espalda, y su barbilla a la altura de mi sien.
Él se encontraba recostado contra un viejo roble, y yo en su regazo, de espalda a él.
-Es… un hogar. Un sitio al que voy hace casi un año.
-Un hogar- repitió él y luego dudó: -¿En el que alojan niños huérfanos?
Asentí y él esperó en silencio a que continuara.
-Todo ha ido tan bien siempre. Pero ahora su economía está por los suelos- expliqué mirando las nubles que de a poco iban desapareciendo. –He intentado ayudarles pero ahora ya no dispongo del efectivo. Y las pocas personas que contribuían ya no son tan frecuentes.
-¿Y por qué no dispones del dinero, cielo?- preguntó él distraídamente y yo me tensé. Entonces me miró entre sorprendido y apenado.
-¿El dinero de Anacks?
Mi silencio fue su respuesta. Cerró los ojos con fuerza y gruñó en voz baja.
-¿Por qué no me lo has dicho antes, _________?- cuestionó en un murmullo y desvío la mirada cuando di media vuelta.
-¿El qué?
Sus labios formaron una línea recta.
-Que aquel dinero ayudaba a un hogar. Jamás te hubiera pedido que lo abandones si hubiera sabido que iba destinado a una causa tan noble. Me siento como un condenado egoísta… soy un condenado egoísta- rectificó apesumbrado y con el brazo se cubrió los ojos.
-Hey, tú no eres egoísta- le dije en voz baja intentando quitarle la obstrucción de esas bellas gemas verdes. El se resistió y no pude mover ni un centímetro su brazo de aquel lugar. –Harry, no entré a Anacks específicamente para ayudar al hogar- admití algo avergonzada por el falso buen concepto que se había hecho de mí en tan sólo unos segundos. –Cuando conocí a los niños del lugar hace unos meses, decidí contribuir e ir a visitarlos de vez en cuando, pero no fue hasta que gané grandes sumas de dinero, que empecé con las donaciones.
El se quitó el brazo de los ojos y me observó.
-¿Y cómo los ayudaremos ahora? ¿Volverás a Anacks?
Su voz sonaba mortificada, sabiendo que a él no le agradaría en absoluto que yo volviera a aquel antro de mala muerte. No obstante, me agradó el ‘ayudaremos’.
-No volveré a Anacks, Harry- dije con firmeza y alivio destelló en sus ojos pese a que no dijo nada. –Ya se me ocurrirá algo- añadí intentando convencerme más a mi misma que a él.
El rizado se quedó pensativo, con sus brazos alrededor de mi cadera, y su barbilla sobre mi cabeza.
-¿Y si le sacas provecho a ese estudio?
-¿Cómo?
El se aclaró la garganta.
-Podrías enseñarles ballet o cualquier otra danza a las niñas del hogar, y luego hacer obras con el objetivo de recaudar fondos para caridad. Sería algo bonito de ver y el dinero les serviría al menos hasta que se nos ocurra algo más.
Sonreí animada. Era una magnífica idea.
-A veces me pregunto qué he hecho para tener a alguien tan bueno como tú- dije negando con la cabeza y atrayéndolo hacia mí. El soltó una risita.
-Debes haber sido un ángel en otra vida- bromeó adecuándose a mi cambio de humor. Se acercó a mis labios y lo detuve.
-¿En otra vida? ¿Y en ésta no?- pregunté divertida dándole un beso a la punta de su nariz.
El soltó una risa sofocada y negó con la cabeza.
-No me hagas responder a esa pregunta- contestó y tomó mi rostro entre sus grandes manos. –“__________ diablilla Liejett”- rió antes de besarme.
michu
Re: One and Only {Harry&tú} -Cami. TERMINADA
Capítulo 64
-Ya casi termina el fin de semana- me quejé mientras me acurrucaba con Harry en el sillón.
En la televisión pasaban la publicidad de una película de la que jamás había escuchado hablar.
-¿Quién dijo que tiene que terminar ahora?- preguntó en mi oído y su tono me pareció demasiado ambiguo para no cuestionárselo.
-¿A qué te refieres?
Él me observó y de repente sentí el aire cargarse de intensidad. Así solía suceder cada vez que mis ojos y los suyos hacían conexión. Era notable el cambio en nuestras respiraciones, y el ligero rubor cubriendo mis mejillas. Me sentía trágicamente vulnerable junto a él, y lo más raro es que no me importaba.
En otras circunstancias y algún tiempo atrás me hubiera sentido estúpida al ser débil ante un hombre, pero Harry era tan dulce conmigo, tan increíblemente cariñoso, que tan sólo con un gesto elocuente me demostraba su afecto.
Si pudiese comparar el tipo de pensamientos que rondaban por mi cabeza hacía casi cuatro meses, y lo que pensaba en ese instante del amor,… probablemente el contraste sería máximo.
Harry era el equilibrio y desequilibrio de todo.
Sí, diablos, lo amaba.
Éste era mi primer gran amor, y esperaba que nunca acabase como toda estúpida adolescente.
Mi mente no concebía finales tristes, simplemente no me imaginaba el final de aquello.
Cuando volví a la realidad tenía a Harry besando mi cuello y haciéndome cosquillas con su cabello cerca de mi barbilla.
Solté una risita y me hice a un lado.
-¿Qué propones?
-Vamos a un autocine- dijo él y su mirada se cargó de lascivia. Golpeé su hombro. –Oh vamos,… no creerás que usaré ese viejo cliché para pasar mi brazo sobre tu hombro, ¿verdad?
-De hecho… -comenté yo- no esperaba precisamente que pasaras tu brazo por mi hombro. ¿Desde cuándo ese gesto tiene que planearse?- bromeé divertida. –No me hagas pensar que estoy saliendo con un anciano, Styles. Eres un chapado a la antigua.
-Éste chapado a la antigua te llevó a la cama… así que tu argumento es inválido, milady- dijo teatralmente y me eché a reír. El me acompañó.
-Sí- asentí con una sonrisa. –A la cama... al sofá, a la ducha, a la cocina, al escritorio en tu oficina… -enumeré y el negó con la cabeza.
-¿En la cocina? ¿Cuándo fue eso?- preguntó frunciendo el ceño. –Nunca te follé en la cocina- dijo naturalmente.
Arqueé una ceja.
-¿Disculpa? ¿Qué tu me follas a mí?- repetí intentando sonar atónita y ofendida. –Yo soy la que te folla a ti Harry, yo te incito a hacerlo.
-Los hombres follan, las mujeres sólo… están ahí- objetó no muy convencido de su poco brillante explicación. Solté una carcajada.
-¿Estás provocándome?- pregunté casi de un modo retórico.
-¿Funciona?
Negué con la cabeza y me reí. ¿De dónde salen estas conversaciones tan extrañas?
-Supongo que olvidas el pequeño episodio en tu oficina… así que yo solo ‘estuve ahí’- reformé la cita de sus palabras.
-Bien, con “ahí”, me refiero a… aquí- dirigió una breve mirada a sus pantalones y sonreí pícara. –Bien, sí, quizá tu me follas a mí- concluyó rindiéndose y recostándose sobre el sofá.
-Buen chico- halagué acariciando sus rizos. Él sonrió y se formó un hoyuelo en su mejilla izquierda. Pese a su edad, aún parecía tan joven.
-Hey hey hey- dije llamando su atención. –Dijiste que iríamos al autocine- le recordé y el bufó.
-Nuestro debate me ha dejado cansado, y es domingo por la noche. Debo llevarte a casa- bromeó y se puso boca abajo, enterrando el rostro entre los almohadones.
Me senté sobre su trasero y el automáticamente levantó la cabeza, curioso.
-¿Qué haces?
Deslicé mis manos hacia la parte posterior de su cabeza y lo empujé de nuevo contra el almohadón.
Luego las reacomodé sobre sus hombros, y comencé a apretar suavemente, mientras hacía círculos con mis pulgares sobre sus omóplatos. El gimió, al parecer no esperaba el gesto.
-¿Me harás masajes?- preguntó con voz ronca y me detuve. El soltó un sensual gruñido.
-Sólo si me llevas al autocine luego.
-Hecho- aceptó él automáticamente.
-Promételo.
-Lo prometo, pero ahora vuelve a hacerlo- me incitó con la voz ronca. –Menos mal que estoy recostado boca abajo, porque si no terminaríamos…
Golpeé su hombro interrumpiéndolo y el soltó una carcajada sofocada por el almohadón.
Como amo a éste tipo.
-Ya casi termina el fin de semana- me quejé mientras me acurrucaba con Harry en el sillón.
En la televisión pasaban la publicidad de una película de la que jamás había escuchado hablar.
-¿Quién dijo que tiene que terminar ahora?- preguntó en mi oído y su tono me pareció demasiado ambiguo para no cuestionárselo.
-¿A qué te refieres?
Él me observó y de repente sentí el aire cargarse de intensidad. Así solía suceder cada vez que mis ojos y los suyos hacían conexión. Era notable el cambio en nuestras respiraciones, y el ligero rubor cubriendo mis mejillas. Me sentía trágicamente vulnerable junto a él, y lo más raro es que no me importaba.
En otras circunstancias y algún tiempo atrás me hubiera sentido estúpida al ser débil ante un hombre, pero Harry era tan dulce conmigo, tan increíblemente cariñoso, que tan sólo con un gesto elocuente me demostraba su afecto.
Si pudiese comparar el tipo de pensamientos que rondaban por mi cabeza hacía casi cuatro meses, y lo que pensaba en ese instante del amor,… probablemente el contraste sería máximo.
Harry era el equilibrio y desequilibrio de todo.
Sí, diablos, lo amaba.
Éste era mi primer gran amor, y esperaba que nunca acabase como toda estúpida adolescente.
Mi mente no concebía finales tristes, simplemente no me imaginaba el final de aquello.
Cuando volví a la realidad tenía a Harry besando mi cuello y haciéndome cosquillas con su cabello cerca de mi barbilla.
Solté una risita y me hice a un lado.
-¿Qué propones?
-Vamos a un autocine- dijo él y su mirada se cargó de lascivia. Golpeé su hombro. –Oh vamos,… no creerás que usaré ese viejo cliché para pasar mi brazo sobre tu hombro, ¿verdad?
-De hecho… -comenté yo- no esperaba precisamente que pasaras tu brazo por mi hombro. ¿Desde cuándo ese gesto tiene que planearse?- bromeé divertida. –No me hagas pensar que estoy saliendo con un anciano, Styles. Eres un chapado a la antigua.
-Éste chapado a la antigua te llevó a la cama… así que tu argumento es inválido, milady- dijo teatralmente y me eché a reír. El me acompañó.
-Sí- asentí con una sonrisa. –A la cama... al sofá, a la ducha, a la cocina, al escritorio en tu oficina… -enumeré y el negó con la cabeza.
-¿En la cocina? ¿Cuándo fue eso?- preguntó frunciendo el ceño. –Nunca te follé en la cocina- dijo naturalmente.
Arqueé una ceja.
-¿Disculpa? ¿Qué tu me follas a mí?- repetí intentando sonar atónita y ofendida. –Yo soy la que te folla a ti Harry, yo te incito a hacerlo.
-Los hombres follan, las mujeres sólo… están ahí- objetó no muy convencido de su poco brillante explicación. Solté una carcajada.
-¿Estás provocándome?- pregunté casi de un modo retórico.
-¿Funciona?
Negué con la cabeza y me reí. ¿De dónde salen estas conversaciones tan extrañas?
-Supongo que olvidas el pequeño episodio en tu oficina… así que yo solo ‘estuve ahí’- reformé la cita de sus palabras.
-Bien, con “ahí”, me refiero a… aquí- dirigió una breve mirada a sus pantalones y sonreí pícara. –Bien, sí, quizá tu me follas a mí- concluyó rindiéndose y recostándose sobre el sofá.
-Buen chico- halagué acariciando sus rizos. Él sonrió y se formó un hoyuelo en su mejilla izquierda. Pese a su edad, aún parecía tan joven.
-Hey hey hey- dije llamando su atención. –Dijiste que iríamos al autocine- le recordé y el bufó.
-Nuestro debate me ha dejado cansado, y es domingo por la noche. Debo llevarte a casa- bromeó y se puso boca abajo, enterrando el rostro entre los almohadones.
Me senté sobre su trasero y el automáticamente levantó la cabeza, curioso.
-¿Qué haces?
Deslicé mis manos hacia la parte posterior de su cabeza y lo empujé de nuevo contra el almohadón.
Luego las reacomodé sobre sus hombros, y comencé a apretar suavemente, mientras hacía círculos con mis pulgares sobre sus omóplatos. El gimió, al parecer no esperaba el gesto.
-¿Me harás masajes?- preguntó con voz ronca y me detuve. El soltó un sensual gruñido.
-Sólo si me llevas al autocine luego.
-Hecho- aceptó él automáticamente.
-Promételo.
-Lo prometo, pero ahora vuelve a hacerlo- me incitó con la voz ronca. –Menos mal que estoy recostado boca abajo, porque si no terminaríamos…
Golpeé su hombro interrumpiéndolo y el soltó una carcajada sofocada por el almohadón.
Como amo a éste tipo.
michu
Re: One and Only {Harry&tú} -Cami. TERMINADA
Capítulo 65
{Narra Harry}
Noté una sonrisa dibujarse en su delicado rostro mientras yo me estacionaba frente a la inmensa pantalla.
Luego de media hora de deliciosos masajes, me había decidido al fin a mover el culo y llevarla al bendito autocine.
Tal como era de esperarse un domingo por la noche, el lugar estaba semidesértico. Sólo había dos coches más, y uno de ellos parecía estar vacío.
____________ tomó mi mano y se la llevó a su regazo, entrelazando nuestros dedos. Sonreí al sentir la cálida piel de sus piernas.
Quizá no hubiera sido tan mala idea venir.
-La película está por comenzar. ¿Quieres que vaya por palomitas y una bebida?
-Iré contigo- me dijo y se quitó el cinturón de seguridad.
Me bajé del coche y di media vuelta para encontrarme con ____________, quién volvió a tomar mi mano. Me aparté y ella me miró arqueando una ceja, entonces la atraje por la cintura y la tomé como prisionera contra mi coche.
Incliné el rostro besando la comisura de su boca y ella jadeó al sentir el prominente bulto en mis pantalones. Apoyé mi frente contra la suya y cerré los ojos por un momento.
Cuando volví a abrirlos me encontré con una intensa mirada gris almendrada fija en mí. Ella sonrió y llevó su pequeña y cálida mano a mi mejilla, acariciando con suavidad mis rasgos.
¿Cómo puede hacerme sentir así con tan solo mirarme?
Desde el principio me he sentido así, tan jodidamente frágil a su lado, pero intentando ser fuerte, porque se supone que soy yo quién debe protegerla. Pero ella simplemente… hace que todo el resto desaparezca.
Cuando me inundó su presencia aquel día en Anacks, pensaba que estaba perdido.
Me sentía herido por que creía no haber sido suficiente para Becca, pero __________ me había demostrado que simplemente aquella mujer no había aprendido a valorarme y aceptar como era yo.
¿Quién diría que terminaría enamorándome de una stripper?
-Estás sonriéndome como un tonto- dijo ella divertida, cortando el hilo de mis pensamientos. –Espero que tengas esa misma sonrisa cuando conozcas a mis padres- bromeó y se hizo a un lado, arrastrándome hacia el puesto de palomitas.
-¿Tus padres?- pregunté algo desorientado.
-Hace unos días mi padre se enteró de que estoy saliendo contigo.
Intenté mantener una expresión neutra, pero al parecer ella notó al instante que aquello me había puesto nervioso y alerta, por lo que rió.
-No le molestó la idea en absoluto. O al menos eso me dio a entender. Dijo que al menos no había escogido a un adolescente en plena pubertad.
Arqueé las cejas sorprendido.
-Así que todo el problema se originaba en mis veintiséis años- comprendí yo, poniendo una expresión de circunstancia. Ella soltó una risita.
-Supongo que no mencioné el hecho de que aún sigues casado, pero eso se resolverá en un mes- dijo guiñándome un ojo y mordiéndose el labio. En un mes- pensé con alivio- cada vez faltaba menos para desprenderme de todo lo que me relacionará a Becca.
Se acercó al puesto, y el empleado la observó con descaro de arriba abajo.
Pese a que era de noche, el tiempo estaba bastante agradable, por lo que __________ sólo llevaba unos shorts de jean y una blusa con tirantes.
El jodido bastardo no dejó de mirarla incluso cuando se adentró a la pequeña cabina, llenando una bolsa de palomitas.
Me adelanté unos cuantos pasos, y la tomé por la cintura.
-Marcando territorio- dijo ella divertida entre dientes y yo clavé mi erección en su trasero. –Juegas con fuego, ya te lo he dicho- susurró excitada.
El empleado volvió a acercarse, con la bolsa de palomitas en una mano y las dos bebidas en otra. Me echó un breve vistazo y luego desvió la mirada para encontrarse con la de mi novia.
___________ sonrió y musitó un suave “gracias”, dejando el dinero en la mano del desgarbado muchacho. –Quédate con el cambio.
Se dio media vuelta demasiado rápido y sus pechos quedaron pegados contra el mío. Se mordió el labio alzando la mirada. Estaba provocándome…
Se hizo a un lado, y continuó su caminata hasta el auto.
Tomé las bebidas y camine detrás de ella intentando no correrme con solo mirar ese perfecto trasero e imaginarme todo lo que podría hacer con él.
Una vez dentro del coche, notamos que la pantalla ya estaba mostrando los créditos principales, por lo que nos acomodamos en los asientos con las bebidas entre ellos.
__________ se llevó un pequeño puñado de palomitas a la boca y observó atenta el título de aquella película. “Eterno resplandor de una mente sin recuerdos”. Vaya imaginación.
Luego de media hora, me encontré a mi mismo consternado y fascinado con aquella extraña historia. Al principio todo parecía ser normal.
Uno de los protagonistas había decidido espontáneamente faltar al trabajo y tomar un tren a una estación desconocida.
Allí conoce a Clementine, quién parecía ser una joven algo extraña pero bastante divertida. Comienzan una extraña y casual relación, cuando de repente, se enfoca al personaje principal, llorando.
Sin explicaciones, sin peleas previas.
Observé durante un segundo a _____________ que miraba la película igual de concentrada que yo. Tenía el ceño ligeramente fruncido.
Volví la vista a la pantalla, sin antes tomar su mano. Ella aceptó el gesto cálidamente.
Finalmente, cuando la película terminó, _____________ suspiró y soltó un par de lágrimas. Hizo a un lado las bebidas y me abrazó.
-Oh… definitivamente ha sido la mejor y más extraña película que he visto- comentó con un deje vehemente en su voz. Acaricié su cabello y sonreí.
-La verdad es que te deja pensando…
-¿Te imaginas? ¿Qué sucedería si lo nuestro terminara mal y yo intentara borrarte de mi mente?- dijo más para sí misma y parpadeó considerando la idea. Luego hizo una mueca.
-¿Podrías olvidarme?
-Creo que aunque borraran todos mis recuerdos de ti no podría evitar sentir lo que siento cuando estamos juntos- murmuró y luego se sonrojó. –Mierda, ¿desde cuándo soy tan cursi?
Se secó las lágrimas rápidamente y solté una risita.
-Me gusta cuando eres cursi- dije dándole un beso en la mejilla. Ella refunfuñó.
-¿Qué hora es?- preguntó distraídamente.
Tanteé en mi reloj.
-Casi las once. Ahora si es mejor que te lleve a casa, cielo.
Hizo un pequeño puchero pero finalmente cedió.
-En unos días se inaugurará el estudio de ballet- me recordó con una sonrisa emocionada mientras ponía el motor en marcha. Se la devolví.
Parecía tan entusiasmada en el proyecto que aquello ablandó mi corazón.
Ella tenía su lado tan salvaje, ardiente y dominante, y luego estaba ésta faceta. Dulce, altruista, y encantadora.
Honestamente, debí haber sido demasiado bueno en otra vida para tener a una chica como ella conmigo en éste instante.
--
Aww. Hazzi vos te la mereces a rayita<33
A las que todavía no vieron el trailer de One and Only, acá está el link:
https://www.youtube.com/watch?v=CgRfLRn4N4U
Se supone que el trailer se muestra antes de publicar la novela skadljfalskdf, pero la hermosa de Barbiie me inspiró y me ayudó, así que se me ocurrió subirlo ahora(?) Espero les guste bellezas.
{Narra Harry}
Noté una sonrisa dibujarse en su delicado rostro mientras yo me estacionaba frente a la inmensa pantalla.
Luego de media hora de deliciosos masajes, me había decidido al fin a mover el culo y llevarla al bendito autocine.
Tal como era de esperarse un domingo por la noche, el lugar estaba semidesértico. Sólo había dos coches más, y uno de ellos parecía estar vacío.
____________ tomó mi mano y se la llevó a su regazo, entrelazando nuestros dedos. Sonreí al sentir la cálida piel de sus piernas.
Quizá no hubiera sido tan mala idea venir.
-La película está por comenzar. ¿Quieres que vaya por palomitas y una bebida?
-Iré contigo- me dijo y se quitó el cinturón de seguridad.
Me bajé del coche y di media vuelta para encontrarme con ____________, quién volvió a tomar mi mano. Me aparté y ella me miró arqueando una ceja, entonces la atraje por la cintura y la tomé como prisionera contra mi coche.
Incliné el rostro besando la comisura de su boca y ella jadeó al sentir el prominente bulto en mis pantalones. Apoyé mi frente contra la suya y cerré los ojos por un momento.
Cuando volví a abrirlos me encontré con una intensa mirada gris almendrada fija en mí. Ella sonrió y llevó su pequeña y cálida mano a mi mejilla, acariciando con suavidad mis rasgos.
¿Cómo puede hacerme sentir así con tan solo mirarme?
Desde el principio me he sentido así, tan jodidamente frágil a su lado, pero intentando ser fuerte, porque se supone que soy yo quién debe protegerla. Pero ella simplemente… hace que todo el resto desaparezca.
Cuando me inundó su presencia aquel día en Anacks, pensaba que estaba perdido.
Me sentía herido por que creía no haber sido suficiente para Becca, pero __________ me había demostrado que simplemente aquella mujer no había aprendido a valorarme y aceptar como era yo.
¿Quién diría que terminaría enamorándome de una stripper?
-Estás sonriéndome como un tonto- dijo ella divertida, cortando el hilo de mis pensamientos. –Espero que tengas esa misma sonrisa cuando conozcas a mis padres- bromeó y se hizo a un lado, arrastrándome hacia el puesto de palomitas.
-¿Tus padres?- pregunté algo desorientado.
-Hace unos días mi padre se enteró de que estoy saliendo contigo.
Intenté mantener una expresión neutra, pero al parecer ella notó al instante que aquello me había puesto nervioso y alerta, por lo que rió.
-No le molestó la idea en absoluto. O al menos eso me dio a entender. Dijo que al menos no había escogido a un adolescente en plena pubertad.
Arqueé las cejas sorprendido.
-Así que todo el problema se originaba en mis veintiséis años- comprendí yo, poniendo una expresión de circunstancia. Ella soltó una risita.
-Supongo que no mencioné el hecho de que aún sigues casado, pero eso se resolverá en un mes- dijo guiñándome un ojo y mordiéndose el labio. En un mes- pensé con alivio- cada vez faltaba menos para desprenderme de todo lo que me relacionará a Becca.
Se acercó al puesto, y el empleado la observó con descaro de arriba abajo.
Pese a que era de noche, el tiempo estaba bastante agradable, por lo que __________ sólo llevaba unos shorts de jean y una blusa con tirantes.
El jodido bastardo no dejó de mirarla incluso cuando se adentró a la pequeña cabina, llenando una bolsa de palomitas.
Me adelanté unos cuantos pasos, y la tomé por la cintura.
-Marcando territorio- dijo ella divertida entre dientes y yo clavé mi erección en su trasero. –Juegas con fuego, ya te lo he dicho- susurró excitada.
El empleado volvió a acercarse, con la bolsa de palomitas en una mano y las dos bebidas en otra. Me echó un breve vistazo y luego desvió la mirada para encontrarse con la de mi novia.
___________ sonrió y musitó un suave “gracias”, dejando el dinero en la mano del desgarbado muchacho. –Quédate con el cambio.
Se dio media vuelta demasiado rápido y sus pechos quedaron pegados contra el mío. Se mordió el labio alzando la mirada. Estaba provocándome…
Se hizo a un lado, y continuó su caminata hasta el auto.
Tomé las bebidas y camine detrás de ella intentando no correrme con solo mirar ese perfecto trasero e imaginarme todo lo que podría hacer con él.
Una vez dentro del coche, notamos que la pantalla ya estaba mostrando los créditos principales, por lo que nos acomodamos en los asientos con las bebidas entre ellos.
__________ se llevó un pequeño puñado de palomitas a la boca y observó atenta el título de aquella película. “Eterno resplandor de una mente sin recuerdos”. Vaya imaginación.
Luego de media hora, me encontré a mi mismo consternado y fascinado con aquella extraña historia. Al principio todo parecía ser normal.
Uno de los protagonistas había decidido espontáneamente faltar al trabajo y tomar un tren a una estación desconocida.
Allí conoce a Clementine, quién parecía ser una joven algo extraña pero bastante divertida. Comienzan una extraña y casual relación, cuando de repente, se enfoca al personaje principal, llorando.
Sin explicaciones, sin peleas previas.
Observé durante un segundo a _____________ que miraba la película igual de concentrada que yo. Tenía el ceño ligeramente fruncido.
Volví la vista a la pantalla, sin antes tomar su mano. Ella aceptó el gesto cálidamente.
Finalmente, cuando la película terminó, _____________ suspiró y soltó un par de lágrimas. Hizo a un lado las bebidas y me abrazó.
-Oh… definitivamente ha sido la mejor y más extraña película que he visto- comentó con un deje vehemente en su voz. Acaricié su cabello y sonreí.
-La verdad es que te deja pensando…
-¿Te imaginas? ¿Qué sucedería si lo nuestro terminara mal y yo intentara borrarte de mi mente?- dijo más para sí misma y parpadeó considerando la idea. Luego hizo una mueca.
-¿Podrías olvidarme?
-Creo que aunque borraran todos mis recuerdos de ti no podría evitar sentir lo que siento cuando estamos juntos- murmuró y luego se sonrojó. –Mierda, ¿desde cuándo soy tan cursi?
Se secó las lágrimas rápidamente y solté una risita.
-Me gusta cuando eres cursi- dije dándole un beso en la mejilla. Ella refunfuñó.
-¿Qué hora es?- preguntó distraídamente.
Tanteé en mi reloj.
-Casi las once. Ahora si es mejor que te lleve a casa, cielo.
Hizo un pequeño puchero pero finalmente cedió.
-En unos días se inaugurará el estudio de ballet- me recordó con una sonrisa emocionada mientras ponía el motor en marcha. Se la devolví.
Parecía tan entusiasmada en el proyecto que aquello ablandó mi corazón.
Ella tenía su lado tan salvaje, ardiente y dominante, y luego estaba ésta faceta. Dulce, altruista, y encantadora.
Honestamente, debí haber sido demasiado bueno en otra vida para tener a una chica como ella conmigo en éste instante.
--
Aww. Hazzi vos te la mereces a rayita<33
A las que todavía no vieron el trailer de One and Only, acá está el link:
https://www.youtube.com/watch?v=CgRfLRn4N4U
Se supone que el trailer se muestra antes de publicar la novela skadljfalskdf, pero la hermosa de Barbiie me inspiró y me ayudó, así que se me ocurrió subirlo ahora(?) Espero les guste bellezas.
michu
Re: One and Only {Harry&tú} -Cami. TERMINADA
MICHU ME A ENCNATADO LOS CAPITULOS ESTAN PRECIOSOS POR FAVOR SIGUELA PRONTO K ME ENCANTA JEJEJEJEJEJ LA ADORO TU NOVELA JEEJEJEJJ SIGUELA DE PARTE DE TU NIÑA BUENA JEJEJEJJ
BESOSSSSSSSSSSSSSSSSS MARI
BESOSSSSSSSSSSSSSSSSS MARI
Devon.
Re: One and Only {Harry&tú} -Cami. TERMINADA
Capítulo 66
-Dios, nunca he estado tan nerviosa- le dije a Marcie observando la cantidad de niñas que había en el estudio. Las más pequeñas correteaban entre las columnas, mientras que las mayores se quedaban al lado de la barra charlando.
Me sentí algo mareada y desconcertada por aquella sensación. Sentía que lo que estaba a punto de hacer era una locura, quiero decir, enseñarles a bailar,… jamás le he enseñado a nadie, ni siquiera sé cómo se hace. ¿Qué debo hacer? ¿Ir, hacer un movimiento e intentar qué lo hagan?
Marcie me miró con una sonrisita suficiente, al parecer le resultaba divertido mi voluble estado de ánimo.
-Escúchame con atención Liejett, jamás volveré a repetir esto- me dijo y su expresión se torno seria. –Eres perfecta en lo que haces, ¿recuerdas el primer día que estuviste en Anacks?- preguntó y sin esperar respuesta prosiguió-: Al principio, cuando te vi bailar, supe que yo ya no sería la estrellita, no es lo candente lo que vuelve locos a los hombres, es la pasión con la que bailas, __________. Te hubiera detenido si no fuera así.
Sonreí soltando un suspiro de satisfacción. Pocas eran las veces que Marcie se expresaba hacia mí con tanta devoción.
Y para rematar, agregó:
-Ahora quítate esa ridícula bata y mueve el trasero- concluyó empujándome hacia el salón.
Tomé coraje y me quité la fina capa dejándola a un costado. Las niñas se reunieron en una hilera frente a mí, y las hermanas se reacomodaron en sus asientos a los extremos del gran estudio.
Harry y Zayn estaban ocupándose del sonido en la pequeña salita contigua.
Las pequeñas me observaron curiosas y yo sonreí intentando infundirles valor.
¿A quién engaño? Estaba más aterrada yo, que ellas mismas.
-Hola __________- me saludó Lottie con su pequeña mano abriendo paso entre las niñas.
-Hola Lott- sonreí una vez más y suspiré. –Bueno, para las que aún no me conocen, mi nombre es ___________, y yo les enseñaré ballet- comencé intentando buscar las palabras adecuadas. Me carcomía la cabeza debatiendo si debía decir algo más. Las niñas aguardaban ansiosas con sus miradas en mí. – ¿Alguna aquí ya había practicado ésta danza antes?
Tres pequeñas levantaron la mano.
Le di el poder de habla a la más bajita asintiendo hacia ella.
-Mamá me enseñaba- contestó en voz bajita y entonces se me partió el corazón. No debía olvidar que todas estas niñas eran huérfanas. Me estremecí y finalmente, luego de otro suspiro más, me relajé un poco.
-Lo primero que quiero que sepan, es que ninguna está obligada a ser perfecta. Puede que escuchen de muchos… -busqué las palabras recordando que sólo tenían entre cinco y diez años. -… que el ballet es duro. Pero todas estamos aquí para divertirnos y aprender un poco de esto, ¿sí?- todas dijeron que sí al unísono. –No las escucho- dije con una sonrisa divertida.
-¡Sí!- gritaron todas y algunas más alto que otras, haciendo una breve y animada competencia.
Sonreí y las guié hasta la barra, explicándoles los ejercicios de calentamiento.
-¿Qué sucede si no hacemos los ejercicios de calentamiento?- preguntó Samantha.
-Podrían lastimarse. Justamente por eso es que el ejercicio acondiciona nuestros músculos antes de bailar.
Sam asintió y continuó estirando sus pequeñas piernas.
Luego de unos minutos de calentamiento, me acerqué a Marcie haciéndole señas. La rubia asintió y se adentró a la salita de música.
Comenzó a sonar una suave melodía y las niñas sonreían haciendo pasos improvisados.
Solté una risita.
-Haz alguna coreografía, __________- pidió una de ellas.
-¡Sí, haz una!- entorné los ojos cuando todas comenzaron a alentarme.
Finalmente acepté. Las niñas se hicieron a un lado contra la barra para dejarme espacio y entonces simplemente… me dejé llevar.
Bailé materializando lo que aquella música producía en mí. Admito que no fue perfecto, pero fue lo mejor que salió de mí. Me movía de aquí para allá, haciendo delicados movimientos con las piernas y las manos. Aún recordaba cada paso como si fuera sido ayer mi última clase de danza clásica. La sensación cuando flexionaba mis músculos me recordaba que hacía tiempo que no bailaba, pero pese a aquello, disfruté cada movimiento como si se tratase del último, y finalmente cuando la música acabó, me di cuenta de cuánto había extrañado aquello.
Las niñas estallaron en aplausos, incluso las hermanas en los extremos del estudio, elogiando la actuación entre ellas.
Sonreí y estiré un poco los pies.
Fue cuando lo vi.
Harry estaba en el marco de la puerta de la salita de música con una sonrisa discreta en los labios. No despegaba su mirada verde de mí. Me miraba impresionado y aquello resultó ser sumamente placentero para mi autoestima.
Luché por no sonrojarme, pero finalmente fue en vano.
El rubor invadió mis mejillas y él me guiñó un ojo. Gesticuló con la boca un “continua” y al ver mi nula reacción, arqueó una ceja.
Solté un jadeo y me volví hacia las niñas, dándole la espalda a mi novio, ya que estaba segura que de otra manera hubiera terminado golpeándome con uno de los cristales de las paredes, por tanta distracción.
Continué con la clase, enseñándole los pasos básicos y sonriendo orgullosamente cuando los hacían correctamente.
Finalmente, cuando llegó la hora de irse, todas se acercaron a mí y me abrazaron por las piernas y la cintura.
Solté una carcajada tras las despedidas y elogios. Aquello se sintió muy bien.
-Nos vemos mañana, pequeñas- me despedí haciendo un abrazo grupal.
Las hermanas se despidieron con sonrisas y comentarios afables y se ocuparon de que las niñas subieran una por una al autobús que las regresaría de nuevo al hogar, que sorpresibamente, estaba siendo financiado por mi hermoso y adorable novio.
Me senté exhausta sobre el piso de madera y observé el techo liso.
No recordaba haberme sentido tan bien como me sentía en ese momento.
-Dios, nunca he estado tan nerviosa- le dije a Marcie observando la cantidad de niñas que había en el estudio. Las más pequeñas correteaban entre las columnas, mientras que las mayores se quedaban al lado de la barra charlando.
Me sentí algo mareada y desconcertada por aquella sensación. Sentía que lo que estaba a punto de hacer era una locura, quiero decir, enseñarles a bailar,… jamás le he enseñado a nadie, ni siquiera sé cómo se hace. ¿Qué debo hacer? ¿Ir, hacer un movimiento e intentar qué lo hagan?
Marcie me miró con una sonrisita suficiente, al parecer le resultaba divertido mi voluble estado de ánimo.
-Escúchame con atención Liejett, jamás volveré a repetir esto- me dijo y su expresión se torno seria. –Eres perfecta en lo que haces, ¿recuerdas el primer día que estuviste en Anacks?- preguntó y sin esperar respuesta prosiguió-: Al principio, cuando te vi bailar, supe que yo ya no sería la estrellita, no es lo candente lo que vuelve locos a los hombres, es la pasión con la que bailas, __________. Te hubiera detenido si no fuera así.
Sonreí soltando un suspiro de satisfacción. Pocas eran las veces que Marcie se expresaba hacia mí con tanta devoción.
Y para rematar, agregó:
-Ahora quítate esa ridícula bata y mueve el trasero- concluyó empujándome hacia el salón.
Tomé coraje y me quité la fina capa dejándola a un costado. Las niñas se reunieron en una hilera frente a mí, y las hermanas se reacomodaron en sus asientos a los extremos del gran estudio.
Harry y Zayn estaban ocupándose del sonido en la pequeña salita contigua.
Las pequeñas me observaron curiosas y yo sonreí intentando infundirles valor.
¿A quién engaño? Estaba más aterrada yo, que ellas mismas.
-Hola __________- me saludó Lottie con su pequeña mano abriendo paso entre las niñas.
-Hola Lott- sonreí una vez más y suspiré. –Bueno, para las que aún no me conocen, mi nombre es ___________, y yo les enseñaré ballet- comencé intentando buscar las palabras adecuadas. Me carcomía la cabeza debatiendo si debía decir algo más. Las niñas aguardaban ansiosas con sus miradas en mí. – ¿Alguna aquí ya había practicado ésta danza antes?
Tres pequeñas levantaron la mano.
Le di el poder de habla a la más bajita asintiendo hacia ella.
-Mamá me enseñaba- contestó en voz bajita y entonces se me partió el corazón. No debía olvidar que todas estas niñas eran huérfanas. Me estremecí y finalmente, luego de otro suspiro más, me relajé un poco.
-Lo primero que quiero que sepan, es que ninguna está obligada a ser perfecta. Puede que escuchen de muchos… -busqué las palabras recordando que sólo tenían entre cinco y diez años. -… que el ballet es duro. Pero todas estamos aquí para divertirnos y aprender un poco de esto, ¿sí?- todas dijeron que sí al unísono. –No las escucho- dije con una sonrisa divertida.
-¡Sí!- gritaron todas y algunas más alto que otras, haciendo una breve y animada competencia.
Sonreí y las guié hasta la barra, explicándoles los ejercicios de calentamiento.
-¿Qué sucede si no hacemos los ejercicios de calentamiento?- preguntó Samantha.
-Podrían lastimarse. Justamente por eso es que el ejercicio acondiciona nuestros músculos antes de bailar.
Sam asintió y continuó estirando sus pequeñas piernas.
Luego de unos minutos de calentamiento, me acerqué a Marcie haciéndole señas. La rubia asintió y se adentró a la salita de música.
Comenzó a sonar una suave melodía y las niñas sonreían haciendo pasos improvisados.
Solté una risita.
-Haz alguna coreografía, __________- pidió una de ellas.
-¡Sí, haz una!- entorné los ojos cuando todas comenzaron a alentarme.
Finalmente acepté. Las niñas se hicieron a un lado contra la barra para dejarme espacio y entonces simplemente… me dejé llevar.
Bailé materializando lo que aquella música producía en mí. Admito que no fue perfecto, pero fue lo mejor que salió de mí. Me movía de aquí para allá, haciendo delicados movimientos con las piernas y las manos. Aún recordaba cada paso como si fuera sido ayer mi última clase de danza clásica. La sensación cuando flexionaba mis músculos me recordaba que hacía tiempo que no bailaba, pero pese a aquello, disfruté cada movimiento como si se tratase del último, y finalmente cuando la música acabó, me di cuenta de cuánto había extrañado aquello.
Las niñas estallaron en aplausos, incluso las hermanas en los extremos del estudio, elogiando la actuación entre ellas.
Sonreí y estiré un poco los pies.
Fue cuando lo vi.
Harry estaba en el marco de la puerta de la salita de música con una sonrisa discreta en los labios. No despegaba su mirada verde de mí. Me miraba impresionado y aquello resultó ser sumamente placentero para mi autoestima.
Luché por no sonrojarme, pero finalmente fue en vano.
El rubor invadió mis mejillas y él me guiñó un ojo. Gesticuló con la boca un “continua” y al ver mi nula reacción, arqueó una ceja.
Solté un jadeo y me volví hacia las niñas, dándole la espalda a mi novio, ya que estaba segura que de otra manera hubiera terminado golpeándome con uno de los cristales de las paredes, por tanta distracción.
Continué con la clase, enseñándole los pasos básicos y sonriendo orgullosamente cuando los hacían correctamente.
Finalmente, cuando llegó la hora de irse, todas se acercaron a mí y me abrazaron por las piernas y la cintura.
Solté una carcajada tras las despedidas y elogios. Aquello se sintió muy bien.
-Nos vemos mañana, pequeñas- me despedí haciendo un abrazo grupal.
Las hermanas se despidieron con sonrisas y comentarios afables y se ocuparon de que las niñas subieran una por una al autobús que las regresaría de nuevo al hogar, que sorpresibamente, estaba siendo financiado por mi hermoso y adorable novio.
Me senté exhausta sobre el piso de madera y observé el techo liso.
No recordaba haberme sentido tan bien como me sentía en ese momento.
michu
Re: One and Only {Harry&tú} -Cami. TERMINADA
Capítulo 67
-¡Fue maravilloso!- gritó Marcie cayendo encima de mí. Solté un jadeo, y ella me estranguló entre sus brazos. –Soy tan buena amiga que te abrazo aunque estés toda sudada- comentó y solté una risita.
Pronto aparecieron Zayn y Harry a sus espaldas.
Marcie se puso de pie y tomó mi mano ayudándome a levantarme.
-Ha sido increíble- dijo Zayn con una sonrisa observándome de arriba abajo. Me sonrojé y desvié la vista justo para encontrarme con la mirada intensa de Harry.
-Lo amas, ¿verdad?- preguntó él mirándome con orgullo. Su pregunta me desconcertó por un minuto hasta que entendí que se refería a la danza.
Asentí con una sonrisa.
-Te lo he dicho desde siempre- le recordé.
-Nadie pensaba que fuera éste tipo de danza- objetó Zayn. –Fue fantástico. Cuando te vimos bailar… demonios, podríamos explotarte y hacernos multimillonarios- bromeó y todos estallamos en carcajadas.
-Hay que celebrarlo- propuso Marcie y todos asentimos, automáticamente, con entusiasmo.
(…)
Y ahora sí, me tocaba el momento de sacar mi lado salvaje.
La pista de baile estaba repleta de parejas bailando con los cuerpos descaradamente pegados. Si no fuera porque todos estuvieran casi vestidos probablemente hubieran estado consumando el acto allí mismo.
Marcie tomó a Niall y lo guió con ella, siendo el centro de atención, cuando todos reconocieron a la sexy stripper de Anacks.
Yo me hallaba sentada en el regazo de Harry, que se la pasaba parloteando con Zayn, de quién sabe qué. El moreno tenía a una mujer pelirroja sobre sus rodillas, quién parecía estar intentando cautivarlo con sus poco discretos movimientos, los cuales él, o no pasaba por alto o simplemente ignoraba.
Harry acariciaba mi cadera de vez en cuando, recordándome de alguna manera que él aún era consciente de mi presencia.
Sonreí interiormente con malicia.
Desde que habíamos llegado que no me había dicho ni una sola palabra y se supone que estábamos celebrando el éxito del estudio…
Me deslicé sobre sus piernas sentándome más cerca de su masculinidad. Discretamente llevé mi mano izquierda a su bragueta. Yo estaba sobre él por lo que Zayn era ajeno al hecho de lo que estaba a punto de hacer.
Sin vergüenza, deslicé mi mano dentro de su pantalón y él se puso inmediatamente tenso.
Solté una risita.
Pese a que mi mano continuaba allí, él continuó hablando con tranquilidad de un supuesto partido de fútbol americano con Zayn.
Sentí el elástico de sus bóxers, y sonreí complacida. La oscuridad me ayudaba a hacer un poco más íntimo el acto.
Apreté aquella enorme cosa entre mis dedos y Harry gimió en mi oído.
Luego se aclaró la garganta y acotó algo al respecto de la conversación con su amigo. Yo deslice mi mano dentro de su bóxer, sintiendo la cálida piel de su pelvis y no tardé encontrarme con su erección abultando la tela.
Me aparté un poco para decirle al oído.
-Si no fuera por tus bóxers ya tendrías algo acompañándote el ombligo- bromeé en voz baja.
Él jadeó e hizo un movimiento de cadera para que su amiguito quedara completamente pegado a mi trasero.
La charla de Zayn y Harry se vio concluida cuando la pelirroja lo tomó por el cuello y comenzó a devorarle la boca a besos.
Por mi parte, yo continuaba con mi mano trabajando en el miembro de Harry, que ahora era libre de gemir en voz alta, ya que la música retumbaba aún más alta, ahogando cualquier tipo de sonido.
Pero por supuesto, yo lo escuchaba porque lo tenía pegado a mi oído.
Se retorció y gruñó, apoderándose de mi cuello con su boca.
Me arqueé un poco dándole un acceso fácil a aquella piel sensible. Sus manos intentaron colarse por debajo de mi vestido, pero lo detuve con las mías.
-Si te sigues moviendo me correré aquí mismo- me advirtió con voz ronca y reprimí un gemido ante su tono de voz.
Rápidamente me hice a un lado y él cerró su bragueta –como pudo- lo tomé de la mano y lo guié entre la masa de gente hacia el baño más cercano.
-¿Aquí?- preguntó con incredulidad.
-Un lugar más para agregar a la lista- sonreí lasciva cerrando la puerta con seguro.
El no dudó un segundo más y me acorraló contra el lavabo. Observó el espejo detrás de mí, y luego sonrió.
-Éste vestido… -gimió en voz baja-… demasiada ropa- gruñó y tomó el extremo inferior, subiéndomelo hasta la cintura.
Jugó con la fina tira de mis bragas torturándome un poco.
Finalmente, luego de un par de minutos de puro y excitante manoseo, se hundió en mí soltando un ronco gemido y dejándome casi sin aire.
Jadeé cuando comenzó a moverse, tomándome por las caderas para mantenerme cerca de él.
(…)
-¿Dónde estaban?- preguntó Marcie que estaba abrazada a Niall sobre el sofá de cuero negro.
La música seguía retumbando en aquella discoteca.
Sonreí arqueando las cejas y la rubia asintió con una carcajada.
-Ha sido increíble- murmuró el rizado en mi oído.
-Mañana es la cena con mis padres- solté rápidamente.
El se quedó congelado y luego parpadeó varias veces asimilando la noticia.
-¿Planeaste lo del sexo en el baño para que no me cayera tan mal la noticia?
-Tú fuiste quién inicialmente me pidió conocerlos- le recordé. –Deseo concedido.
El negó con la cabeza, riendo.
-Y yo que pensaba que sólo había sido un acto espontáneo de pasión.
-¿Te estás quejando?- pregunté con una risita.
-Claro que no… -dijo acercándose y dejando un beso detrás de mi oreja. –Además ya sabes lo que dicen de las bailarinas. –Arqueé una ceja. –Si bailan bien, entonces son buenas en la cama.
Me guiñó un ojo y yo sólo lo observé divertida.
--
Bueno, se acerca un momento... digamos que loco, algo triste, decisivo, quizá no en el próximo capítulo, pero en dos o tres más (?)
Por otro lado, las amo mucho bitches <333333 enserio, esto va a sonar muy cursi, pero cuando estoy mal o bajoneada siempre pienso en ustedes y entonces es como un ‘awwwww’, y estoy contenta de nuevo:’D, les agradesco mucho por comentar un beso a todas bye
-¡Fue maravilloso!- gritó Marcie cayendo encima de mí. Solté un jadeo, y ella me estranguló entre sus brazos. –Soy tan buena amiga que te abrazo aunque estés toda sudada- comentó y solté una risita.
Pronto aparecieron Zayn y Harry a sus espaldas.
Marcie se puso de pie y tomó mi mano ayudándome a levantarme.
-Ha sido increíble- dijo Zayn con una sonrisa observándome de arriba abajo. Me sonrojé y desvié la vista justo para encontrarme con la mirada intensa de Harry.
-Lo amas, ¿verdad?- preguntó él mirándome con orgullo. Su pregunta me desconcertó por un minuto hasta que entendí que se refería a la danza.
Asentí con una sonrisa.
-Te lo he dicho desde siempre- le recordé.
-Nadie pensaba que fuera éste tipo de danza- objetó Zayn. –Fue fantástico. Cuando te vimos bailar… demonios, podríamos explotarte y hacernos multimillonarios- bromeó y todos estallamos en carcajadas.
-Hay que celebrarlo- propuso Marcie y todos asentimos, automáticamente, con entusiasmo.
(…)
Y ahora sí, me tocaba el momento de sacar mi lado salvaje.
La pista de baile estaba repleta de parejas bailando con los cuerpos descaradamente pegados. Si no fuera porque todos estuvieran casi vestidos probablemente hubieran estado consumando el acto allí mismo.
Marcie tomó a Niall y lo guió con ella, siendo el centro de atención, cuando todos reconocieron a la sexy stripper de Anacks.
Yo me hallaba sentada en el regazo de Harry, que se la pasaba parloteando con Zayn, de quién sabe qué. El moreno tenía a una mujer pelirroja sobre sus rodillas, quién parecía estar intentando cautivarlo con sus poco discretos movimientos, los cuales él, o no pasaba por alto o simplemente ignoraba.
Harry acariciaba mi cadera de vez en cuando, recordándome de alguna manera que él aún era consciente de mi presencia.
Sonreí interiormente con malicia.
Desde que habíamos llegado que no me había dicho ni una sola palabra y se supone que estábamos celebrando el éxito del estudio…
Me deslicé sobre sus piernas sentándome más cerca de su masculinidad. Discretamente llevé mi mano izquierda a su bragueta. Yo estaba sobre él por lo que Zayn era ajeno al hecho de lo que estaba a punto de hacer.
Sin vergüenza, deslicé mi mano dentro de su pantalón y él se puso inmediatamente tenso.
Solté una risita.
Pese a que mi mano continuaba allí, él continuó hablando con tranquilidad de un supuesto partido de fútbol americano con Zayn.
Sentí el elástico de sus bóxers, y sonreí complacida. La oscuridad me ayudaba a hacer un poco más íntimo el acto.
Apreté aquella enorme cosa entre mis dedos y Harry gimió en mi oído.
Luego se aclaró la garganta y acotó algo al respecto de la conversación con su amigo. Yo deslice mi mano dentro de su bóxer, sintiendo la cálida piel de su pelvis y no tardé encontrarme con su erección abultando la tela.
Me aparté un poco para decirle al oído.
-Si no fuera por tus bóxers ya tendrías algo acompañándote el ombligo- bromeé en voz baja.
Él jadeó e hizo un movimiento de cadera para que su amiguito quedara completamente pegado a mi trasero.
La charla de Zayn y Harry se vio concluida cuando la pelirroja lo tomó por el cuello y comenzó a devorarle la boca a besos.
Por mi parte, yo continuaba con mi mano trabajando en el miembro de Harry, que ahora era libre de gemir en voz alta, ya que la música retumbaba aún más alta, ahogando cualquier tipo de sonido.
Pero por supuesto, yo lo escuchaba porque lo tenía pegado a mi oído.
Se retorció y gruñó, apoderándose de mi cuello con su boca.
Me arqueé un poco dándole un acceso fácil a aquella piel sensible. Sus manos intentaron colarse por debajo de mi vestido, pero lo detuve con las mías.
-Si te sigues moviendo me correré aquí mismo- me advirtió con voz ronca y reprimí un gemido ante su tono de voz.
Rápidamente me hice a un lado y él cerró su bragueta –como pudo- lo tomé de la mano y lo guié entre la masa de gente hacia el baño más cercano.
-¿Aquí?- preguntó con incredulidad.
-Un lugar más para agregar a la lista- sonreí lasciva cerrando la puerta con seguro.
El no dudó un segundo más y me acorraló contra el lavabo. Observó el espejo detrás de mí, y luego sonrió.
-Éste vestido… -gimió en voz baja-… demasiada ropa- gruñó y tomó el extremo inferior, subiéndomelo hasta la cintura.
Jugó con la fina tira de mis bragas torturándome un poco.
Finalmente, luego de un par de minutos de puro y excitante manoseo, se hundió en mí soltando un ronco gemido y dejándome casi sin aire.
Jadeé cuando comenzó a moverse, tomándome por las caderas para mantenerme cerca de él.
(…)
-¿Dónde estaban?- preguntó Marcie que estaba abrazada a Niall sobre el sofá de cuero negro.
La música seguía retumbando en aquella discoteca.
Sonreí arqueando las cejas y la rubia asintió con una carcajada.
-Ha sido increíble- murmuró el rizado en mi oído.
-Mañana es la cena con mis padres- solté rápidamente.
El se quedó congelado y luego parpadeó varias veces asimilando la noticia.
-¿Planeaste lo del sexo en el baño para que no me cayera tan mal la noticia?
-Tú fuiste quién inicialmente me pidió conocerlos- le recordé. –Deseo concedido.
El negó con la cabeza, riendo.
-Y yo que pensaba que sólo había sido un acto espontáneo de pasión.
-¿Te estás quejando?- pregunté con una risita.
-Claro que no… -dijo acercándose y dejando un beso detrás de mi oreja. –Además ya sabes lo que dicen de las bailarinas. –Arqueé una ceja. –Si bailan bien, entonces son buenas en la cama.
Me guiñó un ojo y yo sólo lo observé divertida.
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Bueno, se acerca un momento... digamos que loco, algo triste, decisivo, quizá no en el próximo capítulo, pero en dos o tres más (?)
Por otro lado, las amo mucho bitches <333333 enserio, esto va a sonar muy cursi, pero cuando estoy mal o bajoneada siempre pienso en ustedes y entonces es como un ‘awwwww’, y estoy contenta de nuevo:’D, les agradesco mucho por comentar un beso a todas bye
michu
Re: One and Only {Harry&tú} -Cami. TERMINADA
Capítulo 68
Noté el nervioso movimiento de los dedos de Harry sobre el volante mientras aparcaba. Lo veía frunciendo el ceño, intentando ocultar su ansiedad bajo una falsa apariencia de tipo duro.
Reprimí una risita. Yo también me hallaba algo nerviosa pero en fin… había tenido una serie charla con mis padres aquella mañana.
Les había dicho que Harry era un buen hombre y que me hacía muy feliz, por lo que estaría completamente agradecida si no lo ahuyentaran con un diligente interrogatorio.
Papá había accedido como era de esperarse, pero mi madre sólo se había limitado a arquear una ceja, así que no sabía que esperar de ella.
-Si sobrevivo a esto, recuérdame asesinarte- dijo Harry abriendo la puerta del copiloto por mí. Tomé su mano y me bajé del coche. Pude sentir su pulso acelerado martillando sus dedos.
-No estés nervioso, ellos te adorarán- lo alenté y me apoyé contra la puerta. –Te adorarán como yo a ti.
Él se mordió el labio inferior, evidentemente aún alterado.
Tomé su muñeca y lo acerqué a mí.
-Cualquiera que fuera su opinión…- susurré refiriéndome a mis padres. –No cambiará nada, Harry.
Él soltó un suspiro en notorio alivio, y supe que le había dado al clavo.
-Vamos- le dije entrelazando nuestros dedos.
Caminamos hasta la entrada de aquel caro restaurante. Un tipo de fino traje nos pidió nuestros abrigos y otro nos guió hacia la mesa que había reservado mamá.
Allí se encontraban mis padres en su máxima elegancia, a pesar de que era pleno mediodía, ambos iban vestidos de gala como todo el mundo dentro del lugar.
Gracias al cielo había acertado en mi vestimenta, y al parecer mi consejo también le había funcionado a Harry, que se veía más apuesto que nunca.
Mis padres se pusieron de pie y nos acercamos.
-Mamá, papá… -suspiré y le di un ligero apretón a la mano de mi novio. –Él es Harry Styles. Mi novio.
Mi papá estrechó la mano su mano. Harry besó la de mi madre.
Evité poner los ojos en blanco cuando vi la cara de satisfacción de mi mamá ante tal educado gesto.
Finalmente nos sentamos.
-Y dinos Harry… ¿cómo se conocieron?- preguntó mi progenitora llevándose una copa de cristal a los labios. Tomó un ligero sorbo. -_________ no ha querido darnos muchos detalles.
-Fue en la academia- dijo Harry lanzándome una breve mirada y luego sonriendo. –Ella participaba en una de las exposiciones y yo estaba trabajando de fotógrafo en el lugar.
Pan comido. Menos mal que habíamos inventado un par de mentirillas la noche anterior.
Mi padre asintió.
-He oído que tienes un estudio, ¿es así?
-Sí, junto a mi socio Zayn Malik. Nos bastante bien a decir verdad…
Y así comenzó la banal charla de negocios y trabajo a la que acostumbraba mi padre. Yo observaba complacida la naturalidad de Harry al hablar, como si todo aquel temor se hubiera esfumado un nanosegundo antes de entrar.
El almuerzo transcurrió entre comentarios ingeniosos y expresiones divertidas.
Voy a decirlo… realmente me sorprendió la actitud de mis padres hacia Harry. En cuestión de una hora ya le habían halagado por su trabajo, papá le había ofrecido hacer negocios con él e incluso lo invitaron a una fiesta importante que habría en la mansión de sus socios.
-Esperamos que asistan. Es algo importante- había dicho mi madre complacida luego de un perfecto almuerzo. Harry asintió con una sonrisa y yo me limité a suspirar.
-Me alegra que mi hija esté en buenas manos- concluyó mi padre y finalmente pudimos largarnos de allí.
Una vez que estuvimos en el auto y Harry apretó el acelerador, solté toda la carga de tensión que venía acumulándose en mi interior.
-¡Te lo dije!- casi chillé emocionada mientras mi novio conducía soltando una carcajada. –Ellos te aman, Harry. Nunca he visto a mi padre interactuar tanto con alguien.
Harry sonrió suficiente.
-Es realmente un alivio.
-Y obviamente te mereces un Óscar al mejor actor. Ni siquiera vacilaste cuando te preguntó mamá cómo nos conocimos- añadí verdaderamente contenta.
-¿Te imaginas si le hubiera dicho ‘Oh, claro, nos conocimos en un antro de mala muerte, su hija trabajaba de stripper allí e intentó seducirme’?- dijo divertido.
Le lancé una mirada severa.
-Primero, yo no intentaba seducirte. De hecho, quería vengarme de ti por haber ignorado a Marcie. Y segundo, mi madre enloquecería, colapsaría y probablemente moriría de un infarto si se enterara.
Harry se quedó en silencio durante unos segundos.
-¿Querías vengarte enserio?- preguntó curioso e incluso algo molesto.
-Bueno, Marcie había salido de una relación bastante complicada y que tú la ignorarás sólo sirvió para dañar su frágil autoestima. Pero supongo que cuando comenzaste a hablar me olvidé de cuál era mi objetivo realmente.
Él me entregó una sonrisa divertida y luego acarició el dorso de mi mano con su pulgar, esfumándose cualquier ridículo enojo de sus facciones.
-Éstos han sido los mejores meses de mi vida- murmuró con una mirada que se podría interpretar en unos cuantos miles sentidos. Sus ojos verdes fijos en los míos y me sentí desfallecer.
Realmente me había enamorado.
¿Cómo poder explicar aquella jodida sensación? No son mariposas ni toda esa mierda, es algo más fuerte e intenso. Sientes algo en el estómago, como si fuera una bola de fuego consumiéndote de adentro hacia afuera cada vez que estás cerca de él… ¿eso es amor?
Que se te corte la respiración cuando sonríe, o inexplicablemente sonrojarte cuando te observa. Sentirte consciente de cada maldito movimiento, roce o ingenua caricia que te entrega. Y repentinamente, comienzas a depender de él, como si fuera una droga, o el oxígeno mismo.
Creo que podría tranquilamente morir, justo en éste instante sabiendo que he experimentado algo como esto.
Harry Styles, es irrevocablemente lo que toda persona desearía.
(…)
Los días pasaban y cada vez estábamos más cerca del día en que ambos firmarían el divorcio.
Sé que no es correcto pero la idea me emocionaba tanto que cada vez que pensaba en ello se me aceleraba el corazón y unas mil o dos mil ideas locas pasaban por mi cabeza.
Él por fin sería libre. Bueno, legalmente libre, porque el resto me pertenecía a mí.
El estudio de ballet había sido un galardonado éxito. El quinto día habían asistido algunos padres dispuestos a inscribir a sus hijas y pagar una matrícula y cuota la cuál beneficiaría al hogar, que de a poco comenzaba a mejorar en su situación económica.
Las cosas estaban saliendo tal y cuál quería.
Un viernes por la tarde, a un día de la importante fiesta en aquella estúpida mansión, y a tres del divorcio de Harry, nos encontrábamos todos en un improvisado día de campo.
Marcie correteaba por el prado siendo juguetonamente perseguida por Niall.
Zayn mantenía a una preciosa morena sobre su regazo, quién me parecía haber visto alguna que otra vez.
Harry se dedicaba a observar el lago contiguo al sitio en el césped dónde nos encontrábamos sentados. Parecía estar sumido en sus pensamientos, y sus ojos reflejaban algo más que simple distracción.
-¿Estás bien, bebé?- pregunté sentándome detrás de él y abrazándolo por su ancha y tonificada espalda.
El ladeó su rostro y besó mi mejilla.
Pasé mis brazos por encima de sus hombros y él tomó mis manos con las suyas, sin despegar la vista de aquel encantador lago.
-Tengo que decirte algo- murmuró con voz ronca y besó el dorso de mi mano. Me puse de pie y di media vuelta para quedarme frente a él. Harry extendió sus brazos y me dejó sentarme sobre su regazo.
Con una mano acaricié sus desordenados rizos y la otra la mantuve en la curva de su cuello.
-Dime.
Él suspiró y sonrió algo nervioso.
-Hace tiempo que yo… no sé cómo decir esto. Creo que estoy… yo… uhmm- no pude evitar sonreír divertida ante su balbuceo.
-Relájate, guapo- le dije guiñándole un ojo y él se mordió el labio.
-Es que…
-¡__________! ¡Ayúdame!- chilló Marcie y levanté la vista para encontrarme a mi rubia amiga sobre el hombro de Niall que se dirigía a toda velocidad hacia el lago.
Zayn lo alentó.
El ruido de un fuerte chapuzón hizo eco en el lugar y luego todos comenzamos a reír.
Me puse de pie y tomé la mano de Harry quién observaba extrañamente confundido la situación.
-Vamos a nadar- le dije atrayéndolo hacia mí y enganchando mis manos en la parte inferior de su sudadera.
La saqué por sus hombros y no reprimí mi deseo de admirar aquel torneado físico. Nunca le había preguntado, pero estaba segura de que asistía al gimnasio y pasaba un gran rato allí, al menos una vez a la semana.
Me quite los jeans y la blusa y corrí en ropa interior hacia el lago, dónde nos esperaban Marcie y Niall en una guerra de agua.
Salté sin pensarlo, y de repente el agua estaba helándome la piel. Sin embargo, se sintió genial.
Zayn imitó mi acción junto a la chica que había traído con él y ambos se arrojaron al lago.
Comenzamos una guerra de agua cada uno por su lado, mientras reíamos y nos encargábamos de que al otro le quedara bien en claro quién mandaba en el juego.
De un momento a otro, luego de echarle un gigantesco salpicón a Zayn y a Niall, nadé hacia la orilla y levanté la mirada buscando a Harry.
Mierda.
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El próximo capítulo es el 69, y hacemos una celebración perver(?)
michu
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