Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Segunda Oportunidad (novio) Nick y __TN (TERMINADA)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 15 de 23. • Comparte
Página 15 de 23. • 1 ... 9 ... 14, 15, 16 ... 19 ... 23
Re: Segunda Oportunidad (novio) Nick y __TN (TERMINADA)
hola, soy nueva lectora y me llamo aidèe vega, esta novela es w o w increible, sube pronto porfavor
elamormasbello
Re: Segunda Oportunidad (novio) Nick y __TN (TERMINADA)
elamormasbello escribió:hola, soy nueva lectora y me llamo aidèe vega, esta novela es w o w increible, sube pronto porfavor
:hug: BIENVENIDA DARLING ... UN GUSTO EN CONOCERTE AIDEE,
ESPERO Q TE SIGA GUSTANDO LA NOVE :)
ElitzJb
Re: Segunda Oportunidad (novio) Nick y __TN (TERMINADA)
Prologo
1/2
Alguna vez has hecho algo tan increíblemente estúpido,
logrando que la culpa y el arrepentimiento cuelguen sobre ti
como la sombra más oscura y pesada? ¿Nublando tu juicio,
consumiendo tu alma hasta que eso se convierte en la única cosa que
puedes ver, oír o pensar?
Yo sí. He hecho un montón de cosas de las que me arrepiento, y eso
me llena de culpa. Pero lo de ayer se lleva el premio.
Dejé a la chica que amo sola, desnuda en su cama. Como si fuera
alguna especie de macho idiota que usa a una mujer por sexo y luego la
abandona —ese soy yo. Me he convertido en ese chico.
Pero no soy así realmente. Amo a la chica que dejé sola en su cama.
Simplemente no la merezco.
Y lo sé.
“A veces tienes que estar solo, para estar seguro de que puedes estarlo.”
—Anónimo.
1/2
Alguna vez has hecho algo tan increíblemente estúpido,
logrando que la culpa y el arrepentimiento cuelguen sobre ti
como la sombra más oscura y pesada? ¿Nublando tu juicio,
consumiendo tu alma hasta que eso se convierte en la única cosa que
puedes ver, oír o pensar?
Yo sí. He hecho un montón de cosas de las que me arrepiento, y eso
me llena de culpa. Pero lo de ayer se lleva el premio.
Dejé a la chica que amo sola, desnuda en su cama. Como si fuera
alguna especie de macho idiota que usa a una mujer por sexo y luego la
abandona —ese soy yo. Me he convertido en ese chico.
Pero no soy así realmente. Amo a la chica que dejé sola en su cama.
Simplemente no la merezco.
Y lo sé.
“A veces tienes que estar solo, para estar seguro de que puedes estarlo.”
—Anónimo.
ElitzJb
Re: Segunda Oportunidad (novio) Nick y __TN (TERMINADA)
Capitulo 1
" A veces tienes que estar solo para estar seguro de que puedes estarlo."—Anonimo
2/2
(_TN)
Dos meses. No lo he visto ni oído hablar de él en dos jodidos
meses. Quiero decir, ¿quién le hace eso a una persona?
¿Quién pasa la semana más intensa de su vida con otro ser
humano, comparte sus pensamientos más íntimos, sus locuras, sus secretos
más oscuros, tiene relaciones sexuales, y estamos hablando de sexo
increíble y estremecedor, le deja una nota que dice ―Te Amo‖ y luego
desaparece? Te voy a decir quién.
Nick ―lo voy a golpear en las bolas la próxima vez que lo vea”
Jonas .
He seguido adelante. Bueno, eso me digo. Pero el tiempo no se
detiene sólo porque mi corazón lo haga, así que tengo que hacerme
cargo de mis responsabilidades. He estirado bastante bien los tres mil
dólares que gané por mi semana pretendiendo ser la novia idiota. Sigo
teniendo un poco de dinero en mi cuenta de ahorro. Le compré a mi
hermano Owen algunos regalos nuevos de Navidad. Y también tengo algo
para mamá.
Ella no compró nada para nosotros. Ni una cosa. Owen me regaló un
recipiente poco profundo que hizo en su clase de cerámica. Estaba tan
orgulloso de dármelo. Un poco avergonzado también, especialmente
cuando me mostré tan efusiva al respecto. Él lo había envuelto en papel
navideño y todo. Me quedé asombrada de que se tomara el tiempo de
realmente hacer algo para mí. Lo mantengo en mi ropero y pongo mis
aretes en él.
Por lo menos, alguien se preocupa por mí, ¿sabes?
A mamá no le dio nada. Lo que, mostrando la bruja que soy, me
complació sin fin.
Enero es supuestamente un mes de curación. Año nuevo. Metas
nuevas, resoluciones, o como quieras llamarlas, dónde una persona debe
de tener esperanzas sobre todo ese territorio desconocido que se extiende
ante ellos. Traté, con todas mis fuerzas, de ser positiva cuando llegó Año
Nuevo, pero lloré. El reloj dio las doce y yo estaba completamente sola, las
lágrimas se deslizaron por mi rostro mientras miraba el conteo en la
televisión. Lamentable. Una chica solitaria, sorbiendo en su camiseta,
perdiendo al chico que ama.
La mayor parte del mes se ha ido y eso está bien. Pero la realización
me golpea el último día. En lugar de temer cada nuevo día, tengo que
saborearlo. Tengo que averiguar lo que voy a hacer con mi vida, y luego
hacerlo realidad. Me iría si pudiera, pero no puedo abandonar a Owen. Sin
mí, no tengo ni idea de lo que le sucedería, y no puedo correr el riesgo.
Así que me quedo. Me comprometo a hacer lo mejor de esta vida
que tengo. Estoy cansada de vivir en la miseria.
Estoy cansada de sentir lástima por mí misma. Estoy cansada de
querer sacudir a mi madre y hacerle ver que tiene hijos por los que debe
preocuparse. Ah, y que también tiene que encontrar un trabajo. Dormir
todo el día y estar de fiesta toda la noche con Larry el Perdedor no es la
manera de hacerle frente.
Y estoy cansada de llorar la pérdida de un hermoso y jodido hombre
que atormenta mis pensamientos donde quiera que vaya.
Sí, estoy enferma de eso.
Empujando todos los pensamientos de mi cabeza, voy a la cabina
donde un cliente está esperando para que tome su orden. Llegó hace
unos minutos, una ráfaga de un hombre alto moviéndose rápido, vestido
muy bien para un paseo a media tarde de jueves en La Salle. El bar está
animado por la noche, lleno de universitarios que beben hasta perderse.
¿Pero durante el día? Mayormente hay vagos perdedores que no tienen
otro lugar a donde ir, y alguna persona que de vez en cuando viene a
comer. Las hamburguesas son decentes, así que es un empate.
—¿Qué te sirvo? —pregunto cuando me paro junto a la mesa, con la
cabeza inclinada mientras reviso mi libreta de pedidos.
—Tu atención, ¿tal vez?
Su pregunta se hace en una profunda y aterciopelada voz que me
obliga a levantar la vista de la libreta.
Los ojos más azules que he visto jamás están frente a mí. Más azules
que los de Nick , si eso es posible.
—Um, lo siento. —Le ofrezco una sonrisa tentativa. Al instante me
pone nerviosa. Es muuuuy guapo. Más que hermoso, con el cabello rubio
que cae sobre su frente y la clásica estructura ósea. Mandíbula fuerte,
pómulos afilados, y nariz recta. Él podría haber salido de un cartel
publicitario—. ¿Estás listo para ordenar?
Sonríe, mostrando unos dientes blancos. Sujeto mis labios juntos para
evitar que caigan abiertos. No sabía que los hombres podían ser tan
atractivos. Quiero decir, Nick es precioso, no puedo mentir a pesar de que
estoy furiosa con él, pero este tipo… Pone a todos los demás hombres en
vergüenza. Su rostro es condenadamente perfecto.
—Voy a tomar una cerveza rubia. —Chasquea su barbilla hacia el
menú andrajoso frente a él—. ¿Algo en el menú que me recomiendes?
Tenía que estar bromeando. Más allá de las hamburguesas, no le
recomendaría a este espécimen de hombre ideal ninguna cosa que La
Salle ofreciera. El cielo no deje que le ocurra algo. —¿Para qué estás de
humor? —pregunto, mi voz débil.
Levantando una ceja, él toma el menú y lo mira por encima, su
mirada se reúne con la mía. —¿Nachos?
Sacudo mi cabeza. —La carne rara vez está bien cocinada. —Era
más como una cosa rosada. Asqueroso.
—¿Pieles de papa? —Hace una mueca.
Le devuelvo la mueca. —Tan de los noventas, ¿no crees?
—¿Qué hay de las alitas de pollo?
—Si quieres que tu boca se quede permanentemente prendida en
fuego… Escucha. —Miro alrededor asegurándome de que nadie, como mi
jefe, esté cerca—. Si quieres algo de comer, te sugiero el café de la
esquina. Tienen excelentes sándwiches.
El ríe y sacude su cabeza. El sonido rico y vibrante, me estremece
calentando mi piel, seguido por una gran dosis de cautela. Yo no
reacciono así a los chicos. La única persona que me hacía sentir de esta
manera era Nick . Y él no está alrededor… Así que, ¿por qué lo pienso
tanto?
¿Tal vez porque todavía estoy enamorada de él, como una especie
de idiota?
Me deshago de la vocecita persistente en la parte trasera de mi
cerebro, que aparece en los momentos menos indicados.
—Me gusta tu honestidad —dice el hombre, su mirada de azul frío
inspeccionándome—. Entonces sólo tomaré cerveza.
—Decisión inteligente. —Asiento—. Ya vuelvo.
Me dirijo a la parte trasera de la barra, tomando una botella de
cerveza rubia, levanto la vista y encuentro al chico mirándome. No mira
hacia otro lado, lo cual me hace sentir incómoda. Él no me está mirando
como un pervertido. Sólo es muy… observador.
Es desconcertante.
Un hilo de ira destella dentro de mí. ¿Acaso tengo un cartel invisible
alrededor de mi cuello? ¿Uno que dice: ―Oye, soy Fácil”? Porque no lo soy.
He cometido algunos errores, buscando atención en los lugares equivo-
cados, pero no es como si tuviera las tetas y el culo a la vista. No me
pongo nada en la cadera para que se note, no empujo mis pechos para
que salgan, como un montón de chicas lo hacen.
Así que, ¿por qué cada chico que encuentro parece mirarme como
si fuera un pedazo de carne?
Decidiendo que he tenido suficiente de esa mierda, voy hacia su
mesa y dejo la cerveza frente a él con un ruido fuerte. Estoy a punto de
marcharme sin decir ni una palabra, deseando que se joda, cuando
pregunta—: ¿Cuál es tu nombre?
Miro sobre mi hombro. —¿Te importa? —Oh, soy una perra.
Realmente podría enojar a este chico y hacer que me despidieran. No sé
lo que me pasa.
Una vez más, estoy como mi mamá. Ella saboteó su trabajo con su
bebida y terrible actitud. Al menos, yo sólo tengo la mala actitud.
Si pudiera patear mi propio trasero lo estaría haciendo justo ahora.
Él sonríe y se encoge de hombros, como si mi estúpido comentario
no lo hubiera molestado. —Tengo curiosidad.
Volteándome completamente, lo enfrento, estudiándolo tanto como
él me estudia. Sus largos dedos se envuelven alrededor de la botella, el
otro brazo descansa sobre la mesa llena de cicatrices y arañazos. Toda su
forma es relajada, fácil, y mis defensas bajan lentamente.
—Es (_TN) —admito, preparándome para su reacción. He oído
interminables chistes y comentarios groseros desde que tengo memoria.
Pero él no me da un mal rato. Su expresión se mantiene neutral. —
Encantado de conocerte, (_TN) . Soy Colin.
Asiento con la cabeza, sin saber qué más decir. Él me relaja tanto
como me sacude, lo que me deja confundida. Y definitivamente no
encaja en este bar. Está vestido muy bonito, tiene un aire de autoridad,
como si estuviera por encima de todo, y probablemente lo está. Huele a
clase y dinero.
Pero no está actuando como debe, como un idiota. He sido tan
grosera con él. Lleva la botella de cerveza a sus labios, tomando un trago,
y miro descaradamente. Es guapo. Es arrogante. Y es un problema.
No quiero tener nada que ver con él.
—Así que, (_TN) —dice una vez que ha terminado la mitad de su
cerveza—. ¿Puedo preguntarte algo?
Arrastrando los pies, miro alrededor del bar. Nadie nos está
prestando atención. Podría estar aquí parada hablando con el misterioso
cliente Colin por quince minutos y nadie protestaría. —Claro.
—¿Qué hace una mujer como tú, trabajando en un bar de mierda
como este?
—¿Qué hace un tipo como tú ordenando una cerveza en un bar de
mierda como este? —replico, momentáneamente insultada. Pero luego
me doy cuenta de que… Me está haciendo un cumplido. Y se refirió a mí
como a una mujer. Nadie hace eso. Yo no hago eso.
Inclina su cerveza hacia mí, haciendo un brindis. —Touché. ¿Te
sorprendería si dijera que vine a buscarte?
¿Sorprendida? Más como totalmente asustada. —Ni siquiera te
conozco. ¿Cómo puedes estar buscándome?
—Debería reformular eso. Vine aquí con la esperanza de encontrar a
alguien a quien pudiera robarme. —Levanto mi ceja y él ríe—. Soy dueño
de un nuevo restaurante en el pueblo. El Distrito. ¿Has oído sobre él?
Lo había hecho. Algún lugar nuevo y caro, que recibe a los chicos
ricos de la universidad, quienes tienen una fuente inagotable de dinero
para comer, beber y divertirse. Así que no es para nada mi escena. —Sí.
—¿Has estado allí?
Lentamente sacudo mi cabeza. —No.
Recostándose en el asiento, me estudia, sus parpados pesados
conforme hace una lenta lectura de… mí. Ahora me pone totalmente
fuera de control y puedo sentir mis mejillas arder de vergüenza. El hombre
es una especie de idiota.
Siempre he tenido algo por los idiotas.
—Ven conmigo al restaurante esta noche. Te voy a mostrar todo. —
Su boca se curva en una sonrisa y me tienta.
Pero también he renunciado a los hombres, así que sé que es una
mala idea. —Gracias, pero no me interesa.
—No te estoy tratando de invitar a una cita, (_TN) —dice en voz
baja, con los ojos brillantes. Doy un paso hacia atrás mirando alrededor.
Tengo que alejarme de este tipo. Rápido. Pero sus palabras me detienen
en seco—. Estoy tratando de ofrecerte un trabajo.
(Nick)
—Hablemos sobre (_TN) .
Me pongo tenso, pero asiento con la cabeza. Hago mi mejor
esfuerzo para parecer neutral, como si nuestro nuevo tema de discusión no
me molestara.
—¿Qué quiere saber?
Mi psiquiatra me observa, su cuidadosa mirada es directa.
—Todavía te molesta oír su nombre.
—No, no lo hace —miento. Trato de parecer tranquilo, pero mis
entrañas están revueltas. Temo y saboreo oír el nombre de (_TN) . Quiero
verla. Necesito verla.
No puedo ir hacia ella. Y, claramente, ella ya me superó. Merezco
que se rinda. Yo me di por vencido primero, ¿verdad?
Es más como si te hubieras rendido contigo mismo.
—No tienes que mentirme, Nick . Está bien si todavía es difícil. —La
doctora Sheila Harris hace una pausa, golpeteando su dedo índice contra
su barbilla—. ¿Has considerado intentar verla?
Sacudo la cabeza. Lo considero todos los días, cada minuto de mi
vida, pero mis consideraciones son inútiles.
—Me odia.
—No sabes eso.
—Sé que me odiaría a mí mismo por lo que hice, si fuera ella. Me
encerré, y la dejé afuera, como hago siempre. Ella me rogó una y otra vez
que no lo hiciera. Que estaría allí sin importar lo que pasara. —Y aún así la
dejé. Con únicamente una estúpida nota que me tomó demasiado tiempo
escribir, llena de un mensaje secreto que mi hermosa e inteligente chica
descubrió al instante.
Pero no es mi chica. No puedo reclamarla. La ignoré. Y ahora...
La he perdido.
—Entonces, ¿por qué la dejaste afuera? Jamás me has dicho,
¿sabes?
Mi psicóloga ama hacerme las preguntas difíciles, pero ese es su
trabajo. Todavía odio responderlas.
—Es la única manera que conozco de salir adelante —admito. La
verdad me golpea en el rostro a diario. Siempre corro.
Es mucho más fácil.
Busqué a la doctora Harris por mí mismo. Nadie más me empujó a
hacerlo. Luego de que volviéramos a Carmel, luego de que abandonara a
(_TN) y le dejara esa nota de mierda, me metí en mí mismo más que
nunca. Jodí mi juego. Jodí mis notas. El receso de invierno llegó y salí
corriendo. Literalmente salí corriendo a alguna loca cabaña en el medio
del bosque que le había alquilado a una linda pareja de ancianos en Lake
Tahoe.
¿Mi plan? Hibernar como un oso. Apagar el celular, refugiarme en mí
mismo y descifrar toda mi mierda. Sin embargo, no anticipé lo duro que
sería estar solo con mis pensamientos. Mis recuerdos, ambos, los buenos y
los malos, me perseguían. Pensaba en la bomba que me había tirado mi
madrastra, Adele. Pensaba en mi papá y lo mucho que la verdad, si es
que ella no mintió, lo afectaría. Pensaba en mi hermanita Vanessa y cómo
murió. Cómo podría no ser mi hermanita, después de todo...
Más que nada, pensaba en (_TN) . Lo molesta que había estado
cuando aparecí en su puerta, pero aún así me dejó entrar. La manera en
que la toqué, cómo ella me tocó, la forma en que siempre parecía romper
mis barreras y ver mi verdadera persona. Dejé que entrara. Quería dejarla
entrar.
Y luego la abandoné. Con una nota que fue inútilmente traducida
porque ella intentó hasta lo imposible para rescatarme y yo no la dejé. Me
mandó exactamente dos mensajes de texto. El segundo me sorprendió,
porque sabía que ella era terca, y supuse que se rendiría luego de que no
lo respondiera.
Sin embargo, ¿cómo podía responderlo? Ella dijo todas las cosas
correctas. Y yo habría dicho todas las incorrectas. Así que era mejor no
decir nada en absoluto.
También me dejó un mensaje de voz. Todavía lo tengo. A veces,
cuando me siento realmente jodido, lo escucho. Oigo su suave voz al
borde de las lágrimas, esas increíbles palabras que me dice. Para cuando
termina el mensaje, mi corazón literalmente duele.
Es una tortura escucharlo y aún así tampoco puedo obligarme a
borrarlo. El sólo saber que está allí, que por un último minuto ella en verdad
se preocupaba, es mejor que borrar esas palabras, su voz, y hacer de
cuenta que ella no existe.
—Espero ayudarte con eso. Tu mecanismo para salir adelante —dice
la doctora Harris, sacándome de mis pensamientos—. Sé lo mucho que
significa (_TN) para ti. Y espero que, eventualmente, vayas con ella y le
digas que lo sientes.
—¿Qué pasa si no lo siento? —Lanzo las palabras, pero no tienen
sentido. Lo siento tanto que no puedo comenzar a explicar lo jodido que
estoy.
—Entonces ese es otro tema con el que tendremos que lidiar —dice
gentilmente.
Sigue así por otros quince minutos, y entonces finalmente hago mi
escape, saliendo a la fría y clara tarde de invierno. El sol es cálido en mi
piel a pesar de la temperatura, y comienzo a bajar por el camino,
dirigiéndome a dónde aparqué mi camioneta. La oficina de Harris está en
el centro, en un edificio soso, y espero como el infierno no ver a nadie que
conozca. El campus de la universidad está a tan sólo unas cuadras de
distancia, y los estudiantes pasan por las pequeñas tiendas, cafeterías y
bares que se alinean en la calle.
No es como si tuviera muchos amigos, pero demonios, a todos les
gusta pensar que me conocen. Nadie lo hace realmente. Con excepción
de una persona.
—¡Oye, Jonas , espera!
Haciendo una pausa, levanto la mirada por encima de mi hombro
para ver a uno de mis compañeros de equipo corriendo hacia mí, con una
gran sonrisa en su tonto rostro. Jace Hendrix es un dolor en el trasero, pero
generalmente es un buen chico. Jamás me ha hecho daño, pero no era
como si alguno de ellos, alguna vez, lo hubiera hecho.
—Hola. —Agito una mano hacia él y las meto dentro de los bolsillos
de mi chaqueta, esperando hasta que se detiene en frente de mí.
—Ha pasado un largo tiempo sin verte —dice Jace—. Como que
desapareciste después de aquel último fracaso.
Hago una mueca de dolor. Aquel último fracaso había sido mi culpa.
—Me estaba sintiendo algo jodido sobre eso —confieso.
Maldición, no puedo creer que acabo de admitir mis fracasos, pero
Jace no parece molesto.
—Sí, tú y todos los demás, hombre. Escucha, ¿qué harás este fin de
semana?
La manera en que Jace le resta importancia a mi declaración…
mierda, la manera en que acuerda con ella, me deslumbra.
—¿Por qué?
—Es el cumpleaños de Logan. Se hará en el nuevo restaurante que
acaba de abrir a unas cuadras. ¿Has oído de él? —Jace parece
emocionado, está literalmente saltando sobre sus pies y me pregunto qué
diablos está pasando.
—Vagamente. —Me encojo de hombros. Como si me importara. Lo
último que quiero es ser sociable.
Pero entonces las palabras de la doctora Harris resuenan dentro de
mi cabeza. Cómo quiere que estire el brazo. Y actúe como una persona
normal.
—La fiesta será allí. Tiene un cuarto privado y todo. No he ido
todavía, pero escuché que las camareras son preciosas, que las bebidas
son deliciosas y llenas de alcohol, y los padres de Logan concertaron un
cuarto privado. Hay un rumor de que puede que hayan sido contratadas
strippers para este evento trascendental. Logan va a cumplir veintiuno, así
que queremos que se vuelva completamente loco. —Jace bambolea sus
cejas.
—Suena genial —miento. Suena como a tortura. Pero necesito ir. Al
menos, hacer una rápida aparición, y luego huir. Puedo reportarle a mi
psiquiatra lo que hice, y ella podría darme una estrella dorada por hacer el
esfuerzo.
—¿Irás? —Jace luce sorprendido y yo sé por qué. Raramente hago
algo con los chicos, especialmente durante los últimos meses, desde que
he sido como un fantasma.
—Estaré allí. —Asiento, inseguro de cómo voy a conseguir la energía
para hacer una aparición, pero tengo que hacerlo.
—¿Sí? ¡Genial! No puedo esperar a decirles a los chicos. Te hemos
extrañado. No te hemos visto por un tiempo y todos sabemos lo difíciles
que fueron esos últimos partidos para ti. Fueron difíciles para todos. —La
expresión de Jace es solemne y por un minuto me pregunto si está jugando
conmigo.
Pero luego me doy cuenta de que es sincero. Es gracioso cómo
tomé la completa responsabilidad por aquellas pérdidas, cuando apuesto
a que cada uno de los chicos en mi equipo probablemente hizo lo mismo.
—Dile a los chicos que no puedo esperar para verlos. —Las palabras
caen fácilmente de mis labios porque son la verdad. Necesito dejar de
regodearme en mi propia miseria. Tengo que dejar de preocuparme por
mi pasado, por mi padre, la perra de mi madrastra y la niña pequeña que
murió porque yo estaba muy ocupado luchando con su madre, diciéndole
que mantuviera sus malditas manos fuera de mí.
Ese es el único arrepentimiento que tengo, que jamás le expliqué a
(_TN) exactamente todo lo que pasó ese día. Sé que asume que estaba
ocupado follándome a Adele. Yo pensaría lo mismo. Pero ese fue el día en
que le dije que ya no volvería a pasar. Que lo que sea que fuera a intentar,
no estaba interesado. Que había terminado. Ese fue el día en que me
liberé.
Y también el día que me volví un prisionero de mi propia culpa.
Para siempre.
—Nos vemos, Nick . —Jace agita una mano y se da la vuelta,
silbando mientras se aleja.
Permanezco arraigado en el lugar,
observándolo hasta que es una mancha de nada en la distancia,
deseando como loco poder ser así de despreocupado. Que mis mayores
preocupaciones sean mis notas, en qué próxima chica podría poner mis
manos, y en lo emocionado que estaba por la gran fiesta que se
acercaba en unos días.
Tal vez, sólo tal vez podría perderme a mí mismo en lo cotidiano por
un rato. Hacer de cuenta que no importa nada más que los amigos, la
universidad y las fiestas. La doctora dice que no puedo seguir adelante
hasta no enfrentarme al pasado.
¿Pero qué demonios sabe ella?
" A veces tienes que estar solo para estar seguro de que puedes estarlo."—Anonimo
2/2
(_TN)
Dos meses. No lo he visto ni oído hablar de él en dos jodidos
meses. Quiero decir, ¿quién le hace eso a una persona?
¿Quién pasa la semana más intensa de su vida con otro ser
humano, comparte sus pensamientos más íntimos, sus locuras, sus secretos
más oscuros, tiene relaciones sexuales, y estamos hablando de sexo
increíble y estremecedor, le deja una nota que dice ―Te Amo‖ y luego
desaparece? Te voy a decir quién.
Nick ―lo voy a golpear en las bolas la próxima vez que lo vea”
Jonas .
He seguido adelante. Bueno, eso me digo. Pero el tiempo no se
detiene sólo porque mi corazón lo haga, así que tengo que hacerme
cargo de mis responsabilidades. He estirado bastante bien los tres mil
dólares que gané por mi semana pretendiendo ser la novia idiota. Sigo
teniendo un poco de dinero en mi cuenta de ahorro. Le compré a mi
hermano Owen algunos regalos nuevos de Navidad. Y también tengo algo
para mamá.
Ella no compró nada para nosotros. Ni una cosa. Owen me regaló un
recipiente poco profundo que hizo en su clase de cerámica. Estaba tan
orgulloso de dármelo. Un poco avergonzado también, especialmente
cuando me mostré tan efusiva al respecto. Él lo había envuelto en papel
navideño y todo. Me quedé asombrada de que se tomara el tiempo de
realmente hacer algo para mí. Lo mantengo en mi ropero y pongo mis
aretes en él.
Por lo menos, alguien se preocupa por mí, ¿sabes?
A mamá no le dio nada. Lo que, mostrando la bruja que soy, me
complació sin fin.
Enero es supuestamente un mes de curación. Año nuevo. Metas
nuevas, resoluciones, o como quieras llamarlas, dónde una persona debe
de tener esperanzas sobre todo ese territorio desconocido que se extiende
ante ellos. Traté, con todas mis fuerzas, de ser positiva cuando llegó Año
Nuevo, pero lloré. El reloj dio las doce y yo estaba completamente sola, las
lágrimas se deslizaron por mi rostro mientras miraba el conteo en la
televisión. Lamentable. Una chica solitaria, sorbiendo en su camiseta,
perdiendo al chico que ama.
La mayor parte del mes se ha ido y eso está bien. Pero la realización
me golpea el último día. En lugar de temer cada nuevo día, tengo que
saborearlo. Tengo que averiguar lo que voy a hacer con mi vida, y luego
hacerlo realidad. Me iría si pudiera, pero no puedo abandonar a Owen. Sin
mí, no tengo ni idea de lo que le sucedería, y no puedo correr el riesgo.
Así que me quedo. Me comprometo a hacer lo mejor de esta vida
que tengo. Estoy cansada de vivir en la miseria.
Estoy cansada de sentir lástima por mí misma. Estoy cansada de
querer sacudir a mi madre y hacerle ver que tiene hijos por los que debe
preocuparse. Ah, y que también tiene que encontrar un trabajo. Dormir
todo el día y estar de fiesta toda la noche con Larry el Perdedor no es la
manera de hacerle frente.
Y estoy cansada de llorar la pérdida de un hermoso y jodido hombre
que atormenta mis pensamientos donde quiera que vaya.
Sí, estoy enferma de eso.
Empujando todos los pensamientos de mi cabeza, voy a la cabina
donde un cliente está esperando para que tome su orden. Llegó hace
unos minutos, una ráfaga de un hombre alto moviéndose rápido, vestido
muy bien para un paseo a media tarde de jueves en La Salle. El bar está
animado por la noche, lleno de universitarios que beben hasta perderse.
¿Pero durante el día? Mayormente hay vagos perdedores que no tienen
otro lugar a donde ir, y alguna persona que de vez en cuando viene a
comer. Las hamburguesas son decentes, así que es un empate.
—¿Qué te sirvo? —pregunto cuando me paro junto a la mesa, con la
cabeza inclinada mientras reviso mi libreta de pedidos.
—Tu atención, ¿tal vez?
Su pregunta se hace en una profunda y aterciopelada voz que me
obliga a levantar la vista de la libreta.
Los ojos más azules que he visto jamás están frente a mí. Más azules
que los de Nick , si eso es posible.
—Um, lo siento. —Le ofrezco una sonrisa tentativa. Al instante me
pone nerviosa. Es muuuuy guapo. Más que hermoso, con el cabello rubio
que cae sobre su frente y la clásica estructura ósea. Mandíbula fuerte,
pómulos afilados, y nariz recta. Él podría haber salido de un cartel
publicitario—. ¿Estás listo para ordenar?
Sonríe, mostrando unos dientes blancos. Sujeto mis labios juntos para
evitar que caigan abiertos. No sabía que los hombres podían ser tan
atractivos. Quiero decir, Nick es precioso, no puedo mentir a pesar de que
estoy furiosa con él, pero este tipo… Pone a todos los demás hombres en
vergüenza. Su rostro es condenadamente perfecto.
—Voy a tomar una cerveza rubia. —Chasquea su barbilla hacia el
menú andrajoso frente a él—. ¿Algo en el menú que me recomiendes?
Tenía que estar bromeando. Más allá de las hamburguesas, no le
recomendaría a este espécimen de hombre ideal ninguna cosa que La
Salle ofreciera. El cielo no deje que le ocurra algo. —¿Para qué estás de
humor? —pregunto, mi voz débil.
Levantando una ceja, él toma el menú y lo mira por encima, su
mirada se reúne con la mía. —¿Nachos?
Sacudo mi cabeza. —La carne rara vez está bien cocinada. —Era
más como una cosa rosada. Asqueroso.
—¿Pieles de papa? —Hace una mueca.
Le devuelvo la mueca. —Tan de los noventas, ¿no crees?
—¿Qué hay de las alitas de pollo?
—Si quieres que tu boca se quede permanentemente prendida en
fuego… Escucha. —Miro alrededor asegurándome de que nadie, como mi
jefe, esté cerca—. Si quieres algo de comer, te sugiero el café de la
esquina. Tienen excelentes sándwiches.
El ríe y sacude su cabeza. El sonido rico y vibrante, me estremece
calentando mi piel, seguido por una gran dosis de cautela. Yo no
reacciono así a los chicos. La única persona que me hacía sentir de esta
manera era Nick . Y él no está alrededor… Así que, ¿por qué lo pienso
tanto?
¿Tal vez porque todavía estoy enamorada de él, como una especie
de idiota?
Me deshago de la vocecita persistente en la parte trasera de mi
cerebro, que aparece en los momentos menos indicados.
—Me gusta tu honestidad —dice el hombre, su mirada de azul frío
inspeccionándome—. Entonces sólo tomaré cerveza.
—Decisión inteligente. —Asiento—. Ya vuelvo.
Me dirijo a la parte trasera de la barra, tomando una botella de
cerveza rubia, levanto la vista y encuentro al chico mirándome. No mira
hacia otro lado, lo cual me hace sentir incómoda. Él no me está mirando
como un pervertido. Sólo es muy… observador.
Es desconcertante.
Un hilo de ira destella dentro de mí. ¿Acaso tengo un cartel invisible
alrededor de mi cuello? ¿Uno que dice: ―Oye, soy Fácil”? Porque no lo soy.
He cometido algunos errores, buscando atención en los lugares equivo-
cados, pero no es como si tuviera las tetas y el culo a la vista. No me
pongo nada en la cadera para que se note, no empujo mis pechos para
que salgan, como un montón de chicas lo hacen.
Así que, ¿por qué cada chico que encuentro parece mirarme como
si fuera un pedazo de carne?
Decidiendo que he tenido suficiente de esa mierda, voy hacia su
mesa y dejo la cerveza frente a él con un ruido fuerte. Estoy a punto de
marcharme sin decir ni una palabra, deseando que se joda, cuando
pregunta—: ¿Cuál es tu nombre?
Miro sobre mi hombro. —¿Te importa? —Oh, soy una perra.
Realmente podría enojar a este chico y hacer que me despidieran. No sé
lo que me pasa.
Una vez más, estoy como mi mamá. Ella saboteó su trabajo con su
bebida y terrible actitud. Al menos, yo sólo tengo la mala actitud.
Si pudiera patear mi propio trasero lo estaría haciendo justo ahora.
Él sonríe y se encoge de hombros, como si mi estúpido comentario
no lo hubiera molestado. —Tengo curiosidad.
Volteándome completamente, lo enfrento, estudiándolo tanto como
él me estudia. Sus largos dedos se envuelven alrededor de la botella, el
otro brazo descansa sobre la mesa llena de cicatrices y arañazos. Toda su
forma es relajada, fácil, y mis defensas bajan lentamente.
—Es (_TN) —admito, preparándome para su reacción. He oído
interminables chistes y comentarios groseros desde que tengo memoria.
Pero él no me da un mal rato. Su expresión se mantiene neutral. —
Encantado de conocerte, (_TN) . Soy Colin.
Asiento con la cabeza, sin saber qué más decir. Él me relaja tanto
como me sacude, lo que me deja confundida. Y definitivamente no
encaja en este bar. Está vestido muy bonito, tiene un aire de autoridad,
como si estuviera por encima de todo, y probablemente lo está. Huele a
clase y dinero.
Pero no está actuando como debe, como un idiota. He sido tan
grosera con él. Lleva la botella de cerveza a sus labios, tomando un trago,
y miro descaradamente. Es guapo. Es arrogante. Y es un problema.
No quiero tener nada que ver con él.
—Así que, (_TN) —dice una vez que ha terminado la mitad de su
cerveza—. ¿Puedo preguntarte algo?
Arrastrando los pies, miro alrededor del bar. Nadie nos está
prestando atención. Podría estar aquí parada hablando con el misterioso
cliente Colin por quince minutos y nadie protestaría. —Claro.
—¿Qué hace una mujer como tú, trabajando en un bar de mierda
como este?
—¿Qué hace un tipo como tú ordenando una cerveza en un bar de
mierda como este? —replico, momentáneamente insultada. Pero luego
me doy cuenta de que… Me está haciendo un cumplido. Y se refirió a mí
como a una mujer. Nadie hace eso. Yo no hago eso.
Inclina su cerveza hacia mí, haciendo un brindis. —Touché. ¿Te
sorprendería si dijera que vine a buscarte?
¿Sorprendida? Más como totalmente asustada. —Ni siquiera te
conozco. ¿Cómo puedes estar buscándome?
—Debería reformular eso. Vine aquí con la esperanza de encontrar a
alguien a quien pudiera robarme. —Levanto mi ceja y él ríe—. Soy dueño
de un nuevo restaurante en el pueblo. El Distrito. ¿Has oído sobre él?
Lo había hecho. Algún lugar nuevo y caro, que recibe a los chicos
ricos de la universidad, quienes tienen una fuente inagotable de dinero
para comer, beber y divertirse. Así que no es para nada mi escena. —Sí.
—¿Has estado allí?
Lentamente sacudo mi cabeza. —No.
Recostándose en el asiento, me estudia, sus parpados pesados
conforme hace una lenta lectura de… mí. Ahora me pone totalmente
fuera de control y puedo sentir mis mejillas arder de vergüenza. El hombre
es una especie de idiota.
Siempre he tenido algo por los idiotas.
—Ven conmigo al restaurante esta noche. Te voy a mostrar todo. —
Su boca se curva en una sonrisa y me tienta.
Pero también he renunciado a los hombres, así que sé que es una
mala idea. —Gracias, pero no me interesa.
—No te estoy tratando de invitar a una cita, (_TN) —dice en voz
baja, con los ojos brillantes. Doy un paso hacia atrás mirando alrededor.
Tengo que alejarme de este tipo. Rápido. Pero sus palabras me detienen
en seco—. Estoy tratando de ofrecerte un trabajo.
(Nick)
—Hablemos sobre (_TN) .
Me pongo tenso, pero asiento con la cabeza. Hago mi mejor
esfuerzo para parecer neutral, como si nuestro nuevo tema de discusión no
me molestara.
—¿Qué quiere saber?
Mi psiquiatra me observa, su cuidadosa mirada es directa.
—Todavía te molesta oír su nombre.
—No, no lo hace —miento. Trato de parecer tranquilo, pero mis
entrañas están revueltas. Temo y saboreo oír el nombre de (_TN) . Quiero
verla. Necesito verla.
No puedo ir hacia ella. Y, claramente, ella ya me superó. Merezco
que se rinda. Yo me di por vencido primero, ¿verdad?
Es más como si te hubieras rendido contigo mismo.
—No tienes que mentirme, Nick . Está bien si todavía es difícil. —La
doctora Sheila Harris hace una pausa, golpeteando su dedo índice contra
su barbilla—. ¿Has considerado intentar verla?
Sacudo la cabeza. Lo considero todos los días, cada minuto de mi
vida, pero mis consideraciones son inútiles.
—Me odia.
—No sabes eso.
—Sé que me odiaría a mí mismo por lo que hice, si fuera ella. Me
encerré, y la dejé afuera, como hago siempre. Ella me rogó una y otra vez
que no lo hiciera. Que estaría allí sin importar lo que pasara. —Y aún así la
dejé. Con únicamente una estúpida nota que me tomó demasiado tiempo
escribir, llena de un mensaje secreto que mi hermosa e inteligente chica
descubrió al instante.
Pero no es mi chica. No puedo reclamarla. La ignoré. Y ahora...
La he perdido.
—Entonces, ¿por qué la dejaste afuera? Jamás me has dicho,
¿sabes?
Mi psicóloga ama hacerme las preguntas difíciles, pero ese es su
trabajo. Todavía odio responderlas.
—Es la única manera que conozco de salir adelante —admito. La
verdad me golpea en el rostro a diario. Siempre corro.
Es mucho más fácil.
Busqué a la doctora Harris por mí mismo. Nadie más me empujó a
hacerlo. Luego de que volviéramos a Carmel, luego de que abandonara a
(_TN) y le dejara esa nota de mierda, me metí en mí mismo más que
nunca. Jodí mi juego. Jodí mis notas. El receso de invierno llegó y salí
corriendo. Literalmente salí corriendo a alguna loca cabaña en el medio
del bosque que le había alquilado a una linda pareja de ancianos en Lake
Tahoe.
¿Mi plan? Hibernar como un oso. Apagar el celular, refugiarme en mí
mismo y descifrar toda mi mierda. Sin embargo, no anticipé lo duro que
sería estar solo con mis pensamientos. Mis recuerdos, ambos, los buenos y
los malos, me perseguían. Pensaba en la bomba que me había tirado mi
madrastra, Adele. Pensaba en mi papá y lo mucho que la verdad, si es
que ella no mintió, lo afectaría. Pensaba en mi hermanita Vanessa y cómo
murió. Cómo podría no ser mi hermanita, después de todo...
Más que nada, pensaba en (_TN) . Lo molesta que había estado
cuando aparecí en su puerta, pero aún así me dejó entrar. La manera en
que la toqué, cómo ella me tocó, la forma en que siempre parecía romper
mis barreras y ver mi verdadera persona. Dejé que entrara. Quería dejarla
entrar.
Y luego la abandoné. Con una nota que fue inútilmente traducida
porque ella intentó hasta lo imposible para rescatarme y yo no la dejé. Me
mandó exactamente dos mensajes de texto. El segundo me sorprendió,
porque sabía que ella era terca, y supuse que se rendiría luego de que no
lo respondiera.
Sin embargo, ¿cómo podía responderlo? Ella dijo todas las cosas
correctas. Y yo habría dicho todas las incorrectas. Así que era mejor no
decir nada en absoluto.
También me dejó un mensaje de voz. Todavía lo tengo. A veces,
cuando me siento realmente jodido, lo escucho. Oigo su suave voz al
borde de las lágrimas, esas increíbles palabras que me dice. Para cuando
termina el mensaje, mi corazón literalmente duele.
Es una tortura escucharlo y aún así tampoco puedo obligarme a
borrarlo. El sólo saber que está allí, que por un último minuto ella en verdad
se preocupaba, es mejor que borrar esas palabras, su voz, y hacer de
cuenta que ella no existe.
—Espero ayudarte con eso. Tu mecanismo para salir adelante —dice
la doctora Harris, sacándome de mis pensamientos—. Sé lo mucho que
significa (_TN) para ti. Y espero que, eventualmente, vayas con ella y le
digas que lo sientes.
—¿Qué pasa si no lo siento? —Lanzo las palabras, pero no tienen
sentido. Lo siento tanto que no puedo comenzar a explicar lo jodido que
estoy.
—Entonces ese es otro tema con el que tendremos que lidiar —dice
gentilmente.
Sigue así por otros quince minutos, y entonces finalmente hago mi
escape, saliendo a la fría y clara tarde de invierno. El sol es cálido en mi
piel a pesar de la temperatura, y comienzo a bajar por el camino,
dirigiéndome a dónde aparqué mi camioneta. La oficina de Harris está en
el centro, en un edificio soso, y espero como el infierno no ver a nadie que
conozca. El campus de la universidad está a tan sólo unas cuadras de
distancia, y los estudiantes pasan por las pequeñas tiendas, cafeterías y
bares que se alinean en la calle.
No es como si tuviera muchos amigos, pero demonios, a todos les
gusta pensar que me conocen. Nadie lo hace realmente. Con excepción
de una persona.
—¡Oye, Jonas , espera!
Haciendo una pausa, levanto la mirada por encima de mi hombro
para ver a uno de mis compañeros de equipo corriendo hacia mí, con una
gran sonrisa en su tonto rostro. Jace Hendrix es un dolor en el trasero, pero
generalmente es un buen chico. Jamás me ha hecho daño, pero no era
como si alguno de ellos, alguna vez, lo hubiera hecho.
—Hola. —Agito una mano hacia él y las meto dentro de los bolsillos
de mi chaqueta, esperando hasta que se detiene en frente de mí.
—Ha pasado un largo tiempo sin verte —dice Jace—. Como que
desapareciste después de aquel último fracaso.
Hago una mueca de dolor. Aquel último fracaso había sido mi culpa.
—Me estaba sintiendo algo jodido sobre eso —confieso.
Maldición, no puedo creer que acabo de admitir mis fracasos, pero
Jace no parece molesto.
—Sí, tú y todos los demás, hombre. Escucha, ¿qué harás este fin de
semana?
La manera en que Jace le resta importancia a mi declaración…
mierda, la manera en que acuerda con ella, me deslumbra.
—¿Por qué?
—Es el cumpleaños de Logan. Se hará en el nuevo restaurante que
acaba de abrir a unas cuadras. ¿Has oído de él? —Jace parece
emocionado, está literalmente saltando sobre sus pies y me pregunto qué
diablos está pasando.
—Vagamente. —Me encojo de hombros. Como si me importara. Lo
último que quiero es ser sociable.
Pero entonces las palabras de la doctora Harris resuenan dentro de
mi cabeza. Cómo quiere que estire el brazo. Y actúe como una persona
normal.
—La fiesta será allí. Tiene un cuarto privado y todo. No he ido
todavía, pero escuché que las camareras son preciosas, que las bebidas
son deliciosas y llenas de alcohol, y los padres de Logan concertaron un
cuarto privado. Hay un rumor de que puede que hayan sido contratadas
strippers para este evento trascendental. Logan va a cumplir veintiuno, así
que queremos que se vuelva completamente loco. —Jace bambolea sus
cejas.
—Suena genial —miento. Suena como a tortura. Pero necesito ir. Al
menos, hacer una rápida aparición, y luego huir. Puedo reportarle a mi
psiquiatra lo que hice, y ella podría darme una estrella dorada por hacer el
esfuerzo.
—¿Irás? —Jace luce sorprendido y yo sé por qué. Raramente hago
algo con los chicos, especialmente durante los últimos meses, desde que
he sido como un fantasma.
—Estaré allí. —Asiento, inseguro de cómo voy a conseguir la energía
para hacer una aparición, pero tengo que hacerlo.
—¿Sí? ¡Genial! No puedo esperar a decirles a los chicos. Te hemos
extrañado. No te hemos visto por un tiempo y todos sabemos lo difíciles
que fueron esos últimos partidos para ti. Fueron difíciles para todos. —La
expresión de Jace es solemne y por un minuto me pregunto si está jugando
conmigo.
Pero luego me doy cuenta de que es sincero. Es gracioso cómo
tomé la completa responsabilidad por aquellas pérdidas, cuando apuesto
a que cada uno de los chicos en mi equipo probablemente hizo lo mismo.
—Dile a los chicos que no puedo esperar para verlos. —Las palabras
caen fácilmente de mis labios porque son la verdad. Necesito dejar de
regodearme en mi propia miseria. Tengo que dejar de preocuparme por
mi pasado, por mi padre, la perra de mi madrastra y la niña pequeña que
murió porque yo estaba muy ocupado luchando con su madre, diciéndole
que mantuviera sus malditas manos fuera de mí.
Ese es el único arrepentimiento que tengo, que jamás le expliqué a
(_TN) exactamente todo lo que pasó ese día. Sé que asume que estaba
ocupado follándome a Adele. Yo pensaría lo mismo. Pero ese fue el día en
que le dije que ya no volvería a pasar. Que lo que sea que fuera a intentar,
no estaba interesado. Que había terminado. Ese fue el día en que me
liberé.
Y también el día que me volví un prisionero de mi propia culpa.
Para siempre.
—Nos vemos, Nick . —Jace agita una mano y se da la vuelta,
silbando mientras se aleja.
Permanezco arraigado en el lugar,
observándolo hasta que es una mancha de nada en la distancia,
deseando como loco poder ser así de despreocupado. Que mis mayores
preocupaciones sean mis notas, en qué próxima chica podría poner mis
manos, y en lo emocionado que estaba por la gran fiesta que se
acercaba en unos días.
Tal vez, sólo tal vez podría perderme a mí mismo en lo cotidiano por
un rato. Hacer de cuenta que no importa nada más que los amigos, la
universidad y las fiestas. La doctora dice que no puedo seguir adelante
hasta no enfrentarme al pasado.
¿Pero qué demonios sabe ella?
_____________________________________________________________________________________________________
Continuara
mis chicas les deje el capitulo biiiiien largo okis espero q lo hallan disfrutado...
Continuara
mis chicas les deje el capitulo biiiiien largo okis espero q lo hallan disfrutado...
ElitzJb
Re: Segunda Oportunidad (novio) Nick y __TN (TERMINADA)
cielooosss..... nick necesita visitar al doctor flynn!!!!!... jejejejejeje y ya se viene el reencuentroooo!!!!!....
chelis
Re: Segunda Oportunidad (novio) Nick y __TN (TERMINADA)
ahh ojala que ese trabajo nuevo se bueno para la rayiz!!
Nicholas eres un bruto! Como la dejaste??!!
Siguela!!
Nicholas eres un bruto! Como la dejaste??!!
Siguela!!
aranzhitha
Página 15 de 23. • 1 ... 9 ... 14, 15, 16 ... 19 ... 23
Temas similares
» UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD PARA AMAR (Liam payne Y tu)(1°TEMPORADA) ( TERMINADA)
» My Destiny (Nick y Tu) Segunda Temporada TERMINADA
» Segunda Oportunidad ♥ -HarryJudd&Tú-
» Segunda Oportunidad (Harry y _____)
» Segunda y última oportunidad. {Joe Jonas}
» My Destiny (Nick y Tu) Segunda Temporada TERMINADA
» Segunda Oportunidad ♥ -HarryJudd&Tú-
» Segunda Oportunidad (Harry y _____)
» Segunda y última oportunidad. {Joe Jonas}
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 15 de 23.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.