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Segunda Oportunidad (novio) Nick y __TN (TERMINADA)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Segunda Oportunidad (novio) Nick y __TN (TERMINADA)
12
Día 6 (viernes Negro), 8:00 am
(Parte II)
2/4
(TN)
Es tan frío afuera y sombrío, el cielo lleno de nubes oscuras,
premonitorias y el viento siempre presente. Tiro de mi abrigo
apretándolo a mí alrededor, siguiendo a Nick mientras caminamos a
través del cementerio. Está tomando un camino ventoso a través de las
lápidas y trato duramente de no mirarlas, pero no puedo resistir. Algunas
de ellas son hermosas, con imágenes reales sobre los mismos, mensajes
desgarradores e incluso estatuas.
Y flores. Flores por todas partes, verdaderas y falsas, brillantes y
alegres, oscuras y sombrías. Algunas incluso tienen temas de
vacaciones.
Veo los restos de cinta de Halloween, un montón de colores
otoñales. Rojizos, naranjas y amarillos.
Me sentí mejor, viendo todo el color, los bancos que la gente
pone ahí para pasar realmente tiempo con los seres queridos que han
perdido. vida.
La muerte es una cosa terrible, pero también es una parte de la
No me gusta pensar en ello, nuestra mortalidad.
Es más fácil fingir que vamos a vivir para siempre.
—Aquí es.
La voz profunda y sombría de Nick , me hace levantar la mirada y
veo que está parado justo delante de una lápida pequeña que se
encuentra cerca de la tierra.
Poco a poco me acerco, deteniéndome justo a su lado y dejo
que mi mirada se asiente en las palabras escritas sobre la piedra:
Vanessa Adele Jonas
Nacida el 30 de septiembre 2007
Muerta el 27 de noviembre 2010
Por siempre en nuestros corazones...
Había una pequeña imagen de Vanessa en la esquina superior
derecha. Su pelo era oscuro, como el de Nick , tiene una gran sonrisa
en su rostro y sus ojos azules brillan.
Era adorable.
Miro a Nick y lo veo mirando su foto, con las manos en los bolsillos
de su chaqueta, su sombría expresión. Lleno de tristeza. Quiero
consolarlo, atraerlo a mis brazos y susurrarle que todo va a estar bien,
pero no siento que sea mi lugar…
Además, tiene que hacer esto. Me lo dijo en el camino. Quería un
momento en el que no hiciera nada más que mirar a su tumba y pensar
en ella. Hablar con ella en su mente.
Acepté porque ¿quién soy yo para juzgar su manera de estar de
luto? Todos pasamos por el duelo de manera diferente. Personalmente,
no me gustaría venir aquí, especialmente desde que su hermana murió
a una edad tan joven.
La curiosidad se apoderó de mí de nuevo y traté de ignorarla.
Tengo muchas ganas de saber cómo murió. No sé por qué me molesta
tanto, pero todos los miembros de esta familia son tan
condenadamente reservados sobre todo. Este pequeño detalle es
importante y quiero saber.
Tengo que saber.
Un suspiro tembloroso sale de Nick y no puedo soportarlo más.
Acercándome a él, lo agarro del brazo y lo aprieto, queriendo
que sepa que estoy ahí para él si necesita algo. Me arrastra más cerca,
su brazo va alrededor de mis hombros y lo siguiente que sé, es que me
abraza, su cara enterrada en mi cabello, su brazo tan apretado a mí
alrededor, que me cuesta respirar.
Pero lo dejo pasar. Necesita esta comodidad. Yo también.
—Es mi culpa —le oigo murmurar contra mi cabello—. Estaba
vigilándola, mientras mi padre recibió una llamada telefónica. Y
entonces... entonces me fui.
Una sensación espinosa roza mi espalda y trato de mantenerme
relajada para que no se dé cuenta que lo que ha dicho me perturba.
Sin embargo, quiero que sea abra conmigo, no se cierre.
—Fue un accidente. —No tengo ni idea, ya que nadie me ha
dicho, pero parece la cosa correcta de decir—. No fue culpa de nadie.
—No. —Me aparta de él, sus ojos azules ardiendo mientras me
mira fijamente. Su cuerpo vibra con emoción y pasa una mano
temblorosa por su cabello.
—¿Te dijo Adele lo que pasó? ¿Lo hizo?
—Yo… no. —Niego con la cabeza, jadeando cuando me agarra
por los hombros y me da una pequeña sacudida.
—No me dijo nada. Sólo que murió.
Me aparta, maldiciendo en voz baja y me tropiezo, aturdida
porque me trate de esa manera. Se está alejando, con la cabeza hacia
abajo, sus pisadas rápidas y lo sigo, confundida y enojada, y de repente
deseando que nunca hubiera venido con él a este lugar horrible,
deprimente.
—¿A dónde vas? —grito, jadeando y resoplando contra el viento
y el frío, enojada de que sus largas piernas le dan tal ventaja.
—Necesito estar solo.
—Dame un respiro —murmuro, incrementando mi velocidad—. No
puedes evitar la mala mierda para siempre, sabes, le digo.
Se da la vuelta hacia mí, con el rostro torcido por tanta emoción
conflictiva, es como si fuera una persona diferente.
—No me conoces. No evito la mala mierda. ¡Joder, la vivo cada
día de mi vida!
Estoy sorprendida por su arrebato, una vez más un espectáculo
de emoción. A pesar de que está tomando toda su ira y confusión en
mí, esto tiene que ser bueno para él, ¿no?
—No tienes que lidiar con eso por ti mismo, sabes. Está bien llorar y
hablar de ella.
—Me duele y estoy lleno de culpa. Es mi culpa que mi hermanita
se metiera dentro de la zona de la piscina y se ahogara. Se suponía que
debía estar fuera y mirarla pero no lo hice. Creí que la puerta estaba
cerrada. —Empuja ambas manos por su cabello, agarrando los
mechones oscuros mientras mira fijamente sin verme.
—Es mi culpa y su culpa.
—¿Su culpa? ¿Te refieres a Vanessa? —¡Era prácticamente un
bebé! ¿Cómo podía decir eso?
—No, joder, por supuesto que no. Su culpa. Dios. —Su voz se
engancha en un sollozo y me doy cuenta de las lágrimas corriendo por
sus mejillas. Al verlas, al verlo tan angustiado hace que me duela el
corazón, pero tengo miedo de ir a él. Asustada que sólo me aparte y no
puedo soportar la idea de eso. Él llorando solo, pensando que de
alguna manera es su culpa y quien quiera que sea el otro.
Estoy tan confundida. Y ¿honestamente?
Tengo miedo de preguntar.
—Dime lo que pasó —exijo, decidiendo ser valiente y enfrentar
esto—. ¿Cómo murió tu hermana?
Nick limpia con furia su rostro, desterrando las lágrimas mientras
nos dirigimos hacia la tumba de Vanessa. Le doy un momento, sentado
en un banco cercano. Las ramas de los árboles por encima de mi
cabeza ondean con el viento y me estremezco por debajo de mi abrigo
demasiado delgado, observándolo mientras empieza a caminar justo
en frente de mí.
—Yo estaba afuera. Pasándola bien con papá y disfrutando del
sol. Este descanso de Acción de Gracias, era más caliente de lo normal,
y estaba en la cima después de hacerlo bien durante mi primer año en
el equipo. —Su voz se apaga y se ve perdido en sus pensamientos—.
Adele se había ido casi todo el día, haciendo compras para Navidad.
Le pidió a mi papá que vigilara a Vanessa y jugáramos con ella. Había
corrido de acá para allá a través del patio trasero, riéndose tontamente
sin parar. Le tomó un tiempo tomarme cariño, ¿sabes? Porque no
estaba en casa mucho tiempo, pero siempre la convencía.
No digo nada, dejando que se tome su tiempo para contar esta
historia. Tiene que sacarlo, no importa lo doloroso que debe ser para él
volver a vivir el día. Prefiero consolarlo y decirle que hablaremos en otro
momento, pero ¿cuándo?
—Mi padre recibió una llamada. Había estado trabajando en una
gran fusión que le había llevado meses armar y tuvo que tomar la
llamada. Me dijo que tenía que vigilar a Vanessa, nunca dejarla fuera
de mi vista y, por supuesto, le dije que lo haría. —Soltó un suspiro
tembloroso y cerró los ojos—. Jugó al escondite conmigo y nos reíamos,
me burlaba de ella. Sabía que mi papá no estaba muy lejos, le oía
hablar por teléfono. Adele estaba de repente en la puerta y me pidió...
me pidió que entrara con ella. Le dije que no podía, que tenía que
vigilar a Vanessa y me convenció de que Vanessa estaría bien. Mi
padre estaba allí. Y estaba, te lo juro que estaba ahí. Así que entré y... y
Vanessa de alguna manera entro dentro de la zona cerrada que rodea
la piscina y se cayó. Resulta que mi papá había ido a la parte delantera
de la casa, pero no lo sabía entonces. No se dio cuenta que dejé a
Vanessa sola. Pensé que la cuidaba y él pensó que yo la cuidaba...
Nick se vino abajo. Literalmente cayó al suelo de rodillas frente a
la tumba de su hermana, con los hombros temblorosos mientras se
encorvó sobre la lápida como si estuviera rezando.
—Lo siento. Lo jodi y estoy malditamente arrepentido.
Fui hacia él. Me puse de rodillas y envolví mis brazos alrededor de
él lo mejor que pude. Se volvió hacia mí, lanzando sus brazos alrededor
de mi cuello y apretando su cara contra mi pecho. Podía sentir la
humedad de sus lágrimas contra mi piel y acaricié su cabeza, mis dedos
enredados en su cabello mientras hice mi mejor esfuerzo para calmarlo.
Nos sentamos así durante mucho tiempo, en silencio. Su cuerpo
temblaba de emoción mientras lloraba en silencio en mi contra. Lo dejé,
sintiendo las lágrimas y la tristeza dentro de mí también y lloré con él.
Lágrimas silenciosas que me limpiaron, me conectó con Nick mientras
sentí su crudeza, que abarca todo el dolor y pena.
Esto no era lo único que le molestaba, lo sé. Puedo sentir que hay
más, mucho más y que está frenando por miedo a que podría
enloquecer.
O peor aún, pensar mal de él.
Tiene que ver con Adele. Y creo que sé lo que es.
No estoy lista para enfrentarlo todavía.
Día 6 (viernes Negro), 8:00 am
(Parte II)
2/4
(TN)
Es tan frío afuera y sombrío, el cielo lleno de nubes oscuras,
premonitorias y el viento siempre presente. Tiro de mi abrigo
apretándolo a mí alrededor, siguiendo a Nick mientras caminamos a
través del cementerio. Está tomando un camino ventoso a través de las
lápidas y trato duramente de no mirarlas, pero no puedo resistir. Algunas
de ellas son hermosas, con imágenes reales sobre los mismos, mensajes
desgarradores e incluso estatuas.
Y flores. Flores por todas partes, verdaderas y falsas, brillantes y
alegres, oscuras y sombrías. Algunas incluso tienen temas de
vacaciones.
Veo los restos de cinta de Halloween, un montón de colores
otoñales. Rojizos, naranjas y amarillos.
Me sentí mejor, viendo todo el color, los bancos que la gente
pone ahí para pasar realmente tiempo con los seres queridos que han
perdido. vida.
La muerte es una cosa terrible, pero también es una parte de la
No me gusta pensar en ello, nuestra mortalidad.
Es más fácil fingir que vamos a vivir para siempre.
—Aquí es.
La voz profunda y sombría de Nick , me hace levantar la mirada y
veo que está parado justo delante de una lápida pequeña que se
encuentra cerca de la tierra.
Poco a poco me acerco, deteniéndome justo a su lado y dejo
que mi mirada se asiente en las palabras escritas sobre la piedra:
Vanessa Adele Jonas
Nacida el 30 de septiembre 2007
Muerta el 27 de noviembre 2010
Por siempre en nuestros corazones...
Había una pequeña imagen de Vanessa en la esquina superior
derecha. Su pelo era oscuro, como el de Nick , tiene una gran sonrisa
en su rostro y sus ojos azules brillan.
Era adorable.
Miro a Nick y lo veo mirando su foto, con las manos en los bolsillos
de su chaqueta, su sombría expresión. Lleno de tristeza. Quiero
consolarlo, atraerlo a mis brazos y susurrarle que todo va a estar bien,
pero no siento que sea mi lugar…
Además, tiene que hacer esto. Me lo dijo en el camino. Quería un
momento en el que no hiciera nada más que mirar a su tumba y pensar
en ella. Hablar con ella en su mente.
Acepté porque ¿quién soy yo para juzgar su manera de estar de
luto? Todos pasamos por el duelo de manera diferente. Personalmente,
no me gustaría venir aquí, especialmente desde que su hermana murió
a una edad tan joven.
La curiosidad se apoderó de mí de nuevo y traté de ignorarla.
Tengo muchas ganas de saber cómo murió. No sé por qué me molesta
tanto, pero todos los miembros de esta familia son tan
condenadamente reservados sobre todo. Este pequeño detalle es
importante y quiero saber.
Tengo que saber.
Un suspiro tembloroso sale de Nick y no puedo soportarlo más.
Acercándome a él, lo agarro del brazo y lo aprieto, queriendo
que sepa que estoy ahí para él si necesita algo. Me arrastra más cerca,
su brazo va alrededor de mis hombros y lo siguiente que sé, es que me
abraza, su cara enterrada en mi cabello, su brazo tan apretado a mí
alrededor, que me cuesta respirar.
Pero lo dejo pasar. Necesita esta comodidad. Yo también.
—Es mi culpa —le oigo murmurar contra mi cabello—. Estaba
vigilándola, mientras mi padre recibió una llamada telefónica. Y
entonces... entonces me fui.
Una sensación espinosa roza mi espalda y trato de mantenerme
relajada para que no se dé cuenta que lo que ha dicho me perturba.
Sin embargo, quiero que sea abra conmigo, no se cierre.
—Fue un accidente. —No tengo ni idea, ya que nadie me ha
dicho, pero parece la cosa correcta de decir—. No fue culpa de nadie.
—No. —Me aparta de él, sus ojos azules ardiendo mientras me
mira fijamente. Su cuerpo vibra con emoción y pasa una mano
temblorosa por su cabello.
—¿Te dijo Adele lo que pasó? ¿Lo hizo?
—Yo… no. —Niego con la cabeza, jadeando cuando me agarra
por los hombros y me da una pequeña sacudida.
—No me dijo nada. Sólo que murió.
Me aparta, maldiciendo en voz baja y me tropiezo, aturdida
porque me trate de esa manera. Se está alejando, con la cabeza hacia
abajo, sus pisadas rápidas y lo sigo, confundida y enojada, y de repente
deseando que nunca hubiera venido con él a este lugar horrible,
deprimente.
—¿A dónde vas? —grito, jadeando y resoplando contra el viento
y el frío, enojada de que sus largas piernas le dan tal ventaja.
—Necesito estar solo.
—Dame un respiro —murmuro, incrementando mi velocidad—. No
puedes evitar la mala mierda para siempre, sabes, le digo.
Se da la vuelta hacia mí, con el rostro torcido por tanta emoción
conflictiva, es como si fuera una persona diferente.
—No me conoces. No evito la mala mierda. ¡Joder, la vivo cada
día de mi vida!
Estoy sorprendida por su arrebato, una vez más un espectáculo
de emoción. A pesar de que está tomando toda su ira y confusión en
mí, esto tiene que ser bueno para él, ¿no?
—No tienes que lidiar con eso por ti mismo, sabes. Está bien llorar y
hablar de ella.
—Me duele y estoy lleno de culpa. Es mi culpa que mi hermanita
se metiera dentro de la zona de la piscina y se ahogara. Se suponía que
debía estar fuera y mirarla pero no lo hice. Creí que la puerta estaba
cerrada. —Empuja ambas manos por su cabello, agarrando los
mechones oscuros mientras mira fijamente sin verme.
—Es mi culpa y su culpa.
—¿Su culpa? ¿Te refieres a Vanessa? —¡Era prácticamente un
bebé! ¿Cómo podía decir eso?
—No, joder, por supuesto que no. Su culpa. Dios. —Su voz se
engancha en un sollozo y me doy cuenta de las lágrimas corriendo por
sus mejillas. Al verlas, al verlo tan angustiado hace que me duela el
corazón, pero tengo miedo de ir a él. Asustada que sólo me aparte y no
puedo soportar la idea de eso. Él llorando solo, pensando que de
alguna manera es su culpa y quien quiera que sea el otro.
Estoy tan confundida. Y ¿honestamente?
Tengo miedo de preguntar.
—Dime lo que pasó —exijo, decidiendo ser valiente y enfrentar
esto—. ¿Cómo murió tu hermana?
Nick limpia con furia su rostro, desterrando las lágrimas mientras
nos dirigimos hacia la tumba de Vanessa. Le doy un momento, sentado
en un banco cercano. Las ramas de los árboles por encima de mi
cabeza ondean con el viento y me estremezco por debajo de mi abrigo
demasiado delgado, observándolo mientras empieza a caminar justo
en frente de mí.
—Yo estaba afuera. Pasándola bien con papá y disfrutando del
sol. Este descanso de Acción de Gracias, era más caliente de lo normal,
y estaba en la cima después de hacerlo bien durante mi primer año en
el equipo. —Su voz se apaga y se ve perdido en sus pensamientos—.
Adele se había ido casi todo el día, haciendo compras para Navidad.
Le pidió a mi papá que vigilara a Vanessa y jugáramos con ella. Había
corrido de acá para allá a través del patio trasero, riéndose tontamente
sin parar. Le tomó un tiempo tomarme cariño, ¿sabes? Porque no
estaba en casa mucho tiempo, pero siempre la convencía.
No digo nada, dejando que se tome su tiempo para contar esta
historia. Tiene que sacarlo, no importa lo doloroso que debe ser para él
volver a vivir el día. Prefiero consolarlo y decirle que hablaremos en otro
momento, pero ¿cuándo?
—Mi padre recibió una llamada. Había estado trabajando en una
gran fusión que le había llevado meses armar y tuvo que tomar la
llamada. Me dijo que tenía que vigilar a Vanessa, nunca dejarla fuera
de mi vista y, por supuesto, le dije que lo haría. —Soltó un suspiro
tembloroso y cerró los ojos—. Jugó al escondite conmigo y nos reíamos,
me burlaba de ella. Sabía que mi papá no estaba muy lejos, le oía
hablar por teléfono. Adele estaba de repente en la puerta y me pidió...
me pidió que entrara con ella. Le dije que no podía, que tenía que
vigilar a Vanessa y me convenció de que Vanessa estaría bien. Mi
padre estaba allí. Y estaba, te lo juro que estaba ahí. Así que entré y... y
Vanessa de alguna manera entro dentro de la zona cerrada que rodea
la piscina y se cayó. Resulta que mi papá había ido a la parte delantera
de la casa, pero no lo sabía entonces. No se dio cuenta que dejé a
Vanessa sola. Pensé que la cuidaba y él pensó que yo la cuidaba...
Nick se vino abajo. Literalmente cayó al suelo de rodillas frente a
la tumba de su hermana, con los hombros temblorosos mientras se
encorvó sobre la lápida como si estuviera rezando.
—Lo siento. Lo jodi y estoy malditamente arrepentido.
Fui hacia él. Me puse de rodillas y envolví mis brazos alrededor de
él lo mejor que pude. Se volvió hacia mí, lanzando sus brazos alrededor
de mi cuello y apretando su cara contra mi pecho. Podía sentir la
humedad de sus lágrimas contra mi piel y acaricié su cabeza, mis dedos
enredados en su cabello mientras hice mi mejor esfuerzo para calmarlo.
Nos sentamos así durante mucho tiempo, en silencio. Su cuerpo
temblaba de emoción mientras lloraba en silencio en mi contra. Lo dejé,
sintiendo las lágrimas y la tristeza dentro de mí también y lloré con él.
Lágrimas silenciosas que me limpiaron, me conectó con Nick mientras
sentí su crudeza, que abarca todo el dolor y pena.
Esto no era lo único que le molestaba, lo sé. Puedo sentir que hay
más, mucho más y que está frenando por miedo a que podría
enloquecer.
O peor aún, pensar mal de él.
Tiene que ver con Adele. Y creo que sé lo que es.
No estoy lista para enfrentarlo todavía.
ElitzJb
Re: Segunda Oportunidad (novio) Nick y __TN (TERMINADA)
13
Día 6 (viernes Negro), 11:00 p.m.
(Parte I)
3/4.
Son las personas que te conocen mejor las que te pueden lastimar
más.
Nick Jonas
(NICK )
Estoy desesperado por perderme en ella así puedo olvidar.
Después del cementerio, tomamos comida rápida para el
almuerzo, luego nos dirigimos a casa. No había mucho que
hablar entre nosotros, y yo no podía haber mantenido una
conversación si hubiera tratado. Estoy exhausto, tanto emocional como
físicamente, y lo sabe. (Tn) no presiona, no pide explicaciones a
menos que lo considere necesario.
Como cuando preguntó qué pasó el día en que Vanessa se
ahogó. Difícil de creer, pero se sintió bien sacar todo de mi pecho.
Nunca había hablado sobre la muerte de mi hermana con nadie. Ni
siquiera con mis padres, con nadie. He tenido eso dentro de mí por dos
años y una vez que empecé a hablar, era como si una presa se rompió.
Lloré. Me lamenté. Le dije mi historia y estaba tan malditamente
agradecido cuando no se inmutó, no me condenó, no me juzgó. Sólo
me sostuvo y me dejó llorar, como si fuera una especie de niño grande.
Maldita sea. Me niego a juzgarme, a rendirme por tener malditas
emociones. Perdí a mi hermana menor cuando la vigilaba. Tengo todo
el derecho a llorar y rabiar si quiero.
Dormimos el resto de la tarde. Juntos. Acurrucados en medio de la
cama, nuestros brazos colgando alrededor del otro, una manta sobre
nosotros. Nos quedamos así durante la tarde y parte de la noche, y
sabía que los dos lo necesitábamos. Ninguno de los dos ha dormido
mucho esta semana en Carmel.
Nos vamos mañana, el día en que mi familia conmemora el
segundo aniversario de la muerte de mi hermana. Me alegro de salir de
aquí, pero inseguro de lo que la vida nos traerá a (Tn) y a mí cuando
lleguemos a casa.
Tengo miedo de lo que yo podría hacer. Lo que ella podría hacer.
Lo que los dos podríamos hacer juntos para arruinarlo todo. Mi celular
suena y sé sin mirarlo quién es. Mi papá o Adele, las últimas personas
con las que quiero hablar. Me deslizo y me siento, alcanzando el
teléfono. La lámpara en el armario a través de la habitación sigue
encendida, dando un tenue resplandor. Mirando mi celular, veo que sí,
es mi papá que me envió un mensaje de texto y justo cuando estoy a
punto de leerlo, el teléfono comienza a sonar. De nuevo, es mi papá.
—Lamento no haber devuelto tus llamadas—digo
inmediatamente, sintiéndome mal. Está teniendo un momento difícil
igual que yo, y no debería alejarlo, no importa lo fácil que él lo hace.
—No te atrevas a colgarme. —Mierda, es Adele.
—¿Qué quieres? —Mantengo mi voz baja, haciendo mi mayor
esfuerzo por no molestar a (Tn) pero se mueve bajo la manta,
dándose vuelta para que su espalda esté hacia mí.
No tengo idea de si está despierta o no, pero no tengo planes en
decirle algo a Adele que (Tn) pueda cuestionar más tarde. Ya es
suficientemente malo que hoy le confesara lo que pasó con Vanessa.
De ninguna manera puedo volcar nada más sobre ella.
—Vas a venir con nosotros mañana, ¿verdad? ¿A la tumba de
Vanessa?
—Ya fui hoy.
Un silencio profundo me responde y no digo nada a cambio. No
voy a ser quien diga algo primero. Estoy harto de estar a las órdenes de
esta mujer. Ya he durado demasiado tiempo.
—¿Fuiste con ella?
—Sí.
Un silbido se le escapa. —¿Cómo te atreves a llevarla a la tumba
de mi pequeña niña?
—Es mi hermana, maldita sea. Puedo llevar a mi novia a su tumba.
—No es tu… Dios. —Adele parece ahogarse con sus palabras—.
Vas a ir mañana con nosotros. Te necesito allí.
—Nos vamos mañana. No puedo. Por eso fui hoy. —No es
exactamente cierto, pero la explicación funciona.
—Vas a decepcionar a tu padre. —Baja la voz, hasta que suena
como si estuviera tarareándome—. No quieres decepcionarlo, ¿verdad?
Siempre fuiste un chico bueno, Nicholas . Siempre hiciste lo que yo te
decía. Lo que te pedía.
Tengo la piel de gallina literalmente por cómo me está hablando
y cierro los ojos, respiro profundamente y rezo por no desmoronarme.
Una vez más. He estado en una juerga emocional sin parar desde que
llegué aquí. Sabía que sería malo. Sin embargo, no esperaba todo esto.
—No voy a ir con ustedes, Adele. Es hora de cortar los lazos para
siempre. —Cuelgo antes de que pueda decir algo más.
Miro a (Tn) para descubrir que rodó de vuelta así que está frente
a mí de nuevo, esos intensos ojos verdes mirando todos mis movimientos.
Mi estómago se vuelca y me pregunto cuánto escuchó.
—¿Te estaba dando un mal rato? —pregunta suavemente.
Asiento. No digo una palabra.
Empujando la manta fuera de su cuerpo, se levanta sobre sus
rodillas y viene hacia mí, apoyando sus manos en mis hombros, su rostro
en el mío. Sus párpados bajan y está mirando mi boca, puedo ver lo
rápido que sube y baja su pecho, sentir el calor reconfortante de su
tacto. Esta chica, sólo…
Lo hace por mí.
Pero no sé cómo ponerlo en palabras y decírselo.
—Gracias por todo lo hoy —dice, sorprendiéndome.
Frunzo el ceño mientras alcanzo y meto un mechón de cabello
sedoso detrás de su oreja. —Yo debería agradecerte a ti por todo lo
que hiciste por mí.
—Sí, deberías. —Una sonrisa trémula se curva en sus labios—. Pero
quería agradecerte por ser tan honesto. Por decirme sobre tu hermana
y compartir esa parte de tu vida conmigo. Sé que no fue fácil.
Mis dedos permanecen en su suave mejilla y la acaricio con mi
pulgar hacia atrás y adelante. —Gracias por estar allí para mí.
Escuchándome. —Y sostenerme en tus brazos y dejarme llorar.
Se sube lentamente sobre mí, con las piernas a cada lado de mis
muslos y automáticamente la agarro, extendiendo mis manos sobre su
perfecto culo y acercándola. Dios, se siente increíble así, acurrucada
contra mí tan cerca que no podría caber un trozo de papel entre
nosotros.
—Nick . —Su voz es un suave susurro mientras se inclina y me da
un suave beso en los labios—. Esta es nuestra última noche aquí. Juntos.
Me duele el cuerpo por la realización. Esto es todo. Volvemos a
nuestras vidas regulares mañana por la noche. No puedo esperar
porque esta tortura termine, aún sabiendo que no voy a tener a (Tn)
pretendiendo ser mi novia falsa por más tiempo…
Eso apesta. Más de lo que quisiera admitir.
Deslizando una mano por su espalda, la deslizo por debajo de su
suéter, así que estoy acariciando piel suave y desnuda. Tiembla bajo mis
caricias mientras se inclina, su cabello cayendo alrededor de nuestras
caras, sus labios flotando justo sobre los míos. Sé lo que quiere.
Quiero lo mismo.
Inclinando mi cabeza contra la cabecera de la cama, tomo su
cabeza y tiro de ella, nuestras bocas se encuentran en un beso suave y
persistente. Saco la lengua y lamo su labio superior, trazo el borde de su
labio inferior, saboreando su sabor dulce y decadente. Un pequeño
gemido se escapa de ella y hago el beso más profundo, agarro la parte
posterior de su cabeza con más fuerza mientras saqueo su boca con mi
lengua.
Estoy abrumado por mi necesidad de ella. Nunca me había
sentido de esta manera antes y los recuerdos de nuestra noche juntos
me inundan. Cuando tan desinteresadamente me llevó al orgasmo y
nunca pidió nada a cambio. Quiero hacer lo mismo por ella. Darle lo
que sea que quiera, lo que necesite de mí. Quiero estar con ella,
nuestros cuerpos desnudos entrelazados toda la noche.
Dormimos toda la tarde hasta altas horas de la noche. También
necesito asegurarme de que quiere esto. Que me quiere a mí…
—¿Tienes hambre? Quiero decir, acabamos de despertarnos —
digo esto después de romper su beso, mis labios hormigueando y ya
ansiosos por estar de vuelta en los suyos. Creo que estoy tratando de
darle una salida, no lo sé. Lo cual es muy estúpido, pero no quiero que
lleguemos demasiado profundo para que sólo retroceda.
Sé que estoy listo. ¿Pero lo está ella? ¿En serio?
Alejándose de mí, alcanza el borde de su suéter y lo levanta por
encima de su cabeza, tirándolo en el suelo. Tiene puesto un simple
sostén blanco, adornado con encaje y el lazo más pequeño de satén
blanco en el centro. Luce tan inocente y dulce, aunque mis
pensamientos están lejos de eso mientras la miro, contemplando cómo
puedo quitarle ese maldito sostén sin que parezca que estoy
moviéndome demasiado rápido.
—Estoy hambrienta de ti —susurra, sus ojos brillando, su boca
hinchada y brillante por nuestro beso—. Quítate la camisa, Nick .
Sin dudarlo alcanzo la parte inferior de mi camisa y me la quito,
dejándola a mi lado en la cama. Su mirada nunca deja la mía mientras
se envuelve alrededor de mí, sus piernas cubiertas curvándose
alrededor de mi cintura, sus brazos yendo alrededor de mi cuello.
Entierra sus manos en mi pelo y cierro los ojos, absorbiendo su olor, la
sensación de su cuerpo cálido tan cerca del mío. La parte superior de
nuestros cuerpos están piel con piel, su sostén es la única barrera, y el
suave tejido satinado me excita más cuando roza su pecho contra el
mío.
Nuestras bocas se encuentran, me siento abrumado con emoción
por esta chica. He anhelado esta conexión con ella por días. Diablos, he
anhelado este tipo de conexión con alguien por años, siempre
demasiado asustado como para creer en ello.
Pero soy un creyente ahora. Gracias a mi novia de una semana.
Gracias a (Tn) .Día 6 (viernes Negro), 11:00 p.m.
(Parte I)
3/4.
Son las personas que te conocen mejor las que te pueden lastimar
más.
Nick Jonas
(NICK )
Estoy desesperado por perderme en ella así puedo olvidar.
Después del cementerio, tomamos comida rápida para el
almuerzo, luego nos dirigimos a casa. No había mucho que
hablar entre nosotros, y yo no podía haber mantenido una
conversación si hubiera tratado. Estoy exhausto, tanto emocional como
físicamente, y lo sabe. (Tn) no presiona, no pide explicaciones a
menos que lo considere necesario.
Como cuando preguntó qué pasó el día en que Vanessa se
ahogó. Difícil de creer, pero se sintió bien sacar todo de mi pecho.
Nunca había hablado sobre la muerte de mi hermana con nadie. Ni
siquiera con mis padres, con nadie. He tenido eso dentro de mí por dos
años y una vez que empecé a hablar, era como si una presa se rompió.
Lloré. Me lamenté. Le dije mi historia y estaba tan malditamente
agradecido cuando no se inmutó, no me condenó, no me juzgó. Sólo
me sostuvo y me dejó llorar, como si fuera una especie de niño grande.
Maldita sea. Me niego a juzgarme, a rendirme por tener malditas
emociones. Perdí a mi hermana menor cuando la vigilaba. Tengo todo
el derecho a llorar y rabiar si quiero.
Dormimos el resto de la tarde. Juntos. Acurrucados en medio de la
cama, nuestros brazos colgando alrededor del otro, una manta sobre
nosotros. Nos quedamos así durante la tarde y parte de la noche, y
sabía que los dos lo necesitábamos. Ninguno de los dos ha dormido
mucho esta semana en Carmel.
Nos vamos mañana, el día en que mi familia conmemora el
segundo aniversario de la muerte de mi hermana. Me alegro de salir de
aquí, pero inseguro de lo que la vida nos traerá a (Tn) y a mí cuando
lleguemos a casa.
Tengo miedo de lo que yo podría hacer. Lo que ella podría hacer.
Lo que los dos podríamos hacer juntos para arruinarlo todo. Mi celular
suena y sé sin mirarlo quién es. Mi papá o Adele, las últimas personas
con las que quiero hablar. Me deslizo y me siento, alcanzando el
teléfono. La lámpara en el armario a través de la habitación sigue
encendida, dando un tenue resplandor. Mirando mi celular, veo que sí,
es mi papá que me envió un mensaje de texto y justo cuando estoy a
punto de leerlo, el teléfono comienza a sonar. De nuevo, es mi papá.
—Lamento no haber devuelto tus llamadas—digo
inmediatamente, sintiéndome mal. Está teniendo un momento difícil
igual que yo, y no debería alejarlo, no importa lo fácil que él lo hace.
—No te atrevas a colgarme. —Mierda, es Adele.
—¿Qué quieres? —Mantengo mi voz baja, haciendo mi mayor
esfuerzo por no molestar a (Tn) pero se mueve bajo la manta,
dándose vuelta para que su espalda esté hacia mí.
No tengo idea de si está despierta o no, pero no tengo planes en
decirle algo a Adele que (Tn) pueda cuestionar más tarde. Ya es
suficientemente malo que hoy le confesara lo que pasó con Vanessa.
De ninguna manera puedo volcar nada más sobre ella.
—Vas a venir con nosotros mañana, ¿verdad? ¿A la tumba de
Vanessa?
—Ya fui hoy.
Un silencio profundo me responde y no digo nada a cambio. No
voy a ser quien diga algo primero. Estoy harto de estar a las órdenes de
esta mujer. Ya he durado demasiado tiempo.
—¿Fuiste con ella?
—Sí.
Un silbido se le escapa. —¿Cómo te atreves a llevarla a la tumba
de mi pequeña niña?
—Es mi hermana, maldita sea. Puedo llevar a mi novia a su tumba.
—No es tu… Dios. —Adele parece ahogarse con sus palabras—.
Vas a ir mañana con nosotros. Te necesito allí.
—Nos vamos mañana. No puedo. Por eso fui hoy. —No es
exactamente cierto, pero la explicación funciona.
—Vas a decepcionar a tu padre. —Baja la voz, hasta que suena
como si estuviera tarareándome—. No quieres decepcionarlo, ¿verdad?
Siempre fuiste un chico bueno, Nicholas . Siempre hiciste lo que yo te
decía. Lo que te pedía.
Tengo la piel de gallina literalmente por cómo me está hablando
y cierro los ojos, respiro profundamente y rezo por no desmoronarme.
Una vez más. He estado en una juerga emocional sin parar desde que
llegué aquí. Sabía que sería malo. Sin embargo, no esperaba todo esto.
—No voy a ir con ustedes, Adele. Es hora de cortar los lazos para
siempre. —Cuelgo antes de que pueda decir algo más.
Miro a (Tn) para descubrir que rodó de vuelta así que está frente
a mí de nuevo, esos intensos ojos verdes mirando todos mis movimientos.
Mi estómago se vuelca y me pregunto cuánto escuchó.
—¿Te estaba dando un mal rato? —pregunta suavemente.
Asiento. No digo una palabra.
Empujando la manta fuera de su cuerpo, se levanta sobre sus
rodillas y viene hacia mí, apoyando sus manos en mis hombros, su rostro
en el mío. Sus párpados bajan y está mirando mi boca, puedo ver lo
rápido que sube y baja su pecho, sentir el calor reconfortante de su
tacto. Esta chica, sólo…
Lo hace por mí.
Pero no sé cómo ponerlo en palabras y decírselo.
—Gracias por todo lo hoy —dice, sorprendiéndome.
Frunzo el ceño mientras alcanzo y meto un mechón de cabello
sedoso detrás de su oreja. —Yo debería agradecerte a ti por todo lo
que hiciste por mí.
—Sí, deberías. —Una sonrisa trémula se curva en sus labios—. Pero
quería agradecerte por ser tan honesto. Por decirme sobre tu hermana
y compartir esa parte de tu vida conmigo. Sé que no fue fácil.
Mis dedos permanecen en su suave mejilla y la acaricio con mi
pulgar hacia atrás y adelante. —Gracias por estar allí para mí.
Escuchándome. —Y sostenerme en tus brazos y dejarme llorar.
Se sube lentamente sobre mí, con las piernas a cada lado de mis
muslos y automáticamente la agarro, extendiendo mis manos sobre su
perfecto culo y acercándola. Dios, se siente increíble así, acurrucada
contra mí tan cerca que no podría caber un trozo de papel entre
nosotros.
—Nick . —Su voz es un suave susurro mientras se inclina y me da
un suave beso en los labios—. Esta es nuestra última noche aquí. Juntos.
Me duele el cuerpo por la realización. Esto es todo. Volvemos a
nuestras vidas regulares mañana por la noche. No puedo esperar
porque esta tortura termine, aún sabiendo que no voy a tener a (Tn)
pretendiendo ser mi novia falsa por más tiempo…
Eso apesta. Más de lo que quisiera admitir.
Deslizando una mano por su espalda, la deslizo por debajo de su
suéter, así que estoy acariciando piel suave y desnuda. Tiembla bajo mis
caricias mientras se inclina, su cabello cayendo alrededor de nuestras
caras, sus labios flotando justo sobre los míos. Sé lo que quiere.
Quiero lo mismo.
Inclinando mi cabeza contra la cabecera de la cama, tomo su
cabeza y tiro de ella, nuestras bocas se encuentran en un beso suave y
persistente. Saco la lengua y lamo su labio superior, trazo el borde de su
labio inferior, saboreando su sabor dulce y decadente. Un pequeño
gemido se escapa de ella y hago el beso más profundo, agarro la parte
posterior de su cabeza con más fuerza mientras saqueo su boca con mi
lengua.
Estoy abrumado por mi necesidad de ella. Nunca me había
sentido de esta manera antes y los recuerdos de nuestra noche juntos
me inundan. Cuando tan desinteresadamente me llevó al orgasmo y
nunca pidió nada a cambio. Quiero hacer lo mismo por ella. Darle lo
que sea que quiera, lo que necesite de mí. Quiero estar con ella,
nuestros cuerpos desnudos entrelazados toda la noche.
Dormimos toda la tarde hasta altas horas de la noche. También
necesito asegurarme de que quiere esto. Que me quiere a mí…
—¿Tienes hambre? Quiero decir, acabamos de despertarnos —
digo esto después de romper su beso, mis labios hormigueando y ya
ansiosos por estar de vuelta en los suyos. Creo que estoy tratando de
darle una salida, no lo sé. Lo cual es muy estúpido, pero no quiero que
lleguemos demasiado profundo para que sólo retroceda.
Sé que estoy listo. ¿Pero lo está ella? ¿En serio?
Alejándose de mí, alcanza el borde de su suéter y lo levanta por
encima de su cabeza, tirándolo en el suelo. Tiene puesto un simple
sostén blanco, adornado con encaje y el lazo más pequeño de satén
blanco en el centro. Luce tan inocente y dulce, aunque mis
pensamientos están lejos de eso mientras la miro, contemplando cómo
puedo quitarle ese maldito sostén sin que parezca que estoy
moviéndome demasiado rápido.
—Estoy hambrienta de ti —susurra, sus ojos brillando, su boca
hinchada y brillante por nuestro beso—. Quítate la camisa, Nick .
Sin dudarlo alcanzo la parte inferior de mi camisa y me la quito,
dejándola a mi lado en la cama. Su mirada nunca deja la mía mientras
se envuelve alrededor de mí, sus piernas cubiertas curvándose
alrededor de mi cintura, sus brazos yendo alrededor de mi cuello.
Entierra sus manos en mi pelo y cierro los ojos, absorbiendo su olor, la
sensación de su cuerpo cálido tan cerca del mío. La parte superior de
nuestros cuerpos están piel con piel, su sostén es la única barrera, y el
suave tejido satinado me excita más cuando roza su pecho contra el
mío.
Nuestras bocas se encuentran, me siento abrumado con emoción
por esta chica. He anhelado esta conexión con ella por días. Diablos, he
anhelado este tipo de conexión con alguien por años, siempre
demasiado asustado como para creer en ello.
Pero soy un creyente ahora. Gracias a mi novia de una semana.
ElitzJb
Re: Segunda Oportunidad (novio) Nick y __TN (TERMINADA)
13
Día 6 (viernes Negro), 11:00 p.m.
(Parte II)
4/4.
(TN)
Nick Jonas tiene verdaderamente el cuerpo más hermoso
sobre el cual he posado mis ojos y estoy avergonzada de admitir que he
posado mis ojos en más de mi parte justa de cuerpos masculinos.
Estoy tan distraída por su siempre persistente boca enganchada
con la mía que finalmente me separo de su beso, más feliz de absorber
primero todos sus músculos y tendones expuestos. La última vez que
estuvimos juntos, estábamos envueltos en la oscuridad. Con miedo de
vernos el uno al otro por temor de lo que realmente podríamos ver.
Ahora quiero verlo todo. Todo. Quiero mirar a sus ojos la primera
vez que entre en mí. Quiero mantener nuestras miradas enganchadas
cuando me haga correr. Quiero escucharlo susurrar mi nombre cuando
lo haga correr...
Un escalofrío se mueve a través de mí mientras deslizo mis dedos a
través de sus anchos hombros, hacia abajo en sus brazos, tardándome
en sus bíceps tan duros como una piedra, rozando el oscuro vello
cubriendo sus antebrazos. Se mantiene absolutamente quieto, pero
puedo sentir sus calientes ojos sobre mí, devorándome mientras busco
atentamente su carne con mis manos. Toco su pecho, las puntas de mis
dedos índices deslizándose sobre sus pezones simultáneamente y salta
un poco, haciéndome sonreír.
Pero mi sonrisa disminuye al quedar embelesada por cada curva
de su estómago duro. Voy más despacio en mi búsqueda, dejo a mis
manos dibujar por completo su abdomen y siento sus músculos temblar
bajo mi toque.
Levantando mi cabeza, lo encuentro mirándome, sus cejas
levantadas, su boca curvada en media sonrisa. Esto, por lejos, es lo más
feliz que lo he visto desde la tarde que me llevó a comer y me besó en
un pasillo de cuento de hadas mientras llovía, con luces blancas
parpadeando a nuestro alrededor.
Sin ninguna palabra presiono mis labios contra los suyos,
manteniendo mis ojos abiertos hasta que cierra los suyos y me
encuentro a mí misma cayendo tan fácilmente en su hechizo. Este beso
es más hambriento, más urgente y le permito tomar el mando, gozando
mientras descansa su mano grande en lo alto de mi pecho, antes de
moverla para tocar ligeramente mi garganta en un gesto totalmente
posesivo que me tiene tambaleando.
Esa misma mano se desliza de nuevo hacia abajo, sus dedos
sumergiéndose bajo la tira suelta de mi sostén, mágicamente
quitándolo en segundos, y mis senos desnudos se encuentran con su
pecho, mis pezones duros contra su cálida piel.
—Te deseo —susurra en mi oído, enviando escalofríos por mi
columna—. Tanto que me está matando, (Tn) .
Amo que diga mi nombre en la misma frase que declara que me
desea. En vez de perderse en la oscuridad, o cegarse por el pasado,
está aquí. Conmigo ahora, tocándome y besándome, lentamente
frotando su erección contra mí. Estoy completamente absorbida por él,
perdida dentro de él y no hay lugar donde prefiera estar.
Toma agarre de mi cintura y me empuja hacia abajo sobre la
cama, quedando plana sobre mi espalda, sus manos presionadas sobre
el colchón a cada lado de mi cabeza mientras se inclina, su boca
nunca deja la mía. En esta posición no está tan cerca como lo quisiera,
y envuelvo mis piernas alrededor de sus caderas, desesperada de
traerlo cerca.
Rompiendo nuestro beso, se aleja, deslizándose bajo la longitud
de mi cuerpo, sus manos en la pretina de mis delgados leggins negros
mientras los quita lenta y pacientemente, llevándose mis bragas con
ellos. Estoy temblando, mi respiración se agita y miro al techo,
mordiendo el interior de mi labio, cuando sus dedos se mueven contra
mis muslos, mis rodillas, mis pantorrillas mientras me desnuda. Siento su
aliento contra mi propio centro y cierro mis ojos, un mareo
arrastrándome cuando siento esas grandes manos suyas separando mis
muslos.
Me está estudiando allí abajo y no sé qué pensar, qué decir.
Suelta una respiración entrecortada, sus manos tomando mis caderas y
luego está besando mi pecho, moviendo sus labios por toda mi piel
hasta que siento su lengua lamer un pezón primero, y luego el otro.
No puedo soportarlo por más tiempo. No soy una de mantenerme
quieta en la cama, nunca lo he sido, no que sea una total gritona. Pero
su toque, su boca en mi piel se siente tan bien, me arqueo hacia él y me
quejo. Estoy en un desbordamiento completo de sensaciones,
totalmente desnuda y expuesta, nunca me había sentido tan deseada.
Tan viva.
—Eres hermosa —susurra contra mis senos, mientras los adora con
su boca. Hundo mi mano en su cabello y lo llevo hacia mí,
retorciéndome bajo sus labios y lengua ocupada. Todavía estoy
desconcertada.
Honestamente, no sé cómo llegamos hasta este punto. Lo odié a
plena vista. Hice esto por el dinero. Pensé que era un jodido desastre.
Todavía pienso que es un jodido desastre.
Pero yo también lo soy. Y es tan hermoso, tan considerado, tan
vulnerable. Podemos ser un desastre juntos. Lo quiero sanar. Sé que lo
puedo sanar.
Esta unión de nuestros cuerpos es el primer paso.
—Espera —murmura. Abro los ojos y su cara está en la mía. Roba
un rápido beso y se quita de encima, saliéndose de la cama—. Regreso
enseguida.
Lo observo irse y tiro mi brazo sobre mis ojos, tratando lo mejor
posible de calmar mi agitado corazón, mi respiración acelerada. Mi
cuerpo está tan elevado, no tomará mucho llevarme hasta el borde.
Estoy temblando, tan llena de energía, deseo y cualquier otra emoción
misteriosa que se agita dentro de mi cuerpo. Nunca, jamás, me he
sentido así antes. Jamás.
La realización me deja sin aliento.
Nick se desliza dentro de la habitación minutos después,
cerrando la puerta y colocando el seguro en su lugar. Lo observo
silenciosamente mientras camina hacia la cama y deja la pequeña
caja de condones sobre la mesa de noche. Encuentro su mirada, con
una ceja levantada y sonríe.
—Tenemos suerte. Hay una caja en el baño bajo el lavamanos.
Siempre están allí, como toallas, champú y jabón. Mantienen esta casa
de huéspedes ocupada, como un hotel a veces, lo juro. Mi papá
siempre tiene clientes de negocios quedándose aquí.
Eh. Bueno, si los Jonas s siempre tienen invitados quedándose
con ellos, por lo menos están proveyendo un buen puerto.
No puedo meditar acerca del asunto del condón por mucho
tiempo. No cuando Nick está ocupado deshaciendo el botón y cierre
de sus jeans, dejándolos caer de sus caderas a un montón alrededor de
sus tobillos antes de patearlos fuera. Mi boca se seca ante la visión de él,
como llena perfectamente sus interiores de algodón negro.
Y luego se está quitando eso también, me quedo mirándolo
descaradamente, maravillada de cuán grande realmente es y cómo
debe sentirse cuando finalmente una su cuerpo al mío.
Como que, podía doler. De repente, estoy asustada hasta la
mierda.
Juro que puede sentir mi cambio de humor e intenta
tranquilizarme. Me reúne en sus fuertes brazos, sosteniéndome cerca.
Cierro mis ojos y entierro mi cabeza en su pecho, respiro su esencia
limpia y única. Es amable, es suave pero también es persistente y pronto
nos estamos besando, buscando el cuerpo del otro con manos
ocupadas, rodando por el colchón como un par de niños en un
encuentro juguetón de lucha libre.
Pero no hay nada de juego acerca de este hombre grande y
musculoso sosteniéndome a la cama, mis brazos extendidos sobre mi
cabeza, sus dedos cerrados sobre mis muñecas mientras me estudia
con esos hermosos ojos azules.
Deslizó el condón sólo momentos antes. Sé que está listo. Yo estoy
lista. Pero todavía estoy nerviosa. Este es un momento tan crucial en
nuestra relación, algo a lo que nunca podremos regresar. No lo olvidaré
ni a él ni a esta noche. Está constantemente escribiéndose a sí mismo en
mi historia personal.
—No hay vuelta atrás —susurra, como si pudiera leer mi mente.
Lentamente asiento, demasiado abrumada como para encontrar
palabras.
—Una vez esté dentro de ti, serás mía.
Oh. Nunca pensé que escuchar a un chico decir eso me excitaría
tanto, pero lo hace. Siempre he pensado de mí como una persona
independiente. Le pertenezco a nadie.
Pero la idea de pertenecer a Nick me llena de tanta alegría que
temo explotar.
—Quiero que seas mía, (Tn) . —Perdiendo su agarre en mis
muñecas, hunde su cabeza, acariciando mi mejilla, mi nariz. Es el gesto
más sexy y dulce, jadeo mientras cierro mis brazos alrededor de su
cuello y lo acuno cerca.
—Quiero ser tuya —respondo en un susurro entrecortado—. Quiero
pertenecer a ti, Nick . Sólo a ti.
Me besa, al mismo tiempo que desliza su cuerpo dentro del mío.
Centímetro por centímetro, me quita el aliento con su tamaño cortante
y me tenso, sosteniendo mi aliento mientras se mece más y más
profundo dentro de mí.
—Te estoy lastimando. —Presiona dulces y rápidos besos por toda
mi cara—. Relájate. Respira.
Hago lo que sugiere, haciendo mi mejor esfuerzo para calmar la
tensión en mi abdomen y se vuelve más fácil, Nick empujándose
dentro de mí. Su cuerpo entero está tenso por contenerse, su piel
cubierta por una fina capa de sudor, meneo mis caderas y separo mis
piernas un poco más, permitiéndole hundirse más profundo.
Ambos gemimos ante la sensación y comenzamos a movernos.
Juntos. Tentativamente al principio, aprendiendo el ritmo del otro,
afinando nuestros cuerpos hasta estar sincronizados en un movimiento
fácil y fluido. Se mece dentro de mí, más fuerte. Aun más fuerte,
haciéndome perder mi mente con cada empuje. Me estoy perdiendo a
mí misma, mi cerebro está confuso, mis pensamientos distantes. Todo lo
que puedo hacer es sentir. La increíble ola amenaza, sé que estoy a
punto de ser llevada completamente, pero luego me sorprende.
Nick me arrastra a una posición sentada, su espalda apoyada
contra la cabecera de la cama, mis piernas alrededor de su cintura,
parecido a como estuvimos sentados hace un momento, cuando
todavía estábamos totalmente vestidos. Sólo que ahora estamos
desnudos, tanto física como emocionalmente, nuestros
cuerpos conectados, su carne enterrada tan profundamente dentro de la mía,
siento como si se hubiera incrustado en mí.
—Te estaba perdiendo —me conoce tan bien—, y no quería que
olvidarás con quién estás. Quién está a punto de hacerte venir. —Su voz
es profunda, tan profunda, como su pene y me estremezco a su
alrededor. Excitada por su tono posesivo, emocionada por sus dulces
palabras.
Nick me deshace completamente, con una mirada, con una
palabra, con un empuje de su cuerpo, con una lamida de su lengua.
Cada cosa que hace me devasta. Intoxica. Renueva.
Cada cosa dentro de mí.
—Nunca olvidaré con quién estoy —susurro contra sus labios antes
de besarlo. Sus manos están agarrando mis caderas, empujándome
hacia abajo y trabajo con él, ansiosa por la explosión, pero queriendo
alargarla por un poco más de tiempo.
Curva su mano alrededor de la parte de atrás de mi cabeza, sus
dedos anudados en mi cabello, en un agarre tan apretado que pica.
Pero saboreo el dolor, cómo me hace sentir viva. Cómo estar en los
brazos de Nick , tenerlo enterrado profundamente dentro de mí me
hace sentir.
Viva. Deseada. Amada.
Suspira mi nombre contra mis labios y sé que está cerca. Así como
yo. Me inclino de tal forma, frotándome contra él, meciéndome hacia él
y me derrumbo en pedazos con un pequeño grito, todo mi cuerpo
temblando. Cae justo después, su cuerpo temblando mientras gime de
exquisita agonía, sus manos agarrando con tanta fuerza mi cintura, casi
no puedo respirar.
Nos aferramos el uno al otro por largos minutos, nuestros cuerpos
todavía estremecidos, nuestras respiraciones lentamente
emparejándose. No quiero dejarlo ir, no quiero dejarlo salir de mi
cuerpo, sé que estoy siendo ridícula.
Pero no puedo controlarme. Nick Jonas me ha cambiado
para siempre, y el conocimiento me vigoriza y me aterra a la vez.
Todavía hay tanto que no sé.
Todavía tanto que necesito que me revele. Espantosas partes de
su vida que tengo miedo de conocer. Pero la verdad... ¿no dicen que la
verdad te hará libre?
Quiero liberar a Nick de la prisión que su pasado ha puesto sobre
él.
Y la única forma de hacerlo es si sé lo que pasó.
Y mañana, estoy decidida a averiguarlo.
Tengo que hacerlo.
Continuara...
_____________________________________________________________________________________________________Día 6 (viernes Negro), 11:00 p.m.
(Parte II)
4/4.
(TN)
Nick Jonas tiene verdaderamente el cuerpo más hermoso
sobre el cual he posado mis ojos y estoy avergonzada de admitir que he
posado mis ojos en más de mi parte justa de cuerpos masculinos.
Estoy tan distraída por su siempre persistente boca enganchada
con la mía que finalmente me separo de su beso, más feliz de absorber
primero todos sus músculos y tendones expuestos. La última vez que
estuvimos juntos, estábamos envueltos en la oscuridad. Con miedo de
vernos el uno al otro por temor de lo que realmente podríamos ver.
Ahora quiero verlo todo. Todo. Quiero mirar a sus ojos la primera
vez que entre en mí. Quiero mantener nuestras miradas enganchadas
cuando me haga correr. Quiero escucharlo susurrar mi nombre cuando
lo haga correr...
Un escalofrío se mueve a través de mí mientras deslizo mis dedos a
través de sus anchos hombros, hacia abajo en sus brazos, tardándome
en sus bíceps tan duros como una piedra, rozando el oscuro vello
cubriendo sus antebrazos. Se mantiene absolutamente quieto, pero
puedo sentir sus calientes ojos sobre mí, devorándome mientras busco
atentamente su carne con mis manos. Toco su pecho, las puntas de mis
dedos índices deslizándose sobre sus pezones simultáneamente y salta
un poco, haciéndome sonreír.
Pero mi sonrisa disminuye al quedar embelesada por cada curva
de su estómago duro. Voy más despacio en mi búsqueda, dejo a mis
manos dibujar por completo su abdomen y siento sus músculos temblar
bajo mi toque.
Levantando mi cabeza, lo encuentro mirándome, sus cejas
levantadas, su boca curvada en media sonrisa. Esto, por lejos, es lo más
feliz que lo he visto desde la tarde que me llevó a comer y me besó en
un pasillo de cuento de hadas mientras llovía, con luces blancas
parpadeando a nuestro alrededor.
Sin ninguna palabra presiono mis labios contra los suyos,
manteniendo mis ojos abiertos hasta que cierra los suyos y me
encuentro a mí misma cayendo tan fácilmente en su hechizo. Este beso
es más hambriento, más urgente y le permito tomar el mando, gozando
mientras descansa su mano grande en lo alto de mi pecho, antes de
moverla para tocar ligeramente mi garganta en un gesto totalmente
posesivo que me tiene tambaleando.
Esa misma mano se desliza de nuevo hacia abajo, sus dedos
sumergiéndose bajo la tira suelta de mi sostén, mágicamente
quitándolo en segundos, y mis senos desnudos se encuentran con su
pecho, mis pezones duros contra su cálida piel.
—Te deseo —susurra en mi oído, enviando escalofríos por mi
columna—. Tanto que me está matando, (Tn) .
Amo que diga mi nombre en la misma frase que declara que me
desea. En vez de perderse en la oscuridad, o cegarse por el pasado,
está aquí. Conmigo ahora, tocándome y besándome, lentamente
frotando su erección contra mí. Estoy completamente absorbida por él,
perdida dentro de él y no hay lugar donde prefiera estar.
Toma agarre de mi cintura y me empuja hacia abajo sobre la
cama, quedando plana sobre mi espalda, sus manos presionadas sobre
el colchón a cada lado de mi cabeza mientras se inclina, su boca
nunca deja la mía. En esta posición no está tan cerca como lo quisiera,
y envuelvo mis piernas alrededor de sus caderas, desesperada de
traerlo cerca.
Rompiendo nuestro beso, se aleja, deslizándose bajo la longitud
de mi cuerpo, sus manos en la pretina de mis delgados leggins negros
mientras los quita lenta y pacientemente, llevándose mis bragas con
ellos. Estoy temblando, mi respiración se agita y miro al techo,
mordiendo el interior de mi labio, cuando sus dedos se mueven contra
mis muslos, mis rodillas, mis pantorrillas mientras me desnuda. Siento su
aliento contra mi propio centro y cierro mis ojos, un mareo
arrastrándome cuando siento esas grandes manos suyas separando mis
muslos.
Me está estudiando allí abajo y no sé qué pensar, qué decir.
Suelta una respiración entrecortada, sus manos tomando mis caderas y
luego está besando mi pecho, moviendo sus labios por toda mi piel
hasta que siento su lengua lamer un pezón primero, y luego el otro.
No puedo soportarlo por más tiempo. No soy una de mantenerme
quieta en la cama, nunca lo he sido, no que sea una total gritona. Pero
su toque, su boca en mi piel se siente tan bien, me arqueo hacia él y me
quejo. Estoy en un desbordamiento completo de sensaciones,
totalmente desnuda y expuesta, nunca me había sentido tan deseada.
Tan viva.
—Eres hermosa —susurra contra mis senos, mientras los adora con
su boca. Hundo mi mano en su cabello y lo llevo hacia mí,
retorciéndome bajo sus labios y lengua ocupada. Todavía estoy
desconcertada.
Honestamente, no sé cómo llegamos hasta este punto. Lo odié a
plena vista. Hice esto por el dinero. Pensé que era un jodido desastre.
Todavía pienso que es un jodido desastre.
Pero yo también lo soy. Y es tan hermoso, tan considerado, tan
vulnerable. Podemos ser un desastre juntos. Lo quiero sanar. Sé que lo
puedo sanar.
Esta unión de nuestros cuerpos es el primer paso.
—Espera —murmura. Abro los ojos y su cara está en la mía. Roba
un rápido beso y se quita de encima, saliéndose de la cama—. Regreso
enseguida.
Lo observo irse y tiro mi brazo sobre mis ojos, tratando lo mejor
posible de calmar mi agitado corazón, mi respiración acelerada. Mi
cuerpo está tan elevado, no tomará mucho llevarme hasta el borde.
Estoy temblando, tan llena de energía, deseo y cualquier otra emoción
misteriosa que se agita dentro de mi cuerpo. Nunca, jamás, me he
sentido así antes. Jamás.
La realización me deja sin aliento.
Nick se desliza dentro de la habitación minutos después,
cerrando la puerta y colocando el seguro en su lugar. Lo observo
silenciosamente mientras camina hacia la cama y deja la pequeña
caja de condones sobre la mesa de noche. Encuentro su mirada, con
una ceja levantada y sonríe.
—Tenemos suerte. Hay una caja en el baño bajo el lavamanos.
Siempre están allí, como toallas, champú y jabón. Mantienen esta casa
de huéspedes ocupada, como un hotel a veces, lo juro. Mi papá
siempre tiene clientes de negocios quedándose aquí.
Eh. Bueno, si los Jonas s siempre tienen invitados quedándose
con ellos, por lo menos están proveyendo un buen puerto.
No puedo meditar acerca del asunto del condón por mucho
tiempo. No cuando Nick está ocupado deshaciendo el botón y cierre
de sus jeans, dejándolos caer de sus caderas a un montón alrededor de
sus tobillos antes de patearlos fuera. Mi boca se seca ante la visión de él,
como llena perfectamente sus interiores de algodón negro.
Y luego se está quitando eso también, me quedo mirándolo
descaradamente, maravillada de cuán grande realmente es y cómo
debe sentirse cuando finalmente una su cuerpo al mío.
Como que, podía doler. De repente, estoy asustada hasta la
mierda.
Juro que puede sentir mi cambio de humor e intenta
tranquilizarme. Me reúne en sus fuertes brazos, sosteniéndome cerca.
Cierro mis ojos y entierro mi cabeza en su pecho, respiro su esencia
limpia y única. Es amable, es suave pero también es persistente y pronto
nos estamos besando, buscando el cuerpo del otro con manos
ocupadas, rodando por el colchón como un par de niños en un
encuentro juguetón de lucha libre.
Pero no hay nada de juego acerca de este hombre grande y
musculoso sosteniéndome a la cama, mis brazos extendidos sobre mi
cabeza, sus dedos cerrados sobre mis muñecas mientras me estudia
con esos hermosos ojos azules.
Deslizó el condón sólo momentos antes. Sé que está listo. Yo estoy
lista. Pero todavía estoy nerviosa. Este es un momento tan crucial en
nuestra relación, algo a lo que nunca podremos regresar. No lo olvidaré
ni a él ni a esta noche. Está constantemente escribiéndose a sí mismo en
mi historia personal.
—No hay vuelta atrás —susurra, como si pudiera leer mi mente.
Lentamente asiento, demasiado abrumada como para encontrar
palabras.
—Una vez esté dentro de ti, serás mía.
Oh. Nunca pensé que escuchar a un chico decir eso me excitaría
tanto, pero lo hace. Siempre he pensado de mí como una persona
independiente. Le pertenezco a nadie.
Pero la idea de pertenecer a Nick me llena de tanta alegría que
temo explotar.
—Quiero que seas mía, (Tn) . —Perdiendo su agarre en mis
muñecas, hunde su cabeza, acariciando mi mejilla, mi nariz. Es el gesto
más sexy y dulce, jadeo mientras cierro mis brazos alrededor de su
cuello y lo acuno cerca.
—Quiero ser tuya —respondo en un susurro entrecortado—. Quiero
pertenecer a ti, Nick . Sólo a ti.
Me besa, al mismo tiempo que desliza su cuerpo dentro del mío.
Centímetro por centímetro, me quita el aliento con su tamaño cortante
y me tenso, sosteniendo mi aliento mientras se mece más y más
profundo dentro de mí.
—Te estoy lastimando. —Presiona dulces y rápidos besos por toda
mi cara—. Relájate. Respira.
Hago lo que sugiere, haciendo mi mejor esfuerzo para calmar la
tensión en mi abdomen y se vuelve más fácil, Nick empujándose
dentro de mí. Su cuerpo entero está tenso por contenerse, su piel
cubierta por una fina capa de sudor, meneo mis caderas y separo mis
piernas un poco más, permitiéndole hundirse más profundo.
Ambos gemimos ante la sensación y comenzamos a movernos.
Juntos. Tentativamente al principio, aprendiendo el ritmo del otro,
afinando nuestros cuerpos hasta estar sincronizados en un movimiento
fácil y fluido. Se mece dentro de mí, más fuerte. Aun más fuerte,
haciéndome perder mi mente con cada empuje. Me estoy perdiendo a
mí misma, mi cerebro está confuso, mis pensamientos distantes. Todo lo
que puedo hacer es sentir. La increíble ola amenaza, sé que estoy a
punto de ser llevada completamente, pero luego me sorprende.
Nick me arrastra a una posición sentada, su espalda apoyada
contra la cabecera de la cama, mis piernas alrededor de su cintura,
parecido a como estuvimos sentados hace un momento, cuando
todavía estábamos totalmente vestidos. Sólo que ahora estamos
desnudos, tanto física como emocionalmente, nuestros
cuerpos conectados, su carne enterrada tan profundamente dentro de la mía,
siento como si se hubiera incrustado en mí.
—Te estaba perdiendo —me conoce tan bien—, y no quería que
olvidarás con quién estás. Quién está a punto de hacerte venir. —Su voz
es profunda, tan profunda, como su pene y me estremezco a su
alrededor. Excitada por su tono posesivo, emocionada por sus dulces
palabras.
Nick me deshace completamente, con una mirada, con una
palabra, con un empuje de su cuerpo, con una lamida de su lengua.
Cada cosa que hace me devasta. Intoxica. Renueva.
Cada cosa dentro de mí.
—Nunca olvidaré con quién estoy —susurro contra sus labios antes
de besarlo. Sus manos están agarrando mis caderas, empujándome
hacia abajo y trabajo con él, ansiosa por la explosión, pero queriendo
alargarla por un poco más de tiempo.
Curva su mano alrededor de la parte de atrás de mi cabeza, sus
dedos anudados en mi cabello, en un agarre tan apretado que pica.
Pero saboreo el dolor, cómo me hace sentir viva. Cómo estar en los
brazos de Nick , tenerlo enterrado profundamente dentro de mí me
hace sentir.
Viva. Deseada. Amada.
Suspira mi nombre contra mis labios y sé que está cerca. Así como
yo. Me inclino de tal forma, frotándome contra él, meciéndome hacia él
y me derrumbo en pedazos con un pequeño grito, todo mi cuerpo
temblando. Cae justo después, su cuerpo temblando mientras gime de
exquisita agonía, sus manos agarrando con tanta fuerza mi cintura, casi
no puedo respirar.
Nos aferramos el uno al otro por largos minutos, nuestros cuerpos
todavía estremecidos, nuestras respiraciones lentamente
emparejándose. No quiero dejarlo ir, no quiero dejarlo salir de mi
cuerpo, sé que estoy siendo ridícula.
Pero no puedo controlarme. Nick Jonas me ha cambiado
para siempre, y el conocimiento me vigoriza y me aterra a la vez.
Todavía hay tanto que no sé.
Todavía tanto que necesito que me revele. Espantosas partes de
su vida que tengo miedo de conocer. Pero la verdad... ¿no dicen que la
verdad te hará libre?
Quiero liberar a Nick de la prisión que su pasado ha puesto sobre
él.
Y la única forma de hacerlo es si sé lo que pasó.
Y mañana, estoy decidida a averiguarlo.
Tengo que hacerlo.
Continuara...
Hey mis chicas como me lo pidieron
espero y les alla gustado el maraton vale
para que despues no digasn que soy mala onda
ya se van enterando de q va todo cierto que les parecio ???
los dos a decir verdad están jodidos con su pasado presente y todo pero
poco a poco va habiendo alguito de esperanzas xD
espero y les alla gustado el maraton vale
para que despues no digasn que soy mala onda
ya se van enterando de q va todo cierto que les parecio ???
los dos a decir verdad están jodidos con su pasado presente y todo pero
poco a poco va habiendo alguito de esperanzas xD
ElitzJb
Re: Segunda Oportunidad (novio) Nick y __TN (TERMINADA)
ahhh pobre de Nick!!! :(
Que mal lo del accidente de su hermanita!!
El no tuvo la culpa!!
Adele es una maldita desgraciada!!!
Siguela!!
Que mal lo del accidente de su hermanita!!
El no tuvo la culpa!!
Adele es una maldita desgraciada!!!
Siguela!!
aranzhitha
Re: Segunda Oportunidad (novio) Nick y __TN (TERMINADA)
mmm creo q tengo un mal presentimiento.... odio a adele -_- SALUDOS XOXO y siguela porfas pronto me encanta
Sam
Re: Segunda Oportunidad (novio) Nick y __TN (TERMINADA)
oye gracias por el maraton!pobre del nicho con lo de su hermanita!! me encantaron los caps!!siguela girl"!
nickelen
Re: Segunda Oportunidad (novio) Nick y __TN (TERMINADA)
La culpa no es de nick... Creo que la culpa de esa mujer....!!!!!!... Y bueno ... Lo bueno de esto es que estaba con la raayis!!!... Y mira que ahora si hay esperanza!!!!... Los dos pueden cambiar!!!!!...
chelis
Re: Segunda Oportunidad (novio) Nick y __TN (TERMINADA)
Hola!! Nueva Lectora!!! me encanto tu nove!!! esta geniall!!
Seguila pronto!!
PD: se pasaria por mi nove? Una Relación Por Conveniencia [Nick Jonas]
yThe Perfect Game [Joe Jonas]
Seguila pronto!!
PD: se pasaria por mi nove? Una Relación Por Conveniencia [Nick Jonas]
yThe Perfect Game [Joe Jonas]
Invitado
Invitado
Re: Segunda Oportunidad (novio) Nick y __TN (TERMINADA)
maratonnnnn no verdad???ya seria abusar mucho aaaajajapero siguelaaa siiii!;)
nickelen
Re: Segunda Oportunidad (novio) Nick y __TN (TERMINADA)
14
Día 7 (Partida), 9:00 a.m.
El curso del verdadero amor nunca se ejecutó sin problemas.
William Shakespeare
(NICK )
Dormimos con nuestros cuerpos desnudos entrelazados, de
espalda a ella con mis manos ahuecando sus pechos. Con
su fragante cabello en mi cara y sus piernas enredas con
las mías, me desperté duro como el acero y listo para tomarla de nuevo.
Y lo hice.
He tenido sexo con (Tn) cuatro veces desde anoche. Cada vez
es mejor que el anterior y me estaba enamorando de esta chica, es
patético. Increíble.
Finalmente me urge para salir de la cama, me dice que tenemos
que irnos y tiene razón. Cuatro horas de viaje en un ocupado día de
viaje, sé que probablemente va a tardar más de lo habitual.
Además, quiero escapar para así no tener que hacer frente a
Adele. O a mi padre. ¿Qué terrible es eso? Amo a mi papá, pero hoy…
hoy va a ser difícil para él. Y no sé si puedo lidiar con eso. De hecho, me
siento culpable, al ser tan feliz en este día, aunque no es el día exacto
de la muerte de Vanessa, está lo suficientemente cerca, pero quiero
superarlo.
Estoy cansado de la culpa y el agotamiento. La preocupación y
la vergüenza. Por una vez en mi vida, acabo de tener sexo con una
hermosa mujer durante toda la noche y quiero revelarlo. Quiero estar
con ella, tocarla, decirle lo mucho que significa para mí, en vez de huir y
esconderlo de todos.
(Tn) es tan jodidamente buena para mí, no puedo dejarla ir
jamás.
Nos duchamos juntos, porque soy goloso y ella también. Deslizo
mis dedos entre sus piernas y suavemente la llevo al orgasmo, mi boca
se funde con la de ella todo el tiempo, tragándose sus jadeos y gemidos
mientras el agua caliente cae sobre nosotros. Y entonces cae de rodillas
y me toma con su boca, con sus labios alrededor de mi polla, su lengua
mapea cada pedacito de mí hasta que me vengo en una ráfaga
estremecedora de aliento.
Eso en sí fue un punto de inflexión. Mis experiencias pasadas me
han hecho odiar las mamadas. Sólo porque me llenaban de esa
repugnancia cuando los recuerdos venían. La vergüenza, el horror de la
facilidad con que cedí ante la insistencia de una mujer que decía que
lo que hacíamos no estaba mal. Que no había nada de qué
avergonzarse.
Se equivocaba. Yo sabía que lo que hacíamos no estaba bien,
pero no podía controlarme, mis impulsos, mis respuestas a ella. Sabía
cómo despertarme y yo odiaba eso.
Odiaba en lo que me convirtió. Su juguete sexual, un juguete para
sacar, follar, masturbar y usar hasta que me cansara y me enfermara del
estómago. Más de una vez después de que se fue, contemplé el
suicidio. Pero no podía hacerlo. Me asustaba, tenía demasiado miedo
de lo que sucedería si viviera después de todo.
Así que me envolví en un caparazón. Un robot que sólo se movía,
viviendo mi vida, haciendo lo que suponía tenía que hacer y saliendo
muy bien adelante. Manteniendo a todos a distancia, enfrascándome
en el futbol y nada más.
Hasta que esta chica apareció y me intrigó. Me sorprendió. Me
intoxicó.
Me despojó completamente.
—Eres insaciable —me dijo después que nos secamos el uno al
otro con las toallas.
Sus palabras me congelaron. Adele me dijo más o menos lo
mismo esa noche en el club de campo. Esas palabras me habían
enfurecido. Me habían avergonzado.
Tanto como ahora lo hacían.
La sonrisa desaparece de los perfectos labios de (Tn) cuando la
miro fijamente, tratando de controlarme. No puedo perderlo, no así. No
después de pasar la noche más perfecta de mi vida con ella.
—¿Qué pasa? —pregunta.
Sacudo la cabeza y salgo del baño, dirigiéndome hacia mi
habitación para poder cambiarme. Ya terminé de empacar y estaba
casi listo para salir, a excepción de unas cuantas cosas. Tengo que salir
de aquí, lejos de esta casa. Lejos de esta vida. Ya no es una parte de mí,
y puedo sentir sus tentáculos espinosos enrollándose alrededor de mi
mente, tratando de aferrarse a mí y nunca dejarme escapar.
Unos minutos después (Tn) está en la habitación, vestida
apresuradamente, sus jeans aún están desabrochados, su camisa
puesta al azar. Se endereza sobre sus delgados hombros, ofreciendo
tentadores vislumbres de su piel distrayéndome momentáneamente.
Pero me doy cuenta de su mirada penetrante fijada en mí, no va
a dejarme escapar. —Dime lo qué está mal.
—Es sólo que… Estoy listo para irme. —Esa es una respuesta
bastante buena. Tiene que serla.
—Algo pasó allí. Quiero saber qué. —Cruza sus brazos sobre su
pecho, algo que no la he visto hacer en días y me doy cuenta de que
es un gesto defensivo. Está tratando de ser dura, mostrando que no va a
dar marcha atrás.
Bueno, no me echaré atrás tampoco. No podemos tener esta
conversación aquí. Ahora. —Déjalo (Tn) . En serio.
—No. —Da un paso hacia adelante y me empuja justo en mi
pecho con ambas manos—. Estoy cansada de fingir que no hay nada
malo. Estoy harta de que me explotes y me enloquezcas para que
luego me digas que estás bien. Sé que todavía estás llorando por tu
hermana. Sé que te sientes culpable por su muerte y lo entiendo. Pero
hay más en juego aquí. Algo más sucedió que no me estás diciendo. Y
realmente necesito que me lo digas, Nick .
Poco a poco sacudo la cabeza mientras a la vez saco el aire que
está en mis pulmones. —Yo… no puedo.
—Tienes que hacerlo. —Trata de empujarme de nuevo pero la
agarro por sus muñecas, deteniéndola—. Necesito saberlo. ¿Quién más
puede ayudarte a superarlo?
—Confía en mí, no lo quieres saber. —La dejo ir y me giro hacia mi
maleta que está sobre la cama, pero me agarra del brazo, haciéndome
girar y quedándome frente a ella un vez más.
—No me dejes fuera. Estoy aquí para ti. Después de todo lo que
hemos pasado, después de lo que acabamos de compartir. —Suspira y
cierra los ojos por un breve momento como si estuviera completamente
repuesta—. He desnudado mi cuerpo y mi alma a ti, y nunca pero
nunca he hecho eso por nadie. Así que por favor, te lo ruego. ¡Dime qué
demonios ha pasado!
La miro fijamente, desesperado por confesar pero asustado de
cómo fuera a reaccionar. Aparto mis labios, pero las palabras no salen.
Es como si el mundo estuviera sentado sobre mi pecho, aplastando mi
corazón y convirtiéndolo en polvo.
—¿Puedo adivinar? —Su voz es suave, me inclino a escucharla—.
Yo… tengo mis sospechas. ¿Puedo hacer preguntas y me contestas sí o
no?
Lo que sugiere es la manera cobarde. Y teniendo en cuenta que
soy bastante cobarde en este mismo momento, es la única salida para
mí.
Así que asiento.
Respirando hondo, toma un paso hacia atrás, apoyándose en el
aparador detrás de ella. —Todo lo que te ha pasado en tu pasado,
pasó aquí, ¿no es así? No pasó en la casa de huéspedes sino aquí, en
esta casa. No, en la escuela, no en cualquier otro lugar, ¿no?
Trago saliva y asiento una vez.
—Está bien. —Aprieta los labios, sus ojos nublados por lo que
parece ser preocupación—. Creo… que tiene que ver con Adele, ¿no?
Me quedo en silencio. Paralizado. Quiero decir que sí. Quiero
correr. Está tan cerca. Tan cerca de averiguarlo y entonces me doy
cuenta de que probablemente ya se ha dado cuenta, y estoy tan lleno
de vergüenza, me dan ganas de vomitar.
—Sí —digo en una respiración entrecortada, frotando el dorso de
mi mano por mi boca. Juro que voy a vomitar.
El miedo está en sus ojos cuando me mira. La simpatía, la
preocupación y las lágrimas que no quiero que las derrame por mí. —E-
Ella te abusó sexualmente, ¿verdad?
Niego con la cabeza, sorprendido por la elección de sus palabras.
—No abusó de mí. Sabía exactamente lo que hacía con ella.
La boca de (Tn) se abre. —¿Qué?
—Teníamos una aventura. Eso es todo. No abuso sexual, no estuvo
tocándome cuando era un niño pequeño. Vino a mí, me sedujo, me
enamoré de ella y tuvimos una aventura por años. —Escupo las últimas
palabras, tan disgustado conmigo mismo que casi no puedo ver bien—.
Allí (Tn) . Allí está tu respuesta. Ahora que lo tienes, ¿qué te parece?
Soy repugnante, ¿no? Furtivamente con mi madrastra, que se deslizaba
dentro de mi habitación en medio de la noche. Follándola con furia una
y otra vez. Siempre supo cómo ponerme duro y no podía soportar cuán
fácilmente ella tenía control sobre mí. —Estoy temblando, mi respiración
está tartamudeando en mis pulmones y mis dientes castañean. No
puedo creer que se lo haya dicho todo. Le dije todo. Todo.
(Tn) sólo se queda ahí boquiabierta, con los ojos aún inundados
de lágrimas. —¿Cómo cuantos años tenías cuando comenzó esto?
—Casi quince años. —Cachondo para follar, también. Adele lo
sabía. Era hermosa, misteriosa. Me halagaba, coqueteaba y yo
respondía. Es tan sólo once años mayor que yo, me había dicho que
nosotros teníamos más en común de lo que ella tenía con mi papá, y
luego la siguiente cosa que supe, fue ella entrando a escondidas a mi
habitación en medio de la noche, tocándome. Yendo hacia abajo,
haciéndome venir tan duro que pensé que iba a desmayarme.
Era joven,lleno de hormonas y con ganas de follar.
Constantemente. Y a pesar de la vergüenza y el odio que sentía por mí
mismo y por ella, secretamente quería darme el lote con ella. Buscaba
su atención porque por un breve momento, me sentí querido, deseado,
amado.
Y después, cuando me dejaba solo en mi habitación, me daba
vergüenza. Disgustado. Lleno de odio por ella y por mí mismo. Por mi
padre, que estaba completamente ciego a lo que pasaba. Por mi
madre, que murió cuando yo era joven y no estaba allí para
protegerme.
—Eras un niño y se aprovechó de ti, Nick . Eso no es una aventura
entre dos adultos consientes, tu madrastra abusaba de ti. —Su voz
tiembla, todo su cuerpo tiembla, al igual que el mío, y luego pasa la
cosa más loca.
Corre hacia mí y me agarra tan fuerte, como si nunca fuera a
dejarme ir. Está llorando, sollozando en mi camisa y poco a poco deslizo
mis brazos alrededor de ella y la abrazo. No tengo lágrimas, no hay
tristeza brotando desde mi interior. Estoy sin emociones. Blanco. Creo
que podría estar en shock.
Acabo de confesar mi más oscuro y sucio secreto, y (Tn) no
huyó. No se rió, no se burló de mí, no me señaló con un dedo acusador.
Por una vez en mi vida, siento que por fin he encontrado a alguien
que me entiende.
(TN)
Lo sabía. Por mucho que no quería hacerle frente, sabía que el
problema derivaba de Adele. A medida que la semana avanzaba, más
y más pistas fueron revelándose y crecieron mis sospechas.
Y ahora han sido confirmadas.
El odio me llena, tan abrumadoramente fuerte que estoy
mareada por él. Odio a esa mujer por lo que le ha hecho a Nick . Como
continua torturándolo. Es asquerosa. Es una puta pederasta que debería
estar en la cárcel, por el amor de Dios, ¿cómo se aprovechó de Nick ?
La odio con todo mí ser.
—Tenemos que irnos —le digo contra su pecho, con la voz
ahogada. Me alejo para poder mirarlo, noto que su rostro está
completamente desprovisto de emoción. Está en modo apagado y no
puedo reprenderlo ya que muy probablemente está usándolo como un
mecanismo de supervivencia.
En el momento en que regresemos a casa, le diré que tiene que ir
con un terapeuta profesional. Sacar lo que le pasó de su mente de una
vez por todas. No es que pueda olvidar sus experiencias pasadas para
siempre, pero al menos que pueda hablarlas con alguien. Buscaré
ayuda para que pueda hacerle frente mejor a todo.
—Nick . —Sacudo sus brazos y sus ojos se centran en mí una vez
más—. Tenemos que irnos. Ahora.
—Tienes razón. Vámonos.
Corro a mi habitación y tiro todo en mi maleta, luego subo la
cremallera. Agarro mi bolso, la sudadera que voy a llevar y echo un
vistazo alrededor de la habitación, asegurándome de que no haya
dejado nada.
Realmente no importa si lo hiciera. Quiero salir de aquí, no me
importa.
Espero a Nick en la sala, vigilando por la ventana, mi mirada
concentrada en la casa principal. No han salido aún para cualquier
cosa que planearan hacer para llorar la muerte de Vanessa. Veo el
Range Rover aparcado en el camino de la entrada de la casa, como si
el papá de Nick lo hubiera sacado con anticipación. Por lo menos no
está bloqueando la camioneta de Nick .
Gracias a Dios.
—¿Quieres despedirte de tu padre? —pregunto cuando entra a la
sala, con la bolsa colgada en su hombro, su expresión todavía un poco
en blanco.
Poco a poco, sacude la cabeza. —Le mandaré un mensaje de
texto. ¿Ya se han ido?
—No. —El pánico está evidente en mi voz por lo que me aclaro la
garganta, irritada conmigo misma—. Nick , no creo que sea una buena
idea de que vayamos allá…
—Yo tampoco —me interrumpe.
El alivio barre a través de mí y nos dirigimos a su camioneta con
pasos apresurados, mis movimientos francamente son desesperados ya
que tiro mi bolsa al angosto asiento trasero de su estrecha cabina. Se
sube a la camioneta al mismo tiempo que yo lo hago y golpeamos
nuestras puertas al unísono, Nick pincha la llave en la ignición.
Estamos tan cerca de salir de aquí, casi puedo saborearlo. Nunca
me he sentido tan feliz de dejar un lugar como lo estoy ahora en este
momento.
—¡Nicholas !
Giro bruscamente mi cabeza hacia la izquierda, miro con
incredulidad como Adele corre hacia la camioneta, parándose en la
puerta del lado del conductor. Está golpeando el cristal con el puño,
gritando por él para que baje la ventana y la mire fijamente. Él aún con
su mano en la palanca de cambios, listo para poner el camión en
sentido inverso.
—No lo hagas —murmuro—. No abras la ventana. Ya no se
merece tu atención, Nick .
—¿Y si le dice a mi papá? —Su voz es pequeña, suena como la
de un niño pequeño y mi corazón se rompe por él. Su dolor se ha
convertido en el mío.
—¿A quién le importa? No estás obrando mal en esta situación.
Ella sí.
Manteniendo su cabeza inclinada, extiende la mano y toca el
botón para que la ventana lentamente ruede. —¿Qué quieres? —
pregunta fríamente.
—Sólo… por favor, ven con nosotros. Te quiero allí, Nicholas . —Ella
me lanza una mirada fría y dura por un breve instante y luego la aleja.
Así como el frío, así tan duro.
La quiero destrozar, la odio tanto.
—Ya he visitado su tumba ayer. Presenté mis respetos a mi
hermana. ¿Qué más quieres de mí? —Su voz es como el hielo, su mirada
tan helada cuando la mira, es como si fuera alguien completamente
ajena.
—Hay muchas más cosas que no sabes y tengo que decírtelo. En
privado. Es importante, Nicholas . Por favor.
—Para de llamarlo así. —No puedo evitarlo, tengo que hacer que
se detenga. No puedo soportar la forma en que dice su nombre
completo.
—Es su nombre. —Su voz es plana—. ¿Y quién diablos eres tú para
decirme qué hacer?
—No le hables así. —Su voz es una advertencia, pero todavía no
parece afectar a Adele.
—Ella no es nada, Nicholas . Es una inútil. ¿Por qué pasas tiempo
con ella? ¿Es buena en la cama? ¿Abrió las piernas para ti
constantemente y es por eso que la tienes aquí? —Adele suena
francamente como una maniaca. Me niego a dejar que sus insultos me
afecten en absoluto.
Está tan debajo de mí por lo que le hizo a Nick , merece pudrirse
en el infierno.
—Por lo menos no soy un pedazo de mierda que abusa de
menores —murmuro en voz baja.
El grito que oigo venir de Adele indica claramente que no
murmuré lo suficientemente bajo. —¿Qué has dicho tú, pequeña perra?
Mierda, en que me metí ahora.
—Lo sabe, Adele —interviene Nick con dureza—. Lo sabe todo.
El pesado silencio que se asiente sobre los tres es casi doloroso. No
puedo mirarla. Mantengo mi enfoque en mis temblorosas rodillas,
haciendo mi mejor esfuerzo para mantener mi respiración uniforme y
controlada. Echo un vistazo a Nick por el rabillo de mi ojo, veo la señal
en su mandíbula, la forma en que está agarrando el volante con tanta
fuerza que sus nudillos están blancos.
—Bien. —Su voz chilla y suelta una pequeña tos—. Así que. ¿Le
dijiste todo, hmm? ¿Sabe sobre nuestra pequeña aventura?
—Abusar sexualmente de un niño de quince años está muy lejos
de ser una aventura. —Cierro mis labios con fuerza y cierro los ojos. Mi
mamá siempre me decía que mi bocaza me metería en problemas.
Supongo que tenía razón.
—De acuerdo, quieres que lo sepa todo, entonces seguiré
adelante y te diré lo que quería decirte en privado delante de tu puta
bocona en su lugar. —Su voz es dulce y brillante, tan desconcertante
que no puedo evitar levantar la cabeza y mirarla.
No me gusta lo que veo. Hay un brillo asesino en sus ojos y su boca
se curva hacia arriba en una sonrisa enloquecida. Claramente está a
punto de volverse loca.
—Debemos irnos —le susurro a Nick y sin decir una palabra
enciende el motor.
—¿No quieres escuchar lo que tengo que decir? —pregunta en
una escalofriante voz cantarina.
—En realidad no. —Él mantiene su mirada enfocada en el volante.
—Eso es malo. Debido a que se trata de Vanessa.
Él se gira para mirarla, al igual que yo. —¿Qué pasa con ella?
—He estado tratando de decirte esto que casi siento que ha
pasado una eternidad, sólo que el momento nunca era propicio. Pero
necesitas saberlo. Siempre he sentido que era la verdad… pero no
estaba segura. Ahora lo sé, sin embargo. Sin lugar a dudas, lo sé.
—Escúpelo, Adele.
Mi estómago se revuelve mientras espero. El miedo hace que mis
manos se pongan pegajosas y me aferro a mis rodillas, muerta de miedo
por lo que está a punto de decir.
—Vanessa no era tu hermana, Nicholas . —Adele hace una pausa,
la sonrisa que dispara a mi dirección es devastadora—. Era tu hija.
Día 7 (Partida), 9:00 a.m.
El curso del verdadero amor nunca se ejecutó sin problemas.
William Shakespeare
(NICK )
Dormimos con nuestros cuerpos desnudos entrelazados, de
espalda a ella con mis manos ahuecando sus pechos. Con
su fragante cabello en mi cara y sus piernas enredas con
las mías, me desperté duro como el acero y listo para tomarla de nuevo.
Y lo hice.
He tenido sexo con (Tn) cuatro veces desde anoche. Cada vez
es mejor que el anterior y me estaba enamorando de esta chica, es
patético. Increíble.
Finalmente me urge para salir de la cama, me dice que tenemos
que irnos y tiene razón. Cuatro horas de viaje en un ocupado día de
viaje, sé que probablemente va a tardar más de lo habitual.
Además, quiero escapar para así no tener que hacer frente a
Adele. O a mi padre. ¿Qué terrible es eso? Amo a mi papá, pero hoy…
hoy va a ser difícil para él. Y no sé si puedo lidiar con eso. De hecho, me
siento culpable, al ser tan feliz en este día, aunque no es el día exacto
de la muerte de Vanessa, está lo suficientemente cerca, pero quiero
superarlo.
Estoy cansado de la culpa y el agotamiento. La preocupación y
la vergüenza. Por una vez en mi vida, acabo de tener sexo con una
hermosa mujer durante toda la noche y quiero revelarlo. Quiero estar
con ella, tocarla, decirle lo mucho que significa para mí, en vez de huir y
esconderlo de todos.
(Tn) es tan jodidamente buena para mí, no puedo dejarla ir
jamás.
Nos duchamos juntos, porque soy goloso y ella también. Deslizo
mis dedos entre sus piernas y suavemente la llevo al orgasmo, mi boca
se funde con la de ella todo el tiempo, tragándose sus jadeos y gemidos
mientras el agua caliente cae sobre nosotros. Y entonces cae de rodillas
y me toma con su boca, con sus labios alrededor de mi polla, su lengua
mapea cada pedacito de mí hasta que me vengo en una ráfaga
estremecedora de aliento.
Eso en sí fue un punto de inflexión. Mis experiencias pasadas me
han hecho odiar las mamadas. Sólo porque me llenaban de esa
repugnancia cuando los recuerdos venían. La vergüenza, el horror de la
facilidad con que cedí ante la insistencia de una mujer que decía que
lo que hacíamos no estaba mal. Que no había nada de qué
avergonzarse.
Se equivocaba. Yo sabía que lo que hacíamos no estaba bien,
pero no podía controlarme, mis impulsos, mis respuestas a ella. Sabía
cómo despertarme y yo odiaba eso.
Odiaba en lo que me convirtió. Su juguete sexual, un juguete para
sacar, follar, masturbar y usar hasta que me cansara y me enfermara del
estómago. Más de una vez después de que se fue, contemplé el
suicidio. Pero no podía hacerlo. Me asustaba, tenía demasiado miedo
de lo que sucedería si viviera después de todo.
Así que me envolví en un caparazón. Un robot que sólo se movía,
viviendo mi vida, haciendo lo que suponía tenía que hacer y saliendo
muy bien adelante. Manteniendo a todos a distancia, enfrascándome
en el futbol y nada más.
Hasta que esta chica apareció y me intrigó. Me sorprendió. Me
intoxicó.
Me despojó completamente.
—Eres insaciable —me dijo después que nos secamos el uno al
otro con las toallas.
Sus palabras me congelaron. Adele me dijo más o menos lo
mismo esa noche en el club de campo. Esas palabras me habían
enfurecido. Me habían avergonzado.
Tanto como ahora lo hacían.
La sonrisa desaparece de los perfectos labios de (Tn) cuando la
miro fijamente, tratando de controlarme. No puedo perderlo, no así. No
después de pasar la noche más perfecta de mi vida con ella.
—¿Qué pasa? —pregunta.
Sacudo la cabeza y salgo del baño, dirigiéndome hacia mi
habitación para poder cambiarme. Ya terminé de empacar y estaba
casi listo para salir, a excepción de unas cuantas cosas. Tengo que salir
de aquí, lejos de esta casa. Lejos de esta vida. Ya no es una parte de mí,
y puedo sentir sus tentáculos espinosos enrollándose alrededor de mi
mente, tratando de aferrarse a mí y nunca dejarme escapar.
Unos minutos después (Tn) está en la habitación, vestida
apresuradamente, sus jeans aún están desabrochados, su camisa
puesta al azar. Se endereza sobre sus delgados hombros, ofreciendo
tentadores vislumbres de su piel distrayéndome momentáneamente.
Pero me doy cuenta de su mirada penetrante fijada en mí, no va
a dejarme escapar. —Dime lo qué está mal.
—Es sólo que… Estoy listo para irme. —Esa es una respuesta
bastante buena. Tiene que serla.
—Algo pasó allí. Quiero saber qué. —Cruza sus brazos sobre su
pecho, algo que no la he visto hacer en días y me doy cuenta de que
es un gesto defensivo. Está tratando de ser dura, mostrando que no va a
dar marcha atrás.
Bueno, no me echaré atrás tampoco. No podemos tener esta
conversación aquí. Ahora. —Déjalo (Tn) . En serio.
—No. —Da un paso hacia adelante y me empuja justo en mi
pecho con ambas manos—. Estoy cansada de fingir que no hay nada
malo. Estoy harta de que me explotes y me enloquezcas para que
luego me digas que estás bien. Sé que todavía estás llorando por tu
hermana. Sé que te sientes culpable por su muerte y lo entiendo. Pero
hay más en juego aquí. Algo más sucedió que no me estás diciendo. Y
realmente necesito que me lo digas, Nick .
Poco a poco sacudo la cabeza mientras a la vez saco el aire que
está en mis pulmones. —Yo… no puedo.
—Tienes que hacerlo. —Trata de empujarme de nuevo pero la
agarro por sus muñecas, deteniéndola—. Necesito saberlo. ¿Quién más
puede ayudarte a superarlo?
—Confía en mí, no lo quieres saber. —La dejo ir y me giro hacia mi
maleta que está sobre la cama, pero me agarra del brazo, haciéndome
girar y quedándome frente a ella un vez más.
—No me dejes fuera. Estoy aquí para ti. Después de todo lo que
hemos pasado, después de lo que acabamos de compartir. —Suspira y
cierra los ojos por un breve momento como si estuviera completamente
repuesta—. He desnudado mi cuerpo y mi alma a ti, y nunca pero
nunca he hecho eso por nadie. Así que por favor, te lo ruego. ¡Dime qué
demonios ha pasado!
La miro fijamente, desesperado por confesar pero asustado de
cómo fuera a reaccionar. Aparto mis labios, pero las palabras no salen.
Es como si el mundo estuviera sentado sobre mi pecho, aplastando mi
corazón y convirtiéndolo en polvo.
—¿Puedo adivinar? —Su voz es suave, me inclino a escucharla—.
Yo… tengo mis sospechas. ¿Puedo hacer preguntas y me contestas sí o
no?
Lo que sugiere es la manera cobarde. Y teniendo en cuenta que
soy bastante cobarde en este mismo momento, es la única salida para
mí.
Así que asiento.
Respirando hondo, toma un paso hacia atrás, apoyándose en el
aparador detrás de ella. —Todo lo que te ha pasado en tu pasado,
pasó aquí, ¿no es así? No pasó en la casa de huéspedes sino aquí, en
esta casa. No, en la escuela, no en cualquier otro lugar, ¿no?
Trago saliva y asiento una vez.
—Está bien. —Aprieta los labios, sus ojos nublados por lo que
parece ser preocupación—. Creo… que tiene que ver con Adele, ¿no?
Me quedo en silencio. Paralizado. Quiero decir que sí. Quiero
correr. Está tan cerca. Tan cerca de averiguarlo y entonces me doy
cuenta de que probablemente ya se ha dado cuenta, y estoy tan lleno
de vergüenza, me dan ganas de vomitar.
—Sí —digo en una respiración entrecortada, frotando el dorso de
mi mano por mi boca. Juro que voy a vomitar.
El miedo está en sus ojos cuando me mira. La simpatía, la
preocupación y las lágrimas que no quiero que las derrame por mí. —E-
Ella te abusó sexualmente, ¿verdad?
Niego con la cabeza, sorprendido por la elección de sus palabras.
—No abusó de mí. Sabía exactamente lo que hacía con ella.
La boca de (Tn) se abre. —¿Qué?
—Teníamos una aventura. Eso es todo. No abuso sexual, no estuvo
tocándome cuando era un niño pequeño. Vino a mí, me sedujo, me
enamoré de ella y tuvimos una aventura por años. —Escupo las últimas
palabras, tan disgustado conmigo mismo que casi no puedo ver bien—.
Allí (Tn) . Allí está tu respuesta. Ahora que lo tienes, ¿qué te parece?
Soy repugnante, ¿no? Furtivamente con mi madrastra, que se deslizaba
dentro de mi habitación en medio de la noche. Follándola con furia una
y otra vez. Siempre supo cómo ponerme duro y no podía soportar cuán
fácilmente ella tenía control sobre mí. —Estoy temblando, mi respiración
está tartamudeando en mis pulmones y mis dientes castañean. No
puedo creer que se lo haya dicho todo. Le dije todo. Todo.
(Tn) sólo se queda ahí boquiabierta, con los ojos aún inundados
de lágrimas. —¿Cómo cuantos años tenías cuando comenzó esto?
—Casi quince años. —Cachondo para follar, también. Adele lo
sabía. Era hermosa, misteriosa. Me halagaba, coqueteaba y yo
respondía. Es tan sólo once años mayor que yo, me había dicho que
nosotros teníamos más en común de lo que ella tenía con mi papá, y
luego la siguiente cosa que supe, fue ella entrando a escondidas a mi
habitación en medio de la noche, tocándome. Yendo hacia abajo,
haciéndome venir tan duro que pensé que iba a desmayarme.
Era joven,lleno de hormonas y con ganas de follar.
Constantemente. Y a pesar de la vergüenza y el odio que sentía por mí
mismo y por ella, secretamente quería darme el lote con ella. Buscaba
su atención porque por un breve momento, me sentí querido, deseado,
amado.
Y después, cuando me dejaba solo en mi habitación, me daba
vergüenza. Disgustado. Lleno de odio por ella y por mí mismo. Por mi
padre, que estaba completamente ciego a lo que pasaba. Por mi
madre, que murió cuando yo era joven y no estaba allí para
protegerme.
—Eras un niño y se aprovechó de ti, Nick . Eso no es una aventura
entre dos adultos consientes, tu madrastra abusaba de ti. —Su voz
tiembla, todo su cuerpo tiembla, al igual que el mío, y luego pasa la
cosa más loca.
Corre hacia mí y me agarra tan fuerte, como si nunca fuera a
dejarme ir. Está llorando, sollozando en mi camisa y poco a poco deslizo
mis brazos alrededor de ella y la abrazo. No tengo lágrimas, no hay
tristeza brotando desde mi interior. Estoy sin emociones. Blanco. Creo
que podría estar en shock.
Acabo de confesar mi más oscuro y sucio secreto, y (Tn) no
huyó. No se rió, no se burló de mí, no me señaló con un dedo acusador.
Por una vez en mi vida, siento que por fin he encontrado a alguien
que me entiende.
(TN)
Lo sabía. Por mucho que no quería hacerle frente, sabía que el
problema derivaba de Adele. A medida que la semana avanzaba, más
y más pistas fueron revelándose y crecieron mis sospechas.
Y ahora han sido confirmadas.
El odio me llena, tan abrumadoramente fuerte que estoy
mareada por él. Odio a esa mujer por lo que le ha hecho a Nick . Como
continua torturándolo. Es asquerosa. Es una puta pederasta que debería
estar en la cárcel, por el amor de Dios, ¿cómo se aprovechó de Nick ?
La odio con todo mí ser.
—Tenemos que irnos —le digo contra su pecho, con la voz
ahogada. Me alejo para poder mirarlo, noto que su rostro está
completamente desprovisto de emoción. Está en modo apagado y no
puedo reprenderlo ya que muy probablemente está usándolo como un
mecanismo de supervivencia.
En el momento en que regresemos a casa, le diré que tiene que ir
con un terapeuta profesional. Sacar lo que le pasó de su mente de una
vez por todas. No es que pueda olvidar sus experiencias pasadas para
siempre, pero al menos que pueda hablarlas con alguien. Buscaré
ayuda para que pueda hacerle frente mejor a todo.
—Nick . —Sacudo sus brazos y sus ojos se centran en mí una vez
más—. Tenemos que irnos. Ahora.
—Tienes razón. Vámonos.
Corro a mi habitación y tiro todo en mi maleta, luego subo la
cremallera. Agarro mi bolso, la sudadera que voy a llevar y echo un
vistazo alrededor de la habitación, asegurándome de que no haya
dejado nada.
Realmente no importa si lo hiciera. Quiero salir de aquí, no me
importa.
Espero a Nick en la sala, vigilando por la ventana, mi mirada
concentrada en la casa principal. No han salido aún para cualquier
cosa que planearan hacer para llorar la muerte de Vanessa. Veo el
Range Rover aparcado en el camino de la entrada de la casa, como si
el papá de Nick lo hubiera sacado con anticipación. Por lo menos no
está bloqueando la camioneta de Nick .
Gracias a Dios.
—¿Quieres despedirte de tu padre? —pregunto cuando entra a la
sala, con la bolsa colgada en su hombro, su expresión todavía un poco
en blanco.
Poco a poco, sacude la cabeza. —Le mandaré un mensaje de
texto. ¿Ya se han ido?
—No. —El pánico está evidente en mi voz por lo que me aclaro la
garganta, irritada conmigo misma—. Nick , no creo que sea una buena
idea de que vayamos allá…
—Yo tampoco —me interrumpe.
El alivio barre a través de mí y nos dirigimos a su camioneta con
pasos apresurados, mis movimientos francamente son desesperados ya
que tiro mi bolsa al angosto asiento trasero de su estrecha cabina. Se
sube a la camioneta al mismo tiempo que yo lo hago y golpeamos
nuestras puertas al unísono, Nick pincha la llave en la ignición.
Estamos tan cerca de salir de aquí, casi puedo saborearlo. Nunca
me he sentido tan feliz de dejar un lugar como lo estoy ahora en este
momento.
—¡Nicholas !
Giro bruscamente mi cabeza hacia la izquierda, miro con
incredulidad como Adele corre hacia la camioneta, parándose en la
puerta del lado del conductor. Está golpeando el cristal con el puño,
gritando por él para que baje la ventana y la mire fijamente. Él aún con
su mano en la palanca de cambios, listo para poner el camión en
sentido inverso.
—No lo hagas —murmuro—. No abras la ventana. Ya no se
merece tu atención, Nick .
—¿Y si le dice a mi papá? —Su voz es pequeña, suena como la
de un niño pequeño y mi corazón se rompe por él. Su dolor se ha
convertido en el mío.
—¿A quién le importa? No estás obrando mal en esta situación.
Ella sí.
Manteniendo su cabeza inclinada, extiende la mano y toca el
botón para que la ventana lentamente ruede. —¿Qué quieres? —
pregunta fríamente.
—Sólo… por favor, ven con nosotros. Te quiero allí, Nicholas . —Ella
me lanza una mirada fría y dura por un breve instante y luego la aleja.
Así como el frío, así tan duro.
La quiero destrozar, la odio tanto.
—Ya he visitado su tumba ayer. Presenté mis respetos a mi
hermana. ¿Qué más quieres de mí? —Su voz es como el hielo, su mirada
tan helada cuando la mira, es como si fuera alguien completamente
ajena.
—Hay muchas más cosas que no sabes y tengo que decírtelo. En
privado. Es importante, Nicholas . Por favor.
—Para de llamarlo así. —No puedo evitarlo, tengo que hacer que
se detenga. No puedo soportar la forma en que dice su nombre
completo.
—Es su nombre. —Su voz es plana—. ¿Y quién diablos eres tú para
decirme qué hacer?
—No le hables así. —Su voz es una advertencia, pero todavía no
parece afectar a Adele.
—Ella no es nada, Nicholas . Es una inútil. ¿Por qué pasas tiempo
con ella? ¿Es buena en la cama? ¿Abrió las piernas para ti
constantemente y es por eso que la tienes aquí? —Adele suena
francamente como una maniaca. Me niego a dejar que sus insultos me
afecten en absoluto.
Está tan debajo de mí por lo que le hizo a Nick , merece pudrirse
en el infierno.
—Por lo menos no soy un pedazo de mierda que abusa de
menores —murmuro en voz baja.
El grito que oigo venir de Adele indica claramente que no
murmuré lo suficientemente bajo. —¿Qué has dicho tú, pequeña perra?
Mierda, en que me metí ahora.
—Lo sabe, Adele —interviene Nick con dureza—. Lo sabe todo.
El pesado silencio que se asiente sobre los tres es casi doloroso. No
puedo mirarla. Mantengo mi enfoque en mis temblorosas rodillas,
haciendo mi mejor esfuerzo para mantener mi respiración uniforme y
controlada. Echo un vistazo a Nick por el rabillo de mi ojo, veo la señal
en su mandíbula, la forma en que está agarrando el volante con tanta
fuerza que sus nudillos están blancos.
—Bien. —Su voz chilla y suelta una pequeña tos—. Así que. ¿Le
dijiste todo, hmm? ¿Sabe sobre nuestra pequeña aventura?
—Abusar sexualmente de un niño de quince años está muy lejos
de ser una aventura. —Cierro mis labios con fuerza y cierro los ojos. Mi
mamá siempre me decía que mi bocaza me metería en problemas.
Supongo que tenía razón.
—De acuerdo, quieres que lo sepa todo, entonces seguiré
adelante y te diré lo que quería decirte en privado delante de tu puta
bocona en su lugar. —Su voz es dulce y brillante, tan desconcertante
que no puedo evitar levantar la cabeza y mirarla.
No me gusta lo que veo. Hay un brillo asesino en sus ojos y su boca
se curva hacia arriba en una sonrisa enloquecida. Claramente está a
punto de volverse loca.
—Debemos irnos —le susurro a Nick y sin decir una palabra
enciende el motor.
—¿No quieres escuchar lo que tengo que decir? —pregunta en
una escalofriante voz cantarina.
—En realidad no. —Él mantiene su mirada enfocada en el volante.
—Eso es malo. Debido a que se trata de Vanessa.
Él se gira para mirarla, al igual que yo. —¿Qué pasa con ella?
—He estado tratando de decirte esto que casi siento que ha
pasado una eternidad, sólo que el momento nunca era propicio. Pero
necesitas saberlo. Siempre he sentido que era la verdad… pero no
estaba segura. Ahora lo sé, sin embargo. Sin lugar a dudas, lo sé.
—Escúpelo, Adele.
Mi estómago se revuelve mientras espero. El miedo hace que mis
manos se pongan pegajosas y me aferro a mis rodillas, muerta de miedo
por lo que está a punto de decir.
—Vanessa no era tu hermana, Nicholas . —Adele hace una pausa,
la sonrisa que dispara a mi dirección es devastadora—. Era tu hija.
que tal les pareció la bomba atómica que la puñetera de adele le soltó....
has es q se merece que la fusilen :muere:
bueno ya verán como reaccionara el ...
nos leeremos pronto se me cuidan vale
gracias x sus comentarios
ElitzJb
Re: Segunda Oportunidad (novio) Nick y __TN (TERMINADA)
NO LO PUEDO CREEEERR ESA VIEJAAA!!!! AAAARRRGGG!!!!!... YO SI LA MAAATOOO!!!!.... LAAA MAAATOOOO!!!!!
SIIGUEEE LA PORFIISS
SIIGUEEE LA PORFIISS
chelis
Re: Segunda Oportunidad (novio) Nick y __TN (TERMINADA)
ya lo sospechaba!!! Es demasiado posesiva con Nick!
Adele eres una pedofila que no merece que la amen!!
Se va a quedar sola!!
Siguela!!
Adele eres una pedofila que no merece que la amen!!
Se va a quedar sola!!
Siguela!!
aranzhitha
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