La puerta de los sueños.{Capítulo 01 publicado, ven, no odies a Louis.

Capítulo 01

-¡Eres tan molesto, solo fui a dar un paseo, no tienes porque reprenderme por llegar tarde, soy adulta y sé lo que hago!-grita mi madre, doy un bufido, su voz era limpia, no había ninguna señal de que ha tomado alcohol.
 
-¡Pero me preocupo por ti, se supone que debes de dar un ejemplo a tu hija, que clase de madre estas siendo!-le grita de vuelta mi padre, abrazo mi almohada y cierro los ojos, desde que cumplí los 15 todo ha cambiado, ya nada es igual, tan solo han pasado 6 meses, 6 meses de tortura.
 
-¿Preocuparte por mí? ¿Enserio? ¿¡Desde cuando, desde que la otra te dejó!?-la voz quebrantada de mi madre me hizo estremecer, iba a llorar, de eso no había duda.
 
-¿Qué otra? ¡Estas demente, yo no me he acostado con otra mujer que no seas tú!-le grita mi padre adolorido, las lagrimas empiezan a bajar por mis mejillas, esto es demasiado, odio esto, desearía que todo fuera como antes.
 
-Mientes, me han dicho que estás con otra, y lo vi con mis propios ojos.-la voz quebrada de mi madre me hace sollozar en silencio, me levanto y cojo mi celular, marco el número de Mike.
 
-¿Hola?-contesta su voz adormilada, sollozo, no soy capaz de contestar.- ¿Jess? ¿Eres tú?-pregunta, su voz preocupada inundó mis oídos.
 
-Mike….Otra vez se pelean.-logro decir, un suspiro se escucha desde la otra línea.
 
-Ya voy para allá.-dice firmemente, niego con la cabeza, al darme cuenta de mi tontees me golpeo mentalmente.
 
-N-no, no vengas, no quiero molestarte, solo quiero escuchar tu voz.-le susurro a mi mejor amigo, el suspira, a pesar de no verle, sé que ladea la cabeza.


-Bien, será como quieras, ¿Qué quieres que diga hermosa?-susurra con voz tranquila, cierro los ojos al sentir como mi piel se pone de gallina al escuchar su voz.
 
-¿Qué te parece si me cuentas un cuento hasta quedar dormida?-me sonrojo, agradezco que no me pueda ver, el ríe levemente.
 
-¿Ahora eres una niña? ¿Quieres que te cuente el de la “Cenicienta” o “La Bella y la Bestia”? tú eliges.-comenta divertido, río, por eso lo quiero tanto, sabe cómo sacarme una sonrisa en mis momentos tristes.
 
-Emm, y… ¿Qué tal si me dices lo que pasó hoy en tu viaje al campo?-le pregunto tímida, el hace sonidos como de estar pensando.
 
-No suena nada mal, hoy mi madre me preguntó si soy virgen.-comenta confundido, no pude evitar reír.-No te rías señorita.-me amenaza.
 
-Ya, perdón, ¿Y qué respondiste?-pregunté con  curiosidad, el suspira y se queja.
 
-La verdad, que aún sigo siéndolo  y que espero por la indicada, fue algo incomodo, pero a decir verdad, me hizo sentir algo gay decir eso.-su voz era divertida, no pude evitar reír.
 
Así me pasé la noche, hablando de cómo Mike se la pasó en su visita al campo, me sentí bien al hablar con él, me olvidé por completo de la pelea de mis padres y me quedé profundamente tranquila al escuchar su voz, Mike y yo somos amigos desde los tres años, el vive a unas 6 casas de la mía, la manera en que nos conocimos fue muy graciosa, estaba jugando con mi pelota y se me  fue rebotando hasta dar con la cabeza de Mike, quien me tiró una bola de lodo ensuciando mi vestimenta, ambos hicimos una guerra de bolas de lodo y desde ese día somos los mejores amigos. Suspiro mientras me despedía de él con simple “Adiós”  cerré mis ojos para poder quedarme dormida, y así  lo hice, me quedé dormida en los brazos del señor ese que mencionan en las novelas.
 
A la mañana siguiente me despierto por el sonido molesto de mi celular, he descargado la canción que cantan los minions, amo esas criaturas pequeñas y amarillentas, como quisiera adoptar uno, me levanto con pereza en busca de mi aparato electrónico, me froto los ojos con frustración al no encontrar mi celular.


-“Ba ba ba, ba banana”-se escuchaba la voz de esos animalitos tan tiernos y comestibles, doy un bufido.


-Aparece artefacto inmune.-comento molesta, entonces lo miro encima  de la mesita que está al lado de mi cama, me sonrojo por no acodarme de que lo puse a cargar la noche entera. -Puff, ya sabía que estaba ahí.-comento con un tono divertido.
 
Cogí mi móvil y apagué aquella canción que ya me estaba empezando a hartar, al ver la hora doy un bufido, genial, las 6:15 a.m., me hato mi enmarañado cabello en una cola alta y busco lo que me pondré, no tardé mucho, no soy de esas que tardan en buscar algo por mucho tiempo, me dirijo al baño y me doy una ducha, al terminar de darme aquella ducha con agua fría-la cual al entrar no pude evitar dar un grito.- me puse la ropa interior y el pantalón, luego me puse el desodorante y la blusa blanca que he escogido, luego me puse la chaqueta y unos tenis los cuales no supe la marca, soy pésima con las marcas, incluyendo el de la ropa, me veo en el espejo y bufo, soy un feto en desarrollo, de eso no hay duda.
 
-Una cola alta no es un buen peinado, ¿Por qué no mejor te dejas el pelo suelto? Tus rizos están hermosos.-la voz de mi madre me hace girar y mirarla sin ninguna expresión, en sus ojos se podía apreciar el verbo cansancio, le sonrío sin muchas ganas.
 
-Eh, si, pero no creo que mi cabello este bien para este día, ha amanecido como si un ratón hiciera un nido en el.-le contesto haciendo una mueca de disgusto, ella me mira riendo y negando con la cabeza.
 
-Te pareces a mi cuando tenía tu edad, no importaba que dijera mamá, para mí me veía como si un dinosaurio me cagara encima.-y esa señores y señoras era mi madre, sonrío y decido dejar mi cabello suelto.
 
-Ugh, me veo así, pero como dice Demi Lovato, “I really don`t care”-comento sonriendo, ella me mira nuevamente con sus azulados ojos, se acerca a mí y me abraza, y entonces empieza a sollozar, mi sonrisa se desvanece poco a poco.
 
-Como me gustaría que todo fuera como antes.-solloza en mi hombro, mis ojos arden, y solo es señal de que en pocos segundos seguro lloro.
 
-Ma…por favor, mantente fuerte, estoy aquí para ti.-comento con voz quebrada, ella se separa y se seca las lagrimas.
 
-Lo intento querida, lo intento por nosotras.-acaricia mi mejilla y me mira adolorida, sonrío débilmente y beso su frente, para poder besar su frente tuve que agacharme un poco, mi madre resulta algo bajita o yo soy muy alta.
 
-Bueno ma, tengo hambre, así que vamos a desayunar y luego voy al cole.-tomo su mano y la llevo escaleras abajo.
 
Al llegar a la planta de abajo mi madre me sorprende con mi desayuno favorito, sándwiches, hablamos un poco sobre cosas que seguro a ustedes no les importaría, mi madre se despidió de mi cuando dieron las 7:40, por lo que me fui corriendo-no es enserio, correr por las mañanas  me da pereza- para llegar al colegio.  En todo el camino no pude evitar pensar en alguna idea para mis vacaciones de navidad, ya casi venían los exámenes y luego de ellos las vacaciones de navidad, suspiro y ladeo mi cabeza, y si mis padres seguían peleando, creo que tendré que irme antes de lo esperado.
 
-¡Mairim!-escucho la voz femenina de mi mejor amiga, frunzo el ceño al verla, estaba peor que yo, y de eso no había duda.
 
-¿Qué rayos….?
 
-No preguntes y ven conmigo.-me corta tomando de mi mano y llevándome a no sé donde, ruedo los ojos y me dejo llevar, paramos en el jardín del colegio, bueno, esto será extraño.
 
-¿Qué sucede esta vez?-pregunto enarcando una ceja, la miro a sus ojos mieles y suspira,  mueve su pie rítmicamente dándome a saber lo nerviosa que esta.
 
-He besado a Mike.-dice mirándome asustada.


-¿Qué tu qué?-exclamo sorprendida, en sus ojos se forman lagrimas, las cuales, no tardaron en salir.


-Lo he besado, no sabía que me pasaba, yo simplemente lo hice, fue un impulso.-al terminar de decir aquello, un sollozo sale de sus labios, pestañeo varias veces antes de saber lo que acaba de decir mi castaña amiga.
 
-Yo…no sé qué decir respecto a eso Leila, a mí nunca me había pasado algo así.-respondo en un murmuro, que sólo ella puede escuchar.
 
-Soy la peor del mundo, ahora no sé cómo le veré la cara, ¿Qué crees que el piense de mí? Joder, somos como hermanos.-su voz denotaba angustia y molestia, una molestia que lleva consigo misma, me aparto de ella y le miro sin ninguna expresión, no puedo con esto.
 
-No lo sé ¿Si? No lo sé, no me preguntes cosas que no entiendo, yo ni siquiera sé qué hacer con mi vida, es una total mierda, no sé qué hacer para que mis padres dejen de pelear, no sé qué hacer con mis sentimientos, ya que es raro que ame a una persona que ni es persona, no existe, eso duele, también duele el hecho de saber que te has besado con Mike, ya que se supone que el no diría lo que siente por ti hasta que el esté decidido.-me tapo la boca al saber lo que he dicho, al ver a Mike, ¿Desde cuándo el estaba ahí?-Mike yo…enserio lo siento, yo no debí decirlo-comento realmente apenada, el niega con la cabeza mientras Leila pestañea varias veces y mira a Mike.
 
-¿Yo te gusto?-pregunta mirándole, el abre la boca para poder responder, pero nada sale, yo agacho mi cabeza y muerdo mi lengua, debería de dejar de hablar y callar. No entiendo porqué me duele tanto el que ellos se besen, el que a Mike le guste Leila, es decir, los dos pueden estar juntos.
 
-Yo…mejor los dejo a solas.-digo dando la vuelta y corro, a mis espaldas escucho la voz de Mike, pero no le hago caso y sigo corriendo directo al baño. Que estúpida soy.
 
Me encierro en uno de los baños, y caigo al suelo mientras las lágrimas salen por si  solas de mis ojos, ¿Porqué lloro? Esto es tan estúpido, los sentimientos los son, al igual que yo pensara que por lo menos Mike sentía algo por mí, pero claro, nadie puede sentir algo por mí. Ahora que lo pienso, estoy enamorada de mi mejor amigo, pero él no siente nada por mí, y menos lo hará. El sonido de alguien entrando me hace sobre saltar, la puerta se abre, dejando a la vista a un chico de ojos azules y cabello negro, su piel era algo pálida, su ceño se frunce al verme, me seco las lágrimas y me levanto con el ceño fruncido.


-¿Qué haces aquí? Es el baño de chicas.-le digo con voz temblorosa a causa del llanto, el me mira sorprendido.


-¿Me puedes ver?-lo miro confusa, pero antes de que diga algo, el se me adelanta.-Este es el baño de chicos pequeña.-dice divertido, mis ojos se abren como platos ante su repuesta, y al fijarme bien de la estructura del baño caigo en cuenta que es cierto, mis mejillas no tardan en adoptar el color rojo del tomate.
 
-Oh no.-murmuro apretando los puños, ¿No puedo ser más idiota?-Yo… mejor me voy.-murmuro aquellas palabras dispuesta a salir, por lo que cojo mi mochila y decido salir de ahí con toda la vergüenza del mundo, pero el chico me toma de la mano y me gira.
 
-¿No crees que sería raro que salgas y luego yo?-sonríe de lado, yo frunzo el ceño, mierda, tiene razón. Su riza me desconcierta.-Pareces ser una niña buena, pero destrozada por dentro, no me digas, ¿Un amor mal correspondido?-eso fue suficiente para que me enojara con aquel desconocido, levanto mi mano rápidamente y le golpeo la mejilla.
 
-No sé quién eres, pero lo mejor será que me sueltes.-gruño intentándome zafar de él, pero él me acerca más a su cuerpo y me mira furioso, tanto que me da.
 
-A mí nadie me toca, ¿Entiendes pequeña?-miedo era lo que ahora sentía, el me mira a los ojos y yo simplemente agacho la cabeza.- ¿Me escuchaste?-pregunta nuevamente haciendo que esta vez le mire a los ojos, asiento levemente y el chasquea la lengua.-Perfecto.-susurra, mi respiración era algo rápida, ya que había intentado alejarme de aquel desconocido, pero algo había en sus ojos que me hacía pensar que lo había visto en alguna parte,  sus manos dejan de apretar mi cintura y me suelta, por lo que me separo de él rápidamente y decido irme.
 
Al poder estar fuera del baño de hombres suspiro con alivio al ver que no hay nadie afuera, por lo que apresuro mis pasos para llegar a mi clase, la cual sé que ha comenzado hace años. En todas mis clases me las he pasado con la mente en blanco, he ignorado a Leila y a Mike, los cuales andan más juntos que antes, en mis cuadernos dibujo una extraña imagen, o mejor dicho marca, una estrella dentro de un círculo, pero no cualquier círculo, el círculo parece trenzado. Me levanto al momento que el sonido del timbre suena, recogiendo mis cosas y largándome, normalmente me voy con Mike y Leila, pero no estoy con ánimos de tener que escuchar la historia del como intercambiaron baba y ahora están juntos, por lo menos Leila tiene un final feliz.
 
“Anunciamos que esta misma noche en unos minutos, contemplaremos una hermosa lluvia de estrellas. Por lo que si tienes un deseo, el que sea, aproveches esto como una oportunidad y pide el deseo.” Anuncia la reportera, la cual mira la pantalla con una sonrisa siniestra, mi corazón da un vuelco al ver la manera en la sus ojos se centran en mí, pero que digo, ella está en otro lugar, pero puedo jurar que siento que ella me está mirando. Al llegar a casa todo estaba en vuelto un desastre, digamos que mis padres nuevamente empezaron sus peleas absurdas. Por mi parte, me tranqué en mi habitación y empecé a ver la televisión, suspiro mientras los gritos nuevamente comienzan, muerdo mi labio inferior y suspiro con frustración, quiero que mi vida cambie, ya no aguanto más todo esto, el que mis padres se peleen, el que mis sentimientos no sean correspondidos, y el que nadie me tome en cuenta, harta de ser la del medio, de que me tengan pena, de mis padres no se den cuentan de lo estúpido que ellos están siendo al pelearse por algo que nunca pasó.
 
Me levanto y abro la ventana mirando al cielo, esperando por aquellas supuestas estrellas mágicas que todos dicen ser, si enserio son mágicas, espero y cumplan mi deseo. Entonces, ahí estaban, aquellas hermosas estrellas fugases pasando por mi casa, cierro rápidamente mis ojos y digo en murmuros las palabras que harán que todo cambie:”Deseo que mi vida cambie.”

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