— fucking acid summer.

Cuenta la historia de cinco adolescentes de la alta sociedad que rompen con los patrones establecidos por sus padres. Como castigo, son enviadas a una escuela de modales. Las chicas buscarán el amor, la amistad y tendrán que lidiar con los problemas que les causa la mala relación con su familia.

La perfección siempre ha sido inalcanzable para el hombre, tanto que para él conseguirla se ha vuelto una adicción.
Luego de años y años de tratar de conseguir un poco de esa pequeña adicción que vuelven locos a una gran parte del mundo, unos científicos lograron adquirir la belleza en estos jóvenes, haciéndolos ver y parecer perfectos, en cualquier manera y aspecto.
Se lo denomino: Proyecto Perfección.
Este se basa en poner a prueba a estos jóvenes, humanos se podría decir, a los cuales desde antes de nacer se les ha modificado en ADN, haciendo que sus apariencias sean inspiradas en nada menos que los personajes de Disney  y a los que mantuvieron retenidos gran parte de su niñez y adolescencia.
¿El punto? Demostrar a Dios que el hombre puede crear y controlar la perfección sin ningún problema y mostrar que la belleza es una de las cosas más importantes de la vida.
¿Pero que pasara si esto se fuera de control y los mismísimos jóvenes les demostraran a esta sociedad detallista y enfermiza que la perfección no lo es todo?

–No quiero ser perfecta.

Son cinco hermanas, muy unidas. Su padre llamado Kyle Jones, las crió solas debido a que su madre las abandonó cuándo la menor de ellas tenía tres años. Desde entonces, su padre ocupa el rol de padre/madre con orgullo y responsabilidad, ama estar con sus hijas, verlas pelear por qué película verán, por el control remoto o por alguna prenda en oferta. Las ama tal y cómo son, pero sobre todo, ama lo unidas que son, aunque peleen y todo siempre están una para la otra, nunca estuvieron más de seis horas peleadas entre ellas. La familia Jones vive en la ciudad de California, Estados Unidos. Al padre de todas ellas lo han despedido de su trabajo hace unos días, pero ese mismo día leyó que buscaban empleo cómo guardaespaldas para una famosa banda de la cuál no recuerda el nombre, el caso es que ese trabajo queda en Londres y sabe perfectamente que sus hijas no querrán dejar California, por eso ahora les está por comunicar la idea de ir a Londres.

—¡Papá! —Exclamó con alegría la menor de ellas con apenas catorce años. Él sonrió y se acercó a todas sus hijas que se encontraban las cinco sentadas en el sofá grande que se ubicaba en frente del televisor.—
—Hola, pequeña. ¿Cómo ha estado tu día? —Preguntó besando la cabeza de su pequeña niña.—
—Bien, pa. ¿Te encuentras bien? Te noto nervioso. —Por más que tenga catorce años, Destiny, la menor, podía percibir cuándo su padre estaba nervioso, enojado o normal.—
—No, de eso venía a hablarles. Jasmine, por favor apaga el televisor, cariño. —La morena asintió y apagó la televisión. Todas miraron atentas a su padre que se sentó en el sofá individual que quedaba a la izquierda del grande. El hombre suspiró y tomó valor para decirles eso a sus hijas, pero antes, decidió mirarlas atentamente a cada una... La mayor, Jasmine de diecisiete años, era la más inmadura de las cinco por más que sea la mayor, a veces se comportaba cómo la menor. Catherine de diecisiete años, unos meses menos que su hermana mayor, es la más responsable de sus hermanas, es divertida y alegre pero es seria cuándo se lo requiere. Luego venía Lindsay de dieciséis años, era un poco misteriosa ya que casi nunca expresa sus sentimientos con los demás, pero aún así, es muy alegre y simpática. Natalie, melliza de Lindsay, también de dieciséis, es un poco pervertida y mal piensa algunas cosas, casi la mayoría del tiempo está en ropa interior, eso ya se lo contagió a tres de sus hermanas: Jasmine, Catherine y Destiny. Destiny, la menos de ellas, es muy pero muy bromista, le encanta hacer bromas y más si las hace junto a Jasmine, ellas dos juntas son un peligro contra la sociedad.—
—¿Y bien? ¿Nos dirás qué es lo que te tiene así de preocupado, papá? —Preguntó una de las mellizas, su padre asintió y suspiró de nuevo. Exhalo e inhalo. Aquí va...—
—Bien... Ustedes saben bien que hace unos días me despidieron del trabajo y qué necesitamos dinero. Ese mismo día que me despidieron encontré un anuncio qué se buscaba guardaespaldas para famosa banda del cuál no me acuerdo el nombre, pero pagan muy bien y yo llamé, pregunté si podía ir con ustedes por qué no quiero dejarlas solas y me dijeron que sí, pero hay un problema, el trabajo queda en Londres. Así qué... Todavía no confirmé nada por qué quería consultarlo con ustedes. —Dijo el hombre muy nervioso, sus hijas al principio se enojaron cuándo escucharon que el trabajo quedaba en Londres pero necesitaban el dinero y su padre hacía lo imposible para darles lo mejor, era injusto para él. Siempre quiso ser guardaespaldas ya que estudió defensa personal, entonces... Era injusto, la oportunidad de su vida sería desperdiciada por ellas y se sentirían mal.—
—Papá... A mí no me molesta dejar California, es más, te apoyo en la idea de irnos a Londres. Cuenta conmigo. —Su padre le sonrió a su hija mayor.—
—Sí... Yo igual, es injusto que nosotras nos enojemos por nada cuándo tú has hecho hasta lo imposible por darnos lo mejor. Cuenta conmigo.
—Concuerdo con Catherine, cuenta conmigo.
—Digo lo mismo, aparte, un cambio de aire no nos vendrá mal.
—Qué rayos... ¡Cuenta con nosotras! —Kyle sonrió ampliamente, sus hijas si que eran una caja de sorpresas, pero sorpresas lindas...—
—¡Gracias mis princesas! —Dicho esto se levantó del sofá y las abrazó a las cinco en un abrazo familiar que agradaba ver.—

Estaba confirmado, la familia Jones viajaría a Londres para que su padre sea el guardaespaldas de una famosa banda. Ellas si bien no estaban del todo bien, tampoco es que odiaban la idea. Solamente les daba pena dejar California, el lugar dónde se criaron y crearon los mejores recuerdos, ya que todas nacieron en Argentina ya que su padre es de allí. Pero... Quizá Londres no sea tan malo, puede que encuentren aventuras, el amor o amistades, puede pasar de todo en esa hermosa ciudad.

Todo parecía sencillo, de hecho, lo era. Todo el mundo había visitado ese campamento y sin duda, ellas no serían la excepción. Tuvieron sus problemas pues algunas no podían permitírselo, pero al final, todas lograron ir. Lo que no sabían, es que, ese verano no lo olvidarían jamás.

Verano de mil novecientos noventa y seis, donde los adolescentes de diecisiete y dieciocho años hacen filas para entrar en el prestigioso Summer Camp –o SC, apodado así por la mayoría de integrantes–, pero sólo cinco jovencitas consiguen entrar, cinco chicas totalmente diferentes, sin embargo, unidas por el mismo problema. Era la temporada en la cual más adolescentes se apuntaron al campamento. Había paz y tranquilidad –la mayor parte del tiempo–. Los juegos del verano estaban a punto de comenzar, la gente estaba viniendo a montones y el campamento disfrutaba de su máximo esplendor. Los adolescentes separados por grupos, convivían con la naturaleza, y disfrutaban de todo lo que ésta les ofrecía. Porque, ¿De eso se trata un campamento, no?

Fiestas, sexo, drogas y alcohol. De eso vivían Louis Tomlinson, Liam Payne, Niall Horan, Zayn Malik y Harry Styles. Mujeriegos, arrogantes, e increíblemente atractivos. Cualquier chica se derretía solamente al verlos caminar, y cualquier hombre sentía una admiración grandísima por ellos, al fin y al cabo, ¿Quién no querría estar rodeado de mujeres las veinticuatro horas del día? Así estaban ellos.

Pero, por primera vez en su vida, se fijaron en ellas. Intentaron con todos sus métodos conquistarlas, y lo consiguieron. Pero, ¿Cuánto duró la fantasía de las chicas? Una semana, una semana fue el tiempo en que los chicos duraron sin meter la pata hasta el fondo. Uno se acostó con otra, otro la dejó tirada por sus amigos, otro le mintió, otro se burló, otro la manipuló, diferentes fueron los motivos por los que ellas decidieron terminar su relación, con un dolor en el corazón que sabrían que no podrían aguantar.
¿Y qué hicieron los chicos cuando rompieron?
Dejarlas ir.


~


Tres años pasaron, cada chica se ha labrado una vida perfecta, o eso quieren aparentar. Intentan parecer que se han olvidado de todo pero saben que en el fondo de su corazón, aún siguen recordándolos, con todos los recuerdos que pasaron, con el sabor de sus labios, el tacto de su piel... Pero saben que nunca más volverán a verlos, y que se autoconvencen de que sí los vuelven a ver, por nada del mundo los perdonarán.

Ellos no tuvieron tanta suerte como las chicas. Alguno tiene algún trabajo con el que mantenerse, otro tiene el dinero de sus padres, pero todos realmente están perdidos. Sólo quieren volver a encontrar a la chica que les cambió la vida, recordarles lo que pasó aquel verano y volver a conquistarlas.
Y esta vez no la dejará ir.
No esta vez.

Ellas 8 chicas, diferentes, algunas hasta tienen trastornos, sus personalidades son como el agua y el aceite, pero tienen algo en común sufren bullying, y son las mejores amigas.
Ellos, 8 chicos, los mas populares, hacen bullying a los demás, viven juntos y son los mejores amigos.
¿Qué pasaría si estos chicos se enamoran de cada una de las pequeñas cosas que ellas odian en sí misma?
¿Podrán ellas perdonar todo y dar paso al amor?