Pictures of You. { Ed Sheeran.

Ficha de la serie

Audrey suspiró pesadamente mientras se aferraba a su bolso en el salón de clases de la Universidad. Había llegado temprano, como solía hacer siempre cuando iba a todo lugar, aunque ese día en específico dedicó unos horrendos diez minutos a pensar y detallar las diecisiete mil y un formas en que algo podría salir mal. Sin embargo, todo iba bien. Por ahora.
Las clases se volvían frustrantes cuando redundabas en que estudiabas fotografía, y te preguntabas constantemente  por qué estabas en un salón de clases con otros setenta y cinco estudiantes en lugar de estar tomando fotografías en el campus de la universidad a algún desprevenido con alguna pose ridícula. La historia de la invención de la fotografía no le interesaba demasiado realmente.
No era demasiado dada para conocer a las personas, y aunque se había dicho a sí misma que hablaría con la primera persona que se sentara a su lado en las largas mesas en las que se dividían los estudiantes en el salón. Sin embargo, cuando un chico de cabello oscuro y ojos de un color oscuro al igual se sentó a su lado y se presentó como Marcus, no supo exactamente qué decir, por lo que sólo sonrió en un principió, y después de un momento, se dio cuenta de que debía decir algo.

—Audrey.  —Masculló—.  Stewart.
—Vale, Stewart. Bienvenida al horror de la vida universitaria.  —Él rió, sin embargo, una pregunta pasó inmediatamente por la mente de Audrey. Y como cualquier otra cosa que pasara por su mente, debía decirlo—.
—¿No eres nuevo aquí, entonces?
—Problemas con gente problemática que causa problemas, ya sabes.  —Sonrió—. Estoy haciendo el año de principio a fin.

El resto de la conversación estaba compuesta por susurros, risas y la descomposición de la antisocialidad de Audrey, una propuesta a recorrer el campus y una invitación aceptada. Sabía perfectamente que debía prestar atención a su nuevo profesor con su gran pizarra y su constante muestra de cansancio en el rostro, pero a quién le interesaba en año en que la cámara había sido inventada. Creyendo que estaría en aquél momento tomando fotos hasta a la más pequeña piedra fuera, en los jardines, había traído su cámara incluyendo estuche. Todo un desperdicio.

Mientras más avanzaban las clases, una tras otra tenían un poco más de su atención, eran menos aburridas según pasaba el tiempo, pero cuando por fin llegó el esperado momento en que terminaban las clases por la tarde, y todos podían irse a hacer lo que se les diese la gana. En específico, Audrey iría a conocer la gigantesca universidad junto con su nuevo conocido, Marcus, quién había dicho que le mostraría y había mencionado algo sobre un café a lo que Audrey no le prestó atención.

Se preguntó si así como había logrado conocer a alguien en la primera hora de estancia, lograría hacerlo con el resto de su clase, o si sólo había sido completa suerte. Se dio a la segunda opción. Para cuando las clases habían terminado, y hacía su camino hacia donde había quedado verse con Marcus, el seguía siendo el único que conocía allí.

—Pensé que no vendrías al final.  —Comentó él, ella rió—.
—No conozco éste lugar, ¿qué esperabas?
—Una becada que se pierde, interesante.

Audrey rió sonoramente con su comentario. No era la primera vez que le decían algo así. Calló su risa al ver a un grupo de personas acercarse a ellos. En un comienzo llegó a pensar que serían el “comité de bienvenida” que cada universidad tenía: un grupo de populares de último y penúltimo año de la universidad, ricos, que se encargaban de ahuyentar a los débiles de su zona. Pero al ver que Marcus alzaba una mano hacia ellos en un saludo, y ellos sonreían de vuelta, la idea se esfumó de su mente.

—Espero que no te haya importado que haya invitado algunas personas. Me pareció que no se te hacía demasiado fácil conocer personas, así que… espero que no te moleste.

“Vaya, ¿Lo dejo tan claro a primera impresión?” A pesar de que estuvo a un segundo de emitir un “Gracias”, se dio cuenta a tiempo de que eso era en extremo patético. Así que sólo asintió y rió una vez más.
Era un grupo grande a su parecer. Tres chicas y cuatro chicos. Todos del mismo año que Marcus, y dejaban un aire despreocupado por donde pasaban.
Todos ellos saludaron  a Marcus con la mano, y sonrieron a Audrey. Una rubia de ojos oscuros, cosa que era poco común, fue la primera en hablar.

—Hola, soy Kath.  —Sonrió—. Medicina. Ella es Sky, de Diseño. Y Sarah, de Música.  —A Audrey le resultó un tanto extraño que les haya presentado, pero sonrió a cada una.
—Kath tiene un problema con hablar primero siempre.  —Interrumpió Marcus, quien recibió un golpe por parte de ella—. Como sea, ellos son Harry, Phil y Louis.

En el transcurso de la tarde se dio cuenta de que lo que le parecía una gigantesca universidad, necesitaba una descripción aún mayor. Tenía que ver mucho, pensó, el que haya conocido lugares de la universidad que no estén completamente “abiertos a los estudiantes” como decía Sky, pero que siempre podían “dar un paseo inocente”.
Todos y cada uno de ellos, agradables a primera impresión de Audrey. Sin embargo, no tardo mucho en notar que alguien faltaba en aquél grupo peculiar cuando todos se detuvieron en uno de los jardínes de la cafetería del campus, donde se acomodaron a hablar, y después de un momento de conocerse un poco más, se hizo la pregunta.

—Hablando de nuevos, ¿Y Ed?  —Referencia que no tenía sentido, por cierto—.
—Estará por allí en su lugar perdido, a quién le importa. Cuanto tenga ganas de aparecer, lo hará.  —Sarah se encogió de hombros, y recibió una mirada desaprobadora por parte de Phil—.
—A Sarah no le agrada Ed porque puede hacer mejores solos de guitarra que ella.
—¿Otro estudiante de música?  —Audrey preguntó, inocente. Y confundida ante la leve risa de todos—.
—Ed no estudia música. Ni estudia tampoco. Él se despierta por la mañana, va a clases a la facultad de literatura, sale, toma algún libro y se pierde en el campus y no lo verás a menos de que él quiera que lo veas.
—El tipo es un genio, Auds. —Bufó Marcus, con el apodo que había comenzado a decirle—. Él escucha, entiende y anota en su mente y no necesita volver a leerlo. Sin embargo, ¡Es el jodido rey de las fiestas de Alpha Phi!

Ups. Un tema que Audrey no había tocado, y ni siquiera había rozado su mente: Fraternidades. Se preguntó si ésta sería otra de esas universidades en las que debes estar en una para ser “aceptado” socialmente, como en las películas, o si eso, en la vida real, carecía completamente de importancia.

—Cierto, Audrey, ¿A que Fraternidad vienes?
“Mierda.”
—Pues…
—¡Miradlos! ¡Invitan a una nueva y no me invitan a mí! Qué mal, Marcus, qué mal.

Una despeinada melena de cabello rojizo fue lo primero que logró divisar. El resto, mientras se acercaba, pudo escuchar por las voces a su alrededor, se trataba de Ed. Un tipo de estatura mediana, con una camiseta de The Rolling Stones y un libro en sus manos, una sonrisa cómica que logró captar su atención y ojos azules.

—¡Míralo, Audrey! Es lo que te dije. ¿Lo haz visto llegar? ¡No! ¡No, joder, no!
—¿Audrey, eh?  —Sonrió él—. Ed, de Literatura. Líder de Alpha Phi.

“¿Líder?” Se preguntó. Lo único que le faltaba.