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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
|| Kidnapping ||
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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|| Kidnapping ||
Nombre: Kidnapping
Autor: [Me]
Adaptacion: Nop
Género: Generales [tiene de todo]
Advertencias: Lenguaje vulgar, violencia.
Otras páginas: hasta el momento no.
Autor: [Me]
Adaptacion: Nop
Género: Generales [tiene de todo]
Advertencias: Lenguaje vulgar, violencia.
Otras páginas: hasta el momento no.
Sinopsis
-Todos tenían predicciones sobre el futuro de la humanidad,
algunos sostenían teorías apocalípticas, otros que los alienígenas nos iban a dominar,
ojalá alguna de esas cosas hubieran sucedido. La Tierra
no explotó por el calentamiento global, los extraterrestres no nos dominaron,
las humanos no se extinguieron. Estamos en el año 2113 y la vida es un asco.
Los pobres, el 80% de la población mundial, padece de hambrunas, el agua y
los recursos básicos escasean, las pestes andan en el aire, mientras que los ricos,
se revuelcan en sus fajos de billetes sin saber que hacer con ellos.
Los negocios sucios se han vuelto la clave para sobrevivir en este mundo
de cohecho y corrupción. No existe el gobierno, vivimos en la anarquía durante un tiempo
pero ahora se ha renovado el estado, un estado que definitivamente ha fracasado
y la policía no tiene mayor relevancia, la delincuencia se escapó de sus manos.
Por necesidad me vi involucrada en el mundo de los secuestros, de alguna
manera hay que ganarse la vida. "El mal asecha y el dinero escasea",
es el nuevo dicho popular. Definitivamente la humanidad esta perdida..
algunos sostenían teorías apocalípticas, otros que los alienígenas nos iban a dominar,
ojalá alguna de esas cosas hubieran sucedido. La Tierra
no explotó por el calentamiento global, los extraterrestres no nos dominaron,
las humanos no se extinguieron. Estamos en el año 2113 y la vida es un asco.
Los pobres, el 80% de la población mundial, padece de hambrunas, el agua y
los recursos básicos escasean, las pestes andan en el aire, mientras que los ricos,
se revuelcan en sus fajos de billetes sin saber que hacer con ellos.
Los negocios sucios se han vuelto la clave para sobrevivir en este mundo
de cohecho y corrupción. No existe el gobierno, vivimos en la anarquía durante un tiempo
pero ahora se ha renovado el estado, un estado que definitivamente ha fracasado
y la policía no tiene mayor relevancia, la delincuencia se escapó de sus manos.
Por necesidad me vi involucrada en el mundo de los secuestros, de alguna
manera hay que ganarse la vida. "El mal asecha y el dinero escasea",
es el nuevo dicho popular. Definitivamente la humanidad esta perdida..
By Skinny Lyon for SC
- Hey You!:
- Holaa!! me presento, mi nombre es Melissa, I'm Chilean, tengo 18 años y he aquí una idea que se me ocurrió pero que inicialmente me habían pedido publicarla en One Direction , espero que les guste y si la cosa es así, comenten.. no sean tímidas kajsaksjak Besos!
Mess.
Re: || Kidnapping ||
Prólogo
- ¿Cuánto pides por esto, Fletch? - pregunté al hombre de las verduras sonteniendo unas zanahorias en mis manos.
-tres de los medianos, cariño - me respondió sin mirarme, sabía perfectamente lo que llevaba, se me había hecho habitual comprar zanahorias, era una de las verduras más baratas.
- ¿estás de broma? con suerte me alcanza para dos, Fletcher, por favor, no me hagas esto, sabes que tengo a Danny enfermo y que no tengo dinero - le dije apelando a sus sentimientos.
- lo siento, Lena, pero todos sabemos lo mucho que cuesta la vida hoy - me dijo tratando de transmitirme que lo sentía.
-me llevo una - dije molesta. Le entregue las tres Medals que me había pedido y me di media vuelta para ir a casa.
- Que tengas buen día, Helena- me dijo el anciano. No me molesté en girarme para responderle, se que no era mala persona, pero él sabía perfectamente que no mis días jamás serían buenos.
Medité todo el camino de vuelta a casa, a esa posilga que tenía el descaro de llamar casa, era una habitación de seis por seis. Cuando llegué frente a la puerta no me atreví a abrirla. ¿Cómo le diría a mi hermano de siete años, el cuál padecía de una peste que estaba acechando Inglaterra y el mundo, que la cena era una simple zanahoria? Por mi parte, estaba acostumbrada a pasar hambre, pero me dolía en el alma tener que soportar que Danny muriera no solo por la peste, sino que también por el hambre. Finalmente abrí la puerta y me encontré con mi hermano tapado con las sabanas hasta la cabeza, seguramente tenía fiebre. Dejé la zanahoria encima de la mesa y me acerqué a Danny, le destapé la cabeza y toqué su frente. Estaba ardiendo en fiebre.
- Danny... - lo moví - Danny, despierta, tenemos que bajarte la fiebre - el pequeño se despertó y me miró con sus ojos cansados y sus mejillas al rojo vivo. Lo dejé en el colchón mientras llenaba una cacerola con un poco de agua fría embotellada y hundía un paño en ella. Me daba dolor de estomago de tan solo ver que quedaba menos de la mitad de la botella y recién estabamos a martes. Me senté en el borde del colchón y le puse el paño frío en la frente.
- ¿habrá cena hoy? - preguntó.
- Zanahoria - le sonreí de medio lado. Pude ver la decepción pasar por su rostro, pero se preocupó de disimularlo devolviendome la sonrisa.
- bueno.. al menos, tenemos algo para cenar, hay niños que se están muriendo de hambre - me dijo el pequeño. Se me formó un nudo en la garganta y los ojos se me llenaron de lágrimas. Me levanté del colchó y le dí la espalda para que no viera las lágrimas caer por mis mejillas.
- Duérmete un rato, amor, para ver si baja la fiebre, vengo en un momento - le dije sin mirarlo tratando de tragarme el nudo de la garganta. Salí rápidamente de la habitación y me llevé una mano a la boca para callar el sollozo. ¿Cómo es posible que un niño de siente años se conforme con una Zanahória diaria? ¡Dios mío! solo me quedaban dos medianos para toda la semana y el gobierno había reducido la cantidad de dinero a repartir, de dos grandes a uno y medio, lo que equivalía a cuatro medianos.
Mientras deambulaba por las calles del barrio bajo de Londres, pensaba en como conseguir más dinero, que hoy en día era llamado Medals -una moneda de oro universal- y lo primero que se me vino a la cabeza fue "Patrick.." . ¡No! "Helena, por el amor de dios, no puedes estar pensando en ese hombre". Una batalla comenzó a formarse en mi mente. Mientras una parte de mí quería ir en su búsqueda, la otra me recordaba quién era él. Después de largo rato tratando de aclarar mi mente, llegué a la conclusión que Danniel necesitaba el dinero, definitivamente no iba a dejer a mi hermano morir, así es que decidí ir en su búsqueda.
"-¡...estás loco! - le grité a al cara- ¡jamás tomaría el lugar de papá en tu negocio sucio! - hice un esfuerzo por respirar.
- tarde o temprano te darás cuenta, Helena, sabrás que és lo que realmente te conviene - me dijo sonriendome de esa forma tan característica arreglandose las mangas de su traje de Channel - cuando Danniel muera de hambre o por la peste roja, cuando te estés muriendo de hambre, vendrás a mí sedienta, buscando un techo donde refujiarte de los violadores, de los ladrones, cuando te roben lo poco que tienes, vendrás a mí - me amenazó - pero para que veas que lo que quiero es ayudarte... mi propuesta estará vigente para ese entonces - me dijo levantándose de su asiento mientras sus guardaespaldas se posicionaban detrás de él. Avanzó hasta mí y se detuvo a mi lado - Le tenía mucho aprecio a tu padre, Lena, tu padre era un buen hombre y era uno de los mejores en mi negocio - me susurró al oído -si cambias de opinión, ya sabes donde encontrarme.. - y se marchó... "
Comencé a caminar rumbo a aquel pub donde solía concurrir Patrick y sus socios, en una zona llena de personas adineradas. Al llegar, los guarias me miraron de pies a cabeza.
- Hey, Mark, ¿que puede hadcer una Sub-urbana en la zona norte? - le dijo uno de ellos al otro.
- ¿qué mas que robar, Phill? - y ambos se echaron a reír.
-estoy buscando a Patrick, Patrick Styles - le dije al tipo grandulón en tono firme, la discriminación ya no afectaba a la gente, estábamos tan acostumbrados a que los de la zona norte nos miraran en menos que ya no nos afectaba, era una forma de vida. El hombre de color me miró seriamente y sacó un teléfono costoso, marcó un número y se lo llevó al oído.
- Thomas, buscan a Styles... - Dijo el hombre luego de un rato - no, idiota, Styles padre, buscan a Patrick, no a Harry - agregó - ¿Cuál es tu nombre? - me preguntó.
- dile que soy la hija de James Foster, seguro sabrá quién soy - Le dije sin mirarlo. El tipo dijo una grosería luego comenzó a hablar por teléfono.
- es la cachorra de el recién muerto - dijo el tipo en forma burlesca. Levanté mi mirada y clavé los ojos en él.
- más respeto, imbécil, recuerda que tú no perteneces a esta sociedad de ricachones, eres simplemente un esclavo de ellos, terminando la jornada, regresaras a una de esas posilgas en las que vivo yo - le dije entre dientes conteniendo mi rabia.
- vuelve a repetirlo pequeña sabandija y verás lo que..-
- ¿Phillips? - dijo una voz que perfectamente conocía - ¿que significa esto? baja tu mano grotesca en este instante, no te atrevas a tocar a la muchacha - dijo la voz femenina.
- no necesito que me defiendas, Marissa - le dije sin mirarla.
- ¿acaso tengo derecho en proteger a mi pequeña sobrina? -levanté la mirada y me dí cuenta que su expresión era fría y dura. Iba vestida con un traje brillante de color plateado, su maquillaje contrastaba perfectamente con su piel pálida al igual que la mía, estaba convertida en toda una mujer de la zona norte, pero seguía teniendo ese parecido impresionante con mamá - vaya que haz crecido... ¿veinte, veintiuno, veintidos..? - comenzó a contar.
- veintiuno, tengo veintiun años, querida tía... - traté de sonar lo más irónica posible.
- ¿donde está tu hermano? - preguntó levantando su mirada haciendo que la luz de los alrededores hiciera que sus ojos lucieran aún mas azules de lo que eran, Marissa era tan hermosa como mamá, algo que yo no poseía.
- En casa - respondí impaciente al recordar que Danny estaba en casa solo.
- Ven, Patrick te espera - dijo mientras me daba la espalda y comenzaba a mirar hacia adentro, antes de entrar, me volví al gordinflón y le levanté el dedo de al medio. Avanzamos entre personas cuyas prendas de vestir valían más que mi propia vida. Bailaban y reían como si todo lo que pasara con la gente de mi clase les fuera ajeno a su propia realidad. Por supuesto que lo era. Las luces se reflejaban en los trajes de lentejuelas de las mujeres y me cegaban.
- Lo siento... - dijo una chica al chocar conmigo mientras bailaba. La rubia me miró de pies a cabeza con sus ojos celestes - ¿qué mierda hace una sub-urbana aquí? - gritó al analizarme - ¡Seguridad! - comenzó a gritar.
- ¿qué sucede, Summer? - dijo un chico llegando a su lado.
- ¡hay una sub-urbana aquí! - gritó.
- calla niñita, esta "sub-urbana" viene conmigo - dijo Marissa tomándome del brazo para arrastrarme hacia mi destino. Se detuvo frente a una puerta de roble tallada, me soltó el brazo e hizo una seña a los guardias para que abrieran la puerta. Estos obedecieron y abrieron ambas puertas para dejarnos pasar. Entramos a la habitación con un estilo futurista característico de los gustos de los ricachones de la zona Norte. Patrick estaba tras un escritorio enorme sentado fumandose un puro Cubano igual a los que fumaba papá. Marissa se acercó a él y yo me quedé manteniendo la distancia. La hermana de mi madre pasó su mano cubierta por un guante de ceda por el pecho del hombre y le habló al oído, este sonrió y me miró.
- buena suerte... - dijo Marissa al pasar por mi lado antes de salir de la sala y dejarnos solos.
- veo que haz venido, te tomó bastante tiempo recapacitar, Lena, meses viviendo como una sub-urbana - me dijo riendo.
- no tengo mucho tiempo, tengo que volver a casa - le dije antes de que comenzara a darme un sermón.
- ¿casa..? bueno, entonces no te quito más tiempo, querida - sacó un papel de un cajón y lo puso sobre la mesa - Supongo que haz decidido tomar mi oferta.. - asentí con la cabeza tratando con todas mis fuerzas no retractarme - entonces, haremos esto simple, firma y estarás dentro.. - comenzó a decirme señalando el papel que resultaba ser un contrato.
- antes... - dije sentandome en el asiento frente a él - Danniel, curarás a Danniel de la peste roja, lo alimentarás, lo cuidarás y lo sacarás del lugar en el que vivimos.
- eso no es problema, querida, eso es lo que tu padre quería y eso es lo que haré, despues de todo eres mi ahijada - me dijo el hombre. Miré el papel, leí las clausulas y firme. Oh no, Lena.. ¿qué haz hecho? Le entregué el papel y el lápiz, me levante de la silla sin despedirme - enviaré a alguien por ustedes ahora mismo - me dijo, no fue necesario darme media vuelta solo asentí y tomé las manillas de la puerta - ¡ah! y Lena... me temo que Danny no debe ser el único que hay que curar de la peste Roja..- mis ojos se abrieron de par en par y me llevé la mano a la nuca, la primera mancha de la peste había aparecido.
-tres de los medianos, cariño - me respondió sin mirarme, sabía perfectamente lo que llevaba, se me había hecho habitual comprar zanahorias, era una de las verduras más baratas.
- ¿estás de broma? con suerte me alcanza para dos, Fletcher, por favor, no me hagas esto, sabes que tengo a Danny enfermo y que no tengo dinero - le dije apelando a sus sentimientos.
- lo siento, Lena, pero todos sabemos lo mucho que cuesta la vida hoy - me dijo tratando de transmitirme que lo sentía.
-me llevo una - dije molesta. Le entregue las tres Medals que me había pedido y me di media vuelta para ir a casa.
- Que tengas buen día, Helena- me dijo el anciano. No me molesté en girarme para responderle, se que no era mala persona, pero él sabía perfectamente que no mis días jamás serían buenos.
Medité todo el camino de vuelta a casa, a esa posilga que tenía el descaro de llamar casa, era una habitación de seis por seis. Cuando llegué frente a la puerta no me atreví a abrirla. ¿Cómo le diría a mi hermano de siete años, el cuál padecía de una peste que estaba acechando Inglaterra y el mundo, que la cena era una simple zanahoria? Por mi parte, estaba acostumbrada a pasar hambre, pero me dolía en el alma tener que soportar que Danny muriera no solo por la peste, sino que también por el hambre. Finalmente abrí la puerta y me encontré con mi hermano tapado con las sabanas hasta la cabeza, seguramente tenía fiebre. Dejé la zanahoria encima de la mesa y me acerqué a Danny, le destapé la cabeza y toqué su frente. Estaba ardiendo en fiebre.
- Danny... - lo moví - Danny, despierta, tenemos que bajarte la fiebre - el pequeño se despertó y me miró con sus ojos cansados y sus mejillas al rojo vivo. Lo dejé en el colchón mientras llenaba una cacerola con un poco de agua fría embotellada y hundía un paño en ella. Me daba dolor de estomago de tan solo ver que quedaba menos de la mitad de la botella y recién estabamos a martes. Me senté en el borde del colchón y le puse el paño frío en la frente.
- ¿habrá cena hoy? - preguntó.
- Zanahoria - le sonreí de medio lado. Pude ver la decepción pasar por su rostro, pero se preocupó de disimularlo devolviendome la sonrisa.
- bueno.. al menos, tenemos algo para cenar, hay niños que se están muriendo de hambre - me dijo el pequeño. Se me formó un nudo en la garganta y los ojos se me llenaron de lágrimas. Me levanté del colchó y le dí la espalda para que no viera las lágrimas caer por mis mejillas.
- Duérmete un rato, amor, para ver si baja la fiebre, vengo en un momento - le dije sin mirarlo tratando de tragarme el nudo de la garganta. Salí rápidamente de la habitación y me llevé una mano a la boca para callar el sollozo. ¿Cómo es posible que un niño de siente años se conforme con una Zanahória diaria? ¡Dios mío! solo me quedaban dos medianos para toda la semana y el gobierno había reducido la cantidad de dinero a repartir, de dos grandes a uno y medio, lo que equivalía a cuatro medianos.
Mientras deambulaba por las calles del barrio bajo de Londres, pensaba en como conseguir más dinero, que hoy en día era llamado Medals -una moneda de oro universal- y lo primero que se me vino a la cabeza fue "Patrick.." . ¡No! "Helena, por el amor de dios, no puedes estar pensando en ese hombre". Una batalla comenzó a formarse en mi mente. Mientras una parte de mí quería ir en su búsqueda, la otra me recordaba quién era él. Después de largo rato tratando de aclarar mi mente, llegué a la conclusión que Danniel necesitaba el dinero, definitivamente no iba a dejer a mi hermano morir, así es que decidí ir en su búsqueda.
"-¡...estás loco! - le grité a al cara- ¡jamás tomaría el lugar de papá en tu negocio sucio! - hice un esfuerzo por respirar.
- tarde o temprano te darás cuenta, Helena, sabrás que és lo que realmente te conviene - me dijo sonriendome de esa forma tan característica arreglandose las mangas de su traje de Channel - cuando Danniel muera de hambre o por la peste roja, cuando te estés muriendo de hambre, vendrás a mí sedienta, buscando un techo donde refujiarte de los violadores, de los ladrones, cuando te roben lo poco que tienes, vendrás a mí - me amenazó - pero para que veas que lo que quiero es ayudarte... mi propuesta estará vigente para ese entonces - me dijo levantándose de su asiento mientras sus guardaespaldas se posicionaban detrás de él. Avanzó hasta mí y se detuvo a mi lado - Le tenía mucho aprecio a tu padre, Lena, tu padre era un buen hombre y era uno de los mejores en mi negocio - me susurró al oído -si cambias de opinión, ya sabes donde encontrarme.. - y se marchó... "
Comencé a caminar rumbo a aquel pub donde solía concurrir Patrick y sus socios, en una zona llena de personas adineradas. Al llegar, los guarias me miraron de pies a cabeza.
- Hey, Mark, ¿que puede hadcer una Sub-urbana en la zona norte? - le dijo uno de ellos al otro.
- ¿qué mas que robar, Phill? - y ambos se echaron a reír.
-estoy buscando a Patrick, Patrick Styles - le dije al tipo grandulón en tono firme, la discriminación ya no afectaba a la gente, estábamos tan acostumbrados a que los de la zona norte nos miraran en menos que ya no nos afectaba, era una forma de vida. El hombre de color me miró seriamente y sacó un teléfono costoso, marcó un número y se lo llevó al oído.
- Thomas, buscan a Styles... - Dijo el hombre luego de un rato - no, idiota, Styles padre, buscan a Patrick, no a Harry - agregó - ¿Cuál es tu nombre? - me preguntó.
- dile que soy la hija de James Foster, seguro sabrá quién soy - Le dije sin mirarlo. El tipo dijo una grosería luego comenzó a hablar por teléfono.
- es la cachorra de el recién muerto - dijo el tipo en forma burlesca. Levanté mi mirada y clavé los ojos en él.
- más respeto, imbécil, recuerda que tú no perteneces a esta sociedad de ricachones, eres simplemente un esclavo de ellos, terminando la jornada, regresaras a una de esas posilgas en las que vivo yo - le dije entre dientes conteniendo mi rabia.
- vuelve a repetirlo pequeña sabandija y verás lo que..-
- ¿Phillips? - dijo una voz que perfectamente conocía - ¿que significa esto? baja tu mano grotesca en este instante, no te atrevas a tocar a la muchacha - dijo la voz femenina.
- no necesito que me defiendas, Marissa - le dije sin mirarla.
- ¿acaso tengo derecho en proteger a mi pequeña sobrina? -levanté la mirada y me dí cuenta que su expresión era fría y dura. Iba vestida con un traje brillante de color plateado, su maquillaje contrastaba perfectamente con su piel pálida al igual que la mía, estaba convertida en toda una mujer de la zona norte, pero seguía teniendo ese parecido impresionante con mamá - vaya que haz crecido... ¿veinte, veintiuno, veintidos..? - comenzó a contar.
- veintiuno, tengo veintiun años, querida tía... - traté de sonar lo más irónica posible.
- ¿donde está tu hermano? - preguntó levantando su mirada haciendo que la luz de los alrededores hiciera que sus ojos lucieran aún mas azules de lo que eran, Marissa era tan hermosa como mamá, algo que yo no poseía.
- En casa - respondí impaciente al recordar que Danny estaba en casa solo.
- Ven, Patrick te espera - dijo mientras me daba la espalda y comenzaba a mirar hacia adentro, antes de entrar, me volví al gordinflón y le levanté el dedo de al medio. Avanzamos entre personas cuyas prendas de vestir valían más que mi propia vida. Bailaban y reían como si todo lo que pasara con la gente de mi clase les fuera ajeno a su propia realidad. Por supuesto que lo era. Las luces se reflejaban en los trajes de lentejuelas de las mujeres y me cegaban.
- Lo siento... - dijo una chica al chocar conmigo mientras bailaba. La rubia me miró de pies a cabeza con sus ojos celestes - ¿qué mierda hace una sub-urbana aquí? - gritó al analizarme - ¡Seguridad! - comenzó a gritar.
- ¿qué sucede, Summer? - dijo un chico llegando a su lado.
- ¡hay una sub-urbana aquí! - gritó.
- calla niñita, esta "sub-urbana" viene conmigo - dijo Marissa tomándome del brazo para arrastrarme hacia mi destino. Se detuvo frente a una puerta de roble tallada, me soltó el brazo e hizo una seña a los guardias para que abrieran la puerta. Estos obedecieron y abrieron ambas puertas para dejarnos pasar. Entramos a la habitación con un estilo futurista característico de los gustos de los ricachones de la zona Norte. Patrick estaba tras un escritorio enorme sentado fumandose un puro Cubano igual a los que fumaba papá. Marissa se acercó a él y yo me quedé manteniendo la distancia. La hermana de mi madre pasó su mano cubierta por un guante de ceda por el pecho del hombre y le habló al oído, este sonrió y me miró.
- buena suerte... - dijo Marissa al pasar por mi lado antes de salir de la sala y dejarnos solos.
- veo que haz venido, te tomó bastante tiempo recapacitar, Lena, meses viviendo como una sub-urbana - me dijo riendo.
- no tengo mucho tiempo, tengo que volver a casa - le dije antes de que comenzara a darme un sermón.
- ¿casa..? bueno, entonces no te quito más tiempo, querida - sacó un papel de un cajón y lo puso sobre la mesa - Supongo que haz decidido tomar mi oferta.. - asentí con la cabeza tratando con todas mis fuerzas no retractarme - entonces, haremos esto simple, firma y estarás dentro.. - comenzó a decirme señalando el papel que resultaba ser un contrato.
- antes... - dije sentandome en el asiento frente a él - Danniel, curarás a Danniel de la peste roja, lo alimentarás, lo cuidarás y lo sacarás del lugar en el que vivimos.
- eso no es problema, querida, eso es lo que tu padre quería y eso es lo que haré, despues de todo eres mi ahijada - me dijo el hombre. Miré el papel, leí las clausulas y firme. Oh no, Lena.. ¿qué haz hecho? Le entregué el papel y el lápiz, me levante de la silla sin despedirme - enviaré a alguien por ustedes ahora mismo - me dijo, no fue necesario darme media vuelta solo asentí y tomé las manillas de la puerta - ¡ah! y Lena... me temo que Danny no debe ser el único que hay que curar de la peste Roja..- mis ojos se abrieron de par en par y me llevé la mano a la nuca, la primera mancha de la peste había aparecido.
By Skinny Lyon for SC
- Lee:
- Dejo el prologo, subo el primer cap cuando alguien lea y se atreva a comentar u_u
Última edición por Melissa el Jue 27 Feb 2014, 4:53 pm, editado 1 vez
Mess.
Re: || Kidnapping ||
holi peimera lectora desde mexico y dejame decirte que esto se v a poner muy padre!!!! por favor trata de terminarla soy lectora fiel y siempre lo sere
litzysigala
Re: || Kidnapping ||
Oow graacias linda! no te preocupes que pronto pongo cap c:litzysigala escribió:holi peimera lectora desde mexico y dejame decirte que esto se v a poner muy padre!!!! por favor trata de terminarla soy lectora fiel y siempre lo sere
Mess.
Re: || Kidnapping ||
lo estare esperando jajajjaj c:Melissa escribió:Oow graacias linda! no te preocupes que pronto pongo cap c:litzysigala escribió:holi peimera lectora desde mexico y dejame decirte que esto se v a poner muy padre!!!! por favor trata de terminarla soy lectora fiel y siempre lo sere
litzysigala
Re: || Kidnapping ||
El color del titulo no coincidía con el color del genero indicado en la ficha de tu novela.
Para evitar inconvenientes, este a sido cambiado a su color correspondiente.
Gracias.
Para evitar inconvenientes, este a sido cambiado a su color correspondiente.
Gracias.
uncool.
Re: || Kidnapping ||
j
Capítulo Uno
– ¡Por Dios niña! – exclamó una de las mucamas de la mansión encargadas de mi cuidado personal – basta de quejarte que no hay otra forma de sacarte estas benditas marcas – me decía luego de vaciarme un balde de agua fría sobre mi cabeza. Me estremecí de pies a cabeza sintiendo como cada célula de mi cuerpo se contraía al sentir aquel hielo.
– esss…taa he…hela…ada – protesté mientras mis dientes castañeaban. Sin duda la mujer no pensaba detenerse. Siguió derramando agua con hielo sobre mi cuerpo y pasando una esponja con una crema especial para las cicatrices. De seguro hace unas semanas atrás en que ardía en fiebre, habría sido la chica más feliz por ser rociada por este tipo de agua pero en estos momentos en que mi temperatura corporal era normal, no lo necesitaba en absoluto.
Luego de haber pasado por esa helada tortura, la mujer me envolvió en un montón de toallas y me sacó de allí hacia mi habitación, la cuál estaba separada por una puerta. Sí, ¿Quién iba a imaginarlo? Yo, Helena Foster teniendo una habitación con baño privado en una mansión que tenía más la apariencia de un castillo. Era difícil de creer en cuando hace solo unas semanas atrás, vivía en un piso de la población más peligrosa de la zona Sur en donde solo comía una Zanahoria diaria.
La mucama me dejó a solas para me cambiara de ropa. Ropa que odiaba profundamente. Me hacía sentir una de ellos. Era una de ellos. Abrí el enorme armario que contenía un montón de ropa de mi talla. Zapatos de todos los colores organizados en orden del arcoíris : Tacones, botas de montar, botines, zapatillas, etc. Todo tipo de zapatos. Ropa de invierno y verano, la última colección de la revista She’s, la más mona de estos tiempos. Joyas y accesorios. Me sentía como de la realeza, pero definitivamente estaba a años luz de ser de la realeza… trabajaba para una mafia.
Escogí unos jeans azules oscuros ajustados, unos tacones de aguja color coral, una polera de tiras color blanca y un sweater con botones del mismo color que los zapatos y me trencé mi larga cabellera rubia. Era hora de ir a ver a Danny a su habitación que estaba junto a la mía. El pequeño aún estaba delicado de salud, ya que por poco muere de la gravedad de su enfermedad.
– hey – le saludé asomándome en su puerta. El niño de cabellera dorada estaba acostado en su cama rodeado por un sin fin de cojines observando la televisión de sesenta y tres pulgadas en 3D. Su semblante había cambiado considerablemente y me alegraba verlo en una cama y no en un colchón en el piso. Quizá había tomado una buena decisión. Yo era capaz de todo por mi pequeño Danny - ¿qué ves? – pregunté acercándome a él y sentándome en el borde de su cama para después arrastrarme hasta su lado.
– Es una película – me explicó sin despejar la vista de la pantalla gigante.
– ¿y me puedes decir de que trata? – pregunté mientras le acariciaba la cabeza.
– se trata de una chica pobre que tiene que cuidar a sus dos hermanas más pequeñas por que sus papás que eran detectives murieron en una misión – comienza a explicar – entonces debe unirse a los detectives para no morirse de hambre – esa historia me suena muy conocida… – me recuerda a ti – dice. Me quedo estática al instante. Que yo supiera, no le había mencionado a Danny el como habíamos llegado aquí –tú me cuidas y eres muy valiente por haber hecho todo lo que hiciste cuando estuve enfermo, no podía verte, pero podía escucharte – finalizó desviando por completo su atención hacia la televisión.
Luego de haber estado tirada con Danny un momento y de haberle dado la comida, salí de su habitación diciéndole que debía dormir un poco para que se recuperara pronto.
Caminé por los interminables pasillos de la mansión y bajé las escaleras. Afuera había un día hermoso por lo que decidí que sería una buena opción. Entré a la cocina y saqué un pote de frutillas del refrigerador y salí al patio no sin antes mirar el reloj de la pared : 4:37 minutos.
El aire fresco me llegaba al rostro dándome la sensación de paz y tranquilidad al estar en contacto con la naturaleza nuevamente.
Cuando vivía en la zona Sur, sentir el viento en la cara resultaba enormemente desagradable ya que olía a mierda y tenía altos niveles de contaminación. En cambio aquí, ubicada en un cerro desde donde podía ver el deslinde que limitaba la zona Sur de la zona norte… unos mundos completamente opuestos. Sentí nostalgia al recordar a quienes había conocido en aquel asqueroso lugar en que nadie quería vivir y sin embargo estaba tan atestado de pobres que no había espacio para vivir. Me sente en un banquillo y deje el pote de frutillas vacío a mi lado
– miren nada más quién se ha levantado de entre los muertos – dijo un chico que salía de entre los árboles. Esbocé un sonrisa de medio lado sin emitir palabra alguna. No era buena relacionándome con desconocidos y menos en este lugar, sabiendo que todos eran unos secuestradores profesionales de sangre fría – ¿te agrada lo que vez? – Preguntó sentándose a mi lado – yo lo odio – habló sin obtener respuesta a su pregunta. Despegué la mirada de el deslinde y lo observé. El chico de color rubio oscuro miraba con desprecio el paisaje.
– ¿Me tomas el pelo? – pregunté seria.
– ¿tomarte el pelo? –preguntó él mirándome de la misma forma en que miraba el paisaje – Oh, vamos, disculpe señorita amante del orden socio-político – dijo molesto poniéndose de pie.
– ¡No soy una amante del sistema! –Exclamé levantándome de la banca –¿Enserio me ves cara de amar el puto sistema? Soy victima de él –mis ojos se aguaron –¿crees que estoy aquí por que quiero? –Pregunté –¡Tengo un hermano de siete años de edad que se estaba muriendo de peste roja, mi padre murió trabajando en esta mierda y a mi madre la violaron y asesinaron por bajar a la zona sur a hacer un acto de caridad! –Continué sin dejarlo responder a las preguntas que le hacía.
– Entonces si tu madre era de la zona norte, ¿por qué tu hermano estaba muriendo de la peste roja? –preguntó.
– Eso es algo que no te incumbe –Le escupí. Me di la media vuelta dispuesta a alejarme de ese chico, aunque seguramente no sería por mucho tiempo, la mayoría de quienes trabajaban para la empresa vivían aquí. Esto era algo así como “La casa Central”.
– Mi padre trabajaba en la mina de la zona sur – me detuve al escucharlo – yo provengo de allí – continuó, yo seguía sin moverme pero no lo miraba – mi madre era una mujer completamente normal, de la noche a la mañana se volvió loca y le diagnosticaron esquizofrenia hace cuatro años – hizo una pausa – mi hermano mayor murió de Peste roja y mi hermanita de tres años está en manos de unas monjas en un cetro de auxilio allá abajo y tiene asperger… no en un nivel elevado pero no se relaciona con las personas… ni siquiera conmigo – sentí un leve dolor en el pecho, su historia era igual o más trágica que la mía, al menos mi hermano seguía estando a mi lado, sano y salvo – y no la culpo – continuó – la abandone en ese lugar y no tengo el valor de regresar allí – rió irónicamente – soy un cobarde hijo de puta– Me giré sobre mis talones y lo miré atentamente, el chico se abrazaba a sí mismo y miraba hacia la ciudad.
– ¿y tu padre? – susurré, la voz no me salía del todo, tenía un nudo atascado en la garganta.
– Murió – respondió inmediatamente – el camino a la mina es oscuro y peligroso. Está lleno de gente que expulsan de la zona sur por demencia, extrema delincuencia o cosas por el estilo, son casos extremos – explicó – no encontraron su cuerpo, solo huesos – Finalizó. Caníbales… Había oído hablar de ellos, hombres y mujeres dementes que perdían la cabeza y se volvían caníbales. No sé como el chico –cuyo nombre aún no conocía– podía hablar de ello sin que se tirara al piso y llorara.
– Lo lamento… – susurré abrazándome de los brazo y frotando la tela de hilo del sweater. De pronto el Sweater me pareció extremadamente delgado, como si el viento se colara por sus diminutos orificios y la temperatura que me había resultado agradable hubiera descendido.
– como vez, no eres la única víctima del sistema – me explicó avanzando hacia mí. Cuando estaba a solo centímetros de chocar conmigo, se desvió haciéndome el quite e ingresando a la mansión. Seguramente me había ganado un enemigo y solo llevaba unos minutos consiente. Perfecto.
Las noches neoyorkinas de la zona Norte no se comparaban con las zonas suburbanas. Las fiestas se daban de Lunes a Lunes y a nadie le importaba que al otro día fuera “día laboral”. Los hijitos de papi llegaban en masa a los locales y repletaban sus interiores con un apestoso olor de mezclas: Drogas, alcohol y cigarrillo. El éxtasis, la morfina, la heroína y el LCD eran las drogas favoritas de hoy en día y circulaban como si de cup cakes se tratara.
-¿te mencione que te ves “cogible”? – habló Bieber mientras tratábamos de encontrar el local que estábamos buscando hace más de media . Maldita Marissa y sus indicaciones de mierda.
-a la mierda con verme “cogible”, me estoy congelando y pareciera que ese tal local se lo hubiera tragado la tierra - dije molesta frotando mis manos con mis brazos para darme calor.
- oh, vamos Lena, como si no te gustara disfrutar de mi compañía – se burló - ¡mira! ¿No es ese? – habló antes de que le respondiera.
- ¿dónde? No veo nada – le respondí intentando enfocar la vista en los letreros de los locales.
- oh vamos, es imposible que no distingas el nombre desde aquí – se rió.
- disculpe señor vista de águila, pero le recuerdo que no traigo puestos mis lentes de contactos no tampoco mis gafas – le recordé.
- ven, vamos, nos estamos retrasando – me tomó de la muñeca y me arrastro donde quiera que se dirigiera. A medida que avanzábamos, Cam aceleraba el paso, en estos momentos es cuando agradezco tener la asesoría de Marissa para aprender a usar estos tacones de quince centímetros.
Cuando llegamos al local destinado a secuestro, Cambriel le mostró el carnet de la empresa al guarida el cual hizo un gesto con la cabeza indicándonos que siguiéramos adelante.
-las damas primero – dijo Cam haciéndose a un lado para que yo ingresara al local. Le sonreí, se di un beso fugaz en sus labios e ingresé.
Una vez dentro, el olor me golpeó como una cachetada en el rostro y no pude evitar llevarme una mano a la nariz. La música sonaba a todo lo que los parlantes lo permitían y los fiesteros se movían de lado a lado, rozando sus cuerpos sin tener un mínimo de espacio personal, Una orgía protagonizada por el éxtasis que se sentía en el aire. Las manos de Cam rodeando mi cintura me hicieron salir de mis pensamientos, apoyó su rostro en mi hombro pegando sus labios a la parte posterior de mi oreja.
– esss…taa he…hela…ada – protesté mientras mis dientes castañeaban. Sin duda la mujer no pensaba detenerse. Siguió derramando agua con hielo sobre mi cuerpo y pasando una esponja con una crema especial para las cicatrices. De seguro hace unas semanas atrás en que ardía en fiebre, habría sido la chica más feliz por ser rociada por este tipo de agua pero en estos momentos en que mi temperatura corporal era normal, no lo necesitaba en absoluto.
Luego de haber pasado por esa helada tortura, la mujer me envolvió en un montón de toallas y me sacó de allí hacia mi habitación, la cuál estaba separada por una puerta. Sí, ¿Quién iba a imaginarlo? Yo, Helena Foster teniendo una habitación con baño privado en una mansión que tenía más la apariencia de un castillo. Era difícil de creer en cuando hace solo unas semanas atrás, vivía en un piso de la población más peligrosa de la zona Sur en donde solo comía una Zanahoria diaria.
La mucama me dejó a solas para me cambiara de ropa. Ropa que odiaba profundamente. Me hacía sentir una de ellos. Era una de ellos. Abrí el enorme armario que contenía un montón de ropa de mi talla. Zapatos de todos los colores organizados en orden del arcoíris : Tacones, botas de montar, botines, zapatillas, etc. Todo tipo de zapatos. Ropa de invierno y verano, la última colección de la revista She’s, la más mona de estos tiempos. Joyas y accesorios. Me sentía como de la realeza, pero definitivamente estaba a años luz de ser de la realeza… trabajaba para una mafia.
Escogí unos jeans azules oscuros ajustados, unos tacones de aguja color coral, una polera de tiras color blanca y un sweater con botones del mismo color que los zapatos y me trencé mi larga cabellera rubia. Era hora de ir a ver a Danny a su habitación que estaba junto a la mía. El pequeño aún estaba delicado de salud, ya que por poco muere de la gravedad de su enfermedad.
– hey – le saludé asomándome en su puerta. El niño de cabellera dorada estaba acostado en su cama rodeado por un sin fin de cojines observando la televisión de sesenta y tres pulgadas en 3D. Su semblante había cambiado considerablemente y me alegraba verlo en una cama y no en un colchón en el piso. Quizá había tomado una buena decisión. Yo era capaz de todo por mi pequeño Danny - ¿qué ves? – pregunté acercándome a él y sentándome en el borde de su cama para después arrastrarme hasta su lado.
– Es una película – me explicó sin despejar la vista de la pantalla gigante.
– ¿y me puedes decir de que trata? – pregunté mientras le acariciaba la cabeza.
– se trata de una chica pobre que tiene que cuidar a sus dos hermanas más pequeñas por que sus papás que eran detectives murieron en una misión – comienza a explicar – entonces debe unirse a los detectives para no morirse de hambre – esa historia me suena muy conocida… – me recuerda a ti – dice. Me quedo estática al instante. Que yo supiera, no le había mencionado a Danny el como habíamos llegado aquí –tú me cuidas y eres muy valiente por haber hecho todo lo que hiciste cuando estuve enfermo, no podía verte, pero podía escucharte – finalizó desviando por completo su atención hacia la televisión.
Luego de haber estado tirada con Danny un momento y de haberle dado la comida, salí de su habitación diciéndole que debía dormir un poco para que se recuperara pronto.
Caminé por los interminables pasillos de la mansión y bajé las escaleras. Afuera había un día hermoso por lo que decidí que sería una buena opción. Entré a la cocina y saqué un pote de frutillas del refrigerador y salí al patio no sin antes mirar el reloj de la pared : 4:37 minutos.
El aire fresco me llegaba al rostro dándome la sensación de paz y tranquilidad al estar en contacto con la naturaleza nuevamente.
Cuando vivía en la zona Sur, sentir el viento en la cara resultaba enormemente desagradable ya que olía a mierda y tenía altos niveles de contaminación. En cambio aquí, ubicada en un cerro desde donde podía ver el deslinde que limitaba la zona Sur de la zona norte… unos mundos completamente opuestos. Sentí nostalgia al recordar a quienes había conocido en aquel asqueroso lugar en que nadie quería vivir y sin embargo estaba tan atestado de pobres que no había espacio para vivir. Me sente en un banquillo y deje el pote de frutillas vacío a mi lado
– miren nada más quién se ha levantado de entre los muertos – dijo un chico que salía de entre los árboles. Esbocé un sonrisa de medio lado sin emitir palabra alguna. No era buena relacionándome con desconocidos y menos en este lugar, sabiendo que todos eran unos secuestradores profesionales de sangre fría – ¿te agrada lo que vez? – Preguntó sentándose a mi lado – yo lo odio – habló sin obtener respuesta a su pregunta. Despegué la mirada de el deslinde y lo observé. El chico de color rubio oscuro miraba con desprecio el paisaje.
– ¿Me tomas el pelo? – pregunté seria.
– ¿tomarte el pelo? –preguntó él mirándome de la misma forma en que miraba el paisaje – Oh, vamos, disculpe señorita amante del orden socio-político – dijo molesto poniéndose de pie.
– ¡No soy una amante del sistema! –Exclamé levantándome de la banca –¿Enserio me ves cara de amar el puto sistema? Soy victima de él –mis ojos se aguaron –¿crees que estoy aquí por que quiero? –Pregunté –¡Tengo un hermano de siete años de edad que se estaba muriendo de peste roja, mi padre murió trabajando en esta mierda y a mi madre la violaron y asesinaron por bajar a la zona sur a hacer un acto de caridad! –Continué sin dejarlo responder a las preguntas que le hacía.
– Entonces si tu madre era de la zona norte, ¿por qué tu hermano estaba muriendo de la peste roja? –preguntó.
– Eso es algo que no te incumbe –Le escupí. Me di la media vuelta dispuesta a alejarme de ese chico, aunque seguramente no sería por mucho tiempo, la mayoría de quienes trabajaban para la empresa vivían aquí. Esto era algo así como “La casa Central”.
– Mi padre trabajaba en la mina de la zona sur – me detuve al escucharlo – yo provengo de allí – continuó, yo seguía sin moverme pero no lo miraba – mi madre era una mujer completamente normal, de la noche a la mañana se volvió loca y le diagnosticaron esquizofrenia hace cuatro años – hizo una pausa – mi hermano mayor murió de Peste roja y mi hermanita de tres años está en manos de unas monjas en un cetro de auxilio allá abajo y tiene asperger… no en un nivel elevado pero no se relaciona con las personas… ni siquiera conmigo – sentí un leve dolor en el pecho, su historia era igual o más trágica que la mía, al menos mi hermano seguía estando a mi lado, sano y salvo – y no la culpo – continuó – la abandone en ese lugar y no tengo el valor de regresar allí – rió irónicamente – soy un cobarde hijo de puta– Me giré sobre mis talones y lo miré atentamente, el chico se abrazaba a sí mismo y miraba hacia la ciudad.
– ¿y tu padre? – susurré, la voz no me salía del todo, tenía un nudo atascado en la garganta.
– Murió – respondió inmediatamente – el camino a la mina es oscuro y peligroso. Está lleno de gente que expulsan de la zona sur por demencia, extrema delincuencia o cosas por el estilo, son casos extremos – explicó – no encontraron su cuerpo, solo huesos – Finalizó. Caníbales… Había oído hablar de ellos, hombres y mujeres dementes que perdían la cabeza y se volvían caníbales. No sé como el chico –cuyo nombre aún no conocía– podía hablar de ello sin que se tirara al piso y llorara.
– Lo lamento… – susurré abrazándome de los brazo y frotando la tela de hilo del sweater. De pronto el Sweater me pareció extremadamente delgado, como si el viento se colara por sus diminutos orificios y la temperatura que me había resultado agradable hubiera descendido.
– como vez, no eres la única víctima del sistema – me explicó avanzando hacia mí. Cuando estaba a solo centímetros de chocar conmigo, se desvió haciéndome el quite e ingresando a la mansión. Seguramente me había ganado un enemigo y solo llevaba unos minutos consiente. Perfecto.
…Diecisiete meses después…
Las noches neoyorkinas de la zona Norte no se comparaban con las zonas suburbanas. Las fiestas se daban de Lunes a Lunes y a nadie le importaba que al otro día fuera “día laboral”. Los hijitos de papi llegaban en masa a los locales y repletaban sus interiores con un apestoso olor de mezclas: Drogas, alcohol y cigarrillo. El éxtasis, la morfina, la heroína y el LCD eran las drogas favoritas de hoy en día y circulaban como si de cup cakes se tratara.
-¿te mencione que te ves “cogible”? – habló Bieber mientras tratábamos de encontrar el local que estábamos buscando hace más de media . Maldita Marissa y sus indicaciones de mierda.
-a la mierda con verme “cogible”, me estoy congelando y pareciera que ese tal local se lo hubiera tragado la tierra - dije molesta frotando mis manos con mis brazos para darme calor.
- oh, vamos Lena, como si no te gustara disfrutar de mi compañía – se burló - ¡mira! ¿No es ese? – habló antes de que le respondiera.
- ¿dónde? No veo nada – le respondí intentando enfocar la vista en los letreros de los locales.
- oh vamos, es imposible que no distingas el nombre desde aquí – se rió.
- disculpe señor vista de águila, pero le recuerdo que no traigo puestos mis lentes de contactos no tampoco mis gafas – le recordé.
- ven, vamos, nos estamos retrasando – me tomó de la muñeca y me arrastro donde quiera que se dirigiera. A medida que avanzábamos, Cam aceleraba el paso, en estos momentos es cuando agradezco tener la asesoría de Marissa para aprender a usar estos tacones de quince centímetros.
Cuando llegamos al local destinado a secuestro, Cambriel le mostró el carnet de la empresa al guarida el cual hizo un gesto con la cabeza indicándonos que siguiéramos adelante.
-las damas primero – dijo Cam haciéndose a un lado para que yo ingresara al local. Le sonreí, se di un beso fugaz en sus labios e ingresé.
Una vez dentro, el olor me golpeó como una cachetada en el rostro y no pude evitar llevarme una mano a la nariz. La música sonaba a todo lo que los parlantes lo permitían y los fiesteros se movían de lado a lado, rozando sus cuerpos sin tener un mínimo de espacio personal, Una orgía protagonizada por el éxtasis que se sentía en el aire. Las manos de Cam rodeando mi cintura me hicieron salir de mis pensamientos, apoyó su rostro en mi hombro pegando sus labios a la parte posterior de mi oreja.
By Skinny Lyon for SC
- Lee:
- El primer capítulo ha salido a la luz heheh , subo el segundo cuando alguien lea y se atreva a comentar u_u
PD: Le cambié el nombre a Justin pero no el apellido, sigue siendo el sexy Bieber <3
Mess.
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